quizas en una azotea pueda encontrar amigos (priv. Ayuko/Vickthor)

Camino tristemente luego de terminadas las clases matinales siendo ahora el momento de almorzar mas solo traigo lo de siempre comidas bajas en carbohidratos, para según esa señora que cuida de mi mantenerme en mi talla, además de que odio el que me miren tanto por haber viajado al extranjero, ni siquiera fue un gran viaje, viajar a España para presentarme… bueno también es sorprendente ser conocida ahí también
-Ayuko-san extrañaba sentir el aire de este lugar, Europa es bastante cálida y me molestaba mucho-
Comenta la digimon a lo que sonrió y acaricio su cabeza mientras comí un poco de ese alimento de pésimo sabor a lo que prefiero dejarlo a un lado antes de seguir comiéndolo y sentirme enferma por ello
-A mí tampoco me gustaba mucho “Loppi” comento ya que haya en Europa ese fue el apodo que le cree nyo, jeje pero las cosas siguen igual además de que ahí no tuvimos muchas peleas-
Digo mientras bajo la vista recordando todas las batallas de tuvimos a lo que suspiro levemente para luego darle un chocolate a ella sintiendo de la nada unos pasos acercarse a lo que rápidamente la escondo tras de mi preparándome para cualquier cosa al ver como levanta las orejas
-¿Quién está ahí nyo?-
Pregunto mientras miro fríamente a la puerta viendo como entra un joven de cabello castaño bastante alto

Esa mañana había comenzado de manera poco habitual. Fuí despertado desesperadamente por mi digimon Pawnchessmon diciéndome que tenía una llamada de una persona que no se quiso identificar y que supuestamente era de carácter urgente. Después de varios intentos por tratar de que esa persona se identificara accedí como única opción a escucharlo atentamente. Parecía que hablaba a través de algún aparato que lo ayudaba a distorsionar su voz para que yo no pueda reconocerla. Me dijo que tenía información muy importante acerca del paradero de mi estimada familia, traté de calmarme y escucharlo con mucha atención en todo momento cosa de no poner nervioso a mi interlocutor. Pero la llamada empezó a verse interrumpida por un sonido muy raro que interfería y lo ultimo que escuche nitidamente de esa persona misteriosa fue que encontraría pistas en el Colegio Secundario, no llegué a escuchar completamente pero antes de que se cortara de manera total la conversación también pude comprender que se refería a que uno de los docentes de esa institución tenia algo que ver en todo esto y si necesitaba mas información me esperaba en la azotea de esa escuela. Quedé como un idiota con el tubo del teléfono en mano tratando de retomar a esa persona -¿Hola...?¿hola...?- era claro que la comunicación había terminado.

Una vez que terminé de realizar todos mis asuntos de esa mañana, invité a Pawnchessmon que me acompañara al colegio secundario aquel para poder conseguir más pistas. -¿Y si es una trampa?- preguntó desconcertado y algo asustado mi compañero digimon. -Tendremos que tomar ese riesgo como sea.- le afirmé con mucha confianza. Fuimos a la cochera de la mansión para montarnos en la motocicleta rumbo a esa institución educativa de la que se refería la voz misteriosa. Cuando llegamos encomendé a mi camarada que se quedara a cuidar la moto mientras yo iba a verificar si era una trampa o no. Mis sentidos se agudizaron por completo a cuestión de que temía que mi digimon se encontrara en lo cierto. Para mi suerte la mayoria de los estudiantes se encontraban en clases y pude acceder a la azotea del edificio sin muchas complicaciones. Crucé el campo de practicas deportivas del colegio y llegué hasta una puerta que llevaba un cartel que anunciaba el acceso a la terraza la atravecé y pronto subí por las escaleras donde al final de estas había una ultima puerta para acceder al techo.

