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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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Mensaje por Freddy Jue Jun 23, 2016 1:43 am

Primera niebla [Freddy]: “La sangre de mis manos no es otra que la mia

No recuerdo exactamente cuando comenzaron a usar agujas… solo recuerdo que luego de cada inyección, me picaba mucho el brazo y no se molestaban en recompensarme por ser un niño bueno quedándome quieto para que me inyectaran… aunque tampoco es como si las recompensas fueran la gran cosa… después de todo, ellos no daban caramelos como doctores normales… ellos solo deban vales para una mejor almohada o una manta nueva. Aquel lugar no era otra cosa más que una cárcel… pero todos decían que eran una “institución de rehabilitación metal”… no sé, los barrotes me suenan mucho más a una cárcel que una institución mental, o como le dice mi compañera de celda: manicomio. Bueno, sea como sea… es lo mismo de todos los días… vienen los señores guardias de seguridad… me rocían esos calmantes y me llevan a rastras a la “sala de rehabilitación”, o como también le dice mi compañera de celda: “sala de experimentación”. El experimento de hoy fue fácil… demasiado fácil… solo me inyectaron un nuevo calmante y después me sometieron a diferentes estímulos… piedras calientes en la espalda… golpes en el estomago… incluso a corrientes eléctricas de alto nivel… y solo dolió un poquito… claro que cuando el efecto del calmante paso, todo vino tan bruscamente que… egh… vomite en mi celda. El jefe de la prisión me regaño… me golpeo con un cinturón por haber vomitado el medicamento y para compensarlo, me hiso tomar el doble de pastillas e inyecciones esa noche… uff… todo estaba confuso… algunos guardias incluso me dijeron “borracho” o “drogadicto”; no comprendo porque… si estaba bajo los efectos de esas medicinas que me dan… pero bueno… supongo que en cierto modo yo me lo busque al vomitar. Una vez volví a mi celda, aun con la charca de vomito, camine como pude hasta mi rincón feliz… ese rincón donde podía colgar mis dibujos de la clase de manualidades y admirar lo que mi mente en proceso de sanación hacia… aunque siempre me regañaban por ellos… pero no sé porque… ¿no se supone que dibujar cosas como arboles, montañas y un sol es normal…? Quizás eran cosas malas y mi mente no estaba tan sana como pensaba cuando dibujaba. Suspire levemente y mire los dibujos mientras mi respiración poco a poco regresaba a la normalidad… me gustaba que mi compañera no los moviera de su lugar… jeje… ella es realmente buena… siempre me escucha y me consuela cuando me duele el cuerpo luego de las pruebas y trabajos de carga y descarga. Ella no me abrazaba, decía que eso era inmoral y por ende, incorrecto… y yo le creía, después de todo, los doctores también me decían que no podía abrazar a nadie porque… estaba mal… estaba muy mal que rodeara el pecho de alguien y apretara con toda mi fuerza hasta escuchar sus huesos crujir… jeje… eso me recuerda otras cosas que están mal y que aun no puedo evitar… “está mal que vayas por ahí dando regalos”… “está mal que digas lo que pienses”… “está mal que hagas esos tontos dibujos del exterior”… vaya… ahora que lo pienso, todo está mal… todo lo que hago o digo está mal… quizás… ¿pensar también estará mal? ¿Quizás debería dejar de pensar y esperar a que mi mente sane…? Es posible… no lo sé… se lo preguntaría a mi compañera pero… ella no habla mucho… de hecho, nunca la escuche hablar… supongo que porque no es necesario o porque no tiene voz alguna.

Fuera como fuera… ya estaba llegando la hora de intentar dormir… últimamente con tantas inyecciones me cuesta conciliar el sueño… me pregunto porque será… bueno, no importa… porque de un modo u otro seguirán dándomelas asique es más fácil aceptarlas. Me recosté en el suelo bajo la ventana de mi cela, observando mi rincón feliz mientras poco a poco todo comenzaba a ser borroso… quizás sería por el frio de mis pies… ojala me dieran una manta… a veces hace mucho frio y no tener ningún calzado es algo frio.

Buenas noches… -le dije a mi compañera, sin escuchar una respuesta, por supuesto… pero sé que ella también me deseaba las buenas noches- ha…
¿Ya te vas a dormir…? Venga, un ratito mas… estoy seguro que aun no tienes sueño, ¿a que si?, ¿eh? ¿Eh? –Esa voz era rara… no era de ningún guardia y sonaba como un fantasma… ¿serian los efectos del calmante de las 11?- vamos Freddy… despierta… psh… psh… Fred… psh… Freddy… … -La voz callo un segundo… quizás se habría ido a buscar a otra persona- ¡LLAMANDO A FREDDY! ¡¡TIERRA A HUMANO!! ¡¡¡HOLA!!! ¡¡¡¡¿¿¿¿SE ME ESCUCHA BIEN????!!!!
¿Qué pasa…? –La verdad es que cuando me voltee esperaba ver uno de esos fantasmas raros con cadenas, piel descompuesta y muchas heridas en su cuerpo pero… este parecía más bien un esqueleto de metal con armadura…- no grites, todos están durmiendo…
Pero solo tú me escuchas asique no importa, ¿verdaaaaad? –El esqueleto fantasma rio alegremente mientras se sentaba en la cama de mi compañera, claro, sin tocarla por ser… bueno, un fantasma- veo que estas bastaaaaante drogado amiguito… dime, ¿te sientes bien? ¿Puede hacer algo este apuesto espíritu por ti?
Pues… nada… no necesito nada…
¡¿Perdón?! ¡¿Qué no necesitas nada chamaco?! –El esqueleto se levanto y me apunto con su brazo derecho que curiosamente era una guadaña… muy afilada, he de decirlo- ¿No ves que estas en una prisión, solo y abandonado?
No estoy abandonado… mis papas vendrán a buscarme cuando mi mente sane… -Sonreí levemente, mirando mis dibujos… uno de ellos era una familia feliz…- no te preocupes, fantasma esquelético…
¡¿Qué vendrán a buscarte?! ¡Por favor! ¡Te abandonaron! –El esqueleto se acerco a mí y me miro fijamente… en sus cuecas… había un fuego tan extraño que… casi me quedaba el alma… no sé cómo- escúchame… soy la parca… la muerte… el recolector de almas de ustedes los humanos… y te lo diré fácilmente… fuiste abandonado aquí para morir…
N-no… no fue así… y-yo seque mis papas volverán por mi –sonreí nervioso, intentando evitar esa mirada que incineraba mi ser, hiriéndome por dentro de algún modo…- venga… y-yo saldré de aquí cuando mi mente sane…
¡¿Cuándo tu mente sane?! ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! ¡QUE BUEN CHISTE! –Pronto la risa tan espeluznante del esqueleto callo, para dejar caer su mirada sobre mi nuevamente, con ojos mas… aterradores- fuiste abandonado aquí para morir… tus padres no tienen intención de volver… porque tu mente jamás estará sana… entiendes –El espectro estiro su guadaña hasta que esta toco mi frente y… sentí el frio del metal- te abandonaron por ser tu… ¿entiendes no…? Jamás regresaran… y si vuelven… no debes mostrarles afecto… después de todo… ¿Qué padres abandonan a su hijo en un manicomio…?
… supongo que… los míos… -El señor esqueleto… tiene razón… yo… fui abandonado- jeje…
Así es Freddy… pero no te preocupes… -Mire al esqueleto confundido, aun sintiendo el frio metal de su guadaña en mi cabeza- pronto veras que no pueden encerrar una mente como la tuya… porque tu destino… es convertirte en la muerte… ¿entiendes no? –El señor esqueleto me sonrió de forma tan cálida que… por un segundo quise llamarlo “papa”- y cuando te conviertas en la muerte… te ayudare siempre que lo necesites… porque ambos somos iguales, ¿sabes…? Hemos tenido que cargar el dolor de otros por ser quienes somos…
Entiendo… entonces… -Me levante como pude, con piernas temblorosas y lagrimas en los ojos- prometo que me convertiré en la muerte y que quemare las almas de todos… comenzando por los de este lugar…
Así se habla… ahora niño… quizás deberías dormir un poco –Quise decirle al señor esqueleto que me costaba mucho dormir últimamente pero el… solo levanto su guadaña y lo último que recuerdo fue un “buenas noches”, antes de que un destello dorado cruzara mis ojos-

Desperté varias horas después… los guardias me estaban levantando sujetándome de ambos brazos mientras me zarandeaban como si fuera un trapo sucio… no entendía que ocurría… entonces vino el jefe de la prisión y me golpe con su cinturón de nuevo… no entiendo porque… todo era confuso… solo entendí algunas de sus palabras: “suicidio” “gastos” “demencia” “inútil” “mocoso” “malagradecido”. Realmente me costaba entender que había pasado… quise preguntar qué ocurrió pero solo recibí otro golpe por “responder mal”. Al final los guardias me llevaron al baño y entonces vi un gran corte en mi cara… así como mucha sangre en mis manos… ¿Qué me habría pasado…? Realmente no lo sé pero tampoco podía hacer nada… lo único que pude hacer fue lavarme la cara y dejar que me vendaran.

