Solo era un paseo...[Priv.Yuu//Jake]

por Akira Ryunosuke Jue Oct 03, 2013 4:50 am

¿Cómo me había metido en una situación así? ah claro, yo había insistido en esto, sí, prácticamente había obligado a mi compañero a venir, solté un suspiro pesado. Hoy por la mañana por un motivo u otro durante el desayuno, con mis padres ausentes como de costumbre, habíamos terminado hablando sobre el digimundo, aun cuando no era la primera vez que hablábamos sobre eso así como tampoco era la primera vez que le pedía a mi compañero ir a aquel lugar pero esta vez fue diferente, pues la pequeña masita café termino aceptando ir de una vez por todas. "Es peligroso y no tenemos necesidad de ir allí" Era su respuesta habitual, sin embargo se había doblegado ante mi terca insistencia y esta vez nos íbamos directito al mundo digital, me atrevía a decir que incluso estaba un "poquito" orgullosa de mi misma por convencerlo.

El digimundo era genial, al menos a mí me fascinaba de sobremanera, había grandes campos, lagos, bosques, de todo, era maravilloso, pero a mi pequeño chocomon no le gustaba del todo la idea. Pasamos las primeras horas jugueteando por ahí, hasta que nos topamos con un enorme bosque que tenía pinta de ser interminable...sonreí con determinación y sin preguntarle siquiera a mi amigo comencé a adentrarme en este, obviamente él se quejó y no hacía más que gritar razones por las que teníamos que volver, pero yo simplemente me dedique a ignorarlo y seguir avanzando, grave error.

Por alguna razón por lo regular cuando no escuchaba a mi digimon terminaba metida en un lio, y justo ahora me acababa de meter en otro...-Nos perdimos-la obvia aclaración de mi chocomon provoco un leve "tic" en mi ceja, sonreí tratando de parecer confiada-P-por supuesto que no-él solo suspiro con pesadez, no lo iba a admitir, pero tal vez...solo tal vez...si estábamos perdidos. Seguimos caminando un par de horas más pero nada... negué bruscamente con la cabeza y apreté los puños, estaba frustrada, con un suspiro resignado me deje caer al suelo, sentándome bajo un árbol estaba incluso un poco sonrojada por haberme extraviado... menos mal el único presente era mi mejor amigo...

por Invitado Jue Oct 03, 2013 6:57 am

¿Como es que se encontraba en una situación tan peliaguda? Era la pregunta que rondaba por la amplia mente del joven inexpresivo conocido como Kazami Yuuji. Tan repentino y a la vez tan incomodo como un trueno durante la tranquilidad de una noche lluviosa, el muchacho imberbe repentinamente se encontraba en un lugar desconocido para su persona. De la cómoda y cálida sala de estar de su modesto departamento al frío y humedo ambiente de un bosque irreconocible: en verdad el cambio de escenario era todo menos insignificante. La persona corriente no hubiera podido evitar ser presa del pánico, sino la locura. Pero aquí se habla de una persona que de ninguna manera podía encajar dentro del espectro de tal calificativo. El podía ser todo -excéntrico, extravagante, original, peculiar, singular- todo menos "corriente, común, ordinario" o alguna palabra símil. Además, le acompañaba una extraña criatura de fantasía que, al parecer, si era familiar con el nuevo escenario en el que se encontraban.

- Digital World ... - Musitó solo para ambos presentes, la misteriosa criatura que se encontraba en la cima de la cabeza del joven de cabellos oscuros. No era la primera vez que oía la palabra; la había escuchado con anterioridad de los propios labios del peludo ente. Historias, Leyendas, anécdotas... en verdad no eran muchas ni variadas; pero la cantidad narrada era suficiente para darle una idea de la magnitud de tan misterioso mundo -y también le había dado a entender que su conocimiento era amplio, para ser alguien de tan minúsculo tamaño comparable con el de un bebe.
El joven no dijo palabra alguna, ni provocó ruido alguno. Observar, simplemente se limitó a una mera vital acción, con el único objetivo de reconocer cada detalle que podía percibir del bosque; todo mientras intentaba soportar el frió de su nuevo ambiente -después de todo, solo se encontraba vistiendo ropajes ligeros comparables con los de un turista durante un día de playa en verano.
No tardó en su acto de reconocimiento del lugar. En verdad se trataba de un bosque frondoso, lleno de verde más que marrón o azul. Encontrar una salida sería en verdad dificultoso, mas para su suerte no imposible. Era en estos momentos de surrealismo que el joven sentía gratitud frente a su ya fallecida "maestra", por darle un estilo de vida digna de un protagonista de entelequía.

