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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
La jugada mas peligrosa (Prueba de Max ``Kenku´´)
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La jugada mas peligrosa (Prueba de Max ``Kenku´´)
Inicio - Zona Habitacional
Cuando un dia es tan tranquilo y agradable como el que se mostraba aquel dia, no era raro ver a los jovenes y no tan jovenes ir de un lado para otro con su juegos, quedadas de ultima hora y obligaciones, la verdad, era uno de los mejores dias que habian pasado desde hacia bien poco, asi, es como Max, un adolescente de ya algo de edad que se habia hecho algo famoso ultimamente por todos sus logros conseguidos, aunque, realmente era por que se habia vuelto una de las ultimas sensaciones al ganar en dos campeonatos regionales de cartas, lo que le dio bastante fama en ese circulo, pero eso no venia ahora al caso, la cuestion era que Max al parecer no le daba mucha importancia a eso o al menos eso parecia, ya que ese dia decidio tomarse un gran descanso y jugar con unos colegas a tan popular juego, eso sin saber que hay cosas que por muy faciles o divertidas que parezcan, se pueden volver complicadas y dar a entender que aunque te creias el mejor, siempre hay alguien por encima tulla, dando a entender que siempre hay una manera de mejorar, siempre.
- Spoiler:
- Aquí la introducción de tu prueba, ha partir de este punto tienes todo el derecho de hacer aparecer digimon, y luchar contra ellos. La prueba terminara cuando alguien del staff o yo lo vea conveniente, asíque, animo.
- Invitado
Invitado
Re: La jugada mas peligrosa (Prueba de Max ``Kenku´´)
El sol estaba radiante ésta mañana, los pájaros del barrio comercial de Shibuya, donde el joven peliverde residía, cantaban y saltaban a por algo de comida, aunque fuese un trozo de pan seco del día anterior. Vestido con su ropa característica (camisa blanca, el colgante de Kenku, que según decía él, le traía buena suerte, pues era un amuleto de su difunta abuela, pantalones marrones y sus deportivas rojas) y también llevaba un lector de cartas y una baraja con diversas cartas para jugar a éste juego nuevo que estaba poniendose bastante de moda.
Palomas y gorriones- pensó Max, mientras observaba a las pequeñas aves que se encontraba en su camino donde había quedado con sus amigos Kintaro, Hakeru e Hikaru, tres hermanos trillizos, con los que solía practicar en el juego de cartas y que, además, eran compañeros de equipo en el equipo de Baloncesto de Shibuya, o como todos lo conocían, los Guepardos de Shibuya, al ser muy rápidos, aunque, originalmente, el equipo se llamaba S.B.C. (Shibuya Basket Club).
Varias veces le habían propuesto ser el capitán del equipo, pero Kenku había dicho siempre que no. Bastante fama tenía ya y le gustaba más vivir en la intimidad, menos mal que había pocas fotos en las que se demostrase que había ganado varios trofeos y competiciones, pero aún así las había.
Mientras continuaba andando, vio una nueva tienda de cartas Digimon. La tienda parecía antigua, pero lo extraño, es que nunca la había visto en esa zona, así que, por simple curiosidad, entró en esa tienda. En la tienda, había un misterioso y extraño vendedor que le miraba sonriendo, cuya sonrisa tambien era muy enigmática y le aconsejaba al joven de ojos de color oliva, que se acercase. Max hizo caso al vendedor, extrañado.
Buenos días jovencito, ¿comprarás algunas cartas hoy?- dijo el anciano sin dejar de mostrar su particular sonrisa.
Em... si supongo que sí...- Kenku no dejaba de mirar al hombre mientras seleccionaba un paquete de cartas y pagaba.
Tu destino está escrito joven Ueki...- decía el anciano vendedor riendo mientras el joven de dieciocho años salía de la tienda extrañado aún mas por esa frase.
¿Qué quería decir con que mi destino está escrito?- pensaba Max mientras abría el paquete de cartas y se encontraba con varias cartas nuevas, no las había tenido hasta ahora- bueno, las probaré hoy seguramente. - pensaba Max observando las cartas de una en una.
