山、竜のうなり声でささやき (Susurros en la montaña, rugidos de dragón) [Priv: Hibiki Sanjō]

La acción estaba al orden del día, y ver como tales criaturas no dejaban de luchar contra aquel que no dejaba de cambiar y cambiar entre Digimon y Digimon realmente era impresionante, mas la resistencia de los grandes dragones parecía no flaquear, la batalla era ardua y estratégica por ambos lados, pero más denotándose desde el bando de la ahora gran sierpe marina que había logrado evitar un potente golpe que iba dirigido hacia la presa en la cual el humano y un montón de seres y personas se mantenían, algunos aún a medio de su trabajo incluso con el gran caos que había fuera con la trifulta que parecía no tener fin ante la gran resistencia que Adam estaba demostrando, quizás en sí Sven tenía razón, Adam no perdería aquella batalla, pero con una pequeña asistencia por parte de ellos la balanza podría incluso estar más a su favor.

—Muy cerca.— Respondió ante lo que la fémina había dicho, Hibiki soltó un suspiro un tanto más relajado, y la verdad en ningún momento tuvo temor sobre su vida por razón que desconocía, aquel momento en el cual el ataque había sido disparado en dirección a la presa el humano no se tensó, quizás confiaba en el accionar de aquel que les había estado defendiendo en todo momento.

Dracomon observó como Sven con total tranquilidad se tumbaba en el piso como si nada, ¡como si fuese tan solo esperar y ver como el Metal Seadramon se encargaba de aquellos dos!, claramente las cosas no podían ser tan, tan fáciles, debían de aportar su granito de arena y eso, el no saber exáctamente lo que podían hacer era lo que agobiaba al Digimon dragón debido a su forma hiperactiva de actuar, pues el mantenerse quieto y no ser partícipe aunque fuese de forma indirecta de la batalla que se estaba llevando a cabo realmente le estresaba.

—¡¿Eh?!.— Se mostró claramente sorprendido, pero aún así recibió la tarjeta de identificación que se le era entregada, estaba bien, prácticamente le haría el favor de hacer eso CUANDO NO TENÍA IDEA DE DONDE ESTABA EL CONTROL MANUAL, cosa que ella sí sabía, ¿por qué no lo hacía ella en lugar de mandar a un completo desconocido a hacer eso?, ni siquiera era parte de los US, le era realmente impresionante la confianza que había depositado en él prácticamente de la nada. El humano asintió y luego observó a Sven, mas no buscó levantarle de su lugar, si quería ayudar lo haría, podía ser tan caprichoso como un niño pequeño, pero como tal debía de poseer la insistencia de uno y no perdería tiempo con aquello, por lo que se puso manos a la obra, si el osito pretendía seguirle era cosa de él.

Y así fue como usó una vez más el ascensor siguiendo las instrucciones que se mantenían plasmadas en carteles y mapas de la zona en construcción, haciendo el mejor uso de su memoria intentó recordar cada pasillo, piso y esquina que debía de tener en cuenta para llegar su objetivo, y tras bajar un par de pisos en el ascensor una desafortunada situación se presento, pues el elevador se había estancado de la nada misma. Hibiki no se lo planteó dos veces, y usando la salida de emergencia salió y ayudó a su compañero a hacer de igual forma, por lo que entre escaleras tuvo que comenzar a movilizarse en búsqueda de aquel control manual que sería la jugada definitiva para llegar a la victoria.

Aquella emoción, estar contra el reloj, ¡todo aquello le llenaba de determinación!.

Las escaleras parecían interminables, sin embargo el joven de ojos rojos no lo sufría demasiado, por lo menos no como su compañero digimon sí lo estaba sufriendo, pues Dracomon apenas y podía subir aquellas escaleras debido a sus garras, por lo que una vez llegaron hasta el objetivo el Digimon Rookie volvió a su etapa de bebé II para lograr recuperar parte de sus energias, ¿qué haría ahora?, se subiría a la cabeza de su tamer, no parecía tener ánimo o energias para ponerse a correr.

—Tengo hambre...— Se quejó sonóramente la bola rosada mientras el tamer buscaba el pasillo por el cual ahora tendría que movilizarse con su compañero sobre su cabeza, que a decir verdad pesaba un poco, sin embargo Hibiki con el tiempo ya se había acostumbrado a lo pesado (en ambos sentidos) que podía llegar a ser su compañero cuando quería ser caprichoso.

