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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
[Fan Fic (o eso creo(?)] El pasado de Haruka
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[Fan Fic (o eso creo(?)] El pasado de Haruka
- Spoiler:
- Bueno, en realidad no sé si es un fanfic, solo que se me ha ocurrido muchas ideas para relatar el pasado de Haruka, se me hacían tantas ideas que no quería relatarlo en el apartado ''Historia'' de la ficha porque, bueno, casi nadie lee las historias (?) así que lo escribiré aquí como un FanFic :3 Como veran, no se nada sobre estos, y jamas he escrito uno.. asi que perdonen si no cumpli con normas o cosas así asdasd (?) Bueno, aqui vamos :P
Prólogo.
Era una noche oscura, quizá la primera después de hace mucho tiempo en la que finalmente me sentía bien, me sentía con las suficientes energías para dar la cara al mundo sin este sentimiento de ignorancia o poca importancia a lo que la vida me depara o me deparará. Fue aquella noche de luna llena cuya luz era reflejada en cada gota que caía desde las nubes grises hasta el suelo seco y algunas de estas que yacían atrapadas en los tenderos sobre nuestras cabezas y que lograban escapar de su encierro caían sobre mi frente camuflando las gotas que en sí provenían de ahí- Así que.. ¿Digimon Tamer, dices? –dije con un tono indiferente, mi garganta yacía algo seca después de todo lo que tuve que hacer para evitar que esa cosa, niño, o monstruo que yacía frente a mis narices me logrará poner sus zarpas encima- Así es, yo tampoco sé mucho al respecto, pero sé que ese artefacto extraño que tienes en las manos significa el inicio de una nueva etapa de la vida entre un humano y un digimon, ¡Nosotros dos fuimos elegidos! –exclamó con emoción, era como si se hubiese olvidado por completo de que justo hace un par de minutos había intentado matarme- ¿Compañero? Yo no necesito eso –me di la vuelta, tirando el artefacto hacia el suelo que ya yacía húmedo después de tanta llovizna mientras el monstruo se quedaba de pie observando la escena como si no lograra entenderme, no necesitaba que me entendiera, solo quería que se alejara y se fuera por donde vino- No me malinterpretes, no es qué esté ocupado o algo parecido, simplemente no quiero desperdiciar mi tiempo en juegos para niños como eso de los ‘’Digimon’’ los ‘’Tamers’’ o lo que sea –en ese momento no lo entendía, no entendía que una parte de mi deseaba con ansias el acompañar a esa cosa, una parte muy muy dentro de mi deseaba escapar de la soledad, pero yo me negaba a eso, no quería seguir atrapada en sueños y pensamientos que, de nuevo, se esfumaran de igual forma que el agua de la lluvia se escapa de entre mis dedos- ¡Yo..! –la voz de aquel ser risueño que ahora yacía serio y algo decepcionado por mi usual y algo cortante indiferencia volvió a resonar por el callejón donde el silencio era brutalmente callado por el recio sonido de la lluvia al salpicar contra el suelo; me di la vuelta y observé a ese ser que tenía en sus manos el artefacto que antes había llamado como ‘’digivice’’- Me es muy difícil decir esto, casi tanto como a ti te es difícil aceptar la realidad, pero… ¡Enserio necesito que seas mi Tamer! –¿’’Necesito’’? Eso es un termino egoísta, pero de cualquier forma yo ahora me estaba comportando de esa manera, y a pesar de que me era algo deprimente ver a esa cosa que usualmente tenía una sonrisa en su rostro ahora sin ella, debía ser fuerte… debía ser dura, y dejarle en claro que- …yo acepto perfectamente la realidad, y la realidad es que yo no necesito depender de nadie, mucho menos de alguien como tu –estaba dispuesta a irme, dejar a su suerte a esa criatura que parecía estar perdida en este mundo, causando en mi un sentimiento extraño que se me hacía muy familiar; fue entonces cuando sentí que algo golpeaba mi espalda, no muy fuerte como para dolerme, pero si lo suficiente para causar en mi extrañeza y tener que dar la vuelta para observar de que trataba.