Max se quedó mirando las cartas, especialmente la carta azul, una que no había visto hasta ahora. Guardó las anteriores cartas en su portacartas y sacó su lector de tarjetas, una maquina que tenía una ranura que permitía que pasasen cartas. El joven de la camisa blanca cogió su carta azul nueva y la pasó por el lector. Éste comenzó a brillar y emitir chispas azules, como si de una tormenta se tratase y el joven, algo confuso, corrió hacia el callejón más próximo, un callejón oscuro y únicamente alumbrado con la luz del día. Volvió a mirar el aparato y una luz blanca y cegadora iluminó todo el callejón. Aunque quisiera, el joven llamado Max no podía gritar, por el asombro causado por esa escena. A los 5 minutos, el lector de tarjetas se había convertido en un nuevo aparato negro y gris.
Al mismo tiempo notó como algo le golpeó en la cabeza. Al principio creyó que le había caído un excremento de pájaro, de una paloma seguramente, pero se equivocaba. Un excremento no pesaba tanto que casi le tiró al suelo y tampoco se sujetaba a la cabeza... y mucho menos hablaba.
Eso es un Digivice... por lo que tu eres mi Tamer, supongo.- dijo el extraño cuerpo que había caído en su cabeza y que Max cogió con cuidado y lo llevó frente a su cara. Era una especie de bola azul o morada con orejas y ojos carmesí. El joven se quedó boquiabierto al ver una bola hablar.
¿Quién diablos eres tú?- preguntó Max incrédulo.
Soy Pagumon y tú, eres mi Tamer, es decir, mi entrenador Digimon ¿Y tú como te llamas?- dijo la pequeña forma ovalada, que decía llamarse Pagumon.
Em... pues... me llamo Max, pero todos me llaman Kenku por el colgante que llevo... ¿eres un Digimon y soy yo tu Entrenador?- el joven no podía creérselo, los Digimons existían de verdad, por lo que Kenku cogió el teléfono móvil y llamó a sus amigos- Hikaru no podré jugar a las cartas con vosotros, tengo... un asunto pendiente que atender- decía el joven disculpándose con su amigo. - ¿Y ahora que voy a hacer contigo?- preguntó el joven a su... nuevo amigo, por lo que parecía.
Bueno, tenemos que encontrar Digimons malvados y derrotarlos.- explicó un poco Pagumon.
¿Hay más Digimons?- Max no dejaba de estar asombrado por lo que le decía su pequeño compañero.
Ajá, buenos y malos. Hay que ayudar a los buenos y eliminar a los malos. Venga, pongámonos en marcha ya.- dijo Pagumon dandole suaves empujones a los brazos de Max.
Vale... pero compórtate como un peluche, los humanos no estamos acostumbrados a ver Digimones reales.- decía Max comenzando a caminar y acariciando a su vez la suave, suave cabeza de Pagumon.
PD: Quizás he escrito mucho xDD
Palomas y gorriones- pensó Max, mientras observaba a las pequeñas aves que se encontraba en su camino donde había quedado con sus amigos Kintaro, Hakeru e Hikaru, tres hermanos trillizos, con los que solía practicar en el juego de cartas y que, además, eran compañeros de equipo en el equipo de Baloncesto de Shibuya, o como todos lo conocían, los Guepardos de Shibuya, al ser muy rápidos, aunque, originalmente, el equipo se llamaba S.B.C. (Shibuya Basket Club).
Varias veces le habían propuesto ser el capitán del equipo, pero Kenku había dicho siempre que no. Bastante fama tenía ya y le gustaba más vivir en la intimidad, menos mal que había pocas fotos en las que se demostrase que había ganado varios trofeos y competiciones, pero aún así las había.
Mientras continuaba andando, vio una nueva tienda de cartas Digimon. La tienda parecía antigua, pero lo extraño, es que nunca la había visto en esa zona, así que, por simple curiosidad, entró en esa tienda. En la tienda, había un misterioso y extraño vendedor que le miraba sonriendo, cuya sonrisa tambien era muy enigmática y le aconsejaba al joven de ojos de color oliva, que se acercase. Max hizo caso al vendedor, extrañado.