-¿Quién está ahí nyo?- escuché decir cuando cruce la puerta. Para mi decepción no me esperaba ningún docente y la imagen que tenia frente mio era la de una niña de extraña apariencia que ocultaba algo que parecia ser un peluche detras de sí. -¡Que decepción!- dije bien por lo bajo. -¡No se trataba de una trampa pero tampoco era lo que esperaba!- volví a decir en voz baja para mí. En ese momento estaba a punto de darme vuelta para volver de donde vine cuando pude notar que lo que la niña ocultaba era sin lugar a dudas un digimon. -¿Tienes un digimon?- le consulté mientras giraba nuevamente hacia la muchacha. -No te preocupes yo también soy un tamer.- le dije para tranquilizar sus nervios en caso de que tenga alguno. Hoy en día estos bichos estan en todas partes, se volvieron muy popular, pensé. Saqué mi D-Arc del bolsillo para consultarlo y lo apunté a su digimon, de mi dispositivo se disparó un holograma en tres dimensiones del digimon de la niña. -Lopmon: es un digimon en etapa de novato del tipo bestia, se asemeja a un conejo y su tecnica especial es "Petit Twister" el cual consiste en crear un tornado con sus orejas.- dijo el digivice con su caracteristica voz computarizada. -¿Ves? te lo dije también soy un tamer.- volví a tratar de romper el hielo con la niña.

Bajo los hombros algo ya más calmada al ver cómo lleva un digi-vice, por lo menos sé que no me quiere hacer daño de momento, mas no planeo descuidarme completamente, ya confié en un tamer traicionero… no sé si él pueda estar ayudando a ese digimon del que loppi escapa además de que se ve como si fuera un maestro bastante joven como para ser maestro de la escuela, bueno nunca falta un maestro de primer año en las escuelas y con tanto que no estuve pude haberme perdido aquello, comienzo a mover la cabeza de un lado a otro culpa de que todo se mueve a mi alrededor levemente , culpa de no llevar comiendo correctamente más sigo atenta al joven, tengo que proteger a mi digimon
-¿Quién es usted?, le recomiendo se presente o me veré en la obligación de defendernos joven-
Comenta Loppi mientras se sube a mi cabeza luego de haber sido escaneada como otras ya tantas veces subiendo las orejas para verse algo más grande a lo que rápidamente las aferro de las puntas y las bajo ya que de momento no debemos actuar amenazantes o podría irnos peor, no sabemos cuanto tiempo tendrá de tamer así que lo mejor será evitar arriesgarnos al punto de la idiotez eh insensatez
-Yo me llamo Ayuko Yomi, tu… ¿Cómo te llamas?-
Pregunto tratando de evitar maullar como siempre sin darme cuenta por error para luego acercarme buscando a su digimon mas sin éxito a lo que le miro algo más preocupada que antes ya que aquello puede ser malo para mí a lo que aprovechó el detector para ver que apunta a la entrada de la academia por lo que corro hacia la reja notando abajo una moto y en ella un punto blanco más de momento no logro escanearlo como se debe para saber que es
-Ne, ¿para que vienes a la academia?, se nota bastante que no eres ni un maestro, ni un alumno así que mejor no me mientas que como Idol puedo hacerte caer bastante-
Comento mientras trato de sonar amenazante con lo que respecta a él, no me agrada no saber contra lo que lucha además de que el bien podría ser o un enemigo o un aliado futuro, además de que necesito ir al mundo digimon, ya es momento de que Loppi y yo vayamos y empecemos a descubrir más sobre el cómo y el por qué, no muchos me hablan y demasiados pocos me logran identificar como una tamer a demás este chico me produce una sensación de que busca algo como yo

La verdad me sentía muy desilusionado al ver que en aquella terraza no me esperaba más que una estudiante con excéntrico aspecto y su digimon. No creo que una niña tenga la intención macabra de secuestrar a una familia completa, pensé. Me invadió un terrible mal humor y tenía muchas ganas de irme de ahí. Pero por algún motivo ajeno a mi comprensión me quedé a dialogar con aquella joven tamer y no quería ser nada descortés. Pronto el digimon con aspecto de conejo que por su fisionomía y colores podía suponer era hembra, trepó hacia la cabeza de su tamer y se puso a la defensiva pidiendo que me identificara porque si no lo hacia estaba dispuesta a atacarme con tal de defender a su tamer. En ese mismo momento la niña con su mano derecha sujetó las puntas de las largas orejas de su digimon y las jaló suavemente para sacársela de encima y tranquilizarla un poco. Noté como la niña estaba algo pálida y ladeaba su cabeza como si en cualquier momento fuera a desmayar.

