2° Concurso: Concurso Navideño.

La historia está adaptada a digimon pero el cuento original es de Charles Dickens


Esta es la historia de Barbamon, el Demon Lord de la avaricia, que vivía en un palacio y cuya fortuna era incalculable. Alrededor del palacio el pueblo era humilde y muchos no tenían ni para comer pero, por las fechas navideñas tan próximas, algunos daban lo poco que tenían a otros que estaban aún peor. Pero no Barbamon, él no celebraba la Navidad ni se preocupaba por los demás. Su única preocupación era ganar más fortuna.

El día de Nochebuena, el Demon Lord, se puso su mejor abrigo y se fue a caminar por las calles nevadas del pueblo. A su alrededor había miseria pero eso a él no le importaba en lo más mínimo. De repente un BlackGuilmon se cruzó en su camino.

- ¿Señor, podría darme algo de dinero por favor?- le pidió el digimon- Mi hermano está enfermo y necesita medicinas pero son muy caras y…
- No me importa- le dijo Barbamon interrumpiéndole- No gastaré mi dinero en una insignificante lagartija.
- Pero… mi hermano…- murmuró BlackGuilmon antes de ver como Barbamon avanzaba y le ignoraba.

Al cabo de un rato, el demon lord de la avaricia se cruzó con una anciana Babamon que pedía limosna sentada en una simple caja de cartón.

- ¿Tendría algunas monedas para darme, por favor?- le pidió la anciana.
- ¡No pienso dar mi dinero a nadie!- le dijo Barbamon molesto.
- Tendrás un destino nefasto de seguir con esa actitud- dijo Babamon agarrando su escoba- Esta noche recibirás la visita de tres fantasmas, esa será tu última oportunidad de cambiar.
- Yo no creo en esas historias- dijo el demon lord avanzando.
- ¿Seguro?- le dijo la anciana.

Barbamon se giró pero Babamon había desaparecido ¿Dónde se habría metido? Sin darle mucha importancia, el demon lord volvió a su palacio y como ya era de noche se fue a dormir. A penas llevaba durmiendo un par de minutos cuando una presencia fría lo despertó. Al abrir los ojos vio a un AncientWisemon frente a su cama pero, al verlo mejor, se dio cuenta de que era un fantasma.

- ¿Q… quién eres tú?- preguntó el demon lord con voz temblorosa.
- Soy el fantasma de las Navidades pasadas- anunció el espectro- he venido para mostrarte tu pasado.

Antes de que pudiera decirle nada, Barbamon vio como AncientWisemon chasqueaba los dedos y todo lo de alrededor se volvió oscuro. Enseguida empezaron a aparecer imágenes, en ellas se podía ver como un pequeño Impmon jugaba con un peluche al lado de un pequeño árbol decorado.

- Soy… soy yo- murmuró Barbamon.
- Antes de dejar que la avaricia se apoderase de tu vida eras más tolerante con los demás ¿ves como disfrutabas jugando con poco?- le dijo señalándole aquellas imágenes- La Navidad no se trata de cosas materiales, hay mucho más…

Las imágenes desaparecieron y la inmensa habitación volvió a la normalidad, el espectro también había desaparecido.

- ¿Me lo habré imaginado?- pensó volviéndose a dormir.

El demon lord volvió a quedarse dormido pero al cabo de otro rato, volvió a sentir esa presencia fría y se levantó. Frente a su cama había otro fantasma levitando a unos centímetros del suelo, esta vez se trataba de una Kuzuhamon.

- Soy la fantasma de las navidades presentes
- No… no puede ser… ¿Entonces no era un sueño?- dijo Barbamon a lo que Kuzuhamon negó con la cabeza- ¿Y tú a que has… a que has venido?
- Te mostraré el presente- anunció el espectro antes de chasquear los dedos y hacer que la habitación se hundiera en la oscuridad.

Volvieron a aparecer imágenes alrededor de ambos, pero esta vez no eran del pasado, esta vez mostraban el presente. Se podía ver como familias de digimons celebraban la navidad, familias de todas las clases.

- Hay familias que, aunque estén separadas el resto del año, se reúnen para estas fechas para estar juntos- le dijo el espectro- Pero hay algo que también quiero enseñarte.

Con chasquear los dedos las imágenes cambiaron y mostraron a un BlackGuilmon tapando con una vieja manta a un Guilmon que no paraba de toser. Ambos estaban en un callejón nevado y a la intemperie.

- Ese es el digimon de antes- dijo Barbamon- ¿Su hermano se pondrá bien?
- Si no hay ningún cambio en el presente, Guilmon morirá- le comunicó Kuzuhamon.

Barbamon vio a través de aquellas imágenes como BlackGuilmon intentaba que su hermano comiera un trozo de pan duro que había encontrado. Ver aquello hizo que su corazón sintiese lástima por primera vez en mucho tiempo. El fantasma de las navidades presentes golpeó el suelo ligeramente con su bastón y la habitación volvió a la normalidad y el espectro desapareció.

Barbamon ya no sabía qué hacer, sentía pena por esos digimon. Sin embargo intentó creer que sólo había sido un momento de debilidad y volvió a la cama para intentar dormir. El reloj tocó la medianoche y Barbamon volvió a sentir esa presencia fría, solo que esta vez era aún más fría.

- ¿¡Quien hay ahí!?- preguntó levantándose.

Un resplandor azul iluminó la habitación haciendo aparecer otro fantasma, esta vez se trataba de un UlforceVeedramon Future Mode que miraba con seriedad a Barbamon mientras permanecía cruzado de brazos.

- ¿Eres otro de esos fantasmas?- preguntó Barbamon.
- Soy el Fantasma de las navidades futuras y he venido para mostrarte el futuro que les espera a los avaros como tú-dijo el espectro chasqueando los dedos y haciendo aparecer imágenes alrededor de ambos.

En ellas se pudo ver a un ChaosGallantmon atacando el palacio de Barbamon y reduciéndolo a escombros. Parecía realmente enfadado y no paraba de lanzar al aire gritos de rabia y furia.

