"No hay montaña lo bastante alta" (Libre)

Travis abrió los ojos lentamente, aún doloridos. Hace unos segundos estaba en su casa en el sur de Irlanda, preparándose para partir de viaje en busca del paradero de su hermana. Ahora, yacía tirado en un montón de arbustos, magullado y perdido. No tenía la menor idea de como había llegado hasta ahí, pero poco a poco, empezó a incorporarse y a mirar a su alrededor: No reconocía nada de lo que veía. A su alrededor, árboles y vegetación hasta donde alcanzaba la vista.

El calor le sorprendió mucho: Por estas fechas en su tierra natal la temperatura no subía de los 15ºC grados ni en los mejores días, pero aquí se sentía como en una mañana de primavera. Había brisa, la luz del Sol se filtraba entre los árboles, y la humedad del aire se hacía patente. Dedujo que, de alguna manera, estaba en un bosque tropical, probablemente en el hemisferio sur, por la estación en la que estaba.

Recordó uno de los consejos que había oído sobre orientación e intentó aplicarlo inútilmente. Había oído que el musgo crecía principalmente en la cara norte de los troncos de los árboles, pero al intentar comprobarlo, no sólo no halló musgo alguno, sino que se dio cuenta de que ninguna de las especies vegetales que le rodeaban le sonaban lo más mínimo.

-Debo de estar en una floresta de esas vírgenes, de las pocas que quedan. Nada de lo que hay aquí está documentado todavía. -asumió el joven, recogiendo el casco del suelo. Comprobó que el accesorio no tenía gritas ni rasguños y tras limpiarle un poco los cristales, ató la correa del mismo en el cinturón.

Miró entonces los únicos dos objetos que podrían darle una mínima pista de donde había aparecido: El aparato electrónico que no entendía, y el mensaje cifrado de su fracasado padre. Observó los números 48151-62342, que seguían careciendo de significado allí, y el aparato, que ahora parecía estar encendido, aunque sin mostrar nada en pantalla.

Se llevó las manos a la cabeza y resopló fuertemente pensando su siguiente movimiento, inconsciente de que estaba siendo observado desde su primer paso.

Han pasado cerca de 3 semanas desde que me adentre en el bosque buscando el templo de Strabimon para tener una pista de donde podría encontrarse mi Digispirit Bestia… y en este largo transcurso de tiempo; no eh logrado encontrar nada… ni al templo de Strabimon así como tampoco a Madre Juliet… aunque si pude haber una amiga; Sasha. Pero lo importante de ahora es buscar ese templo para tener una pista de donde buscar… o quizás en el mismo templo me diga donde se encuentra mi Digispirit Bestia y entonces podría partir un viaje directo hacia el lugar. Aunque también en este tiempo logre mejorar mi control sobre el poder de Lobomon… pudiendo utilizar sus espadas ya por mi propia cuenta, ahorrándome la molestia de que Magnamon tenga que controlar todo el cuerpo para poder luchar él. Lo único malo es que aun no soy capaz de utilizar el cañón de forma apropiada… quiero decir; no sé muy bien cómo controlar la energía para realizar un ataque en especifico… pero bueno, Magnamon ya ah dicho que es más difícil controlar el cañón que las espadas, asique no debería preocuparme tanto por el momento.

En estos momentos simplemente estaba descansando un poco; dejando de lado la forma de Lobomon para respirar con mis verdaderos pulmones… si es que no me dieron unos artificiales cuando estaba en ese laboratorio… ya; okey, eso es bastante exagerado de mi parte. Sea como sea; mientras caminaba por el lugar; sentí un ruido de impacto no muy lejos de donde me encontraba. Por un momento pensé que sería un digimon salvaje; pero de ser así, habría sido un impacto mucho más potente y escucharía gritos de furia o dolor por el lugar… supongo que no perdería nada con acercarme e investigar un poco. A medida que me acercaba al lugar; pude escuchar una voz extraña… una voz humana si no me equivocaba; de modo que me acerque entre unos árboles para camuflarme y pude ver a un humano bastante extraño; atando un casco de motocicleta a su cinturón.

Realmente me sorprendió ver a un humano que pareciera ser mayor de edad sin un digimon a su lado… quizás este era un novato o algo por el estilo pero… realmente es muy difícil de comprobar. Creería que es un novato si fuera unos años menor o algo por el estilo; pero ahora mismo me encuentro en un estado de duda extremo. Por un lado podría ayudarlo e intentar conseguirme un aliado; pero por el otro podría ser alguna especie de policía o agente especial fingiendo… no lo sé… por el momento lo único que puedo hacer es esperar a que se mueva para saber si atacarlo o dejarlo en paz.

