El acechador del bosque [prueba Sakura]

por Ed Elric Vie Jul 11, 2014 9:07 pm

Bosques - Mundo Digital

Se escuchaba ese sonido, el del viento correr por entre las copas de los árboles, más precisamente, el sonido de las hojas que se movían y se golpeaban unas con otras a causa de este. Podría parecer raro, pero a pesar de que esta masa de aire en movimiento cruzaba el bosque de punta a punta desde hacía un largo tiempo, no daba señales de cesar en algún momento. Sakura Sukumiya, una joven de cabellos rosados había llegado a este extraño lugar de una manera peculiar que aún no lograba comprender. Tampoco sabía dónde estaba, ya que a su alrededor no había ninguna pista que le indicara a qué parte de Japón había llegado. Lo último que recordaba era su camino habitual a la escuela, aquel que recorría a diario para presenciar sus clases, y luego aquel remolino que se formó a su alrededor antes de aparecer en la ubicación actual. De alguna forma creía y estaba convencida de que no había perdido el conocimiento, puesto que ese fenómeno no duró mucho más que apenas unos segundos, un instante. Podía incluso pensar que esto era sólo una pesadilla, algo que su mente estaba creando mientras ella dormía en su cama. Toda aquella ducha, el desayuno, alguna que otra charla con sus padres, e incluso la canción que debía aprenderse para el instituto, podrían no ser más que un simple sueño, algo que nunca ocurrió. Pero por más que esa haya sido la suposición más rápida en salir a la luz, parecía tener algo muy importante en contra... era demasiado real.
A pesar de lo que la joven podía llegar a pensar o a suponer, debía hacer algo al respecto, no sería muy inteligente quedarse esperando a que otro de esos remolinos volviera a llevarla hacia donde se encontraba por primera vez, era demasiado improbable. Tal vez sería mejor buscar un refugio para estar más segura y a lo mejor pasar la noche esperando a que alguien vaya a buscarla, o también podría intentarlo por su cuenta, ir a buscar señales de vida ya sea dentro del bosque o fuera de este, una vez que encontrara el camino que la llevaría fuera de este.
Lo cierto era que el tiempo era escaso, de un momento a otro, sintió un ruido a sus espaldas y no tuvo más remedio que voltearse como mera reacción, pero allí no había nadie, por más que intentara mirar con detalle a través de los arbustos o detrás de los árboles, no encontraría nada fuera de lo común, ni siquiera algún animal que pudiera vivir allí. Algo la hizo percatarse, tal vez el silencio luego de aquel misterioso ruido, pero el viento que había estado presente desde el momento en el que llegó, había amainado por completo. Aquel pasillo formado por los troncos, las ramas y el follaje parecía más largo que nunca, como así también más vacío de lo que alguna vez lo había visto. Sakura aún miraba hacia lo que antes era la dirección a sus espaldas, porque sentía algo más allá de lo que sus ojos podían ver, llamaba su atención tanto, que era incapaz de fijarse en otra cosa que no fuera ese punto invisible a lo lejos. Y no lo hizo, no hasta que una fuerte ráfaga de viento la chocara de frente, haciendo que tanto su largo cabello como su vestimenta se movieran frenéticamente al ritmo de éste. El sol que había estado brillando hasta último momento, estaba cubierto por nubes que se habían tornado grisáceas como así también, por las ramas de los árboles que por una extraña razón, parecía que se entrelazaban sobre la cabeza de la muchacha formando un túnel en el que entraban unos pocos rayos de escasa luz que poco alumbraban. En ese momento supo, por un extraño sentimiento que emergía en su interior, que no debía quedarse en ese camino, que debía huir inmediatamente de ahí, porque algo, fuere lo que fuere, se acercaba hacia ella.

