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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Historias de terror y otras...
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Historias de terror y otras...
Bueno un lugar donde publicar historias o CreepyPastas, espero que les guste y aqui les dejo algunas historias n_n
Espero que les haya gustado, si gustan en compartir uno háganlo :3
1- Leyenda De la Casa del río
Se dice que en cierta región de Los Pirineos, se encontraba una hermosa y gigantesca casa, del otro lado del rio. Hacia tiempo que no se miraba gente en ella así que grupo de chicos curiosos, se atrevió a cruzar el puente, y entrar en la casa.
Uno de los niños se quedó esperando por ellos sin cruzar el puente, pues el agua lo asustaba demasiado. Los demás continuaron para satisfacer su curiosidad, revisaron todas las puertas y ventanas hasta encontrar un lugar por el cual entrar. Finalmente dentro, hurgando por aquí y por allá, encontraron en algunas habitaciones enormes estanterías, desde el suelo hasta el techo, repletas de frascos de cristal, con algunos líquidos de colores y algún tipo de masa dentro de ellos, la luz era algo escasa, y nadie había tenido la genial idea de cargar con una lámpara.
Cuando se dirigían al segundo piso, vieron la horrible pintura de un hombre sobre la chimenea, este tenía una expresión de enojo, y parecía que seguía atento cada uno de sus movimientos. Los chicos continuaron revisando el lugar, y encontraron un par de fósforos, que al encenderlos, les permitieron ver que lo que había dentro de los frascos eran restos humanos, fetos y animales deformes.
Bajaron corriendo las escaleras, el hombre del cuadro ya no estaba, aquello era en realidad una ventana, desde la cual estaban siendo observados. El muchacho que se quedó fuera, solo escucho gritos aterradores, y salió en busca de ayuda…
Cuando las personas acudieron al lugar, no pudieron encontrar a los chicos. Pero desataron su rabia contra todos aquellos frascos de horrores, rompiéndolos uno tras otro, solo para darse cuenta con tremendo terror… que sus hijos ya estaban dentro de ellos, hechos también pedazos… en la casa que en épocas antiguas fue de un doctor, acusado de perder la razón.
2- El Barrio Belgrano
Fue en agosto del ’97, cuando nos casamos y decidimos que nos teníamos que mudar de la casa de mis padres. Todavía Mariana, mi esposa, estaba embarazada de Camila, así que un lunes me tomé el día en el trabajo y salimos a ver casas. Era difícil elegir, ya que las casas grandes eran caras y las que podíamos comprar eran demasiado pequeñas. Pasamos por varios barrios, hasta que llegamos a Belgrano, allí había una casa que estaba a la venta, y que era medianamente accesible, teniendo en cuenta que era una casa estilo colonial, pero estaba muy bien cuidada a pesar de eso. La mujer de la inmobiliaria entonces comenzó:-Esta es una casa que data del siglo XIX, por lo que pueden ver esta impecable, es amplia, acá esta la cocina y mas allá hay dos habitaciones y, junto a las habitaciones el baño.- Nos mostró la casa que nos había convencido mucho, tenía un parque trasero que era realmente inmenso y en medio un ombú ya viejo. Si bien tendría que pedirle a mis padres dinero para terminar de pagarla, valía la pena aprovechar la oportunidad. Decidimos entonces comprarla; pese a que era
demasiado grande para los tres, lo vimos con ojos de oportunistas. Pero no era solo la casa lo bueno, al parecer, había buenos vecinos. Al lado teníamos una pareja cuya mujer estaba embarazada de trillizos, por lo que se pasaba horas hablando con mi esposa del parto, y de todo el tema. Estaba después del otro lado, un hombre joven, pero que a pesar de que la juventud de hoy es muy escandalosa, jamás dio problemas a nadie. En frente, vivía una mujer que se llamaba Evangelina, “La Curandera” como le decía la gente; al parecer esta mujer había curado a mucha gente cuando joven y hasta había salvado de la muerte a un niño. Era alguien que conocía muy bien lo que comúnmente se llama “Magia Blanca”. Pero sufrió mucho durante su vida, sus dos únicos hijos y su marido habían muerto en un incendio hacía mas de 15 años. Era una anciana senil, que estaba la mayor parte del día sentada en la puerta, hablando incoherencias apoyada sobre su bastón pero que por momentos tenía ratos de lucidez. El hecho fue que, todos, quizás como una costumbre en el barrio calculo, nos dieron la bienvenida al barrio era, sinceramente, gente muy amable. Los primeros días se nos fueron acomodando las cosas, instalando la habitación de la beba, que estaba pronta a nacer. Al la semana de habernos mudado, Alejandra, la mujer de al lado, había tenido familia. La vida era tranquila en nuestra cuadra, la gente era muy solidaria y si alguien necesitaba todos corrían por él. U mes de después del parto, un miércoles a la noche, recuerdo que eran las 2:16 exactamente de la mañana y me había despertado por los llantos de un bebe, mas bien varios bebes a la vez, llorando a gritos y alaridos. Desperté a Mariana y le dije:-¿Escuchas? ¿Escuchas como lloran esos bebes? parecía que los niños estaban siendo torturados por como lloraban, y entre sueños respondió -Deben ser los hijos de la chica de al lado.- Efectivamente así era, ya que hablando después con Mariana ella confesó que los niños no dormían bien. A altas horas de la noche siguiente los mismos llantos espantosos volvieron a despertarme; que a veces hasta parecían provenir de la misma casa. Como era viernes, aproveché que al día siguiente no trabajaba y en el desvelo salí al parque trasero. Allí me senté, recuerdo que hacía bastante calor, cosa que no soporto, comencé a caminar despacio, porque el jardín era tan grande como oscuro. Cuando llegué al ombú sentí un escalofrío digno de un día de temperaturas bajo cero, me detuve un segundo frente al árbol y me pregunté porque, pero no fue nada alarmante para mí así que, seguí mi marcha esta vez hacia un banco que había ni bien salía uno de la casa. Entonces me senté tiré la cabeza para atrás y di un suspiro, volví nuevamente la cabeza hacia delante, me lleve las manos a la cara; el calor se estaba empezando a volver agobiante, cuando levanté la cabeza miré hacia el ombú y vi a una mujer, alta, vestida de negro, o al menos eso parecía, no se si me estaba mirando o no, ya que no había casi luz en ese parque pero si recuerdo que estuvo allí unos segundos, inmóvil; cerré los ojos con fuerza, y al abrirlos, la mujer había desaparecido e instantáneamente los bebes dejaron de llorar, casualidad quizás. No se si aquella mujer fue producto del calor, del stress o del agotamiento que venía acumulando, el tema es que volví por 3 noches mas a ver si aparecía aquella mujer pero nada sucedió, lo que me confirmó que lo de la noche del viernes, sólo había sido una mala pasada de la mente. Unas semanas después, nació por fin Camila, y a los 3 días Mariana volvió a casa. Transcurridas varias noches, Mariana se despertó muy sobresaltada, transpirando y pálida, casi no podía hablar, le pregunté que le pasaba y me dijo que nada así que me di media vuelta y seguí durmiendo. A la mañana siguiente la noté preocupada, inquieta así que nuevamente le pregunté si le pasaba algo, ella se sentó: -Anoche tuve un sueño la verdad horrible, soñé que entraba al cuarto una mujer y se la llevaba a Camila. La mujer la tomó en brazos y cuando estaba saliendo de la habitación, desperté. Inmediatamente después recordé a la mujer que yo había visto aquella noche y le pregunté: -¿Cómo era la mujer?.- -.Alta, vestida de negro, con guantes largos, negros también, no pude verle el rostro, pero fue horrible.- comentó angustiada. Obviamente me pareció mas que raro tal coincidencia, pero sabía que no tenía nada que ver, nunca creí en historias de fantasmas. Por lo pronto Camila estaba muy inquieta, no dormía bien y comía muy poco. Mi esposa la llevó al médico pero éste dijo que todo estaba bien, que solamente era cuestión de tiempo para que se regularice todo. Las siguientes tres noches pasaron en paz, Camila había empezado a mejorar un poco, sólo habían pasado tres días. A la cuarta noche recuerdo que comencé a escuchar los llantos de los bebes, mire el reloj y eran las doce en punto; no se porque, pero la hora me quedó grabada. Comenzaron los llantos y casi al unísono Camila empezó a llorar también, y estaba realmente desconsolada, lloraba y lloraba y no podíamos encontrar la razón. El hecho es que, al cabo de una hora Camila se tranquilizó y, aunque los niños seguían llorando, Mariana se durmió, yo no pude. Nada pasó en unos treinta minutos, hasta que nuevamente se despertó mi esposa pálida y sudando como en el sueño anterior. Efectivamente había tenido el mismo sueño que esa noche pero sólo que esta vez la mujer salió del cuarto con Camila y cuando Mariana salió a correrla, despertó. Por la tarde llamó su madre, para avisarle que su padre había tenido un accidente; al parecer había resbalado en la bañera y estaba muy grave. Mariana tuvo que dejar a nuestra hija con Alejandra y salió corriendo para allí. Camino al hospital, no pudieron pasar mas cosas, un choque múltiple en Libertador hizo desviar al remisero unas cuantas cuadras por lo que se tardó casi quince minutos mas en llegar, cuando llegó encontró a su madre en la oficina de informes, llorando y le dijo: -¿Como esta papá?-. -¿En que habitación esta?- -¡¡Hablá mamá, decíme algo, ¿que pasa?!! Le gritó con desesperación. La madre se quedó inmóvil unos segundos:-Tu padre murió hace diez minutos- replicó con los ojos llorosos. Después del funeral mi esposa comenzó a pasar mas tiempo con su madre y le comentó el tema de los sueños que tenía, ella le confesó que también había tenido esos sueños cuando nació Mariana y que eran perfectamente normales para las madres que recién acaban de dar a luz, así que nos despreocupamos del asunto. Pasados cuatro días del funeral Mariana iba para la casa de su madre, al cruzar, pasó por al lado de la anciana que estaba, como siempre, sentada en la puerta de su casa sosteniendo su bastón con ambas manos, y con la vista perdida, fija hacia delante, decía con ritmo pauseado: -Yo siempre viví acá, este es un barrio bueno, la gente te ayuda siempre-, Mariana pasó por su lado y la miró casi como sintiendo pena, cuando llegó a la esquina metió la mano en el bolsillo y notó que se había olvidado la caja de Valium que tenía que llevarle a su madre así que, volvió a buscarlo. Cuando salió nuevamente hizo el mismo recorrido y otra vez pasó por al lado de la anciana y justo cuando la estaba pasando dijo:-No se preocupe m’hijita, él la cuidará mejor desde donde está, así debía ser, sí, sí, así debía ser.- Inmediatamente Mariana abrió los ojos a mas no poder, se dio media vuelta y la mujer la estaba viendo fijo:-¿Como dice?, ¿que es lo que dijo? - la anciana volvió la vista hacia delante, cambió la expresión del rostro y siguió:-Yo siempre viví acá, este es un barrio bueno, la gente te ayuda siempre.- Mi esposa que no es nada escéptica para estas cosas, se asustó un poco, no entendía como podía haber pasado aquello. Cuando llegó me lo comentó y le dije que no tenía nada que ver, esa mujer no estaba en su sano juicio y lo que dijo no quería decir nada, pero no se porque ella pensó que lo dijo por el fallecimiento de su padre. Claro que no le preocupaba que la anciana lo supiera porque era bastante lógico que viviendo enfrente se enterara de tal tragedia, el tema era lo que le dijo, ¿porque se lo había dicho? –Tendrías que haber visto como le cambió el rostro cuando me lo dijo, cambió la expresión.- me decía. La cosa quedó ahí, no sabíamos si era sólo otra incoherencia mas de la pobre, que era lo mas seguro. Mariana no quedó convencida, quizá por el hecho de pensar que la mujer podía comunicarla con él. La cosa es que al día siguiente ella salió y se cruzó de nuevo, esta vez exclusivamente para hablar con la mujer:-¿Que tal, se acuerda de mí?, ¿Se acuerda lo que me dijo?- la anciana seguía diciendo cosas sin sentido, una tras otra como si mi mujer no estuviese allí:-Quiero un caramelo de miel, siempre me gustaron los caramelos de miel, denme uno por favor.- Mariana obvió las palabras de la mujer y siguió: ¿Usted porque lo dijo, hay algo que yo tenga que saber, mi padre murió hace dos semanas, sabía?- la anciana jamás contestó sino que seguía pidiendo caramelos de miel, como le era costumbre. Mi esposa la dejó y volvió a casa llorando. Esa misma noche nos acostamos temprano, y como era costumbre Mariana volvió a soñar, pero esta vez no era la mujer de negro, sino que ella estaba en el parque de atrás, miro hacia atrás y volvió la mirada hacia delante, cuando lo hizo estaba su padre casi junto a la pared que daba a la casa de Alejandra, quieto, casi petrificado hasta que, levantó el brazo izquierdo y le señaló el viejo ombú. El sueño era muy misterioso, ella estaba convencida que era un aviso, una señal, ¿de que? No sabíamos. Trate de calmarla, y de decirle que no había explicación lógica para pensar que aquello era una señal. Los días pasaron y la psicosis llegó a que me dijera que quería hablarlo con su tía, que era parapsicóloga. Me negué rotundamente, las cosas estaban yendo demasiado lejos ya, dormía poco y se la pasaba diciendo que su padre quería decirle algo. Cuando pensé que los sueños de la mujer alta se habían esfumado, nuevamente, la noche siguiente soñó con ella. Esta vez la mujer bajó hasta la mitad de las escaleras. No entiendo para que me contaba esos detalles irrelevantes, que tenía que ver si la mujer salió, bajó o se quedó arriba, si todo era producto de su imaginación. El tema es que con ese ya eran tres las veces que soñaba con esa mujer, la cosa se estaba poniendo preocupante. Decidí que lo mejor era que viera a un psicólogo, la muerte del padre la había puesto muy histérica. Cuando se lo dije se puso peor, como si la estuviese tratando de loca así que para no ponerla peor, opté por olvidar lo de la terapia. Al otro día, salió a hacer unas compras, cuando volvía pasó por la casa donde estaba la anciana sentada y seguía, por supuesto, diciendo cosas sin sentido, cuando estaba exactamente a su lado la anciana la tomó del brazo con fuerza, abrió los ojos de par en par y entre dientes y con voz ronca y grave le dijo:-Ella nunca los quiso Mariana, nunca los quiso.- Por supuesto esto fue más que demasiado para mi esposa que sin mas, cayó desmayada en ese preciso momento. La gente no supo que hacer así que llamaron una ambulancia. Cuando llegué a casa me encontré con lo que había pasado, y salí al hospital. Obviamente no había sido mas que un desmayo, pero estaba muy débil cuando la vi. Me dijo que la mujer de enfrente la había tomado del brazo y me repitió sus palabras. Juró y juró que no era la anciana, que era la voz de su padre. Yo ya no sabía que hacer, no podía manejarlo, la histeria me estaba atacando a mí también. Como podía ser tan crédula, entiendo que la muerte de su padre la afectara, pero esto ya era demasiado. Esa noche, algo que pasó me movió el piso a mí, y tuve que aceptar que algo raro estaba pasando. Mariana se acostó rendida y se durmió enseguida, raro en ella últimamente, pero siempre que se acostaba y se dormía enseguida, soñaba con la mujer aquella. Y efectivamente así fue, sólo que esta vez, mi esposa la corrió hasta alcanzarla con Camila en brazos y cuando la alcanzó, sólo atinó a tomarla del brazo y la mujer dejó caer un anillo que llevaba puesto, al final de las escaleras. Cuando nos levantamos, ella salió primero de la habitación, le dije que se fijara la ropa afuera que se estaba secando y no contestó, volví a repetirle y no tuve respuesta hasta que salí y al bajar las escaleras estaba allí petrificada, dura, le pregunté que le pasaba y no me contestaba cuando la alcancé vi, en el piso, un anillo –Es el anillo que llevaba la mujer de negro.- dijo. Yo no podía creer lo que estaba viendo, es que de hecho el anillo no era de ninguno de los dos y no había forma de que haya llegado allí por sí solo. Era una alianza, con un grabado muy sofisticado, gruesa, parecía valer una fortuna. En seguida tomé el anillo y le dije que mañana iríamos a visitar a su tía a ver si sacábamos algo en limpio. Recuerdo que ese día Alejandra había viajado a San Luis a visitar a unos parientes y nos había pedido si de cuando en cuando podíamos ir a ver que todo este bien en la casa, por supuesto, aceptamos. Llegó la noche y habíamos acordado que yo me quedaría de guardia y si Mariana volvía a soñar otra vez con la mujer, la despertaría de inmediato. Cuando se durmió yo seguía pensando, como lo hice durante todo el día en ese anillo, parecía tener algo extraño, casi macabro, seguramente era pura sugestión mía, pero el hecho era que así me parecía y el no saber a que nos estábamos enfrentando, si es que a algo nos enfrentábamos, me aterraba. Esa misma noche recuerdo que mientras las horas pasaban y yo luchaba para no quedarme dormido comencé a escuchar nuevamente a los bebes llorando, claro que se me puso la piel de gallina, más cuando me volví hacia el reloj y vi las doce en punto. Si Alejandra se había ido no había forma de que se escucharan esos llantos, salvo que, no provinieran de su casa. Bajé, agarré la llave de su casa y fui a ver, no podía ser posible. Entre, revisé cuarto por cuarto, la cocina e incluso el baño, pero no había nadie. Recordé de un flash, la razón por la cual estaba despierto a esa hora, y corrí a casa. Llegué, abrí la puerta con violencia casi, y corrí arriba, cuando abrí la puerta del dormitorio ella estaba aún dormida. A eso de las dos, cuando menos lo imaginé comenzó a soñar se movía de un lado al otro, pataleaba, la zamarree con fuerza pero nada pasaba, parecía estar en trance. Nuevamente la zamarree pero esta vez le grité, nada. Finalmente después de unos segundos se despertó sola, junto con Camila. Lo que no me cerraba, quizás era casualidad, que cuando se despertaba Mariana, casi en conjunto se despertaba Camila, ¿Por qué?, No lo se pero ya menos margen le dejaba a la idea de que las cosas que pasaban sean casualidades. A la mañana, por supuesto fuimos a primera hora a ver a Ana, la tía de mi mujer obviamente con el anillo. Salimos a las ocho de la mañana sabiendo que con suerte, llegaríamos a las nueve y media, vivía en José C. Paz. Primero fue el colectivo, no sólo tardo años en venir, sino que cuando subimos, a los veinte minutos pinchó y tuvimos que bajarnos a esperar el de atrás. Llegó el colectivo después de media hora. Cuando llegamos a la estación de tren el hombre de la boletería nos dijo que teníamos que esperar que había un problema con la locomotora y que era cuestión de minutos y el tren saldría. El tren se demoró cuarenta y cinco minutos, por reloj controlados. Subimos al tren y en mitad de el trayecto, casi en la estación del Palomar, el se cruzó un auto en medio de las vías, el maquinista frenó a mas no poder y el tren se descarriló. Atiné a abrazarlas fuerte a las dos, y esperar que nada pasara. Bueno nada pasó, por milagro o no se qué estaban bien las dos, yo terminé golpeándome fuerte la cabeza con la puerta que daba al vagón siguiente, tanto que hasta sangraba, no mucho, pero sangraba. Mariana estaba en el mismo asiento en el que se había sentado cuando salimos de retiro, pero sin rasguños, no le había pasado nada, ni siquiera había caído al pasillo. Salimos como pudimos del tren y cuando nos bajamos, desde adentro, esta vez ambos lo vimos, el padre de Mariana estaba allí, en el asiento que yo estaba, al lado de Mariana, nos saludó y desapareció. Después de la locura, fuimos a una remisería. Finalmente llegamos, a las once menos diez, a la casa de Ana. Nos hizo pasar, lo raro fue que no nos preguntó que había pasado sino que directamente nos sentamos y nos pidió que le contáramos, con lujo de detalles que es lo que estaba pasando. Empezamos por contarle lo de los llantos de los bebes, que hasta ayer creíamos que eran los hijos de una vecina y me dijo:- Decíme, ¿te acordás a que hora empezaban y a que hora terminaban?