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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
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Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
El reloj avanzaba lentamente como si cada segundo estuviera intentando retener su inexorable marcha. Ya iban a ser casi diez horas desde la última vez que él miro hacia la pared, si debía ser honesto se encontraba fatigado; desorientado por la falta de sueño y de vez en cuando sus parpados se cerraban intentando caer en los brazos de Morfeo.
– ¡No, no puedo caer rendido!- Vladimir palmeo su cara usando la mínima cantidad de fuerza intentando alejar los atrayentes susurros del sueño, pero claro, esto era solo un débil aliciente. Mientras seguía revisando los documentos, su cerebro comenzaba a pedirle, ¡no! a exigirle un poco de cafeína, lamentablemente eran las 6 de la mañana y se encontraba solo en aquel edificio de pareces pintadas de blancos, ventanas poralizadas y pisos cuyo brillo era demasiado molesto a veces.
Revolviendo sus cabellos con la mano izquierda decidió dejar un momento el trabajo, con un hábil movimiento seguido del característico rechinido de una silla al ser arrastrada pudo al fin librarse de aquella posición a la cual parecía estar pegado. –Creo que será dejar el trabajo para otro día... – Vladimir solía intentar no dejar nunca una labor sin cumplir, pero llevaba demasiados días durmiendo lo mínimo, hasta el punto de casi no haber puesto un pie en el digimundo –“¿supongo que debería ir a visitar a Kid?”- pensó mientras acomodaba aquellos documentos que absorbían su vida. Sintiendo los primeros rayos del sol el muchacho de cabellos oscuros aspiro profundamente y por primera vez en mucho tiempo se alegró de poder acabar tan temprano, claro que después de tanto tiempo saliendo al atardecer cualquiera se sentiría alegre con el simple hecho de estar fuera del ambiente laboral aunque fueran unos pocos minutos antes.
Sin tener más deseos de alargar la situación Vladimir guardo su computadora portátil, tomo su chaqueta de color negro y abandono su oficina no sin antes detenerse a mirar su vestimenta: una camisa de color negro, pantalones de tela y zapatos; un aspecto demasiado formal para su gusto –cuando llegue a casa me cambiare…- claramente no lo haría. Él no tenía pensado llegar temprano a su hogar y para cuando arribaba probablemente llegaría a descansar.
Antes de cerrar la oficina hizo un último chequeo a sus pertenecías –Veamos, mis llaves, la cartera ¡y!…- sus manos se movieron como serpientes entre los bolsillos de su chaqueta hasta dar con el objeto que buscaba –mi digivice- aquel dispositivo aunque simple en apariencia, le otorgaba la habilidad de transformarse en digimon, criaturas digitales que poseían su propio mundo. todo estaba listo, la llave se deslizo ágilmente al interior de la cerradura bloqueando la puerta ante futuros intrusos, por fin Vladimir era libre y por lo menos durante unas cuantas horas podía darse el lujo de vagabundear por los alrededores.
En el exterior el frio aun predominaba recibiendo a Vladimir con una gélida caricia. La sensación térmica lo hizo temblar por el repentino cambio de temperatura, pero esto fue tan solo unos segundos y recuperando la compostura dirigió sus pasos aun parque se encontraba a una hora de distancia caminado. Hoy no deseaba tomar ningún transporte, él había decidido usar sus pies para así poder despejar su mente y alejarse lo más posible del bullicio que comenzaba a pulular a esa hora. El viaje resulto tranquilo, por suerte la afluencia de personas fue minima pudiendo llegar sin complicaciones a su destino.
El parque si bien no era grande tenia lo necesario para resultar cómodo y divertido para sus visitantes, en la mayoría del terreno el pasto crecía con un verde intenso, habían suficientes bancas para que la gente pudiera sentarse sin problemas; muchos árboles estaban plantados alrededor, en el sector izquierdo se encontraban los juegos para los niños pequeños y en el izquierdo estaban todos los implementos necesarios para que los más grandes hicieran deporte, pero lo más importante para Vladimir era la fuente ubicada en el centro mismo, la cual era una especie de delfín esculpido en mármol que cada cierto tiempo lanzaba chorros de agua en una sucesión casi armónica.
Eligiendo el sitio más cercano a la fuente, un lugar que estaba casi al frente. Vladimir apoyo su espalda en el banco y colocando sus brazos detrás del respaldo alzo su mirada hacia el cielo pensando que este sería otro de sus típicos días… o quizás no.
– ¡No, no puedo caer rendido!- Vladimir palmeo su cara usando la mínima cantidad de fuerza intentando alejar los atrayentes susurros del sueño, pero claro, esto era solo un débil aliciente. Mientras seguía revisando los documentos, su cerebro comenzaba a pedirle, ¡no! a exigirle un poco de cafeína, lamentablemente eran las 6 de la mañana y se encontraba solo en aquel edificio de pareces pintadas de blancos, ventanas poralizadas y pisos cuyo brillo era demasiado molesto a veces.
Revolviendo sus cabellos con la mano izquierda decidió dejar un momento el trabajo, con un hábil movimiento seguido del característico rechinido de una silla al ser arrastrada pudo al fin librarse de aquella posición a la cual parecía estar pegado. –Creo que será dejar el trabajo para otro día... – Vladimir solía intentar no dejar nunca una labor sin cumplir, pero llevaba demasiados días durmiendo lo mínimo, hasta el punto de casi no haber puesto un pie en el digimundo –“¿supongo que debería ir a visitar a Kid?”- pensó mientras acomodaba aquellos documentos que absorbían su vida. Sintiendo los primeros rayos del sol el muchacho de cabellos oscuros aspiro profundamente y por primera vez en mucho tiempo se alegró de poder acabar tan temprano, claro que después de tanto tiempo saliendo al atardecer cualquiera se sentiría alegre con el simple hecho de estar fuera del ambiente laboral aunque fueran unos pocos minutos antes.
Sin tener más deseos de alargar la situación Vladimir guardo su computadora portátil, tomo su chaqueta de color negro y abandono su oficina no sin antes detenerse a mirar su vestimenta: una camisa de color negro, pantalones de tela y zapatos; un aspecto demasiado formal para su gusto –cuando llegue a casa me cambiare…- claramente no lo haría. Él no tenía pensado llegar temprano a su hogar y para cuando arribaba probablemente llegaría a descansar.
Antes de cerrar la oficina hizo un último chequeo a sus pertenecías –Veamos, mis llaves, la cartera ¡y!…- sus manos se movieron como serpientes entre los bolsillos de su chaqueta hasta dar con el objeto que buscaba –mi digivice- aquel dispositivo aunque simple en apariencia, le otorgaba la habilidad de transformarse en digimon, criaturas digitales que poseían su propio mundo. todo estaba listo, la llave se deslizo ágilmente al interior de la cerradura bloqueando la puerta ante futuros intrusos, por fin Vladimir era libre y por lo menos durante unas cuantas horas podía darse el lujo de vagabundear por los alrededores.
En el exterior el frio aun predominaba recibiendo a Vladimir con una gélida caricia. La sensación térmica lo hizo temblar por el repentino cambio de temperatura, pero esto fue tan solo unos segundos y recuperando la compostura dirigió sus pasos aun parque se encontraba a una hora de distancia caminado. Hoy no deseaba tomar ningún transporte, él había decidido usar sus pies para así poder despejar su mente y alejarse lo más posible del bullicio que comenzaba a pulular a esa hora. El viaje resulto tranquilo, por suerte la afluencia de personas fue minima pudiendo llegar sin complicaciones a su destino.
El parque si bien no era grande tenia lo necesario para resultar cómodo y divertido para sus visitantes, en la mayoría del terreno el pasto crecía con un verde intenso, habían suficientes bancas para que la gente pudiera sentarse sin problemas; muchos árboles estaban plantados alrededor, en el sector izquierdo se encontraban los juegos para los niños pequeños y en el izquierdo estaban todos los implementos necesarios para que los más grandes hicieran deporte, pero lo más importante para Vladimir era la fuente ubicada en el centro mismo, la cual era una especie de delfín esculpido en mármol que cada cierto tiempo lanzaba chorros de agua en una sucesión casi armónica.
Eligiendo el sitio más cercano a la fuente, un lugar que estaba casi al frente. Vladimir apoyo su espalda en el banco y colocando sus brazos detrás del respaldo alzo su mirada hacia el cielo pensando que este sería otro de sus típicos días… o quizás no.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :239Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Double SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Rookie
Inventario :
Vlad
Re: Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
Ojos lilas se clavaban sobre el techo de la habitación. Estaba oscuro, tanto dentro como afuera, y eso inundaba en la joven chica un sentimiento de descontento. A ella no le gustaba la noche, la oscuridad, todo eso lo aborrecía ¿Por qué? Es una buena pregunta, tiene la suficiente edad como para entender que no hay nada malo ocultándose en las penumbras, pero eso no significaba que le trajera gratas sensaciones hallarse envuelta en ellas. Ya era la tercera vez en esta noche que ocurría lo mismo, y ni hablar de las veces que han pasado en lo largo de la semana, esto estaba comenzando a fatigarla por sobremanera a tal punto de odiar la hora en que su cuerpo exigía el sueño. Yuzuki había estado sufriendo de pesadillas durante toda esta semana, no consecutivamente, pero si contundente, pues no le permitía hallar el descanso.
Dio un giro sobre su cama intentando optar una posición más cómoda y quizá, solo quizá, volver a dormir, pero esta opción ya la veía como perdida. Sobre su segunda almohada se encontraba recostada aquella que se hacía llamar su amiga de la infancia, Moonmon; era curioso, Yuzuki sabía que encontraba su peculiar forma familiar pero por más que intentaba recordar en donde la había visto su cabeza se bloqueaba y le producía dolor.
Cerró por un instante sus ojos, intentando emular a la criatura celeste quien dormía plácidamente, pero tras abrirlos de nuevo se llevó un gran susto cuando ambas miradas se cruzaron.
- ¡Ahh...! -soltó un grito que trató de hogar al instante- ¿Desde cuando estas despierta? -preguntó, aún exaltada por la sorpresa.
