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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
"Hayate Fukuoka y el Digimundo"
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"Hayate Fukuoka y el Digimundo"
- Prólogo:
- Este es un "capítulo de historia" de mi personaje de rol, Taiga Fukuoka, que escribo aquí porque no entra dentro de un rol con otro jugador, pero es importante para la historia de mi personaje y la continuidad de su rol. Lo siguiente ocurre tras la llegada de Taiga de su primer viaje al Digimundo, del que regresa con un nuevo compañero: Artaud, un pagumon...
Finalmente, estaba en casa. Eran las 23:00 horas y, aunque las luces se encontraban encendidas, no escuchó ningún sonido al entrar. Lo hizo sigilosamente, porque aunque quería ver a su padre para decirle que estaba bien y pedirle perdón por preocuparlo, antes tenía que esconder bien a Artaud (lo que no sería tan difícil ahora que estaba en su forma de Pagumon). Se quitó las zapatillas, y caminó rápido pero en puntas de pié, haciendo el menor ruido posible, hacia su habitación. Una vez allí, dejó a Artaud sobre su cama.
- Quédate aquí y no hagas ruido, en seguida regreso.
Le dijo en voz baja, y se retiró del cuarto. Aún no había señales de su padre. Taiga se dirigió a la cocina, y allí estaba el señor Fukuoka, sentado, observando unos papeles sobre la mesa, que parecían ser facturas de servicios o algo así. En seguida, levantó la vista.
- ¡Taiga! No te oí llegar... - Dijo poniéndose de pié.
- Kazuo Fukuoka:
- Apariencia: Hombre de cabello oscuro, piel blanca un poco oscurecida por el Sol, ojos oscuros y barba incipiente. Suele vestir ropa cómoda, pantalones cargo, botas, de modo que sea adecuada para trabajar en el taller. A veces se lo ve con guantes y hasta puede tener un casco de soldador en la cabeza, esto mientras trabaja.
Edad: 38
Relación con Taiga: Padre.
Información adicional: Trabaja en un taller de autos y motos que se encuentra junto a la casa de Taiga, como un anexo de la misma.
- Lo siento, no quería preocuparte...
- ¿Dónde estabas? Te llamé al móvil y no respondías...
- Lo siento, fue de repente, no tuve tiempo de tomarlo...
- ¿De repente? ¿De qué hablas? ¿Qué es lo que pasó?
- Eh... Un amigo, tuvo un problema, tuve que ir de repente...
Taiga era pésima mintiendo, al menos cuando se trataba de mentirle a las personas que quería, y mucho peor era mentirle a su padre... Pero Kazuo la conocía mejor que nadie, y se dio cuenta de que ella mentía. Como confiaba en su hija, no sospechaba que ella hubiera hecho algo malo, por lo que para que suelte la verdad, le pareció divertido hacerla sentir incómoda.
- ¿Un amigo? ¿No te habrás escapado con algún novio o algo así?
- ¡¿Qué?! ¡No, nada de eso!
Y lo había logrado: Taiga no parecía ser una persona tímida, pero sí lo era cuando se trataba de ese tipo de cosas, por eso nunca había tenido novio ni nada parecido. Su cara se tornó roja, entre los nervios de la situación, y las cosas que su padre decía. Entonces, la "catástrofe" ocurrió: Artaud se asomó a la cocina, a ver lo que ocurría, y Taiga lo vió, con lo que su expresión se tensionó. Intentó indicarle con un gesto que se fuera, pero Kazuo lo notó. Cuando miró en la misma dirección que miraba Taiga, observó a la pequeña criatura. Para sorpresa de Taiga, en vez de asustarse o pensar que era algún tipo de alimaña que se había metido en la casa, él se quedó paralizado, observando a Artaud con expresión traumática de asombro.
- No te asustes... No es malo...
Dijo Taiga, casi con temor, pensando que su padre echaría a la criatura de la casa.
- Eso... ¿Eso es lo que yo creo?
- ¿Eh?
Dijo Taiga mirando a su padre con expresión confusa. Pensaba que si le decía lo que era, él no lo creería, pero ahora le causaba curiosidad lo que aparentemente su padre sabía y ella no.
- Eso, ¿es acaso un digimon?
Preguntó finalmente, con lo que Taiga se sintió más confusa aún que cuando había despertado en el Digimundo.
- Sí... Eso es... Pero... ¿Cómo lo sabes?
