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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
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y Sigrun Vinter
Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
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Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
Me estiré con algo de esfuerzo antes de escuchar un par de huesos tronar. Pasé mi mano derecha por mi cabello mientras que la izquierda empuñaba mi arma, la cual estaba en contacto con una garra.
Eres muy pesado... - Mascullé mientras empujé al Digimon frente a mi, era pequeño, con una piel a rayas celeste y azul por encima de la suya. Gabumon era su nombre.
El Digimon Rookie me desafió al verme practicar con mi arma, que de milagro no se había dañado antes, con los múltiples enfrentamientos. Logré dominar la transformación a Spadamon, aunque fue difícil en un comienzo, sobre todo después de abandonar Ciudad Inicio para encontrar más poder para hacer frente a Digimon más fuertes.
Empujé a Gabumon antes de sacar mi D-Scanner, guardé mi arma y un código apareció en mi mano derecha, el cual levitaba sobre ella.
¡Espíritu noble, arma de los caballeros, concédeme tu poder! - Dije antes de chocar el código contra mi Digivice, creando algunas chispas, nada exagerado, pero lo suficiente como para sorprender al Gabumon.
¿Qué hace ese humano? No tiene un compañero, pero no dudó en luchar contra mi. - Dijo un confundido Gabumon.
Un brillo cubrió mi cuerpo antes de revelar que mi anterior figura se había desvanecido junto a la luz, el nuevo contrincante del Digimon Rookie era un Digimon de tamaño similar al suyo, el cual poseía un pelaje blanco, una apariencia parecida a la de un perro y pechera, casco, coderas y rodilleras de color azul, una espada con apariencia de cuchillo estaba empuñado en su mano izquierda.
En guardia. - Dije mientras apuntaba al Gabumon con dicha espada.
¿¡Cómo hiciste eso!? - Preguntó un impactado Gabumon, con los ojos amenazadoramente abiertos, casi cayéndose de sus cuencas.
Tu no necesitas saber eso, como yo necesito avanzar - Dije antes de correr hacia Gabumon a una gran velocidad, el Digimon Bestia cargó una bola de fuego azul en su hocico, y cuando la disparó, el ataque fue bloqueado. - ¡Weapon Mode! - Antes de que la bola de fuego pudiera impactar, me transformé en un escudo largo de Chrome Digizoid azul, bloqueando el ataque.
Aprovechando el momento creado por la transformación, volví a mi forma de Spadamon y, con una velocidad mayor a la anterior, alcé mi puño derecho, el cual se rodeo de vapor, para luego rodearse de hielo. - ¡Sugar Pound! - El puñetazo impactó por completo en la cara de Gabumon, mandándolo al suelo, un par de metros atrás.
¡Auch, mi nariz! - Gritó Gabumon, tomándose la nariz con delicadeza - ¡Eso me dolió!
Ese era el punto, niño - Dije antes de volver a mi forma humana. En un principio, el D-Scanner no me dejaba hacerlo, pero al dominar el Rookie Spirit, logré volver a mi forma humana.
Me di media vuelta y comencé a caminar una vez más, mi objetivo era salir del bosque en el que estaba, después de todo, se suponía que era el camino más rápido a Ciudad Central, la ciudad más grande, una especie de "capital" para el Digimundo.
Tomé el mapa que me habían dejado los chicos de la Ciudad Inicio, apenas iba entrando en la zona del bosque, así que tardaría un poco en atravesarlo, estimaba que día y medio, o algo así.
Suspiré mientras volvía a guardar el mapa, la zona no cambió mucho en respecto a las afueras de Ciudad Inicio, pues era una pradera rodeada por un espeso bosque, en el cual vivían distintos Digimon catalogados como insectos, plantas y bestias, como el Gabumon de antes.
Fue entonces cuando me introduje en el bosque. Me note rodeado por los arboles y arbustos, rápidamente saqué mi arma al notar un sonido proveniente de unos arbustos, la empuñé con mi mano derecha mientras sacaba de un bolsillo mi Digivice, listo para enfrentarme a cualquier ser que pudiera representar una amenaza.
Eres muy pesado... - Mascullé mientras empujé al Digimon frente a mi, era pequeño, con una piel a rayas celeste y azul por encima de la suya. Gabumon era su nombre.
El Digimon Rookie me desafió al verme practicar con mi arma, que de milagro no se había dañado antes, con los múltiples enfrentamientos. Logré dominar la transformación a Spadamon, aunque fue difícil en un comienzo, sobre todo después de abandonar Ciudad Inicio para encontrar más poder para hacer frente a Digimon más fuertes.
Empujé a Gabumon antes de sacar mi D-Scanner, guardé mi arma y un código apareció en mi mano derecha, el cual levitaba sobre ella.
¡Espíritu noble, arma de los caballeros, concédeme tu poder! - Dije antes de chocar el código contra mi Digivice, creando algunas chispas, nada exagerado, pero lo suficiente como para sorprender al Gabumon.
¿Qué hace ese humano? No tiene un compañero, pero no dudó en luchar contra mi. - Dijo un confundido Gabumon.
Un brillo cubrió mi cuerpo antes de revelar que mi anterior figura se había desvanecido junto a la luz, el nuevo contrincante del Digimon Rookie era un Digimon de tamaño similar al suyo, el cual poseía un pelaje blanco, una apariencia parecida a la de un perro y pechera, casco, coderas y rodilleras de color azul, una espada con apariencia de cuchillo estaba empuñado en su mano izquierda.
En guardia. - Dije mientras apuntaba al Gabumon con dicha espada.
¿¡Cómo hiciste eso!? - Preguntó un impactado Gabumon, con los ojos amenazadoramente abiertos, casi cayéndose de sus cuencas.
Tu no necesitas saber eso, como yo necesito avanzar - Dije antes de correr hacia Gabumon a una gran velocidad, el Digimon Bestia cargó una bola de fuego azul en su hocico, y cuando la disparó, el ataque fue bloqueado. - ¡Weapon Mode! - Antes de que la bola de fuego pudiera impactar, me transformé en un escudo largo de Chrome Digizoid azul, bloqueando el ataque.
Aprovechando el momento creado por la transformación, volví a mi forma de Spadamon y, con una velocidad mayor a la anterior, alcé mi puño derecho, el cual se rodeo de vapor, para luego rodearse de hielo. - ¡Sugar Pound! - El puñetazo impactó por completo en la cara de Gabumon, mandándolo al suelo, un par de metros atrás.
¡Auch, mi nariz! - Gritó Gabumon, tomándose la nariz con delicadeza - ¡Eso me dolió!
Ese era el punto, niño - Dije antes de volver a mi forma humana. En un principio, el D-Scanner no me dejaba hacerlo, pero al dominar el Rookie Spirit, logré volver a mi forma humana.
Me di media vuelta y comencé a caminar una vez más, mi objetivo era salir del bosque en el que estaba, después de todo, se suponía que era el camino más rápido a Ciudad Central, la ciudad más grande, una especie de "capital" para el Digimundo.
Tomé el mapa que me habían dejado los chicos de la Ciudad Inicio, apenas iba entrando en la zona del bosque, así que tardaría un poco en atravesarlo, estimaba que día y medio, o algo así.
Suspiré mientras volvía a guardar el mapa, la zona no cambió mucho en respecto a las afueras de Ciudad Inicio, pues era una pradera rodeada por un espeso bosque, en el cual vivían distintos Digimon catalogados como insectos, plantas y bestias, como el Gabumon de antes.
Fue entonces cuando me introduje en el bosque. Me note rodeado por los arboles y arbustos, rápidamente saqué mi arma al notar un sonido proveniente de unos arbustos, la empuñé con mi mano derecha mientras sacaba de un bolsillo mi Digivice, listo para enfrentarme a cualquier ser que pudiera representar una amenaza.
- Invitado
Invitado
Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
Caminaba sin rumbo definido por el Mundo Digital. Por el momento no había conocido otra cosa más que explorar diferentes rincones y ecosistemas. Era su único pasatiempo allí, más disfrutar momentos con Hawkmon, su compañero Digimon, quién se encontraba volando a su lado ya cansado de tanto caminar. Bueno, si se podría decir que estaba volando, ya que movía sus alas torpemente para levitar unos pocos metros sobre el suelo. Su capacidad para volar aún no era buena: sus alas no estaban lo suficientemente preparadas para volar largos periodos a gran velocidad.
El viaje se había vuelto largo, hasta que llegaron a una zona boscosa que nunca habían visitado y decidieron tomar un largo descanso allí. Inmediatamente Alaka'i se sintió cómodo estando en aquél lugar ya que, al contrario de todo lo que ya había visitado en el Mundo Digital, era lo más cercano que encontró a su hogar. A su verdadero hogar. Para nada era parecido a una jungla aquello, pero escuchar ruidos similares a los que escuchaba allá en Hawaii le agarró cierto aire a nostalgia. Pero sabía que aquello no era estrictamente real. ¿O si lo era? Aún no lo había definido, a pesar de llevar años en el Digimundo.
