Capitulo 2: Ser débil, no es excusa para rendirse [LIBRE]

Ya habíamos andado mas de un kilómetro y ya podíamos ver a pocos metro la gran ciudad que se divisaba desde Wisteria, ElDoradimon a cargo de aquel holograma que vimos. ¿Quien seria? Y... ¿Porque nos dieron esas cartas? Esa carta que me había guardado en el bolsillo con el símbolo de una rosa... Sabia que el abrirla, no me traería nada bueno, y por eso quería olvidarme de ella cuanto antes. Mire al ángel de arriba abajo, creo que se pensaba que no sabia su autentica identidad, pero ya me había dado cuenta que era Vali, tal como me dijo, los digimons evolucionan, y seguramente el también lo había hecho cuando estábamos en apuros, pero, si no me lo quería decir, sus razones tuviese y no le iba a atosigar por ello.

-Y bien, ¿Que hay por esta ciudad que me pueda interesar?-dije mientras miraba de reojo a Vali


Unos minutos mas andando y llegamos a la ciudad. Era un ciudad normal, sin edificios muy altos como en nuestro mundo ni tampoco parecía ser algo primitivo como aldeas, parecía mas bien un gran pueblo lleno de casas y negocios de estilo japones. Se respiraba un buen ambiente, no habían digimons peleándose ni peligros mas haya de que alguien se enfadase e intentase destrozar la ciudad, es mas, incluso habían mas humanos. Me sorprendía ver la conexión entre humanos y digimons, parecía como si se conociesen de hace tiempo y conviviesen como si ambos mundos fueran uno. Por dentro me reconfortaba que fuese así, por otro lado, seguía sintiendo el miedo de tener que salir de esa ciudad de nuevo, al menos, sin haber desvelado los secretos del aparato en mi bolsillo.

-¿Crees que alguien de por esta zona podrá decirme como desbloquear este cosa?-dije sacando de mi bolsillo el digiviece y mirándolo de arriba abajo.

El chico y el humano transformado en Digimon habían bajado de Wisteria, una ElDoradimon hembra, o eso parecía. Se habían despedido ya de la mujer demonio y la gata humanoide, así como del colosal monstruo digital. La pareja se dirigía hacía la enorme y transitada ciudad.

Oh, simplemente quiero visitar la biblioteca que hay en esta Ciudad. Con lo enorme que es, seguramente tenga una biblioteca igual de grande- realmente, ese Mundo, el Mundo Digital le fascinaba enormemente. Es cierto que aún no sabía leer el idioma de los Digimons, pero Albion le ayudaba con ello... Mientras él aprendía a leer el idioma digital, Albion le traducía todos los libros y documentos que se encontraba- sin embargo, antes de eso, podemos hacer un poco de turismo o algo así- mientras caminaban, el Angemon posó su bastón dorado en su hombro derecho, mientras que con su mano izquierda levantaba y señalaba hacia el cielo con su dedo índice, como si hubiese tenido una idea- Me apuesto lo que aea a que tienes hasta prostíbulos, por si quieres hacer algo de Digimonfilia- reía el Digimon ángel a pleno pulmón, imaginándose a ese muchacho acostándose con una LadyDevimon o cualquier otro Digimon con aspecto femenino- Aunque, ciertamente, sería raro que un humano se acostase con un Digimon.

Al llegar a la ciudad, Vali tuvo la sensación de que se encontraba en una ciudad del Mundo Humano. Todo era idéntico: grandes edificios de colores, especialmente blanco, un montón de Trailmons y otros Digimons que servían de transporte yendo de un lado a otro, grandes anuncios, tiendas, algunas pantallas en las que aparecía un Digimon llamado Ranamon que parecía ser una idol anunciando su nuevo disco... La única diferencia es que allí no sólo había humanos, sino que había Digimons de todos los tamaños y colores. Entonces el muchacho que acompañaba al Digimon ángel mostró su Digivice, preguntando si había alguien que podría decirle como funcionaba.

