La aventura del Apócrifo comienza

El autoproclamado humano se presentó como Ren, aunque prefirió centrar su atención en recordar su apodo, al fin y al cabo no servía de mucho recordar un nombre si le llamaban por otro. De repente, el demonio, tomando a los presentes por sorpresa, agarró al chico de la cicatriz, que se había presentado a Guillem como Francisco, casi provocando que la bruja se le echara al cuello por puro instinto, afortunadamente el humano se relajó rápidamente evitando un nuevo desastre, de todas formas la mujer digital decidió estar más atenta a su compañero.

Desde el hombro de Astolfo, Francisco preguntó a donde debían ir lo que provocó un conflicto en Guillem; el bombardeo de preguntas parecía indicar que el joven era nuevo en ese mundo así que seguramente le vendrían bien algunos consejos, por otro lado, por primera vez en ya hacia un tiempo no se sentía a gusto con la presencia de otro humano cerca por lo que preferiría que no fuera con ellos, además, el hecho de que el errático ser oscuro fuera un desconocido también para él revivía la posibilidad de que se tratará de un bandido, al fin y al cabo parecía estar muy interesado en los alimentos, además de que se había encontrado con ellos debido al sonido de una pelea y el propio Devimon había admitido enfrentarse a un Kugawamon para proteger a Francisco, y curiosamente, precisamente en los alrededores de la cabina donde los había encontrado era donde no había rastro de ningún ataque, casi como si la intervención del demonio hubiese sido injustificada. ¿Y si…?
- Creo que nuestro campamento estaba por allí. Por cierto Guillem ¿Ya recogiste leña?
El adolescente maldijo mentalmente a Tina mientras asentía y tomaba la delantera para guiar al grupo, su compañera optó por recoger su escoba, colocarla bajo su brazo y andar al lado de los otros dos, evitando que Guillem pudiera advertirla de sus sospechas, de todos modos el humano decidió que sería mejor fingir que no desconfiaba, si estaba en lo cierto no iba a arriesgarse a precipitar un ataque.
- Oye, Francisco - Mientras hablaba aprovechó para sacar  su digivice de su pantalón y meterlo en el bolsillo de su sudadera, donde lo tendría más a mano - Si quieres volver hacerme las preguntas de antes, adelante. Pero esta vez déjame responder, por favor.

El tono alegre de su compañero puso en guardia a Tina que dejó ir caer su escoba para agarrarla al vuelo, en el tiempo que llevaba con Guillem había comprobado que rara vez usaba ese tono, lo que le hizo suponer que probablemente el chico habría notado algo que ella no, así que empezó a mover los ojos de un lado a otro tratando de vislumbrar la posible amenaza sin alertar a esta o a sus acompañantes, que al no conocer al chico no habrían podido notarlo.

El joven cumpleañero llamado Francisco, aun negándose al principió, acepto y se agarro como le dije, Tina la Wichmon se puso alerta pero se tranquilizo por su compañero Guillem. La digimon bruja comento por donde estaba su campamento, a la vez que preguntaba si su compañero había obtenido la leña, el cual asintió con la cabeza.

Bueno, pues pongamos rumbo al campamento y descansemos allí como es debido.-comente mientras comenzaba a caminar, mientras me aseguraba de que las ramas de los arboles no molestasen al pequeño que se encontraba en mi hombro.

Tras caminar un rato, llegamos a la playa, donde pude ver leña apilada en un tronco agujereado, el cual... Bueno no tenía buena pinta, por lo que deduje que aquí era el aclamado ''campamento'' el cual no tenía nada.

Bueno esto es vuestro campamento ¿verdad?.-dije mientras dejaba a Francisco de nuevo en el suelo.-Aunque la verdad esperaba algo mas parecido a un campamento.-comente dejando las raíces cerca de la leña que había apilada en el tronco.

Bueno, ya va siendo hora de descansar chicos, por lo que toca un poco de sorpresa.-dije mientras posaba fabulosamente.

Pose:

Tras la pose, deshice la transformación, por lo que volví a mi aspecto humano.

Aspecto humano:

Bueno, al fin vuelvo a mi forma original.-dije mientras me estiraba un poco.

Mientras se dirigían hacia la playa Francisco aceptó la propuesta de Guillem y repitió sus dudas, lamentablemente el adolescente no tenía respuesta alguna. - ¿Niño elegido? Es la primera vez que oigo este término. - El adolescente esbozó una sonrisa - Y diría que ya se hace un tiempo que no soy un niño. Tina quizá, suele comportarse como una.
- ¡Eh! - La bruja digital hinchó las mejillas mientras miraba con odio a su compañero, aun así para mantenerse atenta a la amenaza que creía vislumbrada por Guillem decidió no tomar represalias… De momento.
Sin embargo, la reafirmación de la naturaleza humana del demonio provocó que ambos se giraran hacia el joven sin molestarse en disimular su escepticismo. - Eh… No creo que eso sea cosa de humanos.
- Coincido. Creo que el caso de…
- Astolfo.
- El caso de Astolfo debe ser “especial”. - Mientras decía esas palabras el chico se giró y se apresuró a seguir el camino, esperando que el ángel caído no se diera cuenta del doble sentido que había usado.


