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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
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y Sigrun Vinter
Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
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Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
-Varios días han pasado desde que el Dark Digivice cambió su forma anterior por la que tiene actualmente, según Gabumon, quien también cambió de forma por algún extraño motivo, mi digivice posee el nombre de D-Ark, cosa a la que no le doy tanta importancia, después de todo, ¿Que importa el nombre que lleve el bendito aparato?. Gabumon se ha vuelto algo torpe desde que asumió la forma de Tsunomon, ha roto varios platos, juegos de tazas y jarrones que estaban en mi casa, es un poco desastroso, pero supongo que ya me acostumbraré a ello.
-Siguiente Semana-
Hoy Tsunomon me explicó que era un digimon y de dónde venían, me pareció un poco surrealista, la verdad, criaturas con grandes poderes, un lugar llamado ‘’Digimundo’’ que era donde nacían estas, no tengo más opción que creerle ya que él mismo es una de esas criaturas. Tsunomon ha cortado a la mitad el sofá con la Katana que el jefe me regaló momentos antes de retirarme de los Yakuzas!. Supongo que eso me ocurre por no dejarla en un lugar seguro únicamente por comodidad ya que se encontraba en un lugar donde podría tomarla rápidamente por si ocurría algo.
-Varios días después-
Vi unos animes algo interesantes en el internet, sus nombres son Zero no Shikigami y otro llamado Higarashi ni nako kuro ni. Otra cosa muy curiosa eran las canciones del Utau Amane Ritsu que conseguí navegando por internet.
-Dos días más tarde-
Este día decidí que saldría y que dejaría a Tsunomon cuidando la casa, tenía ganas de salir a darme una vuelta por el centro comercial y comprar algo de ropa, mi conjunto de chándal está un poco desgastado y quisiera cambiarlo por uno nuevo. XX de Mayo, 2014. Daiki Nakagawa-
-Siguiente Semana-
Hoy Tsunomon me explicó que era un digimon y de dónde venían, me pareció un poco surrealista, la verdad, criaturas con grandes poderes, un lugar llamado ‘’Digimundo’’ que era donde nacían estas, no tengo más opción que creerle ya que él mismo es una de esas criaturas. Tsunomon ha cortado a la mitad el sofá con la Katana que el jefe me regaló momentos antes de retirarme de los Yakuzas!. Supongo que eso me ocurre por no dejarla en un lugar seguro únicamente por comodidad ya que se encontraba en un lugar donde podría tomarla rápidamente por si ocurría algo.
-Varios días después-
Vi unos animes algo interesantes en el internet, sus nombres son Zero no Shikigami y otro llamado Higarashi ni nako kuro ni. Otra cosa muy curiosa eran las canciones del Utau Amane Ritsu que conseguí navegando por internet.
-Dos días más tarde-
Este día decidí que saldría y que dejaría a Tsunomon cuidando la casa, tenía ganas de salir a darme una vuelta por el centro comercial y comprar algo de ropa, mi conjunto de chándal está un poco desgastado y quisiera cambiarlo por uno nuevo. XX de Mayo, 2014. Daiki Nakagawa-
Daiki cerró su diario después de haberlo actualizado al agregar la actividad que haría ese día y se dirigió a la puerta con su mejor traje, un conjunto de chándal negro y un trozo de tela alrededor de su blanco cuello. Entonces se dispuso a salir de su hogar con digivice en mano y una buena suma de dinero en el bolsillo, durante el trayecto hacia el centro comercial, estuvo pensando en todas las cosas que Tsunomon le había explicado, el digimundo, el D-Ark y de donde venía, las evoluciones digimon y algunas otras cosas más. Al haberse perdido en sus pensamientos no se dio cuenta de que había llegado al centro comercial
No habían muchas personas en el área de las tiendas, cosa que era un poco rara pero Daiki no le prestó mucha atención a ese hecho y entró a una de las tiendas. Despues de pensarlo, decidió que se compraría el mismo conjunto de chándal que llevaba puesto, un yukata de color negro como la noche y a pesar de que no los usaría mucho, un manto de rey y una corona además de un abanico rosa que le regalaron por participar en una especie de encuesta.
Salió de la tienda con las bolsas de sus compras y se dirigió a una cafetería que se encontraba muy cerca, en ella ordenó una taza de café unas galletas para acompañarla. Se bebió su café rápidamente y decidió llevarse las galletas que sobraban. Salió de la cafetería y se dirigió afuera para caminar y tomar un poco de aire fresco, sin embargo, notó que algunas personas parecían fuera de lugar por resaltar tanto entre la multitud. Daiki se les acercó e intentó iniciar una conversación –Hola.. ¿Quienes son ustedes? Nunca los ví por aquí-
No habían muchas personas en el área de las tiendas, cosa que era un poco rara pero Daiki no le prestó mucha atención a ese hecho y entró a una de las tiendas. Despues de pensarlo, decidió que se compraría el mismo conjunto de chándal que llevaba puesto, un yukata de color negro como la noche y a pesar de que no los usaría mucho, un manto de rey y una corona además de un abanico rosa que le regalaron por participar en una especie de encuesta.
Salió de la tienda con las bolsas de sus compras y se dirigió a una cafetería que se encontraba muy cerca, en ella ordenó una taza de café unas galletas para acompañarla. Se bebió su café rápidamente y decidió llevarse las galletas que sobraban. Salió de la cafetería y se dirigió afuera para caminar y tomar un poco de aire fresco, sin embargo, notó que algunas personas parecían fuera de lugar por resaltar tanto entre la multitud. Daiki se les acercó e intentó iniciar una conversación –Hola.. ¿Quienes son ustedes? Nunca los ví por aquí-
Última edición por Daiki Nakagawa el Dom Jun 01, 2014 2:26 am, editado 2 veces
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :4Nivel On Rol :Bebe IIInventario :
Daiki Nakagawa
Re: Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
Hoy resultaba ser un día agradable, o al menos eso era lo que yo presentía pese a que estabamos a una fecha ''común y corriente'', un día entre semana, para ser mas precisos nos encontrabamos en Jueves. Desde mi inoportuna desaparición hacia el mundo digital llegué a olvidar muchas cosas de mi vida normal, como por ejemplo, el hecho de que debía ir a la escuela. Yo soy Ryuugu Rena, estudiante de 16 años de edad que cursa el tercer año de secundaria, ¿Porque tan atrasada? aparentemente en este mundo sigo tieniendo 14 años, así es, viví en el mundo digital por 2 años, un mundo en el que aparentemente ambos flujos de tiempo corren de una forma realmente distinta hasta el punto de perturbar, pues incluso después de haber vivido tanto tiempo en esa ''dimensión alterna'' cuando regresé no habían pasado más de dos días de mi desaparición.
No me he acostumbrado aún a estar encerrada en una misma área por varias horas teniendo solo pocos minutos de receso para ir a comer un momento, pero no iba a quejarme, si volvía al mundo humano no era para quejarme de mi ''vida normal'' si no para tomarme unas buenas vacaciones del mundo digital, un lugar en el que rara vez puedes tener un momento de descanso, mucho menos si los demás saben que eres la Sublider del clan mas detestado. Por cierto, este día decidí llevarme conmigo a ''Loppi'', para un ojo humano ella no es más que un tierno peluche en forma de conejo, pero para aquellos que tengan un minimo conocimiento de los digimon sabemos que se trata de una Lopmon, mi aliada digimon, quien se llama a si misma como ''mi protectora'', ella no soporta la idea de que me venga al mundo humano sin ella así que para no hacerla sufrir mucho la traigo conmigo, a pesar de que no conoce lo que es la privacidad cuando se trata de mi, sé que esto lo hace porque me aprecia y me quiere proteger.
