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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
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y Sigrun Vinter
Danger? (priv. Roku)
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Danger? (priv. Roku)
—Este es el Bosque del Inicio. La vida de los digimon comienzan aquí, en el momento que salen de su digitam-...—comenzó a decir Tanemon mientras caminaba al lado de la confundida Yuri, quién la interrumpió mientras suspiraba agotada.
—Sí, si... Lo entiendo bien, Flora-tan... pero ¿de verdad que este lugar es seguro? —preguntó acomodando sus brazos detrás de la cabeza. Estaba viviendo una verdadera locura. Después de encontrarse con Floramon, fue atacada por un digimon desconocido pero poderoso. En su intento de escapar, la digimon intentó luchar, pero acabo debilitándose a tal nivel, que su cuerpo regresó a ser el de una pequeña Tanemon. Yuri tuvo que tomarla en brazos mientras corría, hasta que pudo esconderse detrás de una roca. Luego de aquello, la digimon la guió hacia lo que esta llamaba "Bosque del Inicio".
Tanemon sonrió dulcemente. —Ningún lugar es más pacifico que el Bosque del Inicio, cariño. Solo hay digimon bebés. Lo mas peligroso que podríamos encontrar es a un tamer... —Ante aquel comentario, los pasos de Yuri se detuvieron. Su compañera le preguntó si le pasaba algo, solamente para escuchar un grito de emoción por parte de la muchacha.
Un tamer era un humano con un digimon. Un tamer sabía volver al mundo humano, eso era lo que necesitaba en aquella situación. De inmediato, comenzó a correr y mirar hacia todos lados. De vez en cuando soltaba un "aww" al ver un digimon bebé adorable, pero su principal objetivo era encontrar a alguien que pudiera ayudarla. Mientras tanto, Tanemon la seguía como sus pequeñas patitas le permitía.
Fueron varios minutos, cuando por fin logró divisar una figura humana. Sus ojos brillaron y comenzó a agitar la mano en forma de saludo. —¡Hola! ¡Es un placer! ¡¿Puedes ayudarme?! —gritó mientras corría hacia la persona. Tanemon se limitó a soltar un suspiro preocupado, sus patitas comenzaban a doler de tanto correr.
—Sí, si... Lo entiendo bien, Flora-tan... pero ¿de verdad que este lugar es seguro? —preguntó acomodando sus brazos detrás de la cabeza. Estaba viviendo una verdadera locura. Después de encontrarse con Floramon, fue atacada por un digimon desconocido pero poderoso. En su intento de escapar, la digimon intentó luchar, pero acabo debilitándose a tal nivel, que su cuerpo regresó a ser el de una pequeña Tanemon. Yuri tuvo que tomarla en brazos mientras corría, hasta que pudo esconderse detrás de una roca. Luego de aquello, la digimon la guió hacia lo que esta llamaba "Bosque del Inicio".
Tanemon sonrió dulcemente. —Ningún lugar es más pacifico que el Bosque del Inicio, cariño. Solo hay digimon bebés. Lo mas peligroso que podríamos encontrar es a un tamer... —Ante aquel comentario, los pasos de Yuri se detuvieron. Su compañera le preguntó si le pasaba algo, solamente para escuchar un grito de emoción por parte de la muchacha.
Un tamer era un humano con un digimon. Un tamer sabía volver al mundo humano, eso era lo que necesitaba en aquella situación. De inmediato, comenzó a correr y mirar hacia todos lados. De vez en cuando soltaba un "aww" al ver un digimon bebé adorable, pero su principal objetivo era encontrar a alguien que pudiera ayudarla. Mientras tanto, Tanemon la seguía como sus pequeñas patitas le permitía.
Fueron varios minutos, cuando por fin logró divisar una figura humana. Sus ojos brillaron y comenzó a agitar la mano en forma de saludo. —¡Hola! ¡Es un placer! ¡¿Puedes ayudarme?! —gritó mientras corría hacia la persona. Tanemon se limitó a soltar un suspiro preocupado, sus patitas comenzaban a doler de tanto correr.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :8Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :
Yuri Matsuoka
Re: Danger? (priv. Roku)
-Muy bien, banda, desde el principio -alzando la batuta, no esperaba mucho de los bebés que, a duras penas, se encaramaban en los instrumentos, tocando entre varios el mismo, entre risotadas infantiles y pompas-. ¡No os distraigáis!
La melodía distaba mucho de armoniosa, pero tenía una candidez e ilusión puras. Todo aquella orquesta atendía a propósitos tanto nobles, como egoístas. En primer lugar, darles una actividad a los más pequeños, para que empezaran a conocer el arte y ahondaran en su propia sensibilidad, en una comprensión de la vida más allá de los árboles y el césped. En segundo lugar, desde que conoció a Gilbert, Sven se había interesado en aprender a tocar algún instrumento, y le venía bien socializar con otros digimons cercanos a su comportamiento.
Claro que donar los instrumentos y ofrecerse a dar una clase, de lo poco que había aprendido en la banda con la que convivió en sus primeros compases del digimundo, solo era la primera pieza. Quería comprobar si, ahora que había logrado despertar un nuevo estadío de poder, podía proyectar esa fuerza. Al igual que logró combinar los diferentes espíritus en los digimons que quisiese, y poder convocar las ánimas vinculadas al demonio que portaba, pensaba si había algo más en ese, su spirit. Toda su fuerza nacía de la oscuridad, y Belphemon se alimentaba de la ira, la frustración, la impotencia, la vacuidad... Pero, ¿eso era una regla? Igual de emociones positivas lograba despertar una nueva fuerza, del mismo modo que quiso superar la posesión demoníaca gracias a Sigrun.
-Bien, pequeños-empezaba a explicar-. En mi tierra natal, la música es un instrumento para que la humanidad contacte con un mundo superior. Usamos las melodías para contactar con los dioses, los demonios, e incluso, los dragones.
Quería pensar, que tocando aquella melodía de corte “kagura”, música ceremonial japonesa, pudiera calmar la rabia de Belphemon, y sustituirla por su voluntad. Manipular ese fuego nacido del odio a una energía más creativa. Quería generar una atmósfera relajada, pero, no pudo ser. Sven ya había soltado su instrumento, para asir su hoja, y de inmediato Roku pensó que había detectado un enemigo.
Pero, el resto de bebés estaban calmados, lo que suponía que... O, no, otra vez no. Roku dejó caer la batuta, y se giró, para ver a una chica que se acercaba a él saludando, y antes de que el pequeño león cargara su hoja para chamuscar a la incauta, él se interpuso en la línea de tiro, sosteniendo los hombros de la joven, violando su espacio personal, para, compartiendo una mirada fugaz, darle un mensaje en claro.
-No te asustes de lo que vas a ver -y girándose, su mano liberó las llamas de Belphemon, que enseguida consumieron la forma humana de Roku para dar lugar a Musyamon, su forma digimon- ¡Sven, quieto! -y desenvainando su katana, un dragón de llamas negras rodeó al Spadamon, que con un mojín infantil, se sentó- ¡No puedes atacar a todo tamer nuevo que veas!
-Sven -hablando en tercera persona, manifestaba su enfado- la vio venir corriendo, y parecía que iba a atacarte. ¡Solo quería ayudar!
Y con estas voces, los bebés dejaron de tocar, e incluso, algunos empezaron a llorar.