Si no recuerdo mal... Este Digivice os permite a los humanos transformaros en Digimons ¿no?-- preguntó el ángel, cogiendo el Digivice del muchacho sin permiso, observándolo de arriba a abajo. Él ya sabía lo que hacía ese Digivice, de hecho, era el que él portaba...- ¿Tú qué dices, Albion?- preguntó telepáticamente a su compañero mientras observaba el dispositivo.

Opino que debe activarlo. Él no dispone de un espíritu que le hable como yo te hablo a tí. O por lo menos no tiene una motivación tan fuerte como para que el espíritu dentro de ese Digivice le hable y le guíe. Debe de descubrir su propio poder por si mismo- mencionó el dragón espectral mientras compartía su opinión con el humano en el que residía y al que le otrogaba su poder, a lo que el ángel asintió.

Toma, perdón por quitártelo- el ángel le devolvió el dispositivo al muchacho para después frotarse la barbilla intentando pensar en alguna posible solución- Lo primero sería visitar a alguna tienda de informática o electrónica. Digimons como Datamon son expertos en los Digivices, aunque no sé si habrá alguno por aquí. Otra opción sería ver si hay algún Royal Knight en la ciudad y mostrarle las cartas que nos dieron anteriormente esas dos... Pero ¿y si nos encontramos con algún enemigo del clan? Yo puedo defenderme, mas o menos, pero tú no podrás hacer mucho... No te ofendas. Por supuesto, la decisión es tuya, yo ya tengo mi objetivo fijado y la biblioteca no se va a mover de allí- se encogió de hombros mientras se aferraba a su báculo dorado y sonreía, ocultando la mitad superior de su rostro tras su casco metálico.

-¡¿C-Como que prostíbulo?! ¡P-pero que no fue culpa mía! Todo fue culpa de esa Demonio... -dije mientras un escalofrió recorría mi cuerpo al recordar todo lo pasado-¡Ademas, aquí el digimon eres tú! Si dices lo del prostíbulo... ¡ES PORQUE TU QUIERES IR!-grité mientras le apuntaba con el dedo

La gente y los digimons de los alrededores me escuchaban gritarle al Angemon y todo el paripé que estaba montando, cuando me di cuenta me arregle un poco y me recompuse. Volví a coger el digiviece que previamente me había cogido para mirarlo. Decía de ir a un digimon llamado "Datamon" y que posiblemente sabría algún que otro dato sobre el aparato digital. Me giré y le di la espalda mientras seguía andando hacia adelante.

-¡Pues si te quieres ir a la "Biblioteca" ha estudiar con digimons femeninas, ves tu solo, ya me las apañaré explorando esto y encontrando a Datamon yo solo!-dije mientras seguía adelante sin volver a mirar al ángel

Las calles eran bonitas, en el suelo se podían ver glifos que en el mundo no había y que eran los mismos que en los carteles, así que suponía que era el lenguaje que utilizaban los digimons. Mientras andaba, me fijaba que la gente que iba pasando a mi alrededor miraban hacia el mismo punto. Al girarme hacia el mismo punto y se podía ver como resaltaba una chica, vestida de blanco junto a un gato negro, era normal que la gente las mirase con un conjunto tan llamativo. Volví a desviar la mirada y seguí mi camino mientras pensaba en que, realmente, yo con mi pelo verde, también resaltaba bastante, pero bueno, había digimons de casi mas de 2 metros así que, tampoco era para tanto.

El Digimon ángel se rió a pleno pulmón ante la reacción del chico de cabellos verdes, viendo cómo se ruborizaba completamente y le acusaba de ser él quien quería ir al prostíbulo.

Oh, tranquilo chico, que era sólamente una broma...- sin embargo, el muchacho no se lo tomó tan bien.

Probablemente había llegado demasiado lejos con su broma del prostíbulo y la Digimonfilia, pero el chico, de quien aún no conocía el nombre, le mandó al cuerno, diciendo que fuese a estudiar a la "Biblioteca" con Digimons femeninos, mientras que él se iría a buscar a Datamon o a cualquier Digimon que pudiese ayudarle, ante lo que el ángel respondió encogiéndose de hombros.