Al llegar a la playa, mientras dejaba al suelo sus dos cargas, Astolfo no tardó en señalar la total falta de equipamiento del supuesto “campamento” (con muchas comillas). Seguramente el uso de esa palabra por parte de Tina le debió dar demasiadas expectativas. Guillem se acercó a la leña que había apilado al lado del tronco y empezó a separar un puñado
- Bueno, se suponía que era más bien un punto de reunión, pensábamos adentrarnos en la isla después de que Tina hubiera visto un poco de lo que nos encontraríamos. - Mientras decía eso, el demonio sonrió y afirmó que ahora tocaba una sorpresa, lo que provocó que el humano se temiera lo peor.
Astolfo separó las piernas y puso su brazo izquierda a la altura de su cintura y el derecho a la del hombro, y con un increíble destelló que deslumbró a todos los presentes, perdió su forma demoníaca y tomó la apariencia de una chica apenas más alta que Tina de pelo rosa recogido con una trenza. Al disiparse la luz, Guillem que ya se había preparado para lanzarle una rama, se quedó con el brazo alzado encima de su cabeza observando confundido el nuevo aspecto del demonio.

El joven de cara cicatrizada y la bruja también quedaron desconcertados, durante unos segundos que se hicieron eternos lo único que se escuchaba en la playa era el romper de las olas, finalmente Francisco sacó algunos dulces de su chaqueta y los ofreció al grupo, Tina inmediatamente aceptó la oferta.
- ¡Yo quiero! - La digimon tomó un chocolate y un caramelo y los guardó dentro de su guante izquierdo - Por cierto… ¿Qué es esto?
Guillem, aún con la vista fijada en la pelirosa, bajó la rama. Ya había visto a otros humanos usar habilidades increíbles antes pero no se había tomado en serio la posibilidad de que alguno tuviera la capacidad de transformarse en digimon – Así realmente eres humana…

Tras el resplandor causado por mi fabulosa transformación y mi aspecto humano, que es hermoso, hice que los jóvenes y la digimon se quedaran anonadados, a lo que uno de ellos se puso en ''guardia'' usando una rama. El joven llamado Francisco dijo que le respondiera unas preguntas, tras eso, saco una bolsa con chocolate y caramelos y pregunto si alguien quería, lo que Tina acepto y pregunto que eran.

Joe, ni que fuera un monstruo horrendo, no hace falta ponerse así conmigo.-comente mientras inflaba un poco las mejillas y miraba hacia otro lado.-Las preguntas, siempre que sepa las respuestas, te las daré, pero deberás darme algún chocolate como pago.-dije mientras sonreía al joven con cicatrices.

El otro joven llamado Guillen hizo el comentario mas ''estúpido'' a mi parecer, Así que realmente eres humana… Estuve pensando respuestas bastante buenas, aunque como no, quería divertirme.

Oh y muy humana, ¿quieres comprobarlo?-dije mientras me sentaba sobre la arena me estiraba un poco y miraba el hermoso mar azul.-Aunque debo deciros algo importante... Y es como se supone que nos resguardaremos esta noche?-dije mientras miraba a los presentes.

Astolfo pareció ofenderse ante los comentarios de Francisco y Guillem, algo normal teniendo en cuenta que ninguno de ellos había tenido tacto alguno con sus comentarios.
Tras volver a insistir en su naturaleza humana, la chica se interesó por lo que harían al caer la noche, tema que también preocupó a Francisco que empezó a proponer como crear un refugio. Mientras hablaba, Guillem fue poniendo la madera dentro del tronco mientras esperaba tranquilamente a que terminara su propuesta.
El joven hizo un pequeño inciso para explicarle a Tina que el chocolate era comida y ofrecerle otro trozo, la bruja no se hizo de rogar y de un mordisco, que podria haber dejado manco al chico, se lo arrebató. Al contacto del dulce con su lengua, los ojos de la bruja se abrieron como platos y se apresuró a tragar. De todos modos no parecía que quisiera más.
- Gracias… - Con esa única palabra, la mujer digital se acercó al montón de raíces para tomar una relativamente grande y a darle grandes bocados.

