Los dulces de Piyomon [Misión]

Tomar la decisión de explorar al digimundo por cuenta propia había sido bastante arriesgada, pero como decía aquel dicho “el que no arriesgaba no ganaba”, además no podía estar dependiendo todo el tiempo de los demás, no se haría fuerte si no empezaba a hacer las cosas por su cuenta y además debía de acostumbrarse a ese nuevo cuerpo, no le quedaba otra más que adaptarse hasta encontrar una forma de volverse humano, además la forma de Gaomon no era tan mal, era más fuerte y rápido aunque aún no había sabido usar del todo los poderes que poseía- Iré de a poco- se dijo así mismo, mientras seguía caminando por aquella zona tan verde. El digimundo lo estaba sorprendiendo cada vez más, tenía variedad de paisajes y climas sentía que había demasiado por ver e incluso descubrir, además no todos los digimons parecían ser hostiles habían muchos que eran amigables.


Mientras caminaba por allí pudo escuchar unas voces a lo lejos, era algo así como una especie de noticia que se estaban repartiendo entre los digimons. El Gaomon solo logro escuchar que a un Piyomon le habían robado y ahora no tendría como alimentar a los pequeños digimons recién nacidos, obviamente eso despertó cierto sentimiento en él, quería ayudar a ese digimon que daba su esfuerzo por cuidar de los demás, apresuro su paso solo para intentar encontrarse con aquellos que habían hablado de la noticia a lo lejos, pero en su lugar había un papel en “idioma extraño” el cual supo leer, algo de lo cual se sorprendió ya que no tenía idea que supiese leer un idioma que jamás había visto en su vida, pero no se dio demasiado tiempo como para pensar en eso, después se pondría a meditar de cómo era posible pero ahora debía ayudar a esa criatura, esta vez quería sentirse útil para alguien y además ayudarle a recuperar lo que le habían robado- ¡Bien!, entonces por Piyomon- apunto uno de sus brazos hacia el cielo y luego se quedó duro ya que no sabía en donde quedaba el lugar en donde se encontraba aquel ser, ni mucho menos sabia como era. Tuvo que pedir indicaciones a algunos digimons que encontró por el camino, hasta que finalmente pareció dar con el lugar.


-Este parece ser… ahora ¿quién es Piyomon?- pregunto en voz baja y para sí mismo mientras miraba hacia los lados. Suspiro e intento pensar en algo como para acertar con su búsqueda, hasta que se le ocurrió una idea maravillosa aunque seguramente llamaría la atención de más de uno- ¡PIYOMON! ¡El Piyomon de los dulces!, ¡vengo a ayudarte!- grito a todo pulmón el Gaomon y sin vergüenza alguna. Más bien parecía estar bastante animado, aunque seguramente medio mundo se enteraría de que el seria quien ayudaría a la digimon que cuidaba a los pequeños bebes digimon.

Los digimon de la zona huyeron asustados con tus gritos excepto un grupo de kunemon que enfadados te lanzaron una telaraña electrificada.

-Deja de armar jaleo, perro!! No me dejas terminar mi nido!-dijo uno de ellos antes de atacarte.
-¡Electric thread!-te atacaron los dos a la vez con una red eléctrica por duplicado que electrificaba tus miembros.

En el centro del bosquecillo Piyomon intentaba colocar un poco su chiringuito donde hacía los dulces pues, según ella había que tratar rápido la materia prima pues si sólo se llevaba los hongos a Ciudad Inicio perdían sus propiedades y no quedaban tan ricos. Allí estaban muchos utensilios rotos y algunas huellas de pisadas pero la digimon pájaro intentaba aprovechar todo lo que pudiera del estropicio pero se la veía muy apurada.

off: Como pista intenta deshacerte de los kunemon como puedas yo decidiré si tu táctica tiene éxito o no, es decir no puedes decidir si los matas o no.