Ese mismo día me dijeron que era especial… ¿Por qué sería?, no me lo dijeron pero si me dijeron que hoy debía comportarme mejor que nunca… es decir: no debía hablar, reaccionar ni mostrar señales de pensamiento… debía hacer lo que me dijeran cuando me dijeran y jamás decir nada. Finalmente me llevaron a la sala de visitas, quizás sería uno de los tantos señores que venían para ver si sus medicinas me hacían efecto… jeje… la gran mayoría si pero no se cuales funcionaban realmente… darme 5 medicamentos diferentes y descargas eléctricas no ayuda mucho a recordar que me afecta y que no… pero bueno… si era una visita de ese tipo, no dudaría mucho, solo tendría que sonreír como siempre y asentir con la cabeza en señal de aceptación… luego me darían unas palmadas en la espalda y a la celda de nuevo. Grande fue mi sorpresa cuando vi 2 rostros familiares… que venían una sola vez al mes para ver mis progresos… eran mama y papa. Por un instante sonreí al verlos pero… esa sonrisa se fue cuando sentí una voz en mi cabeza… era una voz rara… casi de un fantasma que me decía cosas… cosas que comenzaban a tener sentido. “Fuiste abandonado para morir aquí…” “Jamás volverán por ti… solo te dejaron a tu suerte” “Tu mente jamás estará sana… estas solo”. Por un instante me temblaron las manos… ¿Qué era…? No lo sé… pero si se que no eran las medicinas… es mas… podría jurar que las propias medicinas… impedían este temblor tan extraño que me estaba comenzando a dominar… ¿sería quizás alegría…? No… era algo más profundo… algo que no sabía que era… pero si sabía que era más grande que cualquier otra cosa dentro de mí. Sonreí forzosamente… los calmantes ya no aflojaban mi rostro… sabía que estaba sonriendo de una forma rara… y los guardias me sacudieron para que dejara de hacerlo frente a mis papas pero… no hubo caso, mi sonrisa siguió allí. Mi mama me observo de forma rara… y mi papa frunció el seño, luego miro al guardia a mi lado y este simplemente comenzó a sacudirme más fuerte, queriendo que lo escuchara pero… nada sonaba para mí en ese momento. No sé porque pero no escuchaba nada… ni los gritos del guardia junto a mí, ni las llamadas de la gente a mi alrededor… solo podía ver a mis padres allí sentados tan cómodamente mientras yo… estaba prácticamente en un banquillo viejo a punto de quiebre.

Todo se volvió blanco por un momento… no se qué ocurrió pero si se que… me voltee y empuje al guardia lejos de mi, para luego tomar ese banquillo y usarlo para romper la ventana que me separaba de mis padres. Tome una madera que sobrevivió al impacto del banquillo y con ella quise golpear a mi papa… él se resistió y me pateo en el estomago para luego alejarse… es aquí cuando deje de saber que ocurrió… si se que estaba murmurando cosas… algo de “me volveré la muerte… y llevare sus almas al infierno”… después sentí una descarga eléctrica y todo se volvió negro.

Desperté no se luego de cuánto tiempo… pero estaba atado a la cama eléctrica… con una especie de casco en la cabeza. Quise preguntar que ocurría pero cuando abrí la boca… me dieron una descarga eléctrica más fuerte de lo habitual. Quede aturdido y apenas si entendía lo que me estaban gritando tan enojados… y cuando quería preguntar que decían, solo volvían a darme esas descargas como si fuera de goma. Pasaron las horas y finalmente, me dejaron ir… tan pronto llegue a mi celda, me empujaron dentro para cerrar la reja con furia y marcharse. Me quede recostado en el suelo, cuando sentí un frio recorriendo mi espalda. Cuando gire la cabeza para ver que era, vi al señor esqueleto, frotando la punta de su guadaña por mi espalda muy suavemente… silbando con tranquilidad para luego sentarse en la cama de mi compañera, de nuevo. Me levante algo adolorido y lo mire extrañado… ¿Por qué había vuelto…? Bueno, hablar con alguien además de mi compañera siempre era bueno… creo.

Hola señor esqueleto… ¿a que vino esta vez…? –Pregunte confundido, tratando de mantenerme de pie-
Jeje… vine a darte tu salvación… -El se levanto y se acerco a mí, entregándome un poco del fuego que tenía en sus cuencas- cuando vuelvas a sentir esa sensación rara… frótate esto en los ojos y veras la realidad… jeje… pero no antes, ¿entendido? –El me sonrió nuevamente con calidez- prométemelo, ¿sí?
Está bien… prometo que no veré la realidad… hasta que sienta esa sensación incontrolable dentro de mi otra vez… -Sonreí levemente, sintiendo como mis piernas comenzaban a temblar- haaa… pe-pero mi compañera… s-si veo la realidad… ella…
Desaparecerá… si… -el rio levemente- después de todo… ver la realidad significa dejar de ver la soledad que te acompaña, Frederick…
Está bien… entonces… aceptare lo que venga a partir de aquí…
Jeje… niño… a partir de aquí… solo queda que el mundo resguarde tu alma… y con ella, tus ideas –La muerte rio alegremente, para después desvanecerse lentamente- recuerda… los locos son las mejores personas… siempre cuídalos bien…

Después de esa noche… no dormí… y cuando vinieron por mí a la mañana siguiente… sentí esa sensación de nuevo… y esta aumento mucho cuando me dijeron que aumentarían las medicinas… jeje… supongo que ya era momento de usar ese fuego… aunque bueno… no me importaba realmente; después de todo, esa sensación… ese sentimiento era tan relajante que… no me importo prender el cerillo en la sala de pruebas… jeje… adiós… señores “doctores”…
Freddy

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Mensaje por Freddy Vie Dic 30, 2016 3:55 am

¿El Pasado de Reapermon?