- Le dije que empezaban siempre a las doce de la noche, todos los días desde que llegamos casi y que terminaban cuando Mariana se despertaba o cuando llegaba la mañana. Le contamos también lo que había pasado con la anciana y los sueños de Mariana. Luego le dimos el anillo que tenía yo todavía en mi poder, cuando lo tomó inclinó de golpe la cabeza hacia atrás y lo dejó caer, bajó la cabeza y nos dijo que nos vayamos lo mas pronto posible de allí, que en esa casa había alguien que no nos quería y que estábamos a salvo durante el día, ya que los espíritus malignos, como los llamó, sólo tenían poder de doce a seis de la mañana. Simplemente eso, casi nos matamos por llegar acá y lo único que nos dijo fue eso, y un collar que nos dio que dijo que era para espantar a esta mujer. Nos dijo que había que ponerlo en la cuna de Camila, ya que era obvio que ella tenía mucho que ver en lo que esta mujer quería. Le pidió por favor a Mariana que le preguntara, a la mujer en su próximo sueño que era lo que quería, porque estaba allí y que pretendía con todo eso. Luego cuando nos íbamos, Mariana se adelantó, entonces me tomó del brazo y me dijo:- Cavá, porque en tu casa hay una tumba, no en tierra, pero hay una tumba, buscála y vas a tener algo mas en claro, sólo se eso, espero que la encuentres.- Nos fuimos entonces, nos fuimos para casa sin ningún problema durante el viaje. Cuando llegamos había un montón de personas en la puerta de la casa de la anciana, Evangelina, pregunté que pasó y nos habían dicho que la mujer había enfermado, y que como no quiso irse de allí, hubo que instalar toda una verdadera habitación de hospital en su cuarto. Me aflijí por la pobre, ya que no tenía ningún familiar y los vecinos juntaron entre todos para pagar los gastos a los que sin mas que decir, me adherí. Nos fuimos entonces para casa a descansar después de la agotadora jornada que habíamos tenido. Colgamos el collar de inmediato en la cuna de Camila y nos recostamos. Me desperté como a las cuatro de la tarde, Mariana no estaba y Camila dormía todavía. Bajé y la encontré en el comedor, llorando desconsoladamente. -¿Que paso?- le dije, -¿Cuándo va a terminar todo esto?, tengo mucho miedo de no saber que pasa.- -Yo también, pero confío en que todo va a salir bien, tu padre nos esta cuidando.- le dije. Mariana después, se fue a la casa de la madre y le dije que se quedara a dormir allí, que sería mejor. No fue mejor la oportunidad para empezar a cavar y ver que era lo que encontraba. Ya que me había dicho que en la tierra no estaba, descarté la pala y tomé un pico pero no sabía por donde empezar así que, me senté primero a tomar algo miraba cada rincón de la casa a ver cual de todos podía ser una tumba y, sinceramente todos los rincones de la casa lo parecían. Cuando estaba a punto de empezar a cavar a la marchanta, comenzaron los llantos, me di vuelta y quise tratar de fijarme a ver de donde venían, ya que lo mas probable era que la tumba estuviese allí. Empecé a caminar por el comedor y al salir al patio de atrás los llanto eran mas tenues, por lo que volví de inmediato para adentro, caminé hacia la puerta y parecía que se los escuchaba mas, salí, di la vuelta al jardín y del lado de afuera de la casa pude localizar que se escuchaban por la parte media de la casa. Cuando entré para clavar el pico donde se escuchaban mas claramente, vi la mujer otra vez, parada en la puerta que daba al patio trasero señalándome con el dedo, como si estuviese haciendo algo que no le gustaba y de echo, me juego que así era. Le pregunté quien era, que quería y que pretendía, la mujer seguía allí, bajo el brazo y dejó de señalarme y se desvaneció. Al instante dejaron de llorar los bebes, no me pude guiar mas pero, tenía mas o menos idea de donde estaba seguro provenían. Así que con pico en mano empecé a romper la pared, cavé y estuve casi dos horas haciendo un agujero en el que cabían fácil, cinco tipos parados. Nada había hasta que miré con atención a uno de los extremos del agujero, y vi la punta de lo que parecía ser una manta, rompí con fuerza esa parte y, cuando abrí la manta en efecto, había dentro lo que parecían ser cinco juegos de esqueletos de niños de no mas de tres meses con lo que parecían ser cráneos fragmentados. La experiencia fue mas que morbosa pero ahora ya sabía, de donde venían los llantos pero, ¿como llegaron allí esos huesos?, ¿que ser humano con mente perturbada podía haber llevado a cabo este acto tan macabro?. El tema era ahora, esconder los huesos y explicarle a Mariana tal agujero en la pared que aparentemente no tenía motivo alguno. La mantuve lo mas posible en la casa de su madre, hasta que, finalmente por la tarde mi esposa volvió a casa. Lucía mas animada, la noche lejos de acá parecía haberle hecho bien, hasta se mostraba optimista. Cuando vio semejante buraco en la pared obviamente me preguntó que había pasado y le tuve que decir que pensaba instalar una ventana allí. Realmente una excusa mas que ridícula, pero el hecho de que la pared en ese estado no tuviera otra explicación lógica, le hizo creer de inmediato lo que le había dicho. Llegó, nuevamente la noche, la última que pasaríamos en esa casa. Camila se durmió casi de inmediato, luego siguió Mariana y, como era costumbre últimamente yo me quedé despierto. Alrededor de las once y media de la noche escuché el timbre. No me imaginé quien podría ser, ¿solamente Alejandra que haya vuelto antes de tiempo y quisiera las llaves de su casa? El hecho es que bajé intrigado ya, pues en otro momento no me hubiese preocupado el tema, pregunté quien era y dijeron:-Soy Claudio, el vecino, disculpe que lo moleste a esta hora pero Doña Evangelina ha estado insistiendo desde hace ya rato que quiere hablar con usted, no se, supongo que quizás usted sepa de que se trata.- En ese momento las piernas se me aflojaron casi al punto de caerme ¿Ahora que? Si me llamaba esa mujer seguro algo raro era, algo que tenía que ver con el padre de Mariana o peor, con la mujer de negro. Me puse lo primero que tenía a mano, y salí. Llegué y en la casa sólo estaban Claudio y la enfermera que estaba cuidando de la pobre viejecita. Era un cuarto con muebles muy antiguos no muy acogedor que digamos, había bastante humedad en las paredes y olía a viejo, que me perdone la pobre anciana pero así era. La mujer, aunque estaba mas débil que de costumbre, parecía haber recobrado la cordura de golpe y me invitó a sentarme. Me preguntó por mi esposa y le dije que estaba bien ahora pero había estado algo perturbada, no se porque, pero hablaba con la anciana como si ella ya supiese todo, y que de hecho luego me ente, no se porque, pero hablaba con la anciana como si ella ya supiese todo, y que de hecho lo sabía. Yo igualmente le conté no se porque de los sueños que Mariana había tenido y ella me dijo que, en 1946 había vivido en la casa donde nosotros vivíamos, una mujer que se llamaba Antonia Servello que estaba casada y que trabajaba en la funeraria del marido y siempre estaba vestida de negro, era muy morbosa. Me contó que el marido era un hombre muy bueno, pero bravo cuando se enojaba, y ella era muy odiosa, nadie en el barrio la quería: -“La enterradora” le decíamos.-, contaba. Una vez quedó embarazada de quintrillizos y siempre repudió y maldijo cuanta vez pudo por esos niños, ella odiaba a los niños y decía que no quería tener ni uno en la casa, tanto que intentó mil formas de perderlos pero, no pudo. Una noche estaba en casa, por supuesto ya había dejado de trabajar con el marido y los niños lloraban, lloraban y lloraban desconsoladamente, ella trató de dormirlos por varias horas y los chicos no dejaban de llorar, entonces harta de escucharlos, bajó a la cocina, tomó un martillo que tenía su esposo en la caja de herramientas, subió y les aplastó el cráneo, uno por uno. Cuando el marido llegó vio tal acto de salvajismo de su esposa y se volvió loco, tanto que hizo ver que se había calmado y, cuando ella estaba juntando los escombros que habían quedado de sus hijos, vino por detrás con un cuchillo y le cortó la garganta, de oreja a oreja. Luego, como buen funerario que era, envolvió a los niños en una manta e hizo una tumba en la pared, decía que el suelo de su casa estaba maldito, siempre lo decía, y los puso allí. Después levantó el cadáver de la mujer y lo enterró junto al ombú que estaba en el patio trasero y cuando terminó el trabajo, se suicidó. Me dijo que la única manera de que dejara de aparecer era que la desenterrara, y le de sepultura cristiana en un cementerio. No podía creer lo que esa mujer me había contado, no cabe ni en la mente del mas salvaje de los animales acabar con sus crías tal como esa mujer lo había hecho. Habrá estado unos treinta minutos fácilmente hablándome de aquella macabra mujer y cuando terminó de hacerlo se retorció de tal forma que creí que le había llegado la hora, entró la enfermera, la revisó y la mujer dijo –Ya esta mija ya esta, ya estoy bien, salga por favor que necesito hablar con este hombre.- Me miró entonces, me tomó de la mano y me dijo:- Se que la tía de su esposa le dio un amuleto para alejar a esta mujer de la cuna de su hija, pero créame que ella no se va a detener por un simple amuleto, hágame el favor, tráigalo.- Le dije que si lo traía mi hija estaría desprotegida y que no podía, bajo ningún punto de vista ponerla en peligro. A lo que me respondió: - Confíe en mi joven, el diablo sabe por diablo, pero mas sabe por viejo, yo voy a orar por su hijita.- La mujer me inspiró confianza, más después de tan demente historia así que accedí y fui a buscarlo. Llegué a casa y mi esposa dormía plácidamente, como si nada nunca hubiese pasado así que, sin hacer mucho ruido, caminé hacia la cuna de Camila y tome el amuleto. Cuando crucé la calle para ir a llevárselo a la anciana me encontré con una escena aterradora entrando al cuarto. Estaba la mujer en la cama, tal como la había encontrado hace una hora casi, sólo que estaba prácticamente consumida, con la piel verdosa y un olor espantoso, era solo piel arrugada pegada a ese frágil esqueleto, como si hubieses estado muerta por años y nadie la hubiese sacado de allí. Comencé a sudar sin parar, las manos me temblaban y las pulsaciones se me fueron a las nubes pero mas fue mi asombro cuando vi a la pared me puse pálido y sentí miedo como nunca en mi vida había imaginado que sería posible para un ser humano en la pared esta escrito con algo que aparentemente era sangre: -Descanse en paz, ahora ella duerme conmigo.- Me di media vuelta al arrancar para empezar a correr tropecé con un masetero que había junto a la puerta. Corrí sólo metros, pero que parecían kilómetros, tantas cosas me pasaron por la cabeza en esos segundos que tardé en llegar a casa. Abrí la puerta tan abruptamente que me caí hacia dentro de la casa, me levanté subiendo las escaleras de a cuantos escalones podía, entré al cuarto y no estaba mi esposa, ni tampoco Camila. Llamé de inmediato a la casa de mi suegra para preguntarle si estaba allá, pero ella no sabía nada. Bajé las escaleras me senté en el comedor y lloré, lloré a mas no poder estaba histérico pasé horas allí sentado hasta que, a las cuatro de la mañana decidí tomar la pala y sacar el cuerpo de la mujer junto al ombú. Me dirigí entonces al jardín trasero, clavé la pala al costado izquierdo del ombú y nada había. Lo mismo hice del otro lado, pero esta vez, a los casi dos metros de cavado me topé con algo duro, removí la tierra y era, en efecto un ataúd arruinado por el paso de tiempo, con hendiduras por todos lados y un olor desagradable por cierto. Quité entonces la tapa del cajón y cuando lo hice supe, que desde ese momento no tendría mas nada por lo cual vivir, estaba en el cajón el esqueleto de lo que parecía ser la antigua dueña de la casa y, en brazos el cuerpo estéril y frío de mi hijita Camila. Sin mas que gritar como un desconsolado abrazado al cuerpo de Camila sin saber porque me había pasado esto, cuando se me agotaron las lágrimas, hice las camas, me cambié, me puse la mejor ropa que tenía, me peiné, tomé las llaves, salí y cerré la puerta para nunca mas volver a la casa aquella.
3- Manos
En el año 2000 yo me habia casado con mi novia, eramos jovenes aun, ella tenia 27 y yo 28, ya habiamos salido de la universidad, estudiamos medicina, estabamos muy bien economicamente, saliamos una vez por semana, ese dia
fuimos a un hotel con vista al mar, ya estabamos alli cuando la resepcionista nos dijo que quedaba solo una habitacion
en el 2º piso con vista al mar, era la habitacion perfecta, tenia de todo, pero la resepcionista puso una cara extraña
y dijo : "bueno, pero luego no quiero reclamos" y nos paso el papel de resepcion, era una habitacion preciosa, pero
ya era tarde y fuimos a dormir, la noche estaba estrellada, estaba el mar muy hermoso, pero eran las 2 am y fuimos a
dormir, siempre al dormir nos tomabamos de la mano, pero la cama era muy grande y creimos que no hibamos a alcanzar, pero si alcanzamos, o eso creo...
Al dia siguiente estaba mi esposa muerta, tirada en el suelo llena de sangre, pero esa noche me tomaron la mano toda la noche,
que era? que me tomo la mano ? y estaba en el espejo escrito con sangre "te advirtieron, no reclames", llore todo el dia
, llegaron los carabineros y me tomaron preso, por 2 muertes, la resepcionista y mi esposa, como se esto ? soy yo
sali de la carcel hace 2 meses, y cuando visite ese hotel otra vez, fui a la misma habitacion, y habia un hombre en
un espejo, me saludo con la mano, pero habia algo raro en el no tenia nada en la cara, no tenia boca, orejas, nariz
y en los ojos unas cuencas vacias negras, estaba llorando sangre, no me asuste, pero nunca mas visite ese hotel, pero siempre digo por las noches, que fue eso ? eso me tomo de la mano ? me estara persiguiendo ? pero lo que si es cierto
fijate siempre que en las noches no te tomen las manos, quiza ahora este tras de ti, fijando matar a tu familia...
4- El callejón
Alguna vez has sentido que hay algún mirándote en un callejón, pasas caminando sol@ y sientes que te siguen, pasos detrás tuyos, miradas provenientes de las paredes, te comprendo no estás loco.
Mi mejor amiga y yo fuimos a pasar la noche antes de un examen a repasar a casa de unas amigas, pero por el camino un número desconocido nos manda un mensaje al móvil para darnos otra dirección y como nos quedaba cerca esa dirección fuimos.
Al llegar, vimos a un chico alto, con pelo oscuro y cubierto con una misteriosa gabardina negra. Nos hizo una señal para que le siguiéramos e, intrigadas, le hicimos caso.
Así nos condujo hacia un oscuro callejón en el que nos invadió un extraño frio ya que esa noche no hacia ningún frío. Además se escuchaban gritos ahogados.
¡Aunque allí solo estábamos nosotras y el extraño hombre! De pronto, la cara del chico se transformó por completo.
En pocos segundos había pasado de ser una persona normal a un horripilante monstruo con enormes colmillos.
Aunque queríamos movernos, nuestros cuerpos no nos obedecían, y vimos cómo iba acercándose a nosotras, lentamente.
Cuando faltaba un paso para poder tocarnos, nos dijo con una voz llegada del más allá y muy baja y pronuncio estas palabras:
“Debes sufrir, morir y ser la eterna esclava y centinela de este de este callejón maldito durante toda tu eternidad. A menos que, como yo, encuentres a otro ingenuo mortal a quien pesarle la maldición”
Nosotras intentamos salir pero no podíamos porque estábamos en el callejón atrapadas. Mi amiga lo logra despistar y pudo escapar, pero a mí me toco peor suerte ya que su brazo se volvió como una sombra y saco un hacha y me cortó la cabeza.
Ahora soy yo el monstruo, la maldición, la centinela el callejón y la cobarde de mi amiga no ha vuelto a pasar nunca más ¡Cobarde! ¡Cobarde! .
Pero no me preocupare porque sé que tú , jajajá, tu pasaras por un callejón y pronto nos veremos….. SI
5- Historia sin titulo
Me encanta su olor… Me recuerda tanto a la sangre…
-¿Cariño, por qué lloras?- Le dije susurrándole al oído, me pregunto porque temblara, no se a movido de la silla en aquella esquina desde que llego a casa, la casa esta algo sucia, en las paredes hay moho y un poco de sangre… ¿ por qué abra sangre? No lo se, ,pero bueno en este momento solo me importa el… aunque si no se mueve ni habla no será divertido… empezare a hacerle preguntas las típicas “¿Estas cómodo?” “¿Tienes hambre?” El dependía de mi… así no me abandonaría, me a mirado fijamente, no responde mis preguntas.
-¡MALDITA!- Me a gritado, ingrato… hago todo por el… aun así le amo.
-Te perdono- Le he dicho esperando a que se calme ¿acaso esta enojado?.
-Lo lamento mi vida- Tal vez si me disculpo me perdone, creo que atarlo y quemarlo con sus cigarrillos no fue muy buena idea pero me dijo “ Se termino” no podía dejarle ir, además, el dijo que era la mujer perfecta, ¿Por qué alejarse?, si yo soy perfecta…. No le molestara quedarse a mi lado.
-M…m… mi vida… suéltame, me quedare contigo por siempre- ¡Que alegría! Era lo que quería escuchar. Lo libero se quedara conmigo que a…a…
Siento un golpe en la cabeza, caigo al suelo, lo miro -¿Por qué me haces esto amor? ¡yo te amo! – Le pregunto, toco mi cabeza ¿Sangre? ¡Sí! ¡Estoy sangrando!