Mientras Tina comía su tubérculo, Francisco se giró hacia los otros dos humanos para pedirles su opinión sobre la propuesta del refugio, Guillem esperó un momento para asegurarse que había acabado y tomó la palabra.
- Honestamente… Preferiría que me volvieras a golpear a pasar aquí la noche. - Mientras decía esto la imagen de varios Octomon saliendo del mar se materializó en su mente -  Precisamente hemos tratado no hace mucho con bandidos que se escondían en el mar para robar en la playa. Preferiría no arriesgarme a encontrar imitadores de su trabajo. Además, creo que ya he dicho que nosotros dos pensábamos adentrarnos tierra adentro.
- Guio ge ejogado…
- ¡Tina! - Guillem dirigió a la aludida una mirada severa - Te tengo dicho que no hables con la boca llena.
La bruja terminó de tragarse la raíz, se golpeó el pecho y volvió a hablar - Yo he encontrado una madriguera mientras investigaba, está protegida, es espaciosa, y ya no la usa nadie.
El adolescente miró con preocupación a su compañera - Tina… Voy a arrepentirme de esto… ¿Cómo sabes eso ultimo?
La mujer demonio mostró una gran sonrisa revelando sus afilados dientes - Muy simple. Yo me encargué de que así fuera.

Guillem se quedó en silenció mirando a la bruja que, con total tranquilidad, tomó otra raíz y empezó a comerla. Mientras lo hacia fijó su mirada en Astolfo, algo de la chica se le hacia extraño, aunque no estaba segura de que, de todas formas no le dio mucha importancia.

Me parecía divertido ver a Tina intentando abrir el envoltorio de la chocolatina, Francisco comento que no era la primera vez que se tenía que acampar, por lo que comenzó a decir los objetos que se necesitarían, como postes, troncos y hojas o bien podíamos quedarnos a la intemperie. Poco después de decir todo eso, ayudo a la bruja a abrir la chocolatina y mirándome a mi, dijo que con mi fuerza no sería difícil hacer el campamento.

Oh, conque con mi fuerza, soy bastante fuerte, siempre que use una espada, aunque si te refieres a mi transformación, debo aclararte que realmente es la unión de la fuerza del espíritu digital y mi cuerpo.-comente mirando al joven Francisco, mientras me ponía de pie.

El joven Guillem comento que su intención era entrar mas en la selva y así pasar la noche allí, a lo que su compañera dijo, mientras tenía la boca llena, que había encontrado una madriguera protegida, espaciosa y que no la usaba nadie, lo que me sorprendió fue que Guillem le pregunto como es que sabía lo ultimo, lo que hizo sonreír a Tina mientras decía que ella se ocupo de ello, tras ello, tomo una raíz y comenzó a morderla y me miraba.

Bueno, ya da igual si se hizo cargo de echarlos o lo que sea, al menos consiguió un lugar para poder dormir seguros, es verdad que lo podría haber intentado de otro modo, pero ya esta hecho, por lo que voto para ir a esa madriguera, hacer una fogata y hablar un poco antes de dormir.-dije mientras sacudía un poco la arena de mi ropa y cogía un par de raíces para llevarlas a dicha madriguera.

A Guillem le sorprendió la tranquilidad con la que los dos humanos aceptaron pasar la noche en la cueva. Aunque claro, ellos no conocían el lado bestial de Tina.
La bruja por su parte miró extrañada a Francisco mientras este posaba tratando de imitar a Astolfo - Yo nunca dije… - De repente un destello de luz los cegó ¿Acaso ella era la única que cambiaba de forma sin dejar ciegos a todos a su alrededor? Al disiparse esta el joven había perdido su forma humana y se había convertido en…
- Lagartija… Escupe fuego… - Tal y como ya había pasado tiempo atrás con los Tyranomon Tina asoció al recién transformado Guilmon con el Agumon que tantas veces la cazó. Su piel se erizó mientras sus músculos se tensaban y mostraba sus colmillos mientras empezaba a gruñirle.

Afortunadamente la última vez terminó suficientemente malherida como para no reaccionar únicamente por instinto, de todos modos se quedó con la vista fijada en el reptil mientras pequeñas gotas de agua empezaban a condensarse en la punta de sus dedos.
Viendo cómo iba a acabar aquello, Guillem tomó a su compañera por el hombro y la arrastró hacia la canoa que ahora servía de armario - Mira, no voy a pedirte que te calmes, pero recuerda que bajo esas escamas sigue siendo un humano. Y que los humanos…
- No reencarnan. Lo sé. - La bruja se volvió hacia Francisco - ¿Te importaría volver a...? - El nuevo digimon estaba repitiendo una y otra vez la misma pose sin resultado alguno y empezaba a entrar en pánico, la desesperación en sus ojos hizo sonreír a la mujer demonio - ¿Sabes qué? Olvídalo. Sigue, sigue.
Tras un momento de pánico que la digimon realmente disfrutó, Francisco logró tranquilizarse y se puso la chaqueta mientras preguntaba si ya se iban.

