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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
La responsabilidad de Tsunomon en juego [Prueba Shiro]
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La responsabilidad de Tsunomon en juego [Prueba Shiro]
Bosques - Mundo Digital
A la hora de la siesta, Jijimon, el encargado de Ciudad de Inicio, dejaba salir a varios grupos de los Digimon más pequeños a jugar por los alrededores, pero siempre bajo la atenta mirada de al menos uno de etapa Rookie para cuidarlos. A pesar de que cerca de esa ciudad todo era muy tranquilo, los peligros siempre existían y por eso salían en grupos de 5 o 6 más un cuidador, tal vez por si alguno se extraviara u ocurría alguna situación similares.
Una vez establecidos los grupos por Jijimon, notaron que uno se había quedado sin líder, esto se debe a que Kunemon que era de los encargados de ese puesto, se había marchado hacía unos días atrás, como la mayoría de los que llegaban a ese nivel.
Pabumon, Puttimon, Nyaromon, Puwamon y Tsunomon eran los que quedaban libres y sin otra opción más que derivar a cada uno de estos a una cuadrilla distinta, el anciano se lo planteó a todos. Pero Tsunomon tenía una idea que para él era mucho mejor que esa, la cual era proponerse como candidato para dirigir el grupo. Al principio no sonaba como algo viable, pero a medida que más y más lo pensaba, Jijimon decidió que sería una buena experiencia para él, además de que hacía mucho que había evolucionado por última vez y por lo tanto era uno de los más grandes. La única condición era que se quedaran muy cerca de ahí, y que el simple sonido de un grito pueda ser escuchado de la ciudad para que alguien acudiera con ayuda.
Al terminar de explicar esto, el jefe de la villa dio la orden para que todos partieran a disfrutar de una bella tarde.
Off: empezarás desde el momento en el que sale de la ciudad a jugar.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: La responsabilidad de Tsunomon en juego [Prueba Shiro]
Partímos de la ciudad momentos despues de que Jijimon me permitiera dirigir el grupo, en mi mente me sentía muy feliz ya que confiaban en mi, sin embargo estaba nervioso ya que era mi primera vez dirigiendo el grupo. En el camino se me ocurrió que podíamos dirigirnos hacia el río, el cual estaba bastante cerca de la ciudad y al parecer a los pequeños les agradaba la idea. Al llegar a río dí las instrucciones de que no se debían acercar a la orilla, ya que podrían caer y ser arrastrados por las corrientes de este. Los pequeños se dirigieron a un area completamente llana y comenzaron a jugar en esta, yo me dirigí a un arbol que se encontraba cerca de donde se encontraban los demas y procedí a reposar junto a este.
-A partir de este momento es mi responsabilidad cuidar de todos ellos, huh?- Los vigilaba cuidadosamente y los reprendía cada vez que se acercaban a la orilla, dirigí mi vista al cielo despues de varios minutos, en él visualicé a varios Piyomon volando, algunos incluso se posaron sobre la copa de unos arboles en la lejanía . Todo era paz y tranquilidad en el area, el viento soplaba de manera agradable y el sonido del río era muy relajante, sentía que era sencillo el trabajo que me encargó Jijimon, cuidar a los pequeños era sencillo, yo no entendía porqué tenía que hacerlo un Rookie. Estaba perdido en mis pensamientos y sin que me diese cuenta una suave lluvia comenzó, a los pocos minutos esta se tornó en una fuerte tormenta, el río comenzó a crecer y a aumentar su fuerza gracias a esta, empecé a preocuparme por los otros ya que seguían jugando bajo la lluvia. -Vengan todos, debemos a regresar a la ciudad!- Ninguno escuchó lo que dije por lo que los dejé jugar un poco mas a pesar de que sabía que era peligroso hacerlo.
Mi mente fué invadida por imagenes de algunos digimon cayendo al agua y siendo arrastrados por ella, me llené de un inmenso terror, mi cuerpo empezaba a temblar ante estas imagenes. -Debemos irnos ahora, es muy peligroso seguir jugando aquí!- Ninguno escuchó, los pequeños se acercaron al río sin darse cuenta mientras jugaban, traté de detenerlos pero mi cuerpo se encontraba paralizado, era posible que las imagenes que invadian mi mente se cumplieran y eso me aterraba..
-A partir de este momento es mi responsabilidad cuidar de todos ellos, huh?- Los vigilaba cuidadosamente y los reprendía cada vez que se acercaban a la orilla, dirigí mi vista al cielo despues de varios minutos, en él visualicé a varios Piyomon volando, algunos incluso se posaron sobre la copa de unos arboles en la lejanía . Todo era paz y tranquilidad en el area, el viento soplaba de manera agradable y el sonido del río era muy relajante, sentía que era sencillo el trabajo que me encargó Jijimon, cuidar a los pequeños era sencillo, yo no entendía porqué tenía que hacerlo un Rookie. Estaba perdido en mis pensamientos y sin que me diese cuenta una suave lluvia comenzó, a los pocos minutos esta se tornó en una fuerte tormenta, el río comenzó a crecer y a aumentar su fuerza gracias a esta, empecé a preocuparme por los otros ya que seguían jugando bajo la lluvia. -Vengan todos, debemos a regresar a la ciudad!- Ninguno escuchó lo que dije por lo que los dejé jugar un poco mas a pesar de que sabía que era peligroso hacerlo.
