encuentro en la nieve (Privado, VUlpemon y Blue)

Renamon vagaba por un bosque helado, la nieve caía con creciente fuerza sobre la región, su pelaje de zorro le protegía del frio como si fuese un auténtico abrigo, la nieve y arboles desnudos no era de lo único que le rodeaba sino que también estaba envuelto por el silencio que el blanco elemento transmitía con su caer. A parte de eso, estaba recorriendo el bosque solo, momentos antes de entrar en ese frio lugar, escucho que la dirección en la que iba se encontraba un reino de gran potencial y fue a echar un pequeño vistazo como si fuera un turista. Ahora no sabía exactamente donde se encontraba perdido por un paraje que parecía igual en todas direcciones en las que sus ojos se dirigían. Además de las espesas nubes, era casi de noche y la oscuridad seria pronto la nueva acompañante de Renamon y las temperaturas se reducirían todavía más drásticamente y las posibilidades de que Renamon saliese de ese bosque con vida serian también menores

-al final puede que me haya perdido y todo-murmuro Renamon -. Ojalas encuentre pronto una posada en la que poder dormir bien calentito, o al menos una cueva, si me quedo a la intemperie y empeora el clima, estaré en un problema bien gordo-. Dio un sonido estornudo, se percató de que un pequeño moco se le estaba cayendo. Estaba claro que si no encontraba pronto un refugio se convertiría en una paleta helada de sabor a Renamon con toque humano.
En su caminata, diviso una luz tenue a no muy legos, esto le alegro bastante por dentro, se habría lanzado a correr pero la nieve que le llegaba hasta casi la rodilla le entorpecía bastante sus movimientos. El tratara de acercarse lo máximo posible al punto de origen de esta luz fue algo en lo que tuvo que añadir un gran esfuerzo físico y muchas energías. Se movió agazapado por los arboles por si en el lugar había un oponente formidable al que la tormenta silenciaba y el viento alejaba el olor, pero no resulto ser así, lo que descubrió fue una carreta con una rueda partida tirada en el suelo y algo sema enterrado por la nieve a pocos metros. La luz provenía de una lámpara de aceite con una pequeña llama dentro pero Renamon desvió su atención a lo que estaba enterrado, no vacilo en aproximarse cautelosamente a ver lo que era, se arrodillo y quito la nieve, lo que descubrió le dejo helado de la impresión ¡un pequeño Digimon!
-no temas, yo te ayudare pequeño Digimon-dijo Renamon

Un chicchimon, un Digimon bebe era lo que Renamon había desenterrado de la nieve, registro la carreta encontrando una manta de lana gruesa, ideal para combatir el frio. Con ella envolvió al Digimon y marcho en busca de un refugio, Renamon estaba sufriendo los efectos de frio, a tal punto que los pelos de su cuerpo se estaban quedando duros por el frio “venga Renamon, tu puedes, mantente en pie, tu puedes” pensó siendo su fuerza de voluntad más que su fuerza  física lo que le estaba manteniendo de pie. En cierto momento se topó con una pared de piedra, no muy alta pero de roca maciza, apoyado en ella vago encontrando un agujero, era sin dura una cueva, la boca de la entrada era solo era metro y medio más alto que Renamon, pero serviría para refugiarse hasta que la tormenta pasase. En su interior dejo al pequeño Digimon en el suelo envuelto en la manta de algodón “fuego, hace falta fuego” se dio cuenta. Respiro hondo y se lanzó a la tormenta que había empeorado aún más, ahora caía con una fuerza enorme y Renamon, que estaba recogiendo madera y leña para una fogata. Le llevo un buen tiempo encontrar la cantidad de leña suficiente que pudiese valer para encender un fuego, afortunadamente regreso a la cueva con un buen montón de madera entre los brazos, lo dejo en el suelo y las rodeo de piedras.