Como Alaka'i se había acostado a reposar tranquilimente, Hawkmon, aburrido, decidió explorar un poco las cercanías sin que su camarada se enterase. Alzó sus alas y comenzó a volar esquivando diferentes árboles que le presentaban un obstaculo. Sin embargo, en un momento de distracción se llevó por encima una gran rama, terminando rodando, cayendo por una leve colina y pasando por una serie de arbustos con espinas. Al incorporarse en sí se encontró con un humano, de apariencia mayor que su compañero, apuntándolo con lo que conocía como una espada a poca distancia de su rostro, por lo que le fue inevitable soltar un grito de susto.
—Uf, que susto me has pegado. — dijo, con un todo aliviado pensando que aquél hombre no llevaba de en serio una espada, y negando cualquier posibilidad de que aquél muchacho pudiese atacarlo. Creía que pensar en eso le iba a quitar los nervios de ver tal elemento filoso. —Bueno, un gusto conocerte, seas quién seas.— comenzó a despedirse, caminando lentamente hacia atrás sin dejar de prestar atención ante un movimiento ofensivo.
El viaje se había vuelto largo, hasta que llegaron a una zona boscosa que nunca habían visitado y decidieron tomar un largo descanso allí. Inmediatamente Alaka'i se sintió cómodo estando en aquél lugar ya que, al contrario de todo lo que ya había visitado en el Mundo Digital, era lo más cercano que encontró a su hogar. A su verdadero hogar. Para nada era parecido a una jungla aquello, pero escuchar ruidos similares a los que escuchaba allá en Hawaii le agarró cierto aire a nostalgia. Pero sabía que aquello no era estrictamente real. ¿O si lo era? Aún no lo había definido, a pesar de llevar años en el Digimundo.
Como Alaka'i se había acostado a reposar tranquilimente, Hawkmon, aburrido, decidió explorar un poco las cercanías sin que su camarada se enterase. Alzó sus alas y comenzó a volar esquivando diferentes árboles que le presentaban un obstaculo. Sin embargo, en un momento de distracción se llevó por encima una gran rama, terminando rodando, cayendo por una leve colina y pasando por una serie de arbustos con espinas. Al incorporarse en sí se encontró con un humano, de apariencia mayor que su compañero, apuntándolo con lo que conocía como una espada a poca distancia de su rostro, por lo que le fue inevitable soltar un grito de susto.
—Uf, que susto me has pegado. — dijo, con un todo aliviado pensando que aquél hombre no llevaba de en serio una espada, y negando cualquier posibilidad de que aquél muchacho pudiese atacarlo. Creía que pensar en eso le iba a quitar los nervios de ver tal elemento filoso. —Bueno, un gusto conocerte, seas quién seas.— comenzó a despedirse, caminando lentamente hacia atrás sin dejar de prestar atención ante un movimiento ofensivo.
Alaka'i Kahanamoku
Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
Cuando los arbustos dejaron de crear el sonido de choques entre sus hojas, el cuerpo arbóreo se abrió,
dejando ver un Digimon desconocido hasta ahora para mí.
Era una especie de pájaro, con plumaje blanco/beige y rojo, una pluma en la cima de su cabeza, semejante a un gorro de plumas utilizado por los indios. También poseía algo parecido a un cinturón en su frente. Patas amarillas que eran decoradas por garras blancas era el componente final.
—Uf, que susto me has pegado.—Dijo el Digimon pájaro, notoriamente intimidado por el arma blanca en mi mano.—Bueno, un gusto conocerte, seas quién seas.—Dijo antes de comenzar a caminar hacia atrás, en un aparente intento de no sucumbir ante el miedo, todo eso sin quitar la vista de mi arma.
Solté un suspiro, empujando un mechón de cabello que comenzaba a estorbar su vista. Guardé mi arma, dándole a entender al Digimon que no planeaba hacerle daño, siempre y cuando este no presentara ninguna intención hostil hacia mi persona.
El sonido de la hoja entrando en la vaina resonó por el -de repente- silencioso bosque, luego, reafirme la vaina en mi cinturón, y luego le dí una mirada al Digimon frente a mi, quien observaba extrañado mi acción. No era un Digimon salvaje, estos estarían ya acostumbrados a los humanos paseándose por sus áreas, después de todo, Jijimon dijo que los Tamer son numerosos en el Digimundo, aún más en mi mundo, sin embargo, estos se camuflaban entre los demás humanos.
Reprimí una carcajada, ya pensaba que los Tamer eran alienígenas o algo parecido.
Sin embargo, volví con mis pensamientos, el Digimon frente a mi se asustó, claro, normal considerando que lo apunté con mi arma, pero un Digimon salvaje, que nació junto a otros iguales a si mismo, serían entrenados para lidiar con humanos y otros Digimon, suponiendo que los Digimon serían protectores con sus zonas.
Solo restaba pensar que en realidad, este era el Digimon de un Tamer, quizás se separaron por una pelea, o se perdieron en el bosque, los lugares frondosos siempre fueron lugares fáciles donde perderse, sobre todo considerando que hay bichos gigantes y peligrosos por doquier.
Aceptando esa opción como la más lógica, miré al Digimon directamente antes de ponerme en una sola rodilla para quedarme a su altura, cerca del metro con diez.
—¿Te separaste de tu compañero? Te ayudaré a encontrarlo, no te preocupes, puedo lidiar contra Digimon fuertes por mi mismo.—Dije antes de levantarme de nuevo y comenzar a caminar en la dirección de los arbustos. No soy de ayudar a nadie, pero más me vale ganarme aliados en este mundo tan loco.
dejando ver un Digimon desconocido hasta ahora para mí.
Era una especie de pájaro, con plumaje blanco/beige y rojo, una pluma en la cima de su cabeza, semejante a un gorro de plumas utilizado por los indios. También poseía algo parecido a un cinturón en su frente. Patas amarillas que eran decoradas por garras blancas era el componente final.
—Uf, que susto me has pegado.—Dijo el Digimon pájaro, notoriamente intimidado por el arma blanca en mi mano.—Bueno, un gusto conocerte, seas quién seas.—Dijo antes de comenzar a caminar hacia atrás, en un aparente intento de no sucumbir ante el miedo, todo eso sin quitar la vista de mi arma.
Solté un suspiro, empujando un mechón de cabello que comenzaba a estorbar su vista. Guardé mi arma, dándole a entender al Digimon que no planeaba hacerle daño, siempre y cuando este no presentara ninguna intención hostil hacia mi persona.
El sonido de la hoja entrando en la vaina resonó por el -de repente- silencioso bosque, luego, reafirme la vaina en mi cinturón, y luego le dí una mirada al Digimon frente a mi, quien observaba extrañado mi acción. No era un Digimon salvaje, estos estarían ya acostumbrados a los humanos paseándose por sus áreas, después de todo, Jijimon dijo que los Tamer son numerosos en el Digimundo, aún más en mi mundo, sin embargo, estos se camuflaban entre los demás humanos.
Reprimí una carcajada, ya pensaba que los Tamer eran alienígenas o algo parecido.
Sin embargo, volví con mis pensamientos, el Digimon frente a mi se asustó, claro, normal considerando que lo apunté con mi arma, pero un Digimon salvaje, que nació junto a otros iguales a si mismo, serían entrenados para lidiar con humanos y otros Digimon, suponiendo que los Digimon serían protectores con sus zonas.
Solo restaba pensar que en realidad, este era el Digimon de un Tamer, quizás se separaron por una pelea, o se perdieron en el bosque, los lugares frondosos siempre fueron lugares fáciles donde perderse, sobre todo considerando que hay bichos gigantes y peligrosos por doquier.
Aceptando esa opción como la más lógica, miré al Digimon directamente antes de ponerme en una sola rodilla para quedarme a su altura, cerca del metro con diez.
—¿Te separaste de tu compañero? Te ayudaré a encontrarlo, no te preocupes, puedo lidiar contra Digimon fuertes por mi mismo.—Dije antes de levantarme de nuevo y comenzar a caminar en la dirección de los arbustos. No soy de ayudar a nadie, pero más me vale ganarme aliados en este mundo tan loco.
- Invitado
Invitado
Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
Para suerte del pájaro, aquél muchacho no tenía malas intenciones contra él. Enfundó su espada - que al parecer termino siendo verdadera - y comenzó a analizar de pies a cabeza a Hawkmon. Intentando deducir que intentaba hacer sin éxito alguno se quedó completamente quieto para no evitar malos entendimientos. Ahora que su vida no corría peligro se lo podía ver más aún más relajado.