por Sakura Sukumiya Sáb Jul 12, 2014 9:56 pm

Sakura lo único que quería era encontrar un lugar donde esconderse y escapar de aquellos sonidos extraños que se acercaban a ella desde algún lugar desconocido. Seguía un camino imaginario adentrándose cada vez más en la profundidad del bosque, Sakura podía oír los sonidos extraños del principio pero se fueron opacando cada vez más por el sonido agitado de su respiración y el viento que le arremolinaba su larga cabellera. A lo lejos pudo divisar un lugar donde podía esconderse y a la vez descansar un poco. Al frente de ella había un gran árbol, era anormalmente grande a simple vista, se podía pensar que hubiera estado ahí durante años, siglos y quizás milenios debido a tanta majestuosidad. Había un pequeño agujero en la base de éste, uno que en el mundo humano se creían que eran portales que te llevaban a otra dimensión o incluso la casa de los famosos duendes de sombrero verde y barba larga con su olla de oro. Sakura se escondió en ese agujero pensando que así podía refugiarse un tiempo hasta que todo cesara. Una vez adentro ella dificultosamente trató de tranquilizar su respiración, queriendo escuchar el sonido misterioso del exterior. Al escuchar que algo se acercaba, crecía la tensión y la velocidad con la que latía el agitado corazón de la joven de cabellos rosados. Ella observó temerosa afuera, siempre ocultándose para mantenerse protegida ante lo desconocido. Lo único que pudo observar fue una sombra que se reflejaba en el suelo debido a los escasos rayos de sol que se filtraban entre las densas nubes oscuras. Aquella sombra no cabía dentro de los parámetros de lo conocido para Sakura, era algo totalmente nuevo para ella, de repente la sombra desapareció misteriosamente dejando una fuerte ráfaga de viento detrás de él, ése fue el momento en el que Sakura se dio cuenta de que había dejado el mundo humano, no estaba en el mundo que ella conocía, su mundo en el que todo era perfecto se vio interrumpido por una extraña razón que ella aún no comprendía.

Ella se quedó en el agujero del gran árbol por precaución si aquella criatura volvía, pero estaba tan cansada tanto física como mentalmente después de tanto pensar ¿Qué era ese extraño lugar? ¿Por qué estaba ahí? ¿Qué era aquella criatura del bosque? Agotada y sin fuerzas Sakura se quedó dormida, toda la tensión y lo oscuro de lo que pasó se habían ido, la escena había pasado de lo misterioso y oscuro a la paz y la calma que había en un principio.

Cuando la joven de ojos verdes se despertó, se decepcionó ya que quería despertar y encontrarse plácidamente en su cama y pensar que todo fue un sueño, pero al mismo tiempo sentía curiosidad aventurera, quería explorar y ver que se encontraba en ese nuevo mundo y encontrar la razón de su llegada a aquel lugar. Salió de su escondite, se estiró y comenzó a caminar en busca de alguna señal que le pueda dar una respuesta a sus preguntas.

La luz del sol de filtraba entre las copas de los árboles dejando ver pequeñas figuras de luz en el césped que cubría el suelo.

- ¿Habrán humanos como yo en este mundo? ¿Me encontraré con uno? – Dijo mientras miraba la copa de los árboles y cómo la luz del sol se filtraba entre las copas de los árboles hasta llegar al césped, formando figuras brillantes.

Sakura caminó durante mucho tiempo sin rumbo y sin saber qué o a quién estaba a punto de conocer...

por Ed Elric Vie Jul 18, 2014 9:36 am

A veces, el saber que eres acechado, es igual o incluso más tenebroso que un susto rápido y sorpresivo. Aquella sensación de que algo te sigue, va haciendo mella lentamente en la mente de la presa, haciendo que ésta se quede paralizada del terror o que maquine cosas mucho peores. Y esto se ve influenciado en gran medida cuando eso que te sigue, es completamente desconocido.

Sakura se refugiaba del ruido que rondaba el árbol que le ofrecía un salvo lugar, o al menos era lo más seguro que sus ojos habían podido ver en medio de tanta exaltación y adrenalina que sentía en su cuerpo. El oscuro y húmedo hueco era lo único que la separaba de ese zumbido que, por momentos, parecía estar tan cerca que le daban ganas de echarse a correr nuevamente. Pero eso sin dudas sería el error más grave que podría llegar a cometer, e incluso, el último. Reunía fuerzas a la vez que trataba de normalizar su respiración, o al menos trataba de no perder la cabeza y entrar en pánico, mientras que ahora veía algo más a causa de la curiosidad, que había hecho que sacara un poco su cabeza para tratar de observar ese algo, o alguien, que había estado siguiéndola a través del bosque. Cuando la vio, le causó mucho más que asombro, también sintió duda e incertidumbre, porque no era normal que un objeto, y mucho menos un ser vivo, sea capaz de proyectar semejante sombra y que se moviera tan rápido. O al menos, de lo que Sakura tuviera conocimiento.
Algo parecía estar de su lado, la suerte. Puesto que si bien, varios minutos pasaron desde que se refugió en aquel tronco de madera, llegó un momento en el que todo pareció recobrar la calma. Ya no más ruidos extraños, sombras extremadamente grandes y, mucho menos, esa sensación de que algo andaba tras ella. Luego de eso, el cansancio ganó la pulseada y cayó dormida.
Al despertar, no tuvo más remedio que salir de aquel resguardo al notar que todo el exterior parecía normal y que lo anterior ya había pasado hacía mucho tiempo. Así que decidió ir más allá, a donde sus pasos la guiaran a través de los árboles, y si bien era recomendable andar siempre con la atención puesta en cualquier cosa que le pareciera raro, su espíritu aventurero, era mucho mayor, haciendo que la precaución, quedara en un segundo plano.
En cierto punto, la caminata que ya llevaba un tiempo considerable, se tornaba aburrida al no haber algo que llamara la atención de la joven. Parecía que la situación vacilaba entre los extremos de la emoción, que llegaba al punto del peligro, y la calma total, en donde ni siquiera podía oír a los pájaros cantar. Esto último era tan peculiar, que hacía que su idea, la de encontrarse en otro mundo, pareciera que cobrara más peso a medida que sus zapatos se pusieran uno delante del otro, haciéndola avanzar entre ramas, hojas y rocas.
Así parecía, hasta que un par de criaturas, lograron que esa suposición, sea cierta.

