Nota Nro. 1: Tamers en Akihabara (Priv. Hepokomaru)

Era un fin de semana en Akihabara, estaba lleno de gente y caminar se dificultaba un poco. Entre toda esa multitud se encontraba Lena Stevens, una mujer extranjera bien vestida que a simple vista no encajaba con todos los otakus que ahí se encontraban. Ella se detuvo en un negocio y miró algunas figuras que estaban en venta. Tomó una de una colegiala y la miró fijamente en silencio por un rato, -Cuál es la obsesión de esta gente con las colegialas? ... Son raritos- se dijo a sí misma. Después de echar un vistazo por debajo de la falda de la figura, fue con ella hasta el mostrador y la compró. Ya era la doceava figura que compraba ese día, y se estaba quedando corta de dinero. Al ver cómo su billetera se encontraba más vacía que al empezar el día recordó que tiene un empleo y que llevaba muchísimo tiempo sin avanzar en su investigación.

El problema con su investigación era simple: no sabía dónde encontrar a algún digimon o a otro tamer. Sin saber por dónde seguir con su investigación, concluyó que el paso más lógico seria repetir las circunstancias que llevaron a que conociese a Kozenimon. Para esto necesitaba algún lugar con muchos aparatos electrónicos, así se dirigió a uno de los muchos arcades en Akihabara y acercaba su digivice a los juegos esperando encontrar una reacción tal y como había pasado aquel día en el casino.

-... No sirve. Desde que mi teléfono se convirtió en un Digivice, no puedo usarlo para más que guardar a Kozenimon- Pensó. Siguió caminando por el lugar con su digivice en mano, aunque realmente ya no tenia idea de qué hacer. Su investigación se encontraba estancada.

Hepokomaru y Shin, su compañero Digimon, volvian una vez más al Mundo Humano. Habían cambiado muchas cosas desde su estancia en Japón y habían vivido muchísimas aventuras: Lograron obtener no sólo el Digihuevo del Valor, sino también el de la Amistad, así como lograr un nuevo caballero que se uniría más tarde a los Royal Knights y cuyo nombre no era otro que el de Seiichiro Sano, con quien habían entablado una buena amistad, pero cuyos caminos tuvieron que discurrir por separado.

Me pregunto... ¿Qué estará haciendo Sano ahora?- el Digimon de color azulado, en su forma de DemiVeemon, se agarraba su cabeza con una de sus patitas, mientras su amigo de cabellos platinados le daba un pequeño coscorrón en la cabeza, no muy fuerte.

Silencio, Shin, se supone que en el Mundo Humano debes comportarte como un muñeco de peluche... Recuerda que no poseo un Digivice IC- mencionó el muchacho mientras aferraba sus brazos a la pequeña forma de vida bicolor y ambos paseaban por las calles de Akihabara- Y en cuanto a Sano, no te preocupes, seguro que le irá todo genial. Además, estará ayudando a sus familiares con el negocio de las aguas termales- el Digimon asintió con levedad, mientras cientos de personas se aglomeraban por las calles, la mayoría permaneciendo disfrazados de diversos personajes de animes, mangas o videojuegos. Shin era la primera vez que observaba tan detenidamente aquél enorme gentío, tan diverso y variado- Bien, vayamos a jugar a algo... Hace mucho tiempo que no vengo por esta zona...- el chico, con una sonrisa, se aseguró de que su Digivice y su D-Terminal permanecían en sus bolsillos, antes de adentrarse en el establecimiento donde se albergaban las distintas máquinas recreativas. Nada más llegar, se colocó en unas máquinas del Pac-man, también llamado Comecocos, y se dispuso a jugar, mientras Shin, quien se encontraba en su cabeza, observaba, como queriendo jugar también al igual que su Tamer.

Lena ya ni sabía como continuar su investigación ahora que no tenía cómo escanear máquinas. Ante la inutilidad de intentarlo con su Digivice, lo guardó. Modificar un nuevo teléfono para que funcionase cono el anterior, que ahora es un Digivice, tardaría muchísimo tiempo. Además, como si ya no tuviese suficientes problemas para seguir su investigación, no podía evitar no distraerse con las colegialas que se encontraban en el arcade. -Ya que estoy aquí, podría jugar a algo. Podría jugar a uno de esos de baile!- Pensó, pero vio sus tacones y entendió enseguida que sería una pésima idea. -... O podría jugar a uno de pelea-

Se puso frente a un juego de pelea y jugó, presumiendo sus habilidades a quienes tenía cerca, que en vez de sorprenderse la miraban raro. Perdió en su séptima pelea y, como buena mujer madura, se hizo un berrinche, empezó a presionar botones para que el contador de ''Continuar'' se acabase más rápido, y se fue quejándose de que el personaje con quien le había tocado luchar estaba desbalanceado. Naturalmente, la gente la miró más raro aún después de eso. Caminando por el arcade pasó por la sección de juegos retro. Allí, vio algo que captó su atención. -Ara?-

Un joven de cabello plateado erizado se encontraba jugando Pac-Man y sobre su cabeza tenía una pequeña criaturita azul y blanca. No solo eso, sino que se notaba que no era un peluche ni nada, ya que se lo notaba curioso por ver lo que el muchacho estaba haciendo. Quizás él también era un tamer? Debía estar disimulando que su Digimon era un peluche o algo así, pero no pudo engañarla por un solo detalle: Quién lleva un peluche en la cabeza?