Empezó a caminar, siguiendo lo que sería un "rastro animal" -o posiblemente un "rastro Digimon" dadas las circunstancias- siempre dejando "marcas" en diferentes partes del lugar. Afortunado él de poseer conocimientos de supervivencia. No se distrajo en apreciar la belleza del paisaje -que digna de apreciarse era en verdad- pues más preocupado estaba en regresar a su hogar; y el primer paso para lograr su objetivo sería -inevitablemente- salir del lugar.
Sorpresa sería lo que encontraría al final del trayecto: Una humana adolescente y otra de esas extrañas criaturas que "Digimon" se hacían llamar. Sentados bajo un árbol se encontraban ¿Acaso perdidos también estaban? Solo podía conjeturar; y si tan curioso estaba siempre podía preguntar -total, en peor situación no podían estar. A paso ligero, tan ligero que ni el ruido de las hojas resquebrajándose era siquiera audible, se acercaba el joven a su reciente hallazgo. Siempre cauteloso, con la guardia arriba, era como se movía. Precaución ante todo era su lema, después de todo.
No tenía la obligación de su ayuda ofrecer; pero era lo que había encontrado siguiendo lo que podía ser su única esperanza de una posible salida. Algo de provecho tenía que obtener de todo esto; y por supuesto no se rebajaría al nivel de un cuatrero. Y así, en lo que dura un minuto, el joven de cabellos relativamente largos se encontraba frente a la damisela y su criatura de ensueño.

por Invitado Jue Oct 03, 2013 5:19 pm

El bosque parecía no tener fin, cada árbol era distinto al otro pero al mismo tiempo igual al anterior, varias veces había pasado por zonas con los mismos árboles puestos en la misma posición ¿O acaso era todo una jugarreta de su mente? Daba igual si caminaba en círculos o si había logrado avanzar kilómetros sin siquiera salir del bosque, lo único que podía hacer era caminar, seguir caminando esperando que por fin pudiese salir de aquel hermoso lugar que pronto se volvería un infierno. Encontrar el fin de los árboles y el comienzo de la civilización era más complicado de lo que parecía, el bosque parecía nunca tener fin y ya empezaba a creer eso, sin embargo había algo que le hacía mantener la cordura. Aquella esfera detrás suyo aún lo seguía, no iba a permitirse que tuviese una mirada de satisfacción por verlo con miedo o dudoso, tenía que mantenerse calmado como si tuviese la situación bajo control. Los saltos que daba el digimon de vez en cuando rompían una rama o aplastaban hojas, esos ruidos le hacían saber que seguía detrás suyo y le daba una cierta tranquilidad por algún motivo. Era como si de ese modo fuese capaz de sentir que la uniesfera sabía que se estaba dirigiendo hacia algún lado y que no era un lado con peligro ya que si no saldría rebotando o algo similar.

De un momento a otro fue capaz de reconocer lo que temía, había visto esos árboles antes. Desconocía como se llamaban, que frutos daban si es que daban, solo sabía que los había visto antes. No sabía si los había visto hace unas horas o unos minutos, pero aquellos árboles le resultaban conocidos, demasiado conocidos. Se frenó en el lugar y se quedó observando aquellos árboles durante unos segundos, como si admirase las hojas que les crecían - No tienes ni la más mínima idea de donde estas, no? - Habló en segunda persona en un intento de decir implícitamente que él no estaba perdido si no que el que lo estaba era Tsunomon. El digimon al escuchar las palabras del que luego sería su tamer se escondió detrás de un arbusto tratando de que este no fuese capaz de observarlo, ni siquiera tenía que hacerlo, por los pequeños sonidos que hacía era capaz de saber que se encontraba allí. Pasaron unos minutos en los cuales hubo silencio, ninguno de los 2 dijo palabra alguna, ninguno de los 2 se movió de su posición hasta que el peliblanco habló de nuevo harto de perder tiempo en el silencio - Respóndeme... Tsuno... ¿Era Tsunomon, no? -

- No estoy perdido - otros segundos sin que ninguno hablase, al parecer podían comunicarse con silencios o algo similar por que ninguno hablaba por largos periodos de tiempo en aquella pequeña discusión. Finalmente el digimon no pudo aguantar más su mentira y prácticamente escupió la verdad - Está bien, no tengo ni la más mínima idea de donde estamos. ¿Feliz? - "estamos", esa palabra le molestó, representaba que ambos estaban perdidos y no solo que el digimon lo estaba. Era como si con esa simple palabra revelase todas las inseguridades del boxeador que trataba de no demostrar ninguna emoción y que por el momento estaba bien en su intento de no hacer nada. No cambió su rostro, de serio siguió a serio, posó su mano derecha sobre un tronco y comenzó a caminar hacia la derecha tratando de ir a otro lugar como si con eso fuese capaz de encontrar la salida al interminable bosque.

