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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Imagenes realizadas por Runari Wildy
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y Sigrun Vinter
El Festival de las Flores [Privado: Videl, Ed Elric y Kenku]
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El Festival de las Flores [Privado: Videl, Ed Elric y Kenku]
El Sol radiante invadía y gobernaba la mañana de aquél día en el que se celebraba anualmente un festival de las Flores para mostrar las Flores más bellas de todo Japón. El astro rey era un gran aliado de los distintos concursantes, ya que potenciaba aún más la belleza de las flores que participaban en aquél concurso. Había todo tipo de flores: desde rosas hasta tulipanes, pasando por una gran variedad de claveles, margaritas y demás flores... Pero, sin lugar a dudas, las flores más bonitas eran las de los cerezos Sakura, de colores rosados que alegraban a todas y cada una de las personas que contemplaban aquél tesoro de la Naturaleza.
Ese día, Max se arreglaba y se ponía un traje negro con una corbata roja, adecuado para la celebración, ya que, junto a su familia, asistía todos los años al gran evento. Es más, su madre era una de las personas que juzgaban éste año a todas y cada una de las flores participantes.
¿Por qué te disfrazas de Penguinmon?- preguntó Tsukaimon riendo al ver la ropa con la que estaba vestido su Tamer, ya que a él le parecía graciosa la vestimenta de su Entrenador Digimon.
No me he disfrazado de Penguinmon, es un traje que debo de llevar para asistir al Festival de las Flores- dijo Max riendo también mirando a su Digimon- ¡Mamá! ¡Papá! ¡Lala! ¡Id vosotros al Festival! ¡Yo os alcanzaré dentro de poco!- dijo Max gritando a través de su habitación.
¡Vale! ¡Nos vamos entonces!- dijo la madre de Max asintiendo mientras se oía cómo transmitía el mensaje de Max al padre y a la hermana del joven peliverde.
¿Por qué les has dicho que se vayan? ¡Si ya estás vestido!- dijo Tsukaimon curioso mirando a su Tamer.
Es por si nos encontramos a algún Digimon malvado, no quiero descubrir tu tapadera de peluche- dijo Max riendo mirando el pequeño tamaño de su Digimon mientras recogía su Digivice D-arc que estaba en la mesa de la habitación del joven Tamer.
Me gusta simular ser un peluche- reía Tsukaimon tumbándose en la cama de su Tamer acurrucándose- así no tengo ni que caminar ni que volar- Tsukaimon levantó el dedo pulgar de su manita derecha.
Eres un perezoso...- dijo Max sonriendo agarrando y guardando la baraja de cartas que poseía para potenciar el poder de su Digimon en las cruentas batallas con los Digimons malvados- bueno, vayámonos- Max agarró entre sus brazos a su pequeño Digimon con forma de hámster volador de color morado, saliendo a los pocos minutos de la casa del Tamer, rumbo hacia la Plaza Central donde se encontraban el Festival de las Flores.
¿Crees que algún Digimon vendrá a por nosotros?- preguntó intrigado Tsukaimon sin moverse entre los brazoss de su Tamer.
Espero que no, o, por lo menos, que no sea Devimon, o algún Digimon parecido. Aún no somos lo suficientemente fuertes para derrotarle- Max miraba al cielo comprobando que no había ninguna cosa que se encontrase fuera de lo normal.
Prefiero luchar contra un Sukamon o un Numemon, es más fácil- dijo Tsukaimon riendo tratando de despreocupar a su Tamer viendo que, a lo lejos, una gran cantidad de colores fascinantes irradiaban felicidad- ¿Eso es el Festival de las Flores?- Tsukaimon estaba realmente sorprendido gracias a la belleza de aquellas plantas.
Exacto- dijo Max sonriendo mientras asentía mirando a lo lejos y notando como el gratificante olor de aquellas plantas inundaban todos y cada uno de sus sentidos.
Espero que hoy sea un día de descanso- Tsukaimon sonreía al notar como su Tamer avanzaba hacia el lugar donde se encontraban aquellas joyas de la Naturaleza.
Max sentía como si ese día se fuese a reencontrar con alguien, alguien a quien no había visto en mucho, mucho tiempo. Tsukaimon lo único que sentía era el agradable aroma de aquellas flores... y algo de hambre, para variar.
Ese día, Max se arreglaba y se ponía un traje negro con una corbata roja, adecuado para la celebración, ya que, junto a su familia, asistía todos los años al gran evento. Es más, su madre era una de las personas que juzgaban éste año a todas y cada una de las flores participantes.
¿Por qué te disfrazas de Penguinmon?- preguntó Tsukaimon riendo al ver la ropa con la que estaba vestido su Tamer, ya que a él le parecía graciosa la vestimenta de su Entrenador Digimon.