-Ohmygod!ohmygod!ohmygod!- empezó a decir rápidamente emocionada, sin tomarse ni un segundo para respirar. Sin pedir permiso, tomo al pequeñín en sus manos y comenzó a jugar con sus mejillas. -Es esto un Digimon!? No lo puedo creer! Es tan suavecito y adorable!- Luego se lo colocó de vuelta en la cabeza al joven e intentando verse cool, haciendo como si su ataque de emoción de hace un segundo jamás hubiese pasado, se presentó ante el muchacho. -Eres un tamer? Mi nombre es Lena Stevens, y quisiera hablar contigo en privado- Dijo, sacando discretamente su Digivice IC de adentro de su escote y enseñándoselo para que entienda que ella también es una tamer.

El Pac-man era un juego sencillo a la par que divertido. Tú controlabas a Pac-man, un orbe de color amarillo con "vida" propia cuya misión era comerse cientos de bolitas y frutas como fresas al mismo tiempo que evitabas a cuatro fantasmas de cuatro colores distintos: rojo, naranja, celeste y violeta. Sin embargo, siempre se podía conseguir una esfera de energía, que era una bola más grande y luminosa que el resto y de las que había cuatro en cada nivel, situadas en las esquinas del nivel. Estas esferas de energía, convertían a los fantasmas en fantasmas azules, volviéndose vulnerables a Pac-man, por lo que el protagonista podía comerse a sus enemigos, sin preocupación de que fuese eliminado.

Toda esta información, la estaba captando el DemiVeemon quien, con sus dos grandes ojos, podía observar las jugadas de su Tamer. Hepokomaru movía ágilmente la palanca, evadiendo a sus enemigos, los fantasmas, mientras conseguía puntos, uno detrás de otro. El muchacho se encontraba totalmente concentrado hasta que notó que el peso y la presión que ejercía su compañero sobre su cabeza, aunque diminutos, desaparecían.

Al girarse hacia lo que parecía ser unos gritos de mujer, pudo observar a una chica de apariencia extranjera, de cabellos dorados, ojos celestes y atractiva figura. Se encontraba abrazando y jugando con las mejillas de su compañero Digimon y, por lo que parecía, estaba asombrada de ver a un Digimon... ¿Sería ella también una Tamer?

Hepokomaru... Esta chica está tratándome como un muñeco...- ante las quejas de su compañero, el chico de cabellos platinados no pudo hacer otra cosa que reirse de su amigo.

Eso es porque es lo que se supone que eres- tras el comentario sarcástico del humano, la chica misteriosa le devolvió el Digimon a su Tamer al mismo tiempo que la maquina provocaba unos pitidos que anunciaban el final de la partida, con lo que dejó la maquina recreativa libre para que pudiese jugar todo aquél que quisiera. Entonces, la extranjera se presentó como Lena Stevens- Yo soy Hepokomaru... Y el dinosaurio en miniatura ese es Shin, un DemiVeemon- después de las presentaciones, la muchacha sacó lo que parecía ser un Digivice de su escote, ante lo cual, las mejillas de Hepokomaru se colorearon brevemente, antes de extraer su propio Digivice, el D-3, de su bolsillo, mostrándolo brevemente- Así que tu eres de las que utilizan el Digisoul y yo de los que utilizan los Digihuevos... Encantado- con una sonrisa curiosa, Hepokomaru realizó una reverencia cordial con su cabeza, antes de ella le dijese que quería hablar con él en privado, ante lo que, acariciando la cabeza de su compañero, el joven Tamer mencionó- Me parece bien, te sigo- dijo, esperando a que la muchacha pensara en un lugar en el que pudiesen hablar a solas.

Cuando el joven, Hepokomaru, empezó a hablar, Lena sacó su tableta y comenzó a anotar algunas de las cosas que decía. Anotó a DemiVeemon junto a un pequeño dibujo de él a su lado, y otros términos que ella no conocía, como Digihuevos. Lo que más captó su atención, sin embargo, fue cuando dijo que ella es de las que utilizan Digisoul. -Digisoul?- Repreguntó mientras anotaba la palabra con una letra más grande que las otras, y decidió que eso debía ser lo primero que iba a preguntarle. También se vio interesada en que el Digimon de ese chico, que claramente era una etapa menor a la de su Kozenimon, pudiese hablar ¿Todos los Digimon saben hablar? ¿Es algo que debes enseñarles? ¿O simplemente varía según el caso o la especie?

-Genial! creo que podré aprender mucho de ti. Sígueme!- Le dijo emocionada y lo guió hacia las escaleras de emergencia del lugar, en donde no había nadie y se encontraba completamente aislado. Nadie podría ver u oír lo que lo que ocurriese ahí. Una vez llegaron, ella sacó a Kozenimon de su digivice para que el joven pudiese verlo. -Este es mi Digimon, Kozenimon. No habla, y no sé si eso sea normal o no. Puedo ver que tu digimon sí sabe hablar.-

Kozenimon saludó moviendo su mano, y Lena agregó -... Pero entiende lo que digo. Eso es raro- Otra vez, tomó su tableta para anotar lo que el joven tamer le dijese. Su investigación finalmente estaba avanzando, y ya tenía muchas nuevas pistas a partir de donde continuarla. -Verás, soy una tamer desde hace muy poco tiempo,
y hasta ahora jamás había visto a otro Digimon. Quiero estar bien informada sobre el tema antes de hacer nada raro. Comprendo que pueda parecerte raro que anote todo esto, pero ...- Miró hacia un costado haciéndose la torpe, como si le diese vergüenza decir algo -... T-Tengo mala memoria, ok!?- Confesó sonrojada.

