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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
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Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
Todo comenzó con un sueño. Aún recuerdo que hace tan solo unos momentos había terminado de leer uno de mis libros preferidos; el final siempre me resultaba tan curioso, no sabía el porque. Era obvio que la historia carecía de sentido, incluso yo puedo afirmarlo, pero algo en ella llama tanto mi atención que no me cansó aún después de haberla leído completa alrededor de dieciocho veces.
Le di un ultimo sorbo al vaso con leche caliente que tenía a un lado, esa había sido mi cena, y al mismo tiempo me sirve bien para poder dormir y tener buenos sueños en el trayecto. Paz y calma; el sueño comenzó tan tranquilo como siempre, me encontraba recostada sobre un roble cuyas hojas me servían de sombra. Sobre mis piernas yacía la dulce Diana, no puedo decir que era mi gatita porque definitivamente no lo era -Aunque sea una lastima, yo no tengo mascotas- pero si puedo decir que era la gatita de la protagonista del libro que acababa de leer, un libro que me he leído alrededor de dieciocho veces, y por ende, pude reconocer el escenario al instante así como sabía de sobra lo que estaba por venir.
Todo pasó tan rápido, el sueño comenzó muy tranquilo pero su desarrolló fue todo lo contrario. El apresurado conejo hizo aparición seguido del sonido consecutivo ''Tic'' ''Tac'' ''Tic'' ''Tac'', y al igual que la protagonista del libro, llena de curiosidad seguí esa extraña figura. Al estar a poca distancia del ''conejo'' fue que me di cuenta que ''la extraña figura'' definitivamente era algo fuera del mundo que yo conozco; el conejo no era ese animal esponjoso de un par de suaves y largas orejas, ojos redondos y nariz rozada; sino que parecía un conejo con un vestido que cubría sus pies en su totalidad, sus orejas casi doblaban su tamaño y eran mas de un par; además de que sus ojos eran grandes y sus iris hechizantes de color rosa que lograron entrelazarse con los míos como si hubiese habido una especie de conexión entre ambas. A diferencia del libro que he leído alrededor de dieciocho veces, este conejo no impediría que yo lo siguiese, todo lo contrario, me pidió que lo hiciera.
No sé porque lo hice, mucho menos sé que fue lo que me impulsó, pero lo que si sé es que terminé haciéndole caso y lo seguí hasta el fondo de ese oscuro roble. Había algo dentro de él, algo que no pude reconocer bien en sueños, pero sabía que liberaba un hermoso y llamativo color rosa como si ese objeto se tratase de una linterna. Al tomarlo... desperté.
- ¡Ah!
Abrí mis ojos al momento que tomé una enorme bocanada de aire, de verdad sentía que no tenía aire, estaba sofocada. En lo que recuperaba el aliento por rápidas y consecutivas respiraciones que poco a poco iban desacelerándose, observaba directamente el hermoso azul del cielo. Algo... Algo estaba mal aquí.
- ¿Donde... estoy?
Use mis manos que estaban extendidas hacia mis costados para ayudarme a levantarme hasta quedar sentada, logrando sentir en las palmas de mis manos el tacto del...
- ¿Pasto?...
Lo tomé. Tomé el pasto arrancando lo que pude de la tierra y lo acerqué a mis ojos para poder verlo más de cerca. No podía ser, yo recuerdo haber estado en mi habitación antes de cerrar los ojos; también era imposible que estuviese soñando, el tacto del suelo y pasto era lo que desmentía eso.
Justo entonces reaccioné que en mi mano izquierda se encontraba algo. Llevé mi mirada hacia esta y la acerqué más a mi como hice antes con el pasto.
- Esto... ¿Qué es?
Solté el pasto que aun se encontraba sostenido en mi mano derecha y con esta me ayudé a girar el objeto para verlo desde distintos ángulos. Parecía un objeto eléctrico, cómo un control remoto o incluso un celular, pero no era ninguna de esas cosas... O al menos dudaba mucho que lo fuesen. Sus colores eran rosados, el que predominaba era un fuerte magenta seguido de rosas más suaves que ese pero de distintos tonos cada uno; me gustaba, de alguna forma -aunque pueda sonar extraño- sentía que este objeto era mío, no importaba que no supiese lo que fuera, era mío.
Intenté levantarme, y aunque al principio fue difícil por no estar acostumbrada al picor del pasto sobre mis piernas, lo hice. Me quedé un momento ahí, sin moverme, solo observando lo que había a mi alrededor como si esperara que algo o alguien viniera a mi a socorrerme. No podía mentirle a nadie, mucho menos mentirme a mi misma, sabía de sobra que...
- Estoy perdida...
Le di un ultimo sorbo al vaso con leche caliente que tenía a un lado, esa había sido mi cena, y al mismo tiempo me sirve bien para poder dormir y tener buenos sueños en el trayecto. Paz y calma; el sueño comenzó tan tranquilo como siempre, me encontraba recostada sobre un roble cuyas hojas me servían de sombra. Sobre mis piernas yacía la dulce Diana, no puedo decir que era mi gatita porque definitivamente no lo era -Aunque sea una lastima, yo no tengo mascotas- pero si puedo decir que era la gatita de la protagonista del libro que acababa de leer, un libro que me he leído alrededor de dieciocho veces, y por ende, pude reconocer el escenario al instante así como sabía de sobra lo que estaba por venir.
Todo pasó tan rápido, el sueño comenzó muy tranquilo pero su desarrolló fue todo lo contrario. El apresurado conejo hizo aparición seguido del sonido consecutivo ''Tic'' ''Tac'' ''Tic'' ''Tac'', y al igual que la protagonista del libro, llena de curiosidad seguí esa extraña figura. Al estar a poca distancia del ''conejo'' fue que me di cuenta que ''la extraña figura'' definitivamente era algo fuera del mundo que yo conozco; el conejo no era ese animal esponjoso de un par de suaves y largas orejas, ojos redondos y nariz rozada; sino que parecía un conejo con un vestido que cubría sus pies en su totalidad, sus orejas casi doblaban su tamaño y eran mas de un par; además de que sus ojos eran grandes y sus iris hechizantes de color rosa que lograron entrelazarse con los míos como si hubiese habido una especie de conexión entre ambas. A diferencia del libro que he leído alrededor de dieciocho veces, este conejo no impediría que yo lo siguiese, todo lo contrario, me pidió que lo hiciera.
No sé porque lo hice, mucho menos sé que fue lo que me impulsó, pero lo que si sé es que terminé haciéndole caso y lo seguí hasta el fondo de ese oscuro roble. Había algo dentro de él, algo que no pude reconocer bien en sueños, pero sabía que liberaba un hermoso y llamativo color rosa como si ese objeto se tratase de una linterna. Al tomarlo... desperté.
- ¡Ah!
Abrí mis ojos al momento que tomé una enorme bocanada de aire, de verdad sentía que no tenía aire, estaba sofocada. En lo que recuperaba el aliento por rápidas y consecutivas respiraciones que poco a poco iban desacelerándose, observaba directamente el hermoso azul del cielo. Algo... Algo estaba mal aquí.
- ¿Donde... estoy?
Use mis manos que estaban extendidas hacia mis costados para ayudarme a levantarme hasta quedar sentada, logrando sentir en las palmas de mis manos el tacto del...
- ¿Pasto?...
Lo tomé. Tomé el pasto arrancando lo que pude de la tierra y lo acerqué a mis ojos para poder verlo más de cerca. No podía ser, yo recuerdo haber estado en mi habitación antes de cerrar los ojos; también era imposible que estuviese soñando, el tacto del suelo y pasto era lo que desmentía eso.
Justo entonces reaccioné que en mi mano izquierda se encontraba algo. Llevé mi mirada hacia esta y la acerqué más a mi como hice antes con el pasto.
- Esto... ¿Qué es?
Solté el pasto que aun se encontraba sostenido en mi mano derecha y con esta me ayudé a girar el objeto para verlo desde distintos ángulos. Parecía un objeto eléctrico, cómo un control remoto o incluso un celular, pero no era ninguna de esas cosas... O al menos dudaba mucho que lo fuesen. Sus colores eran rosados, el que predominaba era un fuerte magenta seguido de rosas más suaves que ese pero de distintos tonos cada uno; me gustaba, de alguna forma -aunque pueda sonar extraño- sentía que este objeto era mío, no importaba que no supiese lo que fuera, era mío.
Intenté levantarme, y aunque al principio fue difícil por no estar acostumbrada al picor del pasto sobre mis piernas, lo hice. Me quedé un momento ahí, sin moverme, solo observando lo que había a mi alrededor como si esperara que algo o alguien viniera a mi a socorrerme. No podía mentirle a nadie, mucho menos mentirme a mi misma, sabía de sobra que...
- Estoy perdida...
- Tamer
- Digi Puntos :44Nivel On Rol :Rookie SpiritInventario :
Mary Lowell
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
Era un nuevo día, un día más como un Agumon, un día más en el digimundo, un día más sin saber que hacer y sin tener rumbo alguno... - Que calor hace...- el anteriormente joven y ahora Agumon se tapó como pudo del sol, el cual ya le estaba sofocando desde hace un buen rato, pero ¿qué más podía hacer?, nada, solo le quedaba aguantarse mientras se escondía bajo la sombra de un árbol, por lo menos agradecía no encontrarse en el desierto en el cual aparecido cuando llegó al Digimundo, eso realmente le habría matado, o quizás no, ya que los Agumon parecían adaptarse fácilmente a ese lugar, pero él no era un Agumon como tal, solo era un joven humano que por alguna razón fue transportado a aquel mundo digital, en el cual fue salvado de un par de dinosaurios y derrotando unos él mismo en el transcurso. - ¿Cuanto tiempo más tendré que seguir siendo un Agumon?.- Suspiró con molestia, no le desagradaba, pero prefería la capacidad de poder convertirse en un Agumon cuando tuviera la voluntad y no para siempre, nisiquiera sabía si había alguna forma de que saliese de aquel estado. Miró hacia su alrededor, de alguna forma había llegado a una especie de... pradera, no estaba seguro de el como, pues hace no mucho se encontraba en una zona bastante calurosa, y de un momento a otro llegó a una zona cálida, pero aún así tenía un inconveniente más; hace mucho que no comía nada, las ansias le estaban matando, si no le mataba el hambre primero, claro, en muchas oportunidades ya estuvo cerca de comer setas que podrían ser venenosas, o incluso borrarle la memoria, aunque eso tampoco sería malo, pues viviría como si en realidad fuese un Agumon, ya que no recordaría su vida como humano, pero antes de rendirse hacia esa posibilidad, prefería aferrarse a bonitos recuerdos, o incluso los pocos que tenía, pero uno de los más hermosos que recordaba era cuando su madre le leía un cuento que le encantaba...
