The Shadow. [Fukuro ID]

por **Fukuro** Lun Abr 17, 2017 3:19 am

- Tamer

Nombre: Fukuro, no posee apellido, no ha nacido en una familia.

Sexo: Masculino.

Edad: 21 Años.

Digivice: D-Scanner, completamente negro y de apariencia demacrada.

-Apariencia:

El dato mas importante que se debe mencionar de Fukuro, es su particularidad al ser un digimon que ha reencarnado en un humano, cuyo cuerpo está hecho completamente de datos por haber sido generado desde una idea en el mundo digital. El proceso de envejecimiento de los humanos, junto con el funcionamiento interno de su cuerpo ajeno al mundo digital es un misterio, y a ciencia exacta es difícil diferenciarlo entre un humano o un digimon guiándose desde su composición, historia y origen.

De aproximadamente un metro setenta de altura, no es un particularmente alto, pero tiene una complexión esbelta, una musculatura bien tonificada y un cuerpo carente completamente de imperfecciones como cicatrices, o marcas similares a lunares, granos, verrugas, manchas en la piel. En sí su cuerpo se puede sentir impoluto, ajeno de asimetría alguna en la proporción de sus extremidades, siendo solamente su rostro aquél punto que desentona por el parche que atraviesa su rostro ante la falta del órgano ocular derecho. Su piel presenta una tez nívea, bastante pálida.

Suele usar un traje de vestir negro cuyo interior presenta un carmesí estampado floral que emula rosas, junto con aditamentos de armaduras samurai como lo son las hombreras llamadas "Sode", las musleras llamadas "Haidate", ambas del lado derecho de su cuerpo, y una correa de cuero sobre su torso, y traje, para unir con firmeza el Sode, y el Haidate, dejando ver por debajo su corbata, y camisa blancas. No tiene grandes variaciones en su atuendo, aunque hay ocasiones en las que puede ir sin las piezas de armadura sobre el traje, o directamente sin la parte superior del mismo, yendo en un desarreglada camisa blanca a medio abotonar.

Tiene dos zapatos desgastados de cuero negro, encontrados al poco tiempo de aparecer. El resto de su vestuario ha estado con él desde el primer momento que recuerda, pese a no encontrar o recordar explicación lógica desde la perspectiva de los humanos.

Su cabello es castaño, y lacio hasta el final del cuello, aunque desprolijo mas no despeinado. Su único ojo brilla dorado, con la pupila siempre contraída. Sus dientes presentan los caninos mas desarrollados, y su expresión es siempre feroz. Cómo dato de color, al haber nacido en circunstancias tan atípicas, carece de ombligo.

Cuerpo completo:

-Personalidad:

Su reciente emerger ha dado poco tiempo a un análisis propio del mundo que habita hoy por hoy ajeno a los recuerdos base que posee. Recuerdos, pensamientos, formas, ideales y valores que en su momento pertenecieron a un táctico, guerrero y comandante de un clan ahora extinto como órgano político, y administrativo, independiente.

Teniendo como base su carencia de propias vivencias, es un hombre que piensa en la fuerza como la forma correcta para alcanzar todos los fines. No le importa la diplomacia, o la paz, es un ser que desea medir su valía como individuo por medio de combates, de masacres y de dejar una suerte de marca, metafórica, en la historia sin importar los medios que deba utilizar.

Al poseer recuerdos que no le pertenecen a sí mismo como hombre, tiene una personalidad complicada desde su entendimiento de quién es. Ha generado un odio hacia aquel hombre que posiblemente fue, o conoció, deseando mas que nada eliminarlo para poder aceptarse a si mismo como el que prevalecería. Siente que él, y el dueño de su persona, son dos caras de la misma moneda que no pueden coexistir.

