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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Ante mala risa, buen silencio [Priv: Orion]
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Ante mala risa, buen silencio [Priv: Orion]
~[Narrador… y asistente]~
Comenzamos esta pequeña historia con nuestro cruel protagonista, realizando la acción más malévola que puede verse en todo el mundo… acabar con las vidas de inocentes criaturas que solo buscaban la paz y tranquilidad… ¡Cruel destino para esas pobres almas que ahora fueron condenadas al fuego eterno del purgatorio del cual, nuestro protagonista sin alma es amo absoluto! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no nos pudo tocar un buen sujeto como prota?! ¡¿Por qué asistente?! ¡¿PORQUE?! – He Señor… que solo está comiendo almejas… - ¡¿Y no es eso acabar con la vida de esas pobres almejas?! – Bueno… si pero… he… no entiendo… ¿Por qué aun intentamos hacerlo quedar mal? - ¡Porque es un psicópata de personalidad múltiple que además tiene en su poder a un niño con complejo de héroe asesino y además a un luchador sin cerebro que busca la violencia en su estado más puro! ¡¿Cómo no voy a intentar hacerlo quedar mal?! ¡¿Eh?! ¡Dime! ¡¿Qué respuesta inteligente tienes?! – haaaa… ¿tomo su pastilla hoy…? - ¡No! ¡No la tome! ¡Ve a traérmela antes que yo me haga el villano! - ¡V-vale! –
[ⓨⓐ ⓥⓞⓛⓥⓔⓜⓞⓢ]
Ha… mucho mejor… bien… ¿en que estaba antes de perder el control de mi mismo…? Oh si… ¡Nuestro despiadado protagonista se encontraba masacrando las pobres vidas de unas almejas digitales para sustentarse! ¡Robando sus almas digitales para satisfacer su estomago hambriento de dolor, pena, muerte y almas inocentes! – Señor, creo que deberíamos dejar las exageraciones… - Si, yo también lo creo pero… ¡Agh! ¡Se supone que es un asesino y terrorista! ¡Debería ser malo pero él no hace nada! ¡Solo deambula como si nada sin objetivos! ¡¿Qué quiere lograr?! ¡Encontrar a sus digispirits de nuevo es una tontería pero pasable aunque al menos debería intentarlo! – Vamos… solo narre hasta que pase algo interesante… - Odio aceptar que un mero asistente tenga la razón… egh…
Bien… aquí vamos… ejem… un día tranquilo en las costas del mundo digital y como dije anteriormente, nuestro querido (de algún modo) terrorista (DE ALGUN MODO) se encontraba comiendo almejas digitales porque… porque si realmente. El humano conocido como Frederick o “Freddy” para los amigos… que son prácticamente todos los que conocen a este tipo… pero bueno, el humano no hacía nada más que satisfacer su apetito mientras deambulaba sin rumbo en una playa casi infinita… queriendo buscar algo pero a la vez sin quererlo. Dentro de sí el sabia que debía buscar a sus demás compañeros esparcidos por el mundo digital pero… sus ganas de hacerlo por otro lado era bastante nulas. Pensar que el tenia el poder de un digimon antiguo capaz de destruir aquel lugar donde se encontraba sin siquiera parpadear… pensar que acabo con innumerables vidas en el mundo humano… y ahora no hacía otra cosa que pasear como si nada por aquel mundo que se había vuelto su hogar luego de muchas experiencias extrañas pero interesantes para este curioso personaje. Sea como sea… poco tiempo ha transcurrido desde que recupero el control de su cuerpo… o más bien, desde que dicho control se le confirió nuevamente. Estar cerca de 6 meses dormido mientras que su Rookie Spirit controlaba su cuerpo y vivía su propia resultaría algo bastante raro para muchos, incluso incomodo pero para el no fue otra cosa que una “siesta algo larga”; aunque luego de despertar de su siesta tuvo que tomar otra de forma momentánea para igualar una situación casi desesperada contra un Agunimon… aunque no nos interesa eso realmente ahora.