No me he disfrazado de Penguinmon, es un traje que debo de llevar para asistir al Festival de las Flores- dijo Max riendo también mirando a su Digimon- ¡Mamá! ¡Papá! ¡Lala! ¡Id vosotros al Festival! ¡Yo os alcanzaré dentro de poco!- dijo Max gritando a través de su habitación.
¡Vale! ¡Nos vamos entonces!- dijo la madre de Max asintiendo mientras se oía cómo transmitía el mensaje de Max al padre y a la hermana del joven peliverde.
¿Por qué les has dicho que se vayan? ¡Si ya estás vestido!- dijo Tsukaimon curioso mirando a su Tamer.
Es por si nos encontramos a algún Digimon malvado, no quiero descubrir tu tapadera de peluche- dijo Max riendo mirando el pequeño tamaño de su Digimon mientras recogía su Digivice D-arc que estaba en la mesa de la habitación del joven Tamer.
Me gusta simular ser un peluche- reía Tsukaimon tumbándose en la cama de su Tamer acurrucándose- así no tengo ni que caminar ni que volar- Tsukaimon levantó el dedo pulgar de su manita derecha.
Eres un perezoso...- dijo Max sonriendo agarrando y guardando la baraja de cartas que poseía para potenciar el poder de su Digimon en las cruentas batallas con los Digimons malvados- bueno, vayámonos- Max agarró entre sus brazos a su pequeño Digimon con forma de hámster volador de color morado, saliendo a los pocos minutos de la casa del Tamer, rumbo hacia la Plaza Central donde se encontraban el Festival de las Flores.
¿Crees que algún Digimon vendrá a por nosotros?- preguntó intrigado Tsukaimon sin moverse entre los brazoss de su Tamer.
Espero que no, o, por lo menos, que no sea Devimon, o algún Digimon parecido. Aún no somos lo suficientemente fuertes para derrotarle- Max miraba al cielo comprobando que no había ninguna cosa que se encontrase fuera de lo normal.
Prefiero luchar contra un Sukamon o un Numemon, es más fácil- dijo Tsukaimon riendo tratando de despreocupar a su Tamer viendo que, a lo lejos, una gran cantidad de colores fascinantes irradiaban felicidad- ¿Eso es el Festival de las Flores?- Tsukaimon estaba realmente sorprendido gracias a la belleza de aquellas plantas.
Exacto- dijo Max sonriendo mientras asentía mirando a lo lejos y notando como el gratificante olor de aquellas plantas inundaban todos y cada uno de sus sentidos.
Espero que hoy sea un día de descanso- Tsukaimon sonreía al notar como su Tamer avanzaba hacia el lugar donde se encontraban aquellas joyas de la Naturaleza.
Max sentía como si ese día se fuese a reencontrar con alguien, alguien a quien no había visto en mucho, mucho tiempo. Tsukaimon lo único que sentía era el agradable aroma de aquellas flores... y algo de hambre, para variar.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: El Festival de las Flores [Privado: Videl, Ed Elric y Kenku]
-Ahhhh, tengo sueño... y hoy se supone que tengo que quedarme despierto hasta tarde. Espero que valga la pena-
Estiraba mis brazos y piernas al mismo tiempo en que bostezaba. ¿Para qué mentir? Quería quedarme en la cama un buen rato más, pero no podía, tenía un compromiso que cumplir, y vaya que compromiso.
Me destapé y me senté en el borde de mi cama fregando mi ojo derecho con la mano, seguido de otro bostezo. Miré hacia el frente y vi a Monodramon aún durmiendo en su cama, boca arriba y todo desparramado. La almohada y las sábanas por el piso que yo no pensaba recoger.
Agarré un pantalón y me paré para vestirme. Cuando terminé de ajustarme el cinturón, estiré mi mano para tomar mi almohada arrojándola hacia la cara de mi compañero.
-Vamos Monodramon, levántate que tenemos muchas cosas que hacer. ¡Levántate!-
No se movía en absoluto, tal vez estaba muerto... no, no puede ser. Puse mi mano en su prominente barriga y lo sacudí para los lados, pero nada. Mmm, ¿qué le ocurría? Siempre se levantaba antes que yo y no veo porque este día fuera la excepción. Ehh bueno, al menos respiraba, no pasa nada con que duerma un rato más. Pero ¿qué pasaría si...? Sonreí de forma malévola.
Me detuve en la puerta de la habitación.
-Cuando te levantes tu te prepararás la merienda... si es que queda algo de comida cuando eso ocurra-
Fue como ver esas películas de zombies o demonios, en la que el villano parecer que ya está acabado y de la nada saca fuerzas de donde no tiene para enderezar el torso y quedar sentado. Lo más gracioso de todo fue su ver su cara, esos grandes ojos amarillos ahora diminutos acompañados por unas ojeras bastante marcadas. Por Dios, pareciera que había tenido una muy mala noche. Y que yo recuerde no habíamos hecho nada raro, a menos que mi compañero haga cosas extrañas a la noche mientras yo duermo... tendré que averiguarlo después.