Buenos días jovencito, ¿comprarás algunas cartas hoy?- dijo el anciano sin dejar de mostrar su particular sonrisa.
Em... si supongo que sí...- Kenku no dejaba de mirar al hombre mientras seleccionaba un paquete de cartas y pagaba.
Tu destino está escrito joven Ueki...- decía el anciano vendedor riendo mientras el joven de dieciocho años salía de la tienda extrañado aún mas por esa frase.
¿Qué quería decir con que mi destino está escrito?- pensaba Max mientras abría el paquete de cartas y se encontraba con varias cartas nuevas, no las había tenido hasta ahora- bueno, las probaré hoy seguramente. - pensaba Max observando las cartas de una en una.
- Cartas nuevas:
Max se quedó mirando las cartas, especialmente la carta azul, una que no había visto hasta ahora. Guardó las anteriores cartas en su portacartas y sacó su lector de tarjetas, una maquina que tenía una ranura que permitía que pasasen cartas. El joven de la camisa blanca cogió su carta azul nueva y la pasó por el lector. Éste comenzó a brillar y emitir chispas azules, como si de una tormenta se tratase y el joven, algo confuso, corrió hacia el callejón más próximo, un callejón oscuro y únicamente alumbrado con la luz del día. Volvió a mirar el aparato y una luz blanca y cegadora iluminó todo el callejón. Aunque quisiera, el joven llamado Max no podía gritar, por el asombro causado por esa escena. A los 5 minutos, el lector de tarjetas se había convertido en un nuevo aparato negro y gris.
- Mi digivice D-arc:
Al mismo tiempo notó como algo le golpeó en la cabeza. Al principio creyó que le había caído un excremento de pájaro, de una paloma seguramente, pero se equivocaba. Un excremento no pesaba tanto que casi le tiró al suelo y tampoco se sujetaba a la cabeza... y mucho menos hablaba.
Eso es un Digivice... por lo que tu eres mi Tamer, supongo.- dijo el extraño cuerpo que había caído en su cabeza y que Max cogió con cuidado y lo llevó frente a su cara. Era una especie de bola azul o morada con orejas y ojos carmesí. El joven se quedó boquiabierto al ver una bola hablar.
¿Quién diablos eres tú?- preguntó Max incrédulo.
Soy Pagumon y tú, eres mi Tamer, es decir, mi entrenador Digimon ¿Y tú como te llamas?- dijo la pequeña forma ovalada, que decía llamarse Pagumon.
- Pagumon:
Em... pues... me llamo Max, pero todos me llaman Kenku por el colgante que llevo... ¿eres un Digimon y soy yo tu Entrenador?- el joven no podía creérselo, los Digimons existían de verdad, por lo que Kenku cogió el teléfono móvil y llamó a sus amigos- Hikaru no podré jugar a las cartas con vosotros, tengo... un asunto pendiente que atender- decía el joven disculpándose con su amigo. - ¿Y ahora que voy a hacer contigo?- preguntó el joven a su... nuevo amigo, por lo que parecía.
Bueno, tenemos que encontrar Digimons malvados y derrotarlos.- explicó un poco Pagumon.
¿Hay más Digimons?- Max no dejaba de estar asombrado por lo que le decía su pequeño compañero.
Ajá, buenos y malos. Hay que ayudar a los buenos y eliminar a los malos. Venga, pongámonos en marcha ya.- dijo Pagumon dandole suaves empujones a los brazos de Max.
Vale... pero compórtate como un peluche, los humanos no estamos acostumbrados a ver Digimones reales.- decía Max comenzando a caminar y acariciando a su vez la suave, suave cabeza de Pagumon.