En el suelo yacía aquel artefacto ‘’digivice’’, alcé la mirada y vi de nuevo esa criatura que se veía bastante furioso, pero no notaba en él un aura agresiva, se encontraba triste, desesperado, emanaba algo que me gritaba ‘’Por favor, necesito ayuda’’ No pude evitar fruncir el ceño por el disgusto, pero a la vez sentía como venía a mi un recuerdo, el recuerdo de una pequeña niña que yacía antes como ahora se encontraba ese ser, mostrando la misma energía, mirada y entusiasmo que ahora mismo esa criatura demostraba…
Diana S. Bennet
Re: [Fan Fic (o eso creo(?)] El pasado de Haruka
Capitulo I – Rutina
¿Cómo era la vida de esa niña?... Es tan simple de explicar… Ella vivía en una mansión, era la típica ‘’vida de ricos’’ ¿Por qué? Heh… bueno, sé que será difícil de creer, pero esa niña era hija de dos grandes empresarios en Japón. Su apellido era conocido por todos en el país, su empresa se dedicaba a mercadotecnia variada: entre tecnología variada y de las mejores, hasta distintas prendas de la mejor marca que se podría haber en Japón. Ah… si… una vida de ricos, pero esa no era la vida que esa niña deseaba, todo era tan monótono, tan aburrido… sentía como si intentara ser moldeada a algo que ella no quería ser. Ella medía, mas o menos, un metro con veinte de altura, cierto, no era muy alta, pero tampoco es como si fuese de mucha edad, apenas tenía diez años. Su cabello era largo, ligeramente ondulado, y de color castaño oscuro; ojos rojos como el rubí y con una mirada algo triste, ¿Y porque tan triste?.. Bueno.. pronto sabrán eso.
Recuerdo ese día con claridad, suele pasar por mi mente de vez en cuando, a veces incluso mientras duermo… esos sueños suelo llamarlos pesadillas. El día pareció iniciar normal, era una mañana cuyo sol aun no había salido lo suficiente como para alumbrar la casa entera, aún así, las cortinas de la habitación estaban completamente cerradas precisamente para que pudiese dormir a gusto, pero ya hubiese deseado ser despertado por los cálidos rayos del Sol antes que por la orden de una de las tantas mucamas que atendían el inmenso hogar donde vivía- Despierte señorita, ya es de día –los ojos de la pequeña se negaban a abrirse, frunció el ceño y gimió un poco por disgusto, usando sus sabanas para cubrir su rostro con totalidad- No quiero despertar aún… son las seis de la mañana… -la mucama suspiró- ¿Tendré que decirle a su padre que no quiere levantarse? –los ojos de ella se abrieron a la par al momento de escuchar que la mucama había nombrado a su padre, ella le tenía un serio miedo a él por su actitud firme y algo ruda cuando se ponía a desobedecer sus ordenes; por lo que sin pensárselo mucho se quitó las sabanas y se levantó- No, no, esta bien… -suspiró resignada, sentía dentro de ella ese sentimiento de frustración, odiaba sentirse usada… pues sabía que al ser la única hija y heredera de la fortuna de la familia, el único interés que tenía su padre era que ella se transformara en una excelente empresaria en el futuro digna del poder de la familia Aizawa- ¿Qué tengo que hacer hoy?... –preguntó con desgano, mientras se deshacía de la pijama que vestía y buscaba la ropa que debía ponerse ese día. El ropero estaba lleno de vestidos, prendas de incluso mejor calidad de las que vendía la empresa de su familia en sí, además de telas, colores y diseños variados… ¿Será este el armario soñado?... Ella no opinaba así, le fastidiaba ver siempre tanta ropa que no le gustaba, siempre la obligaban a usar ropa que le apretara, que le quedara grande o de ciertas telas que le provocaban picazón en el cuerpo, era una prenda diferente para cada día que tuvo que aprenderse el orden de cada una, también había prendas especiales para reuniones o celebraciones.