El "espadachín" dedujo que Hawkmon se trataba de un compañero Digimon y qué se había perdido de su tamer, respondiendo con una negativa. Él tenía un muy buen sentido de ubicación, ¿cómo iba a perderse? Bueno, aquél bosque se trataba de un lugar nunca antes recorrido, pero eso no significaba un problema para el monstruo digital. Recordaba perfectamente el camino de vuelta a Alaka'i. ¿Por qué iba a necesitar ayuda? —No, no hace falta. Sé por dónde vine — no tardó en hacerselo saber —Es más, es mejor que me vaya yendo, que me están esperando — mintió, alzando sus pequeñas alas y forcejeando para volar, alejandose de aquél chico sin siquiera despedirse.
No tenía por qué hacerlo tampoco. Apenas lo había conocido, ni siquiera se habían presentado. La situación se había vuelto algo incómoda para Hawkmon, por lo que decidió irse sin más. Aleteó hasta que perdió de vista al muchacho, pero al rato descubrió que realmente sí se había perdido ya que dónde se suponía que debía estar Alaka'i no estaba.
Siguió buscando a su camarada hasta que un sonido de movimiento de hojas le llamó la atención. Se dió cuenta que no estaba solo, pero era tarde para reaccionar porque escuchó un grito seguido de un golpe fuertísimo en su espalda lo que lo derrumbó al suelo herido. Emitió un fuerte chillido de dolor. ¿De qué se trataba aquello? no lo supo con exactitud hasta que pudo lograr incorparse y visualizar a cuatro Digimon con aspecto malicioso que se hayaban frente a él. —¿Que es lo que buscan? — murmuró sin poder evitar el dolor que sentía. No recibió respuesta. —¡No tengo qué darles, no tengo cosas de valor! — intentó safarse, pero a los Goblinmon no les importaba cosas materiales. En ese momento Hawkmon se dio cuenta de lo que buscaban era su información para de esa forma absorberla y ser más fuertes. Retrocedió unos pasos para tomar más distancia —Hey miren, podemos resolver esto de la buena forma — comentó pero uno de los Goblinmon se rió y se abalanzó sobre Hawkmon que logró esquivarlo por poco. Sin embargo, en ese momento de distracción otro de los Goblinmon lo atacó golpeándolo fuertemente en la cara emitiendo un chillido agudo pero fuerte de dolor.
Volvió a caer al suelo malherido.Era obvio que los Goblinmon se negaban a ceder, por lo que Hawkmon tenía que empezar a defenderse, algo que no lo hacía hace tiempo. Sin embargo, eran 4 los enemigos a los que tenía que enfrentar y solo no podía hacerlo, además de que ya no se encontraba en las mejores condiciones. Intentándose levantar no vió venir un próximo ataque de uno de los adversarios. ¿Dónde estaba su tamer? ¿Lo encontraría y lo ayudaría a combatir?
El "espadachín" dedujo que Hawkmon se trataba de un compañero Digimon y qué se había perdido de su tamer, respondiendo con una negativa. Él tenía un muy buen sentido de ubicación, ¿cómo iba a perderse? Bueno, aquél bosque se trataba de un lugar nunca antes recorrido, pero eso no significaba un problema para el monstruo digital. Recordaba perfectamente el camino de vuelta a Alaka'i. ¿Por qué iba a necesitar ayuda? —No, no hace falta. Sé por dónde vine — no tardó en hacerselo saber —Es más, es mejor que me vaya yendo, que me están esperando — mintió, alzando sus pequeñas alas y forcejeando para volar, alejandose de aquél chico sin siquiera despedirse.
No tenía por qué hacerlo tampoco. Apenas lo había conocido, ni siquiera se habían presentado. La situación se había vuelto algo incómoda para Hawkmon, por lo que decidió irse sin más. Aleteó hasta que perdió de vista al muchacho, pero al rato descubrió que realmente sí se había perdido ya que dónde se suponía que debía estar Alaka'i no estaba.
Siguió buscando a su camarada hasta que un sonido de movimiento de hojas le llamó la atención. Se dió cuenta que no estaba solo, pero era tarde para reaccionar porque escuchó un grito seguido de un golpe fuertísimo en su espalda lo que lo derrumbó al suelo herido. Emitió un fuerte chillido de dolor. ¿De qué se trataba aquello? no lo supo con exactitud hasta que pudo lograr incorparse y visualizar a cuatro Digimon con aspecto malicioso que se hayaban frente a él. —¿Que es lo que buscan? — murmuró sin poder evitar el dolor que sentía. No recibió respuesta. —¡No tengo qué darles, no tengo cosas de valor! — intentó safarse, pero a los Goblinmon no les importaba cosas materiales. En ese momento Hawkmon se dio cuenta de lo que buscaban era su información para de esa forma absorberla y ser más fuertes. Retrocedió unos pasos para tomar más distancia —Hey miren, podemos resolver esto de la buena forma — comentó pero uno de los Goblinmon se rió y se abalanzó sobre Hawkmon que logró esquivarlo por poco. Sin embargo, en ese momento de distracción otro de los Goblinmon lo atacó golpeándolo fuertemente en la cara emitiendo un chillido agudo pero fuerte de dolor.
Volvió a caer al suelo malherido.Era obvio que los Goblinmon se negaban a ceder, por lo que Hawkmon tenía que empezar a defenderse, algo que no lo hacía hace tiempo. Sin embargo, eran 4 los enemigos a los que tenía que enfrentar y solo no podía hacerlo, además de que ya no se encontraba en las mejores condiciones. Intentándose levantar no vió venir un próximo ataque de uno de los adversarios. ¿Dónde estaba su tamer? ¿Lo encontraría y lo ayudaría a combatir?
Alaka'i Kahanamoku
Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
El Digimon halcón me analizó con su mirada, su mirada se perturbo, probablemente al darse cuenta de que mi arma era real, reí internamente. Noté como su cuerpo se relajó, al saber que no representaba una amenaza.
—No, no hace falta. Sé por dónde vine—Afirmó el Digimon de rojas plumas, con un tono apresurado ¿intentando volver con su compañero? —. Es más, es mejor que me vaya yendo, que me están esperando—Dijo, alzándose al vuelo, sin mediar una sola palabra a modo de despedida, como si quisiera no volver a encontrarse con otro extraño.
Observé al Digimon alado volar entre la vegetación, haciendo uso de sus alas para sobrevolar el suelo y esquivar los árboles,
con distintas piruetas en el aire.
Dicho Digimon se desvaneció de mi vista, pasando de ver un punto rojo en la lejanía a la nada absoluta. Suspiré, hacer amistades nunca fue lo mio, sin embargo, volví a levantar la mirada, debía seguir hacia adelante si quería llegar a Ciudad Central.
Mientras caminaba, saqué mi D-Scanner, quizás era hora de conseguir un nuevo Spirit, Jijimon me dijo que se separaban en escalas por su poder, quizás luego pudiera conseguir un nuevo Spirit, algo más potentillo que Spadamon.
Mis pasos se volvieron más lentos, sentía un mal presentimiento, creía que algo malo pasaría.
Sin embargo, solo pensé que era producto de mi paranoica mente, cosas de siempre.
Me equivoqué.
—¡AH!
Me volteé rápidamente, esa era la voz del Digimon con el que me encontré antes, ¿lo estaban atacando? ¿estaría herido? Maldigo a mi consciencia. Una fuerte zancada precedió a una carrera a gran velocidad, dejando polvo debido a las fuertes pisadas provocadas por mis pies.
Una cadena de luz apareció en mi mano derecha, mientras mi D-Scanner en mi izquierda, se acercaba a mi pecho, junto a la diestra. Ambas manos, con sus respectivos objetos, chocaron entre sí, provocando que chispas saltaran frente a mi pecho,
mientras mi cabello se alargaba, mi piel se volvía pálida y me encogía significativamente.
Mis ropas se transformaron en una armadura azul mientras que en mi mano derecha se materializaba una espada, un brillo fue lo que terminó la transformación.
—¡Rookie Spirit Evolution! ¡Spadamon!
Saltaba de árbol en árbol, llegando a un pequeño claro entre un grupo de árboles, era un lugar cerrado, no era adecuado para un combate a menos que seas pequeño y con movimientos hábiles... Ah, yo mismo.
El Digimon de antes era asediado por los ataques de un grupo de Goblinmon, Digimon salvajes cuyo propósito era atacar a Digimon débiles en grupos grandes para absorber sus datos, una práctica barbárica y...