Mi mente fué invadida por imagenes de algunos digimon cayendo al agua y siendo arrastrados por ella, me llené de un inmenso terror, mi cuerpo empezaba a temblar ante estas imagenes. -Debemos irnos ahora, es muy peligroso seguir jugando aquí!- Ninguno escuchó, los pequeños se acercaron al río sin darse cuenta mientras jugaban, traté de detenerlos pero mi cuerpo se encontraba paralizado, era posible que las imagenes que invadian mi mente se cumplieran y eso me aterraba..
- Invitado
Invitado
Re: La responsabilidad de Tsunomon en juego [Prueba Shiro]
Una vez fuera, Tsunomon como líder, tuvo la grandiosa idea de llevar a los pequeños a jugar cerca del río. Se trataba de un calmo arroyo que cruzaba terreno por detrás de Ciudad de Inicio y desembocaba en un dique unos kilómetros más abajo, era el principal proveedor de agua para los habitantes de esta. También era fuente de comida, ya que proporcionaba alimento en abundantes cantidades, como peces entre otros.
Al poco tiempo de llegar, los más pequeños se fueron a jugar mientras saltaban y corrían por todos lados, metiéndose en los arbustos, jugando a las escondidas, incluso haciendo equilibrio por la orilla del arroyo. Por suerte ninguno cayó en ese entonces, sólo uno que otro susto, pero no pasaba nada más grave. El pequeño Digimon del cuerno llegó a estar sumamente relajado y tranquilo con su tarea en un tiempo. La tarea de la que estaba a cargo, no era nada que él no pudiera controlar. Pero nadie pensaba que las cosas irían empeorando con el transcurrir del tiempo, menos Tsunomon.
Recordaba todo pacífico hacía unos segundos atrás, pero al cerrar y al abrir los ojos una vez más, todo se tornó oscuro y caótico, volviéndose una situación semejante a la de catástrofe natural. El sol que brillaba radiante en su momento, ya no se encontraba más, en su lugar negras nubes presagiando la peor de las tormentas había tomado por la fuerza el firmamento y no se retirarían sin antes dejar una ola de destrucción a su paso. Ya todo el suelo estaba mojado por las gotas pesadas que caían y los árboles se movían salvajemente con el viento, que desprendían hojas y enormes ramas volaban junto con la corriente de aire.
Los Digimon de los que Tsunomon estaba encargado, seguían jugando y riendo a pesar de todo. Él les gritaba para que tuvieran cuidado, pero a pesar de las reiteradas advertencias, sus palabras no eran escuchadas. Y ocurrió lo que más temía, una gran ola del río desbordó arrastrando a los cuatro pequeños a lo que ahora se asemejaba más a un rápido que al calmo arroyo de antes, la sonrisa que tenían dio un giro al transformarse en gritos ahogados de agonía y desesperación. Las pupilas del Digimon bestia estaban contraídas y sentía una fuerte presión en su interior. No podía moverse para ir a ayudar, ni gritar por ayuda tampoco, su ceñida garganta no emitía más que mudos gemidos mientras sus amigos eran llevados a una fosa oscura en donde el agua del rápido caía, hasta que no los vio más.
De repente, ahora se encontraba en la cima del árbol donde estaba descansando, él lo sabía, porque ese árbol tenía una fruta particular con una forma similar a la de un panal de abejas. Desde el árbol tenía un amplio panorama de la Ciudad de Inicio... estaba completamente inundada y casi irreconocible, objetos y pertenencias flotaban por todos lados, como así también los pocos rastros de las casas que habían sido destruidas por el poder de la tormenta. No quedaba nada en pie.
Tsunomon se sentía en un abismo, había perdido todo en cuestión de segundos y sin contar con la posibilidad de haber hecho nada al respecto. Sintió que alguien lo sostuvo de su parte inferior y tiró fuertemente de él, gritando y con los ojos cerrados, caía a lo que creía que era el suelo, pero en su lugar se estaba sumergiendo en el agua a gran velocidad. Luego dos manos lo tomaron por los costados y lo giraron quedando de frente a la forma cadavérica de Jijimon que se hundía más y más. De aspecto descompuesto, con partes faltantes de piel, barba sucia de color mórbido y algunos mechones pegados, más las uñas melladas que se enterraban el la carne de Tsunomon, haciéndole emitir un grito desgarrador lleno de miedo y pavor, soltando todo el aire de sus pulmones y tratando escapar, pero la falta de extremidades se lo imponía. Entre el movimiento del pelo del anciano, una penetrante pupila pálida brilló con la escasa luz que atravesaba el agua, contrastado con un amarillo intenso de su pupila. Abrió la boca y sin mover los labios, el agua resonó:
-Me fallaste, Tsunomon, te confié la responsabilidad del grupo y ahora por tu culpa... todos están muertos-
Sólo un latido pudo escuchar, e hizo que su cuerpo sintiera el golpe y al final, expiró lo último de oxígeno que le quedaba, mientras su vida se fundía con el abismo profundo del río.
