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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
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Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
Eran las 5:30 de la mañana y el despertador comenzó a sonar, ya me había acostumbrado a oírlo a esa hora, por lo cual media hora antes ya me encontraba haciendo la cama y los deberes del hogar, lo único que hice al escuchar la alarma fue desactivarla y meterme a la ducha, la rutina empezaba a aburrirme, siempre lo mismo: tomar una ducha, salir a trotar por 1 hora, regresar, tomar otra ducha, desayunar, ir a clases y demás cosas que hacía una adolescente de 17 años, mi vida se había tornado realmente aburrida después de haber visitado el digimundo y haber conseguido el digispirit, pero hoy quería hacer algo que me divirtiera, algo que me hiciera sonreír por lo menos 5 minutos, no pedía más. Terminé de bañarme y tomé la toalla, luego de secarme me vestí con ropa deportiva especial para la ocasión y salí de mi morada para trotar sin rumbo alguno, me puse los auriculares en los oídos, mi banda de rock favorita empezó a sonar al máximo volumen y al ritmo de la música empece a trotar, ni siquiera necesitaba calentar puesto que desde que desperté mi cuerpo no había dejado de moverse.
Mientras trotaba noté un pitbull, al parecer no se veía contento, pero aún así no tenía miedo en lo absoluto e inclusive me atreví a retarlo haciendo fintas como si fuese a correr hacia un lado o hacia el otro, por obvias razones esto pareció disgustarle al grado que se atrevió a dar una carrera para, a mi ver, dar un gran mordisco, el momento en el que empezó su carrera sentía el morbo de saber como terminaría todo, jamás había probado mi suerte, o al menos no a tal grado.
El pitbull dio un salto enorme, pero yo no era tampoco una pequeña niña indefensa, ya no. Mis músculos estaban bien oxigenados y estaba lista para todo, estaba claro que ese pitbull no era nada parecido a lo que pasaba en el digimundo y yo estaba muy consiente de ello, no tenía planeado resultar herida y mucho menos herir al pitbull, sin embargo el salto del pitbull era tan alto, probablemente llagaba a la altura de mi pecho, no dude ni siquiera un segundo en juntar mis manos como si saludo de Kung Fu se tratase y con el brazo cuya mano estaba cerrada dar un codazo en uno de los lados de la mandíbula del amenazante can, lo cual hizo que toda la fuerza con la que venía se desplazara hacia el lado derecho, por consiguiente el can cayo a mi lado, sabía que lo había herido y también que lo había enfadado, si bien no fue muy humano el haber hecho eso definitivamente era lo más inteligente, al menos después de haberlo retado, noté en su gruñido que si seguía por el mismo camino esto terminaría muy mal para alguno de los dos, no lo pensé dos veces y corrí sacando un audífono de mi oído para escuchar por lo menos el ladrido y saber que tan cerca estaría de mi ese can.
Pasaron por lo menos 10 minutos cuando por fin me di cuenta que había dejado de oír los ladridos, probablemente hubiera dejado de perseguirme hace cinco, seis o incluso ocho minutos, ni siquiera lo había notado, solo me había concentrado en correr sin mirar atrás y a pesar de haberme dado cuenta de todo esto no dejaba de correr, miré hacia atrás para confirmar que mi mente no me jugaba una mala pasada y en efecto nada venía detrás de mi, empecé a bajar la velocidad pero sin dejar de mirar hacia atrás, lo cual no fue muy bueno ya que justo al girar mi cabeza para mirar al frente me estrelle con un chico con cabello color rubio.
-Yo...de verdad.... lo siento...venía..corriendo.. y muy.. distraída..-dije mientras tomaba aire después de cada palabra, al parecer había olvidado el regular mi respiración en los últimos momentos, limpie un poco de sudor con mi antebrazo luego de eso puse mis manos en mis rodillas flexionando un poco el abdomen para tomar aire.
¿Te encuentras bien?.- pregunte sin siquiera mirarlo a la cara.
Mientras trotaba noté un pitbull, al parecer no se veía contento, pero aún así no tenía miedo en lo absoluto e inclusive me atreví a retarlo haciendo fintas como si fuese a correr hacia un lado o hacia el otro, por obvias razones esto pareció disgustarle al grado que se atrevió a dar una carrera para, a mi ver, dar un gran mordisco, el momento en el que empezó su carrera sentía el morbo de saber como terminaría todo, jamás había probado mi suerte, o al menos no a tal grado.
El pitbull dio un salto enorme, pero yo no era tampoco una pequeña niña indefensa, ya no. Mis músculos estaban bien oxigenados y estaba lista para todo, estaba claro que ese pitbull no era nada parecido a lo que pasaba en el digimundo y yo estaba muy consiente de ello, no tenía planeado resultar herida y mucho menos herir al pitbull, sin embargo el salto del pitbull era tan alto, probablemente llagaba a la altura de mi pecho, no dude ni siquiera un segundo en juntar mis manos como si saludo de Kung Fu se tratase y con el brazo cuya mano estaba cerrada dar un codazo en uno de los lados de la mandíbula del amenazante can, lo cual hizo que toda la fuerza con la que venía se desplazara hacia el lado derecho, por consiguiente el can cayo a mi lado, sabía que lo había herido y también que lo había enfadado, si bien no fue muy humano el haber hecho eso definitivamente era lo más inteligente, al menos después de haberlo retado, noté en su gruñido que si seguía por el mismo camino esto terminaría muy mal para alguno de los dos, no lo pensé dos veces y corrí sacando un audífono de mi oído para escuchar por lo menos el ladrido y saber que tan cerca estaría de mi ese can.
Pasaron por lo menos 10 minutos cuando por fin me di cuenta que había dejado de oír los ladridos, probablemente hubiera dejado de perseguirme hace cinco, seis o incluso ocho minutos, ni siquiera lo había notado, solo me había concentrado en correr sin mirar atrás y a pesar de haberme dado cuenta de todo esto no dejaba de correr, miré hacia atrás para confirmar que mi mente no me jugaba una mala pasada y en efecto nada venía detrás de mi, empecé a bajar la velocidad pero sin dejar de mirar hacia atrás, lo cual no fue muy bueno ya que justo al girar mi cabeza para mirar al frente me estrelle con un chico con cabello color rubio.
-Yo...de verdad.... lo siento...venía..corriendo.. y muy.. distraída..-dije mientras tomaba aire después de cada palabra, al parecer había olvidado el regular mi respiración en los últimos momentos, limpie un poco de sudor con mi antebrazo luego de eso puse mis manos en mis rodillas flexionando un poco el abdomen para tomar aire.
¿Te encuentras bien?.- pregunte sin siquiera mirarlo a la cara.
- Tamer
- Digi Puntos :67Nivel On Rol :Human SpiritInventario :
Videl
Re: Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
*Silbando*
-Ohh... Lo mismo te pregunto a ti, te ves algo... agitada. Y no te preocupes, tampoco venía prestando atención al camino.
Como siempre, me encontraba con personas desconocidas de la manera más extraña posible y esta no era la excepción. Alrededor mío no había nadie más, apenas los pájaros habían empezado a despertarse y a dar sus primeros cantos de la mañana. Eran las seis treinta de la mañana y justo teníamos la mala suerte de ir despistados, caminando por la misma vereda y en direcciones opuestas. A decir verdad esa situación se veía algo tonta, como si lo estuviésemos haciendo a propósito. Lo cierto es que venía con los ojos cerrados mientras caminaba, los abría con cierta regularidad para ver que tenía adelante y memorizar el camino. El punto a favor era que al parecer no se había percatado de ello, eso me daba la posibilidad de no quedar como el único culpable.
