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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Encuentro tras Dreamland [Prueba de Vickthor]
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Encuentro tras Dreamland [Prueba de Vickthor]
Inicio - Zona residencial (Habitación de Vickthor)
Habian pasado escasas horas desde que el joven Vickthor habia caido en aquel sueño, tras su encuentro con aquel extraño ser que habia aparecido del peon de ajedrez, y tambien estaba aquel extraño aparato que habia salido de la calculadora. Por las impresiones Vickthor no parecia ser muy ordenado, pero eso daba ahora igual, a su lado, un digitama con dibujos de lo que parecia ser un ajedrez se mostraba, y a su lado el aparato extraño aquel. Fuera hacia una pequeña llovizna, y la gente corria de un lado para otro y se podia oir perfectamente desde la habitacion de Vickthor, aunque esta estaba vastante lejos. Pero la cosa era, ¿que habia en el interior de aquel huevo? lo que habia "soñado" Vickthor, ¿no era un sueño?
Sin saberlo este joven de 19 años se habia envarcado en una gran y aurda aventura que calcularia al detalle cada uno de sus actos, poniendolo aveces en situaciones limite y en otras disfrutando el dia a dia, junto con un compañero que posiblemente no habria pensado conocer nunca.
- Spoiler:
- Aquí la introducción de tu prueba, ha partir de este punto tienes todo el derecho de hacer aparecer digimon, y luchar contra ellos, sigue tu historia a tu gusto. La prueba terminara cuando se vea conveniente, asíque, animo.
- Invitado
Invitado
Capitulo I: El inicio de mi aventura
CAPITULO I: EL INICIO DE MI AVENTURA
Con algunas gotas de frio sudor en la frente y el ritmo cardiaco acelerado, desperté esa mañana de manera muy agitada y fuera de lo normal. Una serie de sueños extremadamente raros me acecharon esa noche. Por una parte la sensación de que se me estaba sustrayendo una parte muy importante de mi vida, sentía que perdía a un ser amado. Soñaba con la imagen de ese pequeño ser blanco que me llamaba por mi nombre y luego aparecían sombras, muchas sombras, temibles sombras que me perseguían por todas partes y yo corría sin lograr alejarme e ir a ningún lugar.
Por suerte, solo fue una mala jugada de Morfeo, o eso creía. Me encontraba en mi cama, si, pero algo no estaba bien. El cajón superior de mi cómoda (donde guardo mis cartas) se encontraba cerrado pero mi baraja de Monstruos Digitales se encontraba desparramada por toda mi cama y mi habitación. Lo último que recuerdo haber soñado (o haber vivido…) es el momento en que me despertaba la incandescente luz que emitía el cajón superior de mi cómoda y luego el sueño se volvió confuso…
Sin moverme de mi cama miré por mi hombro derecho y fijé la mirada hacia la ventana que se encontraba llena de gotas de la ligera llovizna por donde los sutiles rayos del sol trataban de colarse a mi habitación y me perdí en un recuerdo…
-¡Aquí tienes hijo, un nuevo juego de Cartas de Monstruos!-
-¡Pero papá, estas cartas no son del juego de Duelos de Monstruos!- Exclamó con pronunciada cara de desilusión un pequeño niño de no más de seis años.-Así es… Son de un nuevo estilo de juego, son Monstruos Digitales que van evolucionando y adquiriendo más poder de acuerdo a como vayas combinando tus cartas, las están lanzando al mercado y no me pude resistir a solicitar las primeras para que las pruebe, también necesitaras esta especie de calculadora para llevar el conteo de los puntos de las cartas. Mira… el monstruos de esta carta se parece a una pieza de ajedrez… ¿Sabes cómo se llama?... ¿Puedes leer su nombre en la carta?...- dijo el señor Devlin como tratando de motivar al chico. -P-aw-n-pawn-che-es-pawnchess-mon… Se llama Pawnchessmon, papá…-
-¡Bien hijo! O sea es el peón del juego de ajedrez. Tiene un dibujo muy simpático ¿No lo crees…?- incluyó el padre. -¡Sí! Aunque es muy débil.- rebatió el niño. -Si… pero recuerda que es similar al juego de ajedrez, si realizas correctamente tus movimientos y juegas con estrategia tu peón se puede convertir en una pieza de mayor poder…-
-Digimon…- fue la palabra que se escapó de mis labios antes de que el trinar de unos gorriones que se encontraban fuera, en el balcón de mi habitación me despertara de mi trance y me hicieran volver de ese atesorado momento de mi infancia.
Aun algo perturbado pero menos acelerado traté de ponerme en marcha para el nuevo día, sin embargo fue grande mi sorpresa cuando al levantar las sabanas para sacar mis piernas fuera de la cama, encontré lo que parecía ser una especie de huevo de avestruz (por el tamaño y la rigidez) decorado con motivos de ajedrez y un dispositivo que llevaba incorporado un lector de cartas en uno de sus costados. Como me encontraba muy fatigado por todo lo ocurrido no quería perder el último vestigio que me quedaba de cordura y no me puse a razonar el origen de aquellos extraños objetos en mi cama. Arroje de manera indiferente las cartas junto al enorme huevo y el artefacto dentro del primer cajón de mi cómoda, me cambie y aliste para bajar al comedor y desayunar con mis padres como de costumbre.