Hace años, mucho antes de que la “parca” se encaminara a su nuevo hogar, el inframundo; esta caminó por la tierra de los vivos, causando desolación y sufrimiento a aquellas almas inocentes que la tierra habitaban. Nacida como un alma mas, algo en ella se rompió… algo la ataco y comenzó a descomponer su alma. La parca poco a poco dejo de ser uno más del montón… para sobresalir de forma cruel y despiadada. Nació como uno más pero fue entrenado para ir más allá de lo normal… debía formar parte de una “elite”, debía luchar por un bien mayor… pero bueno, no pudo ser. Algo afecto su interior y logro que conforme más poderoso se hiciera, más simple le resultara el avanzar… y más fácil le resultara perder todo rastro de sus emociones para volverse lo que es ahora: un monstruo que ríe por el dolor y mata por diversión. Existen teorías de que ocurrió, pero ninguna esta clara… solo se sabe que cuando la parca comenzó a ganar poder y habilidad, esta empezó a actuar extraño… demostrando su degradación interna, empezó a exterminar a todo aquel que una vez fue su amigo. Sus maestros, sus amigos e incluso su familia, la parca los extermino a todos por el mero placer de hacerlo… su poder ya no se regía por un límite moral; su mente estaba destrozada, aquella corrupción interna había logrado lo que en ninguno otro de sus compañeros pudo: hacerlo perder el buen juicio. Todo inicio con unos simples y tontos comentarios que ponían en duda los motivos por los que él y sus compañeros entrenaban… después comenzó con señales de violencia sin sentido; gritos, agresiones físicas y verbales… para acabar finalmente en la corrupción física. El cuerpo original de la parca perdió todo rastro de igualdad con los suyos… ya no había solución. Al principio su gente trato de ayudarlo, intentar hacerlo recobrar el sentido, pero cuando vieron aquel cambio físico… cuando vieron que su espada se había vuelvo una guadaña y que su casco se había quebrado para dejar ver unos ojos rojos brillantes… su gente supo lo que debía hacer. Iniciaron una cacería contra el que alguna vez fue parte de su gente. Atacaron sin escrúpulos, dispuestos a todo… ciegos y encerrados en su mentalidad, ignorantes del poder que poseía la parca en aquel instante. Una risa fue lo único que se necesito para que todos se detuvieran. Con solo una mera risa, todos los habitantes de la antigua tierra donde la parca había nacido, se detuvieron… debido a la incapacidad de sus cuerpos para lograrlo. De no ser por incapacidad de aquellos ignorantes para sangrar, la tierra hubiera sido teñida de rojo; y la parca habría parado… pero no. El ver a su gente inmóvil y en trozos por el suelo, no le hiso sentir satisfecho… aquella corrupción había drenado su interior… y necesitaba rellenarlo con algo. En lo que alguna vez fue su alma, ya no había nada; y tal era su necesidad de llenar el vacío con algo, que decidió abandonar su tierra… dejarla a merced de quienes la encontraran para después exterminarlos del mismo modo que a su gente.

Durante años busco y busco algo que pudiera llenar su vacio… pero no había nada. Durante años experimento todo tipo de situaciones y emociones; sintiendo como los despojos de lo que alguna vez fue terminaban de borrarse para dejar un ser totalmente errático e impredecible, el cual en un vano intento por llenar su vacío existencial; provoco el vacio mental total de su persona, creyendo que así podría entender mejor como sentirse “vivo” de nuevo. Pero no había forma; él no estaba vivo, jamás lo estuvo… no podría saber que se sentía. Durante años pensó que si causaba mal, algo brotaría… una leve sensación de culpabilidad o quizás de felicidad, diversión, excitación o lo que fuera; pero no fue el caso. Por más que mataba, por más que se las ingeniaba para arreglar la situación a su favor y causar así un dolor a quienes lo rodeaban… no sentía ni orgullo ni pena por sus actos. No importaba si había asesinado a un niño en apuros, o a un hombre que sufría del mismo vacio que el… no sentía nada. Cualquier remordimiento que llegara a su mente, era borrado casi instantáneamente junto con una porción de su memoria… dejando poco a poco una mente con más agujeros que un queso. Igual que un libro cuyas hojas habían sido parchadas con trozos de otros libros. Su mente iba saltando de un momento de su vida a otro, de su vida a la de otras personas o de otras personas a cosas que no habían ocurrido aun. Vivía constantemente en un salto de entendimiento temporal irracional e inestable. A veces podía ir a un punto donde su mente estaba sana y otras veces, parar en un lugar desconocido donde lo único que podía hacer era avanzar para dejar que todo lo que quedara detrás de él, se hiciera ceniza.

Vivió sin saber que hacer por años… décadas… minutos… horas… segundos… siglos… ya no lo sabía. Su concepción del tiempo estaba tan averiada que ya no sabía cómo reaccionar ante ninguna fecha y/o festividad. A veces le llegaban recuerdos de una fecha en concreto pero rápidamente se borraba… dejando una pequeña duda en el… ¿Qué fecha seria? ¿Por qué la recordaría?, aunque esas preguntas también se borraban casi instantáneamente. Sentía curiosidad pero al olvidarse de que, perdía el interés y seguía con su “vida”; dejando atrás aquello que era su antiguo ser, intentando comunicarse con el monstruo que era en la actualidad, intentando hacerlo recuperar la conciencia. Su antigua vida aun no había sido borrada… pero estaba a punto. Quizás su mente había sido borrada igual que su concepción del tiempo… pero su autentico ser, aquel que no había sido afectado por la corrupción seguía vigente… pero no por demasiado tiempo. La parca estaba peligrosamente del “punto sin retorno”, y su “yo original” lo sabia; ya no podía esperar a que el monstruo en el que se había convertido recuperara su conciencia por medios propios… tendría que hacerlo su antiguo ser. De ese modo, cuando la parca estaba a punto de dar otro “salto mental” aleatorio; su antiguo ser se las ingenio para empujarlo a sus orígenes… devolverlo a aquella vida donde él no era un monstruo como lo era; donde EL no necesitaba causar dolor y agonía para tratar de sentirse vivo. Durante un segundo pareció funcionar; la parca se encontró “consigo mismo” y reacciono por primera vez ante algo… pero parecía que había sido demasiado tarde. La parca rio con ESA peculiar risa… demostrando que ya no importaba, que para él era un chiste más… no tenía sentido y eso le divertía. El monstruo en el que se había convertido ya no tenía solución de forma definitiva… pero eso no significaba que ya no pudiera sentir. El hecho de que la parca no pudiera sentir nada era por no saber quién o qué era realmente… si un monstruo formado por la corrupción, un superviviente a la devastación que esta causo en su pueblo o las dos cosas… pero ahora lo sabía: era sencillamente un error. Ahora que sabía que era, podía sentir, podía pensar “claramente” en sus actos… y sentir la culpa de los mismos. Si bien el monstruo había sentido una gran culpa durante los primeros momentos, dicha culpa comenzó a disiparse hasta no ser nada. Quizás podía sentir pero seguía teniendo una inestabilidad mental lo bastante grande como para impedirle sufrir por aquellos sentimientos. Rio con gracia al recordar todas sus matanzas; sin sentir pena por sus actos pero tampoco orgullo… solo comenzó a reír como si le hubieran contado un chiste cruel.

Aquella risa perduro. La parca continuo riendo en respuesta al dolor que había causado, sin temor a ser escuchado o criticado; el solo podía reírse de lo que había hecho, como si fuera una broma bien lograda. Pero claro, no todo puede ser. Eventualmente la risa tuvo que parar alguna vez… y fue cuando paro que la parca decidió hacerse responsable de sus actos por una vez en su vida. Claro que el querer responsabilizarse por sus actos no significaba detenerse… no, la parca no se detendría. Para él, seguir con su vida de risa, sufrimiento ajeno y muerte era algo imposible de acabar por las buenas. No se detendría solo por querer hacerse cargo de los platos rotos que había dejado por el camino… pero si pagaría por ellos de algún modo; y ese modo se presento cuando llego a su antigua tierra. Ya no estaban los cuerpos destrozados de su gente… ahora habían nuevas personas; los “sucesores” de su antiguo pueblo… sucesores que reconocieron casi instantáneamente a la parca. Quizás el monstruo no había hecho bien su trabajo a la hora de hacer callar a toda la gente… seguramente alguno se habría escapado de su castigo… y habría hablado de mas; pero eso no le interesaba a la parca. El rio ligeramente al ver como todos apuntaban sus armas y gritaban con furia; después decidió seguir avanzando, convirtiendo una tierra llena de “buena fe” en cenizas… así como ocurría en su mente, cuanto más avanzaba, más cenizas generaba. De su brazo izquierdo emergía el fuego para devastar la tierra y con su guadaña en la mano diestra cosechaba el fruto interno de aquella gente, el cual era sembrado y rociado cuando ellos se lanzaban al ataque. Pero cuando la historia estaba reescribiéndose con las mismas palabras, apareció una luz que cambio todo. Un alma que no estaba dispuesta a ser cosechada, o más bien, que no dio motivos para ello. Se trataba de una ángel vestida de negro y dorado, con alas quebradas y ojos grises como el vacio, pero llenos de vida. La ángel le tendió la mano, dispuesta a perdonar al monstruo que tenia frente a sus ojos; dispuesta a aceptar la muerte que seguramente estaba por caerle… y que no cayo. La parca observo la mano de la ángel y la acepto con gusto; dejando de reír por una vez desde que había comenzado… sintiendo el peso de sus acciones caer finalmente sobre él. Aquello había sido un milagro seguramente. La parca no se había detenido por nada ni nadie, del mismo modo que no había perdonado a nadie que se le cruzara… pero ahora sí; ahora estaba dispuesto a parar, a dejar de actuar como lo hacía, por esa misma ángel. Llegaron a un acuerdo. La parca iría a prisión y la ángel lo vigilaría, además de que trataría de sanarlo… de hacerlo consciente de sus actos a un punto donde pudiera sentir pena u orgullo… pero claro, no pudo ser. La parca termino encadenado en lo más profundo de la tierra, siendo su única conexión con el mundo exterior aquella ángel… pero pronto ella dejo de aparecer… en el exterior.