En términos de ideología simpatiza altamente con la entropía que plantea el Chaos Empire, asumiendo que traería consigo el estado de violencia primigenia en la cual él se siente tan cómodo. Sumado a esto, es torpe socialmente en torno a los humanos, considerándolos no solo débiles, si no molestos, egoístas, torpes y por sobre todo, hipócritas; ya que considera valioso aceptar la oscuridad de todo como una forma de equilibrio, y en ese equilibrio, que los hombres acepten su propio salvajismo. Considera a los humanos como bestias auto-destructivas, y se maneja con mejor temple entre digimon.

Esto no lo imposibilita a crear excepciones, y a tolerar a quien comparta su ideología, o acepte sus principios sin intentar imponer los propios.

No le tiembla la mano a la hora de asesinar, destruir, robar, engañar o amenazar para conseguir sus métodos, sin embargo tiene una consciencia aunque escondida tras sus conflictos de personalidad, y emocionales. Tiene un concepto del honor por el cual, puede hacer todo este tipo de iniquidades, ya que de hacérselas a él sería justo, por ser ésta su justicia, la igualdad en las posibilidades solamente condicionada por la capacidad de los asesinados, y los asesinos.

A medida que Fukuro utilice su spirit, y comience a ver el mundo por sus propios ojos, comenzará a recordar poco a poco no solo la vida que llevó como digimon, si no aclarando poco a poco los recuerdos que pertenecen a aquel caballero del cual ha recibido su personalidad, cuerpo, mente y formas. La dicotomía del ser y el sentir verdaderos, los senderos a transitar, la identidad.

-Historia:

"¿Cuando comienza la vida y finaliza el pasado? ¿Por que podemos afirmar que nosotros, somos nosotros, y el otro no es nosotros? ¿Es que acaso alguien puede tener la certeza del existir? Palabras que para uno pueden resultar en muchos casos innecesarias, pensamientos y planteos que las personas evitan, no necesitan presentarse, pero él, sí.

Los recuerdos eran confusos, ¿Donde comenzaba su historia? ¿Que debería contar? ¿Cuanto de esa historia era propio? Antes de abrir sus ojos el sueño letárgico en el que estuvo sumergido, como un mar de incertidumbre dejo ver un imperio en los cielos, magno, mecánico, avasallante.

El joven se preguntaba, ¿Es mi hogar? No es nada mas que un reino de abominaciones, estrechos pasillos tan metálicos como todo en ese antro de la perdición, tenía imágenes borrosas de caras desconocidas, voces, pasos, presencias. Mas nada de eso le pertenecía.

¿Quien era él? El mar de oscuridad e incertidumbres en el que se encontraba era algo que trascendía la vida, y la muerte. El no era humano, pero no era un digimon, era una idea, un pensamiento, datos, un alma, rencores, miedos.

Se entregó al pensar, recordaba garras en sus pies, una mascara, dos armas de madera que blandía con salvajismo. ¿Acaso éste era él? Tal vez el mas pequeño, con una armadura cuyo origen no reconocía mas sentía familiar, tenía cola, garras y un mirar ambarino como el propio. Tal vez, el era ambos.

¿Y esa figura cual centauro que cegaba las vidas con su acometida, cosechando las almas con sus dos espadas? También era él, lo sentía, mas no sabía correctamente qué reconocer como un sueño, o como un recuerdo ajeno.

Pensó, tal vez, que su identidad yacía en ese guerrero demoníaco sobre el corcel esquelético que en realidad, era parte de sí. Mas dudaba, no recordaba nada mas que el observar sus reflejos en medio de la oscuridad, observar las figuras de esos seres, esos guerreros, esos monstruos. Quiso notarlo, quiso verse.

No había él, ese lugar oscuro era su alma, esas criaturas eran parte de sí, mas él ya no era uno solo. Había otra presencia, otro ser, otros recuerdos, ¿Quien es? Esa pregunta lo perturbaba, no veía un rostro, era aquel que campante recorría los pasillos del bastión, el mismo que veía destruyendo esa torre cristalina, a través de sus ojos siempre. ¿Era él?

Quería que esa oscuridad cesase, quería conocerse, pero no sabía, porque no podía. Una última figura se aproximó a él, ¿O es que acaso él era la figura? No lo supo, no había cuerpo, no había ser, él en realidad no estaba, no sentía cuerpo alguno flotando en ese mar nocturno, de siluetas, recuerdos, figuras.