-¡Hijo de perra!- le grito, hay un cuchillo a mi lado, ¿ya tiene sangre? Que extraño
El corre, le pérsigo ese infeliz no se saldrá con la suya.
Encajo mi cuchillo en su espalda –infeliz- le grito mientras llora e intenta quitarme no lo lograra, no veras otro día idiota mal educado, el llora, me esta implorando piedad, ¿Qué acaso tu tuviste piedad con mi corazón?, a que te refieres con que no me conoces,¡ tenemos una relación desde hace años!
Lentamente bajo mi cuchillo por su espalda abriendo su cuerpo por su espalda… ese olor ¡me enloquece!
Paso mi cuchillo lentamente por tu cuello…¡Mas!¡Sangra mas maldito!
Dejaste de moverte… ya no me sirve, bueno en fin… puedo usarlo de cena, tendré suficiente para una semana… así la policía no se dará cuenta que fui yo.
¡oh que es eso que miro por la ventana! Amor porque estas afuera… entra ¿Por qué no quieres entrar? Tendré que amarrarte otra vez…
Una serie de asesinatos se dio en el 2002 en Texas EUA una asesina capturaba a los hombres, se presume que se alimento de la carne de sus victimas por varios años, al examinar los restos de sangre de las paredes y encontrar partes mutiladas de los hombres en su refrigerador, el único superviviente de tal masacre menciono: “Me decía palabras cariñosas como si yo fuera su novio, sin embargo yo nunca antes la había antes de aquella vez”.
6- Historia sin titulo
En junio de 1972, una mujer apareció en el hospital Cedro Senai en nada más que un vestido blanco cubierto de sangre. Esto no debería ser demasiado sorprendente, la gente a menudo tiene accidentes cerca y viene al hospital más cercano para la asistencia médica. Pero había dos cosas que causaron a la gente el deseo de vomitar y escapar de terror. El primero, es que ella no era exactamente un humano. Era algo parecido a un maniquí, pero tenía la destreza y la fluidez de un ser humano normal. Su cara, era tan impecable como los maniquíes, sin cejas ni maquillaje. La segunda razón por la cual la gente vomitaba o escapaba de terror, es que ella tenía un gatito apretado en medio sus dientes, sus mandíbulas apretaban de una manera tan fuerte al pequeño gatito al punto donde ningunos dientes podrían ser vistos, la sangre salía a chorro hacia fuera sobre su vestido y en el piso. Ella entonces lo sacó de su boca, lo abandonó y se desmayo.
. A partir del momento ella fue tomada a un espacio de hospital y limpiada antes de ser preparada para la sedación, ella se mostraba completamente tranquila, inexpresiva e inmóvil. Los doctores lo habían pensado mejor refrenarla hasta que las autoridades pudieran llegar y ella no protestó. Ellos eran incapaces de conseguir cualquier clase de respuesta de ella y la mayor parte de empleados se sintieron demasiado incómodos para mirar directamente ella por más que unos segundos. Pero cuando el personal intentó darle el calmante, ella se defendió con la fuerza extrema. Dos miembros de personal que la dominaban con su cuerpo se elevaron encima de la cama para sostenerla, su expresión estaba en blanco. Ella giró sus ojos impasibles hacia el doctor masculino e hizo algo insólito. Ella rió. En cuanto lo hizo la enfermera gritaba y quedando en shock se desmayo, ya que en la boca de la mujer no eran dientes humanos, solo unos puntos largos y agudos.
Era demasiado el tiempo que la mujer tenia los dientes así que al incrustárselos en sus labios no sentía ningún dolor, el doctor la miró fijamente durante un momento antes de la petición ” Qué mierda es usted? ” Ella se libero de los doctores que aun la sostenían espantados, todavía sonriendo. Había una pausa larga, la seguridad había sido alertada y podría ser oída bajando el vestíbulo. Como ella los oyó, se lanzó adelante, hundiendo sus dientes en el cuello del Doctor, arrancando su yugular y dejándole caerse al piso, muriéndose… sobre el piso, él se ahogó sobre su propia sangre. Ella se levantó, su mirada era peligrosa como la vida descolorida de sus ojos. Ella se inclinó más cerca y susurró en el oído del Doctor muerto. “Yo…Soy. Dios.” Los ojos de los demás doctores llenos de miedo la miraron… ella muy calmada alejándose para saludar a los agentes de la seguridad. Cada vez que alguien mira sus dientes, se convierte en su bocadillo.
La enfermera que sobrevivió el incidente la llamó “el Inexpresivo” y nunca más se supo de ella
7- Jack el Destripador
Cinco crímenes perpetuados en Whitechapel hacia 1888, que hoy, por el escaso número de víctimas hubiesen ocupado pocas líneas en los diarios, en su momento revolucionaron Londres y el mundo entero.
Durante cien años, investigadores, detectives, policías y muchos aficionados han tratado de establecer un perfil psicológico que ayudase a determinar la personalidad o el nombre del asesino, pero hasta ahora solo se han podido identificar los nombres de unos posibles sospechosos. Tal vez por ese motivo Jack el Destripador se ha convertido en el asesino en serie más conocido de la historia. Su nombre nos evoca una silueta entre la niebla del Londres Victoriano, una sombra con capa y sombrero negros que ataca a sus víctimas y desaparece para siempre de la escena del crimen... no en vano se han escrito sobre él cientos de libros, canciones, óperas y películas.
En el año 1888, Whitechapel era uno de los peores distritos de todo Londres. Los callejones oscuros desembocaban en bares mugrientos y burdeles miserables en los que algunas mujeres se ganaban la vida prostituyendo sus cuerpos por unos pocos peniques. Fue precisamente aquí donde tuvo lugar el breve reinado de terror del temido descuartizador que firmaba sus crímenes como "Jack el Destripador".
Su primer crimen oficial, por así decirlo, el que reconocen todas las crónicas, tuvo lugar el 31 de agosto. Ese día estaba algún que otro paseante comenzaba a circular por el barrio. Uno de ellos distingue a lo lejos el cuerpo de una mujer tendido, cuando se acerca para tratar de ayudarla, ve que unas terribles heridas la habían casi decapitado. Horrorizado, no deja pasar un minuto y avisa al primer policía que hacía su ronda por el barrio, quién acompañado de un médico distingue bajo la luz de una linterna que la muerte le había sido provocada por dos golpes con arma blanca que le habían seccionado la tráquea y el esófago. Tras un examen más detallado en la sala de autopsias, descubren además que había sido brutalmente golpeada en la mandíbula inferior izquierda (posiblemente por una persona zurda), y que su abdomen había sido mutilado.
Por lo demás, el asesino no había dejado otras pistas tras de sí, ni testigos, ni el arma homicida. Ninguno de los vecinos oyó nada.
La identificación de la víctima no fue tarea fácil, aunque unos días después su padre y su ex marido identifican el cuerpo de una mujer de 42 años, prostituta, llamada Anne Mare Nichols y conocida como Polly.
El lunes 6 de agosto, varias semanas antes del primer crimen oficial del Destripador, Marta Tabram, una prostituta de 39 años, había sido hallada muerta con 39 puñaladas; y algunos meses antes, Emma Smith, una prostituta 45 años, había sido agredida salvajemente en la cabeza y le habían introducido un objeto en la vagina. Seguramente estos dos crímenes no tenían nada que ver con nuestro asesino, más que nada porque la firma del Destripador era más ritualista que los simples golpes y puñaladas, pero aún así, el terror ya se había apoderado de las almas de los habitantes del distrito londinense.
El cuerpo de Annie Chapman fue hallado mutilado en la calle del Mercado de Spitalfields a las 6 de la mañana, y nadie había ido testigo de los hechos. Su intestino estaba en el suelo entre un gran charco de sangre y una profunda incisión cruzaba su cuello de lado a lado.
Todo parecía indicar que había sido asesinada en ese mismo sitio. No había señales de defensa por parte de la víctima, y lo curioso es que cerca de su cadáver se encontraron un pequeño pañuelo, un peine y un cepillo de dientes, que parecían haber sido colocados en un orden concreto por el asesino.
Las otras heridas infligidas y las mutilaciones abdominales habían sido realizadas post mortem: el abdomen había sido abierto para extraer la vagina, el útero y la vejiga, que no fueron hallados. Las incisiones eran limpias, como si se tratase del trabajo de un experto en anatomía, o por lo menos el de alguien con los conocimientos anatómicos y la habilidad suficiente para poder abrir el cuerpo y extraer los órganos con mucho cuidado de no dañar otras partes internas. El instrumento utilizado parecía ser un cuchillo estrecho con lámina fina y muy afilada, la clase de cuchillo que utilizaban los cirujanos y los carniceros.
El 25 de septiembre, la Agencia Estatal de Noticias recibió una nota en tinta roja firmada por el propio Jack el Destripador cuyo contenido era:
"Querido Jefe, desde hace días oigo que la policía me ha cogido, pero en realidad todavía no me han pescado. No soporto a cierto tipo de mujeres y no dejaré de destriparlas hasta que haya terminado con ellas. El último es un magnífico trabajo, a la dama en cuestión no le dio tiempo a chillar. Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá noticias mías y de mi gracioso jueguecito..."
Firmado: Jack el Destripador, desde el Infierno.
A partir de entonces seguiría escribiendo cartas y poemas destinados al jefe de la policía londinense jactándose de su habilidad para escabullirse en la oscuridad de las calles y evitar ser atrapado por la multitud que le perseguía, o haciendo alarde de la perfección de sus crímenes y anticipando otros nuevos ataques, siempre seguro de sí.
El domingo 30 de septiembre, se descubría otro cadáver en la calle Berner sobre la una de la mañana. Tras pedir ayuda a la policía, vieron que se trataba de una mujer, cuyas faldas habían sido levantadas por encima de sus rodillas. Un forense llegó a la escena del crimen con su ayudante un cuarto de hora más tarde. Entre los dos detallaron sus conclusiones de la exploración:
"La difunta yace sobre su lado izquierdo, su cara mira hacia la pared derecha. Sus piernas han sido separadas, y algunos miembros están todavía calientes. La mano derecha está abierta sobre el pecho y cubierta de sangre, y la izquierda está parcialmente cerrada sobre el suelo. El aspecto de la cara era bastante apacible, la boca ligeramente abierta. En el cuello hay una larga incisión que comienza sobre el lado izquierdo, 2 ½ pulgadas por debajo del ángulo de la mandíbula casi en línea recta, seccionando la tráquea completamente en dos, y terminándose sobre el lado contrario... "
El asesino no se había ensañado tanto esta vez como en las anteriores. Posiblemente había sido interrumpido mientras la degollaba y hubiese huido antes de completar su ritual.
Mientras la policía se enfrentaba al hallazgo de este nuevo cadáver, a pocas calles allí un guarda nocturno descubría el cuerpo de otra víctima degollada. Su abdomen había sido abierto y los intestinos se encontraban en el suelo, además tenía varias heridas por todo el cuerpo. Los miembros estaban todavía calientes, la data de la muerte no debía ser de más de media hora desde el descubrimiento del cadáver.
No había otros indicios más que un escrito con tiza blanca sobre una pared que decía: "No hay porque culpar a los judíos", supuestamente obra del asesino. Antes de que la inscripción pudiese ser fotografiada, el Comisario de la Policía londinense Charles Warren ordenó que fuese borrada, según él porque se trataba de una falsa pista del criminal tratando de culpabilizar a la comunidad judía, y si algún londinense lo leía, podía provocar una revuelta contra ellos.
La víctima era Kate Eddowes, quien como las demás, como en las muertes de Polly Nichols y Annie Chapman, la garganta de Kate había sido degollada de izquierda a derecha, le habían seccionado el vientre y extraído algunos órganos, entre ellos uno de los riñones.
El 9 de noviembre, otra mujer apareció salvajemente asesinada.
Se trataba de Mary Kelly, una atractiva joven de 21 años que se dedicaba a la prostitución. Sin duda fue el crimen más violento de Jack el Destripador. El cadáver estaba tumbado sobre la cama con múltiples heridas de arma blanca, completamente mutilado y con la arteria carótida seccionada. La ferocidad de este asesinato asombró a los cirujanos veteranos de policía. El médico forense necesitó varias páginas para redactar el informe de las lesiones y órganos extraídos.
Este asesinato creó el pánico absoluto en el barrio, haciendo estallar episodios esporádicos de violencia en la muchedumbre. La actividad policial era frenética, cada rincón fue registrado, cada sospechoso detenido e interrogado a fondo, pero no por eso la policía dejaba de ser duramente criticada. Nunca más se volvió a saber del asesino. No hubo más cartas ni más crímenes, parecía que Jack el Destripador hubiese abandonado la escena del crimen para siempre, y finalmente el caso fue cerrado en 1892, el mismo año en que el Inspector encargado del caso se retiró.
8- El misterioso crimen del niño en la caja
La tarde del 25 de febrero de 1957 un cazador que comprobaba las trampas para animales que había dejado instaladas días atrás, descubrió junto a la estrecha carretera de Susquehanna en Filadelfia una caja de cartón en cuyo interior encontró el cadáver de un niño.
El cadáver correspondía a un varón de raza blanca, de entre 4 a 6 años aproximadamente, cuyo cuerpo desnudo estaba envuelto en una manta de franela. El cadáver estaba seco y limpio y las uñas y el pelo habían sido cortados recientemente pero de forma apresurada. Se encontraron restos de cabello por encima de su cuerpo lo que parecía probar que se lo habían cortado en el mismo momento de su muerte. Tenía los ojos azules, la piel blanca y parecía desnutrido.
Se apreciaban muchas contusiones en todo su cuerpo, especialmente en la cabeza y el rostro que parecían haberse producido todas a la vez. Se encontraron también siete cicatrices en su cuerpo. Los investigadores concluyeron que al menos tres de ellas podian haber sido realizadas en operaciones quirúrgicas. Dos de estas cicatrices se localizaban en el pecho y la ingle de la víctima. Otras se encontraron en el codo, el tobillo y la barbilla del niño. Tenía tres pequeños lunares en el lado izquierdo de la cara y uno más grande en el brazo derecho. La inspección del cuerpo también probó que la piel de las palmas de las manos y los pies aparecía arrugada y áspera, lo que indujó a pensar que al menos el cuerpo había estado en contacto con el agua por un espacio de tiempo prolongado.
La caja de cartón que cubría el cadáver correspondía a la envoltura de un cuna de bebé. La caja estaba en buen estado en su parte interior y algo húmeda y degradada en la parte exterior. Su posterior análisis no evidenció ninguna huella dactilar. También se analizó la manta que envolvía el cuerpo del chico que parecía que había sido lavada recientemente y de la cual se habían vendido miles de unidades en multitud de establecimientos.
Muy cerca del cuerpo la policía encontró una gorra de hombre, de tejido de pana y color azul. Puestos en contacto con la empresa que había fabricado aquella prenda se pudo determinar que había sido vendida a un hombre que pidió que se le cosiera una correa en su parte posterior. En las inmediaciones también se recuperó un pañuelo de hombre con la letra G bordada en una esquina. Se encontraron unos cabellos cortos adheridos a su superficie que fueron enviados a analizar por si resultaran ser del niño. El análisis efectuado resultó negativo. También se recuperó como prueba una bufanda, una camisa de franela de color amarillo de la talla del muchacho y unos zapatos que resultaron ser demasiado grandes para la víctima. Entre la maleza apareció un jersey de hombre de color gris que escondía en su interior un gato muerto.
La primera teoría se centra en el hogar de acogida que se encontraba aproximadamente a 1.5 millas del lugar donde fue descubiernto el cadáver. En 1960, Remington Bristow, un empleado de la oficina del forense que dedicó toda su vida al caso hasta su muerte en 1993, se dirigió directamente al lugar y allí pudo ver una cuna similar a la que ocupaba la caja que escondía el cuerpo del pequeño. Además, descubrió mantas parecidas a las que envolvían el cadáver. Bristow considera que el niño pertenecía a la hijastra del hombre que dirigió el hogar de acogida, y que eliminaron el cuerpo del niño para no tener que afrontar la vergüenza de ser una madre soltera que en aquellos años se consideraba un estigma. Bristow creía que la muerte del niño había ocurrido de forma accidental. A pesar de esta presunción, la policía jamás pudo encontrar ninguna relación entre el niño de la caja y la familia de acogida.
La segunda gran teoría se presentó en febrero de 2002 cuando una mujer identificada sólo como “M” afirmó que su madre había comprado al niño desconocido, llamado “Jonathan”, en el verano de 1954. Posteriormente el joven fue sometido a abusos físicos y sexuales durante dos años y medio, y un día fue asesinado en un ataque porque el niño vomitó en la bañera. También dijo a la policía que su madre le había cortado el pelo y que había trasladado el cuerpo a una zona de Fox Chase dentro de una caja de cartón. Los investigadores concluyeron que la historia era verosímil pero también averiguaron que la mujer “M” tenía problemas mentales desde hacía tiempo y los todos los vecinos cercanos a su domicilio que fueron interrogados declararon que jamás habían visto un niño en ese domicilio.
El caso sigue sin resolverse oficialmente y en la actualidad tanto la identidad del niño de la caja como la de su asesino siguen siendo un misterio.
9- Mentirosos
Había una vez un joven que vivía en nuestro vecindario llamado Jimmy, que fue acogido por ser un chico seguro y divertido. Pero su boca frecuentemente lo solía meter en varios problemas, y nunca aprendía la lección. Cuando la gente le preguntaba por su conducta y sus bromas, él siempre sonreía, y decía, “La honestidad es la mejor política, al menos ellos no me ocultan nada mí, ni yo les oculto nada a ellos”.
Un día, uno de los chicos que se enfadaba constantemente por las bromas pesadas de Jimmy reunió a un grupo de amigos suyos que tampoco les gustaba Jimmy, y lo acorralaron en el laboratorio de ciencias.
Brett, el cabecilla del grupo, le dijo mientras lo miraba su cara amenazadora: “Tu boca te metió en esto… recuérdalo”. Cogieron un bote de ácido sulfúrico de un estante del laboratorio y se lo arrojaron en la cara. Se le quedaron viendo mientras gritaba de dolor y el ácido derretía lentamente su cara, antes de mofarse de él y salir corriendo fingiendo estar alarmados y buscando ayuda.
Cuando la ambulancia llegó y atendieron a Jimmy, el director preguntó al resto de los adolescentes si sabían lo que pasó. Brett explicó que pasaron por el salón y vieron a Jimmy merodear por la sala del laboratorio, y que, para el momento en que entraron, ya estaba en ese estado. Los otros miembros del grupo se unieron y respaldaron a Brett con otros datos falsos; Jimmy trató de protestar, pero su terrible agonía lo mantuvo callado. El director asintió y dijo que iba a hablar con ellos después de que escuchase la versión de Jimmy, una vez que le dieran de alta.