- ¿Entonces existen? ¿De verdad?
Dijo Kazuo acercándose a Artaud con cuidado para verlo de cerca.
- ¿Puedo tocarlo?
- Claro... Pero, ¿qué sabes de ellos y por qué nunca me dijiste nada?
Kazuo tomó a Artaud con ambas manos, y este se quedó quieto, puesto que tampoco entendía nada, y que había sido la misma Taiga quien le había dado permiso a este humano para tomarlo.
- No te dije nada porque pensé que eran inventos de mi hermano... Tu tío Hayate... Él es el que sabe de esto, antes de que tú nacieras y hasta que tú eras muy pequeña, él estaba muy obsesionado con esto de los digimons... Pero luego se resignó y lo dejó. Deberías hablar con él si quieres saber más... No puedo creer que existan de verdad, ¿cómo lo encontraste?
Taiga se sentía, en parte, ofendida: ahora parecía que todos sabían sobre los digimons y ella era la única que se había quedado afuera de todo.
- Lo encontré por casualidad... Mañana te contaré... Quiero ir a dormir...
Kazuo notó que ella se había ofendido un poco. Sabía que era una chica curiosa, y el que le hubieran negado un conocimiento, era obvio que no le iba a gustar nada. Taiga tomó a Artaud entre sus brazos y dijo en tono neutro:
- Buenas noches...
- Taiga, no te enojes, ve mañana con tu tío y habla con él, así entenderás...
- Está bien...
Dijo Taiga mientras se iba.
- Buenas noches...
Dijo Kazuo antes de que su hija desapareciera de su vista, y se volvió a sentar en la silla, intentando organizar lo que acababa de ocurrir en su cabeza...
Una vez en su cuarto, Taiga se sentó sobre su cama.
- No puedo creer que todos me hayan ocultado la existencia de los digimons...
- Pero tu padre dijo que no creía que existiéramos... ¿Por qué te contaría algo que ni siquiera cree que existe?
- ¿Ahora te pones de su lado? ¿O es que ustedes dos ya se conocían de antes?
- ¿Qué? Nada de eso, si tu fuiste la primera humana que vi en mi vida... No te pongas conspiranoica, deberías esperar a escuchar la versión de tu tío...
Taiga lo miró con expresión de sospecha
- ¿"Conspiranoica"? ¿Desde cuándo hablas así?
- Estás subestimando mi inteligencia y eso me ofende...
Ella suspiró y se acostó en la cama.
- Está bien, perdón... Vamos a dormir... Mañana veré qué tienen todos para decirme...
- Está bien.
Dijo Artaud, quedándose quieto en el suelo, en la mitad de la habitación. Taiga cerró los ojos un momento. Luego volvió a abrirlos, observando que Artaud seguía en la misma posición.
- ¿Qué estás haciendo?
- No lo sé...
- Ven, puedes dormir en mi cama, luego te armaré tu propia cama...
- Está bien.
Repitió, con su buena disposición de siempre, saltando a la cama de Taiga. Ella estiró la mano para apagar la luz.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
[Continuará...]
Última edición por Taiga & Artaud el Sáb Ago 01, 2015 2:29 am, editado 2 veces
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :98Nivel On Rol :ChampionInventario :
Taiga & Artaud
Re: "Hayate Fukuoka y el Digimundo"
Era sábado por la mañana. El Sol atravesaba las cortinas de la ventana del cuarto de Taiga, alcanzando la luz directamente a su cara. Pronto despertó. Hoy no tenía que ir a estudiar. A su lado estaba Artaud, a quien despertó empujándolo un poco con su mano.
- Hola Taiga.
Dijo mientras bostezaba.
- Buenos días... Vamos, tenemos que ir a ver a mi tío cuanto antes...
Eran las 08:00 a.m. Ambos, Artaud en brazos de Taiga, se dirigieron a la cocina, donde encontraron a Kazuo desayunando. Todos se dieron los buenos días, y Taiga dejó a Artaud sobre la mesa, siendo que este era muy pequeño como para ubicarse en una silla, dirigiéndose luego a preparar un desayuno para ambos.
Durante el desayuno, Kazuo fue quien rompió el silencio.
- Dime, ¿cómo se llama ese digimon?
- Es un Pagumon, pero se llama Artaud.
- Vaya, nombre interesante... Anoche hablé con tu tío por teléfono... No le dije nada de tu digimon, pero le dije que hoy irías a verlo porque tenías algo que mostrarle.