—Cobarde...—Murmuré antes de dejarme caer del árbol, una leve luz celeste me recubrió transformándome en una hacha de batalla, y precipitándome hacia el brazo derecho de un Goblinmon.
El verde brazo del Digimon virus salió volando, para luego convertirse en ceros y unos y desaparecer en el aire, junto a su garrote.
Una vez en mi forma de Spadamon, coloqué mi espada en el suelo, ensartando su filo en el suelo y usándola de apoyo para mandar una patada a la barbilla del Goblinmon de un brazo, elevándolo significativamente. Salté junto a él, colocando mi mano derecha en su pecho y recubriéndola de hielo, congelando también parte del pecho del Goblinmon, luego, ensarté mi arma en su pecho, eliminándolo.
Cuando por fin caí al suelo, los Goblinmon restantes no dudaron en lanzarse contra mi, cada uno con sus garrotes en mano.
—¡Gobli Rush!—Gritó uno, lanzando una serie de golpes con su garrote. Al verme rodeado, salté, haciendo que el golpe del contrario afectara a un tercero. Sin dificultad, reafirmé el agarre sobre mi arma y la puse boca-abajo, para luego caer sobre mi anterior atacante.
Con un corte descendente, una cantidad de ceros y unos comenzó a salir de un corte en la espalda del Goblinmon, para luego decapitarlo con un rápido corte.
—Quedan dos...—Pensé mientras esquivaba el golpe del garrote de un Goblinmon, sin embargo, no noté que un segundo me atrapó, uniendo sus verdes brazos sobre mi cuello, me atrapó con un full Nelson, impidiéndome cualquier movimiento. O claro, eso pensó él.
Cuando el último Goblinmon se decidió a atacarme, cambié de forma con el Weapon Mode, transformándome en un pequeño cuchillo de caza, el cual, se clavó en el suelo, luego de dejar un leve corte en el brazo del Goblinmon atacante.
Los Digimon verdes buscaban por todos lados mi presencia, cuando ambos se encontraron de espaldas, volví a mi forma de Spadamon, mientras mi arma comenzaba a brillar de manera fuerte.
—Aurora Blazer—Murmuré por lo bajo antes de que una media luna de mi tamaño fuera contra los dos Goblinmon, uno de ellos se percató a tiempo mientras que el otro recibió el ataque de lleno, dejándole una quemadura en la espalda. El otro consiguió escapar, perdiéndose como su compañero se volvía un DigiTama.
—Lamento mandarte más trabajo, Jijimon—Dije con un tono burlesco, antes de voltearme hacia el Digimon pájaro a mis espaldas —. Te dije que podía lidiar con Digimon fuertes solo, ¿crees que puedas levantarte?
—No, no hace falta. Sé por dónde vine—Afirmó el Digimon de rojas plumas, con un tono apresurado ¿intentando volver con su compañero? —. Es más, es mejor que me vaya yendo, que me están esperando—Dijo, alzándose al vuelo, sin mediar una sola palabra a modo de despedida, como si quisiera no volver a encontrarse con otro extraño.
Observé al Digimon alado volar entre la vegetación, haciendo uso de sus alas para sobrevolar el suelo y esquivar los árboles,
con distintas piruetas en el aire.
Dicho Digimon se desvaneció de mi vista, pasando de ver un punto rojo en la lejanía a la nada absoluta. Suspiré, hacer amistades nunca fue lo mio, sin embargo, volví a levantar la mirada, debía seguir hacia adelante si quería llegar a Ciudad Central.
Mientras caminaba, saqué mi D-Scanner, quizás era hora de conseguir un nuevo Spirit, Jijimon me dijo que se separaban en escalas por su poder, quizás luego pudiera conseguir un nuevo Spirit, algo más potentillo que Spadamon.
Mis pasos se volvieron más lentos, sentía un mal presentimiento, creía que algo malo pasaría.
Sin embargo, solo pensé que era producto de mi paranoica mente, cosas de siempre.
Me equivoqué.
—¡AH!
Me volteé rápidamente, esa era la voz del Digimon con el que me encontré antes, ¿lo estaban atacando? ¿estaría herido? Maldigo a mi consciencia. Una fuerte zancada precedió a una carrera a gran velocidad, dejando polvo debido a las fuertes pisadas provocadas por mis pies.
Una cadena de luz apareció en mi mano derecha, mientras mi D-Scanner en mi izquierda, se acercaba a mi pecho, junto a la diestra. Ambas manos, con sus respectivos objetos, chocaron entre sí, provocando que chispas saltaran frente a mi pecho,
mientras mi cabello se alargaba, mi piel se volvía pálida y me encogía significativamente.
Mis ropas se transformaron en una armadura azul mientras que en mi mano derecha se materializaba una espada, un brillo fue lo que terminó la transformación.
—¡Rookie Spirit Evolution! ¡Spadamon!
Saltaba de árbol en árbol, llegando a un pequeño claro entre un grupo de árboles, era un lugar cerrado, no era adecuado para un combate a menos que seas pequeño y con movimientos hábiles... Ah, yo mismo.
El Digimon de antes era asediado por los ataques de un grupo de Goblinmon, Digimon salvajes cuyo propósito era atacar a Digimon débiles en grupos grandes para absorber sus datos, una práctica barbárica y...
—Cobarde...—Murmuré antes de dejarme caer del árbol, una leve luz celeste me recubrió transformándome en una hacha de batalla, y precipitándome hacia el brazo derecho de un Goblinmon.
El verde brazo del Digimon virus salió volando, para luego convertirse en ceros y unos y desaparecer en el aire, junto a su garrote.
Una vez en mi forma de Spadamon, coloqué mi espada en el suelo, ensartando su filo en el suelo y usándola de apoyo para mandar una patada a la barbilla del Goblinmon de un brazo, elevándolo significativamente. Salté junto a él, colocando mi mano derecha en su pecho y recubriéndola de hielo, congelando también parte del pecho del Goblinmon, luego, ensarté mi arma en su pecho, eliminándolo.
Cuando por fin caí al suelo, los Goblinmon restantes no dudaron en lanzarse contra mi, cada uno con sus garrotes en mano.
—¡Gobli Rush!—Gritó uno, lanzando una serie de golpes con su garrote. Al verme rodeado, salté, haciendo que el golpe del contrario afectara a un tercero. Sin dificultad, reafirmé el agarre sobre mi arma y la puse boca-abajo, para luego caer sobre mi anterior atacante.
Con un corte descendente, una cantidad de ceros y unos comenzó a salir de un corte en la espalda del Goblinmon, para luego decapitarlo con un rápido corte.
—Quedan dos...—Pensé mientras esquivaba el golpe del garrote de un Goblinmon, sin embargo, no noté que un segundo me atrapó, uniendo sus verdes brazos sobre mi cuello, me atrapó con un full Nelson, impidiéndome cualquier movimiento. O claro, eso pensó él.
Cuando el último Goblinmon se decidió a atacarme, cambié de forma con el Weapon Mode, transformándome en un pequeño cuchillo de caza, el cual, se clavó en el suelo, luego de dejar un leve corte en el brazo del Goblinmon atacante.
Los Digimon verdes buscaban por todos lados mi presencia, cuando ambos se encontraron de espaldas, volví a mi forma de Spadamon, mientras mi arma comenzaba a brillar de manera fuerte.
—Aurora Blazer—Murmuré por lo bajo antes de que una media luna de mi tamaño fuera contra los dos Goblinmon, uno de ellos se percató a tiempo mientras que el otro recibió el ataque de lleno, dejándole una quemadura en la espalda. El otro consiguió escapar, perdiéndose como su compañero se volvía un DigiTama.
—Lamento mandarte más trabajo, Jijimon—Dije con un tono burlesco, antes de voltearme hacia el Digimon pájaro a mis espaldas —. Te dije que podía lidiar con Digimon fuertes solo, ¿crees que puedas levantarte?
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Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
La tranquilidad de chico se vio interrumpida cuándo un grito inundó el bosque en el que se encontraban. No tardó mucho tiempo en reconocer a su compañero en peligro pero desconocía lo que le había ocurrido. Aferró su Digivice con más fuerza y se dirigió hacia el lugar dónde había escuchado a Hawkmon. Corrió con su máxima velocidad posible esquivando diversos obstáculos que el bosque le presentaba.
Sin embargo cuando llegó encontró a su compañero tirado en el suelo acompañado de otro Digimon al que nunca había visto. Hawkmon parecía haber sido herido, mientras que la otra criatura digital, de cierto aspecto felino, parecía apenas tener rasguños tras una batalla.