- ¡No!, ya estoy grande para eso, solo debo encontrar la forma de volver a ser humano, y seguiré viajando hasta encontrar la forma!.- Miró decidido hacia el frente, pues era el único camino que seguiría, ya no pensaría nunca más en la posibilidad de rendirse, pues ya no se encontraba entre una de las opciones que seguiría. A medida que avanzaba, había algo que de verdad le llamaba la atención, y era la existencia de tanto Digimon en etapa bebé I y II, ¿acaso se encontraría en el típico escenario de entrenamiento para los novatos como en los videojuegos?. Quizás, pero le parecía tierno de cierta forma, era como ver cachorros en algunos casos, hasta bebés. Parpadeó un par de veces al ver Agumon igual que él, ¿acaso los Agumon se encontraban en todos lados?, prefirió no hacer nada más que sonreír mientras les veía pasar. - Quizás aquí haya algo para comer...- Suspiró con molestia, pero tras pensar en ello, miró hacía el cielo, o por lo menos esa especie de red de computadora que con el color azul, parecía cielo. -Debo centrarme...- Cerró los ojos por un momento, así se concentraría y dejaría de pensar en el hambre, deberían haber frutas o algo, como en el mundo real, lo más posible es que si siguiese caminando, encontraría algo de entre las ramas de los árboles aparte de digimon o hojas, pero se percató de algo mientras hacía aquello... ¿y su digivice?, lo había perdido aquella vez que se había transformado en Agumon, quizás lo necesitaba para poder convertirse en un humano nuevamente, y lo único que se encontraba haciendo era caminar en sentido contrario del cual debía dirigirse; esa era una posibilidad, la otra que tuviera que esperar cierto tiempo y luego volvería a ser un humano y podría volver al mundo humano, ya que volver con aquella forma no era una opción.
-Ya no sé donde debería ir...- Parpadeó un par de veces y suspiró resignado, para luego lanzarse al piso para recostarse, se merecía un descanso, tenía el cuerpo y la mente cansada, pues aquellas batallas no se había detenido a descansar, pues sentía la necesidad de seguir y seguir sin descansar hasta donde el destino quisiese que llegase, y si su destino era seguir deambulando por el digimundo, lo haría. - Que aburrido y agotador es viajar solo.- cerró los ojos, no quería dormir, pero con lo cómodo que estaba, no dormirse sería muy difícil, pero la tranquilidad solo llegó hasta oír un estruendo y ver una gran cantidad de polvo no muy lejos de allí. - Quiero una manzana...- Las frutas no eran sus alimentos preferidos, pero fue lo primero que le llegó hacia la cabeza, y desgraciadamente ya no había nada más en que pensar aparte de aquello. - ¡Baby flame!.- Gritó mientras lanzaba una bola de fuego hacia el cielo, pues no sabía nada más que hacer, solo lo hacía para pasar el tiempo, quizás un entrenamiento no sería malo, pero con tanta hambre no tenía energías para luchar, y tras levantarse se percató de una... ¿niña?, ¿otro humano más había llegado al digimundo?, con esa forma no sería adecuado presentarse, por lo que se quedaría un buen rato más observándole desde la lejanía... -GRRRRRRRR!.- Un gran gruñido provenía desde la misma dirección de donde anteriormente había oído aquel estruendo, y realmente no era una buena señal...
- ¡No!, ya estoy grande para eso, solo debo encontrar la forma de volver a ser humano, y seguiré viajando hasta encontrar la forma!.- Miró decidido hacia el frente, pues era el único camino que seguiría, ya no pensaría nunca más en la posibilidad de rendirse, pues ya no se encontraba entre una de las opciones que seguiría. A medida que avanzaba, había algo que de verdad le llamaba la atención, y era la existencia de tanto Digimon en etapa bebé I y II, ¿acaso se encontraría en el típico escenario de entrenamiento para los novatos como en los videojuegos?. Quizás, pero le parecía tierno de cierta forma, era como ver cachorros en algunos casos, hasta bebés. Parpadeó un par de veces al ver Agumon igual que él, ¿acaso los Agumon se encontraban en todos lados?, prefirió no hacer nada más que sonreír mientras les veía pasar. - Quizás aquí haya algo para comer...- Suspiró con molestia, pero tras pensar en ello, miró hacía el cielo, o por lo menos esa especie de red de computadora que con el color azul, parecía cielo. -Debo centrarme...- Cerró los ojos por un momento, así se concentraría y dejaría de pensar en el hambre, deberían haber frutas o algo, como en el mundo real, lo más posible es que si siguiese caminando, encontraría algo de entre las ramas de los árboles aparte de digimon o hojas, pero se percató de algo mientras hacía aquello... ¿y su digivice?, lo había perdido aquella vez que se había transformado en Agumon, quizás lo necesitaba para poder convertirse en un humano nuevamente, y lo único que se encontraba haciendo era caminar en sentido contrario del cual debía dirigirse; esa era una posibilidad, la otra que tuviera que esperar cierto tiempo y luego volvería a ser un humano y podría volver al mundo humano, ya que volver con aquella forma no era una opción.
-Ya no sé donde debería ir...- Parpadeó un par de veces y suspiró resignado, para luego lanzarse al piso para recostarse, se merecía un descanso, tenía el cuerpo y la mente cansada, pues aquellas batallas no se había detenido a descansar, pues sentía la necesidad de seguir y seguir sin descansar hasta donde el destino quisiese que llegase, y si su destino era seguir deambulando por el digimundo, lo haría. - Que aburrido y agotador es viajar solo.- cerró los ojos, no quería dormir, pero con lo cómodo que estaba, no dormirse sería muy difícil, pero la tranquilidad solo llegó hasta oír un estruendo y ver una gran cantidad de polvo no muy lejos de allí. - Quiero una manzana...- Las frutas no eran sus alimentos preferidos, pero fue lo primero que le llegó hacia la cabeza, y desgraciadamente ya no había nada más en que pensar aparte de aquello. - ¡Baby flame!.- Gritó mientras lanzaba una bola de fuego hacia el cielo, pues no sabía nada más que hacer, solo lo hacía para pasar el tiempo, quizás un entrenamiento no sería malo, pero con tanta hambre no tenía energías para luchar, y tras levantarse se percató de una... ¿niña?, ¿otro humano más había llegado al digimundo?, con esa forma no sería adecuado presentarse, por lo que se quedaría un buen rato más observándole desde la lejanía... -GRRRRRRRR!.- Un gran gruñido provenía desde la misma dirección de donde anteriormente había oído aquel estruendo, y realmente no era una buena señal...
- Tamer
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Kyosuke Kuroi
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
Con mi mano desnuda echa puño y ubicada aproximadamente en el centro del pecho miré hacia mis lados en busca de algo, lo que sea, no me importaba qué pero debía ser algo que me ayudara a ubicarme en el lugar en el que me encontraba. Me sentía sola y al mismo tiempo sentía como si alguien estuviese observandome en todo momento. Incomodidad, eso era lo que sentía, más no era por sentirme sola -Estoy acostumbrada, me gusta estar sola- sino por el aquello que me hacía sentir lo contrario; sin embargo, por mas que mirará hacia mi alrededor, no lograba ver a nadie en las cercanías. Suspiré.
- No sé a donde ir... Estoy perdida... ¿Qué es este mundo?
Quería seguir pensando que estaba soñando, pero al mismo tiempo no quería. ¿Es posible que haya alguien más indecisa que yo? Casi podría dudarlo, pero no puedo decir mucho sobre eso, no conozco a las personas; las personas me aterran, son seres que no me gustaría conocer más a fondo, esa era una de la razón por la que me costaba tanto comprender a mis padres, ¿Porque dedican su trabajo a entender la mente de otras personas? Eso... da miedo... Las personas dan miedo.
Decidí emprender camino, pero no hacia un lugar preciso, solo era para no quedarme parada por horas en busca de algo que ni siquiera yo conocía. Esta vez, tenía ambas manos sujetando con 'fuerza' -Si a eso se le puede llamar fuerza- el objeto con el que amanecí; sabía que estaba nerviosa, pero no por algun sentimiento consciente, sino porque por más que quisiera evitar que mis manos dejaran de sudar ese ''Sudor frío'' o dejaran de temblar... No podía.
- ¡Ah...! -me detuve en seco cuando sentí como si el suelo hubiese temblado- ¿Qué fue eso?...
''Un terremoto'' fue lo primero que pensé. Me daba pánico pensar que se tratara de eso, he vivido casi toda mi vida -Si no es que toda- encerrada en mi habitación, no conozco el exterior, y por fortuna en lo que llevo de consciencia jamás había presenciado un ''terremoto''. No quería pensar que la primera vez que salí de mi casa por años tuviese la oportunidad de sentirlo; sin embargo, por suerte, cesó pronto.
Me enderecé apenas pude; solo había perdido un poco el balance por tan inesperado estruendo, pero resultaba no ser nada importante o de qué preocuparse -O al menos eso era lo que me decía en mis adentros para no entrar en pánico-. Unos instantes después escuché algo similar a un disparo. ''¿Ahora qué?'' me dije en mis adentros justo al momento de alzar la mirada. Para entonces, solo alcancé a ver una corriente de humo que seguía una dirección hacia el cielo, pero no pude alcanzar a apreciar lo que sea que provocó eso... ni tampoco podía imaginarme que pudo haber sido. Cuando pensé que nada más extraño pudiese ocurrir fue que volvió un segundo ''Terremoto'' pero, esta vez, acompañado de un rugido que me hizo estremecer hasta los huesos.
Caí de rodillas, soltando el artefacto al instante y dejandolo caer al suelo frente a mi al tiempo que llevé mis mano hacia mis oídos para que estos no doliesen tanto ante semejante ruido. Grité al unisono por terror, no sabía de que podría tratarse un rugido de tal magnitud, pero solo podía pensar en algún monstruo carnívoro.