- Bien, eso mismo haremos, ¡vamos, Artaud!
Dijo Taiga con entusiasmo, apurándose a levantarse de la mesa, tomando a Artaud (que pareció apenarse por tener que despegarse de la comida) en sus brazos nuevamente, y retirándose a su cuarto.
Una vez en el cuarto de Taiga, ella buscó y tomó una mochila negra, la que solía llevar a la preparatoria, vaciando su contenido (cuadernos, lapices, etc.) sobre su cama.
- La comida de tu mundo es deliciosa...
Dijo Artaud, con una sonrisa.
- Me alegra que te guste. Para viajar y pasar desapercibidos, tendrás que ir aquí adentro...
Dijo Taiga, casi prestando poca atención a lo que dijo Artaud, y abriendo la mochila delante de él para indicarle dónde debía meterse.
- ¿Ahí?
Dijo él con expresión lastimera.
- Sí, no será mucho tiempo, te lo prometo. La casa de mi tío queda relativamente cerca, en bici llegaremos en veinte minutos.
- De acuerdo...
Dijo, y se acomodó dentro de la mochila. Taiga la cerró, no del todo, sino dejando un pequeño orificio, no lo suficientemente grande como para que se vea el contenido de la mochila, pero sí lo suficientemente grande como para que Artaud pudiera respirar y hasta mirar un poco hacia afuera. Se puso la mochila, y se fue del cuarto.
Antes de salir de la casa, Kazuo la interrumpió:
- ¿Y tu digimon?
- En la mochila. Vendré más tarde...
- Está bien, cuidate.
- Sí, no te preocupes...
Dijo, y se fue. Tomó su bicicleta del taller que estaba al costado de la casa, donde Kazuo trabajaba reparando autos y motos, y salió andando a toda velocidad.
[Continuará...]
- Hola Taiga.
Dijo mientras bostezaba.
- Buenos días... Vamos, tenemos que ir a ver a mi tío cuanto antes...
Eran las 08:00 a.m. Ambos, Artaud en brazos de Taiga, se dirigieron a la cocina, donde encontraron a Kazuo desayunando. Todos se dieron los buenos días, y Taiga dejó a Artaud sobre la mesa, siendo que este era muy pequeño como para ubicarse en una silla, dirigiéndose luego a preparar un desayuno para ambos.
Durante el desayuno, Kazuo fue quien rompió el silencio.
- Dime, ¿cómo se llama ese digimon?
- Es un Pagumon, pero se llama Artaud.
- Vaya, nombre interesante... Anoche hablé con tu tío por teléfono... No le dije nada de tu digimon, pero le dije que hoy irías a verlo porque tenías algo que mostrarle.
- Bien, eso mismo haremos, ¡vamos, Artaud!
Dijo Taiga con entusiasmo, apurándose a levantarse de la mesa, tomando a Artaud (que pareció apenarse por tener que despegarse de la comida) en sus brazos nuevamente, y retirándose a su cuarto.
Una vez en el cuarto de Taiga, ella buscó y tomó una mochila negra, la que solía llevar a la preparatoria, vaciando su contenido (cuadernos, lapices, etc.) sobre su cama.
- La comida de tu mundo es deliciosa...
Dijo Artaud, con una sonrisa.
- Me alegra que te guste. Para viajar y pasar desapercibidos, tendrás que ir aquí adentro...
Dijo Taiga, casi prestando poca atención a lo que dijo Artaud, y abriendo la mochila delante de él para indicarle dónde debía meterse.
- ¿Ahí?
Dijo él con expresión lastimera.
- Sí, no será mucho tiempo, te lo prometo. La casa de mi tío queda relativamente cerca, en bici llegaremos en veinte minutos.
- De acuerdo...
Dijo, y se acomodó dentro de la mochila. Taiga la cerró, no del todo, sino dejando un pequeño orificio, no lo suficientemente grande como para que se vea el contenido de la mochila, pero sí lo suficientemente grande como para que Artaud pudiera respirar y hasta mirar un poco hacia afuera. Se puso la mochila, y se fue del cuarto.
Antes de salir de la casa, Kazuo la interrumpió:
- ¿Y tu digimon?
- En la mochila. Vendré más tarde...
- Está bien, cuidate.
- Sí, no te preocupes...
