Día en playa digital [libre]

Llevaba un congelador portátil junto a un pequeño bolso; su ropa era un poco más desabrigada de lo normal aunque claro ahora se dirigía a un sitio caluroso. Vladimir miro su reloj comprobando que la hora era correcta, no se encontraba ni muy tarde o temprano para la cita; con quien se encontraría no se trataba de una mujer o algún otro ser humano, es más ni siquiera era en el mundo humano –Ya debería estar por llegar...- comento mientras miraba los alrededores en busca de su acompañante. Pasaron unos segundos hasta que apareció. Al principio solo pudo distinguir un cuerno pero luego estuvo a su vista la piel con coloraciones moradas y verdes de su amigo.

-Vlaaaaaaaaad- fue lo primero que articulo el ser, cuya velocidad de acercamiento se incrementó al notar al muchacho de cabellos negros -!Hace tanto tiempo que no te veíaaaaa!- unas cuantas lagrimas se reflejaron en sus ojos mientras saltaba a los brazos del muchacho.

Hábilmente Vladimir atrapo al pequeño ser, el cual no era otro que un digimon, más específicamente  un psychemon cuyo nombre era  Kid -Tranquilo- lo calmó acariciando su cabeza con la mano libre. –He logrado ordenar mi agenda en el mundo humano, por lo tanto poder estar más días aquí… junto a ti- le comento con una cálida sonrisa en su rostro.

-¡Yeeei! Al fin podemos volver a vivir aventuras- el pequeño digimon se soltó y comenzó a dar vueltas alrededor del muchacho mientras alegremente repetía una frase  -Vlad está aquí… Vlad está aquí- se encontraba demasiado alegre.

-Bueno…bueno, no perdamos el tiempo y vayamos a la playa- sujetando su equipaje Vladimir con su mano libre tomo la del pequeño digimon, ambos salieron de la estación de trailmon cercana a su destino. A paso raudo tardaron unos treinta minutos en alcanzar el dorado borde de la arena. –Ya hemos llegado- anunciado lo obvio el muchacho contemplo el lugar. El solo era agradable, la arena cálida y el sonido del mar lo suficientemente relajante –Bien puedes dar una vuelta por el lugar mientras preparo las cosas- Al momento de soltar la mano Vladimir pudo ver como el digimon comenzaba  a correr por la playa.

-Jajaja no te metas en problemas…- le advirtió al digimon antes de que este desapareciera. –mientras él se divierte me pondré con lo mío-  de su equipaje Vladimir saco una pequeña parrilla la cual sin mucho esfuerzo armo sobre la arena, después de revisar que funcionaba y que el carbón estaba listo tomo del congelador carnes, pescados y verduras colocándolas sobre este  -ahora a esperar unos minutos- Vladimir mientras esperaba que la comida se cocinara preparo el sitio donde comerían colocando una manta, una sombrilla y se sentó a esperar el regreso de su amigo.

Mientras tanto Kid se caminaba por la playa noto en la orilla de esta dos figuras y curioso como el solo corrió en su dirección encontrándose con un humano y un digimon – ¡Hola me llamo Kid!- saludo alegremente a ambos – ¿quieren ser mis amigos?- pregunto mientras los miraba con una sonrisa.[/color]

El silencio y el sonido de las olas golpeando contra la orilla eran en cierta forma relajante para Hyoga, este nuevo mundo era en cierta forma muy parecido al que conocía, el tacto de la arena se sentía igual, pero a la vez muy diferente, aun ni siquiera entendía por que estaba ahí, o si había otros humanos en este mundo. Envuelto en sus pensamientos intentando comprender que era este nuevo ambiente, algo de mayor prioridad surgió con el rugido de su estomago.

-Kai, ¿en este océano hay peces? – pregunto Hyoga a Kai quien se encontraba revolcándose en la arena.

- Sí, aunque también puede haber digimons – comento el pequeño digimon, sacudiendo su redondo cuerpo para sacarse toda la arena de encima, para luego subirse al regazo de su tamer.

-Deberíamos intentar pescar, muero de hambre – Ahora la prioridad más grande era conseguir comida, no sabía que realmente comen los digimons o si en ese lugar crecía alguna especie de fruta, verdura o algo para consumo humano.

Hyoga con Kai en brazo, se levanto despacio, sacudiendo la arena tanto en su pantalón como en su chaqueta, sujetando a Kai con su otra mano. Antes de si quiera buscar materiales para hacer una improvisada caña de pescar, un olor muy delicioso llego a la nariz de Kai.

-¡Huelo algo delicioso! – Dijo Kai con un brillo en los ojos, casi babeándose por el olor que percibía.

-¿Dónde? – pregunto Hyoga levantando a Kai sobre su cabeza para que percibiera el olor con más facilidad.

Kai olfateo el aire varias veces, hasta dar con el origen del aroma –Por allá- comento Kai mirando en la dirección a seguir hacia su delicioso objetivo, pero, al tan solo caminar unos pasos se toparon sin previo aviso con un digimon, su aparición fue tan repentina que incluso Kai se asusto. Hyoga rápidamente tomo distancia como reflejo ante el susto, sacando su digivice para verificar que digimon era el que tenía en frente y si era hostil.