- ... Ya puedes hablar si quieres Loppi, ya salimos de la escuela -le comenté a ''mi peluche'' a quien me encontraba cargando entre mis brazos. Hasta el momento ella se había mantenido, sorprendentemente, sin parpadear ni un momento y sus respiraciones eran tan lentas que uno no podía notar esto con claridad- Ahhh... Gracias Hime-sama, el papel de peluche no es muy agradable... -me respondió después de liberar un exhausto suspiro- Sabes que no tenías porque acompañarme, podías haberte quedado en casa a esperar a que regresara -le repliqué pero ella negó con la cabeza- No me gusta quedarme en casa sin saber en que peligros podría meterse, mi deber es protegerla por sobre todas las cosas, aún si tengo que aguantar los tratos de tus compañeras de salón -con decir esto recordé perfectamente como cuando llegué al salón algunas compañeras tomaron encantadas a Loppi y empezaron a jugar con ella, la abrazaron, la lanzaron, probaron su elasticidad jalandola de las mejillas... sé que suena cruel pero, aunque me preocupé, tambien me dio algo de gracia- ¿Sabes? Eres tierna pero da miedo tu obsesión -reí leve sin quitar la mirada del camino, Lopmon se alteró un poco- ¡N-No es ninguna obsesión, Hime-sama! Sa-sabe que yo estoy en deuda con usted por haberme salvado la vida y... -le di unas palmadas en la cabeza- Ya lo sé, ya lo sé, conozco la historia -le sonreí y la tomé de tal forma que pareciera un abrazo- Solo no te preocupes, ¡Rena es una chica muy fuerte! ¡Podré con cualquier peligro que se me ponga en frente! -Lopmon solo se quedó callada, suspirando.
Mi camino no era el habitual, no estaba dirigiendome a mi casa, si no mas bien tomé una dirección alterna. Lopmon se dio cuenta de esto y me miró- ¿No iremos a su casa, Hime-sama? -con total seguridad y con algo de gracia porque sabía que me preguntaría eso, negué con la cabeza- Nop, no me gusta ir directo a casa después de un día aburrido en la escuela. ¡Vamos al centro comercial! -Lopmon arqueó la ceja- ¿Al centro comercial? ¿Puedo saber el porque? -detuve mi caminar frente a dicho lugar y apunté hacia un cartel que decía ''¡Pruebe en nuestra sección de repostería las mejores galletas! Oferta 50% de descuento''- ¡Quiero eso! -contesté con animos, podría jurar que mis ojos liberaron brillo en ese momento- ...Debi suponerlo -suspiró. Por mientras, yo seguí mi camino con total intención de entrar a la tienda pero estaba tan perdida en mis pensamientos y el pensar que podría comer unas deliciosas galletas recien horneadas que no me di cuenta de algo- ¡Ah! Lo... Lo siento -me disculpé despues de haber chocado con alguien, era una chica de cabello largo, me encogí de hombros apenada mientras que Lopmon había regresado automaticamente a su papel como peluche. Unos momentos mas tarde se acercó un chico de casi mi misma estatura quien sin razón aparente, o eso creo, quiso saludarnos, el hecho tan repentino solo me confundió un poco pero aun así, por no ser grosera, le sonreí y devolví el saludo- Hola. No... supongo que no nos hemos visto, soy nueva por aquí así que no conozco la ciudad y a sus habitantes del todo bien -reí apenada, no sabía como responder bien a eso- Esto... ¿Necesita algo?
No me he acostumbrado aún a estar encerrada en una misma área por varias horas teniendo solo pocos minutos de receso para ir a comer un momento, pero no iba a quejarme, si volvía al mundo humano no era para quejarme de mi ''vida normal'' si no para tomarme unas buenas vacaciones del mundo digital, un lugar en el que rara vez puedes tener un momento de descanso, mucho menos si los demás saben que eres la Sublider del clan mas detestado. Por cierto, este día decidí llevarme conmigo a ''Loppi'', para un ojo humano ella no es más que un tierno peluche en forma de conejo, pero para aquellos que tengan un minimo conocimiento de los digimon sabemos que se trata de una Lopmon, mi aliada digimon, quien se llama a si misma como ''mi protectora'', ella no soporta la idea de que me venga al mundo humano sin ella así que para no hacerla sufrir mucho la traigo conmigo, a pesar de que no conoce lo que es la privacidad cuando se trata de mi, sé que esto lo hace porque me aprecia y me quiere proteger.
- ... Ya puedes hablar si quieres Loppi, ya salimos de la escuela -le comenté a ''mi peluche'' a quien me encontraba cargando entre mis brazos. Hasta el momento ella se había mantenido, sorprendentemente, sin parpadear ni un momento y sus respiraciones eran tan lentas que uno no podía notar esto con claridad- Ahhh... Gracias Hime-sama, el papel de peluche no es muy agradable... -me respondió después de liberar un exhausto suspiro- Sabes que no tenías porque acompañarme, podías haberte quedado en casa a esperar a que regresara -le repliqué pero ella negó con la cabeza- No me gusta quedarme en casa sin saber en que peligros podría meterse, mi deber es protegerla por sobre todas las cosas, aún si tengo que aguantar los tratos de tus compañeras de salón -con decir esto recordé perfectamente como cuando llegué al salón algunas compañeras tomaron encantadas a Loppi y empezaron a jugar con ella, la abrazaron, la lanzaron, probaron su elasticidad jalandola de las mejillas... sé que suena cruel pero, aunque me preocupé, tambien me dio algo de gracia- ¿Sabes? Eres tierna pero da miedo tu obsesión -reí leve sin quitar la mirada del camino, Lopmon se alteró un poco- ¡N-No es ninguna obsesión, Hime-sama! Sa-sabe que yo estoy en deuda con usted por haberme salvado la vida y... -le di unas palmadas en la cabeza- Ya lo sé, ya lo sé, conozco la historia -le sonreí y la tomé de tal forma que pareciera un abrazo- Solo no te preocupes, ¡Rena es una chica muy fuerte! ¡Podré con cualquier peligro que se me ponga en frente! -Lopmon solo se quedó callada, suspirando.