Sea como sea… ¿Qué problema podría afrontar ahora nuestro estimado monstruo sin corazón…? Quizás la prueba más difícil que puede experimentar cualquier ser viviente y con hambre de vidas inocentes… - jefe… - egh… bien… y con un apetito voraz sin igual… ¡Una competencia de “come todo lo que puedas hasta reventar o necesitar a los paramédicos”!
¿mmm…? –El humano observo un cartel goltando entre 2 palmeras mientras tenia la carne de almeja colgando de sus labios, con las mejillas infladas al estar conteniendo mas carne de almeja de la que podían almacenar siquiera- ¿honjusko he hojeg joho ko jue guehas hojer…? -¡Hey! ¡Habla claro!- ¡HAKAR! -¡¿Qué fue eso?!- ¿Concurso de todo lo que puedas comer…?... mmmm… -llevo por un instante su mano hacia la boca mientras extendía sus labios entrecerrando los ojos como si estuviera pensando o algo… vaya novedad- ¡Ya se! –A ver que se le ocurre, jaja- ¡Cortare esas palmeras y cuando vengan a buscar su cartel no lo encontraran! ¡Entonces se los devolveré y me darán comida gratis como agradecimiento! -¡DEJENME MATARLO POR FAVOR!-
¿No has pensado en entrar al concurso…? -¡Sí! ¡Eso mismo! ¡Gracias…! Em… BlackGabumon-
También es una opción… ¿y tú de donde saliste?
Llevo aquí todo el día recolectando almejas para vender en la playa… almejas que tú te has estado comiendo y sigues comiendo mientras hablo –El BlackGabumon, que por cierto usaba sombrero, suspiro levemente y se alejo caminando hacia la salida de la playa a una extensa llanura- el concurso es por aquí, si te interesa… mocoso…
¡Oye! ¡El único que me llama mocoso es mi digispirit bestia…! Tsk… bueno… no puedo enojarme con el bajito… ¡Después de todo me indico la comida gratis! ¡Wiiiiiii! –Dicho eso, el humano se fue corriendo hacia la llanura-
Bueno… al menos ahora estará ocupado pero… aun así… ¿Cómo planea este humano ganarle a los digimons comiendo…? – Quizás… ¿volviéndose el un digimon? - ¡Jaja! No seas tonto mi querido asistente… él no tiene control sobre sus digispirits… quizás por eso siempre es subestimado realmente…
~[Freddy]~
Siento el olor a carne fresca… y la comida también… jeje…
Ya me está dando hambre… jeje… -hoy será un día interesante… lo sé-
- Tamer
- Digi Puntos :505Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Merry: Mega
Marlone: UltimateInventario :
Freddy
Re: Ante mala risa, buen silencio [Priv: Orion]
No sabían dónde estaban o hacia dónde se dirigían. Habían estado caminando sin un rumbo fijo durante casi medio día, dejando poco a poco atrás a la llanura donde se habían despertado unas horas antes.
– Uuuuhm... ¿Seguro que estás bien? ¿No quieres que paremos un poco? – El Peti Meramon levitaba un par de pasos adelantado a su compañero. – No me importa parar si estás cansado.
A pesar del notable tono de preocupación en el digimon, el humano le dedicó una de sus mejores sonrisas y nego con la cabeza. Orion era consciente de que ambos estaban cansados y de que el golpe que había recibido en el tobillo comenzaba a ser más molesto de lo que había pensado en un principio; Pero tampoco se podían permitir el lujo de parar a cada rato. El hambre y la sed ya empezaban a hacer mella en sus estómagos y si no encontraban algo o alguien en poco tiempo Orion no quería saber que podría pasarles.
– ¡Eh! ¡¡EH!! ¡Mira eso! – Exclamó con absoluta alegría, adelantándose varios metros de golpe y desapareciendo tras una pequeña cuesta de piedra. – ¡Ven aquí, Orion! ¡¡He encontrado agua!!
Se quedó estupefacto durante un segundo, asimilando lo que su digimon acababa de gritar. Cuando lo hubo entendido sintió una pequeña punzada de adrenalina y felicidad al mismo tiempo. Caminó lo más aprisa que pudo hasta el borde de la colina y... el alma se le cayó a los pies.