De la nada un fuerte temblor azotó las instalaciones que comprendían la presa que Adam debía de ser protegiendo allí fuera. Hibiki comenzó a correr y siguió corriendo hasta donde su memoria le daba apoyo en cuanto al camino que debía de seguir, ¡pero llegaría el punto en el cual ya estaría completamente perdido!, además para variar el estómago de Koromon seguía sonando, era una sorpresa bastante grande el que no se estuviese quejando como hacía de costumbre, una grata y sorprendente sorpresa.

—Hmm...— Se detuvo por un momento y cerró los ojos en un último intento de hacer memoria, ¡y corrió una vez más!, finalmente lograría ver lo que él creía que era el sistema manual, se acercó a este y le observó de reojo, ¿cómo demonios se supone que funcionaba algo como eso?, soltó un sonoro suspiro y su compañero saltó sobre la máquina.

—¿Qué es esto...?.— Observó un botón rojo en medio de toda la maquinaria y rebotó sobre este, ante lo cual la estructura comenzó a moverse con sonoros ruidos y una luz roja que iluminó toda la sala. —¡¡¡AAAAAAAAAAAAH!!!.— Sorprendido volvió a saltar a la cabeza de su tamer, el cual se mantenía observando el tablero que se había aparecido cuando su compañero presionó aquel botón.
—Bien hecho.— Sonrió divertido y divisó un espacio en el cual podía caber aquella tarjeta de identificación que se le había entregado, la cual introdujo y observó como la pantalla que yacía en medio del gran tablero comenzaba a iluminarse en gran medida y mostraba códigos inentedibles para él, Hibiki crujió los dientes, ¿cómo dem...? oh. De la nada, dos opciones se presentaron ante él, "Sí", y "No", eran estas.

Muy bien, ¿ahora qué?.

Hibiki tragó saliva y crujió los dientes mientras aún observaba las dos opciones que se le eran presentadas, suspiró, acabó decantándose ante la positiva, por lo que sin más demoro (no más, por favor) presionó el botón para que el agua saliese, un pequeño temblor azotó, claramente la maquinaria del lugar estaba en pleno funcionamiento y al estar dentro de la presa los movimientos eran mucho más notorios que como podían llegar a ser en el exterior. Koromon observó hacia todas partes, no estaba nervioso, solo estaba alerta ante cualquier posible eventualidad, claramente estando en su etapa como bebé no era el más fuertes ni el más indicado para proteger a su tamer, sin embargo se sentía con la seguridad y el ímpetud como para mostrarse valeroso, se supone que estaban en una zona segura pero prefería no arriesgarse.

—¿Hum?.— Observó detrás de él tras oir una vez no perteneciente a Koromon, mas esta le era reconocida, o por lo menos lo era parcialmente debido al tono que esta pareció haber empleado, y así en el piso observó una masa de nieve que parecía estar recomponiéndose, al parecer finalmente Sven sí se había animado a seguirle, o por lo menos a encontrarle ahora que el trabajo parecía estar listo. —¿Por qué estás...?.— Agitó la cabeza y prefirió mejor no seguir con la pregunta, no era el mejor momento, ¡ahora tenían que salir de allí para saber cómo seguirían las cosas!, ¿acaso Adam ya con el agua saliendo habría logrado acabar con los dragones que estaba enfrentando?.

Tragó saliva e intentó volver por donde había llegado hasta allí, mas la zona yacía bloqueada por vigas que al parecer caerían desde lo alto, en ellas habían restos de nieve, ahora sabía perfectamente lo que le había sucedido a Sven para llegar de la forma en la cual se encontraba. ¿Cómo pasarían?, simple, el Bebé se adelantó y adoptó su forma de Rookie, sus cuernos se iluminaron y una potente llama salió desprendida de su boca derritiendo el material para permitir el paso de los presentes por el agujero que se había formado, así prosiguió durante todo momento mientras los constantes movimientos seguían manteniendo bajo peligro al equipo.

—Perfecto.— Llegarían hasta la zona en la cual estaría el lugar del ascensor que claramente seguía sin sarcasmo lo que había empleado, ¿qué se supone que harían ahora?. —¿Alguna idea?.— Preguntó.