- No sé diferenciar entre estar dormida o despierta, así que en realidad no sabría contestarte -respondió con claridad pese a sus dudas, dibujándose una sonrisa pícara sobre su rostro- ¿Te asusté?
- No -respondió a secas, frunciendo un poco el ceño. Se volvió a acomodar en la misma posición que antes, mirando únicamente al techo de su habitación.
- Te noto extraña, Zuki
- ¿Porque lo dices? Y no me llames así, soy Yuzuki.
- Eres diferente a la chica que conocí hace años, al principio pensé que era mi memoria la que se había dañado con el paso del tiempo, pero creo que la que está realmente dañada eres tú.
La chica sintió como un leve golpe en el interior de su pecho tras escuchar eso. Moonmon había dicho lo mismo que ella desde entonces ha pensado, sabía que había cambiado pero... ¿De que manera? Yuzuki no podía recordar casi nada, al menos no lo realmente importante, por lo que no podía comparar su forma de ser actual con la previa, ¿Quizás la verdadera clave para conocer su pasado se hallaba en aquella criatura tan extraña? Después de todo aseguraba haberla conocido antes, haber sido su gran amiga, pero la simple idea de eso no dejaba de desconcertarle en ocasiones.
- De acuerdo, tal vez tengas razón -confesó, aún un tanto dolida por la verdad- Pero sí de verdad dices ser mi amiga, entonces esto no debería afectar con nuestra amistad, ¿Verdad?
- Claro que no -expresó con ánimos- Yo pienso que Zuki ha digievolucionado, y por eso Zuki se ve y se comporta diferente, ¡Pero Zuki no deja de ser Zuki! -la chica de violeta tan solo suspiró.
- Que dejes de llamarme así... -repitió con obvia fatiga mostrándose desde su voz, el no dormir le afectaba.
Tras dar otro giro hacia el lado contrario logró observar su reloj digital, eran cerca de la seis de la mañana. No era una hora típica de despertarse, mucho menos si no había obligaciones de por medio, pero ya se había hecho a la idea de que no iba a poder volver a conciliar el sueño. Finalmente acabó por levantarse de la cama, y quitándose la pijama, preguntó a su compañera- ¿Te apetece ir de paseo?
Había una plaza verde muy cerca de su casa, era quizás la más pequeña del distrito pero eso le agradaba en sobremanera a Yuzuki. Después de ducharse y cambiarse de atuendo se dispuso a realizar una pequeña nota que colocaría sobre el refrigerador para avisar a la criada que aún no era hora de su llegada para evitar preocuparla; su mamá se encontraba en un viaje de negocios y, por ahora, era aquella criada la que más mostraba preocupación cuando la chica se desaparecía.
En el perchero de la entrada se encontraba su usual chaqueta y el extravagante cinturón cuyas bolsas utilizaba para guardar cosas importantes, entre ellas aquel curioso aparato del que provino Moonmon- ¿Lista? -le preguntó a su compañera que ya se hallaba dando botes de emoción cerca de la puerta, mientras terminaba de colocarse sus accesorios- ¡Vamos! -de un gran bote se colocó entre los brazos de Yuzuki, donde fingiría ser un peluche hasta que llegaran al parque. Faltaban tan solo unos cuantos minutos para las siete de la mañana, y a esas horas las únicas personas que se podían ver en aquel lugar eran más que nada deportistas que corrían alrededor del parque para estar en forma, no había forma de que Moonmon llamase mucho la atención.
- Zuki, ¿Cómo es el parque del que me hablaste? -preguntó en voz baja y tratando de no moverse mucho mientras se hallaban en camino.
- Es un sitio muy tranquilo, sobretodo a estas horas donde casi no hay nadie; le tengo cierto cariño, ha estado en este distrito desde antes de que yo naciera, y debido a la cercanía era donde mis padres solían llevarme para que jugara.
- Oh... ¿Que son "padres"?
- Eso... -permaneció en silencio por unos instantes- ¿Tú no tienes padres?
- No lo creo, o al menos no me suena esa palabra, por eso me gustaría que me explicases.
- Ehm... -el tema le ponía un poco nerviosa, sobretodo con la idea de tener que cruzar calle ¿Y si se distraía tanto como para provocar un accidente que le costaría su vida y la de Moonmon? Era mejor prestar atención al camino- Te lo contaré más tarde, ya no falta mucho para llegar -Moonmon mostró ansiedad, no tenía mucha paciencia, pero tampoco tenía otra opción.
El parque era un sitio extenso cuyo pasto relucía por el rocío, el cielo aún se encontraba un poco nublado pero ya había suficiente luz como para iluminar el día, la vista era encantadora pero el lugar a donde se dirigían sería al centro de la plaza, aquel lugar que se distinguía por su fuente, cierto dato que seguramente le gustaría mucho a Moonmon. Tras llegar a su destino, Yuzuki decidió tomar asiento en una de las bancas más cercanas a la entrada sur del parque; tal como ella pensaba, el lugar se encontraba completamente solo por lo que permitió a su animada compañera a que corriera y saltara todo lo que quisiera.
- ¿Puedo explorar el parque? ¡Por favor!
- Preferiría explorarlo contigo, no vaya a ser que alguien te encuentre y se lleven un susto -dijo, mostrando su preocupación.
- ¿Por que se asustarían conmigo? No lo entiendo -se dio la vuelta, desde la posición en la que se encontraba ella pudo ver a alguien más sentado en una de las bancas, precisamente en aquel sitio donde la fuente le impidió a Yuzuki ver que en realidad no estaban del todo solos.
Sin decir nada, Moonmon simplemente se acercó a él y le contempló, para ella era fascinante ver distintas clases de humanos ¡Era como los digimon! pero... no tanto como ellos, ¿Los humanos también tendrían distintas etapas evolutivas, o como diferencian cuando alguien es más fuerte que otro?- Hola -llamó su atención con un saludo- Yo soy Moonmon, ¿Quien eres tú? -trató de presentarse, mostrándose siempre con una sonrisa y una mirada que denotaba curiosidad.
Dio un giro sobre su cama intentando optar una posición más cómoda y quizá, solo quizá, volver a dormir, pero esta opción ya la veía como perdida. Sobre su segunda almohada se encontraba recostada aquella que se hacía llamar su amiga de la infancia, Moonmon; era curioso, Yuzuki sabía que encontraba su peculiar forma familiar pero por más que intentaba recordar en donde la había visto su cabeza se bloqueaba y le producía dolor.
Cerró por un instante sus ojos, intentando emular a la criatura celeste quien dormía plácidamente, pero tras abrirlos de nuevo se llevó un gran susto cuando ambas miradas se cruzaron.
- ¡Ahh...! -soltó un grito que trató de hogar al instante- ¿Desde cuando estas despierta? -preguntó, aún exaltada por la sorpresa.
- No sé diferenciar entre estar dormida o despierta, así que en realidad no sabría contestarte -respondió con claridad pese a sus dudas, dibujándose una sonrisa pícara sobre su rostro- ¿Te asusté?
- No -respondió a secas, frunciendo un poco el ceño. Se volvió a acomodar en la misma posición que antes, mirando únicamente al techo de su habitación.
- Te noto extraña, Zuki
- ¿Porque lo dices? Y no me llames así, soy Yuzuki.
- Eres diferente a la chica que conocí hace años, al principio pensé que era mi memoria la que se había dañado con el paso del tiempo, pero creo que la que está realmente dañada eres tú.
La chica sintió como un leve golpe en el interior de su pecho tras escuchar eso. Moonmon había dicho lo mismo que ella desde entonces ha pensado, sabía que había cambiado pero... ¿De que manera? Yuzuki no podía recordar casi nada, al menos no lo realmente importante, por lo que no podía comparar su forma de ser actual con la previa, ¿Quizás la verdadera clave para conocer su pasado se hallaba en aquella criatura tan extraña? Después de todo aseguraba haberla conocido antes, haber sido su gran amiga, pero la simple idea de eso no dejaba de desconcertarle en ocasiones.
- De acuerdo, tal vez tengas razón -confesó, aún un tanto dolida por la verdad- Pero sí de verdad dices ser mi amiga, entonces esto no debería afectar con nuestra amistad, ¿Verdad?
- Claro que no -expresó con ánimos- Yo pienso que Zuki ha digievolucionado, y por eso Zuki se ve y se comporta diferente, ¡Pero Zuki no deja de ser Zuki! -la chica de violeta tan solo suspiró.
- Que dejes de llamarme así... -repitió con obvia fatiga mostrándose desde su voz, el no dormir le afectaba.
Tras dar otro giro hacia el lado contrario logró observar su reloj digital, eran cerca de la seis de la mañana. No era una hora típica de despertarse, mucho menos si no había obligaciones de por medio, pero ya se había hecho a la idea de que no iba a poder volver a conciliar el sueño. Finalmente acabó por levantarse de la cama, y quitándose la pijama, preguntó a su compañera- ¿Te apetece ir de paseo?
Había una plaza verde muy cerca de su casa, era quizás la más pequeña del distrito pero eso le agradaba en sobremanera a Yuzuki. Después de ducharse y cambiarse de atuendo se dispuso a realizar una pequeña nota que colocaría sobre el refrigerador para avisar a la criada que aún no era hora de su llegada para evitar preocuparla; su mamá se encontraba en un viaje de negocios y, por ahora, era aquella criada la que más mostraba preocupación cuando la chica se desaparecía.
En el perchero de la entrada se encontraba su usual chaqueta y el extravagante cinturón cuyas bolsas utilizaba para guardar cosas importantes, entre ellas aquel curioso aparato del que provino Moonmon- ¿Lista? -le preguntó a su compañera que ya se hallaba dando botes de emoción cerca de la puerta, mientras terminaba de colocarse sus accesorios- ¡Vamos! -de un gran bote se colocó entre los brazos de Yuzuki, donde fingiría ser un peluche hasta que llegaran al parque. Faltaban tan solo unos cuantos minutos para las siete de la mañana, y a esas horas las únicas personas que se podían ver en aquel lugar eran más que nada deportistas que corrían alrededor del parque para estar en forma, no había forma de que Moonmon llamase mucho la atención.
