¡Pánico en el circo! [Misión de Miztli Kunoichi]

Después de haber pasado un buen timpo ya en el digimundo; me encontraba con mi fiel amigo Bearmon caminando a paso cansado, con sed y hambre hacia cualquier destino al cual pudiese, llegar. Si ya se encontraban en un mudo que el yo no conocía ni en forma mínima y mi compañero digimon lo conocía muy escasamente debido a su juventud, cualquier destino solamente sería una oportunidad de conseguir alguna aventura y tal vez ayudar a alguien en el camino.
Nuestra única dirección segura era un rumbo recto, el cual seguimos durante varios días hasta llegar una zona que daba la impresión de estar considerablemente urbanizada en la cuál para mi sorpresa no era el único humano acompañado por un digimon. Podía ver a un gran número de digimon solitarios y digimon acompañantes junto a sus respectivos tameres, todos en relativa calma si no se tomaba en cuenta la prisa con la que todos caminaban.
Pronto llegamos a un gran edificio con la puertas abiertas de par en par, la estructura era grande y a mi parecer era muy impresionante que se pudiera encontrar algo como esto en el digimundo, aunque después de conocer a los digimon el edificio no podía ser tan significativo...
Bearmon dio el primer paso para adentrarnos juntos en el gran edificio para llegar a una sala con diversos tableros de madera distribuidos por la sala. Me encontraba confundido por que clase de lugar era este sitio y que eran todos esos carteles que se encontraban pegados en todos lados, así que pronto indiqué a mi compañero que avanzáramos al más cercano para intentar leer uno de ellos el cuál tenía un mensaje de auxilio de un tal Leomon.
La extrañes se agudizaba cada vez más para mi aunque Bearmon parecía estar meditando mucho lo que pasaba y antes de que el oso pronunciara cualquier sonido que pareciera el inicio de un comentario se acercó otro sujeto que obviamente no me conocía a mi, pero parecí estar muy familiarizado con la situación que para mi era curiosa, así que me dirigí a él.

-Em.. Disculpa...- pronuncié tocándole el hombro delicadamente esperando no recibir un puñetazo como normalmente ocurriria en situación inversa -¿Qué es este lugar? Y ¿Que significan estos carteles?-
-Supongo que eres nuevo o un tarado...- Me respondió con cierto toque de desdén en su voz- te encuentras en la sala de misiones, todos estos carteles son avisos de digimon que necesitan ayuda y la piden por estos medios-

Inmediatamente mi peludo compañero arrancó el papel escrito por Leomon y lo mostró a aquel individuo.

-¡Eso significa que si hacemos caso a esto, ayudaremos a alguien?- dijo Bearmon fuertemente al chico que nos instruía.
-Algo así pero...-

El sujeto no terminó la frase cuando mi amigo me jaló hacia afuera de aquel edificio mientras decía que el mensaje que estaba en el cartel se veía serio y que tal vez podríamos ayudar en algo. Esto por supuesto que me causó varios sentimientos entre los cuales predominaban el entusiasmo y el miedo, pero tal vez sería el inicio de una aventura.

-Amigo sabes que apoyaré que quieras ir pero... ¿Sabes cómo llegar a la zona del coliseo?- cuestioné a Bearmon.
-Si estamos en la Zona D es muy probable que el lugar que Leomon dice no esté muy lejos, y con un buenas instrucciones llegaríamos esta noche- respondió el ansioso digimon gris.

Así buscamos instrucciones y nos dirigimos a la famosa zona coliseo a pasos firmes, revitalizados por la emoción nos encontrábamos caminantes ya en as afueras de la Zona del coliseo y ahí estaba una figura en las sombras, un cuerpo humanoide grande, y aparentemente pesado, apoyado con cansancio evidente en la pared de un gran arco.

-¿Leomon?- dije arriesgándome al error y estirando el cartel de su petición hacia el esperando fervientemente que no nos estuviéramos equivocando.

En la zona coliseo, ante vuestros ojos se presentaba como una enorme explanada con varios coliseos en la lejanía. ¿Cuál sería el que había sido la tortura de Leomon?.

Leomon os esperaba oculto en unas ruinas cercanas a la entrada de la zona semioculto entre ellas para que no lo descubrieran. Presentaba diversos vendajes y heridas.