(¿Tu qué dices Magnamon?... vigilamos y esperamos o vamos por un camino más directo y… violento a la vez) –le comente a mi compañero de cuerpo mientras vigilaba al humano de forma directa y silenciosa; sin moverme de mi posición actual-
(Yo digo que por ahora esperemos… no podemos simplemente amenazar a alguien que parece perdido… pero si presenta algún tipo de amenaza para nosotros o los digimons del bosque; no dudaremos en atacarlo) –ese comentario realmente me causo cierta satisfacción… por un lado podría saciar mis dudas de si es un peligro o no; y por el otro lado, si resultaba ser un enemigo, podría usar mis nuevas habilidades con la espada contra el-
(Comprendo… entonces a esperar) –suspire levemente y continúe observando-

Pasaron unos minutos hasta que Travis se recuperó del bajón de moral inicial. Miró el aparato en la palma de su mano y pulsó dos botones al azar, considerando que ya no tenía nada que perder si funcionaba o no. Para su sorpresa, La pantalla se iluminó por completo, emitiendo un pitido intermitente agudo cada pocos segundos. En el monitor, dos puntos rojos se encendían y se apagaban con los pitidos: Uno en el centro, y uno en el borde inferior de la pantalla.

Arqueó una ceja y probó a tocar el mismo botón, lo que apagó la pantalla. Lo pulsó una tercera vez y empezó a andar en la dirección en la de la que venía el viento, pensando que encontraría un valle o si tenía mucha suerte, el mar.

Entonces, comprobó como los iconos rojos de la pantalla se iban alejando, hasta que el más cercano al borde desapareció. Una gota fría de sudor le cayó por la cara y bajó hasta el cuello cuando se dio cuenta de lo que tenía: Lo que la pantalla mostraba era un mapa.

Travis se giró, y el mapa se giró a la par hasta que tuvo el punto rojo delante. Miró al horizonte, entre los árboles, pero no logró ver nada. Se llevó la mano al cinturón buscando el casco, su único objeto que serviría de protección caso se encontrase con otra persona. No obstante, su mano no encontró nada.

-¿Qué diablos..? -exclamó, mientras se giraba sobre sí mismo, sin entender lo que pasaba. Resolvió todas sus dudas cuando, al girar 180º, vio una criatura verde de poco mas de un metro de altura, parecida a un sapo y con flores en la cabeza, analizando el casco entre sus patas.

-¿Esto que es? Mola bastante. -dijo la criatura. -Yo soy Palmon, la misma de la que habrás oído hablar. Pero no te preocupes que soy misericordiosa y por esta vez te perdono haber entrado en mis dominios.

A Travis casi se le escapa una sonrisa ante la amenaza de aquél sapo/flor, pero se aguantó. Pensándolo bien ni siquiera reconocía qué era, y había la posibilidad de que estuviera frente a un animal venenoso y que encima hablaba. Ante la duda, fue educado.

-Yo me llamo Travis O'Donnell. Eso que tienes en las manos es un casco de moto, y es mío. Siento haber entrado en tus... "dominios", pero ni siquiera sé como he llegado aquí. -se agachó, para estar a la misma altura que la criatura. -¿Como es que sabes hablar mi idioma?

Tan pronto como ese otro humano dio un paso, sujete mi D-Scanner con fuerza esperando no tener que usarlo por la fuerza, y al final no fue absolutamente necesario. Para comenzar, el humano no parecía tener la absoluta idea de qué hacer con su digivice y comenzó a tocar todos los botones hasta que finalmente comenzó a avanzar; primero de ida y después de vuelta creo. No sé qué paso que se estaba por ir pero luego regreso… pero lo que si se es que tan pronto como regreso; comenzó a observar entre varios árboles, cosa que me forzó a esconderme. Luego de esconderme; escuche otra voz por lo que me asome entre los árboles para ver que sucedía, y aparentemente ese humano estaba hablando con una digimon con aspecto de planta… la verdad es que no tengo la menor de las ideas de que sucedía entre los dos… pero algo no andaba bien conmigo. Comencé a darme cuenta de que estaba acercándome lentamente a ellos, pero no por que estuviera caminando; si no más bien por que pise una especie de madera vieja con musco, lo que comenzaba a deslizarse por la tierra por cuestiones de gravedad y mi peso.