- ¡¡Mi palacio!!- exclamó Barbamon- ¿¡Por que ataca ese tipo mi palacio?!
- Fíjate bien. Es el pequeño BlackGuilmon al que le negaste ayuda- le dijo UlforceVeedramon FM- Su hermano murió y la pena que sentía era tan grande que evolucionó a mega y te atacó. Él sabía que si lo hubieses ayudado no habría muerto. Además mira allí- le dijo señalándole una zona cerca del palacio.

Cuando Barbamon miró vio un digihuevo y un bastón al lado, su bastón.

- No… no puede ser…- dijo temblando antes de volverse hacia el fantasma y arrodillarse- ¡Por favor, dame otra oportunidad! Puedo cambiar, sé que puedo hacerlo.

El fantasma lo miró seriamente.

- Está bien, pero ya sabes el destino que te espera si no lo consigues- dijo antes de desaparecer.

Sin perder tiempo, Barbamon agarró su abrigo y salió a la calle nevada. Tras unos minutos de búsqueda encontró a BlackGuilmon y Guilmon en aquel callejón. Les dijo que les ayudaría y le puso el abrigo a Guilmon para que no pasase frío. Después se llevó a ambos a su casa y se pasó lo que quedaba de noche cuidando de Guilmon y dándole las medicinas que necesitaba.

Al día siguiente, el día de Navidad, Guilmon ya se encontraba mucho mejor. Aquél día, Barbamon decidió abrir las puertas de su palacio para que los digimons que no tuviesen hogar pudiesen quedarse a comer y donde pudiesen dormir en un lugar cálido.
Barbamon, Demon Lord de la avaricia pasó a llamarse el Demon Lord de la generosidad y logró aprender que la Navidad no es algo material y que no se necesita dinero para disfrutar de estas fechas con la familia y los amigos.

Está en la costumbre popular que cada veinticinco de diciembre a las cero horas se celebra la Navidad, y está claro que esta festividad tiene alcance mundial llegando así a cada parte del globo, y por conocimientos propios también puedo atreverme a decir que ésta tiene alcance no sólo en este mundo, si no  en el otro también, y sí, hablo del Digimundo.
Al ser estos dos completamente paralelos, se pueden encontrar innumerables coincidencias. Una de estas: en ambos existen el famosísimo Santa Claus.
Lamentablemente en el mundo digital, la Navidad corre peligro, Santa (por no decir que es Jijimon usando la típica vestimenta), aquel agradable y cálido personaje que todos conocemos, ese que viaja en sobre su trineo tirado por su cuadrilla de Moosemon repartiendo regalos a los pequeños Digimon que se portaron bien durante todo el año sólo a cambio de leche tibia y galletas para comer durante el viaje, está en graves problemas. Unos de sus duendecillos Impmon trabajadores de la fábrica de juguete, le jugaron una mala broma poniendo algo de alcohol en su bebida, embriagándolo horas antes de la medianoche, ahora mismo está bailando semi-desnudo bajo los copos de nieve que caen desde hace rato, pero esos son detalles menores que a lo mejor no debí haber mencionado.
A la señora de la casa, Babamon, se le acababan las ideas más rápido de lo que surgían y tiempo era lo menos que tenía, pero un golpe de luz hizo que su esperanza navideña, que estos momentos se encontraban por los suelos, renaciera una vez más. Recordó que hay un grupo que realizan todo tipo de trabajo, que por el bien de todos y... un módico precio, pueden dar lo mejor de sí para hacer lo que se les pide. Babamon no tuvo más remedio.
Ellos ya están en camino, para entregar regalos y felicidad a todas las familias Digimon, a llevar ese mensaje de esperanza y de paz y a salvar la dignidad de Jijimon... o lo que queda de ella.
¿Ustedes creen que lo lograrán? Yo apuesto a que sí.

Spoiler:

Espero que les guste ^^

Esta era la noche que todos los humanos esperan, sobre todo aquellos que siguen viviendo con un corazón de niño y una mente que te permite abrirte a muchos momentos y circunstancias que, aunque no sean reales, hace que se sientan como tales. La noche donde los niños esperan ansiosos la llegada de un gran hombre con enorme barriga, barba blanca y larga y con un característico traje rojo quien estaría listo para llevar regalos a los niños de todo el mundo que creen en él sobre un trineo comandado por muchos renos mágicos capaces de elevar altura al correr ¿Ustedes creen que esta celebración solo la celebran los humanos? No realmente, a veces, este tipo de costumbres viajan a la velocidad de la internet, y hablando de internet… en el mundo digital tambien tienen costumbres bastante parecidas, de esas donde uno tiene las ganas de dar y recibir obsequios para hacer feliz a todos los que te rodean, incluso pareciese que hasta los digimon mas ruines cambiaran su programación por breves instantes para rendir homenaje al creador del mundo digital… Yggdrasil, y claro, recibir obsequios del amigo de todos los digimon bebés, el anciano mágico Jijimon.

Esta noche buena nos iremos hacia la base de uno de los tres clanes mas poderosos del digimundo, donde sin importar sus ideales, jamás dejan pasar esta bella celebración.  Los Union Savers se dieron esta vez el propósito de ir a la Ciudad de los Juguetes a encontrar juguetes rotos los cuales reparar tales como si fueran nuevos y llevarlos hacia todo aquel digimon que encuentren, dando a resaltar ese espíritu de dar y recibir. Los Chaos Empire dejaron el caos y la quimeras por unos momentos y decidieron dar algunos de sus experimentos mas inofensivos tambien como regalo a algunos digimon, ehm… y cuando digo inofensivos me refiero a que no tienen la tendencia de destruir o explotar, pero miren el lado bueno… ahora todos esos digimon tienen un hermoso color verde que se ilumina aun mas en esta noche, seguramente los hará sentir especiales, bien hecho Chaos Empire. Por otro lado, los Royal Knight, decidieron mas que nada armar una gran cena que compense cualquier desconcertante suceso que haya sucedido en el pasado, era algo así como… ‘’la noche para olvidar y renacer’’. La comida era exquisita a simple vista, digna de reyes o incluso mas que eso…  ¡Dioses! Esta vez tuvieron que mantener encadenado a uno de los Royal Knight mas problamaticos, sobre todo en esos temas de comida, ¿Saben de quien estoy hablando no? Gracias a este suceso, los demás Royal Knight pudieron degustar de un delicioso festín.