- Zuki, ¿Cómo es el parque del que me hablaste? -preguntó en voz baja y tratando de no moverse mucho mientras se hallaban en camino.
- Es un sitio muy tranquilo, sobretodo a estas horas donde casi no hay nadie; le tengo cierto cariño, ha estado en este distrito desde antes de que yo naciera, y debido a la cercanía era donde mis padres solían llevarme para que jugara.
- Oh... ¿Que son "padres"?
- Eso... -permaneció en silencio por unos instantes- ¿Tú no tienes padres?
- No lo creo, o al menos no me suena esa palabra, por eso me gustaría que me explicases.
- Ehm... -el tema le ponía un poco nerviosa, sobretodo con la idea de tener que cruzar calle ¿Y si se distraía tanto como para provocar un accidente que le costaría su vida y la de Moonmon? Era mejor prestar atención al camino- Te lo contaré más tarde, ya no falta mucho para llegar -Moonmon mostró ansiedad, no tenía mucha paciencia, pero tampoco tenía otra opción.
El parque era un sitio extenso cuyo pasto relucía por el rocío, el cielo aún se encontraba un poco nublado pero ya había suficiente luz como para iluminar el día, la vista era encantadora pero el lugar a donde se dirigían sería al centro de la plaza, aquel lugar que se distinguía por su fuente, cierto dato que seguramente le gustaría mucho a Moonmon. Tras llegar a su destino, Yuzuki decidió tomar asiento en una de las bancas más cercanas a la entrada sur del parque; tal como ella pensaba, el lugar se encontraba completamente solo por lo que permitió a su animada compañera a que corriera y saltara todo lo que quisiera.
- ¿Puedo explorar el parque? ¡Por favor!
- Preferiría explorarlo contigo, no vaya a ser que alguien te encuentre y se lleven un susto -dijo, mostrando su preocupación.
- ¿Por que se asustarían conmigo? No lo entiendo -se dio la vuelta, desde la posición en la que se encontraba ella pudo ver a alguien más sentado en una de las bancas, precisamente en aquel sitio donde la fuente le impidió a Yuzuki ver que en realidad no estaban del todo solos.
Sin decir nada, Moonmon simplemente se acercó a él y le contempló, para ella era fascinante ver distintas clases de humanos ¡Era como los digimon! pero... no tanto como ellos, ¿Los humanos también tendrían distintas etapas evolutivas, o como diferencian cuando alguien es más fuerte que otro?- Hola -llamó su atención con un saludo- Yo soy Moonmon, ¿Quien eres tú? -trató de presentarse, mostrándose siempre con una sonrisa y una mirada que denotaba curiosidad.
Re: Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
El muchacho seguía con la cabeza mirando hacia las nubes rememorando sus aventuras pasadas, tanto tiempo había transcurridas de ellas que ante sus ojos parecían recuerdos lejanos. Un leve suspiro se escapó de sus labios, el no entendía como había dejado que el trabajo absorbiera su vida – ¿tan común me he vuelto?- tan concentrado y aplicado se había vuelto en el asunto que ni siquiera podía escuchar las voces de los espíritus dentro del digivice, así como tampoco pudo notar a aquel ser que se acercó a el.
-¡¿Eh?!- rápidamente bajo la mirada encontrándose con una extraña criatura, con un rápido pudo ver que esta parecía una especie de gota , que increíblemente tenia ojos o lo seria para personas no habituadas a ver seres así. Buscando en sus recuerdos rápidamente dio con el nombre de este ser; aquel era un digimon conocido como moonmon y aunque había visto muchos de ellos en el digimundo esta era la primera vez que hablaba con uno de estos.
-Hola…- dijo Vladimir un tanto sorprendido por el raro encuentro -encantado de conocerte Moonmon, yo me llamo Vladimir, pero me puedes decir Vlad - ¿Qué estaba haciendo un digimon aquí? ¿Estaba solo o acompañado? Cierto era que algunos digimon cruzaban hacia el mundo humano, ya sea siendo acompañados por otro grupo de estos o con un humano denominado tamer. –“Nunca había visto uno de tan bajo nivel estando solo en el mundo humano...”- aquel pensamiento que razono en su cabeza por primera vez en mucho tiempo tuvo una respuesta que no fue de el mismo.
-“El simplemente debe estar con su compañero recorriendo por aquí y como sabes los digimon bebes son un tanto curiosos, aunque alguien debería haberle enseñado a no hablar con extraños”- la voz hablaba de manera tranquila y armoniosa, lástima que solo el muchacho pudiera oírla sonando dentro de su cabeza.
-“Bueno viendo lo vacío que esta el parque no creo que su compañero sie sque lo tiene pensara que se encontrarían con otras compañías, digo yo también vine aquí pensando que estaría solo”- con sus palabras Vladimir refuto lo que la voz armoniosa decía –"según lo veo yo este digimon debería volver con su compañero o al mundo digital ¿no lo crees angemon?"- no queriendo alargar más esa conversación el muchacho busco entre sus ropajes encontrando un dulce y extendiendo su mano se lo ofreció al pequeño digimon.
-mmm ¿Moonmon cierto?- la pregunta estaba de más Vladimir tenía una memoria perfecta como para olvidar el nombre de alguien – ¿Qué haces aquí? ¿Estás solo? ¿Te perdiste ? este no es un lugar como para que te pasees sin cuidado, es cierto que a esta hora no hay muchos visitantes en el parque, pero cualquiera que te vea se llevaría un buen susto- el chico de cabellos oscuros esperaba no apabullar al digimon con tantas preguntas, ni que pensara que el era alguien raro o peligroso.
Mientras esperaba las respuestas del pequeño Vladimir comenzó a pensar que debería hacer en caso de que este se encontrara perdido, no podía simplemente tomarlo he ir a una estación de policía y decir: “He encontrado este digimon perdido ¿podrían buscar a su dueño?” para empezar lo mirarían extraño preguntándose qué diablos es un digimon, segundo si el pequeño se le ocurriera hablar o hacer algún movimiento no era recomendable permanecer en ese lugar. Sin darse cuenta su mano derecha automáticamente se dirigió a su cabeza masajeando su cien.
-“Tal vez lo estás pensando mucho amigo”- le recordó angemon al muchacho –“¿Acaso te parece perdido? digo esa sonrisa no es de alguien desesperado en busca de regresar a su hogar”- al escuchar esas palabras uno podía casi imaginar al digimon alado poniendo su mano en el hombro del chico diciéndole que no complicara tanto las cosas –“Ya le haz preguntado que hace aquí tan solo deja que el te responda”- la voz del digimon perdió volumen gradualmente hasta que solo querandos los pensamientos de Vladimir.
-“Tienes razón, pero este digimon me recuerda un poco a Kid y eso solo hace que me preocupe por el”- Vladimir bajo sus manos entrelazando sus dedos y se quedo ahí esperando a que el moonmon le diera las respuestas que deseaba oir, al mismo tiempo vigilaba sus alrededores para no tener apariciones inesperadas.
-¡¿Eh?!- rápidamente bajo la mirada encontrándose con una extraña criatura, con un rápido pudo ver que esta parecía una especie de gota , que increíblemente tenia ojos o lo seria para personas no habituadas a ver seres así. Buscando en sus recuerdos rápidamente dio con el nombre de este ser; aquel era un digimon conocido como moonmon y aunque había visto muchos de ellos en el digimundo esta era la primera vez que hablaba con uno de estos.
-Hola…- dijo Vladimir un tanto sorprendido por el raro encuentro -encantado de conocerte Moonmon, yo me llamo Vladimir, pero me puedes decir Vlad - ¿Qué estaba haciendo un digimon aquí? ¿Estaba solo o acompañado? Cierto era que algunos digimon cruzaban hacia el mundo humano, ya sea siendo acompañados por otro grupo de estos o con un humano denominado tamer. –“Nunca había visto uno de tan bajo nivel estando solo en el mundo humano...”- aquel pensamiento que razono en su cabeza por primera vez en mucho tiempo tuvo una respuesta que no fue de el mismo.
-“El simplemente debe estar con su compañero recorriendo por aquí y como sabes los digimon bebes son un tanto curiosos, aunque alguien debería haberle enseñado a no hablar con extraños”- la voz hablaba de manera tranquila y armoniosa, lástima que solo el muchacho pudiera oírla sonando dentro de su cabeza.
-“Bueno viendo lo vacío que esta el parque no creo que su compañero sie sque lo tiene pensara que se encontrarían con otras compañías, digo yo también vine aquí pensando que estaría solo”- con sus palabras Vladimir refuto lo que la voz armoniosa decía –"según lo veo yo este digimon debería volver con su compañero o al mundo digital ¿no lo crees angemon?"- no queriendo alargar más esa conversación el muchacho busco entre sus ropajes encontrando un dulce y extendiendo su mano se lo ofreció al pequeño digimon.
-mmm ¿Moonmon cierto?- la pregunta estaba de más Vladimir tenía una memoria perfecta como para olvidar el nombre de alguien – ¿Qué haces aquí? ¿Estás solo? ¿Te perdiste ? este no es un lugar como para que te pasees sin cuidado, es cierto que a esta hora no hay muchos visitantes en el parque, pero cualquiera que te vea se llevaría un buen susto- el chico de cabellos oscuros esperaba no apabullar al digimon con tantas preguntas, ni que pensara que el era alguien raro o peligroso.
Mientras esperaba las respuestas del pequeño Vladimir comenzó a pensar que debería hacer en caso de que este se encontrara perdido, no podía simplemente tomarlo he ir a una estación de policía y decir: “He encontrado este digimon perdido ¿podrían buscar a su dueño?” para empezar lo mirarían extraño preguntándose qué diablos es un digimon, segundo si el pequeño se le ocurriera hablar o hacer algún movimiento no era recomendable permanecer en ese lugar. Sin darse cuenta su mano derecha automáticamente se dirigió a su cabeza masajeando su cien.
