¿El inicio o el fin? [Priv. Haruka]

Desde que el pelirrojo apareció en la playa solamente se dedicó a caminar sin un rumbo fijo, no comprendía que hacia ahí, como había llegado, que era lo que salió de su espada, ni por que su hermana de un momento a otro le dio dicha patada... -"Maldita Yuki... ¿Por que después de aquello simplemente me empujó sin mas? Imposible entenderte"- Murmuró mientras trataba de mantenerse en pie mientras continuaba el camino, al fin y al cabo habían pasado al menos dos horas desde que llegó y llevaba días sin comer, era cuestión de tiempo para que simplemente se desmaye. Al sentir como sus piernas se aflojaron, desenvainó su espada y la clavó en el suelo a medida que reposaba todo su peso sobre ella, quedando de rodillas. -"¿Por que esto tenía que suceder así?"- Pensó mientras veía el mar, tratando de recordar cosas que venían a su mente, hasta el momento de sentir como un aire frío pero reconfortante recorrió su cuerpo, haciendo que se erice su piel a la vez que sintió una cierta nostalgia, como si fuese un recuerdo oculto de su niñez, pero... ¿Acaso eso importaba? Tal vez si, pero esos pensamientos se desvanecieron completamente mientras su cuerpo caía desplomado sobre la arena. -"Yuki... algún día... espero vencerte"- Tras ese último pensamiento, su mente quedó completamente en blanco, y su cuerpo tirado junto a su espada a un lado del mar, quedando inconsciente luego de sentir una lagrima recorrer su rostro.

Off:

- ¿Como vamos Drac? ¿Logras olfatear algo? -mi compañero, con la mirada enfocada hacia delante, respondió- Algo así, siento un aroma conocido, quizás sea un lugar en el que ya hayamos estado antes -me respondió, ¿Puede ser? ¿Es que el digimundo es tan pequeño que le hemos dado ya la vuelta completa? Jaja, no lo creo, estoy seguro de que con todo el revoltijo y los problemas solo dimos la vuelta; ahora me pregunto, ¿Que lugar será el que Drac menciona?

Me encontraba montado sobre la forma adulta de mi compañero, Drac, o mas bien, Sangloupmon: Un digimon lobo, grande, no había duda de eso, y por supuesto rápido; era en lo que mas destacaba él cuando se encontraba en esa forma, su velocidad era incomparable, recuerdo incluso que las primeras veces se me dificultaba mucho estar montado sobre su lomo pues sentía que en cualquier momento saldría volando- ¿Significa que he mejorado en esto de ser Tamer? -¿Porque me pregunto eso? No debería importarme, Drac es mi compañero porque el digivice nos unió pero esas cosas de ''Tamer y Digimon'' no me importan en lo absoluto- ¡Ah, ya puedo reconocer el aroma! ...O eso creo -volvió a tomar la palabra, fijando mi vista sobre él- ¿Y bien? ¿Alguna idea? -él se quedó pensando, tan distraído iba que incluso podía sentir que su velocidad disminuía un poco, quizá inconscientemente- Ehh... no lo sé... ¿Recuerdas algun lugar en el que hayamos estado y haya agua salada? -¿Agua salada? ¿Mar? Bueno... es algo dificil de recordar, hemos estado mucho tiempo en el digimundo y definitivamente no podía ser en el mundo humano, nunca he llevado a Drac a la...- ¡La Playa! -Sangloupmon estiró sus orejas al escucharme reaccionar así- ¿Playa?... Ah, es cierto, ese lugar amarillo y azul donde nos encontramos al murcielago ese, ¿No? -seguro se refería al DemiDevimon, ¿Desde cuando Drac tiene esa memoria? O quizás... quizás lo recuerda porque ese día casi me pierde- Tch... Odio a esos murcielagos, siempre me roban la comida -no, Drac sigue siendo el mismo de siempre- ¡Ahi vamos ''Playa'', a toda marcha! -exclamó enérgico el gran lobo, aullando de tal forma que hizo que las aves posadas en los árboles huyeran- Escandaloso como siempre... -suspiré.