- Ahh… esta cena ha sido increíble, no puedo comer más aunque sea tan tentador… -comentó Dracomon, el digimon que acompaña a la Sublider y a su digimon Veemon.
- Si, yo tampoco puedo más, enserio, ésta ha quedado excelente –comentó el antes mencionado digimon con la gran V en la cabeza, a lo cual el Lider Ralian sonrió- ¿De verdad? Ah, es cierto que para ustedes es la primera navidad en el clan, en verdad es que los cocineros suelen cocinar muy bien a menudo pero siempre que es navidad en verdad se lucen, les agradeceré personalmente de parte de todos
- Por mi parte, prefiero agradecerles personalmente ahora que iré a entregar mi plato –dijo Sigrun, la sublíder del clan, en cuanto pasó a un lado de todos en camino a la cocina aprovechó para tocarle el hombro a Zereck y despistadamente señalar a quien comía a su lado- ¿Ah?... Ah, claro… Kuro, despierta, la cena ya terminó… -el chico de cabellos rubios alzó la mirada completamente deshecho, como si no hubiera dormido nada- ¿Ah? ¿Qué?... Ugh… ustedes si que tardan en comer, terminé hace casi una hora, incluso pude echarme una siesta –el digimon de Zereck, BlackGuilmon, era el único aun comiendo- Vaya amigo, y eso que estas a dieta, ¿Qué te hizo cambiar de opinión? –el gran lagarto tragó la carne que llevaba en la boca y miró indiferente a su Tamer- Oye, es Noche buena, no por una dieta iba a perderme de este manjar –se rascó la cabeza y miró hacia una esquina donde aun yacía el digimon que fue mencionado en un principio encadenado- Oigan, ¿Y cuando van a desatarlo? Creo que está moribundo, parece que se volverá una bestia caníbal –el Tamer de ese digimon encadenado bostezó y se levantó de la mesa- Yo lo desato, quedamos en que lo haríamos cuando estemos satisfechos y creo que ya ha sido así –Kuro fue en camino a su compañero pero antes se detuvo y volteó a ver a los presentes- Les recomiendo que todos salgan –Ralian se limitó a sonreir, y acompañado de Dorumon y Veemon salieron hacia la cocina con su plato en manos, los siguientes en dejar la sala fueron Zereck y su digimon- ¿Necesitas ayuda con algo? –preguntó el siempre tan alegre Dracomon- ¿Ah? No, gracias, tu tambien deberías salir… Drac se lanzara a la mesa apenas lo desate y puede incluso morderte a ti o a mi, yo tambien tendré que alejarme, no me puedo oir como ustedes porque este inútil es mi responsabilidad –Dracomon suspiró- Es triste que el no haya podido celebrar de esta celebración con nosotros… -el rubio sonrió y acarició la cabeza del dragón- Oye, ¿Qué dices? El está aquí con nosotros, además, la navidad no es mas que otro día más… no tiene nada de especial –el digimon se quedo callado mirando curioso a Kuro ante sus palabras, pero solo guardó silencio- Anda, ve a tomar un poco de aire, así te sentirás mas satisfecho que ahora –el dragón sonrió y asintió- De acuerdo, nos vemos.

En cuanto el dragón abandonó la sala se encaminó hasta su habitación pues ahora estaba tan satisfecho que lo primero que pensó fue en ir a descansar a su cama pero en ese momento escuchó una voz, un pequeño susurro o eco que parecía decir ‘’Ven’’- ¿Ah? ¿Quién anda ahí? –el se dio la vuelta pero no fue suficiente para hallar a ese alguien que le llamaba, así que prefirió ignorarlo y seguir su camino- Dracomon… ven… -se escuchó nuevamente, lo que hizo que comenzase a temblar- ¿D-Dracmon…? ¿Eres tu? No es una broma linda… -esta vez no escuchó ninguna respuesta- …Voy a desenmascararte –frunció el ceño con determinación pese al miedo que sentía- Ven…. Ven… Sigueme… -los pasos del digimon se hacían pesados, tenía miedo de que eso que se escuchara fuera… ¿Un fantasma? Se había rumorado antes por la boca de Kuro que esta base estaba infestada de espiritus, pero Sigrun y Veemon le aclararon que solo se trataba de una historia para asustarlo, algo que no era mas que fantasía- L-Los fantasmas no existen… no… no existen… -la voz lo estaba guiando hacia la salida de la base, abrió la gran puerta y se asomó- …¿Ho-Hola?... –nuevamente hubo un profundo silencio, pensó entonces que esa voz no estaba en el exterior pero nuevamente la escucho- Si… ven aquí… sal de ahí y acércate… -Dracomon dudaba pero el se había prometido a ser mas fuerte, y alguien fuerte no le tendría miedo a voces que provienen de su imaginación, si el quería que esas voces callaran debía hacerles caso.

Prosiguio su camino hasta que se encontró con unos arbustos donde provenía un sonido similar a algo crujiendo- ¿Q-Quien está ahí? –ese sonido se detuvo de pronto, siendo después reemplazado por algo que mostraba como si alguien se levantara del suelo y…- ¡DRACOMON! –fue lo primero que escuchó el dragón al tiempo que daba un salto hacia atrás que lo mandaba al suelo de sentón- Auch… ¿Quién…? ¿Ah… Hermanita? –quien se encontraba ahora delante de él era Rena Ryuugu, una chica de 15 años, ella era la SubLider de un clan opuesto a los Royal Knight ¿Qué haría ahí?- Dracomon, justo a ti quería verte –dijo sonriente la joven- ¿A mi?... Esto… ¿Tu eres la voz que me hablaba? –la chica lo miró con confusión- ¿Voz? Ehm… no, yo me encontraba aquí comiendo un poco de galletas mientras intentaba pensar en una forma de atraerte… Jeje no sé quien haya sido esa voz pero le agradezco que te haya traído –le sonrió tranquilamente, a lo cual Dracomon aun yacía desconcertado por lo de la voz que escuchaba- ¿Quieres una galleta? –él negó- No, gracias, estoy satisfecho… aunque quisiera no puedo comer más, tuvimos una cena en la base, ha sido lo mejor que he probado en toda mi vida –dijo con una sonrisa en su rostro.