Colocó ambas manos en los bolsillos y siguió su camino, se reanudó lo de antes, el peliblanco caminando y el digimon dando saltos detrás suyo tratando de que no lo percibiese aunque eso le resultaba imposible. La uniesfera no era demasiado buena ocultando su presencia pero el peliblanco parecía ignorar este hecho como si realmente no fuese capaz de saber que estaba ahí aunque prácticamente podía calcular la distancia exacta en la cual se encontraba. Otros minutos más y el bolsillo en el cual tenía la mano izquierda comenzó a brillar, sacó dicha mano del bolsillo y observó como lo que brillaba era aquel extraño dispositivo similar a una gameboy advance - Qué?... - Tomó el artefacto y antes de que lograse apuntarlo a su rostro una especie de radar fue proyectado desde el digivice hacia arriba. Era como los típicos radares de las películas de barcos, habían 3 puntos brillantes en aquel "mapa" si es que así podía decirle a un círculo proyectado. 1 de esos puntos podía deducir que era él ya que estaba en el medio del circulo pero habían 2 más, los 2 puntos brillantes estaban cerca del otro como si fueran 2 personas hablándose entre si. Sea lo que fuese iría hacia ahí para ver si eran humanos y si podía ir a preguntarles como salir de aquel bosque y volver a Osaka.

Off:

por Akira Ryunosuke Jue Oct 03, 2013 11:03 pm

Abrazaba de forma aprensiva mis piernas, no sabía cuánto tiempo llevaba sentada ahí, Chocomon estaba sobre mi cabeza sin decir una sola palabra, sospechaba que tal vez se había quedado dormido, suspire escondiendo el rostro en mis rodillas, habíamos caminado demasiado y seguramente tendríamos que caminar más, por eso estaba aún sentada aquí, descansaba un rato para después seguir caminando, chasquee los dientes para mí misma, tenía que perderme... estaba enfadada, frustrada y con ese vació que te deja en el pecho la impotencia de no poder hacer nada. Pero estar enojada y regañare a mí misma no servía de nada ahora, seguro saldríamos de esta, no pasaría de ser una expedición fallida al bosque, tal vez hasta nos reiríamos de esto en algún momento del futuro. Suspire y con el rostro aun recargado en mis rodillas cerré los ojos, tal vez si dormía un poco podría pensar todo más claro.

-Akii-No logre conciliar el sueño cuando la voz de mi digimon me hizo dar un leve respingo, "genial, un digimon" fue mi primer pensamiento al oír la voz de mi compañero, pero al alzar la mirada me encontré con algo que en definitiva no me esperaba en lo más mínimo, un humano, siendo precisa un chico de cabellos y mirada negros como la noche, me levante de inmediato, un tanto nerviosa. Sabia de por más que no era la única humana relacionada con digimon, sin embargo nunca había tratado directamente con ninguno, no sabia que querían, eso me ponía nerviosa y por lo tanto a la defensiva, aunque claro, era muy raro que yo no estuviese a la defensiva o comportándome de forma hostil o huraña.

Chocomon había bajado de mi cabeza al levantarme y ahora se encontraba frente a mi, mirando con curiosidad al chico y al digimon que lo acompañaba, yo por otro lado los miraba de forma indiferente y fría-Tsk, ¿Y ustedes de donde salieron?- me cruce de brazos-¿Qué quieren?-le hablaba de forma arrogante y hostil, mirándoles ahora de la misma forma, mi digimon me miro unos momentos-A-akii...no seas así, ellos podrían echarnos una mano-dijo casi como si se disculpara con los recién llegados, crispe la mirada con un leve sonrojo haciéndose presente en mis mejillas, n-no quería que ese desconocido supiera que estábamos perdidos-¿A-a que te refieres? ¿a-ayudarnos? p-pero si no necesitamos ningún tipo de ayuda...-me crucé de brazos y desvié la mirada a un costado.

