Un viaje Inesperado -CONTINUACIÓN- (Privado Hoshina Utau)

Tema del inicio: https://digimonadventure-rol.superforo.net/t4242-un-viaje-inesperado-privado-hoshina-utau

OFF: Copiaré mi mensaje del anterior tema y proseguiré con lo demás

ON: Hepokomaru sonrió al oír la respuesta que le había ofrecido aquella joven rubia que viajaba con ellos en el tren asintiendo como intentando retener la información que acababa de recibir.

La verdad es que también es mi segunda vez en el Mundo Digital, aunque Veemon y yo hemos peleado más veces en el Mundo Real- Hepokomaru observó cómo el Trailmon comenzaba a detenerse en una zona que parecía estar cerca de una playa con un sol resplandeciente que lanzaba rayos de luz hacia el agua limpia y cristalina.

Deberías haberte traído el bañador Hepo- dijo en tono de broma Veemon desde el lugar donde se encontraba Hoshina, mientras que ésta se disculpaba con el Tamer y su Digimon y se dirigía hacia la zona de fuera del Trailmon, emitiendo una luz rosada desde fuera y haciendo que Veemon y Hepokomaru la perdían de vista- parece una buena persona

Cierto- asentía Hepokomaru mientras se levantaba y agarraba a su Digimon del brazo posándolo sobre su cabeza llena de pelo grisáceo- vámonos, hemos llegado, espero que el Digihuevo se encuentre aquí...

Al salir del vagón del Trailmon, el sol iluminaba la cara tanto del Tamer como del azulado Digimon, mientras que allí no se veía por ninguna parte, sólamente a un Gatomon, un Digimon con forma de gato. Ambos no sabían que aquella Gatomon se trataba de la Tamer que acababan de conocer...

Vaya, veo que esta zona es realmente bonita- Veemon sonrió dirigiéndose a la playa con una velocidad que transmitía diversión por doquier.

¡Eh! ¡Veemon! ¡Espera!- Hepokomaru intentó detener a su Digimon sin conseguirlo, encogiéndose de hombros mientras suspiraba.

Ese pequeñajo tiene mucha energía ¿eh?- Trailmon sonreía con su enorme boca rodeada de dientes puntiagudos con una mueca de diversión.

Si, la verdad es que sí, y gracias por darnos la información acerca del Digihuevo- agradeció Hepokomaru sonriendo al Trailmon mientras observaba como varios Digimons marinos como Gomamon, Syakomon, Crabmon y demás subían a sus vagones preparados para partir hacia otro destino.

¡No hay de qué!- decía el Trailmon sonriendo mientras se alejaba por los raíles del Mundo Digital por los que se movían los Trailmons.

Entonces, Hepokomaru corrió rápidamente hacia la playa quitándose la camisa y los zapatos y tirándose al agua de la playa junto a Veemon.

¡La verdad es que el agua está genial!- Hepokomaru reía divertido mientras le comenzaba a bucear, viendo algunos peces y Digimons acuáticos debajo del agua.

Al notar que el sol comenzaba a ponerse después de un precioso atardecer que hacía que el corazón tanto de Hepokomaru como de Veemon se llenara de alegría al ver aquél fenómeno natural tan hermoso, fenómeno que se daba tanto en el Mundo Digital como en el Mundo Humano.

El atardecer es algo realmente hermoso ¿no crees Hepo?- sonrió Veemon, después de salir del agua de la playa y esperando a que los pocos rayos del sol que aún quedaban de ese día terminasen de secar su azulado cuerpo digital.

La verdad es que sí... merece la pena observar bellezas como esta...- Hepokomaru sonreía ampliamente mientras miraba a los lados para asegurarse de que nadie, ni humano ni Digimon, observaba aquél deslumbrante cuadro producido por la naturaleza.

Tendremos que quedarnos a dormir aquí mientras buscamos el Digihuevo de la Esperanza- dijo Veemon observando un edificio que parecía hecho a mano por los Digimons que habitaban en la zona- ¿qué te parece si nos quedamos en esa posada?