Pasaron unos días y Jimmy permaneció en la unidad de cuidados intensivos; los médicos se esforzaban por salvar lo poco que quedaba de su rostro. Su visión seguía intacta en uno de sus ojos y su mandíbula seguía resistiendo a pesar de la pérdida de carne. Aún era incapaz de hablar, sólo se quedaba sentado en la camilla del hospital todo el día, mirando al techo con sus ojos sin pestañear, inyectados en sangre y llenos de resentimiento.
Cuando salió del hospital, tiempo después, nunca respondía a lo que se le decía con nada más que la palabra “mentirosos”. Su vida social se esfumó por completo; incapaz de sonreír o incluso de hacer una broma inocente, se recluyó en su habitación y comenzó a planear. Pensamientos vengativos y enfermizos empezaron a irrumpir en su mente; se vengaría de todos, uno por uno, los diezmaría, los cortaría en rodajas y quemaría sus restos. Esperó pacientemente hasta que el grupo fuese vulnerable, por la noche, cuando se despidieran entre sí y cada uno partiera a su casa. Entonces atacaría.
Ese fin de semana, Brett recibió un paquete por correo. Curioso, lo abrió y encontró cinta de video que tenía escritas las palabras “Para ti” en la parte frontal. La colocó en el reproductor y se puso a verla.
Era un video casero grabado por alguien desconocido que no habló en lo absoluto durante toda la película. En el inicio, la cámara apuntaba a la fecha de un periódico, era de ayer. Mientras la cámara se alejaba, se podía ver que estaba en un sótano. En medio de la sala colgaba una bombilla que iluminaba una parte del cuarto, y debajo de ella, delante de la cámara, con sus manos sobre las rodillas, se encontraba uno de los amigos de Brett. Estaba desnudo, con una venda sucia alrededor de su cara y una mordaza en su boca. Su cuerpo estaba cubierto de sangre, quemaduras desagradables, moretones y cortes.
El camarógrafo retiró la mordaza de la boca del niño llorando, y éste de inmediato le suplicó que lo llevara a casa: “Por favor, POR FAVOR déjame ir… yo… ¡hice lo que querías! Oh Dios… Jesse, Mike, Keith… ¡Tú me has hecho un puto carnicero! Sólo… me quiero ir a casa… por favor”, repetía una y otra y otra vez, balanceándose de atrás hacia adelante.
Las piernas de Brett comenzaron a temblar y sintió la bilis en su estomago, podía ver los cuerpos quemados y mutilados en el fondo del cuarto. Los cuerpos de sus amigos.
El camarógrafo se acercó a la barbilla del chico y la levantó, alentándolo a ponerse de pie. Luego, lo puso de espaldas a la cámara. Tenía una herida más grande que las anteriores, formando la palabra “Mentirosos”. El camarógrafo se lo llevó hacia una puerta fuera de la pantalla y la cámara se apagó…
Cuando se inició de nuevo, ya no estaban en la casa; Estaban en las afueras de un bosque espeso cubierto por una capa densa de nieve, y ya no parecía ser el mismo hombre el que sostenía la cámara. Era el amigo de Brett, que temblaba y murmuraba algo mientras sostenía la cámara por 30 segundos, apuntando en dirección a unos árboles en la distancia. Se escucharon pisadas acercándose.
El niño empezó a gritar y llorar en lo que el sonido de las pisadas sobre la nieve se hacía audible desde aparentemente todos los ángulos.
Se detuvo.
Él se volteó rápidamente encontrándose con la cara destrozada de Jimmy; un terrible alarido estalló por los parlantes y la palabra “Mentirosos” apareció antes de que la cinta se interrumpiera abruptamente..
Brett sentía que se iba a desmayar y aseguró la puerta de su entrada, sabiendo lo que le esperaba. Justo al voltearse para salir corriendo, chocó con algo y cayó de espaldas contra el suelo.
De golpe, sintió cómo el ácido era derramado lentamente sobre su cara. Lo último que llegó a ver y escuchar fue la palabra “mentirosos”, y la cara de Jimmy, deformándose en una sonrisa enfermiza…
Se dice que en cierta región de Los Pirineos, se encontraba una hermosa y gigantesca casa, del otro lado del rio. Hacia tiempo que no se miraba gente en ella así que grupo de chicos curiosos, se atrevió a cruzar el puente, y entrar en la casa.
Uno de los niños se quedó esperando por ellos sin cruzar el puente, pues el agua lo asustaba demasiado. Los demás continuaron para satisfacer su curiosidad, revisaron todas las puertas y ventanas hasta encontrar un lugar por el cual entrar. Finalmente dentro, hurgando por aquí y por allá, encontraron en algunas habitaciones enormes estanterías, desde el suelo hasta el techo, repletas de frascos de cristal, con algunos líquidos de colores y algún tipo de masa dentro de ellos, la luz era algo escasa, y nadie había tenido la genial idea de cargar con una lámpara.
Cuando se dirigían al segundo piso, vieron la horrible pintura de un hombre sobre la chimenea, este tenía una expresión de enojo, y parecía que seguía atento cada uno de sus movimientos. Los chicos continuaron revisando el lugar, y encontraron un par de fósforos, que al encenderlos, les permitieron ver que lo que había dentro de los frascos eran restos humanos, fetos y animales deformes.
Bajaron corriendo las escaleras, el hombre del cuadro ya no estaba, aquello era en realidad una ventana, desde la cual estaban siendo observados. El muchacho que se quedó fuera, solo escucho gritos aterradores, y salió en busca de ayuda…
Cuando las personas acudieron al lugar, no pudieron encontrar a los chicos. Pero desataron su rabia contra todos aquellos frascos de horrores, rompiéndolos uno tras otro, solo para darse cuenta con tremendo terror… que sus hijos ya estaban dentro de ellos, hechos también pedazos… en la casa que en épocas antiguas fue de un doctor, acusado de perder la razón.
2- El Barrio Belgrano
Fue en agosto del ’97, cuando nos casamos y decidimos que nos teníamos que mudar de la casa de mis padres. Todavía Mariana, mi esposa, estaba embarazada de Camila, así que un lunes me tomé el día en el trabajo y salimos a ver casas. Era difícil elegir, ya que las casas grandes eran caras y las que podíamos comprar eran demasiado pequeñas. Pasamos por varios barrios, hasta que llegamos a Belgrano, allí había una casa que estaba a la venta, y que era medianamente accesible, teniendo en cuenta que era una casa estilo colonial, pero estaba muy bien cuidada a pesar de eso. La mujer de la inmobiliaria entonces comenzó:-Esta es una casa que data del siglo XIX, por lo que pueden ver esta impecable, es amplia, acá esta la cocina y mas allá hay dos habitaciones y, junto a las habitaciones el baño.- Nos mostró la casa que nos había convencido mucho, tenía un parque trasero que era realmente inmenso y en medio un ombú ya viejo. Si bien tendría que pedirle a mis padres dinero para terminar de pagarla, valía la pena aprovechar la oportunidad. Decidimos entonces comprarla; pese a que era
demasiado grande para los tres, lo vimos con ojos de oportunistas. Pero no era solo la casa lo bueno, al parecer, había buenos vecinos. Al lado teníamos una pareja cuya mujer estaba embarazada de trillizos, por lo que se pasaba horas hablando con mi esposa del parto, y de todo el tema. Estaba después del otro lado, un hombre joven, pero que a pesar de que la juventud de hoy es muy escandalosa, jamás dio problemas a nadie. En frente, vivía una mujer que se llamaba Evangelina, “La Curandera” como le decía la gente; al parecer esta mujer había curado a mucha gente cuando joven y hasta había salvado de la muerte a un niño. Era alguien que conocía muy bien lo que comúnmente se llama “Magia Blanca”. Pero sufrió mucho durante su vida, sus dos únicos hijos y su marido habían muerto en un incendio hacía mas de 15 años. Era una anciana senil, que estaba la mayor parte del día sentada en la puerta, hablando incoherencias apoyada sobre su bastón pero que por momentos tenía ratos de lucidez. El hecho fue que, todos, quizás como una costumbre en el barrio calculo, nos dieron la bienvenida al barrio era, sinceramente, gente muy amable. Los primeros días se nos fueron acomodando las cosas, instalando la habitación de la beba, que estaba pronta a nacer. Al la semana de habernos mudado, Alejandra, la mujer de al lado, había tenido familia. La vida era tranquila en nuestra cuadra, la gente era muy solidaria y si alguien necesitaba todos corrían por él. U mes de después del parto, un miércoles a la noche, recuerdo que eran las 2:16 exactamente de la mañana y me había despertado por los llantos de un bebe, mas bien varios bebes a la vez, llorando a gritos y alaridos. Desperté a Mariana y le dije:-¿Escuchas? ¿Escuchas como lloran esos bebes? parecía que los niños estaban siendo torturados por como lloraban, y entre sueños respondió -Deben ser los hijos de la chica de al lado.- Efectivamente así era, ya que hablando después con Mariana ella confesó que los niños no dormían bien. A altas horas de la noche siguiente los mismos llantos espantosos volvieron a despertarme; que a veces hasta parecían provenir de la misma casa. Como era viernes, aproveché que al día siguiente no trabajaba y en el desvelo salí al parque trasero. Allí me senté, recuerdo que hacía bastante calor, cosa que no soporto, comencé a caminar despacio, porque el jardín era tan grande como oscuro. Cuando llegué al ombú sentí un escalofrío digno de un día de temperaturas bajo cero, me detuve un segundo frente al árbol y me pregunté porque, pero no fue nada alarmante para mí así que, seguí mi marcha esta vez hacia un banco que había ni bien salía uno de la casa. Entonces me senté tiré la cabeza para atrás y di un suspiro, volví nuevamente la cabeza hacia delante, me lleve las manos a la cara; el calor se estaba empezando a volver agobiante, cuando levanté la cabeza miré hacia el ombú y vi a una mujer, alta, vestida de negro, o al menos eso parecía, no se si me estaba mirando o no, ya que no había casi luz en ese parque pero si recuerdo que estuvo allí unos segundos, inmóvil; cerré los ojos con fuerza, y al abrirlos, la mujer había desaparecido e instantáneamente los bebes dejaron de llorar, casualidad quizás. No se si aquella mujer fue producto del calor, del stress o del agotamiento que venía acumulando, el tema es que volví por 3 noches mas a ver si aparecía aquella mujer pero nada sucedió, lo que me confirmó que lo de la noche del viernes, sólo había sido una mala pasada de la mente. Unas semanas después, nació por fin Camila, y a los 3 días Mariana volvió a casa. Transcurridas varias noches, Mariana se despertó muy sobresaltada, transpirando y pálida, casi no podía hablar, le pregunté que le pasaba y me dijo que nada así que me di media vuelta y seguí durmiendo. A la mañana siguiente la noté preocupada, inquieta así que nuevamente le pregunté si le pasaba algo, ella se sentó: -Anoche tuve un sueño la verdad horrible, soñé que entraba al cuarto una mujer y se la llevaba a Camila. La mujer la tomó en brazos y cuando estaba saliendo de la habitación, desperté. Inmediatamente después recordé a la mujer que yo había visto aquella noche y le pregunté: -¿Cómo era la mujer?.- -.Alta, vestida de negro, con guantes largos, negros también, no pude verle el rostro, pero fue horrible.- comentó angustiada. Obviamente me pareció mas que raro tal coincidencia, pero sabía que no tenía nada que ver, nunca creí en historias de fantasmas. Por lo pronto Camila estaba muy inquieta, no dormía bien y comía muy poco. Mi esposa la llevó al médico pero éste dijo que todo estaba bien, que solamente era cuestión de tiempo para que se regularice todo. Las siguientes tres noches pasaron en paz, Camila había empezado a mejorar un poco, sólo habían pasado tres días. A la cuarta noche recuerdo que comencé a escuchar los llantos de los bebes, mire el reloj y eran las doce en punto; no se porque, pero la hora me quedó grabada. Comenzaron los llantos y casi al unísono Camila empezó a llorar también, y estaba realmente desconsolada, lloraba y lloraba y no podíamos encontrar la razón. El hecho es que, al cabo de una hora Camila se tranquilizó y, aunque los niños seguían llorando, Mariana se durmió, yo no pude. Nada pasó en unos treinta minutos, hasta que nuevamente se despertó mi esposa pálida y sudando como en el sueño anterior. Efectivamente había tenido el mismo sueño que esa noche pero sólo que esta vez la mujer salió del cuarto con Camila y cuando Mariana salió a correrla, despertó. Por la tarde llamó su madre, para avisarle que su padre había tenido un accidente; al parecer había resbalado en la bañera y estaba muy grave. Mariana tuvo que dejar a nuestra hija con Alejandra y salió corriendo para allí. Camino al hospital, no pudieron pasar mas cosas, un choque múltiple en Libertador hizo desviar al remisero unas cuantas cuadras por lo que se tardó casi quince minutos mas en llegar, cuando llegó encontró a su madre en la oficina de informes, llorando y le dijo: -¿Como esta papá?-. -¿En que habitación esta?- -¡¡Hablá mamá, decíme algo, ¿que pasa?!! Le gritó con desesperación. La madre se quedó inmóvil unos segundos:-Tu padre murió hace diez minutos- replicó con los ojos llorosos. Después del funeral mi esposa comenzó a pasar mas tiempo con su madre y le comentó el tema de los sueños que tenía, ella le confesó que también había tenido esos sueños cuando nació Mariana y que eran perfectamente normales para las madres que recién acaban de dar a luz, así que nos despreocupamos del asunto. Pasados cuatro días del funeral Mariana iba para la casa de su madre, al cruzar, pasó por al lado de la anciana que estaba, como siempre, sentada en la puerta de su casa sosteniendo su bastón con ambas manos, y con la vista perdida, fija hacia delante, decía con ritmo pauseado: -Yo siempre viví acá, este es un barrio bueno, la gente te ayuda siempre-, Mariana pasó por su lado y la miró casi como sintiendo pena, cuando llegó a la esquina metió la mano en el bolsillo y notó que se había olvidado la caja de Valium que tenía que llevarle a su madre así que, volvió a buscarlo. Cuando salió nuevamente hizo el mismo recorrido y otra vez pasó por al lado de la anciana y justo cuando la estaba pasando dijo:-No se preocupe m’hijita, él la cuidará mejor desde donde está, así debía ser, sí, sí, así debía ser.- Inmediatamente Mariana abrió los ojos a mas no poder, se dio media vuelta y la mujer la estaba viendo fijo:-¿Como dice?, ¿que es lo que dijo? - la anciana volvió la vista hacia delante, cambió la expresión del rostro y siguió:-Yo siempre viví acá, este es un barrio bueno, la gente te ayuda siempre.- Mi esposa que no es nada escéptica para estas cosas, se asustó un poco, no entendía como podía haber pasado aquello. Cuando llegó me lo comentó y le dije que no tenía nada que ver, esa mujer no estaba en su sano juicio y lo que dijo no quería decir nada, pero no se porque ella pensó que lo dijo por el fallecimiento de su padre. Claro que no le preocupaba que la anciana lo supiera porque era bastante lógico que viviendo enfrente se enterara de tal tragedia, el tema era lo que le dijo, ¿porque se lo había dicho? –Tendrías que haber visto como le cambió el rostro cuando me lo dijo, cambió la expresión.- me decía. La cosa quedó ahí, no sabíamos si era sólo otra incoherencia mas de la pobre, que era lo mas seguro. Mariana no quedó convencida, quizá por el hecho de pensar que la mujer podía comunicarla con él. La cosa es que al día siguiente ella salió y se cruzó de nuevo, esta vez exclusivamente para hablar con la mujer:-¿Que tal, se acuerda de mí?, ¿Se acuerda lo que me dijo?- la anciana seguía diciendo cosas sin sentido, una tras otra como si mi mujer no estuviese allí:-Quiero un caramelo de miel, siempre me gustaron los caramelos de miel, denme uno por favor.- Mariana obvió las palabras de la mujer y siguió: ¿Usted porque lo dijo, hay algo que yo tenga que saber, mi padre murió hace dos semanas, sabía?- la anciana jamás contestó sino que seguía pidiendo caramelos de miel, como le era costumbre. Mi esposa la dejó y volvió a casa llorando. Esa misma noche nos acostamos temprano, y como era costumbre Mariana volvió a soñar, pero esta vez no era la mujer de negro, sino que ella estaba en el parque de atrás, miro hacia atrás y volvió la mirada hacia delante, cuando lo hizo estaba su padre casi junto a la pared que daba a la casa de Alejandra, quieto, casi petrificado hasta que, levantó el brazo izquierdo y le señaló el viejo ombú. El sueño era muy misterioso, ella estaba convencida que era un aviso, una señal, ¿de que? No sabíamos. Trate de calmarla, y de decirle que no había explicación lógica para pensar que aquello era una señal. Los días pasaron y la psicosis llegó a que me dijera que quería hablarlo con su tía, que era parapsicóloga. Me negué rotundamente, las cosas estaban yendo demasiado lejos ya, dormía poco y se la pasaba diciendo que su padre quería decirle algo. Cuando pensé que los sueños de la mujer alta se habían esfumado, nuevamente, la noche siguiente soñó con ella. Esta vez la mujer bajó hasta la mitad de las escaleras. No entiendo para que me contaba esos detalles irrelevantes, que tenía que ver si la mujer salió, bajó o se quedó arriba, si todo era producto de su imaginación. El tema es que con ese ya eran tres las veces que soñaba con esa mujer, la cosa se estaba poniendo preocupante. Decidí que lo mejor era que viera a un psicólogo, la muerte del padre la había puesto muy histérica. Cuando se lo dije se puso peor, como si la estuviese tratando de loca así que para no ponerla peor, opté por olvidar lo de la terapia. Al otro día, salió a hacer unas compras, cuando volvía pasó por la casa donde estaba la anciana sentada y seguía, por supuesto, diciendo cosas sin sentido, cuando estaba exactamente a su lado la anciana la tomó del brazo con fuerza, abrió los ojos de par en par y entre dientes y con voz ronca y grave le dijo:-Ella nunca los quiso Mariana, nunca los quiso.- Por supuesto esto fue más que demasiado para mi esposa que sin mas, cayó desmayada en ese preciso momento. La gente no supo que hacer así que llamaron una ambulancia. Cuando llegué a casa me encontré con lo que había pasado, y salí al hospital. Obviamente no había sido mas que un desmayo, pero estaba muy débil cuando la vi. Me dijo que la mujer de enfrente la había tomado del brazo y me repitió sus palabras. Juró y juró que no era la anciana, que era la voz de su padre. Yo ya no sabía que hacer, no podía manejarlo, la histeria me estaba atacando a mí también. Como podía ser tan crédula, entiendo que la muerte de su padre la afectara, pero esto ya era demasiado. Esa noche, algo que pasó me movió el piso a mí, y tuve que aceptar que algo raro estaba pasando. Mariana se acostó rendida y se durmió enseguida, raro en ella últimamente, pero siempre que se acostaba y se dormía enseguida, soñaba con la mujer aquella. Y efectivamente así fue, sólo que esta vez, mi esposa la corrió hasta alcanzarla con Camila en brazos y cuando la alcanzó, sólo atinó a tomarla del brazo y la mujer dejó caer un anillo que llevaba puesto, al final de las escaleras. Cuando nos levantamos, ella salió primero de la habitación, le dije que se fijara la ropa afuera que se estaba secando y no contestó, volví a repetirle y no tuve respuesta hasta que salí y al bajar las escaleras estaba allí petrificada, dura, le pregunté que le pasaba y no me contestaba cuando la alcancé vi, en el piso, un anillo –Es el anillo que llevaba la mujer de negro.