El digivice mostro un Holograma del digimon presente, junto con su nombre y la siguiente información –Psychemon. Es Digimon Reptil caracterizado por su coloración extravagante. Se trata de una subespecie de Gabumon; aún así, Psychemon presenta un aspecto más brillante y llamativo, aunque al igual que él muestra una personalidad tímida y detesta deshacerse de su pelaje. – Luego de leer la información, Hyoga coloco su digivice nuevamente en la cadena de su pantalón, mirando fijamente al digimon, según la información en principio no parecía ser agresivo, además que su actitud muy amigable parecía corroborar esto.

Kai fue el primero en comunicarse y responder el saludo, ya que a pesar de ser reservado como su tamer, era un poco mas sociable –Hola, mucho gusto, yo me llamo Kai y él es Hyoga – Hyoga se mantenía mirándolo fijamente noto que el digimon no tenía mala intensiones, así que estaba bien hablar con él, además podría aprender nuevas cosas –Mucho gusto Kid – Tanto Kai como Hyoga se pensaron unos segundos lo de ser su amigos, pero a fin de cuenta no estaría mal hacer un nuevo amigo, mejor era tener amigos que enemigos – Esta bien, seremos tus amigos –dijo Hyoga sonriéndole un poco.

-“Hyoga y kai jum jum”- asintió enérgicamente el pequeño digimon, tanto que la piel que lo cubría se desacomodo un poco, por lo tanto con un hábil movimiento  volvió a ponerla en su sitio casi perfectamente.

La esencia de Kid era la de un digimon alegre el cual solía frecuentemente  meterse en problemas por ese motivo, aunque claro esto también le permitía conocer a muchos seres diferentes e incluso forjar lazos de amistad con estos y esta vez no fue la excepción. Pese a no mostrar temor a ser rechazada pequeño no pudo evitar sentirse demasiado feliz al escuchar como ellos habían aceptado ser su amigo; el pequeño digimon no caía en sí de tanto gozo, su amigo Vladimir había regresado a su lado y ahora también había conocido nuevas amistades.

-¡¡Yeeei!! Tengo  nuevos amigos- sentencio alegremente mientras mostraba una radiante sonrisa y se movía al compás de una música invisible la cual le  invitaba a hacer algunos extraños movimientos. Saltando de un tema a otro el pequeño Kid le hizo unas cuantas preguntas a ambos como ¿Qué hacen aquí? ¿Les gusta el mar? Pero claro realmente aquellas preguntas no necesitaban respuesta alguna, en ese momento no era él hablando sino que su curiosidad hasta que, después de unos segundos de escupir preguntas como una metralleta llego al quid del asunto.

-¿Les gustaría acompañarnos a comer? Mi amigo Vlad se encuentra muy cerca de aquí y ahora mismo está preparando una rica merienda, estoy seguro que a él no le molestara su compañía, incluso… ¡incluso podrían ser amigos!- les dijo con su habitual sonrisa invitándolos a que lo siguieran en dirección donde provenía aquel delicioso olor.

-¡Vamos, vamos síganme, juntos iremos a comer!- el pequeño psychemon tomo una rama que se encontraba tiraba sobre la arena y comenzó a moverla imitando una batuta mientras seguía tarareando esa especie de canción, esperando que sus nuevos amigos lo siguieran rumbo a la comida.

El olor de la comida se había intensificado, los jugos de las carnes se encontraban sellados al interior de estos y habían adoptado un color óptimo: el pescado tenía un perfecto dorado y su textura estaba crujiente, por último las verduras estaban azadas de forma pareja. Estaba más que claro que ya todo estaba listo y por los digimon que comenzaron a pulular en la zona no cabía duda de ello, aquellos eran de muchos tipos diferentes, aunque con una mirada más detallada se podía notar como dominaban los afines al agua, estos se acercaban donde se encontraba el muchacho, miraban curiosos la carne y luego de la misma forma como habían aparecido se alejaban.

-¿Quieren un poco?- les preguntaba cada vez que esto sucedía pero siempre obtenía una misma respuesta, un leve movimiento de  cabeza en dirección de izquierda a derecha, lo que indicaba la negativa de estos. Luego  de unas cuantas repeticiones de aquello simplemente se rindió en seguir preguntando y solo los observaba mientras corrían de vuelta de donde sea que vinieran. Sin duda él había extrañado el digimundo y ahora que se encontraba de vuelta en este no podía evitar sentirse alegre por volver a experimentar aquel extraño y pintoresco mundo.

Pasaron unos cuantos minutos y para evitar que los alimentos se quemaran los guardo en un recipiente colocando una tapa encima  -¿dónde se habrá metido Kid?- aunque estaba preocupado por su compañero sabía que como de costumbre podía estar en problemas o haciendo nuevas amistades y por ende era común que este se retrasara más de la cuenta, en cierta medida esto lo tranquilizaba, ya que Kid no había cambiado nada desde la última vez que se vieron.

Realmente, mientras más tiempo pasaba en el digimundo, más extraño era todo. Ahora se encontraba escuchando el bombardeo de palabras de un Psychemon llamado Kid, no parecía tener fin la cantidad de preguntas que este podía llegar a soltar, ni siquiera daba a tiempo a responder una pregunta cuando ya había lanzado otra. Pero, todo tiene su fin, y al parecer había llegado a la pregunta crucial.