Mi camino no era el habitual, no estaba dirigiendome a mi casa, si no mas bien tomé una dirección alterna. Lopmon se dio cuenta de esto y me miró- ¿No iremos a su casa, Hime-sama? -con total seguridad y con algo de gracia porque sabía que me preguntaría eso, negué con la cabeza- Nop, no me gusta ir directo a casa después de un día aburrido en la escuela. ¡Vamos al centro comercial! -Lopmon arqueó la ceja- ¿Al centro comercial? ¿Puedo saber el porque? -detuve mi caminar frente a dicho lugar y apunté hacia un cartel que decía ''¡Pruebe en nuestra sección de repostería las mejores galletas! Oferta 50% de descuento''- ¡Quiero eso! -contesté con animos, podría jurar que mis ojos liberaron brillo en ese momento- ...Debi suponerlo -suspiró. Por mientras, yo seguí mi camino con total intención de entrar a la tienda pero estaba tan perdida en mis pensamientos y el pensar que podría comer unas deliciosas galletas recien horneadas que no me di cuenta de algo- ¡Ah! Lo... Lo siento -me disculpé despues de haber chocado con alguien, era una chica de cabello largo, me encogí de hombros apenada mientras que Lopmon había regresado automaticamente a su papel como peluche. Unos momentos mas tarde se acercó un chico de casi mi misma estatura quien sin razón aparente, o eso creo, quiso saludarnos, el hecho tan repentino solo me confundió un poco pero aun así, por no ser grosera, le sonreí y devolví el saludo- Hola. No... supongo que no nos hemos visto, soy nueva por aquí así que no conozco la ciudad y a sus habitantes del todo bien -reí apenada, no sabía como responder bien a eso- Esto... ¿Necesita algo?
Diana S. Bennet
Re: Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
A la perspectiva de Louise...
Demonios... No pensé que tendría que volver a este mundo de pacotilla... Lune y yo caminábamos por la transitada ciudad. Después de unas cuantas semanas este mundo parecía ser un sueño, o más bien una pesadilla. Llevaba a Lune en mis brazos, estaba simulando que era un peluche a simple vista. Fue una idea suya, una muy buena. Miraba nerviosamente a mi alrededor, asegurándome de que nadie me siguiera. Esperaba que el tiempo que había desaparecido de este mundo hubiera sido suficiente para que me dieran por muerta esos mafiosos de mi padre. Pasé justo a un lado de mi antigua escuela. El Instituto Clarion-Chapin para señoritas. Me detuve un segundo y miré con atención el lugar. Era tan magnífico como siempre. Un esplendoroso castillo blanco a lo lejos, tejados grises en punta que parecían estar clavados en el cielo. Entre la gran y lujosa reja que mantenía separados a los peatones y el castillo-instituto había un jardín verde casi tan grande como un estadio de fútbol adornado con cientos de flores y arbustos, claro, sin mencionar las réplicas de estatuas de la época del Renacimiento.
-Mira ese lugar, es hermoso ¿No lo crees Louise? ... ...¿Louise?
-¿Ah? Oh, lo siento -La voz de mi compañera me sacó de mis pensamientos. -¿Qué ocurre, Lune?
-¿Te sientes bien? -Preguntó Lune. No se movía mucho de su lugar, no quería llamar la atención y que la gente alrededor comenzara a gritar "¡Oh cielo santo! ¡El peluche se movió!" pero aún así, notaba la preocupación en su tono de voz.
Esbocé una sonrisa ante ello, era muy agradable tener a alguien que se preocupara tanto por mi.
-Estoy bien -Traté de sonreír, ese Instituto me trae muchos recuerdos, tanto buenos como malos. -Esa era mi antigua escuela, me siento nostálgica. -Reí algo nerviosa. Escuché como si Lune estuviera a punto de hablar, pero fue interrumpida por el timbre de la escuela. ¡Rayos! Salí corriendo de inmediato, aún llevaba puesto el uniforme de la escuela, alguien me reconocería y llamaría a mi padre. Mis nervios incrementaron al triple.
Me detuve jadeando al llegar a la entrada del centro comercial. Ya recordé la razón por la cual había tenido que venir al último lugar donde querría estar. Mis provisiones se estaban agotando, mi tarjeta de crédito no es válida en el Digital World aparentemente y si moría no iba a ser por hambre. Ahora, para incrementar el asunto, necesitaba un tipo de ropa diferente para cada vez que tuviera que venir al mundo humano. Suspiré y le expliqué a Lune lo que había que hacer. Entramos y fuimos en busca de una tienda de ropa. Compré una blusa de manda larga a rayas con colores cremosos, una minifalda rosada, una boina y un par de botas marrón. Lune dijo que era demasiada ropa y suspiró, yo sólo sonreí orgullosa. El hecho de que sea una fugitiva no quiere decir que ande vestida a jirones.
Cambié de tienda y ahora compré unos lentes de sol muy monos para ocultar mi mirada y un bolso de correa lo suficientemente grande para los víveres de una semana. Entramos al baño y me cambié de ropa, me acomodé el cabello en un par de coletas bajas y me ajusté la boina. Tomé de nuevo a Lune en brazos y salí. Nos dirigimos a la puerta para salir, pero una chica chocó conmigo. Se disculpó de inmediato. En brazos también llevaba un peluche, era tan grande como Lune e igual de raro... Durante un segundo, llegué a pensar que era igualmente una Tamer. Un chico se acercó a nosotras, me dispuse a hablar, pero la chica del peluche dijo todo lo que quería decir. -Ah... Hola, soy Louise... -Me corté en un segundo, no debía dar mi apellido en este mundo. -Tampoco conozco muy bien por aquí -Mentí - Es un placer. -Miré a ambos esperando sus nombres y rogué que no notaran que Lune tenía vida.
Demonios... No pensé que tendría que volver a este mundo de pacotilla... Lune y yo caminábamos por la transitada ciudad. Después de unas cuantas semanas este mundo parecía ser un sueño, o más bien una pesadilla. Llevaba a Lune en mis brazos, estaba simulando que era un peluche a simple vista. Fue una idea suya, una muy buena. Miraba nerviosamente a mi alrededor, asegurándome de que nadie me siguiera. Esperaba que el tiempo que había desaparecido de este mundo hubiera sido suficiente para que me dieran por muerta esos mafiosos de mi padre. Pasé justo a un lado de mi antigua escuela. El Instituto Clarion-Chapin para señoritas. Me detuve un segundo y miré con atención el lugar. Era tan magnífico como siempre. Un esplendoroso castillo blanco a lo lejos, tejados grises en punta que parecían estar clavados en el cielo. Entre la gran y lujosa reja que mantenía separados a los peatones y el castillo-instituto había un jardín verde casi tan grande como un estadio de fútbol adornado con cientos de flores y arbustos, claro, sin mencionar las réplicas de estatuas de la época del Renacimiento.
-Mira ese lugar, es hermoso ¿No lo crees Louise? ... ...¿Louise?
-¿Ah? Oh, lo siento -La voz de mi compañera me sacó de mis pensamientos. -¿Qué ocurre, Lune?
-¿Te sientes bien? -Preguntó Lune. No se movía mucho de su lugar, no quería llamar la atención y que la gente alrededor comenzara a gritar "¡Oh cielo santo! ¡El peluche se movió!" pero aún así, notaba la preocupación en su tono de voz.
Esbocé una sonrisa ante ello, era muy agradable tener a alguien que se preocupara tanto por mi.
-Estoy bien -Traté de sonreír, ese Instituto me trae muchos recuerdos, tanto buenos como malos. -Esa era mi antigua escuela, me siento nostálgica. -Reí algo nerviosa. Escuché como si Lune estuviera a punto de hablar, pero fue interrumpida por el timbre de la escuela. ¡Rayos! Salí corriendo de inmediato, aún llevaba puesto el uniforme de la escuela, alguien me reconocería y llamaría a mi padre. Mis nervios incrementaron al triple.