En mi trayecto por las escaleras sentí que en cada paso que daba, la casa se invadía por un abrumador silencio. Habitualmente mis mañanas se veían accidentadas de los gritos de mi hermana menor o la voz del reportero que anunciaba las noticias diarias, que Greta (la sirvienta de descendencia alemana) escuchaba con el máximo del volumen en el pequeño televisor que se encontraba en una esquina superior de la cocina mientras preparaba el desayuno de la familia. Pero nada de eso sucedía a mí alrededor, me consideraba encontrarme envuelto en una dimensión paralela a la normalidad.
Ya en el desayunador de la cocina y sin rastros de mi familia o de Greta, el sonido del impacto de una gota de agua que se escapaba del grifo y caía sobre una pila de platos en el lavatorio llamó mi atención y de inmediato volví a soñar despierto…
-¿Qué quiere desayunar hoy el señorito Devlin?- sonó la voz ronca de Greta con su sutil acento alemán. -¡Chocolate caliente con magdalenas!- Exclamó un pequeño niño con voz de recién levantado. -¡Licuado de frutas y galletas de chocolate para mí!- inmediatamente se le escucho decir a una delicada niña de ojos tiernos y vestida con un hermoso camisón rosado. -¡No los consientas demasiado, Greta!- Se escucho firmemente desde la sala, la señora Serenity Devlin madre de ambas criaturas.
La mezcla de aromas matutinos como las masas horneadas o el intenso perfume del café caliente es lo que marca la diferencia entre lo realmente bueno de la vida y todo lo demás. Y al sentir la ausencia de tales esencias me irrumpió en todo el cuerpo un vacio desolador que me reintegró a la realidad junto con un atronador y seco golpe que se escuchó desde la entrada principal, como que forzaron la puerta y la partieron de una patada.
En la sala de la mansión Devlin se impusieron tres figuras humanas con aspecto de malvivientes. -¡¿Cómo pudieron olvidar al muchacho?!- vociferó una gruesa y potente voz oscura. -Disculpe jefe solo habíamos encontrado a la niña y las dos mujeres adultas.- dijo uno. -¡Encuentrenlo y captúrenlo ahora mismo!- finalizó el de mayor jerarquía.
Para mi ventaja, observé toda la situación situado detrás de la puerta de la cocina que se encontraba continua a la sala. Los matones con indumentarias negras y gafas oscuras tenían cara de pocas pulgas y portaban armas con silenciador incorporado. Sin pensarlo dos veces, corrí rápida y silenciosamente hasta mi habitación para resguardarme -La mansión es grande, tardaran en localizarme.- ingresé a mi cuarto y cerré la puerta tras mí. Mis pensamientos giraban en mi mente, debía actuar rápido. En el momento en que mire hacia mi izquierda noté que el cajón superior de la cómoda de mi habitación estaba abierta y bruscamente destrozada. Procedí a inspeccionar y pude ver que el extraño huevo parecía haber eclosionado, se encontraba vacío y dividido en dos. A un lado de éste se encontraba el artefacto con la correa a cuadros blancos y negros como un tablero de ajedrez, que comenzó a titilar y hacer un sonido muy agudo. Lo tomé en mi mano y lo presioné contra mi pecho a modo de apaciguar el sonido que se volvía cada vez más fuerte y temía que delatara mi posición. -No te preocupes, presiona el botón derecho y dejará de hacer ese sonido.- me aconsejó una voz que provenía de mis espaldas similar a la de un niño. Sin dudarlo y casi automáticamente realicé la acción que me recomendó la aniñada voz y el “aparato” dejo de “chillar”. Inmediatamente a esto mis ojos se abrieron como dos platos y me volví pálido como un muerto. Me di vuelta para encarar a la criatura que me habló y me habría desmayado del susto ahí mismo si no fuera porque sobre el alfombrado suelo de mi habitación se hallaba una especie de diminuto y tierno animalito de grandes ojos rojos que no tenia extremidad alguna excepto una mullida y suave cola de color azul electrico, cuya apariencia me dejó mudo.
Con algunas gotas de frio sudor en la frente y el ritmo cardiaco acelerado, desperté esa mañana de manera muy agitada y fuera de lo normal. Una serie de sueños extremadamente raros me acecharon esa noche. Por una parte la sensación de que se me estaba sustrayendo una parte muy importante de mi vida, sentía que perdía a un ser amado. Soñaba con la imagen de ese pequeño ser blanco que me llamaba por mi nombre y luego aparecían sombras, muchas sombras, temibles sombras que me perseguían por todas partes y yo corría sin lograr alejarme e ir a ningún lugar.