-“Tal vez lo estás pensando mucho amigo”- le recordó angemon al muchacho –“¿Acaso te parece perdido? digo esa sonrisa no es de alguien desesperado en busca de regresar a su hogar”- al escuchar esas palabras uno podía casi imaginar al digimon alado poniendo su mano en el hombro del chico diciéndole que no complicara tanto las cosas –“Ya le haz preguntado que hace aquí tan solo deja que el te responda”- la voz del digimon perdió volumen gradualmente hasta que solo querandos los pensamientos de Vladimir.
-“Tienes razón, pero este digimon me recuerda un poco a Kid y eso solo hace que me preocupe por el”- Vladimir bajo sus manos entrelazando sus dedos y se quedo ahí esperando a que el moonmon le diera las respuestas que deseaba oir, al mismo tiempo vigilaba sus alrededores para no tener apariciones inesperadas.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :239Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Double SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Rookie
Inventario :
Vlad
Re: Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
Un sentimiento de calidez envolvió a la joven criatura digital, la reacción de aquel humano tras verla fue incluso mejor que la de su propia compañera. A Moonmon le gustaba sentirse aceptada, y en esos momentos ella deseaba mostrarle a Yuzuki que no hay ningún problema en que ella pueda interactuar con otros seres humanos, después de todo ¿Que cosa podría ocurrir?
- ¿Hm? Has estado mucho tiempo callado, ¿Te ocurre algo? -preguntó por curiosidad. Le parecía extraño, el humano tan solo se sorprendió poco al verla pero no dijo nada más en un periodo de tiempo un tanto largo, y si había algo que Moonmon no tenía era paciencia, así como tampoco comprendía muchas cosas, carecía de lo que se le denomina como "sentido común". Finalmente el humano saludó y se presentó de forma muy cortés, a lo cual Moonmon solo sonrió y, en vista de que él también lo había dicho- ¡Encantado de conocerte! -repitió, pese a no saber su significado.
- Creo que he hecho un nuevo amigo, un amigo humano, ¿Cómo reaccionará Zuki al enterarse de esto? -se preguntaba. Su imaginación comenzó a volar, en su mente veía a su compañera arrodillarse frente a ella pidiendo serias disculpas- ¡Nunca debí haber dudado de ti, Moonmon! Todo lo que dije estaba mal, y es cierto que eres la criatura más adorable del planeta, no tendrás que volver a actuar como peluche ante el resto y te daré dos tazones de comida en vez de uno -pensó. Moonmon se regocijaba en sus ilusiones, reía con torpeza y le respondía- Cielos, ¿Dos tazones solo para mi? Está bien, si insistes... -la voz de aquel humano la hizo salir de sus pensamientos para observar frente a ella una especie de esfera con un palillo enterrado- ¿Qué es esto? -pensó. Olfateó eso que le ofrecían y, tras no detectar nada sumamente extraño más que el aroma frutal, la tomó con la boca. Le llevó unos segundos captar todo el sabor, pero cuando lo hizo, sus ojos brillaron como centellas y no dejaba de brincar- ¡Está delicioso! -tanta era su emoción que ni siquiera había prestado atención a las preguntas del chico.
Por otro lado, justo enfrente de todo lo que sucedía con Moonmon y el joven, se hallaba la compañera del bebé digimon en un arduo intento por no quedarse dormida. Sus ojos le pesaban y le hacía difícil concentrarse, su visión se tornaba borrosa en cuanto más pasaba el tiempo- No, no debo quedarme dormida. Moonmon va a... Moonmon... -cerró los ojos y bostezó- ...se meterá en problemas.
Era un enorme descanso el poder cerrar los ojos, su cabeza se hallaba recostada sobre su hombro izquierdo y había optado por una posición más cómoda en la banca donde recostaba toda su espalda en el respaldo- Está bien -se decía a ella misma para tranquilizarse- Está bien tomar una pequeña siesta, después de todo, ¿Que podría pasarle a Moonmon en un parque?... -había decidido tomarse un descanso en ese mismo lugar, entregarse a los brazos de Morfeo, pero esa ultima pregunta fue la que la hizo pensar realmente. Sus ojos se abrieron a la par cuando su mente le mostró el sinfín de peligros que le ofrecía este simple lugar a una ingenua, débil e inocente criatura como lo era Moonmon. Se imaginaba de todo, cada cosa peor, como ver a Moonmon cruzar la calle y a punto de ser arrollada por un automóvil, o ser encontrada por alguien que la llevaría con control de animales, o la policía, o el ejercito... ¿O que tal si un hombre con gabardina se acerca a darle dulces para secuestrarla?- ...¡Muchas cosas! -exclamó.
Se levantó de golpe de la banca tras reaccionar, Moonmon había desaparecido; su corazón comenzó a latir como loco de tan solo considerar que alguna de esas cosas le pudiera haber ocurrido a su compañera por su culpa, por no haberle podido prestar la suficiente atención- ¡Moonmon! -gritó primeramente en un intento de llamarla, estaba dispuesta a buscar por cada rincón del parque, pero en cuanto se movió un poco de su posición pudo lograr ver a su compañera al otro lado de la fuente dando brincos con suma felicidad, eso la tranquilizó por unos instantes, al menos así fue hasta que levantó la mirada y se dio cuenta de que en realidad ella no estaba sola- ¡Moonmon! -reiteró, acercándose hacia donde se encontraban ambos y tomando a la bebé entre sus brazos. Optó una posición y mirada que mostraba desconfianza hacia el muchacho, alejando a su compañera de él
- ¿Quien eres tú? ¿Porque...?
- ¡Zuki! -interrumpió la bebé digimon, con una naturaleza tan despreocupada que ignoraba la agitada aura de su compañera- Él es Vlad, ¡Y es mi amigo humano!
- ¿Amigo... humano? -alzó una ceja, no entendía de todo lo que estaba pasando.
- Sí, me pude hacer amiga de este humano, y me regaló esta cosa que no sé que es ¡Pero sabe delicioso! -explicó alegremente mientras se disponía a seguir saboreando su premio.
- ... -permaneció en silencio por unos segundos, antes de volver a clavarle la mirada al "amigo humano" de Moonmon- Perdona, pero estoy confundida ¿Porque le diste un dulce? ¿Acaso... -recordó en ese momento que, efectivamente, existían personas que estaban relacionadas con los digimon- ...no te sorprende nada de esto, verdad? -inquirió. Su posición, aunque ya no mostraba el extremo rechazo de antes, seguía un poco alerta.
- ¿Hm? Has estado mucho tiempo callado, ¿Te ocurre algo? -preguntó por curiosidad. Le parecía extraño, el humano tan solo se sorprendió poco al verla pero no dijo nada más en un periodo de tiempo un tanto largo, y si había algo que Moonmon no tenía era paciencia, así como tampoco comprendía muchas cosas, carecía de lo que se le denomina como "sentido común". Finalmente el humano saludó y se presentó de forma muy cortés, a lo cual Moonmon solo sonrió y, en vista de que él también lo había dicho- ¡Encantado de conocerte! -repitió, pese a no saber su significado.
- Creo que he hecho un nuevo amigo, un amigo humano, ¿Cómo reaccionará Zuki al enterarse de esto? -se preguntaba. Su imaginación comenzó a volar, en su mente veía a su compañera arrodillarse frente a ella pidiendo serias disculpas- ¡Nunca debí haber dudado de ti, Moonmon! Todo lo que dije estaba mal, y es cierto que eres la criatura más adorable del planeta, no tendrás que volver a actuar como peluche ante el resto y te daré dos tazones de comida en vez de uno -pensó. Moonmon se regocijaba en sus ilusiones, reía con torpeza y le respondía- Cielos, ¿Dos tazones solo para mi? Está bien, si insistes... -la voz de aquel humano la hizo salir de sus pensamientos para observar frente a ella una especie de esfera con un palillo enterrado- ¿Qué es esto? -pensó. Olfateó eso que le ofrecían y, tras no detectar nada sumamente extraño más que el aroma frutal, la tomó con la boca. Le llevó unos segundos captar todo el sabor, pero cuando lo hizo, sus ojos brillaron como centellas y no dejaba de brincar- ¡Está delicioso! -tanta era su emoción que ni siquiera había prestado atención a las preguntas del chico.
Por otro lado, justo enfrente de todo lo que sucedía con Moonmon y el joven, se hallaba la compañera del bebé digimon en un arduo intento por no quedarse dormida. Sus ojos le pesaban y le hacía difícil concentrarse, su visión se tornaba borrosa en cuanto más pasaba el tiempo- No, no debo quedarme dormida. Moonmon va a... Moonmon... -cerró los ojos y bostezó- ...se meterá en problemas.
Era un enorme descanso el poder cerrar los ojos, su cabeza se hallaba recostada sobre su hombro izquierdo y había optado por una posición más cómoda en la banca donde recostaba toda su espalda en el respaldo- Está bien -se decía a ella misma para tranquilizarse- Está bien tomar una pequeña siesta, después de todo, ¿Que podría pasarle a Moonmon en un parque?... -había decidido tomarse un descanso en ese mismo lugar, entregarse a los brazos de Morfeo, pero esa ultima pregunta fue la que la hizo pensar realmente. Sus ojos se abrieron a la par cuando su mente le mostró el sinfín de peligros que le ofrecía este simple lugar a una ingenua, débil e inocente criatura como lo era Moonmon. Se imaginaba de todo, cada cosa peor, como ver a Moonmon cruzar la calle y a punto de ser arrollada por un automóvil, o ser encontrada por alguien que la llevaría con control de animales, o la policía, o el ejercito... ¿O que tal si un hombre con gabardina se acerca a darle dulces para secuestrarla?- ...¡Muchas cosas! -exclamó.