por Invitado Vie Oct 04, 2013 4:27 am

Impasibilidad, Apatía, Indolencia. Desprecio, Displicencia, Frialdad. Pura Indiferencia y Agresividad. Esas fueron las emociones que a su notable el presente percibía eran transmitidas en un principio por la damisela recién descubierta. No podía decir que no esperaba tal reacción; había invadido después de todo su espacio de probable comodidad con su infame y nada correcta presencia -vamos, que andaba vestido como un inconsciente turista en una zona costera. Tampoco es que algo pudiera hacer; que repentino e inesperado su transporte a tan misterioso bosque fue en verdad. Tranquilo en su sala se encontraba; navegando en el Internet mediante un portátil era como disfrutaba su corta estancia. Ni tiempo siquiera tuvo él para arreglar su usualmente impoluta cabellera. De todas maneras, aquella actitud lo hubiera tomado de afrenta, de no ser por el posterior rubor que en las mejillas de la presente emergió. Solo orgullo, fue lo que él asumió.
Por otro lado, cual curiosa e inusual antítesis, quien el joven asumía era su acompañante -aquella criatura quimérica de predominante marrón- se mostraba con una actitud más afable y abierta; lo más semejante a una cálida bienvenida a su inesperada llegada. Si acaso esperaban tener una discusión efectiva y política, quizá era a él -o acaso era ella; ¿siquiera estas criaturas podían diferenciarse por género?- a quien debían recurrir. "La voz de la razón", quizá era como debía designarlo de ahora en adelante.

El joven de cabellos oscuros como el vació solo se molesto en observar -por el lapso de un simple pero suficiente minuto- la situación de los presentes. Luego, siendo el proseguimiento natural, procedió a analizar la información recibida por su sentido de la percepción. Clamaban los presentes -o mejor dicho, solo la joven humana- que ayuda no necesitaban. Que por si solos bastaban, para sus problemas resolver. ¿Inconscientes de su situación acaso eran? El sabía que la respuesta era un "no"; el rubor en sus mejillas eran testamento suficiente de que todo solo era una cuestión de orgullo y tozudez.
Se limitó a extender la mano; como un gesto de amabilidad y consideración.

- Kazami Yuuji - Dijo simple y cortante; de un tono formal pero indiferente. Una presentación de apariencia profesional; como una frase repetida en ocasiones innumerables. Al mismo tiempo, su característica y forzada sonrisa tomaba forma en su rostro. Forzada ciertamente, mas no por intenciones artificiales o cuestionables. Una larga historia en verdad al respecto existe, pero este no era el lugar ni el momento de rememorar algo tan trivial.
- Si ayuda es lo que necesitan, podemos serles de servicio - No era un acto de amabilidad -o al menos, el no lo reconocería como tal. Era un momento de necesidad, y el grupo ajeno al presente podía brindarles información relevante, vital para una salida encontrar. Tampoco se trataba de un acto de egoísmo; mas bien de un acto de pura y modesta reciprocidad. Ellos se beneficiaban; y beneficiaban a sus benefactores. Un claro acto de cooperación mutua; de simbiosis social.
El muchacho cerraba los ojos mientras articulaba sus palabras; a la par que se agachaba y extendía su mano en gesto de cordial invitación. Su oración no iba dirigida en exclusividad a la joven humana; invitaban a la criatura desconocida por igual.

Off-Rol:

por Invitado Vie Oct 04, 2013 11:02 pm

Sin duda alguna el artefacto era un radar, caminados unos 10 pasos la posición de los puntos se modificó levemente, unos pocos centímetros que al parecer serían la unidad de medición de aquel objeto extraño. Las 2 figuras no parecían moverse ya que la distancia entre ellas seguía siendo la misma, eso le dejaba en claro que no habían captado su presencia y que posiblemente ambas personas mantenían su conversación. Caminaba lentamente y sin apuro, manteniendo el mismo paso que había utilizado antes para, de ese modo, indicarle a su uniesfera que tenía todo controlado y que sabía que eso iba a pasar desde un principio - ¿Qué es eso? - Tsunomon dio un salto ridículamente grande para su tamaño, como si fuese una pulga, cayendo sobre la cabeza del muchacho de cabellos blancos y observando el radar en 3D que se proyectaba desde el digivice de Jake. El boxeador mantuvo su rostro serio solo que dejó de acercarse a los 2 puntos frenando de un momento a otro. Seguía teniendo ese aire de calma que le resultaba simple mantener aunque estaba realmente molesto ante el comportamiento de la uniesfera.

Se dio cuenta de que su peso no era demasiado, era un pequeño detalle que indicaba que no estaba hecho de acero, al haberlo golpeado había sentido como si golpease piel y al pincharse había sentido el cuerno duro. Todo indicaba que era un ser vivo, además emanaba un extraño calor al tocar a Jake similar al que hacían los animales. El muchacho de ojos violetas dio un pequeño suspiro mientras inclinaba la cabeza hacia atrás, de ese modo logró ver el cielo, bueno, un poco de cielo entre las hojas de los árboles. Al mismo tiempo con ese movimiento el digimon cayó al suelo al no poder mantenerse estable por la inclinación de la cabeza de su tamer - Eres molesto... ¿Sabes?... Es un radar... - hablaba con pausas para tratar de molestar a su compañero el cual no dijo nada tampoco, no viéndose afectado por las palabras de Jake para nada. Una vez terminada su frase continuó su marcha hacia las 2 posibles personas mientras apretaba unos botones del aparato. Ya fuese por que tenía demasiada suerte o por que el artefacto se movía de acuerdo a lo que el usuario quería, el radar desapareció y la pantalla del dispositivo extraño se apagó. Guardó el mismo en un bolsillo y dejó la mano en el mismo para posteriormente guardar la otra mano en el otro bolsillo y seguir caminando.