Otra vez, ignoró lo que acababa de suceder e intentó verse seria una vez mas. -Si no es mucha molestia, quisiera saber más acerca del Digisoul-

El muchacho de cabellos grisáceos siguió a la atractiva muchacha hacia el lugar donde podrían hablar sin ningún problema. En poco menos de cinco minutos, llegaron a las escaleras de emergencia. Una vez allí, el chico y su Digimon, quien dejó de fingir ser un peluche, se sentaron en las escaleras mirando a la chica, con una sonrisa en el rostro. Mientras recordaba que la rubia había sacado previamente su tableta y apuntaba datos, el joven de dorados y diminutos ojos se llevó su mano a su bolsillo, extrayendo la libreta que siempre llevaba encima, donde apuntaba todos los datos de los Digimon con los que se encontraba, así como un dibujo sobre ellos. En esa libreta aparecía todo tipo de información: su estatura y peso aproximado, sus características más representativas, sus ataques, si pertenecían a los atributos Neutro, Vacuna, Virus o Datos, la familia y el tipo al que pertenecían... Y también había cierta información sobre los distintos Digivices que había ido encontrando. Por lo pronto, tenía registrados los Digivices D-3, D-1, D-arc y D-Scanner, en ese orden, pero aún no había presenciado de cerca lo que podía hacer un Digivice IC, justamente el que esa muchacha tenía. Entre los muchos Digimon que se encontraban plasmados en esa libreta estaban los que había conocido en sus últimas aventuras: Drimogemon, Gazimon, Tuskmon, Floramon, Kuramon, BomberNanimon, Upamon, Koromon, BlackAgumon y ModokiBetamon, entre otros. Asimismo, también se encontraban plasmados el Digihuevo del Valor y el de la Amistad, así como su método de activación y, por supuesto, las estatuillas con las que parecían funcionar los Digispirits de los D-Scanner.

Veo que, al igual que yo, eres una joven interesada en el Mundo Digital- el chico señaló su libreta, era una de las muchas que tenía, aunque aún no la había codificado con su código especial que tan sólo él y Shin conocían, por lo que se la entregó a la muchacha, ahora que aún era legible para aquella desconocida- Toma, puedes copiar la información que he recogido aquí de nuestras más recientes aventuras... Pero espero que me devuelvas la libreta ¿eh?- sonrió divertido el muchacho mientras escuchaba a la joven explicar que su Digimon se llamaba Kozenimon, justo después de sacarlo del Digivice- Así que ése es Kozenimon...- el Digimon parecía tener la forma de una moneda de un Yen japonés. Era curiosa su fisionomía y más aún, era curiosa la forma en la que el Mundo Humano influía en el Digital y viceversa, puesto que muchos Digimon tenían la forma de cosas que eran comunes en el Mundo Humano. Sin ir más lejos, ese KoZenimon tenía la forma de una moneda. Conocía también a otro Digimon, llamado Ekakimon, que tenía la forma de un lapicero de colores, algo realmente curioso, para ser sincero. Entonces, la joven hizo alusión a que su compañero no podía hablar, mientras que Shin si podía hacerlo.

Creo que... Depende de varios factores- mencionó el pequeño ser digital mientras se aclaraba la garganta y observaba brevemente el gentío que se mantenía jugando a los distintos juegos, lejos de donde ellos se encontraban- En principio, no te fíes por mi forma evolutiva. Aunque me mantengo en el nivel Bebé II, puedo llegar a convertirme en un Digimon de nivel Armadura, que es el equivalente al nivel Champion, pero utilizando los Digihuevos de los que te hemos hablado... Y que aparecen en la libreta que te acaba de entregar Hepokomaru. Por lo tanto, creo que puedo asegurar que soy más maduro que tu compañero, evolutivamente hablando- el Digimon acarició su propia mejilla, como si estuviese poniendo en orden todos sus pensamientos- En segundo lugar, ¿tiene un nombre propio? KoZenimon es su especie pero, debe de tener un nombre. Por ejemplo, mi forma de nivel Bebé II. es decir, en la que me encuentro, pertenece a la especie de los DemiVeemon, pero realmente yo me llamo Shin. Los Digimon necesitamos el afecto de nuestros Tamers o, por otro lado, un lazo que nos una a ellos para poder digievolucionar, para poder desarrollar nuestra fuerza. Es cierto que con entrenamiento nos hacemos fuertes, pero la mayoría de los Digimon más poderosos son aquellos que tienen fuertes lazos con sus compañeros humanos. Ponerle un nombre a tu compañero puede ser un buen primer paso- mencionó el Digimon azulado mientras intercambiaba su mirada entre la muchacha y su compañero esférico.

Shin tiene razón, tal vez resulta que KoZenimon sea demasiado tímido... Intenta darle facilidades, dale algún capricho... Como un dulce, por ejemplo, de vez en cuando. Dicho de un modo sencillo... Los Digimon que tienen Tamers son como mascotas superpoderosas. Necesitan ser mimadas, cuidadas y necesitan recibir el amor de su Tamer. Hasta el Tamer más malvado quiere con todas sus fuerzas a su compañero Digimon. Y créeme, nos hemos enfrentado a algunos Tamers realmente malos- explicó Hepokomaru, apoyando la teoría de su compañero, recibiendo luego la información de que la muchacha necesitaba apuntar esas cosas porque tenía mala memoria, a lo que el chico sonrió de oreja a oreja- No te preocupes, puedes anotar lo que gustes- tras la respuesta de Hepo, la chica de nombre Lena, preguntó acerca del Digisoul, ante lo que el chico se llevó su mano a la barbilla pensando- Realmente no sé gran cosa de ese Digivice, sólamente lo que me han contado mis superiores. Se supone que es una clase de Digivice que permite guardar a tu compañero Digimon en él, aunque bueno, eso está claro que ya lo sabes- mencionó, haciendo referencia al hecho de que, momentos antes, Lena había "invocado", por así decirlo, a su compañero Digimon desde su Digivice- Lo mejor viene con el Digisoul. Supuestamente es un poder interior que os recorre a los usuarios de ese tipo de Digivice, el Digivice IC... Ciertamente, no te puedo dar más detalles de lo que sé, que es lo básico. Es como un torrente de energía que os recorre y que, incluso, os permite golpear a los Digimon, a pesar de que vosotros seais humanos. He oído que no podéis matar Digimon con el Digisoul, pero sí hacerles bastante daño. Oh claro y ese torrente de energía os permite hacer digievolucionar a vuestro compañero Digimon. Cuanta más fuerte sea esa energía y más fuertes sean vuestros lazos, la digievolución será mucho más fuerte- el chico se encogió de hombros con una sonrisa- Lo siento, no sé mucho más sobre el Digisoul