Me dirigía en busca de una fuente de electricidad lo suficientemente potente como para abrir un portal que soportara a mi amigo y a mi, era hora de regresar al Digimundo. Tenía una fuente que era la que usaba con regularidad, una vieja estación de radio que quedaba algo alejada de los edificios que conformaban la ciudad. Estaba abandonada, y toda la estructura funcionaba con un generador eléctrico a gasolina que se encontraba en la parte trasera del estudio de trasmisión en vivo, el cual mantenía siempre abastecido y en mantenimiento. Era mi conector entre ambos mundos, y la razón por la que había elegido una ubicación tan aislada, era para mantener en secreto y no levantar sospechas sobre ese mundo al que pocos conocían. Además de que quedaba en la misma dirección que la única ruta de este lado de la ciudad que llevaba a la estación de trenes, era una buena distracción.
Iba girando el Digivice de la cadena que lo ataba a mi pasacinto con mi mano derecha, mientras que con la izquierda, cargaba mi maletín en el que llevaba herramientas para reparar el sistema de refrigeración del generador, entre ellas: destornilladores, llaves de varios tamaños e incluso partes de repuesto; hasta que ocurrió el accidente.
Ella era una muchacha de una estatura un tanto menor a la mía, de cabello negro y estaba seguro que venía corriendo por la fuerza con la que me chocó y porque se la notaba algo cansada, la posición en la que recuperaba aire la delataba. De lo que no estaba seguro era de por qué venía corriendo, ¿qué o quién la instaba a hacerlo?
Mientras alargaba la distancia dando unos pasos hacia atrás logré distinguir que vestía ropa deportiva, aunque eso no quiere decir que sí o sí estuviera haciendo deporte, de lo contrario creo que se fijaría más en su camino.
-Y bien, ¿qué es lo que hace una muchacha corriendo a estas horas de la madrugada? No te habrás metido en un apuro ¿o sí?- dije mientras comenzaba a girar nuevamente mi Digivice-. No es que en realidad quiera saber... digo, tampoco quiero meterme en tus asuntos, pero me parece algo extraño.
Miré con el rabillo del ojo una luz intermitente que pasaba a un costado y cuando giré mi cabeza para ver con detalle, me enteré de que era el dispositivo que estaba reaccionando.
-Ed ¡para de girar el Digivice que me estoy mareando!
Aghh, que no se podía mantener callado, ni siquiera en momentos tan extraños como este. Aproveché que ella estaba mirando al suelo para soltar el maletín y tomar con desesperación el Digivice como si tratara de callar a mi compañero, tapando la pantalla mientras lo escondía tras mi espalda. Luego llevé mi mano izquierda cerrada hacia mi boca haciendo un leve ruido, como si tratara de aclarar mi garganta.
-Ejem, perdón por eso. Estoy un poco enfermo de mi garganta como... te habrás dado cuenta.
Me sentía algo nervioso y acalorado, no podía acostumbrarme a ese tipo de situaciones por más que las haya vivido un par de veces.
-Sólo cállate un momento- esto lo dije mientras tosía para ocultar las palabras.
Al parecer en ese intento desesperado de guardar mi Digivice, apreté ese útil botón y un resplandor comenzó a brillar mientras se materializaba, Monodramon.
-En realidad no hay nada qué ocultar. Ella no es como un humano más, ¿no es cierto... que contactas con Digi-Spirits?
Monodramon salió por detrás quedando de forma perpendicular a mi. Notaba que mi compañero estaba serio, y era muy raro verlo de ese modo, mucho más acusando a esa muchacha de tener relación alguna con los Spirits. Pero al oír esto, mi expresión se contagió de la suya y pasé de estar algo nervioso a estar más atento de la situación. Mi semblante se puso tenso de un momento a otro.
-¿Es eso cierto? ¿es cierto lo que dice mi compañero? Responde por favor.
No había tenido buenas experiencias con los portadores de Digi-Spirits, nunca. Además de que eran peligrosos porque son propensos a salirse de control a causa del espíritu, este puede poseer por completo el control de la situación dejando nula la conciencia del Tamer.
-Ohh... Lo mismo te pregunto a ti, te ves algo... agitada. Y no te preocupes, tampoco venía prestando atención al camino.
Como siempre, me encontraba con personas desconocidas de la manera más extraña posible y esta no era la excepción. Alrededor mío no había nadie más, apenas los pájaros habían empezado a despertarse y a dar sus primeros cantos de la mañana. Eran las seis treinta de la mañana y justo teníamos la mala suerte de ir despistados, caminando por la misma vereda y en direcciones opuestas. A decir verdad esa situación se veía algo tonta, como si lo estuviésemos haciendo a propósito. Lo cierto es que venía con los ojos cerrados mientras caminaba, los abría con cierta regularidad para ver que tenía adelante y memorizar el camino. El punto a favor era que al parecer no se había percatado de ello, eso me daba la posibilidad de no quedar como el único culpable.
Me dirigía en busca de una fuente de electricidad lo suficientemente potente como para abrir un portal que soportara a mi amigo y a mi, era hora de regresar al Digimundo. Tenía una fuente que era la que usaba con regularidad, una vieja estación de radio que quedaba algo alejada de los edificios que conformaban la ciudad. Estaba abandonada, y toda la estructura funcionaba con un generador eléctrico a gasolina que se encontraba en la parte trasera del estudio de trasmisión en vivo, el cual mantenía siempre abastecido y en mantenimiento. Era mi conector entre ambos mundos, y la razón por la que había elegido una ubicación tan aislada, era para mantener en secreto y no levantar sospechas sobre ese mundo al que pocos conocían. Además de que quedaba en la misma dirección que la única ruta de este lado de la ciudad que llevaba a la estación de trenes, era una buena distracción.
Iba girando el Digivice de la cadena que lo ataba a mi pasacinto con mi mano derecha, mientras que con la izquierda, cargaba mi maletín en el que llevaba herramientas para reparar el sistema de refrigeración del generador, entre ellas: destornilladores, llaves de varios tamaños e incluso partes de repuesto; hasta que ocurrió el accidente.
Ella era una muchacha de una estatura un tanto menor a la mía, de cabello negro y estaba seguro que venía corriendo por la fuerza con la que me chocó y porque se la notaba algo cansada, la posición en la que recuperaba aire la delataba. De lo que no estaba seguro era de por qué venía corriendo, ¿qué o quién la instaba a hacerlo?
Mientras alargaba la distancia dando unos pasos hacia atrás logré distinguir que vestía ropa deportiva, aunque eso no quiere decir que sí o sí estuviera haciendo deporte, de lo contrario creo que se fijaría más en su camino.
-Y bien, ¿qué es lo que hace una muchacha corriendo a estas horas de la madrugada? No te habrás metido en un apuro ¿o sí?- dije mientras comenzaba a girar nuevamente mi Digivice-. No es que en realidad quiera saber... digo, tampoco quiero meterme en tus asuntos, pero me parece algo extraño.
Miré con el rabillo del ojo una luz intermitente que pasaba a un costado y cuando giré mi cabeza para ver con detalle, me enteré de que era el dispositivo que estaba reaccionando.
-Ed ¡para de girar el Digivice que me estoy mareando!
Aghh, que no se podía mantener callado, ni siquiera en momentos tan extraños como este. Aproveché que ella estaba mirando al suelo para soltar el maletín y tomar con desesperación el Digivice como si tratara de callar a mi compañero, tapando la pantalla mientras lo escondía tras mi espalda. Luego llevé mi mano izquierda cerrada hacia mi boca haciendo un leve ruido, como si tratara de aclarar mi garganta.
-Ejem, perdón por eso. Estoy un poco enfermo de mi garganta como... te habrás dado cuenta.
Me sentía algo nervioso y acalorado, no podía acostumbrarme a ese tipo de situaciones por más que las haya vivido un par de veces.
-Sólo cállate un momento- esto lo dije mientras tosía para ocultar las palabras.
Al parecer en ese intento desesperado de guardar mi Digivice, apreté ese útil botón y un resplandor comenzó a brillar mientras se materializaba, Monodramon.