Tras la colina se extendía una enorme playa de aguas cristalinas. Efectivamente era agua, pero no una que pudiese beberse... Se deslizó colina abajo hasta que sus zapatillas tocaron la suave arena de la playa y se acercó a Peti Meramon.
– ¿Qué, eh? ¿A que nunca habías visto tanta agua junta, eh?
– *No*. *Bebas*. – Gesticuló en el idioma de signos mientras soltaba un amargo suspiro.
Deimos se había criado en una ciudad céntrica y nunca había visto el mar, con lo cual era normal que hubiese confundido el agua salada con el agua dulce. Pero Orion no tenía ánimos para explicárselo ahora mismo.
– ¿Ah...? ¿Qué no beba? ¿¡Pero por qué!? – El digimon parecía escandalizado con la petición de su Tamer.– ¡Tú no tendrás sed, pero yo si tengo!
Emperrado con la idea de calmar su sed, el digimon se acercó al agua. El humano le siguió de cerca y lo rodeó con los brazos antes de que este diese su primer sorbo de agua marina. A pesar de que Peti Meramon tenía la apariencia de una llama, al tacto no quemaba, era más bien cálido y agradable.
– ¡¡EEEH!! Suéltame, Orion ¡Tengo sed! – Se retorció en sus brazos, tratando de escaparse, pero el abrazo de su tamer era más fuerte de lo que parecía. – ¡Sueltaaaaaaaaaa!
Un último tirón hacia delante hizo que Orion apoyase más peso del que debía en su tobillo herido y le hizo caer en la orilla. Había caído sobre su digimon, pero eso no pareció importarle a Deimos, que aprovechó una pequeña ola cercana para estirar la lengua y recoger todo el agua de mar que pudo.
– ... – Abrió la boca y saco la lengua con una mueca de asco. – Uh, uh... ¡Puegh! ¡¡Esta agua sabe a cáscara de pipas!!
El chico soltó un soplido seguido de una risa sin sonido, todo ello mientras soltaba a su digimon y se reincorporaba sobre la arena.
– ¿¡Bol gue the díez!? – Preguntó mientras se frotaba la lengua con las manos – ¡No te rías! Parece agua normal ¿¡Cómo iba a saber que sabría a cáscara de pipas!? – Trataba de hablar con un tono enfadado, pero a pesar de que la risa de Orion no se oía, su alegría era contagiosa y terminó riéndose también.
Tras un par de minutos para recuperarse del ataque de risa, continuaron su camino. Paseando por la costa de la playa hasta que una melodía llegó a oídos de ambos.
– Oyes eso ¿Verdad?
No obtuvo respuesta. El chico se aseguró de que realmente era música lo que oía. La música es para eventos y en los eventos... hay gente. Con un rápido gesto de cabeza Orion se adelantó, seguido de su digimon. Tuvieron que caminar aún unos minutos más antes de ver a lo lejos lo que parecía ser una fiesta.
Orion se sorprendió un poco cuando empezó a distinguir a la "gente" de la fiesta. Todos tenían aspectos diferentes, ninguno de ellos entraría en la categoría de "humanos", pero no parecían ser agresivos como aquel murciélago. La verdad, parecían estar pasándoselo bien. Habían carteles de: Concurso, todo lo que puedas comer; por todas partes y no pasaron desapercibidos a ojos de los dos hambrientos viajeros. Casi parecía una plegaria a sus problemas.
– *Sígueme*. – Dijo con un gesto disimulado de mano.
Había mucha variedad de físicos entre unos y otros, Orion estaba seguro de que podrían pasar desapercibidos entre toda la multitud. Como si estuviesen invitados a la fiesta, se acercaron a una de las mesas más vacías que pudieron ver. Se sentaron justo detrás de un Wizardmon que parecía estar entreteniendo a un puñado de Candlemons con unos hábiles trucos con su bastón.
– ¿Entonces...? ¿Está bien que esperemos aquí a ver si nos toman como participantes...? – Susurró, temeroso de que le llegase a escuchar alguien.