Por suerte, solo fue una mala jugada de Morfeo, o eso creía. Me encontraba en mi cama, si, pero algo no estaba bien. El cajón superior de mi cómoda (donde guardo mis cartas) se encontraba cerrado pero mi baraja de Monstruos Digitales se encontraba desparramada por toda mi cama y mi habitación. Lo último que recuerdo haber soñado (o haber vivido…) es el momento en que me despertaba la incandescente luz que emitía el cajón superior de mi cómoda y luego el sueño se volvió confuso…
Sin moverme de mi cama miré por mi hombro derecho y fijé la mirada hacia la ventana que se encontraba llena de gotas de la ligera llovizna por donde los sutiles rayos del sol trataban de colarse a mi habitación y me perdí en un recuerdo…
- Spoiler:
-¡Aquí tienes hijo, un nuevo juego de Cartas de Monstruos!-
-¡Pero papá, estas cartas no son del juego de Duelos de Monstruos!- Exclamó con pronunciada cara de desilusión un pequeño niño de no más de seis años.-Así es… Son de un nuevo estilo de juego, son Monstruos Digitales que van evolucionando y adquiriendo más poder de acuerdo a como vayas combinando tus cartas, las están lanzando al mercado y no me pude resistir a solicitar las primeras para que las pruebe, también necesitaras esta especie de calculadora para llevar el conteo de los puntos de las cartas. Mira… el monstruos de esta carta se parece a una pieza de ajedrez… ¿Sabes cómo se llama?... ¿Puedes leer su nombre en la carta?...- dijo el señor Devlin como tratando de motivar al chico. -P-aw-n-pawn-che-es-pawnchess-mon… Se llama Pawnchessmon, papá…-
-¡Bien hijo! O sea es el peón del juego de ajedrez. Tiene un dibujo muy simpático ¿No lo crees…?- incluyó el padre. -¡Sí! Aunque es muy débil.- rebatió el niño. -Si… pero recuerda que es similar al juego de ajedrez, si realizas correctamente tus movimientos y juegas con estrategia tu peón se puede convertir en una pieza de mayor poder…-
-Digimon…- fue la palabra que se escapó de mis labios antes de que el trinar de unos gorriones que se encontraban fuera, en el balcón de mi habitación me despertara de mi trance y me hicieran volver de ese atesorado momento de mi infancia.
Aun algo perturbado pero menos acelerado traté de ponerme en marcha para el nuevo día, sin embargo fue grande mi sorpresa cuando al levantar las sabanas para sacar mis piernas fuera de la cama, encontré lo que parecía ser una especie de huevo de avestruz (por el tamaño y la rigidez) decorado con motivos de ajedrez y un dispositivo que llevaba incorporado un lector de cartas en uno de sus costados. Como me encontraba muy fatigado por todo lo ocurrido no quería perder el último vestigio que me quedaba de cordura y no me puse a razonar el origen de aquellos extraños objetos en mi cama. Arroje de manera indiferente las cartas junto al enorme huevo y el artefacto dentro del primer cajón de mi cómoda, me cambie y aliste para bajar al comedor y desayunar con mis padres como de costumbre.
- Spoiler:
En mi trayecto por las escaleras sentí que en cada paso que daba, la casa se invadía por un abrumador silencio. Habitualmente mis mañanas se veían accidentadas de los gritos de mi hermana menor o la voz del reportero que anunciaba las noticias diarias, que Greta (la sirvienta de descendencia alemana) escuchaba con el máximo del volumen en el pequeño televisor que se encontraba en una esquina superior de la cocina mientras preparaba el desayuno de la familia. Pero nada de eso sucedía a mí alrededor, me consideraba encontrarme envuelto en una dimensión paralela a la normalidad.
Ya en el desayunador de la cocina y sin rastros de mi familia o de Greta, el sonido del impacto de una gota de agua que se escapaba del grifo y caía sobre una pila de platos en el lavatorio llamó mi atención y de inmediato volví a soñar despierto…
-¿Qué quiere desayunar hoy el señorito Devlin?- sonó la voz ronca de Greta con su sutil acento alemán. -¡Chocolate caliente con magdalenas!- Exclamó un pequeño niño con voz de recién levantado. -¡Licuado de frutas y galletas de chocolate para mí!- inmediatamente se le escucho decir a una delicada niña de ojos tiernos y vestida con un hermoso camisón rosado. -¡No los consientas demasiado, Greta!- Se escucho firmemente desde la sala, la señora Serenity Devlin madre de ambas criaturas.
La mezcla de aromas matutinos como las masas horneadas o el intenso perfume del café caliente es lo que marca la diferencia entre lo realmente bueno de la vida y todo lo demás. Y al sentir la ausencia de tales esencias me irrumpió en todo el cuerpo un vacio desolador que me reintegró a la realidad junto con un atronador y seco golpe que se escuchó desde la entrada principal, como que forzaron la puerta y la partieron de una patada.
En la sala de la mansión Devlin se impusieron tres figuras humanas con aspecto de malvivientes. -¡¿Cómo pudieron olvidar al muchacho?!- vociferó una gruesa y potente voz oscura. -Disculpe jefe solo habíamos encontrado a la niña y las dos mujeres adultas.- dijo uno. -¡Encuentrenlo y captúrenlo ahora mismo!- finalizó el de mayor jerarquía.