Los estruendos se hacían más potentes, el monstruo se acercaba... y se acercaba a mi posición. Lo sabía, tenía que huir, pero ni mis piernas ni mi cuerpo o ideas reaccionaban correctamente. Cuando el estruendo cesó y sentí esa sensación de ''compañía'' más fuerte que nunca fue cuando tuve el valor para girar la mirada hacia mis espaldas, logrando ver un enorme dinosaurio de escamas anaranjadas, con un casco-cornamenta marrón cuyos cuernos eran tan grandes que no podía imaginar cuantos metros medirían cada uno. El monstruo volvió a rugir después de verme, yo no podía hacer nada más que cerrar mis ya húmedos ojos y arquearme hacia delante mientras gritaba al unísono. Estaba hundida por el terror.
- No sé a donde ir... Estoy perdida... ¿Qué es este mundo?
Quería seguir pensando que estaba soñando, pero al mismo tiempo no quería. ¿Es posible que haya alguien más indecisa que yo? Casi podría dudarlo, pero no puedo decir mucho sobre eso, no conozco a las personas; las personas me aterran, son seres que no me gustaría conocer más a fondo, esa era una de la razón por la que me costaba tanto comprender a mis padres, ¿Porque dedican su trabajo a entender la mente de otras personas? Eso... da miedo... Las personas dan miedo.
Decidí emprender camino, pero no hacia un lugar preciso, solo era para no quedarme parada por horas en busca de algo que ni siquiera yo conocía. Esta vez, tenía ambas manos sujetando con 'fuerza' -Si a eso se le puede llamar fuerza- el objeto con el que amanecí; sabía que estaba nerviosa, pero no por algun sentimiento consciente, sino porque por más que quisiera evitar que mis manos dejaran de sudar ese ''Sudor frío'' o dejaran de temblar... No podía.
- ¡Ah...! -me detuve en seco cuando sentí como si el suelo hubiese temblado- ¿Qué fue eso?...
''Un terremoto'' fue lo primero que pensé. Me daba pánico pensar que se tratara de eso, he vivido casi toda mi vida -Si no es que toda- encerrada en mi habitación, no conozco el exterior, y por fortuna en lo que llevo de consciencia jamás había presenciado un ''terremoto''. No quería pensar que la primera vez que salí de mi casa por años tuviese la oportunidad de sentirlo; sin embargo, por suerte, cesó pronto.
Me enderecé apenas pude; solo había perdido un poco el balance por tan inesperado estruendo, pero resultaba no ser nada importante o de qué preocuparse -O al menos eso era lo que me decía en mis adentros para no entrar en pánico-. Unos instantes después escuché algo similar a un disparo. ''¿Ahora qué?'' me dije en mis adentros justo al momento de alzar la mirada. Para entonces, solo alcancé a ver una corriente de humo que seguía una dirección hacia el cielo, pero no pude alcanzar a apreciar lo que sea que provocó eso... ni tampoco podía imaginarme que pudo haber sido. Cuando pensé que nada más extraño pudiese ocurrir fue que volvió un segundo ''Terremoto'' pero, esta vez, acompañado de un rugido que me hizo estremecer hasta los huesos.
Caí de rodillas, soltando el artefacto al instante y dejandolo caer al suelo frente a mi al tiempo que llevé mis mano hacia mis oídos para que estos no doliesen tanto ante semejante ruido. Grité al unisono por terror, no sabía de que podría tratarse un rugido de tal magnitud, pero solo podía pensar en algún monstruo carnívoro.
Los estruendos se hacían más potentes, el monstruo se acercaba... y se acercaba a mi posición. Lo sabía, tenía que huir, pero ni mis piernas ni mi cuerpo o ideas reaccionaban correctamente. Cuando el estruendo cesó y sentí esa sensación de ''compañía'' más fuerte que nunca fue cuando tuve el valor para girar la mirada hacia mis espaldas, logrando ver un enorme dinosaurio de escamas anaranjadas, con un casco-cornamenta marrón cuyos cuernos eran tan grandes que no podía imaginar cuantos metros medirían cada uno. El monstruo volvió a rugir después de verme, yo no podía hacer nada más que cerrar mis ya húmedos ojos y arquearme hacia delante mientras gritaba al unísono. Estaba hundida por el terror.
- Tamer
- Digi Puntos :44Nivel On Rol :Rookie SpiritInventario :
Mary Lowell
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
- ¡Ya es hora de desayunar!.- El joven de pelo castaño abrió los ojos, se encontraba recostado en su cama, pero había algo que no se explicaba... ¿acaso todo eso en realidad había sido un sueño?, se levantó y miró el calendario, al parecer habría retrocedido en el tiempo o algo por el estilo, pues esa no sería la respectiva fecha al día siguiente después de haber sido transportado al Digimundo, pero bueno, sueño o no, finalmente habría regresado a su mundo, pero lo impactante, fue cuando se vio a si mismo entrando en la habitación... ¿que estaba pasando?, el ambiente se tornó diferente, una especie de nuble blanca se hizo con el lugar, como si se tratara de algún sueño o algo por el estilo, pero no podía ser así, ¿otro sueño dentro de otro sueño?, definitivamente lo que estaba viendo no era real, pero también sentía que había vivido lo que estaba observando, pero todo se aclaró al lograr verse a si mismo siendo atrapado por su computadora... al parecer realmente había sucedido, debía ser así. - Esto se vuelve cada vez más raro.- Depronto, todo se volvió blanco
Logró recobrar la conciencia al oír un grito no muy lejos, incluso parecía provenir desde la dirección que se encontraba mirando antes de regresar a la realidad. Pero sinceramente, no recordaba que se encontraba haciendo antes de entrar a esa especie de Flashback. - ¿¡Eh!?.- Se exaltó un poco tras lograr divisar a la joven que había estado observando antes de perder la conciencia, suspiró y se tranquilizó, debía asimilar lo que estaba sucediendo, pero un nuevo temblor azotó el lugar, era más como para un terremoto, pero como ya se había acostumbrado a aquello, ya no lo sentía como más que un pequeño temblor. - ¿Qué está sucediendo ahora?.- Suspiró con molestia y se dirigió con total tranquilidad hasta donde provenía el grito, pues no sabía que era lo que estaba sucediendo, pero se detuvo al notar como los árboles caían y caían, debía ser un digimon grande, y no tenía más opción que derrotarlo, pero le faltaban fuerzas debido al apetito y sed que sentía, no lograría dar su cien por cien, pero seguramente los Digimon que residían en aquel lugar le ayudarían, pero había un inconveniente más, ¿sería acaso un tipo virus, o data?, solo deseaba que no fuese vacuna como él, o sería una pelea duradera, pero sentía curiosidad sobre algo, ¿podría derrotar a un digimon Champion?, ya había derrotado bastante Rookies en el camino hasta entonces, así que sería un reto derrotar lo que fuese que fuera eso, parpadeó un par de veces y corrió hasta el lugar donde cayó el último árbol, y allí mismo observó a la chica, y atrás de ella, un gran Greymon detrás de ella.
- ¡Baby Flame!.- Exclamó, y en el mismo momento, lanzó una bola de fuego hacia el greymon, la cual terminó disipándose cuanto entró en contacto con este. - Esto no es bueno...- Bebió un poco de su saliva tranquilizándose y miró hacia la chica que yacía allí. - ¡Debes salir de aquí!.- Mencionó casi como una orden, pues no quería que ella saliese lastimada cuando apenas había entrado al Digimundo. Mientras el joven digimon se había distraido hablándole a la chica, el Greymon le lanzó un coletazo, que terminó lanzandolo hacía el tronco de un árbol, pero se logró levantarse rápido, no tenía todas sus fuerzas, algo para recuperarse como comida sería bueno para recuperarse, quizás así tendría una oportunidad contra el Greymon, que parecía estar en una especie de frenesí, pues se encontraba atacando a todo lo que lo que se moviese. - Es más resistente de lo que creí...- Seguido eso, aguantó una Baby Flame en su boca, para así luego lanzarla como un potente torrente de fuego. - ¡Spitfire! - Cuando impactó con el Greymon pareció haberle quemado un poco, incluso le había hecho retroceder, no le había hecho mucho daño, pero al parecer le daría algo de tiempo para escapar, pues derrotarlo, no era una opción ahora, por lo que salió corriendo, sin saber donde se encontraba aquella chica. - Acaso... ¿no estoy listo para derrotar a un Champion...? ¿Nunca seré lo suficientemente fuerte?.- Una pequeña lagrima cayó desde uno de sus ojos, y cuando había perdido de vista al gran Digimon Dinosaurio, se sentó bajó la sombra de un árbol, a pensar, pues se sentía inseguro, incluso observado...
- Tamer
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Kyosuke Kuroi
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
Una voz cortó mi grito poco después de que mi garganta pareciera ya no poder dar para más antes de desgarrarse. Abrí mis ojos, los cuales dejaron escapar un par de lagrimas al momento, y alcé la mirada solo para alcanzar a ver lo que parecía ser un dinosaurio mucho más pequeño que el que tenía a mis espaldas. No sabía qué estaban haciendo ''animales extintos'' en un lugar cómo este, no tenía mucha lógica si es que este lugar, sueño o lo que sea de verdad tuviera una pizca de lógica. Lo importante de todo este asunto era lo que el dinosaurio de escamas claras intentaba decirme: ''Debes salir de aquí''.
En cuanto dijo esto volví a mirar a mis espaldas, esta vez el dinosaurio anaranjado no me prestaba atención a mi, sino al más pequeño que se encontraba a unos metros de distancia. No puedo decir con seguridad que sabía algo de lo que ocurría, pero puedo figurarme que ambos reptiles estaban luchando. ''Es mi oportunidad'' una voz que provenía desde el fondo de mi pecho hizo resonar en mi mente. Me levanté tan rápido como pude -No sin antes desbalancearme un poco; vale mencionar que soy de movimientos lentos y torpes- y corrí hasta esconderme tras un árbol que alcanzaba a cubrirme casi por completo. Esto me daría algo de tiempo en lo que el dinosaurio más grande perseguía al pequeño, o al menos eso era lo que yo esperaba, pero las tres veces que me asomé para ver que era lo que ocurría con ambos no pude notar algún cambio de posición ante el monstruo que -quizás- intentaba devorarme.