- ¿Una cena? Eso debió ser genial, con lo que me hubiese gustado a mi, en vez de eso, el clan ha recibido ordenes de repartir obsequios a todos –esto desconcertó de nuevo al dragón ¿El CE repartiendo regalos? Extraño- Estuve pensando y pensando y se me ocurrió darte mi regalo a ti, ya que eres mi hermanito –sonrió como le era costumbre, antes debo aclarar que ambos no son en verdad hermanos, solo se consideran como tal- ¿Ah? ¿Un regalo? –los ojos del dragón se iluminaron en un sentimiento de curiosidad, él seguía siendo como un niño… y a todo niño le gusta mucho la idea de recibir obsequios- Solo espero que no sea algo proveniente de los Chaos Empire… sé que ella no sería capaz de hacerme daño, pero escuché de Veemon que el líder de Rena no es alguien de confiar.

Rena se quitó lo que llevaba a la espalda, una mochila no muy grande ni muy pequeña, de ahí sacó un libro un poco mas pequeño junto con un lápiz mientras que Dracomon no hacía algo más que mirar confuso- ¿Qué… que es mi regalo?
- ¿Tu regalo? ¡Un cuento por supuesto! Pero no cualquier cuento, es un cuento inventado por mi con tema navideño –el digimon arqueó la ceja al escuchar las palabras de la joven humana- ¿Me crearás un cuento?
- Sip, así es, así que mejor siéntate que estoy rebosante de imaginación –comenzó a darse un par de golpes en la cabeza con el lápiz- A ver, a ver, ¿Cómo empiezo…? ¡Oh, ya sé!


En un lugar muy muy lejos de donde me encuentro ahora, había una pequeña villa con el nombre de… de… -¿Cómo le ponemos a la Villa? Ehm… que tal… ¡Oh, ya sé!- …Tierra Dragón. En este lugar se dice que habitaban digimon del tipo dragón y del tipo planta… pero como yo soy la que escribe esta historia pondré que en este lugar viven muchos digimon, de todo tipo -¿Lo estás escribiendo así? Si, ¿Qué tiene de malo? Ahh… no, por nada…-  esta villa de nombre… extraño… era una completa amante de la navidad, esta villa no destacaba mucho pero… cuando se trataba de espíritu navideño… ¡Era la numero 1! No había nadie en este lugar que no amara la navidad como un pequeño niño, o como yo, excepto uno… ese alguien ni siquiera se atrevía a vivir en ese lugar porque sus ideas eran muy diferentes a los del pueblo, así que vivía en la cima de una colina donde nadie pudiera escuchar sus constantes rabietas. Ese ser triste y desalmado se llamaba… Kuro.

- Un momento, un momento, ¿Cómo que yo soy el ‘’ser triste y desalmado’’? ¿Desde cuando encajo en esa  descripción? –Lo siento, pero creí que eras quien mejor encajaba en el papel, tambien pensé en Scott pero eres mas manejable en esta historia- ¿Importa mi opinión? –No, en realidad no-

Esa persona no se encontraba completamente sola, habían dos seres capaces de tolerar toda esa amargura que está envuelta en su corazón –Oye… ¡Ya me disculpe!- esos dos eran un par de digimon, un Gaomon y, la mascota, Dracmon -¿Mascota? Yo no tengo pinta de mascota, ni siquiera tengo forma de animal En esta historia si, llevas unas orejas y cola de perro ¡Pero si Ryohei encaja mas en ese papel sin siquiera usar disfraz! El no queda como mascota, tu si ¡Oh, por favor! –Habían pasado alrededor de tres años desde que el hostil Kuro había decidido alejarse de la villa, casi tres años de soledad soportando los silencios incomodos de Ryohei y las tonterías de su perro Drac -¡Que no soy un perro!- por lo que, harto de la situación, decidió hacer un plan para vengarse de Tierra Dragón de una vez por todas.

- Han pasado ya tres o cuatro años, en verdad no recuerdo cuanto desde que salimos de esa asquerosa villa, ¿Alguien lleva la cuenta?
- 1089 días para ser exactos
- Gracias. 1089 días… ¡¡1089 DÍAS!! Viviendo en esta horrible guarida, hace frío, no hay nada que comer o beber, aquí no hay absolutamente nada ¡¡Estoy harto!!
- ¿Harto porque? Si fue tu idea venirte a vivir a esta pocilga
- No fue la mía… -Si, si fue tuya- El punto es que tampoco es mi culpa, estoy harto de la hipocresía de las personas todo el tiempo sonriéndose las unas a la otra, ¿Y porque? Solo porque ‘’ya llega Navidad’’ ¡BAH! Esas cosas no van conmigo, no planeo vivir en una villa así ni en un millón de décadas, pero tampoco me siento bien viviendo en este infierno mientras todos los demás fingen ser felices con cantos y tradiciones que dan vergüenza ajena.
- No parecen ser hipotecas, en realidad parece que están contentos disfrutando de la Navidad, ¿No te has detenido a ver sus sonrisas? ¿La alegría que ponen al cantar? ¿¡LA COMIDA QUE HACEN PARA CELEBRAR!? Estamos a kilómetros de distancia y yo puedo oler desde aquí ese buen sabor, ufff… se me hace agua a la boca siempre que lo huelo, no hay persona hipocampo que sepa hacer una comida tan deliciosa.
- Es ‘’hipócrita’’ y… quizás tengas razón… -dijo el bandido frotando su mentón- Un momento… ¿Ese fue un intento de rima? No ma… -Oye, ¡En este tipo de cuentos se supone que debe haber rimas! No me sermonees y sigue con el papel-
- ¡Espere, señor! No le haga caso a Drac, ¿Qué no ve que es un perro? Ni siquiera debería hablar –se paró a su lado- Yo en cambio le tengo una idea, si quiere escucharla diga que lo desea