No nos tardamos mucho en llegar, a lo mucho 5 minutos, estabamos cerca y, como dije antes, la velocidad de Sangloupmon era asombrosa; aun así, al posar mis pies sobre la arena el tiempo limite del estómago infinito de mi compañero terminó y, por ende, se quedó sin energías para mantener su forma adulta- ¡Kuuuuuro, ten...! -lo interrumpí, imitando su voz- ''¡Tengo hambre! Vamos a buscar algo para comer, oh, ya sé, unos deliciosos datos, deben haber muchos por aquí, blah blah blah'' Olvidalo, acabamos de llegar y estoy exhausto, no voy a... -cuando abrí mis ojos en lo que decía el sermón me di cuenta de que mi compañero ya no estaba precisamente a mi lado, sino varios metros lejos de mi en camino al mar- ¡Kuro, no te quedes hablando ahí solo, ven y ayudame a conseguir peces! -me empecé a rascar la cabeza con algo de ansias- No sé ni para que me molesto, este cabeza hueca nunca escucha... -me dije en mis adentros, pero estaba bien, supongo que dentro de pocos tambien me entraría hambre a mi tambien y lo mejor será tener la comida lista para ese entonces- Bien, bien, ahí voy -dije en voz alta, usando mis manos como si fuesen una especie de ''megafono'' y que Drac pudiese escucharme aunque debido a la distancia y a la cantidad inmensa de cerilla que debe tener en sus oídos seguro ni caso me hizo.

Antes de que llegar a la orilla del mar, pude divisar a Drac mirando algo atentamente en el suelo usando los ojos en las palmas de sus manos, pensé que sería algo estúpido como un crustáceo o almeja, para Drac es muy sencillo entretenerse con cosas insignificantes como esas solo para evitar trabajar pero, cuando me acerqué, me di cuenta de que no era precisamente un ''cangrejito''- ¿Que demo...? -miré a mi compañero; él me devolvió la mirada- ¡Te juro que yo no le hice nada! Estaba así cuando llegué -no sabía si creerle, lo admito, pero ese no era el punto aquí- ¿Estará muerto? -lo moví un poco con mi pie para ver si reaccionaba- ..Esta respirando, sigue con vida -concluí al percatarme del movimiento de sus fosas nasales; volví mi mirada hacia mi compañero cuando lo vi hurgando en los bolsillos del chico- ¿Que estás haciendo ahora? -el se rió entre dientes- ¿No es obvio? Busco si este chico tiene algo interesante aquí guardado, quizás un postre, una galleta, pastel... -empezó a babear; dudaba mucho que él guardara algo así en sus bolsillos- No seas tonto -miré el mar y despues el cuerpo en el suelo- ...La marea está subiendo, creo que si no está muerto aún almenos podemos evitar que muera de seguro ahogado -no me sentía a gusto cargando semi-cadaveres pero tampoco quería cargar con la muerte de un niño en medio de una playa desértica. Tomé al chico por debajo de los brazos y empecé a jalarlo hasta debajo de un palmar. Drac se quedó en su lugar viendome hacer todo el trabajo, no sin antes mirar hacia sus espaldas y percatarse de una ''cosa'' tirada en la arena- O-Oye, Kuro... -al darse cuenta de que yo no le hacía caso simplemente hizo un gesto con los hombros de indiferencia y me siguió. La marea seguía subiendo y tocando ese objeto en el suelo.

¿Cuanto pasó desde que había caído inconsciente? ¿10 minutos, dos horas? ... Ciertamente no podría decir cuanto era, pero lo que si podía decir era, había tenido suerte, no a cualquiera dos desconocidos le ayudan en esa situación, o al menos eso creía.