- Aquí estamos, es el fin, ¿O acaso es un comienzo? Tú no deberías estar aquí, por que tú no eres nadie, no eres nada, no eres -Era un samurai, pero él no lo sabía, veía una armadura negra y majestuosa, con partes doradas, y una gran funda vacía en su espalda, posiblemente mas grande que él. ¿Por que estaba vacía? ¿Por que le decía esas cosas? Dudo, mas no vio existencia, no había luz.

El guerrero lo contempló, y asintió tras mirar hacia un costado. ¿Que veía? Poco a poco comenzó a sentir, no solo sentía frío, pesar en su cuerpo, inclusive sentía su cuerpo, extremidad por extremidad comenzaba a sentir, célula por célula y dato por dato. Lentamente un mundo se comenzó a generar en su interior, sentimientos, ideas nuevas, pensamientos esta vez... propios. Pero con el pensar llego el miedo, ¿Que tan propio? Dudó, y entonces sintió el descenso.

A través de la oscuridad, en picada se sintió caer, el viento en su cuerpo desnudo, la adrenalina, el dolor de su pecho ante cada latir por la sangre recientemente descubierta irrigándose, ese cuerpo dormido volviendo a recuperar sensibilidad, miedo, dolor. Quiso gritar, detenerse, parar.

Y entonces, despertó. Primero el dolor de la luz golpeando su rostro, se atajó para que se detuviese, rogándose que se fuese. Pero lo notó, notó el calor contra su piel gélida, que poco a poco recuperaba temperatura. Había césped bajo su cuerpo, sintió el picor cuando con ambas manos desprendió un puñado de ese verdor.

Escuchó con puntadas en su cabeza, como taladros, el sonido de los animales, digimon, en las cercanía, antes de mostrarles cierto desprecio cuando poco a poco iban a acercándose temerosos a él. Él en cambio, se arrastró hacia la orilla de aquel arroyo, buscando sentir el agua, escuchar el ruido mas atentamente, reconciliarse con esos sentimientos que sentía conocidos, con esos pensamientos que no reconocía como propios, y con esos recuerdos que herían su mente.

Cuando vio su rostro, gritó, sintió odio. Golpeó el agua, desesperadamente, sintiendo mil agujas clavarse en cada movimiento por la brusquedad de los mismos en su cuerpo aun sensible por la mala circulación. Los bebes se asustaron, huyeron, y sin importar cuanto golpease el agua, la imagen no se desvanecía.

Retrocedió, al borde del llanto. Se sentía impotente, sucio, falso, no reconocía ese rostro como propio, de hecho, no se reconocía. Notó que estaba vestido, aunque descalzo, trató de calmarse. Buscó en su bolsillo, y lo encontró, el artefacto negro como la noche, como esa oscuridad de la que había despertado, de la que había nacido, como la armadura de ese ser que negó su existir.

Tras tres intentos fallidos, se levantó, furioso. El no podría ser, no podría ser hasta que no reemplazase a aquel otro, hasta que no se crease a si mismo.

Lentamente los pensamientos se iban ordenando, acomodando, su mente iba desarrollando tal vez palabras, oraciones completas. Pudo andar erguido tras quince minutos, sin cojear después de media hora, y hablar tras una. Observó el arma que colgaba de su cintura, y pudo desenfundarla. Tenía una grabado en su hoja, que no pudo leer, su cabeza nuevamente le dió una putada al ver su reflejo en la hoja. Cayó de rodillas, poco a poco los recuerdos volverían, poco a poco se descubriría, y a aquél con quien estaba tan fuertemente ligado.

Ya que, tras el fin, llegó el nuevo comienzo."

Millones de preguntas sin respuesta atormentaron los primeros momentos en los que ese adulto conoció la vida, o mejor dicho la reencontró.