- dijo. Yo no podía creer lo que estaba viendo, es que de hecho el anillo no era de ninguno de los dos y no había forma de que haya llegado allí por sí solo. Era una alianza, con un grabado muy sofisticado, gruesa, parecía valer una fortuna. En seguida tomé el anillo y le dije que mañana iríamos a visitar a su tía a ver si sacábamos algo en limpio. Recuerdo que ese día Alejandra había viajado a San Luis a visitar a unos parientes y nos había pedido si de cuando en cuando podíamos ir a ver que todo este bien en la casa, por supuesto, aceptamos. Llegó la noche y habíamos acordado que yo me quedaría de guardia y si Mariana volvía a soñar otra vez con la mujer, la despertaría de inmediato. Cuando se durmió yo seguía pensando, como lo hice durante todo el día en ese anillo, parecía tener algo extraño, casi macabro, seguramente era pura sugestión mía, pero el hecho era que así me parecía y el no saber a que nos estábamos enfrentando, si es que a algo nos enfrentábamos, me aterraba. Esa misma noche recuerdo que mientras las horas pasaban y yo luchaba para no quedarme dormido comencé a escuchar nuevamente a los bebes llorando, claro que se me puso la piel de gallina, más cuando me volví hacia el reloj y vi las doce en punto. Si Alejandra se había ido no había forma de que se escucharan esos llantos, salvo que, no provinieran de su casa. Bajé, agarré la llave de su casa y fui a ver, no podía ser posible. Entre, revisé cuarto por cuarto, la cocina e incluso el baño, pero no había nadie. Recordé de un flash, la razón por la cual estaba despierto a esa hora, y corrí a casa. Llegué, abrí la puerta con violencia casi, y corrí arriba, cuando abrí la puerta del dormitorio ella estaba aún dormida. A eso de las dos, cuando menos lo imaginé comenzó a soñar se movía de un lado al otro, pataleaba, la zamarree con fuerza pero nada pasaba, parecía estar en trance. Nuevamente la zamarree pero esta vez le grité, nada. Finalmente después de unos segundos se despertó sola, junto con Camila. Lo que no me cerraba, quizás era casualidad, que cuando se despertaba Mariana, casi en conjunto se despertaba Camila, ¿Por qué?, No lo se pero ya menos margen le dejaba a la idea de que las cosas que pasaban sean casualidades. A la mañana, por supuesto fuimos a primera hora a ver a Ana, la tía de mi mujer obviamente con el anillo. Salimos a las ocho de la mañana sabiendo que con suerte, llegaríamos a las nueve y media, vivía en José C. Paz. Primero fue el colectivo, no sólo tardo años en venir, sino que cuando subimos, a los veinte minutos pinchó y tuvimos que bajarnos a esperar el de atrás. Llegó el colectivo después de media hora. Cuando llegamos a la estación de tren el hombre de la boletería nos dijo que teníamos que esperar que había un problema con la locomotora y que era cuestión de minutos y el tren saldría. El tren se demoró cuarenta y cinco minutos, por reloj controlados. Subimos al tren y en mitad de el trayecto, casi en la estación del Palomar, el se cruzó un auto en medio de las vías, el maquinista frenó a mas no poder y el tren se descarriló. Atiné a abrazarlas fuerte a las dos, y esperar que nada pasara. Bueno nada pasó, por milagro o no se qué estaban bien las dos, yo terminé golpeándome fuerte la cabeza con la puerta que daba al vagón siguiente, tanto que hasta sangraba, no mucho, pero sangraba. Mariana estaba en el mismo asiento en el que se había sentado cuando salimos de retiro, pero sin rasguños, no le había pasado nada, ni siquiera había caído al pasillo. Salimos como pudimos del tren y cuando nos bajamos, desde adentro, esta vez ambos lo vimos, el padre de Mariana estaba allí, en el asiento que yo estaba, al lado de Mariana, nos saludó y desapareció. Después de la locura, fuimos a una remisería. Finalmente llegamos, a las once menos diez, a la casa de Ana. Nos hizo pasar, lo raro fue que no nos preguntó que había pasado sino que directamente nos sentamos y nos pidió que le contáramos, con lujo de detalles que es lo que estaba pasando. Empezamos por contarle lo de los llantos de los bebes, que hasta ayer creíamos que eran los hijos de una vecina y me dijo:- Decíme, ¿te acordás a que hora empezaban y a que hora terminaban?- Le dije que empezaban siempre a las doce de la noche, todos los días desde que llegamos casi y que terminaban cuando Mariana se despertaba o cuando llegaba la mañana. Le contamos también lo que había pasado con la anciana y los sueños de Mariana. Luego le dimos el anillo que tenía yo todavía en mi poder, cuando lo tomó inclinó de golpe la cabeza hacia atrás y lo dejó caer, bajó la cabeza y nos dijo que nos vayamos lo mas pronto posible de allí, que en esa casa había alguien que no nos quería y que estábamos a salvo durante el día, ya que los espíritus malignos, como los llamó, sólo tenían poder de doce a seis de la mañana. Simplemente eso, casi nos matamos por llegar acá y lo único que nos dijo fue eso, y un collar que nos dio que dijo que era para espantar a esta mujer. Nos dijo que había que ponerlo en la cuna de Camila, ya que era obvio que ella tenía mucho que ver en lo que esta mujer quería. Le pidió por favor a Mariana que le preguntara, a la mujer en su próximo sueño que era lo que quería, porque estaba allí y que pretendía con todo eso. Luego cuando nos íbamos, Mariana se adelantó, entonces me tomó del brazo y me dijo:- Cavá, porque en tu casa hay una tumba, no en tierra, pero hay una tumba, buscála y vas a tener algo mas en claro, sólo se eso, espero que la encuentres.- Nos fuimos entonces, nos fuimos para casa sin ningún problema durante el viaje. Cuando llegamos había un montón de personas en la puerta de la casa de la anciana, Evangelina, pregunté que pasó y nos habían dicho que la mujer había enfermado, y que como no quiso irse de allí, hubo que instalar toda una verdadera habitación de hospital en su cuarto. Me aflijí por la pobre, ya que no tenía ningún familiar y los vecinos juntaron entre todos para pagar los gastos a los que sin mas que decir, me adherí. Nos fuimos entonces para casa a descansar después de la agotadora jornada que habíamos tenido. Colgamos el collar de inmediato en la cuna de Camila y nos recostamos. Me desperté como a las cuatro de la tarde, Mariana no estaba y Camila dormía todavía. Bajé y la encontré en el comedor, llorando desconsoladamente. -¿Que paso?- le dije, -¿Cuándo va a terminar todo esto?, tengo mucho miedo de no saber que pasa.- -Yo también, pero confío en que todo va a salir bien, tu padre nos esta cuidando.- le dije. Mariana después, se fue a la casa de la madre y le dije que se quedara a dormir allí, que sería mejor. No fue mejor la oportunidad para empezar a cavar y ver que era lo que encontraba. Ya que me había dicho que en la tierra no estaba, descarté la pala y tomé un pico pero no sabía por donde empezar así que, me senté primero a tomar algo miraba cada rincón de la casa a ver cual de todos podía ser una tumba y, sinceramente todos los rincones de la casa lo parecían. Cuando estaba a punto de empezar a cavar a la marchanta, comenzaron los llantos, me di vuelta y quise tratar de fijarme a ver de donde venían, ya que lo mas probable era que la tumba estuviese allí. Empecé a caminar por el comedor y al salir al patio de atrás los llanto eran mas tenues, por lo que volví de inmediato para adentro, caminé hacia la puerta y parecía que se los escuchaba mas, salí, di la vuelta al jardín y del lado de afuera de la casa pude localizar que se escuchaban por la parte media de la casa. Cuando entré para clavar el pico donde se escuchaban mas claramente, vi la mujer otra vez, parada en la puerta que daba al patio trasero señalándome con el dedo, como si estuviese haciendo algo que no le gustaba y de echo, me juego que así era. Le pregunté quien era, que quería y que pretendía, la mujer seguía allí, bajo el brazo y dejó de señalarme y se desvaneció. Al instante dejaron de llorar los bebes, no me pude guiar mas pero, tenía mas o menos idea de donde estaba seguro provenían. Así que con pico en mano empecé a romper la pared, cavé y estuve casi dos horas haciendo un agujero en el que cabían fácil, cinco tipos parados. Nada había hasta que miré con atención a uno de los extremos del agujero, y vi la punta de lo que parecía ser una manta, rompí con fuerza esa parte y, cuando abrí la manta en efecto, había dentro lo que parecían ser cinco juegos de esqueletos de niños de no mas de tres meses con lo que parecían ser cráneos fragmentados. La experiencia fue mas que morbosa pero ahora ya sabía, de donde venían los llantos pero, ¿como llegaron allí esos huesos?, ¿que ser humano con mente perturbada podía haber llevado a cabo este acto tan macabro?. El tema era ahora, esconder los huesos y explicarle a Mariana tal agujero en la pared que aparentemente no tenía motivo alguno. La mantuve lo mas posible en la casa de su madre, hasta que, finalmente por la tarde mi esposa volvió a casa. Lucía mas animada, la noche lejos de acá parecía haberle hecho bien, hasta se mostraba optimista. Cuando vio semejante buraco en la pared obviamente me preguntó que había pasado y le tuve que decir que pensaba instalar una ventana allí. Realmente una excusa mas que ridícula, pero el hecho de que la pared en ese estado no tuviera otra explicación lógica, le hizo creer de inmediato lo que le había dicho. Llegó, nuevamente la noche, la última que pasaríamos en esa casa. Camila se durmió casi de inmediato, luego siguió Mariana y, como era costumbre últimamente yo me quedé despierto. Alrededor de las once y media de la noche escuché el timbre. No me imaginé quien podría ser, ¿solamente Alejandra que haya vuelto antes de tiempo y quisiera las llaves de su casa? El hecho es que bajé intrigado ya, pues en otro momento no me hubiese preocupado el tema, pregunté quien era y dijeron:-Soy Claudio, el vecino, disculpe que lo moleste a esta hora pero Doña Evangelina ha estado insistiendo desde hace ya rato que quiere hablar con usted, no se, supongo que quizás usted sepa de que se trata.- En ese momento las piernas se me aflojaron casi al punto de caerme ¿Ahora que? Si me llamaba esa mujer seguro algo raro era, algo que tenía que ver con el padre de Mariana o peor, con la mujer de negro. Me puse lo primero que tenía a mano, y salí. Llegué y en la casa sólo estaban Claudio y la enfermera que estaba cuidando de la pobre viejecita. Era un cuarto con muebles muy antiguos no muy acogedor que digamos, había bastante humedad en las paredes y olía a viejo, que me perdone la pobre anciana pero así era. La mujer, aunque estaba mas débil que de costumbre, parecía haber recobrado la cordura de golpe y me invitó a sentarme. Me preguntó por mi esposa y le dije que estaba bien ahora pero había estado algo perturbada, no se porque, pero hablaba con la anciana como si ella ya supiese todo, y que de hecho luego me ente, no se porque, pero hablaba con la anciana como si ella ya supiese todo, y que de hecho lo sabía. Yo igualmente le conté no se porque de los sueños que Mariana había tenido y ella me dijo que, en 1946 había vivido en la casa donde nosotros vivíamos, una mujer que se llamaba Antonia Servello que estaba casada y que trabajaba en la funeraria del marido y siempre estaba vestida de negro, era muy morbosa. Me contó que el marido era un hombre muy bueno, pero bravo cuando se enojaba, y ella era muy odiosa, nadie en el barrio la quería: -“La enterradora” le decíamos.-, contaba. Una vez quedó embarazada de quintrillizos y siempre repudió y maldijo cuanta vez pudo por esos niños, ella odiaba a los niños y decía que no quería tener ni uno en la casa, tanto que intentó mil formas de perderlos pero, no pudo. Una noche estaba en casa, por supuesto ya había dejado de trabajar con el marido y los niños lloraban, lloraban y lloraban desconsoladamente, ella trató de dormirlos por varias horas y los chicos no dejaban de llorar, entonces harta de escucharlos, bajó a la cocina, tomó un martillo que tenía su esposo en la caja de herramientas, subió y les aplastó el cráneo, uno por uno. Cuando el marido llegó vio tal acto de salvajismo de su esposa y se volvió loco, tanto que hizo ver que se había calmado y, cuando ella estaba juntando los escombros que habían quedado de sus hijos, vino por detrás con un cuchillo y le cortó la garganta, de oreja a oreja. Luego, como buen funerario que era, envolvió a los niños en una manta e hizo una tumba en la pared, decía que el suelo de su casa estaba maldito, siempre lo decía, y los puso allí. Después levantó el cadáver de la mujer y lo enterró junto al ombú que estaba en el patio trasero y cuando terminó el trabajo, se suicidó. Me dijo que la única manera de que dejara de aparecer era que la desenterrara, y le de sepultura cristiana en un cementerio. No podía creer lo que esa mujer me había contado, no cabe ni en la mente del mas salvaje de los animales acabar con sus crías tal como esa mujer lo había hecho. Habrá estado unos treinta minutos fácilmente hablándome de aquella macabra mujer y cuando terminó de hacerlo se retorció de tal forma que creí que le había llegado la hora, entró la enfermera, la revisó y la mujer dijo –Ya esta mija ya esta, ya estoy bien, salga por favor que necesito hablar con este hombre.- Me miró entonces, me tomó de la mano y me dijo:- Se que la tía de su esposa le dio un amuleto para alejar a esta mujer de la cuna de su hija, pero créame que ella no se va a detener por un simple amuleto, hágame el favor, tráigalo.- Le dije que si lo traía mi hija estaría desprotegida y que no podía, bajo ningún punto de vista ponerla en peligro. A lo que me respondió: - Confíe en mi joven, el diablo sabe por diablo, pero mas sabe por viejo, yo voy a orar por su hijita.- La mujer me inspiró confianza, más después de tan demente historia así que accedí y fui a buscarlo. Llegué a casa y mi esposa dormía plácidamente, como si nada nunca hubiese pasado así que, sin hacer mucho ruido, caminé hacia la cuna de Camila y tome el amuleto. Cuando crucé la calle para ir a llevárselo a la anciana me encontré con una escena aterradora entrando al cuarto. Estaba la mujer en la cama, tal como la había encontrado hace una hora casi, sólo que estaba prácticamente consumida, con la piel verdosa y un olor espantoso, era solo piel arrugada pegada a ese frágil esqueleto, como si hubieses estado muerta por años y nadie la hubiese sacado de allí. Comencé a sudar sin parar, las manos me temblaban y las pulsaciones se me fueron a las nubes pero mas fue mi asombro cuando vi a la pared me puse pálido y sentí miedo como nunca en mi vida había imaginado que sería posible para un ser humano en la pared esta escrito con algo que aparentemente era sangre: -Descanse en paz, ahora ella duerme conmigo.- Me di media vuelta al arrancar para empezar a correr tropecé con un masetero que había junto a la puerta. Corrí sólo metros, pero que parecían kilómetros, tantas cosas me pasaron por la cabeza en esos segundos que tardé en llegar a casa. Abrí la puerta tan abruptamente que me caí hacia dentro de la casa, me levanté subiendo las escaleras de a cuantos escalones podía, entré al cuarto y no estaba mi esposa, ni tampoco Camila. Llamé de inmediato a la casa de mi suegra para preguntarle si estaba allá, pero ella no sabía nada. Bajé las escaleras me senté en el comedor y lloré, lloré a mas no poder estaba histérico pasé horas allí sentado hasta que, a las cuatro de la mañana decidí tomar la pala y sacar el cuerpo de la mujer junto al ombú. Me dirigí entonces al jardín trasero, clavé la pala al costado izquierdo del ombú y nada había. Lo mismo hice del otro lado, pero esta vez, a los casi dos metros de cavado me topé con algo duro, removí la tierra y era, en efecto un ataúd arruinado por el paso de tiempo, con hendiduras por todos lados y un olor desagradable por cierto. Quité entonces la tapa del cajón y cuando lo hice supe, que desde ese momento no tendría mas nada por lo cual vivir, estaba en el cajón el esqueleto de lo que parecía ser la antigua dueña de la casa y, en brazos el cuerpo estéril y frío de mi hijita Camila. Sin mas que gritar como un desconsolado abrazado al cuerpo de Camila sin saber porque me había pasado esto, cuando se me agotaron las lágrimas, hice las camas, me cambié, me puse la mejor ropa que tenía, me peiné, tomé las llaves, salí y cerré la puerta para nunca mas volver a la casa aquella.
3- Manos
En el año 2000 yo me habia casado con mi novia, eramos jovenes aun, ella tenia 27 y yo 28, ya habiamos salido de la universidad, estudiamos medicina, estabamos muy bien economicamente, saliamos una vez por semana, ese dia
fuimos a un hotel con vista al mar, ya estabamos alli cuando la resepcionista nos dijo que quedaba solo una habitacion
en el 2º piso con vista al mar, era la habitacion perfecta, tenia de todo, pero la resepcionista puso una cara extraña
y dijo : "bueno, pero luego no quiero reclamos" y nos paso el papel de resepcion, era una habitacion preciosa, pero
ya era tarde y fuimos a dormir, la noche estaba estrellada, estaba el mar muy hermoso, pero eran las 2 am y fuimos a
dormir, siempre al dormir nos tomabamos de la mano, pero la cama era muy grande y creimos que no hibamos a alcanzar, pero si alcanzamos, o eso creo...
Al dia siguiente estaba mi esposa muerta, tirada en el suelo llena de sangre, pero esa noche me tomaron la mano toda la noche,
que era? que me tomo la mano ? y estaba en el espejo escrito con sangre "te advirtieron, no reclames", llore todo el dia
, llegaron los carabineros y me tomaron preso, por 2 muertes, la resepcionista y mi esposa, como se esto ? soy yo
sali de la carcel hace 2 meses, y cuando visite ese hotel otra vez, fui a la misma habitacion, y habia un hombre en
un espejo, me saludo con la mano, pero habia algo raro en el no tenia nada en la cara, no tenia boca, orejas, nariz
y en los ojos unas cuencas vacias negras, estaba llorando sangre, no me asuste, pero nunca mas visite ese hotel, pero siempre digo por las noches, que fue eso ? eso me tomo de la mano ? me estara persiguiendo ? pero lo que si es cierto
fijate siempre que en las noches no te tomen las manos, quiza ahora este tras de ti, fijando matar a tu familia...