Un minuto de caminata y ya lograba observar a la distancia a las 2 personas, solo algunos colores que le indicaban eso pero de todos modos le servía - Lamento interrumpir... - simples modales, algo raro en él pero entendía la posición en la cual se encontraba, no sería prudente comportarse de una manera que pudiese terminar en que esas personas no lo ayudasen a escapar. Movió unas hojas despejándolas de su camino y dio un paso hacia delante pasando unos arbustos y quedando en un lugar con pocos árboles, como si el crecimiento de estos se hubiese visto entorpecido por motivos diversos. Ya habiendo salido de la parte más frondosa del bosque fue capaz de observar completamente a las 2 personas las cuales al parecer también tenían aquellos bichos extraños. El hombre tenía una uniesfera sobre la cabeza y la mujer un bicho raro de color negro que parecía la convinación entre un peluche y una babosa. La imagen de la mujer era algo normal, cabellos verdes, ropa normal, parecía levemente sonrojada aunque podía ser la imaginación del peliblanco. El hombre al parecer tenía un pésimo sentido de la moda si es que podía llamarsele así al sentido común. Este último trataba de darle la mano a la mujer como si quisiera levantarla o por lo menos eso fue lo que el peliblanco conjeturó. Trató de ignorar esto y seguir hablando antes de dejarles tiempos para responder a aquellos 2 individuos así que rápidamente declaró el motivo de la interrupción a sus posibles prácticas amorosas sin siquiera presentarse.

- Bueno, seré rápido, ¿Como m**** hago para salir de este bosque? - A pesar de intentar contenerse, su él normal era demasiado fuerte y le había ganado al Jake caballeroso por lo cual había hablado como haría normalmente y no como debería hacerlo a la gente que posiblemente fuese capaz de salvarle la vida. Se dio cuenta de que esa no era su única pregunta, tenía demasiadas preguntas en la mente pero se concentró en una sola ya que el resto no importaban tanto - Y, luego de salir, ¿Qué debo hacer para ir a Osaka? - el digimon no tardó en saltar revelando su posición y volviendo a posicionarse sobre la cabeza de Jake el cual al igual que la otra vez decidió ignorarlo y mantenerse más calmado que lo que estaba antes. Habló rápidamente, con ese tono infantil y juguetón que al parecer era natural en él - ¡¡Sabía que estabas perdido!! - La sonrisa de satisfacción en el rostro de la uniesfera, aunque no era capaz de observarla sabía que la tenía, aquella sonrisa que demostraba que había perdido. Pero no, todavía no había perdido su pequeño juego mental con el digimon, quedaba una cosa que pudiese hacer - Cállate, por lo menos yo hago algo para que salgamos de aquí, maldito insecto - el Tsunomon no dio un salto hacia delante como si esperase esta vez que su tamer no hiciese nada. Simplemente se quedó observando al otro digimon que al parecer también encontraba la cabeza de un humano como un lugar cómodo.

por Akira Ryunosuke Sáb Oct 05, 2013 7:33 am

Clave la mirada en el joven cuando se presento, si era sincera, Chocomon tenia razón, probablemente podia ser de ayuda hablar con e joven y su digimon, pero mi orgullo, al menos por el momento, pesaba demasiado como para aceptar así como así, además... si veía mejor al chico... su ropa... no era lo más usual ver a alguien vestido de esa forma. Guarde silencio un momento, sin dejar de mirarle hasta que finalmente solté un suspiro-Ryunosuke Akira-estaba a punto de darle la mano cuando inconscientemente vi su pecho descubierto, tenia varias marcas...obviamente cicatrices... varios pensamientos pasaron por mi mente en ese momento, me provocaba cierta desconfianza pero a la vez cierto sentimiento de curiosidad, después de todo, no por tener cicatrices se tenia que haber hecho algo malo, aun así no pensaba bajar la guardia. Pero justo en ese instante me di cuenta de que llevaba unos momentos con la vista fija en su pecho, un tono rojizo más intenso que el de hacia unos momentos se apodero de mi rostro, baje de golpe la mano con la que iba a sujetar la suya y desvié la mirada-¿N-no oíste? justo dije que no queríamos ayuda- me cruce de brazos, en parte para que viese que no tenia intención de saludarle con la mano, ya no al menos.