Me detuve jadeando al llegar a la entrada del centro comercial. Ya recordé la razón por la cual había tenido que venir al último lugar donde querría estar. Mis provisiones se estaban agotando, mi tarjeta de crédito no es válida en el Digital World aparentemente y si moría no iba a ser por hambre. Ahora, para incrementar el asunto, necesitaba un tipo de ropa diferente para cada vez que tuviera que venir al mundo humano. Suspiré y le expliqué a Lune lo que había que hacer. Entramos y fuimos en busca de una tienda de ropa. Compré una blusa de manda larga a rayas con colores cremosos, una minifalda rosada, una boina y un par de botas marrón. Lune dijo que era demasiada ropa y suspiró, yo sólo sonreí orgullosa. El hecho de que sea una fugitiva no quiere decir que ande vestida a jirones.
Cambié de tienda y ahora compré unos lentes de sol muy monos para ocultar mi mirada y un bolso de correa lo suficientemente grande para los víveres de una semana. Entramos al baño y me cambié de ropa, me acomodé el cabello en un par de coletas bajas y me ajusté la boina. Tomé de nuevo a Lune en brazos y salí. Nos dirigimos a la puerta para salir, pero una chica chocó conmigo. Se disculpó de inmediato. En brazos también llevaba un peluche, era tan grande como Lune e igual de raro... Durante un segundo, llegué a pensar que era igualmente una Tamer. Un chico se acercó a nosotras, me dispuse a hablar, pero la chica del peluche dijo todo lo que quería decir. -Ah... Hola, soy Louise... -Me corté en un segundo, no debía dar mi apellido en este mundo. -Tampoco conozco muy bien por aquí -Mentí - Es un placer. -Miré a ambos esperando sus nombres y rogué que no notaran que Lune tenía vida.
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
Me disponía a salir temprano por la mañana acompañada de Poyomon , Pues era mi día libre pues, no había clases porque mi escuela estaba en mantenimiento , y me habían dado el día.
Salí temprano por la mañana, con el pelo húmedo aún, pues aún tengo esa obsesión por bañarme en las mañanas aunque haga frío.
El Sol ya había salido, Aunque no era muy temprano casi no había gente en la calle y eso le daba a Poyomon la libertad de hacer ruidos y no esconderse de las personas...
Me detuve a hablar conmigo misma...
Ritsu : Sí, Mi Secadora de cabello se descompuso
- Me tomo una pequeña pausa para pensar -
Ritsu : Debo comprar una nueva
Seguí caminando sin rumbo, pues, como la mayoría de las veces me distraje y olvide a donde iba.
Caminé por una calle el la cual hay muchos puestos los cuales ofrecían muchas cosas, compre varias cosas, entre todas ellas un paraguas.
Al final de la calle se veía un imponente centro comercial el cual me recordaba a los que yo solía ir antes de escapar de casa.
Me propuse entrar en el pues no tenía nada que hacer, Cuando entre, La puerta automática, el aire acondicionado, el uniforme de las personas que trabajan ahí y la iluminación del lugar me hacían sentir nostalgia.
Venían a mi mente esos momentos que solía pasar con mis amigas y con mi madre, despilfarrando dinero en cosas tontas cuando vivía sin preocupación alguna.
Por un momento olvide que necesitaba una nueva secadora de pelo y compré un helado, a lo lejos alcanzaba a distinguir una chica con un muñeco tan grande como poyomon, a medida que me acercaba veía con mas detalle su muñeco. Estaba a aproximadamente un metro de ella y al instante una chica chocó con ella, Del susto caí con todo y helado. Ahora estoy Manchada ....
Salí temprano por la mañana, con el pelo húmedo aún, pues aún tengo esa obsesión por bañarme en las mañanas aunque haga frío.
El Sol ya había salido, Aunque no era muy temprano casi no había gente en la calle y eso le daba a Poyomon la libertad de hacer ruidos y no esconderse de las personas...
Me detuve a hablar conmigo misma...
Ritsu : Sí, Mi Secadora de cabello se descompuso
- Me tomo una pequeña pausa para pensar -
Ritsu : Debo comprar una nueva
Seguí caminando sin rumbo, pues, como la mayoría de las veces me distraje y olvide a donde iba.
Caminé por una calle el la cual hay muchos puestos los cuales ofrecían muchas cosas, compre varias cosas, entre todas ellas un paraguas.
Al final de la calle se veía un imponente centro comercial el cual me recordaba a los que yo solía ir antes de escapar de casa.
Me propuse entrar en el pues no tenía nada que hacer, Cuando entre, La puerta automática, el aire acondicionado, el uniforme de las personas que trabajan ahí y la iluminación del lugar me hacían sentir nostalgia.
Venían a mi mente esos momentos que solía pasar con mis amigas y con mi madre, despilfarrando dinero en cosas tontas cuando vivía sin preocupación alguna.
Por un momento olvide que necesitaba una nueva secadora de pelo y compré un helado, a lo lejos alcanzaba a distinguir una chica con un muñeco tan grande como poyomon, a medida que me acercaba veía con mas detalle su muñeco. Estaba a aproximadamente un metro de ella y al instante una chica chocó con ella, Del susto caí con todo y helado. Ahora estoy Manchada ....
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :2Nivel On Rol :Bebe II
Yume_Mirai
Re: Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
Las dos jóvenes que se encontraban frente a mi parecían cargar en sus brazos peluches de peculiar forma, este hecho llamó mi atención rápidamente ya que la imagen de Gabumon me vino a la mente -¿Serán digimons y ellas sus tamers? Hmm, es una posibilidad- Pensé. Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro al ver sus reacciones ante mi pregunta. –Yo soy Nakagawa Daiki y sería un placer para mí enseñarles los alrededores si no les molesta- Era una oferta un tanto sospechosa, pero estaba consciente de este hecho. Dirigí mi mirada a la pelirosa y me dirigí a esta realizando una rápida gesticulación. -Por cierto Srta. Louise, se le olvidó decirnos su apellido; es considerada mala educación no decirlo al presentarse-.
Acaricié los peluches y me dí cuenta de que eran extraños al tacto ya que tenían una textura más parecida a la de un ser vivo que a la de un muñeco de tela. Rodeé con mis brazos a ambas chicas e hice que me acompañaran hasta el estacionamiento del centro comercial, el cual estaba completamente desolado. En el trayecto tuve puesta mi mirada sobre ambos peluches ya que no dejaban de parecerme raros. –Bien.. Ya que estamos solos, ¿Les importaría a ustedes dos dejar de actuar como peluches? No importa que tan buena sea la tecnología de nuestro país, es simplemente imposible que hagan peluches tan bien hechos que parezcan reales- Saqué mi digivice y comencé a mirarlo, me recordaba las últimas semanas en las que había conocido a Tsunomon y sonreí –Volveré a presentarme, Nakagawa Daiki, Tamer novato, a sus servicios- Hice una pequeña reverencia y me disculpé por arrastrarlas hasta ese lugar. –Me gustaría pedirles que me dieran algo de información respecto al digimundo, lo que sea servirá- Era un poco humillante para mí, un informante, tener que pedirle información a dos jóvenes que no llegaban a su edad.