Fukuro es un ser, carente de nombre real mas que aquel que él mismo se asignó ante su necesidad de darse una existencia. ¿Pero de donde vino su existir? La vida de Fukuro comenzó antes de ser Fukuro, o de portar ese rostro juvenil, cuando era nada mas, ni nada menos, que un digimon. Tactimon, ser de grandes poderes, y alma oscura, un táctico de proezas militares que aumentaban, poco a poco y con cada victoria, su condición como un ser demoniaco, y nefasto.

Fue esa misma naturaleza magnifica la que, tras su final incierto, lo vinculó a un tamer que hoy por hoy ostenta uno de los cargos mas altos capaces de ser adquiridos por un humano en aquel mundo paralelo. En su momento un héroe del Metal Empire, un demonio de las lineas frontales, despiadado, feroz, ambicioso que, sin embargo, logró redimirse.

Esta redención supuso el desprenderse del alma de Tactimon, condenando a aquel declinado ser de mentalidad inestable a vagar en el inframundo, durante largos lapsos de demencia, celos, envidia, tristeza y dolor. Aquel alma torturada por los recuerdos que en sí mismo vivían, recuerdos propios y del tamer a quien había servido, gracias a quien pudo ver nuevamente la grandeza, aunque efímera.

Su poder, su historia y su ser llamó la atención de cierto portero del Inframundo, vigía de las almas, con influencia sobre los asuntos posteriores al final. ¿Era el final? Se preguntó, y fue cuando a la oscura alma del guerrero le propuso un trato. Renacer, volverse nuevamente un ser completo, solo limitado por su propio entendimiento de sí mismo en el proceso, a cambio de, cuando la situación lo requiriese, pagarle el favor. Tal vez por pena, capricho, curiosidad o provecho, mas aquel Plutomon le permitió a aquella ánima que se aferraba a su poderío continuar en el ciclo de la vida.

Algo salió mal, o tal vez demasiado bien. Un desequilibrio, posiblemente por la naturaleza corrupta en la mente, y alma de aquel samurai, produjo que no fuese un digimon lo que emergiese desde su concepto del ser.

Era humano, afín a la apariencia de aquel tamer al que había servido antes de caer tras las puertas del abismo, en las garras de la locura. Su mente sin embargo, fragmentada está, y Fukuro solo logra acceder a recuerdos borrosos de aquel ser a quien solo logra asociar con el régimen del Metal Empire, el olor de las rosas, y su rostro. Posee un D-Scanner, y esos spirit en su interior eran tan suyos, como él lo era de ellos.

Fragmentos de un solo ser, quien reposa adentro del dispositivo digital, pacientemente en un profundo sueño hasta que sea el momento de despertar y nuevamente estar completo.

- Trivia:

Fukuro ha creado su nombre de una serie de pensamientos desordenados en su cabeza, mezclando las voces que repetían "Fu..." según pudo diferenciar por el tono de cariño que usaban las voces en su mente, y la única letra japonesa que puede escribir, por aparecer en su mente dibujada, llamada "Kuro" que significa "Negro".

Tiene estallidos de violencia casi neurótica cuando lo llaman de otra forma que no sea Fukuro.

La espada en su cintura posee un grabado en su hoja, pero él no puede leer ni japones, ni digimoji. Dicha escritura lee "Baragoroshi" que significa "Asesina de las rosas".

Actualmente reside en una pequeña cabaña abandonada del bosque cercano a la Ciudad Central, mas este refugio es tan provisional como cualquier otro.

- DigiSpirit

Tipo de DigiSpirit: Yaksamon Spirit.

Elemento: Sombra (Derivado de Oscuridad)

Apariencia:
Spirit:

por Roku Ginshô Mar Abr 18, 2017 5:01 pm

Ficha aceptada

Recuerda que por ser un humano encarnado de un digimon, estos notarán que no es un humano "normal", si bien no podrán concretar más que una sospecha. Así, su condición será como Norn en Digimon Next o las transformaciones humanas en Xros Wars.

Registra la apariencia, cumplimenta la info de tu perfil, y no le digas a nadie de quién eres tercera cuenta (no, en serio, debes registrarla).

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