Las cosas rápidamente se malinterpretaron y rápidamente Alaka'i salio a la defensa de su compañero, liberando ciertos insultos y lluvia de piedras al Digimon con melena blanca. Hawkmon, sin embargo, lo detuvo. —Alaka'i, no.— se incorporó lentamente y se acercó a su camarada explicándole que aquel desconocido Digimon lo había salvado y no había sido el agresor.
El moreno no sintió verguenza de lo ocurrido. No era sus culpa de que las cosas no resultaran tan claras. Apenas liberó una disculpa media ácida ya que realmente no lo sentía. —No deberías andar por ahí solo por donde no conoces, Hawkmon. — retó a su compañero —Tú no deberías quedarte dormido en lugares donde no conoces.— respondió a la ofensa de su compañero. Parecía que la cosa se iba a poner tensa entre ambos compañeros, pero de improviso Alaka'i acarició la cabeza plumada de su compañero y las cosas tomaron otro rumbo. Era típico del tamer y Digimon realizar breves peleas o discusiones a modo de broma.
Ambos se rieron hasta que Alaka'i notó que el extraño Digimon aún se encontraba allí presente. ¿Qué buscaba allí? ¿Acaso su momento de fama no había terminado segundos antes? El chico lo miró a los ojos —Creo ya haberte agradecido por salvar a Hawkmon, ¿necesitas algo más?— preguntó irónicamente notándole que ya no necesitaban de su presencia de una forma no tan agresiva. Hawkmon miró extraño a su compañero, ¿aquél Digimon se tomaría bien lo que su compañero le acaba de decir? No quería volver a experimentar una batalla cuándo había salido reciéntemente herido de otra.
Sin embargo cuando llegó encontró a su compañero tirado en el suelo acompañado de otro Digimon al que nunca había visto. Hawkmon parecía haber sido herido, mientras que la otra criatura digital, de cierto aspecto felino, parecía apenas tener rasguños tras una batalla.
Las cosas rápidamente se malinterpretaron y rápidamente Alaka'i salio a la defensa de su compañero, liberando ciertos insultos y lluvia de piedras al Digimon con melena blanca. Hawkmon, sin embargo, lo detuvo. —Alaka'i, no.— se incorporó lentamente y se acercó a su camarada explicándole que aquel desconocido Digimon lo había salvado y no había sido el agresor.
El moreno no sintió verguenza de lo ocurrido. No era sus culpa de que las cosas no resultaran tan claras. Apenas liberó una disculpa media ácida ya que realmente no lo sentía. —No deberías andar por ahí solo por donde no conoces, Hawkmon. — retó a su compañero —Tú no deberías quedarte dormido en lugares donde no conoces.— respondió a la ofensa de su compañero. Parecía que la cosa se iba a poner tensa entre ambos compañeros, pero de improviso Alaka'i acarició la cabeza plumada de su compañero y las cosas tomaron otro rumbo. Era típico del tamer y Digimon realizar breves peleas o discusiones a modo de broma.
Ambos se rieron hasta que Alaka'i notó que el extraño Digimon aún se encontraba allí presente. ¿Qué buscaba allí? ¿Acaso su momento de fama no había terminado segundos antes? El chico lo miró a los ojos —Creo ya haberte agradecido por salvar a Hawkmon, ¿necesitas algo más?— preguntó irónicamente notándole que ya no necesitaban de su presencia de una forma no tan agresiva. Hawkmon miró extraño a su compañero, ¿aquél Digimon se tomaría bien lo que su compañero le acaba de decir? No quería volver a experimentar una batalla cuándo había salido reciéntemente herido de otra.
Alaka'i Kahanamoku
Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
El Digimon pájaro aún se encontraba sobre el verde cesped, como si procesara la información sobre el combate que acababa de visualizar, quizás asombrado por la destreza demostrada en este, sobre todo, por haber vencido a cinco Digimon equivalentes a mi en nivel. Si, yo me esperaba salir algo herido, sin embargo, los Digimon no tenían ninguna sincronización, provocando una victoria limpia.
Rasqué mi cuello, al mismo tiempo que dejaba mi arma en el suelo y le extendía la mano al Digimon pájaro, pues ya tardaba en levantarse, aunque claro, yo no sabía sobre la gravedad de sus golpes, después de todo.
Cuando me incliné levemente para que el Digimon llegara a mi mano, un sonido entre los arbustos me puso alerta, por si era un nuevo enemigo. Levante mi arma del suelo, donde estaba clavada, y la empuñe, prestando atención a los arbustos.
Cuando el individuo logró salir de entre los arbustos, logré divisar a un chico de tez morena, bastante parecida a la de una persona del sur de américa, quizás algún país latino-americano o un estado tropical de estados unidos, como Hawaii.
Llevaba una camiseta negra y pantalones naranjas, con una mochila naranja también, poseía cabello negro en una curiosa forma, aunque, ¿quién soy yo para objetar? llevo el cabello largo, con una coleta y esta pintada de rojo.
Supuse que sería el compañero del Digimon pájaro, pues tuvo una reacción la cual lo delataba como tal. Mientras me lanzaba distintas clases de insultos verbales, tiraba piedras,con el objetivo de herirme. Al notar las piedras en el aire, lanzadas con fuerza y rabia, cambié a un escudo con el Weapon Mode, aprovechando que seguía transformado en Spadamon.
El Digimon pájaro logró hablar, lo cual se le dificultaba debido a sus heridas, y le dijo a su compañero (llamado Alaka'i, confirmando a su vez mis preguntas sobre su origen) que parara, pues había sido yo quien lo había salvado. El chico de tez morena suspiró y, con esfuerzo notable, las palabras que parecían ser una disculpa, salieron de su boca, totalmente a regañadientes.
Luego regañó a su compañero por andarse por un lugar desconocido sin cuidado, mientras que este le reprendía el hecho de quedarse dormido en un lugar, también desconocido para él. Cuando parecía que se enfrascarían en una pelea verbal, el chico moreno acarició la emplumada cabeza de su compañero, emitiendo ambos risas, parecía ser una especie de tradición entre ambos.
Sin embargo, el chico notó mi presencia, aún en ese lugar. Cuando me notó, se irritó levemente y habló, de forma algo antipática —Creo ya haberte agradecido por salvar a Hawkmon, ¿necesitas algo más?
Naturalmente, me enoje, pues en realidad, el chico moreno no presentó ninguna palabra en forma de agradecimiento, para luego disculparse, a regañadientes, por insultarme y lanzarme piedras. Me controle para no freír su trasero con un Aurora Blazer, y simplemente hablé, con el tono más calmado que logré.
—En realidad, siquiera intercambiamos palabras, tuviste una conversación unilateral y, sobre todo, fue para agredirme verbalmente, así que no, no te disculpaste, señor Hawai—Dije de manera —levemente— calmada, pues la rabia había pasado. —.Sin embargo, no me quedo por esperar una disculpa o un agradecimiento, sino, para ayudar a tu compañero, quizás tu tuviste que haber estado para eso.
Acto seguido, volví a mi forma humana, dejando a un moreno chico anonadado, ignorando esto, saqué de mi bolsa un ungüento, para luego quitarle la tapa y acercarme al Digimon, cuyo nombre resultó ser Hawkmon.
Rasqué mi cuello, al mismo tiempo que dejaba mi arma en el suelo y le extendía la mano al Digimon pájaro, pues ya tardaba en levantarse, aunque claro, yo no sabía sobre la gravedad de sus golpes, después de todo.
Cuando me incliné levemente para que el Digimon llegara a mi mano, un sonido entre los arbustos me puso alerta, por si era un nuevo enemigo. Levante mi arma del suelo, donde estaba clavada, y la empuñe, prestando atención a los arbustos.
Cuando el individuo logró salir de entre los arbustos, logré divisar a un chico de tez morena, bastante parecida a la de una persona del sur de américa, quizás algún país latino-americano o un estado tropical de estados unidos, como Hawaii.
Llevaba una camiseta negra y pantalones naranjas, con una mochila naranja también, poseía cabello negro en una curiosa forma, aunque, ¿quién soy yo para objetar? llevo el cabello largo, con una coleta y esta pintada de rojo.
Supuse que sería el compañero del Digimon pájaro, pues tuvo una reacción la cual lo delataba como tal. Mientras me lanzaba distintas clases de insultos verbales, tiraba piedras,con el objetivo de herirme. Al notar las piedras en el aire, lanzadas con fuerza y rabia, cambié a un escudo con el Weapon Mode, aprovechando que seguía transformado en Spadamon.
El Digimon pájaro logró hablar, lo cual se le dificultaba debido a sus heridas, y le dijo a su compañero (llamado Alaka'i, confirmando a su vez mis preguntas sobre su origen) que parara, pues había sido yo quien lo había salvado. El chico de tez morena suspiró y, con esfuerzo notable, las palabras que parecían ser una disculpa, salieron de su boca, totalmente a regañadientes.