La melodía distaba mucho de armoniosa, pero tenía una candidez e ilusión puras. Todo aquella orquesta atendía a propósitos tanto nobles, como egoístas. En primer lugar, darles una actividad a los más pequeños, para que empezaran a conocer el arte y ahondaran en su propia sensibilidad, en una comprensión de la vida más allá de los árboles y el césped. En segundo lugar, desde que conoció a Gilbert, Sven se había interesado en aprender a tocar algún instrumento, y le venía bien socializar con otros digimons cercanos a su comportamiento.
Claro que donar los instrumentos y ofrecerse a dar una clase, de lo poco que había aprendido en la banda con la que convivió en sus primeros compases del digimundo, solo era la primera pieza. Quería comprobar si, ahora que había logrado despertar un nuevo estadío de poder, podía proyectar esa fuerza. Al igual que logró combinar los diferentes espíritus en los digimons que quisiese, y poder convocar las ánimas vinculadas al demonio que portaba, pensaba si había algo más en ese, su spirit. Toda su fuerza nacía de la oscuridad, y Belphemon se alimentaba de la ira, la frustración, la impotencia, la vacuidad... Pero, ¿eso era una regla? Igual de emociones positivas lograba despertar una nueva fuerza, del mismo modo que quiso superar la posesión demoníaca gracias a Sigrun.
-Bien, pequeños-empezaba a explicar-. En mi tierra natal, la música es un instrumento para que la humanidad contacte con un mundo superior. Usamos las melodías para contactar con los dioses, los demonios, e incluso, los dragones.
Quería pensar, que tocando aquella melodía de corte “kagura”, música ceremonial japonesa, pudiera calmar la rabia de Belphemon, y sustituirla por su voluntad. Manipular ese fuego nacido del odio a una energía más creativa. Quería generar una atmósfera relajada, pero, no pudo ser. Sven ya había soltado su instrumento, para asir su hoja, y de inmediato Roku pensó que había detectado un enemigo.
Pero, el resto de bebés estaban calmados, lo que suponía que... O, no, otra vez no. Roku dejó caer la batuta, y se giró, para ver a una chica que se acercaba a él saludando, y antes de que el pequeño león cargara su hoja para chamuscar a la incauta, él se interpuso en la línea de tiro, sosteniendo los hombros de la joven, violando su espacio personal, para, compartiendo una mirada fugaz, darle un mensaje en claro.
-No te asustes de lo que vas a ver -y girándose, su mano liberó las llamas de Belphemon, que enseguida consumieron la forma humana de Roku para dar lugar a Musyamon, su forma digimon- ¡Sven, quieto! -y desenvainando su katana, un dragón de llamas negras rodeó al Spadamon, que con un mojín infantil, se sentó- ¡No puedes atacar a todo tamer nuevo que veas!
-Sven -hablando en tercera persona, manifestaba su enfado- la vio venir corriendo, y parecía que iba a atacarte. ¡Solo quería ayudar!
Y con estas voces, los bebés dejaron de tocar, e incluso, algunos empezaron a llorar.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Danger? (priv. Roku)
¡¿Que demonios estaba pasando?!
Yuri se estaba conteniendo para no gritar, pero sus rodillas cayeron hacia el suelo. No sabía como reaccionar. No entendía nada. Ella se acercó al desconocido con buena disposición y con la mejor de sus sonrisas, pero de repente un digimon la atacó porque sí, y luego el chico humano se transformó en un digimon... La cabeza de Yuri estaba a punto de explotar.
Mientras tanto, Tanemon logró alcanzarla y al ver la cara de pokér de su tamer, además del llanto de los bebés, no pudo evitar colocarse a la defensiva. —¡Ustedes! ¡¿Que le hicieron a Yuri?! —gritó furiosa. Aunque estuviera cansada por todo lo que tuvo que correr con sus patitas cortas, estaba lista para atacar a un posible enemigo.
La muchacha se puso de pie, para luego limpiarse la falda. Su mirada se dirigió a los digimon mas pequeños. —Dices que no me asuste... pero no entiendo lo que pasa... —dijo en casi un susurro, como si buscara que el chico-digimon no la escuchara.
Después, se acercó a uno de los bebés que lloraban, exactamente a un Jyarimon, y lo tomó en brazos. —Sshh... todo esta bien, todo esta bien. No tienes que estar asustado...—susurró al pequeño, intentando dar la imagen de estar segura, cuando exactamente estaba casi tan nerviosa como el bebé. ¿Quizás también buscaba calmarse a sí misma con aquellas palabras?
Tanemon dirigió su mirada a Yuri, aun seguía a la defensiva, pero igualmente estaba preocupada por la chica. Ya le había pasado muchas cosas en ese mismo día, así que no la culpaba por tener miedo.
Yuri se estaba conteniendo para no gritar, pero sus rodillas cayeron hacia el suelo. No sabía como reaccionar. No entendía nada. Ella se acercó al desconocido con buena disposición y con la mejor de sus sonrisas, pero de repente un digimon la atacó porque sí, y luego el chico humano se transformó en un digimon... La cabeza de Yuri estaba a punto de explotar.
Mientras tanto, Tanemon logró alcanzarla y al ver la cara de pokér de su tamer, además del llanto de los bebés, no pudo evitar colocarse a la defensiva. —¡Ustedes! ¡¿Que le hicieron a Yuri?! —gritó furiosa. Aunque estuviera cansada por todo lo que tuvo que correr con sus patitas cortas, estaba lista para atacar a un posible enemigo.
La muchacha se puso de pie, para luego limpiarse la falda. Su mirada se dirigió a los digimon mas pequeños. —Dices que no me asuste... pero no entiendo lo que pasa... —dijo en casi un susurro, como si buscara que el chico-digimon no la escuchara.
Después, se acercó a uno de los bebés que lloraban, exactamente a un Jyarimon, y lo tomó en brazos. —Sshh... todo esta bien, todo esta bien. No tienes que estar asustado...—susurró al pequeño, intentando dar la imagen de estar segura, cuando exactamente estaba casi tan nerviosa como el bebé. ¿Quizás también buscaba calmarse a sí misma con aquellas palabras?
Tanemon dirigió su mirada a Yuri, aun seguía a la defensiva, pero igualmente estaba preocupada por la chica. Ya le había pasado muchas cosas en ese mismo día, así que no la culpaba por tener miedo.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :8Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :
Yuri Matsuoka
Re: Danger? (priv. Roku)
Se acercó al pequeño león, intentando disimular su enfado por el proceder de este. Entendía su reticencia a los humanos, y ese impulso animal que le movía a atacar todo aquello que le fuera desconocido o amenazante, pero no lograba comprender su incapacidad de juicio, despertando esa actuación ante cualquier estímulo. Debía enseñarle a diferencias inocentes de las personas que de veras merecían un castigo, así como la magnitud de dicha condena. Él no era padre, ni tampoco el maestro de nadie, por lo que se veía abrumado por esa responsabilidad, habiéndose comprometido casi sin darse cuenta. ¿Cuál era la mejor forma de enseñarle? ¿Qué correción debía imponer? ¿Cómo se le explicaba que la violencia no era la solución a todo?