Lena tomó la libreta que Hepokomaru le había prestado, y le sacó fotos a cada página para ahorrarse tener que escribirlas. -Luego las revisaré bien en casa- Dijo sonriendo. Luego se la devolvió. -Eso ha sido de gran ayuda, muchísimas gracias!- La libreta contenía información de lo más variada. Explicaba algunos tipos de digivice, información básica sobre los Digimon, Digihuevos y el método usado para digievolucionar con ellos, una forma a través de la cual los humanos podían convertirse en Digimon, y contenía algunas especies como Drimogemon y Tuskmon.

Luego ambos empezaron a hablar sobre los motivos por los que quizás Kozenimon no habla. Entre los motivos que sugirieron, mencionaron que un tamer debe tratar a su compañero con afecto, como si se tratase de una mascota. Lena no estaba segura de si ese podría ser un motivo realmente, ya que su relación con Kozenimon era bastante buena. No lo trataba como a una mascota, pero si como si fuese su amigo. A veces hasta comían y bebían juntos, aunque Lena no consideró que fuese apropiado mencionar que le daba de beber a su Digimon. Pensó entonces en que quizás las alteraciones que le había realizado pudieron haber afectado su capacidad de hablar, aunque tampoco recordaba que hablase antes de eso. También dijeron que quizás, era tímido y ya. Lena miró a Kozenimon y le preguntó -Eres tímido?- Pero, como siempre, Kozenimon no dijo ni una palabra. -... Si, eso no aclara mucho que digamos-

Finalmente, respondieron lo que sabían acerca del Digisoul. Al parecer, es un poder interior que ella misma posee que le permite digievolucionar a su compañero, y golpear a otros Digimon. Lena miró con curiosidad al joven mientras explicaba eso de poder combatir contra otros Digimon, como si le pareciese extraño. El chico después dijo no saber mucho más sobre el asunto, pero Lena sonrió y le dijo -No te preocupes! He aprendido muchísimo más de lo que esperaba-

Un detalle que le llamó la atención, fue que el joven mencionó tener superiores ¿A caso habían otras organizaciones trabajando en esto? ¿O quizás existía una organización de tamers? Por si las dudas, decidió no preguntar nada al respecto. Se limitó a anotar lo del Digisoul en su tableta y ya. Después, sacó un pedazo de papel, y con un lápiz escribió su número de teléfono en él. -Ten. Si me necesitas algo, no dudes en llamarme- Le dijo con una sonrisa.

La muchacha agradeció la información que podía presenciar en la libreta escrita por el chico de cabellos plateados que se encontraba delante de ella. Antes de devolverla, sacó varias fotos con su tableta. Dicha libreta fue puesta nuevamente en el bolsillo en el que se encontraba originalmente. Todos los Tamers novatos sentían curiosidad por los Digimon, el Mundo Digital y todo lo relacionado con ambos... Al menos todos los que él conocía. Pero éste era un caso especial. Parecía ser una chica de lo más curiosa, aunque también es posible que trabajase para alguien. Era lo suficientemente inteligente como para sospechar pero, por lo pronto, tan sólo sería un espectador en ese escenario, al menos hasta que hubiese descubierto quién era realmente aquella chica. En pare, su labor como Royal Knight no sólo era la de un mero investigador, también, como soldado que era, debía descubrir cualquier plan malvado y detenerlo. Y, por lo pronto, se mostraría amigable.

Es algo parecido a una mascota pero... No somos mascotas.... Es difícil decirlo de una forma simple, pero lo irás descubriendo por ti misma- mencionó el pequeño ser de color azulado mientras frotaba su propio mentón con una de sus extremidades azuladas.

Entonces la chica le tendió un trozo de papel después de escribir algo con un lapicero y se lo tendió a Hepokomaru. El chico de dorados ojos, después de ver que se trataba de lo que parecía ser un número de teléfono, algo que, momentos después, confirmó la chica. Antes de lo que parecía ser una despedida y de que Hepokomaru hablase o le diese su número de teléfono, un ruido atronador les alertó. Dicho sonido grave, seguido de varios gritos, provino del exterior, de fuera del local en el que se encontraban las recreativas.

Creo que hay problemas- comentó el chico, levantándose del asiento improvisado que ejercían las escaleras. Raudamente y agarrando a su compañero, se despidió de la chica y salió por la salida de emergencias, lanzando a su compañero un par de metros hacia delante y apuntando con su Digivice hacia Shin, nada más ver una espesa niebla a lo lejos.

¡DemiVeemon digievoluciona en...! ¡Veemon!- el pequeño Digimon azulado se transformó en lo que parecía ser su versión más mayor y humanoide.