-Ed, tengo hambre-
-Yo igual, levántate y lávate la cara que te ves bastante mal
-Es que ayer no pude dormir bien, tuve pesadillas. Soñaba que varios platos de comida me perseguían y querían vengarse porque me comí a sus familiares. Fue horrible-
Lo miré raro, creí que estaba bromeando, pero pensándolo bien eso podía explicar la expresión de su rostro cuando nombré la comida. No era más que un sueño así que solo continué mi camino hacia el baño.
Desde que el momento en el que me levanté estuve pensando, ya había pasado una semana desde aquel día y ahora vería a Videl nuevamente. Mientras me lavaba mi rostro me di cuenta de algo... sí, estaba nervioso pero tampoco era algo extraño, sólo esperaba a que ese nerviosismo se redujera aunque sea un poco con el transcurrir del día.
Me sequé y salí del baño en dirección a las escaleras para llegar a la cocina. En el camino me crucé con mi compañero, ya no tenía esa cara de antes, pero aún así necesitaba refrescarse un poco. Toqué su cabeza con mi mano izquierda y le sonreí, quería hacerlo sentir bien, ya que cerca de la noche tendría que pasar bastante tiempo en el Digivice.
Pasaron los minutos y habíamos terminado la merienda, ahora era momento de entrar a la ducha y de los preparativos para el Festival de las Flores que se llevaba a cabo cada año en Plaza Central.
Desde el día anterior ya se veía a gente trabajar, poniendo todo su empeño en ello. Mi casa se encontraba al frente y desde mi habitación en el piso superior se podía ver La Gran Flor, como se le conocía a ese lugar atrás de la plaza en donde el festival se llevaba a cabo.
Suspiré
-¿Te sientes bien Ed? ¿Nervioso?-
-¿Eh? ¿Por qué lo dices?-
-Sabes bien porque lo digo. Por lo de esta noche-
-Ohh... mmm, sí, un poco-
-Tienes que ser fuerte, si necesitas algo, sabes que estaré para ayudarte-
No me quedó para hacer nada más aparte de sonreír con desgano. La intención de mi amigo era buena, pero ¿qué podría saber él de citas con chicas? Tal vez era algo que tendría que aprenderlo sólo con la experiencia.
Estiraba mis brazos y piernas al mismo tiempo en que bostezaba. ¿Para qué mentir? Quería quedarme en la cama un buen rato más, pero no podía, tenía un compromiso que cumplir, y vaya que compromiso.
Me destapé y me senté en el borde de mi cama fregando mi ojo derecho con la mano, seguido de otro bostezo. Miré hacia el frente y vi a Monodramon aún durmiendo en su cama, boca arriba y todo desparramado. La almohada y las sábanas por el piso que yo no pensaba recoger.
Agarré un pantalón y me paré para vestirme. Cuando terminé de ajustarme el cinturón, estiré mi mano para tomar mi almohada arrojándola hacia la cara de mi compañero.
-Vamos Monodramon, levántate que tenemos muchas cosas que hacer. ¡Levántate!-
No se movía en absoluto, tal vez estaba muerto... no, no puede ser. Puse mi mano en su prominente barriga y lo sacudí para los lados, pero nada. Mmm, ¿qué le ocurría? Siempre se levantaba antes que yo y no veo porque este día fuera la excepción. Ehh bueno, al menos respiraba, no pasa nada con que duerma un rato más. Pero ¿qué pasaría si...? Sonreí de forma malévola.
Me detuve en la puerta de la habitación.
-Cuando te levantes tu te prepararás la merienda... si es que queda algo de comida cuando eso ocurra-
Fue como ver esas películas de zombies o demonios, en la que el villano parecer que ya está acabado y de la nada saca fuerzas de donde no tiene para enderezar el torso y quedar sentado. Lo más gracioso de todo fue su ver su cara, esos grandes ojos amarillos ahora diminutos acompañados por unas ojeras bastante marcadas. Por Dios, pareciera que había tenido una muy mala noche. Y que yo recuerde no habíamos hecho nada raro, a menos que mi compañero haga cosas extrañas a la noche mientras yo duermo... tendré que averiguarlo después.
-Ed, tengo hambre-
-Yo igual, levántate y lávate la cara que te ves bastante mal
-Es que ayer no pude dormir bien, tuve pesadillas. Soñaba que varios platos de comida me perseguían y querían vengarse porque me comí a sus familiares. Fue horrible-
Lo miré raro, creí que estaba bromeando, pero pensándolo bien eso podía explicar la expresión de su rostro cuando nombré la comida. No era más que un sueño así que solo continué mi camino hacia el baño.
Desde que el momento en el que me levanté estuve pensando, ya había pasado una semana desde aquel día y ahora vería a Videl nuevamente. Mientras me lavaba mi rostro me di cuenta de algo... sí, estaba nervioso pero tampoco era algo extraño, sólo esperaba a que ese nerviosismo se redujera aunque sea un poco con el transcurrir del día.
