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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
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y Sigrun Vinter
La pérdida de un rayo de luz.
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La pérdida de un rayo de luz.
Buenas a todos, esta es una historia que escribí este año hace unas semanas, para un trabajo que trataba sobre buscar o escribir una historia para leérselas a unos chicos. Bueno, yo decidí escribirla y esta es... Tengo mis errores, sé que he usado palabras redundantes y tengo algunas faltas de ortografía, pero son las que se me pasaron y la verdad sé cuales son, pero preferí compartir con ustedes la historia original, tal cual como salió en esa una o dos horas de un día Lunes que me senté a escribirla, ojalá la disfruten.
Nota: Esto no me pasó a mi, es completamente ficción y los personajes no son nada más que habitantes de mi imaginación.
Ningún Panda fue dañado durante la redacción de esta historia.
Nota: Esto no me pasó a mi, es completamente ficción y los personajes no son nada más que habitantes de mi imaginación.
Ningún Panda fue dañado durante la redacción de esta historia.
- La pérdida de un rayo de luz:
Todo comenzó cuando iba en Primero Medio, para entonces, no era más que un ente como los otros que habitaban en este mundo, sin un rumbo fijo y viviendo simplemente con lo que el día a día me daba; sin aspiraciones, sueños ni esperanzas; sin nada por lo que vivir, más que simplemente vivir.
Era un estudiante de calificaciones normales, sin destacar en ninguna materia, sobresalir en algún deporte, asistir a algún taller o ser parte de alguna asociación del colegio como el consejo de curso. Simplemente no era nadie y con eso me bastaba para respirar, no ser más que un guijarro en el suelo que todos pasaban por alto y si no se daban cuenta, simplemente lo pisoteaban y seguían su camino, claro, tampoco tenía amigos y tomando en cuenta que vivía sólo con mi padre, el cual no era más que un oficinista alcohólico.
Aun que como toda historia motivadora, mi vida tuvo un cambio; no, no siguió para mal, si no que mejoró… Claro, no es como si pudiese empeorar. Al curso, llegó una nueva alumna, no sabíamos si quiera si era extranjera, marciana o incluso una persona, ya que siempre se encontraba cubierta en un manto que le cubría de pies a cabeza, dejando ver a lo más un ojo… Era como yo, no sobresalía en nada, la gente sólo la tomaba en cuenta para burlarse de ella a sus espaldas por su vestimenta o inventar falsos mitos sobre su ser.
Al principió creí que pudiese ser de esos países lejanos… ¿Musulmanes se llamaban? Pero, algo me decía que no era uno, quizás su ojo lleno de esperanzas, sueños, valor… Ese ojo verdaseo y cristalino, algo alucinante para mi, y que, pese a que era como yo, ver su sólo ojo, me daba a entender que ella era un heroe y yo un cobarde.
Nos conocimos cuando, un día, un chico de Octavo Básico, intento golpearme… No era como cualquier chico de Octavo básico, aparentemente había repetido tanto, que si volvía a repetir, sería expulsado. Ese chico, era simplemente horrible, como si en vez de cerebro, tuviese músculos… Y es que parecían hasta de acero, sentir un solo puño en mi brazo, era como si tomasen un fierro y me diesen con todas las fuerzas. Ahí, apareció ella, con su ropas oscuras y misteriosas, postrándose frente a mí y quedando de mi, frente a ese enorme mastodonte, con los brazos abiertos y la cabeza baja. Simplemente quedé anonadado, nunca nadie se había parado frente a mi a excepción de golpearme o algo parecido, pero ella, una chica rara y desconocida, sin conocer a un chico que no es nadie, le encaró.
No hubo cambio de palabras y simplemente, el animal decidió por dejarme y marcharse, claro, pese a que era un animal, no quería golpear a una chica, se vería como un total perdedor haciéndolo, pero, las demás chicas si que lo hicieron, las de cursos más grandes no vieron mejor cosa que tomar sus cosas, comenzar a destruirlas y a la chica, comenzar a empujarla, querían quitarle aquellas ropas tan extrañas, pero aquella chica no se dejaba, por lo que cuando se cansaron, simplemente se fueron.
Para entonces, deberían ser las seis o siete de la tarde, el colegio aun estaba abierto ya que en ese horario, se encontraban las clases de reforzamiento. Ella seguía en el suelo y yo seguía sentado apoyado en un poste… No había sido capaz de defender a una chica… Pero, algo me empujo, a mínimo, tenderle una mano, y lo hice. Creo haber olvidado un detalle, que además de sus ropas, siempre llevaba guantes, no le gustaba mostrar nada de su piel, pero, al tomar su “mano”, pude observar parte de su brazo… Lleno de cicatrices. ¿Será que la chica, que creía llena de esperanzas, no era más que lo contrario? Fuese el caso que fuese, fuimos a la enfermería, ella no sabía que íbamos, pero simplemente me acompañó. La enfermera la trató en privado, como si ya conociese quién era y al rato no fuimos, yo la acompañé a su casa, era algo más adinerada que la mía y se encontraba en un pasaje igual, su padre, se veía como un hombre gentil, al igual que su madre, aun que eran algo avanzados de edad.
Luego me fui a mi hogar, a terminar el día como siempre, pero, tenía una nueva esperanza ¿Podría conocer a mi primer amiga?
Así, al día siguiente, intenté buscarla, pasando de alto los empujones y risas por lo acontecido el día anterior, sólo quería encontrarla, pero no lo logré, no estaba por ningún sitio. Y así, mis esperanzas volvieron a sucumbir.