PD: Quizás he escrito mucho xDD
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: La jugada mas peligrosa (Prueba de Max ``Kenku´´)
El dia ser presentaba explendido para Max quien se habia molestado bastante en elegir un complemento que fuera comun para el, ¿para que cambiar de estilo si el que uno llevaba es a su gusto? en todo caso Max se aseguro bastante de llevar encima su amuleto de la suerte y sus utensilios para la velada proxima, ademas, las experiencias de Max empezaron a fluir mientras recoraba con los tres amigos que habia quedado experiencias pasadas sobre el equipo de baloncesto que actualmente tenia un nombre distinto al original, y no era para menos, Max habia sido propuesto multitud de veces para lider del equipo, pero este, con ya demasiada fama encima para su gusto, habia denegado tal propuesta, esto en realidad era raro, ya que comunmente la gente es propensa ha buscar la fama y la gloria en todo lo posible, pero Max era distinto, era de ese grupo de personas honestas las cuales no necesitaban eso para sentirse mejores, o simplemente sentirse alguien, igualmente Max ya era alguien bastante grande, y aunque su fama no fuera igual, cuanto mas grande es la persona en su interior, mas honrada es, aunque, tal vez estas son conclusiones precipitadas, en todo caso Max acabo visitando una curiosa tienda que nunca habia visto, y a la cual habia entrado por curiosidad, alli, fue recibido por un anciano, el cual le pidio que redujera la distancia, cosa a la que Max cedio.
El lugar era raro, pero quizas era mas raro la conversacion que ubo entre el enigmatico anciano y Max, el cual tras comprar una baraja basica salio del lugar, escuchando una pequeña aunque perturvadora frase que le hizo pensar durante unos instantes su significado, aunque eso daba igual, lo bueno era que Max en tal baraja encontro cartas que no habia llegado a tener en su posesion, tanto que una de ellas le dio tanta curiosidad como para usarla inmediatamente, asi, pasando la carta, este tuvo la necesidad de esconderse en un callejon cuando al parecer el lector empezo a fallar, pero no fallaba sino que tras unos minutos muy determinantes el lector cambio a otra cosa, un aparato parecido al lector, pero completamente distinto. Pero no quedaba hay la cosa, poco despues los sucesos se hicieron muy interesantes, sobre todo a sorpresa de Max el cual quedo pasmado y con la urgente necesidad de preguntar que era aquello, aunque sinceramente aquel Pagumon era algo directo. Los siguientes puntos de la conversacion empezaron a juntar los hilos de lo que habia sucedido, puesto que Max parecia comprender rapidamente que es lo que pasaba, tanto que anulo por telefono aquella quedaba que habia hecho con sus colegas, para solucionar un fuerte problema que ahora tenia entre manos, y nunca mejor dicho, aunque, lo que dijo Pagumon era algo raro, comunmente los Pagumon eran malvados y ruines, asique que uno dijera aquellas palabras dejaba una curiosa extrañeza en la atmosfera, que Max no llego a ver, pero igual la conversacion acabo con la aceptacion de Max ante aquel digimon, el cual le seria tanto de ayuda como para buscar problemas de ahora en adelante, aun asi, quedaba un largo camino para Max, el cual se enfrentaria a un "torneo" el cual posiblemente su victoria no estubiese tan clara.
El lugar era raro, pero quizas era mas raro la conversacion que ubo entre el enigmatico anciano y Max, el cual tras comprar una baraja basica salio del lugar, escuchando una pequeña aunque perturvadora frase que le hizo pensar durante unos instantes su significado, aunque eso daba igual, lo bueno era que Max en tal baraja encontro cartas que no habia llegado a tener en su posesion, tanto que una de ellas le dio tanta curiosidad como para usarla inmediatamente, asi, pasando la carta, este tuvo la necesidad de esconderse en un callejon cuando al parecer el lector empezo a fallar, pero no fallaba sino que tras unos minutos muy determinantes el lector cambio a otra cosa, un aparato parecido al lector, pero completamente distinto. Pero no quedaba hay la cosa, poco despues los sucesos se hicieron muy interesantes, sobre todo a sorpresa de Max el cual quedo pasmado y con la urgente necesidad de preguntar que era aquello, aunque sinceramente aquel Pagumon era algo directo. Los siguientes puntos de la conversacion empezaron a juntar los hilos de lo que habia sucedido, puesto que Max parecia comprender rapidamente que es lo que pasaba, tanto que anulo por telefono aquella quedaba que habia hecho con sus colegas, para solucionar un fuerte problema que ahora tenia entre manos, y nunca mejor dicho, aunque, lo que dijo Pagumon era algo raro, comunmente los Pagumon eran malvados y ruines, asique que uno dijera aquellas palabras dejaba una curiosa extrañeza en la atmosfera, que Max no llego a ver, pero igual la conversacion acabo con la aceptacion de Max ante aquel digimon, el cual le seria tanto de ayuda como para buscar problemas de ahora en adelante, aun asi, quedaba un largo camino para Max, el cual se enfrentaria a un "torneo" el cual posiblemente su victoria no estubiese tan clara.