Para mi ventaja, observé toda la situación situado detrás de la puerta de la cocina que se encontraba continua a la sala. Los matones con indumentarias negras y gafas oscuras tenían cara de pocas pulgas y portaban armas con silenciador incorporado. Sin pensarlo dos veces, corrí rápida y silenciosamente hasta mi habitación para resguardarme -La mansión es grande, tardaran en localizarme.- ingresé a mi cuarto y cerré la puerta tras mí. Mis pensamientos giraban en mi mente, debía actuar rápido. En el momento en que mire hacia mi izquierda noté que el cajón superior de la cómoda de mi habitación estaba abierta y bruscamente destrozada. Procedí a inspeccionar y pude ver que el extraño huevo parecía haber eclosionado, se encontraba vacío y dividido en dos. A un lado de éste se encontraba el artefacto con la correa a cuadros blancos y negros como un tablero de ajedrez, que comenzó a titilar y hacer un sonido muy agudo. Lo tomé en mi mano y lo presioné contra mi pecho a modo de apaciguar el sonido que se volvía cada vez más fuerte y temía que delatara mi posición. -No te preocupes, presiona el botón derecho y dejará de hacer ese sonido.- me aconsejó una voz que provenía de mis espaldas similar a la de un niño. Sin dudarlo y casi automáticamente realicé la acción que me recomendó la aniñada voz y el “aparato” dejo de “chillar”. Inmediatamente a esto mis ojos se abrieron como dos platos y me volví pálido como un muerto. Me di vuelta para encarar a la criatura que me habló y me habría desmayado del susto ahí mismo si no fuera porque sobre el alfombrado suelo de mi habitación se hallaba una especie de diminuto y tierno animalito de grandes ojos rojos que no tenia extremidad alguna excepto una mullida y suave cola de color azul electrico, cuya apariencia me dejó mudo.
- Spoiler:
Última edición por Vickthor el Lun Mayo 28, 2012 6:27 pm, editado 1 vez
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Re: Encuentro tras Dreamland [Prueba de Vickthor]
¿Donde estaba el limite para la humanidad?, ¿cuando se dejo de lado el respeto por la vida de los demas, solo por complacer un poco la propia?. Vickthor un afortunado hijo de un gran, empresario en el campo de la tecnologia se desperto sobresaltado en su cama tras un extraño sueño, aunque, ¿habia sido realmente un sueño? No parecia el caso, cuando Vickthor se incorporo para levantarse una sorpresa le guardaba en su propia cama, un gran huevo, con dibujitos del juego del ajedrez se encontraba en la cama, ¿que era aquella cosa? No parecia haber mucho tiempo para adivinarlo, quizas la fragilidad de la mente de Vickthor en aquel momento lo habia empujado a ignorar todo aquello, por lo que simplemente este agarro y descendio asta la cocina.
El silencio del descenso de Vickthor estaba completamente rodeado por una aura triste y solitaria, ¿que pasaba? no parecia ser lo normal, pero enfin, daba un poco igual, puesto que cuando Vickthor llego a la conica una, digamoslo asi, vision lo asolo, era la vision de una familia feliz, una familia normal desayunando entre risas y esencias. El olor de un cafe o el de las galletas parecia traer algunos recuerdos o quizas mejor dicho, emociones de vacio a Vickthor. Pero no parecia ser cosa de durar mucho puesto que un golpe seco se pudo escuchar posiblemente en toda la casa, unos tipos, con unas pintas muy extrañas acabavan de interrumpir en la casa, la gran casa, y parecian tener algunos reenes, ¿la familia de Vickthor?, ¿que estaba sucediendo?. Estos tipos, que eran tres, o almenos eso era lo que veia Vickthor se pusieron ha hablar, parecian estar buscando a Vickthor y este audazmente corrio hacia su habitacion encerrandose en esta, posiblemente la casa-mansion era grande, pero solo era cuestion de tiempo que lo encontresen.
Los sucesos siguientes era incluso mas absurdos, o incluso imposibles, puesto que el aparato que habia aparecido anteriormente en el sueño de Vickthor y que este habia dejado en un cajon empezo a sonar, esto siguio a una voz cuando Vickthor intento apagarlo desesperadamente, habia algo en la habitacion, y para ser mas el huevo aquel que habia aparecido estaba eclosionado, Vickthor se dio la vuelta y miro sorprendido lo que alli habia, ¿porque sucedia todo aquello? una especie de sicaros lo buscaban por todo el lugar, y encima ahora Vickthor se encontraba delante de un ser que solo habia sido visto en los sueños de las demas personas, algo, que pude cambiar el destino de uno en un momento.
El silencio del descenso de Vickthor estaba completamente rodeado por una aura triste y solitaria, ¿que pasaba? no parecia ser lo normal, pero enfin, daba un poco igual, puesto que cuando Vickthor llego a la conica una, digamoslo asi, vision lo asolo, era la vision de una familia feliz, una familia normal desayunando entre risas y esencias. El olor de un cafe o el de las galletas parecia traer algunos recuerdos o quizas mejor dicho, emociones de vacio a Vickthor. Pero no parecia ser cosa de durar mucho puesto que un golpe seco se pudo escuchar posiblemente en toda la casa, unos tipos, con unas pintas muy extrañas acabavan de interrumpir en la casa, la gran casa, y parecian tener algunos reenes, ¿la familia de Vickthor?, ¿que estaba sucediendo?. Estos tipos, que eran tres, o almenos eso era lo que veia Vickthor se pusieron ha hablar, parecian estar buscando a Vickthor y este audazmente corrio hacia su habitacion encerrandose en esta, posiblemente la casa-mansion era grande, pero solo era cuestion de tiempo que lo encontresen.
Los sucesos siguientes era incluso mas absurdos, o incluso imposibles, puesto que el aparato que habia aparecido anteriormente en el sueño de Vickthor y que este habia dejado en un cajon empezo a sonar, esto siguio a una voz cuando Vickthor intento apagarlo desesperadamente, habia algo en la habitacion, y para ser mas el huevo aquel que habia aparecido estaba eclosionado, Vickthor se dio la vuelta y miro sorprendido lo que alli habia, ¿porque sucedia todo aquello? una especie de sicaros lo buscaban por todo el lugar, y encima ahora Vickthor se encontraba delante de un ser que solo habia sido visto en los sueños de las demas personas, algo, que pude cambiar el destino de uno en un momento.
