¡El pasado revelado! ¡El regreso de Blue Flash! [Priv. Cadejo, Ralian y Luna]

por Sigrun Vinter Dom Ene 10, 2016 11:32 am

Sigrun

Aquella mañana me desperté con los rayos del sol, del amanecer digital de la base. Era agradable despertarse así de vez en cuando y no con la alarma de mi despertador, para poder llegar pronto a los entrenamientos de la unidad que dirijo o a alguna reunión importante. Pero hoy no había nada de eso, la unidad de los Blue Thunder Dragons no tenía entrenamientos programados, tampoco había reuniones, ni alertas en el Mundo Digital que requirieran la presencia de los Royal Knights.

Mientras me vestía, pensaba en qué iba a utilizar esté día libre. Veemon no estaba conmigo, hacia unos días que decidió empezar un viaje en solitario, para poder buscar respuestas y poner fin de una vez a esas pesadillas que llevan molestándolo bastante tiempo. Así que, hiciese lo que hiciese, sólo contaría con Dracomon.

Una vez estuve lista, bajé a desayunar al Gran Comedor que estaba completamente vacío. No me extrañó, en un día como este, sin nada que hacer, muchos preferirían seguir durmiendo un rato más. Además todavía era temprano.

Nada más sentarme en una de las inmensas mesas, un Digitamamon con gorro de cocinero se acercó y tomó el pedido de mi desayuno. No tuve que esperar mucho para tener mi zumo y mis tostadas con mantequilla y mermelada encima de la mesa.
Cuando ya estaba a punto de terminar entró Dracomon y se sentó frente a mí.

- Buenos días, Sigrun- me saludó- ¿Qué vamos a hacer hoy? Está todo muy tranquilo.
- La verdad no tengo nada pensado. – dije al tiempo que daba los últimos tragos a mi zumo.

Cuando le trajeron el desayuno a Dracomon, que consistía en un vaso de leche y varias galletas de chocolate, miré en mi digivice varios mapas del Mundo Digital.

- Podríamos pasar el día en algún pueblo tranquilo y hacer un poco de turismo-sugerí.
- Me gusta la idea ¿Tienes algún lugar pensado?
- Hay un pueblo en la zona árida que tiene buena pinta, está cerca de Yggdra Canyon- le dije mientras observaba el mapa- ¿Te gustaría ir allí?
- Pues claro, nunca he visitado ese cañón.
- Pues entonces decidido. Aunque…

Dracomon me miró sin entender muy bien porque me había detenido.

- ¿Ocurre algo?- me preguntó.
- ¿Y si invitamos a Luna? No sé como estarán de faena en los Union Saver pero creo que les vendría bien un día tranquilo, y más después de lo ocurrido en Ciudad Central con el Chaos Empire y sus quimeras –sugerí- También pensé en avisar a Ralian y a Zephyr de dónde vamos, por si quieren venir.
- Cuantos más mejor- dijo sonriendo.

Con todo decidido, mandé a dos Knightmons para que buscaran a Ralian y a Zephyr y que les dijesen a dónde íbamos. No quería que los dos se quedaran en la base, aburridos y sin nada que hacer.

Al rato, Dracomon y yo salimos de un portal en la zona árida justo en las afueras de aquel pueblo. Era pequeño, con casas de piedra y algún que otro humilde monumento a Yggdrassil, como estatuas de su supuesta apariencia o alguna placa frente a algún árbol verde y muy saludable.

No era de extrañar, se dice que este cañón se formó cuando Yggdrassil descendió a este mundo y pisó la tierra, por lo que la mayoría de los que vivían allí, creían en él e incluso a lo largo del año venían digimons en peregrinación a este lugar.
Me senté con Dracomon en una roca mientras esperaba a que llegasen los demás. Ya había avisado a Luna antes de llegar aquí, a través de un mensaje que le envié al digivice, que incluía mi posición actual.

por Luna Kobayashi Mar Ene 26, 2016 5:20 pm

Realizaron parte del trayecto en Trailmon. Luego, continuaron el viaje montadas sobre el lomo de Leonardo. En cierta manera, se le notaba contento -más que una sonrisa, era por la manera de correr por las amplias mesetas y saltar entre peñas- pues, y pese a que Leonardo era un buen agente de los U.S, Leonardo también seguía siendo un gran lobo del desierto, algo salvaje y rudo. Sus zancadas no tenían la elegancia de los cascos de los caballos, pero a Luna no le importaba: se sentía libre, segura y sin ataduras, una sensación que no era usual dado al carácter de Luna. “Es lo mejor y además está mullido” se repetía ella, mientras tanto Floramon como ella posaban la vista en el paisaje que se extendía.