La pequeña se colocaba la ropa que usaría ese día, la cual era un vestido blanco que le llegaba hasta las rodillas; no era una prenda de princesa o algo por el estilo, pero si la hacía ver como una persona de familia con grandes niveles económicos. El solo ver los ojos decaídos de la pequeña daba por muestra lo infeliz que era en esa vida, ella no quería tanto, se podría decir que es de un carácter conformista, además de que ella no apreciaba en lo absoluto estar en la mas alta posición económica… ya que existen presunciones entre otras ideas locas, por no decir tontas, que se le metían en la cabeza a sus padres- Veamos… -mencionó la mucama, que apenas había terminado de tender la gran y suave cama en la que la pequeña solía descansar por las noches- …Ahora mismo la están esperando en el comedor para que vaya a desayunar con su familia, debido a que se ha levantado muy tarde debe esperar a que acabe su clase de costura para meterse a bañar, nosotras nos encargaremos de acomodar todo para que ni usted ni su familia tenga complicaciones, así que no se preocupe por eso, después del baño tendrá que… -esto era solo un poco de todas las cosas que debía hacer ella, después solamente seguían clases privadas, ya que a su padre jamás le ha agradado la idea de que su hija interactuara con gente de menor economía a la cual la familia Aizawa pertenece- …Muchas gracias, pero no es necesario que haga todo eso, iré a desayunar, después yo misma me prepararé el baño, ¿Está bien? –la señora que ahora se dirigía a abrir la puerta para que la niña pasara se negó rotundamente- Lo siento mucho señorita, pero no puedo permitirle que haga eso, es parte de nuestro trabajo atenderla en lo que sea –ella suspiró con desgano, mientras murmuraba- …Solo están enseñándome a ser una inútil… -no le importó el que la mucama haya escuchado o no ese murmuro, solo se dirigió hacia el comedor.
Mientras caminaba por éste, recibía los ‘’Buenos días’’ de todos los trabajadores que llegaba a encontrarse por el pasillo, saludándoles de igual manera intentando animarse un poco, pero por dentro se sentía triste… pues sabía lo que le esperaría al llegar al comedor, iniciaría su mal día.
Al llegar a éste, se encontró con una enorme sala donde yacía en el centro una mesa de, mas o menos, cuatro o cinco metros de largo. Solía usarse ese comedor para el momento de hacer negocios con otras empresas, pero usualmente solía verse vacío… los únicos que usaban esa mesa diario eran la madre, el padre y la pequeña niña de quien relato ésta historia. Se sentó sobre el lugar que suele tomar siempre, mientras que los demás sirvientes acomodaban la mesa para servir el desayuno; el plato era completamente blanco, ella ya no sabía si era un plato viejo o uno nuevo, pues siempre que algo se ensuciaba y perdía esa blancura de ‘’nuevo’’ solían tirarlo a la basura y comprar uno nuevo; a los lados de éste habían, mas o menos, unos tres pares de tenedores, cucharas y cuchillos, cada cubierto era utilizado para una ocasión en especial, por ejemplo, estaba la cuchara para sopa, para té, para servir condimentos, etc…- …Ella no ha llegado, ¿Cierto? –preguntó la niña con desánimo al verse sola en medio de esa gran mesa, la sirvienta a su lado negó con decepción- Temo que no, lo siento mucho, su madre ahora se encuentra en una importante reunión en el extranjero, lo más seguro es que tenga que desayunar a solas con su padre hoy –‘’Esto era lo que faltaba’’ pensaba ella mientras veía su reflejo en el plato; mientras la sirvienta le decía el menú del día, la pequeña niña se encontraba pensando en algo, lo que sea para evitar amargar su día en tan solo pensar en su padre, al quien… bueno, para hacerla corta, ella odiaba- ¡Buenos días, señor Aizawa! –se escuchó resonar en el comedor al unísono de todos los sirvientes, que se inclinaron con respeto al momento en que ‘’él’’ entraba al comedor sin dirigirles ni una palabra a quienes habían trabajado tan arduamente para darles un buen servicio. El señor tomó asiento y miró ligeramente hacia al frente para poder observar a su hija- …Siéntate correctamente, espalda derecha y ojos al frente –fueron sus primeras palabras, lo cual hizo molestar un poco a la niña, quien tuvo que hacer lo que dijo antes de protestar- Aunque sea pido un saludo de su parte antes de referirse a mi persona de esa manera –entre sus palabras se guardaba la frustración y disgusto que le provocaba entablar conversación con ese nada humilde