-¿Vlad? – Pregunto Hyoga al escuchar tan extraño nombre, ¿Seria otro digimon? O acaso ¿un humano?, valía la pena averiguarlo.

-Está bien te seguimos – Contesto Hyoga con Kai entre sus brazos, caminando detrás de Kid a una distancia moderada, mientras este parecía dirigir una marcha con banda incluida en su cabeza, era un poco extraño, pero se le notaba que era bastante amigable y alegre, lo cual era algo bueno ya que es mejor que sea así, a que sea un digimon hostil y que a la primera oportunidad intente aplastarte o devorarte.

Mientras más avanzaban por la playa, Kai podía sentir el olor de la comida con más intensidad haciéndosele agua la boca –Oye Hyoga, ¿tu crees que nos comparta un poco de su comida? – pregunto Kai notablemente hambriento.

-No lo sé, espero que sí, yo también tengo hambre – Ya estaban cerca, ya podría ver una leve marca de humo en el aire, y a los lejos, se apreciaba una silueta, que a medida que se acercaban mas, se hacía más clara. En efecto las sospechas de Hyoga eran ciertas, era un humano, parecía un chico mayor que él, y estaba preparando una parrillada ¿de dónde saco una parrilla en este lugar?, bueno al menos era un alivio que hubiera otros humanos en ese lugar y que no fuera el único.

Habían llegado al final de trayecto, ahora estaba frente a aquel chico, tenía muchas preguntas, unas más importantes que otras, pero no podía simplemente llegar y preguntarle mil y un cosas como hizo Kid con ellos, para Hyoga, era un desconocido así que de momento lo justo era presentarse sin embargo nuevamente Kai tomo la delantera ya que Hyoga permanecía mucho tiempo en silencio formulando aquellas preguntas en su mente – Hola, soy Kai y él es Hyoga-ya parecía hacerse costumbre que su compañero digimon fuera más sociable que él o que tomara la iniciativa a la hora de hablar con nuevas personas –¡Eso huele delicioso! – dijo Kai casi babeando al ver la comida y ver el perfecto estado de cocción de la misma.

Su espera no se alargó más de lo esperado y aunque gracias al sol le costó un poco ver hacia el horizonte con la ayuda de un pequeño movimiento de su brazo lo pudo solucionar, con su mano derecha haciendo de visera contemplo a la distancia como el pequeño psychemon se acercaba y no falto mucho para que el sonido de su canto también llegara a sus oídos. –Viene más animado de lo usual- desde su punto de vista era algo gracioso observar como el pequeño marchaba igual que el batutero de una banda.

-¡Ey ki…!-  se detuvo antes de terminar de llamarlo ya que al parecer no se encontraba solo, detrás de él lo acompañaban dos sujetos; mejor dicho un humano y un pequeño digimon. –“Entonces esta es la razón por la que viene tan contento, nuevamente ha hecho amigos mientras daba un pequeño paseo”- era casi sorprendente la habilidad que poseía el pequeño para hacerse con nuevos conocidos en el momento en que se alejaba de  su vista. –“No parecen ser unos malos tipos...”- con una leve inspección pudo notar aquello, aunque lo que más ayudo fue el hecho del comportamiento de su amiguito Kid.

Antes de que siquiera Vladimir se pudiera presentar el digimon que acompañaba al muchacho se adelantó, sus nombres eran kai y Hyoga respectivamente.  Como era lo educado el chico de cabellos oscuros se acercó al pequeño digimon arrodillándose para quedar a su altura –Encantado de conocerte Kai  mi nombre es Vladimir, pero pueden decirme Vlad ¿tienes hambre? Adelante puedes comer, hise suficiente para unas cuantas personas más- Se levanto de aquella posición y con un movimiento de brazo le indico al pequeño que se sirviera sin problemas.

-Tambien es un gusto conocerte a ti hyoga- hablo acercándose al chico y ofreciendo su mano en señal de amistad, fuera estrechada o no eso era poco importante. –Bueno dejando las formalidades de lado y la plática para más tarde, quieres acompañarnos a comer, cualquier amigo de Kid es amigo mío y como dictan las costumbres se deben atender de buena forma- de la misma forma que le indico al pequeño kai hizo el mismo movimiento de brazo para indicar a Hyoga que tomara asiento y se sirviera a gusto.

- ¡Siiii Almuerzo con amigos!- hasta el momento el breve silencio que Kid había mantenido era para observar cómo se llevaba a cabo la conversación, pero una vez esta hubo finalizada su boca se soltó completamente. Antes de dejar que Hyoga avanzara solo, Kid tomo su mano y lo llevo hacia la comida –Ven! Vamos! No queremos que se enfrie la comida!!- dijo halándolo suavemente de la ropa y cuando llegaron lo soltó para luego el comenzar a tragar.

Vladimir solo se dedico a seguirlos acomodándose en un lugar libre, se sirvió un poco de comida –Disculpa, no es mi intención entrometerme pero tengo una duda… ¿Cómo acabaron ambos aqui?- se notaba que no traían comida, es decir no habían venido por el mismo motivo que ellos y mas como tema para iniciar una conversación él hizo esta pregunta.