Mientras aquella persona se encontraba jalando al pelirrojo éste volvió en si, sintiendo como era arrastrado de a poco fuera de la playa, o al menos de al lado del mar; pero no fue hasta unos minutos luego que abrió los ojos al momento de ya no sentir el sol pegando sobre su rostro. -"¿Que dem...?"- No se había dado cuenta de que aquella persona le había llevado tan lejos, ¿O es que se encontraba tan mal que no había visto ningún árbol cerca? Como sea, ya había sucedido y nada podía hacer. Mientras observaba las hojas de los arboles bajo los cuales se encontraba, trató de tomar su espada por detrás de su espalda, pero solamente encontró la funda, a lo que reaccionó levantándose de un salto para luego observar hacia todas direcciones, tratando de recordar donde se había desmayado, pero solamente pudo observar como una persona se encontraba junto a su digimon, por lo que se acercó un poco hacia ellos. A caso ustedes... Mencionó mientras veía hacia el mar si saber como continuar la oración, esperando que comprendan a que se refería.

Después de acomodar al chico inconsciente recostando su cuerpo en el palmar, me estiré lo suficiente para hacer tronar los huesos de mi espalda- ¡Ahhhh! Que bien se siente... ¿Eh? -no sabía si se trataba de alguna alucinación por el calor o en verdad vi que ese chico abría los ojos- No, creo que solo fue mi imaginación -él seguía ahí quieto y ''dormido''. No sabía en que embrollo se había metido ese chico, era extraño ver a alguien tirado en una playa desertica y sin compañía alguna, ¿Será un Tamer? Pero, si es así, ¿Donde está su digimon?- ¿No se habrá escapado, o si? -sería un muy triste caso, sin duda; aunque yo me quejé mucho de Drac, dudaba mucho que el fuese capaz de hacer algo como eso- Está demasiado descuidado, ¿Cuanto tiempo duraría ahí tirado inconsciente y porque? -tambien cabía la posibilidad de que fue emboscado por un digimon salvaje, ¿Quien sabe? De igual forma...- ...Eso no es asunto mío -intenté convencerme de que este caso no me interesaba, o mas bien, no me incumbía en lo absoluto. Llevé mis manos a mis bolsillos y levanté la mirada con mis ojos cerrados, solo para disfrutar de la brisa marina que había en este lugar singularmente vacío.

- Ah, cierto -reaccioné, me enderecé y me giré para ver a mi compañero, no sabía siquiera si me había seguido o no- Drac, ¿Que haces? -como supuse, él no estaba muy lejos de mi pero tambien guardaba su distancia, estaba con las piernas inclinadas y dandome la espalda- ...¿Drac? -me acerqué un poco hacia su posición, logrando ver desde arriba lo que hacía- ¿Ahora que demonios estás haciendo? -había recolectado, no sé en que momento, un montón de varitas de madera de distintos tamaños, y con otra vara en especial hacía una especie de frote entre las demás- ¿Estás ciego o que no ves? Voy a construir fuego para que podamos cocinar los peces que pesques -¿''Construir fuego''? ¿Y porqué se está pensando que YO pescaré?- Debes estar bromeando, para empezar así no se ''construye'' el fuego -lo miré de reojo, frunciendo el ceño- ¿No? Pero siempre lo muestran así en la tele -golpeé mi cara con la palma de mi mano- No, así no... -antes de que terminara de hablar, escuché una voz ajena hablarnos; me dí media vuelta al mismo tiempo que mi compañero, mirando ambos al ''moribundo'' chico de cabello rojo- ¿Hm? Ah, ya despertaste -dije con un tono de voz indiferente y despreocupado, como si nada hubiese pasado o él acabase de despertar de una simple siesta- No seas perezoso y ven; vamos a conseguir de comer, como te ayudamos no deberías poder negarte. Andando -me di la vuelta y empecé a caminar a paso lento para que me siguiera; una parte de mi me decía que si hacía esto él podría intentar huir o algo así- Pero no creo que le convenga, en su estado y estando solo... los buitres se lo comeran antes de que salga de la playa... Jaja ¿Buitres en una playa? Bueno, es el digimundo, cualquier cosa puede suceder -sonreí de lado.