y engreído señor- Oh, disculpe, Buenos días, ¿Cómo amaneció la joven que si sigue reprobando las materias que se le asignan hará que la familia quede en ruina? –Ella miró con ira a su padre, mientras la comida era servida y los sirvientes se retiraban- ¡Esa joven tiene nombre, padre! Y… las materias son demasiado difíciles, solo tengo 10 años, no entiendo porque debo atender materias que seguramente a otras personas se les da en la universidad… -aquél señor no se limitó a abrir la boca antes de tragar el bocado que ya había comenzado a digerir, volviendo su mirada a la niña- …Haruka, esas personas no tienen el dinero que nosotros tenemos, es completamente obvio que tengan una educación insuficiente a alguien como nosotros… ¡Yo a tu edad aprobaba todas esas materias sin esfuerzo! –aquella niña, cuyo nombre era ‘’Haruka’’, ni siquiera había tocado la comida, en su estomago se le había hecho un nudo del disgusto- Yo no soy como tu, ni quiero serlo… -dicho esto, arrastró la silla en la que se encontraba sentada y se comenzó a retirar- ¡Haruka, alto ahí! –el padre igual se levantó pero se limitó a mirarla mientras que ella se detuvo al escuchar la voz furiosa del hombre que la había traído a al vida- ¿¡No vas a comer!? –ese tono la ponía nerviosa, le hacía sentir miedo, pues sabía bien que cuando él se enfurecía… la golpearía- …N-No tengo hambre… -quiso escapar cuando pudo, pero nuevamente escucho su nombre ser nombrado por esa voz que tanto detestaba- ¡Haruka, Regresa aquí ahora! ¿¡O quieres que me enoje!? –el escuchar esto ultimo hizo que en la pequeña recorriera un sentimiento de terror e inferioridad que la hizo resignarse y tener que volver a su asiento sin decir una sola palabra- Así me gusta, ¿Ves que si te esfuerzas un poco si puedes ser alguien digna de la herencia? –ella no respondió, solo tomó el primer cubierto que encontró y comenzó a llevarse a la boca el platillo que le habían dado, solo para terminar y poder irse de inmediato.
Al terminar de comer hizo exactamente lo que la línea marcaba, fue hacia el salón donde se practicaría la clase de costura. Todas las profesoras y profesores que le daban a Haruka tenían un carácter muy… estricto, no la dejaban pararse, hablar u opinar, y si llegaba a distraerse un poco le daban con la regla, una regla de medio metro de longitud y hecha de madera, en la cabeza como escarmiento; si llegaba a contestar mal una pregunta la ponían a escribir en su cuaderno la pregunta y respuesta mil veces.
Mientras la maestra de costura explicaba su clase, ahora mismo Haruka daba su mayor esfuerzo para poner algo de atención en lo que ella decía, pero- …Es tan aburrido… -murmuró al momento en que la la profesora se había alejado lo suficiente para que no la escuchase, y dibujaba algo en la pizarra que había al frente de la habitación. Aprovechando que ella se encontraba de espaldas, la pequeña miró disimuladamente hacia otro lado que no fuera la clase, logrando ver desde la ventana del segundo piso de la mansión como un grupo de niños jugaban Futbol soccer, algo que hacía que ella sonriese- …Parece que se divierten mucho allá afuera… -se había emocionado, al ver como en el partido uno de los niños se escapaba de otros con el balón en sus pies, evadiendo y a sus compañeros que en el juego eran sus oponentes, hasta que llegó el momento decisivo donde tenía que tirar el balón en la portería- ¡Vamos… tu puedes…! –Murmuraba, apretando la bolsa de colores que yacía en sus manos con emoción, pero al momento en que él pateó el balón, sintió como algo golpeaba con fuerza su cabeza- ¡Señorita Aizawa, ponga atención! –Resonó en sus oídos la voz de la estricta maestra que había usado su regla para llamar la atención de su única pero indisciplinada estudiante, quien ahora se encontraba sobándose el golpe con los ojos llorosos- ¡Lo siento, discúlpeme, no volverá a suceder! –Decía cubriéndose la cabeza con sus brazos, sintiendo como le daba otro golpe del cual, está vez, solo lo recibió en sus manos- Con ésta, espero que lo que digas sea cierto… -Haruka se echó al banco a sobarse el golpe mientras en sus adentros repetía lo mucho que odiaba su hogar, su familia, su actual vida. Curiosamente no tenía ganas de suicidarse, ninguna de esas ideas extranegativas, lo único que quería era- …Ser libre… ¿Suena bien, no crees? –lo murmuró a sí misma, limpiando las lagrimas que se habían quedado en sus pestañas, y recostándose en el banco en espera de su próxima clase.