-Tsunomon, ¡vamos! ven a jugar con nosotros. Deja de dormir en este día tan lindo. Mira, incluso un par de nubes cubrieron el sol, así que eso ya no es problema-
La dulce Nyaromon y los otros tres pequeñines arrojaban gotitas de agua en la cara de Tsunomon, que abría sus ojos rápidamente. Asustado y con la paranoia del recién levantado, se aseguró de tanto con la vista como con el tacto de que todo estuviera bien, mirando incluso el cielo, el arroyo que llevaba la poco preocupante cantidad de agua que siempre y el árbol que se encontraba atrás suyo. Y suspiró una gran cantidad de aire al empezar entrar en razón de que todo, había pasado sólo en su cabeza.
Al poco tiempo de llegar, los más pequeños se fueron a jugar mientras saltaban y corrían por todos lados, metiéndose en los arbustos, jugando a las escondidas, incluso haciendo equilibrio por la orilla del arroyo. Por suerte ninguno cayó en ese entonces, sólo uno que otro susto, pero no pasaba nada más grave. El pequeño Digimon del cuerno llegó a estar sumamente relajado y tranquilo con su tarea en un tiempo. La tarea de la que estaba a cargo, no era nada que él no pudiera controlar. Pero nadie pensaba que las cosas irían empeorando con el transcurrir del tiempo, menos Tsunomon.
Recordaba todo pacífico hacía unos segundos atrás, pero al cerrar y al abrir los ojos una vez más, todo se tornó oscuro y caótico, volviéndose una situación semejante a la de catástrofe natural. El sol que brillaba radiante en su momento, ya no se encontraba más, en su lugar negras nubes presagiando la peor de las tormentas había tomado por la fuerza el firmamento y no se retirarían sin antes dejar una ola de destrucción a su paso. Ya todo el suelo estaba mojado por las gotas pesadas que caían y los árboles se movían salvajemente con el viento, que desprendían hojas y enormes ramas volaban junto con la corriente de aire.
Los Digimon de los que Tsunomon estaba encargado, seguían jugando y riendo a pesar de todo. Él les gritaba para que tuvieran cuidado, pero a pesar de las reiteradas advertencias, sus palabras no eran escuchadas. Y ocurrió lo que más temía, una gran ola del río desbordó arrastrando a los cuatro pequeños a lo que ahora se asemejaba más a un rápido que al calmo arroyo de antes, la sonrisa que tenían dio un giro al transformarse en gritos ahogados de agonía y desesperación. Las pupilas del Digimon bestia estaban contraídas y sentía una fuerte presión en su interior. No podía moverse para ir a ayudar, ni gritar por ayuda tampoco, su ceñida garganta no emitía más que mudos gemidos mientras sus amigos eran llevados a una fosa oscura en donde el agua del rápido caía, hasta que no los vio más.
De repente, ahora se encontraba en la cima del árbol donde estaba descansando, él lo sabía, porque ese árbol tenía una fruta particular con una forma similar a la de un panal de abejas. Desde el árbol tenía un amplio panorama de la Ciudad de Inicio... estaba completamente inundada y casi irreconocible, objetos y pertenencias flotaban por todos lados, como así también los pocos rastros de las casas que habían sido destruidas por el poder de la tormenta. No quedaba nada en pie.
Tsunomon se sentía en un abismo, había perdido todo en cuestión de segundos y sin contar con la posibilidad de haber hecho nada al respecto. Sintió que alguien lo sostuvo de su parte inferior y tiró fuertemente de él, gritando y con los ojos cerrados, caía a lo que creía que era el suelo, pero en su lugar se estaba sumergiendo en el agua a gran velocidad. Luego dos manos lo tomaron por los costados y lo giraron quedando de frente a la forma cadavérica de Jijimon que se hundía más y más. De aspecto descompuesto, con partes faltantes de piel, barba sucia de color mórbido y algunos mechones pegados, más las uñas melladas que se enterraban el la carne de Tsunomon, haciéndole emitir un grito desgarrador lleno de miedo y pavor, soltando todo el aire de sus pulmones y tratando escapar, pero la falta de extremidades se lo imponía. Entre el movimiento del pelo del anciano, una penetrante pupila pálida brilló con la escasa luz que atravesaba el agua, contrastado con un amarillo intenso de su pupila. Abrió la boca y sin mover los labios, el agua resonó:
-Me fallaste, Tsunomon, te confié la responsabilidad del grupo y ahora por tu culpa... todos están muertos-
Sólo un latido pudo escuchar, e hizo que su cuerpo sintiera el golpe y al final, expiró lo último de oxígeno que le quedaba, mientras su vida se fundía con el abismo profundo del río.