Parece que un Digimon se ha materializado y está haciendo de las suyas... Ni un día de descanso me dan...- suspiró el muchacho, comprobando si Lena le seguía o no, antes de dirigirse al lugar de los hechos.

OFF: Me ausentaré un par de días. Volveré el domingo a la noche. Postearé apenas pueda c;

Ya se encontraba lista para seguir por su camino y dejar al joven en paz. Tenía mas de lo que necesitaba tener y podía seguir con su investigación. Mientras se preparaba para guardar a Kozenimon e irse, se oyó un fuerte ruido que provenía de afuera del arcade acompañado de gritos. Hepokomaru digievolucionó a su digimon a Veemon y se apresuró para ir al lugar de donde había una espesa niebla como Lena nunca antes había visto. El chico parecía saber perfectamente lo que estaba ocurriendo y no le parecía nada extraño, por lo que Lena supuso que era algo a lo que un tamer estaba acostumbrado. Y si él estaba acostumbrado a algo así, significaba que esto era algo en lo que Lena debía estar interesada. -Supongo que debemos ir hacia allí,
Kozenimon!- Dijo mientras se apresuraba con su digimon a adentrarse a aquella densa niebla.

Mientras se adentraba con el joven a su lado, podía notar cómo cada vez el lugar se iba volviendo más y más desierto. Era la primera vez que veía un lugar como Akihabara, que suele encontrarse lleno de gente, completamente vacío. Miró hacia enfrente y pudo distinguir dos figuras en la niebla, pero no parecían humanas. Se acercó un poco más y pudo identificar que, efectivamente no eran humanos, sino que Digimon, pero no sabía realmente a qué especie pertenecían. -Es curioso que en un solo día ya haya visto más Digimon que en todos estos meses a tu lado, Kozenimon. ¿No te da un poco de gracia?- Bromeó la joven. Luego volteó hacia Hepokomaru, esperando que le diga qué eran esos dos Digimon y qué debían hacer con ellos.

-¿Qué son esos dos de ahi? ¿Son amigos o enemigos?- Preguntó. De ser enemigos, este sería el primer combate de Kozenimon, y le parecía genial tener ayuda de un tamer más experimentado para entender de que va todo el asunto.

Una luz de color dorada, seguida de una intensa y espesa niebla de color blanquecina inundó los alrededores. Los dorados y enormes ojos de la criatura reptilínea de color carmesí se abrieron y, olfateando los alrededores con los dos orificios que poseía en su cara, miraba a un lado y a otro.

Este es un lugar raro... Hiro no sabe dónde está... ¿Qué es ésta niebla? Hiro está solo...- mencionó el Digimon con aspecto de lagarto bípedo, que caminaba con la cola erguida y la cabeza hacia delante, como si de un tiranosaurio rex en miniatura se tratase. Entonces, pudo observar una figura extraña. Al acercarse, pudo observar a una especie de Digimon, una criatura como él, cuya apariencia parecía la de un sacerdotista o chamán, con una máscara con dientes afilados. Hiro estaba contento de ver a otro Digimon en el mismo lugar que él, aunque la criatura, de la especie de los Baromon, lo miraba con indiferencia- Hiro es Hiro. ¿Cómo se llama el amigo de Hiro?- preguntó, mientras el Baromon, el supuesto "amigo" de Hiro, lo miraba por encima del hombro, antes de darse la vuelta.

Hmph- espetó, dándole la espalda, mientras pensaba en una manera de deshacerse de esa espesa niebla que le rodeaba y que le separaba, brevemente del Mundo Humano. El Digimon, extrayendo de su túnica un pequeño dispositivo circular, se comunicó con los que parecían ser sus compañeros- Zekel al habla, contactando con la base. He llegado al Mundo Humano sin ningún contratiempo. Bueno, un Guilmon que no conozco de nada me ha acompañado, ¿sabes algo de ello?- esperando la respuesta de su compañero, éste parecía decir que no, que no tenía nada que ver con su misión y que lo eliminase- De acuerdo. Cambio y corto.- el Baromon, mirando a Hiro, se guardó el comunicador y lo miró, con cierta condescendencia- Lo siento pequeño, pero parece que estabas en el momento equivocado y el lugar equivocado. No me tengas rencor, no es nada personal... ¡Pirokinesis!- extendiendo su mano derecha, el Baromon llamado Zekel generó una bola de fuego que lanzó sobre el Digimon, quien, a pesar de su torpe aspecto, esquivó con agilidad.

¡Has intentado matar a Hiro! ¡Hiro furioso! ¡Hiro no se dejará matar! ¡Hiro te matará y absorberá tus datos! ¡Fireball!- de la boca del Digimon de color carmesí, una bola de fuego, más pequeña que la de Baromon, salió disparada hacia su objetvo, quien, con un simple movimiento de su mano, la desvió. De un salto, el Baromon agarró al Guilmon del cuello y lo elevó, mostrando su superioridad física, así como de nivel evolutivo.

Debiste haberte quedado en casa, pequeño lagarto- dijo el Digimon, estando a punto de lanzarlo contra el suelo y rematarlo, pero fue detenido por una sombra de color azul.


Hepokomaru y Shin corrían hacia el banco de nieve, notando que eran seguidos por Lena y KoZenimon, quienes parecían tener interés en esa aglomeración de niebla. Era cierto que, tras esas nieblas aleatorias, no sabían qué clase de Digimon podía aparecer, por lo que, mirando de reojo a su compañera, le advirtió.