- Invitado
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Capitulo II: Caprimon y yo
CAPITULO II: CAPRIMON Y YO
En aquella extraña escena el silencio se estaba volviendo eterno. Me encontraba en medio de mi habitación parado y desconcertado porque tenía por compañía un raro animalito, que nunca había visto en mi vida pero por alguna extraña razón me resultaba enormemente familiar. ¿Habré perdido la razón? Pensé, quizás nunca desperté y seguía inmerso en el mundo de los sueños y pesadillas. En primera instancia, podía deducir que el “bicho” no era de este mundo, una bola de pelos de color azul eléctrico que la mayor parte de su cuerpo se encontraba debajo de una especie de casco metálico muy similar al acero con un par de cuernos y un par de agujeros por donde el “bichito” asomaba sus ojos color rubí. Analizándolo más de cerca no poseía “patitas” solo una peluda cola de color azul con franjas blancas.
Él estaba ahí, quietito, excepto por su cola que parecía tener vida propia porque se meneaba suavemente como si fuera la cola de un gato. Su vista se clavaba en mí. Sin pestañear ni respirar, di lentamente un paso atrás para mantener la distancia con esa “criaturita” que por su tamaño y forma no parecía presentar hostilidad pero no podía arriesgarme. Inmediatamente él pegó un corto salto hacia adelante. Sin alterarme procedí a dar otro paso hacia atrás para ver cuál sería la nueva reacción de mi pequeño amigo. Sin mayor sorpresa volvió a dar un par de saltitos hacia adelante para volver a tenerme cerca. Nuevamente retrocedí un paso pero la criatura automáticamente volvió a acortar nuestra distancia, la situación comenzaba a alterarme los nervios.
Al principio no me había dado cuenta pero mis cartas de Monstruos Digitales o mejor dicho Digimons se encontraban de nuevo tiradas por el suelo de mi habitación ya que en el último paso que di, miré hacia mi pie y pude notar que había pisado un par de ellas. Algunas estaban boca-abajo y en ellas lograba leer la palabra CARD GAME escrito en blanco. No sé cómo pero la imagen de esas cartas debajo de mi pie me impulsó sin querer a romper el prolongado silencio con una tímida pero cortante pregunta -¿Tú… eres un Digimon?-. El pequeño ser aguardó un momento antes de responderme, como analizando mi pregunta -Así es, soy Caprimon y me alegra conocerte.- me respondió de manera excitada. -¿Por qué?- continué con el interrogatorio. -Supongo que estás destinado a ser mi compañero humano.- contestó el digimon. ¿Compañero? ¿Compañero de qué? ¿Para qué quisiera yo tener semejante criatura como compañero? Pensé, ya no tengo ocho años, la edad en que jugaba con “amigos invisibles” como si fueran compañeros de juegos. Volví a caer en la idea de que me había vuelto loco. -¿Cómo te llamas?- interrumpió mis pensamientos el “bicho” aquel. -Disculpa por no haberme presentado, mi nombres es Vickthor.- le respondí, respuesta que provocó que el digimon se emocionara aun mas.
La confusión del momento hizo que me sentara al borde de mi cama y Caprimon saltó sobre ella para estar cerca de mí, que bicho molesto, pensé. –Acaso tu sabes… ¿Para qué es este “aparato”?- le pregunte mientras le mostraba el dispositivo que se asemejaba a un teléfono móvil. -… Solo te puedo decir… que es un digivice… y nos conecta a ambos… como digimon y tamer.- contestó de manera dudosa mi compañero, al parecer no estaba tan seguro de sus palabras.
No puedo perder más tiempo, pensé impacientemente. De inmediato me puse de pie, mi mayor preocupación en este momento es mi familia desaparecida y esos matones que en cuestión de minutos me acorralarían en mi habitación. Junte las cartas del suelo, pero esta vez no las arroje al cajón, primero porque el cajón estaba roto y segundo porque un fugaz presentimiento me sugería guardarlas en un bolsillo de la pierna derecha de mi pantalón porque mas adelante me servirían para algo. Y el “digivice” lo puse en el bolsillo izquierdo de mi chaqueta. Caprimon desde mi cama seguía con su vista de modo atento todos mis movimientos. -Escucha Caprimon, en este momento corremos peligro, unos maleantes se llevaron a mi familia y volvieron por mí, tenemos que escapar ahora mismo.- le advertí muy serio al digimon.
En un abrir y cerrar de ojos la escena fue interrumpida porque la puerta de mi habitación se había abierto de par en par y pegado un seco golpe contra la pared. -¡Lo encontré jefe!- gritó hacia el pasillo el despreciable hombre que pateó la puerta. -¡Quédate en tu lugar muchacho, si no quieres que una bala te atraviese los sesos!- me amenazó el hombre armado mientras continuamente miraba hacia atrás para ver si sus camaradas acudían a su llamado.
Al pedido del matón accedí a no mover ni un musculo, pero Caprimon desde mi cama comenzó a gruñir como si fuera un perro celando su hueso. Sus gruñidos provocaron que el malvado le prestara atención y le apuntara con el revólver. –¿¡Qué clase de mascota es eso…!?- se quejó el maleante. A Caprimon se le habían erizado los pelos de su cola, su miraba se llenó de un brillo amenazante y como un perro fiero le enseñaba los dientes al enemigo.
