Comida, comida y más comida *--*

Estaba caminando por la calle, había ganado mucho dinero por los discos que se vendieron en el mes.

Pasaba por una calle donde estaban llenos de restaurantes y por hay olía delicioso y no pude evitar que se mi hiciera agua a la boca, bueno tenía bastante dinero y un estómago vacío no necesito nada más. Voy por esa calle y entro al que mas me pareció mejor.

En aquel restaurante no parecía muy lujoso y eso me gustaba ya que en los restaurantes fino sirven muy poca comida como si te lo pudieras comer de un solo mordisco, a mi me gustaba comer era adicta a casi todo, pero por sobre todo amaba las Zanahorias aunque suene raro era mi verdura y comida favorita.

Comencé a leer el menú, todo se veía muy rico pero para empezar pedí un asado a la hoya con puré de papas y con una ensalada de zanahorias ralladas con mucho limón. Al poco rato de llegar comencé a comerlo como si me lo fueran a quitar, bueno me gusta comer rápido cuando se tratan de cosas ricas y algunas personas dicen que lo disfrutas mas comerlo lento pues para mi lo disfruto mas si lo como muy rápido. Las personas a mi alrededor me miraban algo sorprendidos ya que luego pedí otro platos y luego de terminar con eso pedí una cantidad enorme de distintos postres.

-Estoy en el paraíso - Digo mientras comienzo a comerlos.

Max quería enseñar a Tsukaimon un barrio de Japón cercano a donde el vivía donde abundaban toda clases de restaurantes con sus comidas características. Como todo Digimon, a él le encantaba comer y, a pesar de tener un pequeño cuerpo, podía almacenar una gran cantidad de comida en su pequeño estómago, por lo que entraron en la zona de restaurante.

¡Max, tengo mucha hambre!- dijo Tsukaimon mientras simulaba ser un muñeco de peluche.

Tsss callate, hámster-murciélago- dijo Max riendo susurrandole para que no le reconocieran ni a el ni mucho menos a su Digimon, por lo que portaba una gorra y unas gafas de sol, ya que ser una de las estrellas más jóvenes de baloncesto de todo Japón, conllevaba una fama... que a Max no le gustaba, ya que se sentía constantemente acosado, especialmente por paparazzis y muchachas del género femenino... parecía que los deportistas estaban de moda.

Humano peliverde...- le espetó Tsukaimon riendo puesto que sabía que era una broma la forma por la que le había llamado su Tamer

El joven llevaba una camisa blanca veraniega, con unos pantalones vaqueros azules y un calzado deportivo de colores azules y blancos los cuales le hacían disimular... hasta cierto punto de su apariencia, esa era la razón por la que llevase gafas de sol y la gorra roja.

Por fin llegaron a la zona de los Restaurantes, la cual no estaba muy llena de gente, por lo que entró en un restaurante que no parecía ser muy lujoso, pero casi lo prefería así, puesto que era mejor ya que servirían más comida. Entonces, antes de llegar adonde estaba la camarera, se fijó en una chica con el pelo verde que le resultaba extrañamente familiar... la había visto en algún sitio, pero no sabía dónde, así que se volvió hacia la camarera y pidió un pastel de chocolate que se lo sirvieron al poco tiempo. Se sentó en la mesa en la que estaba aquella chica, ya que sentía curiosidad por la extraña familiaridad que irradiaba aquella muchacha que parecía que no había comido en años, ya que estaba comiendo muchos platos, algo que hizo sonreir tanto a Tsukaimon como a Max.

Me recuerda a ti...- susurró Max a su Digimon que empezó a comer el pastel de chocolate con sus pequeñas manos, escondido entre el pastel y su Tamer, ya que éste le agarraba con sus dos brazos mientras simulaban que Tsukaimon era un muñeco de peluche.

