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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
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Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
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Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
La frescura de esa noche en el mundo humano, podría ser molesta si uno se encontraba en la calle aún trabajando o debía salir en medio de la noche, desabrigado; pero no para el tamer, quien se encontraba a punto de cenar en uno de los restaurantes mas famosos de su ciudad. No solo por tener una amplia variedad de comida, si no también, una amplia variedad de precios. – Empezaré con un barbet al pissalat, acompañado de un cassoulet y tomaré el chardonnay mas fino que tengan… por favor, guíese por el conocimiento de su sommelier y no por el precio –aclaró deslizando un billete de 10.000 yenes en uno de los bolsillos del camarero para asegurarse que no se escatimen con los buenos ingredientes, y mucho menos el buen trato. Aunque eso sería imposible para él atento trabajador, puesto el peliverde había hecho uso de su acaudalada cuenta bancaria para reservar las cinco mesas que lo rodeaban disfrutando simplemente de su soledad en esa noche. Ciertamente, le molestaba estar en el mundo humano, pero la alta cocina francesa a veces lo hacían olvidarse de los tantos problemas que lo aquejaban en ese mundo. Como la falta de su pierna derechas, casi imperceptible de no ser por el bastón que ahora yacía colgando de su mesa o su rengueo al caminar.
Llevó la mirada a los presentes, quienes disfrutaban la comida con sus parejas o sus familias, ciertamente podía entender que la soledad no era un estilo de vida que el desease por siempre, pero no podía evitar sentir molestia al escuchar la risa de los ajenos ignorantes a la realidad. No comprendía como podían vivir felices, sin saber la cantidad de hechos que se les escondía, sin anhelar saber la verdad detrás de todas las cosas, conformándose con sus vidas mediocres y aún así disfrutándolas. Envidia, era lo que sentía al ver las parejas felices, pero jamas admitiría que en cierta forma se sentía inferior a aquellas personas que él veía con tanto desprecio. – la proxima vez reservaré todo el restaurante… -murmuró depositando su digivice sobre la mesa, puesto no tenía uso alguno en sus bolsillos actualmente, no planeaba transformarse en un digimon de tres metros allí.
Al llegar un equipo de tres camareros con sus platillos, y el vino que había ordenado, el pálido empresario sonrió de lado listo para catarlo. Cuando el trabajador del restaurante destapó la botella, el japones olisqueó el corcho, se sirvió un poco en su copa y comenzó a moverla en sentido contrario a las agujas del reloj para airearlo. Hasta el momento todo estaba perfecto, puesto cuando acercó la copa a sus fosas nasales para sentir su aroma, una suave caricia se sintió ante el olor de tan exquisita bebida, dándole un sorbo aunque sin tragarlo por unos instantes puesto debía adecuar su boca al chardonnay. - está perfecto, son muy amables -reconoció felicitando con un ademan de su cabeza a los camareros, procediendo uno de estos a llenar la copa del tamer antes de retirarse dejándolo solo con su comida, pero solo en fín.
Llevó la mirada a los presentes, quienes disfrutaban la comida con sus parejas o sus familias, ciertamente podía entender que la soledad no era un estilo de vida que el desease por siempre, pero no podía evitar sentir molestia al escuchar la risa de los ajenos ignorantes a la realidad. No comprendía como podían vivir felices, sin saber la cantidad de hechos que se les escondía, sin anhelar saber la verdad detrás de todas las cosas, conformándose con sus vidas mediocres y aún así disfrutándolas. Envidia, era lo que sentía al ver las parejas felices, pero jamas admitiría que en cierta forma se sentía inferior a aquellas personas que él veía con tanto desprecio. – la proxima vez reservaré todo el restaurante… -murmuró depositando su digivice sobre la mesa, puesto no tenía uso alguno en sus bolsillos actualmente, no planeaba transformarse en un digimon de tres metros allí.
Al llegar un equipo de tres camareros con sus platillos, y el vino que había ordenado, el pálido empresario sonrió de lado listo para catarlo. Cuando el trabajador del restaurante destapó la botella, el japones olisqueó el corcho, se sirvió un poco en su copa y comenzó a moverla en sentido contrario a las agujas del reloj para airearlo. Hasta el momento todo estaba perfecto, puesto cuando acercó la copa a sus fosas nasales para sentir su aroma, una suave caricia se sintió ante el olor de tan exquisita bebida, dándole un sorbo aunque sin tragarlo por unos instantes puesto debía adecuar su boca al chardonnay. - está perfecto, son muy amables -reconoció felicitando con un ademan de su cabeza a los camareros, procediendo uno de estos a llenar la copa del tamer antes de retirarse dejándolo solo con su comida, pero solo en fín.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
Era una noche relativamente tranquila, bien podría describirlo como una noche común y corriente en la ciudad. Los autos pasaban de un lado a otro en el autopista, incluso debería añadir que en un principió sentí sorpresa por la cantidad de gente que había a estas horas de la noche hasta que recordé que hoy era Viernes, son los Viernes en la noche las mejores fechas para salir con los amigos a divertirte en el primer lugar que se te venga a la mente, pero ese no había sido mi caso, es cierto que había salido de casa acompañada de alguien pero no era nadie que otra persona conociera y esa es una de las razones por las que tenía que permanecer escondida en una bolsa-maleta que por fortuna logré encontrar en ese armario que rara vez abro; era el antiguo armario de mi madre así que dudo que le moleste que haya tomado ese bolso. Era una simple bolso en forma de maleta que se cuelga de lado, de color negro, sin ningun tipo de decoración a resaltar, apenas se podía lograr ver un bulto dentro de esta dando a resaltar que efectivamente había algo adentro pero nada que llamase la atención de los que pasaran a mi lado.
Hoy no hubo de comer en la casa, mi padre no había regresado de su trabajo y supuse en ese momento que nuevamente se había quedado en un bar tomando con sus camaradas, así que me tome la libertad de tomar algo de su dinero y salir a comer en alguno de los restaurantes de la ciudad, claro que tenía uno en mente en especial. Era un restaurante italiano de buena cálidad, o al menos a mi me gustaba mucho, no solo por el hecho de que su lasagna era fábulosa, si no tambien porque el servicio era rápido y los meseros eran muy amables, daba una buena imagen al lugar.
Fue extraño que, cuando estuve ya sentada en la mesa que elegí como siempre a lado de la ventana, noté el restaurante algo vacío- Comúnmente este restaurante suele estar a estallar, ¿Que pasó aquí? -me dije en mis adentros mientras me quitaba la bolsa y la ponía entre la pared y mi cuerpo para esconderla de los demás. Cuando el mesero llegó a atenderme, con tan buena presentación como siempre, después de pedirle mi orden le pregunté la razón de que, un lugar tan bueno y famoso como este, hoy en día se encontraba tan vacío su respuesta fue- Si mira hacia su derecha podrá entenderlo mejor. Con su permiso, tomaré su orden -me giré hacia mi bolsa y le quité el cierre encima para dejar que Yokomon, a quien denominé con el nombre de ''Natsu'' asomara su flor- ¡Miko, Miko! ¿Vamos a comer? ... ... ¿Miko? -al principio iba a responderle pero hice caso al mesero y alcé la mirada para ver lo que la ventana me mostraría.
Justo enfrente de este restaurante estaba otro, el nombre escrito sobre este daba la apariencia de que era un restaurante frances, y no solo eso, estaba tan lleno que incluso había fila para entrar- No había visto ese restaurante antes -o era nuevo o tal vez antes no tenía tanta fama como para resaltar en comparación de este, pero ahora era impresionante como tenía tantos comensales- Tipicas rivalidades de restaurantes vecinos, Hmph -murmuré sin que me diese cuenta hasta ver como la flor azul se ladeaba y me hizo mirar a Yokomon que me miraba confundida- ¿Que es rivalidades, Miko? -la curiosidad de Natsu a veces me abrumaba un poco, solía preguntarme sobre algo el 70% del tiempo desde que nos conocemos, me preguntaba si así serían los bebés si pudiesen hablar recien nacidos- Es cuando existe una indirecta o directa competencia entre dos o mas personas, o en este caso restaurantes, donde buscan ser mejor que la otra -la flor movía de un lado a otro su flor- Ohhh... Suena divertido, yo quiero tambien tener rivalidades para ser mejor -sonrió contenta, esa sonrisa me hizo esbozar una tambien a mi aunque de inmediato la borré temiendo a que se diese cuenta de esto- C-Como sea, si hay menos que atender mejor, más rápido seremos atendidas -posé mis codos sobre la mesa y recargué mi cabeza sobre mis manos, evitando de esta forma que Natsu me viese al rostro. Ella solo exclamó contenta- ¡Viva!