Lena, si KoZenimon y tú estáis en peligro, quiero que huyáis- advirtió Hepokomaru mientras se internaban en la niebla, dejando de correr, y caminando lentamente, para no ser detectados. Mientras Lena preguntaba si eran amigos o enemigos aquellas dos sombras que podían ver, internadas también en la neblina, dos estallidos de fuego aparecieron, primero uno grande y, luego, otro más pequeño.

Parece que lo comprobaremos en un instante...- dijo Veemon, lanzándose y viendo que uno de ellos, el Digimon de mayor tramaño, un Baromon, estaba agarrando por el cuello al otro, que parecía ser un Guilmon, quien parecía estar luchando por su vida, pataleando e intentando que su rival le soltase- ¡Hepokomaru! ¡Necesito digievolucionar!- atendiendo a la necesidad de su compañero, el Tamer de cabellos plateados asintió y colocó su Digivice D-3, apuntando directamente a su compañero, produciéndose un brillo de color azulado- ¡Veemon digievoluciona en...! ¡ExVeemon!- Shin, el Digimon de Hepokomaru alcanzó un nuevo nivel evolutivo, el nivel Champion quien, lanzándose contra el Baromon, le propinó un fuerte puñetazo, sacándolo del campo de niebla que, al no haber más peligro, se comenzó a disipar. El Digimon enemigo, avergonzado, se transformó en una especie de pájaro y se marchó- ¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder!- sin tan siquiera presentarse, ExVeemon agarró al Guilmon de la cola, que aún recuperaba su aliento, mientras que Hepokomaru tendía la mano a Lena, tras montarse en el lomo de su compañero.

¿Quieres saber lo que hacemos los Tamers? Sigueme, antes de que la niebla desaparezca y el resto de Humanos vean a los Digimon o, peor, ese Baromon escape- dijo, esperando la respuesta de Lena, antes de que emprendiese el vuelo y persiguiera al ave en el que se había transformado aquél Digimon.



PD: Según el manga de Digimon Xros Wars, Baromon tiene la capacidad de transformarse en animales, en otros humanos o en otros seres... Va a ser divertido buscarle xD

Frente a ella habían dos digimon, uno parecía un hombre alto cubierto de ropa que portaba una máscara exótica y el otro era un pequeño dinosaurio rojo. El hombre estaba estrangulando al dinosaurio, hasta que el Veemon de Hepokomaru digievolucionó y lo detuvo. Inmediatamente luego de eso, el digimon humanoide se transformó en un ave y huyó. Aunque la situación se veía mal para aquel digimon rojo, Lena no tenia en mente interferir. Sinceramente, no sabía absolutamente nada sobre qué ocurría entre ambos digimon ni cuales eran los motivos de cada uno. Hasta a donde le importaba, era un problema ajeno a ella. Sin embargo, la situación fue sin duda alguna muy interesante. Hepokomaru se subió al lomo de ExVeemon y la invitó a subirse, diciéndole que si aquel digimon llegase a mostrarse en público, estarían en grandes problemas. Lena no tenía problema con perseguirlo, pero le parecía que montar un dinosaurio azul por los aires traería la misma cantidad de problemas. -Está bien, vamos!- Dijo, aceptando la oferta y subiéndose con Kozenimon. De todos modos, no es como si no pudiese cubrir todo el desastre con solo hacer una llamada.

-Entonces... Quisiera saber, qué eran ese tipo que acabamos de ver?- Preguntó, y luego recordó que también estaban llevando al dinosaurio rojo que habían encontrado. -También me gustaría saber qué es eso otro- Preguntó curiosa mientras iba dibujándolos en su tableta. -Sabes? Ni siquiera sé si Kozenimon pueda pelear, así que no sé que tan útil será para ayudarte con esto-

Aunque tenía sus dudas sobre que tan bien podrían mantener el secreto de la existencia de los digimon montando un dinosaurio volador sobre una ciudad, a Lena no le importaba, era la primera vez que volaba así en su vida y estaba disfrutándolo. Otra vez, no sería tan difícil hacer una llamada e inventar que era un globo meteorológico o alguna tontería asi.

¡Suelta a Hiro! ¡Hiro no ha hecho nada malo! ¡Hiro golpeará al Digimon malo!- gritaba el Digimon reptiliano de color carmesí, mientras Shin, en su forma Champion de ExVeemon se elevaba cada vez más y más, ocultándose entre los rascacielos para evitar la mirada de los curiosos, aunque era inevitable que un ser de ese tamaño y, más aún, si volaba, fuese detectado.

Dios santo... ¡Se supone que es tarea de los Union Savers mantener a raya a los Digimon que tratan de entrar en el Mundo Humano!- dijo el chico de cabellos plateados, mientras se agarraba a la espalda de su compañero, recordando entonces que no estaban solos allí, sino que recibían la compañía de Lena y de KoZenimon. Tal vez no hubiese sido la mejor idea traerla con ellos, no solo porque, si ella estuviese en el suelo y se ofrecía a ayudar, cubrirían más terreno, sino que también por si se le escapaba algo acerca de su estatus dentro de los Royal Knights que, si bien no era muy alto, era todo un honor representar a dicho clan. Pero bueno, lo hecho, hecho estaba.

Oh, por dios... ¡Cállate ya! ¡Acabamos de rescatarte, lagarto rojo! ¡Ese Baromon estaba a punto de matarte! ¡Y deja de gritar, que vas a alertar a todo el mundo!- gruñió el ExVeemon, forcejeando con el apéndice del Guilmon que estaba sujetando entre sus brazos, mientras sus alas blancas le permitían volar.