El chico se cruzó de brazos y lo miró con seriedad- Esta bien, lo deseo, solo habla ya
- La villa que odiamos parece apreciar mucho su ‘’Navidad’’ por lo que si queremos desenmascararla debemos por ahí comenzar. Los aldeanos celebran, los niños tambien juegan, pero a media noche… ¿Sabes a quien esperan? –el chico lo miró y con su cabeza negó- ¡A Papá Noel, por supuesto! El hombre rojo del trineo, ¿Te ubicaste ya?
- Tienes razón, ¿Pero esto de que me servirá?
- Papá Noel llegará y sus regalos debajo del árbol estarán, pero imagina la sorpresa que todos tendrán cuando vean que obsequios no hay –poco a poco el humano comprendía lo que su listo secuaz le decía- Ya veo, esto comienza a tener sentido, solo debemos quitarles lo que esperan con regocijo, ¡De esta manera podremos demostrar que a nadie le importa en verdad la Navidad!

Y así fue como al final los tres quedaron, gracias al plan que Ryohei había dado, esperaron a que las fiestas de noche buena terminaran para que así su plan de una vez comenzara. Kuro consiguió en el basurero vecino a su guarida objetos que pueda usar en su plan, entre ellos un traje rojo con cinturón, botas que combinaran con este último y un sombrero de navidad que por suerte pudo ver tirado; consiguió tambien una enorme bolsa de basura vacía que usaría como el saco de Papá Noel. Aprovechando que debían parecer que hayan venido del Polo Norte tambien le consiguió un traje de duende a Ryohei y uno de reno a su perro Drac -¡Que no soy un perro!- Cuando vieron que las luces de la villa comenzaban a apagarse iniciaron lo que habían ideado.

Tal como ladrones, comenzaron a infiltrarse en las casas de todos los ciudadanos de la villa en busca de sus respectivos regalos. La primero fue la casa de la joven Sigrun -Oh, ¿La metiste a la historia? Claro, ¡No habrá quien se escape del malvado Kuro!- era una casa hogareña, no hay mucho que resaltar de esta casa mas que el gran árbol que parecía haber sido talado por alguien que vivía en esa casa, adornado con distintos colores donde predominaban el azul y el blanco. La segunda casa era mas grande que cualquier otra, era donde vivía el joven Scott y su compañero Labramon, ¿Pero porque menciono la diferencia de tamaño de la casa? Claramente es que él hospeda en ella a varios otros amigos suyos, como era el plan, Kuro y Ryohei fueron directo hacia los regalos y el pino, su mascota en cambio se dirigió hacia la cocina por un bocadillo pero regresó hacia ellos con la cola quemada por alguna razón, ambos se abstuvieron a preguntar la razón y prefirieron continuar. La siguiente fue una de las casas mas peligrosas ya que a las afueras habían perros guardianes que… jeje… bueno, no puedo decir que sean perros en verdad, si no una especie de mutaciones entre digimon como Cerberumon y Dobermon… mas bien unas quimeras.

- Creo que en este caso hay que dejar que nuestro ‘’perro’’ se divierta un rato con ellos
- Opino lo mismo
- …¿¡PLANEAN USARME DE CARNADA!?

Kuro y Ryohei entraron a la casa de, ¿Quién mas? Hablo del creador de esta clase de mutaciones, el enloquecido cadejo, que aunque era el mas extraño de la villa… no desencajaba en el papel que mas representaba a este lugar el cual era el espíritu navideño. La casa estaba decorada de arte incomprensible a la vista de cualquiera persona normal pero nuestros villanos prefirieron ignorar esto y salir con el saco lleno de regalos y deshacerse del pino mientras encontraron a su perro siendo perseguido por las quimeras encadenadas

- ¿Te divertiste?
- ¿¡Tu que crees!?

Ninguna casa de esta villa se salvó, ni Daniel, ni Gabriel, ni Irina, ni Eis los cuales dos últimos incluso compartieron vivienda ¿No les parece lindo? -¿Enserio ellos dos vivían en una misma casa? Bueno, es mi historia, puedo poner lo que quiera… además ellos dos quedaran juntos algún día ¿Qué no?-  Tampoco Ed ni Zereck, o Rena y Rin, nadie de esta villa se salvó. Llegó un momento en que no quedaba nadie a quien robar, el saco estaba lleno, tuvieron que ir por más.

- ¿Cuándo terminaremos con esto? Me siento cansado
- Ya no falta nada, mas que esa casa de a un lado

En la casa que mencionó Ryohei no vivía nadie conocido por ellos, reconocieron el lugar rápido al ver el árbol brillando por la ventana. Sin dudarlo, los tres entraron por la ventana y observaron como estaba decorada la casa. Había hileras de flores de colores representativos de la fecha, cables de luces, calcetines y regalos hasta la cabeza, pero esto no era nada en comparación al gran árbol decorado en medio del salón.

- Esto… ¿Quiénes viven aquí?
- No lo sé, ¡Pero mira cuantas galletas le han dejado a Santa Claus! Ustedes están muy gordos, dejen al perro esta vez disfrutar de esto.

Nadie iba a discutir con la debilidad de Drac, así que Kuro y Ryohei se prepararon para robar toda aquella pila de regalos que ya el viejo gordo les había entregado pero no se esperaban que en pleno robo las luces se encendieran de repente.

- ¿Quiénes son ustedes? –preguntó una dulce voz proveniente de la entrada del salón. Kuro alzó la mirada hacia la joven, era una chica ¿Palida? No, su estatura era incluso menor que la de nuestros indeseados invitados, tenía un collar de flores y algo que cubría su rostro… y eso de sus manos y piernas ¿Eran raíces?- No puedo creerlo… ¿Ustedes son ese ser al que llaman… ‘’Santa’’?