Al menos en esta ciudad no necesitarás que te salven... Entonces, nos vemos- Vali sonrió de lado dándose media vuelta, internándose dentro de un callejón en el que, tras asegurarse de que no había nadie, revirtió a su forma humana siguiendo las instrucciones de Albion.

Esa era la forma original de Vali Lucifer: un humano. Tenía el cabello plateado y parte del mismo le caía sobre el rostro. Además, vestía una camiseta de color verde cubierta por una chaqueta negra. En la parte inferior, portaba un pantalón de color rojo oscuro y unas botas de color negro que combinaban perfectamente con el resto de sus prendas. En cuanto a su aspecto físico, el chico era endemoniadamente atractivo, tanto su rostro como su cuerpo parecía estar diseñado para el pecado. Sus ojos de color azul hielo eran como dos piedras preciosas penetrantes esculpidas en su rostro.

Por otro lado, su altura era superior a la de un japonés medio y su peso era estándar, adecuado para su altura. Tras comprobar que había vuelto a su forma humana, el muchacho sonrió con picaresca y guardó su Digivice en el bolsillo derecho de su pantalón rojizo.

¿Cómo se siente volver a recuperar tu forma original?- preguntó Albion mentalmente mientras notaba cómo Vali comprobaba que su cuerpo estaba en perfectas condiciones.

Echaba de menos poder utilizar mis propias fuerzas... Aunque no negaré que esto de ser un Digimon es divertido- el muchacho volvió tras sus pasos, siguiendo a lo lejos al muchacho de cabellos verdosos. No era su objetivo, estaba claro, pero mientras se dirigíaa su destino, vigilaría al Tamer amateur, al menos por ahora.

¿Te preocupa ese chaval?- preguntó nuevamente Albion mientras el chico de cabello plateado revisaba los alrededores, comprobando que las calles estaban impolutas aunque llena de gentío y Digimons. Mientras el muchacho colocaba sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones, pensabs la respuesta que le daría a su maestro.

Se podría decir que lo hago porque me cae bien- asintió mientras respondía telepáticamente a Albion, pasando al lado del chico y, por un breve instante que duró milésimas de segundos, clavó sus ojos azules, capaces de congelar el alma de quienes miraba... Metafóricamente hablando. Una sonrisa traviesa se dibujó en el rostro del joven, antes de continuar con su camino, para detenerse brevemente y contemplar el origen de los cuchicheos que se arremolinaban a su alrededor. Vali giró su cabeza, mirando de reojo a la persona causante de ese alboroto, para después girar todo su cuerpo y contemplar bien a la figura.

Se trataba de una muchacha de cabello rosado y rostro adorable. Era una persona atractiva, de eso no cabía duda y, dada la primera impresión, parecía la típica chica que resaltaba en cualquier lugar. Le recordaba a Hatsune Miku, a quien conoció en el parque de atracciones navideño, cuando comenzó su travesía por el Mundo Digital. Ambas se parecían, ¿sería también una idol? Si lo era, no la conocía. Sus ropajes, realmente bellos por cierto, contrastaban enormemente con su compañero, un BlackGatomon, una especie de Digimon con aspecto de gato de color negro. Durante un instante, los ojos helados de Vali clavaron su mirada en los de la muchacha, ante lo cual, el de cabello plateado sonrió divertido, dándose la vuelta y mientras continuaba hacia su destino.

Así que otro jugador se une a la partida... Bueno, mientras no interrumpa...- pensó Vali con su sonrisa aún intacta en su rostro. Mientras era Lucemon, aprovechando su capacidad para volar y su aspecto inocente, había logrado descubrir varias cosas a lo largo del Mundo Digital. En esa ciudad residía un humano con el Espíritu Digital de Devimon, un Digimon oscuro y que, según ciertos documentos y leyendas que había estado investigando, era capaz de fusionarse con un Digimon ángel para desatar una forma de Lucemon mucho más poderosa... Una historia que había sido corroborada por Albion, el Dynasmon espectral que residía dentro de él. Así que, su misión consistía en "pedirle prestado" el Espíritu Digital, pues lo necesitaba para sus planes. Dynasmon ya le había comentado que a  la fusión de dos o más espíritus se le llamaba Espíritu Digital Doble y que para ello se debería de unir a otro usuario de Espíritus Digitales... O bien podría robarle un Espíritu Digital, fuese del nivel que fuese, a otro portavoz. La otra opción es que el Tamer le concediese el espíritu voluntariamente... Pero sabía que eso no iba a pasar...[/color][/color]