Fue entonces que noté algo importante, algo que tenía antes y ahora no. Justo a pocos centímetros de los grandes pies del dinosaurio anaranjado estaba el objeto con el que desperté. Fue ahí cuando recordé el momento en que lo dejé caer al suelo del susto; todo había pasado tan rápido, ni siquiera me había dado cuenta de lo ocurrido y por lo tanto no se me ocurrió levantarlo.
No sabía si dejarlo ahí o ir por él; incluso una parte de mi me gritó ''¿Porque lo dudas? ¿Que tiene de importante ese aparato desconocido para ti?'' pero, aunque no supiera responder a esa voz interna, cada vez que observaba ese objeto tenía el recuerdo de ese extraño sueño y la cosa que irradiaba esa pura luz rosada que me hacía sentir un sentimiento de... calidez.
- ...Está decidido.
Aprovechando la distracción del gran dinosaurio, salí de mi escondite y fui directo hacia sus pies para tomar el artefacto; logrando ver en ese instante como su oponente escupía lo que parecía ser -aunque suene bastante descabellado- una llamarada. El fuego no alcanzaba a cubrir ni mitad de la rodilla de ese enorme monstruo, pero el dolor era suficiente para hacerle retroceder... y eso no era nada bueno.
- ¡¡Ahhh...!!
Me lancé apenas estuve a la mas mínima distancia del objeto para tomarlo y rodar hacia delante antes de que el dinosaurio de gran tamaño alcanzara a aplastarlo con esas enormes patas suyas. No cabe mencionar que mi vestido celeste se ensució un poco de lodo por la tierra, e incluso mi rodilla se hizo un raspón del cual desprendía un poco de sangre por el brusco frote de la tierra contra éste -Lo sé, soy frágil- pero lo importante es que no fue en vano. Tenía ese extraño objeto a salvo en mis manos.
Me dejé invadir por el sentimiento de alivio por unos instantes, un sentimiento que incluso me hizo expresar una mediana sonrisa, la cual se cortó brutalmente al escuchar el rugido del monstruo y lo que me hizo recordar la situación en la que me encontraba. Me giré rápidamente buscando la ubicación de ese dinosaurio pequeño que trató de ayudarme, pero para mi desafortunada desgracia... Ya no estaba por ningún lado.
Nuevamente la tierra tembló, el dinosaurio más grande me ubicó y estaba dispuesto a tratarme como cena, mostrándome esas enormes fauces suyas en lo que liberaba un rugido estremecedor. Nuevamente sentí como mi cuerpo se paralizaba, pero esta vez tenía el objeto de entre mis manos bien sujeto. Logré retroceder un par de pasos atrás casi inconscientemente, pero no era suficiente para escapar, y mis piernas tampoco reaccionaban lo suficiente como para comenzar a correr por mi vida. No sabía que hacer. Fue entonces que algo de suerte finalmente logró sonreírme haciendo aparecer a mis espaldas otro dinosaurio que incluso superaba el tamaño del otro, es más, era muy similar al que intentaba atacarme... con la diferencia de que este se veía incluso más agresivo y portaba un par de guanteletes entre sus garras. Ambos dinosaurios iniciaron una fiera lucha en la que chocaban sus cornamentas; no sabía bien en que lío me había metido e incluso tardé en reaccionar, pero supe poco después que esto era una ''segunda oportunidad'' que, definitivamente, no iba a desperdiciar.
Comencé a correr a cualquier dirección que se me presentase, no iba a detenerme siquiera a ver en cómo terminaría la ''fiera batalla entre animales que deberían estar extintos hoy en día'', solo quería encontrar un lugar en el cual refugiarme.
Llegó un momento en que mis piernas no pudieron para más. Mi corazón latía muy deprisa y ya no me alcanzaba el aire para llenar mis agitados pulmones. Como ya no sentía más los temblores que producían las pesadas pisadas de esos dinosaurios, supe que era momento de descansar plenamente y me detuve a respirar lo más que pude; de verdad añoraba el aire que hace poco me faltaba tanto. Cuando levanté la mirada pude observar no muy a lo lejos a un ser amarillo que, con un poco de enfoque, reconocí como el dinosaurio más pequeño que me salvó la vida; estaba sentado bajo la sombra de un árbol, parecía exhausto. No sabía si acercarme o no, sabía que debía darle las gracias porque gracias él me encontraba con vida, pero... No podía, no tenía el valor. Soy mala socializando.
En cuanto dijo esto volví a mirar a mis espaldas, esta vez el dinosaurio anaranjado no me prestaba atención a mi, sino al más pequeño que se encontraba a unos metros de distancia. No puedo decir con seguridad que sabía algo de lo que ocurría, pero puedo figurarme que ambos reptiles estaban luchando. ''Es mi oportunidad'' una voz que provenía desde el fondo de mi pecho hizo resonar en mi mente. Me levanté tan rápido como pude -No sin antes desbalancearme un poco; vale mencionar que soy de movimientos lentos y torpes- y corrí hasta esconderme tras un árbol que alcanzaba a cubrirme casi por completo. Esto me daría algo de tiempo en lo que el dinosaurio más grande perseguía al pequeño, o al menos eso era lo que yo esperaba, pero las tres veces que me asomé para ver que era lo que ocurría con ambos no pude notar algún cambio de posición ante el monstruo que -quizás- intentaba devorarme.
Fue entonces que noté algo importante, algo que tenía antes y ahora no. Justo a pocos centímetros de los grandes pies del dinosaurio anaranjado estaba el objeto con el que desperté. Fue ahí cuando recordé el momento en que lo dejé caer al suelo del susto; todo había pasado tan rápido, ni siquiera me había dado cuenta de lo ocurrido y por lo tanto no se me ocurrió levantarlo.
No sabía si dejarlo ahí o ir por él; incluso una parte de mi me gritó ''¿Porque lo dudas? ¿Que tiene de importante ese aparato desconocido para ti?'' pero, aunque no supiera responder a esa voz interna, cada vez que observaba ese objeto tenía el recuerdo de ese extraño sueño y la cosa que irradiaba esa pura luz rosada que me hacía sentir un sentimiento de... calidez.
- ...Está decidido.
Aprovechando la distracción del gran dinosaurio, salí de mi escondite y fui directo hacia sus pies para tomar el artefacto; logrando ver en ese instante como su oponente escupía lo que parecía ser -aunque suene bastante descabellado- una llamarada. El fuego no alcanzaba a cubrir ni mitad de la rodilla de ese enorme monstruo, pero el dolor era suficiente para hacerle retroceder... y eso no era nada bueno.
- ¡¡Ahhh...!!
Me lancé apenas estuve a la mas mínima distancia del objeto para tomarlo y rodar hacia delante antes de que el dinosaurio de gran tamaño alcanzara a aplastarlo con esas enormes patas suyas. No cabe mencionar que mi vestido celeste se ensució un poco de lodo por la tierra, e incluso mi rodilla se hizo un raspón del cual desprendía un poco de sangre por el brusco frote de la tierra contra éste -Lo sé, soy frágil- pero lo importante es que no fue en vano. Tenía ese extraño objeto a salvo en mis manos.
Me dejé invadir por el sentimiento de alivio por unos instantes, un sentimiento que incluso me hizo expresar una mediana sonrisa, la cual se cortó brutalmente al escuchar el rugido del monstruo y lo que me hizo recordar la situación en la que me encontraba. Me giré rápidamente buscando la ubicación de ese dinosaurio pequeño que trató de ayudarme, pero para mi desafortunada desgracia... Ya no estaba por ningún lado.
Nuevamente la tierra tembló, el dinosaurio más grande me ubicó y estaba dispuesto a tratarme como cena, mostrándome esas enormes fauces suyas en lo que liberaba un rugido estremecedor. Nuevamente sentí como mi cuerpo se paralizaba, pero esta vez tenía el objeto de entre mis manos bien sujeto. Logré retroceder un par de pasos atrás casi inconscientemente, pero no era suficiente para escapar, y mis piernas tampoco reaccionaban lo suficiente como para comenzar a correr por mi vida. No sabía que hacer. Fue entonces que algo de suerte finalmente logró sonreírme haciendo aparecer a mis espaldas otro dinosaurio que incluso superaba el tamaño del otro, es más, era muy similar al que intentaba atacarme... con la diferencia de que este se veía incluso más agresivo y portaba un par de guanteletes entre sus garras. Ambos dinosaurios iniciaron una fiera lucha en la que chocaban sus cornamentas; no sabía bien en que lío me había metido e incluso tardé en reaccionar, pero supe poco después que esto era una ''segunda oportunidad'' que, definitivamente, no iba a desperdiciar.
Comencé a correr a cualquier dirección que se me presentase, no iba a detenerme siquiera a ver en cómo terminaría la ''fiera batalla entre animales que deberían estar extintos hoy en día'', solo quería encontrar un lugar en el cual refugiarme.
Llegó un momento en que mis piernas no pudieron para más. Mi corazón latía muy deprisa y ya no me alcanzaba el aire para llenar mis agitados pulmones. Como ya no sentía más los temblores que producían las pesadas pisadas de esos dinosaurios, supe que era momento de descansar plenamente y me detuve a respirar lo más que pude; de verdad añoraba el aire que hace poco me faltaba tanto. Cuando levanté la mirada pude observar no muy a lo lejos a un ser amarillo que, con un poco de enfoque, reconocí como el dinosaurio más pequeño que me salvó la vida; estaba sentado bajo la sombra de un árbol, parecía exhausto. No sabía si acercarme o no, sabía que debía darle las gracias porque gracias él me encontraba con vida, pero... No podía, no tenía el valor. Soy mala socializando.