Los tres ladrones se quedaron pasmados a la ver a la niña de los petalos, se vieron entre ellos y después uno contestó- Así es, ese mismo somos nosotros –Kuro sabía que el que ella los descubriera sería algo terrible, algo que no les convendría en lo absoluto, así que solo intentaron pensar en una manera de salir de ese embrollo- Oh… ¿Y que están haciendo con los regalos… y con el pino? No parece que los están dando… ¿Santa no debería dar regalos? –ambos digimon que acompañaban al humano dieron un paso hacia atrás dándole a entender que ellos no hablarían y que toda excusa o mentira debía hacerlo él, lo cual lo alteró un poco- E-Eh… claro que hacemos eso, niña, pero… -se rascó la cabeza- ¿¡Que no deberían las niñas buenas como tu ir a dormir!? Es tarde, si haces eso, no habrá regalos para ti –la joven bajó la mirada y mostró lo que guardaba en sus manos- Le pido una disculpa… estaba dormida, pero me dio un poco de ser y fui por agua –después de esto se le quedó mirando unos instantes y dio unos pasos hacia adelante acercándose al ladrón con disfraz de Santa Claus- Tenga, usted tambien debe tener sed, ¿Viaja por todo el digimundo entregando regalos, no? Debe estar exhausto, si lo desea, puede descansar un momento con nosotros –el chico se quedó sin palabras viendo el vaso tan cerca de él, pero solo negó con la cabeza- No niña, no tienes que ser así conmigo, lo mejor es que te vayas a dormir…. Y no te preocupes si mañana no encuentras tu árbol y regalos, nosotros nos estamos llevando esto porque nos dimos cuenta de que estaban rotos y deben ser reparados con urgencia –la pequeña flor ladeó la cabeza- ¿Rotos? Lo lamento, no me di cuenta de eso, entonces les confío que puedan arreglarlo… sé que lo harán.

El chico frunció leve el ceño, nunca antes en su vida había recibido una bienvenida tan cálida como la que ella le brindaba, incluso ese corto momento le hacía dudar el que en verdad esto de la Navidad fuera una farsa, que las personas de esta villa no mentían en cuanto a esto
- …Cómo sea, niña, lo mejor es que te vayas a dormir… nosotros debemos partir.
La flor les miró a los tres y sonrió- Está bien, les deseo una feliz navidad… ah, y si quieren llevarse las galletas para su perrito pueden hacerlo.
Voltearon a ver a Drac, quien se encontraba devorando las galletas del plato, y con la boca llena reclamó- ¡Que no soy un perro!

Después de que todo esto sucediera, todos salieron de la casa con la bolsa llena. Kuro se notaba decaído mientras Ryohei llevaba el pino y la bolsa de regalos al carrito que usaban de ‘’trineo’’- Vamonos ya, hay que irnos, el espectáculo comenzará pronto –Drac le siguió el paso pero ambos se dieron cuenta de que faltaba alguien- ¿Qué te sucede? Te notas raro

- No creo… No sé porque, pero… ¿Aun creen ustedes que esto de la Navidad es una farsa?
- No me digas que lo dices por esa niña, ¿Qué te dijo ella que te hizo cambiar de parecer?
- Errr… No es precisamente algo que ella haya dicho o hecho… no lo sé… -bajó la mirada- Hace tiempo que no hablaba con alguien que brindara tanta calidez en sus palabras
- ¡Yo tambien pienso lo mismo! Ella me dejo comerme sus galletas, eso significa que no es mala
- Ustedes… ¿Qué les pasó? ¿Están mal de la cabeza?
- No me siento bien con lo que estamos haciendo, deberíamos devolverle los regalos a todos –dijo, dando un paso firme hacia al frente. Dracmon solo murmuró- ¿Volver a pasar por todo eso? Uggh... que flojera…
- Jajaja… ¿Después de todo lo que hicimos, crees que voy a permitir que destrocen mi plan solo porque una hierba mala los enredó en sus engaños? Eso si que no –de pronto Ryohei, que antes era un Gaomon disfrazado de duende, rompió sus ropas al cambiar de forma a la de un demonio que ocupaba casi un cuarto del enorme pino central, y eso es mucho decir. Dracmon y Kuro lo miraban asombrados y sin que las palabras pudieran salirles de sus labios- ¡Hoy no habrá Navidad! –con su gran garra aplastó el carrito donde venían regalos de unas 2 o 3 casas, y con el otro en donde se encontraban los pinos reunidos. De un momento a otro, alzó sus grandes alas que daban la sensación de ser otro par de garras y tomó el vuelo

- Tch… ese maldito… a él solo le importaba su plan… ¿Qué haremos?
- Tú eres el de las ideas, yo solo soy el perro –dijo despreocupadamente
- Lo eres cuando te conviene, ¿¡Verdad!?

Ambos alzaron la mirada y vieron como el demonio se dirigía ahora hacia donde se encontraban los demás regalos y árboles guardados- No hay otra alternativa, vamos a pelear –Drac dio un salto, quitándose el disfraz de reno que tenía- Ufff, ¡Es un alivio! Ya estaba comenzando a sentir comezón en las astas –el chico sacó su digivice y de un momento a otro, en el lugar donde se encontraban ambos ladrones, ahora se encontraba un digimon vestido de chaqueta negra, con una gran cola, alas oscuras y una mascara que cubría parte de su rostro- ¿Qué es esto? ¿Desde cuando ésta forma tiene alas? -¡Es por el poder de la Navidad! No arruines el momento- El ahora demonio alado, que bien podría ser considerado una especie de ángel, alzó el vuelo hacia donde se dirigía Ryohei en su ‘’nueva’’ forma de Daemon- ¿Se dignaron a venir para ver el espectáculo? –Beelzemon, el nombre de ese nuevo digimon, apuntó su cañón hacia Daemon- Después de esa traición, como si fuera a acompañarte –disparo unas cuantas balas de plasma hacia el monstruo al frente pero este ni siquiera se esforzó para esquivarlas en pleno vuelo- Ya vi el escondite –pareció es esbozar una sonrisa al momento que se detenía y comenzaba a formar una esfera oscura en sus brazos- ¡Chaos…! –antes de lograr de formar la esfera, esta se deshizo al ser golpeado con fuerza por un megadisparo- Nunca le des la espalda a tu enemigo, escoria.