Si bien era la encargada de vigilar a la parca, de un momento a otro desapareció. El cautivo fue acusado de su desaparición y se ordeno su ejecución; incapaces de ver ninguna otra posibilidad, de confiar en que realmente aquel monstruo hubiera cumplido su promesa de mantenerse prisionero y sin moverse de su sitio, toda la gente comenzó a exigir su ejecución. La parca rio, sin saber que ocurría exactamente; para él, su guardiana simplemente se había tomado unas vacaciones, desconociendo totalmente su desaparición, acepto las palabras de la gente. Fue llevado a ejecutar, pero antes de que el filo acariciara el cuello del monstruo; este decidió que no había que seguir jugando. Ya había complacido a esa gente de pensamiento cerrado. Ya había aceptado su “castigo” y ahora debía volver a sus asuntos; recuperar el “tiempo perdido” que invirtió complaciendo a ese montón de ciegos por la falsa luz de la “verdad”. Es quizás de ese modo en el que la parca se libro de sus primeras cadenas, huyendo de aquellos ciegos; dispuesto a recuperar su tiempo perdido pero… de un modo más productivo.

Durante sus días en prisión escucho muchas historias de su vigilante. Disfruto la dulce falsedad contada como verdad por aquella ángel; riendo no por no comprender a lo que ella se refería cuando hablaba, si no por lo absurdo que le resultaban sus términos y explicaciones “serias”. Esa ángel también era una ciega por la falsa luz de la verdad; él lo sabía a simple vista, pero a diferencia de los demás ciegos, ella podía ver sin su venda. Aunque sus ojos estuvieran cubiertos y cegados, su corazón parecía seguir anclado en el mundo real; y lo sabía por como ella hablaba de un “compañero” de vida. La parca reía cada vez que recordaba como la ángel le contaba de su vida personal; y esa risa se intensificaba cuando recordaba el llanto de la feliz partida espiritual que le había enseñado la ángel pocos días antes de su desaparición. Fuese como fuese; con su nueva libertad, la parca tomo una decisión quizás algo descarada con su papel en el mundo. El debía causar la muerte y destrucción allá por donde pasara; marchitar la viva tierra y cosechar el fruto de la vida en aquellos que se opusieran a darlo voluntariamente… pero decidió ir en contra de eso para salvar la tierra de la inevitable muerte. Iniciando un camino contra la corriente que imponía su naturaleza y propósito; la parca comenzó a desestabilizar eventos en un “ordenamiento” temporal especificado. Mantuvo apartado a un grupo de fuego de los bosques, destruyendo las vidas de la gente de los volcanes… extermino a los vástagos de un rey corrupto iniciando una guerra que acabaría con el rey y toda su gente… inclusive cuando se reencontró con aquella ángel que lo cuidaba en sus días de prisión… la extermino para librarla de la agonía que sentía. Pero aquel exterminio tenía un lado egoísta… un lado donde la parca podría librarse de su segunda cadena. Sin su segunda cadena, la parca pudo disponerse a librar su última acción en aquella vida antes de pasar a otra vida en su entendimiento limitado del mundo. Su objetivo: un bosque. Su misión: quemarlo. Sus motivos: salvar a los habitantes del bosque. Quizás sería un objetivo muy contradictorio respecto a su misión, pero la parca no dudaba ni se cuestionaba su propia metodología… sabia que hacia lo correcto independientemente del daño colateral. El monstruo estaba plenamente seguro de que aunque alguien muriera en su accionar, no afectaría en lo mas mínimo el resultado final donde cientos de almas evitarían ser cosechadas. Es por esa razón que continúo con su plan hasta localizar el bosque. Había muchos sitios para comenzar, pero él decidió comenzar por una villa, solo para divertirse un poco como en sus viejos tiempos antes de saltar a un entendimiento distinto de la “vida”; pero no todo podría ser. El primer obstáculo de su vida apareció en ese instante. La parca presencio la aparición de su “contraparte”. Así como el traía la muerte allá por donde fuera, aquella dama o diosa de oro traía la vida y esperanza. Él quemaba la tierra para purgar los pecados y ella hacia brotar hierbas de esperanza, puras y nobles como sus fuegos de colores. El conflicto era inevitable. Ambas partes debían luchar, aun si no entendía el autentico “porque” del asunto. La diosa solo luchaba por su bosque, mientras que la parca luchaba para “salvar” al bosque, o por lo menos, a sus habitantes. Es allí cuando la parca finalmente no pudo arrasar con su enemiga.

Por primera vez desde que “el” tenia memoria, no había podido exterminar a nadie a quien él no quisiera. La ángel que lo vigilaba en prisión, pese a que no había enfrentado a la parca directamente, no se salvo del destino. Su alma fue cosechada como la de muchas otras criaturas consientes… pero aquella diosa no. La parca no podía simplemente asesinarla, y no porque no quisiera o no pudiera… si no porque no la alcanzaba. Cada vez que se aproximaba a la diosa, esta lo apartaba con sus fuegos de vivos colores, poderes místicos y conjuros sagrados, en un intento por purificar algo que si bien no existía, afectaba físicamente a la parca: su alma. Por una vez la parca se mostraba débil e incapaz de hacer lo que mejor sabía: asesinar. Finalmente llego el momento donde debía aceptar su derrota, aceptar que su alma debía ser cosechada… ¿O no?, quizás… pero no. Algo en la parca reacciono antes de su destino final, algo de lo que no había podido librarse en todo ese tiempo… su tercera cadena. Una tercera y última cadena tiro del cuello de la parca, forzándolo a retrasar su sentencia. No le hacía mucha gracia el tener que hacer aquello, pero esa cadena no podía seguir atada a su cuello… no podía seguir cortando su respiración y nublando su visión. No obstante, antes de partir, la parca vio a los ojos de la diosa y con su peculiar risa, prometió que regresaría algún día para terminar aquello como era bien debido.

La cadena continúo halando del cuello de la parca hasta que finalmente, llego al lugar de los hechos. Una inmensa torre de roca y cristal en mitad del bosque. En aquel lugar la parca se encontró con lo último que vería en su vida: el último grupo de ciegos. Todos los ciegos observaron a la parca; alzando sus armas y dispuestos a morir luchando por sus mentiras. Todos se lanzaron contra la parca, encontrando el mismo final: una guadaña rozando el cuello de todos. Cocos rodaron de un instante a otro; vendas cayeron al suelo y ciegos recuperaron su visión del mundo; pero conforme más y más caían, más y más aparecían. No tenían final; por cada ciego que cosechaba, aparecían otros 4 dispuestos a continuar la batalla de su compañero caído. Los ciegos comenzaron a decaer en número, hasta que finalmente quedo un grupo de 3. Un ciego cuyas manos estaban recubiertas de acero como la guadaña de la parca; otro portador de un sable y actitud engreída; y el último sin portar ningún arma, solo con sus manos cubiertas por su armadura. El trió de ciegos no dudaron y se lanzaron al ataque de forma conjunta. El desarmado sin embargo, quiso adelantarse a sus compañeros y trato de derribar primero a la parca para dejar el trabajo fácil a sus 2 compañeros… grave error. La parca acabo con el primer ciego de un mero agitar de brazo. Su brazo no solo rozo el cuello del ciego con armadura pesada, si no que se desplazo por el medio de aquel ciego; dejándolo en un estado de indecisión de si hacer algo o no. Los 2 restantes observaron atónitos aquella escena. La cabeza del ciego numero 1 cayo y su cuerpo se partió a la mitad; mientras que la parca solo reía en voz baja, alzando la vista finalmente para ver a sus nuevos contrincantes elevados en el cielo. Aquel que poseía el sable decidió actuar rápidamente, ignorando al que no tenia manos; acercándose rápidamente contra el monstruo para atacar a toda velocidad, esperando dañarlo… pero no fue el caso. La parca recibió cada golpe pero solo reía con calma, sin ningún rasguño en su cuerpo y sin señales de dolor; para él era un juego divertido aquella batalla. La parca observo a su oponente, aun sin reír y se dispuso a hacer un corte simple con su guadaña; cosa que no pudo concretarse debido a la interrupción del segundo ciego, el manos de hierro. Un choque de filos casi instantáneo provoco no solo un sonido insoportable, si no también un gran retroceso por parte del manos de hierro. El no tenía la fuerza suficiente para igualar a la parca, y su compañero tampoco; pero juntos quizás podrían tener una oportunidad, por mínima que esta fuera en principio. Si querían acabar con la vida de su adversario, tenían que ser perfectos en sus movimientos. Atacar en el momento y punto exacto, bloquear de forma perfecta y moverse en sincronía con su adversario como si estos fueran 4 pasos delante de ellos, solo para tomar un nuevo accionar y moverse ellos 12 pasos delante de la parca.