Golpeando dos pedernales saco una chispa y el soplo con cuidado avivándola, convirtiéndola en un pequeño fuego que fue creciendo hasta que ofreció un agradable calor acercando al Digimon a la llama.
-con esto bastara por el momento, con la leña que he recogido de más podre avivar las llamas hasta el amanecer que es cuando creo yo que parara la tormenta-mascullo Renamon sentándose cubriendo tras una piedra de la entrada para mirar al exterior y hacer de vigilante por si algún Digimon desagradable aparecía queriendo echarles de ahí por las malas sintiendo un total entumecimiento de todas sus extremidades que parecían como si los cartílagos se hubieran cubierto de hielo

A pesar de estar cubierto tras la piedra de la entrada, el frio no dejaba de entumecerle bastante por todo el cuerpo. El Digimon que salvo, se despertó y se acercó a él para darle las gracias por salvarle y le pregunto el nombre
-mi…nombre-a Renamon le costaba hablar por el frio acumulado en los músculos de la boca pero hizo su esfuerzo -. Mi nombre es…-. Una vez más, tener que decir su nombre era algo que le complicaba, era un humano de nombre Koga pero ese nombre hacía tiempo que dejo de usarlo e incluso de mencionarlo, había comenzado a creer que ya no era un humano más, sino que era un Digimon cuyo nombre es
-Renamon, ese es mi nombre-
No era capaz de llegar a decir mucho más que su nombre, el frio que congelaba su cuerpo le había dejado casi paralizado e incapaz de moverse. La verdad es que mucha gracia no le daba tener que dejar la entrada completamente desprotegida pero con las venas como si estuviesen cubiertas de estalactitas de hielo anulando sus movimientos, igualmente la cueva estaría a merced de cualquiera que tratase de entrar. El pequeño Digimon Digievoluciono en un pinguinmon y marcho en búsqueda de comida, Renamon, con esfuerzo se arrimó al fuego calentando sus extremidades, la preocupación por si ese Digimon se encontrase con algún peligro que le pusiera la vida en juego era algo que no escapaba de la mente de Renamon que en cuanto el calor regresase a su peludo cuerpo y el pequeño Digimon no hubiese vuelto, saldría en su busca sin vacilar un segundo. Dio un sonoro estornudo que dio señal de que había cogió un resfriado, se tocó la frente que estaba ardiendo “debería de tratar de dormir para tratar de recuperarme lo antes posible, pero no me atrevo, tengo miedo de quedarme con la guardia baja en caso de que un malhadado venga a atacarme”. Sin arreglo, cerro los ojos de cara a la entrada, si algún oponente se acercaba, se despertaría para hacerle frente

tenia los ojos cerrados, el frio seguia recorriendole desde arriba hasta la punta de la erizada cola endurecida por las bajas temperaturas. en cierto momento ciertos Flashbacks sobre su pasado como humano le habian llegado, sentio en algun momento el dolor que sufrio para transformarse en Renamon e incluso los recuerdos de tiempos pasados del DigiSpirit entraban en su memoria compartida con el digimon. quizas fuese por el dolor de la metamorfosis en renamon o por el largo tiempo que llevaba en esa forma, pero el echo, era que los recuerdos de cuando era humano se habian empezado a volver brumosos como si la espesa niebla las estuviese cubriendo uno a uno haciendole preguntarse en alguna ocasion por los nombres de los rostros que en las visiones del pasado aparecian. para no querarse dormido y que dejasen de atormentarle esos Flashbacks, se mordio la mano con fuerza y metio la cola en el fuego, el dolor le dejo mas despierto que antes
-debo olvidar esa epoca-murmuro Renamon antes de que pinguinmon apareciera por la entrada con un pequeño monton de vallas en mano -. unos minutos mas y habria salido en tu busqueda-. Renamon acepto esas bayas y al parecer, segun pinguinmon, el sabor de esas bayas dependia de la preferencia de sabor de cada individuo, al pequeño digimon, le sabia a pescado. renamon comio dos de golpe llegandole con el primer mordisco un desagrable sabor al paladar, algo repugnante, entre sus recuerdos de Renamon, los ojos manipularon momentaneamente la vision, parecia que las bayas eran insectos, como: Grillos y escorpiones. la dieta de los zorros reales incluye insectos y de un modo u otro, un zorro digital tendria el mismo gusto que interferia con las preferencias del humano cuyos gustos seguian reflejados. a pesar de ello, los siguio comiendo ya que por instinto del DigiSpirit, sabia que la cantidad de protenias que eso aportaria seria suficiente para sopotar las gelidas temperaturas. el resto se los comio con una mirada de gran desagrado trajandoselos con mucho esfuerzo. el pinguinmon le pregunto sobre su presencia en esas nevados lares y nuevamente le dio las gracias por haberle salvado
-bueno, lo de salvarte, solo hize lo que debi-dijo Renamon -. y el de mi presencia en estas frias montañas, bueno, no suelo tener un rumbo fijo marcado, suelo ir hacia donde el viento sople como si fuera un vagabundo en este mundo digital en el que ya he dejado de saber cuanto tiempo llevo deambulando o siquiera cuanto llevo desde que deje mi anterior forma por esta-.