Se levantó de golpe de la banca tras reaccionar, Moonmon había desaparecido; su corazón comenzó a latir como loco de tan solo considerar que alguna de esas cosas le pudiera haber ocurrido a su compañera por su culpa, por no haberle podido prestar la suficiente atención- ¡Moonmon! -gritó primeramente en un intento de llamarla, estaba dispuesta a buscar por cada rincón del parque, pero en cuanto se movió un poco de su posición pudo lograr ver a su compañera al otro lado de la fuente dando brincos con suma felicidad, eso la tranquilizó por unos instantes, al menos así fue hasta que levantó la mirada y se dio cuenta de que en realidad ella no estaba sola- ¡Moonmon! -reiteró, acercándose hacia donde se encontraban ambos y tomando a la bebé entre sus brazos. Optó una posición y mirada que mostraba desconfianza hacia el muchacho, alejando a su compañera de él
- ¿Quien eres tú? ¿Porque...?
- ¡Zuki! -interrumpió la bebé digimon, con una naturaleza tan despreocupada que ignoraba la agitada aura de su compañera- Él es Vlad, ¡Y es mi amigo humano!
- ¿Amigo... humano? -alzó una ceja, no entendía de todo lo que estaba pasando.
- Sí, me pude hacer amiga de este humano, y me regaló esta cosa que no sé que es ¡Pero sabe delicioso! -explicó alegremente mientras se disponía a seguir saboreando su premio.
- ... -permaneció en silencio por unos segundos, antes de volver a clavarle la mirada al "amigo humano" de Moonmon- Perdona, pero estoy confundida ¿Porque le diste un dulce? ¿Acaso... -recordó en ese momento que, efectivamente, existían personas que estaban relacionadas con los digimon- ...no te sorprende nada de esto, verdad? -inquirió. Su posición, aunque ya no mostraba el extremo rechazo de antes, seguía un poco alerta.
Re: Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
No pudo evitar sonreír ante la imagen frente a él, aunque era un simple dulce con un sabor común al pequeño digimon parecía agradarle sobremanera –“que suerte tener uno”- fue una mera casualidad el encontrar aquella golosina, estaba tan ensimismado con aquel espectáculo que poco y nada le importo que aquel digimon obviara sus preguntas, solo concentrándose al parecer en saborear el dulce.
-“Creo que está demasiado feliz con ese alimento”- nuevamente en su cabeza retumbo la voz del digimon angelical -“¿Tan delicioso es?”- al ya no tener un cuerpo físico angemon no podía saborear las comidas a menos que Vladimir se transformara en él, lástima que las muchas ocasiones que esto había sucedido no fueran dulces los probados.
-“bueno… tan delicioso no es, es decir es dulce y poseen a veces diferentes sabores… como podría explicártelo más fácil”- como explicarle a alguien de otro mundo para que pudiera comprenderlo, luego de unos pequeños segundos de meditación llego a la respuesta más fácil –“es como tener en la boca una fruta dulce”- esperaba que aquella explicación bastara para su alado compañero.
-"Entonces no debería ser tan deliciosa ¿no?"- angemon recordando su pasado intentaba asimilar algún sabor dulce para darse una idea –“¿Y porque los humanos comen estas disque frutas llamadas dulces?”- viendo como muchos árboles tenían frutas o en los mismos lugares de ventas se vendían estas. Angemon no entendía quien preferiría aquello creado ante lo natural.
-“Angemon…”- dijo Vladimir haciendo una pausa –“te comportas como todo un anciano ¿sabes? No importa cuánto tiempo llegues en el digispirit, eso no es excusa para actuar como un viejito amargado”- al parecer el digimon angelical había comenzado a realizar preguntas cuestionando todo lo que parecía nuevo para él y Vladimir debía explicarle siempre sobre esto -"Tu también fuiste un niño ¿no? Bueno un digimon bebe, aquí los pequeños suelen ser un poco renuentes a comer frutas solas y los dulces aunque son poco saludables suelen atraerles más, entonces para responder a tu pregunta. Los niños y algunos adultos suelen comprar estos"- con aquellas ultimas palabras dio por terminada la conversación o más bien aunque quisiera no podían continuarla porque la voz de una chica llamando a moonmon interrumpió su plática interna.
Dejando de lado a su amigo spirit. Vladimir concentro su vista en aquella chica, cuyos ojos ya había visto antes en una infinidad de ocasiones. Su actitud derrochaba desconfianza pero para el muchacho era entendible si aquel moonmon era el digimon de ella y este estaba frente a un extraño, cualquier otro en su lugar actuaria de la misma forma.
Estaba vez Vladimir si se sorprendió tanto que sus ojos se abrieron un poco más de lo normal -so…- no alcanzo a responder a la primera pregunta de la muchacha, a la que el digimon llamo zuki. El pequeño digimon lo presento como Vlad su amigo humano, los parecidos con su compañero psychemon se incrementaban a cada momento –“¿sin duda sería un buen amigo para Kid?”-. Obviamente la chica no iba a estar contenta con solo las palabras de su compañero.
Vladimir levanto las manos en señal que no tenía nada peligroso ni intensiones de hacerle daño al digimon. Sintiendo la mirada de ella Vladimir contestar sus preguntas lo más honestamente posible, él nunca había tenido intenciones de ocultar a otros que era capaz de convertirse en digimon, pero tampoco iría pregonándolo a los cuatro vientos –El dulce… simplemente se lo di porque me recordó a un amigo , el cual hace mucho tiempo no visito- en ese punto pese a querer decirlo todo el muchacho dudo decir abiertamente si conocía a los digimon o simplemente dar una respuesta que llevara a inferir que los conocía.
Vladimir le sonrió a la muchacha y con un leve suspiro decidió a hablar -Disculpa antes que nada me gustaría conocer tu nombre, aunque antes de que me lo digas responderé a tu pregunta- no era cómodo hablar con alguien a quien solo se podía referir como tú, ella o señorita –No es la primera vez que me encuentro con un digimon- digimon no era la mejor palabra para referirse a ellos si quería evitar dar a entender que no estaba completamente implicado con las criaturas digitales -supongo que habrá otros como yo que también los habrá visto, pero te recomendaría que si lo dejas andar solo que evites los lugares donde pueda llegar una gran cantidad de personas- Vladimir no podía saber si la chic a era nueva en eso de los digimon, aunque al mirar el estado de moonmon un podría decir que si, habían muchos tamer que mantenían a sus digimon en etapas inferiores por nostalgia o mera comodidad.
-Ya que he respondido tu pregunta y perdona mi indiscreción ¿Qué hacen ustedes dos por aquí?-con una leve inclinacion en forma de disculpa vlad dio a entender que si ella no queria no era necesario responder. pese que era mas obtener respuestas formulando de otro modos sus palabras el muchacho no quiso preguntar si Vivian cerca del lugar para no parecer alguien raro, además eso no era la cuestión que quería conocer, él intentaba saber cuál era la cercanía de la muchacha con el digimundo, por esa misma razón no enseño su digivice, ni tampoco menciono a los digispirit y mientras aquella chica siguiera en alerta no revelaría ningún dato que pudiera poner en peligro ni a Kid, ni a su hermana y su compañero.
-“Creo que está demasiado feliz con ese alimento”- nuevamente en su cabeza retumbo la voz del digimon angelical -“¿Tan delicioso es?”- al ya no tener un cuerpo físico angemon no podía saborear las comidas a menos que Vladimir se transformara en él, lástima que las muchas ocasiones que esto había sucedido no fueran dulces los probados.
-“bueno… tan delicioso no es, es decir es dulce y poseen a veces diferentes sabores… como podría explicártelo más fácil”- como explicarle a alguien de otro mundo para que pudiera comprenderlo, luego de unos pequeños segundos de meditación llego a la respuesta más fácil –“es como tener en la boca una fruta dulce”- esperaba que aquella explicación bastara para su alado compañero.
-"Entonces no debería ser tan deliciosa ¿no?"- angemon recordando su pasado intentaba asimilar algún sabor dulce para darse una idea –“¿Y porque los humanos comen estas disque frutas llamadas dulces?”- viendo como muchos árboles tenían frutas o en los mismos lugares de ventas se vendían estas. Angemon no entendía quien preferiría aquello creado ante lo natural.
-“Angemon…”- dijo Vladimir haciendo una pausa –“te comportas como todo un anciano ¿sabes? No importa cuánto tiempo llegues en el digispirit, eso no es excusa para actuar como un viejito amargado”- al parecer el digimon angelical había comenzado a realizar preguntas cuestionando todo lo que parecía nuevo para él y Vladimir debía explicarle siempre sobre esto -"Tu también fuiste un niño ¿no? Bueno un digimon bebe, aquí los pequeños suelen ser un poco renuentes a comer frutas solas y los dulces aunque son poco saludables suelen atraerles más, entonces para responder a tu pregunta. Los niños y algunos adultos suelen comprar estos"- con aquellas ultimas palabras dio por terminada la conversación o más bien aunque quisiera no podían continuarla porque la voz de una chica llamando a moonmon interrumpió su plática interna.
Dejando de lado a su amigo spirit. Vladimir concentro su vista en aquella chica, cuyos ojos ya había visto antes en una infinidad de ocasiones. Su actitud derrochaba desconfianza pero para el muchacho era entendible si aquel moonmon era el digimon de ella y este estaba frente a un extraño, cualquier otro en su lugar actuaria de la misma forma.
Estaba vez Vladimir si se sorprendió tanto que sus ojos se abrieron un poco más de lo normal -so…- no alcanzo a responder a la primera pregunta de la muchacha, a la que el digimon llamo zuki. El pequeño digimon lo presento como Vlad su amigo humano, los parecidos con su compañero psychemon se incrementaban a cada momento –“¿sin duda sería un buen amigo para Kid?”-. Obviamente la chica no iba a estar contenta con solo las palabras de su compañero.
Vladimir levanto las manos en señal que no tenía nada peligroso ni intensiones de hacerle daño al digimon. Sintiendo la mirada de ella Vladimir contestar sus preguntas lo más honestamente posible, él nunca había tenido intenciones de ocultar a otros que era capaz de convertirse en digimon, pero tampoco iría pregonándolo a los cuatro vientos –El dulce… simplemente se lo di porque me recordó a un amigo , el cual hace mucho tiempo no visito- en ese punto pese a querer decirlo todo el muchacho dudo decir abiertamente si conocía a los digimon o simplemente dar una respuesta que llevara a inferir que los conocía.