Luego regañó a su compañero por andarse por un lugar desconocido sin cuidado, mientras que este le reprendía el hecho de quedarse dormido en un lugar, también desconocido para él. Cuando parecía que se enfrascarían en una pelea verbal, el chico moreno acarició la emplumada cabeza de su compañero, emitiendo ambos risas, parecía ser una especie de tradición entre ambos.
Sin embargo, el chico notó mi presencia, aún en ese lugar. Cuando me notó, se irritó levemente y habló, de forma algo antipática —Creo ya haberte agradecido por salvar a Hawkmon, ¿necesitas algo más?
Naturalmente, me enoje, pues en realidad, el chico moreno no presentó ninguna palabra en forma de agradecimiento, para luego disculparse, a regañadientes, por insultarme y lanzarme piedras. Me controle para no freír su trasero con un Aurora Blazer, y simplemente hablé, con el tono más calmado que logré.
—En realidad, siquiera intercambiamos palabras, tuviste una conversación unilateral y, sobre todo, fue para agredirme verbalmente, así que no, no te disculpaste, señor Hawai—Dije de manera —levemente— calmada, pues la rabia había pasado. —.Sin embargo, no me quedo por esperar una disculpa o un agradecimiento, sino, para ayudar a tu compañero, quizás tu tuviste que haber estado para eso.
Acto seguido, volví a mi forma humana, dejando a un moreno chico anonadado, ignorando esto, saqué de mi bolsa un ungüento, para luego quitarle la tapa y acercarme al Digimon, cuyo nombre resultó ser Hawkmon.
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Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
Pensó que el Digimon se iba a ir luego de hacerle notar que su presencia ya no era requerida, pero no fue así. Al contrario le hizo frente a Alaka'i, cosa que lo tomo de improvisto al hawaiano. No solo le respondió, si no que menuda respuesta recibió. Sin darle tiempo al moreno de que este pudiera contestarle, el Digimon se transformó en un brillo y se convirtió en un humano. Su melena blanca casi hasta el suelo desapareció para transformarse en un cabello oscuro y corto, su altura se triplico llegando incluso a medir más que el joven peliverde y su piel la que era blanca como céniza se tornó un color más natural
Los primeros segundos tanto Alaka'i como Hawkmon no comprendieron que estaba ocurriendo, pero no tardaron en identificar al muchacho como un portador de un digi-espíritu. La transformación del contrario no lo sorprendió: aunque era cierto que no estaba muy familiarizado con aquellos elegidos sí había tenido ciertos encuentros con algunos. No se podía esperar otra cosa de sus dos años visitando el Digimundo.
Aplaudió ante la transformación del chico y emitió una leve risa irónica. —Que espectáculo te has montado la verdad— se burló, aunque sin motivo de ofensa. Le pareció algo gracioso e incluso divertido que aquel chico reaccionara de una forma totalmente inesperada para él, eso le gustaba de la gente: que sea impredicible. Observó como el chico, sin el permiso de él, se acercó a Hawkmon y curó sus heridas con una crema, lo cuál el pájaro agradeció el gesto.
—¿Cuál es tu nombre?— preguntó así sin más, mostrando cierto interés en el chico. No era habitual que lo enfrentaran de dicha forma. —Veo que eres valiente e inteligente. No todos adivinan de donde provengo a la primera que me ven— no pudo evitar hacer la acotación. —¿Hace mucho andas por estos lares?— porque según dedució Alaka'i, el chico ya parecía estar bastante relacionado con su digi-espíritu y sabía manejarse ante una batalla.
Los primeros segundos tanto Alaka'i como Hawkmon no comprendieron que estaba ocurriendo, pero no tardaron en identificar al muchacho como un portador de un digi-espíritu. La transformación del contrario no lo sorprendió: aunque era cierto que no estaba muy familiarizado con aquellos elegidos sí había tenido ciertos encuentros con algunos. No se podía esperar otra cosa de sus dos años visitando el Digimundo.
Aplaudió ante la transformación del chico y emitió una leve risa irónica. —Que espectáculo te has montado la verdad— se burló, aunque sin motivo de ofensa. Le pareció algo gracioso e incluso divertido que aquel chico reaccionara de una forma totalmente inesperada para él, eso le gustaba de la gente: que sea impredicible. Observó como el chico, sin el permiso de él, se acercó a Hawkmon y curó sus heridas con una crema, lo cuál el pájaro agradeció el gesto.
—¿Cuál es tu nombre?— preguntó así sin más, mostrando cierto interés en el chico. No era habitual que lo enfrentaran de dicha forma. —Veo que eres valiente e inteligente. No todos adivinan de donde provengo a la primera que me ven— no pudo evitar hacer la acotación. —¿Hace mucho andas por estos lares?— porque según dedució Alaka'i, el chico ya parecía estar bastante relacionado con su digi-espíritu y sabía manejarse ante una batalla.
Última edición por Alaka'i Kahanamoku el Sáb Mayo 13, 2017 4:44 am, editado 1 vez
Alaka'i Kahanamoku
Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
Mientras extendía el ungüento por la emplumada cabeza del Hawkmon —quien sí que agradeció el gesto—, el chico moreno emitió una risa levemente irónica, mientras decía que me había montado un espectáculo. Hice lo posible para tranquilizarme y no tomar mi Uchigatana para decapitar al chico, mientras Hawkmon tragaba fuerte ante la idea de ver a su Tamer decapitado.
Cuando terminé de aplicar el ungüento a Hawkmon, el chico de tez morena se decidió a preguntar, por primera vez sin ningún tipo de rabia, odio o ironía, mi nombre, notando cierto interés en sus palabras, aunque también, de pronto. Pensé en si responder a su pregunta o no, pues no lo conocía de nada y demostró ser bastante agresivo hacia mi, tampoco llegó a disculparse conmigo, esquivando lo fácil que podía ser decir "perdón". Mucho menos lo conocía, y lo único que había hecho era defender a su Hawkmon. Suspiré mientras el chico seguía hablando.
Mencionando cosas sobre valentía e inteligencia, el chico siguió hablando, mientras yo solo lo veía expectante, ¿a qué quería llegar? no tenía ni idea, pero podría frenarlo una vez intentara algo peligroso contra mi.
Una última pregunta salió de la boca del chico de cabello verde, la cual sería más interesante responder.
—Muy bien, no tengo porque responderte, pero...—Miré hacia arriba, entre los árboles que me permitían ver el oscurecido cielo—De todas formas llegaría tarde. Mi nombre es Ragna, solo eso—Dije mientras bajaba de nuevo la mirada hacia el chico, para darle la respuesta a su segunda pregunta—Y llevo en este mundo poco más de dos semanas, si es que pasa el tiempo igual que en nuestro mundo, claro está—Dije, mientras me apoyaba en una sola pierna, levemente cansado por el viaje y la pelea de momentos antes.
Cuando terminé de aplicar el ungüento a Hawkmon, el chico de tez morena se decidió a preguntar, por primera vez sin ningún tipo de rabia, odio o ironía, mi nombre, notando cierto interés en sus palabras, aunque también, de pronto. Pensé en si responder a su pregunta o no, pues no lo conocía de nada y demostró ser bastante agresivo hacia mi, tampoco llegó a disculparse conmigo, esquivando lo fácil que podía ser decir "perdón". Mucho menos lo conocía, y lo único que había hecho era defender a su Hawkmon. Suspiré mientras el chico seguía hablando.
Mencionando cosas sobre valentía e inteligencia, el chico siguió hablando, mientras yo solo lo veía expectante, ¿a qué quería llegar? no tenía ni idea, pero podría frenarlo una vez intentara algo peligroso contra mi.
Una última pregunta salió de la boca del chico de cabello verde, la cual sería más interesante responder.
—Muy bien, no tengo porque responderte, pero...—Miré hacia arriba, entre los árboles que me permitían ver el oscurecido cielo—De todas formas llegaría tarde. Mi nombre es Ragna, solo eso—Dije mientras bajaba de nuevo la mirada hacia el chico, para darle la respuesta a su segunda pregunta—Y llevo en este mundo poco más de dos semanas, si es que pasa el tiempo igual que en nuestro mundo, claro está—Dije, mientras me apoyaba en una sola pierna, levemente cansado por el viaje y la pelea de momentos antes.
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Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
Ragna. Simplemente Ragna. Así era como se hacía llamar aquél chico. Se preguntó si en realidad se trataba de un sobrenombre o sí realmente se llamaba así. Aún había nombres japoneses que le llamaban completamente la atención y que nunca en su vida los había escuchado. Supuso que era nombre japonés, la mayoría lo eran.