-Tsunomon, ¡vamos! ven a jugar con nosotros. Deja de dormir en este día tan lindo. Mira, incluso un par de nubes cubrieron el sol, así que eso ya no es problema-
La dulce Nyaromon y los otros tres pequeñines arrojaban gotitas de agua en la cara de Tsunomon, que abría sus ojos rápidamente. Asustado y con la paranoia del recién levantado, se aseguró de tanto con la vista como con el tacto de que todo estuviera bien, mirando incluso el cielo, el arroyo que llevaba la poco preocupante cantidad de agua que siempre y el árbol que se encontraba atrás suyo. Y suspiró una gran cantidad de aire al empezar entrar en razón de que todo, había pasado sólo en su cabeza.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: La responsabilidad de Tsunomon en juego [Prueba Shiro]
Sentía la cara humeda despues de despertar pero no le dí mucha importancia a esto, tenía ganas de llorar pero me aguanté. -Que significó esa pesadilla?- Acepté jugar con los demás, cualquier cosa con tal de quitarme esa horrible pesadilla de la mente, miraba el cielo y el pequeño río a la vez que jugaba, me sentía muy intranquilo ya que podría ocurrir aquel incidente en cualquier momento, decidí esperar a que terminaramos de jugar para contarle a Nyaromon de aquella pesadilla, después de todo ella era la segunda mayor en el grupo.
Terminando de jugar me acerqué a Nyaromon algo nervioso. – N-Nyaromon… hay algo de lo que tengo que hablar contigo…- Le conté la causa de mis preocupaciones entre lagrimas, mi cuerpo temblaba del miedo al recordar cada momento, al terminar de contarle me sequé las lagrimas y me dirigí al resto. –Es hora de regresar a la ciudad!-. Todos se reunieron conmigo y Nyaromon para irnos.
Mientras nos dirigíamos a la ciudad traté de olvidar el mal sueño que tuve, no era fácil olvidar como el rio se llevó a los demás y era aun mas difícil para mi olvidar la imagen del cadáver de Jijimon tratando de arrastrarme al fondo del río con el. Una vez en la ciudad fui con Jijimon acompañado por el grupo completo para informarle que todo salió bien, ver a Jijimon me causaba escalofríos, nauseas y nervios, pero aun asi estaba feliz de que siguiera con vida.
Pasó un rato después de haber hablado con Jijimon, yo estaba bajo un árbol al que siempre me acercaba para poder pensar con claridad, me agradaba el silencio que había alrededor de este, pero ese silencio pronto se vió interrumpido por Nyaromon, quien se me acercó y se quedó a mi lado, ninguno de los dos dijo nada durante un rato, pero era obvio que estábamos pensando en aquella pesadilla, traté de hablar pero no tenía ni idea de que decir. Mientras Nyaromon y yo pensábamos unas nubes cubrieron el cielo, en toda la ciudad se podía escuchar a los pequeños decir alegremente que estaba a punto de llover. Al oir eso mi corazón se aceleró…
Terminando de jugar me acerqué a Nyaromon algo nervioso. – N-Nyaromon… hay algo de lo que tengo que hablar contigo…- Le conté la causa de mis preocupaciones entre lagrimas, mi cuerpo temblaba del miedo al recordar cada momento, al terminar de contarle me sequé las lagrimas y me dirigí al resto. –Es hora de regresar a la ciudad!-. Todos se reunieron conmigo y Nyaromon para irnos.
Mientras nos dirigíamos a la ciudad traté de olvidar el mal sueño que tuve, no era fácil olvidar como el rio se llevó a los demás y era aun mas difícil para mi olvidar la imagen del cadáver de Jijimon tratando de arrastrarme al fondo del río con el. Una vez en la ciudad fui con Jijimon acompañado por el grupo completo para informarle que todo salió bien, ver a Jijimon me causaba escalofríos, nauseas y nervios, pero aun asi estaba feliz de que siguiera con vida.