- Invitado
Invitado
Re: La jugada mas peligrosa (Prueba de Max ``Kenku´´)
Después de un rato caminando en silencio hacía un parque cercano, con aquella criatura ovalada que se hacía llamar Pagumon y mientras ordenaba las ideas en su cabeza:
¿Por qué soy un Tamer cómo ha dicho Pagumon?- el joven que, de vez en cuando miraba al que parecía ser su compañero Digimon y que actuaba como un peluche de edición especial que le habían dado junto a su último torneo de cartas y, ahora que lo recordaba, tenía un peluche de un Snimon, un Digimon Insecto Volador muy buen combatiente, en miniatura y que coincidia con una de las cartas que acababa de recibir
Y... hablando de cartas, sacó con su mano derecha aquella baraja de cartas nueva que había conseguido y contempló la carta azul que había conseguido.
La carta azul tiene algo que ver seguro con la aparición de Pagumon, pero ese anciano... debe de saber algo.- pensó Max volviendo sobre sus pasos hasta la tienda de aquel ser humano misterioso- es hora de obtener algunas respuestas- dijo al fin el jovenzuelo.
¿Qué pasa Max? ¿Por qué vamos a éste viejo y antiguo edificio?- Pagumon parecía extrañado con lo callado que parecía estar su Tamer, pero sabía que eso no era motivo de preocupación... lo preocupante es lo que sentía ahí adentro, en esa tienda lúgubre, una presencia muy potente pero no era maligna en absoluto, todo lo contrario, parecía expulsar sabiduría- creo que lo mejor será ir con cuidado Max- sentenció Pagumon sin dar ninguna explicación y el Tamer de dieciocho años lo miró extrañado, pero aún así, entró en esa misteriosa tienda.
¿Ho...Hola? ¿Hay alguien ahí?- preguntó Max entrando de nuevo- soy el chico de antes, Max- entró del todo en la tienda, que parecía incluso más misteriosa que antes, con Pagumon en los brazos, pero por poco tiempo, pues la pequeña criatura saltó de sus brazos y aterrizó en el suelo.
Pasa a la trastienda joven Ueki... y tu amigo que venga también- otra vez, había oído Max como le llamaban por su apellido, información que él no le había dado a aquél hombre mayor y ¿como sabía que estaba con Pagumon?
De todas formas, aquél hombre tenía que tener las respuestas a todo lo que estaba pasando en aquél día, por lo que ambos, Tamer y Digimon se adentraron en las profundidades de la tienda y entraron en la parte de atrás de la tienda, la trastienda. En el lugar había cosas muy raras de todo tipo: Fotos de máquinas como el Digivice, del que había hablado Pagumon anteriormente, de varios modelos, uno bastante parecido al suyo, pero de color dorado y rojo; también había bastones muy extraños con forma de garra y una silla en la que estaba sentado aquél hombre, pero... ¡ese hombre parecía más pequeño que antes y vestía diferente! ¡hasta llevaba uno de los bastones!
¡¿Pe...pero quien es usted?!- asombrado el joven Kenku al ver la disminución del tamaño de aquél hombre.
Kenku, escaneale con el Digivice- le pidió la pequeña criatura morada que daba pequeños saltos hacia el anciano.
Max así lo hizo y de repente, apareció una especie de holograma, que sólo había visto en peliculas de ciencia ficción como, por ejemplo, la saga Star Wars.
Jijimon, Digimon Anciano de Nivel Mega. Es un Digimon de Atributo Vacuna. Es un Digimon Sabio que protege a los Digimons que son más débiles que él y, además, es amigo de los Digimons que defienden la justicia.- decía el pequeño aparato con una voz masculina pero claramente robótica.