¡Basta de cháchara los dos!- ordenó el muchacho de ojos dorados, mientras se rascaba la cabeza con una de sus manos y era preguntado por la chica sobre los dos Digimon que acababan de ver- el que ha salido huyendo se llama Baromon, si no recuerdo mal. Puede ser un Digimon tanto de nivel Armor como de nivel Champion- - explicó mientras buscaba con la mirada al pequeño pájaro en el que se había transformado el Digimon, sin éxito- El lagarto pertenece a la especie de los Guilmon, Digimon de nivel Rookie y con el símbolo del Digital Hazard dibujado en su cuerpo... Terminarás descubriendo qué poder tiene encerrado ese símbolo...- suspiró el chico después de que su Digimon redujese la velocidad- [color=silver]¿Qué ha pasado, Shin?

Lo he perdido de vista...- el Digimon se disculpó mientras aminoraba su velocidad y se colocaba sobre el tejado de un edificio, soltando a todos sus pasajeros. La base rectangular del tejado, similar a las películas y series basadas en ciudades estadounidenses, permitió a todos los allí presentes detenerse a descansar.

Está bien... Supongo que tendremos que hacer algo... Y yo que pensaba tomarme las vacaciones en paz y armonía...- suspiró el chico, mientras se pasaba su mano por la cara, mostrándose realmente molesto.- No es de nuestra incumbencia... Pero supongo que no tenemos otra opción si queremos que los Digimon sigan siendo un secreto como hasta ahora... Aunque, me pregunto cómo lograremos encontrar a ese Baromon...

Hiro sabe cómo huele Digimon malo. Hiro puede encontrar Digimon malo.- intervino el Digimon que acababan de rescatar, mientras su cara y su voz denotaban una inocencia propia de un niño pequeño.

Tiene lógica, tu nariz se parece, en cierto modo, a la de cualquier cánido del Mundo Humano. Si tenemos en cuenta que éstos tienen mayor capacidad olfativa que un ser humano... Es posible que podamos dar con él, aunque se transforme en mil formas.- el chico se frotaba su mentón, pensando en la posibilidad de que el Guilmon, que parecía llamarse Hiro,

Pero tendríamos que recorrernos la ciudad por completo...- comentó Shin, cruzándose de brazos, a la par que su Tamer se acariciaba el mentón.

Es posible. Pero después de recibir tu golpe, transformarse en un ave y huir de nosotros, probablemente esté exhausto o, como mínimo, ligeramente cansado. Que puedas volar forma parte de tu anatomía, pero él ha tenido que transformarse. Habrá usado su energía tanto para transformarse en ave y volar como en mantener su forma en, digamos... ¿10 minutos? Ha usado el triple de recursos que nosotros y eso que tu transportabas a Hiro, a KoZenimon, a Lena y a mi. Si a eso le sumas que tu musculatura y tu resistencia parecen ser mayores... Creo que estará buscando un sitio en el que refugiarse- el chico se dio cuenta de que estaba hablando demasiado y levanto una mano en señal de disculpa, mirando a Hiro- Pero ahora nuestro principal problema es, si vamos a buscar a Baromon, ¿qué hacemos contigo? Shin puede regresar a su etapa Bebé II y parecer un muñeco de peluche pero... Creo que necesitaremos un disfraz o algo por el estilo para camuflar a nuestro amigo... ¿Alguna idea?- dijo el chico, volviéndose hacia Lena y KoZenimon, preguntando por la opinión de ambos.

Lena iba anotando sobre Baromon y Guilmon mientras volaban, y anotó también ''Union Savers''. Al parecer era un grupo de tamers o digimon que se encargaban de evitar que los digimon llegasen al mundo humano. Lena notó esta pieza de información más que todo lo demás que dijo Hepokomaru. Si ella no había podido encontrar digimon en este mundo, era porque esta gente existía. Encontrarlos sería un paso importante en su plan. -Unión Savers?- Se preguntó a sí misma.

Mientras volaban y ella seguía anotando mientras el otro tamer, su digimon y el Guilmon hablaban. Lamentablemente, fijarse en una pantalla mientras volaba hizo que se marease un poco, pero afortunadamente decidieron detenerse en un edificio. Apenas se bajó de ExVeemon, Lena caminó un poco sobre el tejado de aquel edificio y respiró un poco de aire fresco. Luego miró otra vez hacia donde estaban Kozenimon y los demás, acomodandose sus lentes. -No vuelvo a anotar mientras vuelo...- Dijo con una expresión de disgusto.

-Si he de ser sincera, no creo que podamos encontrarlo. Al menos, no ahora.- Dijo, comentando sobre la situación. -Buscar una sola ave en toda la ciudad, entre todas las demás aves, es una tarea casi imposible.- Sus oportunidades de encontrar a Baromon eran casi nulas. Hiro, el Guilmon, mencionó que el aún podía rastrearlo a través de su olfato, pero eso implicaría tener que ir por la calle o seguir volando sobre ExVeemon. Lena no podía evitar pensar en que si no tuviese que fingir ser una persona mas o menos normal, podría llamar a la empresa, pedirles que revisen la zona y tener una coordenada aproximada de la ubicación de Baromon casi enseguida. Era frustrante saber que tenía una alternativa para solucionar este problema en quizás 5 o 15 minutos, pero no podía utilizarla. Hepokomaru pidió una sugerencia de qué hacer con Guilmon, pero Lena no tenía idea alguna de qué hacer.