OFF: Espero que no moleste que me una ^^

Vestimenta

ON: Me encontraba caminando por las amplias calles de la ciudad. Mi compañera, Luna, camininaba junto a mi lado. Sentía como si fuese una chica normal y corriente: una ciudad por la que pasear con tranquilidad, sin escolta y sin que todo el mundo me acosase por el simple hecho de ser una idol, ya fuese para pedir que le firmase un disco, la ropa... O incluso pedirme una cita. Sin embargo, me encontraba en el Mundo Digital. La principal diferencia que encontraba en esta ciudad con una ciudad del Mundo Humano era que había población tanto humana como Digimon y que cada uno se preocupaba de sus asuntos, sin entrometerse en la vida de los demás... Al menos en un principio.

Esta ciudad es agradable. ¿verdad Miku?- sonreí ante la pregunta de mi compañera, Lunamon, quien se acariciaba sus grandes orejotas mientras me miraba con ese dulce rostro que hacía que todas mis preocupaciones se evaporasen.

Está bien tener un poco de libertad de vez en cuando...- asentí mientras observé a una hermosa joven de cabello rosado arrastrar a otro de cabello verde. Incluso aquí la gente tenía pareja, al contrario que yo... Seguía ensimismada en mis pensamientos amorosos, especialmente porque no había tenido jamás experiencia en ese tipo de relaciones... Aunque cada vez que pensaba en ello, no podía evitar sonrojarme.

Perdida en mis pensamientos, tropecé con una persona, bastante más alta que yo. Al mirar hacia arriba, pude comprabar que se trataba de un chico de cabellos plateados. Era muy atractivo, tanto por sus rasgos faciales como por su aspecto corporal. No pude evitar fijarme en los zafiros que tenía por ojos y que penetraron totalmente en mi corazón. No podía evitar apartar la mirada del joven, mientras que Luna nos observaba a ambos, sin saber qué pasaba.

Cuando estaba caminando sentí como alguien me tomaba del brazo mientras otros digimons de aspecto no muy amigable pasaban por nuestro lado. La chica tenia los cabellos rosados que me recordaban a las flores de cerezo de Japón, su piel era blanca como la nieve y parecía ser muy suave y sus ojos eran azules, casi se podría decir que se podía ver el cielo en ellos. Cuando me di cuenta, era la chica que tanta gente miraba por sus vestimentas. Lo primero que pensé fue que quería salvarme de aquellos digimons poco amigables. Empezó a preguntarme cosas sobre mi llegada aquí o el porque estaba solo.

-E-esto ninguna duda... Llegué sin querer, ni si quiera se porqué, pero el tren me dejo en un bosque..."Mi primer golpe de suerte, creo..."-Dije un poco nervioso mientras pensaba en la suerte que tenia ahora mismo.

No estaba acostumbrado a que una chica cogiese de golpe y me tomase del brazo, ni que fuese para salvarme la vida. Cuando quise darme cuenta, nos habíamos puesto detrás de ellos y aquella chica me guiño el ojo como mandándome una indirecta, creo... Que no le hizo mucha gracia la forma en que le miro aquel diablo.

-¿Crees que es buena idea? Yo aun no soy capaz ni de digievolucionar con el dispositivo que llevo en el bolsillo y desde que he llegado no me pasan mas que problemas... "Alguna vez... ¿podrá pasarme algo bueno en este mundo...?"-

Seguíamos bastante de cerca a aquellos digimons y parecía que aun no se habían percatado de nuestra presencia.

