La Rebelión de las Máquinas [Privado Max & Elluka]

Por... por favor... Quien sea... Ayudenme... Estoy perdida... Tengo hambre... Tengo frío... Estoy sola... Esos monstruos...- una imagen holográfica se mostraba ante los ojos de Maxwell Miyamoto, su compañero Xorem y Gabriel, un Piddomon que era uno de los encargados de las comunicaciones y quien solía entregar las misiones a la pareja de Tamer y Digimon. Volviendo a la imagen holográfica, se trataba de una chica de cabellos largos, que le llegaba hasta la cintura. Tenía la ropa hecha harapos y cicatrices y suciedad por todas las zonas visibles de su cuerpo: cara, brazos y piernas. Un intercambio de miradas preocupadas se sucedió entre el joven y su Digimon con forma de mamífero volador de color violáceo, perteneciente a la especie de los Tsukaimon. Después de esto, la expresión de la joven cambió a puro terror, como si estuviese viendo algo lo suficientemente terrorífico como para cortar la respiración- No... Por favor... Te lo suplico... Déjame vivir...- llantos y súplicas fueron lo único que salieron de la boca de la muchacha, quien no debería tener más edad que Max, antes de que un fogonazo cortase las transmisiones.

Esa ha sido la última transmisión que hemos recibido de la superviviente- informó el Piddomon, tras guardar el aparato circular que era capaz de proyectar hologramas y mensajes holográficos, mientras observaba a los dos miembros de los Union Savers que se encontraban delante de él.

A ver si lo adivino. Quieres que vayamos a investigar la zona y que rescatemos a esa chica...- mencionó Maxwell como si leyese la mente del Digimon angelical mientras éste asentía y se aferraba a su bastón dorado.

Siempre que esté viva, claro...- suspiró el mamífero volador mientras miraba a los presentes desde abajo al ser más bajo, desde un plano contrapicado.

Así es, por eso quiero que vayáis lo antes posible, me preocupa la vida de esa niña...- el Digimon celestial mientras frotaba su mentón con varios dedos de su mano libre, la que no sujetaba el bastón, para después alargar la mano hacia una tableta y mostrándoles la ubicación aproximada de la zona donde debían ir- Hemos podido rastrear la transmisión hasta el Bosque Máquina, en las Zonas Verdes del Mundo Digimon, aunque no hemos podido concretar con exactitud dónde se ha producido el suceso, la transmisión no ha sido lo suficientemente larga como para poder triangular la posición, así que llegaréis hasta el Bosque Máquina desde un Trailmon... Y os tocará investigar. Lo hicisteis bien al evitar el Motín en la prisión, pero quiero ver de qué sois capaces si vais vosotros dos solos-- sonrió amargamente Piddomon mientras les ordenaba que desalojasen la sala. Se encontraban en lo que parecía ser una sala de conferencias, dentro de la base de los Union Savers. Un montón de Digimons operaban distintas máquinas, como por ejemplo, ordenadores, mientras que otros preparaban casos en pizarras digitales. Piddomon, por otra parte, se encargaba de dirigir las misiones de esa parte de la base.

Tras echar un último vistazo a la sala, la pareja inseparable se marchó de allí con apremio. No tenían tiempo que perder, debían dirigirse a las Zonas Verdes ipso facto, antes de que a esa muchacha le pasara algo malo... Si es que no le había pasado ya. Además, si había un Digimon o cualquier otro ser tan peligroso suelto... Bueno, el equilibrio relativo que había en esa zona se vería violentado. Con paso firme y decidido, Max, acompañado por su compañero que revoloteaba con sus orejas que hacían las veces de alas, se dirigió hacia la estación de los Trailmons, tomando varios atajos que le permitieron llegar en menos de 10 minutos. Allí, un Trailmon con aspecto de pato amarillo les estaba esperando, con destino a las Zonas Verdes.

Que bien, ¿eh? Una nueva aventura- sonrió el hámster volador ocupando uno de los asientos que se encontraban en el vagón, siendo acompañado por su compañero de cabellos verdosos, quien, vistiendo una camisa blanca, unos vaqueros azules y unas deportivas blancas, se estiró en el asiento, mirando hacia el techo del tranvía Digimon.

Sí, yupi...- suspiró mentalmente agotado. Habían pasado días desde la última vez que durmió en condiciones normales. El único método que tenía en esos momentos para dormir era tomando somníferos, pese a que no era una persona que apoyase esa práctica, no encontraba otro método para dormir... Al menos no si quería evitar las pesadillas que llevaban tiempo persiguiéndole.

El Digimon con aspecto de tren no tardó en llegar a su destino, Bosque Máquina. Al ver por la ventanilla, tanto Maxwell como Xorem pudieron vislumbrar un enorme amasijo de vegetación que parecían vivir en armonía con las innumerables máquinas y demás construcciones destruidas. De hecho, jurarían que habían visto salir a varios Digimon de algunos de los elementos artificiales que allí residían.