Aquello era un merecido descanso para el equipo. Leonardo y Floramon estaban volcados en reconstruir la Ciudad Central, ayudando ahí donde podían y cooperando con los miembros del Living Forest, que coordinaban y dirigían todo el proceso. Luna, por su parte, se dedicaba más intensamente a los estudios y a las prácticas en una librería, así que estaban muy ocupados cada uno por su cuenta. Sin embargo, la llamada de Sigrun había sido oportuna, porque el equipo recibió con una mezcla de alivio y alegría -aunque a Luna le provocase estupefacción el hecho de que la invitaran a algo, pero en seguida preparó unos vaqueros, una blusa y una mochila color crema con bocatas y varias cantimploras- poder dedicar un día al ocio; quizás Leonardo no estaba eufórico, pues tendría que ver a Veemon -además, captaba que su compañera estaba como poco inquieta e ilusionada por el hecho de ver al Royal Knight-. A pesar de esto, Leonardo no se quejó ni tampoco recibió de mala gana la idea de hacer algo de turismo. No al menos hasta que Luna comentó el lugar.

-¿El Yggdra Canyon?-preguntó Leonardo. Ellas no sabían con detalle lo que había ocurrido antes de ser mercenario, así que no podía imaginar que ese era el lugar en el que “Gaomon” recibió su primera lección de vida, de una manera dolorosa. Fue el escenario de una pelea por el liderazgo de la manada, matar o morir a manos del adversario; esas eran las reglas, y por eso no pudo dejar que su rival tuviera la deshonra de morir por accidente y no como un guerrero. La gentileza no le fue devuelta. Y así “Gaomon” perdió el orgullo de guerrero y no pudo volver nunca con los suyos.

-¿Ocurre algo?-dijo Luna, al ver que Leonardo se había llevado la mano al mentón. Él negó con la cabeza."No pasa nada, pensaba en algo más. No te preocupes". Más que por falta de confianza porque sería preocuparlas e incomodarlas sin motivo -¿en quién iba a confiar más que en aquellas dos que había apodado cariñosamente como las niñas de sus ojos, independientemente de que Flora también lo fuera de su corazón?-.

Luna y Floramon estaban fascinadas con los predominantes tonos cálidos de las zonas áridas, que de vez en cuando se coloreaban del verdor de algún bosque de árboles altos en las laderas del cañón, o lagos que eran alimentados por cascadas que caían desde lo alto. “Es como el gran cañón de norteamérica, pero infinitamente más grande” pensaba Luna, paseando la mirada. De vez en cuando, dejaban atrás pueblos pequeños -a Luna le pareció gracioso que se parecieran a los que se veían en las películas del oeste americano, e inclusive tarareó una tonadilla a modo de broma, fingiendo disparar con una pistola invisible a bandidos imaginarios- para dar paso luego largas filas de digimon que peregrinaban desfilando con cuidado y absoluto silencio por los caminos que entre las rocas se abrían, que sólo les dedicaron una mirada antes de seguir con su camino. A veces el terreno se escarpaba, y Leonardo tenía que bajar el ritmo y caminar con más cuidado, pero lo retomaba cuando se topaban con grandes mesetas.

-Qué lugar tan hermoso-Floramon cerró los ojos, con gesto concentrado-¿Pueden vuestros oídos captar el sonido lejano de las cascadas?

Luna lo intentó, pero se le mezclaba el sonido del aire rascando la piedra. Luna bromeó: "Uh, qué poética aunque, ¿no estarás tratando de oír a tu querido Royal Knight?". La digimon negó con la cabeza, sonrojada y con la concentración en el paisaje rota. Aunque, ciertamente, había lanzado alguna mirada al aire, esperando ver a AeroVeedramon volar. Su fuerza y nobleza le habían impresionado, y la digimon deseaba pasar más tiempo con él. El tiempo era tan rápido como él cuando pasaba.

Luna rió y dejó de insistir, para que su digimon no se pusiera más nerviosa y retomó la conversación anterior.