Dijo, y se fue. Tomó su bicicleta del taller que estaba al costado de la casa, donde Kazuo trabajaba reparando autos y motos, y salió andando a toda velocidad.
[Continuará...]
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :98Nivel On Rol :ChampionInventario :
Taiga & Artaud
Re: "Hayate Fukuoka y el Digimundo"
Pronto llegaron a una casa en otro barrio de casas bajas, similar al barrio en el que vivía Taiga. Ella se bajó de la bicicleta y entró a la casa sin ningún cuidado.
- ¡Ya llegué!
Como si fuera algo obvio, se dirigió a una pequeña sala de la casa donde sólo había un escritorio con una computadora, y allí estaba, sentado, Hayate Fukuoka, su tío. Este quitó la mirada de la computadora, y al ver a su sobrina, se puso de pie.
- Ah, disculpa Taiga, no me di cuenta... Es que, verás, estoy algo atrasado con un programa que tengo que entregar...
No era de extrañar. Hayate era, según su hermano mayor, Kazuo, un inmaduro que pasaba todo el día jugando con la computadora y que siempre se atrasaba con los programas que debía entregar. No obstante, era un genio para la programación, y si no lo demostraba era porque le resultaba más divertida la haraganería.
- Ya veo... Pero tengo algo importante que mostrarte...
-Sí, tu padre me dijo eso por teléfono, parece ser que realmente es muy importante, pero no me dijo que era, ¿quieren matarme de ansiedad o qué?
- Jajaja, no, es sólo que era muy difícil de explicar por teléfono, lo mejor es que lo veas.
Hayate se acercó a Taiga, y ella abrió su mochila, sacando de adentro a su compañero digimon. Hayate retrocedió bruscamente, abriendo los ojos y la boca con asombro.
- ¿Es de verdad?
- Sí, se llama Artaud...
- Hola señor.
Dijo Artaud para demostrar que estaba vivo, ya que el extraño parecía no entenderlo.
- No, no puede ser... ¿Cómo es posible?
- Bueno, esperaba que tú me lo dijeras... Parece ser que sabes bien lo que esto es...
- Sí, es un digimon... Ven...
Le indicó, y se dirigieron al comedor de la casa.
- Siéntate. Supongo que ahora sí podré contarte toda la historia.
- ¡Qué bien! Ya me tenían cansada con tanto misterio...
Dijo Taiga con expresión sarcástica.
- Pero primero quiero que tú me cuentes cómo encontraste ese digimon. Yo llevo trabajando en esto desde antes de que nacieras, tengo que saber lo que ocurrió, y luego te daré las explicaciones que quieras, y algunas cosas más...
La joven lo miró con los ojos entrecerrados. Otra vez, le retrasaban las explicaciones. Pero se resignó y comenzó.
- Bueno, todo empezó hace muchos años, creo... No recuerdo cuántos años tenía... Creo que 8... Mi padre me llevó a una conferencia a la que tú lo habías invitado... Y entonces, como me aburría de ver tantos adultos hablando de cosas que no entendía, me puse a buscar algo con qué entretenerme. Entonces, encontré esto enredado en los cables de tu computadora.
Taiga sacó el Digivice de uno de los bolsillos de su pantalón y se lo mostró.
- Supongo que te debo una disculpa por robártelo...
- ¿Qué? No... Eso no es mío...
- ¿En serio? Toda la vida creí que era tuyo...
- No... No sé de quién será... Sospecho que es tuyo y sólo tuyo...
- Como sea, luego lo tuve guardado durante mucho tiempo en mi cuarto, y ayer lo encontré dentro de mi violonchelo brillando, y luego aparecí en el Digimundo...
- ¡¿O sea que fuiste al Digimundo?!
Hayate se paró de golpe, poniendo sus manos en la mesa. A Taiga le pareció demasiado exagerada la reacción, pero nada le espantaba de su tío, que era un tipo bastante extraño, tal vez porque estaba más acostumbrado a tratar con computadoras que con personas.
- Sí, aparentemente... ¿Ahora me vas a explicar?
-Pero... ¿Cómo lograste regresar del Digimundo?
- Bueno, un muchacho que conocí allí me llevó a una estación de trenes, y con eso viajé hasta aquí...
Taiga resumía. Quería sus respuestas de una vez por todas. Hayate lo notó, y controló su ansiedad, para comenzar a contarle todo.
- Bueno... Me toca...
[Continuará...]
- ¡Ya llegué!