Sin importarlo su estado la muchacha amablemente se presentó como Ayuko Yomi. -Mi nombres es Vickthor Devlin...- le dije a modo de respuesta automática. Es entonces cuando luego de presentarse Ayuko se acercó hacia mí como buscando algo pero cambió rápido la expresión de su rostro mostrando una mirada de decepción al parecer por no hallar lo que estaba buscando. Sigo sus movimientos con la mirada y veo que también lleva con ella un D-Arc, sujetándolo con su mano derecha presiona con su pulgar uno de sus botones y el dispositivo emite una especie de radar holográfico que comienza a titilar con un punto rojo. La niña lo levanta a la altura de su rostro y realiza un giro de aproximadamente cuarenta y cinco grados hacia su derecha, baja el brazo con el que posee su digivice y procede a acercarse rápidamente a la reja del borde de la azotea. Su digimon también corrió detrás de ella. Me acerco a la muchacha pero manteniendo la distancia y entre los tres pudimos corroborar que en la vereda del frente a la entrada del colegio estaba estacionada mi motocicleta y a un lado de ella se encontraba mi compañero Pawnchessmon. Ayuko volvió a mostrar una cara de desilusión, supongo que fue porque quiso escanear a mi digimon para conseguir su información por medio de su dispositivo pero la distancia a la que se encontraba no le permitió. Al parecer los D-Arc tienen un limite de distancia para eso.

La joven tamer inmediatamente se volteó hacia mi y con actitud amenazadora me preguntó que hacía yo en esa academia y también me dió a entender que no podía mentirle ya que claramente se notaba que yo no tenía pinta de alumno ni de maestro. Su digimon también frunció el ceño. Sin temor a nada comencé a explicarles mi situación. -En una conversación telefónica esta mañana alguien me dijo que hallaría en esta azotea respuesta a lo que estoy buscando con un maestro de esta institución... pero al parecer... solo fue una especie de engaño...- le comenté a ayuko. -Hace un mes mi familia desapareció y fue cuando conocí a mi camarada digimon y me ligué a este enredo con estas criaturas que hasta ese entonces solo pensaba que se trataban de un juego de cartas... pero no es así y ahora trato de revelar el misterio que ocultan los digimons y principalmente saber donde está mi familia.- continué mi explicación con mucho énfasis para que tanto ella como su digimon me comprendieran.

Escucho su nombre atentamente meditando si lo he escuchado de antes más nada, quizás de nombrar pero más allá de ello no, en eso pienso cuál será su digimon, ese ser blanco de abajo que cuida la motocicleta en eso me percato que no hay gente abajo por lo cual la gente ya entro a los salones, genial ahora si entro al salón seré atrapada y preguntaran por Loppi en eso escucho su respuesta a lo que le miró fijamente aferrándome a la reja como siempre que tengo que pensar en alguna solución para evitar que descubran a mi pequeña amiga y luego medito sobre lo de quien pudo haber sido
-Parece, nadie más que tú ha subido a la azotea así que dudo que alguien venga, ya es hora de clases nyo-
Contesto para luego escuchar su historia y bajar la vista ya que ya sé que era esa sensación similar… el también busca algo relativo a su familia, solo que él es por una razón más afectiva que la mía que solo es para saber por qué no volvieron jamás
-Jeje, yo también pensé aquello cuando conocí a Loppi me habían tocado como un juguete con el cual me tenía que tomar fotos, me las regalaron en la sesión y luego la conozco y me salva, bueno, ne y ahora ¿qué harás?, dudo que el sujeto que te cito vaya a aparecer y yo ya me perdí mis horas de clase, no puedo entrar así como así al salón-
Comento mientras veo mi bolso cargado a la muralla, menos mal que siempre salgo con la bolsa escolar por si alguna de las chicas le trata de hacer algo para luego darme la vuelta y mirarle de frente
-Por hoy quiere ser una chica mala y escapar de la escuela, ¿me ayudarías? A cambio tratare de hacerlo mismo por ti nyo-
Digo sonriente mientras muevo un poco de mi cabello hacia atrás apoyándome en la reja inconscientemente y mi amiga salta para que yo la tome en brazos sonriéndole aun con calma mientras siento la brisa del lugar comprendiendo a lopmon y si agrado por esta
-¿Qué dices?-
Pregunto mientras le miro fijamente sonriéndole dejando a la vista mis ojos heterocromicos los cuales a primera vista asustan pero a todos atrae