-Sois los muchachos que envían de la zona D? No es por ofender pero parecéis un poco enclenques para la que se os avecina...-comentó Leomon.--En fin, gracias por aceptar mi ayuda, veréis. En el tercer coliseo de la derecha-comenzó señalandolo--hay un verdadero circo de los horrores.

Si miráis al lugar que os señala Leomon podréis ver un gran circo romano que se asemejaba a una plaza de toros, pero que desde esa distancia y fuera de allí seríais incapaces de ver la carpa de circo que se oculta en su interior.

-Un peligroso digimon llamado Piedmon, captura digimon de las zonas cercanas y los obliga a pelear y a entrenar hasta que caen exhaustos o se vuelven data, hay que impedirle seguir torturando a pobres digimon para que batallen con esas bestias pardas que son sus amigos, unos rivales muy difíciles de derrotar. Si no llego a escapar,  ese mammothmon con el que me obligó a pelear me transforma en data... Tenéis que intentar infiltraros como combatientes, si vais voluntariamente en vez de capturados quizas podais formar parte de su élite de monstruos, ganaros su confianza y dejarme el paso libre a mí para darle su merecido a ese payaso. Habéis entendido el plan?

off: se que no te lo comenté antes y fue un error por mi parte no especificarlo, pero t lo dire para el futuro, no puedes manejar mis pj´s, lo digo por la forma en que introdujiste a leomon pues tampoco sabías como iba a estar o como lo ibas a encontrar con que hubieras escrito hasta la parte de como llegaste al coliseo sin contar lo de leomon hubiera bastado, pero bueno no te preocupes no lo tendré en cuenta ya q también fue mi culpa.

Mientras leomon comentaba lo que pasaba y los planes que él ya tenía para puder detener al sádico digimon con complejo de domador, Miztli escuchaba atentamente y trataba de imaginar las posibilidades y lo próximo a lo que el chico y su compañero digimon tendrían que enfrentarse.

-Puedo imaginar lo que sientes...- respondió al termino de las instrucciones de leomon- sin embargo tienes razón al decir que somos algo débiles en comparación con la situación; por lo que no me imagino cómo un humano y un digimon que aún no alcanza la siguiente fase de digievolución, podíamos impresionar o almenos acercarnos a alguien con tal poder...-

El semblante de bearmon había cambiado continuamente con las palabras de cada uno de los presentes; había pasado de una gran emoción a un gran nerviosismo y posteriormente a lo que se podría calificar como pdrrincipio de decepción.

-Vamos a retirarnos Miz...- interrumpió el pequeño digimon abrupta mente con un tono rudo y molesto en pequeña medida.  

-Yo nunca dije eso- contesto el tamer- sólo puntualizo las cosas que no tenemos a nuestro favor. No podemos hacer nada si no sabemos más de estos tipos- corrigió y calmó a su compañero para posteriormente dirigirse al nuevo compañero temporal- Necesito que nos lleves al coliseo, obviamente no podrás entrar tú, pero bearmon y yo sí podremos, trataré de analizar la situación y a los posibles enemigos, entonces podremos actuar mejor-

El humano no dijo más y se dirigió directo a la entrada de la zona del coliseo y le hizo seas a sus compañeros de ir con él.

Aquel que se enfrenta a lo que no conoce sin duda tiene que tener más cuidado del norma....

Leomon os conduce con cierta cautela hacia el coliseo que os señaló pero de pronto se detiene tras una roca.

-No puedo acercarme más muchachos... Si me ve alguno de ellos puede que me cojan y ya no salga de allí con vida... Veis aquella puerta de allí-señaló Leomon a una puerta que parecía muy escondida entre los muros de piedra y las enredaderas que rodeaban el coliseo.--Es una despensa, allí les llega a los combatientes y a los directores del coliseo comida y ropas para el show, ir hasta allí, cambiaros de ropa, poneros disfraces de digimon o algo que no sepan que eres humano o te matarán sin dudarlo-dijo Leomon a Miztly.

La puerta tiene fácil abertura, dentro, como ha dicho Leomon hay una sala no muy grande donde hay estantes de comida, un baúl de aparatejos inútiles ( como brazos metálicos, chips, máscaras, alas, pelucas..) que han perdido los combatientes en la arena y un armario lleno de vestimentas de todo tipo colocadas en perchas o apiladas en cajas. Dentro encontraréis a Betsumon, un digimon que confecciona los disfraces del show, quizá os sirva de ayuda.