Como si fuera algo obvio, se dirigió a una pequeña sala de la casa donde sólo había un escritorio con una computadora, y allí estaba, sentado, Hayate Fukuoka, su tío. Este quitó la mirada de la computadora, y al ver a su sobrina, se puso de pie.
- Ah, disculpa Taiga, no me di cuenta... Es que, verás, estoy algo atrasado con un programa que tengo que entregar...
- Hayate Fukuoka:
- Apariencia: Hombre de cabello marrón, un poco más claro que el de su hermano Kazuo. Piel clara, ojos marrones, utiliza lentes para poder ver, y siempre está afeitado y vestido formal o semi-formal.
Edad: 33
Relación con Taiga: Tío (hermano del padre).
Información adicional: Informático. Trabaja como programador. Le apasiona todo lo que tenga que ver con las computadoras y el mundo digital.
No era de extrañar. Hayate era, según su hermano mayor, Kazuo, un inmaduro que pasaba todo el día jugando con la computadora y que siempre se atrasaba con los programas que debía entregar. No obstante, era un genio para la programación, y si no lo demostraba era porque le resultaba más divertida la haraganería.
- Ya veo... Pero tengo algo importante que mostrarte...
-Sí, tu padre me dijo eso por teléfono, parece ser que realmente es muy importante, pero no me dijo que era, ¿quieren matarme de ansiedad o qué?
- Jajaja, no, es sólo que era muy difícil de explicar por teléfono, lo mejor es que lo veas.
Hayate se acercó a Taiga, y ella abrió su mochila, sacando de adentro a su compañero digimon. Hayate retrocedió bruscamente, abriendo los ojos y la boca con asombro.
- ¿Es de verdad?
- Sí, se llama Artaud...
- Hola señor.
Dijo Artaud para demostrar que estaba vivo, ya que el extraño parecía no entenderlo.
- No, no puede ser... ¿Cómo es posible?
- Bueno, esperaba que tú me lo dijeras... Parece ser que sabes bien lo que esto es...
- Sí, es un digimon... Ven...
Le indicó, y se dirigieron al comedor de la casa.
- Siéntate. Supongo que ahora sí podré contarte toda la historia.
- ¡Qué bien! Ya me tenían cansada con tanto misterio...
Dijo Taiga con expresión sarcástica.
- Pero primero quiero que tú me cuentes cómo encontraste ese digimon. Yo llevo trabajando en esto desde antes de que nacieras, tengo que saber lo que ocurrió, y luego te daré las explicaciones que quieras, y algunas cosas más...
La joven lo miró con los ojos entrecerrados. Otra vez, le retrasaban las explicaciones. Pero se resignó y comenzó.
- Bueno, todo empezó hace muchos años, creo... No recuerdo cuántos años tenía... Creo que 8... Mi padre me llevó a una conferencia a la que tú lo habías invitado... Y entonces, como me aburría de ver tantos adultos hablando de cosas que no entendía, me puse a buscar algo con qué entretenerme. Entonces, encontré esto enredado en los cables de tu computadora.
Taiga sacó el Digivice de uno de los bolsillos de su pantalón y se lo mostró.
- Supongo que te debo una disculpa por robártelo...
- ¿Qué? No... Eso no es mío...
- ¿En serio? Toda la vida creí que era tuyo...
- No... No sé de quién será... Sospecho que es tuyo y sólo tuyo...
- Como sea, luego lo tuve guardado durante mucho tiempo en mi cuarto, y ayer lo encontré dentro de mi violonchelo brillando, y luego aparecí en el Digimundo...
- ¡¿O sea que fuiste al Digimundo?!
Hayate se paró de golpe, poniendo sus manos en la mesa. A Taiga le pareció demasiado exagerada la reacción, pero nada le espantaba de su tío, que era un tipo bastante extraño, tal vez porque estaba más acostumbrado a tratar con computadoras que con personas.
- Sí, aparentemente... ¿Ahora me vas a explicar?
-Pero... ¿Cómo lograste regresar del Digimundo?
- Bueno, un muchacho que conocí allí me llevó a una estación de trenes, y con eso viajé hasta aquí...
Taiga resumía. Quería sus respuestas de una vez por todas. Hayate lo notó, y controló su ansiedad, para comenzar a contarle todo.
- Bueno... Me toca...
[Continuará...]