El día casi estaba llegando a su fin, las demás horas han sido algo completamente monótonas así que no valdría la pena explicarles todo lo que Haruka ‘’aprendió’’, si, entre comillas, puesto que en realidad nunca prestó completa atención a esas dichosas clases que, según ella, eran completamente inservibles, quizá esa sea la razón por la cual su padre la odia, ella sabe que es la heredera por el simple hecho de que, después de que su madre la diera a luz, tuvo una situación un tanto alarmante y que la había puesto en peligro de muerte, quedando en un futuro infértil. Así es, si Haruka es la heredera, es por que simplemente es la única descendiente que posee la misma sangre que su familia- Hay veces… no… realmente deseo siempre no haber nacido siendo una ‘’Aizawa’’… -murmuró, mientras se abrazaba a su almohada, ya vestida en pijama- Quiero dormir, y despertar de una vez de ésta pesadilla… -al decir esto cerró sus ojos, intentando conciliar el sueño, pero pocos minutos después de haberlo hecho… las cosas se pusieron un poco feas.
Se escuchó como la puerta de su habitación era violentamiente abierta y azotada, despertando a la pequeña con solo el sonido del golpe, sientiendo luego como su brazo era levantado con agresividad y su barbilla era tomada para que pudiese voltear a ver a un lado en particular- ¡¿Por qué crees que me la pasó pagandote tus clases especiales?! ¿¡Para qué estés sacando éstas notas!? –dicho, mientras escuchaba los llantos de su hija, la tiró al suelo- ¡Levantate! No puedo creer que seas hija nuestra, no te pareces a tu madre ni mucho menos a mi, eres solo una decepción –el padre parecía no poder estar más que furioso, mientras que Haruka solo se limitaba a arrastrarse hacia la esquina de la habitación temblando por el temperamento de aquel tipo- L-Lo siento… -bajó la mirada- ¿¡Lo sientes!? ¡¡Te lo advertí esta mañana!! ¡Te lo mencione! Te dije claramente que si querías ser una perfecta empresaria necesitas ponerle empeño a tus materias ¡¡Y no reprobar todos los malditos exámenes!! –Haruka no podía hablar del miedo, sollozaba y lloraba, pero no le salía palabra alguna- ¡¡RESPONDEME!! –Sabía que eso era una orden, por lo que tuvo que armarse de valor y responderle- ¡Yo no quiero ser empresaria, no quiero ser heredera, no quiero tu dinero ni tus profesores! ¡Yo solo quiero ser libre! –sí antes creía que el no podía ponerse peor, ahora demostraba lo contrario. El se acercó a su hija, y al igual que antes, la levantó del brazo mirándola a los ojos, a pesar de que ella intentará evadir esa mirada suya cerrando los ojos- ¿¡Libre!? ¡En este mundo no existe la libertad, todos son esclavos de otros, y esos otros esclavos de más! ¡¡Aquí no se puede ser libre al menos que estés a la cabeza de la cadena alimenticia! –ahora mismo, Haruka se encontraba tan estresada y asustada que ya había perdido la cordura que le permitía mantenerse callada para evitar problemas, después de todo ya no se podía meter en mas ahora mismo, el peor castigo que podría pasarle sería que su padre intentará matarla, pero ella sabía con seguridad que eso era imposible… daría muy mala fama que el gran empresario Aizawa haya asesinado a su propia hija- ¡¡No!! –el la zarandeo un poco, haciendo que su brazo tronara un poco, pues era algo frágil- ¿¡NO QUÉ!? ¡¡Tu vas a aprobar todo, vas a ser una gran empresaria, y harás que nuestra familia siga siendo lo que es ahora!! –Ella miró con ira a su padre y le mordió el brazo obligándolo a soltarla; ya tirada en el suelo comenzó a gritarle sin parar- ¡¡No quiero, no quiero, no quiero, no quiero…!! –el la amenazó con golpearla, pero ella se mantenía firme sin dejar el berrinche- ¡Haz lo que quieras! –exclamó, dándose la vuelta y alejándose de la habitación, al abrir la puerta se podía ver que mucho sirvientes se encontraban espiando la discusión pero antes de que el señor se percatara de esto, todos huyeron- Yo nunca deseé una débil niña como tu como hija, sabía que debías haber sido abortada –dicho esto, él se esfumó, cerrando la puerta con la misma agresividad que la había abierto al principio.