Pasó un rato después de haber hablado con Jijimon, yo estaba bajo un árbol al que siempre me acercaba para poder pensar con claridad, me agradaba el silencio que había alrededor de este, pero ese silencio pronto se vió interrumpido por Nyaromon, quien se me acercó y se quedó a mi lado, ninguno de los dos dijo nada durante un rato, pero era obvio que estábamos pensando en aquella pesadilla, traté de hablar pero no tenía ni idea de que decir. Mientras Nyaromon y yo pensábamos unas nubes cubrieron el cielo, en toda la ciudad se podía escuchar a los pequeños decir alegremente que estaba a punto de llover. Al oir eso mi corazón se aceleró…
- Invitado
Invitado
Re: La responsabilidad de Tsunomon en juego [Prueba Shiro]
-Ohh, al fin llegaron y por suerte todos se encuentran en perfectas condiciones. Espero que se hayan di vertido, y estoy muy orgulloso de ti, Tsunomon. De verdad deposité toda mi confianza y creí que serías capaz de manejar esta situación. Te tendré muy en cuenta para las próximas veces que necesitemos un líder, supongo que no tendrás objeciones ni problemas respecto a eso ¿o sí?-
Tsunomon apenas conseguía mantener firme su postura en frente de Jijimon. Claro que no era fácil por todo aquello que acababa de vivir... o soñar, pero él era fuerte y supo ocultar ese cocktail de emociones que sentía. También fue ayudado por los cumplidos que el anciano supo soltar, debía sentirse orgulloso en el fondo por cumplir sin ningún tipo de inconveniente la pequeña tarea que se le fue encomendada, aún así, guardó la calma y la serenidad.
En los alrededores los Digimon que habían, eran pocos y casi todos de una etapa igual o mayor a la de un Rookie. Algunos encargados de la comida, recolección y cocina; la construcción de inmuebles, tanto de nuevos hogares o almacenes, como también la reparación de estos edificios. Incluso también se reciben visitas con mucha frecuencia, Digimon que logran una estadía momentánea, si bien porque pasaban cerca de ahí, porque querían conocer al menos una vez la famosa ciudad o incluso algunos Digimon que se habían marchado y con el tiempo extrañaron el lugar en el que se criaron y los compañeros que hicieron en su infancia, regresando por medio de ese sentimiento que de una forma u otra los obligaba.
-Lo bueno es que regresaron temprano, son el primer grupo y eso me deja más tranquilo después de todo. Muy bien, los dejaré descansar, de seguro que se cansaron cuidando a los pequeños-
-Señor Jijimon, Koemon se llevó la caja de clavos-
-No, Koemon suelta eso, los clavos no son para comer-
Jijimon dejó a los recién llegados para evitar que Koemon cometiera uno de sus actos... diarios. Este travieso simio al ver que se dirigían hacia el tomó la los clavos, algunos en la mano y otros en la boca, y comenzó a escalar una de las casas que estaba a sus espaldas para luego quedarse ahí en el techo evitando que alguien se acercase, mientras bailaba con sus extremidades rígidas y esa cara, a veces, carente de expresión.
Por otra parte Pabumon, Puwamon y Puttimon, corrían por todos lados, saltaban y seguían jugando a las luchas, parecía que su energía era ilimitada y seguramente seguirían así hasta entrada la noche, cayendo rendidos una vez que sus cuerpos no aguanten un minuto más. A la lejanía, aislado del resto y aun perturbado, se posaba bajo un árbol en silencio, Tsunomon. Recordando todo como si estuviera viendo una película una y otra vez, con imágenes y sensaciones exactas. Nyaromon se acercó por detrás de él con cautela, tratando de no generar exaltaciones. Seguía preocupada por su amigo, pero no encontraba la fuerza o las palabras justas para romper el hielo. O cuando las encontraba y estaba por hablar, al abrir la boca sentía un nudo en la garganta, a último momento pensaba que lo que estaba por decir, no era lo correcto.
Después de varios intentos se dio por vencida, y sólo se limitó a brindar compañía y a contemplar el panorama. La atmósfera era tensa y en la mayoría de los casos, hablar a través del silencio era lo mejor.
En un momento Nyaromon comenzó a girar para ver a Tsunomon, que seguía con los ojos firmes puestos en el cielo, e instantáneamente desvió la mirada hacia un costado. De repente, su corazón comenzó a hacerse sentir con mayor fuerza, aumentando también, la frecuencia de sus latidos. Era probable que no lo notara pero estaba sonrojada y era difícil de ocultarlo cuando el color de su piel contrastaba con ese rosado debajo de sus ojos. Sentía ese impulso en el interior que no iba a poder aguantar ni por un minuto más, era demasiado fuerte, mas todo lo que veía parecía moverse, todo daba vueltas a su alrededor ¿Qué era lo que en realidad le ocurría? Creo que la respuesta... es bastante obvia.
Sólo faltaba el detonante que definiría la verdad, esa sensación única y ambigua en el estómago que le hacía saber a la pequeña Nyaromon, que estaba frente a los primeros signos de enamoramiento.
¿Qué es todo esto? ¿Será que de verdad...? No, no puede ser. Es cierto que algo me llama la atención de Tsunomon, pero... no, no, no, no puedo estar pensando es esto. ¿O será que tal vez estaré...? Jajaja, eso es ridículo yo jamás estuve en una situación como esta. ¡¿Y qué pasa si es esta la primera vez?! Se lo diré de una sola vez y listo ¿Pero qué pasa si me rechaza? E... eso sería muy vergonzoso y tal vez se enoje conmigo, o peor aún, nuestra amistad se podría romper para siempre, no quería que eso pase. Mejor no se lo diré... ¡No! Se lo diré. Tienes que ser fuerte Nyaromon, sólo elige las palabras adecuadas y todo saldrá bien... Mmm, muy bien ya lo tengo.