Para su desgracia el Gaomon espanto a los pocos digimons que estaban allí y lo atacaron un par de criaturas que parecían gusanitos, estos parecían muy molestos por los gritos del digimon con forma de perro y terminaron por atacarle, obviamente el no pudo esquivar el ataque porque no se esperaba aquello, además aún era un poco torpe para manejar el cuerpo de “Gaomon”, no había terminado de acostumbrarse al mismo y resultaba ser difícil moverse a su placer en ocasiones, aunque últimamente había aprendido a correr, pero escapar no siempre era el objetivo, además el tenia demasiado orgullo como para huir en una pelea a pesar de que podía estar en completa desventaja- Ugh… ¡eso dolió! - expreso molesto sintiendo algunas partes de su cuerpo adormiladas por ese ataque, debía recuperarse para que esos "gusanitos" no hicieran de nuevo algo como eso, no quería caer inconsciente allí. Había alguien que necesitaba ayuda y el iría a prestarle ayuda a ese ser.- ¡no tengo tiempo para jugar con ustedes!, ¡debo ayudar a Piyomon!- frunció el ceño y enseño sus colmillos, ahora necesitaba saber que debía hacer y solo una pequeña voz en su cabeza le dio una pequeña indicación “salta en el aire y gira mientras estiras tu puño, el giro destructor te ayudara a despertar tu cuerpo y a defenderte”, por un momento sintió aquella voz era la misma que tenía como Gaomon ¿ qué habría sido aquello?, pues no lo sabía pero era lo único que le quedaba por hacer en ese instante, no tenía más remedio, debía apresurarse e ir donde aquel que pedía ayuda.


Finalmente hizo aquello que se dictó en su cabeza, salto con todas sus fuerzas en el aire y giro en el mismo como si no costase nada prácticamente mientras extendía su puño; sabia en qué posición ponerlo debido a su experiencia como humano y en el momento en el que hizo eso clavo su vista en uno de sus contrincantes. Sus orbes plateadas brillaron con intensidad al mismo tiempo que sentía un gran poder recorrer su cuerpo, sentía que era capaz de cualquier cosa en ese momento era como si hubiese desencadenado al pequeño pero grande. Para cualquier ser humano aquello era bastante poder- ¡GIRO DESTRUCTOR!-grito a todo pulmón poniendo fuerzas al aplicar el mismo.

Una Piyomon con cara de afligida sobrevolaba la zona. La Piyomon se posó en una rama de un árbol cercano. "Jo... no me mandan a nadie de la central.... a estas alturas ya no me dará tiempo a hacer dulces para los niños...."- pensaba la digimon realizando un hondo suspiro. Después notó un alboroto cerca, parecía una batalla. Piyomon voló hacia el lugar alertada por la curiosidad.

Un kunemon esquivó tu ataque pero al otro lo hiciste volar por los aires con tan mala suerte que fue a parar al estómago de Piyomon que se acercaba al lugar haciendola caer al suelo  cerca de ti un poco KO por el golpe inesperado.
Podrías ir a ver qué es lo que ha caído del cielo, pero el otro kunemon no te lo va a poner fácil... jiejie

-PALSY THREAD!- te lanza una bola de electricidad capaz de ponerte el pelo a lo afro o dejarte algo chamuscado. Puedes intentar derrotar al kunemon peleón o procurar darle esquinazo e ir a ver a la Piyomon caída. Tú decides! XD

-¡Chuza!- festejo el Gaomon al ver que una de esas criaturas había sido derrotada, pero al parecer tuvo tanta puntería que fue directamente hacia otro digimon, el digimon “perro” había logrado ver que alguien se acercaba a la zona de peligro pero antes de poder decir “cuidado”, este ya había recibido el golpe fatal del otro inconsciente digimon. Gaomon se sintió un poco culpable por haber causado eso y al ver caer a la Piyomon obviamente tuvo curiosidad por ver como estaba, pero obviamente no pudo ir hasta allí porque aún había un contrincante al cual debía derrotar y el, obviamente no dejaba a nadie sin su dosis de pelea diaria- Lo siento, pero debo terminar esta pelea- se disculpó con aquel pájaro rosado que había caído del cielo y obviamente parecía hallarse inconsciente(?), de momento no podría darle ayuda alguna, no hasta darle un fin a lo que había comenzado el mismo. Frunció el ceño y fijo su vista en su oponente mientras comenzaba a mover rápidamente sus pies y movía sus puños, como si fuese un boxeador, solo de esa forma estaría preparado para recibir cualquier tipo de golpe, ¡aunque obviamente no ese que le estaba por lanzar el kunemon!, obviamente por nada del mundo dejaría que aquella cosa le tocara, seguramente moriría y no estaba dispuesto a recibir semejante ataque- UAH! – grito saltando hacia los lados intentando esquivar aquel peligroso ataque.