- Tamer
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Mary Lowell
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
- Debo derrotar a ese Greymon, debo hacerlo...- Suspiró con cierta molestia y miró hacia el cielo digital, recordando cuando aún era un humano y tocaba su armónica, la cual normalmente tranquilizaba a todo ser que estuviese cerca, incluso a su madre cuando se molestaba -lo cual ya era inhumano-, y sonrió, pues eran hermosos recuerdos, y sabía que algún día volvería, y todo volvería a ser normal, porque no se rendiría, no era una opción a tomar, rendirse era para débiles, y él no era débil, o por lo menos eso quería creer... por lo que sabía, Greymon era la evolución de Agumon, ¿acaso se convertiría en eso luego, o volvería a ser un humano?, realmente ninguna de las dos opciones le parecían malas, su vida como Digimon no era tan mala, ya se estaba acostumbrando, pero... ya no recordaba como se veía antes de transformarse, y como todos los Agumon son iguales, ¿qué le distinguía de los demás?, nada, y no le agradaba la idea de ser absolutamente igual y no destacar o tener algo diferente de los demás, no era vanidoso, y mucho menos juzgaba a la gente por su forma de ser, solo no le agradaba que todos se pareciesen. - ¿Qué habrá sido de ese chica, y por qué llegó al mundo digital?.- Parpadeó un par de veces mientras pensaba en la respuesta para aquella pregunta, pero con lo único que se encontraba era con más y más preguntas, por lo que prefirió olvidar aquella duda y centrarse en lo que estaba sucediendo... ¿qué debía hacer ahora?, un descanso después de aquella batalla no era una mala idea, pero debía seguir, pero no tenía las fuerzas, estaba muriendo de hambre, pues aquella batalla le había dejado algo debilitado y lastimado, por lo que optó levantarse, quizás así encontraría algo de comida, y cuando no pudiese más, buscaría refugio o algo para descansar sintiendo la seguridad de que nadie intentaría comerlo.
Volteó su mirada, y se sorprendió cuando logró divisar a aquella chica que había salvado anteriormente, ¿qué hacía allí?, lo bueno es que había salido ilesa de el ataque de Greymon, había hecho su buena acción del día, ya no tendría que tomarle importancia a lo que le sucediese a ella, pero era imposible, debía protegerla, pues era la única humana que había visto hasta el momento en toda su estadía en el Mundo Digital, parecía cansada, y tras darle una mirada de reojo, se percató de lo que tenía en su mano, por lo que se impactó casi instantáneamente, ¿acaso ella había llegado al Digimundo por la misma razón que él?, ahora se convenció de que definitivamente debía ayudarla, tendría que encontrar su Digispirit, quizás al principio seria difícil asimilar lo que estaba sucediendo, pues cuando supo todo por primera vez, no entendía mucho de lo que estaba sucediendo, y aún no sabía exactamente todo. Se acercó a paso lento, no quería que se asustase, ver a un pequeño dinosaurio amarillo acercarse no sería lo más confiable en lo que hubiese pensado, mientras hacía aquello, tomó aire, estaba nervioso, pues no tenía idea la impresión que pudiera tener ella incluso después de haberla salvado, finalmente suspiró, cerró los ojos y se mantuvo tranquilo, pues no sacaría nada estando nervioso. - Bienvenida al Digimundo, humana.- ¿humana?, ¿enserio había dicho aquello?, era lo mejor, no quería confundirla desde un principio, le diría la verdad una vez que encontrase su Digispirit, del cual aún no le hablaría, pues sería aún más confuso. - Yo soy Agumon, es un placer conocerte.- Tembló un poco, pues le costaba hacerse pasar por lo que no era.
Volteó su mirada, y se sorprendió cuando logró divisar a aquella chica que había salvado anteriormente, ¿qué hacía allí?, lo bueno es que había salido ilesa de el ataque de Greymon, había hecho su buena acción del día, ya no tendría que tomarle importancia a lo que le sucediese a ella, pero era imposible, debía protegerla, pues era la única humana que había visto hasta el momento en toda su estadía en el Mundo Digital, parecía cansada, y tras darle una mirada de reojo, se percató de lo que tenía en su mano, por lo que se impactó casi instantáneamente, ¿acaso ella había llegado al Digimundo por la misma razón que él?, ahora se convenció de que definitivamente debía ayudarla, tendría que encontrar su Digispirit, quizás al principio seria difícil asimilar lo que estaba sucediendo, pues cuando supo todo por primera vez, no entendía mucho de lo que estaba sucediendo, y aún no sabía exactamente todo. Se acercó a paso lento, no quería que se asustase, ver a un pequeño dinosaurio amarillo acercarse no sería lo más confiable en lo que hubiese pensado, mientras hacía aquello, tomó aire, estaba nervioso, pues no tenía idea la impresión que pudiera tener ella incluso después de haberla salvado, finalmente suspiró, cerró los ojos y se mantuvo tranquilo, pues no sacaría nada estando nervioso. - Bienvenida al Digimundo, humana.- ¿humana?, ¿enserio había dicho aquello?, era lo mejor, no quería confundirla desde un principio, le diría la verdad una vez que encontrase su Digispirit, del cual aún no le hablaría, pues sería aún más confuso. - Yo soy Agumon, es un placer conocerte.- Tembló un poco, pues le costaba hacerse pasar por lo que no era.
- Tamer
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Kyosuke Kuroi
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
Quería convencerme de que este lugar era similar al del cuento con el que soñé previamente antes de despertar; un mundo donde había personas y criaturas de apariencia fuera de lo normal y con una cordura un poco escasa pero que de alguna forma siempre tenía un sentido, algo retorcido, pero eso era lo divertido. Siempre he sentido una fascinación ante los acertijos, y mientras más complejos más me gustarían, y para resolver esos taimados acertijos y misterios lo mejor es relajar un poco tu forma de pensar, dejar de luchar contra la corriente para dejarte fluir por ella. Este mundo en el que he aterrizado, aunque no tan directamente, tiene algunas cosas fascinantes como el mundo de los sueños, podía sentirlo.
Ahora mismo estaba debatiendo en mis adentros por hablar o no con un dinosaurio que, según lo que tengo entendido, en mi mundo estaría ya bastante extinto y -creo- que los que yo ''conocía'' no tenían capacidad alguna para razonar o emitir palabras, pero ¿No fue ese dinosaurio el que me advirtió para que escapara?. No iba a luchar contra la corriente; cualquier otra persona sentiría miedo y confusión por tener a pocos metros suyos a un reptil de más de un metro con grandes garras y colmillos y que, de alguna forma, adoptó la capacidad del habla; pero para mi punto de vista, uno quizás no muy común, esto me resultaba inquietantemente interesante, curioso e incluso divertido.
La pregunta seguía presente: ¿Ir con él y agradecerle su ayuda, o dejarlo pasar?. Desde mi posición lo veía algo distraído, incluso creo que no se había percatado de mi presencia hasta el momento, así que aún tenía tiempo de decidir.
- Creo que... Mejor no.
Mis ojos se volvieron un poco mas grises; aunque dentro de mi ardía la ilusión de querer hablar con el héroe que salvó mi vida, mis nervios e inseguridades eran mayores que esa pequeña chispa de curiosidad.
Alcé de nuevo el objeto que casi me costó la vida hace unos momentos para observarlo con detenimiento, justamente hacia la pantalla, e inclinándolo de izquierda a derecha por unos segundos solo para mirar el relucir de la luz solar con dicha pantalla me decidí por comenzar de nuevo un camino del cual no sabría a donde me llevaría a parar. Dudaba que el lugar al que llegara fuera más peligroso que uno en donde se encuentran dos dinosaurios de cinco metros peleando entre ellos; sin embargoo, algo me hizo detener el paso.
Mi mirada se levantó en cuanto escuché una voz que me resultaba conocida, observando justo a mi lado al mismo dinosaurio amarillo con el que quería hablar hace unos momentos pero, como era de esperarse, mis nervios me invadieron y me impidieron reaccionar por unos segundos.
- Eh... Yo... Soy Mary -logré pronunciar segundos mas tarde, con un tono de voz casi inaudible, pero después de animarme un poco mi tono de voz se pudo escuchar con más claridad- Mary Lowell. ¿Te llamas Agumon...?
No me parecía un nombre común para un lagarto de su tipo, pero pensandolo bien, ¿Cuál de verdad sería un buen nombre para un dinosaurio? Pensaba y pensaba, pero solo se me ocurrían nombres infantiles e incluso ridiculos que provocaron que el tono pálido de mis mejillas se tiñesen a uno mas rojizo. Negué suavemente con la cabeza.
- Yo... Perdón si esto suena grosero, pero... ¿Los dinosaurios no se extinguieron hace millones de años? -miré hacia mis lados antes de volver mi mirada hacia la de él- Ya no estoy en mi mundo... ¿Verdad? -al formular esta pregunta, mis ojos se volvieron más tristes. Sabía en mis adentros cual era la respuesta, era inevitable.
Ahora mismo estaba debatiendo en mis adentros por hablar o no con un dinosaurio que, según lo que tengo entendido, en mi mundo estaría ya bastante extinto y -creo- que los que yo ''conocía'' no tenían capacidad alguna para razonar o emitir palabras, pero ¿No fue ese dinosaurio el que me advirtió para que escapara?. No iba a luchar contra la corriente; cualquier otra persona sentiría miedo y confusión por tener a pocos metros suyos a un reptil de más de un metro con grandes garras y colmillos y que, de alguna forma, adoptó la capacidad del habla; pero para mi punto de vista, uno quizás no muy común, esto me resultaba inquietantemente interesante, curioso e incluso divertido.
La pregunta seguía presente: ¿Ir con él y agradecerle su ayuda, o dejarlo pasar?. Desde mi posición lo veía algo distraído, incluso creo que no se había percatado de mi presencia hasta el momento, así que aún tenía tiempo de decidir.
- Creo que... Mejor no.
Mis ojos se volvieron un poco mas grises; aunque dentro de mi ardía la ilusión de querer hablar con el héroe que salvó mi vida, mis nervios e inseguridades eran mayores que esa pequeña chispa de curiosidad.
Alcé de nuevo el objeto que casi me costó la vida hace unos momentos para observarlo con detenimiento, justamente hacia la pantalla, e inclinándolo de izquierda a derecha por unos segundos solo para mirar el relucir de la luz solar con dicha pantalla me decidí por comenzar de nuevo un camino del cual no sabría a donde me llevaría a parar. Dudaba que el lugar al que llegara fuera más peligroso que uno en donde se encuentran dos dinosaurios de cinco metros peleando entre ellos; sin embargoo, algo me hizo detener el paso.