La pequeña completamente lastimada, con algunos moretones en partes de su cuerpo y con el brazo herido, comenzó a llorar aferrada la esquina de la pared- ¡Te odio, te odio…! ¡Desearía nunca haber sido tu hija…! –sollozaba entre sus llantos sin temor de ser escuchada, abriendo sus ojos irritados por las lagrimas y empezando a calmarse- …No tengo por qué seguir soportando esto… -miró hacia detrás de ella, había una gran ventana que se encontraba cerrada con llave. Ella se levantó, y agitada por todo lo que había sucedido, comenzó a buscar por los cajones y por todos lados la llave de aquella ventana, sin éxito alguno. Ella se quedó pensando un momento, no iba a quedarse en este lugar ni un minuto mas, así que decidió tomar medidas extremas. Tomó una silla no muy pesada pero si maciza, y con un solo golpe, hizo que los cristales de la ventana se rompieran en mil pedazos; su corazón latió con fuerza al momento en que escuchó la voz de una de las sirvientas qué parecía haber escuchado la ventana romperse, por lo que corrió hacia la puerta y la cerró con candado para que nadie pudiese entrar.
Justo después de haberlo hecho sucedió lo que temía, los sirvientes quisieron entrar a su habitación para ver que estaba sucediendo, pero ella solamente se alejó aún temerosa por su propia decisión- No voy a dar marcha atrás –murmuró. Sus ojos se habían llenado con total determinación, que la hicieron correr hacia su cama, tomar las sabanas que yacían tendidas en perfecto estado y amarrarlas las unas a las otras hacia el poste de la cama para usarlo de soga- No debo tardar, en cualquier momento llegarán con las llaves de la habitación… -sentía como el sudor recorría su frente; tomó un gran bocado de aire para evitar retroceder y, al momento en que se colocó por la ventana con la soga atada a la cintura se lanzó por esta con la esperanza de llegar a unos cuantos centímetros al suelo… pero parecía que no había calculado muy bien la medida de las sabanas, aun quedaban unos tres metros desde donde se encontraba ella hasta el suelo- Ay, no… -sentía como si poco a poco la ‘’soga’’ fuese bajando, y no es que estuviese bajando, si no que se estaba desatando del poste de la cama- No, por favor, no… -miraba con horror como no se detenía, en cualquier momento la soga podía deshacerse, y dejar a Haruka morir al chocar desde tanta altitud contra el suelo…
Diana S. Bennet
Re: [Fan Fic (o eso creo(?)] El pasado de Haruka
Capitulo II – Dudas
Aquella pequeña comenzó a abrir sus ojos poco a poco- ¿Estoy muerta?... –fue lo primero que se le vino a la mente mientras sentía como algo le provocaba picazón en algunas partes del cuerpo; ¿Qué será? Hace unos momentos, su ultimo recuerdo, era que se encontraba atada a una ‘’soga’’ hecha de sus propias sabanas antes de que ésta se llegase a desbaratar y soltarla, pero… ¿Qué pasó? ¿Cómo sobrevivió? Bueno, sé que suena algo gracioso, ella no se dio cuenta de eso en ese momento precisamente, pero pocos minutos después cuando vio parte de su ropa semi-rota se dio la impresión de que se había colgado a una rama ya cercana al suelo que, por su peso, hizo que la ropa se rasgara un poco y provocara nuevamente su caída sobre unos arbustos del gran patio de su casa- Ugh… -ella no estaba acostumbrada a ese tipo de golpes bruscos, en esos momentos era casi tan frágil como una hoja de papel, ya que fueron muy pocas las veces que sus padres la dejaban salir de su casa. No había nadie que le pusiese una mano encima, solo sus padres, ya que ni siquiera los sirvientes tenían permitido siquiera acariciar la cabeza de la joya de la familia.
Con un poco de esfuerzo, puesto que ya antes yacía herida por los maltratos de su padre, salió de entre los arbustos y comenzó a quitarse las hojas olvidando por unos momentos en la situación en la que se encontraba, pero esto duró poco, ya que escuchó unas voces provenientes por encima de ella- ¿¡Haruka!? ¿Haruka, donde estás? –las luces de su cuarto seguían encendidas, y alguien se había asomado por la ventana, era una de las sirvientas que atendía la casa- ¡Ahí está! Parece herida –no sabía que fuera lo que iba a pasar ahora, pero ella sabía que si dejaba que los sirvientes se acercaran a ella la volverían a encerrar en esa prisión de altas comodidades, quizá demasiadas.