-En realidad no hay nada qué ocultar. Ella no es como un humano más, ¿no es cierto... que contactas con Digi-Spirits?
Monodramon salió por detrás quedando de forma perpendicular a mi. Notaba que mi compañero estaba serio, y era muy raro verlo de ese modo, mucho más acusando a esa muchacha de tener relación alguna con los Spirits. Pero al oír esto, mi expresión se contagió de la suya y pasé de estar algo nervioso a estar más atento de la situación. Mi semblante se puso tenso de un momento a otro.
-¿Es eso cierto? ¿es cierto lo que dice mi compañero? Responde por favor.
No había tenido buenas experiencias con los portadores de Digi-Spirits, nunca. Además de que eran peligrosos porque son propensos a salirse de control a causa del espíritu, este puede poseer por completo el control de la situación dejando nula la conciencia del Tamer.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
-Jeje, si estoy bien... bueno dentro de lo posible.- dije habiendo recuperado el aliento mientras reía, de algún modo la situación me causaba mucha gracia, era una chica un poco reservada y daba la casualidad que conocía a una persona de ésta manera. Solía llevar el pelo en dos coletas, pero esta vez lo había dejado en una coleta en la parte de atrás puesto que al salir de casa había pensado en lo práctico más que en lo estético. Me limité a responder de una manera amable la respuesta del chico, mi día acababa de empezar de mala manera con mi experiencia anterior y este era el momento exacto para dar el siguiente paso y comenzar de buena manera el día. El pelirubio me hizo otra pregunta después de haber contestado la primera y después de esta había dado una pequeña pero muy innecesaria explicación sobre que no quería meterse en mis asuntos, simplemente conteste a la pregunta sin poner mucha atención a la explicación.
-Bueno resulta que he tomado como rutina el salir a correr mas o menos a las cinco y media de la mañana y respecto a los apuros creo...- guarde silencio por un momento, a decir verdad lo que me había pasado hace un momento no podía considerarse como "apuro".. o tal vez sí, de cualquier manera yo no lo consideraba como tal por lo tanto decidí omitirlo.-...creo que no, o por lo menos hasta ahora.- dije dando una leve risa.
Después de contestarle la pregunte noté como parecía que balbuceaba algo que no lograba oír, se disculpo a la brevedad con la absurda excusa de que se encontraba enfermo de la garganta, por obvias razones no le creí, noté que estaba escondiendo algo detrás de su espalda y de la nada, un ser parecido a un dinosaurio de color morado se materializó justo a sus espaldas mientras decía que no había problemas puesto que yo contactaba con digispirits, en este punto mi espalda se sentía muy fría debido a la tensión que sentía, no había hablado con nadie sobre mi digispirit y mi tensión aumento aún más al escuchar la respuesta del chico, no los conocía, sin embargo sabían de mi digispirit y uno de ellos me exigía respuestas, nada pintaba bien, no sabía como responder ante tal situación así que lo hice por instinto. Tomé posiciones defensivas y mi semblante junto con mi tono de voz cambiaron a uno mucho más serio.
-Probablemente tengan razón, pero me negaré a responder hasta que me digan ¿quiénes son? y ¿cuál es su interés en mi digispirit?.- estaba preparada mentalmente para una respuesta amigable tanto como para una respuesta hostil, por mi parte tan solo me quedaba el esperar una respuesta.
-Bueno resulta que he tomado como rutina el salir a correr mas o menos a las cinco y media de la mañana y respecto a los apuros creo...- guarde silencio por un momento, a decir verdad lo que me había pasado hace un momento no podía considerarse como "apuro".. o tal vez sí, de cualquier manera yo no lo consideraba como tal por lo tanto decidí omitirlo.-...creo que no, o por lo menos hasta ahora.- dije dando una leve risa.
Después de contestarle la pregunte noté como parecía que balbuceaba algo que no lograba oír, se disculpo a la brevedad con la absurda excusa de que se encontraba enfermo de la garganta, por obvias razones no le creí, noté que estaba escondiendo algo detrás de su espalda y de la nada, un ser parecido a un dinosaurio de color morado se materializó justo a sus espaldas mientras decía que no había problemas puesto que yo contactaba con digispirits, en este punto mi espalda se sentía muy fría debido a la tensión que sentía, no había hablado con nadie sobre mi digispirit y mi tensión aumento aún más al escuchar la respuesta del chico, no los conocía, sin embargo sabían de mi digispirit y uno de ellos me exigía respuestas, nada pintaba bien, no sabía como responder ante tal situación así que lo hice por instinto. Tomé posiciones defensivas y mi semblante junto con mi tono de voz cambiaron a uno mucho más serio.
-Probablemente tengan razón, pero me negaré a responder hasta que me digan ¿quiénes son? y ¿cuál es su interés en mi digispirit?.- estaba preparada mentalmente para una respuesta amigable tanto como para una respuesta hostil, por mi parte tan solo me quedaba el esperar una respuesta.
- Tamer
- Digi Puntos :67Nivel On Rol :Human SpiritInventario :
Videl
Re: Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
Noté inmediatamente como su actitud cambió de manera drástica luego de oír las palabras de Monodramon seguidas de mis preguntas que insistían una respuesta inmediata. De presumir ser alguien amable y me arriesgaría a decir que hasta despistada, por su manera de hablar, pasó a una actitud defensiva más aún con la manera y el modo que usó para dirigirse a nosotros. Con pocas palabras dejó en claro que se oponía a contestarnos, al menos no hasta que nosotros hiciéramos nuestra parte con las interrogantes que ella había soltado al último.
Pude llegar a sentir el viento rozar mi piel, movía nuestros cabellos sin grandes dificultades, al igual que nuestra vestimenta cuando el aire encontraba aberturas y se metía entre las distintas prendas. Antes no me había dado cuenta de ello puesto que ahora el entorno se encontraba silencioso e inerte y hacía que mis sentidos se expandieran. Ese silencio que fueron segundos pero que su transcurso era imperceptible. El Sol aún no había comenzado a iluminar y recién me di cuenta que las aves no cantaban en esos momentos.
Al fin pude ver sus ojos, los ojos de la muchacha... eran de un azul intenso, como cielo mismo y brillaban por la luz de la Luna, lo que hacía que resaltaran más entre el claroscuro.
Muchos pensarían que no eran más que un par de ojos, pero me costaba ocultar que me llamaban la atención de un modo particular. Eran como una ventana hacia algo desconocido que hasta el momento sigo sin estar seguro en su totalidad de que se trata. Eso combinado con el distintivo de su mirada desafiante me encerraron entre barrotes imaginarios, los cuales no permitían que mirara otra cosa más allá de sus ojos. Una vez que el tiempo parecía volver a transcurrir con normalidad luego de una pequeña escena en cámara lenta o mejor dicho sin movimiento alguno, en el que parecía que todo lo anterior no hubiera ocurrido nunca, la tensión volvió a invadir la atmósfera.
-Ed...
Fue gracias a mi amigo que me hizo volver de esa realidad distorsionada con un pequeño llamado de atención. Era raro que él no haya comenzado a hablar luego de este tiempo y se me cruzó por la mente de que tal vez se había dado cuenta de lo que me ocurría. No, es imposible, ni siquiera puede verme el rostro, pensé.
Cerré los ojos con fuerza a la vez que giraba mi cabeza hacia un lado, era la primera vez que me pasaba algo similar, debía ser sueño, no había descansado tanto como creía. Era momento de atender asuntos pendientes.
-Ya lo sé -dije mirando nuevamente hacia el frente-. Si quieres saber quienes somos, no lo ocultaremos. Él es mi compañero Monodramon y mi nombre es Edward Elric y soy un Tamer al igual que tu. No te haremos daño a menos que nos des una razón para hacerlo.