Pasaban los minutos y no había ningun movimiento, solo veía a las personas que si habían venido las cuales se podrían contar fácilmente con los dedos de una mano dejar la propina sobre sus mesas junto con la paga necesaria e irse ordenadamente por la puerta pero en la cocina no había movimiento alguno. Jugaba un poco balanceando el salero y el pimentero con mis dedos mientras que Natsu se encontraba, al contrario de mi, muy entretenida mirando los autos que pasaban por la carretera, exclamando cada vez que veía uno rojo- ¡Ahí va uno! ¡Ahí va otro! ¡Otro! ... -''Es en verdad como una niña'' pensaba mientras la veía, alcé la mirada y sin pensarlo, cuando no contó uno, la corregí- ¡Pasó otro! -me sonrojé en ese momento y rogaba porque ni ella ni nadie me hubiese escuchado. Ella volteó a verme y dio unos muy leves brincos- Mamá, juega conmigo, yo cuento los rojos y tu los azules -se giró nuevamente y volvía a exclamar ante los rojos- Estos juegos infantiles no me llaman la atención, ni creas que lo haré -quería conservar mi orgullo apartando la mirada hacia al frente sin ver a nada en particular- Si no cuentas vas a perder... ¡Ahí va otro! Llevo siete, ¿Tu cuantos llevas?
Estaba por responderle pero, al escuchar pasos ajenos acercarse, me coloqué de tal manera en que incluso aplasté un poco a Natsu al tenerla entre mi cuerpo y la pared, ella se quejó un poco por lo que le cubrí la boca con mi mano. Quien se acercaba era el mesero, tenía en mente que quizás ya vendría con mi orden pero extrañamente no era así- Lamentamos mucho las molestias, pero me temo que tenemos que cerrar el restaurante -extrañada y molesta por el mal servicio me quejé pero el mesero no daba señal de querer responderme el porque ni siquiera se molestaron en traerme mi platillo. No tenía opción, estaba muy molesta pero no podía armar escandalo en un restaurante ante un empleado que no tiene la culpa- ¿Que pasó, Miko? Te ves molesta -preguntó la planta al notar que la cargaba para volver a colocarla en la bolsa- Nada, solo que ahora entiendo porque este restaurante no tiene clientes actualmente -respondí de muy mala gana que incluso abrumó a Yokomon, tal vez la espantó mi actitud y creyó que estaba enojada con ella así que se mantuvo callada todo el mundo en que me levantaba del asiento y salía a la calle, no sin antes voltear a ver hacia la pequeña ventanilla que mostraba el interior de la cocina. En ese momento no lo supe muy bien pero podía jurar que ahí dentro uno de los empleados hablaba con alguien que no se alcanzaba a ver bien- ¿Estarían discutiendo? Meh, no es de mi incumbencia -pensé mientras daba un paso fuera del restaurante y dejaba que la puerta se sellara por completo.
Solo me quedé parada en la acera sin mirar a nadie ni nada en especial mientras intentaba idear a donde debía ir ahora, yo podía evitar cenar sin problema pero Yokomon no estaba acostumbrada a eso y como es una bebé es muy probable que llore toda la noche si no se alimentaba de algo pronto- ¿A donde iremos ahora, Miko? -preguntó asomando su flor por la abertura de la bolsa la cual, esta vez, no le puse su cierre pues no le vi mucha necesidad- No lo sé... conozco más restaurantes pero estan lejos y se sigue haciendo tarde -suspiré. Mis ojos se posaron en un eslogan conocido escrito en letra cursiva- ¿Ese es el restaurante francés rival de este, no? La fila ya no está -era la opción mas cercana a escasos pasos de mi posición actual y no sabía en que momento se cerrarían las puertas a nuevos comensales. Aumenté el paso en cuanto vi que los autos cesaron su paso detenidos por el semaforo en la esquina de la cuadra y entre por la puerta dejando sonar una clásica campanilla colocada encima de esta para alertar a los meseros sobre un nuevo cliente- Nada mal, es un restaurante elegante -esperaba que no fuera muy caro, no tenía mucho dinero, solo el necesario. Pasé y miré las mesas, las cuales estaban completamente llenas- Vaya diferencia... ¿Y ahora qué? -fruncí el ceño, acomodandome la bolsa que estaba mal ladeada.
Hoy no hubo de comer en la casa, mi padre no había regresado de su trabajo y supuse en ese momento que nuevamente se había quedado en un bar tomando con sus camaradas, así que me tome la libertad de tomar algo de su dinero y salir a comer en alguno de los restaurantes de la ciudad, claro que tenía uno en mente en especial. Era un restaurante italiano de buena cálidad, o al menos a mi me gustaba mucho, no solo por el hecho de que su lasagna era fábulosa, si no tambien porque el servicio era rápido y los meseros eran muy amables, daba una buena imagen al lugar.
Fue extraño que, cuando estuve ya sentada en la mesa que elegí como siempre a lado de la ventana, noté el restaurante algo vacío- Comúnmente este restaurante suele estar a estallar, ¿Que pasó aquí? -me dije en mis adentros mientras me quitaba la bolsa y la ponía entre la pared y mi cuerpo para esconderla de los demás. Cuando el mesero llegó a atenderme, con tan buena presentación como siempre, después de pedirle mi orden le pregunté la razón de que, un lugar tan bueno y famoso como este, hoy en día se encontraba tan vacío su respuesta fue- Si mira hacia su derecha podrá entenderlo mejor. Con su permiso, tomaré su orden -me giré hacia mi bolsa y le quité el cierre encima para dejar que Yokomon, a quien denominé con el nombre de ''Natsu'' asomara su flor- ¡Miko, Miko! ¿Vamos a comer? ... ... ¿Miko? -al principio iba a responderle pero hice caso al mesero y alcé la mirada para ver lo que la ventana me mostraría.
Justo enfrente de este restaurante estaba otro, el nombre escrito sobre este daba la apariencia de que era un restaurante frances, y no solo eso, estaba tan lleno que incluso había fila para entrar- No había visto ese restaurante antes -o era nuevo o tal vez antes no tenía tanta fama como para resaltar en comparación de este, pero ahora era impresionante como tenía tantos comensales- Tipicas rivalidades de restaurantes vecinos, Hmph -murmuré sin que me diese cuenta hasta ver como la flor azul se ladeaba y me hizo mirar a Yokomon que me miraba confundida- ¿Que es rivalidades, Miko? -la curiosidad de Natsu a veces me abrumaba un poco, solía preguntarme sobre algo el 70% del tiempo desde que nos conocemos, me preguntaba si así serían los bebés si pudiesen hablar recien nacidos- Es cuando existe una indirecta o directa competencia entre dos o mas personas, o en este caso restaurantes, donde buscan ser mejor que la otra -la flor movía de un lado a otro su flor- Ohhh... Suena divertido, yo quiero tambien tener rivalidades para ser mejor -sonrió contenta, esa sonrisa me hizo esbozar una tambien a mi aunque de inmediato la borré temiendo a que se diese cuenta de esto- C-Como sea, si hay menos que atender mejor, más rápido seremos atendidas -posé mis codos sobre la mesa y recargué mi cabeza sobre mis manos, evitando de esta forma que Natsu me viese al rostro. Ella solo exclamó contenta- ¡Viva!
Pasaban los minutos y no había ningun movimiento, solo veía a las personas que si habían venido las cuales se podrían contar fácilmente con los dedos de una mano dejar la propina sobre sus mesas junto con la paga necesaria e irse ordenadamente por la puerta pero en la cocina no había movimiento alguno. Jugaba un poco balanceando el salero y el pimentero con mis dedos mientras que Natsu se encontraba, al contrario de mi, muy entretenida mirando los autos que pasaban por la carretera, exclamando cada vez que veía uno rojo- ¡Ahí va uno! ¡Ahí va otro! ¡Otro! ... -''Es en verdad como una niña'' pensaba mientras la veía, alcé la mirada y sin pensarlo, cuando no contó uno, la corregí- ¡Pasó otro! -me sonrojé en ese momento y rogaba porque ni ella ni nadie me hubiese escuchado. Ella volteó a verme y dio unos muy leves brincos- Mamá, juega conmigo, yo cuento los rojos y tu los azules -se giró nuevamente y volvía a exclamar ante los rojos- Estos juegos infantiles no me llaman la atención, ni creas que lo haré -quería conservar mi orgullo apartando la mirada hacia al frente sin ver a nada en particular- Si no cuentas vas a perder... ¡Ahí va otro! Llevo siete, ¿Tu cuantos llevas?