Probablemente, esos nativos utilicen los engranajes gigantes y demás construcciones a modo de residencia- mencionó el chico de cabellos verdes mientras el Trailmon se detenía poco a poco y ordenaba a los viajeros cuyo destino fuese el Bosque Máquina que se bajasen, si no querían ir más allá.

Y eso hicieron la inseparable pareja, se bajaron de uno de los vagones que transportaba la locomotora viviente. Allí pudieron apreciar un aroma fresco y puro, característico de los bosques tanto humanos como digitales... Aunque también era cierto que había un ligero aroma a óxido, algo distintivo de este bosque, pues era albergue de varios Digimons Máquina. Además, una de las zonas más próximas al Bosque Máquina era, precisamente, las Zonas Mecánicas del Digimundo.

No pasó mucho tiempo hasta que un desgarrador grito llamó su atención. Tras mrarse entre sí, Tamer y Digimon salieron despedidos como alma que lleva el Diablo hacia el origen de esos ruidos.

¿Crees que se trata de la chica que nos mandó el mensaje?- preguntó el Tsukaimon mientras aleteaba sus orejas lo más rápidamente que podía, siguiendo a su inseparable amigo.

No lo sé pero, sea quien sea, espero que podamos llegar a tiempo...- recorriendo metros y metros de hierba, atravesando un pequeño matorral y un diminuto riachuelo de color ocre, llegaron hasta lo que parecía ser un poblado, una aldea. Varios Digimon corrían de un lado a otro, tratando de salvar sus vidas desesperadamente.

Un pequeño ser con forma de bola metálica de color violeta y una pequeña katana sobrevolaba la zona, agarrando por el cuello a lo que parecía ser un Palmon, un Digimon de nivel Rookie. El chico de cabellos verdosos agarró su Digivice y examinó al diminuto Digimon agresor.

Tekkamon, Digimon máquina de nivel Ultimate y Atributo Virus. Basado en los datos de un pirata informático, este Digimon presenta una personalidad cruel, así como un gran manejo de su arma,  el Zandenken. A pesar de su tamaño diminuto, es muy poderoso. Su ataque característico es la Espada Elecrrónica Explosiva- mencionó el Digivice, leyendo los datos del Digimon con aspecto de bola violácea, quien estaba a punto de ejecutar a Palmon.

Sin embargo, un grupo de Digimons y Tamers también se encontraban allí. Eran numerosos, unos cinco, contando a ambas formas de vida. Una de las personas, una chica de cabello rosado, quien le resultaba extrañamente familiar, parecía dirigir al resto de los allí presentes. Los dos dedos del peliverde se deslizaron a través de los dedos índice y corazón, utilizando dicha carta en la ranura con función de lectura de cartas que su Digivice D-arc tenía en uno de los laterales.

Tendremos que esforzarnos desde el principio... ¡Carta leída! ¡Carta Azul!- nada más terminar de pasar la carta por la ranura de su D-arc, Xorem comenzó a cambiar repentinamente.

¡Tsukaimon digievoluciona en...!- saltándose su forma Champion, el pequelo hámster se fue transformando, drásticamente, en una especie de Dragón mecánico alto, con un casco que tapaba sus ojos. Su cuerpo era negro y sus garras plateadas. Su aspecto era terriblemente feroz, como si quisiera demostrar su gran fuerza. Dos pares de alas rojas salían de su espalda, las cuáles le permitían volar a placer, mucho más rápido que Devidramon- ¡Cyberdramon!- se había convertido en su evolución más reciente, Cyberdramon, de nivel Ultimate. Con ello igualarían un poco las fuerzas. Xorem, entonces comenzó a acumular energía de color azul celeste en sus garras, para así juntarla después y apuntar con sus manos hacia Tekkamon, que se encontraba de espaldas y no lograba ver a Cyberdramon- ¡Magna Revolución!- varios disparos fueron proyectados hacia el Tekkamon, mientras Maxwell corría con rapidez hacia la zona donde se encontraba el Digimon volador. Los proyectiles, impactaron en la espalda del Tekkamon, haciéndole soltar a Palmon, quien fue agarrada en el aire por el peliverde. Normalmente, el ataque de Cyberdramon, la Magna Revolución, era capaz de desintegrar los datos del enemigo. Sin embargo, Xorem realizó el ataque a una potencia menor para que Palmon no sufriese daños.

Anda corre, ve a esconderte...- le instó al Digimon vegetal, quien le hizo caso después de agradecérselo. Sin embargo, el Tekkamon ahora le había fijado a él como su objetivo. Por si fuera poco, a lo lejo, un Digimon con aspecto de dinosaurio ciborg, un MetalGreymon, hizo acto de presencia siendo, seguramente, compañero de Tekkamon. El asunto se complicaba...