Se llevó una sorpresa al escuchar que el chico no llevaba ni siquiera un mes allí en el Digimundo. Había oído que controlar un digi-espíritu era sumamente díficil, pero parecía que le habían mentido viendo que aquél chico ya se podía volver a su forma humana en apenas dos semanas. Era eso o Ragna era completamente un genio. Tenía entendido que los portadores de digi-espíritu solían quedarse atrapados en la forma Digimon si no sabían controlarlo de la forma correcta, y el entrenamiento con el dicho podía ser sumamente arduo para poder llegar a dominarlo. Quizá no le habían mentido del todo... Quizá no se requería demasiado esfuerzo para controlarlo. Pero tampoco era un tema de su interes, ¿acaso él poseía un digi-espíritu? Nop.
—Por lo que eres un novato...— no pudo evitar acotar, fue como si se le saliera completamente natural. Notó ciertos comentarios acerca de otra otra actividad interrumpida del chico, pero no le interesó para nada preguntarle de que se trataba. —Te has tomado todo este asunto bastante bien. Te has acostumbrado muy rápido.— dijo, recordándo que cuándo conoció al Digimundo y a sus criaturas le costó mucho pensar que todo aquello fuera real.
La conversación ya no tenía más vueltas. Alaka'i tampoco se veía demasiado interesado en continuar charlando con Ragna. Aferró su mochila con fuerza y levantó la mano en forma de despedida. —Bueno, adiós.— dijo de repente, dándose media vuelta e iniciando el camino de regreso por donde volvió.
Pero toda la situación de despedida terminó dando un giro inesperado. Ni bien Alaka'i dio unos pasos, uno de los árboles cercanos a él explotó repentinamente y apareció una enorme Shuriken que terminó golpeando con unas rocas llenas de musgo que se encontraba cerca de ellos. Se dio a aparecer un Digimon que poseía en sus manos y piernas grandes shurikens, llevaba el rostro tapado y en sus hombros yacían unas grandes hojas que lo cubrían. Hawkmon lo identificó como Shurimon. Pero aquello no era la única sorpresa. Ciertos árboles a su alrededor parecían comenzar a tomar vida, tratándose de sin lugar a dudas de unos tres Woodmon.
Alaka'i retrocedió. Se vieron completamente superados por número. Eran dos contra cuatro, siendo los últimos todos Digimon de etapa campeón. Claramente se encontraban en gran desventaja. Alaka'i levantó ambas manos en señal de que no iba a realizar ninguna acción ofensiva. —¡Qué sorpresa!— exclamó relajadamente —Supongo que no vienen a hacer nada malo, ¿no?— aunque ya sabía la respuesta. Dudaba eternamente que aquella presentación fuese un simple "hola". Deseó estar equivocado, que en realidad la cosa no se iba a poner fea. Caminando lentamente intentó alejarse de la situación, emitiendo un saludo de despedida a los presentes.
Uno de los Woodmon le impidió el paso al hawaiano, dándole un empujón haciendo que terminara en el suelo. Hawkmon rapidamente acudió en su ayuda. Pero otro de los Digimon árboles tomó al pájaro y lo obligo a arrodillarse, mientras que el restante realizó lo mismo con Ragna. Terminaron los tres arrodillados en el suelo frente al Shurimon, quien les echó una ojeada de pies a cabeza, analizando que hacer con los tres sujetos. Los Woodmon permanecieron firmes e inmóviles conteniendo a los dos humanos. — Llévenselos — ordenó el Digimon Mutante que parecía estar a cargo de los demás.
Se llevó una sorpresa al escuchar que el chico no llevaba ni siquiera un mes allí en el Digimundo. Había oído que controlar un digi-espíritu era sumamente díficil, pero parecía que le habían mentido viendo que aquél chico ya se podía volver a su forma humana en apenas dos semanas. Era eso o Ragna era completamente un genio. Tenía entendido que los portadores de digi-espíritu solían quedarse atrapados en la forma Digimon si no sabían controlarlo de la forma correcta, y el entrenamiento con el dicho podía ser sumamente arduo para poder llegar a dominarlo. Quizá no le habían mentido del todo... Quizá no se requería demasiado esfuerzo para controlarlo. Pero tampoco era un tema de su interes, ¿acaso él poseía un digi-espíritu? Nop.
—Por lo que eres un novato...— no pudo evitar acotar, fue como si se le saliera completamente natural. Notó ciertos comentarios acerca de otra otra actividad interrumpida del chico, pero no le interesó para nada preguntarle de que se trataba. —Te has tomado todo este asunto bastante bien. Te has acostumbrado muy rápido.— dijo, recordándo que cuándo conoció al Digimundo y a sus criaturas le costó mucho pensar que todo aquello fuera real.
La conversación ya no tenía más vueltas. Alaka'i tampoco se veía demasiado interesado en continuar charlando con Ragna. Aferró su mochila con fuerza y levantó la mano en forma de despedida. —Bueno, adiós.— dijo de repente, dándose media vuelta e iniciando el camino de regreso por donde volvió.
Pero toda la situación de despedida terminó dando un giro inesperado. Ni bien Alaka'i dio unos pasos, uno de los árboles cercanos a él explotó repentinamente y apareció una enorme Shuriken que terminó golpeando con unas rocas llenas de musgo que se encontraba cerca de ellos. Se dio a aparecer un Digimon que poseía en sus manos y piernas grandes shurikens, llevaba el rostro tapado y en sus hombros yacían unas grandes hojas que lo cubrían. Hawkmon lo identificó como Shurimon. Pero aquello no era la única sorpresa. Ciertos árboles a su alrededor parecían comenzar a tomar vida, tratándose de sin lugar a dudas de unos tres Woodmon.
Alaka'i retrocedió. Se vieron completamente superados por número. Eran dos contra cuatro, siendo los últimos todos Digimon de etapa campeón. Claramente se encontraban en gran desventaja. Alaka'i levantó ambas manos en señal de que no iba a realizar ninguna acción ofensiva. —¡Qué sorpresa!— exclamó relajadamente —Supongo que no vienen a hacer nada malo, ¿no?— aunque ya sabía la respuesta. Dudaba eternamente que aquella presentación fuese un simple "hola". Deseó estar equivocado, que en realidad la cosa no se iba a poner fea. Caminando lentamente intentó alejarse de la situación, emitiendo un saludo de despedida a los presentes.
Uno de los Woodmon le impidió el paso al hawaiano, dándole un empujón haciendo que terminara en el suelo. Hawkmon rapidamente acudió en su ayuda. Pero otro de los Digimon árboles tomó al pájaro y lo obligo a arrodillarse, mientras que el restante realizó lo mismo con Ragna. Terminaron los tres arrodillados en el suelo frente al Shurimon, quien les echó una ojeada de pies a cabeza, analizando que hacer con los tres sujetos. Los Woodmon permanecieron firmes e inmóviles conteniendo a los dos humanos. — Llévenselos — ordenó el Digimon Mutante que parecía estar a cargo de los demás.
Alaka'i Kahanamoku
Re: Anthem Of The Lonely [Privado. Alaka'i Kahanamoku]
Con una ceja levantada y la mirada fija en el joven de tez morena, observaba al chico de tropical apariencia, quien parecía sumido en sus pensamientos, quizás analizando lo ocurrido hasta ahora, pues parecía que atraje su atención con mis respuestas, de algún modo, inesperadas por su parte. Un leve suspiro que hacía denotar mi cansancio pasó a través de su garganta, aunque había dominado el Rookie Spirit con suma facilidad, el cambio de cuerpo y agilidad ocasionaba una gran tensión sobre mi cuerpo, por lo cual, mi cansancio se encontró justificado.
Mi mano derecha se posó sobre mi cabeza, para luego, empujar levemente, haciendo crujir un par de huesos, repitiendo el mismo proceso con mi cintura y ambos brazos, ciertamente, el cambio de estatura me afectaba bastante, quisiera reconocerlo o no.
Mientras el cielo terminaba de teñirse de un color oscuro, el chico de ascendencia hawaiiana volvió a hablar.
Acotó sobre mi ignorancia con lo relacionado a este mundo, bien, no lo dijo así; pero el cansancio saca lo peor de mi, por muy cascarrabias que sea por naturaleza. Sin embargo, como si de un remedio se tratara, el chico indicó sobre mi rápida adaptabilidad a este mundo, quizás había tenido una mala recepción al principio, pero dudo que alguien haya sido bien recibido por este extraño mundo.
Con un agarre sobre su mochila, el chico se dispuso a marcharse, con una corta despedida, seguido de su emplumado compañero, quien no volvió a tomar la palabra, dejándonos a los dos hablar a nuestras anchas, aunque en realidad, esto está mal dicho, pues no intercambiamos más que un par de palabras.
