D.A.R. Beta : Generación Alfa [Privado Ralian y Cadejo]

por cadejo Mar Oct 07, 2014 6:10 pm

Este es el comienzo de las historias del pasado, un hecho de gran importancia y que prepararía a aquellos destinados a cambiar dos mundos. Todo comienzo una noche de invierno, en la zona más habitada y edificada de la ciudad, los edición de aquel lugar no solo eran altos sino que algos caros, fue justo en el último piso del edificio habitacional más alto y de gran lujo, que un inofensivo accionar provoco una cadena de hechos inesperados. En la habitación sur del último piso un joven de una castaña y alborotada melena; ojos morrones claro, tez clara; de unos 9 años y con una vestimenta deportiva y gastada, claramente un piyama rudimentario; se hablaba a si mismo con ansiedad, halagos y varias frases de ánimo, demostrando su gran confianza y ego. Mientras expresaba aquellas palabras, sus manos estaban jugueteando con diversos cables, conectando una variedad de aparatos tecnológicos, más que nada preparando la computadora de sus padres, para realizar su tan auto elogiada hazaña, la cual ya daba por un éxito rotundo. Una vez armada la computadora el joven saca del bolsillo derecho de su pantalón uno pequeños dispositivos rectangulares, uno de color morado y otro de color rojo; estos artefactos eran pequeños dispositivos electrónicos móviles, símpeles y clásicos juegos de mascotas virtuales, una adquisición obtenida en una tienda de antigüedades en la plaza, por la cual solía pasar para ver los armamentos antiguos que exhibía, mientras visitaba a su abuelo y su pequeña y rustica heladería en una plaza modesta de la ciudad.

-jeje muy bien tal como dijo el tío, este cable aquí y este otro por acá – dice una vez abierto el dispositivo morado, y usando un dispositivo creado con su querido tío, el sujeto que él más admiraba por sus conocimientos tecnológicos e informáticos, los cuales le llevaron a trabajar en una misteriosa e importante rama del gobierno…o al menos eso le había dicho. Con la computadora ya encendida, lo sistemas de seguridad desbloqueados, para su uso, y el dispositivo conectado, el joven inserto el programa en el computador, un programa creado por él con supervisación de su tío, el cual se suponía le permitiría ingresar en el sistema de aquel juego de mascota virtual y alterarlo para conseguir la criatura que quisiera sin dilema o si quería bajarlo a la computadora para utilizarlo con mayor libertad; en fin una vez todo listo, el momento decisivo estaba detrás de un simple click en el botón de “Empezar” que aparecía en la pantalla del computador. Aunque el joven tenía una fe ciega de que aquello funcionaria, puesto él lo había creado, en otras palabras una fe guiada por su ego; pero igual la emoción de esos minutos antes de empezar todo antes de confirmar el éxito de la misión, le recorría por todo el cuerpo. Sin poder esperar más activa el sistema. La ventana con la opción “Empezar” se cierra y en su lugar aparecen dos ventanas algo más grandes pero de diversos tamaños, con fondo negro en las cuales varios códigos de color blanco empiezan a aparecer, corriendo de abajo para arriba…y en una cuestión de minutos la imagen que solía aparecer en la pantalla del pequeño dispositivo, también aparece en una pequeña ventana del computador. Gritos de alegría, éxito y gozo, sumados a un sin fin de halagos y charlas consigo mismo como si fuera entrevistado por algún reportero, empiezan a salir de la boca del joven mientras su cuerpo libera su emoción y energía, haciendo que se moviera de un lado para otro de la habitación mientras realizaba las charlas y entrevistas improvisadas consigo mismo.

Una vez que sus sumos fueron calmados y recordando que sus padres estaban durmiendo cerca, lo cual fue una fortuna que aquel barullo no los despertara; el niño se apresuró y se volvió a sentar emocionado en la silla giratoria y con rueditas, que estaba enfrente del computador – jejeje busquemos al más fuerte – empezando a teclear ciertos comandos en busca a la mascota virtual que cumpliera sus requisitos y su ego.

Mientras tanto en otro lugar, un zona de otro mundo un lugar de olvido y encierro eterno, una especie de limbo de un universo digital, donde sus habitantes eran separados de sus aliados capturados en ese mismo mundo, y dejados a la merced del vacío y la soledad eterna. En un lugar de esta infinita prisión, uno de sus prisioneros flotaba inconsciente en medio del vacío, como atrapado en un sueño eterno. Por la oscuridad de su entorno era difícil divisar su aspecto, no fue hasta que una pequeña ventana de luz, la cual se abrió cerca del mismo, que la luz emanada de aquella ventana permitió divisar algunos aspecto de este ser. Este ser parecía ser un pequeña cría de una especie de dragón morado y peludo, con una clase de diamante rojo en la frente… o al menos así se divisaba en este mundo, puesto el joven que había abierto sin darse cuenta este portal, lo veía de una forma más pixelada y monocromática, desde el monitor de su computadora. Por algún motivo desconocido aquella luz pareció despertar levemente al joven dragón, el cual abrió parcialmente los ojos y elevo la mirada para ver aquella ventana de luz que poseía en el centro una figura, una sombra de la parte superior del joven que le veía desde la otra dimensión, pero que para sus ojos su aspecto era algo…extraño.

-jeje este parece sí parece ser fuerte- dice una vez visto los parámetros de aquella “mascota virtual”, comparándolo con los de las otras opciones. Luego el simple accionar de un botón, provoco la cadena de aquellos hechos que cambiarían dos mundos. Luego de dar a “Aceptar” una blanca y segadora luz salió desde el monitor, mientras que en el otro mundo, la luz de aquella ventana se tragaba al dragón morado; entonces mientras el joven seguía con una cara feliz, puesto no le daba el tiempo para reaccionar, una explosión destruyo desde dentro la computadora, al tiempo que una especie de cometa de luz salía del monitor, provocaba un desorden en la habitación y salía del edificio por la ventana que estaba de frente a la computadora, terminando por surcar el cielo estrellado de aquella noche, con un rumbo desconocido. Claramente todo aquello ocurrió tan rápido y aturdió de tal forma al niño, que no logro divisar aquel misterioso cometa pálido, simplemente logro ver el estallido que lo segó temporalmente, para luego recuperar la vista y divisar la computadora destruida, junto al dispositivo que le había colocado; la habitación hecha un desastre, la ventana rota y los sus dos cuidadores que habían sido sacados de los brazos de Morfeo por tal estruendo, y una vez divisado el desastre se volverían los jueces, jurados y verdugos de aquel pobre niño.