Lo sé... pero ésta comida está riquísima- dijo Tsukaimon mirando a su compañero humano volviendo a comer del pastel de chocolate que también comenzó a comer Max, aunque no tan rápido como Tsukaimon, mientras, de vez en cuando, miraba a la muchacha que estaba sentada en la mesa de al lado.

Yo seguía con mis platillos sin darme cuenta de la presencia del chico hasta que logré visualizar algo que me llamo la atención, era un extraño muñeco de peluche o eso trataba de aparentar, pero muy parecido a un Patamon. Lo quede mirando fijamente mientras aun seguía metiéndome comida a la boca pero cuando el miraba hacia donde estaba yo, yo daba vuelta la cabeza a otro lado rápidamente. En un intento de comer un gran bocado este se me va por el camino viejo y comienzo a toser por atragantarme.

-COF!...- Trataba de respirar pero comenzaba a toser cada vez que lo intentaba.

-Señorita Gumi esta bien?!- Al parecer alguien me reconoció y trató de ayudarme. Me sirvió un baso de agua para que lo tomara, mi cara estaba roja por tratar de respirar.

La muchacha, parecía estar tosiendo, debido a que se había atragantado con su comida, entonces una voz femenina dijo lo siguiente:

¡¿Señorita Gumi esta bien?!- la mujer le sirvió un vaso de agua para que aquella muchacha pudiese digerir la comida con la que se le había atragantado.

Claro ¡Eso es! ¡Ella es Gumi Megpoid, la cantante!- pensó Max viendo cómo su Digimon se terminaba el pastel de chocolate y mirando a la chica que seguía atragántandose. La conocía porque su hermana era fan de aquella muchacha, por lo que se levantó y le preguntó- ¿Estás bien?- acariciando la espalda de la joven preocupado por ella, ya que no quería que se atragantase, veía cómo la cara de aquella famosa muchacha recobraba el color de la cara, por lo que parecía que ya había ingerido correctamente la comida, por lo que el joven jugador de Basketball resopló aliviado volviéndose a sentar en su sitio acariciándole la cabeza a su Digimon llamado Tsukaimon que se limpiaba disimuladamente la boca con sus patitas, ya que aún poseía restos de pastel de chocolate.

Esa humana huele a Digimon, no es que ella sea uno... pero creo que es otra humana que posee un Digimon- dijo Tsukaimon olfateando el aroma que desprendía la joven cantante- es más, creo que es un Digimon Planta- el desarrollado olfato que poseía Tsukaimon no dejaba de impresionar a Max, pues sabía perfectamente siempre donde se encontraba un Digimon con su olfato o si alguien era un Tamer

Así que Gumi Megpoid también posee un Digimon ¿eh?- dijo Max sonriendo acariciando a Tsukaimon, aunque cualquiera que apareciese por ahí no les oiría hablar, miro luego hacia Gumi Megpoid- parece ser que no soy el único Niño Elegido que es famoso...- Max miraba con una mirada de felicidad y misterio a la vez al descubrir que Gumi era una Tamer más- esto se pone interesante...- no sabían si Gumi les estaba oyendo en su conversación o no, pero seguramente ella ya sabía que ellos eran un Tamer y su Digimon, ya que Tsukaimon tenía una forma curiosamente reconocible para todo aquél que conociese a los Digimons.

Sentí casi como si fuera a morir pero luego vino el alivio, por fin pude respirar, miré de re ojo aquel chico y luego note como aquella criatura se movía disimuladamente, era obvio que era un digimon.

-Estoy bien... gracias...- El chico se volvió a su silla y luego yo me senté en la mía, al parecer ya nadie estaba preocupado ya que todos volvieron a lo suyo.

Recordé a Palmon que la había dejado en mi habitación oculta en el armario será mejor llevarle algo dulce para comer, le gustan mucho esas cosas pero a mi en cambio prefiero lo salado. Miré nuevamente al chico y a su digimon, bueno no se si acercarme o no... pero los miraba fijamente aun.