Mi mirada se levantó en cuanto escuché una voz que me resultaba conocida, observando justo a mi lado al mismo dinosaurio amarillo con el que quería hablar hace unos momentos pero, como era de esperarse, mis nervios me invadieron y me impidieron reaccionar por unos segundos.
- Eh... Yo... Soy Mary -logré pronunciar segundos mas tarde, con un tono de voz casi inaudible, pero después de animarme un poco mi tono de voz se pudo escuchar con más claridad- Mary Lowell. ¿Te llamas Agumon...?
No me parecía un nombre común para un lagarto de su tipo, pero pensandolo bien, ¿Cuál de verdad sería un buen nombre para un dinosaurio? Pensaba y pensaba, pero solo se me ocurrían nombres infantiles e incluso ridiculos que provocaron que el tono pálido de mis mejillas se tiñesen a uno mas rojizo. Negué suavemente con la cabeza.
- Yo... Perdón si esto suena grosero, pero... ¿Los dinosaurios no se extinguieron hace millones de años? -miré hacia mis lados antes de volver mi mirada hacia la de él- Ya no estoy en mi mundo... ¿Verdad? -al formular esta pregunta, mis ojos se volvieron más tristes. Sabía en mis adentros cual era la respuesta, era inevitable.
- Tamer
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Mary Lowell
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
No pudo evitar sonreír internamente cuando notó que la chica estaba, o por lo menos parecía nerviosa, pues era normal, conocer a un mini-dinosaurio que habla no es para nada normal, y mucho menos terminar en un lugar así después de estar haciendo cualquier cosa común en el mundo humano, el cual no había visitado ya hace un buen tiempo, pues ya llevaba una o dos semanas dentro del Mundo Digital. - Debe estar nerviosa.- Pensó mientras se mantenía inmóvil observando a la joven humana, y sonrió al oír su nombre, pero tenía cosas más importantes en las cuales pensar ahora, como por ejemplo, ¿qué habrá sido del Greymon que había atacado?, ¿cómo llegó ella al Digimundo?, dudaba mucho que llegase de la misma manera de él, siendo absorbido por su computadora, pero debía esperar, tendría que esperar al momento para poder hacer esas preguntas, pues posiblemente ella tendría aún más preguntas que él, así que tomó aire y escuchó atentamente todo lo que ella estuviera diciendo. - Mary Lowell, ¿cómo es que llegaste al Digimundo?.- Intentó disimular un rostro dudoso, pues no tenía idea si podía hacer más facetas con esa cara de dinosaurio. - Si, yo soy Agumon.- Sonrió y se mantuvo mirándole, aún costandole bastante disimular lo que no era, un digimon. Cuando se percató que la chica había comenzado a negar, parpadeó un par de veces, ¿en qué habría estado pensando?, lanzó una especie de juguetona carcajada intentando aliviar el ambiente, pues lo que quería era estar tranquilo, hacerle estar nerviosa no era lo mejor, quizás correría de un lado a otro sin ninguna razón, quizás podría ponerse a llorar y atraer la atención de otro digimon como Greymon, o incluso algo peor como un... ¡MetalGreymon!, pues después de lo que había aprendido, cualquier cosa podía suceder en un lugar como el Mundo Digital.
Tras oír la pregunta de la joven, no pudo lanzar una muy pequeña carcajada, al parecer en realidad se estaba creyendo que era un Dinosaurio o algo por el estilo, pero tras pensarlo un poco logró reflexionar, debía dejar de actuar así, pues su apariencia ya hablaba completamente de lo que era, un pequeño dinosaurio amarillo que lanza bolas de fuego por la boca, sonaba retorcido, pero en realidad eso era exactamente. - No, ya no te encuentras en tu mundo... ¿hablas del mundo humano, verdad?.- Fingió curiosidad, pues era completamente obvio. Observó los ojos de la joven... parecían tristes, o algo por el estilo, debía hacer algo para que ella se sintiese mejor pero... ¿qué?, no sabía hacer absolutamente ninguna gracia, no era de un circo ni nada por el estilo, nunca fue un gran comediante en la escuela, así que se encontraba completamente en blanco. - Pareces perdida.- Giró un poco la cabeza, igual como hacían los perros. - ¿Dinosaurios?, nosotros somos digimon.- No sabía como responder a su pregunta, por lo que tuvo que imaginarse algo, no sabía si había sonado ridículo o algo... ¿acaso debía delatarse y así podría dejar de fingir?, no, aún era muy pronto, asimilarlo sería difícil, hasta incluso imposible. Sintió un nuevo terremoto, no le afectó mucho pues ya estaba acostumbrado, pero pudo sentir la presencia de otro Digimon, y no era un Champion, así que no sería un objetivo difícil. No era nada más ni nada menos que Mushmon, un digimon de tipo planta y atributo virus. - Mantente detrás de mi.- Miró fijamente al Digimon incauto que se había decidido a aparecer en el peor momento para él, pues el joven humano, ahora digimon sentía la energía para luchar, incluso con el apetito que tenía. - Baby Flame!.- Mencionó y seguido lanzó una bola de fuego hacia su enemigo.
Tras oír la pregunta de la joven, no pudo lanzar una muy pequeña carcajada, al parecer en realidad se estaba creyendo que era un Dinosaurio o algo por el estilo, pero tras pensarlo un poco logró reflexionar, debía dejar de actuar así, pues su apariencia ya hablaba completamente de lo que era, un pequeño dinosaurio amarillo que lanza bolas de fuego por la boca, sonaba retorcido, pero en realidad eso era exactamente. - No, ya no te encuentras en tu mundo... ¿hablas del mundo humano, verdad?.- Fingió curiosidad, pues era completamente obvio. Observó los ojos de la joven... parecían tristes, o algo por el estilo, debía hacer algo para que ella se sintiese mejor pero... ¿qué?, no sabía hacer absolutamente ninguna gracia, no era de un circo ni nada por el estilo, nunca fue un gran comediante en la escuela, así que se encontraba completamente en blanco. - Pareces perdida.- Giró un poco la cabeza, igual como hacían los perros. - ¿Dinosaurios?, nosotros somos digimon.- No sabía como responder a su pregunta, por lo que tuvo que imaginarse algo, no sabía si había sonado ridículo o algo... ¿acaso debía delatarse y así podría dejar de fingir?, no, aún era muy pronto, asimilarlo sería difícil, hasta incluso imposible. Sintió un nuevo terremoto, no le afectó mucho pues ya estaba acostumbrado, pero pudo sentir la presencia de otro Digimon, y no era un Champion, así que no sería un objetivo difícil. No era nada más ni nada menos que Mushmon, un digimon de tipo planta y atributo virus. - Mantente detrás de mi.- Miró fijamente al Digimon incauto que se había decidido a aparecer en el peor momento para él, pues el joven humano, ahora digimon sentía la energía para luchar, incluso con el apetito que tenía. - Baby Flame!.- Mencionó y seguido lanzó una bola de fuego hacia su enemigo.
- Off:
- Lamento la tardanza x-x
- Tamer
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Kyosuke Kuroi
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
No lograba entender con exactitud lo que 'Agumon' intentaba decirme; para empezar, ¿Qué era el ''Digimundo''? Me es fácil deducir que, quizá, se trate del nombre de este universo al que he llegado, pero no podía sentirme segura hasta confirmarlo.
Tal como creía, ya no estaba en la Tierra. Este ''sueño'' cada vez parecía más real; normalmente suelo saber cuando estoy soñando y cuando no, incluso controlar mis acciones y las acciones de los demás dentro de mis sueños una vez que tomo consciencia de estos, pero esta vez todo era tan inesperado que, aún después de deducir que esto no era real, seguía sin poder controlar la situación. Definitivamente todo esto que estaba ocurriendo... era real.
- ¿Digimon? -apenas alcancé a pronunciar mientras arqueaba levemente mi ceja.
Esta vez no había nada en esa palabra que me pudiera indicar algo, quizás ''Digimon'' sea el nombre de su especie así como la mía es ''Humana'', así tendría sentido pero por alguna razón tenía la curiosidad de saber cual era la etimología de esa palabra ¿Qué significará exactamente ''Digimon'' o ''Digimundo''? Debo admitirlo, soy una persona muy curiosa.
- No sé como llegué aquí... Recuerdo que hace unos minutos yo estaba plácidamente durmiendo, y ahora...
Bajé la mirada cuando sentí una extraña vibración ya conocida en el suelo. Observé como las piedras más pequeñas que estaban acomodadas cerca de mis pies estaban reaccionando ante la vibración y temblando; en mis adentros dije ''No de nuevo...'' Y, como si supiese lo que estaba por venir, intenté encontrar algo con qué sostenerme pero fue demasiado tarde; un nuevo sismo se hizo presente provocando que perdiera el balance y, por poco, me cayera sino fuese porque logré chocar contra el tronco de un árbol, el cual me sirvió de soporte.
- ¿Estos terremotos son normales aquí? -miré a Agumon, esperando una afirmación que calmara mis nervios- Por favor, que no se trate de nuevo de ese monstruo gigante... -rogué, cerrando los ojos con fuerza.
La voz de Agumon fue la que me hizo volver a abrir mis ojos, siendo su espalda lo primero que logré ver antes de que, al levantar la mirada, observara detenido frente a nosotros a un hongo con pies y rostro. Ese ser extraño nos miraba con cierta molestia, cruzado de brazos.
- Vaya, vaya... ¿Qué hace un humano en estos lugares? ¿No saben que están prohibidos? -sonrió con malicia poco después de posar sus ojos sobre Agumon- Déjame adivinar, eres uno de esos traicioneros digimon que trabajan con los humanos, ¡Ustedes me dan asco!
Agumon reaccionó disparando inmediatamente una bola de fuego desde su hocico, la cual logró acertar, pero para entonces Mushroomon ya se había cubierto con ambos brazos logrando disminuir un poco el daño.
- ¡Eso no es nada! -sacó un par de hongos de la nada, los cuales tenían dibujados una calavera en la cabeza- ¡Puedo escuchar sus estómagos rugir desde kilómetros de distancia! -los lanzó hacia nosotros- ¡Coman esto!
Tal como creía, ya no estaba en la Tierra. Este ''sueño'' cada vez parecía más real; normalmente suelo saber cuando estoy soñando y cuando no, incluso controlar mis acciones y las acciones de los demás dentro de mis sueños una vez que tomo consciencia de estos, pero esta vez todo era tan inesperado que, aún después de deducir que esto no era real, seguía sin poder controlar la situación. Definitivamente todo esto que estaba ocurriendo... era real.