Al parecer tanto Hyoga como Vlad concordaron tras una cruzada de miradas, que ninguno era una posible amenaza o tenia malas intenciones, se podría decir que tenían un pensamiento similar.

Los ojos de Kai brillaron al escuchar que Vlad está dispuesto a compartir su comida -¿Enserio?, muchas gracias – dijo  Kai muy feliz, pero antes de ir a comer observo a Hyoga ante el ofrecimiento de Vlad sobre la comida, como si este le preguntara con la mirada si está bien que fuera a comer, él solo lo miro y le sonrió un poco acariciando su suave pelaje.

-Está bien, ve a comer, yo te alcanzo – dijo bajando a Kai despacio en la suave arena, y este ultimo dando saltos fue con Kid para comenzar con el festín.

Hyoga tras esto, miro a Vlad estrechando la mano, no tenía razón para no hacerlo igual le habían enseñado modales, no era la reina de Inglaterra, pero igual tenía su educación –Igualmente Vlad – dijo para luego soltar su mano. Ya había acabo la hora de las presentaciones y tal como decía Vlad, mejor era saciar su hambre y luego continuar con la charla. Volteo a mirar a Kid, quien jalaba su chaleco para llevarlo a comer, mientras tanto Kai parecía muy a gusto disfrutando de la comida, parecía que su apetito no tenía fin.

Hyoga le siguió despacio –Vale vale, ya voy – comento para intentar calmar la prisa que Kid llevaba. Tras dar unos pasos se coloco en un espacio libre sirviéndose un poco de comida, realmente se veía deliciosa y su sabor lo confirmaba, realmente Vlad era buen cocinero. Continuo comiendo tranquilamente hasta que escucho a Vlad intentar iniciar una nueva conversación con una pregunta, a lo cual Hyoga tras masticar y tragar el trozo de comida en su boca, bajo el cubierto dejándolo reposar en un lado del plato para luego mirarlo – De hecho yo también tengo unas cuantas preguntas para ti, pero es justo que yo responda primero. Lo último que recuerdo es salir de una tienda de cartas, el encargado me regalo una carta azul muy extraña. La use en mi escáner de cartas pero no paso nada, luego cuando iba a casa apareció una niebla muy densa, luego vi a Kai y cuando se despejo la niebla estaba en este mundo – comento para luego dar otro bocado de comida y luego hacer una pregunta –Supongo que es mi turno de preguntar ¿Que sabes de este mundo?, hasta donde yo creía, los digimons solo eran un juego de cartas que vendían en las tiendas…nunca imagine que fuera real –dijo aquello ultimo volteando a ver a Kid y Kai comiendo muy felices.

Realmente tenía muchas más dudas sobre este mundo, pero no podía bombardear a Vlad con todas a la vez, lo primero era saber en qué lugar estaba, y a pesar de que Hyoga podría verse muy calmado a pesar de estar en un lugar desconocidos con seres que se supone eran solo un juego de cartas que invento alguien, por dentro estaba muy confundido y porque no decirlo, un poco asustado, pero no lo demostraba, así era él.

Vladimir escuchaba atentamente la historia que relataba el muchacho, como cientos de otras esta tenía un elemento en común el cual desembocaba en la mayor parte de los casos en su llegada al digimundo. Mientras estaba atento a las palabras de aquel chico observaba como su pequeño compañero devoraba aquellos alimentos; más que masticar parecía ser una especie de aspiradora cuya función era absorber los alimentos transportándolos a otra dimensión ¿Dónde iba a parar todo aquello?¿Acaso no tendrá fondo? Siempre que veía comer al pequeño digimon le surgían aquellas preguntas, pero conociendo que habían respuestas que eran mejor no saber las abandonaba en pos de evitar conocer la rara verdad –“debería regularle sus alimentos”- aquel pensamiento no alcanzo a materializarse como palabras, ya que en ese justo momento Hyoga había terminado de relatar su historia y le hacia una pregunta l muchacho de cabellos negros.

Como le tocaba hablar decidio dejar sus alimentos a un lado por unos minutos,  la pregunta era como donde se encontraban. –“¿Hyoga realmente debía llevar muy poco tiempo en el digimundo por lo menos hasta el punto de no conocer el nombre de este?”- aunque el muchacho podía tener un digimon a veces estos ni siquiera solían conocer de donde provenían, este hecho se debía a que estos  nacían en el mundo humano y puede que fuera el caso de Kai. –Bueno, poniéndolo en palabras sencillas esto es el digimundo; una especie de lugar digital donde habitan criaturas parecidas a Kai y Kid llamadas digimon- eso respondía de forma más o menos correcta a su pregunta, luego si a él le daba por conocer donde estaba ubicado este mundo lamentablemente Vladimir no podría responder a aquello. –Otra cosa que podría decirte es que este mundo posee algunas similtudes con el nuestro- Vladimir se cruzo de brazos, aunque habían muchos datos que podía dar no era bueno soltar toda la información de golpe, lo mejor era hacer que esta fuera saliendo gota a gota.