Pensé en pagarles por la información que podrían brindarme, pero era obvio que era algo grosero hacerlo. Un auto pasó a gran velocidad cerca de nosotros y pisando un charco de agua, nos empapó a los tres de golpe. -¿Están bien? Si quieren vamos al centro comercial a cambiarnos, luego continuamos con nuestra conversación- Dije un poco molesto intentando que no se notara mucho esto, por suerte no se habían mojado mis bolsas de compras. Revisando dentro de las bolsas, conseguí las galletas que había guardado con antelación. -¿Alguna quiere galletas?- Sonreí antes de alejarme durante un momento. Varios minutos después estaba de regreso con algunas ropas que servirían de cambio para las jóvenes.
Acaricié los peluches y me dí cuenta de que eran extraños al tacto ya que tenían una textura más parecida a la de un ser vivo que a la de un muñeco de tela. Rodeé con mis brazos a ambas chicas e hice que me acompañaran hasta el estacionamiento del centro comercial, el cual estaba completamente desolado. En el trayecto tuve puesta mi mirada sobre ambos peluches ya que no dejaban de parecerme raros. –Bien.. Ya que estamos solos, ¿Les importaría a ustedes dos dejar de actuar como peluches? No importa que tan buena sea la tecnología de nuestro país, es simplemente imposible que hagan peluches tan bien hechos que parezcan reales- Saqué mi digivice y comencé a mirarlo, me recordaba las últimas semanas en las que había conocido a Tsunomon y sonreí –Volveré a presentarme, Nakagawa Daiki, Tamer novato, a sus servicios- Hice una pequeña reverencia y me disculpé por arrastrarlas hasta ese lugar. –Me gustaría pedirles que me dieran algo de información respecto al digimundo, lo que sea servirá- Era un poco humillante para mí, un informante, tener que pedirle información a dos jóvenes que no llegaban a su edad.
Pensé en pagarles por la información que podrían brindarme, pero era obvio que era algo grosero hacerlo. Un auto pasó a gran velocidad cerca de nosotros y pisando un charco de agua, nos empapó a los tres de golpe. -¿Están bien? Si quieren vamos al centro comercial a cambiarnos, luego continuamos con nuestra conversación- Dije un poco molesto intentando que no se notara mucho esto, por suerte no se habían mojado mis bolsas de compras. Revisando dentro de las bolsas, conseguí las galletas que había guardado con antelación. -¿Alguna quiere galletas?- Sonreí antes de alejarme durante un momento. Varios minutos después estaba de regreso con algunas ropas que servirían de cambio para las jóvenes.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :4Nivel On Rol :Bebe IIInventario :
Daiki Nakagawa
Re: Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
La actitud del chico era un poco extraña, demasiado sospechosa y cortés a la vez, aunque combinando ambas características no me daba un buen resultado. Mi mirada se volvió algo seria mientras analizaba al chico, de pies a cabeza y de una forma tan rápida que no sería notable tan fácilmente- ¿Bolsas de compras? Creo que eso que hay adentro es algo hecho de tela, ¿Quizás ropa? -si era ropa, realmente no me parecía alguien tan malo como sospeché en un principio; era solo un chico común- Pero... su actitud de igual forma me extraña -una vez que confío que algo está fuera de lo normal no puedo bajar la guardia hasta después de un tiempo en el que todo me confirme que mis especulaciones son falsas, pero mientras esto sea incierto no se podrá hacer nada al respecto.
Ante la forma en que se acercó a la chica a mi lado, con la que había chocado hace unos minutos, y su nuevamente forma tan extraña de hablar no pude evitar entrometerme, sonriendo amablemente- No creo que sea necesario que nos dé su apellido, si ella lo omitió debe ser por algo, ¿No? -mi sonrisa pasó a ser una nerviosa, optando por una personalidad tímida de la cual sería difícil sospechar, sí él actúa sospechoso con nosotros no le voy a permitir fácilmente que tenga información alguna de los demás.
Noté que el chico pasaba su mano sobre Lopmon y de... ¿Eh?- No había visto que... ¿Lunamon? -reconocía ese digimon con facilidad, me había encontrado con uno de ellos hace un tiempo atrás, incluso me empezó a doler la cabeza... como si un recuerdo intentara solaparse entre mi muy extraña amnesia pero esto fue imposible, no pude recordar nada- ¿Esa chica es una Tamer?... -fue lo siguiente que pensé después de que el dolor se disipara. Debido a esto, no pude reaccionar cuando Daiki nos rodeó con sus brazos y empezó a caminar en dirección al estacionamiento, no supe preguntar ''¿Que estás haciendo?'' debido a la confusión pero en cuanto llegamos hacia donde el chico quería llegar fue demasiado directo al grano que incluso quedé muda por unos segundos. Aunque era demasiado obvio lo que estaba pasando, no podía ser demasiado directa si de por casualidad él solo era un curioso, aquí hay personas que saben de los digimon por sus juegos de cartas pero no precisamente por que sepan que son reales; sin embargo, cuando vi su digivice, la situación dio un giro completo- Supongo que no hay nada que ocultar -sonreí tranquilamente. Estirando mi mano hacia el chico, saludandola en un apretón de manos- Yo soy Ryuugu Rena, miembro y sub-lider de uno de los tres clanes mas poderosos del digimundo -le solté para volver a abrazar con ambos brazos a Loppi quien al escuchar que me presentaba como tal con total despreocupación no pudo seguir con su papel de muñeco y empezó a parpadear- Información tengo, pero estará en mi decisión si darla a conocer o mantenerla en secreto, por el momento lo dejaré como algo incierto -todo el tiempo sin borrar mi sonrisa amable, hasta que escuché las ruedas de un auto al pasar- ¡Cuida...! -mis reflejos, esta vez, fueron lentos pues ni siquiera fui capaz de advertir nada, mucho menos de evitar que ese auto nos terminara mojando con el agua de los charcos. Hubo un silencio incomodo por unos segundos hasta que mi risa lo interrumpió- Que descuido~ -Lopmon suspiró, estoy segura que debe estar pensando algo como ''Rena es muy despreocupada'' o algo así, pero no podía evitarlo, esto fue tan inesperado que me era imposible reír.
- ¿Eh? Está bien, no tienes porque molestarte... -le dije pero creo que no logró escucharme, después nos ofreció galletas- No sé si es una forma para chantajearme, espero que no sea así -negué con la cabeza- No, es ridiculo, él no sabe que me gustan las galletas, y... hablando de eso... tengo hambre -después de que el se fuese, miré a la chica que nos acompañó en todo este momento- ¿Vamos? -le sonreí amistosamente antes de ir hacia las entradas del centro comercial para esperar al chico que, seguramente, ya había entrado para conseguir la ropa.
- Hime-sama, ¿Si sabe lo que ha hecho? No sabemos quienes eran esos dos Tamers y aun así les reveló quien es usted y el cargo que tiene -me recordó Lopmon, pero yo me encontraba muy tranquila aún pese a eso- Lo sé, no tengo problemas con que ellos sepan mi rango, pero me lo pensaré dos veces antes de decirles en qué clan estoy -el Chaos Empire es el clan más temido por el digimundo, no porque seamos malvados, pero es cierto que nuestras acciones no son las mejores, mucho menos proviniendo de la mente de nuestro líder.