Estaba por responderle pero, al escuchar pasos ajenos acercarse, me coloqué de tal manera en que incluso aplasté un poco a Natsu al tenerla entre mi cuerpo y la pared, ella se quejó un poco por lo que le cubrí la boca con mi mano. Quien se acercaba era el mesero, tenía en mente que quizás ya vendría con mi orden pero extrañamente no era así- Lamentamos mucho las molestias, pero me temo que tenemos que cerrar el restaurante -extrañada y molesta por el mal servicio me quejé pero el mesero no daba señal de querer responderme el porque ni siquiera se molestaron en traerme mi platillo. No tenía opción, estaba muy molesta pero no podía armar escandalo en un restaurante ante un empleado que no tiene la culpa- ¿Que pasó, Miko? Te ves molesta -preguntó la planta al notar que la cargaba para volver a colocarla en la bolsa- Nada, solo que ahora entiendo porque este restaurante no tiene clientes actualmente -respondí de muy mala gana que incluso abrumó a Yokomon, tal vez la espantó mi actitud y creyó que estaba enojada con ella así que se mantuvo callada todo el mundo en que me levantaba del asiento y salía a la calle, no sin antes voltear a ver hacia la pequeña ventanilla que mostraba el interior de la cocina. En ese momento no lo supe muy bien pero podía jurar que ahí dentro uno de los empleados hablaba con alguien que no se alcanzaba a ver bien- ¿Estarían discutiendo? Meh, no es de mi incumbencia -pensé mientras daba un paso fuera del restaurante y dejaba que la puerta se sellara por completo.
Solo me quedé parada en la acera sin mirar a nadie ni nada en especial mientras intentaba idear a donde debía ir ahora, yo podía evitar cenar sin problema pero Yokomon no estaba acostumbrada a eso y como es una bebé es muy probable que llore toda la noche si no se alimentaba de algo pronto- ¿A donde iremos ahora, Miko? -preguntó asomando su flor por la abertura de la bolsa la cual, esta vez, no le puse su cierre pues no le vi mucha necesidad- No lo sé... conozco más restaurantes pero estan lejos y se sigue haciendo tarde -suspiré. Mis ojos se posaron en un eslogan conocido escrito en letra cursiva- ¿Ese es el restaurante francés rival de este, no? La fila ya no está -era la opción mas cercana a escasos pasos de mi posición actual y no sabía en que momento se cerrarían las puertas a nuevos comensales. Aumenté el paso en cuanto vi que los autos cesaron su paso detenidos por el semaforo en la esquina de la cuadra y entre por la puerta dejando sonar una clásica campanilla colocada encima de esta para alertar a los meseros sobre un nuevo cliente- Nada mal, es un restaurante elegante -esperaba que no fuera muy caro, no tenía mucho dinero, solo el necesario. Pasé y miré las mesas, las cuales estaban completamente llenas- Vaya diferencia... ¿Y ahora qué? -fruncí el ceño, acomodandome la bolsa que estaba mal ladeada.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :11Nivel On Rol :RookieInventario :
Misaka Mikoto
Re: Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
Su comida estaba mas que exquisita, era un alivio que su alergia al pescado sea algo que con una simple medicación haya sido capaz de controlarse al punto de poder disfrutar un plato de un exquisito salmón sin tener una reacción alérgica que incapacite sus vías respiratorias, puesto en el digimundo no tenía riesgo alguno de sufrir un ataque de alergias, resfriarse o incluso tener una herida de gravedad; a diferencia de el mundo humano en el cual debía verse unido a un bastón para poder caminar sin caer al suelo de una manera que el reprobaría sin dudarlo por ser “muy poco elegante”. Con los utensilios de plata, cortó un pedazo del salmón, poniendo un bocado del mismo en su boca para saborear cerrando ambos ojos el sabor de la elitista comida francesa que había adquirido gracias a su “buen trato” con los trabajadores de dicho restaurante. – hmpf… humanos patéticos, son peores que cucarachas... –pudo notar como los camareros, con las bandejas sostenidas bajo un brazo, conversaban nerviosos entre ellos mirando de soslayo el restaurante del frente. El peliverde realizó un gesto con la cabeza para que el camarero que lo había atendido ni bien entró en aquel restaurante se acercase, respondiendo a su “¿está todo bien, señor? Con una sonrisa simpática. – simplemente, me interesaba saber si había algo que los esté molestando… ¿consideran que pueda ayudar con algo? –además de pagar esa cuenta millonaria que ya había acumulado tan solo con la botella de vino que ordenó, sabía que los meseros no podían exigirle o pedirle nada mas que disfrutar de la velada, pero sí explicaron que hubo un problema con la salubridad del restaurante del frente y tenían miedo que su problema terminase dándole mala reputación al restaurante.
Llevó mirada a la ventana y notó algo curioso gracias a un gesto de LadyDevimon, quien se encontraba oculta en las sombras de la calle de manera que pudiese custodiar a su tamer sin ser detectada por humanos. Al parecer había un digimon más en ese lugar, en ese preciso restaurante, y no podía estar en las cercanías hace mucho tiempo puesto su espectral acompañante le hubiese hecho saber antes de entrar de aquel “detalle”. Retirando la servilleta de seda de su regazo, y plegándolo sobre la mesa, preguntó al camarero donde se ubicada el excusado, por no ser vulgar al decir “baño” en medio de ese ambiente. Tras la respuesta del amable trabajador del lugar, sonrió de lado, puesto su verdadera intención era tener un mejor rango de visión para buscar cualquier hecho peculiar que rondase las cercanías. – voila… -susurró al ver de pie a una joven, con una bolsa colgada contra su cuerpo que dejaba asomar una hermosa flor azul desde la vista de alguien poco conocedor; pero sin duda eso no era ni mas, ni menos, que un Yokomon en el restaurante.
Tomó su bastón, junto con su digivice, y se aproximó con gracia en su andar a pesar de tener una prótesis reemplazando su pierna derecha, hacia la jovencita. Una sonrisa ladina se dibujó en su rostro, puesto ya se le había ocurrido la broma que haría al llegar a ella, a pesar de que el hecho de no tener puesto su sombrero, ni su sobretodo oscuro, le hacía imposible pasar inadvertido por el color esmeralda brillante de sus cabellos. – la entrada dice que está prohibido entrar con animales, así que no se que hace tu digimon aquí... acompáñenme, no se arrepentirán –murmuró al pasar junto a ella, fijando por menos de una fracción de segundo su mirada ambarina sobre los ojos ajenos. No dijo mas, antes de volver a su mesa aclarándole al mesero que la jovencita que acababa de entrar estaba con él, puesto a pesar de haber reservado todas las mesas de esa sección le interesaba la compañía de una tamer en ese mundo tan odiado por tantos conocedores del digimundo.
Llevó mirada a la ventana y notó algo curioso gracias a un gesto de LadyDevimon, quien se encontraba oculta en las sombras de la calle de manera que pudiese custodiar a su tamer sin ser detectada por humanos. Al parecer había un digimon más en ese lugar, en ese preciso restaurante, y no podía estar en las cercanías hace mucho tiempo puesto su espectral acompañante le hubiese hecho saber antes de entrar de aquel “detalle”. Retirando la servilleta de seda de su regazo, y plegándolo sobre la mesa, preguntó al camarero donde se ubicada el excusado, por no ser vulgar al decir “baño” en medio de ese ambiente. Tras la respuesta del amable trabajador del lugar, sonrió de lado, puesto su verdadera intención era tener un mejor rango de visión para buscar cualquier hecho peculiar que rondase las cercanías. – voila… -susurró al ver de pie a una joven, con una bolsa colgada contra su cuerpo que dejaba asomar una hermosa flor azul desde la vista de alguien poco conocedor; pero sin duda eso no era ni mas, ni menos, que un Yokomon en el restaurante.
Tomó su bastón, junto con su digivice, y se aproximó con gracia en su andar a pesar de tener una prótesis reemplazando su pierna derecha, hacia la jovencita. Una sonrisa ladina se dibujó en su rostro, puesto ya se le había ocurrido la broma que haría al llegar a ella, a pesar de que el hecho de no tener puesto su sombrero, ni su sobretodo oscuro, le hacía imposible pasar inadvertido por el color esmeralda brillante de sus cabellos. – la entrada dice que está prohibido entrar con animales, así que no se que hace tu digimon aquí... acompáñenme, no se arrepentirán –murmuró al pasar junto a ella, fijando por menos de una fracción de segundo su mirada ambarina sobre los ojos ajenos. No dijo mas, antes de volver a su mesa aclarándole al mesero que la jovencita que acababa de entrar estaba con él, puesto a pesar de haber reservado todas las mesas de esa sección le interesaba la compañía de una tamer en ese mundo tan odiado por tantos conocedores del digimundo.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
Me cansaba un poco la situación, no había lugares disponibles y si esto no cambiaba dentro de unos minutos me temo que tendría que ir a una tienda y comprar unos bocadillos que puedan llenarnos, era una desgracia porque en verdad tenía ganas de comer un platillo ''fuerte'' pero no podía estar agotando mi tiempo en malos servicios y mala suerte. Caminé directo hacia donde se encontraba uno de los trabajadores y llamé su atención con el fín de preguntarle si había una mesa disponible para una persona, el empleado se detuvo a leer una cartilla que tenía sobre un mueble y haciendo un gesto negativo me respondió que la ultima mesa disponible había sido ocupada hace siete minutos. Fruncí el ceño y reclamé que antes había visto varias mesas vacías, pero el me corrigió informandome que todas estas habían sido apartadas y no podían ser ocupadas hasta recibir una nueva orden del comensal que las apartó- Definitivamente, hoy mi suerte ha sido pésima -podía sentir la mirada de Yokomon recaer sobre mi con angustia, torné mi mirada hacia ella como queriendole hacer entender que no se preocupara pero dudaba que comprendiera esto.