El pequeño kid estaba completamente sumergido en la comilona, se deleitaba con cada bocado que entraba en su boca.  – ¡Esto es el paraíso!- aclamo mientras el jugo de la carne se deslizaba al interior de su boca, en su mente solo había espacio para unas cuantas preguntas ¿debería comer más? ¿Sabrá mejor este o aquel trozo? ¿Espero que esto nunca se acabe? Cada movimiento de su mano estaba sincronizado con el de su boca para realizar una alimentación en perfecta sincronía. En uno de esos tantos movimientos cíclicos es que capto como del cielo parecía caer algo –“una estrella fugaz”- pensó sin dejar de comer, pero prestándole atención de forma mas detallada pudo ver que se trataba de seres vivos. Rapidamente se puso de pie alarmada y apuntando en dirección de donde caían  grito – ¡Vlad alguien está cayendo al mar, puede que estén en problemas!- esto hizo que casi se le cayera la comida de la boca.

-Además… ¿¡eh!?- Aquel grito desconcentro a Vladimir, aquel momento se encontraba ocupado dando una explicación por lo que al ser llamado de forma tan repentina no tuvo otra opción que dejar la plática sin terminar y voltearse para ver qué es lo que señalaba su compañero digimon. Pese a racionar de forma rauda solo alcanzo a ver como el agua se elevaba en el cielo signo de que algo había caído en ella –“¿alguien cayendo?”- por lo que había dicho Kid aquello que provoco eso eran seres los que incluso podían ser personas. Vladimir no se lo pensó dos veces, se levantó y rápidamente saco su digivice, no tenía tiempo para perder aunque esto significara dejar un poco confuso a su nueva compañía.

Sosteniendo firmemente en su mano izquierda el digivice selecciono el digispirit deseado, este no era otro que angemon. Al haberlo seleccionado la mano de Vladimir comenzó a brillar, en ella aparecieron dos anillos de energía que la rodeaban. Solo basto que deslizara suavemente  la mano por el digivice para que estos anillos se expandieran y envolvieran el cuerpo del muchacho. EL haz de luz rápidamente comenzó a cambiar su cuerpo, las partes humanas fueron transformándose; en su espalda alas aparecieron; su cabeza fue cubierta por un casco; la ropa tomo un aspecto completamente diferente. Ya no era Vladimir el chico de hace unos segundos ¡No! Ahora era un digimon conocido como angemon.

Con su nueva forma miro a Hyoga –Por favor…- eligió bien sus palabras para no causarle miedo al chico, aunque le debía una explicación no podía dársela en este momento  -este lugar es una playa por lo tanto debe haber alguna barcaza cerca, te ruego que la encuentres y me alcances donde el agua se elevó- él sabía perfectamente que si el número de seres en el agua era superior a su capacidad para cargar lo mejor sería llevarlos a tierra por otros medios. Vladimir extendió sus alas y dando un pequeño salto se elevó en el cielo, pese a no ser la mejor forma para llevar a alguien opto por esta para aprovechar la fantástica habilidad de aceleración en vuelo conocida como glide. Aquel movimiento le ahorro preciosos segundos llegando a la escena en casi nada.

-¿¡Donde esta!?- estaba en la zona correcta pero no veía lo que había provocado el raro movimiento del mar. Esto no era la imaginación de su amigo digimon, Él también lo había visto. Vladimir estaba comenzando a desesperarse, pero no podía lanzarse al mar sin pensarlo, rápidamente sobrevoló la zona a la máxima velocidad posible, hasta que luego de unos preciados segundos pudo notar una sombra, este era un pequeño digimon el cual nadaba desesperado, pero no parecía ser por su vida, el intentaba salvar algo que parecía estar hundiéndose en el fondo del mar.

Aunque se encontraba a una considerable altura. Vladimir deshizo su transformación y manteniendo la respiración se lanzó en picada al mar. Al entrar en contacto con las heladas aguas pudo sentir como sus músculos se contraían y sus ropas se volvían pesadas, pero eso no lo detuvo me mantuvo sumergiéndose hasta que dio con el motivo porque aquel pequeño nadaba tan desesperadamente, debido a la turbulencia del mar solo pudo notar que se trataba de una figura femenina de cabellera pelirroja. Vladimir dio unas cuantas brazadas acercándose lo suficiente para rodear la cintura de la chica con su mano derecha y valiéndose de su brazo libre comenzó a nadar hacia la superficie. El cargar a la muchacha junto sumado al peso de su ropa hizo que cuando este lograra llegar sus fuerzas estuvieran casi agotadas impidiéndole transformarse o cargar con la chica y el digimon hacia la orilla por lo tanto solo podía esperar la ayuda de Hyoga.. –¿T…te…te…en..cuentras bien…?-  le pregunto con voz entrecortada  a la chica para ver si esta reaccionaba y aunque también se encontraba preocupado por el digimon no tenía las fuerzas para acercarse a este. Ahora su concentracion estaba en mantenerse aflote junto a la muchacha.

Hyoga solo estuvo en silencio esperando obtener un poco mas de información respecto a donde se encontraba, estaba un poco consciente de que eran los digimons, claro pero originalmente se suponía que eran simplemente criaturas inventadas por alguien para un juego de cartas  y no eran más que eso, personajes imaginarios de las cartas, pero ahora estaba en un mundo donde habitaban los digimons y podía verlos en persona, escucharlos hablar, sentirlos  e incluso ver que tenían sentimientos como los humanos, todo era muy nuevo para él, pero aunque no entendía mucho de la situación o cómo funcionaba ese mundo, igual no dejaba de ser impresionante.