El sable del primer ciego se movía rápida y ágilmente, tratando de realizar cualquier corte en la defensa de la parca; mientras que su compañero, el manos de hierro, se encargaba de bloquear como podía mientras intentaba atacar de igual modo. No obstante, la parca mantenía una actitud neutra ante aquello; riendo con gracia mientras retrocedía y trataba de atacar muy torpemente, dando a entender que el no iba a matarlos tan rápidamente como ellos lo creían. De cualquier forma, ambos ciegos continuaron sus ataques sin sentido; tratando de alcanzar al monstruo que tenían delante sin éxito alguno… solo para ser bloqueados rápidamente por la propia mano zurda de la parca. Sujeto sus armas como si nada, ejerciendo la menor fuerza posible solo para que ellos lucharan como si sus vidas dependieran de ello. No importaba que tanta fuerza aplicaran el engreído o el manos de hierro, no había escape… y todo fue definido cuando la parca sonrió ligeramente, realizando una mueca de demencia para después soltar aquella risa del abismo. No era una risa neutra como antes… tampoco era alegre o despreocupada. No. Era totalmente siniestra y demostraba las malas intenciones del monstruo, o por lo menos, demostraba el que lo que estaba por ocurrir no sería nada positivo. La parca levanto el brazo que sujetaba las armas de sus enemigos, para después aporrearlos contra el suelo como si de un par de trapos se trataran. Una vez los aporreo contra el suelo, levanto el brazo nuevamente para lanzarlos contra aquella torre en la que anteriormente se encontraban, aplicando tal fuerza como para derrumbarla. La torre comenzó a caer al sufrir su base un daño colateral tan serio; pero eso no significaba que la parca había ganado ni mucho menos. Decididos, los ciegos tomaron caminos distintos para distraer al monstruo, dispuestos a atacar con todo lo que tenían pero… aun así no fue suficiente. La parca era una criatura con pensamiento errático e inestable; no pensaba como otros enemigos ni mucho menos. Eso era algo que ningún ciego podía entender, y es por ello que cada ciego que intentaba atacarlo, fracasaba miserablemente. Ellos luchaban de forma lógica, formulando estrategias que se centraban en anticipar y predecir movimientos enemigos… mientras que la parca era la otra punta de la carretera. La parca se basaba en lo errado. Su principal forma de atacar era moverse sin detenerse a pensar. El tiempo en que se movía de un punto a otro en un espacio de combate determinado eran sus unos momentos para pensar, y debido al no detenerse nunca; su pensamiento nunca podía pararse el tiempo suficiente para formar una idea aproximada de que hacer. Siempre realizaba acciones aleatorias que se ajustaban de un modo u otro a la situación. Fuese como fuese; al momento en que ambos ciegos impactaron contra la parca, esta fue más rápida y dio un salto alto, evitando el ataque doble por muy poco y como un bono extra, al caer pudo sujetar la pierna de uno de los ciegos, el del sable para ser más precisos, y en ese instante comenzó a aporrearlo contra el suelo como si de un palo se tratara. Intentaba medir, así como a cualquier palo, la cantidad de golpes que podría soportar contra el suelo antes de quebrarse en dos, tres o hasta cuatro piezas. Tan pronto como el manos de hierro se percato de aquello, se dirigió contra la parca, atacándolo por la espalda pero sin mayor éxito. El monstruo se volteo rápidamente, usando al ciego del sable como si fuera un bate, golpeando al manos de hierro contra la torre mientras esta caía en ruinas. El ciego trato de soltarse y lo consiguió, pero sin su arma. Es en ese momento donde no había más alternativa que dejar librar su instinto animal para así hacer frente a la muerte. El ciego sin su sable opto por una postura firme. Cuatro columnas fijaban mejor una base y aunque quitaran altura, permitían un desarrollo más constante. No había temor de caer, solo temor de no alcanzar a su rival. La parca en cambio decidió rebajarse al nivel de su adversario. No podía librar su instinto animal como él, pero si podía librar una faceta salvaje que podría ser equiparada a un animal real.

El ciego en su estado animal se lanzo al ataque, cegado por sus nuevos instintos en combinación con sus sentimientos de furia. La parca por su parte solo continúo como siempre: erráticamente. Cuando el ciego se aproximaba para morder la pierna de su enemigo y tratar de dificultar su movimiento, solo conseguía una patada que sin problemas mayores podría ser capaz de fracturarle la mandíbula si no tenia cuidado de evadirla antes de que se completara. Si bien el “nuevo” oponente de la parca era mucho más veloz y ágil que antes, seguía siendo incapaz de dañarlo. Finalmente la parca se aburrió y decidió proseguir a lo que debía: cosechar almas. Es por esa misma razón que el ciego decidió aplicar mayor poder en sus ataques… pero eso no funciono. Cuando se lanzo para atacar a la parca, trato de ejercer una mordida al cuello pero lo que consiguió en su lugar fue ser sujetado de la mandíbula. La parca sonrió con malicia mientras intentaba contener su risa, cosa que era imposible. Soltaba ligeras carcajadas de burla en momentos, mientras veía fijamente a los ojos de aquel ciego. El sabía lo que estaba por suceder y le aterraba aunque no lo quisiera aceptar. No luchaba, sabía que no serbia. Finalmente el monstruo piso la cola del animal y clavo su guadaña en el estomago del mismo; para empezar a tirar de la mandíbula que tenia sujetada. Con solo aplicar algo más de la fuerza media, termino por arrancar la parte inferior del resto como si de una servilleta se tratara. Solo quedaba uno, y estaba en la agonía prácticamente. La parca se acerco al último ciego, el manos de hierro, quien apenas si había conseguido recuperarse del golpe anterior que había recibido por culpa de la parca utilizando a su compañero como arma. El monstruo rio con calma y paso su instrumento de cosecha por el hombro del ciego, intentando devolverle la vista que tanto desearían normalmente los que se encontraran en su posición; pero no fue el caso. El manos de hierro trato de luchar aun cuando no podía ganar. La parca se confundió por primera vez. Aquel ciego sabía que no ganaría nunca por más que lo intentara; que su alma seria cosechada si seguía intentándolo, inclusive sabía que aun si ganaba, la tierra no se libraría fácilmente del monstruo al que acabaría de matar. Ambos lo sabían pero aun así el curso de las cosas continuaba. El ciego intentaba atacar y la parca lo evitaba esperando a que se detuviera sin éxito. Finalmente la parca decidió actuar; clavando su guadaña en el pecho del ciego y alzándolo al aire momentáneamente, para después lanzarlo a una corriente de agua cercana.

Ya no había ningún ciego en aquel lugar… solo la parca riendo con calma, mientras un líquido emergía de sí y caía al suelo, rozando ambos lados de su “cara”. No era nada importante, puesto por alguna razón estaría emergiendo de él para abandonar su cuerpo. De cualquier forma, la parca comenzó a reír más fuerte, mientras se arrodillaba al suelo y estiraba los brazos, dilatando sus puntos rojizos mientras sentía como el peso de sus cadenas desaparecía totalmente. Con su risa llego una tormenta, pero también llego un nuevo personaje al escenario. Se trataba de una sombra, usando una extraña espada como bastón. Aquella sombra observo a la parca y se dispuso a hablar lentamente, tratando de que aquel monstruo cuya risa no se detenía por ningún momento lo entendiera a la perfección.