El chico de cabellos plateado seguía caminando, pensando en su propio mundo y preguntándose dónde diablos podría estar el Digimon que poseía el Espíritu Digital de Devimon. Debía encontrarlo si quería volverse mucho más fuerte de lo que ya era... Aunque quizás no fuese suficiente. Con un Espíritu Digital Doble, según palabras del propio Albion, podía llegar temporalmente a niveles evolutivos más poderosos de los que ya había llegado. Aunque, claro, el tiempo que podía permanecer era limitado, además que no podía volver a usar dicha fusión en un tiempo. Pero le seguía pareciendo mejor que nada.

¿Alguna idea, Albion?- preguntó a la consciencia digital que residía dentro de él, mientras éste hacía un ruido, como si
estuviese pensando en las posibilidades que se le presentaban ante él.

El usuario del Espíritu no sabe que vamos tras él, por lo que dudo que esté escondiéndose de nosotros, así que puede estar en cualquier parte...- el dragón espectral suspiró, percatándose de un suceso que, probablemente, terminaría sucediendo- ¿Qué tal si prestas atención a tus narices?- el muchacho estuvo a punto de preguntar a qué se refería Albion, aunque antes chocó contra algo. Al mirar la vista hacia abajo, se encontró a una chica que conocía perfectamente, aunque cuando se conocieron, él aún era un Lucemon, por lo dudaba que le reconociese en su forma humana. La chica se encontraba sentada en el suelo, observándole, mientras que el chico de cabellos plateados sonrió traviesamente, al encontrarse con sus ojos tímidos color turquesa.

¿Necesita ayuda?- el chico agarró las manos de la chica con ternura y delicadeza, tratando de no lastimarla, ayudando a levantarse del suelo. Se trataba de Hatsune Miku, una popular idol del Mundo Humano que estaba siendo acompañada por un Digimon con aspecto de conejo a quien también conocía: Luna, de la especie de los Lunamon. Los gélidos y penetrantes ojos de Vali repasaron la figura de Miku. Vestía lo que parecía ser un jersey de color beige, una falda de colores oscuros, unas medias del mismo color que la falda y unos zapatos marrones. En cuanto a la falda, Vali se consideraba un fetichista de ese tipo de prenda, puesto que le encantaba que las mujeres vistiesen ese tipo de prendas. Sin embargo, vio una posibilidad para conseguir poder, más del que tenía: poder económico e influencias. Y esto se conseguiría si se volvía más cercano a la idol- Vaya, vaya. ¿Qué hace aquí Hatsune Miku sin protección? ¿La popular idol se ha vuelto rebelde y ha escapado de su hogar? ¿Y quién es esa Lunamon que la acompaña? ¿Acaso es usted una Tamer?- el atractivo muchacho sonrió con picardía, sin apartar su mirada de la inocente adolescente. Estaba claramente tratando de seducirla, aunque fuese poco a poco. Si algo sabía Vali, es que era tremendanmente atractivo- No te preocupes, no le diré nada a nadie. Tu secreto está a salvo conmigo- el muchacho seguía acariciando las manos de la chica. Era consciente de ello, quería poner nerviosa a la joven, impedir que pensase. Y veía que era una chica bastante tímida, quien parecía estar avergonzada ante la presencia de Vali. Sin embargo, hizo como que no se había dado cuenta de que sus manos intercambiaban sensaciones térmicas con las pequeñas extremidades de la cantante- Oh, perdón... No me he dado cuenta hasta ahora- con ligera suavidad y aún una mirada pícara en su rostro, Vali soltó las manos de la chica. Tenían un tacto agradable, suave y reconfortante... Parecía que se lo iba a pasar mejor con ella de lo que pensaba...

El chico de cabellos plateados me sonreía mientras me ayudaba a levantarme. Agarrando sus manos con timidez, pude reincorporarme tras chocar con su imponente cuerpo y caer. No parecía desagradable, la verdad...

Miku, ¿los humanos cambiais de color? Porque estás muy roja...- me preguntó con inocencia Luna, mi compañera Digimon, quien se encontraba a mi lado, mirándonos a los dos humanos.