- Está bien, de todas formas no quería comer en su restaurante -dije de mala gana, mostrando mi disgusto directamente. Me di la vuelta, pero a tan solo un par de pasos en dirección hacia la puerta noté que otra persona pasaba a mi lado, instintivamente mis ojos se tornaron hacia la mirada del jóven de cabellos esmeralda, era una mirada aguda y con cierto encanto por su llamativo color dorado. Detuve mi caminar, sentí que el corazón golpeó mi pecho cuando escuché una palabra que ya he oído en veces anteriores más de una ocasión desde esa tarde tormentosa en la que encontré el huevo de Natsu- ¿''Digimon?... ¿Cómo sabe él...? -me giré a ver al chico que ya me estaba dando la espalda, caminando hacia una mesa- ¿Que pasó, Miko? ¿Vamos a casa? -la voz de Natsu fue la que me hizo reaccionar. Parpadeé un par de veces y giré a ver sus grandes y redondos ojos verdes que me miraban con toda curiosidad inocente de un niño de escasos años de edad- Aún no, encontré una mesa donde podremos comer -dije esto con la seguridad de siempre aunque en ese momento no me sentía igual de segura por el hecho de que no sabía quien era él y cómo supo que traía a Yokomon conmigo.
En ese momento vi que un empleado distinto se acercó a mi, informandome que ''alguien'' me estaba esperando en una mesa. Fingiendo que lo conocía sonreí y asentí a sus palabras, siguiendolo hacia la mesa en donde se encontraba el chico de cabellos extravagantes de hace un rato. Me quedé de pie unos momentos, no me sentía nada cómoda, ni siquiera sabía cuantos años tenía ese tipo, parecía adulto, yo solo tenía 14 y esa es una gran diferencia- Además, parece ser uno de esos chicos mimados con mucho dinero... -suspiré intentando relajarme y me senté en una de las sillas, la contraria en la que se sentaba él, para poder verlo de frente- Sé que debería presentarme primero pero... ¿Porque me llamaste? No te conozco -le miré con desconfianza mientras sujetaba el cordón de la bolsa donde se encontraba Yokomon, no planeaba quitarmela hasta sentir algo de seguridad.
- Está bien, de todas formas no quería comer en su restaurante -dije de mala gana, mostrando mi disgusto directamente. Me di la vuelta, pero a tan solo un par de pasos en dirección hacia la puerta noté que otra persona pasaba a mi lado, instintivamente mis ojos se tornaron hacia la mirada del jóven de cabellos esmeralda, era una mirada aguda y con cierto encanto por su llamativo color dorado. Detuve mi caminar, sentí que el corazón golpeó mi pecho cuando escuché una palabra que ya he oído en veces anteriores más de una ocasión desde esa tarde tormentosa en la que encontré el huevo de Natsu- ¿''Digimon?... ¿Cómo sabe él...? -me giré a ver al chico que ya me estaba dando la espalda, caminando hacia una mesa- ¿Que pasó, Miko? ¿Vamos a casa? -la voz de Natsu fue la que me hizo reaccionar. Parpadeé un par de veces y giré a ver sus grandes y redondos ojos verdes que me miraban con toda curiosidad inocente de un niño de escasos años de edad- Aún no, encontré una mesa donde podremos comer -dije esto con la seguridad de siempre aunque en ese momento no me sentía igual de segura por el hecho de que no sabía quien era él y cómo supo que traía a Yokomon conmigo.
En ese momento vi que un empleado distinto se acercó a mi, informandome que ''alguien'' me estaba esperando en una mesa. Fingiendo que lo conocía sonreí y asentí a sus palabras, siguiendolo hacia la mesa en donde se encontraba el chico de cabellos extravagantes de hace un rato. Me quedé de pie unos momentos, no me sentía nada cómoda, ni siquiera sabía cuantos años tenía ese tipo, parecía adulto, yo solo tenía 14 y esa es una gran diferencia- Además, parece ser uno de esos chicos mimados con mucho dinero... -suspiré intentando relajarme y me senté en una de las sillas, la contraria en la que se sentaba él, para poder verlo de frente- Sé que debería presentarme primero pero... ¿Porque me llamaste? No te conozco -le miré con desconfianza mientras sujetaba el cordón de la bolsa donde se encontraba Yokomon, no planeaba quitarmela hasta sentir algo de seguridad.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :11Nivel On Rol :RookieInventario :
Misaka Mikoto
Re: Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
Uno de los mayores placeres para ese nefasto tamer, manipulador y egocéntrico, era que las cosas resultasen tal como quería; y así fue, puesto una enorme sonrisa lasciva se dibujó en su rostro de marfil cuando vio a la dama de la entrada acercándose hacia su sector. Una leve referencia al popular cuento de “Caperucita Roja” pudo venir a su mente cuando rememoró a la jovencita siendo tentada por el lobo en su camino por el bosque, comparando a la joven tamer aproximándose a su mesa con dicha escena. – Bonjour… -murmuró cuando la estudiante estuvo lo suficientemente cerca para poder ser oído, aunque sin levantar el tono para no parecer alguien escandaloso. Observó como la dama tomó asiento, y antes de poder saludar siquiera a sus acompañantes, fue sorprendido con la guardia baja por el fuerte comentario de la jovencita. La personalidad fuerte de la ajena se podía notar a leguas, su desconfianza simplemente generaba en el veterano que su sonrisa siempre presente se acentúe aún mas antes de convertirse en una simple carcajada. – Vaya, vaya… -murmuró, abriendo ambos parpados para mostrar sus cristalinos ojos en todo su esplendor observándola como si fuese una obra de arte inclusive por la naturaleza analítica que poseía el peliverde. - ¿necesito un motivo para invitar a una encantadora jovencita a acompañarme en esta velada? –preguntó, depositando su oscuro D-Scanner, aunque con detalles cristalinos adornándolo como esmeraldas, sobre la mesa y llevó su mirada al digimon que se encontraba en la bolsa pareciendo un peluche a simple vista. Elevó la mano derecha y elevó tres dedos, volviendo su atención a la dama. – te daré tres motivos si es ese el caso… el primero, es que no todos los días uno conoce a un tamer veterano que ha vivido cinco años en el digimundo… -llevó su mano izquierda a su pecho, refiriéndose con la mayor humildad posible a si mismo, antes de proseguir con sus motivos. – el segundo, es que de otra forma te privarías de una deliciosa cena en este restaurante, y el tercero, pero no por eso menos importante… es mi nombre, Fuji Raikomaru, es un placer –realizó una ligera reverencia con la cabeza, sonriendo con ambos ojos cerrados como si estuviese sumamente complacido en aquel momento. – ahora que sabes mi nombre, por ende me conoces, no hay motivo por el cual no disfrutar una velada con tranquilidad –sus palabras, aunque pareciesen modestas, estaban sentenciando un hecho y no aceptaría que nadie refute lo dicho.
Señaló con la mano izquierda la ventana más cercana, mas precisamente el sector sombrío en el que las luces de la calle dejaban un punto ciego y todos solían esquivar al no desear acercarse a un callejón oscuro por esas horas. – Allí se encuentra LadyDevimon, mi sirviente… se podría decir que soy como ustedes, aunque no del todo, puesto no estoy unido a ningún digimon acompañante –explicó dando un trago a su ostentoso vino blanco, con elegancia en cada uno de sus movimientos aunque sin apartar su completa atención de la joven. – ahora que me he presentado, estaría encantado de saber tu identidad, y por favor, pide cualquier cosa que deseen comer… el acompañarme en esta noche sería un gran favor para mí, y quiero que estén cómodas –bien era cierto que pocas eran las personas se atrevían a encarar al peliverde sin una pizca de temor, y ella, era una de esas personas que automáticamente despertaban la curiosidad del criminal.