Me sequé y salí del baño en dirección a las escaleras para llegar a la cocina. En el camino me crucé con mi compañero, ya no tenía esa cara de antes, pero aún así necesitaba refrescarse un poco. Toqué su cabeza con mi mano izquierda y le sonreí, quería hacerlo sentir bien, ya que cerca de la noche tendría que pasar bastante tiempo en el Digivice.
Pasaron los minutos y habíamos terminado la merienda, ahora era momento de entrar a la ducha y de los preparativos para el Festival de las Flores que se llevaba a cabo cada año en Plaza Central.
Desde el día anterior ya se veía a gente trabajar, poniendo todo su empeño en ello. Mi casa se encontraba al frente y desde mi habitación en el piso superior se podía ver La Gran Flor, como se le conocía a ese lugar atrás de la plaza en donde el festival se llevaba a cabo.
Suspiré
-¿Te sientes bien Ed? ¿Nervioso?-
-¿Eh? ¿Por qué lo dices?-
-Sabes bien porque lo digo. Por lo de esta noche-
-Ohh... mmm, sí, un poco-
-Tienes que ser fuerte, si necesitas algo, sabes que estaré para ayudarte-
No me quedó para hacer nada más aparte de sonreír con desgano. La intención de mi amigo era buena, pero ¿qué podría saber él de citas con chicas? Tal vez era algo que tendría que aprenderlo sólo con la experiencia.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: El Festival de las Flores [Privado: Videl, Ed Elric y Kenku]
Desperté como si hubiese dormido las últimas doce horas, era gracioso ya que en realidad lo había hecho, el reloj en la pared de mi cuarto marcaba las ocho en punto de la mañana, una sonrisa se dibujó en mi cara al recordar lo que había pasado la noche anterior, uno de mis mejores amigos con el cual había perdido contacto había conseguido mi número de teléfono y me había hablado para reunirnos, se podría decir que era uno de los días más felices desde que obtuve el digispirit ya que en esa dichosa reunión estuvieron muchos de mis amigos de la infancia, a los cuales tenía mucho tiempo de no ver, incluso antes de ir hacia el mundo digital había perdido contacto con ellos.
Podía seguir recordando sobre la asombrosa tarde que había pasado con ellos y él como llegue casi muerta debido a lo agitada que ésta había sido, pero por alguna extraña razón bajé la mirada y ésta se cruzo con una nota pegada en el espejo, no podía distinguir muy bien lo que decía ya que la distancia no me lo permitía, el cansancio me mataba y por ese motivo decidí que después tendría tiempo para leerla.
Me levanté de la cama para caminar directo hacia la cocina, moría de hambre y me preparé un delicioso desayuno que constaba de un omelet preparado con sumo cuidado, un par de piezas de pan con un poco de mantequilla untados en uno de sus lados, un vaso de jugo de naranja y solo por si acaso una pequeña taza de café para ahuyentar el sueño. Comí tranquilamente mientras leía una novela de mi autor favorito, "Un final perfecto" no era exactamente el nombre que uno le da a una obra que narra sobre un asesino serial que trata de matar a tres pelirrojas y tal vez era eso lo que me atraía de aquel famoso autor estadounidense.
Terminé mi desayuno y me puse a lavar todo el desastre que había armado mientras cocinaba, cuando terminé miré de nuevo el reloj, pero ésta vez el de la cocina, marcaba las diez y media, pensé que todo estaba bien ya que según yo no tenía nada que hacer por el resto del día, me dirigía al baño para darle una cepillada a mis dientes y de una vez tomar un baño. Tomé mi teléfono e hice que mi banda favorita comenzara a sonar y después de eso entré en la ducha.
Debí haber tardado por lo menos media hora ahí dentro ya que al revisar el teléfono mi álbum favorito ya iba por la mitad, salí de la ducha sin preocupación alguna y dejar que la música se detuviese comencé a bailar frente al espejo aún con la toalla puesta, subí un al máximo el volumen de la música y noté que la ventana estaba abierta y que justo en ese momento iba pasando el cartero que no pudo evitar voltear debido al gran alboroto que hacía la música, mi cara se puso roja de la pena, mas sin embargo no podía dejar de bailar, mi cuerpo no dejaba de moverse y mi boca no paraba de cantar la letra de esas canciones que había escuchado mas de cien veces, así que lo único que pude hacer fue saludar con la mano y desaparecer de su vista, mi cara había recuperado su color por lo menos hasta que empecé con un ataque de risa debido a todo lo que había pasado.
-Okey, no dejemos que eso se vuelva a repetir jamás Vi.- me dije a mi misma después de haber terminado de reír.
Tomé mi ropa y para tratar de olvidar el suceso anterior salí a correr, mientras corría me acordé del chico que había conocido una semana atrás, Ed, también recordé que habíamos quedado de vernos una semana después de ese día, lo cual era hoy, corrí lo más rápido que pude de regreso a casa y recordé la note pegada en el espejo, probablemente esa nota tenía muchas respuestas escritas en su amarillento papel.