Vladimir le sonrió a la muchacha y con un leve suspiro decidió a hablar -Disculpa antes que nada me gustaría conocer tu nombre, aunque antes de que me lo digas responderé a tu pregunta- no era cómodo hablar con alguien a quien solo se podía referir como tú, ella o señorita –No es la primera vez que me encuentro con un digimon- digimon no era la mejor palabra para referirse a ellos si quería evitar dar a entender que no estaba completamente implicado con las criaturas digitales -supongo que habrá otros como yo que también los habrá visto, pero te recomendaría que si lo dejas andar solo que evites los lugares donde pueda llegar una gran cantidad de personas- Vladimir no podía saber si la chic a era nueva en eso de los digimon, aunque al mirar el estado de moonmon un podría decir que si, habían muchos tamer que mantenían a sus digimon en etapas inferiores por nostalgia o mera comodidad.
-Ya que he respondido tu pregunta y perdona mi indiscreción ¿Qué hacen ustedes dos por aquí?-con una leve inclinacion en forma de disculpa vlad dio a entender que si ella no queria no era necesario responder. pese que era mas obtener respuestas formulando de otro modos sus palabras el muchacho no quiso preguntar si Vivian cerca del lugar para no parecer alguien raro, además eso no era la cuestión que quería conocer, él intentaba saber cuál era la cercanía de la muchacha con el digimundo, por esa misma razón no enseño su digivice, ni tampoco menciono a los digispirit y mientras aquella chica siguiera en alerta no revelaría ningún dato que pudiera poner en peligro ni a Kid, ni a su hermana y su compañero.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :239Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Double SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Rookie
Inventario :
Vlad
Re: Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
Ante el primer movimiento del muchacho, Yuzuki no pudo evitar estremecerse un poco, retrocediendo un paso más, solo para darse cuenta de que en realidad aquel chico tan solo deseaba demostrarle que no era una persona de la cual se debía desconfiar. Ella estaba bastante consciente que a veces sus ideas podían llegar a ser un tanto extremistas, pero en una situación como esta en la que implicaba riesgos como lo que podría ser la seguridad de su, hasta ahora única amiga, sumándose con la falta de sueño le hacía portarse de forma impulsiva.
Su primera explicación fue en respuesta a la pregunta acerca del dulce, Yuzuki buscaba principalmente saber la razón por la cual él no se mostró dudoso ante la presencia de un ser "fuera de lo normal" como lo era Moonmon, después de todo lo que a uno se le viene a la mente respecto a la primera impresión de una persona respecto a lo desconocido no es precisamente acercarseles a darle un dulce, y aunque su respuesta no era del todo esperada, logró hacer que tras ciertas nuevas dudas la guardia alta de Yuzuki disminuyera levemente.
- ¿Un amigo lejano? -pensó. No había por que dudar de ello, ciertamente la forma de ser de Moonmon no era para nada extraño a comparación de su apariencia, ella se comportaba de igual forma que lo haría cualquier infante, por lo que tal respuesta le hizo pensar que posiblemente "Vlad", como le había dicho Moonmon que se llamaba, estaría hablando de algún amigo de la infancia, o incluso el primo de alguien más, entre otras miles opciones similares.
El tono de voz, su mirada calma y aquel traje que le hacía ver bastante formal de cierta forma lograban hacer que Yuzuki comenzara a despejar la idea de que él quisiera hacerle algún daño a ella o a su digimon, después de todo, sí el realmente lo hubiese deseado desde un inicio nada hubiera podido impedírselo, ella no se consideraba ninguna persona fuerte como para impedirle a cualquier otro causar algún daño a quienes deseara proteger, ¿O que podría hacer ella si ese fuese el caso? Llamar a alguien más tan solo provocaría que la misma Moonmon corriera peligro- Por suerte parece ser que este no es el caso -dedujo finalmente. Su posición se hizo menos tensa, y ya no ocultaba a su compañera de la vista del "extraño".
Su duda principal fue medianamente respondida con un par de palabras directas, y sí, tal como marcaba la situación aquel joven que se hallaba delante de ella tenía relación con los seres digitales, y aunque su relación a ellos aún no estuviese bien explicada, esa era respuesta suficiente para que Yuzuki se sintiera más segura, pues muy posiblemente haya encontrado a una persona con la que podría hablar más abiertamente del tema, responder dudas que ni siquiera antes se hubiera formulado, y aquellas que su misma compañera desconoce. Eso era lo que esperaba.
- Sí, lo sé. Lo siento -se disculpó primeramente tras escuchar aquella sugerencia suya que, aunque un tanto obvia, era difícil de seguir para la Tamer novata, asimismo como aceptaba que en realidad sí Moonmon había sido descubierta era por culpa suya. Su postura cambió, esta giró su cuerpo completo hacia él, mostrando de esa forma que ya no tenía miedo de ocultar información y, por lo tanto, responderle con más calma- Mi nombre es Suzuki Yuzuki. De verdad siento mucho todo el drama que te hice hace unos momentos, yo... -desvió la mirada por unos instantes- ...en realidad estaba muy asustada, no sabía que tipo de persona eras -volvió la vista hacia él, sonriendole nerviosamente- Pero acepto que ha sido mi culpa, trataré de que no vuelva a ocurrir en un futuro -mientras decía esto, le daba suaves palmadas en la cabeza a Moonmon que aún se encontraba degustando de su dulce, ronroneando en reacción al tacto- Sé que parecerá un poco extraño por la hora que es, pero Moonmon y yo nos despertamos un poco más temprano de lo usual, y decidimos tomar un paseo por el parque... -mientras estaba en medio de la respuesta a su ultima pregunta se escuchó un pequeño gruñido provenir de alguno del trío, y como bien sabía que no se trataba de ella, los ojos de Yuzuki se fijaron en su compañera.
- Zuki, tengo hambre -le confesó momentos antes de voltear a ver a quien antes había denominado como su "amigo humano"- ¿Podemos invitarlo a desayunar con nosotras?
- ¿Eh? -exclamó, sorprendida por la iniciativa de su compañera- Pero, ¿Y sí está ocupado? Quizás va para su trabajo, no me gustaría que le quitáramos el tiempo -respondió, anticipando lo que podría ser una respuesta negativa de su parte casi por instinto.
- Hmm... -la criatura con forma de gota, sin entender del todo lo que le decía su amiga, se dirigió hacia él para preguntarle- ¿Podrías venir? ¡Por favor! -los ojos del pequeño monstruo digital brillaban, un truquillo que solía funcionar contra su compañera Tamer, y que esperaba también funcionase con él.
Su primera explicación fue en respuesta a la pregunta acerca del dulce, Yuzuki buscaba principalmente saber la razón por la cual él no se mostró dudoso ante la presencia de un ser "fuera de lo normal" como lo era Moonmon, después de todo lo que a uno se le viene a la mente respecto a la primera impresión de una persona respecto a lo desconocido no es precisamente acercarseles a darle un dulce, y aunque su respuesta no era del todo esperada, logró hacer que tras ciertas nuevas dudas la guardia alta de Yuzuki disminuyera levemente.
- ¿Un amigo lejano? -pensó. No había por que dudar de ello, ciertamente la forma de ser de Moonmon no era para nada extraño a comparación de su apariencia, ella se comportaba de igual forma que lo haría cualquier infante, por lo que tal respuesta le hizo pensar que posiblemente "Vlad", como le había dicho Moonmon que se llamaba, estaría hablando de algún amigo de la infancia, o incluso el primo de alguien más, entre otras miles opciones similares.
El tono de voz, su mirada calma y aquel traje que le hacía ver bastante formal de cierta forma lograban hacer que Yuzuki comenzara a despejar la idea de que él quisiera hacerle algún daño a ella o a su digimon, después de todo, sí el realmente lo hubiese deseado desde un inicio nada hubiera podido impedírselo, ella no se consideraba ninguna persona fuerte como para impedirle a cualquier otro causar algún daño a quienes deseara proteger, ¿O que podría hacer ella si ese fuese el caso? Llamar a alguien más tan solo provocaría que la misma Moonmon corriera peligro- Por suerte parece ser que este no es el caso -dedujo finalmente. Su posición se hizo menos tensa, y ya no ocultaba a su compañera de la vista del "extraño".
Su duda principal fue medianamente respondida con un par de palabras directas, y sí, tal como marcaba la situación aquel joven que se hallaba delante de ella tenía relación con los seres digitales, y aunque su relación a ellos aún no estuviese bien explicada, esa era respuesta suficiente para que Yuzuki se sintiera más segura, pues muy posiblemente haya encontrado a una persona con la que podría hablar más abiertamente del tema, responder dudas que ni siquiera antes se hubiera formulado, y aquellas que su misma compañera desconoce. Eso era lo que esperaba.
- Sí, lo sé. Lo siento -se disculpó primeramente tras escuchar aquella sugerencia suya que, aunque un tanto obvia, era difícil de seguir para la Tamer novata, asimismo como aceptaba que en realidad sí Moonmon había sido descubierta era por culpa suya. Su postura cambió, esta giró su cuerpo completo hacia él, mostrando de esa forma que ya no tenía miedo de ocultar información y, por lo tanto, responderle con más calma- Mi nombre es Suzuki Yuzuki. De verdad siento mucho todo el drama que te hice hace unos momentos, yo... -desvió la mirada por unos instantes- ...en realidad estaba muy asustada, no sabía que tipo de persona eras -volvió la vista hacia él, sonriendole nerviosamente- Pero acepto que ha sido mi culpa, trataré de que no vuelva a ocurrir en un futuro -mientras decía esto, le daba suaves palmadas en la cabeza a Moonmon que aún se encontraba degustando de su dulce, ronroneando en reacción al tacto- Sé que parecerá un poco extraño por la hora que es, pero Moonmon y yo nos despertamos un poco más temprano de lo usual, y decidimos tomar un paseo por el parque... -mientras estaba en medio de la respuesta a su ultima pregunta se escuchó un pequeño gruñido provenir de alguno del trío, y como bien sabía que no se trataba de ella, los ojos de Yuzuki se fijaron en su compañera.