-E... eh...-
N-n-n-n-no, no puedo hacerlo ¿Por qué tiene que ser tan difícil? ¿Y por qué justo ahora? Pero si aguanto esto un rato más, seguro que moriré. Y muero no se lo podré decir, y si no se lo digo moriré... es un círculo sin fin.
-Tsu... Tsunomon. D-d-d-d-desde hace... tiempo que pienso es... to, y ahora qu-que estoy pensándolo... pienso que debería de... jejeje, decirte que siento... que tu...-
-¡Woooow! Mira esa nube, ¡es enorme!
-Síiii, ¡de seguro lloverá y podremos hacer pelea en el lodo!-
Dos Digimon se advertían que a lo lejos, grandes nubes portadoras de lluvia se aproximaban, y junto con ellas el anochecer que caería de una vez por todas. Esto había desconcentrado a la pequeña enamorada, y todo lo que había planeado, o más bien, lo que estaba improvisando, se esfumó de su cabeza en ese minúsculo lapso de tiempo. Necesitaba salir de esa situación y su mente por fin la ayudó.
-Siento que... pronto comenzará a llover-
No podía sentirse peor, su autoestima y confianza habían quedado por el suelo y sería muy difícil de levantarse.
-Koemon, ¿cuántas veces te dije que no juegues con los martillos? Y por favor, ponte tu ropa de una vez ¡Nadie tiene porque verte desnudo!-
Jijimon estaba parado en la entrada principal, contando los grupos de juego que ya comenzaban a llegar. Al cabo de diez minutos se encontraban todos adentro de la ciudad, cada líder con su respectiva cuadrilla, a excepción de uno, el grupo de Kamemon.
El anciano se paró sobre unos tablones apilados que servían para la construcción ganando un poco de altura y se dirigió a todos.
-¡Atención a todos! Un grupo todavía no regresó de su tiempo de juego, Kamemon es el encargado. Quiero que si dentro de quince minutos ninguno de ellos se haga presente, todos los de nivel Rookie se unan a mi e iremos en su búsqueda, ya que pronto anochecerá y una tormenta cruzará cerca de aquí, esperemos que no se aproxime tanto. ¿Entendido?-
Todos los allí reunidos levantaron sus brazos exclamando un gran "¡Sí!" al unísono. Las palabras de Jijimon eran conocidas por tener cumplirse sí o sí, eran como leyes...
-Koemon, ¡devuélveme mi bastón!-
...excepto para Koemon.
Tsunomon apenas conseguía mantener firme su postura en frente de Jijimon. Claro que no era fácil por todo aquello que acababa de vivir... o soñar, pero él era fuerte y supo ocultar ese cocktail de emociones que sentía. También fue ayudado por los cumplidos que el anciano supo soltar, debía sentirse orgulloso en el fondo por cumplir sin ningún tipo de inconveniente la pequeña tarea que se le fue encomendada, aún así, guardó la calma y la serenidad.
En los alrededores los Digimon que habían, eran pocos y casi todos de una etapa igual o mayor a la de un Rookie. Algunos encargados de la comida, recolección y cocina; la construcción de inmuebles, tanto de nuevos hogares o almacenes, como también la reparación de estos edificios. Incluso también se reciben visitas con mucha frecuencia, Digimon que logran una estadía momentánea, si bien porque pasaban cerca de ahí, porque querían conocer al menos una vez la famosa ciudad o incluso algunos Digimon que se habían marchado y con el tiempo extrañaron el lugar en el que se criaron y los compañeros que hicieron en su infancia, regresando por medio de ese sentimiento que de una forma u otra los obligaba.
-Lo bueno es que regresaron temprano, son el primer grupo y eso me deja más tranquilo después de todo. Muy bien, los dejaré descansar, de seguro que se cansaron cuidando a los pequeños-
-Señor Jijimon, Koemon se llevó la caja de clavos-
-No, Koemon suelta eso, los clavos no son para comer-
Jijimon dejó a los recién llegados para evitar que Koemon cometiera uno de sus actos... diarios. Este travieso simio al ver que se dirigían hacia el tomó la los clavos, algunos en la mano y otros en la boca, y comenzó a escalar una de las casas que estaba a sus espaldas para luego quedarse ahí en el techo evitando que alguien se acercase, mientras bailaba con sus extremidades rígidas y esa cara, a veces, carente de expresión.