por Sakura Sukumiya Sáb Sep 20, 2014 12:43 am

Sakura sentía aquella presencia que le parecía inquietante y al mismo tiempo extraña, sabía que era observada por una mirada inquisidora. Detuvo su agitado paso en seco y observó a su alrededor detenidamente en busca de algo fuera de lugar, algo que no concuerde con tal hermoso paisaje que había visto momentos antes, registrando a su alrededor observó a dos extrañas criaturas que nunca en su vida había visto. Eran dos pequeños seres color verde claro, con ojos color burdeos y dos pequeñas extremidades asomándose por el debajo de la criatura, tenía una forma de semilla germinada con algunas hojas asomándose. Una de ellas la miraba fijamente oculta en las hojas de un frondoso arbusto y la otra estaba inconsciente al lado de la primera. Sakura sintió curiosidad al ver criaturas tan parecidas a las plantas que se acostumbraba a ver seguidamente en el invernadero de su madre y se acercó con precaución ya que se daba cuenta que con cada paso que daba, la criatura que estaba observándola anteriormente retrocedía.
Sakura quería interactuar con ese ser extraño para ella que se camuflaba con las hojas de aquel arbusto:
- Hola, soy Sakura…. – dijo ella con voz pasiva. –No temas, sólo quiero ayudarte… Veo que tu amigo no está bien. Que eres tú?- Dijo ella arrodillándose cerca de aquel arbusto.
La criatura observó de reojo a aquella niña, preguntándose a sí mismo si ella era de fiar, pero no dudó en responder su pregunta:
- Tanemon.
Sakura se sorprendió de aquel nombre tan extraño pero al ver al Tanemon herido al lado de su compañero se agachó y lo sujeto entre los brazos. En ese momento supo que algo no andaba bien en esa pequeña criatura en brazos, ardía en fiebre, y sabía que si esto continuaba así quizás la vida de ese ser corría peligro.
- Dime.. ¿Hay algún lugar donde podamos llevarlo?- dijo Sakura mirando a los ojos del Tanemon con el que había entablado una conversación pocos segundos antes, insinuándole que era algo necesario de responder. Al principio Tanemon no quería responder ya que seguía desconfiando de aquella joven de cabellos rosados, pero al ver a su amigo herido y ver que su nueva amiga decía esas palabras con tanta seguridad como si supiera lo que pasaba con su amigo, lo único que podía hacer era aceptar la ayuda de la chica que parecía confiable.

- Hay una aldea cerca, ahí tenemos plantas medicinales - respondió Tanemon.
Sakura se levantó con la pequeña criatura en brazos y corrieron guiados por su nuevo amigo hasta llegar a una aldea, había muchas casas tamaño miniatura, árboles por doquier, un rio que corría serenamente, seres iguales a los que la acompañaban. Al ver que una extraña había ingresado a la aldea, al principio los Tanemon estuvieron temerosos pero al ver a su amigo herido supieron las verdaderas intenciones de la chica. Sakura se acercó y colocó cuidadosamente a su amigo afiebrado en una loma de hojas que se yacían a la sombra de un gran árbol, los Tanemon fueron al rio cercano y con la ayuda de hojas de gran superficie recogieron el agua suficiente para llevarle a la dama dispuesta a ayudar a su amigo. Sakura era mala cocinera, mala en los deportes con balón, pero algo en lo que era buena era en cuidar flores y tratar enfermedades, la experiencia era algo nuevo para ella (Ayudar a un Digimon planta parlante con fiebre no se ve todos los días) pero sabía que era lo que debía hacer primero: bajarle la fiebre.
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por Ed Elric Mar Sep 30, 2014 5:25 pm

