Koizumi Haruki ID

Se trata de un chico que alcanza fácilmente el metro con ochenta de altura. No se trata de un chico muy corpulento ni tampoco demasiado delgado, sin embargo tiene una figura bien definida a pesar de que come mucho pues es una persona que frecuenta el ejercicio siempre que le sea posible. Con tal hobbie, acostumbra a vestir siempre ropa cómoda y refrescante que le permita hacer este tipo de actividades sin mucho problema.

Su cabello está un poco largo y despeinado. Es de un marrón rojizo bastante brillante, tonalidad que combina con el color de sus ojos. Tiene una mirada demasiado inocente y activa que, junto a su constante sonrisa, lo convierte inmediatamente a la vista en un chico que irradia mucha energía y felicidad. Es muy difícil ver a este chico con un semblante serio o angustiado ya que por naturaleza es bastante despreocupado, él tiene la idea de que preocuparse por algo no sirve de nada, así que la mayoría del tiempo se le ve con una sonrisa en el rostro.

En ningún momento se le podrá ver en público sin su preciado colguije sobre su cuello, y eso es porque es un preciado recuerdo el cual respeta mucho y no se permitiría perderlo nunca. A veces para darse ánimos toma el símbolo en su mano derecha y se da ánimos con él. También cabe mencionar que tiene la costumbre de entonar una melodía específica siempre que se encuentre un poco aburrido, buscando entretenerse, pero eso se trata de algo completamente involuntario y no se da cuenta de cuando empieza.

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Empezando con lo más general, Haruki aparenta ser un chico alegre, espontáneo, siempre activo y simpático; cabe destacar de eso que así como lo aparenta también significa que lo es. Es inocente y algo ingenuo en comparación a otros chicos de su edad, puede caer constantemente en bromas que se le puedan hacer, y resulta despistado a la hora de entender temas demasiado complicados o que cuyo significado no se encuentre a plena vista. No sabe mentir y eso es en gran parte porque tampoco es alguien a quien le gusten ese tipo de artimañas, se le puede considerar alguien honesto pero en gran parte es mas bien alguien cuya consciencia es siempre escuchada, tratando de hacer la acción que sea considerada como ''la mejor'' ética y moralmente hablando.

No tolera las injusticias pero tampoco se considera responsable de juzgar las acciones de otro ya que destaca por saber perdonar aún cuando posiblemente esa persona no lo merezca. Le gusta y le es también relativamente fácil llevarse bien con las personas pero hay veces en que las demás personas pueden sentirse un poco abrumados con ese brillo que su personalidad irradia en todo momento. Se dice que posee un fuego interno que es el que le permite ser una persona que ''nunca se rinde''. No se considera un mal perdedor pero es cierto que no le gusta perder, es solo que a diferencia de varios, él no pierde el tiempo llorando sobre la leche derramada y busca la manera de mejorar para que ese problema no vuelva a suceder. Es conocido también por tener un fuerte instinto protector, no le agrada saber que alguien más se encuentra en peligro y buscara la forma de mantener a salvo a todo ser posible, aun si resulta imposible, lo intentará.

Es tolerante y, aunque no lo parezca, también muy paciente. Rara vez se le verá enojado o incluso molesto por algo y eso es por esas dos características mencionadas; estas también le ayudan a la hora de tratar con niños, algo que a él realmente le gusta porque también se considera como un niño muy en su interior, diciendo que a veces al igual que un niño le da un poco de miedo la vida de los adultos y siente poco interés en él. Cuando una problemática violenta se presenta él prefiere buscar la solución menos agresiva posible pues tiene la ideología de que todo ser, por muy oscuro que aparente ser, tiene también un corazón y eso ya los hace similares y capaces de sentir lo que el otro siente; aún así, cuando no se exista otra opción, se esfuerza en la futura batalla y en salir victoriosa de esta de la manera más noble y justa posible.

Haruki quedó huérfano cuando cumplió la escasa edad de cuatro años. Nunca conoció a su padre y su madre murió en un accidente de avión cuando viajó para tratar un asunto urgente de negocios, como el niño no tenía ningún tutor o pariente vivo reconocido de ambas familias se fue mandado a un orfanato donde debería pasar el resto de sus días hasta que llegase a la edad adecuada en la que podría cuidarse él solo.

¡Pero no hace falta saltarse tantos datos!

La verdadera historia comienza un par de años después de que Haruki fuese internado en el orfanato, específicamente a la edad de 6 años. En ese tiempo Haruki no era como lo es hoy actualmente, él aún se sentía ajeno a ese lugar en el que tenía que vivir donde habían muchos niños de diferentes edades y todos hablaban de temas distintos a los que a él le podrían interesar lo que lo haría aislarse. Constantemente se encerraba en su habitación a escuchar su disco favorito de música y jugar de vez en cuando videojuegos en una de esas consolas viejas que tan solo tienen uno o dos juegos instalados como lo era el Tetris o el Pacman. Muchos de los niños les parecía Haruki un chico muy extraño ¿Cómo era que alguien de su corta edad pudiese vivir encerrado en su habitación con tan simples aficiones? Bueno, la respuesta era simple, y era que Haruki NO estaba solo.