-Hey! Hey ¡espera! ¡eso es peligroso!- confeso mientras hacía intentos de esquivar aquella cosa que estaba a punto de rozar contra él. En sus instintos había algo que le decía que aquello no era para nada seguro- Hey, ¡cálmate! ¡Eso no vale! ¡yo no sé usar esos ataques! ¿por qué tu si puedes y yo no? – se quejó el gaomon intentando hacer lo mismo que ese digimon, pero obviamente no le saldría por más que lo intentase.-


“hey novato, te mueves muy rápido, ¿por qué no intentas un “Gao Tornado”?. Es sencillo, golpea rápidamente a ese chico, busca una abertura, tienes ojos de boxeador eres bueno para las peleas, tal vez tengas suerte y no seas chamuscado por culpa de su ataque”, nuevamente aquella voz hizo acto de presencia, era la voz de gaomon pero no la suya sino como si fuese otro, no tenía idea de dónde venía pero en un caso así solo le quedaba confiar en ello e intentar defenderse y atacar con ese ataque que recién le habían enseñado o más bien “explicado”, solo esperaba que fuese a funcionar. De esa forma intento buscar una abertura y a su vez no ser atacado por esa peligrosa técnica que mostraba su contrincante- ¡GAO TORNADO!-

Piyomon se despertó poco a poco al oír los ruidos del combate.

-¿Qué demonios...?-La digimon pájaro se incorporó pesadamente sintiendo el estómago revuelto y dolorido. Miró a su alrededor y vio al Gaomon pulir a golpes al otro Kunemon  consiguiendo mandarle lejos con su gao tornado.

-¿Tú eres el cretino que me lanzó ese kunemon como si fuera un perdigón? ¡Ahora verás!-Si fuera poco tu combate con kunemon, Piyomon se había ofendido por su recibimiento y se lanzó sobre ti con una horda de picotazos rápidos y dolorosos.

Deberás intentar calmar a Piyomon y disculparte, además de hacerle entrar en razón que tu eres el que la ayudará a sacar los dulces adelante o la ayuda que pidió para su misión, diselo como tu quieras. Eso sí procura no dañarla.

Aquel golpe que había hecho había sido completamente efectivo, pero hacer aquellos ataques de golpe causó un efecto extraño en su cuerpo. Sentía como si le pesasen los brazos después de realizar aquellas técnicas, aunque no solo eran los brazos sino que su cuerpo entero en sí, nunca pensó que cosas así lo cansasen a tal punto, pero lo habían hecho y para su desgracia, cuando creía que esas peleas habían acabado reiteradamente fue atacado a base de picotazos y el Gaomon solo atino a cubrirse la cabeza para que esos golpes no le hiciesen tanto daño — UGH!, ¡espera! — intento detener a esa ave de color rosa, porque sentía que estaba siendo culpado por algo que ni siquiera había hecho mal ¡ellos habían comenzado con la pelea y el solo se había estado defendiendo!

— ¡ELLOS COMENZARON LA PELEA! ¡Yo solo estaba buscando a Piyomon para ayudarle! Y ellos saltaron de repente con que yo los estaba molestando ¡por favor déjame ir ¡ no tengo tiempo de jugar! – hablo de manera apresurada intentando huir de los furtivos y poderosos picotazos, los cuales debía admitir que dolían bastante. Ese pájaro tenía bastante fuerza y era en cierto modo admirable. Podía decirse que era un poco más fuerte que aquellos sujetos con los que había peleado antes o eso creía el digimon con forma de perro.