Orion asintió solemnemente y cerró los ojos, cruzando los brazos por encima de la mesa. Tenía que mantenerse tranquilo, o al menos aparentar estarlo si no quería llamar la atención y perder la oportunidad que se les brindaba.
– Uuuuhm... ¿Seguro que estás bien? ¿No quieres que paremos un poco? – El Peti Meramon levitaba un par de pasos adelantado a su compañero. – No me importa parar si estás cansado.
A pesar del notable tono de preocupación en el digimon, el humano le dedicó una de sus mejores sonrisas y nego con la cabeza. Orion era consciente de que ambos estaban cansados y de que el golpe que había recibido en el tobillo comenzaba a ser más molesto de lo que había pensado en un principio; Pero tampoco se podían permitir el lujo de parar a cada rato. El hambre y la sed ya empezaban a hacer mella en sus estómagos y si no encontraban algo o alguien en poco tiempo Orion no quería saber que podría pasarles.
– ¡Eh! ¡¡EH!! ¡Mira eso! – Exclamó con absoluta alegría, adelantándose varios metros de golpe y desapareciendo tras una pequeña cuesta de piedra. – ¡Ven aquí, Orion! ¡¡He encontrado agua!!
Se quedó estupefacto durante un segundo, asimilando lo que su digimon acababa de gritar. Cuando lo hubo entendido sintió una pequeña punzada de adrenalina y felicidad al mismo tiempo. Caminó lo más aprisa que pudo hasta el borde de la colina y... el alma se le cayó a los pies.
Tras la colina se extendía una enorme playa de aguas cristalinas. Efectivamente era agua, pero no una que pudiese beberse... Se deslizó colina abajo hasta que sus zapatillas tocaron la suave arena de la playa y se acercó a Peti Meramon.
– ¿Qué, eh? ¿A que nunca habías visto tanta agua junta, eh?
– *No*. *Bebas*. – Gesticuló en el idioma de signos mientras soltaba un amargo suspiro.
Deimos se había criado en una ciudad céntrica y nunca había visto el mar, con lo cual era normal que hubiese confundido el agua salada con el agua dulce. Pero Orion no tenía ánimos para explicárselo ahora mismo.
– ¿Ah...? ¿Qué no beba? ¿¡Pero por qué!? – El digimon parecía escandalizado con la petición de su Tamer.– ¡Tú no tendrás sed, pero yo si tengo!
Emperrado con la idea de calmar su sed, el digimon se acercó al agua. El humano le siguió de cerca y lo rodeó con los brazos antes de que este diese su primer sorbo de agua marina. A pesar de que Peti Meramon tenía la apariencia de una llama, al tacto no quemaba, era más bien cálido y agradable.
– ¡¡EEEH!! Suéltame, Orion ¡Tengo sed! – Se retorció en sus brazos, tratando de escaparse, pero el abrazo de su tamer era más fuerte de lo que parecía. – ¡Sueltaaaaaaaaaa!
Un último tirón hacia delante hizo que Orion apoyase más peso del que debía en su tobillo herido y le hizo caer en la orilla. Había caído sobre su digimon, pero eso no pareció importarle a Deimos, que aprovechó una pequeña ola cercana para estirar la lengua y recoger todo el agua de mar que pudo.
– ... – Abrió la boca y saco la lengua con una mueca de asco. – Uh, uh... ¡Puegh! ¡¡Esta agua sabe a cáscara de pipas!!
El chico soltó un soplido seguido de una risa sin sonido, todo ello mientras soltaba a su digimon y se reincorporaba sobre la arena.
– ¿¡Bol gue the díez!? – Preguntó mientras se frotaba la lengua con las manos – ¡No te rías! Parece agua normal ¿¡Cómo iba a saber que sabría a cáscara de pipas!? – Trataba de hablar con un tono enfadado, pero a pesar de que la risa de Orion no se oía, su alegría era contagiosa y terminó riéndose también.
Tras un par de minutos para recuperarse del ataque de risa, continuaron su camino. Paseando por la costa de la playa hasta que una melodía llegó a oídos de ambos.