Veo que has cumplido tus objetivos… por eso, te has ganado un deseo, amigo mío…

¿Un deseo…? ¿Y puedo pedir lo que yo quiera?

Así es… si quisieras destruir el mundo, podría cumplirlo… con esfuerzo, pero podría…

Ya veo… entonces… no lo sé… deseo estar muerto

¿Deseas la muerte…? Curioso… uno habría pensado que habrías deseado no se… ¿el desorden natural de las cosas?, tal vez… pero no la muerte…

¿Eso significa que no puedes?

Puedo, pero quisiera saber porque exactamente… has matado sin piedad… sin resentimientos… ¿Por qué alguien tan errático y sin sentimientos pensaría en morir?

Simple… porque tengo curiosidad de saber cómo se siente





Bien… entonces… tu deseo es aceptado… la muerte… morirá

Todo lo que tenia color se fue. Todo lo que no tuviera color se amplio. La lluvia paro se detuvo de pronto y la tierra desapareció. La parca… dejo de reír. Un sendero sin principio ni final apareció en el vacío. El monstruo siguió el sendero con la vista hasta que la puerta vigilada por un sabueso de 3 hablas distintas apareció. El sabueso abrió la puerta dejando pasar a la parca. Detrás de la puerta seguía aquello sin color pero más… vivo. Criaturas del abismo deambulando por un espacio infinito donde el blanco y negro reinaba. Almas cosechadas por la parca deambulaban por allí, pero incapaces de reconocer a su cosechador. El monstruo cruzo la puerta y esta se cerró inmediatamente, dejándolo atrapado dentro aunque sin que él se quejara… él lo había deseado.

Aquel lugar no era distinto de su mente. Oscuro. Vacio. Sin concepción del tiempo. Allí podían pasar siglos y el no se daría cuenta; su cuerpo no envejecía y su mente no podía hacerlo; todo lo que le quedaba era deambular allí mientras poco a poco se familiarizaba con todo aquello a lo que había destruido alguna vez. Claro que si el lugar estaba lleno de almas que el mismo cosecho, debería de estar familiarizado con ellas… pero no, lo cierto es que no conocía a nadie allí y eso quizás no era una buena idea. Muchos lo conocían pero él no conocía a nadie, lo que inevitablemente desato peleas y discusiones internas. No era una prisión pero las peleas no estaban permitidas. Si el se defendía, seguramente todo terminaría mal por lo que permitió a cada alma cosechada desquitarse con su cosechador; incapaces de agradecer el esfuerzo que él se tomo para enviarlos a un lugar más… digno de sus curiosas formas de vida. Así fue bastante tiempo… hasta que llego un nuevo habitante de aquel lugar. Un amigo. Eso era todo lo que la parca necesitaba saber. Un amigo acababa de llegar a aquel sitio, no porque hubiera partido si no porque fue olvidado. Era una historia demasiado confusa como para que aquel monstruo lo entendiera, pero si entendía que su amigo era un caballero y que había caído finalmente. No obstante, aun con el vacio de la oscuridad, llego una idea a la parca, idea que había rondado por su cabeza mucho tiempo… quizás desde que conoció a ese caballero que ahora era su amigo. Una pelea. Siempre había querido tener un enfrentamiento contra ese caballero… no por que tuviera interés en derrotarlo o matarlo, si no porque quería saber que se sentía luchar contra alguien como él… contra alguien que nunca había entendido lo que era estar vivo. El caballero no vio porque rechazar aquella batalla; él no tenía nada mejor que hacer y además, una batalla en acuerdo siempre podía ser un buen espectáculo para quien quisiera ver… espectáculo que no rompería las “reglas” de aquel sitio. La oscuridad llamaba a sus nombres. La parca y el caballero. 2 amigos enfrentados sin motivo alguno, dispuestos a medir sus fuerzas hasta el límite. No tenían porque luchar, no tenían interés en saber el máximo poder del otro, pero allí estaban, preparando su guadaña, espada y cañones. La parca con su peculiar sonrisa desafiante y ojos centrados, impropio de sí mismo y a la vez tan próximo a su verdadero ser; mientras el caballero mantenía su vista nublada por pensamientos inválidos para aquella situación, aguardando pacientemente a que su oponente lanzara el primer ataque. El caballero espero atentamente el primer movimiento, sabía que su amigo era rápido e impredecible. Si él iba por la izquierda, uno pensaría que iría por la derecha pero terminaría atacando por la espalda. La parca por su parte tenía que meditar su ataque... el caballero era centrado y ágil de mente; no era un guerrero como uno creería, era más bien un pensador, y esos eran los enemigos mortales de la parca.

Finalmente ocurrió: el primer ataque. La parca se disparo desde una plataforma de roca hasta otra, tratando de tomar distintos ángulos para dejar atrás la mente del caballero. Era una táctica típica del monstruo que era la parca, pero era su mejor opción para iniciar el combate. El caballero no obstante se mantuvo en su posición, cerrando los ojos por un momento aguardando a que el ataque llegara. La parca sabía lo que ocurría dentro de la mente de su amigo… un sinfín de secuencias donde el mantenía su posición y el monstruo aparecía desde distintos ángulos. Una vez llego la hora de atacar en serio, la parca salto desde un montículo de tierra lejano y se impulso con su cañón para ganar más aceleración; llegando a superar momentáneamente la velocidad del sonido… pero no fue suficiente. El caballero bloqueo el golpe desenvainando su espada contra la guadaña de la parca, rechinando el metal y generando una leve corriente de aire que movió algunas rocas pequeñas de su sitio. La parca observo al caballero, quien mantenía los ojos cerrados; pero cuando llego la hora de abrirlos, inicio el autentico combate. Ambos individuos ejercieron una gran presión tratando de derribarse mutuamente, pero lo único que consiguieron fue forzarse a retroceder de forma simultánea. El caballero al tener una superficie solida no retrocedió una gran distancia; pero la parca por otro lado salió volando contra una roca, la cual se hiso añicos al sufrir el impacto del cuerpo mecánico de aquel esqueleto. Una sonrisa se dibujo en la mandíbula del esqueleto, el cual emergió de los escombros riendo divertido, apuntando su cañón para dispararlo sin piedad; movimiento que fue replicado por el caballero, quien no dudo en disparar cuando su rival lo hiso. El resultado no fue otro más que un choque de poder el cual termino generando una gran explosión; pero eso no detuvo a ninguno de los 2. La parca continúo su camino y trato de decapitar a su amigo, pero este bloqueo con su espada y le proporciono un rodillazo al monstruo; haciéndolo exhalar leves llamas por la boca, como si de saliva se tratara. Tras agredir a su amigo, el caballero sujeto a la parca del cuello y lo azoto contra el suelo rápidamente, para después disparar con su cañón y atravesar así la tierra, empujando a la parca contra un montículo de tierra varios niveles debajo de ellos. Al hacer aquello, naturalmente el montículo de tierra donde estaba el caballero dejo de existir, pero eso no le impidió al guerrero saltar hasta donde estaba su rival para iniciar así el mismo aquel enfrentamiento de forma más… directa.

El caballero alzo su espada contra la parca, quien al ver aquello uso su guadaña como escudo; chocando así ambos metales nuevamente, pero esta vez no fue un sonido de choque metálico el que se genero, si no un choque de fuerzas. Acero contra acero. “obsidiana” contra “oro”. Una pequeña onda de energía se formo entre ambos, la cual se expandió una vez quedo confirmado que el caballero no podía destruir aun la defensa de su rival. La parca se levanto y se aproximo rápidamente para hacer uso de las partes expuestas de su rival, como sus antebrazos o su torso; logrando así varios cortes rápidos para forzarlo a retroceder, pero ocurrió algo inesperado: el caballero avanzo. La parca jamás lo había visto avanzar tras recibir un golpe, mucho menos un corte directo… pero allí estaba, un caballero táctico recurriendo a estrategias absurdas propias de la parca. El caballero golpeo a la parca fuertemente en el cráneo, apagando sus luces rojizas por un instante, así como formando una grieta. En aquel instante, la parca dejo de reír y sus luces se hicieron más tenues, pero demostrando algo que nunca había sentido antes: ira. Apenas se recupero del golpe, la parca se lanzo al ataque nuevamente, más rápidamente; agitando su guadaña de forma aun más aleatoria que antes, consiguió superar la velocidad de razonamiento del caballero. Por un momento, la parca tomo la delantera de forma completamente eficaz. Había conseguido dañar la armadura y cuerpo descubierto de su rival, al mismo tiempo en que había bloqueado todos sus contraataques… pero fue su exceso de energía lo que acabaría con él.