Pasó una semana y ni rastros de ella, a lo largo de la semana, algo había crecido en mi, era valor, recordar cada vez la imagen de ella, postrada frente a mi como un fuerte roble, sin dejar pasar al bravucón, me hizo querer protegerla, no dejar que volviera a ser molestada… E incluso cuando las chicas que la golpearon comenzaron a molestarme con ella, logré gritarles y callarlas… Fue el mejor momento de mi vida.
Pero luego, la semana de mi cumpleaños, ella apareció, nuevamente su tenida oscura fue captada por mi, aun que más bien, fue por que mientras me encaminaba al baño, escuché un cuchicheo, ahí fue cuando la vi. Al acercarme, fue la primera vez que escuché su voz, si quiera cuando la acompañé a casa la había escuchado, simplemente se había despedido con la mano. Esas palabras me llenaron de alegría “Feliz cumpleaños” hace años las escuchaba, y luego, sobre sus guantes, yacía una caja con adornos, se trataba de una caja musical… La melodía más hermosa que había escuchado, no sólo la caja musical, si no que la tonada, acompañada del canto de mi nueva amiga.
Los días pasaron, y ella mi nueva amiga… Mi mejor amiga, aun que más que eso, ella, era mi salvadora, me hacía ver que la vida, era algo más allá de lo cotidiano, que podía ser lo que nosotros quisiéramos.
Un día me invitó a su casa a ver sus libros, ella era una gran lectora, ese día, me mostró algo que nadie en el colegio, aparte de la enfermera, habían visto… Su rostro, ya entendía por que tanto escondite. Su rostro, estaba lleno de marcas, cómo si fuesen golpes, ahí, me explicó que ella era adoptada, había sido encontrada siendo golpeada por un grupo de niños, sin conocer la identidad de sus padres reales, pero, que ese día había sido salvada por un bombero, aun que su cuerpo había sido en gran medida dañado, pese a eso, su rostro era hermoso, no por tener una nariz perfecta, labios rojos o las cejas mejor medidas; si no, que era capas de sonreír, pese a haber tenido un pasado espantoso, esa sonrisa que, me hizo sentir lo mismo el día en que me salvó… Cuando había sido golpeada, sonreía y recién ahora, pude comprenderlo, es feliz pese a las dificultades.
Ella mantuvo mi vida animada, me mostraba las maravillas del mundo, me ayudaba en la escuela y juntos, habíamos logrado repeler a los salvajes… Era mi primer amor, daría lo que fuese, por que su sonrisa jamás se esfumara, aun que tuviese que asesinar a cada ser vivo… Aun que claro, a ella no le gustase eso, era de las que pensaba, que todos merecían vivir y que todos, tenían el derecho a ser felices por igual, sin nadie superior o inferior.
Los días que siguieron a ese, fueron lejos, los mejores de mi juventud: Ir al cine, comer pizza, nadar en su piscina, leer libros, entra otras cosas. Amaba estar con ella, era como si aquel ser o cosa que creo todo, supiese de mi existencia y al mismo tiempo, fuese creada ella…Claro, a lo largo de mi vida, había aprendido a creer en lo que yo quisiese, dejando de lado la religión, la ciencia o incluso en mi mismo, pero ella, me había hecho creer en algo… En la vida.
Todo, hasta que un día, los salvajes volvieron, ya estábamos cursando cuatro medio, ella, había sido mi primer beso y mi primera vez, pero, hay un día que siempre recordaré, tanto mental, como en mi cuerpo. El día en que, los salvajes volvieron a nosotros. Ellos o la gran mayoría, hace tiempo habían sido expulsados de la escuela, eso, en gran medida, había aumentado los días felices, pero, ese día, ese maldito día, habían regresado a darnos la “despedida”, querían en especial, golpearme a mi y desvestir a Alice, para ese entonces, había aprendido muchas cosas, entre ellas, defender lo que amo… Pese a eso, mi “aprendizaje” no había servido de mucho, ya que pese a pelear, había sucumbido antes los cuerpos sobre humanos de ellos, aun así, había dado tiempo a Alice de huir, ya que habíamos hecho el trato de que le devolvería la oportunidad que me había dado.
No despertaba, mi estado había sido terrible, aquellos sujetos se habían pasado, eran tantos los golpes no sólo de sus puños, si no de palos, piedras y otros objetos usados con armas, que había entrado en un estado de sueño y quizás, en un corto tiempo, para siempre.
Fue el día de mi cumpleaños cuando desperté, sobre mi pecho, se encontraba una vieja caja de música, junto a un cd. Estaba vivo, y ver esa caja, provocó que una pequeña llovizna comenzara a caer de mis ojos, pero el aluvión, llegó cuando observé a mi derecha. Alice, se encontraba acostada, con los ojos cerrados, mientras sus padres adoptivos, lloraban sentado a su lado y un doctor me observaba, pronunciando una oración, que siempre quedaría grabada en mí. “Necesitabas una gran cirugía, muchas partes de tu cuerpo habían comenzado a fallar, sin embargo, Alice, decidió dar su rayo de luz, para alumbrar el tuyo…Sus últimas palabras fueron… Óscar, te amo, fuiste mi más grande farol, gracias a ti, pude realmente ser feliz, gracias a ti, fueron aquellas sonrisas que tanto amabas, por eso, debía devolvértelo, tu me diste la vida, que ahora yo te doy… Por favor, que tu camino no vuelva a apagarse, recuerda que ahora, tienes mi luz que te acompaña”.
Ese día fue el más feliz y el más triste, quería casarme con esa mujer e irme a vivir lejos, pero, unos deseos de superioridad, me la habían arrebatado, aun así, estaba dispuesto a vivir, pese a ya no tener algo físico en lo que sostenerme, la tenía a ella, esa caja de música con sus deseos y ese cd con su voz, serían lo que por siempre me harían tenerla a mi lado, a mi amado rayo de luz, Alice.
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