-¿Qué tipo de similitudes? – pregunto mientras Kai seguía devorando junto con Kid, ambos realmente parecían no tener fin en su apetito, capaz tendrían agujeros negros en lugar de estómagos, ¿quién sabe? Ahora mismo todo era posible.

Antes de que Vlad continuara respondiendo sus dudas, volteo junto con Vlad hacia el cielo, mirando algo a lo lejos que caía al mar, a primera vista no se distinguía bien que era. Pero su atención se fijo directo en Vlad, al verlo transformarse en un digimon, al ver eso casi se queda boqui abierto de la sorpresa, ahora realmente tenía muchas preguntas, no tenía miedo, solo estaba asombrado, tanto que se quedo mudo y se distrajo por un momento de la situación real, aunque no tardo en volver en sí mismo –Esta bien –dijo para luego levantarse y buscar rápidamente por la playa esperando encontrar una barca.

Kai tras ver a Hyoga correr en buscar de la barca, lo siguió tan rápido como sus saltos le permitían - ¡Espérame, yo también quiero ayudar! – Kid al ver a Kai ir tras Hyoga, también los siguió para ayudar .Hyoga se freno unos segundos y atrapo a Kai en uno de sus saltos como si fuera un balón y siguió corriendo. Mientras recorría la playa volteaba a mirar a Vlad sobre volando el agua, parecía no poder encontrar lo que buscaba, pero no podía distraerse, debía buscar la barca.

Tras recorrer la playa al fin había encontrado una barca, que estaba  en la orilla de la playa al lado de unas grandes rocas. Coloco a Kai dentro dándole los remos a Kid para que se metiera también en la barca, y luego empujo la barca  hacia el agua para luego meterse también y comenzar a remar con ayuda de Kid, mientras que  este los guiaba al frente de la barca – ¡vamos! ¡Remen, remen! –Dijo Kai como si fuera el capitán de la barca.

Remaron lo más rápido que podían, intentando encontrarlos hasta que Kai vio algo flotando en el agua -¡Los veo! – Grito animado  dando saltitos. En de cuestión de unos instantes ya estaban a su lado, pasando primero por  los que estaban más alejados para subirlos a la barca y luego ir por Vlad que sostenía una chica pelirroja.

-Déjame ayudarte – dijo ofreciéndole su mano a Vlad para subir primero a la chica y luego a él.

Una vez todos en la barca, remo junto a Kid hasta la orilla, mientras tanto Kai miraba a la chica  subiéndose sobre ella intentando hacerla despertar – Oye, oye, despierta – repetía Kai en su intento de despertarla. Una vez en la orilla, Kid fue bajando a los digimons, mientras Hyoga ayudaba a Vlad a cargar la chica y dejarla con cuidado en la arena, tal vez no era buen momento pero tenía que preguntarlo –¿Cómo te convertiste en un digimon? – Pregunto mirando a Vlad mientras revisaba el pulso de la chica y su respiración- Aun tiene pulso, pero no respira – tenía que aplicar las maniobras de primeros auxilios, coloco sus manos más arriba de sus pechos y dio suaves compresiones pausadas, intentando que respirara, pero al no ver respuesta tuvo que aplicar la respiración boca a boca para llevar oxigeno a sus pulmones, en una situación normal le daría vergüenza incluso hablarle, pero en ese momento solo le importaba que volviera a respirar.

Vladimir se ya solos se mantenía a flote debido a su fuerza de voluntad, se encontraba fatigado por el peso de sus propias ropas y el frio que le robaba el calor junto a las energías. Revisando su condición mentalmente estaba seguro de que podría resistir unos pocos minutos, lamentablemente estos no serían suficiente para alcanzar la orilla, pero ¿Qué pasaría después de no poder mantenerse? El peor escenario era hundirse y arrastrar a la chica consigo hacia el fondo del mar, esa era una gran preocupación, pero Vladimir estaba lo suficiente seguro que aquel chico llamado hyoga llegara para ayudarlo; por suerte sus expectativas no fueron traicionadas.

A la distancia el muchacho pudo notar como una especie de bote se acercaba a fuerza de remo, en su cara se dibujó una pequeña sonrisa la cual brillaba por sobre su agotada cara, pudiendo suspirar tranquilo espero hasta que el grupo estuviera más cerca. -Gracias por la ayuda- le dijo a hyoga y con un poco de dificultad logro que este pudiera tomar a la chica para ponerla a salvo, luego fue su turno en cuanto su cuerpo sintió la dureza del medio de transporte todos sus músculos se alegraron enormemente.

Rápidamente fue bombardeado con la pregunta sobre su transformación a digimon, pero ese no era el momento de responderla. La muchacha aun no recuperaba sus sentidos y mientras siguiera en esa condición sería peligroso dejarla así, fue suerte que hyoga tuviera la habilidad de realizar primeros auxilios. Con ayuda de aquel chico la muchacha pudo volver al mundo de los vivos por decirlo de alguna forma.