- Zuki, tengo hambre -le confesó momentos antes de voltear a ver a quien antes había denominado como su "amigo humano"- ¿Podemos invitarlo a desayunar con nosotras?
- ¿Eh? -exclamó, sorprendida por la iniciativa de su compañera- Pero, ¿Y sí está ocupado? Quizás va para su trabajo, no me gustaría que le quitáramos el tiempo -respondió, anticipando lo que podría ser una respuesta negativa de su parte casi por instinto.
- Hmm... -la criatura con forma de gota, sin entender del todo lo que le decía su amiga, se dirigió hacia él para preguntarle- ¿Podrías venir? ¡Por favor! -los ojos del pequeño monstruo digital brillaban, un truquillo que solía funcionar contra su compañera Tamer, y que esperaba también funcionase con él.
Re: Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
Sin admitirlo Vladimir se sentía aliviado viendo como la actitud de la chica era diferente, no le gustaba el ambiente tan raro que se creó por los malentendidos, pero no se podía culpar de nada a la muchacha ahora conocida como Yuzuki, el comprendía perfectamente aquello. El intento decirle que no había nada de qué preocuparse, incluso que estaba bien comportarse de esa forma por el bien de proteger a los seres queridos pero todo quedó en nada por un peculiar sonido o más bien gruñido. Una leve sonrisa de forjo en su rostro al notar la proveniencia de aquel sonido.
-“Parece que el pequeño tiene un hambre más grande que su estómago…”- angemon no pudo evitar dar su opinión dentro de la cabeza de Vladimir.
-“Los pequeños suelen consumir su energía de forma rápida y por ende necesitan alimentarse con frecuenta, pero por sobre todo si no te has dado cuenta es temprano en la mañana; horario perfecto para desayunar”- no deseaba perder el tiempo con pequeñas charlas.
El muchacho escucho atentamente las palabras de ambas si bien la muchacha estaba preocupada por quitarle su tiempo, cierto era que se había desocupado y tenía algo de tiempo antes de volver al ajetreado mundo laboral –A decir verdad en este momento me encuentro libre de mis obligaciones- se le hacía un poco mal aceptar la invitación. Aunque más mal se sentía al decirle no aquella criaturita que lo miraba con esos ojos brillantes –agradezco la oferta, pero debo declinarla- antes de que su negativa sonara a un rechazo total y sin dar tiempo a ser mal interpretado continuo charlando –Si me lo permiten… me gustaría ser yo el que las invitara, conozco un lugar donde tanto humanos como digimon pueden comer tranquilamente.- hace algún tiempo y vagando por las calles como era su costumbre había dado con un edificio medio escondido, este era atendido por dos personas; un hombre mayor y una chica en su adolescencia.
En el rostro de Vladimir apareció un rastro de duda –lo único malo es... que esta un tanto alejado de aquí, pero si me lo permiten estaría encantado de llevarlas y regresarlas a su casa- no sabia como ellas tomarian aquella información ya que debido a la distancia el viaje tenía que realizarse en un medio de transporte como lo eran los automóviles. A Vladimir le bastaba una solo llamada y alguien traería un vehículo pera el, aunque antes debía esperar la respuesta de ambas.
-Si me disculpan debo hacer una llamada un tanto privada- dándoles un poco de tiempo para pensar su respuesta, el chico se alejó de ellas y de entre sus ropas saco su teléfono celular para luego marcar el número de su casa, la conversación fue corta tan solo una charla con su hermana para explicarle que tardaría un poco en volver al hogar. Una vez finalizada volvio donde ellas esperando su respuesta.
-“Parece que el pequeño tiene un hambre más grande que su estómago…”- angemon no pudo evitar dar su opinión dentro de la cabeza de Vladimir.
-“Los pequeños suelen consumir su energía de forma rápida y por ende necesitan alimentarse con frecuenta, pero por sobre todo si no te has dado cuenta es temprano en la mañana; horario perfecto para desayunar”- no deseaba perder el tiempo con pequeñas charlas.
El muchacho escucho atentamente las palabras de ambas si bien la muchacha estaba preocupada por quitarle su tiempo, cierto era que se había desocupado y tenía algo de tiempo antes de volver al ajetreado mundo laboral –A decir verdad en este momento me encuentro libre de mis obligaciones- se le hacía un poco mal aceptar la invitación. Aunque más mal se sentía al decirle no aquella criaturita que lo miraba con esos ojos brillantes –agradezco la oferta, pero debo declinarla- antes de que su negativa sonara a un rechazo total y sin dar tiempo a ser mal interpretado continuo charlando –Si me lo permiten… me gustaría ser yo el que las invitara, conozco un lugar donde tanto humanos como digimon pueden comer tranquilamente.- hace algún tiempo y vagando por las calles como era su costumbre había dado con un edificio medio escondido, este era atendido por dos personas; un hombre mayor y una chica en su adolescencia.
En el rostro de Vladimir apareció un rastro de duda –lo único malo es... que esta un tanto alejado de aquí, pero si me lo permiten estaría encantado de llevarlas y regresarlas a su casa- no sabia como ellas tomarian aquella información ya que debido a la distancia el viaje tenía que realizarse en un medio de transporte como lo eran los automóviles. A Vladimir le bastaba una solo llamada y alguien traería un vehículo pera el, aunque antes debía esperar la respuesta de ambas.
-Si me disculpan debo hacer una llamada un tanto privada- dándoles un poco de tiempo para pensar su respuesta, el chico se alejó de ellas y de entre sus ropas saco su teléfono celular para luego marcar el número de su casa, la conversación fue corta tan solo una charla con su hermana para explicarle que tardaría un poco en volver al hogar. Una vez finalizada volvio donde ellas esperando su respuesta.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :239Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Double SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Rookie
Inventario :
Vlad
Re: Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
Yuzuki era esa clase de persona que temía por sobre todas las cosas a ser herida, no necesariamente de manera física. No le gustaba arriesgarse a nada, pues está consciente de que a veces es tan sensible que una bastante simple negación le hería en sobremanera, esa era la principal razón de su previa reacción, pero ahora que su compañera se había atrevido a realizar tal pregunta ya no podía hacer nada más que esperar a la respuesta del joven frente a ella. Se encontraba en una postura firme y, aunque trataba de ocultar la incomodidad que le provocaba aquella situación, resultaba esto un tanto difícil para ella pues su mirada a veces dice más que sus propias palabras. Moonmon, por otro lado, seguía en espera de la respuesta con aquella carita suya que resultaba ser una de sus principales herramientas para salirse con la suya, pero una vez el muchacho pronunció su primera respuesta, la reacción de ambas no fue otra más que sorpresa.
Primero, aquella respuesta fue como un golpe en el pecho para la chica humana que, aunque ya se había anticipado a una negativa, no dejaba de sentirse mal por que muy posiblemente todo aquello que imaginaba que iba a lograr descifrar tras una charla con él no podría realizarse; y segundo, la joven digimon que aún no terminaba de asimilar la respuesta, ella no se esperaba una negación por parte de su amigo humano.
Yuzuki estuvo a punto de hablar, de decirle que no había ningún problema y que entendía cualesquiera que fueran sus razones para negar el desayuno, pero tras la diminuta pausa que provocó esas reacciones en ambas, el joven continuó su enunciado y disipó cualquier malentendido que este podría haber causado. Ambas chicas, en momentos dispares y por distintas razones, sintieron un gran alivio que se reflejó con una sonrisa.
- ¡Y-Ya veo! Por un momento pensé que... -negó con la cabeza. Ahora se sentía apenada por haber dudado un momento de él, quizás se había anticipado demasiado pronto, pero eso era algo común en ella y que por más que quisiera no podría cambiar- ...Muchas gracias -fue lo único que dijo, no quería hacer ver tan directamente sus errores, no era algo de lo que enorgullecerse tampoco. Claro estaba que tampoco le agradaba la idea de verse invitada, pero en esos momentos tampoco quería discutirle nada pues pensaba que podría verse un tanto grosero; por otro lado Moonmon no dejaba de celebrar, su "truquito" había funcionado- ¡Viva! ¡Vlad va a venir, Vlad va a venir! -repetía contenta, acciones que le causaban ternura a su compañera.
- Un momento, ¿Acaso mencionaste un lugar donde comen tanto humanos como digimon? -reaccionó tarde, recapitulando todo lo que había pasado- ¿De verdad existe un lugar así? -se encontraba bastante sorprendida, ella no sabía hasta hace pocos días de la existencia de los digimon en la vida real, y el hecho de que exisiteran lugares como esos tan solo le impresionaban más- ¿Cuanto tiempo llevan viviendo los digimon entre nosotros? -pensó, intrigada. Le dedicó una rápida mirada a su compañera que no se estaba enterando de nada por su propio regocijo- Estas criaturas digitales, también Moonmon, son todas un misterio para mi.
Instantes después, tras confesar que aquel sitio se encontraba un tanto lejos de su posición actual, Vlad les había dado la posibilidad de seguir adelante o retractarse mientras se iba a hacer una "llamada importante", como el le había llamado. A Yuzuki no le agradaba mucho la idea de tener que subir a un auto con un extraño, posiblemente esa es una de las reglas más importantes que un padre le dice a su hijo, pero ella ya no era más una niña, y el estar cada día más consciente de que la llegada de Moonmon la estaría involucrando en un mundo del cual ella desconoce la intrigaba más y más- Supongo que ya es muy tarde para arrepentirse, ¿No? -se contestó a sí misma, dedicándole una mirada a su compañera que por fin se había terminado su paleta, siendo ella quien le ayudaba a quitarle el palillo de la boca para tirarlo en el bote de basura más cercano.
Cuando Vladimir volvió y pidió una respuesta, Yuzuki se giró hacia él y, con una sonrisa en su rostro, le respondió- Y... ¿Qué estamos esperando? -refiriéndose, claro, a que había aceptado la sugerencia del chico.