Por otra parte Pabumon, Puwamon y Puttimon, corrían por todos lados, saltaban y seguían jugando a las luchas, parecía que su energía era ilimitada y seguramente seguirían así hasta entrada la noche, cayendo rendidos una vez que sus cuerpos no aguanten un minuto más. A la lejanía, aislado del resto y aun perturbado, se posaba bajo un árbol en silencio, Tsunomon. Recordando todo como si estuviera viendo una película una y otra vez, con imágenes y sensaciones exactas. Nyaromon se acercó por detrás de él con cautela, tratando de no generar exaltaciones. Seguía preocupada por su amigo, pero no encontraba la fuerza o las palabras justas para romper el hielo. O cuando las encontraba y estaba por hablar, al abrir la boca sentía un nudo en la garganta, a último momento pensaba que lo que estaba por decir, no era lo correcto.
Después de varios intentos se dio por vencida, y sólo se limitó a brindar compañía y a contemplar el panorama. La atmósfera era tensa y en la mayoría de los casos, hablar a través del silencio era lo mejor.
En un momento Nyaromon comenzó a girar para ver a Tsunomon, que seguía con los ojos firmes puestos en el cielo, e instantáneamente desvió la mirada hacia un costado. De repente, su corazón comenzó a hacerse sentir con mayor fuerza, aumentando también, la frecuencia de sus latidos. Era probable que no lo notara pero estaba sonrojada y era difícil de ocultarlo cuando el color de su piel contrastaba con ese rosado debajo de sus ojos. Sentía ese impulso en el interior que no iba a poder aguantar ni por un minuto más, era demasiado fuerte, mas todo lo que veía parecía moverse, todo daba vueltas a su alrededor ¿Qué era lo que en realidad le ocurría? Creo que la respuesta... es bastante obvia.
Sólo faltaba el detonante que definiría la verdad, esa sensación única y ambigua en el estómago que le hacía saber a la pequeña Nyaromon, que estaba frente a los primeros signos de enamoramiento.
¿Qué es todo esto? ¿Será que de verdad...? No, no puede ser. Es cierto que algo me llama la atención de Tsunomon, pero... no, no, no, no puedo estar pensando es esto. ¿O será que tal vez estaré...? Jajaja, eso es ridículo yo jamás estuve en una situación como esta. ¡¿Y qué pasa si es esta la primera vez?! Se lo diré de una sola vez y listo ¿Pero qué pasa si me rechaza? E... eso sería muy vergonzoso y tal vez se enoje conmigo, o peor aún, nuestra amistad se podría romper para siempre, no quería que eso pase. Mejor no se lo diré... ¡No! Se lo diré. Tienes que ser fuerte Nyaromon, sólo elige las palabras adecuadas y todo saldrá bien... Mmm, muy bien ya lo tengo.
-E... eh...-
N-n-n-n-no, no puedo hacerlo ¿Por qué tiene que ser tan difícil? ¿Y por qué justo ahora? Pero si aguanto esto un rato más, seguro que moriré. Y muero no se lo podré decir, y si no se lo digo moriré... es un círculo sin fin.
-Tsu... Tsunomon. D-d-d-d-desde hace... tiempo que pienso es... to, y ahora qu-que estoy pensándolo... pienso que debería de... jejeje, decirte que siento... que tu...-
-¡Woooow! Mira esa nube, ¡es enorme!
-Síiii, ¡de seguro lloverá y podremos hacer pelea en el lodo!-
Dos Digimon se advertían que a lo lejos, grandes nubes portadoras de lluvia se aproximaban, y junto con ellas el anochecer que caería de una vez por todas. Esto había desconcentrado a la pequeña enamorada, y todo lo que había planeado, o más bien, lo que estaba improvisando, se esfumó de su cabeza en ese minúsculo lapso de tiempo. Necesitaba salir de esa situación y su mente por fin la ayudó.
-Siento que... pronto comenzará a llover-
No podía sentirse peor, su autoestima y confianza habían quedado por el suelo y sería muy difícil de levantarse.
-Koemon, ¿cuántas veces te dije que no juegues con los martillos? Y por favor, ponte tu ropa de una vez ¡Nadie tiene porque verte desnudo!-
Jijimon estaba parado en la entrada principal, contando los grupos de juego que ya comenzaban a llegar. Al cabo de diez minutos se encontraban todos adentro de la ciudad, cada líder con su respectiva cuadrilla, a excepción de uno, el grupo de Kamemon.
El anciano se paró sobre unos tablones apilados que servían para la construcción ganando un poco de altura y se dirigió a todos.
-¡Atención a todos! Un grupo todavía no regresó de su tiempo de juego, Kamemon es el encargado. Quiero que si dentro de quince minutos ninguno de ellos se haga presente, todos los de nivel Rookie se unan a mi e iremos en su búsqueda, ya que pronto anochecerá y una tormenta cruzará cerca de aquí, esperemos que no se aproxime tanto. ¿Entendido?-
Todos los allí reunidos levantaron sus brazos exclamando un gran "¡Sí!" al unísono. Las palabras de Jijimon eran conocidas por tener cumplirse sí o sí, eran como leyes...