Teniendo conocimiento de que la vida de ella no corría peligro Vladimir ya podía estar tranquilo. Llevo las manos hacia su cabello y aplicando un poco de presión las deslizo hacia atrás limpiándose un poco el agua, mientras hacía aquello le sorprendió un tanto el agradecimiento de la muchacha y porque no también lo apeno. -De nada…- dijo en un tono bajo -pero no es a mí a quien debes agradecer si no a él- con su mano apunto hacia a su compañero digimon. Kid había sido el primero en notar el suceso y aunque debido a ciertas circunstancias no pudo ser el que nado, vlad sabía perfectamente que Kid se hubiera lanzado sin dudarlo. El pequeño Psychemon se había mantenido en silencio todo el viaje de regreso, incluso estando en la arena y luego de la reanimación de la muchacha siguió callado, Vladimir palmeo su cabeza y le dio una suave sonrisa a su sonrojado y apenado compañero.

Vladimir se levantó de la arena y recolecto algunas ramitas, las junto en una zona y tomando un encendedor de sus cosas creo un pequeño fuego para calentar sus cuerpos. Retomando el tema sobre su transformación -bueno para hacerlo simple, me puedo transformar debido a esto- de su bolsillo húmedo apareció su digivice indemne. Por suerte aquellos aparatos parecían ser impermeables.

Kid no perdió el momento y cuando a su amigo mostro el digivice rompió el silencio - ¡¿Es genial no?! ¡Con un solo movimiento y unos cuantos Zyum y Zum se transforma en uno de nosotros! - con exagerados gestos de brazos Kid intento dar su propia explicación sobre el asunto.

el asunto era un tanto más complicado e incluso Vladimir no podía explicar con plena seguridad como ocurría. Por ahora lo importante era conocer la situación de la chica, volteándose hacia ella y mirándola al rostro Vladimir le hizo las preguntas que quizás no debería -Disculpa…- no sabía cómo abordarla luego de aquella experiencia de estar al borde de la muerte - ¿Podrías decirnos tu nombre y el de tu acompañante? - comento refiriéndose al pequeño digimon que la había intentado rescatar antes -y además… ¿cómo terminaron cayendo desde el cielo? ¿Recuerdas que paso antes de encontrarte en el mar? - a Vladimir se le formo un nudo en la garganta, sabía que aquellas preguntas podían ser difíciles y se cuestionaba si era bueno preguntar ¿acaso habrá perdido la memoria? ¿querrá hablar de ello? Fueron algunas de las interrogantes que cruzaron su mente.

Hay situaciones en que no hay tiempo para pensar o cuestionarse por que ocurren las cosas, solo te queda actuar al momento o quedarte mirando y perder ese instante que parece congelarse ante tus ojos. Ese era uno de esos momentos, no podía cuestionarse de donde había salido ella, o demostrar su timidez interna que lo impulsaba a no tener mucho contacto físico con desconocidos, solo estaba concentrado en que ella volviera a respirar por su cuenta.

Mantenía las compresiones en su pecho y la respiración boca a boca en espera de una reacción, pasaban los segundos y aun no había respuesta, cuando se realizan primeros auxilios se recomiendan cesar luego de un cierto periodo del tiempo, de lo contrario se arriesga a dañar mas las funciones vitales de la persona. Por suerte, sintió como el tórax de ella se expandía por su cuenta a manera de reflejo para expulsar el agua. Detuvo las compresiones y la levanto en un ángulo de 30 grados aproximadamente, así le sería más fácil expulsar toda el agua en sus pulmones y recuperaría más fácilmente el aliento.

-Está bien, no te apresures, respirar despacio –
-¡Despertó!  Qué alivio –

La pequeña bolita peluda de color naranja con un gran cuerno, saltaba de la felicidad ya que ella había reaccionado, parecía que todos estaban aliviados de que ella estuviera bien y no haya cruzado aquel famoso umbral entre la vida y la muerte. Ya que ella estaba consciente y respiraba con normalidad,  se alejo unos cuantos pasos de ella.

-Kai, ven hay que darle espacio –
-Vale –

Kai  dio  saltitos hasta Hyoga siendo atrapado por este en su último salto, colocándolo entre sus brazos. Él no era el mejor hablando con chicas, así que lo mejor era dejarle la interacción a Vlad, él solo se limitaría a escuchar, e incluso tras la urgencia de atender la chica se había olvidado por completo de la pregunta que le hizo a Vlad sobre aquel hecho sorprendente de que este se convirtiera en un digimon semejante a un ángel. Claro, al escuchar que Vlad respondía su pregunta Hyoga recobro memoria sobre ello.

-¿Con eso? – Observo aquel objeto, en cierta forma le recordaba al que él mismo poseía pero a la vez eran muy distinto tanto en apariencia, como en funciones por lo que pudo observar, además la explicación “super detallada de Kid” no ayudo mucho a entender cómo funcionaba  aquello de que un humano pasara a ser un digimon, aunque de todos modos Vlad tampoco parecía saber cómo explicarlo de manera clara, así que no pregunto mas al respecto.