Al escuchar sus palabras solamente se limitó a seguir su paso mientras veía la fogata que intentaba armar el digimon negro. -"Digimundo... eso lo explica todo"- Al pensar en las ultimas palabras de su hermana y su acción sonrió levemente, pero unos segundos luego se acercó hacia la otra persona, poniéndose frente suyo y tomándole del hombro mientras le veía de forma seria. -"Si quieres que te ayude al menos dime... ¿Donde está mi espada?"- Necesitaba su espada, y sabía que sin esa persona no podría haber estado en ese lugar, o en si ya no estaría en ningún lugar, si bien no era de su agrado total no se le había ocurrido mejor idea para sobrevivir un tiempo mas que estar con... ... Realmente el pelirrojo no lo había notado antes, pero, ¿Se encontraba junto a un hombre o una mujer? No era de mucha relevancia en ese momento, pero realmente esa duda se hizo presente en su cabeza mientras le veía, esperando una respuesta.

A comparación con mi compañero que se había ido a toda prisa hacia el mar, seguramente estaba ansioso por pescar unos cuantos peces si es que hay algunos en el digimundo, yo iba a un paso más lento puesto estaba intentando recordar como se hacía una fogata de la forma en la que la estaba haciendo Drac- Parece que de las diversas formas que conozco de prender una, la unica que puede hacerse en un lugar como este es la que implica solo objetos naturales. Bien, pero... ¿Que se necesitaba además de la madera, las hojas secas y...? -algo, o alguien, me hizo salir de mi ''trance''; me detuve en seco y di un medio giro para verlo aún con cierta indiferencia- ¿Ah? ¿Una espada? -''este chico está loco'' fue lo primero que pasó por mi mente seguido de un ''¿Que persona normal llevaría consigo una espada?'', sin embargo, esa ultima pregunta mental fue contestada por el recuerdo de una persona en particular que ya me he topado, hasta ahora, en dos ocasiones- Para que me molesto, si hay personas con ese grado de rareza, ¿Una espada, enserio? -negué con la cabeza, yo no aprobaba el uso de un arma para defenderse, prefería hacerlo con mis propias manos.

- No tengo idea de a que espada te refieras -respondí en seco, pero al ocurrirseme algo en ese instante giré mi mirada hacia el mar y, dentro de unos segundos, la regresé hacia el chico- Pero puedo llevarte a donde te encontramos, ahí puedes buscarla -me di la vuelta para caminar hacia allá antes de musitar bajo- ...Si es que la marea no se la llevo -reí leve de tan solo imaginar esa desgracia; no es que sea mala persona, mucho menos que me divierta el sufrir ajeno, pero... ¡Admitamoslo! Eso si que sería mala suerte jajaja.

Caminé sin esperar respuesta alguna del chico; supuse en mis adentros que lo que le convenía, si es que en verdad quería encontrar ''su espada'', era seguirme. Al llegar al punto donde lo encontramos, en el cual aún estaban dibujadas nuestras huellas y el peso del cuerpo del chico, por más que busqué no pude encontrar ningun objeto en particular- ¿De verdad se la llevó la marea? -pensé; no fue tan divertido como yo lo creía en un principio, pero ¿Quien sabe? A lo mejor solo había buscado mal, quizá su ''desesperado'' dueño la encuentre con mayor facilidad que yo.

Al momento de frenarle creí que le había sacado de sus pensamientos, parecía como si murmurase algo, pero no era de mi incumbencia. Luego de escuchar su "respuesta final" solamente le seguí hacia donde me guiaba, no sin antes tomar el aparato que había salido de la espada y quedarme viéndolo debido a sus colores, razón por la cual al momento de frenarse la otra persona si no hubiese sido por escuchar sus palabras mas cerca de lo que creí se encontraba, le hubiese chocado. Alcé la mirada hacia el lugar donde nos encontrábamos mientras guardé el extraño tamagochi para mirar hacia el lugar donde me habían encontrado. -"Debió de haber echo mucha fuerza"- Mencioné un poco bajo viendo la huella de mi cuerpo, quizás lo había escuchado, quizás no, ciertamente no pensé sobre eso en el momento, ya que rápidamente me acerqué hacia donde estaba, algún rastro tenía que haber. -"Tan raro que se te hizo la espada, pero... ¿Que harías si te ocurre algo? No se en que pensaba saliendo a buscar mi espada tan repentinamente, si bien la necesitaba el cuerpo no me daba para estar en esa condición, pero ya estando ahí era mejor buscarla y después descansar, al fin y al cabo puede que la necesite antes de lo esperado, aquel compañero de la persona no me traía mucha confianza.