- Tamer & Digimon
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Taiga & Artaud
Re: "Hayate Fukuoka y el Digimundo"
Hayate finalmente se dispuso a contar la historia que Taiga tanto deseaba escuchar:
- Verás, desde hace muchos años, antes de que tú nacieras, un compañero de la universidad donde yo estudiaba programación me comentó la posibilidad de que existiera un mundo digital. Al principio lo tomé como un delirio, pero luego nos empezamos a juntar y me terminó convenciendo. Su idea del mundo digital era totalmente lógica, pero nos faltaban las pruebas. Entonces, nos obsesionamos con ello. Luego, él me dio a conocer a los digimons. Criaturas digitales que vivían en un mundo aparte del nuestro. No era más que un videojuego, pero se basaba en la idea que habíamos tenido. A medida que nuestra obsesión crecía, comenzaron a pasarme cosas extrañas. A veces se encendía mi computadora, y en la pantalla aparecía un digimon, la pantalla se encendía intermitentemente por un rato y luego se apagaba. Me asusté un poco, pensé que me estaba empezando a volver loco. Mi hermano siempre creyó que eran tonterías y me animaba a dejar de pensar en ello. Cuando tú eras muy pequeña, tendrías unos 3 años y seguramente no lo recuerdes, Kazuo te traía a pasar las tardes conmigo, y yo te contaba sobre los digimons y te los mostraba en la computadora. Luego, tu empzaste a hablar de ello con Kazuo y él me prohibió que te siguiera hablando de ello, pensando que te ilusionaría con algo que no existe. Así que cumplí con lo que me pidió...
Taiga comenzaba a armar el rompecabezas en su mente.
- Entonces... Eso explica los sueños que tenía cuando era chica, en los que veía digimons... Por eso cuando fui al Digimundo sentía que recordaba algunas cosas... Como a los Koromons...
- ¿Viste Koromons?
- Sí, muchos...
- Mi digimon era un Koromon...
- ¿Tenías un digimon?
- No, no directamente... Pero el que aparecía en mi pantalla, era un Koromon... Siempre sentí que estaría en el Digimundo, esperándome... Pero un día, Makoto, mi compañero del que te hablé, me dijo que había conseguido un trabajo, que era una oportunidad única, y que debería irse lejos. Nunca lo volví a ver, y tampoco supe nada de él, de qué fue lo que hizo luego, ni cuál era ese supuesto trabajo que había conseguido. Sin él, no había nadie que me siguiera con esto de los digimons, así que decidí forzarme a olvidarlo.
- Entonces, ¿de dónde salió el digivice?
- Supongo que de la computadora, para que tú lo tuvieras... Mira, esa es toda la historia que te puedo contar... No culpes a tu padre por no dejarme contarte más sobre el Digimundo... Supongo que tenía razón desde su perspectiva: no hubiese sido bueno que te ilusionara con algo que no tenía pruebas de que existiese... Lo que te puedo dar ahora es toda la información que tengo recopilada de esos años, supongo que te servirá si tienes que volver al Digimundo...
- ¿Qué información es?
- Bueno, tengo de todo, mapas del Digimundo, información sobre los distintos tipos de digimons, las digievoluciones, las técnicas especiales...
- Vaya... Sí que tenías mucha información...
- ¿Ya sabes lo que son las digievoluciones?
- Sí, Artaud ya ha digievolucionado una vez...
- Déjame adivinar... ¿Gazimon?
- No, DemiDevimon...
Dijo ella con expresión de "¿Por qué todo el mundo piensa que tengo un Gazimon?"
- Vaya... Y dime... ¿Crees que yo pueda ir al Digimundo?
- Supongo que sí...
- ¡Genial! ¡Llévame, por favor! Tengo que ver si realmente hay un Koromon esperándome...
- No te alteres... Dame un tiempo para leer esa información que tienes, luego te llevaré al Digimundo...
Hayate cambió su expresión de intelectual por la de un niño desilusionado.
- De acuerdo, te daré todo lo que tengo.
Dijo, y se dirigió a la computadora.
Al cabo de una hora, Hayate había grabado varios CDs con información, y Taiga le había contado más detalladamente sus aventuras en el Digimundo. Luego, ella se guardó los CDs en la mochila.
- Muchas gracias, te llamaré pronto...
- De acuerdo... Cuídate.
Taiga salió de la casa con Artaud en su mochila tal como había llegado. Se subió a la bicicleta y se fue.