-¡Calma ese bicho raro o lo lleno de plomo!- Me amenazó nuevamente el tipo de negro.
En el momento aparecieron los amigos del matón y los tres me apuntaban con sus armas.
-¡Rapido, atenlo y amordácenlo!- dijo el de mayor jerarquía mientras les arrojaba una par de sogas a sus secuaces. Acto seguido los secuaces me arrinconaron en una esquina de mi habitación, pero Caprimon no lo pudo resistir más y gritó con mucha fuerza -¡¡Howling hertz!!-
con su grito llamó la atención de los secuestradores y uno de los malvivientes quiso dispararle pero reaccione como un rayo y con una patada bien puesta pude desarmarlo ligeramente. De los cuernos de Caprimon se generó una aguda resonancia sonora que se canalizó en su totalidad hacia los maleantes y estos aturdidos se paralizaron completamente y cayeron al suelo como moscas. No dude en aprovechar la situación, tomé a Caprimon en mis brazos y abandoné mi habitación y mi hogar lo más rápido posible. Mi corazón latía desbocado por la dosis de adrenalina que se concibió en mi interior por todo lo sucedido.
¿Dónde está mi familia? ¿Quiénes eran esos matones? ¿Por qué a mí? Estas y otras interrogaciones daban vueltas en mi cabeza una y otra vez mientras me encontraba sentado en uno de los asientos de la última fila del autobús con el “digimon” durmiendo en mis brazos. La luz natural se disipaba mientras era reemplazada de a poco por el majestuoso brillo de la ciudad. A pesar de que fue una mañana gris, para la tarde el cielo se encontraba despejado y la noche se venía con un par de estrellas y una bella luna llena. Estoy seguro que este coche me deja cerca del edificio corporativo de mi padre, él sabrá qué hacer. Lo habría contactado antes, si en mi fuga no me hubiera olvidado mi teléfono celular en casa. Bajé del autobús unas cuadras antes del edificio de mi padre y decidí seguir a pie. Por el brusco movimiento que realicé al bajar del vehículo público, Caprimon se despertó de su siesta, olvidé que después de todo en mis brazos descansaba una especie de digimon bebé parlante.
-Gracias por ayudarme con esos tipos, Caprimon.- le sonreí. Caprimon solo cerró sus ojos y bostezo de una manera muy tierna.
Solo bastaba con cruzar la calle y dar vuelta a la esquina para encontrarme frente al imponente edificio de Devlin Corp., la compañía de mi padre. Pero justo el semáforo negaba el paso a los peatones por lo que tuve que esperar. En ese mismo momento se escuchaba la sirena de un coche de bomberos que doblaba la esquina a toda velocidad, pasó frente mío fuertemente y bañó a varios transeúntes con el agua de los estancados charcos que se habían formado por la lluvia de la madrugada. Al ver la enorme maquina doblar como un rayo la esquina y escuchar su sonora sirena me produjo una horrible sensación en mi interior. Ni bien el semáforo peatonal dio paso libre, crucé la calle desesperadamente hacia la esquina para doblarla.
La sorpresa fue devastadora, el edificio de mi padre se encontraba enteramente cubierto en llamas y en la calle los bomberos moviéndose de aquí para allá realizando su labor de contener el fuego. Mi rostro marcaba un gesto de enorme preocupación e impotencia. ¿Habré perdido todo? ¿Mi familia esta convida? La tristeza se adueñaba completamente de mi ser. Caprimon, muy empático, comprendió la situación por la cual yo pasaba y su rostro también se nubló de suma tristeza y compadecido lamió suavemente, como si lamiera una herida, con la punta de su pequeña lengua en mi mentón la única lágrima que pude soltar.
En aquella extraña escena el silencio se estaba volviendo eterno. Me encontraba en medio de mi habitación parado y desconcertado porque tenía por compañía un raro animalito, que nunca había visto en mi vida pero por alguna extraña razón me resultaba enormemente familiar. ¿Habré perdido la razón? Pensé, quizás nunca desperté y seguía inmerso en el mundo de los sueños y pesadillas. En primera instancia, podía deducir que el “bicho” no era de este mundo, una bola de pelos de color azul eléctrico que la mayor parte de su cuerpo se encontraba debajo de una especie de casco metálico muy similar al acero con un par de cuernos y un par de agujeros por donde el “bichito” asomaba sus ojos color rubí. Analizándolo más de cerca no poseía “patitas” solo una peluda cola de color azul con franjas blancas.
Él estaba ahí, quietito, excepto por su cola que parecía tener vida propia porque se meneaba suavemente como si fuera la cola de un gato. Su vista se clavaba en mí. Sin pestañear ni respirar, di lentamente un paso atrás para mantener la distancia con esa “criaturita” que por su tamaño y forma no parecía presentar hostilidad pero no podía arriesgarme. Inmediatamente él pegó un corto salto hacia adelante. Sin alterarme procedí a dar otro paso hacia atrás para ver cuál sería la nueva reacción de mi pequeño amigo. Sin mayor sorpresa volvió a dar un par de saltitos hacia adelante para volver a tenerme cerca. Nuevamente retrocedí un paso pero la criatura automáticamente volvió a acortar nuestra distancia, la situación comenzaba a alterarme los nervios.