4- El callejón
Alguna vez has sentido que hay algún mirándote en un callejón, pasas caminando sol@ y sientes que te siguen, pasos detrás tuyos, miradas provenientes de las paredes, te comprendo no estás loco.
Mi mejor amiga y yo fuimos a pasar la noche antes de un examen a repasar a casa de unas amigas, pero por el camino un número desconocido nos manda un mensaje al móvil para darnos otra dirección y como nos quedaba cerca esa dirección fuimos.
Al llegar, vimos a un chico alto, con pelo oscuro y cubierto con una misteriosa gabardina negra. Nos hizo una señal para que le siguiéramos e, intrigadas, le hicimos caso.
Así nos condujo hacia un oscuro callejón en el que nos invadió un extraño frio ya que esa noche no hacia ningún frío. Además se escuchaban gritos ahogados.
¡Aunque allí solo estábamos nosotras y el extraño hombre! De pronto, la cara del chico se transformó por completo.
En pocos segundos había pasado de ser una persona normal a un horripilante monstruo con enormes colmillos.
Aunque queríamos movernos, nuestros cuerpos no nos obedecían, y vimos cómo iba acercándose a nosotras, lentamente.
Cuando faltaba un paso para poder tocarnos, nos dijo con una voz llegada del más allá y muy baja y pronuncio estas palabras:
“Debes sufrir, morir y ser la eterna esclava y centinela de este de este callejón maldito durante toda tu eternidad. A menos que, como yo, encuentres a otro ingenuo mortal a quien pesarle la maldición”
Nosotras intentamos salir pero no podíamos porque estábamos en el callejón atrapadas. Mi amiga lo logra despistar y pudo escapar, pero a mí me toco peor suerte ya que su brazo se volvió como una sombra y saco un hacha y me cortó la cabeza.
Ahora soy yo el monstruo, la maldición, la centinela el callejón y la cobarde de mi amiga no ha vuelto a pasar nunca más ¡Cobarde! ¡Cobarde! .
Pero no me preocupare porque sé que tú , jajajá, tu pasaras por un callejón y pronto nos veremos….. SI
5- Historia sin titulo
Me encanta su olor… Me recuerda tanto a la sangre…
-¿Cariño, por qué lloras?- Le dije susurrándole al oído, me pregunto porque temblara, no se a movido de la silla en aquella esquina desde que llego a casa, la casa esta algo sucia, en las paredes hay moho y un poco de sangre… ¿ por qué abra sangre? No lo se, ,pero bueno en este momento solo me importa el… aunque si no se mueve ni habla no será divertido… empezare a hacerle preguntas las típicas “¿Estas cómodo?” “¿Tienes hambre?” El dependía de mi… así no me abandonaría, me a mirado fijamente, no responde mis preguntas.
-¡MALDITA!- Me a gritado, ingrato… hago todo por el… aun así le amo.
-Te perdono- Le he dicho esperando a que se calme ¿acaso esta enojado?.
-Lo lamento mi vida- Tal vez si me disculpo me perdone, creo que atarlo y quemarlo con sus cigarrillos no fue muy buena idea pero me dijo “ Se termino” no podía dejarle ir, además, el dijo que era la mujer perfecta, ¿Por qué alejarse?, si yo soy perfecta…. No le molestara quedarse a mi lado.
-M…m… mi vida… suéltame, me quedare contigo por siempre- ¡Que alegría! Era lo que quería escuchar. Lo libero se quedara conmigo que a…a…
Siento un golpe en la cabeza, caigo al suelo, lo miro -¿Por qué me haces esto amor? ¡yo te amo! – Le pregunto, toco mi cabeza ¿Sangre? ¡Sí! ¡Estoy sangrando!
-¡Hijo de perra!- le grito, hay un cuchillo a mi lado, ¿ya tiene sangre? Que extraño
El corre, le pérsigo ese infeliz no se saldrá con la suya.
Encajo mi cuchillo en su espalda –infeliz- le grito mientras llora e intenta quitarme no lo lograra, no veras otro día idiota mal educado, el llora, me esta implorando piedad, ¿Qué acaso tu tuviste piedad con mi corazón?, a que te refieres con que no me conoces,¡ tenemos una relación desde hace años!
Lentamente bajo mi cuchillo por su espalda abriendo su cuerpo por su espalda… ese olor ¡me enloquece!
Paso mi cuchillo lentamente por tu cuello…¡Mas!¡Sangra mas maldito!
Dejaste de moverte… ya no me sirve, bueno en fin… puedo usarlo de cena, tendré suficiente para una semana… así la policía no se dará cuenta que fui yo.
¡oh que es eso que miro por la ventana! Amor porque estas afuera… entra ¿Por qué no quieres entrar? Tendré que amarrarte otra vez…
Una serie de asesinatos se dio en el 2002 en Texas EUA una asesina capturaba a los hombres, se presume que se alimento de la carne de sus victimas por varios años, al examinar los restos de sangre de las paredes y encontrar partes mutiladas de los hombres en su refrigerador, el único superviviente de tal masacre menciono: “Me decía palabras cariñosas como si yo fuera su novio, sin embargo yo nunca antes la había antes de aquella vez”.
6- Historia sin titulo
En junio de 1972, una mujer apareció en el hospital Cedro Senai en nada más que un vestido blanco cubierto de sangre. Esto no debería ser demasiado sorprendente, la gente a menudo tiene accidentes cerca y viene al hospital más cercano para la asistencia médica. Pero había dos cosas que causaron a la gente el deseo de vomitar y escapar de terror. El primero, es que ella no era exactamente un humano. Era algo parecido a un maniquí, pero tenía la destreza y la fluidez de un ser humano normal. Su cara, era tan impecable como los maniquíes, sin cejas ni maquillaje. La segunda razón por la cual la gente vomitaba o escapaba de terror, es que ella tenía un gatito apretado en medio sus dientes, sus mandíbulas apretaban de una manera tan fuerte al pequeño gatito al punto donde ningunos dientes podrían ser vistos, la sangre salía a chorro hacia fuera sobre su vestido y en el piso. Ella entonces lo sacó de su boca, lo abandonó y se desmayo.
. A partir del momento ella fue tomada a un espacio de hospital y limpiada antes de ser preparada para la sedación, ella se mostraba completamente tranquila, inexpresiva e inmóvil. Los doctores lo habían pensado mejor refrenarla hasta que las autoridades pudieran llegar y ella no protestó. Ellos eran incapaces de conseguir cualquier clase de respuesta de ella y la mayor parte de empleados se sintieron demasiado incómodos para mirar directamente ella por más que unos segundos. Pero cuando el personal intentó darle el calmante, ella se defendió con la fuerza extrema. Dos miembros de personal que la dominaban con su cuerpo se elevaron encima de la cama para sostenerla, su expresión estaba en blanco. Ella giró sus ojos impasibles hacia el doctor masculino e hizo algo insólito. Ella rió. En cuanto lo hizo la enfermera gritaba y quedando en shock se desmayo, ya que en la boca de la mujer no eran dientes humanos, solo unos puntos largos y agudos.
Era demasiado el tiempo que la mujer tenia los dientes así que al incrustárselos en sus labios no sentía ningún dolor, el doctor la miró fijamente durante un momento antes de la petición ” Qué mierda es usted? ” Ella se libero de los doctores que aun la sostenían espantados, todavía sonriendo. Había una pausa larga, la seguridad había sido alertada y podría ser oída bajando el vestíbulo. Como ella los oyó, se lanzó adelante, hundiendo sus dientes en el cuello del Doctor, arrancando su yugular y dejándole caerse al piso, muriéndose… sobre el piso, él se ahogó sobre su propia sangre. Ella se levantó, su mirada era peligrosa como la vida descolorida de sus ojos. Ella se inclinó más cerca y susurró en el oído del Doctor muerto. “Yo…Soy. Dios.” Los ojos de los demás doctores llenos de miedo la miraron… ella muy calmada alejándose para saludar a los agentes de la seguridad. Cada vez que alguien mira sus dientes, se convierte en su bocadillo.
La enfermera que sobrevivió el incidente la llamó “el Inexpresivo” y nunca más se supo de ella
7- Jack el Destripador
Cinco crímenes perpetuados en Whitechapel hacia 1888, que hoy, por el escaso número de víctimas hubiesen ocupado pocas líneas en los diarios, en su momento revolucionaron Londres y el mundo entero.
Durante cien años, investigadores, detectives, policías y muchos aficionados han tratado de establecer un perfil psicológico que ayudase a determinar la personalidad o el nombre del asesino, pero hasta ahora solo se han podido identificar los nombres de unos posibles sospechosos. Tal vez por ese motivo Jack el Destripador se ha convertido en el asesino en serie más conocido de la historia. Su nombre nos evoca una silueta entre la niebla del Londres Victoriano, una sombra con capa y sombrero negros que ataca a sus víctimas y desaparece para siempre de la escena del crimen... no en vano se han escrito sobre él cientos de libros, canciones, óperas y películas.
En el año 1888, Whitechapel era uno de los peores distritos de todo Londres. Los callejones oscuros desembocaban en bares mugrientos y burdeles miserables en los que algunas mujeres se ganaban la vida prostituyendo sus cuerpos por unos pocos peniques. Fue precisamente aquí donde tuvo lugar el breve reinado de terror del temido descuartizador que firmaba sus crímenes como "Jack el Destripador".
Su primer crimen oficial, por así decirlo, el que reconocen todas las crónicas, tuvo lugar el 31 de agosto. Ese día estaba algún que otro paseante comenzaba a circular por el barrio. Uno de ellos distingue a lo lejos el cuerpo de una mujer tendido, cuando se acerca para tratar de ayudarla, ve que unas terribles heridas la habían casi decapitado. Horrorizado, no deja pasar un minuto y avisa al primer policía que hacía su ronda por el barrio, quién acompañado de un médico distingue bajo la luz de una linterna que la muerte le había sido provocada por dos golpes con arma blanca que le habían seccionado la tráquea y el esófago. Tras un examen más detallado en la sala de autopsias, descubren además que había sido brutalmente golpeada en la mandíbula inferior izquierda (posiblemente por una persona zurda), y que su abdomen había sido mutilado.
Por lo demás, el asesino no había dejado otras pistas tras de sí, ni testigos, ni el arma homicida. Ninguno de los vecinos oyó nada.
La identificación de la víctima no fue tarea fácil, aunque unos días después su padre y su ex marido identifican el cuerpo de una mujer de 42 años, prostituta, llamada Anne Mare Nichols y conocida como Polly.
El lunes 6 de agosto, varias semanas antes del primer crimen oficial del Destripador, Marta Tabram, una prostituta de 39 años, había sido hallada muerta con 39 puñaladas; y algunos meses antes, Emma Smith, una prostituta 45 años, había sido agredida salvajemente en la cabeza y le habían introducido un objeto en la vagina. Seguramente estos dos crímenes no tenían nada que ver con nuestro asesino, más que nada porque la firma del Destripador era más ritualista que los simples golpes y puñaladas, pero aún así, el terror ya se había apoderado de las almas de los habitantes del distrito londinense.
El cuerpo de Annie Chapman fue hallado mutilado en la calle del Mercado de Spitalfields a las 6 de la mañana, y nadie había ido testigo de los hechos. Su intestino estaba en el suelo entre un gran charco de sangre y una profunda incisión cruzaba su cuello de lado a lado.
Todo parecía indicar que había sido asesinada en ese mismo sitio. No había señales de defensa por parte de la víctima, y lo curioso es que cerca de su cadáver se encontraron un pequeño pañuelo, un peine y un cepillo de dientes, que parecían haber sido colocados en un orden concreto por el asesino.
Las otras heridas infligidas y las mutilaciones abdominales habían sido realizadas post mortem: el abdomen había sido abierto para extraer la vagina, el útero y la vejiga, que no fueron hallados. Las incisiones eran limpias, como si se tratase del trabajo de un experto en anatomía, o por lo menos el de alguien con los conocimientos anatómicos y la habilidad suficiente para poder abrir el cuerpo y extraer los órganos con mucho cuidado de no dañar otras partes internas. El instrumento utilizado parecía ser un cuchillo estrecho con lámina fina y muy afilada, la clase de cuchillo que utilizaban los cirujanos y los carniceros.
El 25 de septiembre, la Agencia Estatal de Noticias recibió una nota en tinta roja firmada por el propio Jack el Destripador cuyo contenido era:
"Querido Jefe, desde hace días oigo que la policía me ha cogido, pero en realidad todavía no me han pescado. No soporto a cierto tipo de mujeres y no dejaré de destriparlas hasta que haya terminado con ellas. El último es un magnífico trabajo, a la dama en cuestión no le dio tiempo a chillar. Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá noticias mías y de mi gracioso jueguecito..."
Firmado: Jack el Destripador, desde el Infierno.
A partir de entonces seguiría escribiendo cartas y poemas destinados al jefe de la policía londinense jactándose de su habilidad para escabullirse en la oscuridad de las calles y evitar ser atrapado por la multitud que le perseguía, o haciendo alarde de la perfección de sus crímenes y anticipando otros nuevos ataques, siempre seguro de sí.
El domingo 30 de septiembre, se descubría otro cadáver en la calle Berner sobre la una de la mañana. Tras pedir ayuda a la policía, vieron que se trataba de una mujer, cuyas faldas habían sido levantadas por encima de sus rodillas. Un forense llegó a la escena del crimen con su ayudante un cuarto de hora más tarde. Entre los dos detallaron sus conclusiones de la exploración:
"La difunta yace sobre su lado izquierdo, su cara mira hacia la pared derecha. Sus piernas han sido separadas, y algunos miembros están todavía calientes. La mano derecha está abierta sobre el pecho y cubierta de sangre, y la izquierda está parcialmente cerrada sobre el suelo. El aspecto de la cara era bastante apacible, la boca ligeramente abierta. En el cuello hay una larga incisión que comienza sobre el lado izquierdo, 2 ½ pulgadas por debajo del ángulo de la mandíbula casi en línea recta, seccionando la tráquea completamente en dos, y terminándose sobre el lado contrario... "
El asesino no se había ensañado tanto esta vez como en las anteriores. Posiblemente había sido interrumpido mientras la degollaba y hubiese huido antes de completar su ritual.
Mientras la policía se enfrentaba al hallazgo de este nuevo cadáver, a pocas calles allí un guarda nocturno descubría el cuerpo de otra víctima degollada. Su abdomen había sido abierto y los intestinos se encontraban en el suelo, además tenía varias heridas por todo el cuerpo. Los miembros estaban todavía calientes, la data de la muerte no debía ser de más de media hora desde el descubrimiento del cadáver.
No había otros indicios más que un escrito con tiza blanca sobre una pared que decía: "No hay porque culpar a los judíos", supuestamente obra del asesino. Antes de que la inscripción pudiese ser fotografiada, el Comisario de la Policía londinense Charles Warren ordenó que fuese borrada, según él porque se trataba de una falsa pista del criminal tratando de culpabilizar a la comunidad judía, y si algún londinense lo leía, podía provocar una revuelta contra ellos.
La víctima era Kate Eddowes, quien como las demás, como en las muertes de Polly Nichols y Annie Chapman, la garganta de Kate había sido degollada de izquierda a derecha, le habían seccionado el vientre y extraído algunos órganos, entre ellos uno de los riñones.
El 9 de noviembre, otra mujer apareció salvajemente asesinada.
Se trataba de Mary Kelly, una atractiva joven de 21 años que se dedicaba a la prostitución. Sin duda fue el crimen más violento de Jack el Destripador. El cadáver estaba tumbado sobre la cama con múltiples heridas de arma blanca, completamente mutilado y con la arteria carótida seccionada. La ferocidad de este asesinato asombró a los cirujanos veteranos de policía. El médico forense necesitó varias páginas para redactar el informe de las lesiones y órganos extraídos.
Este asesinato creó el pánico absoluto en el barrio, haciendo estallar episodios esporádicos de violencia en la muchedumbre. La actividad policial era frenética, cada rincón fue registrado, cada sospechoso detenido e interrogado a fondo, pero no por eso la policía dejaba de ser duramente criticada. Nunca más se volvió a saber del asesino. No hubo más cartas ni más crímenes, parecía que Jack el Destripador hubiese abandonado la escena del crimen para siempre, y finalmente el caso fue cerrado en 1892, el mismo año en que el Inspector encargado del caso se retiró.
8- El misterioso crimen del niño en la caja
La tarde del 25 de febrero de 1957 un cazador que comprobaba las trampas para animales que había dejado instaladas días atrás, descubrió junto a la estrecha carretera de Susquehanna en Filadelfia una caja de cartón en cuyo interior encontró el cadáver de un niño.
El cadáver correspondía a un varón de raza blanca, de entre 4 a 6 años aproximadamente, cuyo cuerpo desnudo estaba envuelto en una manta de franela. El cadáver estaba seco y limpio y las uñas y el pelo habían sido cortados recientemente pero de forma apresurada. Se encontraron restos de cabello por encima de su cuerpo lo que parecía probar que se lo habían cortado en el mismo momento de su muerte. Tenía los ojos azules, la piel blanca y parecía desnutrido.
Se apreciaban muchas contusiones en todo su cuerpo, especialmente en la cabeza y el rostro que parecían haberse producido todas a la vez. Se encontraron también siete cicatrices en su cuerpo. Los investigadores concluyeron que al menos tres de ellas podian haber sido realizadas en operaciones quirúrgicas. Dos de estas cicatrices se localizaban en el pecho y la ingle de la víctima. Otras se encontraron en el codo, el tobillo y la barbilla del niño. Tenía tres pequeños lunares en el lado izquierdo de la cara y uno más grande en el brazo derecho. La inspección del cuerpo también probó que la piel de las palmas de las manos y los pies aparecía arrugada y áspera, lo que indujó a pensar que al menos el cuerpo había estado en contacto con el agua por un espacio de tiempo prolongado.
La caja de cartón que cubría el cadáver correspondía a la envoltura de un cuna de bebé. La caja estaba en buen estado en su parte interior y algo húmeda y degradada en la parte exterior. Su posterior análisis no evidenció ninguna huella dactilar. También se analizó la manta que envolvía el cuerpo del chico que parecía que había sido lavada recientemente y de la cual se habían vendido miles de unidades en multitud de establecimientos.
Muy cerca del cuerpo la policía encontró una gorra de hombre, de tejido de pana y color azul. Puestos en contacto con la empresa que había fabricado aquella prenda se pudo determinar que había sido vendida a un hombre que pidió que se le cosiera una correa en su parte posterior. En las inmediaciones también se recuperó un pañuelo de hombre con la letra G bordada en una esquina. Se encontraron unos cabellos cortos adheridos a su superficie que fueron enviados a analizar por si resultaran ser del niño. El análisis efectuado resultó negativo. También se recuperó como prueba una bufanda, una camisa de franela de color amarillo de la talla del muchacho y unos zapatos que resultaron ser demasiado grandes para la víctima. Entre la maleza apareció un jersey de hombre de color gris que escondía en su interior un gato muerto.