Señaló con la mano izquierda la ventana más cercana, mas precisamente el sector sombrío en el que las luces de la calle dejaban un punto ciego y todos solían esquivar al no desear acercarse a un callejón oscuro por esas horas. – Allí se encuentra LadyDevimon, mi sirviente… se podría decir que soy como ustedes, aunque no del todo, puesto no estoy unido a ningún digimon acompañante –explicó dando un trago a su ostentoso vino blanco, con elegancia en cada uno de sus movimientos aunque sin apartar su completa atención de la joven. – ahora que me he presentado, estaría encantado de saber tu identidad, y por favor, pide cualquier cosa que deseen comer… el acompañarme en esta noche sería un gran favor para mí, y quiero que estén cómodas –bien era cierto que pocas eran las personas se atrevían a encarar al peliverde sin una pizca de temor, y ella, era una de esas personas que automáticamente despertaban la curiosidad del criminal.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
Mis ojos se abrieron en asombro cuando escuché la repentina risa del chico resonar en esta relativamente extensa area inhabitada, estaba segura de que este era el lugar ''apartado'' que había mencionado anteriormente el empleado, lo que me hacía pensar ''¿Es él el que apartó tantas mesas sin razón aparente?'' si es así, mis suposiciones de que este chico tenía mucho dinero eran ciertas- Que... ¿Que te causa tanta gracia? -dije con un tono serio, intentaba no demostrar algo más que mi común seguridad pero él no me hacía sentir segura en lo absoluto, no solo por el hecho de que no lo conocía, había algo en él que una parte de mi indicaba ''Peligro'' fue entonces que me pregunté- ¿Porque acepté a acompañarlo? -una palabra pasó por mi mente ''Curiosidad'' pero, ¿Que no era que ''la curiosidad mató al gato''?
Sus palabras no me hacían sentir bien, él hablaba con elegancia y parecía querer tratarme como a una doncella, pero no me parecían sinceras esas palabras. Tal vez estaba siendo muy paranoica, aunque tambien cabría el hecho de que no me gustaba ese trato, de alguna forma que no puedo explicar bien me disgustaba siempre que me hablaban de esa forma y me daban ganas de tirarles lo que sea que esté a mis manos o, en casos extremos, golpearlos con mi propio puño pero este no sería el caso, conozco mis limitaciones y sé que si lo hiciera él sabría devolver mi movimiento en un limpio jaque mate. A veces uno tiene que saber en que momento usar tus cartas o simplemente pasar el turno.
- ¿Digimundo? -arqueé la ceja al escuchar ''su primer motivo'', en estos momentos no tenía en mente lo que era ese lugar aunque tal vez ya lo haya escuchado antes en su tiempo pero tambien es probable el hecho de que no puse la suficiente atención para eso- ¿Será ese el lugar de donde vienen los digimon? -era lo más lógico, su mismo nombre lo decía, y si me pongo a pensarlo bien... nunca antes me había preguntado de donde venían estas extrañas criaturas que hace tan solo semanas atrás eran simples monstruos inventados para juegos de computadora y cartas. No solo eso, él afirmaba que había estado en ese lugar por cinco años lo cual no puedo negar que me hizo sentir una leve pizca de curiosidad- ¿Como será el ''Digimundo''?
Lo siguiente mas importante fue su presentación, ''Fuji Raikomaru'' iba a intentar no olvidar ese nombre pues temo que sería lo mejor. Aunque lo haya dicho, tal vez tiene razón en que con el hecho de saber su nombre hay más seguridad pero en mi caso era dificil, este sentimiento no me dejaba agachar cabeza tan rápido, quienes me conocen mejor me describen como alguien terca u obstinada y les doy la razón aunque no lo confese abiertamente. Me acomodé en mi asiento de tal manera de cruzar una pierna sobre la otra bajo la mesa y cruzarme de brazos mientras mi espalda se dejaba recostar mas en el respaldo de la silla, así me sentiría mas comoda y me haría salir de este ambiente tan tenso de estar por cenar con un desconocido como él.
Suspiró y miró hacia la mesa donde estaban acomodados tres cartillas de menú, una sobre otra, así que se tomó la libertad de agarrar una de estas para ver su portada- Bastante elegante para mi gusto -me dije en mis adentros sin darlo a mostrar externamente hasta que sentí como mi ''acompañante'' hacía un movimiento. Levanté la mirada y observé hacia donde Fuji señalaba, era un punto oscuro en las calles que apenas y podía presenciarse- ¿Que se supone que tengo que ver? -me dije en mis adentros forzando un poco la vista pero aún así no podía ver nada más que pura oscuridad. Las palabras del chico afirmaban que ahí, en ese punto oscuro, se encontraba ''LadyDevimon''- ¿Un digimon, quizá? -fue lo primero que pasó por mi mente, me he dado cuenta de que todos los digimon terminan en ''mon'' por eso la deducción rápida, incluso podía darme una idea de su apariencia, aunque me cueste admitirlo antes coleccionaba mucho las cartas de esta industria y estoy segura que en una de ellas estaba ese digimon- Debería ir a buscar las cartas que recolecté, así me informaré más... -pensé en menos de un segundo que duró mi distracción hasta que volví mi atención hacia el peliverde. Al principio dude en decirle mi nombre, incluso pensé en inventarme uno, pero no era seguro- Cómo sea, ¿Que me dice que él es realmente alguien peligroso? Tal vez solo estoy exagerando las cosas -me dije en un intento de tranquilizarme- Mi nombre es Misaka Mikoto, eso es lo unico que deberías saber -sonreí de lado- Agradezco que me hayas dado un lugar, y ya que vine aquí para comer no pienso negar tu oferta -a pesar de ser un agradecimiento aún así mi voz sonaba algo tajante. Tomé la cartilla y la empecé a leer.
No conocía absolutamente nada sobre la comida francesa al igual que sus ingredientes que, por el idioma desconocido, ninguno se me hacía atractivo- ¿Hacen comida con caracoles? ¿¡Y con ranas!? ¿Que daño les han hecho las ranas? -miraba con cierto terror al leer que había algunos platillos donde usaban sus ancas- Miko, Miko... Tengo hambre -escuché la voz de Natsu decir timidamente en su escondite, la miré un momento y despues a la cartilla- Lo sé, estoy viendo que podemos comer. Veamos... -unos segundos mas tarde llamé la atención del camarero y le ordené un té de manzanilla y un platillo de ensalada. Era una ensalada que ademas de los ingredientes tipicos tenía queso parmesano, unas piezas de pan de ajo y mas aparte tiras de pollo, era un platillo bien servido a mi parecer y en caso de no terminarlo podía pedirlo para llevar a casa y ya tendría el desayuno de mañana. El camarero anotó la orden y se alejó, yo dejé la cartilla sobre la mesa- Después de tanto tiempo ya puedo pedir algo de comer, espero no me manden a otro lugar como pasó con el otro restaurante... -mandé el comentario al aire sin necesidad que nadie me respondiera eso, cuando abrí los ojos lo primero que vi fue un aparato extraño de colores llamativos en la mesa- ...¿Que es esa cosa? -arqueé la ceja con curiosidad.
Sus palabras no me hacían sentir bien, él hablaba con elegancia y parecía querer tratarme como a una doncella, pero no me parecían sinceras esas palabras. Tal vez estaba siendo muy paranoica, aunque tambien cabría el hecho de que no me gustaba ese trato, de alguna forma que no puedo explicar bien me disgustaba siempre que me hablaban de esa forma y me daban ganas de tirarles lo que sea que esté a mis manos o, en casos extremos, golpearlos con mi propio puño pero este no sería el caso, conozco mis limitaciones y sé que si lo hiciera él sabría devolver mi movimiento en un limpio jaque mate. A veces uno tiene que saber en que momento usar tus cartas o simplemente pasar el turno.
- ¿Digimundo? -arqueé la ceja al escuchar ''su primer motivo'', en estos momentos no tenía en mente lo que era ese lugar aunque tal vez ya lo haya escuchado antes en su tiempo pero tambien es probable el hecho de que no puse la suficiente atención para eso- ¿Será ese el lugar de donde vienen los digimon? -era lo más lógico, su mismo nombre lo decía, y si me pongo a pensarlo bien... nunca antes me había preguntado de donde venían estas extrañas criaturas que hace tan solo semanas atrás eran simples monstruos inventados para juegos de computadora y cartas. No solo eso, él afirmaba que había estado en ese lugar por cinco años lo cual no puedo negar que me hizo sentir una leve pizca de curiosidad- ¿Como será el ''Digimundo''?