Desvié mi mirada por mera casualidad, solo para ver lo que me rodeaba, pero lo que más llamó mi atención fue una chica de cabello largo y planchado quien tenía una gran mancha en su ropa. Me acerqué a ella para preguntarle- ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? Puedo ir por algunas servilletas o... algo -pude suponer que la mancha se trataba de helado al ver el cono tirado en el suelo semi destruido, es una mancha dificil de quitar.
Ante la forma en que se acercó a la chica a mi lado, con la que había chocado hace unos minutos, y su nuevamente forma tan extraña de hablar no pude evitar entrometerme, sonriendo amablemente- No creo que sea necesario que nos dé su apellido, si ella lo omitió debe ser por algo, ¿No? -mi sonrisa pasó a ser una nerviosa, optando por una personalidad tímida de la cual sería difícil sospechar, sí él actúa sospechoso con nosotros no le voy a permitir fácilmente que tenga información alguna de los demás.
Noté que el chico pasaba su mano sobre Lopmon y de... ¿Eh?- No había visto que... ¿Lunamon? -reconocía ese digimon con facilidad, me había encontrado con uno de ellos hace un tiempo atrás, incluso me empezó a doler la cabeza... como si un recuerdo intentara solaparse entre mi muy extraña amnesia pero esto fue imposible, no pude recordar nada- ¿Esa chica es una Tamer?... -fue lo siguiente que pensé después de que el dolor se disipara. Debido a esto, no pude reaccionar cuando Daiki nos rodeó con sus brazos y empezó a caminar en dirección al estacionamiento, no supe preguntar ''¿Que estás haciendo?'' debido a la confusión pero en cuanto llegamos hacia donde el chico quería llegar fue demasiado directo al grano que incluso quedé muda por unos segundos. Aunque era demasiado obvio lo que estaba pasando, no podía ser demasiado directa si de por casualidad él solo era un curioso, aquí hay personas que saben de los digimon por sus juegos de cartas pero no precisamente por que sepan que son reales; sin embargo, cuando vi su digivice, la situación dio un giro completo- Supongo que no hay nada que ocultar -sonreí tranquilamente. Estirando mi mano hacia el chico, saludandola en un apretón de manos- Yo soy Ryuugu Rena, miembro y sub-lider de uno de los tres clanes mas poderosos del digimundo -le solté para volver a abrazar con ambos brazos a Loppi quien al escuchar que me presentaba como tal con total despreocupación no pudo seguir con su papel de muñeco y empezó a parpadear- Información tengo, pero estará en mi decisión si darla a conocer o mantenerla en secreto, por el momento lo dejaré como algo incierto -todo el tiempo sin borrar mi sonrisa amable, hasta que escuché las ruedas de un auto al pasar- ¡Cuida...! -mis reflejos, esta vez, fueron lentos pues ni siquiera fui capaz de advertir nada, mucho menos de evitar que ese auto nos terminara mojando con el agua de los charcos. Hubo un silencio incomodo por unos segundos hasta que mi risa lo interrumpió- Que descuido~ -Lopmon suspiró, estoy segura que debe estar pensando algo como ''Rena es muy despreocupada'' o algo así, pero no podía evitarlo, esto fue tan inesperado que me era imposible reír.
- ¿Eh? Está bien, no tienes porque molestarte... -le dije pero creo que no logró escucharme, después nos ofreció galletas- No sé si es una forma para chantajearme, espero que no sea así -negué con la cabeza- No, es ridiculo, él no sabe que me gustan las galletas, y... hablando de eso... tengo hambre -después de que el se fuese, miré a la chica que nos acompañó en todo este momento- ¿Vamos? -le sonreí amistosamente antes de ir hacia las entradas del centro comercial para esperar al chico que, seguramente, ya había entrado para conseguir la ropa.
- Hime-sama, ¿Si sabe lo que ha hecho? No sabemos quienes eran esos dos Tamers y aun así les reveló quien es usted y el cargo que tiene -me recordó Lopmon, pero yo me encontraba muy tranquila aún pese a eso- Lo sé, no tengo problemas con que ellos sepan mi rango, pero me lo pensaré dos veces antes de decirles en qué clan estoy -el Chaos Empire es el clan más temido por el digimundo, no porque seamos malvados, pero es cierto que nuestras acciones no son las mejores, mucho menos proviniendo de la mente de nuestro líder.
Desvié mi mirada por mera casualidad, solo para ver lo que me rodeaba, pero lo que más llamó mi atención fue una chica de cabello largo y planchado quien tenía una gran mancha en su ropa. Me acerqué a ella para preguntarle- ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? Puedo ir por algunas servilletas o... algo -pude suponer que la mancha se trataba de helado al ver el cono tirado en el suelo semi destruido, es una mancha dificil de quitar.
Diana S. Bennet
Re: Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
A la perspectiva de Louise...
Este mocoso... ¿Mal educada? ¿Yo? ¡Cielo santo! ¿Quién demonios se cree? Hizo que apareciera un tic en mi ceja y apreté fuertemente a Lune sin darme cuenta. Tenía la intención de contestarle al chico, pero la otra chica, la del peluche grande, dijo que no era necesario. Me hizo relajarme, parecía ser bastante tímida, no quería asustarla. Bueno, tampoco iba a mencionar mi apellido ¿Darle la razón a ese tipo? ¡Claro! Seguro, después de eso voy a regresar al Digital World a comer con las manos y quemar un libro. Por supuesto que no. Mi información en mi información, no necesitaba decirla, tal como dijo la chica castaña. Sentí a Lune inquietarse un poco ¿Por qué? Miré de nuevo a la castaña, parecía... Confundida. Dirigí mi mirada al peluche de la misma. Era muy mono, a decir verdad. Una especie de conejito extraño... De la clase de animales que había en el mismo Digital World. "No, imposible" pensé para mis adentros. La chica no podía ser una tamer... ¿O sí? Mi mente estaba funcionando a toda velocidad. Trataba de encajar piezas. Fue un momento muy corto de silencio, interrumpido por el chico Nakagawa quién nos llevó hasta el estacionamiento.
-¡Ah! ¿Qué te propones, inepto? ¿Qué qui...? ¿Ah?-Me removí al escuchar el comentario del chico.
-¿D-De qué hablas? N-no... -Trataba de articular palabras, pero definitivamente no me salía mentir. La castaña seguía en silencio. ¿Qué debía hacer ahora? Me habían descubierto. La chica estaba demasiado tranquila con lo que acababa de decir el chico. Seguramente también era una tamer. No sabía qué decir, pero todo cambió cuando Nakagawa mostró un aparato que parecía ser un digivice. Lune movió el cuello alrededor y suspiró.
-Todo está bien, Louise, el chico no miente -Me dijo con una sonrisa. ¿Cómo rayos podía hacerlo? La compañera de la chica también se movió, parecía mucho más relajada. Ahora que lo pienso, debía ser muy gracioso que ambas pensáramos en lo mismo para ocultar nuestros digimon. Seguramente ya antes había visto digimon pasar por las calles y yo pensaba que eran meros juguetes.
La primera palabra la tomó la castaña, su nombre era Ryuugu Rena. ¿Sub-líder de uno de los clanes? Definitivamente no eran los Union Savers. ¿Royal Knight? ¿Chaos Empire? Ninguno era bueno para mi... Pero no debía demostrarlo, la chica parecía muy amable, muy inocente. En realidad, demasiado para ser una sub-líder.