— Por favor déjame ir— insistió el digimon. Sentía que aquel ser lo necesitaba de verdad y no podía perder el tiempo peleando, por más que le encantase dicha actividad.

Piyomon se detuvo un instante ante tus palabras cuando dijiste que la buscabas para ayudarla.

-Que me buscabas a mí para ayudarme.... ¿Y por qué narices me atacas entonces???!!!-gritó Piyomon acabando sus palabras con un chillido tan agudo que casi te destroza los oídos.-Tsk...Grandísimo idiota... pensaba que eras el ladrón que había intentado acabar con mi vida después de desvalijarme el chiringuito!! -el digimon pájaro se detuvo mirandote unos instantes para luego añadir:

-Entonces tú eres el q mandan de la zona D para ayudarme... Qué cruz por Yggdrasil..! En fin, te salvas por que realmente necesito ayuda y espero que seas más útil de lo aparentas si no te moleré a picotazos!!-Piyomon se agachó sobre sus patas para sentarse y además para poder calmarse un poco también. A continuación se dedicó a explicar tu cometido.

-A ver, perro... como ya sabrás me han robado y han destrozado mis útiles con los que hacía los ricos dulces para los digimon bebés de la Ciudad Inicio, haciéndome perder toda la reserva de dulces que tenía para hoy. Por lo que necesitamos reponer cuanto antes esa reserva porque sino los bebés llorarán de hambre y eso es algo que no puedo tolerar. ¿Entiendes?-explicó Piyomon--Quizá tu olfato, si es que de verdad eres un perro, podría servirnos para encontrar al ladrón mientras ya de paso cogemos los ingredientes de los dulces.... PIOOOCC!!-pió la digimon de repente.

De pronto apareció un Koemon con una mochila 3 veces más grande que él pero parecía deshinchada

-Muuuy buenas, colegas!-dijo el mono muy animado

-Este es mi amigo Koemon, él nos ayudará a cargar los dulces ya hechos y además trae utensilios como boles, cucharas, batidoras y demás accesorios que conseguimos comprar apresuradamente antes de llegar aquí. Además conoce este bosque como la palma de su mano y nos sabrá guiar hasta los ingredientes más sabrosos.-comentó Piyomon.

Sin embargo para contra, Koemon sacó su petaca y se puso a beber haciendo q sus ojos bizquearan un poco y su rostro se sonrojara.

-Lo malo de Koemon esq a pesar de que es un hacha buscando frutos comestibles, tiene un pequeñín problema con la bebida y a veces su opinión no es muy fiable en cuanto a alimentación por eso te necesito, asi que vamos a adelante! Busquemos frutos, setas y demás comestibles para alimentar a mis pequeños! y acabemos con ese ladrón cuando le veamos, muahahahhah!!-dijo Piyomon con una voz un poco siniestra al final.

A ver para que te situes estás en el bosque con Piyomon encabezando la marcha seguida de los trompicones de Koemon con su mochila deshinchada cual globo viejo(luego se llenará). Piyomon te tiende una lista con una serie de ingredientes que debéis encontrar ya que son necesarios para los dulces:


No muy lejos de allí hay un bosque de setas y por esa misma zona, antes de llegar al bosque de setas, hay unas huellas y un rastro de árboles dañados que se dirigen lejos del campo, podría ser alguna pista del ladrón. Tu decides el siguiente paso o ir al bosque de setas o seguir el rastro del ladrón.

Off: intenta que tus posts sean más largos de unos 20 renglones o más porque si los haces muy cortos te puedo quitar puntos al final.