– Oyes eso ¿Verdad?
No obtuvo respuesta. El chico se aseguró de que realmente era música lo que oía. La música es para eventos y en los eventos... hay gente. Con un rápido gesto de cabeza Orion se adelantó, seguido de su digimon. Tuvieron que caminar aún unos minutos más antes de ver a lo lejos lo que parecía ser una fiesta.
Orion se sorprendió un poco cuando empezó a distinguir a la "gente" de la fiesta. Todos tenían aspectos diferentes, ninguno de ellos entraría en la categoría de "humanos", pero no parecían ser agresivos como aquel murciélago. La verdad, parecían estar pasándoselo bien. Habían carteles de: Concurso, todo lo que puedas comer; por todas partes y no pasaron desapercibidos a ojos de los dos hambrientos viajeros. Casi parecía una plegaria a sus problemas.
– *Sígueme*. – Dijo con un gesto disimulado de mano.
Había mucha variedad de físicos entre unos y otros, Orion estaba seguro de que podrían pasar desapercibidos entre toda la multitud. Como si estuviesen invitados a la fiesta, se acercaron a una de las mesas más vacías que pudieron ver. Se sentaron justo detrás de un Wizardmon que parecía estar entreteniendo a un puñado de Candlemons con unos hábiles trucos con su bastón.
– ¿Entonces...? ¿Está bien que esperemos aquí a ver si nos toman como participantes...? – Susurró, temeroso de que le llegase a escuchar alguien.
Orion asintió solemnemente y cerró los ojos, cruzando los brazos por encima de la mesa. Tenía que mantenerse tranquilo, o al menos aparentar estarlo si no quería llamar la atención y perder la oportunidad que se les brindaba.
Re: Ante mala risa, buen silencio [Priv: Orion]
~[Narrador]~
Crabmons, Goblimons, Bearmons e inclusive digimons de nivel Champion como Minotaurmon o Fugamon estaban presentes en aquel concurso de comer todo lo que fuera digitalmente (Y humanamente) posible. Todo iba de maravillas… hasta que el humano del manicomio llego… solo el BlackGabumon que lo había invitado podría detenerlo… pero cuando el concurso más lo necesitaba, se fue a otro lado. Han pasado 5 minutos desde que el humano llego al concurso, y al parecer los digimons aun no se percatan de su sufrimiento futuro… varios precalentamientos han sido servidos en varias mesas pero nada parece intimidar al humano cuya búsqueda del alimento gratuito, pero yo estoy seguro que BlackGabumon regresara pronto… si no… ¿Quién nos salvara…? - ¿Acaba de citar el inicio de la novela “Maestro Elemental, la leyenda de Uunk” para este guion…? – Si, y si le dices algo a alguien considérate despedido, que aun sigue bajo derechos de autor – Okey… ¿me deja jugar a Carlo Festival 9? – Bien, solo no molestes mientras hago esta corta narración antes de ver que piensa nuestro loco protagonista – okey – ha… sigue siendo un niño… quizás por eso aun no se entera de su salario. Bueno, siguiendo con mi introducción… el humano observo atentamente a su competencia sin mucha intención de subestimarlos… después de todo, más que para ganar, el estaba allí para comer… y fue en ese instante que su atención fue captada por la presencia de otro humano que parecía colado, y eso era gracias a que no tenían ningún numero o algo que los relacionara con la mesa donde estaban apartados. Frederick sonrió de lado con ternura y maldad de forma simultánea, relamiéndose levemente los labios mientras entrecerraba los ojos pensando en quien sabe que…
~[Freddy]~
Ñomñomñomñomñom~ ñomñomñomñom~ ñomñomñomñomñomñomñomñomñom~
~[Narrador]~
Nunca sabré que transita por su cabeza… egh… lo malo de ser narrador es que no sabes que piensan los personajes hasta que no lo lees en el guion a tiempo real… tsk. Fuese como fuese, el humano observo la mesa donde estaba aquel humano que llamo su atención y se apresuro a encontrar a quienes deberían estar allí sentados desde un principio y cuando los encontró, se aseguro de que no pudieran asistir al concurso… para mi desgracia, no los mato, simplemente los noqueo y encerró en un baño portátil… uff… creo que hubiera sido más piadoso matarlos pero bueno… matar a un Gazimon y a un Gizamon no puede ser cosa fácil para un humano… aunque noquearlos con una tanda de comida podrida encima sí. Frederick se acerco a la mesa del otro humano de cabello verde, acercándole un letrero con un numero mientras que el mismo se colocaba otro letrero con el numero 17.