- ¿Digimon? -apenas alcancé a pronunciar mientras arqueaba levemente mi ceja.
Esta vez no había nada en esa palabra que me pudiera indicar algo, quizás ''Digimon'' sea el nombre de su especie así como la mía es ''Humana'', así tendría sentido pero por alguna razón tenía la curiosidad de saber cual era la etimología de esa palabra ¿Qué significará exactamente ''Digimon'' o ''Digimundo''? Debo admitirlo, soy una persona muy curiosa.
- No sé como llegué aquí... Recuerdo que hace unos minutos yo estaba plácidamente durmiendo, y ahora...
Bajé la mirada cuando sentí una extraña vibración ya conocida en el suelo. Observé como las piedras más pequeñas que estaban acomodadas cerca de mis pies estaban reaccionando ante la vibración y temblando; en mis adentros dije ''No de nuevo...'' Y, como si supiese lo que estaba por venir, intenté encontrar algo con qué sostenerme pero fue demasiado tarde; un nuevo sismo se hizo presente provocando que perdiera el balance y, por poco, me cayera sino fuese porque logré chocar contra el tronco de un árbol, el cual me sirvió de soporte.
- ¿Estos terremotos son normales aquí? -miré a Agumon, esperando una afirmación que calmara mis nervios- Por favor, que no se trate de nuevo de ese monstruo gigante... -rogué, cerrando los ojos con fuerza.
La voz de Agumon fue la que me hizo volver a abrir mis ojos, siendo su espalda lo primero que logré ver antes de que, al levantar la mirada, observara detenido frente a nosotros a un hongo con pies y rostro. Ese ser extraño nos miraba con cierta molestia, cruzado de brazos.
- Vaya, vaya... ¿Qué hace un humano en estos lugares? ¿No saben que están prohibidos? -sonrió con malicia poco después de posar sus ojos sobre Agumon- Déjame adivinar, eres uno de esos traicioneros digimon que trabajan con los humanos, ¡Ustedes me dan asco!
Agumon reaccionó disparando inmediatamente una bola de fuego desde su hocico, la cual logró acertar, pero para entonces Mushroomon ya se había cubierto con ambos brazos logrando disminuir un poco el daño.
- ¡Eso no es nada! -sacó un par de hongos de la nada, los cuales tenían dibujados una calavera en la cabeza- ¡Puedo escuchar sus estómagos rugir desde kilómetros de distancia! -los lanzó hacia nosotros- ¡Coman esto!
- Spoiler:
- Tranquilo~ Espero que este post no te desinspire mucho uwu
- Tamer
- Digi Puntos :44Nivel On Rol :Rookie SpiritInventario :
Mary Lowell
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
- ... ¿Los humanos están prohibidos?.- Pensó el pequeño dinosaurio amarillo, el cual simplemente se enfadó tras oír aquel comentario por parte de Murshroomon, pues sabía que habían Digimon desalmados que estaban en contra de los humanos como él solía serlo y quería defenderse, así que tras notar que su enemigo había sido capaz de defenderse de su ataque y luego había sido capaz de contraatacar lanzado unas especies de... ¿hongos?, parecían serlo, después de todo tenía sentido. - Sabía que ustedes solían ser molestos cuando están en grupo, que extraño que uno que esté solo no sea un cobarde como todos los demás.- Mencionó con un tono de burla, parar luego colocar una postura seria y reaccionar ante el ataque. - ¡Triple Baby Flame!.- Mencionó, y lanzó rápida y eficazmente tres bolas de fuego desde su boca, dos dirigidas a los hongos lanzados, y el tercero hacia el digimon que les estaba atacando, y tras un certero golpe le miró riéndose. - Mary, debes alejarte.- Mencionó de forma seria y decidida, pues sabía que podía ser un serio enfrentamiento y no tenía intención de que la recién conocida terminara herida. - No puedo acercarme a él, puede envenenarme.- Tras aquella reflexión miró hacia su alrededor, no parecían haber más Digimon cerca, pues los Murshmoon solían estar en grupos. - ¿Qué tienes en contra de los humanos?.- Mencionó con cierta furia mientras le observaba. - ¡Baby Flame!.- Exclamó con gran fuerza y lanzó una bola de fuego de mayor tamaño de las que solía lanzar normalmente, parecía furioso y eso no era una buena señal para nadie que se encontrase cerca; no había perdido el control ni nada por el estilo, pero estaba enojado, además ya no sabía si la joven había escapado del lugar o se encontraba contemplando la batalla.
- ¿¡Te estás burlando de mi!?- Exclamó el Murshmoon, el cual también parecía furioso por alguna razón, y le lanzó un hogo a aquella potente bola de fuego, sin embargo su ataque terminó desintegrándose al hacer contacto con aquella Baby Flame y terminó impactando contra él, al parecer le había afectado, pues le estaba costando levantarse y cuando lo hizo se lanzó contra el Dinosaurio amarillo para embestirlo. - ¡Te derrotaré!, Rough Smash!.- El anteriormente humano y ahora Agumon, logró esquivar la mayor parte de los ataques, pues estaba concentrado y lo último que quería era que uno de aquellos potente y dolorosos golpes venenosos de Murshmoon le afectara. - ¡No te permitiré acercarte más!.- Preparó una Baby Flame y la lanzó contra el suelo, para impulsarse. - ¡Dynamite Kick!.- Prendió en fuego sus garras y se lanzó desde el aire hacia el Murshmoon para así darle un certero golpe y terminar convirtiéndolo en datos. - Eso... fue arriesgado.- Tomó aire y suspiró, para lanzarse exhausto al suelo y mirar hacia el cielo, pues no tenía energías para mover la cabeza, un poco más y caería en un estado de sueño, pues tenía hambre, estaba cansado y no tenía donde descansar, no tenía nada que comer y por sobretodo, no había nadie que pudiese cuidarle, pues estaba solo en aquel aún desconocido mundo. - Tengo... mucha hambre.- Mencionó somnoliento, para de un momento a otro terminar desmayado por el hambre.
- ¿¡Te estás burlando de mi!?- Exclamó el Murshmoon, el cual también parecía furioso por alguna razón, y le lanzó un hogo a aquella potente bola de fuego, sin embargo su ataque terminó desintegrándose al hacer contacto con aquella Baby Flame y terminó impactando contra él, al parecer le había afectado, pues le estaba costando levantarse y cuando lo hizo se lanzó contra el Dinosaurio amarillo para embestirlo. - ¡Te derrotaré!, Rough Smash!.- El anteriormente humano y ahora Agumon, logró esquivar la mayor parte de los ataques, pues estaba concentrado y lo último que quería era que uno de aquellos potente y dolorosos golpes venenosos de Murshmoon le afectara. - ¡No te permitiré acercarte más!.- Preparó una Baby Flame y la lanzó contra el suelo, para impulsarse. - ¡Dynamite Kick!.- Prendió en fuego sus garras y se lanzó desde el aire hacia el Murshmoon para así darle un certero golpe y terminar convirtiéndolo en datos. - Eso... fue arriesgado.- Tomó aire y suspiró, para lanzarse exhausto al suelo y mirar hacia el cielo, pues no tenía energías para mover la cabeza, un poco más y caería en un estado de sueño, pues tenía hambre, estaba cansado y no tenía donde descansar, no tenía nada que comer y por sobretodo, no había nadie que pudiese cuidarle, pues estaba solo en aquel aún desconocido mundo. - Tengo... mucha hambre.- Mencionó somnoliento, para de un momento a otro terminar desmayado por el hambre.
- Tamer
- Digi Puntos :0Nivel On Rol :Rookie SpiritInventario :
Kyosuke Kuroi
Re: Todo comienza con un sueño... [w/ Kyosuke Kuroi]
En cuanto vi esos hongos que había lanzado ese hongo parlante hacia nosotros lo primero que hice, como sería natural, fue en cubrirme alzando un poco mis brazos hacia la altura de mi rostro al mismo tiempo que volteaba a mirar hacia otro lado y cerraba mis ojos con fuerza, como si eso fuese una forma efectiva para evitar que esos hongos pequeños -o lo que sea que en verdad fueran- me golpeasen. Lo siguiente que escuché fue un ''¡Triple Baby Flame!'' que, aunque en realidad no supiera de que se tratara, sabía que se trataba de algo que dijo Agumon. Al volver a abrir mis ojos, con mucho cuidado, lo primero que vi fui al monstruo morado tirado en el suelo con una marca de quemadura bastante notable en el área del estómago, parecía inconsciente al principio pero noté sus piernas moverse, indicando lo contrario.
Teníamos que escapar, o al menos eso fue lo primero que pensé, pero Agumon me pedía que yo fuese la que me alejara, ¿Acaso él se quedaría aquí a enfrentar a ese hongo mutante?
- Pero... ¿Y tú?
No hubo tiempo para que me respondiese pues aquél hongo ya se había vuelto a poner de pie. Aunque sabía que era incorrecto dejarlo solo, también sabía que si me quedaba en esta posición habría más probabilidades de que ese mutante nos hiciera daño, no solo a mi, sino también a él por tenerme como carga. Me alejé antes de que lograse verme sin alcanzar a escuchar que era lo que comenzaron a hablar entre ellos, o siquiera para presenciar su batalla, pues lo primero que hice fue esconderme tras unos matorrales un tanto lejanos y dando la espalda hacia la dirección del combate.
No quería saber ya nada más de esto, incluso llegaba a pensar que estaría mejor en mi hogar que en un lugar tan descabellado como este. Aunque después de pensar en lo aburrido que me la pasaba encerrada todo el tiempo en mi habitación, ¿Realmente cual de las dos opciones era considerada ''vida''? Ahora me encontraba en un lugar que roza en la fantasía y el sueño; animales y plantas que hablan, incluso hay seres que una persona normal pensaría que están extintos, ¡Y aparte lanzan fuego y hongos! ¿Qué tengo que hacer yo en un lugar como este? No lo sabía, sentía que estaba en peligro en todo momento, pero aún así, aunque suene algo bizarro, era emocionante.