Lo único que pude decir en ese momento fue un simple “que ironía”; acto seguido después, la madera termino de calentar y simplemente comenzó a caer conmigo encima. En tan solo 2 minutos ya había bajado completamente una pequeña ladera hasta llegar cerca de ambos individuos a quienes estaba vigilando… aunque claro; el llegar hasta ellos tuvo como consecuencia el que chocara contra un árbol con bastante fuerza. No sé que me dolía más en ese momento, mi orgullo o el golpe que recibí al chocar con el árbol.

Porque… demonios… ¿esto no me sorprende tanto viniendo de mi? –Comencé mientras me frotaba el rostro debido al golpe- (Magnamon, dime que tienes algún truco para que se pase el dolor por que ya comienza a molestarme)
(Lo siento Plasma; soy un guerrero y además un espíritu… no sé nada sobre aliviar dolores; ni física ni espiritualmente como tú has hecho en algunas ocasiones pasadas) –Eso no me ayudo mucho que digamos pero al menos será un buen dato para el futuro-
Tsk… esto me pasa por no irme cuando debía… -me di vuelta para observar al humano y a la digimon- … (Okey… esto podría ser malo…) oye… -señale a la digimon con aspecto de planta- ¿tú de donde saliste?

Palmon cruzó los brazos, burlona. -No recuerdo que el idioma fuera "tuyo".

La planta se rió, y Travis no supo si lo hacía a plena conciencia de lo que era el sarcasmo, o sí de verdad interpretaba las cosas de manera literal y creía que el escritor era "dueño" del idioma que hablaba. Se llevó las manos a la cara y murmuró una grosería, apenas audible, entre las palmas de la mano. Su expresión era de exhaustión, y eso que apenas había conocido a Palmon

-Vale, Palmon. Yo me llamo Travis O'Donnell, como te dije antes. No sé donde estoy, ni como he venido a parar aquí. Ni que es esto.

Cuándo Travis le enseñó el aparato misterioso a Palmon, los ojos de esta se iluminaron.

-¡Es tu digivice! -contestó abrupta.

-Digivice. Vale. -Travis aún parecía confuso. -¿Lo que viene a ser...?

Palmon apenas abrió la boca para explicar lo que sabía, cuando un otro joven, de aproximadamente la misma edad que Travis, cayó por la ladera hasta quedar a unos pocos metros de la pareja. Aún en el suelo, preguntó de donde había salido Palmon, pero fue el humano quien habló primero.

-Teniendo en cuenta la que te acabas de dar, me sorprende que puedas hablar bien. ¿Seguro que no te has roto nada? ¿Ningún diente, nada? -mientras lo dijo, le extendió la mano, para que pudiera levantarse. Luego continuó.

-Me llamo Travis. ¿Qué sabes de este sitio?

Travis hacía preguntas, más preocupado por el bienestar del recién llegado que por su propia seguridad. Fue ingenuo, y pasó completamente por alto un detalle: En la pantalla de su Digivice, los dos puntos rojos estaban en la misma cuadrícula.

Continúe frotándome el rostro un momento hasta que vi la mano del humano estirarse para darme una ayuda a levantarme; aunque yo rechace la oferta, simplemente levantándome por cuenta propia mientras sacudía mi ropa ya de por si sucia y desgastada. Es irónico; intentando limpiar algo que no puede ser limpiado… y no me refiero a cosas como muertes y eso… sino más bien al hecho de que mi ropa estaba en un estado de decadencia tan pobre que… intentar lavarla seria ensuciar mas el agua de lo que ya podría encontrarse sucia. Fuese como fuese; note como el chico me observaba, creo que sorprendido… no sé porque, pero según sus palabras; el hecho de que hablara tan tranquilamente luego de un golpe así, era motivo de sorpresa… je; hablar es lo de menos, supongo. Suspire levemente y me estire, observando atentamente lo que ocurría… la verdad no estaba del todo enterado pero cuando el humano me pregunto dónde se encontraba; arquee la ceja levemente… quizás si era un simple novato y yo estaba siendo nuevamente demasiado paranoico como para darme cuenta de ello. Aunque igualmente mi sentido de la paranoia no me dejaba… seguramente aun no sabía lo suficiente como para marcarlo como una “no amenaza”.

Estoy bien, si aun no me sujeto la cara y trato de gritar; significa que estoy bien… ¿no crees? –comencé con algo de ironía, mientras me frotaba el rostro- tsk… y por cierto, mi nombre es Plasma… no creo que una presentación completa valga la pena… -suspire levemente y después lo observe seriamente- y respecto a tu tan inesperada pregunta… nos encontramos en el mundo digital, Travis…
(Plasma, la digimon a su lado se llama Palmon… es una digimon de nivel Rookie asique no debemos preocuparnos tanto por lo que pueda hacer… incluso creo que es totalmente inofensiva) –Evidentemente Magnamon no tenia preocupación asique yo menos- (Aunque el humano tampoco parece peligroso…)
(Magnamon, yo decidiré respecto al humano) –Suspire levemente y observe a Travis- ¿Qué haces aquí Travis?... ¿Dónde está tu compañero digimon?