Jeje… si vas a participar, necesitas un letrero con numero para que sepan que estas anotado… si no, podrían perseguirte y matarte ya que pensarían que estas aquí solo para comer gratis –El humano saco la lengua de forma chistosa, mientras guiñaba un ojo con gracia y reia fuertemente- ¡Jajajajaja! ¡Que traigan la comida!
Con aquella afirmación, varios digimons fueron a sus respectivas mesas y tomaron asiento, mientras que varios digimons con sombreros de chefs y bandejas llenas de comida se acercaban a las mesas y dejaban los manjares digitales listos parara ser consumidos. El presentador de la competencia no fue otro que un conocido de otro narrador: un Etemon particular que simplemente solo sabe gritar… quizás me lleve bien con él.
¡En sus marcas! ¡Baberos listos! ¡Estómagos vacios…! ¡Y A COMER DIJERON SUS MAMA’ITAS!
¡Come peliverde! ¡Si no quieres levantar sospechas! –El humano estiro su brazo para alcanzar una langosta hervida y darle un mordisco arrancándole la cabeza como si nada- ¡JIEHES GUE HONER! –Yo lo traduzco: “tienes que comer”-
- Tamer
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Marlone: UltimateInventario :
Freddy
Re: Ante mala risa, buen silencio [Priv: Orion]
"Mantente tranquilo. No hay nada fuera de lugar. Mantente tranquilo" Era el mantra que el muchacho se repetía internamente una y otra vez. No hacía caso de las charlas que oía a su alrededor, ni la música y las risas y, sobre todo, ignoraba totalmente lo que sea que estuviese haciéndole cosquillas en una pierna.
– ¡Psss...! Oriooon... – Escuchó susurrar Deimos dándole tironcitos del pantalón.
Orion abrió los ojos, preguntándose que demonios hacía su compañero debajo de la mesa. Al abrirlos solo vio un cartelito en blanco, con un enorme 15 dibujado en rojo chillón. Lo cogió por inercia y le dedicó un rápido vistazo al hombre que se lo tendía. Se quedó un instante con la mirada clavada en los ojos del otro humano y luego no pudo evitar observarle descaradamente de arriba a abajo en busca de garras, cola, cuernos... cualquier cosa extraña que pudiese encontrar. Pero aparte de las ojeras parecía ser un chico totalmente normal. Entre todos esos seres había encontrado a otro humano.
El alivio que sintió en ese momento era tan abrumador que estaba pasando por alto los tirones de Deimos.
Le dedicó una gran sonrisa al otro humano a la vez que inclinaba suavemente la cabeza a modo de agradecimiento. Escuchando la explicación del joven mientras se colocaba el cartelito delante del pecho. Le acababa de salvar la vida... literalmente.
– ¡Bien! No me hagas caso... – Refunfuñó para sí, soltando la pierna de Orion y escondiéndose bajo el asiento de su tamer.
Deimos trataba de mantenerse fuera de la vista de aquel desconocido. Por alguna extraña razón aquel hombre no le gustaba un pelo. No solo había conseguido toda, toda, la atención de su Tamer en menos de diez segundos, sino que también se habían olvidado de él en un tiempo record. Es cierto que se había escondido del extraño para que no le viese desde que se acercó a la mesa, pero cuando uno esta enfadado culpa a todos de todo.
Con un bufido, el Peti meramon levitó por debajo de los asientos, alejándose de los dos humanos. Él podría encargarse de alimentarse a sí mismo, tampoco es como si los necesitase.