Pasó un rato, pedí la cuenta y lo que me sobró de postre me lo pusieron en un pote para llevar, la verdad no salió muy caro para todo lo que comí. Me inclino un poco hacia atrás y sobo mi estómago.

-Estaba todo tan rico... que mal que Palmon no estaba conmigo, pero bueno le llevaré su pastel preferido- Dije en voz alta sonriendo y cerrando los ojos.

Tengo curiosidad por saber qué tipo de Digimon posee esa chica- comentó Tsukaimon curioso observando como la famosa y joven cantante se levantaba de su asiento y salía del restaurante- sigamosla- dijo Tsukaimon sonriendo a su Tamer disimuladamente

¿Estás loco Tsukaimon? ¿Me has tomado por un espía o por un perturbado?- dijo Max sin levantar la voz, a pesar de que se encontraba algo alterado por lo que decía su compañero Digimon.

Vale, está bien, la seguiré yo sólo. Volaré y la seguiré- dijo Tsukaimon sonriendo a su Tamer haciendo el intento de librarse de los brazos de su Tamer quien sabía que si su Digimon hacía eso, estaba claro de que lo descubrirían.

Está bien... iremos detrás de ella, pero tu quédate quieto y sigue pareciendo un muñeco de peluche. No quiero que haya problemas en mi mundo. Recuerda que los humanos somos muy curiosos. Si te descubren, querrán saberlo todo acerca de ti- le dijo Max a su Digimon seriamente mientras éste asentía.

Lo sé, Max, lo sé, tranquilo, no nos pasará nada- dijo Tsukaimon quitándole importancia a las palabras de su Tamer.

Entonces ambos, Entrenador y Digimon, siguieron a aquella famosa chica, esperando encontrarse con ella a solas para hablar sobre los Digimons. Su oportunidad no tardó mucho en llegar, ya que, a los diez minutos de seguir a aquella chica, Tsukaimon y Max la alcanzaron.

¡Gumi espera!- dijo Max sonriendo esperando a que la muchacha se detuviese.

¡Tienes un Digimon, ¿verdad?!- Tsukaimon lanzó la pregunta directamente mientras sonreía esperando a la respuesta de aquella muchacha.

Decidí retirarme del restaurante ya que no tenía nada mas que hacer allí, llevaba una bolsa de plástico donde llevaba las sobras, caminé unos 10 minutos y escuché la voz de un chico que decía mi nombre, primero pensé que era algún fan, pero al darme vuelta y encontrarme cara a cara con la mirada de aquel digimon esa idea desapareció, me preguntó si yo tenía un digimon, no entiendo como se pudo dar cuenta pero no creo que sea necesario ocultarlo.

-Ah... si- Encontraba que el digimon de aquel chico era adorable, te daban ganas de abrazarlo.

Miré aquel chico y sus facciones me hacían muy familiares como si ya lo hubiera visto antes pero... en donde pudo haber sido...

- quienes son ustedes?...- Dije mirando aquel chico de cabello similar al mio.

Yo soy Max Ueki, pero me llaman Kenku- dijo el joven peliverde enseñando el colgante que tenía colgado del cuello- por el colgante que llevo me llaman Kenku- Max sonrió mirando a la joven cantante- soy un jugador de baloncesto de los Shibuya Basket Club- dijo casi susurrando como queriendo ocultar su identidad quitandose la gorra y las gafas de sol sin ocultar su sonrisa mirando a la joven cantante- no es bueno que nos vean los fans de ambos, sé que eres cantante, pero ya sabes cómo son los fans, están locos por recibir un regalo, un autógrafo o cualquier cosa de ambos- dijo Max volviéndose a colocar su gorra y sus gafas de sol dejando hablar a su Digimon.