-Koemon, ¡devuélveme mi bastón!-
...excepto para Koemon.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :253Nivel On Rol :UltimateInventario :
Ed Elric
Re: La responsabilidad de Tsunomon en juego [Prueba Shiro]
Despues de haber pensado tanto en aquella pesadilla logré convenserme de que no era mas que eso, una simple pesadilla, aparté mi vista del cielo y la dirigí hacia Nyaromon, quien estaba al lado mio, su rostro se notaba colorado.
Oye, tienes fiebre o algo?
Fué una pregunta estupida, todos aquellos que nos vieron en ese momento se dieron cuenta de lo que sucedía, menos yo. Pronto toda la ciudad se llenó de los gritos de Jijimon, el cual estaba pasando un muy mal rato gracias a Koemon. Koemon tenía fama de ser el payaso de la ciudad por asi decirlo, siempre haciendo reir a los bebes y haciendo enfadar al pobre y viejo Jijimon. Poco despues de aquello Jijimon empezó un conteo de grupos en la puerta principal, al parecer estaban todos menos el grupo de Kamemon, en ese instante Jijimon se situó sobre algunos materiales para construcción, lo cual le hizo ganar altura. Empezó a ordenarle a todos los digimon de nivel Rookie o superior que se reunieran con el para salir en la búsqueda del grupo extraviado.
Me gustaría ayudar a buscarlos, pero se que Jijimon no me dejará por ser un simple bebé. Maldición, desearía ser un Rookie
Mi frustración era muy grande en ese momento, el sentimiento de no poder ayudar me invadía, Los gritos de Jijimon volvieron a invadir la ciudad, Koemon le había quitado su bastón por alguna razón.
Es mi oportunidad!
Todos estaban distraídos gracias a Koemon, no iba a ocurrir nada bueno si me descubrían intentando salir en ese momento, ya estando seguro de que no había nadie decidí salir de la ciudad silenciosamente. En las afueras de la ciudad se podía oir el llanto de varios digimon, era un tanto aterrador pero aun así decidí dirigirme al lugar de donde este provenía, el río.
Al llegar al río me dí cuenta de que varios digimon bebé estaban llorando por alguna razón
Por qué lloran? Pero mas importante aun, Que es eso?
Los datos de algo estaban volando, me acerqué a el lugar de donde estos provenían solo para encontrarme con una sorpresa.
KAMEMON! QUE TE SUCEDIÓ!?
Solo quedaba la mitad de su cuerpo, la otra mitad ya se había convertido en datos, estaba un poco alterado ya que desconocía quien podría haber causado aquello. Un grito salió de la nada, dirigí mi mirada en la dirección de donde salió aquel grito.
Nyaromon! Que haces aquí? Por qué me seguiste!?
Oye, tienes fiebre o algo?
Fué una pregunta estupida, todos aquellos que nos vieron en ese momento se dieron cuenta de lo que sucedía, menos yo. Pronto toda la ciudad se llenó de los gritos de Jijimon, el cual estaba pasando un muy mal rato gracias a Koemon. Koemon tenía fama de ser el payaso de la ciudad por asi decirlo, siempre haciendo reir a los bebes y haciendo enfadar al pobre y viejo Jijimon. Poco despues de aquello Jijimon empezó un conteo de grupos en la puerta principal, al parecer estaban todos menos el grupo de Kamemon, en ese instante Jijimon se situó sobre algunos materiales para construcción, lo cual le hizo ganar altura. Empezó a ordenarle a todos los digimon de nivel Rookie o superior que se reunieran con el para salir en la búsqueda del grupo extraviado.
Me gustaría ayudar a buscarlos, pero se que Jijimon no me dejará por ser un simple bebé. Maldición, desearía ser un Rookie
Mi frustración era muy grande en ese momento, el sentimiento de no poder ayudar me invadía, Los gritos de Jijimon volvieron a invadir la ciudad, Koemon le había quitado su bastón por alguna razón.
Es mi oportunidad!
Todos estaban distraídos gracias a Koemon, no iba a ocurrir nada bueno si me descubrían intentando salir en ese momento, ya estando seguro de que no había nadie decidí salir de la ciudad silenciosamente. En las afueras de la ciudad se podía oir el llanto de varios digimon, era un tanto aterrador pero aun así decidí dirigirme al lugar de donde este provenía, el río.
Al llegar al río me dí cuenta de que varios digimon bebé estaban llorando por alguna razón
Por qué lloran? Pero mas importante aun, Que es eso?
Los datos de algo estaban volando, me acerqué a el lugar de donde estos provenían solo para encontrarme con una sorpresa.
KAMEMON! QUE TE SUCEDIÓ!?
Solo quedaba la mitad de su cuerpo, la otra mitad ya se había convertido en datos, estaba un poco alterado ya que desconocía quien podría haber causado aquello. Un grito salió de la nada, dirigí mi mirada en la dirección de donde salió aquel grito.
Nyaromon! Que haces aquí? Por qué me seguiste!?
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