-Pero la verdad es que este lugar es bastante genial. Tiene algo, ese algo que tienen las pelis del oeste...-tras suspirar un segundo con una sonrisita mientras imaginaba a un tamer que ejercía el cargo de sheriff y se imaginaba a sí misma viviendo aventuras como su ayudante, Luna volvió a la realidad repentinamente, pues su mente le lanzó una pregunta así que inclinó levemente el cuerpo para mirar al digimon lobo-Por cierto, Leonardo, ¿quienes eran los que nos cruzamos?Parecía un funeral.

-Peregrinación. Se dice que en este lugar, Yggdrassil apareció por vez primera en el mundo digital-respondió Leonardo.

No tardaron mucho más en acercarse a las coordenadas que Sigrun les había mandado. Pertenecían a un pueblo muy pequeño, de casas de piedra, y sentada sobre una roca estaba Sigrun junto a Dracomon; Luna no pudo evitar sorprendenrse por la clase que tenía la sublíder, incluso en la simpleza del gesto de estar sentada. Floramon al verlo, los saludó con un gesto de la mano, sonriendo cálidamente. Leonardo se acercaba a la roca aminorando la marcha hasta quedar parado, dejando que Luna y Floramon se bajasen a la par que él se estiraba, dejando leves surcos en el suelo con sus garras al sobresalir de sus guantes, y a Luna se le antojó que el lobo ahora parecía un minino, sólo que de gran tamaño.

La tamer notaba las piernas tremendamente pesadas, lo cual le extrañaba, pues se había limitado a estar montada sobre Leonardo, así que se sentó en la roca, que tenía una calidez diferente al calor ambiental, como una piedra pómez.

-Buenas Sigu y Dracomon-saludó Luna, antes de abrir la mochila y sacar una cantimplora cuyo tapón trataba de desenroscar mientras añadia a tono de broma-Perdonad la tardanza, Leonardo se hace viejo.

-Mpf, niña maleducada-le respondió Leonardo algo molesto, pero con tono cómplice y agradable, pues solían bromear de esta guisa casi siempre. El digimon fue cubierto de partículas y datos antes de volverse más
pequeño, a su forma rookie y mientras tanto, Luna ya había conseguido ganar la lucha contra el tapón de la cantimplora-Hola a ambos.

Cuando Luna alzó la cara para beber de la cantimplora, captó que Floramon parecía mirar alrededor, con disimulado nerviosismo al no ver a Veemon cerca, pero la digimon enseguida pareció recobrar la compostura e hizo una reverencia hacia Sigrun y Dracomon:

-Es un placer y un honor volver a veros, Sigrun y Dracomon.Gracias por hacernos partícipes de esta salida, nos ayudará mucho a tomar un día de esparcimiento de cara a las múltiples tareas que estamos afrontando-fue a este punto que la digimon vio la oportunidad de preguntar, aunque su voz se tornó algo más débil, como avergonzada-¿Veemon-kun no se ha podido unir a nuestra salida hoy?

Luna había terminado de beber, y se pasó el dorso de la mano por la comisura de los labios.

-Es cierto, ¿no vendrá? ¿Está entrenando o algo así?-tras preguntar esto, antes de guardar la cantimplora, se la tendió a Sigrun y Dracomon-Es té helado. ¿Queréis?

por **Ralian** Dom Feb 14, 2016 5:38 pm

La luz entraba muy fuerte por la ventana de mi habitación, los rayos golpeaban sobre mi cara e impedían que pueda mantener mis ojos cerrados para poder seguir durmiendo. Al abrirlos, note la presencia de un Knightmon corriendo las grandes cortinas de lugar, un poco despabilado, gire hacia donde se encontraba durmiendo Dorumon, parecía ni inmutarse.

-No recuerdo haber ordenado que se me despertara a una hora particular, cual es el motivo por el cual debías cortarme el sueño-El Knightmon se dio vuelta hacia mi, e hizo una reverencia.-La señorita Sigrun requería de su presencia, me pidió que le diera el recado--Sigrun?--Lo espera en las cercanias del Yggdra Canyon, su desayuno esta listo, sugiero que pase por el gran comedor antes de su marcha--Ya veo, parece que no tengo otra opción, aun siendo un líder, no puedo manejar ni mis propias actividades... En fin, enseguida voy!-

El Knightmon se retiró, me dirigí hacia Dorumon y comencé a moverlo hasta que este finalmente se despertó.-Que ocurre?--Vamos a dar una pequeña vuelta--Tengo hambre--El desayuno ya esta hecho, vamos-No podía dejar de pensar el porque Sigrun requería mi presencia, habría ocurrido algo? solo por pasear? querra un entrenamiento especial? el Knightmon no me dio mucha información, mas que solo a donde debía ir.