Y yo soy Tsukaimon, el Digimon de Max- dijo Tsukaimon señalándose la cara con uno de sus dedos de su manita derecha como presentándose- soy un Digimon de Atributo Virus, pero soy de los buenos- dijo Tsukaimon sonriendo sacando la lengua intentando parecer aún más adorable que lo que solía parecer normalmente.

Deja de coquetear Tsukaimon- dijo Max riendo dándole un suave golpe en la cabeza al pequeño monstruo digital que se encontraba entre sus brazos, volviéndo a mirar a la chica con una expresión más amable- Hablemos mejor en otro lugar, éste lugar no es seguro, Devimon está al acecho- le dijo el joven jugador de baloncesto a la joven cantante, mientras el joven Tamer de Tsukaimon miraba al cielo, por si veía a algún secuaz de Devimon

Me sorprendí al ver que el era una estrella del baloncesto y bueno lo que el decía era cierto los paparazzi son capases de inventar cualquier historia esos malditos. Luego cuando Tsukaimon se presentó me pareció muy adorable, me acerqué a ellos y puse mi mano sobre su pequeña cabeza.

-Que lindo eres- Dije sonriendo y luego escuché que Devimon estaba aquí en el mundo real, eso si que es un problema.-Que? Devimon? cuando pudo pasar a este mundo?...- dije muy preocupada.

Comencé a caminar en busca de un lugar donde podamos conversar tranquilamente y doblo por un callejón. -Bueno aquí tal vez podamos estar mas tranquilos- Dije mirando el callejón por todos lados a ver si había algo extraño y luego miré a Max. -Porque Devimon esta aquí??-

El joven jugador de baloncesto y su Digimon siguieron a la joven al callejón cercano que había allí. Entonces, percatándose de que por allí no había ningún paparazzi, fan o seguidor de Devimon, comenzó a explicarle a Gumi todo lo que sabía de Devimon.


Bueno Devimon, aunque parece ser que ya lo conoces, es un Digimon Demonio muy poderoso, pero no es nada en comparación con un extraño ángel llamado Angemon- comenzó a explicar el joven Tamer mientras Tsukaimon se lanzaba a los brazos de Gumi, parecía que el pequeño Digimon murciélago prefería las suaves manos de una chica que de un chico, puesto que Tsukaimon comenzaba a acariciar las manos de aquella chica con su pequeña cabecita- te lo contaré todo desde el principio- dijo Max sentándose en el suelo esperando que aquella chica hiciese lo mismo, puesto que era una historia larga de contar

La larga historia (Flashback):

Y esa es la historia- dijo Max al terminar de relatarla suspirando profundamente.

Y Devimon cree que nosotros somos los luchadores de la oscuridad, ya que mi atributo es Virus. Nos quiere en su ejército o nos quiere destruir, cualquiera de las dos opciones le parece bien- comentaba Tsukaimon acurrucado en los brazos de aquella joven.

Devimon está reuniendo un ejército de Digimons malvados para capturarnos, pues, según la profecía, un muchacho con su Digimon de Atributo Virus serán los luchadores de la Oscuridad- continuaba Max algo preocupado- hemos llegado Jijimon, Tsukaimon y yo a la conclusión de que aquél ángel Digimon tan sólo puede tratarse de Angemon, el eterno enemigo de Devimon- prosiguió Max esperando la reacción de aquella muchacha.

Escuché atentamente lo que me decía Max y me pareció algo impresionante, a decir verdad yo conocía a devimon pero nunca tuve la oportunidad de estar frente a frente con él y pues que buenas suerte la mía, aunque mucho digimons me han contado lo malo que es ese digimon demonio. Al termino de la historia la verdad que si no me hubiera dado cuenta tal vez me hubiese quedado con la boca abierta, me preocupó demasiado.

-Debes tener mucho cuidado...- Dije abrazando a Tsukaimon y no me di cuenta que lo abracé demasiado fuerte que el tuve que prácticamente escapar de mis brazos, me disculpé un par de veces con el digimon y luego volví a mirar a Max mientras juntaba mis manos en mi pecho. -Bueno! puedes contar conmigo para lo que sea!!- Decía en un tono muy decidido mientras te miraba muy fijamente.