Frustrado por lo de antes, Ryohei se decidió a ir en contra de su viejo secuaz, comenzando una lucha por los suelos que prefiero ahorrarme -¿Eh? ¿Por qué? ¡Es la parte más emocionante! A nadie le importa ver una batalla en una historia de navidad, así que buh- al final de ésta, Daemon logró noquear al ladrón con un poderoso golpe en la nuca, logrando casi sin esfuerzo que este quedase sin conocimiento por unas cuantas horas.

Cuando abrió sus ojos de nuevo, esta vez sin su evolución, Kuro pudo presenciar frente a él una sombra alada… se trataba de Daemon pero en una forma diferente donde una capucha roja lo cubría casi por completo, él se encontraba dándole la espalda observando lo ocurrido- Despiertas justo a tiempo, es una pena que nuestros ataques no lograran dañar la Villa, pero adivina qué no salió ileso de ella… -con su dedo índice apunto hacia algo a lo lejos, Kuro alzó la mirada y sus ojos no pudieron demostrar algo más que impresión al ver el gran árbol central completamente quemado por las llamas oscuras de Daemon- Tu… ¿¡Porque hiciste eso!? Eres un… -Ryohei le interrumpió- Shh… sigue lo que estábamos esperando, el momento en donde la villa se desenmascara ella misma y nos demuestra lo que en verdad esconde… -ante estas palabras, aunque eso a él ya no le importara, de todas formas su atención logró ser capturada.

En la Villa, en cambio, mientras el cielo amanecía comenzaban a salir los digimon de sus casas uno por uno, todos mostraban sorpresa… no… impacto en su mirada, observando como el gran árbol central estaba envuelto en llamas de la punta mientras que el resto se encontraba completamente carbonizado- Que… ¿Qué fue lo que pasó aquí? –pregunto uno de ellos, Zereck- Primero los regalos habían desaparecido, después el árbol que con entusiasmo corté y ahora… ¿¡Ahora también el central!? –esta vez el que habló fue un dragón azul, a él le gusta que le llamen ‘’Ulforce’’- Me despierto ¿Y me encuentro con esto? ¿De quien ha sido la broma? –sobre la cabeza del chico aterrizó una especie de ave o pollo, quien desenvainaba una espada- ¡Yo los vi, Rinokumura! Eran tres sombras, ellos robaron todo y quemaron el árbol, voy a derrotarlos –él miró extraño a su compañero, pero después la atención se dirigió hacia alguien más- ¿Qué... que pasó con los regalos y con el pino?... ¿Qué pasó con la Navidad?... –preguntó Dracomon -¡Eh! ¡Salí yo! Claro, tu vives con Ulforce y Sigrun-

- Lamento interrumpir en sus problemas, ¿Acaso he escuchado que todos han sido robados?
- Si, seguro algún sinvergüenza ha querido arruinarnos la Navidad quemando este hermoso árbol y robando nuestras pertenencias –le respondió otro Gaomon que acompañaba a la chica flor.
- ¿Robar? No, no, no… Santa Claus vino a nuestra Villa, dijo que nuestros obsequios estaban rotos y por eso se los ha llevado a reparar
- ¿Santa Claus? Sin ofender niña, pero seguro has sido estafada, dudo mucho que Santa Claus haga algo como eso –le respondió el compañero de Zereck, un BlackGuilmon- Además, si así fuera, ¿Cómo explicas que nuestro árbol central esté completamente quemado? ¿Demasiado grande como para reparar?
Floramon ni siquiera se inmuto, solo negó con la cabeza- No, creo que esto ha sido una señal de alguien superior a nosotros, ¿Quizás un ángel? ¿Yggdrasil? –todos la miraron extraño y murmuraban entre ellos sus dudas- Este árbol está sufriendo ahora porque muchos de nosotros estamos comenzando a dudar la razón por la cual esta villa es conocida y respetada… personalmente no creo que la Navidad tenga que ver con los regalos y las decoraciones… pero bueno, siempre me he considerado una flor tonta, si no me quieren hacer caso no los obligaré…

El silencio inundó el lugar por breves instantes hasta que Ulforce lo interrumpió- ¡E-Ella tiene razón! La navidad no es solo por los regalos, tiene un significado mas especial –la compañera Tamer de este digimon asintió con una sonrisa- Admito que yo tambien he comenzado a tener dudas en un principio, pero Flora tiene razón –poco a poco los habitantes de la Villa comenzaron a darle la razón, no hubo ninguno que se negó, fue entonces cuando el fuego paró de consumir el árbol y, aunque eso no le haya devuelto el hermoso color verde y el brillo que antes tenía, aun así los habitantes se juntaron y comenzaron a cantar villancicos alrededor del gran árbol central… mostrando sus sonrisas y la alegría que sentían por que hoy era Navidad.

Mientras, un poco mas alejados de la Villa, se encontraban Kuro y Daemon observando lo ocurrido… Dracmon por su parte seguía dormido, nada que extrañar- Ellos… ¿Están celebrando la Navidad pese a habérsela arruinado? No los entiendo… -murmuró el humano sin apartar la mirada- Este pueblo no es la mejor de todas, es pequeña, no es muy valiosa y sus habitantes son pocos pero… aun así es de las villas mas impresionantes del mundo digital, ya que es donde destaca el Espiritu navideño mas que en cualquier otro lugar, incluso mas que en el mundo humano –el silencio permanecía, roto solamente por los ronquidos de Drac en el fondo, pero Kuro reaccionó- Un momento… ¿Por qué me dices esto? ¿No se supone que tu querías arruinar la navidad? –Daemon emitió una especie de risa- A veces alguien tiene que hacer este tipo de cosas para enseñarle una lección a alguien terco como tu –se acercó a Drac, lo tomó con sus garras y se lo dejó a un lado a Kuro- Es momento de que dejes de vivir apartado y que de una vez te integres al pueblo donde naciste.