Cualquiera podría describir al pequeño pelirrojo como un niño con mucha imaginación, los niños más pequeños lo tachaban de loco, y los adultos comprendían su situación como ''algo normal para su edad''. Él presumía de tener un amigo ''imaginario'', ese ultimo calificativo se lo ponían los adultos, puesto que Haruki jamás aceptaría que ese buen compañero que jugaba todas las tardes sin falta con él se tratase de algo que fuera tan solo de su imaginación. No ¡Coronamon era real! Él lo sabía pero también sabía que no ganaba nada discutir con los no creyentes, así que tan solo hacía oídos sordos y se limitaba a pasar bien las tardes con su buen amigo. Ambos niños, uno más peludo que el otro, jugaban constantemente todo tipo de cosas, desde videojuegos, futbol soccer e incluso aventuras en un mundo imaginario donde ambos eran caballeros que protegían a un par de princesas, una para cada quien. Sin duda eran los niños más felices del mundo, pero Haruki se sentía muy angustiado por el hecho de que su amigo Coronamon nunca podría mostrarse frente a los demás niños y así desmentir esa idea de que él era tan solo un amigo imaginario.

Los días así continuarían por un par de años más; sin embargo, cuando Haruki cumplió la edad de 10 años, Coronamon simplemente dejó de visitarlo. Constantemente lo esperaba en el mismo lugar, a la misma hora, pero por más que aguardo su llegada su compañero de aventuras nunca volvió a aparecer; Haruki se preocupó y creyó que posiblemente a Coronamon se había quedado atrapado en ese mundo en el que él decía vivir ''el mundo digital'', temía que su compañero estuviera en peligro pero... ¿Que podría hacer un simple humano como Haruki? Después de todo, Coronamon nunca le dijo la manera de como visitar ese mundo maravilloso como se lo describía.

El chico tuvo que resignarse. Una vez solo ya no podía seguir tomando esa vida aislado de los demás como había comenzado, tuvo que dejar a su buen compañero marcharse, pero le dejó una grata lección ¡Vivir la vida al tope! El muchacho dejaría de guardarse lo que pensaba y esa felicidad que siempre mantenía oculta la liberaría ahora para que todos pudieran probar de ella. Haruki no tardó en ganarse muchas amistades ya que a todos les agradaba tener a su lado a un chico con tan buenas energías como lo era el pelirrojo, también aprovecharía para empezar la secundaria y tomar sus estudios donde encontraría también su nato gusto por el arte y el deporte.

Pasarían los años y Haruki creció como un chico que destacaba en casi todo lo que se proponía intentar. Coronamon le había dejado muchas lecciones que el joven jamás olvidaría, pero a diferencia de esas lecciones, su buen compañero se había borrado completamente de la cabeza del chico... ¿O era así? Pues un día que iba de regreso al orfanato a cuidar de los niños más pequeños, un trabajo que él tenía como medio tiempo ahora que estaba por pasar sus noches en la universidad, recibiría un mensaje bastante extraño en su celular. El mensaje de texto poseía textos y códigos ilegibles para cualquiera sin conocimientos sobre la informática (incluso puede que ni ellos podrían entenderlo, tenía la forma de un idioma distinto al humano) pero, cuando quiso leerlo, el mensaje pasó a estar a su mismo idioma. El texto era bastante claro ahora, ''¡Necesito tu ayuda!'' decía en directo. Haruki tenía un extraño presentimiento sobre eso, como si quisiera recordar algo que su mente había sellado de años atrás, pero eso era lo de menos, alguien requería de su ayuda ¿Cómo podría negarse?

Decidido pulsó el botón de ''Aceptar'' y su mensaje sería enviado hacia un destinatario anónimo. Pasaron los segundos y, creyendo que se trataba de una broma, quiso guardar su celular para continuar su camino pero no contaría con que este empezaría a disparar chispas cuando estuvo a punto de esconderlo en el bolsillo de su pantalón. Reaccionó de inmediato y dejó caer el aparato electrónico que de pronto se había vuelto demasiado inestable y, esparciendo una luz demasiado intensa, una criatura bastante pequeña y de forma circular se materializaría sobre los brazos del pelirrojo. La criatura era roja y poseía una llama que esparcía calor pero no quemaba al tacto sobresaliendo por encima de cabeza o cuerpo. Estaba inconsciente. Haruki de inmediato relacionó eso con el mensaje de ayuda y se tomó la libertad de cuidar de ese pequeño y extraño ser.