Gaomon quedo en silencio ante los gritos histéricos del Piyomon, la verdad era que lucía verdaderamente furiosa, aunque él no había peleado apropósito los otros habían buscado pelea con él y por su parte él se defendía, no era tan tonto como para permitir que otro ser lo golpeara solo porque sí, todo lo hizo en defensa propia pero explicarle al  digimon pájaro algo como eso parecía extremadamente difícil, especialmente por el estado actual en el que se encontraba, se le notaba bastante desbordada por ese asunto que tenía que tratar y bueno el sabia como era tratar con niños, a veces resultaba difícil controlar su llanto pero una vez que  aprendías a entretenerlos, algo como el constante lloriqueo era con lo que menos tenías que lidiar, aunque bueno a él le pasaba eso por su experiencia con su trabajo había llegado a tener cierto apego hacia los niños por uno de los trabajos que hacía. —T-rabajo…. ¡OH DIOS EL TRABAJO! —el Gaomon se agarró repentinamente la cabeza, sintió que iba a explotar ¿Cómo había podido olvidarse de sus trabajos?, eran 3 en total, también estaban los estudios, cuanto más lo pensaba peor se ponía la cosa, pero ahora tenía que prestarle atención al digimon rosado y a su nuevo compañero que había aparecido, pudo notar un aroma que reconocía muy bien por parte del digimon mono y  si era  SAKE, podía percibirse muy bien el mismo, lo sentía más fuerte de lo normal lo cual le daba un poco de nauseas —Creo que alguien anduvo bebiendo— susurro en un cantito un poco bajo y en efecto era de esa forma, ya que Piyomon reconoció que su amigo tenía un pequeño problema con las bebidas, lo cual no los ayudaría demasiado, seguro ese tipo complicaría más el viaje. Los borrachos nunca eran los mejores aliados del mundo, de hecho tener un ebrio en el equipo siempre complicaba las cosas, pero como decía el dicho “a caballo regalado no se le miran los dientes”, además tendría que confiar en por qué sería quien llevaría las cosas, así que también habría que ir mucho ojo . Pero lo más complicado no era eso, sino otra cosa que le presentaría el digimon rosa en ese instante.



Gaomon quedo un poco desorientado con aquella lista que se puso a leer, supuestamente debía confiar en su olfato pero ¿cómo sabía que era cada cosa?, ¿qué cosa eran las cañas de Panbachimon? ¿Quién era ese?, ¿y eso de Guardromon?, había ingredientes que reconocía pero el resto ¿Cómo era? ¿Cómo los reconocería?, se  quedó sin palabras y obviamente no tuvo tiempo de decirle al Piyomon sobre su problema con aquellas cosas, aunque por el camino tuvo que decírselo en algún momento, seguramente la haría gritar más después de su aclaración. Antes de poder decir algo noto que habían llegado al lugar en donde juntarían su primer ingrediente el cual había al por mayor, aquel lugar lleno de hongos  color rosa  los cuales eran verdaderamente raros para el digimon perro, nunca en su vida había visto hongos de ese color y le parecía en cierto modo divertido — Entonces hay que juntar 10 hongos de estos — el Gaomon no perdió tiempo y se puso a recolectar el preciado ingrediente intentando ser lo más cuidadoso posible; mientras hacia el trabajo de recolector de hongos, noto algo muy importante lo cual tuvo que ir a investigar de manera instantánea, “huellas” muy bien marcadas y que dejaban un desastre por el camino, ¡podía tratarse del ladrón!. Como a su vez podía no tratarse del mismo, sus ganas de investigar aquello fueron muy grandes pero tomar esa dirección sería arriesgado porque, antes estaban esos pequeños bebes digimon a los cuales había que cuidar, debían encargarse primero de lo más importante, después vendría la llamada justicia todo debía ser a su tiempo. Así que a regañadientes dejo el lugar y le llevo los hongos  rosas al Piyomon — Eh…esto, no quiero alarmarte pero. No sé si mi olfato vaya a servir de mucho con un par de cosas — el Gaomon desvió la mirada con cierta inseguridad y miro hacia los lados buscando una especie de escapatoria, seguramente querría matarle después de su confesión — La verdad es que….no sé qué es caña de panchibimon y  lo de guardariomon — ambos nombres los pronunció mal o más bien los dijo demasiado mal, se notaba que no sabía ni “PI” de aquellas cosas ¿y cómo podía?, él era un simple humano en el cuerpo de un digimon, eso le  estaba ocasionando demasiados problemas — Aun así, déjame ayudarte. No podría soportar que unos niños se queden sin sus dulces por culpa de un ladrón — su espíritu justiciero en ese momento salió a la luz, no dejaría que ese tipo se saliese con la suya, aunque si llegaba a comerse 3 tabletas de chocolate en un santiamén, la justicia llegaría sola al estómago de ese ladronzuelo.