Así que... usted es un Digimon- decía Max casi sin palabras que pronunciar, debido a la sorpresa de que tenía al encontrarse con tal Digimon escondido en el cuerpo de un humano.
Hay muchos más Digimons de los que tu te crees. El mundo entero está lleno de Digimons- dijo Jijimon riendo al ver la cara de impresión de aquél jovenzuelo.
Sabía que eras un Digimon, lo he notado y olido desde fuera de la tienda Jijimon.- decía Pagumon aparentemente feliz.
El pequeño y noble Pagumon. Has tenido suerte joven Ueki, muy pocos Pagumon luchan por la justicia, es más, la mayoría son cobardes, quizás debido a que son de Atributo Virus, pero éste- decía Jijimon explicando a Max cómo era su compañero mientras lo señalaba con el bastón- es un Pagumon único- decía Jijimon con una sonrisa de oreja a oreja.
Vaya... así que creo que puedo fiarme de ti Pagu- sonreía el joven peliverde un poco asombrado todavía, mientras su compañero asentía.
Bueno, dejémonos de charla. Los dos protegéis la justicia ¿verdad?- preguntó Jijimon aunque ya sabía la respuesta. Aún así ambos, Tamer y Digimon, asintieron - muy bien, pues tendréis que hacer que esa justicia gane al mal. Sé de algún Digimon malvado que está causando destrozos. El primero de ellos es Chuumon, está en un parque, muy cerca de aquí. Es un ratón rosa muy travieso y que suele estar acompañado de un Digimon de forma em... curiosa llamado Sukamon, pero por alguna razón, éste Chuumon está sólo, tenéis ventaja - informó Jijimon dandole a Max un boceto de aquél Digimon, aunque el boceto estaba muy mal echo y no se entendía nada.
Bueno, pues vayamos a por ese Chuumon- dijo Pagumon saliendo a toda prisa de la tienda dando saltos.
¡Pagumon!! ¡Esperameee!!- Max corría detrás de su Digimon mientras Jijimon susurraba mientras reía: Éstos dos muchachos prometen...
Max agarró a Pagumon en brazos mientras corría hacia el parque, que a esas horas estaba vacío de gente. Parecía que se avecinaba una nueva aventura, quizás la más emocionante de la vida de ambos.
¿Por qué soy un Tamer cómo ha dicho Pagumon?- el joven que, de vez en cuando miraba al que parecía ser su compañero Digimon y que actuaba como un peluche de edición especial que le habían dado junto a su último torneo de cartas y, ahora que lo recordaba, tenía un peluche de un Snimon, un Digimon Insecto Volador muy buen combatiente, en miniatura y que coincidia con una de las cartas que acababa de recibir
Y... hablando de cartas, sacó con su mano derecha aquella baraja de cartas nueva que había conseguido y contempló la carta azul que había conseguido.
La carta azul tiene algo que ver seguro con la aparición de Pagumon, pero ese anciano... debe de saber algo.- pensó Max volviendo sobre sus pasos hasta la tienda de aquel ser humano misterioso- es hora de obtener algunas respuestas- dijo al fin el jovenzuelo.
¿Qué pasa Max? ¿Por qué vamos a éste viejo y antiguo edificio?- Pagumon parecía extrañado con lo callado que parecía estar su Tamer, pero sabía que eso no era motivo de preocupación... lo preocupante es lo que sentía ahí adentro, en esa tienda lúgubre, una presencia muy potente pero no era maligna en absoluto, todo lo contrario, parecía expulsar sabiduría- creo que lo mejor será ir con cuidado Max- sentenció Pagumon sin dar ninguna explicación y el Tamer de dieciocho años lo miró extrañado, pero aún así, entró en esa misteriosa tienda.
¿Ho...Hola? ¿Hay alguien ahí?- preguntó Max entrando de nuevo- soy el chico de antes, Max- entró del todo en la tienda, que parecía incluso más misteriosa que antes, con Pagumon en los brazos, pero por poco tiempo, pues la pequeña criatura saltó de sus brazos y aterrizó en el suelo.