Comimos de lo mas bien con Dorumon, una vez satisfechos y con un pequeño descanso, le hice una seña con la cabeza de "Vamos", enseguida se levanto con todas las energias, nos dirigimos al portal y fuimos directamente hacia las zonas aridas.-Mueeeeero de calooooooor!!!-Dorumon seguia caminando como si nada.-Como es posible que no sientas nada aun con tanto pelaje-

Dorumon reaccionó, indicándome que a lo lejos notaba la presencia de individuos, aun me costaba enfocar, y con la arena que solía volar con algunas ráfagas de viento, blockeaban un poco mi vista, pero al acercarnos, pude empezar a distinguir figuras.-Sigrun....-Allí estaba ella, junto con Dracmon, sin embargo a su lado una joven con 2 digimons.*De quien se tratara?*Al llegar, se trataba de otra joven, llegue como siempre, casi sin hacer un solo ruido, en cuestión de segundos estaba a pocos metros de ellas y no lo habían notado, cosa contraria sus Digimons.-Sigrun... De que se trata esto, llamo a buscar mi presencia-Dije en tono de duda, ignorando un poco la presencia de la otra joven, quien estaba acompañada de un Floramon y Gaomon.-Dracomon, como estas?-

por cadejo Vie Feb 19, 2016 1:48 am

-nnnnssss!! ….haaaaa!!!! – el ruido de su nariz aspirando y luego un leve respiro relajante – sabes dicen que aún se puede respirar la esencia de Yggdrassil en los valles del cañón, jejejeje – dice Cadejo, mientras extiende los brazos hacia los costados, formando una cruz latina con su cuerpo, dejando que la brisa que recorría el lugar le diera por todo su cuerpo y vestimenta (la cual consistía en una camisa de mangas cortas, oscura y a cuadros; una remera debajo de aquella prenda que estaba desabrochada; zapatillas para escalar y un pantalón jean azul). No muy lejos de él, algo más alejado del borde de aquel acantilado, estaba su leal camarada y compañero Digital, quien simplemente mantenía silencio y aguardaba – hey creo que en esa pared se vería genial mi cara esculpida, como esa montaña con los presidentes yanquis, jejejeje – pareciendo que quería una charla con su compañero, pero en realidad le encantaba escuchar su propia voz –no tortures a la tierra con eso – comenta solo para molestar le – jejeje – soltando una risa carismática ante el comentario. En eso se escucha un zumbido proveniente del comunicador de Commandramon, prosiguiendo le la voz de una joven –¡Jefacho Pixelado! Ya está hecho – se le escucha decir con un tono cariñoso, algo insolente y burlo, pero muy alegre – le pague a los lobitos y los mande a causar algo de destrozos, pueden proseguir con el plan…y los mande en parejitas, claramente Xian y Alfred se aman muncho aunque finjan pelear a cada rato, es claro que Xian es el uke y… - siendo interrumpida fríamente por Commandramon quien no tenía tiempo para las locuras de esta subordinada…y la verdad no estaba interesado en su parejas yaoi de fantasía – De acuerdo Alfdis. Mantén las comunicaciones en silencio – ordena para evitar más de esas palabrerías inútiles, ya con las locuras de su Tamers le alcanzaba y sobraba – ¡chi Pixel! – Responde con ese toque infantil, inocente y algo irrespetuoso –¿Por qué siempre traes al clan a los más raros? – dice entre suspiros, mientras guarda el comunicador –jejeje – suelta otra risa sin dar una respuesta, aunque su compañero en realidad no la necesita sabe que los locos se atraen mutuamente.