Su corazón latió violentamente, la adrenalina cubría cada gramo de su cuerpo, tanta era esta que ni siquiera se detuvo a pensar en la decisión que estaba a punto de tomar, y sin mirar hacia atrás, corrió lejos de la casa a pesar de escuchar los gritos de los trabajadores pidiéndole que se detuviera. Ella corrió y corrió, atravesando aquél jardín con el corazón en la mano y sus ojos centrados solo hacia al frente sin querer mirar detrás de ella, pues sabía que si lo hacía se arrepentiría de una decisión que probablemente le haría la vida feliz. Finalmente, ella había llegado a una especie de reja que impedía el paso a cualquiera, tanto para entrar como para salir- Ay no… -se detuvo un poco a recuperar el aire, era joven y ahora se encontraba muy emocionada, pero ella no estaba acostumbrada al entrenamiento físico… así que no podía correr demasiado sin detenerse a tomar un pequeño descanso- ¡Ahí está, ya la vi! –Escuchó a lo lejos, la voz se hacía una y otra seguida de otra mas, eran la mitad de los trabajadores que asistían a la casa, lo cual hizo que se volviese a alterar- ¡No, no, no, no! ¡No quiero volver, por favor, entiéndanme un poco! –murmuraba, pues sabía que aún que llegase a atreverse a decirles eso, jamás sería escuchada, no importa cuanto sea su valor en la familia… ella seguía siendo una niña, y sus opiniones e ideas jamás serían escuchadas… los adultos siguen creyendo que los jóvenes somos personas que no tienen la suficiente capacidad de pensar como ellos, eso siempre me ha molestado, en fin…
- No voy a dar marcha atrás –frunció su ceño, intentando trepar aquella enorme reja, pero le era imposible… a parte de que ella no tenía la suficiente fuerza para sostener el peso de su cuerpo, sus manos yacían sudadas y, por lo tanto, resbalosas- Tsk… -desesperada, acudió por algo que creía ya algo imposible, pero los resultados fueron sorprendentes. Intentó atravesar los delgados espacios de entre reja y reja, y, gracias a su condición física pequeña y delgada, no tuvo muchos problemas para salir de esta usando dicho método- Wow… -se había quedado algo impresionada ante lo que acababa de hacer, pero al ver de nuevo la linterna iluminar su rostro, a pesar de ya estar afuera, no se sintió a gusto y volvió a correr… haciendo caso omiso a los suplicos de los trabajadores y huyendo al acto- Lo siento mucho a todos ustedes, sé que ésta decisión probablemente les afecte en su trabajo, pero aunque suene cruel y egoísta de mi parte… no quiero sacrificar mis ideas y sueños en personas corruptas que me han dado falsos tratados de cariños –ella detuvo su correr, sin saber en donde estaba, pues solo se detenía a mirar el suelo- …Soy solo una bolsa de dinero para todos ellos… -se había quedado ahí, sin moverse, y mirando directamente al suelo con sus ojos pesados… los cuales poco a poco comenzaron a humedecerse y llenarse de lagrimas; pero en cuanto se derramó la primera gota se dio cuenta de que esto no era lo único que había dejado su marca en el suelo…- ¿Huh?... –confundida, levantó su cabeza y miró hacia el cielo; las nubes se habían vuelto grises y tan densas que ni siquiera se podían ver las estrellas, la luz de la luna apenas y podía iluminar un poco aquella oscura y triste noche- …Va a comenzar a llover… -con su brazo limpió las lagrimas que se habían atrapado en sus pestañas y parpados, suspirando con desgano- No es tiempo para llorar, ahora debo buscar refugio –se dijo a sí misma, iniciando su recorrido, esta vez, más calmada que antes.
A cada paso que daba, sentía como las pequeñas gotas de esas nubes se iban haciendo más comunes y pesadas, no tardaría en iniciar una tormenta- ¿Por qué se le ocurrió al cielo llorar al momento en que salí de casa? No es justo… -comentó frustrada, intentando hacer más rápido su caminar, pero sus piernas ya habían comenzado a doler después de toda la recorrida que anteriormente había dado.