Aunque, eso también le hizo surgió una duda con eso, tomo su digivice que colgaba de la cadena en su pantalón. Se preguntaba que funciones tendría el suyo, ya que realmente el único uso que sabia o al menos descubrió era que podía mostrarle información de los digimons que viera, pero el resto era un total misterio para él, aunque el especio a un lado le hacía sospechar, bueno antes de ser aquel dispositivo que tenía en su mano, fue su contador para las cartas de digimon, ¿Por qué tras una transformación tan drástica en su apariencia, seguía manteniendo el lector de cartas?, ¿acaso la cartas tendrán alguna otra función además de ser solo para un juego?, tantas preguntas y ninguna respuesta, solo podía quedarse mirando aquel dispositivo intentando averiguar cómo funcionaba, y no solo el digivice,  sino de todo aquel extraño mucho.

Bueno al final solo quedaba esperar, así que dejo el digivice de lado y se sentó bastante apartado de ellos dos, con Kai entre sus brazos, mirando como ambos interactuaban.

Pese a su porte afable y alegre Kid, por ahora se dedicaba a ser simplemente un observador silencioso, aunque esa parsimonia no duro demasiado. Al escuchar las palabras de agradecimiento de la muchacha las mejillas del pequeño digimon se tiñeron de un leve tinte rodo, Él podía sentir la calidez que se generaba en su rostro e inconscientemente llevo sus manos a esa zona intentando apaciguar aquella sensación.

La vista de Kid cambio de dirección dirigiéndose donde se encontraba Hyoga y kai, ambos se habían alejado del grupo por alguna extraña razón ajena al entendimiento del Psychemon. ¿estarán bien? ¿les paso algo? En su mente muchos motivos cada cual un tanto peor que lo anterior flotaban en su cabeza, el digimon parecía no comprender la actitud del muchacho por lo tanto opto por la solución más sencilla y práctica. Con un tranquilo caminar movió sus piernas hacia donde estaban aquellos dos, estaba decido a averiguar cuál era el motivo de su autoexilio por llamarlo de alguna forma.

- ¿Ocurrió algo, se encuentran bien? – pregunto a ambos acercando su rostro hasta quedar lo suficiente cerca de Hyoga sin que aquello se convirtiera en una situación incómoda. -No es bueno quedarse tan apartado ¡Vamos a compartir con el resto! – Kid intento convencerlos para que interactuaran con los otros y no se quedaran a parte de la conversación, ya que él pensaba que nadie debería quedarse solo, aunque sea por decisión propia. Con algunos gestos de brazos un tanto confusos le indicaba para que estuviera cerca de la fogata improvisada y compartiera con el resto.

Vladimir estaba concentrado en secar sus ropajes, no sería bueno conseguir un resfriado por un simple descuido, aunque el agua que empapaba su cuerpo era demasiada y el ritmo en el que esta perdía humedad era demasiado lento. Mientras escuchaba lo que la muchacha decía, Vladimir intentaba mantener el fuego encendido añadiendo pequeñas ramitas cuando era necesario; el fuego al ser alimentado creaba pequeños sonidos de ramas rompiéndose.

Selene… fue el nombre que escucho salir de los labios de aquella chica –“curioso nombre…”- aunque Vladimir vivía en Japón su nombre tampoco era japonés ya que el obviamente era de otro país. En el momento en que estaba a punto de presentarse surgió una conversación entre la chica y su digimon acompañante…un capirmon, ambos parecían llevarse demasiado bien pese a notarse que no se conocían demasiado o casi nada. Involuntariamente Vladimir sonrió con aquella escena.

Volviendo a la realidad, Vladimir cambio su expresión por una un poco más seria, pese a que la chica no había dado respuesta a su segunda interrogante, parecía que al muchacho de cabellos oscuro no le importo; no era bueno forzar a alguien para que este hablara sobre sus asuntos personales quisiera este relatarlos o no además Vlad se dio cuenta que había incurrido en un terrible error. Al darse cuenta de lo descortés de su actitud al no revelar su nombre rápidamente le ofreció una disculpa a la Selene.

- ¡lamente profundamente mi descortesía! - Vladimir se apresuró a inclinarse lo más alejado del fuego, aquella pose era la típica usada para pedir perdón. Volviendo a su posición anterior y con un poco más de calma hablo -Antes que nada, deseo presentarme…- hizo una pequeña pausa observando las facciones de Selene -Es un placer conocerte Selene. Mi nombre es Vladimir, pero puedes llamarme Vlad y aquel digimon de allí- dijo indicando donde se encontraba el Psychemon -es mi compañero llamado Kid- habiendo completado los requisitos mínimos antes de volver a entablar la conversación Vladimir se dispuso a responder la pregunta de Selene.

-A decir verdad nos encontrábamos en un sector costero cercano a un pueblo, si deseas llegar allí no se tardaría más que unos cuantos minutos siempre que se mantenga un paso constante- él no mentía con respecto a ello ya que había elegido hacer su especie de día de campo por esa misma razón -Tengo pensado ir al pueblo luego de que la ropa se haya secado completamente, si no tienen ningún problema podrían acompañarme ¿Estaría bien para ti ir al pueblo hyoga?- extendió la pregunta también al chico que estaba un tanto alejado -Bueno por ahora deberíamos descansar, secarnos y de seguro tendrás alguna otra pregunta que desees que sea respondía- viendo lo nueva que era Selene en el digimundo sin duda tendrá algunas preguntas sobre este y los seres que aquí habitaban.