- Sep - Tina, que se estaba tomando a broma la situación, sonrió y como pudo se cargó el tronco con raíces y ramas al hombre, al instante de hacerlo se dio cuenta de la mala idea que era. La bruja intentó moverse pero le fallaron las fuerzas y el tronco cayó en la arena mientras un intenso dolor le hacía arder el hombro derecho. - Ouch… De acuerdo, mala idea.
- ¿Por qué siempre te complicas tanto la vida? - Guillem sacó las ramas del tronco y se las puso bajo el brazo, entonces se dirigió a Astolfo - Tu eres la experta ¿Va a estar mucho así? Por qué  Tina es bastante imprevisible cerca de reptiles.

Con el orgullo herido, Tina ignoró a los humanos y empezó a recoger algunas de las raíces tratando de que no se notara el daño en su hombro, afortunadamente unos cuantos tubérculos no lo forzaban - Bueno, tomad vosotros algo y seguidme - La bruja empezó a adentrarse en la vegetación mientras su compañero recogía la escoba del suelo con su mano libre y se quedaba esperando los demás para ir el ultimo.

Parecía que estábamos a punto de comenzar la marcha, para así ir ya al lugar donde pasaríamos la noche, cuando para mi sorpresa el señorito Francisco, imito mis fabulosas poses mientras mantenía su dispositivo en la mano y tras un haz de luz, el joven se transformo en Guilmon.

Lo que me faltaba, un imitador... Deberías buscar tus poses o algo, esa era mía.-dije mientras inflaba un poco mis mejillas en señal de enfado.

A Francisco no parecía gustarle estar en aquella forma, quería volver a su forma original, lo que sorprendió fue que a Tina tampoco parecía gustarle la apariencia que había obtenido el joven. Guillem se me acerco y me pregunto si Francisco estaría mucho tiempo así, lo que simplemente me hizo dudar si decir la verdad o soltar alguna mentira.

Bueno... Solo puedo decir que... Puede que si, puede que no, todo dependerá de Francisco.-respondí mientras cogía unas ramas y seguía a la bruja.

Guillem se quedó unos segundos mirando el horizonte con la mente en otro lugar mientras Astolfo y Francisco empezaban a seguir a Tina cuando este último le llamó la atención ara que se les uniera, cosa que el adolescente hizo con facilidad.
- Tranquilo, no soy yo quien se ha de a adaptar a sus nuevas piernas. - De todas formas Francisco no parecía tener grandes dificultades con su nuevo centro de gravedad, algo sorprendente para Guillem; al fin y al cabo en todas sus cambios de forma hasta el momento Tina había problemas con eso, aunque también es verdad que la última vez la ropa le molestó más que la perdida de la cola.

El grupo estuvó un buen rato avanzando por entre la vegetación que la bruja había ido apartando en el camino de ida, a medida que avanzaban un desagradable olor a descomposición empezó a hacerse cada vez más fuerte hasta llegar al origen de esté; una obertura en la roca rodeada por un gran numero de lo que parecían ser toscos boles gigantes de piedra, algunas marcas en el suelo rebelaban que algo gigantesco se había arrastrado dentro recientemente.
Por un momento Guillem temió que Tina se fuera a detener allí pero esta tomó la dirección opuesta a la del rastro, estuvo a punto de preguntarle algo pero en ese momento algo cuya mejor definición seria algún tipo de ruido gutural salió de la grieta, motivando al chico a aumentar el ritmo en lugar de arriesgarse a detener allí al grupo.

No pasó mucho antes de que llegaran a otra cueva con una entrada ligeramente más estrecha situada a más o menos medio metro del suelo, dentro de esta las paredes mostraban marcas de garras que habían ampliado la cueva hasta el punto en que el grupo entero podría estirarse los unos delante de los otros y aún sobraría un gran espacio. Sin embargo las paredes emitían un hedor similar a la de la otra cueva si bien un poco más soportable, en la base parecía empezar el rastro de lo que fuera que se arrastró en el interior de la otra.

Tina sonrió mientras tiraba dentro sus raíces - ¿Y bien? ¿Qué os parece?
Guillem se planteó por un momento si no sería mejor volver al plan de Francisco pero optó por tan solo suspirar mientras apretaba con más fuerte la escoba en su mano - Admito que no esperaba esto, aunque quizá con un poco de humo podríamos quitar el olor. Ahora bien… Estas marcas…
- Oh, eso… - La mujer demonio se agachó y empezó a borrar las huellas con la mano -El anterior ocupante.  No hay de qué preocuparse, ya os dije que me encargué de eso.

La tranquilidad de la bruja no resultaba precisamente contagiosa para el adolescente que dirigió su mirada hacia Astolfo y Francisco esperando su reacción mientras Tina seguía tratando de borrar el rastro de lo que fuera que había estado ahí sin resultado aparente.