De pronto una explosión se sintió cerca de allí y fuimos a ver, al llegar me sorprendí mucho el restaurante en el que estábamos hace no mas de media hora estaba completamente destruido por la culpa de una explosión y por una de las calles se encontraba bajando agresivamente un Monocromon. -Que horror!!! hay que hacer algo!!!- Miré al dijimon gigante pero luego me dirigí al restaurante destruido para ver si alguien necesitaba ayuda.

Un ruido potente y ruidoso sonó donde minutos antes Tsukaimon, Max y Gumi habían estado comiendo. Los gritos de los seres humanos vinieron después. Gritos de terror ante quien había provocado la explosión y las llamas. Ambos Tamers, junto con Tsukaimon fueron a socorrer a los heridos y entonces lo vieron. Un gran Digimon Dinosaurio de colores grises y negros parecía alocado, descontrolado y furioso. Pero sabía que ese Digimon no soía ser muy agresivo a no ser que se le provocase.

Monochromon, Digimon Dinosaurio de nivel Campeón y de Atributo Datos. Posee una gran fuerza, capaz de competir contra Digimons más fuertes que él. Suele ser un Digimon muy tranquilo, aunque algo territorial con los demás Monochromons. Sus ataques son el Ataque Volcánico y el Ataque de Cuerno- dijo Max analizando los datos del gran Digimon Dinosaurio.

El Digivice tiene razón Max, los Monochromons suelen ser muy tranquilos y bondadosos, no es normal que éste sea tan agresivo- entonces Tsukaimon lo vio: un objeto negro y brillante asomaba por la espalda de Monochromon- ¿Qué es esa cosa?- preguntó Tsukaimon señalando aquél objeto de color negro azabache y que parecía una especie de rueda oscura.

No lo sé, pero me apuesto lo que sea a que tiene que ver con el violento comportamiento de Monochromon- dijo Max buscando un lugar elevado y encontró un árbol- Tsukaimon tengo un plan, yo me subiré a ese árbol, mientras tu le atraes hasta esta zona para que yo pueda arrancarle ese objeto que tiene en la espalda- dijo Max mientras veía que Gumi ya no estaba y que corría a socorrer a la gente del restaurante.

Entendido Max- dijo Tsukaimon mientras veía que su Tamer escalaba hacia la copa de ese árbol y el pequeño Digimon se dirigía hacia el Digimon Prehistórico- ¡Eh tu! ¡Cara de Cuerno! ¡Ven Aquí! ¡Mal Mensaje!- dijo Tsukaimon llamando la atención del enorme Digimon con su ataque de ondas de energía negativa que, aunque no le hizo nada de daño al Monochromon, si que le molestó, lo bastante como para que aquél gran digimon le persiguiera.

El plan de Max estaba saliendo a la perfección ya que, mientras Tsukaimon atraía a Monochromon, Gumi podía rescatar a los heridos. Max esperaba pacientemente en la copa del árbol, entonces vio pasar a su Digimon hámster volador de color violeta, seguido no muy lejos por el Digimon Dinosaurio. Desde esa altura se veía perfectamente el objeto oscuro con forma circular clavado en la espalda de Monochromon, por lo que calculó bien el salto y saltó evitando clavarse ese malvado objeto en el pecho, aunque la gorra que poseía Max salió despedida, junto con las gafas de sol. Así era fácilmente reconocible, pero eso era lo de menos, la vida de muchas personas estaba en juego, por lo que se aferró fuertemente a aqué objeto, que, ahora que lo veía desde más cerca, parecía una rueda, y tiró de ella con todas sus fuerzas. La extraña rueda comenzó a salir poco a poco, pero Monochromon no se detenía ni por un momento, así que Max también tenía que hacer un esfuerzo extra para sujetarse a la espalda del Digimon y que no se cayese.