—Sigamos adelante— dijo animado, no decaería solo por no saber sobre las cosas del digimundo, quería aprender sobre ese lugar no tenía tiempo para preocuparse sobre las cosas que tenía que hacer como humano.

Koemon empezó a canturrear hasta quedarse frito tendido a los pies de un árbol cercano.

-En fin, este Koemon es un caso, ignoralo si duerme no armará escándalo.-comentó Piyomon cuando llegásteis al campo de hongos.

Piyomon te escuchó atentamente mientras le hacías las preguntas pertinentes, pues era obvio que tuvieras alguna duda.

-Si, estos son los hongos que has de recoger pero parecen muy desperdigados-Piyomon se fijó en que había grupitos de unos 3 o 4 dispersos por toda la llanura.

Justo en el lugar donde estabais podías ver 2 grupos bastante alejados entre si de 3 setas. sin embargo algo más alejado de donde estabais había montones que crecían alrededor de una seta enorme.

-Estas setas le dan el toque de color y sabor pertinentes a mis pasteles, si coges de las que crecen alrededor de aquella seta madre, estaran más maduras y serán más óptimas para mi receta.-dijo Piyomon señalandote el montoncito de setas que crecía con el setón como haciendo un corro de brujas.

Piyomon te miró y te encontró algo inseguro en tu misión. Pues le confesaste que no conocías lo que era la caña de panabachimon ni el almacen de guardromon.

-Oh, te refieres al azucar y al aceite? Esos ingredientes no son fáciles de encontrar y están muy cotizados por eso tienen sus guardianes. Emmm... por cierto te aconsejo que andes con cautela al coger las setas no queremos despertar a su guardián...-dejó caer Piyomon.

Piyomon intúia que las pisadas y los destrozos llevarían al ladron por lo que se mostraba inquieta, pues deseaba que terminaras pronto de recoger los ingredientes para ir por ese sendero y darle una buena lección a ese rufián que dejó sin alimentos a los pobres bebés.

Obviamente el digimon “perro” escucho atento las indicaciones de la Piyomon, esta  se noto comprensiva ante la falta de conocimientos que tenia, lo cual le sorprendió, después de todo  la pobre lucia bastante nerviosa y alterada por todo lo que le había pasado, debía ser difícil estar en su situación y obviamente el haría lo que fuese por ayudarle, de hecho le motivaba bastante la causa así que el Gaomon se vio apasionado a la hora de hacer las tareas, incluso tomo en cuenta aquello de que era cada ingrediente, ahora que  sabia de que se trataba se sentía mucho mas tranquilo porque en el mundo humano esas cosas existían y al parecer el olor no difería demasiado,  una cuestión bastante curiosa por cierto — Ya veo… en mi mundo no le decimos así, pero los olores no cambian demasiado— comento entusiasmado observando los hongos que había recogido antes, pues estos  no parecían servir para la  receta del Piyomon, los que ella indicaba se encontraban cerca de un  hongo gigante, se veían mucho mas apetecibles y brillantes aquellos hongos de verdad, el cocinaba así que sabia lo que era tener esa manía de usar  aquellos ingredientes que le dieran un mejor sabor a su comida era como su firma — Piyomon, también quiero ayudarte a hacer galletas. Este tipo de búsquedas me recuerdan cuando iba con mi mamá  al supermercado, así que es en cierto modo divertido — confeso un poco alegre, aquella emoción se intensifico cuando su rabo se movió de un lado a otro, pero no se detuvo demasiado a parlar con la digimon rosada,  quería terminar aquello rápido para que ese asunto se zanjara de una  vez por todas ¡debía hacerse justicia!, pero antes estaban aquellos pequeños bebes , era lo  mas importante, luego se encargaría de darle una paliza a ese  tipo que se había metido con aquellos agradables digimon, no simpatizaba con criminales y mucho menos con ese tipo de injusticias, para desgracia del digimon que había hecho aquello ahora el Gaomon se encontraba decidido en darle  caza y bueno, aquella naturaleza tanto humana como  de digimon era latente en aquel  joven híbrido, incluso como mero humano seria capaz de buscarlo.