Lo siguiente mas importante fue su presentación, ''Fuji Raikomaru'' iba a intentar no olvidar ese nombre pues temo que sería lo mejor. Aunque lo haya dicho, tal vez tiene razón en que con el hecho de saber su nombre hay más seguridad pero en mi caso era dificil, este sentimiento no me dejaba agachar cabeza tan rápido, quienes me conocen mejor me describen como alguien terca u obstinada y les doy la razón aunque no lo confese abiertamente. Me acomodé en mi asiento de tal manera de cruzar una pierna sobre la otra bajo la mesa y cruzarme de brazos mientras mi espalda se dejaba recostar mas en el respaldo de la silla, así me sentiría mas comoda y me haría salir de este ambiente tan tenso de estar por cenar con un desconocido como él.
Suspiró y miró hacia la mesa donde estaban acomodados tres cartillas de menú, una sobre otra, así que se tomó la libertad de agarrar una de estas para ver su portada- Bastante elegante para mi gusto -me dije en mis adentros sin darlo a mostrar externamente hasta que sentí como mi ''acompañante'' hacía un movimiento. Levanté la mirada y observé hacia donde Fuji señalaba, era un punto oscuro en las calles que apenas y podía presenciarse- ¿Que se supone que tengo que ver? -me dije en mis adentros forzando un poco la vista pero aún así no podía ver nada más que pura oscuridad. Las palabras del chico afirmaban que ahí, en ese punto oscuro, se encontraba ''LadyDevimon''- ¿Un digimon, quizá? -fue lo primero que pasó por mi mente, me he dado cuenta de que todos los digimon terminan en ''mon'' por eso la deducción rápida, incluso podía darme una idea de su apariencia, aunque me cueste admitirlo antes coleccionaba mucho las cartas de esta industria y estoy segura que en una de ellas estaba ese digimon- Debería ir a buscar las cartas que recolecté, así me informaré más... -pensé en menos de un segundo que duró mi distracción hasta que volví mi atención hacia el peliverde. Al principio dude en decirle mi nombre, incluso pensé en inventarme uno, pero no era seguro- Cómo sea, ¿Que me dice que él es realmente alguien peligroso? Tal vez solo estoy exagerando las cosas -me dije en un intento de tranquilizarme- Mi nombre es Misaka Mikoto, eso es lo unico que deberías saber -sonreí de lado- Agradezco que me hayas dado un lugar, y ya que vine aquí para comer no pienso negar tu oferta -a pesar de ser un agradecimiento aún así mi voz sonaba algo tajante. Tomé la cartilla y la empecé a leer.
No conocía absolutamente nada sobre la comida francesa al igual que sus ingredientes que, por el idioma desconocido, ninguno se me hacía atractivo- ¿Hacen comida con caracoles? ¿¡Y con ranas!? ¿Que daño les han hecho las ranas? -miraba con cierto terror al leer que había algunos platillos donde usaban sus ancas- Miko, Miko... Tengo hambre -escuché la voz de Natsu decir timidamente en su escondite, la miré un momento y despues a la cartilla- Lo sé, estoy viendo que podemos comer. Veamos... -unos segundos mas tarde llamé la atención del camarero y le ordené un té de manzanilla y un platillo de ensalada. Era una ensalada que ademas de los ingredientes tipicos tenía queso parmesano, unas piezas de pan de ajo y mas aparte tiras de pollo, era un platillo bien servido a mi parecer y en caso de no terminarlo podía pedirlo para llevar a casa y ya tendría el desayuno de mañana. El camarero anotó la orden y se alejó, yo dejé la cartilla sobre la mesa- Después de tanto tiempo ya puedo pedir algo de comer, espero no me manden a otro lugar como pasó con el otro restaurante... -mandé el comentario al aire sin necesidad que nadie me respondiera eso, cuando abrí los ojos lo primero que vi fue un aparato extraño de colores llamativos en la mesa- ...¿Que es esa cosa? -arqueé la ceja con curiosidad.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :11Nivel On Rol :RookieInventario :
Misaka Mikoto
Re: Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
Le resultaba sorprendente en cierta forma e interesante como la joven se mantenía a la defensiva, intentando sostener su orgullo por sobre todo posiblemente, aunque desconocía a ciencia exacta los motivos de la joven tamer era casi obvio que si un desconocido te invitaba a cenar con él uno no podría confiar en sus motivos de buenas a primeras. – lamento haberme reído, simplemente me resulta muy curiosa tu actitud… ¿estás a la defensiva por que parezco aterrador, acaso? –inquirió, notando como de su sombra emergía la diablesa LadyDevimon. Debido a su apariencia, llamaría la atención en ese fino restaurante de simples humanos, por lo que con un gesto del peliverde se envolvió en una tenue oscuridad antes de evolucionar en Lilithmon, su etapa mega, para parecer al menos una humana normal sin moverse del lado derecho de su amo.
El veterano movió sus orbes dorados hacia el bolso de la dama, analizando la flor por unos segundos antes de volver a abrir la boca. - ¿eres un Yokomon, cierto? Pocos digimon poseen una flor tan hermosa en su etapa bebé, así que debes sentirte orgulloso de ese detalle… -no hubo un gramo de duda en sus palabras a la hora de halagar al pequeño digimon, a pesar de no ser visible totalmente, puesto para él ya era tan normal como ver a un animal del mundo humano, o inclusive mas común.
Su expresión fría, intentó mantenerse así por unos segundos pero no pudo evitar el arquear se ceja derecha por la sorpresa ante la pregunta de la Tamer. ¿Era en verdad ella una tamer? De ser así, lo mas seguro es que no tuviese a su acompañante hace mucho, o tuviese amnesia, aunque la segunda opción eran tan difícil como improbable. - ¿no sabes lo que es esto? –preguntó simplemente para cerciorarse, antes de sonreír de lado y tomar con la diestra el d-scanner. Lo enseñó acercándolo suavemente a Mikoto, tomando un trago de vino para poder suavizar su garganta y de esa manera proseguir con la explicación. – cuando se nos asigna un digimon acompañante, cualquier dispositivo electrónico que tengamos en la cercanía tiene posibilidades de convertirse en esto, un digivice… o simplemente pueden aparecer de la nada, escuché de varios casos así-comenzó su explicación antes de volver a depositar el aparato sobre la mesa, a una distancia prudente de su comida.
- El digivice es lo que nos certifica como tamers, no solo hay varios tipos de digivice, si no que también tienen diferentes usos… aunque todos representan la conexión con nuestro digimon acompañante –finalizó su explicación cortando un bocado de su salmón para poder comer antes de que se enfríe, mostrando cuidados modales a la hora de masticar y tragar inclusive. Pero su atención no podía concentrarse del todo en su comida, puesto la curiosidad respecto a la joven era aun mayor. – el mío es un D-scanner, por lo que al no tener un digimon acompañante, puedo llamar espiritus de criaturas ancestrales para convertirme en ellas… aunque eso no importa ahora, corrígeme si me equivoco, pero presiento que ustedes se conocieron hace poco… -hacer suposiciones intentando adivinar la verdad era algo que debía hacer cada vez que le faltaba información, y la información, era su arma predilecta en el digimundo.
Volvió a mostrar una sonrisa pícara a la hora de abrir la boca por segunda vez. – Yokomon, ¿Cómo llegaste al mundo humano? O será… tal véz… ¿naciste aquí? –finalizó sus preguntas, volviendo su atención a sus platos aunque sin ignorar a sus acompañantes. Lilithmon se limitaba a observar en silencio la conversación, sonriendo ocasionalmente de manera amistosa deseando que su amo no se diese cuenta de la simpatía que sentía por las jóvenes.
El veterano movió sus orbes dorados hacia el bolso de la dama, analizando la flor por unos segundos antes de volver a abrir la boca. - ¿eres un Yokomon, cierto? Pocos digimon poseen una flor tan hermosa en su etapa bebé, así que debes sentirte orgulloso de ese detalle… -no hubo un gramo de duda en sus palabras a la hora de halagar al pequeño digimon, a pesar de no ser visible totalmente, puesto para él ya era tan normal como ver a un animal del mundo humano, o inclusive mas común.
Su expresión fría, intentó mantenerse así por unos segundos pero no pudo evitar el arquear se ceja derecha por la sorpresa ante la pregunta de la Tamer. ¿Era en verdad ella una tamer? De ser así, lo mas seguro es que no tuviese a su acompañante hace mucho, o tuviese amnesia, aunque la segunda opción eran tan difícil como improbable. - ¿no sabes lo que es esto? –preguntó simplemente para cerciorarse, antes de sonreír de lado y tomar con la diestra el d-scanner. Lo enseñó acercándolo suavemente a Mikoto, tomando un trago de vino para poder suavizar su garganta y de esa manera proseguir con la explicación. – cuando se nos asigna un digimon acompañante, cualquier dispositivo electrónico que tengamos en la cercanía tiene posibilidades de convertirse en esto, un digivice… o simplemente pueden aparecer de la nada, escuché de varios casos así-comenzó su explicación antes de volver a depositar el aparato sobre la mesa, a una distancia prudente de su comida.