Cuando llegó a su casa, su padre no estaba. En la mesa de la cocina encontró un papel que decía "Fui a comprar unos repuestos, vuelvo en un par de horas". Así que Taiga se dirigió rápidamente a su habitación, decidida a pasar toda la tarde leyendo la información que le había dado su tío. Dejó salir a Artaud de la mochila, diciéndole:
- Voy a revisar esa información... Me gustaría que la miraras conmigo, por si tienes algo que aportar...
- Claro.
Efectívamente, era una gran base de datos, algo organizada, según las carpetas "Mapas", "Digimons", "Digievoluciones", "Notas". La primera carpeta era la más incompleta: habían pedazos de mapas pixelados y era muy difícil entenderlos, sólo pudo distinguir tres ubicaciones, la Isla File, el Continente Folder, y el Océano Net. La carpeta "Digimons" contenía fichas de datos, cada una con una imagen de un digimon, su nombre, sus técnicas especiales, y alguna que otra anotación sobre el mismo. La carpeta "Digievoluciones" contenía varios diagramas con digimons unidos entre sí por flechas, pero no había muchas anotaciones explicativas. Por último, la carpeta "Notas" contenía varios archivos de texto donde habían notas incompletas, hipótesis varias, historias sobre digimons, información sobre los digivices, aunque poca, y cosas de ese estilo.
Por la tarde, Kazuo llegó a la casa, y Taiga le contó su encuentro con su tío Hayate. Kazuo no se notaba muy alegre con todo esto del Digimundo.
- Mira, Taiga... No te diré que te olvides del Digimundo ni te prohibiré que lo visites, pero recuerda que tu vida está aquí, y que debes estudiar y continuar con los proyectos que siempre tuviste aquí...
- Lo sé... No te preocupes...
Taiga se quedó hasta tarde por la noche leyendo aquella base de datos. Pensó que al día siguiente podría llevar a su tío al Digimundo, pero luego recordó que tenía que estudiar para un examen que tendría en la preparatoria la semana siguiente. Le había prometido a su padre no descuidar su vida en la Tierra por pensar en el Digimundo, así que decidió retomar su vida normal, y más adelante, cuando tuviera tiempo libre, volvería al Digimundo y llevaría a su tío con ella...
[FIN]
- Verás, desde hace muchos años, antes de que tú nacieras, un compañero de la universidad donde yo estudiaba programación me comentó la posibilidad de que existiera un mundo digital. Al principio lo tomé como un delirio, pero luego nos empezamos a juntar y me terminó convenciendo. Su idea del mundo digital era totalmente lógica, pero nos faltaban las pruebas. Entonces, nos obsesionamos con ello. Luego, él me dio a conocer a los digimons. Criaturas digitales que vivían en un mundo aparte del nuestro. No era más que un videojuego, pero se basaba en la idea que habíamos tenido. A medida que nuestra obsesión crecía, comenzaron a pasarme cosas extrañas. A veces se encendía mi computadora, y en la pantalla aparecía un digimon, la pantalla se encendía intermitentemente por un rato y luego se apagaba. Me asusté un poco, pensé que me estaba empezando a volver loco. Mi hermano siempre creyó que eran tonterías y me animaba a dejar de pensar en ello. Cuando tú eras muy pequeña, tendrías unos 3 años y seguramente no lo recuerdes, Kazuo te traía a pasar las tardes conmigo, y yo te contaba sobre los digimons y te los mostraba en la computadora. Luego, tu empzaste a hablar de ello con Kazuo y él me prohibió que te siguiera hablando de ello, pensando que te ilusionaría con algo que no existe. Así que cumplí con lo que me pidió...
Taiga comenzaba a armar el rompecabezas en su mente.
- Entonces... Eso explica los sueños que tenía cuando era chica, en los que veía digimons... Por eso cuando fui al Digimundo sentía que recordaba algunas cosas... Como a los Koromons...
- ¿Viste Koromons?
- Sí, muchos...
- Mi digimon era un Koromon...
- ¿Tenías un digimon?
- No, no directamente... Pero el que aparecía en mi pantalla, era un Koromon... Siempre sentí que estaría en el Digimundo, esperándome... Pero un día, Makoto, mi compañero del que te hablé, me dijo que había conseguido un trabajo, que era una oportunidad única, y que debería irse lejos. Nunca lo volví a ver, y tampoco supe nada de él, de qué fue lo que hizo luego, ni cuál era ese supuesto trabajo que había conseguido. Sin él, no había nadie que me siguiera con esto de los digimons, así que decidí forzarme a olvidarlo.