- Pero… no… No me van a aceptar, yo les robé sus regalos, les… he arruinado su Navidad…
- Así como yo te he enseñado una lección por las malas, tu has hecho lo mismo por ellos, y miralos ¿Crees que su Navidad en verdad está arruinada?
El chico permaneció en silencio con su mirada fijada en la Villa- …No lo se Ryohei… yo… -se dio la vuelta, pero para su sorpresa no había nadie ahí mas que su somnoliento compañero- Eso… fue extraño…

Después de arreglárselas para despertar a su compañero, Kuro se dirigió hacia la Villa donde todos estaban celebrando con una gran fiesta que era típica en este pueblo donde todos convivían día a día, era por eso conocido por el lugar en el que la Navidad dura todo el año. Con la llegada del nuevo todos se quedaron extrañados, por una parte lo recordaban pero por otra no, habían pasado ya casi tres años desde que él se había decidido ir y por eso, probablemente, había sido quizás olvidado… o eso pensaba él- Como lo sospeché… no soy bienvenido en este lugar… -dio unos pasos hacia atrás pero chocó con alguien de espaldas- ¡Ah! Lo siento… -al darse la vuelta vio de nuevo a esa pequeña niña flor, quien llevaba en sus manos unos platos- Oh, lo reconozco, ¡Usted es Santa Claus! –todos los miraron extraños y algunos incluso se ríeron- ¿El? ¿Santa Claus? Te equivocas Flora, sé que eres nueva en la villa, pero ellos dos eran viejos aldeanos de aquí –Kuro prefería permanecer en silencio mientras los demás lo desenmascaraban, pero Flora solo hacía oídos sordos- Quizás tengan razón, él no es Santa Claus, pero estoy segura de que el tiene que ver con el ángel que nos mostró de nuevo el significado de la Navidad… -alzó los platos- Señor, sea bienvenido nuevamente a esta humilde aldea, y feliz navidad –un leve sonrojo se dibujó en el rostro del joven, reaccionando solo cuando su compañero se interpuso y tomó parte de los platos- Wuuhuu! ¡De vuelta a la aldea! Esto era lo que quería, ¿Los platos son para la comida, verdad? Si es así ayudaré… ¡Tengo hambre! –aun sin palabras, Kuro solo se limitó a tomar los platos sobrantes- Gracias por la bienvenida… y… -torneó los ojos- Feliz navidad tambien…

¿Quién era el ángel del que hablaba Flora? Eso no se está bien seguro, al menos yo sé que absolutamente nadie de la villa entendía del todo lo que ella quería decir. Todo el pueblo se dedicó la mañana para ordenar todo, la tarde para celebrar y la noche para disfrutar de la deliciosa cena que los mejores cocineros de la villa habían preparado… tales como Flora, Rin, BR y muchos otros. Estoy segura de que todos comieron bastante bien y que disfrutaron de la cena, menos Drac, claro, porque el tuvo que comer comida para perro -¡¡Eso no es justo!!-. En cuanto a Kuro, puedo asegurarles que pese a lo amargado que es tambien disfrutó de la cena y fiesta junto con todos los aldeanos, y así como este día los disfrutará los siguientes. Por muy extraño que sea, una semana mas tarde, la chica flor que conocían como Flora un día había desaparecido, todos creyeron que lo mas seguro era que ella se había vuelto a mudar. Kuro cuenta que a veces por las noches, esas noches donde las estrellas iluminan con intensidad el cielo, ve pasar rápidamente por los cielos un par de ángeles que le desean a lo lejos una feliz navidad. ¡Fin!

- ¿Dos ángeles? ¿Quiénes son ellos?
- Buhh… si no entendiste tu, ¿Cómo esperas que entienda yo? Hmph… Como sea, debo irme, ya cumplí con mi encargo así que me toca ir a cenar un delicioso banquete! Además, Loppi debe estar esperándome… ¡Nos veremos otro día, cuídate hermanito!

Hasta ese momento, Dracomon no se había detenido a preguntar… ¿Cómo fue que Rena entró a la dimensión de los Royal Knight sin ser parte de el clan? La siguió para preguntarle si tenía algún otro método para hacerlo, pero se sorprendió al ver como Rena se acercaba a una especie de ángel con forma de mujer y varios listones recorriendo su cuerpo, la cual la envolvió en un haz de luz rosa y la hizo desaparecer al igual que ella que se esfumó entre un brillo cegador- Ugh… ¿Qué fue eso?... No pude reconocer bien… ¿Ella fue la que trajo a Rena?

A lo lejos, en cambio, se encontraba Kuro recargado a la pared viendo la escena. Una especie de sombra comenzó a materializarse desde el suelo, apareciendo de ella un demonio encapuchado- Así que… ¿Ahora él recibió la lección? –Daemon rió- Tenía que ser así, tus palabras seguro lo hicieron dudar un poco… deberías ser mas cuidadoso con eso, o te tocara a ti la próxima vez –Kuro negó con la cabeza un par de veces- No gracias, no creo soportar otro sueño como ese… -suspiró- Por cierto, Feliz Navidad Ryohei, deseale lo mismo a Flora de mi parte –Daemon asintió y desapareció de entre las sombras. Kuro volvió su mirada hacia al frente y agitó su brazo para que Dracomon lo viera- ¡Hey niño! Ya tomaste mucho aire, te va a dar un resfrío si sigues afuera, además de que seguro Sigrun me mata si se da cuenta de que te dejé salir en una noche tan fría –el dragón, aun confundido, se dio la vuelta y corrió hacia la entrada de la base- ¡Si, ya voy! –mientras, un par de luces desaparecían a la distancia, escuchándose como un murmuro en la cabeza de los presentes ‘’Feliz Navidad’’.




Historia basada en el Grinch (ni idea de quien la inventó ni el año :B)