- El digivice es lo que nos certifica como tamers, no solo hay varios tipos de digivice, si no que también tienen diferentes usos… aunque todos representan la conexión con nuestro digimon acompañante –finalizó su explicación cortando un bocado de su salmón para poder comer antes de que se enfríe, mostrando cuidados modales a la hora de masticar y tragar inclusive. Pero su atención no podía concentrarse del todo en su comida, puesto la curiosidad respecto a la joven era aun mayor. – el mío es un D-scanner, por lo que al no tener un digimon acompañante, puedo llamar espiritus de criaturas ancestrales para convertirme en ellas… aunque eso no importa ahora, corrígeme si me equivoco, pero presiento que ustedes se conocieron hace poco… -hacer suposiciones intentando adivinar la verdad era algo que debía hacer cada vez que le faltaba información, y la información, era su arma predilecta en el digimundo.
Volvió a mostrar una sonrisa pícara a la hora de abrir la boca por segunda vez. – Yokomon, ¿Cómo llegaste al mundo humano? O será… tal véz… ¿naciste aquí? –finalizó sus preguntas, volviendo su atención a sus platos aunque sin ignorar a sus acompañantes. Lilithmon se limitaba a observar en silencio la conversación, sonriendo ocasionalmente de manera amistosa deseando que su amo no se diese cuenta de la simpatía que sentía por las jóvenes.
Off: lamento mucho, mucho, mucho la demora; andaba sin inspiración alguna.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
Mientras que yo intentaba ignorar la pregunta de Fuji, se pudo notar a simple vista como la flor sobresaliente de mi bolsa comenzo a moverse al escuchar al jóven comentar sobre esta, escuchandose desde dentro la voz aguda de Yokomon- ¿Escuchaste esto mamá? Dijo que mi flor era bonita~ -con un tono inocente. La volteé a ver, sus ojos me daban el mensaje del deseo que ella tenía por salir a saludar pero me era dificil hacerlo sin llamar la atención de alguien por lo que desvié la mirada como pretexto de no haber entendido el mensaje.
Mi mirada esta vez regresó hacia él, quien mantenía una mirada fría pese a que se mostró algo sorprendido por mi pregunta- ¿Dije algo malo? -fue lo que pensé con ciertos nervios, quizás el preguntar sobre eso había sido muy mal educado de mi parte pues podía ser algo intimo suyo, aunque si ese fuera el caso no habría lógica del porque lo tendría a la vista de todos. Su tipica sonrisa volvió lo que hizo que mi sentimiento de culpa cesara, y ante su pregunta solo incliné un poco la mirada hacia abajo sin decir nada, sabía que no era necesario responder algo que era más que obvio. Miré con atención el objeto que era deslizado hacia mi, era una especie de control o mando cuyo color predominante era el blanco, acompañado de dorado y botones rojos- Normalmente los controles son de un color apagado como el negro o gris, dudo que esto sea algo como eso -me dije a mi misma para disipar dudas usando la razón. Cuando volví a escuchar su voz alcé la mirada para verlo a los ojos pero mientras él explicaba me tomaba mi tiempo para entender y regresar de vez en cuando mi mirada a ese extraño artefacto que él denominó como ''Digivice''- Debi imaginarmelo, esto es algo relacionado con los digimon -me quedé callada unos momentos, cruzandome de brazos y acomodando mi espalda en el respaldo de la silla sintiendo la mirada curiosa de Yokomon sobre mi- Entonces, si lo que dice es verdad, ¿El dispositivo que apareció cuando el Digitama de Natsu se abrió es tambien un digivice? -mis ojos se abrieron de repente como si hubiese recordado algo y empecé a buscar en el mismo bolso en el que se encontraba Yokomon.
Yokomon me miraba con cierta curiosidad y el sentimiento de angustia en sus pupilas, atreviendose a preguntarme- ¿Buscas algo Miko? ¿Te ayudo? -pero antes de que pudiera contestarle lo había encontrado, era mi ''digivice''- Lo siento Yokomon, no creas que te estoy ignorando -le respondí al volver a sentir su mirada sobre mi, ella se quedó callada, estoy segura de que lo hacía para que no me sintiera peor y tambien por su incapacidad de mentir- ...¿Quieres salir a saludar? -su sonrisa volvió a iluminar su rostro, asintiendo con enegías. Sentía algo de pena, Yokomon tenía el aspecto perfecto para confundirse con un simple muñeco pero ese es el asunto por el cual me avergonzaba un poco, es en estos momentos donde agradezco internamente que el área donde nosotros encontramos no haya ningun comensal cerca- Perdona, no pienses que no te he estado escuchando, en verdad estaba buscando algo ahora que lo mencionaste -despues de decirlo, pose el dispositivo en mi mano en medio de la mesa, este era pequeño a comparación del de Fuji pero compartían el color predominante, solo que los botones y decoraciones del mío eran un tono entre anaranjado y amarillo.
Yokomon se había puesto a girarse de un lado a otro sin llamar mucho la atención por su pequeño tamaño, estaba sobre mis piernas así que podía sostenerla para que no saltara o hiciera otra clase de movimientos bruscos, aunque dudaba que lo hiciese, ella tenía un extraño apego hacia mi que le impide alejarse mucho. Al escuchar su ''nombre'', o el nombre de su especie, miró al chico- ¿Yoko? Nací aquí. Esta ciudad es mi hogar y Miko es mi mamá -dijo con una sonrisa tan inocente como el tono de su voz, aun así no pude evitar reir con nerviosismo y sonreír de igual forma- ...Ella me cree su mamá porque fui a la primera persona que vio -intenté aclarar, pero ella negó girando su flor de un lado a otro- ¡No! Miko es la mamá de Yoko porque cuido del huevo de Yoko y le puso un nombre -me tragué mis palabras, no sabía como era posible que Natsu estuviese consciente de que fui yo la persona que cuido de su huevo, no se supone que eso ocurra.. ¿O si?- Como sea... -intenté de manera brusca cambiar el tema, señalando el dispositivo que había puesto en la mesa anteriormente- ¿Podrías decirme si esto es un ''digivice'', ''D-Scanner'', o que es?
Yokomon se quedó callada pues sabía que cuando mi rostro se ponía rojo era un sinonimo de guardar silencio, aun así no podía dejar de mirar al chico que anteriormente le había hecho tan lindo cumplido y, de vez en cuando, apartaba su mirada hacia la otra jóven que nos acompañaba- Miko, Miko, ¿Quien es ella? -al principio quería decirle que esperara, pues pensaba que me iba a hablar de algun empleado o de un desconocido, pero cuando me giré mis ojos se abrieron como platos- ¿Ehhh? ¿De donde salió? ¿Quien es usted? -era una chica vestida de forma gótica y extravagante, no podría definirla de otra forma, ni tampoco me di cuenta cuando es que apareció o se sentó- ¿Es conocida tuya, verdad? -le pregunté a Fuji, dudaba que el fuera tan despistado como para no darse cuenta de que alguien se sentó en su mesa.
Mi mirada esta vez regresó hacia él, quien mantenía una mirada fría pese a que se mostró algo sorprendido por mi pregunta- ¿Dije algo malo? -fue lo que pensé con ciertos nervios, quizás el preguntar sobre eso había sido muy mal educado de mi parte pues podía ser algo intimo suyo, aunque si ese fuera el caso no habría lógica del porque lo tendría a la vista de todos. Su tipica sonrisa volvió lo que hizo que mi sentimiento de culpa cesara, y ante su pregunta solo incliné un poco la mirada hacia abajo sin decir nada, sabía que no era necesario responder algo que era más que obvio. Miré con atención el objeto que era deslizado hacia mi, era una especie de control o mando cuyo color predominante era el blanco, acompañado de dorado y botones rojos- Normalmente los controles son de un color apagado como el negro o gris, dudo que esto sea algo como eso -me dije a mi misma para disipar dudas usando la razón. Cuando volví a escuchar su voz alcé la mirada para verlo a los ojos pero mientras él explicaba me tomaba mi tiempo para entender y regresar de vez en cuando mi mirada a ese extraño artefacto que él denominó como ''Digivice''- Debi imaginarmelo, esto es algo relacionado con los digimon -me quedé callada unos momentos, cruzandome de brazos y acomodando mi espalda en el respaldo de la silla sintiendo la mirada curiosa de Yokomon sobre mi- Entonces, si lo que dice es verdad, ¿El dispositivo que apareció cuando el Digitama de Natsu se abrió es tambien un digivice? -mis ojos se abrieron de repente como si hubiese recordado algo y empecé a buscar en el mismo bolso en el que se encontraba Yokomon.