-No confiamos en los de tu tipo, al menos no hasta que nos demuestren lo contrario.
A pesar de no estar completamente seguros, nos confiábamos del instinto de Monodramon para hablar.
Por un lado pensaba que sería una mejor idea seguir con el tono amable de antes y así lograr una respuesta positiva de la muchacha, pero no podía ocultar lo que realmente sentía y pasaba por mi cabeza. No podía sonar de otro modo que no fuera serio.
-Tienes lo que buscabas, ahora cumple tu parte del trato.
Tampoco quería intimidarla, sería peor si se largara a correr y huía, eso generaría muchas sospechas más y sin dudas no nos favorecería a ninguno. Monodramon terminó de salir de atrás de mio y se puso a mi lado mirando hacia la misma dirección que yo para tratar de calmar un poco la situación.
-Sea cual sea tu respuesta, quiero que sepas que no buscamos problemas, y trataremos de ayudarte si es que eso -refiriéndose al Spirit mientras extendía su brazo y señalaba a la joven con una de sus garras derechas-, te causa problemas
-Tampoco queremos apoderarnos de él, no lo necesitamos.
Pude llegar a sentir el viento rozar mi piel, movía nuestros cabellos sin grandes dificultades, al igual que nuestra vestimenta cuando el aire encontraba aberturas y se metía entre las distintas prendas. Antes no me había dado cuenta de ello puesto que ahora el entorno se encontraba silencioso e inerte y hacía que mis sentidos se expandieran. Ese silencio que fueron segundos pero que su transcurso era imperceptible. El Sol aún no había comenzado a iluminar y recién me di cuenta que las aves no cantaban en esos momentos.
Al fin pude ver sus ojos, los ojos de la muchacha... eran de un azul intenso, como cielo mismo y brillaban por la luz de la Luna, lo que hacía que resaltaran más entre el claroscuro.
Muchos pensarían que no eran más que un par de ojos, pero me costaba ocultar que me llamaban la atención de un modo particular. Eran como una ventana hacia algo desconocido que hasta el momento sigo sin estar seguro en su totalidad de que se trata. Eso combinado con el distintivo de su mirada desafiante me encerraron entre barrotes imaginarios, los cuales no permitían que mirara otra cosa más allá de sus ojos. Una vez que el tiempo parecía volver a transcurrir con normalidad luego de una pequeña escena en cámara lenta o mejor dicho sin movimiento alguno, en el que parecía que todo lo anterior no hubiera ocurrido nunca, la tensión volvió a invadir la atmósfera.
-Ed...
Fue gracias a mi amigo que me hizo volver de esa realidad distorsionada con un pequeño llamado de atención. Era raro que él no haya comenzado a hablar luego de este tiempo y se me cruzó por la mente de que tal vez se había dado cuenta de lo que me ocurría. No, es imposible, ni siquiera puede verme el rostro, pensé.
Cerré los ojos con fuerza a la vez que giraba mi cabeza hacia un lado, era la primera vez que me pasaba algo similar, debía ser sueño, no había descansado tanto como creía. Era momento de atender asuntos pendientes.
-Ya lo sé -dije mirando nuevamente hacia el frente-. Si quieres saber quienes somos, no lo ocultaremos. Él es mi compañero Monodramon y mi nombre es Edward Elric y soy un Tamer al igual que tu. No te haremos daño a menos que nos des una razón para hacerlo.
-No confiamos en los de tu tipo, al menos no hasta que nos demuestren lo contrario.
A pesar de no estar completamente seguros, nos confiábamos del instinto de Monodramon para hablar.
Por un lado pensaba que sería una mejor idea seguir con el tono amable de antes y así lograr una respuesta positiva de la muchacha, pero no podía ocultar lo que realmente sentía y pasaba por mi cabeza. No podía sonar de otro modo que no fuera serio.
-Tienes lo que buscabas, ahora cumple tu parte del trato.
Tampoco quería intimidarla, sería peor si se largara a correr y huía, eso generaría muchas sospechas más y sin dudas no nos favorecería a ninguno. Monodramon terminó de salir de atrás de mio y se puso a mi lado mirando hacia la misma dirección que yo para tratar de calmar un poco la situación.
-Sea cual sea tu respuesta, quiero que sepas que no buscamos problemas, y trataremos de ayudarte si es que eso -refiriéndose al Spirit mientras extendía su brazo y señalaba a la joven con una de sus garras derechas-, te causa problemas
-Tampoco queremos apoderarnos de él, no lo necesitamos.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
Ellos habían respondido a mis dos interrogantes, pero antes de hacerlo el chico parecía algo perdido, me pareció muy extraño, al principio pensé que estaba tramando algo, pero su mirada parecía perdida, noté que su compañero le había hecho entrar en razón, no pude evitar soltar una pequeña risa ante la situación, en sí el ambiente no estaba como para soltar una pequeña risa, pero después de lo que me había pasado anteriormente, esto era lo más alegre del día y en cierta forma eso era triste, he ahí el motivo de mi risa.
Era momento de responder, aunque por obvias razones ellos sabían que tenía un spirit, sin embargo se me hacía muy raro que preguntasen e incluso ofreciesen su ayuda si tenía algún problema con él, el digispirit me había hecho muy feliz, digo quien no sería feliz de poder volar por lo menos por un tiempo, además me concedía un gran poder, estaba segura de que eso no sería ningún problema, al menos para mí.
-Dicen que no confían en los de mi tipo, miren, realmente no he conocido a nadie de "mi tipo".- dije mientras hacía las comillas con mis manos al decir las últimas dos palabras- pero les puedo decir que no soy como ellos, ya sea para bien o para mal, eso téngalo por seguro, en cuanto el spirit estoy completamente tranquila y de cualquier manera, si se lo quieren llevar o no me temo que no será posible.- me estaba comportando de una manera muy diferente a como usualmente lo hacía, tal vez era por que ellos habían hablado sobre mi spirit sin haberles dicho que tenía si quiera uno.
Me dí cuenta que ellos trataban de ser amigables, por lo menos dentro de lo que cabía y que mi comportamiento no era el correcto, o al menos no el que ellos se merecían (hasta ahora), aspiré profundamente y mostré una amplia sonrisa, cambiando así mi tono de voz a uno obviamente más amigable.
-Oigan, lo siento realmente no he tenido el mejor de los días y eso que ni siquiera sale el sol, mi nombre es Videl y es un placer conocerte Edward Elric.- dije viendo directamente a los ojos del chico y extendiendo mi mano directamente hacía él.- bueno a ti y a Monodramon.- giré un poco mi cabeza para voltear a ver a Monodramon mientras decía su nombre.
-Y entonces dime Edward Elric, ¿qué te trae a estas horas de la mañana a estrellarte con una joven de cabello oscuro?.- dije esto haciendo un poco de burla con respecto a lo que acabábamos de pasar, por mi parte ya no había tensión, pero esta conversación era de tres y también quería que la tensión se liberara de su parte. -Saben, creo que empezamos con el pie izquierdo, actualmente no tengo mucho dinero en la cartera, mas sin embargo tengo más que lo suficiente como para ir por un helado los tres, digo es lo mínimo que puedo hacer para limar asperezas ¿ no creen?.- Miré directamente a los ojos del chico, acomodé un poco de mi cabello detrás de mi oreja y le sonreí.- No me dejarás ir sola por un helado ¿o sí?.- realmente no quería que tuviera una idea mala de mí y pensaba que ir por un helado sería lo esencial para llegar a conocernos y así evitar el formar malos juicios.
Era momento de responder, aunque por obvias razones ellos sabían que tenía un spirit, sin embargo se me hacía muy raro que preguntasen e incluso ofreciesen su ayuda si tenía algún problema con él, el digispirit me había hecho muy feliz, digo quien no sería feliz de poder volar por lo menos por un tiempo, además me concedía un gran poder, estaba segura de que eso no sería ningún problema, al menos para mí.