Demasiadas preguntas, así que recubrió su puño en flamas oscuras y le dió un puñetazo en la cabeza, como reprimenda. Procuró controlar su fuerza, golpeando el casco para que no le llegara el impacto, y usando el fuego fatuo para consumir el enfado de Sven. Fue más sonido que otra cosa, pero la intención era clara. Y extendiendo el índice, imponiendo su autoridad, le señaló, extinguiendo el dragón ahora que tenía su atención.
-No puedes atacar a los desconocidos solo porque no sepas sus intenciones, Sven -apuntó a los bebés, cuyo jaleo ya era difícil de ignorar-. Mira, les has hecho llorar, ¿y ellos te han hecho algo? Ya eres lo suficientemente mayor para saber que tus acciones tienes consecuencias.
-¡No, no lo soy! -dijo, tirándose al suelo y pataleando- ¡Y no he hecho nada malo!
-Pues si te comportas como un bebé, tendré que tratarte como tal -cambió su forma a Dracumon, pues necesitaba de sus talentos para escarmentar al Spadamon-. Atiende al ojo -la palma se abrió, junto al siniestro párpado, que dejaba ver el iris que ya empezaba a alterar su color, hundiendo a Sven en un trance hipnótico-, y ahora, te dolerá la tripa por cada llanto que oigas. Arregla el problema que has creado.
Se llevó las manos a los oídos, intentando ignorar a los bebés, pero la hipnosis condicionaba el estado de su tripa, y por reflejo, apretó sus patitas sobre esta. Ahora le dolía de verdad, y le irritaba, porque por culpa de esos bebés tontos le habían regañado. No era culpa suya, él hizo lo correcto... O eso pensaba, y podría pensar mejor ¡si no estuvieran llorando! Harto de que no dejaran de berrerar, se subió al tocón de un árbol talado, y usó su poder.
-¡Blue Brave! -su melena se erizó, y de él nacía un resplandor azul que comenzaba a calmar a los pequeños, ayudando a que dejaran de lloriquear- Así mejor... ¡Tontos!
Luego tendría una charla con él sobre sus actos, pues tenía que saber que había actuado mal. Claro que las palabras de la Tanemon, inculpándolos, ya iban a ser la gota que colmó el vaso, y antes de que Sven saltase, pagando su frustación arrancándole las hojas a ese bebé, desquitando su enojo en una inocente, se interpuso de nuevo. Lo primero era revertir a su forma humana, mucho menos imponente que la de un monstruo digital, y una vez volviendo a ser “él”, explicar qué habían hecho.
-Nada, puedo dar mi palabra de que nadie la ha tocad...-pensándolo bien, él la cogió de los hombros en un momento en que necesitaba que ignorase al león blanco- Nadie le ha hecho ningún daño. El pequeño es Sven, un Spadamon que odia a los humanos, y yo soy Roku, su tutor. Y como creo que ya han podido ver, soy lo que los japoneses llaman un Bakemono, un cambiaformas. Me he interpuesto para que no la atacase, y ya le he aplicado el correctivo adeacuado -dadas las explicaciones, ya deparó en que eran una chica, y un digimon en la etapa más básica-. Deduzco que, o sois tamer y compañera, o has encontrado a la chica perdida por tu zona.
Demasiadas preguntas, así que recubrió su puño en flamas oscuras y le dió un puñetazo en la cabeza, como reprimenda. Procuró controlar su fuerza, golpeando el casco para que no le llegara el impacto, y usando el fuego fatuo para consumir el enfado de Sven. Fue más sonido que otra cosa, pero la intención era clara. Y extendiendo el índice, imponiendo su autoridad, le señaló, extinguiendo el dragón ahora que tenía su atención.
-No puedes atacar a los desconocidos solo porque no sepas sus intenciones, Sven -apuntó a los bebés, cuyo jaleo ya era difícil de ignorar-. Mira, les has hecho llorar, ¿y ellos te han hecho algo? Ya eres lo suficientemente mayor para saber que tus acciones tienes consecuencias.
-¡No, no lo soy! -dijo, tirándose al suelo y pataleando- ¡Y no he hecho nada malo!
-Pues si te comportas como un bebé, tendré que tratarte como tal -cambió su forma a Dracumon, pues necesitaba de sus talentos para escarmentar al Spadamon-. Atiende al ojo -la palma se abrió, junto al siniestro párpado, que dejaba ver el iris que ya empezaba a alterar su color, hundiendo a Sven en un trance hipnótico-, y ahora, te dolerá la tripa por cada llanto que oigas. Arregla el problema que has creado.
Se llevó las manos a los oídos, intentando ignorar a los bebés, pero la hipnosis condicionaba el estado de su tripa, y por reflejo, apretó sus patitas sobre esta. Ahora le dolía de verdad, y le irritaba, porque por culpa de esos bebés tontos le habían regañado. No era culpa suya, él hizo lo correcto... O eso pensaba, y podría pensar mejor ¡si no estuvieran llorando! Harto de que no dejaran de berrerar, se subió al tocón de un árbol talado, y usó su poder.
-¡Blue Brave! -su melena se erizó, y de él nacía un resplandor azul que comenzaba a calmar a los pequeños, ayudando a que dejaran de lloriquear- Así mejor... ¡Tontos!
Luego tendría una charla con él sobre sus actos, pues tenía que saber que había actuado mal. Claro que las palabras de la Tanemon, inculpándolos, ya iban a ser la gota que colmó el vaso, y antes de que Sven saltase, pagando su frustación arrancándole las hojas a ese bebé, desquitando su enojo en una inocente, se interpuso de nuevo. Lo primero era revertir a su forma humana, mucho menos imponente que la de un monstruo digital, y una vez volviendo a ser “él”, explicar qué habían hecho.
-Nada, puedo dar mi palabra de que nadie la ha tocad...-pensándolo bien, él la cogió de los hombros en un momento en que necesitaba que ignorase al león blanco- Nadie le ha hecho ningún daño. El pequeño es Sven, un Spadamon que odia a los humanos, y yo soy Roku, su tutor. Y como creo que ya han podido ver, soy lo que los japoneses llaman un Bakemono, un cambiaformas. Me he interpuesto para que no la atacase, y ya le he aplicado el correctivo adeacuado -dadas las explicaciones, ya deparó en que eran una chica, y un digimon en la etapa más básica-. Deduzco que, o sois tamer y compañera, o has encontrado a la chica perdida por tu zona.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
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Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
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Roku Ginshô
Re: Danger? (priv. Roku)
Durante toda la escena, Yuri se limitó a abrazar fuertemente al pequeño Jyarimon. El pequeño digimon ya había dejado de llorar, pero aun se encontraba nervioso, como la chica. Después de todo, aquel digimon que se parecía a un león se comportaba de manera agresiva con todo y todos. —Roku... Sven... —dijo suavemente, acariciando la cabeza de la bolita rojita.
Tras la explicación del muchacho, fue Tanemon quién tomó las riendas para responderle. —Oh, soy Tanemon. Ella es Yuri, acabamos de volvernos compañeras hace poco, así que todo esto es nuevo para ella. —contestó con una sonrisa que demostraba que estaba mas calmada, pero en el caso de Yuri, no se podía decir lo mismo...
—No entiendo nada... ¡Realmente no tiene ningún sentido! —elevó su voz. Había contenido por mucho tiempo toda su confusión. Claro que confiaba en Tanemon, ya que la cuido durante toda su estancia en el mundo Digital, pero encontrarse a un chico que se supone que era un "bakemono"... ¡¿Tenía lógica alguna?! Solo quería jugar nuevamente a las cartas de Digital Monsters con Fuuko, pero ahora mismo estaba viviendo una locura.