Ayuko escuchó atentamente todo mi relato de espalda a mi pero con mucho interés. Me comentó que ella era la única persona que estuvo largo rato sobre la azotea del colegio luego del horario de la mañana. Era una niña extremadamente extraña, hablaba de una manera muy particular, es muy excéntrica pensé. Le conté la historia del rapto de mi familia, lo que hizo que se quedara en silencio por un rato y agachara levemente su cabeza mientras presionaba con sutil fuerza la reja a la que se sujetaba. Se habrá sentido tocada por mi relato, pensé. Pronto volvió a levantar su cabeza y sin encararme, habló un poco acerca de como conoció a su digimon que al parecer le habia bautizado con el nombre de Loppi que vendría a ser un diminutivo de Lopmon. Dijo que la conoció en una sesión de fotos y que en una oportunidad la había salvado.

Aun sin darse vuelta para hablarme de frente y con la mirada hacia el otro lado de la reja de la azotea a la cual se aferraba me preguntó que pensaba hacer ahora que la persona que me citó no concurrió al lugar y además ella se había perdido las clases de la siesta y no podía entrar a su salón. No creo que no pueda mas bien pienso que no quiere. A su espalda observé como Ayuko comenzó a revisar el interior de su bolso y luego solo escuche el típico sonido del cierre. Se dio vuelta inmediatamente para encontrarse cara a cara conmigo. Al fin me habla de frente, pensé. En ese momento me dijo varias cosas que me parecieron un disparate. ¿Dijo una chica mala? que manera de hablar. Quería faltar a sus siguientes clases. ¿Que le sucede a la juventud de hoy? ¡bueh!... cuando yo asistía al colegio secundario también tenía mis momentos así que no se porque me sorprendía. ¿Acaso las chicas no son mas responsables que los chicos? o quizás solo es algo que siempre supuse y estaba equivocado. ¿Pero ayudarla a faltar a sus obligaciones escolares? no sabría que contestar a eso y no quería quedar tampoco como buchón, mala onda o algo parecido. Además el maullido que efectúa cada vez que finaliza una oración es lo que realmente afirma mi teoría de que es una chica completamente única por no decir rara. Todo eso que planeaba me lo dijo sonriendo cálidamente relajándose sobre la reja mientras que su compañera digimon saltaba hacía sus brazos.

-¿Qué dices?- Finalizó acercándose bastante hacia mí a proposito, como para que yo pudiera conocer una singularidad que llevaba en sus ojos. Sus iris dispares. En cada uno de sus ojos tenía un color de iris diferente. Realmente ese defecto no me parecía nada malo y no me daba nada de miedo, mas que eso me traia curiosidad ver a una joven con ojos tan preciosos y dispares en cuestión de color. -Pues yo creí que sería difícil entrar a este establecimiento pero no fue así... si bajamos por aquellas escaleras estaremos afuera con mi digimon en muy poco tiempo.- le dije tratando de quitar la mirada a sus ojos y señalando la puerta por la que yo había ingresado a la azotea. Esos ojos hipnotizan, pensé. Luego de manera anormal me atacó un impulso. -¿Sabes qué?- le dije con una sonrisa. -Estoy algo cansado y estresado por estas investigaciones que llevo y me gustaría despejar mi mente un rato... ¿Quieres ir a dar un paseo?- le pregunte muy impulsivamente.