Vamos, sal...- dijo Max apretando fuertemente la mandíbula tirando de la rueda con todas sus fuerzas, consiguiendo, al fin, extraer el oscuro objeto, aunque cayó fuertemente de espaldas al suelo. 

Dolorido, vio como el Monochromon se detenía, se volvía hacia Max y, con ayuda de su cuerno, le ayudaba a levantarse.

Muchas gracias, me has salvado de una de las Ruedas Negras de Devimon- Monochromon estaba a salvo y había recuperado su consciencia.

Conque Devimon ¿eh?- dijo Max con mucho esfuerzo intentando evitar el dolor de la espalda contemplando cómo la llamada Rueda Negra desaparecía, convirtiendose en datos oscuros.

¡Max! ¡¿Estás bien?! -preguntó Tsukaimon preocupado por su Tamer.

Si, si... estoy genial- una sonrisa invadió el rostro de Max, aunque no pudo disimular el dolor en la espalda- tu esconde a Monochromon en el callejón de antes, yo iré a ayudar a Gumi.

Vamos, por aquí Monochromon- dijo Tsukaimon conduciendolo rápidamente al callejón apartado, escondiendole en una esquina, mientras que Max se dirigía rápidamente hacia el restaurante.

¿Hay algún herido Gumi?- dijo Max observando a su amiga y entonces notó un líquido cálido bajando por su brazo. Era sangre. El joven Tamer de Tsukaimon tenía una herida en el brazo derecho de la que manaba algo de sangre, aunque no mucha. Debía de haberse hecho la herida al caerse del lomo de Monochromon, pero él no le daba importancia, estaba más preocupado por la gente del restaurante.

Estaba ayudando a algunas personas que estaban atrapadas en aquel restaurante envuelto en llamas, entré sin pensarlo dos veces y en la entrada ya había gente que estaban por salir, ayudé a una señora que tenía el pie atrapado entre unos escombros y por última vez fui a revisar, lo que me encontré mas adentro no me agradó para nada el camarero que atendió mi mesa estaba tendido en el suelo, muerto, al parecer se golpeó la cabeza y murió instantáneamente.

Salí rápidamente de allí algo perturbada, le dije a la policía y comencé a sentir las sirenas de los bomberos, miré a todos lados para buscar a Max y lo vi, al parecer tenía todo controlado, hasta que logro liberar a monochromon. Cuando se acercó a mi y me preguntó si habían heridos pues le dije que una mujer estaba con su pierna herida y luego le dije que había un muerto que seguía allí adentro.

Miré como a Max le sangraba el brazo, me sorprendí y le tome el brazo para verlo.

-Estas bien??!! espera ire a comprar algo para tu brazo y luego vamos a hospital!- Voy a una farmacia que estaba cerca de allí y compré todo lo necesario como vendas, alcohol y algodón. -Ven vamos a sentarnos allí para curarte un poco- Te tome del brazo que no estaba herido y prácticamente te arrastre allí para que nos sentáramos.

Max se sentó junto a Gumi para que le curase el brazo, pero él se negaba. Quizás fuese por su orgullo masculino, pero se sentía algo incómodo al notar el tacto de la piel de aquella muchacha y notando cómo ella le curaba la herida que tenía en el brazo y que se había hecho minutos antes, en el enfrentamiento contra el Monochromon.