Para cuando llegué a casa mis energías se habían agotado, al las energías que me había proporcionado el delicioso desayuno no habían sido suficientes como para correr por 1 hora y regresar con el doble de velocidad, al entrar a mi cuarto leí la nota que decía:
Miré hacia el reloj, apenas era la una de la tarde y no pude evitar soltar una pequeña risa seguida de una bocanada de aire, me tiré al suelo de mi habitación para recuperar el aliento y me quedé dormida...
Podía seguir recordando sobre la asombrosa tarde que había pasado con ellos y él como llegue casi muerta debido a lo agitada que ésta había sido, pero por alguna extraña razón bajé la mirada y ésta se cruzo con una nota pegada en el espejo, no podía distinguir muy bien lo que decía ya que la distancia no me lo permitía, el cansancio me mataba y por ese motivo decidí que después tendría tiempo para leerla.
Me levanté de la cama para caminar directo hacia la cocina, moría de hambre y me preparé un delicioso desayuno que constaba de un omelet preparado con sumo cuidado, un par de piezas de pan con un poco de mantequilla untados en uno de sus lados, un vaso de jugo de naranja y solo por si acaso una pequeña taza de café para ahuyentar el sueño. Comí tranquilamente mientras leía una novela de mi autor favorito, "Un final perfecto" no era exactamente el nombre que uno le da a una obra que narra sobre un asesino serial que trata de matar a tres pelirrojas y tal vez era eso lo que me atraía de aquel famoso autor estadounidense.
Terminé mi desayuno y me puse a lavar todo el desastre que había armado mientras cocinaba, cuando terminé miré de nuevo el reloj, pero ésta vez el de la cocina, marcaba las diez y media, pensé que todo estaba bien ya que según yo no tenía nada que hacer por el resto del día, me dirigía al baño para darle una cepillada a mis dientes y de una vez tomar un baño. Tomé mi teléfono e hice que mi banda favorita comenzara a sonar y después de eso entré en la ducha.
Debí haber tardado por lo menos media hora ahí dentro ya que al revisar el teléfono mi álbum favorito ya iba por la mitad, salí de la ducha sin preocupación alguna y dejar que la música se detuviese comencé a bailar frente al espejo aún con la toalla puesta, subí un al máximo el volumen de la música y noté que la ventana estaba abierta y que justo en ese momento iba pasando el cartero que no pudo evitar voltear debido al gran alboroto que hacía la música, mi cara se puso roja de la pena, mas sin embargo no podía dejar de bailar, mi cuerpo no dejaba de moverse y mi boca no paraba de cantar la letra de esas canciones que había escuchado mas de cien veces, así que lo único que pude hacer fue saludar con la mano y desaparecer de su vista, mi cara había recuperado su color por lo menos hasta que empecé con un ataque de risa debido a todo lo que había pasado.
-Okey, no dejemos que eso se vuelva a repetir jamás Vi.- me dije a mi misma después de haber terminado de reír.
Tomé mi ropa y para tratar de olvidar el suceso anterior salí a correr, mientras corría me acordé del chico que había conocido una semana atrás, Ed, también recordé que habíamos quedado de vernos una semana después de ese día, lo cual era hoy, corrí lo más rápido que pude de regreso a casa y recordé la note pegada en el espejo, probablemente esa nota tenía muchas respuestas escritas en su amarillento papel.
Para cuando llegué a casa mis energías se habían agotado, al las energías que me había proporcionado el delicioso desayuno no habían sido suficientes como para correr por 1 hora y regresar con el doble de velocidad, al entrar a mi cuarto leí la nota que decía:
"Cita con Ed a las ocho y media
Irán al festival de las flores,
arréglate lo mejor que puedas y...
no lo arruines"
-De Videl para Videl :*
Irán al festival de las flores,
arréglate lo mejor que puedas y...
no lo arruines"
-De Videl para Videl :*
Miré hacia el reloj, apenas era la una de la tarde y no pude evitar soltar una pequeña risa seguida de una bocanada de aire, me tiré al suelo de mi habitación para recuperar el aliento y me quedé dormida...
- Tamer
- Digi Puntos :67Nivel On Rol :Human SpiritInventario :
Videl
Re: El Festival de las Flores [Privado: Videl, Ed Elric y Kenku]
-Van a ser las doce en punto ¿Qué nos toca hacer ahora?
-Nada, ya hicimos todo. Por eso nos quedamos toda la noche a hacer las cosas de hoy, dijiste que era mejor hacerlo para estar más desocupados ahora y tener tiempo para prepararnos.
-¿A-ah? ¿En serio? La verdad es que no lo recuerdo, tampoco sé que es todo lo que hicimos.