Al principio no me había dado cuenta pero mis cartas de Monstruos Digitales o mejor dicho Digimons se encontraban de nuevo tiradas por el suelo de mi habitación ya que en el último paso que di, miré hacia mi pie y pude notar que había pisado un par de ellas. Algunas estaban boca-abajo y en ellas lograba leer la palabra CARD GAME escrito en blanco. No sé cómo pero la imagen de esas cartas debajo de mi pie me impulsó sin querer a romper el prolongado silencio con una tímida pero cortante pregunta -¿Tú… eres un Digimon?-. El pequeño ser aguardó un momento antes de responderme, como analizando mi pregunta -Así es, soy Caprimon y me alegra conocerte.- me respondió de manera excitada. -¿Por qué?- continué con el interrogatorio. -Supongo que estás destinado a ser mi compañero humano.- contestó el digimon. ¿Compañero? ¿Compañero de qué? ¿Para qué quisiera yo tener semejante criatura como compañero? Pensé, ya no tengo ocho años, la edad en que jugaba con “amigos invisibles” como si fueran compañeros de juegos. Volví a caer en la idea de que me había vuelto loco. -¿Cómo te llamas?- interrumpió mis pensamientos el “bicho” aquel. -Disculpa por no haberme presentado, mi nombres es Vickthor.- le respondí, respuesta que provocó que el digimon se emocionara aun mas.
La confusión del momento hizo que me sentara al borde de mi cama y Caprimon saltó sobre ella para estar cerca de mí, que bicho molesto, pensé. –Acaso tu sabes… ¿Para qué es este “aparato”?- le pregunte mientras le mostraba el dispositivo que se asemejaba a un teléfono móvil. -… Solo te puedo decir… que es un digivice… y nos conecta a ambos… como digimon y tamer.- contestó de manera dudosa mi compañero, al parecer no estaba tan seguro de sus palabras.
No puedo perder más tiempo, pensé impacientemente. De inmediato me puse de pie, mi mayor preocupación en este momento es mi familia desaparecida y esos matones que en cuestión de minutos me acorralarían en mi habitación. Junte las cartas del suelo, pero esta vez no las arroje al cajón, primero porque el cajón estaba roto y segundo porque un fugaz presentimiento me sugería guardarlas en un bolsillo de la pierna derecha de mi pantalón porque mas adelante me servirían para algo. Y el “digivice” lo puse en el bolsillo izquierdo de mi chaqueta. Caprimon desde mi cama seguía con su vista de modo atento todos mis movimientos. -Escucha Caprimon, en este momento corremos peligro, unos maleantes se llevaron a mi familia y volvieron por mí, tenemos que escapar ahora mismo.- le advertí muy serio al digimon.
En un abrir y cerrar de ojos la escena fue interrumpida porque la puerta de mi habitación se había abierto de par en par y pegado un seco golpe contra la pared. -¡Lo encontré jefe!- gritó hacia el pasillo el despreciable hombre que pateó la puerta. -¡Quédate en tu lugar muchacho, si no quieres que una bala te atraviese los sesos!- me amenazó el hombre armado mientras continuamente miraba hacia atrás para ver si sus camaradas acudían a su llamado.
Al pedido del matón accedí a no mover ni un musculo, pero Caprimon desde mi cama comenzó a gruñir como si fuera un perro celando su hueso. Sus gruñidos provocaron que el malvado le prestara atención y le apuntara con el revólver. –¿¡Qué clase de mascota es eso…!?- se quejó el maleante. A Caprimon se le habían erizado los pelos de su cola, su miraba se llenó de un brillo amenazante y como un perro fiero le enseñaba los dientes al enemigo.
-¡Calma ese bicho raro o lo lleno de plomo!- Me amenazó nuevamente el tipo de negro.
En el momento aparecieron los amigos del matón y los tres me apuntaban con sus armas.
-¡Rapido, atenlo y amordácenlo!- dijo el de mayor jerarquía mientras les arrojaba una par de sogas a sus secuaces. Acto seguido los secuaces me arrinconaron en una esquina de mi habitación, pero Caprimon no lo pudo resistir más y gritó con mucha fuerza -¡¡Howling hertz!!-
con su grito llamó la atención de los secuestradores y uno de los malvivientes quiso dispararle pero reaccione como un rayo y con una patada bien puesta pude desarmarlo ligeramente. De los cuernos de Caprimon se generó una aguda resonancia sonora que se canalizó en su totalidad hacia los maleantes y estos aturdidos se paralizaron completamente y cayeron al suelo como moscas. No dude en aprovechar la situación, tomé a Caprimon en mis brazos y abandoné mi habitación y mi hogar lo más rápido posible. Mi corazón latía desbocado por la dosis de adrenalina que se concibió en mi interior por todo lo sucedido.