Sirvieron unos platos que Orion nunca había visto, pero se veían deliciosos y tampoco estaba para hacerle ascos a nada. Como se suele decir: Cuando hay hambre, no hay pan duro. Un Etemon dio la señal de salida y todos empezaron a comer.
El joven de las ojeras fue de los primeros en hincarle el diente a algo. Instó a empezar a Orion mientras cogía lo primero que tuvo a mano y lo mordía de forma salvaje. Aquel gesto le arrancó una risita muda. A él le habían enseñado los modales básicos a la hora de comer, pero tenía hambre y no parecía que al otro humano le fuese a importar mucho, así que se acercó un plato de lo que parecían ser frutas de color rosa chillón y comenzó a devorarlas a toda prisa.
Deimos se había separado bastante ya. Resoplaba de vez en cuando, buscando las mesas que más despilfarrasen. Se colocaba debajo de ellas, agarraba todo alimento que pudiese caer y cambiaba rápidamente de mesa antes de que nadie se diese cuenta de que la comida que se les había caído ya no estaba.
– Ñam, ñam... En algún momento se acordará de mí y ya no estaré. Ñam, ñam, ñam. Y se llevará un buen susto. – Refunfuñaba molesto mientras se comía todo lo que había logrado recolectar. – Y luego diré que no comí nada para que se sienta mal. *Glups* Y me tendrá que pedir disculpas ¡¡Y no le perdonaré!! Ñam, ñam...
– ¡Psss...! Oriooon... – Escuchó susurrar Deimos dándole tironcitos del pantalón.
Orion abrió los ojos, preguntándose que demonios hacía su compañero debajo de la mesa. Al abrirlos solo vio un cartelito en blanco, con un enorme 15 dibujado en rojo chillón. Lo cogió por inercia y le dedicó un rápido vistazo al hombre que se lo tendía. Se quedó un instante con la mirada clavada en los ojos del otro humano y luego no pudo evitar observarle descaradamente de arriba a abajo en busca de garras, cola, cuernos... cualquier cosa extraña que pudiese encontrar. Pero aparte de las ojeras parecía ser un chico totalmente normal. Entre todos esos seres había encontrado a otro humano.
El alivio que sintió en ese momento era tan abrumador que estaba pasando por alto los tirones de Deimos.
Le dedicó una gran sonrisa al otro humano a la vez que inclinaba suavemente la cabeza a modo de agradecimiento. Escuchando la explicación del joven mientras se colocaba el cartelito delante del pecho. Le acababa de salvar la vida... literalmente.
– ¡Bien! No me hagas caso... – Refunfuñó para sí, soltando la pierna de Orion y escondiéndose bajo el asiento de su tamer.
Deimos trataba de mantenerse fuera de la vista de aquel desconocido. Por alguna extraña razón aquel hombre no le gustaba un pelo. No solo había conseguido toda, toda, la atención de su Tamer en menos de diez segundos, sino que también se habían olvidado de él en un tiempo record. Es cierto que se había escondido del extraño para que no le viese desde que se acercó a la mesa, pero cuando uno esta enfadado culpa a todos de todo.
Con un bufido, el Peti meramon levitó por debajo de los asientos, alejándose de los dos humanos. Él podría encargarse de alimentarse a sí mismo, tampoco es como si los necesitase.
Sirvieron unos platos que Orion nunca había visto, pero se veían deliciosos y tampoco estaba para hacerle ascos a nada. Como se suele decir: Cuando hay hambre, no hay pan duro. Un Etemon dio la señal de salida y todos empezaron a comer.
El joven de las ojeras fue de los primeros en hincarle el diente a algo. Instó a empezar a Orion mientras cogía lo primero que tuvo a mano y lo mordía de forma salvaje. Aquel gesto le arrancó una risita muda. A él le habían enseñado los modales básicos a la hora de comer, pero tenía hambre y no parecía que al otro humano le fuese a importar mucho, así que se acercó un plato de lo que parecían ser frutas de color rosa chillón y comenzó a devorarlas a toda prisa.