Si ya me parecía extraño haberme encontrado con un chico, mi sorpresa fue aun mayor cuando un segundo joven apareció... acompañado también de un pequeño monstruo digital. Le mire de forma fría-¡hmp!- hice esa exclamación con la garganta ante sus palabras para luego continuar hablando-Si vas a pedir un favor al menos pídelo correctamente-dije con arrogancia viéndole ahora con indiferencia. Su digimon, parecido al del chico que se había presentado como Kazami Yuuji exclamo con entusiasmo que se habían perdido...así que ellos también... claro que yo no iba a admitirlo, pensaba quedarme guardando las apariencias tanto como fuera posi... -¿Ustedes también se perdieron entonces?-Mi digimon hablo como si nada, con ese tono amable tan natural en el, no dije una palabra entonces y un silencio incomodo se apodero del ambiente.

Entonces Chocomon volvió a hablar-Si estamos todos perdidos ¿no seria bueno tratar de buscar la salida juntos?-propuso de forma alegre y amable, por un momento no dije nada, mantenía la mirada lejos de cualquiera de los chicos, fue hasta después de unos momentos que me decidí a musitar entre dientes, de forma apenas audible-P-por mi esta bien-dije mirando a ambos chicos y sus digimon, si se negaban... le reclamaría a Chocomon por hacerme quedar en ridículo. No era que enserio quisiese pasar el rato con ellos, por supuesto que no, pero en nuestra situación... no teníamos demasiadas opciones que digamos.

por Invitado Dom Oct 06, 2013 8:01 am

Rubor. Una palabra que intenta definir el enrojecimiento de la piel en el rostro en respuesta a un estimulo dado, a menudo emocional. Usualmente asociado a ciertas emociones asociadas con la ansiedad como la vergüenza, la culpa, el nerviosismo. Incluso relacionado a sentimientos tan abstractos como el enamoramiento. Varias causas, varias definiciones. Sea cual haya sido el caso, el joven definitivamente no esperaba que el repentino enrojecimiento de la joven estuviese asociado con el caso al final mencionado.

La joven había dado su nombre -Ryunosuke Akira- más no había dado respuesta a la invitación que el joven de cabellos oscuros había ofrecido con la mayor cordialidad que le resultaba posible. Un evento en verdad extraño, considerando su usualmente huraña personalidad ante cualquiera que podía considerar un extraño. Quizá se veía impulsado a tratar al sexo opuesto con una mayor amabilidad debido a las experiencias de su pasado. O quizá era por un mero capricho de caballerosidad. La razón poco importaba en verdad, que al final ni el mismo la respuesta comprendía.
El joven esperaba una respuesta, y en menos de lo que dura el lapso de un minuto, la paciencia del joven se había acabado. Abrió su afilada mirada lo suficiente para observar a la presente, pero a la vez lo suficiente para no aparentar un cambio en su estado de espera.
Había percibido un rubor mayor en el rostro de la joven. No podía decir cual era la razón, y tiempo de pensarla no tubo tampoco. La joven respondería la invitación del joven con un rechazo. Un rechazo simple y cortante; de no ser por el ligero balbuceo que invadió la apertura de tal oración. No podía decir que no esperaba -nuevamente- una respuesta similar. En verdad, si algo no le faltaba a la joven presente, era orgullo.
Estaba a punto de darle un sermón -que para eso él era bueno en verdad. Le explicaría, sin lugar a discusión, cuales era las razones reales y objetivas del porque su situación solo podía considerarse como terrible. De porque debían trabajar en equipo. Porque debían de cooperar. Y finalmente, el porqué él era la persona más adecuada en una situación tan inusual. Pero antes de siquiera poder su primera palabra articular, un invitado poco esperado hizo su propia aparición.

Se trataba de un joven de cabellos blancos, semblante amargado y minúsculo tamaño. Vamos, que era mayor que él por lo menos en unos 20 centímetros. Quizá más llamativo resultaba la criatura que lo acompañaba. Era verdaderamente igual a aquella que él mismo llevaba en su cabeza. En parte, le hacía preguntarse cuantas criaturas como "ellos" posiblemente existían, y cuantas compartían su condición de parásitos de "honestos" humanos trabajadores.
Corta fue su introducción -que se limitó simplemente a exponer su problema; no muy diferente al resto de presentes. Al principio educado -contenido y forzado, pero finalmente educado- hasta que su paciencia acabándose terminó. Una palabra soez y grosera -burda y descarada- se formo de sus labios. No podía decir que no entendía la frustración del muchacho: perderse en un bosque desconocido -y encima no por imprudencia sino mas bien por ventura del destino- era todo menos gratificante. Estaba al tanto que esas palabras solo expresaba como él mismo -su propia persona- se sentía; pero que importaba, al fin y al cabo esa era la base de la empatía.
Por su parte, la extraña criatura que habitaba la cima de su cabeza, solo se limitaba a ignorar los eventos que acontecieran a su alrededor. Mostrando en su rostro -que formaba gran parte de su cuerpo- una expresión que comunicaba placer e ignorancia por igual. ¿Que pasaba en esa gran cabezota suya? Quizá solo él lo sabía con certeza.