Un par de pasos por parte del chico precedieron a una explosión. Si bien, no fue un potente estruendo, la sorpresa no acabó ahí, pues una enorme shuriken se hizo paso a través de a vegetación, cortando cada cosa que se opusiera a su camino, las hojas del cortante arma se movieron despacio; adrenalina que corría por mi cuerpo había desencadenado esta acción y, en un rápido movimiento, salté hacia la derecha. en un intento de esquivar la gran arma.
No noté como esta tomó una ligera curvatura, ocasionando un pequeño y casi imperceptible corte en mi cuello, del cual, logró brotar algo de aquel precioso e importante líquido carmesí, que a su vez, caía por mi cuello y en ocasiones, saltaba debido a el movimiento de mi propio cuerpo. Cuando mi pie logró posicionarse de nuevo sobre el suelo, aquellas gotas que antes habían saltado cayeron sobre mi brazo izquierdo y dejaron un par de manchas en mis ropas.
—¿Un ataque? Demonios, no estoy en la mejor forma, y el que nos ataco debe tener un nivel de habilidad muy alto—Pensé al notar como a pesar de haber esquivado la estrella voladora, esta había logrado cortar a través de los tejidos de mi cuello, por muy superficial que fuera el corte. Con esfuerzo, llevé mi mano derecha al mango de mi Uchigatana, listo para un enfrentamiento directo, o para darle tiempo al moreno y su compañero, lo que me permitiera esta situación, era lo que haría.
Sin embargo, no logré sacar el arma de su estuche, pues unas masas de intrigante procedencia lograron atrapar ambos brazos, inhibiendo mis movimientos en un fuerte full Nelsonque no logré deshacer para encarar al bastardo que había logrado bloquear mis movimientos.
Giré mi cabeza, logrando observar de esta manera, a una criatura extraña, cuya apariencia era curiosa. Parecía el tronco de un árbol, cortado por la parte superior y separándolo a su vez de la copa de hojas que suele representar a un, también poseía brazos y piernas, hechas de madera que presentaba una superficie rasposa al tacto, por lo cual, provocaba daño a mis brazos y cuello, abriendo más la herida antes causada, aunque no mucho.
Dos más de la misma especie del Digimon que me apresaba se encontraban presentes, estos atraparon a el chico hawaiiano y a Hawkmon, para luego apresarnos a los tres contra el verde suelo, haciendo que un leve quejido de dolor escapara de mi garganta.
El Digimon que parecía haber tirado aquel gran shuriken hizo acto de presencia en el medio de la formación creada por los Digimon de madera, luego de dar una una mirada —acto levemente reconocible, no tanto porque iba tapado, también porque desde mi posición no podía ver mucho— ordenó, con una voz gutural y fuerte "Llévenselos"
Contrariado e indignado, intenté levantarme, en un intento de dejar a aquel Digimon en su lugar, pero el agarre del Digimon de madera fue mayor a mi propia fuerza, dejándome en el suelo sin casi esfuerzo.
—¡Haré una fogata contigo si no me sueltas, pedazo de imbécil!
Un brillo proveniente del bosque emergió, ensegueciéndome levemente, mientras los demás se vieron forzados a cerrar los ojos, sin soltar el agarre de ninguno de los apresados. El brillo pronto se desvaneció, sin dejar ningún cambio en los presentes.
Aprovechando el momento de confusión, me levante, dejando a un desprevenido Digimon de madera en el suelo, segundos antes de intentar ensartar mi arma en su duro pecho.
Sin embargo, algo chocó contra mi estómago a una gran velocidad, dejándome en el suelo luego de chocar contra la corteza de un árbol.
Frente a mi, el Digimon que antes había lanzado la shuriken estaba mirándome, mientras se acercaba. ¿Había sido el mi atacante?
No pude preguntar mucho más, pues caí en los brazos de la inconsciencia.
Mi mano derecha se posó sobre mi cabeza, para luego, empujar levemente, haciendo crujir un par de huesos, repitiendo el mismo proceso con mi cintura y ambos brazos, ciertamente, el cambio de estatura me afectaba bastante, quisiera reconocerlo o no.
Mientras el cielo terminaba de teñirse de un color oscuro, el chico de ascendencia hawaiiana volvió a hablar.
Acotó sobre mi ignorancia con lo relacionado a este mundo, bien, no lo dijo así; pero el cansancio saca lo peor de mi, por muy cascarrabias que sea por naturaleza. Sin embargo, como si de un remedio se tratara, el chico indicó sobre mi rápida adaptabilidad a este mundo, quizás había tenido una mala recepción al principio, pero dudo que alguien haya sido bien recibido por este extraño mundo.
Con un agarre sobre su mochila, el chico se dispuso a marcharse, con una corta despedida, seguido de su emplumado compañero, quien no volvió a tomar la palabra, dejándonos a los dos hablar a nuestras anchas, aunque en realidad, esto está mal dicho, pues no intercambiamos más que un par de palabras.
Un par de pasos por parte del chico precedieron a una explosión. Si bien, no fue un potente estruendo, la sorpresa no acabó ahí, pues una enorme shuriken se hizo paso a través de a vegetación, cortando cada cosa que se opusiera a su camino, las hojas del cortante arma se movieron despacio; adrenalina que corría por mi cuerpo había desencadenado esta acción y, en un rápido movimiento, salté hacia la derecha. en un intento de esquivar la gran arma.
No noté como esta tomó una ligera curvatura, ocasionando un pequeño y casi imperceptible corte en mi cuello, del cual, logró brotar algo de aquel precioso e importante líquido carmesí, que a su vez, caía por mi cuello y en ocasiones, saltaba debido a el movimiento de mi propio cuerpo. Cuando mi pie logró posicionarse de nuevo sobre el suelo, aquellas gotas que antes habían saltado cayeron sobre mi brazo izquierdo y dejaron un par de manchas en mis ropas.
—¿Un ataque? Demonios, no estoy en la mejor forma, y el que nos ataco debe tener un nivel de habilidad muy alto—Pensé al notar como a pesar de haber esquivado la estrella voladora, esta había logrado cortar a través de los tejidos de mi cuello, por muy superficial que fuera el corte. Con esfuerzo, llevé mi mano derecha al mango de mi Uchigatana, listo para un enfrentamiento directo, o para darle tiempo al moreno y su compañero, lo que me permitiera esta situación, era lo que haría.
Sin embargo, no logré sacar el arma de su estuche, pues unas masas de intrigante procedencia lograron atrapar ambos brazos, inhibiendo mis movimientos en un fuerte full Nelsonque no logré deshacer para encarar al bastardo que había logrado bloquear mis movimientos.
Giré mi cabeza, logrando observar de esta manera, a una criatura extraña, cuya apariencia era curiosa. Parecía el tronco de un árbol, cortado por la parte superior y separándolo a su vez de la copa de hojas que suele representar a un, también poseía brazos y piernas, hechas de madera que presentaba una superficie rasposa al tacto, por lo cual, provocaba daño a mis brazos y cuello, abriendo más la herida antes causada, aunque no mucho.
Dos más de la misma especie del Digimon que me apresaba se encontraban presentes, estos atraparon a el chico hawaiiano y a Hawkmon, para luego apresarnos a los tres contra el verde suelo, haciendo que un leve quejido de dolor escapara de mi garganta.
El Digimon que parecía haber tirado aquel gran shuriken hizo acto de presencia en el medio de la formación creada por los Digimon de madera, luego de dar una una mirada —acto levemente reconocible, no tanto porque iba tapado, también porque desde mi posición no podía ver mucho— ordenó, con una voz gutural y fuerte "Llévenselos"
Contrariado e indignado, intenté levantarme, en un intento de dejar a aquel Digimon en su lugar, pero el agarre del Digimon de madera fue mayor a mi propia fuerza, dejándome en el suelo sin casi esfuerzo.
—¡Haré una fogata contigo si no me sueltas, pedazo de imbécil!
Un brillo proveniente del bosque emergió, ensegueciéndome levemente, mientras los demás se vieron forzados a cerrar los ojos, sin soltar el agarre de ninguno de los apresados. El brillo pronto se desvaneció, sin dejar ningún cambio en los presentes.
Aprovechando el momento de confusión, me levante, dejando a un desprevenido Digimon de madera en el suelo, segundos antes de intentar ensartar mi arma en su duro pecho.
Sin embargo, algo chocó contra mi estómago a una gran velocidad, dejándome en el suelo luego de chocar contra la corteza de un árbol.
Frente a mi, el Digimon que antes había lanzado la shuriken estaba mirándome, mientras se acercaba. ¿Había sido el mi atacante?
No pude preguntar mucho más, pues caí en los brazos de la inconsciencia.
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