Durante un mero instante entre ataque y ataque, el caballero se percato de que la parca necesitaba detenerse una media de segundo para poder respirar y simultáneamente re direccionar su cuerpo para moverse de forma constante y aleatoria sin perder el ritmo. En esa media de segundo la parca era débil, estaba expuesto a un ataque, pero no debía ser un simple ataque… tenía que ser algo que pudiera frenarlo. La parca quizás sería un ente errático y difícil de predecir, capaz de generar el fuego definitivo… aquel que convertía todo lo que tocaba en cenizas, pero eso no significaba que fuera ignifugo. El caballero decidió hacer uso de su espada llameante para bloquear los ataques de su oponente, calentando lentamente el ambiente hasta que finalmente el oxigeno comenzara a perderse. Si bien la parca no respiraba como tal, su mente errática y sin coherencia le “forzaba” a actuar de formas que no eran moral o técnicamente correctas, por lo que al decaer el oxigeno del lugar sus movimientos se hicieron más lentos y menos precisos. Ese fue el momento para el caballero. Ataco rápidamente a la mandíbula de la parca, levantándolo un par de metros en el aire para después propinarle un fuerte golpe en el pecho; lanzándolo como una bola de beisbol contra un montículo rocoso que flotaba cerca, haciéndolo rebotar un par de veces contra el suelo antes de impactar. La parca trato de recuperarse pero el caballero se apresuro, apuntando su cañón rápidamente para congelar el brazo de su rival y acto seguido propinarle una patada; haciéndolo retroceder aun mas, llegando rápidamente a un terreno desolado donde ni siquiera las propias rocas y montículos flotantes se atrevían a dar la cara. El caballero y la parca quedaron solos en aquel espacio, sin espectadores… sin nada que los retuviera. Si bien aquel vacio infinito de oscuridad era lo bastante “grande” para permitirse luchar sin límites morales, aun habían almas y criaturas que habitaban aquel reino de oscuridad… lo que impedía al caballero a luchar al 100%... pero ya no más. Sin nada, ni siquiera rocas con las cuales aplastarse mutuamente, tanto la parca como el caballero podrían ejercer tanta fuerza como se les apeteciera. Ambos individuos prepararon sus cañones y comenzaron a cargarlos; excediendo rápidamente sus límites físicos para que así la energía acumulada fuera mucho más potente. Tanto el caballero como la parca sabían que no irían con todo, si no con mucho más que eso. La parca seguía sintiendo aquella ira de antes, pero en menor medida… quizás había recuperado su control emocional o quizás simplemente se había olvidado lo que sentía en menor medida debido a un salto de entendimiento temporal; pero aun así, estaba dispuesto a erradicar a su amigo. Por su lado, el caballero solo pensaba en “liberarse”; dejar salir toda la energía que no podía cuando aún estaba de pie en el verdadero campo de batalla… y además, su amigo no se calmaría hasta ver el 100% del caballero en su totalidad.

Cuando sus cañones comenzaron a liberar energía en señal de no poder contener más, ambos individuos dispararon. Una llamarada peor que el propio sol hiso frente a un cometa gélido. La explosión resultante de aquel choque no dejo otra cosa más que a ambos oponentes enfrentando sus cañones como si de sus armas se trataran. Al final ambas armas quedaron inutilizadas; el cañón de la parca por la alta presión que había acumulado anteriormente, y el del caballero principalmente por falta de energía… pero al no haber límites morales no tenían porque parar allí. Continuaron la batalla enfrentando nuevamente su guadaña y espada, apartándose mutuamente por la fuerza aplicada en cada golpe. Claro que hubo un momento en el que, gracias a la fuerza aplicada en cada impacto, tanto la guadaña como la espada sufrieron una grieta difícil de tratar. El próximo golpe representaría la perdida de una extremidad para ambos, independientemente de si podían o no arreglarlo, era preferible no arriesgarse. Incluso la parca, quien vivía tomando riesgos sin sentido, había preferido parar en aquel instante… quizás porque ahora estaba en juego un brazo, o quizás porque aquella guadaña significaba “algo” para sí, por lo que preferiría no destruirla como si fuera un objeto mas. Un momento de paz en la oscuridad infinita, ambos individuos habían acabado finalmente sus últimas reservas de energías… sin poder definir a un ganador de forma convencional… pero a la larga, el resultado quedo expuesto. La parca cayó arrodillada al suelo y finalmente su cuerpo quedo tumbado, comenzando a flotar por el vacio infinito mientras el caballero mantenía su postura firme, intentando no ceder a su propio cansancio. La parca había cedido al cansancio físico, pero su mente estaba despierta y “furiosa”. Vigilaba al caballero desde el suelo, esperando a que cayera, pero no fue el caso. El caballero se dio la media vuelta y se alejo tranquilamente, mientras la parca seguía flotando en el vacio oscuro. No había preocupación mutua en esos casos. El caballero sabía que su amigo no cedería tan fácilmente y que terminaría recuperándose para continuar aquel enfrentamiento… y la parca, por otro lado sabía que hasta que no lograra llegar a su rival hasta sus límites para caer por falta de energía, no quedaría satisfecho. Es así como comenzó una lucha “eterna”. Sin ninguna concepción del tiempo, ni tampoco impedimentos, la parca iba a buscar a su amigo para iniciar nuevamente aquella batalla. El caballero aceptaba cada enfrentamiento, y también los ganaba. Sin importar el cómo, la parca era derrotada; el monstruo era humillado y el caballero sencillamente esperaba a que este se levantara para iniciar el ciclo nuevamente. La emoción seguía existiendo en cada combate, pese a que con el tiempo esta fue sufriendo desgastes constantes de los cuales ambos individuos estaban conscientes.

Al final la emoción llego a un punto donde estaba extinta. La parca ya no sabía qué métodos utilizar; ya no sabía cómo atacar… no sabía cómo matar. Su amigo parecía listo para morir pero no se dejaba hacerlo, ¿quizás porque ya estaban muertos?, podría ser una razón… pero aun así no podía hacerle nada. Cada vez que se acercaba para ejecutar un golpe asesino, el caballero contraatacaba de forma efectiva y directa; apartando a la parca como si de un mero insecto se tratara. Aun cuando el fuego proveniente del propio vacio impactaba contra él; sin importar la cantidad de veces que su armadura y piel fueran abiertas por el filo de su brazo… inclusive si se trataba de un torbellino de locura y destellos similares a los del sol… nada lograba derribarlo. De cualquier modo, cuando ya no había más emoción para pelear ni razones para sostener sus armas enfrentadas, la parca decidió hacer lo que nadie, ni siquiera el caballero, creía posible: irse. Ya había experimentado suficiente de aquel vacio infinito, por no decir todo. Enfrento a su único amigo y perdió, acepto que no podía matarlo aun cuando si era posible a la inversa. Experimento el “miedo” cuando el caballero se libro de sus propias cadenas. Sintió pena al ver cada alma que había cosechado e inclusive sentía nostalgia por su “vida”. Ya estaba harto, ya no quería ver más allá del vacío infinito para añorar el mundo donde las almas esperaban a ser cosechadas; pero tampoco quería ir allí… ya lo había visto todo, ya había hecho todo… lo único que le quedaba, quizás, seria escapar y comenzar de nuevo. Desgraciadamente era terco e irracional. No quería volver a SU mundo, quería ir a otro… quería ver nuevas almas, nuevos muertos, nuevos, nuevos ciegos, nuevos vivos… nuevos “títeres”. y entonces, casi por arte de magia... alguien decidió responder a su deseo. se trataba de un esqueleto, igual que la parca... pero este no lucia como él. Ese esqueleto vestía ropa de tela y llevaba consigo un bastón... tenía un tono arrogante y malicioso, aunque para la parca solo se trataba de otro muerto más con ansias de venganza. Aquel esqueleto se presento con un nombre que ya no tiene caso recordar. De cualquier modo, aquel esqueleto le enseño a la parca una forma de conocer otro mundo... un mundo con todo lo que quería: mas almas que cosechar, más vivos que conocer, nuevas reglas que romper y mas títeres para utilizar. En ese momento el esqueleto visitante no lo sabía, pero estaba jugando con un ser "vivo". Creía que solo por estar en ese vacío infinito, la parca seria un juguete para utilizar, un objeto que respondería a su palabra siempre y cuando se le diera lo que quería... pero no fue así. El esqueleto cumplió su parte, le enseño aquel mundo... pero la parca fue quien cruzo la línea primero. ignorando las indicaciones de aquel esqueleto y sus ordenes, la parca cruzo la línea desapareciendo de aquel vacio infinito para proyectarse en otro mundo... un mundo que desconocía totalmente.