ya quedaba poca leña de la que renamon recogio y las llamas no podrian mantenerse mas de un cuarto de hora antes de que se apagasen. pinguinmon dijo haber avistado un sumbarino en medio de un lago helado cercano, se veia en su mirada que tenia mucha curiosidad sobre ese lugar y Renamon sabia que podria haber algo revelante dentro de ese sumbarino, pero tenia en cuenta que podria haber algun digimon malvado dentro o algo peligroso de lo que tener cuidado en caso de entrar en su interior
-aunque no te lo creas, he aguantado en situaciones climaticas de calor extremo bajo incesantes rayos de sol de cuyos golpes me protegia con un sombrero de cuero en la cabeza con espuelas en los pies que sonaban con mi andar en la aridente superficie de los calurosos yermos, cargando en la espalda solamente un saco lleno de cartas y paquetes que enviar a pueblos alejados de las lineas telegrafo y de los railes de los trailmon. llevando un cinturon con sacos llenos de cezina como alimento y una cantimplora con agua que tenia que racionar. seguramente no aguantarias mucho esas situaciones, pero en esta de clima extremadamente bajo, estas mejor adaptado que yo para este clima de tan baja temperaturas-. Renamon hizo un pequeño esfuerzo para levantarse y con rapidos movimientos intento entrar en calor como pudo. agarro la manta de gruesa lana envolviendose con ella con el objetivo de mantener la temperatura tan alta como podia y se asomo a la fria salida saliendo sin dudar lo mas minimo exponiendose al frio -. venga, es posible que dentro de ese sumbarino haya comida o agua potable

al ofrecerse pinguinmon como transporte del descenso, Renamon no se quedo muy convencido en hacer algo que a el le resultaba algo no muy convencedor pero acabo por aceptar. el deslizamiento a alta velocidad no llego a ser algo de su agrado por preferir andar y saltar entre arboles a ello. se solto en la mitad del trayecto llendo tan rapido como sus elados tendones musculares de las piernas le permitian esquivando arboles que aparecian de repente aterrizando frente al lago aparentemente sin que el pequeño digimon se hubiese dado cuenta de que se habia soltado para ir por su cuenta perdiendo la manta de lana en el camino
-vale, definitivamente ahora si que entrare en ese sumbarino-dijo Renamon temblando de frio. el pequeño digimon solicito sus manos prensiles para abrir la puerta, Renamon se acerco a la congelada puerta agarrando el giro con sus ambas manos. estaba bastante duro
-!venga, abrete!-grito Renamon. escuchandose el chirriar de la oxidada puerta al abrirse pejandose a ella por seguridad, dejando pasar primero al pequeño digimon. Renamon entro agazapado por si habia alguna trampa y afortunadamente parecia no haberlo. siguio adentrandose en el sumbarino tropezando con una escalera que hiba hacia abajo, la descendio encontrandose en la oscuridad. aqui es cuando ser un Zorro le beneficiaba pues tiene la vista adaptada para ver en la oscuridad. era un pasillo estrecho con muchas tuberias transparantes atornilladas en la pared, estaba todo bastante descuidaro con puertas que daban a distintas habitaciones, algunas estaban abiertas a pequeños habitaculos con camas polvorientas y otras estaban cerradas a cal y canto. llego a una bastante amplia, una ventana de cristal cubierta de escarcha le hizo pensar que debia de ser la zona de mando del sumbarino, descubrio un pequeño panel lleno de palancas, botones y manivelas, sobre ella una pantalla en la que habia una mano grabada, lo que interesaba es que estaba iluminada. puso la mano en ella recorriendole inesperadamente un fuerte calambrazo por todo el cuerpo
-!inicialicando encendido de maquinas, encendiendo luzes!-dijo una voz electronica. todo se ilumino como si fuera de dia y calor salia por tubos de ventilacion mitigando el nivel de frio. Renamon quiso quitar la mano del panel y echar un mejor vistazo aprovechando la luz pero por motivo desconocido, no podia quitarla, es como si estuviera enganchada a ella con pegamento extrafuerte