—Sshh... todo esta bien, todo esta bien. No tienes que estar asustada...
Se impresionó al escuchar las palabras de Jyarimon para calmarla. Eran exactamente las que ella había ocupado anteriormente cuando el pequeño lloraba. Yuri respiró hondo, y con una sonrisa le agradeció los ánimos al pequeño digimon bebé.
—Yuri... deberías saludar como corresponde... —le aconsejo Tanemon, logrando relajarse al verla mas tranquila. La muchacha humana volvió a respirar antes de bajar la cabeza un poco, disculpando su mala educación. Al levantarla, decidió abrir la boca y comenzar con su típica presentación.
—¡Hola! ¡Hola! ¡Aquí Yuri Matsuoka! ¡Puedes decirme Yuri-pyon! ¡Es un placer! Ehmm... —saludó de manera enérgica, para luego comenzar a mirar fijamente a los llamados Roku y Sven.
—¡Es un placer Rokkun, Subibin!
Tras la explicación del muchacho, fue Tanemon quién tomó las riendas para responderle. —Oh, soy Tanemon. Ella es Yuri, acabamos de volvernos compañeras hace poco, así que todo esto es nuevo para ella. —contestó con una sonrisa que demostraba que estaba mas calmada, pero en el caso de Yuri, no se podía decir lo mismo...
—No entiendo nada... ¡Realmente no tiene ningún sentido! —elevó su voz. Había contenido por mucho tiempo toda su confusión. Claro que confiaba en Tanemon, ya que la cuido durante toda su estancia en el mundo Digital, pero encontrarse a un chico que se supone que era un "bakemono"... ¡¿Tenía lógica alguna?! Solo quería jugar nuevamente a las cartas de Digital Monsters con Fuuko, pero ahora mismo estaba viviendo una locura.
—Sshh... todo esta bien, todo esta bien. No tienes que estar asustada...
Se impresionó al escuchar las palabras de Jyarimon para calmarla. Eran exactamente las que ella había ocupado anteriormente cuando el pequeño lloraba. Yuri respiró hondo, y con una sonrisa le agradeció los ánimos al pequeño digimon bebé.
—Yuri... deberías saludar como corresponde... —le aconsejo Tanemon, logrando relajarse al verla mas tranquila. La muchacha humana volvió a respirar antes de bajar la cabeza un poco, disculpando su mala educación. Al levantarla, decidió abrir la boca y comenzar con su típica presentación.
—¡Hola! ¡Hola! ¡Aquí Yuri Matsuoka! ¡Puedes decirme Yuri-pyon! ¡Es un placer! Ehmm... —saludó de manera enérgica, para luego comenzar a mirar fijamente a los llamados Roku y Sven.
—¡Es un placer Rokkun, Subibin!
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :8Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :
Yuri Matsuoka
Re: Danger? (priv. Roku)
Sven se apagó una vez dejaron de llorar, comprobando el estado de su estómago posando las almohadillas de su pata sobre la tripa. Movió en círculos para asegurarse de que el castigo había finalizado, ignorando la nueva atmósfera de aquella escena. Pese a que el diálogo y las presentaciones habían comenzado, a él no le importaba lo más mínimo, centrando su atención más en fijarse en pájaros e insectos de la zona, IAs simples puestas para ambientar el bosque.
Mientras empezaba a perseguir al más cercano, Roku, molesto, sacó un cuaderno de anotaciones, y preparando la pluma, comenzó a trazar por la blanca hoja. Simultáneo a esto, pensaba cómo poder explicar a una novicia sobre su condición, y más añadiendo la complicación de que él, a diferencia del resto, no disponía de un compañero digimon, sino que literalmente, se transformaba en un monstruo. Por lo manos, se había conseguido llegar a una situación de concordia, no es como si ella hubiera salido huyendo, derivando en la siempre tediosa tarea de perseguirla, asegurar su bienestar, y luego tener que explicarle lo que era “normal” en aquel mundo.
-”Roku”, ya es mi alias, y se escribe así -mostró la hoja, que ahora mostraba el kanji del número “seis”-, no soy muy amigo de otros apodos, Matsuoka -no podía ignorar su educación y la necesidad de llamar a la gente por su apellido cuando no había vinculo o confianza alguna-. Aunque es bastante positivo que te hayas repuesto del susto inicial. Ya sé que esto carece de sentido, pero supongo que ya deben tener una idea de la situación.
Garabateando, pensaba documentar las funciones y características de un tamer para esquematizar el caso, y a ese tiempo, Sven ya había cazado un pájaro, y lejos de satisfacer su curiosidad ornitológica, se lo metió en la boca, empezando a masticar lo que estaba siendo una merienda improvisada. No había piedad, ya que aunque supiera a carne e hiciera los mismos ruidos que un animal, no estaba vivo, solo era un cúmulo de datos informe programado para tener pautas que imitasen a un ave de verdad.
Roku, mostró ahora lo que llevaba dibujado, con monigotes tremendamente sencillos, no buscaba ganar ningún premio, solo explicar. Tenía un dibujo central que se indicaba como “tamer”, y a sus lados una especie de móvil que llamaba “digivice” y una especie de pelota con ojos que se glosaba como “digimon”. Él se acercó a la chica, para irle explicando los conceptos, y Sven, imitándolo, se aproximó a la vera de la Tanemon, y antes de que explicase el gráfico, el Spadamon recordaba que esa planta le había gritado antes, y que por eso le regañaron. Así que puso su pie al costado de la bebé, y la volteó, empujándola sin mucha fuerza, pues solo quería molestarla más que proferirle una patada.
-¡¡Sven!! -le regañaba, aunque este apartase la mirada, como si fingiese que el asunto no iba con él.
Mientras empezaba a perseguir al más cercano, Roku, molesto, sacó un cuaderno de anotaciones, y preparando la pluma, comenzó a trazar por la blanca hoja. Simultáneo a esto, pensaba cómo poder explicar a una novicia sobre su condición, y más añadiendo la complicación de que él, a diferencia del resto, no disponía de un compañero digimon, sino que literalmente, se transformaba en un monstruo. Por lo manos, se había conseguido llegar a una situación de concordia, no es como si ella hubiera salido huyendo, derivando en la siempre tediosa tarea de perseguirla, asegurar su bienestar, y luego tener que explicarle lo que era “normal” en aquel mundo.
-”Roku”, ya es mi alias, y se escribe así -mostró la hoja, que ahora mostraba el kanji del número “seis”-, no soy muy amigo de otros apodos, Matsuoka -no podía ignorar su educación y la necesidad de llamar a la gente por su apellido cuando no había vinculo o confianza alguna-. Aunque es bastante positivo que te hayas repuesto del susto inicial. Ya sé que esto carece de sentido, pero supongo que ya deben tener una idea de la situación.
Garabateando, pensaba documentar las funciones y características de un tamer para esquematizar el caso, y a ese tiempo, Sven ya había cazado un pájaro, y lejos de satisfacer su curiosidad ornitológica, se lo metió en la boca, empezando a masticar lo que estaba siendo una merienda improvisada. No había piedad, ya que aunque supiera a carne e hiciera los mismos ruidos que un animal, no estaba vivo, solo era un cúmulo de datos informe programado para tener pautas que imitasen a un ave de verdad.