-De acuerdo, la distracción esta lista, vamos por lo que vinimos aquí – Dando pie al inicio de sus planes, empezando a caminar hacia una bajada oculta en un costado del acantilado, un camino secreto, olvidado por el tiempo y resguardado por la naturaleza. Aunque su verdadero propósito y su aventura en aquel rincón del cañón era algo que pasaría desapercibido por los que rondaban o vivían por aquella área; el futuro ataque de jaurías de Digimons (la distracción) a diversos pueblos del área, no sería pasado por alto, ni tampoco llamaría mucho a las sospechas, puesto aquellos grupos, desligados de los Chaos Empire (aunque ahora recibiendo paga por su actual trabajo), eran un suceso común en varias áreas del Digimundo. Todo parecería un simple y mero ataque de grupos nómades violentos a pueblos desprotegidos, todo con el fin de robar algo de valor.

por Sigrun Vinter Miér Mar 23, 2016 10:19 pm

Cuando la mayoría ya se estaban aproximando al lugar acordado, Zephyr, uno de los jóvenes marshal de los Black Knights, la unidad de élite encargada de la defensa de su líder, aún ni se había levantado de la cama. Había planeado quedarse a dormir hasta tarde, pero estaba acostumbrado a levantarse temprano, por lo que cuando su cuerpo dijo basta ya no pudo seguir durmiendo. Aún así, se negó a levantarse y se quedó observando el amanecer artificial de la base, mientras que su compañero, un SnowAgumon llamado Yuyun seguía con la rutina, y fue a preparar café en la máquina que tenían en la habitación.

Por fin se decidió a levantarse y fue a tomar la taza de café que su compañero le había dejado en la mesita.

- … ya se enfrió- dijo con voz somnolienta e indiferente.
- Claro, te quedaste mucho rato mirando la nada- le dijo su pálido compañero.

Zephyr volvió a recostarse en la cama, mientras que Yuyun se puso a ver las noticias en una tableta holográfica portátil y hacer los sudokus de la misma. Puesto que ninguno de los dos tenía pensado hacer nada para hoy, se estaban dedicando a tomarse un simple y tranquilo descanso.

Hubo un silencio seguido de un leve quejido por parte de Zephyr, más que nada por la vagancia de tener que levantarse de la cama.

- Aún no me acostumbro al sol artificial de la base… sus rayos se sienten muy falsos- dijo por decir el tamer de pelo negro, mientras va caminando hasta el micrrondas con su café, para calentarlo.

Su compañero no respondió con mucho interés, ya habían tenido esa conversación muchas veces y el digimon nunca entendía las explicaciones de “los rayos se sientes falsos”.

- ¿Alguna noticia interesante? – preguntó Zephyr.
- Nada nuevo, la mayoría sigue hablando del ataque de las quimeras a Ciudad Central- contestó Yuyun encogiéndose de hombros y sin mucha atención.

Aunque eso no significaba que no lamentara el hecho, si hubieran llegado a tiempo les habrían ayudado, pero ese día tuvieron una misión lejos y se enteraron tarde de lo ocurrido.

- Ahí va un 5, aquí 7, 4, 5…- empezó Zephyr a decir números aleatorios, del sudoku de su compañero, algo que le molestó, pero esa era la gracia.

Fue luego de que el tamer de ojos verdes intentara meter por si mismo los números en las casillas, cuando desembocó en una inocente pelea física, que sólo fue interrumpida cuando alguien llamó a la puerta.

- ¡Deja de molestar y ve a abrir!- dijo Yuyun para poder arreglar su juego y no tener que levantarse él.

Cuando Zephyr abrió la puerta se encontró con uno de los Knightmons de la base, que le entregó un mensaje de alguien que jamás podría rechazar. Aquello les mantendría ocupados el resto del día, y Yuyun sabía que en eso no tenía ni voz ni voto.

- Está bien, vamos a la Zona Árida, pero al menos deja que me bañe antes- dijo Yuyun.
- ¡Cierto, si vamos a ir debería ducharme!- se dio cuenta Zephyr antes de colarse en el cuarto de baño, quitándole el turno a su compañero.

Mientras tanto, Sigrun vio llegar a Luna, Flora y Leonardo y se levantó al tiempo que les saludaba.

- ¡Luna, Flora, Leo!- saludó Draco con entusiasmo.
- Me alegra que hayáis podido venir- les dijo la sublíder de los Royal Knights- Espero no haber interrumpido ninguna tarea importante en vuestro clan.

Flora, la Floramon compañera de Luna, se dio cuenta de que Veemon no se encontraba por la zona y preguntó el motivo de su ausencia, mientras Luna ofrecía una cantimplora de té helado que Draco terminó por probar.