Allí había criaturas extrañas... más pequeñas que la propia parca, quizás demasiado más pequeñas. pero aun así, los ignoro... no por su tamaño o utilidad para divertir al monstruo, si no porque ellos comenzaron a ignorarlo de pronto. Por más que la parca observaba, gritaba o amenazaba... aquellas criaturas no le veían ni consideraban amenazante... quizás porque no sabían que existía. la parca comenzó a deambular por aquel mundo algún tiempo hasta que encontró alguien que si podía verlo... quizás el único en aquel mundo lleno de mentes cerradas... de ciegos a un nuevo nivel. aquel que lo escuchaba era como los demás en cuanto a su forma física... pero su mente no; su mente estaba destruida... sus sentidos colapsados y su vida al borde de caer. La parca rio y se aproximo, comenzando a hablarle.

Al inicio eran charlas de burla y risa, intentando volver mas monótona la lenta muerte de aquel que lo escuchaba... pero luego de algún tiempo, comenzaron los problemas. la parca se veía incapaz de regresar al vacio infinito... y tampoco podía regresar a su cuerpo en su mundo de origen. Estaba atrapado de algún modo en aquel sitio... pero había una solución. durante sus idas y vueltas, la parca tuvo la oportunidad de intercambiar palabras con el esqueleto que le había enseñado ese mundo; y durante todos esos intercambios, alcanzo a recordar una parte en especifico: "Si vas demasiado tiempo, tu cuerpo terminara por desvincularse de tu alma, y serás un mero fantasma... pero si logras influenciar a alguien para usar sus energías para crear tu cuerpo nuevamente, quizás consigas revivir y salir de este vacío; pero necesitaras apoyo de una mente que sea capaz de entenderte, es decir, a mi". La parca sabia que ese esqueleto no lo entendería, y por eso jamás lo siguió cuando llego la hora. en cambio, aquel ser extraño de ese nuevo mundo... si lo entendía... el también estaba colapsando por dentro. su mente estaba destruida, o por lo menos estaba al borde de la destrucción... y la parca, quien ya estaba preparado para revivir... pues simplemente terminaría el trabajo. Es de ese modo que el monstruo decidió terminar con la mente de quien lo comprendía... llevándolo a la locura al igual que aquel factor que corrompió a la parca en primer lugar. Durante algunos días la Parca hiso lo que estuvo en su mano para terminar de destruir las ultimas bases de la mente del pobre diablo que podía verlo... pero antes de terminar con ello, se arrepintió. Quizás era porque el pobre diablo estaba ya bastante destruido o porque no quería repetir la historia en aquel mundo... pero fuera cual fuera la razón, la parca se detuvo. Aquel diablo ya estaba en su punto de locura ideal... el punto donde la demencia y la coherencia no podían caminar de la mano... pero si podían estar presentes sin matarse el uno al otro. El escapo de una prisión siendo guiado por la parca, y en ese escape la parca vio algo que jamás había visto.

Era un liquido rojo... algo espeso y oscuro. Brotaba de los cuerpos de quienes caían ante el diablo enloquecido. manchaba las paredes, la ropa que llevaban todos allí... incluso las manos del diablo, las cuales la parca podía ver claramente como si fueran suyas. Una ligera risa escapo de los labios de ambos... no sabían que era exactamente aquel liquido pero les gustaba su color... se sentían bien... ya no la parca... ya no el diablo enloquecido... no estaban actuando como entidades separadas, si no como una misma mente cuya lógica ya no podía permitirse el lujo de existir. Sus mentes quedaron sincronizadas de tal forma, que cuando hablaban, lo hacían entre ellos y a la vez no... ya no sabían cómo referirse a sí mismos. Finalmente, tanto el diablo como la parca estaban en un punto de necesidad constante. El diablo necesitaba la demencia de la parca para existir… para darle un "camino" a su vida; y la parca, por otro lado, necesitaba del diablo para tener un cuerpo y poder ser visto. Quizás no sería tanto una necesidad, sino más bien una "complementación", ya que existieron momentos en los que ambos tuvieron que separarse… tuvieron que ingeniárselas para mantenerse "intactos" hasta un posible reencuentro.

Es ahora cuando la parca, con un compañero… con un amigo… con alguien que lo entendía… pudo percatarse de cosas que antes omitía, quizás porque le resultaban aburridas o porque no le parecían lo bastante importantes como para detectarlas. La muerte, la agonía, el sentimiento de desesperación… vivía en el corazón de todos incluyéndose a sí mismo. Era gracioso: ¿alguien tan despreocupado y desequilibrado tanto mental como emocionalmente, desesperado por vivir?, era gracioso viese por donde se viese. Por muchos años la parca vivió sin temor, sin preocupaciones, sin "vida"; pero resultaba que temía… o quizás solo se inventaba cosas para intentar explicar lo que alguna vez experimento. Incluso en ese momento, donde reaparecía físicamente entre aquellas criaturas que no podían verlo y les hacia pagar por su indiferencia e ignorancia… no sabía que sentir sobre nada; solo ejercía su deber como parca mientras reía a todo volumen, observando aquel precioso liquido rojizo brotar del cuerpo de todo ignorante… de todo "ciego" como si fuera un geiser.

Los 2 hechos uno solo continuaron ejerciendo el deber de la muerte. Cosecharon todas las almas que pudieron antes de darse cuenta de su propia debilidad. La parca dependía demasiado del cuerpo del diablo, y a su vez el diablo dependía demasiado de la mente de la parca. Una necesidad constante que los hacía débiles sin importar como se viera. Habían ganado una familia tras unirse en uno solo… y esa familia estaba dispuesta a ayudarlos por ser quienes eran, pero no sabían el cómo… ¿Cómo arreglar una debilidad tan grande como lo era la dependencia de uno al otro?; y de pronto, llego la solución. Todo se resumía a una pregunta: ¿Y si la muerte muriera, podría resurgir en otra forma?. No sabían quién exactamente lo había sugerido… pero era una solución interesante. Si el diablo moría físicamente, ya no debería depender de la mente de la parca… y si la parca no estaba contenida en el cuerpo del diablo, el resto de su familia podría ayudarlo a reconstruir su cuerpo, pudiendo volver a pisar el mundo de los vivos sin impedimentos de ningún tipo. Hubo quienes se opusieron a aquella idea, precisamente los 2 últimos ciegos que habían sido asesinados por la parca… pero no hubo más remedio, su palabra no parecía valer nada ya… después de todo, conformar una familia con aquel que los había asesinado, los había vuelto "videntes" reales… ya no ciegos, ya no defensores de una causa sin sentido como ellos creían. La decisión fue consentida finalmente por toda aquella gran familia feliz… felizmente egoísta.

El resto de esta historia… es historia, o quizás no… posiblemente sea una paradoja como puede ser un montón de palabras juntas tratando de obtener algún valor real. Lo único que se puede decir, es que esta es la "Reaper's History" o "Historia de Reaper".
Freddy

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Tamer
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