No es mala idea, además, podemos tomarnos unas pequeñas vacaciones si nos damos prisa en encontrar el Digihuevo-añadió el Tamer de ojos dorados comenzando a caminar hacia la posada que se encontraba a pocos minutos de la orilla de la playa seguido de su Digimon azulado y llegando a la enorme cabaña a los pocos minutos.

Al llegar, ambos fueron recibidos por unos Toucanmon, unos Digimons del nivel Armadura con forma de tucanes metidos dentro de un huevo rojo que parecían ser los encargados del hotel.

Hola, queríamos una habitación para dos, un humano y un Digimon- dijo Hepokomaru amablemente a la pareja de Digimons emplumados que se encontraban atendiendo en la recepción.

Bien, seguidme por aquí muchachos- dijo uno de los Toucanmon mientras el otro atendía a un Gomamon y veían pasar por delante suyo a la Gatomon que habían visto antes sin que ésta se diese cuenta. Probablemente se dirigiera también a las habitaciones

Entonces comenzaron a caminar por donde se encontraban todas las habitaciones para los que desearan una, hasta detenerse en una de las puertas, mientras el Toucanmon comenzaba a hablarles tanto al Tamer como al Digimon compañero de éste.

Ésta es vuestra habitación, espero que la disfrutéis- dijo Toucanmon al ver que Hepokomaru pagaba la tasa que necesitaban para quedarse un día entero en el hotel.

Al entrar en la habitación, Toucanmon se fue y dejó a Hepokomaru y a Veemon solos. La verdad, es que la habitación era mucho más amplia de lo que habían imaginado en un principio. Había allí dos camas, una para el Tamer y otra para su azulado amigo. Ambos se acostaron y, al poco tiempo, se quedaron dormidos, esperando despertarse pronto para buscar el Digihuevo.

Una intensa luz zafiro comenzó a iluminar el rostro del Tamer de dorados ojos. La luz provenía del Digivice personal del mismo, el cual se encontraba en una mesita al lado de la cama de Hepokomaru. Al notar que su dueño no se despertaba, una pitido molesto comenzó a salir intensamente del aparato negri-azulado, lo cual hizo que el joven de cabellos plateados se despertara.

Gñe... dichoso aparato- entre bostezos, el joven Tamer comenzó a mirar el Digivice, a la vez que unas legañas en los ojos eran quitadas por el joven, pues le molestaba, aunque no tanto como el haberle despertado de un buen sueño.

¿Qué pasa Hepo?- preguntó desde la otra cama su fiel compañero azulado, quien se hacía llamar Veemon.

Nada, Veemon, es solo el D-3, que está chillando porque tiene miedo a la oscuridad- dijo en tono de broma Hepokomaru mientras observaba lo que podía pasarle a su dispositivo, que no dejaba de iluminar el cuarto con la luz azulada y el mismo pitido, aunque ahora haciendo menos ruido, de antes.

¿¡Qué diablos le pasa a ese maldito cacharro!?- se levantó corriendo Veemon hacia donde estaba el D-3 y comenzó a gritarle- ¡Déjame dormir de una vez!- decía histérico hasta que se llevó un buen golpe en la cabeza de parte de Hepokomaru- ¡Au! ¡¿Pero qué haces?

Vas a despertar a toda la posada, animal- dijo Hepokomaru riendo levemente al ver la cara de enfado que tenía su amigo, notando a lo lejos un fuerte ruido a lo lejos, más allá de una especie de montaña arenosa que había a unos 500 metros.

¡¿Qué diablos?!- Veemon se asomó a la ventana intentando ver quién era el que provacaba tanto ruido allí afuera.

Bueno, se podría decir que ya no tienes la culpa de despertar a los demás huéspedes de la posada...- se encogió de hombros Hepokomaru también intentando ver qué era lo que pasaba allí fuera.