Roku, mostró ahora lo que llevaba dibujado, con monigotes tremendamente sencillos, no buscaba ganar ningún premio, solo explicar. Tenía un dibujo central que se indicaba como “tamer”, y a sus lados una especie de móvil que llamaba “digivice” y una especie de pelota con ojos que se glosaba como “digimon”. Él se acercó a la chica, para irle explicando los conceptos, y Sven, imitándolo, se aproximó a la vera de la Tanemon, y antes de que explicase el gráfico, el Spadamon recordaba que esa planta le había gritado antes, y que por eso le regañaron. Así que puso su pie al costado de la bebé, y la volteó, empujándola sin mucha fuerza, pues solo quería molestarla más que proferirle una patada.
-¡¡Sven!! -le regañaba, aunque este apartase la mirada, como si fingiese que el asunto no iba con él.
- Tamer
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Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
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Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Danger? (priv. Roku)
—Eh... pero Rokkun suena lindo... además ¿cual es la gracia de llamarse a sí mismo "seis"...? —comentó la chica en voz baja, inflando las mejillas de manera infantil. No le gustaba que las personas rechazaran los grandes y adorables apodos que ella misma pensaba para los demás. Además... ¿por que la llamaba por el apellido? Si era sincera, odiaba ese tipo de formalidad exagerada típica de su cultura. Iba a reclamarle al muchacho para que la llame mínimo "Yuri + cualquier loco honorifico que el chico quisiera ocupar", pero ya el pequeño Sven estaba haciendo de las suyas. Empujó a la pobre Tanemon, haciendo que la pequeña digimon comenzara a rodar por el suelo.
Yuri dejó a Jyarimon en el suelo, para correr detrás de su compañera y lograrla capturar usando sus brazos. —¿Estas bien? —preguntó la muchacha a su pequeña.
—Estoy algo mareada, pero estoy bien, cielo... —contestó la pobre digimon con sus ojitos dando vueltas. Yuri suspiró, para mirar enojada a Sven.
—¡Subibin, eso no era necesario! —dijo exaltada al digimon azul, sin embargo, posiblemente fuera ignorada. Eso hizo que Yuri tomara acciones en el asunto, o mejor dicho, usara sus dedos para darle un pequeño golpe al digimon en la frente, en forma de reprimenda. Luego dirigió una mirada enfadada al muchacho, y comenzó a criticarle por no controlar a Sven como debería. ¡Parecía ser la única que tomaba en serio la situación!
Yuri dejó a Jyarimon en el suelo, para correr detrás de su compañera y lograrla capturar usando sus brazos. —¿Estas bien? —preguntó la muchacha a su pequeña.
—Estoy algo mareada, pero estoy bien, cielo... —contestó la pobre digimon con sus ojitos dando vueltas. Yuri suspiró, para mirar enojada a Sven.
—¡Subibin, eso no era necesario! —dijo exaltada al digimon azul, sin embargo, posiblemente fuera ignorada. Eso hizo que Yuri tomara acciones en el asunto, o mejor dicho, usara sus dedos para darle un pequeño golpe al digimon en la frente, en forma de reprimenda. Luego dirigió una mirada enfadada al muchacho, y comenzó a criticarle por no controlar a Sven como debería. ¡Parecía ser la única que tomaba en serio la situación!
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Yuri Matsuoka
Re: Danger? (priv. Roku)
Existían muchos motivos para referirse a sí mismo como “Roku”, más allá de los suscritos a su historia personal. Para empezar, nació de una necesidad social, pues no le gustaba que sus compañeros de clase se refiriesen a él directamente con su nombre, rompiendo las convenciones sociales en pos de un modernismo que no terminaba de entender, sin contar a todos los extranjeros que caían en esa costumbre al llegar. Luego, ese número estaba bien, pues aludía a las Seis Virtudes del Budismo así como los Seis Caminos de la Redención, quizás planteamientos demasiado profundos como para explicárselos a quien acababa de conocer. Una de esas virtudes no era otra que la Honestidad, entendida como actuar según tus principios de un modo que no perjudiques a terceros.
Y en el caso de Sven, su forma de ver el mundo radicaba en un egoísmo claro, negando cualquier responsabilidad de sus actos escudándose en la ignorancia. Ignoraba lo que motivó el regaño de Tanemon, así como el apodo de Suvivin, e incluso la advertencia de Roku. Poco le importaba todo aquello, y más cuando pasó aquello. Un golpe con el dedo, que apenas sintió dado el casco que portaba. Como acto reflejo, cazó la falange, apretando con fuerza. Ahora quería escuchar el “clack” del hueso saliendo de su lugar natural, pero antes quería ver la expresión de sufrimiento en los ojos de la niña.
-Ya está bien -ejerciendo su autoridad como tutor, se acercó al pequeño-. Te he dicho que pares, así que, suéltala -tuvo que obedecer, porque de seguir, seguro que acababa dándole un capón, y los suyos sí dolían-. Hasta que aprendas a comportarte, vas a quedarte en tu forma de gato. Así no podrás hacer uso de la fuerza, y tendrás que atender a lo que te dicen.
-Está bien...-no le gustaba que le volvieran a regañar cuando solo se estaba defendiendo, pero quejarse no iba a seguir de nada. La armadura se descompuso en datos, y él quedó en una forma más menuda, y cuadrúpeda-. Miau.
Y en el caso de Sven, su forma de ver el mundo radicaba en un egoísmo claro, negando cualquier responsabilidad de sus actos escudándose en la ignorancia. Ignoraba lo que motivó el regaño de Tanemon, así como el apodo de Suvivin, e incluso la advertencia de Roku. Poco le importaba todo aquello, y más cuando pasó aquello. Un golpe con el dedo, que apenas sintió dado el casco que portaba. Como acto reflejo, cazó la falange, apretando con fuerza. Ahora quería escuchar el “clack” del hueso saliendo de su lugar natural, pero antes quería ver la expresión de sufrimiento en los ojos de la niña.
-Ya está bien -ejerciendo su autoridad como tutor, se acercó al pequeño-. Te he dicho que pares, así que, suéltala -tuvo que obedecer, porque de seguir, seguro que acababa dándole un capón, y los suyos sí dolían-. Hasta que aprendas a comportarte, vas a quedarte en tu forma de gato. Así no podrás hacer uso de la fuerza, y tendrás que atender a lo que te dicen.
-Está bien...-no le gustaba que le volvieran a regañar cuando solo se estaba defendiendo, pero quejarse no iba a seguir de nada. La armadura se descompuso en datos, y él quedó en una forma más menuda, y cuadrúpeda-. Miau.
- Forma de Gato (a la derecha):
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Roku Ginshô
Re: Danger? (priv. Roku)
Al sentir su dedo ser agarrado por Sven, Yuri soltó a Tanemon, haciendo que esta cayera al suelo. La muchacha rubia se mordió el labio, mientras intentaban resistir el dolor de la situación. —¡Yuri! ¡Aguanta! —gritó la digimon, antes de comenzar a preparar su ataque en dirección al Spadamon... y ¡Pam! El digimon se transformó en un gatito... Bueno, no tan así, ya que Roku lo regañó primero, sin embargo, Yuri quedó patidifusa al ver la situación, mientras metía su dedo en la boca, como si aquello fuera a apaciguar el dolor. —¿Estas bien, cariño?—preguntó Tanemon preocupada, mientras su tamer le afirmaba con la cabeza.