-Fueron muchas cosas, al final cuando terminamos de acomodar las cajas de las cosas que no usamos, te quedaste dormido encima de ellas. Luego te llevé hasta la habitación y te puse sobre la cama, parecías que estabas muerto.
Sinceramente no sabía que decir ni cómo actuar, era como si me hubieran borrado la memoria y no recordaba absolutamente nada, ni varias horas antes de haberme dormido, según Monodramon. ¿No será por...? No, no lo creo, seguramente estaba muy cansado.
-Eso suena muy raro, la verdad es que no me di cuenta jeje -soltando una sonrisa algo tímida y rascándome la parte de atrás de la cabeza.
De cierto modo sentía algo de pena por aquello, de seguro mi amigo tuvo ciertos problemas arrastrándome por toda la casa hasta llegar a la habitación que ambos compartíamos. Apuesto a que por eso también el cansancio de él y...
-¡Au! ¿Qué es esto? Me duele aquí, tengo... ¡¿tengo un chichón?! ¿En qué momento me golpee? ¿Habrá sido ayer?
-Te movías mucho mientras te llevaba a la cama y bueno cuando giré para entrar aquí, tu cabeza golpeó con el marco de la puer.. -se cubrió la boca con ambas manos y unas gotas de transpiración le corrían por el rostro. Se había dado cuenta de que había cometido un grave error al haber hablado.
-¡Ven aquí pequeño panzón del demonio! ¡Ven para que te mate!
-E-espera, Ed, lo siento no fue mi intención -comenzó a correr saliendo de nuestro cuarto en dirección a las escaleras y yo lo seguí.- ¡De veras lo siento!
Gritaba tanto que parecía llorar mientras bajábamos por las escaleras a toda velocidad, de seguro no pensábamos en que podíamos tropezar y caer hasta tocar el suelo, tampoco en las heridas si es que eso pasaba, sólo nos preocupábamos por una cosa; él por huir y yo por atraparlo.
Llagamos hasta abajo luego de que cada paso en los escalones hiciera un golpeteo frenético y giramos hacia la derecha siguiendo por el pasillo que llevaba al final de la casa, pero no pasamos mucho más de la puerta de la cocina hasta que algo nos hizo detener, era el timbre que había interrumpido con aquella escandalosa situación, y en cuestión de un par de segundos, la persecución había quedado en un plano muy alejado del de ahora.
-¿Huh?
-¿Quién es, Ed? ¿Esperabas a alguien?
-Claro que no, ve a ver y pregunta qué es lo que quiere.
-Ohh ¿Por qué yo?
-Porque yo te lo pido, ve.
-Está bien -comenzando a caminar hacia la entrada mientras el timbre sonaba nuevamente antes de que pudiera abrir la puerta.- Ya va, ya va... Hola ¿qué desea?
-Buenos días, soy de la tienda de ropa, traigo a un envío para el señor Edward Elric.
-Ah sí, espere, ya lo llamo... ¡Ed, es el vestido de tu novia!
-¡Que no es mi novia! ¡Deja de llamarla así, apenas es una conocida!
-¿Y a todas tus conocidas les regalas vestidos? Qué considerado eres, de verdad.
-Sólo... calla. -caminando hacia la puerta.- Disculpe, soy Edward Elric, ¿trae el vestido que pedí ¿cierto?
-Así es, tiene que firmar aquí, señor Elric.
-No, no, yo lo compré, pero no es para mí...
-Eso se vería raro.
Dirigiéndome a él con una mirada cruda y seria, a lo que bajó su rostro apenado.- Tendrá que llevarlo a esta dirección -tomé la ficha de envío y anoté una dirección en uno de los campos.- Pregunte por Videl, para ella es el vestido, ya pagué todo en el negocio así que supongo que llevarlo hasta ahí no será un problema.
-Oh, por supuesto que no, de todas formas no queda muy lejos de aquí. No se preocupe.
-Y por favor ¿podría entregarle esto?
Saqué un sobre del bolsillo de mi abrigo en el cual había una carta de mi parte que decía:
"Aquel día pude ver cuánto querías el vestido con sólo ver tu rosto, así que acepta este pequeño regalo de mi parte, aunque no sé si sea apropiado, eso espero. Así como también que el talle sea el indicado para ti. Esta noche paso a buscarte a las ocho y media, no lo olvides.
-Muy bien, yo me ocuparé de entregárselo de su parte, no se preocupe. Que tenga buen día.
-Hasta luego e igualmente.
A continuación cerré la puerta y apoyé mi espalda sobre esta soltando un largo suspiro, me sentía agotado, o más como si no supiera acerca del futuro. Las cartas estaban echadas, sólo me tocaba esperar, esperar a que todo vaya bien. Con suerte eso pasaría.
-¿Qué ocurre, Ed? ¿Te sientes bien?