-Dicen que no confían en los de mi tipo, miren, realmente no he conocido a nadie de "mi tipo".- dije mientras hacía las comillas con mis manos al decir las últimas dos palabras- pero les puedo decir que no soy como ellos, ya sea para bien o para mal, eso téngalo por seguro, en cuanto el spirit estoy completamente tranquila y de cualquier manera, si se lo quieren llevar o no me temo que no será posible.- me estaba comportando de una manera muy diferente a como usualmente lo hacía, tal vez era por que ellos habían hablado sobre mi spirit sin haberles dicho que tenía si quiera uno.
Me dí cuenta que ellos trataban de ser amigables, por lo menos dentro de lo que cabía y que mi comportamiento no era el correcto, o al menos no el que ellos se merecían (hasta ahora), aspiré profundamente y mostré una amplia sonrisa, cambiando así mi tono de voz a uno obviamente más amigable.
-Oigan, lo siento realmente no he tenido el mejor de los días y eso que ni siquiera sale el sol, mi nombre es Videl y es un placer conocerte Edward Elric.- dije viendo directamente a los ojos del chico y extendiendo mi mano directamente hacía él.- bueno a ti y a Monodramon.- giré un poco mi cabeza para voltear a ver a Monodramon mientras decía su nombre.
-Y entonces dime Edward Elric, ¿qué te trae a estas horas de la mañana a estrellarte con una joven de cabello oscuro?.- dije esto haciendo un poco de burla con respecto a lo que acabábamos de pasar, por mi parte ya no había tensión, pero esta conversación era de tres y también quería que la tensión se liberara de su parte. -Saben, creo que empezamos con el pie izquierdo, actualmente no tengo mucho dinero en la cartera, mas sin embargo tengo más que lo suficiente como para ir por un helado los tres, digo es lo mínimo que puedo hacer para limar asperezas ¿ no creen?.- Miré directamente a los ojos del chico, acomodé un poco de mi cabello detrás de mi oreja y le sonreí.- No me dejarás ir sola por un helado ¿o sí?.- realmente no quería que tuviera una idea mala de mí y pensaba que ir por un helado sería lo esencial para llegar a conocernos y así evitar el formar malos juicios.
- Tamer
- Digi Puntos :67Nivel On Rol :Human SpiritInventario :
Videl
Re: Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
¿Una risa? ¿Se reía en un momento como este? No sé qué hubiera sido lo suficientemente gracioso como para darle una razón para ello, pero sin dudas fue algo que me confundió al principio. Me hubiera detenido a analizar aquel por qué e incluso a preguntarle por ello si no hubiera empezado a hablar casi en ese mismo instante haciendo que mi atención se desviara a mis palabras para no perder detalle de lo que decía.
Tampoco conocía a ninguno igual a ella, eso me hacía pensar muchas cosas como de costumbre, era inevitable, era parte de mí el generar posibilidades como una manera de prepararme para el futuro, para cualquier cosa que pudiera llegar a ocurrir más adelante. Nuevamente no podía detenerme en eso ahora. A continuación nos aseguraba que no era como aquellos que habíamos visto a lo largo de nuestra aventura, como los que nos habían hecho dudar de las intenciones de los que usaban DigiSpirit, de cada uno de ellos instantáneamente en el momento en el que los conocíamos sin importar la circunstancia. De seguro se refería a eso negando ser alguien con mala determinación o ideas.
-Ya dijimos que no tenemos intención alguna con tu Spirit y mucho menos planes para quitártelo. No somos malvados, con nosotros puedes estar tranquila, pero recuerda que siempre y cuando tú no intentes algo que pueda ponerte en peligro. Lo último que queremos es entrar en un conflicto y más con alguien que acabamos de conocer -hice una pausa para escuchar sus palabras, pero inmediatamente continué casi como si estuviera ignorándola hasta que pude comprender lo que había dicho-. Por supuesto que... ¿eh?
Ahora extendía su mano hacia el frente mostrando una gran sonrisa, además se había disculpado usando como excusa el mal día que estaba llevando a pesar de que recién había comenzado. Por supuesto que esto no hacía otra cosa más que confundirme tanto a mi como a mi compañero, puesto que ahora se dirigía hacia él con la misma mirada. Por más que lo hubiéramos tratado, ocultar nuestras expresiones por su repentina manera de dirigirse hacia nosotros, hubiera sido imposible, así que no hubo más remedio que mostrar ese cierto grado de sorpresa.
-Ehh... sí, sí, el... placer es mío, Videl ¿no? -extendiendo mi mano derecha para estrecharla de una manera que no se notara tanto la inseguridad que tenía sobre lo que estaba ocurriendo, algo difícil de concretar.
-Ed, ella es rara -jalando la manga de mi abrigo.
Agh, como siempre Monodramon nunca dejaba sus opiniones para él solo, siempre tenía que decir todo lo que se le cruzaba por su cabeza, o al menos siempre lo hacía en las situaciones menos indicadas, siempre pensaba en voz alta en esas circunstancias haciéndolas mucho más incomodas de lo que fueren. La cantidad de correcciones que le había dado parecían no ser suficientes, porque a pesar de ello seguía haciéndolo con frecuencia. Lo peor de todo es que el cien por ciento de las veces me hacía quedar mal parado a mí, sentía vergüenza ajena, y como si fuera su padre, tenía que hacerme cargo de las consecuencias que aquello llegara a producir. No podía acostumbrarme a ello, pero tampoco podía dejarlo pasar así como así, por lo que levanté mi brazo izquierdo y le dí un puñetazo en la parte superior de la cabeza dejando mi mano ahí mientras lo empujaba hacia abajo.
-Aja jajaja -riendo de manera nerviosa-. Dis-disculpa a mi amigo por favor, él no sabe lo que dice jaja.
-Aooo, Ed, me lastimas.
-¡Y será peor si no te callas! Ehm... -aclaré mi garganta y señalé hacia el frente.- Bueno, íbamos hacia allá, a un lugar un tanto alejado de la ciudad pasando un poco de los límites, por donde empieza la zona rural. Teníamos asuntos pendientes allí, así que hoy era momento de solucionarlos. Y lo siento por lo de hace rato, la verdad es que yo también... venía algo distraído jeje. Oh, y por favor, llámame Ed.
Llevé mi mano derecha hacia atrás de la cabeza para rascarme. No quería contarle que iba caminando con los ojos cerrados sin prestar mucha atención al camino, eso habría puesto las cosas un tanto peor en mi contra, lo mejor era omitir ese pequeño e insignificante detalle. Lo que ocurrió a continuación fue lo más inesperado que jamás me ha ocurrido, al principio creí que se continuaría disculpando por lo ocurrido, sus palabras mostraban que tenía la intención de hacer las cosas bien y por el modo correcto. Me parece bien, digo, creo que yo debería haberlo hecho desde un principio, pero ¿invitarme un helado?
No pude hacer nada al respecto, clavó su mirada en mí, portando una sonrisa mientras acomodaba su cabello. El resultado fue obvio, pero al mismo tiempo lamentable, el no poder cubrir mi rostro que en este momento estaba completamente sonrojado no hacía más que mi pena fuera mucho mayor, lo notaba porque sentía un intenso calor que recorría todo mi cuerpo y mi corazón no podía mantener el control. Por mi parte, esperaba que la noche que ya empezaba a aclarar pudiera ocultar, al menos un poco, el color que había tomado mi piel. Tampoco podía seguir mirándola por mucho más tiempo, mis ojos se desviaban automáticamente hacia arriba y abajo y por más que tuviera control sobre eso, temía de caer nuevamente en esa especie de trance momentáneo que había sufrido minutos atrás. Eso, pondría me pondría en una posición riesgosa.