Luego de un incomodo silencio y cierta discusión entre los presentes, por fin las bases para una discusión medianamente razonable se habían sentado. "La voz de la Razón#1" -que era como había denominado a la criatura de predominante marrón- fue la primera en ofrecer un pacto de cooperación. Acto seguido su acompañante, la chica conocida como Akira, decidió apoyar la causa -aunque no con absoluta resolución.

- Saben mi respuesta sin tener que preguntar; yo fui quién les ofreció ayuda después de todo - Dijo ligeramente sarcástico en sus palabras, mientras cruzaba los brazos sin una razón en particular. Su mirada, dirigida particularmente a las criaturas de fantasía. Ya estaba decidido quienes debían ser los individuos a razonar.

por Invitado Lun Oct 07, 2013 1:43 am

La mujer fue la primera que tuvo reacción ante las palabras del muchacho de los ojos violáceos, un sonido gutural intentando manifestar la molestia ante las palabras del recién llegado. Siguió hablando pero no respondió a las preguntas del boxeador si no que procedió a quejarse de la forma en la cual había hablado, como si con eso mágicamente todo fuese a solucionarse, como si el mundo pudiese moverse simplemente con su palabra. El peliblanco no pudo evitar observar a los ojos de la mujer, aquella mirada con indiferencia que veía en los ojos ajenos, ese era un lujo que solo él podía darse, ellos eran los seres inferiores y no al revés. Antes de que el boxeador tuviese tiempo de enseñarle modales a la mujer el digimon habló con un tono tranquilo y amable que calmó un poco al ya molesto Jake. Sin embargo este continuó con su rostro calmado y serio, ya había admitido estar perdido y al parecer la mujer también. No era mejor que él, ella también estaba perdida, una pequeña sonrisa apareció en el rostro del peliblanco pero desapareció tan pronto como apareció.

La extraña criatura siguió hablando, el peliblanco se la quedó observando unos segundos mientras esta sugería que hacer. Una buena sugerencia pero que el peliblanco no iba a aceptar, no le gustaba la presencia de gente y ya que ellos no tenían la solución para sus problemas solo serían peso muerto que tendría que cargar. No tenía intención de seguirlos, posiblemente solo seguiría de largo como si nada pasase. Un silencio incómodo, silencio que mostraba únicamente que aquella sugerencia no podría llevarse a cabo nunca. El bosque se calló, la naturaleza dejó de existir, las plantas dejaron de crecer, lo único que podía escucharse era la respiración de cada miembro del lugar. Sin embargo la mujer volvió a hablar con una voz apenas audible, interrumpió el silencio con su voz la cual pudo ser escuchada por todos. Aceptó la sugerencia de su digimon, la idea de formar una sociedad para salir del bosque ya no parecía tanto una idea imposible sino una difícil de lograr especialmente por que Jake nunca aceptaría trabajar en equipo.

Luego de eso vino el otro hombre de nombre, diciendo que aceptaba que se ayudasen entre si mientras se cruzaba de brazos. Cuando hablaba observaba a la uniesfera del peliblanco y a la criatura de 3 cuernos con color similar al chocolate. 2 habían aceptado, pero el tercero no lo haría, este simplemente colocó ambas manos en los bolsillos mientras su uniesfera lo observaba desde arriba como esperando que aceptase. Comenzó a caminar hacia delante, siguiendo con su camino, su presencia allí había sido un error que corregiría en aquel momento, esas personas no podían serle de ayuda y por eso mismo no seguiría con ellos - Genial entonces salgamos de este bosque, síganos si pueden. Arre humano, camina más rápido - El muchacho de ojos violeta ignoró el comentario del digimon y siguió caminando pasando a la derecha de ambos y siguiendo de largo sin decir nada. Al llegar a estar a unos 10 metros de estos se dio la vuelta y habló solo para dejar en claro que no deseaba ser molestado - Si ustedes quieren síganme, solo no hagan ruido - Con esas palabras se marcó o como líder de la expedición a fuera del bosque o no aceptó ser miembro. Fuese cual fuese de ambas cosas, le daba igual, mientras no fuese molestado y pudiese seguir caminando en paz era feliz. Su digimon se quejó de lo que había dicho, sabía que por si solos no iban a llegar a ningún lado y a diferencia de su tamer preferiría recibir ayuda a morir. Mordió un poco el cabello de Jake y dio un salto hacia atrás con la intención de caer al suelo y tirarle del pelo de esa manera, el peliblanco movió un poco la cabeza hacia el lugar hacia donde estaba colgado el digimon mientras soltaba un pequeño y casi inaudible quejido.