-No lo sé, amigo, de verdad que no lo sé. Pero hay que seguir adelante ¿no? Así es como lo venimos haciendo desde que nos conocimos, no vamos a cambiar nuestra forma de hacer las cosas nunca. Vamos, que ya es hora de entrar a darnos un baño.
-Sí, andando.
Al cabo de un poco más de dos horas y de haber escuchado a Monodramon cantar en el baño a todo pulmón, ya casi estábamos listos justo con la caída de la tarde. Me puse un traje que tenía en el guardarropa, nunca antes lo había usado, aunque por fortuna podía vestirlo a la perfección. Constaba de una camisa blanca de cuello alto con una banda en la manga izquierda, chaleco y pantalón gris oscuro y por sobre todo un abrigo color marrón chocolate con una solapa ancha que llegaba hasta la espalda. De calzado unos zapatos negros, mis guantes blancos como de costumbre, un poco de perfume y listo. Tambien le puse a mi compañero, ya que no tenía traje al menos debía oler bien.
-Son las ocho quince, es hora de irnos. Ya sabes que hacer -apuntando el Digivice hacia él y comenzando a desmaterializarlo para que pueda entrar en él.
-Lo sé, me portaré bien, lo prometo.
-Cuento contigo.
Al salir de casa pude notar que ya había oscurecido por completo y que desde atrás de los árboles de la plaza, probablemente en el centro, salían luces de varios colores y se podía escuchar una música tenue y muy agradable, eso era señal de que ya estaba prácticamente todo listo e incluso personas ya habían llegado al lugar. No me detuve más tiempo y me puse en marcha hacia la casa de Videl, estaba a pocas cuadras así que supuse que el tiempo que tenía sería suficiente. De todas formas caminaba a un paso algo rápido, sería mejor que me sobrara el tiempo a que me faltara, pero había estado en lo correcto, habíamos llegado faltando dos minutos para las y media, justo a la hora pactada. Aproveché ese pequeño tiempo luego de guardar mi reloj de bolsillo para acomodarme el mechón de cabello que se erguía sobre mi cabeza, cabe mencionar que para esta ocasión, no me había hecho la trenza que acostumbraba a usar, una cola de caballo suelta llevaba ahora.
-Aquí debe ser... ahhh.
-Suerte, Ed.
-Gracias, amigo, espero no necesitarla.
Toqué tres veces la puerta con los nudillos.
-Nada, ya hicimos todo. Por eso nos quedamos toda la noche a hacer las cosas de hoy, dijiste que era mejor hacerlo para estar más desocupados ahora y tener tiempo para prepararnos.
-¿A-ah? ¿En serio? La verdad es que no lo recuerdo, tampoco sé que es todo lo que hicimos.
-Fueron muchas cosas, al final cuando terminamos de acomodar las cajas de las cosas que no usamos, te quedaste dormido encima de ellas. Luego te llevé hasta la habitación y te puse sobre la cama, parecías que estabas muerto.
Sinceramente no sabía que decir ni cómo actuar, era como si me hubieran borrado la memoria y no recordaba absolutamente nada, ni varias horas antes de haberme dormido, según Monodramon. ¿No será por...? No, no lo creo, seguramente estaba muy cansado.
-Eso suena muy raro, la verdad es que no me di cuenta jeje -soltando una sonrisa algo tímida y rascándome la parte de atrás de la cabeza.
De cierto modo sentía algo de pena por aquello, de seguro mi amigo tuvo ciertos problemas arrastrándome por toda la casa hasta llegar a la habitación que ambos compartíamos. Apuesto a que por eso también el cansancio de él y...
-¡Au! ¿Qué es esto? Me duele aquí, tengo... ¡¿tengo un chichón?! ¿En qué momento me golpee? ¿Habrá sido ayer?
-Te movías mucho mientras te llevaba a la cama y bueno cuando giré para entrar aquí, tu cabeza golpeó con el marco de la puer.. -se cubrió la boca con ambas manos y unas gotas de transpiración le corrían por el rostro. Se había dado cuenta de que había cometido un grave error al haber hablado.
-¡Ven aquí pequeño panzón del demonio! ¡Ven para que te mate!
-E-espera, Ed, lo siento no fue mi intención -comenzó a correr saliendo de nuestro cuarto en dirección a las escaleras y yo lo seguí.- ¡De veras lo siento!
Gritaba tanto que parecía llorar mientras bajábamos por las escaleras a toda velocidad, de seguro no pensábamos en que podíamos tropezar y caer hasta tocar el suelo, tampoco en las heridas si es que eso pasaba, sólo nos preocupábamos por una cosa; él por huir y yo por atraparlo.
Llagamos hasta abajo luego de que cada paso en los escalones hiciera un golpeteo frenético y giramos hacia la derecha siguiendo por el pasillo que llevaba al final de la casa, pero no pasamos mucho más de la puerta de la cocina hasta que algo nos hizo detener, era el timbre que había interrumpido con aquella escandalosa situación, y en cuestión de un par de segundos, la persecución había quedado en un plano muy alejado del de ahora.