¿Dónde está mi familia? ¿Quiénes eran esos matones? ¿Por qué a mí? Estas y otras interrogaciones daban vueltas en mi cabeza una y otra vez mientras me encontraba sentado en uno de los asientos de la última fila del autobús con el “digimon” durmiendo en mis brazos. La luz natural se disipaba mientras era reemplazada de a poco por el majestuoso brillo de la ciudad. A pesar de que fue una mañana gris, para la tarde el cielo se encontraba despejado y la noche se venía con un par de estrellas y una bella luna llena. Estoy seguro que este coche me deja cerca del edificio corporativo de mi padre, él sabrá qué hacer. Lo habría contactado antes, si en mi fuga no me hubiera olvidado mi teléfono celular en casa. Bajé del autobús unas cuadras antes del edificio de mi padre y decidí seguir a pie. Por el brusco movimiento que realicé al bajar del vehículo público, Caprimon se despertó de su siesta, olvidé que después de todo en mis brazos descansaba una especie de digimon bebé parlante.
-Gracias por ayudarme con esos tipos, Caprimon.- le sonreí. Caprimon solo cerró sus ojos y bostezo de una manera muy tierna.
Solo bastaba con cruzar la calle y dar vuelta a la esquina para encontrarme frente al imponente edificio de Devlin Corp., la compañía de mi padre. Pero justo el semáforo negaba el paso a los peatones por lo que tuve que esperar. En ese mismo momento se escuchaba la sirena de un coche de bomberos que doblaba la esquina a toda velocidad, pasó frente mío fuertemente y bañó a varios transeúntes con el agua de los estancados charcos que se habían formado por la lluvia de la madrugada. Al ver la enorme maquina doblar como un rayo la esquina y escuchar su sonora sirena me produjo una horrible sensación en mi interior. Ni bien el semáforo peatonal dio paso libre, crucé la calle desesperadamente hacia la esquina para doblarla.
La sorpresa fue devastadora, el edificio de mi padre se encontraba enteramente cubierto en llamas y en la calle los bomberos moviéndose de aquí para allá realizando su labor de contener el fuego. Mi rostro marcaba un gesto de enorme preocupación e impotencia. ¿Habré perdido todo? ¿Mi familia esta convida? La tristeza se adueñaba completamente de mi ser. Caprimon, muy empático, comprendió la situación por la cual yo pasaba y su rostro también se nubló de suma tristeza y compadecido lamió suavemente, como si lamiera una herida, con la punta de su pequeña lengua en mi mentón la única lágrima que pude soltar.
- Invitado
Invitado
Re: Encuentro tras Dreamland [Prueba de Vickthor]
- Spoiler:
- PD: Guau, impresionante post, muy emotivo, ¿te molesta si intervengo en tu historia a mi manera? (con PNJ controlados solo por mi), mira, hago el post y si no te parece bien simplemente borro el tema y te narro
Mientras las llamas destruian y acaban completamente con el edificio donde supuestamente se encontraba el padre de Vickthor este se desmonoro en su interior y el Caprimon noto estas emociones, poca gente podia soportar eso, tenerlo todo, una vida tan llena, y perderla en escasamente unas horas, pero no era todo el final, seguramente este en ese momento estaba eligiendo que linea seguir, quedarse asi, con todo su mundo en ruinas, o volver a reconstruirlo con sus manos, pero, ¿seria suficiente? La gran concentracion de gente que se estaba cada vez mas concentrando en el lugar se empezo a abrir en una direccion, mas bien, a la izquierda de Vickthor.
De esta pasaron unos 3 tipos bastante curiosamente vestidos, iban como de cosplay, pero muy de forma realista, como si fuera su ropa normal. Uno de ellos era como un militar, bastante alto, como 1.90cm y bastante musculado, aunque mas bien como uno de operaciones especiales, sin casco o gorra, nada que ocultese su cara, solo un pequeño micro en una de sus orejas, parecia como una combinacion de marine y agente del FBI, y se le podia ver como una vara metalica de 5cm en su pierna derecha, colocada a lo pistola, aunque parecia solo ser un mango. Otro mas bajo de 1.70cm y complexion normal llevaba como una especie de gran palo vendado, que tenia forma extraña, mas grande que lo demas, a unos 20cm del final superior de este, pero su vestuario era muy normal, deportivas blancas, pantalones de tirantes marrones y una camiseta de manga corta gris. La ultima integrante era bastante curiosa, y parecia ser como la lider de los 3, mas bien porque iba delante de estos, su altura cerca de los 1.55cm y con una complexion de alguien de su estatura no dejaba mucho a la imaginacion, si no fuera porque llevaba un uniforme escolar, y era plana de pecho, esta no parecia portar nada mas consigo.
Los tres cuando pasaron cerca de Vickthor miraron a este, o mas bien al Cuprimon que llevaba en brazos y se quedaron unos pocos segundos mirandolo, asta que la que se hacia pasar por lider comento que no podian perder el tiempo alli, que habian de descubrir algo sobre un cliente, algo que posiblemente Vickthor no pudo llegar a escuchar bien por una explosion que hubo en la torre en ese momento, aquello no parecia ir bien, era bastante cruel la escena, si habia personas atrapadas dentro su final estaba cerca y nada de lo que hiciese Vickthor podria cambiarlo, aunque este tampoco parecia tener intenciones de ayudar, pero eso solo estaba en la cabeza de este. Igualmente, esas personas de antes parecian saber algo sobre Caprimon, o al menos sobre los digimon.
- Invitado
Invitado
Re: Encuentro tras Dreamland [Prueba de Vickthor]
Me tomo la libertad para decir que..
(al menos claro que quieras hacerlo)
Prueba de rol Aceptada. No es obligatorio continuarla
(al menos claro que quieras hacerlo)
Diana S. Bennet
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