No es nada, es una herida pequeña- notaba cómo el alcohol le producía un pequeño escozor al roce con su herida, pero era un dolor minúsculo comparado con el que tenía en la espalda tras la caída del Monochromon. La verdad es que la altura de donde se había caído no era superior a la de un coche, pero Monochromon, cuando estaba controlado por las Ruedas Negras, corría furioso a toda velocidad, lo que produjo que Max se golpeara la espalda contra el suelo al extraer el objeto circular. El joven de pelo verde estiró su espalda notando cómo un pinchazo de dolor le recorrió la espalda, por lo que una mueca de dolor apareció en su cara cuando Gumi ya había terminado de curarle el brazo- Gumi... tenemos que ir a buscar a Monochromon, él estaba siendo controlado por las Ruedas Negras de Devimon... o eso me dijo- el joven jugador de baloncesto sentía cómo el dolor se incrementaba cada vez más, pero Max no se dio por vencido, por lo que, dolorido, se levantó del banco y, cogiendo la mano aún de Gumi, la condució hasta el callejón de antes- esto se llenará de periodistas dentro de pocos minutos, debemos darnos prisa...- Max caminaba junto a Gumi hacia el callejón de antes hasta que se encontraron a Monochromon y a Tsukaimon. Sin soportarlo durante más tiempo Max se sentó en el suelo dolorido apoyando la espalda en la pared mirando a Monochromon aún dolorido- Monochromon, ¿qué era esa Rueda Negra de Devimon que tenías en la espalda?- preguntó Max cerrando los ojos intentando disipar el dolor de la espalda, el cuál iba en aumento, se preguntaba si se habría roto alguna costilla, aunque sólo era un golpe lo que se había dado

Eso era, como bien has dicho, una Rueda Negra que Devimon lanzó contra mi con el fin de controlar tanto mi mente como mi cuerpo. Estaba totalmente fuera de control, y me ordenaba que lo destruyese todo hasta que tú me la quitaste- dijo el Monochromon mirando a su rescatador notando cómo aguantaba valientemente el dolor- siento que te hayas dañado por mi culpa

No ha sido tu culpa, Monochromon. La culpa es de Devimon- intervino rápidament Tsukaimon para que Max no hiciese esfuerzos que le diesen más dolor de espalda. El joven peliverde lo agradeció para sus adentros- ¿ha habido algún herido Gumi?- preguntó Tsukaimon a la joven Tamer.

Una mujer está con la pierna herida y un camarero ha muerto entre los escombros- dijo pacientemente Max notando el dolor que inundaba su espalda pero sin mostrar ningún signo de dolor, salvo que el joven apretaba fuertemente sus ojos incapaz de soportarlo más.

Lo siento... ha sido mi culpa la muerte de ese hombre...- Monochromon, cabizbajo, se disculpó con sus nuevos amigos, aunque sentía una enorme tristeza en sus ojos.

No es tu culpa Monochromon, lo vuelvo a decir, es culpa de Devimon- dijo Tsukaimon dandole unos golpecitos sonriente en el cuerno a Monochromon- además, Max se recuperará dentro de poco- Tsukaimon miró a su amigo y Tamer que asentía un poco sonriente aunque dolorido.

Mi dolor de espalda y la herida del brazo no es nada. En peores situaciones me he visto- dijo Max abriendo los ojos algo aliviado ya que el dolor disminuyó un poco, aunque no se fue completamente.

Cuando ya había terminado de curar el brazo de Max noté algo raro en él, pero no quise preguntar, era suficiente con curar su herida. Luego de eso me llevó a aquel callejón donde estábamos entes de que ocurriera este horrible atentado por la culpa de Devimon y Max tenía razón, este lugar estará lleno de periodistas y si nos ven sería una locura.

-estas bien??-Le pregunté muy preocupada pero el me contestó que estaba bien que ha pasado por peores situaciones. -Aun así no quieres que te valla a comprar algo para el dolor??...- Puse una expresión de suma preocupación, me acerque a Max y sobé su espalda para tratar de que se le quite un poco aunque sea, aun así no creo que sea de mucha ayuda.

Miré a mi digivice y pensé en llamar a Palmon pero no sabía como, le hubiese comprado algún celular, pero no, bueno tendré que comprarle uno y enseñarle a usarlo por si hubiera una emergencia como esta.