- Está delicioso- dijo el pequeño dragón.
- Verás… Veemon se marchó hace unos días para viajar solo- les dijo Sigrun a los demás- Lleva un tiempo sufriendo pesadillas cada vez más intensas que no le dejan descansar bien. No hace mucho describimos que esas pesadillas son recuerdos de su pasado, y Veemon se propuso encontrar las respuestas por si mismo.

Sigrun estaba preocupada por su compañero, pero trató que no se le notara mucho, les había reunido para que disfrutaran de un día libre, no para que se preocuparan.

- Pero seguro que estará bien, es más estoy segura de que va a volver pronto- se apresuró a decir.

A penas terminó de decir esto cuando llegó Ralian, Sigrun no lo había visto venir, de por si era muy sigiloso al llegar, de todos modos en ese momento la sublíder estaba despistada con lo de Veemon como para percatarse de la presencia de alguien.

- Buenos días, Ralian- le saludó la joven tamer.
- ¡Hola! – dijo con alegría Dracomon- Muy bien, estoy muy contento de que nos podamos reunir.

Por lo que dijo Ralian, Sigrun se dio cuenta de que el líder de los Royal Knights no sabía el motivo por el que los había llamado. ¿Acaso al Knightmon se le olvidó mencionarlo?

- ¿No te lo dijo el Knightmon?- preguntó Sigrun- Entonces espero no haber fastidiado tus planes. Como hoy no había nada que hacer, pensé que sería una buena idea pasar el día fuera. Invité también a Zephyr y a una amiga mía de fuera del clan.
- ¡Mira, Sigrun! ¡Ya vienen!- dijo Dracomon señalando el cielo.

Zephyr se aproximaba volando en la espalda de su compañero bajo su nivel champion, un XV-mon. A medida que se descandian, el tamer de ojos verdes iba distinguiendo a Sigrun, Dracomon, una chica desconocida, un Gaomon y una Floramon. También vieron a Ralian y Dorumon.

- ¿¡Qué hace el jefe aquí?!- pensaron ambos con sorpresa.

Zephyr estaba ligeramente molesto al ver a Ralian, pero eso se le pasó pronto cuando aterrizaron y Sigrun les saludó con una sonrisa. Claramente, el tamer de ojos verdes debía de sentir algo por la sublíder, porque olvidó completamente la molestia de ver a Ralian y la saludó, devolviéndole la sonrisa.

- Me alegra que hayas venido, Zephyr – comentó Sigrun- ¡Vaya, casi se me olvida!

Sigrun sacó de su bolsillo una cinta roja y se acercó a Gaomon para entregársela. El digimon le entregó la cinta que llevaba en la cabeza hace un tiempo, en las Tierras Flotantes, para vendarle una herida que le provocó un Troopmon al disparar y rozarle la bala en el brazo.

- Muchas gracias por prestármela, Leonardo. No te preocupes, la he lavado bien- dijo al depositarla sobre las manos del digimon.- Bueno, creo que debería presentaros.

Sigrun se dirigió a Luna para poder presentarle primero a los dos Royal Knights, empezando por el tamer de ojos verdes.

- Él es Zephyr Vergil y su compañero Yuyun. – dijo la sublíder- Y ellos son Ralian Cornwell y Dorumon.

Tras esto, Sigrun se dirigió a ambos Royal Knights.

- Ella es Luna Naitoenjeru, una gran amiga mía y una excelente agente de los Union Saver, Y sus compañeros, Flora y Leonardo.

...

Off para todos:

por Luna Kobayashi Vie Mar 25, 2016 3:20 am

-Pues además, es muy sano. Si hace frío y lo hierves, es más sano que un café, y como no tiene gas, pues viene bien para guardar la línea-le comentó Luna al pequeño Dracomon, mostrándole las bondades del té cuan presentadora de teletienda. Pudo captar la explicación de Sigrun sobre que Veemon estaba siendo asaltado por pesadillas sobre su pasado. Luna se quedó mirando hacia Flora, la cual no pudo ocultar la sorpresa de que Veemon estuviera en aquella situación, en una situación que se parecía a la que antaño había tenido."Qué valeroso, él no teme enfrentarse a esas memorias del pasado" pensó Floramon, pasando a tener una mirada de admiración por la resolución del dragón, aunque con cierta preocupación al pensar en Veemon siendo presa de pesadillas, teniendo que afrontarlas en la oscuridad de la noche completamente solo.