—Rokkun, deberías tenerlo mas controlado... Subibin es demasiado salvaje... —comentó sacando el dedo de su boca, con un tono que denotaba queja. Obviamente toda la situación le había parecido una locura que claramente no disfrutaba. Más bien, quería salir del Mundo Digital apenas supiera como hacerlo, sin embargo, dudaba si podía conseguir ayuda del dúo que recientemente conoció. Su mirada se dirigió a Tanemon, como preguntándole que debía hacer para arreglar la situación. Sin embargo, Tanemon negó con la cabeza. Parecía haberla entendido, pero tampoco tenía tan claro que debía hacer para poder escapar de la locura que estaba viviendo.
—Rokkun, deberías tenerlo mas controlado... Subibin es demasiado salvaje... —comentó sacando el dedo de su boca, con un tono que denotaba queja. Obviamente toda la situación le había parecido una locura que claramente no disfrutaba. Más bien, quería salir del Mundo Digital apenas supiera como hacerlo, sin embargo, dudaba si podía conseguir ayuda del dúo que recientemente conoció. Su mirada se dirigió a Tanemon, como preguntándole que debía hacer para arreglar la situación. Sin embargo, Tanemon negó con la cabeza. Parecía haberla entendido, pero tampoco tenía tan claro que debía hacer para poder escapar de la locura que estaba viviendo.
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Yuri Matsuoka
Re: Danger? (priv. Roku)
Como si él fuera la víctima, frotaba una de sus patas contra su frente, simulando dolor. Quería llamar la atención, le irritaba que antepusiera a esos desconocidos necesitados de ayuda a sus necesidades. En el fondo, era un niño pequeño, incapaz de leer la atmósfera o entender qué estaba pasando. Para él, solo había sido una broma, la patada al digimon, y un aviso, casi romperle el dedo. Desde su perspectiva, la víctima era él, pues de pasar una divertida jornada musical ahora estaban incómodos y estáticos, y encima, se empeñaban en irritarle. ¿Es que nadie más se daba cuenta? Pensó que mejor sería imitar a un gato hasta que se fueran.
-¿Tenerlo más controlado? -sacó su digivice, indagando en él los archivos que necesitaba- Dame unos segundos -accedió a las grabaciones que le servirían para exponer el caso, proyectándose la imagen en 3D mediante un cono- ¿Ves el lobo gigante que dispara lásers? Es Sven, en una rabieta por pisar una caca. Casi mata a una tamer simplemente por estar en medio -siguió buscando otros ejemplos, y encontró uno-. Ahora, ¿el gigante mecánico sin piernas? Sven, se perdió en la ciudad y se puso nervioso. Se quiso comer a dos bebés sin contar los daños colaterales.
Y estas no eran los peores arrebatos de Sven, aunque entrarían en el top cinco. En todas esas ocasiones, se dio la suerte de que él estaba cerca, interveniendo para detener al monstruo descontrolado. Los tamers asumían diversas responsabilidades, pero muy distintas a las que conformaban el deber de dicho colectivo. Una vez acabaron los vídeos, añadió:
-Un tamer debe cuidar de su digimon, y a su vez este socorre al tamer. Sven no es mi digimon, no tenemos un digivice que nos vincule. Pero ha pasado por muchas cosas y no voy a dejarle solo pese a las complicaciones. Imagina cómo habrían acabado estos casos sin que yo hubiera intervenido. No toleraré una crítica cuando nadie puede sobrevivir cerca de él sin que trate de “defenderse” -el pequeño ignoraba la conversación, ensimismado en cazar su cola-. Sí, recurre a la violencia ante cualquier problema, pero no deja de ser un niño. ¿Crees poder hacerlo mejor?
-¿Tenerlo más controlado? -sacó su digivice, indagando en él los archivos que necesitaba- Dame unos segundos -accedió a las grabaciones que le servirían para exponer el caso, proyectándose la imagen en 3D mediante un cono- ¿Ves el lobo gigante que dispara lásers? Es Sven, en una rabieta por pisar una caca. Casi mata a una tamer simplemente por estar en medio -siguió buscando otros ejemplos, y encontró uno-. Ahora, ¿el gigante mecánico sin piernas? Sven, se perdió en la ciudad y se puso nervioso. Se quiso comer a dos bebés sin contar los daños colaterales.
Y estas no eran los peores arrebatos de Sven, aunque entrarían en el top cinco. En todas esas ocasiones, se dio la suerte de que él estaba cerca, interveniendo para detener al monstruo descontrolado. Los tamers asumían diversas responsabilidades, pero muy distintas a las que conformaban el deber de dicho colectivo. Una vez acabaron los vídeos, añadió:
-Un tamer debe cuidar de su digimon, y a su vez este socorre al tamer. Sven no es mi digimon, no tenemos un digivice que nos vincule. Pero ha pasado por muchas cosas y no voy a dejarle solo pese a las complicaciones. Imagina cómo habrían acabado estos casos sin que yo hubiera intervenido. No toleraré una crítica cuando nadie puede sobrevivir cerca de él sin que trate de “defenderse” -el pequeño ignoraba la conversación, ensimismado en cazar su cola-. Sí, recurre a la violencia ante cualquier problema, pero no deja de ser un niño. ¿Crees poder hacerlo mejor?
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Roku Ginshô
Re: Danger? (priv. Roku)
—¡¿Me estas echando la culpa de que se comporte aquí?! ¡Tu lo dijiste! ¡Es TU responsabilidad! ¡Educalo como corresponde! —exclamó Yuri enfadada. Ese gato no daba más que problemas, y ella sentía que Roku no daba el esfuerzo necesario para cuidarlo como se debía. Aquel par solamente le generaban problemas más que soluciones, que era lo que ella había buscando en un principio. No valía la pena seguir discutiendo el tema, pero si que le irritaba la situación. —Vamonos, Flora-tan. —dijo a su compañera digimon, antes de dar la vuelta y comenzar a caminar hacia el mismo camino que uso para llegar. Tanemon se limitó a decir en voz alta el nombre de la chica rubia, y dar una especie de reverencia al muchacho antes de seguir a su tamer.
No había razón para quedarse con ellos. Yuri detestaba a los chicos demasiado serios, mientras que Sven solamente le generaba migraña. Tanemon suspiró mientras caminaba al lado de Yuri. —¿Que piensas hacer ahora? No le preguntaste a ellos dos como salir de aquí... —comentó con un tono preocupado.
—¡Encontrare la salida sola! —exclamó Yuri decidida. —No necesitamos a esa pareja de idiotas...
—No deberías llamarlos de esa forma, cariño. Además tu también fuiste grosera con ellos, cuand-...
—¡Oigan! ¡Espérenme! —Mientras Tanemon comenzaba a darle un sermón a Yuri, su voz fue interrumpida por otra chillona e infantil. El pequeño Jyarimon venía saltando en dirección hacía ellas con una sonrisa amistosa. —Tanemon, Yuri-pyon... ¡Déjenme acompañarles! —dijo colocándose al lado de la muchacha rubia, quién lo tomó en brazos.
—Awww, ¿no es una ternura? —preguntó mientras lo comenzaba a abrazar. —Voy a llamarte "Jyaririn".
—¡Okidoki! ¡Desde ahora soy Jyaririn!