La primera teoría se centra en el hogar de acogida que se encontraba aproximadamente a 1.5 millas del lugar donde fue descubiernto el cadáver. En 1960, Remington Bristow, un empleado de la oficina del forense que dedicó toda su vida al caso hasta su muerte en 1993, se dirigió directamente al lugar y allí pudo ver una cuna similar a la que ocupaba la caja que escondía el cuerpo del pequeño. Además, descubrió mantas parecidas a las que envolvían el cadáver. Bristow considera que el niño pertenecía a la hijastra del hombre que dirigió el hogar de acogida, y que eliminaron el cuerpo del niño para no tener que afrontar la vergüenza de ser una madre soltera que en aquellos años se consideraba un estigma. Bristow creía que la muerte del niño había ocurrido de forma accidental. A pesar de esta presunción, la policía jamás pudo encontrar ninguna relación entre el niño de la caja y la familia de acogida.
La segunda gran teoría se presentó en febrero de 2002 cuando una mujer identificada sólo como “M” afirmó que su madre había comprado al niño desconocido, llamado “Jonathan”, en el verano de 1954. Posteriormente el joven fue sometido a abusos físicos y sexuales durante dos años y medio, y un día fue asesinado en un ataque porque el niño vomitó en la bañera. También dijo a la policía que su madre le había cortado el pelo y que había trasladado el cuerpo a una zona de Fox Chase dentro de una caja de cartón. Los investigadores concluyeron que la historia era verosímil pero también averiguaron que la mujer “M” tenía problemas mentales desde hacía tiempo y los todos los vecinos cercanos a su domicilio que fueron interrogados declararon que jamás habían visto un niño en ese domicilio.
El caso sigue sin resolverse oficialmente y en la actualidad tanto la identidad del niño de la caja como la de su asesino siguen siendo un misterio.
9- Mentirosos
Había una vez un joven que vivía en nuestro vecindario llamado Jimmy, que fue acogido por ser un chico seguro y divertido. Pero su boca frecuentemente lo solía meter en varios problemas, y nunca aprendía la lección. Cuando la gente le preguntaba por su conducta y sus bromas, él siempre sonreía, y decía, “La honestidad es la mejor política, al menos ellos no me ocultan nada mí, ni yo les oculto nada a ellos”.
Un día, uno de los chicos que se enfadaba constantemente por las bromas pesadas de Jimmy reunió a un grupo de amigos suyos que tampoco les gustaba Jimmy, y lo acorralaron en el laboratorio de ciencias.
Brett, el cabecilla del grupo, le dijo mientras lo miraba su cara amenazadora: “Tu boca te metió en esto… recuérdalo”. Cogieron un bote de ácido sulfúrico de un estante del laboratorio y se lo arrojaron en la cara. Se le quedaron viendo mientras gritaba de dolor y el ácido derretía lentamente su cara, antes de mofarse de él y salir corriendo fingiendo estar alarmados y buscando ayuda.
Cuando la ambulancia llegó y atendieron a Jimmy, el director preguntó al resto de los adolescentes si sabían lo que pasó. Brett explicó que pasaron por el salón y vieron a Jimmy merodear por la sala del laboratorio, y que, para el momento en que entraron, ya estaba en ese estado. Los otros miembros del grupo se unieron y respaldaron a Brett con otros datos falsos; Jimmy trató de protestar, pero su terrible agonía lo mantuvo callado. El director asintió y dijo que iba a hablar con ellos después de que escuchase la versión de Jimmy, una vez que le dieran de alta.
Pasaron unos días y Jimmy permaneció en la unidad de cuidados intensivos; los médicos se esforzaban por salvar lo poco que quedaba de su rostro. Su visión seguía intacta en uno de sus ojos y su mandíbula seguía resistiendo a pesar de la pérdida de carne. Aún era incapaz de hablar, sólo se quedaba sentado en la camilla del hospital todo el día, mirando al techo con sus ojos sin pestañear, inyectados en sangre y llenos de resentimiento.
Cuando salió del hospital, tiempo después, nunca respondía a lo que se le decía con nada más que la palabra “mentirosos”. Su vida social se esfumó por completo; incapaz de sonreír o incluso de hacer una broma inocente, se recluyó en su habitación y comenzó a planear. Pensamientos vengativos y enfermizos empezaron a irrumpir en su mente; se vengaría de todos, uno por uno, los diezmaría, los cortaría en rodajas y quemaría sus restos. Esperó pacientemente hasta que el grupo fuese vulnerable, por la noche, cuando se despidieran entre sí y cada uno partiera a su casa. Entonces atacaría.
Ese fin de semana, Brett recibió un paquete por correo. Curioso, lo abrió y encontró cinta de video que tenía escritas las palabras “Para ti” en la parte frontal. La colocó en el reproductor y se puso a verla.
Era un video casero grabado por alguien desconocido que no habló en lo absoluto durante toda la película. En el inicio, la cámara apuntaba a la fecha de un periódico, era de ayer. Mientras la cámara se alejaba, se podía ver que estaba en un sótano. En medio de la sala colgaba una bombilla que iluminaba una parte del cuarto, y debajo de ella, delante de la cámara, con sus manos sobre las rodillas, se encontraba uno de los amigos de Brett. Estaba desnudo, con una venda sucia alrededor de su cara y una mordaza en su boca. Su cuerpo estaba cubierto de sangre, quemaduras desagradables, moretones y cortes.
El camarógrafo retiró la mordaza de la boca del niño llorando, y éste de inmediato le suplicó que lo llevara a casa: “Por favor, POR FAVOR déjame ir… yo… ¡hice lo que querías! Oh Dios… Jesse, Mike, Keith… ¡Tú me has hecho un puto carnicero! Sólo… me quiero ir a casa… por favor”, repetía una y otra y otra vez, balanceándose de atrás hacia adelante.
Las piernas de Brett comenzaron a temblar y sintió la bilis en su estomago, podía ver los cuerpos quemados y mutilados en el fondo del cuarto. Los cuerpos de sus amigos.
El camarógrafo se acercó a la barbilla del chico y la levantó, alentándolo a ponerse de pie. Luego, lo puso de espaldas a la cámara. Tenía una herida más grande que las anteriores, formando la palabra “Mentirosos”. El camarógrafo se lo llevó hacia una puerta fuera de la pantalla y la cámara se apagó…
Cuando se inició de nuevo, ya no estaban en la casa; Estaban en las afueras de un bosque espeso cubierto por una capa densa de nieve, y ya no parecía ser el mismo hombre el que sostenía la cámara. Era el amigo de Brett, que temblaba y murmuraba algo mientras sostenía la cámara por 30 segundos, apuntando en dirección a unos árboles en la distancia. Se escucharon pisadas acercándose.
El niño empezó a gritar y llorar en lo que el sonido de las pisadas sobre la nieve se hacía audible desde aparentemente todos los ángulos.
Se detuvo.
Él se volteó rápidamente encontrándose con la cara destrozada de Jimmy; un terrible alarido estalló por los parlantes y la palabra “Mentirosos” apareció antes de que la cinta se interrumpiera abruptamente..
Brett sentía que se iba a desmayar y aseguró la puerta de su entrada, sabiendo lo que le esperaba. Justo al voltearse para salir corriendo, chocó con algo y cayó de espaldas contra el suelo.
De golpe, sintió cómo el ácido era derramado lentamente sobre su cara. Lo último que llegó a ver y escuchar fue la palabra “mentirosos”, y la cara de Jimmy, deformándose en una sonrisa enfermiza…
Espero que les haya gustado, si gustan en compartir uno háganlo :3
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :74Nivel On Rol :Champion
Gumi Megpoid
Re: Historias de terror y otras...
Puse algunas imágenes en Spoiler porque a cierta personita le dan miedo las imágenes xD
1- Historia sin titulo-
Soy un escritor de una editorial muy exigente, justo había terminado una buen libro de auto superación, pero tenía errores y me habían obligado a corregirlos para entregarlo de nuevo una semana después. Siempre fui un amante de los animales y no estoy en mi ciudad natal, vine porque en esta ciudad está el plantel principal de la editorial. Sólo estoy de viaje y vengo de lejos, estoy en un pequeño departamento sin compañía y no pude traer mis mascotas a lo largo del trayecto.
Iba directo a una tienda de mascotas para conseguir un compañero temporal, y no sentirme solo mientras estaba encerrado arreglando los pequeños errores del libro. Camino hacia el lugar me tope con un gato, no tenia ojos, extrañamente no me dio miedo, incluso me dio lastima, así que decidí tomarlo. Justo ahora me arrepiento de haberlo hecho.
Lo lleve a revisar a con un veterinario para ver que no tuviera algo grave, solo tenia una pequeña infección en la pierna, pero apenas estaba emergiendo, así que fue fácil erradicarla. En la sala del veterinario era fácil notar que yo era el único al que no le daba asco la situación del gato, nunca le puse nombre, tanto por qué no me dio tiempo como que todavía no me quería encariñar tanto con él.
Una vez en casa, lo dejé que jugara libre por el apartamento. A pesar de estar ciego parecía saber exactamente donde estaba y cómo moverse por el lugar, no me pareció extraño, solo pensaba en lo prepotente que se ha de sentir el pobre animal. Mientras él jugaba, yo comencé a corregir los primeros errores del libro en mi laptop. Inmediatamente me fui a dormir, todo normal, fue a la mañana siguiente cuando todo comenzó.
Créanme o no, cuando desperté mirando al techo, había sobre mí un hombre viéndome a los ojos, parado a un lado de mi cama, o eso creía que hacía, pues ese hombre no tenia ojos con que verme, solo veía un par de cuencas vacías, grité como cualquier persona normal lo haría. Estaba paralizado, y el hombre se dejó caer al piso para andar a cuatro patas, se acurrucó en una esquina, sacó de su bolsa una libreta con una pluma y comenzó a escribir.
Cuando por fin tuve la fuerza de levantar la cabeza, el hombre no reaccionó, poco a poco me levante, aprovechando lo concentrado que estaba él en su libreta, me acerqué a la puerta y la intente abrir, tenía algo abajo que lo atoraba, intente sacarlo, cada vez con más desesperación y sin ningún efecto positivo. Me acerqué a la ventana, estaba tapizada de mucho papel de libreta, era la base en la que había comenzado a escribir mi libro, apenas pocos rayos de luz entraban, lo suficiente para iluminar la habitación, intente quitarlos pero parecían estar perfectamente aferrados a la ventana, la golpeé sin un buen resultado.
Volteé y desde su esquina el hombre me estaba observando fijamente, con la fuerte oscuridad interna de sus ojos, con mucho miedo y temblando demasiado me esforcé en preguntarle: “¿quien eres?, ¿qué quieres de mi?” Sólo recibí un fuerte maullido a cambio, me hizo pensar un poco y busqué un poco en el cuarto, aun temblando y con su mirada inexistente, fija y penetrante encima de mí, no veía al gato ciego en ningún lado, entonces lo noté, aquello que tanto me observaba era mi gato.
Al notar que me había dado cuenta de lo que ocurría, el se me acercó, yo desesperado intentaba alejarme de él en vano, y se arrulló conmigo ronroneando, a estas alturas yo estaba a punto de llorar. Cuando vi que se durmió, intenté pensar alguna solución, pero en ese momento no pude hacer nada, pues si me movía seguro el se despertaría, sin saber cómo ni por qué, caí dormido.
Desperté y el estaba de nuevo en su esquina escribiendo en su pequeña libreta, esta vez volteando hacia mi varias veces para luego continuar escribiendo en su libreta, me levante, esta vez con más confianza porque note que él no planeaba hacerme daño. Me dio hambre y entonces volvió el pánico de nuevo, estaba encerrado en mi propia habitación, no podía salir a la cocina, no tenia que comer. Mientras pensaba esto escuché un pequeño crujido, era el estomago del gato, los dos volteamos al mismo punto, su barriga, luego el me volteó a ver a mí, sin nada que hacer, y yo con los nervios de punta por su mirada oscura tan penetrante le dije un poco tartamudo: “no puedo salir a la cocina, sólo si me dejas salir podremos comer” al oír esto me observó por dos segundos más y volvió a su libreta. Pensé y busqué soluciones, no había ninguna, estaba y sigo encerrado aquí, con él.
Solo pude pensar en una cosa, en un solo plan: que me rescataran, en menos de una semana la editorial notara que no aparecí, intentaran contactarme, no responderé, hablaran a la policía e irrumpirán aquí, si el gato pudo volverse humano, o humanoide, o lo que quiera que sea eso, podrá volver a lo que antes fue, entonces parecerá que simplemente me encerré yo solo aquí, y el gato saldrá inocente y atrapara a alguien mas, en este momento comienzo a escribir esto, para que cuando entren aquí y me vean muerto de hambre, lean esto y se encarguen del maldito gato.
Han pasado tres días desde la última vez que escribí, muero de hambre y parece ser que él también, pero no hace nada, sigue escribiendo, sigue observándome, pareciera que me analiza, soy su experimento, soy su muñeco de prueba, ¿Qué quiere de mi?, ¿por qué hace esto?, ¿no fui al único al que se lo ha hecho? Quiero salir de aquí, quiero que ese gato se aleje de mí, no le puedo hacer nada, no cambiaría nada, seguiré atrapado aquí si lo mato, debo seguir su juego, terminar su prueba, quizás así me deje salir, quizás así quede en libertad, solo debo esperar, dejarlo a él terminar, no preocuparme y seguir tranquilo, estoy al borde de la locura, ayuda por favor, AYUDA, AYUDENME, NO QUIERO SEGUIR AQUÍ, AYUDA!”
Texto encontrado junto a un cuerpo dentro del departamento, el cuerpo se encontró en la cama, sobre él un gato negro y sin ojos, al cuerpo le faltaban partes de su piel, debajo de las manos habían restos de carne, los policías antes de leer esto creían que el estrés había llevado al escritor al borde de la locura, para encerrarse él solo y alimentar a su gato y a el mismo con su propia carne. El diario encontrado a un lado del cadáver dio a entender otra cosa, en cuanto los policías entraron al cuarto el gato volteó y los miró con la profunda oscuridad de sus cuencas vacías, miró fijo a uno de los policías allí presentes y el único al que el pánico no poseyó, tomó al gato entre sus brazos mientras registraban el lugar. Al irse todos, y antes de que nadie leyera aún el diario, ese policía se fue directo a su casa con el felino y desde hace 4 días no se tienen noticias de él ni de su familia.
2- Carta para Santa
"Querido Santa,
Soy Sara y tengo nueve años ahora.
Gracias por la bicicleta que me diste el año pasado. Me dio muchos momentos de alegría. ¿Cómo has estado? Espero que te hayan gustado las galletas que te cocine el año pasado, mi mamá me ayudo. Por favor, dile a la Señora Claus que me gustó mucho el delantal que me envió. Es igual al de mi mamá.
Me encantaría una casa de Barbie y un coche y un patín del diablo. Jen tienen un patín del diablo pero nunca me deja montarme en el. Me gusta mi bicicleta, pero no podemos conducir bicicletas en las aceras del parque. Pienso que es una gran bicicleta.
Tengo que pedirte un favor. ¿Podrías llevarte la muñeca que me trajiste el año pasado? Me gustaba muchísimo al principio, porque ella es muy linda, pero creo que yo no le agrado. Me observa durante toda la noche y eso no me gusta. Si yo no juego con ella primero, enloquece. No quiero que ella enloquezca. Hizo que me gato Ángel escapara cuando enloqueció. Espero que no te molestes. Si de casualidad tienen otra muñeca, quizás podamos intercambiarlas.
Por favor, no le digas que te pregunte.
Sara"
3- Por favor, abre la puerta. (creepypasta)
Han pasado tres años desde aquella noche.
Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de un amigo, sus padres no estarían y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando.
Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, mi amigo debió estar solo. Ellos lo habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no había marcha atrás.
Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado.
Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia.
Y esperan la noche en que su víctima esté sola, es en ese momento cuando todo empieza.
Aquel día llegué alrededor de las 8:00 p.m. a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no habría clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando, el tiempo pasó tan pronto que cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños afuera de la habitación, que al principio pensábamos que no era nada importante, e hicimos algunos chistes en relación a lo que jugábamos. «Deben ser los zombis», nosotros sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensos cuando el sonido se oía más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera.
—¿Crees que tus padres hayan regresado? —le pregunté, a lo que él respondió que sus padres regresarían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, el número de pasos que se escuchaban eran demasiados como para ser sólo sus padres.
De pronto, luego de oír todos esos pasos acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio.
—¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar, nerviosos. Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser? En la habitación en la que estábamos había una computadora que mi amigo había encendido desde que comenzamos a jugar, era una costumbre suya. Se escuchó un sonido que provenía de ella, un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos provocó una reacción de sobresalto a ambos. Era sólo un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco; sin embargo, la tensión volvió a nosotros al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizados tras leer lo que decía el correo:
«Pase lo que pase, no abras la puerta».
Con tan sólo leer esas palabras, una sensación completamente rara invadió mi corazón. En ese momento realmente sentía pánico, pero el mensaje decía más.
«Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos; pueden fingir ser alguien que conoces, un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero escuches lo que escuches esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no lo permitas. Por favor, créeme, ¡no abras la puerta!».
Cuando terminamos de leer yo no sabía qué pensar. Tal vez era una broma tonta de alguien, tal vez incluso era mi amigo quien me jugaba una broma… pero él tenia esa expresión, estaba tan asustado como yo, lo pude sentir. Ahora sabíamos que había alguien ahí afuera, tras la puerta. De pronto, llegó el momento más aterrador que nos pudimos esperar; en ese instante un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizado. Una voz se escuchó, provenía de atrás de la puerta. Mi amigo estaba seguro y yo lo puedo corroborar: la voz era la de su madre.
—Hijo por favor ábreme, tu padre y yo tuvimos un accidente en el auto, estamos muy lastimados… por favor, abre, ayúdanos. —Al escuchar esto mi amigo sólo retrocedió un paso. Aún puedo recordar esa expresión en su rostro, estaba en shock. Estoy seguro de que ninguno de los dos lo creíamos ni sabíamos qué hacer.
—Hijo por favor, abre, ¿qué esperas? Necesitamos tu ayuda… —Sin lugar a dudas, ésa era la voz de su padre. Eran las voces moribundas de sus padres tras la puerta, clamando por ayuda. Mi amigo y yo permanecimos sin reacción por algunos segundos, después él se volteó lentamente, y me dijo:
—Esos realmente son mis padres. Necesitan ayuda, abriré la puerta.
Se propuso dirigirse hacia la puerta, pero lo detuve.