-¡Vaya! Una chica invitando a Ed a una cita, eso no se ve muy a menudo. Debe haber pasado como unas... -levantando su brazo y usando sus garras para contar.- ...una vez, y eso que esta es la primera.
Levanté mi mano abierta para pegarle nuevamente en la cabeza, esta vez en la parte de atrás.
-¡Que no te puedes quedar callado! -regañándolo entre dientes- ¿Helado? Jajaja, cla-claro que no... digo, claro que no te dejaría ir sola, no ajaja. Nuestros... asuntos pueden esperar, tampoco eran urgentes.
-Oye, Ed, anoche me dijiste que debíamos levantarnos temprano porque esto era algo urgente. La verdad es que a veces no te entiendo.
-¡Pues esto es algo mucho más urgente! Y no es que quiera sonar desesperado ni mucho menos, porque ya sabes, esto de... no tengo que estar hablando sobre esto ¡Tú entiendes lo que quieres! -cruzándome de brazos y luego volviendo a mirar a la muchacha.- Y dime, ¿conoces algún lugar al que te gustaría ir y esté abierto a esta hora? Si es así, guíanos y nosotros te seguiremos aunque tal vez tengamos que matar un poco el tiempo hasta que los negocios abran.
Todo esto era tan extraño, la situación cambiaba drásticamente a cada rato, desde un choque casual hasta una invitación a tomar helado, pasando por un momento en el que sentí esa experiencia única la cual hace que tantas cosas pasen por mi cabeza incluso a tal punto de llegar a preocuparme.
Aún no sé porque acepté su propuesta, no fue simplemente porque notaba que ella trataba de calmar la tensa situación que habíamos vivido, lo cual hace que parezca una buena persona y todo lo demás, si no, pienso que fue por algo más, algo que desconozco. Como si la hubiera aceptado en contra de mi, ahora inexistente, voluntad.
En este momento no creo poder explicarlo, por primera vez me hacen tanta falta las palabras.[/color]
Tampoco conocía a ninguno igual a ella, eso me hacía pensar muchas cosas como de costumbre, era inevitable, era parte de mí el generar posibilidades como una manera de prepararme para el futuro, para cualquier cosa que pudiera llegar a ocurrir más adelante. Nuevamente no podía detenerme en eso ahora. A continuación nos aseguraba que no era como aquellos que habíamos visto a lo largo de nuestra aventura, como los que nos habían hecho dudar de las intenciones de los que usaban DigiSpirit, de cada uno de ellos instantáneamente en el momento en el que los conocíamos sin importar la circunstancia. De seguro se refería a eso negando ser alguien con mala determinación o ideas.
-Ya dijimos que no tenemos intención alguna con tu Spirit y mucho menos planes para quitártelo. No somos malvados, con nosotros puedes estar tranquila, pero recuerda que siempre y cuando tú no intentes algo que pueda ponerte en peligro. Lo último que queremos es entrar en un conflicto y más con alguien que acabamos de conocer -hice una pausa para escuchar sus palabras, pero inmediatamente continué casi como si estuviera ignorándola hasta que pude comprender lo que había dicho-. Por supuesto que... ¿eh?
Ahora extendía su mano hacia el frente mostrando una gran sonrisa, además se había disculpado usando como excusa el mal día que estaba llevando a pesar de que recién había comenzado. Por supuesto que esto no hacía otra cosa más que confundirme tanto a mi como a mi compañero, puesto que ahora se dirigía hacia él con la misma mirada. Por más que lo hubiéramos tratado, ocultar nuestras expresiones por su repentina manera de dirigirse hacia nosotros, hubiera sido imposible, así que no hubo más remedio que mostrar ese cierto grado de sorpresa.
-Ehh... sí, sí, el... placer es mío, Videl ¿no? -extendiendo mi mano derecha para estrecharla de una manera que no se notara tanto la inseguridad que tenía sobre lo que estaba ocurriendo, algo difícil de concretar.
-Ed, ella es rara -jalando la manga de mi abrigo.
Agh, como siempre Monodramon nunca dejaba sus opiniones para él solo, siempre tenía que decir todo lo que se le cruzaba por su cabeza, o al menos siempre lo hacía en las situaciones menos indicadas, siempre pensaba en voz alta en esas circunstancias haciéndolas mucho más incomodas de lo que fueren. La cantidad de correcciones que le había dado parecían no ser suficientes, porque a pesar de ello seguía haciéndolo con frecuencia. Lo peor de todo es que el cien por ciento de las veces me hacía quedar mal parado a mí, sentía vergüenza ajena, y como si fuera su padre, tenía que hacerme cargo de las consecuencias que aquello llegara a producir. No podía acostumbrarme a ello, pero tampoco podía dejarlo pasar así como así, por lo que levanté mi brazo izquierdo y le dí un puñetazo en la parte superior de la cabeza dejando mi mano ahí mientras lo empujaba hacia abajo.
-Aja jajaja -riendo de manera nerviosa-. Dis-disculpa a mi amigo por favor, él no sabe lo que dice jaja.
-Aooo, Ed, me lastimas.
-¡Y será peor si no te callas! Ehm... -aclaré mi garganta y señalé hacia el frente.- Bueno, íbamos hacia allá, a un lugar un tanto alejado de la ciudad pasando un poco de los límites, por donde empieza la zona rural. Teníamos asuntos pendientes allí, así que hoy era momento de solucionarlos. Y lo siento por lo de hace rato, la verdad es que yo también... venía algo distraído jeje. Oh, y por favor, llámame Ed.
Llevé mi mano derecha hacia atrás de la cabeza para rascarme. No quería contarle que iba caminando con los ojos cerrados sin prestar mucha atención al camino, eso habría puesto las cosas un tanto peor en mi contra, lo mejor era omitir ese pequeño e insignificante detalle. Lo que ocurrió a continuación fue lo más inesperado que jamás me ha ocurrido, al principio creí que se continuaría disculpando por lo ocurrido, sus palabras mostraban que tenía la intención de hacer las cosas bien y por el modo correcto. Me parece bien, digo, creo que yo debería haberlo hecho desde un principio, pero ¿invitarme un helado?
No pude hacer nada al respecto, clavó su mirada en mí, portando una sonrisa mientras acomodaba su cabello. El resultado fue obvio, pero al mismo tiempo lamentable, el no poder cubrir mi rostro que en este momento estaba completamente sonrojado no hacía más que mi pena fuera mucho mayor, lo notaba porque sentía un intenso calor que recorría todo mi cuerpo y mi corazón no podía mantener el control. Por mi parte, esperaba que la noche que ya empezaba a aclarar pudiera ocultar, al menos un poco, el color que había tomado mi piel. Tampoco podía seguir mirándola por mucho más tiempo, mis ojos se desviaban automáticamente hacia arriba y abajo y por más que tuviera control sobre eso, temía de caer nuevamente en esa especie de trance momentáneo que había sufrido minutos atrás. Eso, pondría me pondría en una posición riesgosa.
-¡Vaya! Una chica invitando a Ed a una cita, eso no se ve muy a menudo. Debe haber pasado como unas... -levantando su brazo y usando sus garras para contar.- ...una vez, y eso que esta es la primera.
Levanté mi mano abierta para pegarle nuevamente en la cabeza, esta vez en la parte de atrás.
-¡Que no te puedes quedar callado! -regañándolo entre dientes- ¿Helado? Jajaja, cla-claro que no... digo, claro que no te dejaría ir sola, no ajaja. Nuestros... asuntos pueden esperar, tampoco eran urgentes.
-Oye, Ed, anoche me dijiste que debíamos levantarnos temprano porque esto era algo urgente. La verdad es que a veces no te entiendo.