- Por cierto -habló, tras unos momentos después- ¿Como conociste tú a los digimon? Claro, sí se puede saber -quiso preguntar primero antes de abandonar el lugar y arriesgarse a que hubiese más personas escuchando.
Primero, aquella respuesta fue como un golpe en el pecho para la chica humana que, aunque ya se había anticipado a una negativa, no dejaba de sentirse mal por que muy posiblemente todo aquello que imaginaba que iba a lograr descifrar tras una charla con él no podría realizarse; y segundo, la joven digimon que aún no terminaba de asimilar la respuesta, ella no se esperaba una negación por parte de su amigo humano.
Yuzuki estuvo a punto de hablar, de decirle que no había ningún problema y que entendía cualesquiera que fueran sus razones para negar el desayuno, pero tras la diminuta pausa que provocó esas reacciones en ambas, el joven continuó su enunciado y disipó cualquier malentendido que este podría haber causado. Ambas chicas, en momentos dispares y por distintas razones, sintieron un gran alivio que se reflejó con una sonrisa.
- ¡Y-Ya veo! Por un momento pensé que... -negó con la cabeza. Ahora se sentía apenada por haber dudado un momento de él, quizás se había anticipado demasiado pronto, pero eso era algo común en ella y que por más que quisiera no podría cambiar- ...Muchas gracias -fue lo único que dijo, no quería hacer ver tan directamente sus errores, no era algo de lo que enorgullecerse tampoco. Claro estaba que tampoco le agradaba la idea de verse invitada, pero en esos momentos tampoco quería discutirle nada pues pensaba que podría verse un tanto grosero; por otro lado Moonmon no dejaba de celebrar, su "truquito" había funcionado- ¡Viva! ¡Vlad va a venir, Vlad va a venir! -repetía contenta, acciones que le causaban ternura a su compañera.
- Un momento, ¿Acaso mencionaste un lugar donde comen tanto humanos como digimon? -reaccionó tarde, recapitulando todo lo que había pasado- ¿De verdad existe un lugar así? -se encontraba bastante sorprendida, ella no sabía hasta hace pocos días de la existencia de los digimon en la vida real, y el hecho de que exisiteran lugares como esos tan solo le impresionaban más- ¿Cuanto tiempo llevan viviendo los digimon entre nosotros? -pensó, intrigada. Le dedicó una rápida mirada a su compañera que no se estaba enterando de nada por su propio regocijo- Estas criaturas digitales, también Moonmon, son todas un misterio para mi.
Instantes después, tras confesar que aquel sitio se encontraba un tanto lejos de su posición actual, Vlad les había dado la posibilidad de seguir adelante o retractarse mientras se iba a hacer una "llamada importante", como el le había llamado. A Yuzuki no le agradaba mucho la idea de tener que subir a un auto con un extraño, posiblemente esa es una de las reglas más importantes que un padre le dice a su hijo, pero ella ya no era más una niña, y el estar cada día más consciente de que la llegada de Moonmon la estaría involucrando en un mundo del cual ella desconoce la intrigaba más y más- Supongo que ya es muy tarde para arrepentirse, ¿No? -se contestó a sí misma, dedicándole una mirada a su compañera que por fin se había terminado su paleta, siendo ella quien le ayudaba a quitarle el palillo de la boca para tirarlo en el bote de basura más cercano.
Cuando Vladimir volvió y pidió una respuesta, Yuzuki se giró hacia él y, con una sonrisa en su rostro, le respondió- Y... ¿Qué estamos esperando? -refiriéndose, claro, a que había aceptado la sugerencia del chico.
- Por cierto -habló, tras unos momentos después- ¿Como conociste tú a los digimon? Claro, sí se puede saber -quiso preguntar primero antes de abandonar el lugar y arriesgarse a que hubiese más personas escuchando.
Re: Un pequeño respiro para una vida ajetreada[Priv. Yuzuki Suzuki]
-Entonces nos pondremos de inmediato en camino- volviendo a marcar en su teléfono unos cuantos números Vladimir volvió a realizar otra llamada, aunque esta vez no se alejó de ambas –algo… si necesito que me traigan un vehículo, me encuentro en…- mientras indicaba su ubicación actual escucho la pregunta de la muchacha con respecto a su primer encuentro con un ser digital -Si muchas gracias, lo estaré esperando- corto la llamada concentrando su atención en aquella muchacha.
-Bueno… mi primer encuentro con los digimon… veamos…- mientras esperaban que trajeran el automóvil Vladimir volvió a sentarse invitando a Yuzuki y moonmon a que tomaran asiento a su lado. El chico llevo la mano izquierda en su barbilla acariciándola lentamente casi como si intentara extraer los recuerdos en su mente, aunque realmente se encontraba en una terrible disyuntiva ya que su primer encuentro fue un tanto complicado, por lo que luego de meditarlo unos segundos decidió omitir ese hecho para relatar la primera vez que se encontró en el digimundo –Bueno para empezar ¿sabías que hay un mundo donde viven los digimon?- no estaba muy seguro cuanto había contado el pequeño digimon a su compañera.
-Bueno, para ponerlo en palabras simples todos los seres parecidos a Moonmon provienen del digimundo, allí es donde ellos son creados- lo mejor del digimundo era que no bastaba la información que se diera de este, siempre convenía conocerlo de primera mano. Se aclaró un poco la garganta y siguió con la plática –Fue en uno de esos días, me encontraba caminando tranquilo por la ciudad cuando sentí que algo me llamaba… al principio no le tome mucha importancia, pero su voz solo iba aumentando; era algo que me atraía y me guiaba sin yo saberlo a un portal. Me encontraba impresionado por ver aquello frente a mí, sin dudarlo lo cruce llegando al digimundo y luego de algunas dificultades me encontré con un pequeño digimon llamado Kid- Antes de que pudiera continuar la historia se escuchó el sonido de un claxon.
-Creo que ha llegado nuestro transporte- indico levantándose y caminando hacia donde estaba el auto, allí los esperaba un señor de mediana edad el cual al verlos les dio un cordial saludo y los dejo. El automóvil era de estilo moderno, cuatro puertas, con un pintado de negro metálico, no parecía ser un vehículo corriente pero tampoco uno de los más caros.
Vladimir se acercó a la puerta traseras abriéndola -adelante- dijo como si se tratara de un chofer privado, luego que ambas se hubieran sentado se acomodó en el asiento del conductor y comenzó su marcha rumbo a aquel sitio. Mientras el auto se movía, los paisajes vistos desde las ventanas comenzaron a cambiar rápidamente, eran una mezcla de paisajes rústicos, edificios corporativos y casas; muchas casas. Luego de eso las edificaciones dieron paso a lugares comerciales.
-Ya estamos casi por llegar – comento, aunque faltaban unos pocos minutos –Estacionare el vehículo unos metros antes del lugar, luego de que bajemos de este deberemos caminar unos diez minutos entre unos cuantos edificios y callejones un tanto complicados; no se separen o se perderán- el restaurante que albergaba tanto humanos como digimon se encontraba dentro de un laberinto de edificios por eso era un tanto complicado encontrarlo sin conocer la ruta.
-Bueno… mi primer encuentro con los digimon… veamos…- mientras esperaban que trajeran el automóvil Vladimir volvió a sentarse invitando a Yuzuki y moonmon a que tomaran asiento a su lado. El chico llevo la mano izquierda en su barbilla acariciándola lentamente casi como si intentara extraer los recuerdos en su mente, aunque realmente se encontraba en una terrible disyuntiva ya que su primer encuentro fue un tanto complicado, por lo que luego de meditarlo unos segundos decidió omitir ese hecho para relatar la primera vez que se encontró en el digimundo –Bueno para empezar ¿sabías que hay un mundo donde viven los digimon?- no estaba muy seguro cuanto había contado el pequeño digimon a su compañera.
-Bueno, para ponerlo en palabras simples todos los seres parecidos a Moonmon provienen del digimundo, allí es donde ellos son creados- lo mejor del digimundo era que no bastaba la información que se diera de este, siempre convenía conocerlo de primera mano. Se aclaró un poco la garganta y siguió con la plática –Fue en uno de esos días, me encontraba caminando tranquilo por la ciudad cuando sentí que algo me llamaba… al principio no le tome mucha importancia, pero su voz solo iba aumentando; era algo que me atraía y me guiaba sin yo saberlo a un portal. Me encontraba impresionado por ver aquello frente a mí, sin dudarlo lo cruce llegando al digimundo y luego de algunas dificultades me encontré con un pequeño digimon llamado Kid- Antes de que pudiera continuar la historia se escuchó el sonido de un claxon.
-Creo que ha llegado nuestro transporte- indico levantándose y caminando hacia donde estaba el auto, allí los esperaba un señor de mediana edad el cual al verlos les dio un cordial saludo y los dejo. El automóvil era de estilo moderno, cuatro puertas, con un pintado de negro metálico, no parecía ser un vehículo corriente pero tampoco uno de los más caros.
Vladimir se acercó a la puerta traseras abriéndola -adelante- dijo como si se tratara de un chofer privado, luego que ambas se hubieran sentado se acomodó en el asiento del conductor y comenzó su marcha rumbo a aquel sitio. Mientras el auto se movía, los paisajes vistos desde las ventanas comenzaron a cambiar rápidamente, eran una mezcla de paisajes rústicos, edificios corporativos y casas; muchas casas. Luego de eso las edificaciones dieron paso a lugares comerciales.
-Ya estamos casi por llegar – comento, aunque faltaban unos pocos minutos –Estacionare el vehículo unos metros antes del lugar, luego de que bajemos de este deberemos caminar unos diez minutos entre unos cuantos edificios y callejones un tanto complicados; no se separen o se perderán- el restaurante que albergaba tanto humanos como digimon se encontraba dentro de un laberinto de edificios por eso era un tanto complicado encontrarlo sin conocer la ruta.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :239Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Double SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Rookie
Inventario :
Vlad
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