-¿Un novato? -Dirigí a él una sonrisa ladina. -Bueno, supongo podríamos darte un poco de detalles... -Escuché las palabras de Ryuugu, que se mezclaron con las mías. -No, Mademoiselle Ryuugu tiene razón... Será algo que juzgue después. Mi nombre es Louise De la Vallière -Reí para mis adentros. Muy bien. Lo admito. Me dejé llevar un poco por la soberbia. Sólo un poco. Es que se sentía tan bien que pidieran ayuda, no podía evitarlo. Incluso revelé mi apellido, después de todo también eran tamers, aunque supieran que mi padre ofrecía una recompensa por mi cabeza (lo cual dudo mucho), no me delatarían.
-Louise... Recuerda que aún somos novatas también... Scott-kun y el señor Raikomaru nos ayudaron mucho en su momento, deberías ser más considerada. -Reprochó Lune. Me sonrojé por completo y fingí que no escuché nada de lo que acababa de decir mi compañera. De la nada, un automóvil nos empapó a todos al pasar por un charco. Simplemente... ¿¡Qué demonios tiene el mundo humano contra mí!? Comencé a temblar de ira. Mi ropa nueva. Mi peinado. ¿Es esto karma? ¡Diablos! El silencio se rompió con la risa de Rena Ryuugu. Su digimon suspiró. Bueno, me relajó un poco su inocencia. Me recordaba un poco a Lune. Seguramente me podría llevar bien con ella, no muchos logran no irritarme e incluso relajarme.
Arqueé ambas cejas al escuchar las palabras de Nakagawa. ¿Realmente podría pagar eso? Suspiré y tomé una galleta, no sin antes dedicar un "gracias" muy secante. El chico se adelantó y yo suspiré. Miré a Lune con una sonrisa incómoda. ¿En qué nos habíamos metido ahora? Ella río. Era como si me leyera el pensamiento. Alcé de nuevo la mirada hacia la castaña y sonreí de la misma manera. La seguí y miré a la chica de cabello lacio con la mancha en su ropa.
-Oh, cielos... -Murmuré algo apenada. La chica también había acabado con el atuendo arruinado ¿Acaso hoy en Japón es día nacional de arruinar conjuntos? ¡Cielos!
De pronto mi atención se la llevó una figura extraña ¿Un digimon en el mundo humano? ¡Tan grande! Parecía que las dos chicas no me veían mucho, así que me acerqué a la figura extraña después de sugerir que volvería en unos momentos. Lune parecía muy asustada. El digimon se alejaba mucho de la zona de estacionamiento, llegamos hasta un parque semidesértico. Tenía un muy mal presentimiento... Un gran destello y un "Puerta Infernal" fueron mis últimos recuerdos de ese día.
Este mocoso... ¿Mal educada? ¿Yo? ¡Cielo santo! ¿Quién demonios se cree? Hizo que apareciera un tic en mi ceja y apreté fuertemente a Lune sin darme cuenta. Tenía la intención de contestarle al chico, pero la otra chica, la del peluche grande, dijo que no era necesario. Me hizo relajarme, parecía ser bastante tímida, no quería asustarla. Bueno, tampoco iba a mencionar mi apellido ¿Darle la razón a ese tipo? ¡Claro! Seguro, después de eso voy a regresar al Digital World a comer con las manos y quemar un libro. Por supuesto que no. Mi información en mi información, no necesitaba decirla, tal como dijo la chica castaña. Sentí a Lune inquietarse un poco ¿Por qué? Miré de nuevo a la castaña, parecía... Confundida. Dirigí mi mirada al peluche de la misma. Era muy mono, a decir verdad. Una especie de conejito extraño... De la clase de animales que había en el mismo Digital World. "No, imposible" pensé para mis adentros. La chica no podía ser una tamer... ¿O sí? Mi mente estaba funcionando a toda velocidad. Trataba de encajar piezas. Fue un momento muy corto de silencio, interrumpido por el chico Nakagawa quién nos llevó hasta el estacionamiento.
-¡Ah! ¿Qué te propones, inepto? ¿Qué qui...? ¿Ah?-Me removí al escuchar el comentario del chico.
-¿D-De qué hablas? N-no... -Trataba de articular palabras, pero definitivamente no me salía mentir. La castaña seguía en silencio. ¿Qué debía hacer ahora? Me habían descubierto. La chica estaba demasiado tranquila con lo que acababa de decir el chico. Seguramente también era una tamer. No sabía qué decir, pero todo cambió cuando Nakagawa mostró un aparato que parecía ser un digivice. Lune movió el cuello alrededor y suspiró.
-Todo está bien, Louise, el chico no miente -Me dijo con una sonrisa. ¿Cómo rayos podía hacerlo? La compañera de la chica también se movió, parecía mucho más relajada. Ahora que lo pienso, debía ser muy gracioso que ambas pensáramos en lo mismo para ocultar nuestros digimon. Seguramente ya antes había visto digimon pasar por las calles y yo pensaba que eran meros juguetes.
La primera palabra la tomó la castaña, su nombre era Ryuugu Rena. ¿Sub-líder de uno de los clanes? Definitivamente no eran los Union Savers. ¿Royal Knight? ¿Chaos Empire? Ninguno era bueno para mi... Pero no debía demostrarlo, la chica parecía muy amable, muy inocente. En realidad, demasiado para ser una sub-líder.
-¿Un novato? -Dirigí a él una sonrisa ladina. -Bueno, supongo podríamos darte un poco de detalles... -Escuché las palabras de Ryuugu, que se mezclaron con las mías. -No, Mademoiselle Ryuugu tiene razón... Será algo que juzgue después. Mi nombre es Louise De la Vallière -Reí para mis adentros. Muy bien. Lo admito. Me dejé llevar un poco por la soberbia. Sólo un poco. Es que se sentía tan bien que pidieran ayuda, no podía evitarlo. Incluso revelé mi apellido, después de todo también eran tamers, aunque supieran que mi padre ofrecía una recompensa por mi cabeza (lo cual dudo mucho), no me delatarían.
-Louise... Recuerda que aún somos novatas también... Scott-kun y el señor Raikomaru nos ayudaron mucho en su momento, deberías ser más considerada. -Reprochó Lune. Me sonrojé por completo y fingí que no escuché nada de lo que acababa de decir mi compañera. De la nada, un automóvil nos empapó a todos al pasar por un charco. Simplemente... ¿¡Qué demonios tiene el mundo humano contra mí!? Comencé a temblar de ira. Mi ropa nueva. Mi peinado. ¿Es esto karma? ¡Diablos! El silencio se rompió con la risa de Rena Ryuugu. Su digimon suspiró. Bueno, me relajó un poco su inocencia. Me recordaba un poco a Lune. Seguramente me podría llevar bien con ella, no muchos logran no irritarme e incluso relajarme.
Arqueé ambas cejas al escuchar las palabras de Nakagawa. ¿Realmente podría pagar eso? Suspiré y tomé una galleta, no sin antes dedicar un "gracias" muy secante. El chico se adelantó y yo suspiré. Miré a Lune con una sonrisa incómoda. ¿En qué nos habíamos metido ahora? Ella río. Era como si me leyera el pensamiento. Alcé de nuevo la mirada hacia la castaña y sonreí de la misma manera. La seguí y miré a la chica de cabello lacio con la mancha en su ropa.