Al pasar los minutos me levanté un poco y me di la vuelta, lo suficiente para poder estar un poco más al tanto de lo ocurría. Me alarmé después de ver a Agumon tirado en el suelo; lo peor era que, al menos desde mi posición, no podía encontrar a ese hongo mutante por ningún lado, ¿Se habría ido después de... hacerle eso a Agumon? -Esperaba que lo que fuera que le hiciese no haya sido nada grave-. Aunque al principio pensé que tal vez eso se tratase de una trampa y lo que el hongo quería era usar a Agumon de cebo para que me acercase, poco me importó, y aún así salí de mi escondite para comprobar el estado del que me había salvado la vida momentos antes.
Apenas me acerqué, noté que Agumon se tambaleaba un poco al tiempo que murmuraba algo que me fue muy sencillo de entender: ''Tengo hambre''.
- A-Aguarda aquí, ¡Resiste por favor! -le dije antes de alejarme lo más rápido que pude, con una esperanza de hallar algo de comer para... alguien de su tamaño -y especie-.
Tenía entendido, en el escaso conocimiento sobre jurásicos que tengo, que había dinosaurios que comían carne, otros plantas, y otros un poco de los dos al igual que un ser vivo normal, pero se les diferenciaba por la forma de su cuerpo. Un dinosaurio con los colmillos y garras de Agumon cualifica como ''carnívoro'' ¿Pero de donde sacaría yo algo de carne? No quería ni pensarlo, no creo siquiera que me atreva a cargar con un cadáver o traer a alguien inocente hacia las fauces del dinosaurio ¡Ni de chiste! Supongo que esta vez él tendrá que conformarse con lo que halle, sea lo que sea, solo bastaba que fuese comestible.
Para mi fortuna, hallé un manzano que estaba dando deliciosas manzanas verdes. Me entusiasme, ¿Pero como haría para bajarlas? No sé escalar. Probé todo lo que tenía al alcance, incluso intenté escalar aún así pero fue completamente inútil, hasta que hallé una roca más o menos alta que me sirvió bien como escalera. Terminé tomando siete manzanas, eran las únicas que podía cargar sin que terminase dejando una que otra en el suelo; suponía que eran suficientes para calmar el hambre de un bebé dinosaurio -y quizás, si sobraba una, comerla yo también- pero había un problema del cual no había pensado antes.
- ... Estoy perdida.
Ahora no sabía como volver a donde se encontraba Agumon, seguramente en estos momentos él ya debería estar inconsciente del hambre, esperaba que ningún buitre le estuviese picando la cabeza en estos momentos.
- Ugh... ¿Ahora qué puedo hacer? -llevé una de mis manos libres para cubrir mis ojos y que estos descansaran un poco de la luz del sol, pero en ese momento logré escuchar algo- ¿Ah? ¿Quién está ahí?
Miré hacia mi alrededor pero no había nadie cerca, ni una sola alma, el único ser vivo en las cercanías era yo; aún así, volví a escuchar algo que no podía entender, era como un susurro tan leve como inentendible, pero estoy segura de que era la voz de una mujer.
- ¿Quién eres? ¿Qué buscas de mi? -di unos pasos hacia delante aún con el afán de encontrar de donde provenía esa voz, fue entonces que logré entender un ''Izquierda'' dentro de esos susurros- ¿A la izquierda...? ¿Me estás guiando?
Ya no escuché nada más, pero cómo me encontraba ya muy perdida no creía que seguir los susurros de un ser desconocido me perdiera más de lo que estoy así que lo seguí.
Aunque sonara increíble, encontré a Agumon en la misma posición de antes después de haber seguido el camino que esa voz me sugirió; me sentía aliviada de que los esfuerzos no hubiesen sido en vano y me acerqué hacia él.
- ¡Agumon, ya estoy aquí! ... ¿Agumon? -lo miré más de cerca. Estaba inconsciente- Oh, bueno... Al final el hambre si lo tumbó -me senté a su lado dispuesta a esperar a que despertara y dejé el montón de manzanas en el suelo; tomé solo una, yo también estaba empezando a tener hambre después de tantas preocupaciones y sustos, y me atreví a darle un mordisco pero...- ¡Puaj! ¡Esto sabe horrible! Sabe como a... carne cruda.
¡La fruta estaba podrida! ¿Qué podía ser peor?
Teníamos que escapar, o al menos eso fue lo primero que pensé, pero Agumon me pedía que yo fuese la que me alejara, ¿Acaso él se quedaría aquí a enfrentar a ese hongo mutante?
- Pero... ¿Y tú?
No hubo tiempo para que me respondiese pues aquél hongo ya se había vuelto a poner de pie. Aunque sabía que era incorrecto dejarlo solo, también sabía que si me quedaba en esta posición habría más probabilidades de que ese mutante nos hiciera daño, no solo a mi, sino también a él por tenerme como carga. Me alejé antes de que lograse verme sin alcanzar a escuchar que era lo que comenzaron a hablar entre ellos, o siquiera para presenciar su batalla, pues lo primero que hice fue esconderme tras unos matorrales un tanto lejanos y dando la espalda hacia la dirección del combate.
No quería saber ya nada más de esto, incluso llegaba a pensar que estaría mejor en mi hogar que en un lugar tan descabellado como este. Aunque después de pensar en lo aburrido que me la pasaba encerrada todo el tiempo en mi habitación, ¿Realmente cual de las dos opciones era considerada ''vida''? Ahora me encontraba en un lugar que roza en la fantasía y el sueño; animales y plantas que hablan, incluso hay seres que una persona normal pensaría que están extintos, ¡Y aparte lanzan fuego y hongos! ¿Qué tengo que hacer yo en un lugar como este? No lo sabía, sentía que estaba en peligro en todo momento, pero aún así, aunque suene algo bizarro, era emocionante.
Al pasar los minutos me levanté un poco y me di la vuelta, lo suficiente para poder estar un poco más al tanto de lo ocurría. Me alarmé después de ver a Agumon tirado en el suelo; lo peor era que, al menos desde mi posición, no podía encontrar a ese hongo mutante por ningún lado, ¿Se habría ido después de... hacerle eso a Agumon? -Esperaba que lo que fuera que le hiciese no haya sido nada grave-. Aunque al principio pensé que tal vez eso se tratase de una trampa y lo que el hongo quería era usar a Agumon de cebo para que me acercase, poco me importó, y aún así salí de mi escondite para comprobar el estado del que me había salvado la vida momentos antes.
Apenas me acerqué, noté que Agumon se tambaleaba un poco al tiempo que murmuraba algo que me fue muy sencillo de entender: ''Tengo hambre''.
- A-Aguarda aquí, ¡Resiste por favor! -le dije antes de alejarme lo más rápido que pude, con una esperanza de hallar algo de comer para... alguien de su tamaño -y especie-.
Tenía entendido, en el escaso conocimiento sobre jurásicos que tengo, que había dinosaurios que comían carne, otros plantas, y otros un poco de los dos al igual que un ser vivo normal, pero se les diferenciaba por la forma de su cuerpo. Un dinosaurio con los colmillos y garras de Agumon cualifica como ''carnívoro'' ¿Pero de donde sacaría yo algo de carne? No quería ni pensarlo, no creo siquiera que me atreva a cargar con un cadáver o traer a alguien inocente hacia las fauces del dinosaurio ¡Ni de chiste! Supongo que esta vez él tendrá que conformarse con lo que halle, sea lo que sea, solo bastaba que fuese comestible.
Para mi fortuna, hallé un manzano que estaba dando deliciosas manzanas verdes. Me entusiasme, ¿Pero como haría para bajarlas? No sé escalar. Probé todo lo que tenía al alcance, incluso intenté escalar aún así pero fue completamente inútil, hasta que hallé una roca más o menos alta que me sirvió bien como escalera. Terminé tomando siete manzanas, eran las únicas que podía cargar sin que terminase dejando una que otra en el suelo; suponía que eran suficientes para calmar el hambre de un bebé dinosaurio -y quizás, si sobraba una, comerla yo también- pero había un problema del cual no había pensado antes.
- ... Estoy perdida.
Ahora no sabía como volver a donde se encontraba Agumon, seguramente en estos momentos él ya debería estar inconsciente del hambre, esperaba que ningún buitre le estuviese picando la cabeza en estos momentos.
- Ugh... ¿Ahora qué puedo hacer? -llevé una de mis manos libres para cubrir mis ojos y que estos descansaran un poco de la luz del sol, pero en ese momento logré escuchar algo- ¿Ah? ¿Quién está ahí?
Miré hacia mi alrededor pero no había nadie cerca, ni una sola alma, el único ser vivo en las cercanías era yo; aún así, volví a escuchar algo que no podía entender, era como un susurro tan leve como inentendible, pero estoy segura de que era la voz de una mujer.
- ¿Quién eres? ¿Qué buscas de mi? -di unos pasos hacia delante aún con el afán de encontrar de donde provenía esa voz, fue entonces que logré entender un ''Izquierda'' dentro de esos susurros- ¿A la izquierda...? ¿Me estás guiando?
Ya no escuché nada más, pero cómo me encontraba ya muy perdida no creía que seguir los susurros de un ser desconocido me perdiera más de lo que estoy así que lo seguí.
Aunque sonara increíble, encontré a Agumon en la misma posición de antes después de haber seguido el camino que esa voz me sugirió; me sentía aliviada de que los esfuerzos no hubiesen sido en vano y me acerqué hacia él.
- ¡Agumon, ya estoy aquí! ... ¿Agumon? -lo miré más de cerca. Estaba inconsciente- Oh, bueno... Al final el hambre si lo tumbó -me senté a su lado dispuesta a esperar a que despertara y dejé el montón de manzanas en el suelo; tomé solo una, yo también estaba empezando a tener hambre después de tantas preocupaciones y sustos, y me atreví a darle un mordisco pero...- ¡Puaj! ¡Esto sabe horrible! Sabe como a... carne cruda.
¡La fruta estaba podrida! ¿Qué podía ser peor?
- Spoiler:
- No sé si hace falta explicar o no, pero esas manzanas son las ''manzanas de carne'' que mencionan en Frontier y que solo necesitaban ser cocinadas para saber a un buen platillo de carne~
- Tamer
- Digi Puntos :44Nivel On Rol :Rookie SpiritInventario :
Mary Lowell
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