Ciertamente este niño era inutil a la hora de buscar un objeto, incluso peor que yo, ¿Que tanto le importaría ''su espada''? Si se tratase de algo con gran importancia como es para mi el abrigo que llevo puesto siempre entonces estoy seguro de que mi busqueda no sería tan ''floja'' como la de él, ¡Demonios! Hasta ganas de golpearlo me daban, pero era solo por que me puse en su lugar, incluso no me sorprendería que su incompetencia lo dejara perder ese maldito objeto que ''tanto busca''.

Fruncía el ceño mientras todas estas clases de pensamientos pasaban por mi mente, ¿Me estaba enojado ''sin razón alguna''? Ya veo porque Drac siempre se está quejando de que soy muy malhumorado o gruñón, pero me da igual lo que esa peste viviente diga, son cosas mías, ni a él ni a nadie deberían importarle- ¿Hm? Ah... -reaccioné, cuando escuché al chico hablar nuevamente. Mi malhumor que yo mismo me había provocado desapareció de repente, riendo con cierta gracia a sus palabras- ¿Estás insinuando que mi vida correría peligro si no portara un arma? Pfft... -hice un vano intento por mantener mis carcajadas- JAJAJAJAJA ¡Sabía que eras ingenuo, tu cara me lo dijo, pero parece que eres un nivel mayor a eso... eres un... JAJAJAJAJA! Ah, no, no puedo decirlo -tosí un poco, me había quedado sin aire por esa risa tan inesperada- Las armas son completamente inútiles, ¿Sabes para que sirven? Para que la gente débil se sienta fuerte, con la capacidad de provocar daño o incluso quitar la vida solo porque ellos no pueden hacerlo por sí solos -sonreí de lado, tronando mis nudillos- Yo puedo asegurarte que puedo hacer cualquiera de esas cosas con ''estas'' preciosas -torné mis ojos indiferente hacia mi compañero, quien estaba abobado mirando el agua, intentando entrar en ella pero llenandose de pánico al minimo roce del agua a sus pies, saliendo disparado en un salto hacia atrás pero sin apartar su ciega mirada hacia el oceano- ...Y bueno, si las cosas se ponen feas tengo ''un poco'' de apoyo, pero eso es lo que menos importa, ¿Eh? -miré de nuevo al chico- ¿Y bien, terminaste de buscar? -lo miré de pies a cabeza- Veo que no tienes aún tu arma contigo, que lastima, se ha ido -con un tono desinteresado comenté, haciendo un movimiento con mis hombros mostrando la indiferencia que quería aparentar ante el tema, debo admitir que esto lo hago inconscientemente siempre- Ahora es tu turno de pagarnos con tu ''ayuda'' y ponerte a conseguir unos cuantos peces para comer -miré hacia el agua antes de pasar mi vista hacia Dracmon- Drac, trae todas las hojas y ramas que habías llevado allá, prenderé el fuego -Drac intercambió miradas conmigo y bufó- Buh, ¿Que te crees mi jefe, o algo así? -me crucé de brazos y suspiré, negando con la cabeza- Está bien, no lo hagas, pero sabes que si no ayudas no vas a comer absolutamente nada -su expresión cambió de repente pero mostró los colmillos y me gruñó, ambos seguimos firmes en nuestra posición hasta que el pequeño de piel azul se rindió y, a regañadientes, fue por las cosas que le pedí. Volví mi mirada hacia el pelirrojo- ¿Que estás esperando? Vamos, pesca, ¿O necesitas tu espada para eso? -sonreí de forma burlona, queriendo provocarlo.