¡Ca...! ¡Cállate!- de un momento a otro, fui presa de la vergüenza más absoluta. No solo mi cara, pude notar como mis manos y otras zonas de mi cabeza comenzaban a tornarse de un color rojo intenso, además de comenzar a segregar sudor poco a poco. ¿Quién era este chico? Me preguntaba a mi misma, mientras le oía hablar... ¿Cómo podía ser tan irresistible a simple vista?

Me comentó que sabía quién era, Hatsune Miku, la popular idol de Japón. Aunque, realmente, no solo me conocían en Japón, sino en el mundo entero... También me dijo que no le diría a nadie de mi secreto: yo era una Tamer y mi amiga, Luna, era mi compañera Digimon. No sabía su nombre pero... No parecía mala persona... Claro que en esos momentos, no podía pensar. Yo, que nunca había tocado a un chico... Estaba terriblemente avergonzada, al notar que las manos del misterioso y guapo desconocido sujetaban aún las mías. No podía ni siquiera mirarle a los ojos, por lo que mi vista se centró en mirar al suelo, ocultando mi rostro, hasta que el chico soltó mis manos. ¿Era tan terriblemente despistado que no se había dado cuenta de que sujetaba mis manos? No... Seguramente lo hacía para jugar conmigo... Retiré lo dicho, era malvado... Me quería matar de la vergüenza...

Entretanto, la chica de cabello rosado que tanto llamaba la atención se había acercado a nosotros. Acusaba al chico de estar molestándome y de querer cortejarme de una manera... Más bien vulgar. Por si fuese poco, las miradas que seguían a la pelirrosa se dirigieron ahora a esta escena... ¿Por qué? ¿Por qué me daba tanta vergüenza que me vieran con ese chico? Normalmente no soy nada vergonzosa... Quiero decir, mi profesión me ha preparado para ello. Sin embargo... ¿Qué efecto hacía ese desconocido en mi? No lo entendía... ¿Qué era este sofoco que sentía y que me impedía siquiera mirarle? Sin embargo...

Por favor... No tenga ideas equivocadas sobre este chico, estoy bien...[colot=turquoise]- me armé de valor, antes de dirigirme a la chica de cabello rosado- Me he tropezado con él y tan sólo me ha ayudado a levantarme... Bueno y err... Me ha ayudado con otros asuntos...- obviamente con otros asuntos me refería a ocultar mi verdadera identidad. No quería gritar que Hatsune Miku, la idol de Japón, estaba en la ciudad... Pronto, sería acosada por mis fans sin excepción, si es que había alguno aquí... Además del misterioso chico, que se encontraba a mi lado-[/color] Él no pretendía hacerme nada malo, ha sido muy gentil...- inconscientemente, en ese preciso momento, no me percaté de que se podría malinterpretar mis palabras...

Cuando quise darme cuenta de la situación, nos habíamos desviado de nuestro rumbo y nos habíamos acercado a una pareja, un chico de cabello plateado con la piel parecida a la gente del norte, y, enfrente de este, una chica joven aproximadamente de mi misma edad o un poco mas joven, cabellos celestes y, entre mi mente y yo, un buen cuerpo aunque... A mi parecer le faltaba un poco de "Busto", pero bueno, era aceptable. La chica que me tomó del brazo parecía estar disgustada por la situación en la que se encontraban ambos. No pude evitar suspirar y poner mi mano libre en mi cabeza por lo irónico que era todo esto... Nuevamente la chica que me había soltado el brazo previamente, volvió a cogerme de este y me guiño el ojo tras decirme que pronto estaría por mi.

-"Problemas... Y mas problemas y esta vez sobre relaciones... ¿Este mundo puede ser peor? Necesito un respiro...-Pensé exhausto tras todo lo sucedido-De acuerdo...-Contesté desganado a la bella dama que estaba cogida de mi brazo.

Desvié la mirada hacia el acompañante de esta que fue directo tras los maleantes que nos miraron mal hacia ya un rato. Volví a dirigir mi mirada sobre la chica rosada con un poco de intriga.