-¡Pues esto es algo mucho más urgente! Y no es que quiera sonar desesperado ni mucho menos, porque ya sabes, esto de... no tengo que estar hablando sobre esto ¡Tú entiendes lo que quieres! -cruzándome de brazos y luego volviendo a mirar a la muchacha.- Y dime, ¿conoces algún lugar al que te gustaría ir y esté abierto a esta hora? Si es así, guíanos y nosotros te seguiremos aunque tal vez tengamos que matar un poco el tiempo hasta que los negocios abran.
Todo esto era tan extraño, la situación cambiaba drásticamente a cada rato, desde un choque casual hasta una invitación a tomar helado, pasando por un momento en el que sentí esa experiencia única la cual hace que tantas cosas pasen por mi cabeza incluso a tal punto de llegar a preocuparme.
Aún no sé porque acepté su propuesta, no fue simplemente porque notaba que ella trataba de calmar la tensa situación que habíamos vivido, lo cual hace que parezca una buena persona y todo lo demás, si no, pienso que fue por algo más, algo que desconozco. Como si la hubiera aceptado en contra de mi, ahora inexistente, voluntad.
En este momento no creo poder explicarlo, por primera vez me hacen tanta falta las palabras.[/color]
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
El chico y su compañero tenían toda la razón al sentirse extrañados con mi raro comportamiento sin embargo no sabía actuar de manera diferente pues así era yo. Por si fuera poco mí no muy inteligente idea de ir por un helado no resultaba conveniente puesto que el sol apenas mostraba intenciones de salir y cualquier heladería estaría cerrada.
-Sabes, creo que tienes razón, es muy temprano como para encontrar una heladería abierta.- Dudé un poco para encontrar las palabras adecuadas y continuar la conversación. –Oye, dijiste que ibas hacia algo importante, si quieres podemos encontrarnos más tarde en algún lugar de tu preferencia o incluso podría acompañarte si llegases a requerir alguna ayuda.-
La verdad no sabía cuál sería la respuesta de aquel chico pero estaba dispuesta a ambas debido a que no tenía nada que hacer por lo menos durante el resto del día o al menos eso creía hasta que vi al director de mi escuela pasar justo por la otra acera. Fue ahí cuando la realidad en la que vivía cayó sobre mí, debía presentar un examen final en menos de una hora y aún debía volver a casa para cambiar mi ropa. No sabía qué hacer y la tensión se apoderó de mi cuerpo como si hubiese visto un fantasma, mi mirada no se movía de aquel hombre mientras mi mente trataba de reaccionar. Para mi fortuna un camión pasó por la calle haciendo que mi vista se pudiera apartar de ese hombre y también que recobrara la conciencia.
Debía regresar a casa lo más rápido posible y eso significaba apartarme de Ed y de Monodramon cuanto antes. –Chicos lamento decir esto pero tengo que retirarme por ahora, olvidé que tenía un compromiso muy importante, supongo que nos encontraremos en otra ocasión, fue todo un placer haberlos conocido por lo menos en este tipo de situación.- dije mientras me despedía velozmente para darles la espalda y regresar a casa con un paso algo apresurado.
-Sabes, creo que tienes razón, es muy temprano como para encontrar una heladería abierta.- Dudé un poco para encontrar las palabras adecuadas y continuar la conversación. –Oye, dijiste que ibas hacia algo importante, si quieres podemos encontrarnos más tarde en algún lugar de tu preferencia o incluso podría acompañarte si llegases a requerir alguna ayuda.-
La verdad no sabía cuál sería la respuesta de aquel chico pero estaba dispuesta a ambas debido a que no tenía nada que hacer por lo menos durante el resto del día o al menos eso creía hasta que vi al director de mi escuela pasar justo por la otra acera. Fue ahí cuando la realidad en la que vivía cayó sobre mí, debía presentar un examen final en menos de una hora y aún debía volver a casa para cambiar mi ropa. No sabía qué hacer y la tensión se apoderó de mi cuerpo como si hubiese visto un fantasma, mi mirada no se movía de aquel hombre mientras mi mente trataba de reaccionar. Para mi fortuna un camión pasó por la calle haciendo que mi vista se pudiera apartar de ese hombre y también que recobrara la conciencia.
Debía regresar a casa lo más rápido posible y eso significaba apartarme de Ed y de Monodramon cuanto antes. –Chicos lamento decir esto pero tengo que retirarme por ahora, olvidé que tenía un compromiso muy importante, supongo que nos encontraremos en otra ocasión, fue todo un placer haberlos conocido por lo menos en este tipo de situación.- dije mientras me despedía velozmente para darles la espalda y regresar a casa con un paso algo apresurado.
- Tamer
- Digi Puntos :67Nivel On Rol :Human SpiritInventario :
Videl
Re: Saliendo de la rutina [Privado Ed Elric]
Más allá de que había preguntado sobre algún lugar de su preferencia, opté también por consultar con mi compañero, que conociendo bien sus gustos y sabiendo que había pasado mucho tiempo en este mundo, podría darme al menos alguna recomendación hacia dónde ir. De seguro resultaría útil.
-Oye, amigo, ¿sabes de alguna heladería por aquí cerca? Tal vez podrías decirnos tu favorita, la que venda los mejores helados o la que tenga la mayor cantidad de sabores, ¿sabes? Porque más allá de calidad, también tiene que haber variedad para cubrir cada una de necesidades que el cliente tiene -le pregunté, mientras ponía mis manos en mi cintura y hablaba con la cabeza en alto.
-Ed, hoy te levantaste bien raro.
-Tú sólo dime -apoyando mi cabeza contra la de él y haciendo algo de presión, algo enfadado.
-Sólo si compras algo para mí, yo también quiero helado, o un pastel... ¡o un pastel helado! Hay una pastelería no muy lejos de aquí, está volviendo por esta calle a la vuelta, como a una cuadra y media. También tienen un pequeño bar y sirven toda clase de postres, incluido el helado, pero no abren como hasta dentro de una hora. ¿Lo mismo iremos?
-Claro que sí, sólo...
Una vez más fui interrumpido por la muchacha, Videl, que por poco y olvido que estaba allí, irónicamente, tratando de conseguir algo de información para ella.
Mencionaba nuevamente el lugar hacia dónde íbamos, la vieja estación de radio. Tomé un momento, sólo algunos segundos, para pensar en una respuesta hasta que por fin decidí hacerlo, pero tomando ciertas precauciones. No iba a mencionarle nuestra tarea por completo, ni a entrar en detalles, sólo explicaría con normalidad el objetivo de nuestra visita a aquel lugar, que si bien podría ser algo de lo que ya tuviera conocimiento, sabiendo que poseía bajo su poder un Digivice, prefería guadarme la otra parte y mantenerla en secreto, al menos por ese momento. También, reservaría una pregunta que vino a mi cabeza luego de pensar esto, más allá de tener mucha curiosidad sobre la respuesta que podría llegar a darme. ¿Conocería de verdad el Digimundo? ¿Habrá estado alguna vez allí?
Bueno, como dije, nos dirigíamos hacia las afueras de la ciudad. Específicamente a la vieja estación de radio que se encuentra a un lado de la ruta, tal vez la conozcas. Sólo íbamos a reparar una máquina que se averió, ya sabes, las cosas antiguas necesitan mantenimiento constante jaja. No es que necesitemos ayuda de verdad, no es la primera vez que lo hacemos. De hecho, hago todo por mi cuenta -dije, cerrando los ojos y mostrando una sonrisa muy orgullosa, e incluso podría decir que hasta soberbia.
-Oye, Ed, eso no es cierto, recuerda que soy yo quien te pasa las herramientas, no te lleves todo el crédito.
-Pero, a pesar de eso, me encantaría que vinieras a ver, de seguro te llevarás una buena sorpresa con lo que soy capaz de hacer.
-Ed...
¿Qué dices? ¿Nos acompañarás?
-¡ED! -mordiendo mi mano izquierda.
-¡Ahhh! ¡¿Q-qué haces?! -grité, abriendo grande los ojos por el dolor.