Apartando el tema de buscar a ese pillo que había robado los ingredientes, fue directamente a donde le indicaron , aunque olvido ese pequeño detalle de “el guardián de los hongos” y solo se puso a recolectar aquellos hongos sin mas,  intentando no  ser muy  bruto a la hora de sacarlos de la tierra, no quería romperlos pero resultaba un poco difícil hacer algo así, no controlaba bien su fuerza como digimon aún no, pero podía decirse que aquello  le servia como una especie de entrenamiento. El era capaz de encontrar todo el lado positivo delas cosas, todo pasaba por algo y si bien la  situación no era de las mejores estaba haciendo su tarea con ganas, sobre todo con cuidado, no veía aquello  como  una carga,  de hecho era un gusto para el ayudar a otros que necesitasen  al menos un poquito de el. ¿A quién no le agradaba sentirse útil?, todos debían sentirse alguna vez de esa forma. — Ah, este se ve bien— una de sus patas se acerco hasta uno de los hongos que estaba en el  fondo se veía muy brillante  y perfecto para las galletas que iban a hacerse, ademas olía muy bien, era obvio que el Gaomon olvidaba el importante detalle del guardián de los hongos, después de todo tenia una personalidad bastante despistada y despreocupada, a veces bajaba la guardia, era habitual para el que pasasen cosas que no se esperaba o tal vez podía no suceder nada, pero tratándose de el las cosas podían terminar en un desastre.

—¡Ah! Piyomon,... este hongo no sale. ¡Seria perfecto para tu receta!— obviamente no quería  romperlo e intentaba ser cuidadoso con es el hongo pero este parecía resistirse a salir de la tierra.
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-Oh, te gusta la repostería? Creo que serás un pinche estupendo. Haremos galletas si nos sobran ingredientes, lo principal son los bollitos-comentó Piyomon al ver tu actitud a la hora de hacer la tarea. Los bollitos a los que se refiere la digimon ave podrían parecerse a nuestros cupcakes.

Koemon seguía con su siesta haciendo globitos con sus mocos y rascandose la panza hasta que Piyomon le despertó con suaves toquecitos con su pata.

-Koemon, por qué no dejas de dormir la mona y vas detrás de Gaomon metiendo en tu mochilón los ingredientes?-le riñó Piyo.

-mmmeeehh... aguafiestas con el sueño tan rico que tenía...-de mala gana y entre hipidos el digimon mono empezó a perseguirte para que le dieras los hongos que ibas recolectando.

El hongo que cogiste que hacía ya el último era muy bonito y brillante por eso estaba en el centro justo del setón gigante. Sin embargo al arrancarlo quedó una fea marca seguida de un alarido de dolor. La seta gigante emergió de la tierra y resultó ser un Mushroomon.

-Wagh! Cómo te atreves a robar mis setitas tan descaradamente! Ahora verás!!-gruñó el digimon seta.

-El guardián!-Piyomon y Koemon se escondieron detrás de un árbol aterrados dejándote a ti todo el marrón y como indicando que ellos no tenían nada que ver.

-DESTRUCTIVE MUSHROOM BOMB!!-te empieza a lanzar granadas con forma de champiñones que estallan a tus pies.

Yo que tu intentaría apaciguar a Mushroomon e intentar que te dejase algunos de sus setas para los peques.