Veo su rostro sonriendo alegre ya que es divertido ver cómo puedo afectar a la gente con mis palabras mientras noto como me mira fijamente a lo que me pregunto internamente si se habrá dado cuenta de mi condición de Idol famosa o no y luego escucho sobre el irnos por la escalera a lo que sonrió para luego sacar de mi bolso unos lentes oscuros y dejo el gorro para colocármelo luego y me cuelgo el bolso y tomo a Loppi en mis brazos sonriendo mientras veo como me mira detenidamente notando sus profundos ojos castaños
-Je nyo espero que nos divirtamos mucho Vickthor-san nyo-
Digo sonriéndole calmadamente para luego escuchar su impulso inclinando levemente la cabeza para luego sonreír nuevamente y tocar su mejilla con mi dedo índice mientras Loppi solo levanta levemente las orejas, curiosa de mis acciones tan infantiles para alguien de mi edad
-Je con gusto, demo tendré que esconder mi identidad un poco, al menos que quieras luego ser reconocido como algo mío-
Contesto mientras me coloco los lentes y saco un par de paletas en mi bolso entregándole una a él y comiendo la otra yo, las suertes de por lo menos poder esconder aunque sea una paleta de mi madre lo cual para mí de momento es un manjar ya que con las tonterías de mi madre de tenerme en una talla ilógica y el que canta y este de aquí para allá me va a matar pero ni modo prefiero eso a sus gritos desaforados
-Bueno ¿y que esperamos?-
Digo comenzando a bajar hasta llegar al patio sin ser atrapada por nadie por lo que camino rápidamente hasta la salida pasando como alma que lleva el diablo la salida notando que el punto blanco de antes parece una pieza de ajedrez a lo que vuelvo a apuntarle con el lector de el D-arc
-“ PawnChessmon es un digimon de nivel novato, que presenta dos colores diferentes: blanco y negro, tiene la forma de un peón de ajedrez.”-
Veo como dice la voz digitalizada del escáner a lo que sonrió mientras le saludo con la mano
-Un gusto PawnChessmon, espero no te moleste que los acompañe nyo-
Comento mientras me siento en la parte de atrás de la motocicleta, acomodo mi bolso y siento como Loppi se abraza a mi cintura con sus orejas

Quien iba a imaginar que en esa azotea encontraría una nueva amistad. Ayuko es una chica singular de personalidad muy distinguida. Cuando la invité a dar un paseo un brillo escapó de sus pequeños ojos, se alegró de una manera muy infantil y me presionó la mejilla izquierda con su dedo índice derecho. No me inmuté demasiado por esta acción. Comenzó a comportarse como si fuera una especie de celebridad o figura reconocida de la farándula o algo así. Viéndola más de cerca puedo admitir que su rostro se me hace algo familiar. La habré visto en algún lugar, quizás en la tapa de alguna revista popular, de esas que solía leer mi madre en donde suelen informar todo acerca de la vida privada de los famosos. Pero no estoy seguro quizás solo es imaginación mía, aunque por la actitud y extravagancia que tiene es probable que la niña que ahora me acompaña sea realmente una celebridad.

Observo de pie como se coloca unas gafas oscuras que saca de su bolso y sostiene con sus manos un gorro. Luego saca un par de dulces y me entrega uno. Con gusto acepto su obsequio pero lo reservo para más tarde guardándolo en uno de los bolsillos interiores de mi chaqueta. Me servirá en alguno de mis momentos en que necesito distraerme con algo mientras pienso en cosas importantes, pensé. -Bueno ¿y que esperamos?- Dijo ella muy enérgica y alegre mientras bajaba por las escaleras por donde yo había llegado. Seguí sus pasos y me sorprendí con la velocidad en la que atravesó el patio de practicas deportivas del colegio hasta dirigirse a la salida. Al parecer había conseguido renovar su energía con ese dulce.

Llegamos con Pawnchessmon e inmediatamente Ayuko consulta su Digivice para obtener la información de mi digimon. Comprendí que era la primera vez que ella veía un Pawnchessmon. Escanear digimons con el D-Arc es completamente adictivo. Como tamer comprendo ese afán de escanear y conocer la información de todas y cada una de estas criaturas digitales. Ayuko saludó muy amablemente a mi compañero y Pawnchessmon hizo una reverencia con la cabeza a la pequeña muchacha. -Los amigos de Vick, también son mis amigos.- comentó mi camarada. Pawnchessmon me entregó mi casco e inmediatamente me lo coloqué. Luego abrí un compartimiento de donde obtuve un casco y se lo entregué a Ayuko para que se lo colocara. Monté mi motocicleta giré la llave y de una patada al pedal de arranque, la puse a funcionar. Delante mio se sentó Pawnchessmon casi sobre el tanque de la misma. A mis espaldas subió Ayuko con su digimon que se abrazaba con sus orejas a la cintura de su tamer. -¿Estan listas?- les pregunté. A lo que me respondieron con un ¡Sí! a coro. Aceleré y salimos despegados, cosa que hizo que Ayuko que prendiera fuertemente a mi cintura con una fuerza que creí que me rompería alguna costilla.

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