Pasa a la trastienda joven Ueki... y tu amigo que venga también- otra vez, había oído Max como le llamaban por su apellido, información que él no le había dado a aquél hombre mayor y ¿como sabía que estaba con Pagumon?
De todas formas, aquél hombre tenía que tener las respuestas a todo lo que estaba pasando en aquél día, por lo que ambos, Tamer y Digimon se adentraron en las profundidades de la tienda y entraron en la parte de atrás de la tienda, la trastienda. En el lugar había cosas muy raras de todo tipo: Fotos de máquinas como el Digivice, del que había hablado Pagumon anteriormente, de varios modelos, uno bastante parecido al suyo, pero de color dorado y rojo; también había bastones muy extraños con forma de garra y una silla en la que estaba sentado aquél hombre, pero... ¡ese hombre parecía más pequeño que antes y vestía diferente! ¡hasta llevaba uno de los bastones!
¡¿Pe...pero quien es usted?!- asombrado el joven Kenku al ver la disminución del tamaño de aquél hombre.
Kenku, escaneale con el Digivice- le pidió la pequeña criatura morada que daba pequeños saltos hacia el anciano.
Max así lo hizo y de repente, apareció una especie de holograma, que sólo había visto en peliculas de ciencia ficción como, por ejemplo, la saga Star Wars.
Jijimon, Digimon Anciano de Nivel Mega. Es un Digimon de Atributo Vacuna. Es un Digimon Sabio que protege a los Digimons que son más débiles que él y, además, es amigo de los Digimons que defienden la justicia.- decía el pequeño aparato con una voz masculina pero claramente robótica.
- Imagen del Digivice D-arc sobre Jijimon:
Así que... usted es un Digimon- decía Max casi sin palabras que pronunciar, debido a la sorpresa de que tenía al encontrarse con tal Digimon escondido en el cuerpo de un humano.
Hay muchos más Digimons de los que tu te crees. El mundo entero está lleno de Digimons- dijo Jijimon riendo al ver la cara de impresión de aquél jovenzuelo.
Sabía que eras un Digimon, lo he notado y olido desde fuera de la tienda Jijimon.- decía Pagumon aparentemente feliz.
El pequeño y noble Pagumon. Has tenido suerte joven Ueki, muy pocos Pagumon luchan por la justicia, es más, la mayoría son cobardes, quizás debido a que son de Atributo Virus, pero éste- decía Jijimon explicando a Max cómo era su compañero mientras lo señalaba con el bastón- es un Pagumon único- decía Jijimon con una sonrisa de oreja a oreja.
Vaya... así que creo que puedo fiarme de ti Pagu- sonreía el joven peliverde un poco asombrado todavía, mientras su compañero asentía.
Bueno, dejémonos de charla. Los dos protegéis la justicia ¿verdad?- preguntó Jijimon aunque ya sabía la respuesta. Aún así ambos, Tamer y Digimon, asintieron - muy bien, pues tendréis que hacer que esa justicia gane al mal. Sé de algún Digimon malvado que está causando destrozos. El primero de ellos es Chuumon, está en un parque, muy cerca de aquí. Es un ratón rosa muy travieso y que suele estar acompañado de un Digimon de forma em... curiosa llamado Sukamon, pero por alguna razón, éste Chuumon está sólo, tenéis ventaja - informó Jijimon dandole a Max un boceto de aquél Digimon, aunque el boceto estaba muy mal echo y no se entendía nada.
Bueno, pues vayamos a por ese Chuumon- dijo Pagumon saliendo a toda prisa de la tienda dando saltos.
¡Pagumon!! ¡Esperameee!!- Max corría detrás de su Digimon mientras Jijimon susurraba mientras reía: Éstos dos muchachos prometen...
Max agarró a Pagumon en brazos mientras corría hacia el parque, que a esas horas estaba vacío de gente. Parecía que se avecinaba una nueva aventura, quizás la más emocionante de la vida de ambos.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: La jugada mas peligrosa (Prueba de Max ``Kenku´´)
Prueba de rol Aprobada
Ya puedes lanzarte de cabeza al On-rol ^_^
- Invitado
Invitado
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