—Recuerda el correo, lo que nos dijo que pasaría, ¿no se te hace extraño?, ¿qué tal si es verdad y ellos no son tus padres? —Él lo único que hizo fue hacer que lo soltara. «No digas tonterías», me dijo. «Tú los escuchaste, ésas eran las voces de mis padres. El correo debe de ser una estúpida coincidencia». Se dirigió a la puerta sin que pudiera hacer nada.
La verdad, no sé qué me hizo hacerlo, pudo ser el miedo que me invadía… pero al verlo dirigirse a la puerta, lo único que pensé fue correr hacia el armario en donde mi amigo guardaba algunas de sus cosas y esconderme ahí. No sabía lo que pasaría, pero en verdad tenía miedo.
Lo que escuché a continuación aún no lo olvido, y hasta el día de hoy tengo pesadillas con ello. Él abrió la puerta, y después sólo pude escuchar sus gritos. Eran unos gritos desgarrantes, llenos de dolor y terror; yo no pude hacer nada más que permanecer inmóvil, hasta que después de unas horas me quedé dormido.
Al despertar por la mañana, me extrañó ver el lugar en que me encontraba, y luego lo recordé todo. Salí del armario y en la habitación no había nadie. Noté de inmediato que ya era de día y que la puerta estaba abierta, así que decidí salir. Busqué por toda la casa esperando encontrarlo y que me dijera que todo había sido una broma, pero mi amigo no estaba. En la tarde llegaron sus padres y les conté lo sucedido, llamaron a la policía y lo buscaron por días, pero él nunca apareció. El correo que le había llegado esa noche también desapareció, y para ser honesto creo que nadie creyó nada de lo que les había contado.
Aunque… no importa que nadie me creyera, yo sé lo que pasó esa noche y sé que ellos estaban ahí afuera. También sé que no debí haber estado ahí, que no debería saber que ellos existen.
Aún no sé por qué lo hacen, creo que sólo tratan de divertirse con las personas, con su pánico… alguna especie de juego. Cada día lo analizo y trato de aprender más de ellos; sé que sólo llegan en la noche y que pueden imitar cualquier voz, que si no abres la puerta se irán y también creo que siempre recibirás ese extraño mensaje de advertencia, debe ser parte de su macabro juego.
No debí estar ahí ese día, y no debería saber que ellos existen. Sé que algún día regresaran por mí, pero pase lo que pase, no abriré la puerta.
4- Que pasará? xD
“Dale una mirada a la imagen imagenrecientemente descubrí esta imagen y su historia en una publicación coreana. La historia es esta: en Japón poco antes de que una adolescente cometiera suicido, dibujo esta imagen, la escaneo y la publicó en línea. En Corea esta historia se desató y se esparció como un incendio.
Hay muchos mensajes recorriendo bajo la autoría de “undefined” en foros coreanos que dicen que el espectador se ve inmerso en los ojos azules de la chica. Dicen que se puede detectar una pista de odio y tristeza dentro de sus ojos. Tal vez la chica murió con mucha tristeza y enojo que su espíritu embrujó la imagen, o tal vez la imagen provoca tristeza, similar a la canción “Gloomy Sunday” (canción escrita por el pianista y compositor autodidacta húngaro Rezső Seress en 1933 que según la leyenda urbana provoco un gran número de suicidios).
El elemento raro es este: dicen que es difícil para una persona mantener fija la mirada en los ojos de la chica por más de 5 minutos. Hay reportes que algunas personas han tomado sus propias vidas después de hacer esto. La gente dice que la pintura cambia, conforme la ves parece como que una sonrisa burlona aparece en los labios de la chica o que un anillo oscuro crece alrededor de la chica o de sus ojos.
Algo es seguro, la imagen ha despertado una curiosidad en mi que debo de saber, siento una presencia cuando miro la imagen, si es malvada o no, no puedo juzgarlo. Me gustaría saber que es lo que la comunidad global en línea siente y tal vez incluso algunos expertos en arte pudiesen responder por qué los ojos de está imagen pueden atraer al espectador tan profundamente.”
Soy un escritor de una editorial muy exigente, justo había terminado una buen libro de auto superación, pero tenía errores y me habían obligado a corregirlos para entregarlo de nuevo una semana después. Siempre fui un amante de los animales y no estoy en mi ciudad natal, vine porque en esta ciudad está el plantel principal de la editorial. Sólo estoy de viaje y vengo de lejos, estoy en un pequeño departamento sin compañía y no pude traer mis mascotas a lo largo del trayecto.
Iba directo a una tienda de mascotas para conseguir un compañero temporal, y no sentirme solo mientras estaba encerrado arreglando los pequeños errores del libro. Camino hacia el lugar me tope con un gato, no tenia ojos, extrañamente no me dio miedo, incluso me dio lastima, así que decidí tomarlo. Justo ahora me arrepiento de haberlo hecho.
Lo lleve a revisar a con un veterinario para ver que no tuviera algo grave, solo tenia una pequeña infección en la pierna, pero apenas estaba emergiendo, así que fue fácil erradicarla. En la sala del veterinario era fácil notar que yo era el único al que no le daba asco la situación del gato, nunca le puse nombre, tanto por qué no me dio tiempo como que todavía no me quería encariñar tanto con él.
Una vez en casa, lo dejé que jugara libre por el apartamento. A pesar de estar ciego parecía saber exactamente donde estaba y cómo moverse por el lugar, no me pareció extraño, solo pensaba en lo prepotente que se ha de sentir el pobre animal. Mientras él jugaba, yo comencé a corregir los primeros errores del libro en mi laptop. Inmediatamente me fui a dormir, todo normal, fue a la mañana siguiente cuando todo comenzó.
Créanme o no, cuando desperté mirando al techo, había sobre mí un hombre viéndome a los ojos, parado a un lado de mi cama, o eso creía que hacía, pues ese hombre no tenia ojos con que verme, solo veía un par de cuencas vacías, grité como cualquier persona normal lo haría. Estaba paralizado, y el hombre se dejó caer al piso para andar a cuatro patas, se acurrucó en una esquina, sacó de su bolsa una libreta con una pluma y comenzó a escribir.
Cuando por fin tuve la fuerza de levantar la cabeza, el hombre no reaccionó, poco a poco me levante, aprovechando lo concentrado que estaba él en su libreta, me acerqué a la puerta y la intente abrir, tenía algo abajo que lo atoraba, intente sacarlo, cada vez con más desesperación y sin ningún efecto positivo. Me acerqué a la ventana, estaba tapizada de mucho papel de libreta, era la base en la que había comenzado a escribir mi libro, apenas pocos rayos de luz entraban, lo suficiente para iluminar la habitación, intente quitarlos pero parecían estar perfectamente aferrados a la ventana, la golpeé sin un buen resultado.
Volteé y desde su esquina el hombre me estaba observando fijamente, con la fuerte oscuridad interna de sus ojos, con mucho miedo y temblando demasiado me esforcé en preguntarle: “¿quien eres?, ¿qué quieres de mi?” Sólo recibí un fuerte maullido a cambio, me hizo pensar un poco y busqué un poco en el cuarto, aun temblando y con su mirada inexistente, fija y penetrante encima de mí, no veía al gato ciego en ningún lado, entonces lo noté, aquello que tanto me observaba era mi gato.
Al notar que me había dado cuenta de lo que ocurría, el se me acercó, yo desesperado intentaba alejarme de él en vano, y se arrulló conmigo ronroneando, a estas alturas yo estaba a punto de llorar. Cuando vi que se durmió, intenté pensar alguna solución, pero en ese momento no pude hacer nada, pues si me movía seguro el se despertaría, sin saber cómo ni por qué, caí dormido.
Desperté y el estaba de nuevo en su esquina escribiendo en su pequeña libreta, esta vez volteando hacia mi varias veces para luego continuar escribiendo en su libreta, me levante, esta vez con más confianza porque note que él no planeaba hacerme daño. Me dio hambre y entonces volvió el pánico de nuevo, estaba encerrado en mi propia habitación, no podía salir a la cocina, no tenia que comer. Mientras pensaba esto escuché un pequeño crujido, era el estomago del gato, los dos volteamos al mismo punto, su barriga, luego el me volteó a ver a mí, sin nada que hacer, y yo con los nervios de punta por su mirada oscura tan penetrante le dije un poco tartamudo: “no puedo salir a la cocina, sólo si me dejas salir podremos comer” al oír esto me observó por dos segundos más y volvió a su libreta. Pensé y busqué soluciones, no había ninguna, estaba y sigo encerrado aquí, con él.
Solo pude pensar en una cosa, en un solo plan: que me rescataran, en menos de una semana la editorial notara que no aparecí, intentaran contactarme, no responderé, hablaran a la policía e irrumpirán aquí, si el gato pudo volverse humano, o humanoide, o lo que quiera que sea eso, podrá volver a lo que antes fue, entonces parecerá que simplemente me encerré yo solo aquí, y el gato saldrá inocente y atrapara a alguien mas, en este momento comienzo a escribir esto, para que cuando entren aquí y me vean muerto de hambre, lean esto y se encarguen del maldito gato.
Han pasado tres días desde la última vez que escribí, muero de hambre y parece ser que él también, pero no hace nada, sigue escribiendo, sigue observándome, pareciera que me analiza, soy su experimento, soy su muñeco de prueba, ¿Qué quiere de mi?, ¿por qué hace esto?, ¿no fui al único al que se lo ha hecho? Quiero salir de aquí, quiero que ese gato se aleje de mí, no le puedo hacer nada, no cambiaría nada, seguiré atrapado aquí si lo mato, debo seguir su juego, terminar su prueba, quizás así me deje salir, quizás así quede en libertad, solo debo esperar, dejarlo a él terminar, no preocuparme y seguir tranquilo, estoy al borde de la locura, ayuda por favor, AYUDA, AYUDENME, NO QUIERO SEGUIR AQUÍ, AYUDA!”
Texto encontrado junto a un cuerpo dentro del departamento, el cuerpo se encontró en la cama, sobre él un gato negro y sin ojos, al cuerpo le faltaban partes de su piel, debajo de las manos habían restos de carne, los policías antes de leer esto creían que el estrés había llevado al escritor al borde de la locura, para encerrarse él solo y alimentar a su gato y a el mismo con su propia carne. El diario encontrado a un lado del cadáver dio a entender otra cosa, en cuanto los policías entraron al cuarto el gato volteó y los miró con la profunda oscuridad de sus cuencas vacías, miró fijo a uno de los policías allí presentes y el único al que el pánico no poseyó, tomó al gato entre sus brazos mientras registraban el lugar. Al irse todos, y antes de que nadie leyera aún el diario, ese policía se fue directo a su casa con el felino y desde hace 4 días no se tienen noticias de él ni de su familia.
- Spoiler:
2- Carta para Santa
"Querido Santa,
Soy Sara y tengo nueve años ahora.
Gracias por la bicicleta que me diste el año pasado. Me dio muchos momentos de alegría. ¿Cómo has estado? Espero que te hayan gustado las galletas que te cocine el año pasado, mi mamá me ayudo. Por favor, dile a la Señora Claus que me gustó mucho el delantal que me envió. Es igual al de mi mamá.
Me encantaría una casa de Barbie y un coche y un patín del diablo. Jen tienen un patín del diablo pero nunca me deja montarme en el. Me gusta mi bicicleta, pero no podemos conducir bicicletas en las aceras del parque. Pienso que es una gran bicicleta.
Tengo que pedirte un favor. ¿Podrías llevarte la muñeca que me trajiste el año pasado? Me gustaba muchísimo al principio, porque ella es muy linda, pero creo que yo no le agrado. Me observa durante toda la noche y eso no me gusta. Si yo no juego con ella primero, enloquece. No quiero que ella enloquezca. Hizo que me gato Ángel escapara cuando enloqueció. Espero que no te molestes. Si de casualidad tienen otra muñeca, quizás podamos intercambiarlas.
Por favor, no le digas que te pregunte.
Sara"
- Spoiler:
3- Por favor, abre la puerta. (creepypasta)
Han pasado tres años desde aquella noche.
Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de un amigo, sus padres no estarían y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando.
Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, mi amigo debió estar solo. Ellos lo habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no había marcha atrás.
Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado.
Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia.
Y esperan la noche en que su víctima esté sola, es en ese momento cuando todo empieza.
Aquel día llegué alrededor de las 8:00 p.m. a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no habría clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando, el tiempo pasó tan pronto que cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños afuera de la habitación, que al principio pensábamos que no era nada importante, e hicimos algunos chistes en relación a lo que jugábamos. «Deben ser los zombis», nosotros sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensos cuando el sonido se oía más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera.
—¿Crees que tus padres hayan regresado? —le pregunté, a lo que él respondió que sus padres regresarían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, el número de pasos que se escuchaban eran demasiados como para ser sólo sus padres.
De pronto, luego de oír todos esos pasos acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio.
—¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar, nerviosos. Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser? En la habitación en la que estábamos había una computadora que mi amigo había encendido desde que comenzamos a jugar, era una costumbre suya. Se escuchó un sonido que provenía de ella, un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos provocó una reacción de sobresalto a ambos. Era sólo un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco; sin embargo, la tensión volvió a nosotros al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizados tras leer lo que decía el correo:
«Pase lo que pase, no abras la puerta».
Con tan sólo leer esas palabras, una sensación completamente rara invadió mi corazón. En ese momento realmente sentía pánico, pero el mensaje decía más.
«Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos; pueden fingir ser alguien que conoces, un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero escuches lo que escuches esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no lo permitas. Por favor, créeme, ¡no abras la puerta!».
Cuando terminamos de leer yo no sabía qué pensar. Tal vez era una broma tonta de alguien, tal vez incluso era mi amigo quien me jugaba una broma… pero él tenia esa expresión, estaba tan asustado como yo, lo pude sentir. Ahora sabíamos que había alguien ahí afuera, tras la puerta. De pronto, llegó el momento más aterrador que nos pudimos esperar; en ese instante un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizado. Una voz se escuchó, provenía de atrás de la puerta. Mi amigo estaba seguro y yo lo puedo corroborar: la voz era la de su madre.
—Hijo por favor ábreme, tu padre y yo tuvimos un accidente en el auto, estamos muy lastimados… por favor, abre, ayúdanos. —Al escuchar esto mi amigo sólo retrocedió un paso. Aún puedo recordar esa expresión en su rostro, estaba en shock. Estoy seguro de que ninguno de los dos lo creíamos ni sabíamos qué hacer.
—Hijo por favor, abre, ¿qué esperas? Necesitamos tu ayuda… —Sin lugar a dudas, ésa era la voz de su padre. Eran las voces moribundas de sus padres tras la puerta, clamando por ayuda. Mi amigo y yo permanecimos sin reacción por algunos segundos, después él se volteó lentamente, y me dijo:
—Esos realmente son mis padres. Necesitan ayuda, abriré la puerta.
Se propuso dirigirse hacia la puerta, pero lo detuve.
—Recuerda el correo, lo que nos dijo que pasaría, ¿no se te hace extraño?, ¿qué tal si es verdad y ellos no son tus padres? —Él lo único que hizo fue hacer que lo soltara. «No digas tonterías», me dijo. «Tú los escuchaste, ésas eran las voces de mis padres. El correo debe de ser una estúpida coincidencia». Se dirigió a la puerta sin que pudiera hacer nada.
La verdad, no sé qué me hizo hacerlo, pudo ser el miedo que me invadía… pero al verlo dirigirse a la puerta, lo único que pensé fue correr hacia el armario en donde mi amigo guardaba algunas de sus cosas y esconderme ahí. No sabía lo que pasaría, pero en verdad tenía miedo.
Lo que escuché a continuación aún no lo olvido, y hasta el día de hoy tengo pesadillas con ello. Él abrió la puerta, y después sólo pude escuchar sus gritos. Eran unos gritos desgarrantes, llenos de dolor y terror; yo no pude hacer nada más que permanecer inmóvil, hasta que después de unas horas me quedé dormido.
Al despertar por la mañana, me extrañó ver el lugar en que me encontraba, y luego lo recordé todo. Salí del armario y en la habitación no había nadie. Noté de inmediato que ya era de día y que la puerta estaba abierta, así que decidí salir. Busqué por toda la casa esperando encontrarlo y que me dijera que todo había sido una broma, pero mi amigo no estaba. En la tarde llegaron sus padres y les conté lo sucedido, llamaron a la policía y lo buscaron por días, pero él nunca apareció. El correo que le había llegado esa noche también desapareció, y para ser honesto creo que nadie creyó nada de lo que les había contado.
Aunque… no importa que nadie me creyera, yo sé lo que pasó esa noche y sé que ellos estaban ahí afuera. También sé que no debí haber estado ahí, que no debería saber que ellos existen.
Aún no sé por qué lo hacen, creo que sólo tratan de divertirse con las personas, con su pánico… alguna especie de juego. Cada día lo analizo y trato de aprender más de ellos; sé que sólo llegan en la noche y que pueden imitar cualquier voz, que si no abres la puerta se irán y también creo que siempre recibirás ese extraño mensaje de advertencia, debe ser parte de su macabro juego.
No debí estar ahí ese día, y no debería saber que ellos existen. Sé que algún día regresaran por mí, pero pase lo que pase, no abriré la puerta.
- Spoiler:
4- Que pasará? xD
“Dale una mirada a la imagen imagenrecientemente descubrí esta imagen y su historia en una publicación coreana. La historia es esta: en Japón poco antes de que una adolescente cometiera suicido, dibujo esta imagen, la escaneo y la publicó en línea. En Corea esta historia se desató y se esparció como un incendio.
Hay muchos mensajes recorriendo bajo la autoría de “undefined” en foros coreanos que dicen que el espectador se ve inmerso en los ojos azules de la chica. Dicen que se puede detectar una pista de odio y tristeza dentro de sus ojos. Tal vez la chica murió con mucha tristeza y enojo que su espíritu embrujó la imagen, o tal vez la imagen provoca tristeza, similar a la canción “Gloomy Sunday” (canción escrita por el pianista y compositor autodidacta húngaro Rezső Seress en 1933 que según la leyenda urbana provoco un gran número de suicidios).
El elemento raro es este: dicen que es difícil para una persona mantener fija la mirada en los ojos de la chica por más de 5 minutos. Hay reportes que algunas personas han tomado sus propias vidas después de hacer esto. La gente dice que la pintura cambia, conforme la ves parece como que una sonrisa burlona aparece en los labios de la chica o que un anillo oscuro crece alrededor de la chica o de sus ojos.
Algo es seguro, la imagen ha despertado una curiosidad en mi que debo de saber, siento una presencia cuando miro la imagen, si es malvada o no, no puedo juzgarlo. Me gustaría saber que es lo que la comunidad global en línea siente y tal vez incluso algunos expertos en arte pudiesen responder por qué los ojos de está imagen pueden atraer al espectador tan profundamente.”
- Spoiler:
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :56Nivel On Rol :Rookie
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