-"Quien... ¿Quien se supone que es ella...? Como... ¿Como es posible que unos Digimon como aquellos la teman y que otros la obedezcan...? Creo que me estoy metiendo donde no me llaman...-Pensé

No pude evitar mirar al cielo y pensar en todo lo que estaba dejando atrás en mi mundo, mis estudios, mis amistades, conocidos... Mi vida entera por lo general, y lo único que había encontrado en este mundo era... Desesperación. Creo que era la palabra adecuada a todo lo que había ocurrido. El deseo por volver a casa sería efímero, ya que esto solo había echo nada mas que empezar. Aun así... No pude evitar el derramar una lagrima por todo el cumuló de estrés. Rápidamente, me limpie la lagrima con mi mano libre, y seguí mirando al cielo a esperar que se solucionase este asunto.

Mientras proseguía con su tarea de poner nerviosa a la popular idol del Mundo Humano, alguien más apareció detrás del chico. Se trataba de un grupo compuesto por la atractiva mujer de cabellos rosado y... Él. El chico que había conocido en el bosque, el de cabello verdoso. Parecía que no se lo iba a quitar nunca de encima, aunque, por lo menos, no conocía esa forma de Vali, su forma Humana, su forma original. Sin embargo, el problema estaba en la otra chica, la que destacaba entre la multitud. Con un movimiento de cabeza, el gato azabache que le acompañaba desapareció. A pesar de ello, allí estaba ella, amenazándole de que "aprendiese" a cortejar a una dama y que se comportase de menos como un "brujo" al menos en la presencia de un policía. El chico se llevó sus manos a los bolsillos que disponía en sus pantalones e inclinó ligeramente la barbilla hacia arriba. No perdía su sonrisa, pero se encontraba molesto por el reproche de la chica de cabello color chicle... Eso, sumado a que era una persona muy orgullosa, le tocó las narices, por decirlo de una forma vulgar.

Vaya, gracias por el consejo. Pero, ¿acaso un miembro de la policía me está acusando sin tener pruebas?- su sonrisa se fue perdiendo poco a poco, haciendo una mueca, como si se le acabase de ocurrir una nueva idea- ¿O acaso la policía le gusta acosar a los ciudadanos de a pie que no han hecho nada malo?- todavía, claro está... Aunque pensaba cometer algo que no era demasiado legal... Siempre que no le retrasasen más.

Vali, cálmate. Esa chica es mucho más fuerte que tú... Y la estás molestando. Déjala en paz y accede a lo que dice- advirtió Albion mientras resonaba en la cabeza del chico de cabello plateado.

Está bien- el chico fue a deshacer lo hecho, pero, antes de que ninguna palabra pudiese salir de sus labios, Hatsune Miku intervino, exculpando al chico del Espíritu Digital de todo lo que se le acusaba... Aunque usando un peculiar lenguaje. Había dicho que él la había tratado de una forma gentil, lo cuál podía dar lugar a malentendidos- Deberías revisar tu vocabulario, no vaya a ser que me detengan por acostarme contigo- de un modo burlesco ante el reproche anterior de la chica de cabello rosáceo, se volvió hacia la policía y le explicó lo que pasaba, aunque manteniendo su postura de mantener sus manos en los bolsillos y el mentón apuntando hacia arriba- Tan sólo me he chocado con ella y he ayudado a levantarla. Además, es alguien bastante famosa en el Mundo Humano y soy fan de sus canciones. He prometido no desvelar su secreto: es una idol y tiene una compañera Digimon... ¿Crees que he hecho mal? ¿Crees que me he portado mal con ella? Pues detenme si lo consideras necesario- sabía que no tenía nada contra él y no podía detenerle y por eso mismo colocó sus manos hacia delante, haciendo un gesto para que le detuviesen y le pusieran unas esposas, juntando sus muñecas- No soy una mala persona, deberíais detener a otros tipos. Y ahora, tengo asuntos que atender... Nos vemos- antes de que la oficial cambiase de parecer, el chico se dio la vuelta y, despidiéndose con la mano, se marchó del lugar con paso firme. Debía encontrar al usuario del Espíritu de Devimon antes de que fuese demasiado tarde...