Mientras tanto, Tanemon volvió a suspirar mientras miraba atrás. ¿Aquellos dos no se preocuparan por que desapareció uno de los bebés?
No había razón para quedarse con ellos. Yuri detestaba a los chicos demasiado serios, mientras que Sven solamente le generaba migraña. Tanemon suspiró mientras caminaba al lado de Yuri. —¿Que piensas hacer ahora? No le preguntaste a ellos dos como salir de aquí... —comentó con un tono preocupado.
—¡Encontrare la salida sola! —exclamó Yuri decidida. —No necesitamos a esa pareja de idiotas...
—No deberías llamarlos de esa forma, cariño. Además tu también fuiste grosera con ellos, cuand-...
—¡Oigan! ¡Espérenme! —Mientras Tanemon comenzaba a darle un sermón a Yuri, su voz fue interrumpida por otra chillona e infantil. El pequeño Jyarimon venía saltando en dirección hacía ellas con una sonrisa amistosa. —Tanemon, Yuri-pyon... ¡Déjenme acompañarles! —dijo colocándose al lado de la muchacha rubia, quién lo tomó en brazos.
—Awww, ¿no es una ternura? —preguntó mientras lo comenzaba a abrazar. —Voy a llamarte "Jyaririn".
—¡Okidoki! ¡Desde ahora soy Jyaririn!
Mientras tanto, Tanemon volvió a suspirar mientras miraba atrás. ¿Aquellos dos no se preocuparan por que desapareció uno de los bebés?
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Yuri Matsuoka
Re: Danger? (priv. Roku)
No intentaba ser grosero, la pregunta nacía de un interés sincero. Pese a que en la era actual esa línea de pensamiento sería tratada de anticuada, machista o discriminadora, por sus conocimientos de biología, Roku creía, hasta cierto punto, del “instinto materno”. Claro que sabía de especies como los hipocampos, donde los machos cuidaban de las crías, e incluso de ciertas aves que alternaban la incubación de los huevos, independientemente del sexo, pero como animal social, la humanidad había condicionado a la mujer a un rol doméstico. No atribuía esa conducta a todo el mundo, y más que asociar su sexo al conocimiento de la crianza, le interesaba más su opinión, tanto como mujer, como por el resto de rasgos que la identificaban.
La clave estaba en exponer estos argumentos para justificar su interacción, sin que desencadenara una nueva discusión o un “merecido” guantazo.
Él tenía que cuidar de Sven, sí, un deber que se había impuesto, pero no pensaba que esa responsabilidad confrontara la posibilidad de preguntar a terceros sobre cómo afrontarían ellos la situación. Relacionando sus pensamientos con el devenir de la conversació, ella se estaba yendo con un digimon bebé, conectando la escena con esa figura de la madre cuidando a los hijos que antes evocaba. Era imposible no darse cuenta de la partida de aquella pelotita blanca, pues anunciaba su marcha a viva voz. Lo cual generaba un nuevo problema:
-¡Oye, no os podéis ir! -gritaba, pensando que de acercarse solo la haría sentirse amenazada- ¡No sabéis en qué zona estáis, y además, el pequeño no puede irse! ¿Sabéis de esos anuncios sobre colonias para bebés? ¡Su olor solo va a atraer a depredadores! ¡¡Por eso viven aquí!!
La verdad, pasaba bastante de tener que dar explicaciones al guardián de esos niños a su regreso, y más de tener que lidiar con la desaparición de una tamer.
La clave estaba en exponer estos argumentos para justificar su interacción, sin que desencadenara una nueva discusión o un “merecido” guantazo.
Él tenía que cuidar de Sven, sí, un deber que se había impuesto, pero no pensaba que esa responsabilidad confrontara la posibilidad de preguntar a terceros sobre cómo afrontarían ellos la situación. Relacionando sus pensamientos con el devenir de la conversació, ella se estaba yendo con un digimon bebé, conectando la escena con esa figura de la madre cuidando a los hijos que antes evocaba. Era imposible no darse cuenta de la partida de aquella pelotita blanca, pues anunciaba su marcha a viva voz. Lo cual generaba un nuevo problema:
-¡Oye, no os podéis ir! -gritaba, pensando que de acercarse solo la haría sentirse amenazada- ¡No sabéis en qué zona estáis, y además, el pequeño no puede irse! ¿Sabéis de esos anuncios sobre colonias para bebés? ¡Su olor solo va a atraer a depredadores! ¡¡Por eso viven aquí!!
La verdad, pasaba bastante de tener que dar explicaciones al guardián de esos niños a su regreso, y más de tener que lidiar con la desaparición de una tamer.
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Roku Ginshô
Re: Danger? (priv. Roku)
—¿Ves, cielo? No es buena idea separarnos de ellos. —advirtió Tanemon a su tamer, con una mirada de preocupación. Puede que haya conocido a Yuri hace unas horas, pero ya se daba cuenta de como era el carácter de la muchacha rubia, y que posiblemente por orgullo no fuera capaz de escuchar al joven que solamente deseaban ayudarlas. Además del hecho de que la joven ni se dignaba a mirar a Roku era una prueba de ello.
Yuri pegó un suspiro mientras acariciaba la cabeza del pequeño digimon que sostenía. —¿Acaso estaré mas segura contigo y gato agresivo? —preguntó en tono sarcástico, antes de morderse el labio. Claro que le asustaban los digimon imponentes que posiblemente la perseguirían, pero estar con aquel muchacho no la hacía sentirse segura. Al contrario, tenía que reconocer que temía un poco de lo que Sven podía hacerle con aquel carácter tan violento.
—Los digimon daban menos miedo en las cartas...—pensó abrazando un poco a Jyarimon. ¿Que debía hacer? No sabía. No quería quedarse con aquel muchacho, pero tampoco quería meterse en problemas con digimon violentos que encontraría en la salida del Bosque del Inicio.
Tanemon la miró fijamente, y al no ver respuesta, pegó un suspiro. —¡Lamento la mala educación de Yuri! Esta niña es una novata perdida que no sabe lo que debe hacer. Todo lo que hizo o dijo no fue con malas intenciones. —dijo haciendo una pequeña reverencia frente a Roku. Yuri dirigió su mirada hacia ella soltando un "Flora-tan" en un grito. A diferencia suya, Tanemon era capaz de darse cuenta de lo que más les convenía en aquella situación.
Yuri pegó un suspiro mientras acariciaba la cabeza del pequeño digimon que sostenía. —¿Acaso estaré mas segura contigo y gato agresivo? —preguntó en tono sarcástico, antes de morderse el labio. Claro que le asustaban los digimon imponentes que posiblemente la perseguirían, pero estar con aquel muchacho no la hacía sentirse segura. Al contrario, tenía que reconocer que temía un poco de lo que Sven podía hacerle con aquel carácter tan violento.
—Los digimon daban menos miedo en las cartas...—pensó abrazando un poco a Jyarimon. ¿Que debía hacer? No sabía. No quería quedarse con aquel muchacho, pero tampoco quería meterse en problemas con digimon violentos que encontraría en la salida del Bosque del Inicio.