Su decisión había sido completamente distinta. Ella misma había decidido dejar atrás ese misterio, y aunque soportó pesadillas por un breve tiempo, se acabaron diluyendo, como se diluía la idea en su mente de buscar las respuestas sobre sí misma. De alguna manera, se había terminado convenciendo de que las respuestas no merecían la pena comparadas con el riesgo de que Leonardo y Luna sufrieran.

Sin embargo, tampoco había tenido el valor de hacerlo sola.

Floramon se apresuró a volver a poner su sonrisa calmada de siempre al ver que Leonardo la estaba mirando, casi adelantándose a sus remordimientos.

Luna estuvo a punto de soltar una cascada de preguntas sobre cómo era eso, pedir que se lo contasen con pelos y señales, y decir que fueran a ayudarlo, que cuanto más buscasen, más fácil sería, pero Leonardo la cortó antes:

-Si ha decidido ir solo, no queda de otra que esperar-a pesar de la rivalidad con Veemon, entendía que Sigrun podía estar preocupada y que un aluvión de preguntas no haría más que acentuarlo-Y es algo muy personal, si ha decidido ir solo, es porque es así como tiene que hacerlo. Está bien.

Leonardo esperaba poder tranquilizar un poco a Floramon con esto. Siempre pesaba más el bienestar de su compañera y amiga a la rivalidad con el dragón azul, y nunca se perdonaría si alguna vez dejaba de ser así. Por suerte, en ese momento la llegada de otra persona llamó la atención de Sigrun. Un chico pelirojo y su digimon. Al oír cómo Sigrun se refería a él como Ralian, Luna se levantó de golpe, observando tanto al pelirojo como al dorumon. "¿¡Ra...Ralian!?"

Floramon se llevó la mano a los labios, expresando sorpresa por contar con la presencia inesperada de una figura tan importante. Travis se había encargado de darles misiones, pero también de hablarles sobre figuras importantes del digimundo. Ralian era una de ellas. Les había hablado del poder del líder de los R.K y el alcance que su sombra tenía. Leonardo, por su parte, sintió que se le erizaba el pelo, no por admiración; era más, de incomodidad, no se esperaba tener a más R.K pululando por ahí, y mucho menos al líder del grupo. Si fuera por él, le habría preguntado muchas cosas, pero además de que no era ni el momento ni el lugar, estaba seguro de que la mayoría de las respuestas serían: Yggdrasil lo ordena.

No pudo reprimir cerrar los nudillos fuertemente.

Otro R.K se unió a la reunión, volando sobre un Ex-Veemon. Luna comenzó a sentir la sensación imperiosa de huir, no sólo por la presencia de Ralian. Las reuniones sociales le ponían nerviosa y casi nunca había estado rodeada de muchas personas, así que no sabía cómo desenvolverse. Ni siquiera se le había dado bien nunca estar con otras personas, así que hizo el gesto reflejo de hundir un poco los hombros, como si fuera una tortuguita intentando encontrar su caparazón y mimetizarse con las rocas para no ser vista.

Cuando Sigrun le tendió la cinta roja, la tomó sorprendido, pues ciertamente no la esperaba de vuelta, pero era un bonito detalle, así que su expresión se tornó más amable a la par que le decía a Sigrun: “Tranquila, no fue nada.”

La sublíder los presentó enseguida. Flora hizo una reverencia, y Luna la imitó, aunque la humana tenía los músculos paralizados de los nervios pues no sabía qué hacer o decir, así que fue una inclinación más rígida. ¿Qué podía, al fin de al cabo, interesarle al líder de los R.K de un soldado raso como ella? Leonardo, por su parte, se limitó a cruzarse de brazos; lo último en lo que estaba pensando era en inclinarse ante un R.K.

-Me llena de satisfacción las amables palabras de la sub-líder reconociendo nuestra labor y esfuerzo, pero ciertamente tenemos mucho que mejorar-se dirigió hacia ambos R.K, con la diplomacia que la caracterizaba-Además, es un inmenso placer disfrutar de vuestras honorables presencias, además de poder conocer en persona al tan afamado líder de los Royal Knights.

-Mu...mucho gusto…-fue lo que consiguió mascullar Luna.

-¿Habeis estado alguna vez en el lugar? Lo cierto es que para nosotros es una zona desconocida, pues hay muchas regiones del digimundo que no hemos tenido la ocasión de admirar. Pero el dato sobre la primera aparición de Yggdrasil sucedida en este lugar es muy interesante.

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