- Entonces, ¿de dónde salió el digivice?
- Supongo que de la computadora, para que tú lo tuvieras... Mira, esa es toda la historia que te puedo contar... No culpes a tu padre por no dejarme contarte más sobre el Digimundo... Supongo que tenía razón desde su perspectiva: no hubiese sido bueno que te ilusionara con algo que no tenía pruebas de que existiese... Lo que te puedo dar ahora es toda la información que tengo recopilada de esos años, supongo que te servirá si tienes que volver al Digimundo...
- ¿Qué información es?
- Bueno, tengo de todo, mapas del Digimundo, información sobre los distintos tipos de digimons, las digievoluciones, las técnicas especiales...
- Vaya... Sí que tenías mucha información...
- ¿Ya sabes lo que son las digievoluciones?
- Sí, Artaud ya ha digievolucionado una vez...
- Déjame adivinar... ¿Gazimon?
- No, DemiDevimon...
Dijo ella con expresión de "¿Por qué todo el mundo piensa que tengo un Gazimon?"
- Vaya... Y dime... ¿Crees que yo pueda ir al Digimundo?
- Supongo que sí...
- ¡Genial! ¡Llévame, por favor! Tengo que ver si realmente hay un Koromon esperándome...
- No te alteres... Dame un tiempo para leer esa información que tienes, luego te llevaré al Digimundo...
Hayate cambió su expresión de intelectual por la de un niño desilusionado.
- De acuerdo, te daré todo lo que tengo.
Dijo, y se dirigió a la computadora.
Al cabo de una hora, Hayate había grabado varios CDs con información, y Taiga le había contado más detalladamente sus aventuras en el Digimundo. Luego, ella se guardó los CDs en la mochila.
- Muchas gracias, te llamaré pronto...
- De acuerdo... Cuídate.
Taiga salió de la casa con Artaud en su mochila tal como había llegado. Se subió a la bicicleta y se fue.
Cuando llegó a su casa, su padre no estaba. En la mesa de la cocina encontró un papel que decía "Fui a comprar unos repuestos, vuelvo en un par de horas". Así que Taiga se dirigió rápidamente a su habitación, decidida a pasar toda la tarde leyendo la información que le había dado su tío. Dejó salir a Artaud de la mochila, diciéndole:
- Voy a revisar esa información... Me gustaría que la miraras conmigo, por si tienes algo que aportar...
- Claro.
Efectívamente, era una gran base de datos, algo organizada, según las carpetas "Mapas", "Digimons", "Digievoluciones", "Notas". La primera carpeta era la más incompleta: habían pedazos de mapas pixelados y era muy difícil entenderlos, sólo pudo distinguir tres ubicaciones, la Isla File, el Continente Folder, y el Océano Net. La carpeta "Digimons" contenía fichas de datos, cada una con una imagen de un digimon, su nombre, sus técnicas especiales, y alguna que otra anotación sobre el mismo. La carpeta "Digievoluciones" contenía varios diagramas con digimons unidos entre sí por flechas, pero no había muchas anotaciones explicativas. Por último, la carpeta "Notas" contenía varios archivos de texto donde habían notas incompletas, hipótesis varias, historias sobre digimons, información sobre los digivices, aunque poca, y cosas de ese estilo.
Por la tarde, Kazuo llegó a la casa, y Taiga le contó su encuentro con su tío Hayate. Kazuo no se notaba muy alegre con todo esto del Digimundo.
- Mira, Taiga... No te diré que te olvides del Digimundo ni te prohibiré que lo visites, pero recuerda que tu vida está aquí, y que debes estudiar y continuar con los proyectos que siempre tuviste aquí...
- Lo sé... No te preocupes...
Taiga se quedó hasta tarde por la noche leyendo aquella base de datos. Pensó que al día siguiente podría llevar a su tío al Digimundo, pero luego recordó que tenía que estudiar para un examen que tendría en la preparatoria la semana siguiente. Le había prometido a su padre no descuidar su vida en la Tierra por pensar en el Digimundo, así que decidió retomar su vida normal, y más adelante, cuando tuviera tiempo libre, volvería al Digimundo y llevaría a su tío con ella...
[FIN]
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :98Nivel On Rol :ChampionInventario :
Taiga & Artaud
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