Tanemon la miró fijamente, y al no ver respuesta, pegó un suspiro. —¡Lamento la mala educación de Yuri! Esta niña es una novata perdida que no sabe lo que debe hacer. Todo lo que hizo o dijo no fue con malas intenciones. —dijo haciendo una pequeña reverencia frente a Roku. Yuri dirigió su mirada hacia ella soltando un "Flora-tan" en un grito. A diferencia suya, Tanemon era capaz de darse cuenta de lo que más les convenía en aquella situación.
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Yuri Matsuoka
Re: Danger? (priv. Roku)
Ciertamente, la situación no podía ir a peor. En excasos minutos, un primer encuentro había derivado en un intercambio de crispaciones que solo había despertado la desconfianza en la chica. Llegados a este punto, dijera lo que dijera, podría interpretarse como una mentira o despertar nuevas hostilidades. Definitivamente, el papel de “tutor que adentra a nuevos tamers a esta mágica aventura” no era lo suyo, aunque siempre lo vio ridículo.
-Antes de que toméis una decisión -intentaba sonar conciliador-, creo que lo mejor será que comáis algo. Ya deberías haberos fijado en que aquí todo brota en abundancia, pero -no era mucho, solo había preparado dos bentos para el almuerzo- supongo que esto es mejor que la carne sin condimentar y las frutas sin macerar.
Sven se apropió de la suya, sacando su tenedor para empezar a comer. Por el olor, un par de bebés se acercaron, queriendo probar la comida, a lo que el león solo gruñía, poniendo muy mala cara. El menú estaba compuesto por arroz blanco con salsa de soja y ostra para facilitar su ingesta; katsudón, filete de cerdo empanado, sin su famosa salsa dulce, pero acompañado de una ensalada de brotes y mizune, la hoja de mostaza japonesa; fideos salteados con cebolla y zanahoria; y para acabar salchichas de atún, cuya parte inferior estaba cortada en cruz para que, al golpe de calor, estas se rizaran imitando los tentáculos de un pulpito. A estas sí las había acompañado de una salsa ligera para aumentar el sabor, con base de tomate y cúrcuma, nada excesivamente picante.
-Podéis quedaros esta -afirmó, extendiendo el brazo hacia la pareja para que cogieran el que sería su almuerzo-, solo espero que os guste.
-¡Dejad de comeros mis cosas! -ya correteaba con la caja en alto, evadiendo a los hambrientos bebés- ¡¡Dejadme en paz!!
-Antes de que toméis una decisión -intentaba sonar conciliador-, creo que lo mejor será que comáis algo. Ya deberías haberos fijado en que aquí todo brota en abundancia, pero -no era mucho, solo había preparado dos bentos para el almuerzo- supongo que esto es mejor que la carne sin condimentar y las frutas sin macerar.
Sven se apropió de la suya, sacando su tenedor para empezar a comer. Por el olor, un par de bebés se acercaron, queriendo probar la comida, a lo que el león solo gruñía, poniendo muy mala cara. El menú estaba compuesto por arroz blanco con salsa de soja y ostra para facilitar su ingesta; katsudón, filete de cerdo empanado, sin su famosa salsa dulce, pero acompañado de una ensalada de brotes y mizune, la hoja de mostaza japonesa; fideos salteados con cebolla y zanahoria; y para acabar salchichas de atún, cuya parte inferior estaba cortada en cruz para que, al golpe de calor, estas se rizaran imitando los tentáculos de un pulpito. A estas sí las había acompañado de una salsa ligera para aumentar el sabor, con base de tomate y cúrcuma, nada excesivamente picante.
-Podéis quedaros esta -afirmó, extendiendo el brazo hacia la pareja para que cogieran el que sería su almuerzo-, solo espero que os guste.
-¡Dejad de comeros mis cosas! -ya correteaba con la caja en alto, evadiendo a los hambrientos bebés- ¡¡Dejadme en paz!!
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Roku Ginshô
Re: Danger? (priv. Roku)
—¿Piensas que con un almuerzo podrás seducirme? ¡Dejame decirte que no soy una chica así de-...!
—¡Yuri! ¡Silencio! —dijo Tanemon con la voz algo severa, interrumpiendo el monologo algo desagradable que su tamer tenía preparado. Al escuchar aquello, Yuri abrazó fuertemente a Jyarimon inflando las mejillas en forma de reclamo, sin embargo, Tanemon la ignoró y dirigió su mirada a Roku. —Reitero las disculpas pro la actitud de Yuri. Muchas gracias por ayudarnos tanto, en serio. Aceptamos dichosas la comida.
—Yo no... Si como a deshoras, subiré de peso...
—¡Yuri, por favor!
Y así, a regañadientes, Yuri aceptó el obento que Roku le ofrecía. Se sentó sobre sus propias rodillas y abrió la caja. Era un almuerzo más lindo de lo que esperaba, no tanto como los que hacía ella cuando deseaba conquistar a un chico, pero tenía que reconocer que se veía bien. —Flora-tan, Jyaririn. Coman ustedes. —sugirió a los dos digimon. Ella antes de ser secuestrada por el mundo digital, había comido un parfait de frutas con su grupo de amigas, por lo que su estomago aun no demandaba comida, sin embargo, Flora-tan estaba cansada y Jyaririn era un bebé, por lo que posiblemente el hambre invadía sus cuerpos.
Tanemon no estaba tan de acuerdo que su tamer no comiera, pero decidió respetar a la joven y su decisión, comenzando a devorar el katsudon, mientras que Jyarimon disfrutaba de las salchichas en forma de pulpo. Yuri desvió la mirada hacia el escándalo que Sven protagonizaba, pegando un suspiro. Aquel gato era demasiado problemático.
—Pequeños, si quieren pueden comer de mi obento ustedes también. —dijo guiñando el ojo a los digimon bebés.
—¡Yuri! ¡Silencio! —dijo Tanemon con la voz algo severa, interrumpiendo el monologo algo desagradable que su tamer tenía preparado. Al escuchar aquello, Yuri abrazó fuertemente a Jyarimon inflando las mejillas en forma de reclamo, sin embargo, Tanemon la ignoró y dirigió su mirada a Roku. —Reitero las disculpas pro la actitud de Yuri. Muchas gracias por ayudarnos tanto, en serio. Aceptamos dichosas la comida.
—Yo no... Si como a deshoras, subiré de peso...
—¡Yuri, por favor!
Y así, a regañadientes, Yuri aceptó el obento que Roku le ofrecía. Se sentó sobre sus propias rodillas y abrió la caja. Era un almuerzo más lindo de lo que esperaba, no tanto como los que hacía ella cuando deseaba conquistar a un chico, pero tenía que reconocer que se veía bien. —Flora-tan, Jyaririn. Coman ustedes. —sugirió a los dos digimon. Ella antes de ser secuestrada por el mundo digital, había comido un parfait de frutas con su grupo de amigas, por lo que su estomago aun no demandaba comida, sin embargo, Flora-tan estaba cansada y Jyaririn era un bebé, por lo que posiblemente el hambre invadía sus cuerpos.
Tanemon no estaba tan de acuerdo que su tamer no comiera, pero decidió respetar a la joven y su decisión, comenzando a devorar el katsudon, mientras que Jyarimon disfrutaba de las salchichas en forma de pulpo. Yuri desvió la mirada hacia el escándalo que Sven protagonizaba, pegando un suspiro. Aquel gato era demasiado problemático.
—Pequeños, si quieren pueden comer de mi obento ustedes también. —dijo guiñando el ojo a los digimon bebés.
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Yuri Matsuoka
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