-Oh, cielos... -Murmuré algo apenada. La chica también había acabado con el atuendo arruinado ¿Acaso hoy en Japón es día nacional de arruinar conjuntos? ¡Cielos!
De pronto mi atención se la llevó una figura extraña ¿Un digimon en el mundo humano? ¡Tan grande! Parecía que las dos chicas no me veían mucho, así que me acerqué a la figura extraña después de sugerir que volvería en unos momentos. Lune parecía muy asustada. El digimon se alejaba mucho de la zona de estacionamiento, llegamos hasta un parque semidesértico. Tenía un muy mal presentimiento... Un gran destello y un "Puerta Infernal" fueron mis últimos recuerdos de ese día.
Última edición por Louise De la Valliére el Vie Jun 13, 2014 3:14 am, editado 1 vez (Razón : Cambio de Look FAYAs! (?)
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
Me levante poco tiempo después de que las chicas se fueran junto al tipo, al parecer mi caída no hizo ruido, pues ninguna de las personas que estaban en ese lugar se dieron cuenta. Con las pocas servilletas que tenia intente limpiar los restos del helado que cayó victima de mi caída.
Estaba un poco molesta por mi torpeza, aunque debo admitir que también me sentía molesta por que las personas frente a las que caí no se percataron siquiera de mi presencia.
Tome mis cosas y me senté junto a poyomon en unas bonitas bancas las cuales estaban cerca del lugar de mi caída, revise mis bolsas para ver si todas las cosas que he comprado durante el camino (que eran un montón). Estuve sentada por aproximadamente 8 minutos pensando sobre la mancha que tenia y que no tenia caso limpiarla, era muy grande y difícil de sacar de la ropa.
Me levante con la vista hacia abajo con mis cosas dispuesta a irme cuando escucho la voz de una chica ofreciéndome ayuda, levanté mi vista y me di cuenta que era la misma chica que estaba con la chica de pelo rosa y el tipo ese, A la pregunta de la chica respondí con un "Estoy bien", Unos segundos después añadí " No tiene caso limpiar esta mancha..."
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :2Nivel On Rol :Bebe II
Yume_Mirai
Re: Una taza de café por favor.. Y GALLETAS!! [Privado: Rena Ryuugu, Yume_Mirai]
Estaba bastante apenada por lo ocurrido, no tenía ni idea de como la chica se había hecho semejante destrozo en una ropa que, a mi parecer, parecía muy cara. ''No sé que es esta sensación de que culpa tan repentina, yo no tuve nada que ver con su tropiezo pero...'' me dije en mis adentros mientras mis ojos se encontraban fijos en la mancha sin razón aparente; fue entonces que escuché la voz de la pelirroja, al parecer sus esperanzas eran escasas y tenía en claro que nada de lo que hiciera iban a quitar esa mancha tan llamativa de sus ropas. Suspiré resignada, no había mucho que hacer, ella tenía razón aunque fuese dificil de aceptarlo. No me gusta rendirme tan rápido, pero tampoco me gustaría insistir en algo que solo podría causar mas malestares.
- Lo siento mucho... -me disculpé, no sabía en estos instantes si era para aliviar un poco ese sentimiento de culpa que de la nada había surgido desde mi pecho o simplemente como una especie de ''pésame'' ante tan bonitas ropas.
Me enderecé lo suficiente para poder verla cara a cara e intenté sonreirle, la sonrisa al principio pareció algo tímida pero era a causa de la situación incómoda que, a mi parecer, se estaba viviendo. Aún así, continué.
- Parece que hoy es el día nacional de ''destroza tus ropas con un vergonzoso accidente'' -reí leve ante mi propio comentario, cubriendo mi boca con mi mano. Después reaccioné ''¡Es un chiste tonto!'' me dije en mis adentros. Me enderecé- Ejem... quiero decir... ¡Solo mírame! Yo tambien he causado un destrozo en mi uniforme, mis padres van a matarme cuando llegue a casa -llevé mi mano detrás de mi cabeza y reí nerviosa- Eh... ¡Ah! -dejé esa postura y usé la mano que antes sostenía mi cabeza, la derecha, para extenderla en señal de saludo- Mi nombre es Ryuugu Rena, ¡Es un placer!
Después de saludarla, giré levemente mi mirada hacia ambos lados en busca de los dos Tamers que antes me acompañaban pero, por mas que busqué, ninguno de los dos hacía acto de presencia, ¿Se habrán escapado? Quizás no debí haber dicho eso del clan, algunos admiran a los tres clanes más poderosos del mundo digital, pero otros suelen odiarlos e incluso temerles, y con toda razón.
- Esto... Al principio solo venía a pasar el tiempo por aquí pero aprovechando que tengo un poco de dinero ahorrado... ¿Porque no vamos a comprarnos algo de ropa? No es muy cómodo ir por las calles completamente mojada o con una mancha tan visible como la tuya ¿No? -sonreí, extendiendo nuevamente mi mano para invitarla a acompañarme.
Lopmon, frustrada por no poder hacer ni decir nada, solamente permaneció en silencio en espera del momento para volver a regañarme.
- Lo siento mucho... -me disculpé, no sabía en estos instantes si era para aliviar un poco ese sentimiento de culpa que de la nada había surgido desde mi pecho o simplemente como una especie de ''pésame'' ante tan bonitas ropas.
Me enderecé lo suficiente para poder verla cara a cara e intenté sonreirle, la sonrisa al principio pareció algo tímida pero era a causa de la situación incómoda que, a mi parecer, se estaba viviendo. Aún así, continué.
- Parece que hoy es el día nacional de ''destroza tus ropas con un vergonzoso accidente'' -reí leve ante mi propio comentario, cubriendo mi boca con mi mano. Después reaccioné ''¡Es un chiste tonto!'' me dije en mis adentros. Me enderecé- Ejem... quiero decir... ¡Solo mírame! Yo tambien he causado un destrozo en mi uniforme, mis padres van a matarme cuando llegue a casa -llevé mi mano detrás de mi cabeza y reí nerviosa- Eh... ¡Ah! -dejé esa postura y usé la mano que antes sostenía mi cabeza, la derecha, para extenderla en señal de saludo- Mi nombre es Ryuugu Rena, ¡Es un placer!
Después de saludarla, giré levemente mi mirada hacia ambos lados en busca de los dos Tamers que antes me acompañaban pero, por mas que busqué, ninguno de los dos hacía acto de presencia, ¿Se habrán escapado? Quizás no debí haber dicho eso del clan, algunos admiran a los tres clanes más poderosos del mundo digital, pero otros suelen odiarlos e incluso temerles, y con toda razón.
- Esto... Al principio solo venía a pasar el tiempo por aquí pero aprovechando que tengo un poco de dinero ahorrado... ¿Porque no vamos a comprarnos algo de ropa? No es muy cómodo ir por las calles completamente mojada o con una mancha tan visible como la tuya ¿No? -sonreí, extendiendo nuevamente mi mano para invitarla a acompañarme.
Lopmon, frustrada por no poder hacer ni decir nada, solamente permaneció en silencio en espera del momento para volver a regañarme.
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