Deimos se había separado bastante ya. Resoplaba de vez en cuando, buscando las mesas que más despilfarrasen. Se colocaba debajo de ellas, agarraba todo alimento que pudiese caer y cambiaba rápidamente de mesa antes de que nadie se diese cuenta de que la comida que se les había caído ya no estaba.
– Ñam, ñam... En algún momento se acordará de mí y ya no estaré. Ñam, ñam, ñam. Y se llevará un buen susto. – Refunfuñaba molesto mientras se comía todo lo que había logrado recolectar. – Y luego diré que no comí nada para que se sienta mal. *Glups* Y me tendrá que pedir disculpas ¡¡Y no le perdonaré!! Ñam, ñam...
Re: Ante mala risa, buen silencio [Priv: Orion]
~[Freddy]~
La comida de aquí no esta tan mal… jeje… y el peliverde parece satisfacer tu estomago asique será gracioso cuando todos se enteren que no somos participantes… jeje… ansió tanto causar un alboroto como en los viejos tiempo, mas si es por una pequeñez como comer gratis…
¡MAS! ¡Necesito mas comida por aquí! –Tengo que alimentar 2 estómagos además del mío-
¡Y el numero 17 va a la cabeza! ¡Es sorprendente como un humano puede comer tanto! –Ese Etemon me suena de algo… ¿habrá sido alguna de las tantas citas por internet que le conseguí a mama antes de que se fuera?-
¡Oye humano! ¡¿Dónde están los villanos?! ¡¿Por qué no estamos matando villanos?! // ¿Kotemon? ¿Qué pasa ahora? // ¡PELEA! ¡QUIERO UNA PELEA! ¡ESTO NO ES UNA PELEA! Bueno, de hecho es una pelea de estómagos pero… ¡NO UNA PELEA COMO YO QUIERO! // ¡Dinohumon! ¡Paren! ¡Es mi turno de narrar! // ¡Evoluciona para que ganes rápido y podamos matar villanos! // ¡NO! ¡EVOLUCIONA MAS DE LO QUE EL QUIERE Y GOLPEEMOS A TODOS AQUÍ! // ¡¿No ves a un Etemon por ahí?! // ¡¡ESO LO HARIA MEJOR AUN!! // ¡Ah! ¡Paren que me da dolor de cabeza! // ¡EVOLUCIONA! // ¡¡PELEA!!
¡Ah! ¡Por el amor a todos los actos terroristas de la sociedad! ¡Cállense! ¡Cállense! ¡Cállense que me desesperaaaaaaaaaan! -¿Por qué me suena esta frase de algún lado?-
Em… no podemos comer en silencio numero 17… en los concursos de este estilo, comer en silencio es signo de debilidad… -En serio, este Etemon… ¿fue una cita de mi madre?- ummmmm… ahora que digo esto que dije… ¡Numero 15! –El mono señalo a mi amigo peliverde- ¿Por qué el único que pide más comida es tu amigo y no tú…? Es raro que algo así ocurra
(Ya valimos castaña~)
(¡PELEA!) - ¡Que no!-
(¡Es verdad! ¡El peliverde ha guardado mucho silencio…! ¡Es un villano!) –Quizás pero ñeh-
¡Habla numero 15! ¡¿Por qué no hablas?! –Wow… cuanto sentido en ese dialogo-
~[Narrador y asistente]~
¡Oh dios! ¡Jajajaja! ¡Quiero ver que pondrá el próximo narrador para esta situación! ¡Si que la regaron esos 3! – Oye, esto es algo cruel jefe… - Seguro que lo es, pero no me interesa… jeje… venga, disfrutemos del espectáculo; ya en la próxima ronda intentaremos arreglar este desastre *sonido de presión sobre una silla* ¿Por qué no te sientas y disfrutas del show? – No se… - Te dejare leer mi comic de “Piscina de la Muerto” - ¡Trato hecho! *sonido de presión sobre silla* se que está mal dejarlos así pero… ¡Piscina de la Muerto es Piscina de la Muerto! ¡No puedo dejarlo pasar! – Exactamondo.
Off: perdona la brevedad qwqU
- Tamer
- Digi Puntos :505Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Merry: Mega
Marlone: UltimateInventario :
Freddy
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