-Ya deja de comportarte así, además, creo que ella no está prestando atención.
-¿Eh?
Volví a abrir los ojos y a mirarla, Monodramon estaba en lo cierto, parecía que estaba sumida en sus propios pensamientos, mucho peor de lo que yo había pasado hace unos momentos atrás. Ni siquiera estaba mirando hacia donde nos encontrábamos nosotros, sino que lo hacía el frente, cruzando la calle. Acerqué mi rostro para verla más de cerca, de una forma curiosa, entrecerrando mis ojos, pero aun manteniendo la distancia que había entre nuestros dos cuerpos. Me posé sobre sus ojos azules y traté de seguir la línea de su visión para averiguar hacia a donde los dirigía, pero en ese momento giró su cabeza de nuevo hacia nosotros por lo que me sorprendí, alejándome nuevamente de ella lo más rápido que pude. Esperé a que hablara primero, no me atreví a decir algo que pudiera comprometerme más, incluso más que haber estado observándola desde cerca.
Se disculpó por tener que hacerlo pero, inesperadamente para mí, era momento de irse. Ni siquiera pude habérmelo imaginado, no me dio tiempo para hacerlo y mucho menos para comprender lo que acababa de decir y ella ya estaba marchándose por el lugar que había venido. Nos quedamos parados unos segundos, los suficientes para que la distancia entre Videl y nosotros dos, fuera de varios metros. Sacudí mi cabeza, y de un momento a otro, con el Digivice en la mano, introduje a mi compañero dentro. Ya había empezado a aclarar y los vehículos comenzarían a pasar con mayor frecuencia, como así también las personas lo harían por las aceras, no debía dejar que lo vieran.
-¡O-oye, espera! ¡Videl!
Me propuse seguirla, más allá de lo que ella lo notara o no, así que comencé a caminar a la misma velocidad hasta que la vi doblar en un atajo que se encontraba casi a mitad de la cuadra. Una vez que la perdí de vista, aumenté la velocidad hasta llegar a correr y meterme por ese mismo lugar. Por suerte pude acercarme lo suficiente como para estirar mi mano y tomarla de su muñeca para luego tirar de ella y así llevarla hacia una de las paredes del atajo, logrando que su espalda se apoyara en ésta.
-¿Por qué la prisa? No me ocultes nada. -dije, mirándola directamente a los ojos, con el ceño levemente fruncido-. Al menos dime dónde puedo encontrarte, y sin engaños.
-Oye, amigo, ¿sabes de alguna heladería por aquí cerca? Tal vez podrías decirnos tu favorita, la que venda los mejores helados o la que tenga la mayor cantidad de sabores, ¿sabes? Porque más allá de calidad, también tiene que haber variedad para cubrir cada una de necesidades que el cliente tiene -le pregunté, mientras ponía mis manos en mi cintura y hablaba con la cabeza en alto.
-Ed, hoy te levantaste bien raro.
-Tú sólo dime -apoyando mi cabeza contra la de él y haciendo algo de presión, algo enfadado.
-Sólo si compras algo para mí, yo también quiero helado, o un pastel... ¡o un pastel helado! Hay una pastelería no muy lejos de aquí, está volviendo por esta calle a la vuelta, como a una cuadra y media. También tienen un pequeño bar y sirven toda clase de postres, incluido el helado, pero no abren como hasta dentro de una hora. ¿Lo mismo iremos?
-Claro que sí, sólo...
Una vez más fui interrumpido por la muchacha, Videl, que por poco y olvido que estaba allí, irónicamente, tratando de conseguir algo de información para ella.
Mencionaba nuevamente el lugar hacia dónde íbamos, la vieja estación de radio. Tomé un momento, sólo algunos segundos, para pensar en una respuesta hasta que por fin decidí hacerlo, pero tomando ciertas precauciones. No iba a mencionarle nuestra tarea por completo, ni a entrar en detalles, sólo explicaría con normalidad el objetivo de nuestra visita a aquel lugar, que si bien podría ser algo de lo que ya tuviera conocimiento, sabiendo que poseía bajo su poder un Digivice, prefería guadarme la otra parte y mantenerla en secreto, al menos por ese momento. También, reservaría una pregunta que vino a mi cabeza luego de pensar esto, más allá de tener mucha curiosidad sobre la respuesta que podría llegar a darme. ¿Conocería de verdad el Digimundo? ¿Habrá estado alguna vez allí?
Bueno, como dije, nos dirigíamos hacia las afueras de la ciudad. Específicamente a la vieja estación de radio que se encuentra a un lado de la ruta, tal vez la conozcas. Sólo íbamos a reparar una máquina que se averió, ya sabes, las cosas antiguas necesitan mantenimiento constante jaja. No es que necesitemos ayuda de verdad, no es la primera vez que lo hacemos. De hecho, hago todo por mi cuenta -dije, cerrando los ojos y mostrando una sonrisa muy orgullosa, e incluso podría decir que hasta soberbia.
-Oye, Ed, eso no es cierto, recuerda que soy yo quien te pasa las herramientas, no te lleves todo el crédito.
-Pero, a pesar de eso, me encantaría que vinieras a ver, de seguro te llevarás una buena sorpresa con lo que soy capaz de hacer.
-Ed...
¿Qué dices? ¿Nos acompañarás?
-¡ED! -mordiendo mi mano izquierda.
-¡Ahhh! ¡¿Q-qué haces?! -grité, abriendo grande los ojos por el dolor.
-Ya deja de comportarte así, además, creo que ella no está prestando atención.
-¿Eh?
Volví a abrir los ojos y a mirarla, Monodramon estaba en lo cierto, parecía que estaba sumida en sus propios pensamientos, mucho peor de lo que yo había pasado hace unos momentos atrás. Ni siquiera estaba mirando hacia donde nos encontrábamos nosotros, sino que lo hacía el frente, cruzando la calle. Acerqué mi rostro para verla más de cerca, de una forma curiosa, entrecerrando mis ojos, pero aun manteniendo la distancia que había entre nuestros dos cuerpos. Me posé sobre sus ojos azules y traté de seguir la línea de su visión para averiguar hacia a donde los dirigía, pero en ese momento giró su cabeza de nuevo hacia nosotros por lo que me sorprendí, alejándome nuevamente de ella lo más rápido que pude. Esperé a que hablara primero, no me atreví a decir algo que pudiera comprometerme más, incluso más que haber estado observándola desde cerca.
Se disculpó por tener que hacerlo pero, inesperadamente para mí, era momento de irse. Ni siquiera pude habérmelo imaginado, no me dio tiempo para hacerlo y mucho menos para comprender lo que acababa de decir y ella ya estaba marchándose por el lugar que había venido. Nos quedamos parados unos segundos, los suficientes para que la distancia entre Videl y nosotros dos, fuera de varios metros. Sacudí mi cabeza, y de un momento a otro, con el Digivice en la mano, introduje a mi compañero dentro. Ya había empezado a aclarar y los vehículos comenzarían a pasar con mayor frecuencia, como así también las personas lo harían por las aceras, no debía dejar que lo vieran.
-¡O-oye, espera! ¡Videl!
Me propuse seguirla, más allá de lo que ella lo notara o no, así que comencé a caminar a la misma velocidad hasta que la vi doblar en un atajo que se encontraba casi a mitad de la cuadra. Una vez que la perdí de vista, aumenté la velocidad hasta llegar a correr y meterme por ese mismo lugar. Por suerte pude acercarme lo suficiente como para estirar mi mano y tomarla de su muñeca para luego tirar de ella y así llevarla hacia una de las paredes del atajo, logrando que su espalda se apoyara en ésta.
-¿Por qué la prisa? No me ocultes nada. -dije, mirándola directamente a los ojos, con el ceño levemente fruncido-. Al menos dime dónde puedo encontrarte, y sin engaños.
- Tamer & Digimon
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