Lo tomó con la mano izquierda rápidamente y tiró de él haciendo que le soltase el cabello. Unos pelos blancos cayeron de la boca del digimon, eran unos pocos pero el que le hubiesen sido arrancado le había dolido bastante. El peliblanco levantó el brazo derecho y cerró el puño como para golpear a la uniesfera - Me da igual que tu no aceptes ir, será mejor para nosotros tener ayuda para salir de acá. Deja que nos ayuden - Luego de eso el Tsunomon literalmente se puso a llorar, empezó a llorar de un momento a otro mientras gritaba fuertemente como si fuese un niño quejándose. La respuesta de su tamer fue taparse los oídos soltando al digimon y observarlo mientras soltaba un suspiro - Si hago eso, te callas? - Una sonrisa por parte de la uniesfera indicó que la respuesta a esa pregunta era un si - Bueno, los ayudaré o lo que sea... - dicho esto se acarició un poco la zona de la cual le había arrancado los pelos su digimon, observó a los 2 humanos y a sus respectivas criaturas y dijo una pregunta que tenía desde hace rato pero que se le había olvidado de hacer - Por cierto, que se supone que son estas cosas? - Mientras se acariciaba el cabello señalaba a los 3 digimons uno por vez, indicando que no tenía ni la más mínima idea de que eran digimons ni de que se encontraba en el digimundo.

por Akira Ryunosuke Vie Oct 11, 2013 9:50 am

Por mucho que me disgustara la situación, no era exactamente el mejor momento para ser orgulloso o inflexible, era obvio que el chico que me había encontrado en un principio tenia la situación bien en claro, aunque no me gustara del todo admitirlo, parecía mucho más razonable que yo y que el peliblanco que se nos había unido poco después, pero tras la propuesta de Chocomon fue el único que no acepto, retirándose sin decir nada hasta que ya estaba a una buena distancia de nosotros, entonces dijo que solo podíamos seguirlo si no hacíamos ruido, infle las mejillas molesta por el comentario ¿Quién se creía? por supuesto que no lo seguiría, era su problema si quería irse solo, pero claro estaba hablando por mi misma, no respondí nada, me limite a mirar de reojo a Yuuji-Si tu quieres seguirlo, adelante-hable con cierta indiferencia latente en mi voz, sentí la mirada un tanto angustiada de mi digimon sobre mi, si él decidía irse con el chico de ojos violacios terminaríamos como empezamos, buscando la salida por nuestra cuenta.

Mi mirada volvió al chico y a la pequeña bolita naranja que se habían alejado cuando esta empezó a lloriquear, discutían, o algo parecido, no estaba del todo segura de como llamar a la pequeña "escenita" que él y su digimon estaban teniendo, lo que había podido comprender de esta era que para cuando su compañero había dejado de llorar el pequeño joven de ojos violetas acaba de cambiar de opinión y ahora estaba de acuerdo en acompañarnos, estaba apunto de hacerle algún comentario un tanto desagradable o burlesco pero Chocomon empezó a hablar primero-¡Bien! Verán que es más fácil salir de aqui entre todos-dijo alegre dando un salto hasta mi hombro y luego otro más para colocarse en mi cabeza al igual que hacían los otros dos monstruos digitales.

El pequeño chico de cabello blanco (y cuando decía pequeño era enserio, pues no solo Yuuji le sacaba varios centímetros, incluso yo que nunca había sido considerada como alguien alta alcanzaba a sacarle un par de centímetros) hizo una pregunta bastante curiosa-Digimon-le respondí de forma cortante y poco interesada, Chocomon me había explicado bastante bien varios conceptos sobre todo esto, claro que no conocía casi nada en realidad, lo poco que llegaba a saber, era gracias a mi amigo-Monstruos Digitales o algo así... ¿No se lo preguntaste a él directamente?-dije señalando con la mirada a su respectivo compañero-Tienen esa apariencia... pero saben algunas cosas...-tras decir esto subí la mirada hacia mi propio digimon, solté un suspiro y mire a ambos chicos-En todo caso... ¿Alguna idea de hacia donde ir?-entre más habláramos sin movernos más tiempo perdíamos, y eso solo significaba más tiempo perdidos en este bosque...

OFF:

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