Todas las miradas se dirigían a los recién llegados, algunas llenas de curiosidad, otras de asombro e incluso hasta con cierto temor. A pesar de que había sido una completa sorpresa que aquellos Tanemon regresaran a su aldea, quien era la responsable de todo esto era, sin dudas, Sakura. Aquella muchacha que había logrado convencer a uno de los pequeños Digimon de que era alguien de confianza y de que sus intenciones no eran más que las de ayudar.
Luego de tomar las primeras medidas en contra de la fiebre, algunos de los habitantes de esa pequeña comunidad, se acercaron a la joven para saber más de ella. Era muy extraño tener a un humano tan cerca, ya que muchos de ellos no sabían de su existencia y ni hablar de haber visto uno alguna vez en su vida. Uno de ellos en particular, paró frente a Sakura y tras tomarse un momento para armarse de valor, la miró directamente a los ojos y le agradeció por haber ayudado a su amigo enfermo, ya que él no hubiera sido lo suficientemente fuerte como para cargarlo y llevarlo hasta la aldea por sus propios medios. En ese momento, ella se dio cuenta de que aquel Tanemon era el mismo que había conocido en el bosque.
-Habíamos salido a mitad del día en busca de hierbas y frutas para todos los que viven aquí. Nuestro trabajo es localizar donde se encuentran los recursos y luego le informamos a los recolectores para que otro grupo vaya en busca de cualquier cosa que podría ser de utilidad para nosotros. Mi compañero no se sentía muy bien incluso antes de salir de aquí, pero él insistió tanto para ir, que no tuve más remedio que aceptarlo. Luego de un tiempo después de que nos adentráramos en el bosque, se empezó a sentir cada vez peor hasta que no pudo ser capaz de caminar por su propia cuenta. Pronto iba a anochecer, así que pensé que lo mejor sería escondernos y pasar la noche allí. No me gustaría que ese monstruo que ronda las noches por el bosque nos encontrara, pero también estaba muy preocupado por mi amigo -dijo, Tanemon, con un tono triste y apenado.
-Lo importante es que pudieron volver sanos y salvos a casa, y todo gracias a esta humana que los encontró allí afuera. Ya le dimos la medicina y su fiebre se irá pronto, no te preocupes. -se arrimó otro Tanemon, que parecía ser una de las jefas de la aldea. A continuación, dirigió una seria mirada hacia Sakura-. Pero lo que dice él es cierto, todos los días cerca del atardecer, ese monstruo sale de su nido y comienza a rondar el bosque. Todo lo que busca es destruir a lo primero que encuentre y luego devorarlo. Aunque por alguna razón no se acerca por estos lados, así que estamos a salvo aquí. Por casualidad, no te lo habrás encontrado allí, ¿cierto? Me pregunto cómo has llegado hasta aquí o de dónde vienes... pero, eso no debería importarnos, creo. Eso sí, como muestra de agradecimiento por ayudar a nuestra gente, te permitiremos que pases la noche aquí. Tenemos espacio de sobra, como también comida, y puedes darte un baño en el lago. Puedes pedirnos lo que necesites y te lo daremos con gusto si es posible. ¿Qué dices? ¿Te quedarás?

por Sakura Sukumiya Jue Nov 27, 2014 12:49 am

Tras la atenta mirada del que parecía ser el Jefe de la Aldea no pudo negarse a su oferta, pues, de todos modos, ella no tenía a dónde ir por esos lares. Fue a asearse al lago después de un peculiar día y se fue al lugar donde le habían hecho una pequeña cama de paja y otras hierbas, eso no parecía incomodar a la pequeña Sakura ya que se había quedado profundamente dormida al instante.

-Todo estaba borroso, uno no podía determinar el lugar exacto donde se encontraba, Sakura se sentía intranquila en ese lugar y no sabía la razón, empezó a explorar a sus alrededores, con el corazón latiendo cada vez más rápido. De un momento a otro todo se oscureció y sus latidos se aceleraron aún más, luego supo el porqué de su inquietud, unos ojos rojos penetrantes la miraban a lo lejos, ella se quedó inmóvil, lo único que podía oír eran sus latidos que ya no aumentaban en velocidad porque, al parecer, ya estaba al máximo de su capacidad. De pronto y sin previo aviso el sonido del corazón agitado cambió a un ensordecedor rugido que hizo que la joven cerrara fuertemente los ojos y al abrirlos se encontraba debajo de un árbol de Cerezo (En japonés conocido como Sakura) junto a una sombra masculina al lado, trató de reconocer quién era pero al hacerlo todo se desvaneció.-

En ese instante Sakura despertó aún un poco agitada por aquel sueño.- ¿Qué era esa cosa? ¿Quién era ese chico?- Eran preguntas sin respuesta en su cabeza.
Se levantó disfrutó compartir unos momentos más con los Tanemon, dio las gracias por su hospitalidad y se puso en marcha a una nueva aventura, con más preguntas que respuestas, pero sabía que tarde o temprano las obtendría.

por Ed Elric Jue Nov 27, 2014 1:12 am

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