En el camino se llegaba a encontrar de vez en cuando a alguna persona que caminaba apurada hacia cierto lugar, yo puedo opinar que quizá estaban yendo para su casa, aunque no estoy muy segura. Algunas personas que se encontraban resguardadas debajo de un pequeño techo y lograban verla caminar la miraban con pena, otras con una especie de repulsión…- Jamás me hubiese imaginado que no solo es mi padre el que tiene esas ideas tan tontas sobre las posiciones económicas… -quien podría llegar a pensar, que la hija que hace unos minutos yacía en los cuidados de unos de los empresarios mas poderosos de Japón, ahora éste siendo rechazada y victima de la lastima de personas de clase media alta.
Llegó un momento en el que las nubes anunciaron el iniciar de la tormenta con un estruendoso sonido de un trueno, provocándole un leve susto a Haru que le hizo dar un brinco- ¿¡Ah!? ¿Tan pronto…? –se podría decir que antes las gotas eran pocas a comparación de todas las que caían ahora; las personas que antes caminaban calmadas a los lados de Haru habían aumentado el paso, escuchándose sus pisadas resonar con los charcos de agua que se habían acumulado en el suelo. La pequeña niña que antes vivía en gustos estaba presenciando solo una cálida bienvenida de todo lo que le iba a esperar al tomar esa decisión que, definitivamente, daría un gran giro a su vida.
Asustada por los truenos, por el escandalo a su alrededor, y la torrencial lluvia mojándola sin parar, comenzó a correr desorientada sin saber a donde iba a parar- Debo buscar algo, lo que sea, solo quiero cubrirme… -su hermoso vestido ahora yacía, no solo roto, sino también completamente mojado y maltratado. Su desorientado recorrer la hizo detenerse en un lugar que, a su lado, se encontraba un callejón en donde algo en especial llamó su atención- ¡Una caja! –a pesar de ser pequeña, era del tamaño de una televisión mediana, con un poco de esfuerzo podía llegar a caber ahí- Creo que… no puedo pedir más, ¿O si?... –se dijo a si misma ya dentro de dicho pequeño contenedor, donde tenía que agacharse y tomar sus piernas para que estas no salieran al exterior y se mojasen- …Huh… pero es extraño… siento como si algo se estuviese moviendo a un lado de mi… -no eran solo pensamientos suyos, con esfuerzo, un pequeño gato negro salió de su lado algo sofocado por el gran apretón que había recibido; miró con atención a la niña humana que yacía a un lado suyo con sus grandes ojos color dorado y se agachó un poco mientras enroscaba su cola alrededor de sus pies, lo cual daría la sensación de que tuviese miedo- Espera, no te asustes… -lo tomó antes de que decidiese escapar o algo así, sujetándolo entre sus brazos sin intención de lastimarlo- Un gato como tu es extraño verlo solo… los cachorros suelen estar con su madre o hermanos, ¿No?... ¿Dónde está tu familia? –el gato se veía algo desconcertado por la repentina muestra de cariño que había recibido de una criatura tan grande como lo era un ser humano, a pesar de que Haruka poseía un tamaño mas abajo del promedio- …¿Estas solo igual que yo?... –lo miró con tristeza, a pesar de que ella había tomado la decisión de quedarse sola… ya no estaba del todo segura de la decisión que había tomado- …Pero si llegara a regresar ahora a mi casa, estoy segura de algo, si la calle no lo hace antes, mi padre me matará apenas me vea… -no quería arriesgarse a ello, además de que no quería volver al infierno en el cual tenía que llamar ‘’vida’’ pero es imposible que fuese considerada como tal- No, voy a armar mi propia vida yo misma, ya lo veras gatito… tu eres el testigo de mis palabras –le comenzó a acariciar su suave pelaje que, no importa cuan maltratado se viese, ese oscuro color brillaba como nunca… y su piel seguía siendo muy suave y delicada- ¿Te parece si te adopto? ¡Por que si es así debo darte un nombre..! –Se quedó pensativa un momento- Hmmm… bueno, eres de color negro… ¿Qué te parece si te llamo Kuro? ¡Es un nombre muy bonito, y queda mucho contigo! –ella no estaba del todo segura si aquel gato escuchaba o entendía lo que decía, pero ella quería creer eso, no quería estar sola en este mundo totalmente desconocido para sus ojos- Si… a partir de mañana… -bostezó- …iniciaremos nuestra nueva vida en la… ciudad… -mientras hablaba se había quedado dormida, era algo así como si el mismo sueño la hubiese noqueado, desde entonces sus ojos no se volvieron a abrir hasta la mañana siguiente.
Diana S. Bennet
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