-¿Huh?
-¿Quién es, Ed? ¿Esperabas a alguien?
-Claro que no, ve a ver y pregunta qué es lo que quiere.
-Ohh ¿Por qué yo?
-Porque yo te lo pido, ve.
-Está bien -comenzando a caminar hacia la entrada mientras el timbre sonaba nuevamente antes de que pudiera abrir la puerta.- Ya va, ya va... Hola ¿qué desea?
-Buenos días, soy de la tienda de ropa, traigo a un envío para el señor Edward Elric.
-Ah sí, espere, ya lo llamo... ¡Ed, es el vestido de tu novia!
-¡Que no es mi novia! ¡Deja de llamarla así, apenas es una conocida!
-¿Y a todas tus conocidas les regalas vestidos? Qué considerado eres, de verdad.
-Sólo... calla. -caminando hacia la puerta.- Disculpe, soy Edward Elric, ¿trae el vestido que pedí ¿cierto?
-Así es, tiene que firmar aquí, señor Elric.
-No, no, yo lo compré, pero no es para mí...
-Eso se vería raro.
Dirigiéndome a él con una mirada cruda y seria, a lo que bajó su rostro apenado.- Tendrá que llevarlo a esta dirección -tomé la ficha de envío y anoté una dirección en uno de los campos.- Pregunte por Videl, para ella es el vestido, ya pagué todo en el negocio así que supongo que llevarlo hasta ahí no será un problema.
-Oh, por supuesto que no, de todas formas no queda muy lejos de aquí. No se preocupe.
-Y por favor ¿podría entregarle esto?
Saqué un sobre del bolsillo de mi abrigo en el cual había una carta de mi parte que decía:
"Aquel día pude ver cuánto querías el vestido con sólo ver tu rosto, así que acepta este pequeño regalo de mi parte, aunque no sé si sea apropiado, eso espero. Así como también que el talle sea el indicado para ti. Esta noche paso a buscarte a las ocho y media, no lo olvides.
Ed.-
-Muy bien, yo me ocuparé de entregárselo de su parte, no se preocupe. Que tenga buen día.
-Hasta luego e igualmente.
A continuación cerré la puerta y apoyé mi espalda sobre esta soltando un largo suspiro, me sentía agotado, o más como si no supiera acerca del futuro. Las cartas estaban echadas, sólo me tocaba esperar, esperar a que todo vaya bien. Con suerte eso pasaría.
-¿Qué ocurre, Ed? ¿Te sientes bien?
-No lo sé, amigo, de verdad que no lo sé. Pero hay que seguir adelante ¿no? Así es como lo venimos haciendo desde que nos conocimos, no vamos a cambiar nuestra forma de hacer las cosas nunca. Vamos, que ya es hora de entrar a darnos un baño.
-Sí, andando.
Al cabo de un poco más de dos horas y de haber escuchado a Monodramon cantar en el baño a todo pulmón, ya casi estábamos listos justo con la caída de la tarde. Me puse un traje que tenía en el guardarropa, nunca antes lo había usado, aunque por fortuna podía vestirlo a la perfección. Constaba de una camisa blanca de cuello alto con una banda en la manga izquierda, chaleco y pantalón gris oscuro y por sobre todo un abrigo color marrón chocolate con una solapa ancha que llegaba hasta la espalda. De calzado unos zapatos negros, mis guantes blancos como de costumbre, un poco de perfume y listo. Tambien le puse a mi compañero, ya que no tenía traje al menos debía oler bien.
-Son las ocho quince, es hora de irnos. Ya sabes que hacer -apuntando el Digivice hacia él y comenzando a desmaterializarlo para que pueda entrar en él.
-Lo sé, me portaré bien, lo prometo.
-Cuento contigo.
Al salir de casa pude notar que ya había oscurecido por completo y que desde atrás de los árboles de la plaza, probablemente en el centro, salían luces de varios colores y se podía escuchar una música tenue y muy agradable, eso era señal de que ya estaba prácticamente todo listo e incluso personas ya habían llegado al lugar. No me detuve más tiempo y me puse en marcha hacia la casa de Videl, estaba a pocas cuadras así que supuse que el tiempo que tenía sería suficiente. De todas formas caminaba a un paso algo rápido, sería mejor que me sobrara el tiempo a que me faltara, pero había estado en lo correcto, habíamos llegado faltando dos minutos para las y media, justo a la hora pactada. Aproveché ese pequeño tiempo luego de guardar mi reloj de bolsillo para acomodarme el mechón de cabello que se erguía sobre mi cabeza, cabe mencionar que para esta ocasión, no me había hecho la trenza que acostumbraba a usar, una cola de caballo suelta llevaba ahora.
-Aquí debe ser... ahhh.
-Suerte, Ed.
-Gracias, amigo, espero no necesitarla.
Toqué tres veces la puerta con los nudillos.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
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