[Plasma, te informo de un pequeño error que cometí al redactar. No me he dado cuenta de que en realidad, debería haber empezado con Tanemon y no con Palmon como hice. Puedo editar las entradas anteriores, pero visto que no ha pasado extremadamente importante (basicamente, todo lo que ha dicho y hecho Palmon también puede haberlo dicho Tanemon), simplemente voy a hacer como que aquí no ha pasado nada, y de ahora en adelante, usar a Tanemon. Lo siento mucho las molestias.]

Pese a no conocer mucho del otro único humano al que había visto, a Travis se le dibujó una pequeña sonrisa. Sería un chaval de poco menos edad que él, pero en aquél mundo donde el sentido común brillaba por su ausencia, Plasma parecía tener más experiencia.

-¿Es una pregunta inesperada? ¿Porqué? Lo último que recuerdo es salir de mi casa, pero no he llegado al garaje.

-¡Yo me lo encontré perdido hace unos minutos, es verdad! -Tanemon intervino, saltando en su sitio, pero Travis le interrumpió, poniéndose algo serio.

-¡Vale, suficiente! Plasma, Tanemon. Todo lo que sé ya os lo he dicho. Me llamo Travis, vivo en Irlanda, y me disponía a marcharme de casa cuando aparecí aquí, en este sitio. Encima de aquellos arbustos de ahí. Todo lo que tengo conmigo es esto de aquí a lo que llamáis Digivice, y esta nota con unos números.

Travis enseñó los dos objetos, algo cansado. Plasma y Tanemon le habían caído bien, sí, pero empezaba a recordar que hacía ahí: Tenía que encontrar a Sarah y llevársela de vuelta a casa. Y las pistas que tenía hasta ahora no le estaban ayudando mucho.

Se guardó los objetos otra vez en el interior de la chaqueta, antes de cerrarla hasta la mitad. Para cuándo terminó, Tanemon ya estaba escalando por su cuerpo, hasta llegar a su hombro. Como un loro. A veces, sus grandes hojas acariciaban la oreja del joven, haciéndole una mezcla entre cosquillas y pequeños pinchazos.

-¿Que es este lugar? ¿Que haces tú aquí, Plasma?

Se notaba que Travis estaba entre nervioso y enojado por su reacción ante tantas preguntas; aunque debería comprender que yo no sé nada de él y preguntar es algo inevitable. También pude observar como Tanemon escalaba por su pierna intentado llegar a su hombro; era una escena algo graciosa, lástima que no pudiera reírme… aunque también lo agradezco; dudo que le agrada que me riera de eso a Travis. Aunque al final Travis pregunto que era este lugar… y dudo que se refiriera al bosque… así como también pregunto qué hacia precisamente yo allí; la verdad es que no se si confiar en el… asique solo contare la mitad de la historia para que… vea su reacción.

… este es el mundo digital; un mundo hecho completamente de datos… tu, yo, Tanemon, el suelo, todo aquí son datos de computadora conformando un mundo único… -cerré los ojos un momento- quizás no lo creas pero bueno; todos los que llegamos el primer día tenemos problemas para creerlo…
(Bien, ya sabe como es el lugar general… ¿ahora como planeas explicar que haces aquí?) –Magnamon pareció recalcar el lado malo de esto; supongo que ya se le hiso costumbre-
Y que hago aquí… mira; todo lo que puedo decirte es que… no quiero volver al lugar donde vivía antes… preferí irme de esa prisión antes que pasar un minuto más allí –comente cruzado de brazos apartándome un poco- mira, estaba buscando algo ahora; pero creo que ayudarte a acoplarte en el mundo digital es algo un poco mas… eh… importante
(La verdad no lo es pero no te queda más remedio, ¿no?) –Magnamon al menos sabe reconocer esas cosas-
(Claro que no tengo más remedio; el Digispirit Bestia me interesa más que esto pero… egh… ya no queda de otra) –Suspire levemente- mi siguiente pregunta es para Tanemon –lo observe un momento- ¿Dónde vives?, quizás sea mas cómodo ayudar a Travis en tu casa que en el bosque… la última vez que ayude a alguien en el bosque; termine luchando con un escarabajo gigante de principio