Yokomon me miraba con cierta curiosidad y el sentimiento de angustia en sus pupilas, atreviendose a preguntarme- ¿Buscas algo Miko? ¿Te ayudo? -pero antes de que pudiera contestarle lo había encontrado, era mi ''digivice''- Lo siento Yokomon, no creas que te estoy ignorando -le respondí al volver a sentir su mirada sobre mi, ella se quedó callada, estoy segura de que lo hacía para que no me sintiera peor y tambien por su incapacidad de mentir- ...¿Quieres salir a saludar? -su sonrisa volvió a iluminar su rostro, asintiendo con enegías. Sentía algo de pena, Yokomon tenía el aspecto perfecto para confundirse con un simple muñeco pero ese es el asunto por el cual me avergonzaba un poco, es en estos momentos donde agradezco internamente que el área donde nosotros encontramos no haya ningun comensal cerca- Perdona, no pienses que no te he estado escuchando, en verdad estaba buscando algo ahora que lo mencionaste -despues de decirlo, pose el dispositivo en mi mano en medio de la mesa, este era pequeño a comparación del de Fuji pero compartían el color predominante, solo que los botones y decoraciones del mío eran un tono entre anaranjado y amarillo.
Yokomon se había puesto a girarse de un lado a otro sin llamar mucho la atención por su pequeño tamaño, estaba sobre mis piernas así que podía sostenerla para que no saltara o hiciera otra clase de movimientos bruscos, aunque dudaba que lo hiciese, ella tenía un extraño apego hacia mi que le impide alejarse mucho. Al escuchar su ''nombre'', o el nombre de su especie, miró al chico- ¿Yoko? Nací aquí. Esta ciudad es mi hogar y Miko es mi mamá -dijo con una sonrisa tan inocente como el tono de su voz, aun así no pude evitar reir con nerviosismo y sonreír de igual forma- ...Ella me cree su mamá porque fui a la primera persona que vio -intenté aclarar, pero ella negó girando su flor de un lado a otro- ¡No! Miko es la mamá de Yoko porque cuido del huevo de Yoko y le puso un nombre -me tragué mis palabras, no sabía como era posible que Natsu estuviese consciente de que fui yo la persona que cuido de su huevo, no se supone que eso ocurra.. ¿O si?- Como sea... -intenté de manera brusca cambiar el tema, señalando el dispositivo que había puesto en la mesa anteriormente- ¿Podrías decirme si esto es un ''digivice'', ''D-Scanner'', o que es?
Yokomon se quedó callada pues sabía que cuando mi rostro se ponía rojo era un sinonimo de guardar silencio, aun así no podía dejar de mirar al chico que anteriormente le había hecho tan lindo cumplido y, de vez en cuando, apartaba su mirada hacia la otra jóven que nos acompañaba- Miko, Miko, ¿Quien es ella? -al principio quería decirle que esperara, pues pensaba que me iba a hablar de algun empleado o de un desconocido, pero cuando me giré mis ojos se abrieron como platos- ¿Ehhh? ¿De donde salió? ¿Quien es usted? -era una chica vestida de forma gótica y extravagante, no podría definirla de otra forma, ni tampoco me di cuenta cuando es que apareció o se sentó- ¿Es conocida tuya, verdad? -le pregunté a Fuji, dudaba que el fuera tan despistado como para no darse cuenta de que alguien se sentó en su mesa.
- Tamer & Digimon
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Misaka Mikoto
Re: Alta cocina francesa, y un encuentro de igual calidad. [Privado - Mikoto]
Al parecer su explicación respecto al dispositivo del mundo digital había surtido una clase de efecto en ella, puesto tras unos segundos en los que el peliverde disfrutaba con tranquilidad de su comida, la joven buscó entre sus pertenencias algo que hasta el momento desconocía su experimentado acompañante. Curioso le resultó que el pequeño Yokomon piense que esa tamer se trataba de su madre, aunque cierto era que un digimon bebé no distinguía la diferencia entre humanos y digimon, mucho menos al haber nacido en ese mundo sin criaturas con su semejanza. - ¡oh! Con permiso… -murmuró tomando el digivice de la ajena para observarlo de cerca, enfocando su vista en cada detalle particular del mismo, puesto la condición de un digivice hablaba de su tamer mejor que cualquier descripción posible. Sonrió de lado mientras lo observaba, abriendo la boca para hablar sin quitarle los ojos de encima al dispositivo. – es un hermoso D-arc… no posee marcas, por lo que debo decir que no es antiguo… el sector para deslizar cartas no parece tener uso, así que aún no han peleado bajo ningún punto posible –explicó moviendo la muñeca que sostenía el aparato ajeno. – el peso es el ideal, bueno para movimientos precisos y rápidos… -tras unos segundos, asintió y se lo retornó a su dueña, con sumo cuidado y delicadeza en sus movimientos.
Antes de seguir hablando, tomó un trago de vino de su copa y procuró terminar la sopa que acompañaba su comida antes de finalizar el pescado que tenía en frente. – Espero que tengas las famosas cartas coleccionables de digimon, puede que aquí simplemente sean un juego de niños… pero en el digimundo, serán tu forma de defenderte, puesto al deslizarlas por la parte superior de tu digivice desencadenarás diferentes efectos para ayudar a tu compañera a pelear –exclamó con el mismo animo que un joven niño explicándole las reglas de un juego a uno de sus amigos, para después desviar su mirada hacia la pequeña Yokomon entregándole una calida sonrisa. – Ahora eres pequeña, pero dentro de poco puedo asegurar que evolucionarás como todos los digimon en una criatura hermosa –con total seguridad espetó hacia la joven digimon que se mantenía en el regazo de su tamer, pero su atención fue dirigida a su digimon acompañante, LadyDevimon, a quien hizo agachar la cabeza en una reverencia con tan solo posar su mirada ambarina sobre ella.
- su nombre es LadyDevimon, es mi sirviente, no esperen que diga nada puesto no habla… si les incomoda su presencia, la haré retirarse –la presentó, observando como su digimon se retiraba a unos metros de la mesa posándose contra una pared oculta por las sombras para evitar ser vista por humanos. El tamer recuperó su actitud cordial cuando esta se alejó, puesto no la veía más que como una herramienta y no una compañera digimon. – supongo que, al ser una tamer primeriza te estarás preguntando “¿Qué es una evolución?” “¿Cómo se va al digimundo?” “¿Por qué este joven es tan hermoso?” pues bien, todas esas preguntas serán respondidas a su debido tiempo solo debes formularlas –sin dejar su ego de lado ni por un segundo, el tamer intentó anticiparse a todas las dudas que pudiese tener la joven, puesto el mismo las había tenido hace más de media década.
Antes de seguir hablando, tomó un trago de vino de su copa y procuró terminar la sopa que acompañaba su comida antes de finalizar el pescado que tenía en frente. – Espero que tengas las famosas cartas coleccionables de digimon, puede que aquí simplemente sean un juego de niños… pero en el digimundo, serán tu forma de defenderte, puesto al deslizarlas por la parte superior de tu digivice desencadenarás diferentes efectos para ayudar a tu compañera a pelear –exclamó con el mismo animo que un joven niño explicándole las reglas de un juego a uno de sus amigos, para después desviar su mirada hacia la pequeña Yokomon entregándole una calida sonrisa. – Ahora eres pequeña, pero dentro de poco puedo asegurar que evolucionarás como todos los digimon en una criatura hermosa –con total seguridad espetó hacia la joven digimon que se mantenía en el regazo de su tamer, pero su atención fue dirigida a su digimon acompañante, LadyDevimon, a quien hizo agachar la cabeza en una reverencia con tan solo posar su mirada ambarina sobre ella.
- su nombre es LadyDevimon, es mi sirviente, no esperen que diga nada puesto no habla… si les incomoda su presencia, la haré retirarse –la presentó, observando como su digimon se retiraba a unos metros de la mesa posándose contra una pared oculta por las sombras para evitar ser vista por humanos. El tamer recuperó su actitud cordial cuando esta se alejó, puesto no la veía más que como una herramienta y no una compañera digimon. – supongo que, al ser una tamer primeriza te estarás preguntando “¿Qué es una evolución?” “¿Cómo se va al digimundo?” “¿Por qué este joven es tan hermoso?” pues bien, todas esas preguntas serán respondidas a su debido tiempo solo debes formularlas –sin dejar su ego de lado ni por un segundo, el tamer intentó anticiparse a todas las dudas que pudiese tener la joven, puesto el mismo las había tenido hace más de media década.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
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