-No sabría que hacer en esta situación. Disfrazar a Hiro sería difícil... Kozenimon, tienes alguna idea?-
-...-
-... No eres de mucha ayuda que digamos- Le respondió a su Digimon, aunque él no había dicho nada. Sin embargo, notó una antena, quizás de comunicaciones o algo parecido, en el tejado en donde se encontraban. Miró a los demás y entonces anunció la idea que acababa de tener. -Y si en lugar de buscarlo, lo atraemos hacia nosotros? El está volando por la ciudad, y no debe estar muy lejos.- Antes de seguir, señaló al Guilmon -Hasta donde sabemos, trataba de eliminarlo. Sea lo que sea que hacía, no quería dejar un cabo suelto como él así que de verlo no perderá la oportunidad de atacarlo. Entonces, si lo subiésemos a aquella antena y lo usásemos de carnada, probablemente aparecería!- explicó, y luego movió su dedo haciendo un círculo en el aire como si señalase el tejado entero -Y si lo atrajésemos aquí, no tendríamos que preocuparnos por que otras personas nos vean. Aquí no hay nadie y a esta altura no nos verá nadie-

Hiro debe vengarse de ese Baromon. A Hiro no le gustavque le ataquen- mencionó el Digimon de color rojizo mientras observaba la conversación entre los dos Tamers.

Es otra opción, pero ¿estás segura que vendrá a por este Guilmon?- preguntó el chico de cabellos grisáceos mientras señalaba al Digimon rescatado.

Hay que tener en cuenta que somos tres Digimon contra uno... No sé si querrá combatir en inferioridad numérica- intervino Shin, en su forma de Veemon, mientras levantaba una de sus manos y, en ella, levantaba tres dedos.

Ahmm, Hiro escuchó a Baromon comunicarse con otro Digimon antes de que atacase a Hiro- la voz inocente del reptil carmesí, acompañada de su mirada, hizo que Shin y Hepokomaru lo mirasen con más atención. Tenía un aire de inocencia en su mirada, como si fuese un niño pequeño encerrado en el cuerpo de un dinosaurio rojo- Tiene amigos, así que igual vienen a por Hiro y a por sus amigos...- mencionó nuevamente el infantil Digimon mientras miraba la antena y se dirigía hacia él.

Bien, podemos intentar ese plan...- dijo el chico mientras miraba a la mujer- ¿Alguna idea para atraer a Baromon y sus amigos? Aparte de poner a Hiro ahí- señaló Hepokomaru a la antena, mientras se encogía de hombros.


Bien, parece que no te han descubierto, Zekel[/b]- un joven humano de cabello rosado sonreía mientras acariciaba una especie de elefante en miniatura.

Sí... Ehm... Hay varios que han descubierto mi tapadera- se disculpó el Digimon enmascarado mientras se encogía de hombros, disculpándose -Dos humanos, un Guilmon, un ExVeemon y un KoZenimon.

¡¿Qué?! ¿¡Cómo eres tan idiota?!- preguntó el elefantito mientras el humo que le permitía volar y que se encontraba domde debían estar sus patas traseras, le hizo acercarse hacia el Baromon.

No te preocupes, Baku. Nos encargaremos de ellos. Son únicamente un contratiempo sin importancia. Llamad a Travis. Necesitaremos refuerzos- el chico dio una calada a su cigarrillo antes de tirarlo al suelo y apagar el tabaco de una pisada- Bien, encarguémonos de ellos

-Pues si quieres vengarte, debes dejar que venga a atacarte. Es una trampa!- Le explicó Lena a Hiro. Hepokomaru preguntó si ella creia que Baromon vendría por el Guilmon, pero éste afirmó que sí, y que vendría con compañía. Sus aliados no podían ser muchos, ya que de serlo habrían llamado la atención y ambos tamers ya se habrían enterado de su existencia. Lena se acomodó sus lentes otra vez, pensando en cómo hacer que el plan funcione. -Podriamos... Subir ahí a Hiro y... Agitar la antena?- Sugirió, pensando todo en el momento. -... No, eso sería estúpido- Se respondió a sí misma. -Quizás si también gritase y agitase sus brazos... No! Tampoco!- Decía frustrada.

Kozenimon caminó hacia su tamer y dió un toque a su pierna para llamar su atención. -Ara?- Lena miró a su Digimon confundida, ya que no tenía forma de saber qué era lo que quería. Luego Kozenimon señaló hacia donde se encuentra su boca, pero Lena aún no entendía nada. -No, Es demasiado temprano para beber! ... Aunque no estaría mal- Dijo, pero luego miró a Hepokomaru y de pronto fingió seriedad otra vez, aunque viéndose claramente nerviosa -D-D-Digo... N-No es como si bebiésemos juntos de vez en cuando ni nada! Eres mi mascota, no mi drinking buddy!- Intentó excusarse la tamer.

El digimon, sin embargo, siguió insistiendo, a lo que Lena respondió -Kozenimon, creo que tienes un problema! Ya hablaremos seriamente cuando volvamos a casa-. Luego se agachó para quedar a su altura y le susurró -Deja de hacerme pasar verguenza! Quiero que crean que soy cool!- El pobre digimon ya se notaba frustrado, hasta que Lena finalmente entendió. -Ooooooh... Claro!- Lena se levantó y le pidió al Guilmon que suba a la antena, y luego miró a los demás, mientras se tapaba las orejas -Cúbranse los oídos- Indicó. Luego Kozenimon usó su técnica ¥ue-n, con la cual empezó a gritar con un volumen muy alto, pero conteniéndose para que la onda de choque generada por la técnica fuese lo suficientemente suave como para no empujarlos. Luego de un minuto, Kozenimon se detuvo y Lena miró a sus alrededores mientras dejaba de cubrirse. -... Funcionó?-