Tanemon en mi mochila (?

Era de mañana y como todos los días de semana era obligatorio ir a clases algo que odiaba con toda mi alma ya que por ser una Idol muchos estudiantes del establecimiento terminaban "acosándome". Aun estaba sentada en mi cama con todo el cabello desordenado, tome el reloj y lo miré.

-Aun falta 45 minutos...- Dije dejando el despertador en la mesa de luz y me levanté, luego noté un bulto en mi cama, sonreí y destapé a la pequeña Tanemon. -Vamos no seas floja y levántate- Dije sonriendo le.

-Ne... pero ...tu no me dejas acompañarte.... para que quieres que me levante??...- Dijo de una forma muy perezosa.

-Aun así alguien te puede ver...- se levantó sin discutirme más.

Me fui a dar un baño y luego me vestí para irme, tomé mi mochila y una tostada con mantequilla, me la fui comiendo en el camino y al cabo de unos 30 minutos llego a la escuela justo cuando el timbre de entrada sonó. Llegue a mi salón y se senté en mi pupitre dejando la mochila en sima de la mesa pero me sorprendí cuando esta se movió.

-Ah! pero que pasa...- La abrí y allí estaba mi digimon, se había metido sin que me diera cuenta. -Pero que haces aquí!!!- Dije susurrando le.

-Pues como no me dejabas venir tuve que colarme- Dijo con calma y tranquilidad, lo opuesto a mi claro...

-Como se te ocurre!! alguien puede verte...!- Aun susurrando creyendo que nadie me estaba viendo.

OFF: Espero que no te importe si me uno :P

ON: Aún era bastante pronto, pero Seiichiro Sano salió a dar un paseo. Como ya tenía 18 años, no le hacía falta ir obligatoriamente a la escuela, aunque estaba tomándose un año sabático para pensarse si ir a la universidad o trabajar en el negocio familiar de las aguas termales... de todas formas, Sano continuaba caminando hasta donde se encontraba su antiguo instituto y, ágilmente, se subió a uno de los árboles con ramas más robustas que allí habían y se tumbó en una de ellas mirando hacia el cielo.

Sano: ¿Qué fue lo que realmente me pasó? ¿Por qué me convertí en Betamon? ¿Y qué narices es éste Digivice que absorbió la extraña estatua del Digimon en el que me transformé?

El joven, quien poseía una quemadura en uno de sus ojos, una marca de guerra que se hizo cuando él era pequeño, como él llamaba a esa quemadura, se puso a observar atentamente su Digivice, un extraño dispositivo que era de colores dorados, azules y cian. Aún recordaba cómo, días antes, se había transformado en una especie de rana con cresta capaz de lanzar electricidad para vencer a una especie de goblin verde equipado con un mazo que estaba causando problemas. No sabía aún nada acerca del Mundo Digital, salvo lo que le había dicho la voz masculina que le había entregado con anterioridad el Digivice y el Espíritu Digital de Betamon, el cual poseía el poder del Agua.

Mientras lo pensaba, Sano observaba que todos los alumnos comenzaban a entrar en clase. Recordaba como a él no le gustaba nada ir a clase, a pesar de ser buen estudiante, odiaba los exámenes.

Sano: Supongo que no pasa nada si me echo una pequeña siesta...

Al poco tiempo, se quedó dormido en la robusta rama del árbol con su Digivice en la mano.

Tanemon se había quedado quieta durante todo el rato que estuve en clases hasta que por fin tocaron para un descanso, saque mi mochila donde estaba mi pobre digimon se estaba ahogando. Fui corriendo al lado en donde no había mucha gente y eso era bajó un gran árbol donde casualmente estabas durmiendo pero no me di cuenta de tu presencia solo me senté en sus grandes raíces y allí dejé que mi pequeña amiga saliera.

-AH! hice todo lo posible para que nadie me viera!- Dijo haciendo un reproche mientras me miraba con molestia por a ver la dejado dentro de la mochila, le acaricié la cabeza para calmarla.

-Lo siento pero fuiste tu quien quiso venir a si que solo debes aguantarlo...-Le sonreí ámpliamente y ella luego desvió la cabeza aun algo molesta pero al poco rato se le pasó. Por suerte no estaba como Palmon ya que ahí si sería un lío esconderla.

Sano respiraba profundamente mientras seguía durmiendo con tranquilidad encima de las ramas. De hecho así era hasta que sonó la campana que decía que los estudiantes podían salir fuera del instituto para tomarse un merecido descanso. Aún con sueño, Seiichiro Sano bostezó varias veces antes de abrir los ojos. Entonces, observó que una joven peliverde venía corriendo rápidamente sin que ésta se percatase de que el joven con la quemadura en su ojo la estaba observando. Al posarse la joven debajo del árbol y abrir la mochila, vio salir de ella a un Digimon con aspecto de planta con cuatro patas que se quejaba del poco espacio del que disponía dentro de la mochila de la joven. La joven le contestaba sonriendo como que la culpa era suya por haberse colado en la mochila. Entonces, Sano decidió presentarse, ya que sentía curiosidad por todo lo relacionado con el Mundo Digital. Tal era su curiosidad, que saltó delante de la Tamer y su Digimon sonriendo con una amplia sonrisa en su rostro.

Sano: Vaya vaya, ¿qué tenemos aquí?

La verdad no me había dado cuenta de tu presencia hasta que saltaste justo frente de nosotras, me asusté un poco al verte tan repentinamente y meto a Tenamon dentro de la mochila para que no la vieras sin saber que tu también sabías sobre el mundo digital.

-Ehhhh.... hola!  no me di cuenta que estabas por aquí... - Dije riendo nerviosamente pidiendo le a dios que no hallas visto a mi digimon, me puse la mochila en mi espalda y me incorporé quedando para justo frente a ti. Tanemon comenzó a moverse a dentro tratando de nuevamente salir pero dejé mi mochila cerrada para que no salga. -Emmmm y que haces aquí, quieres algo en especial???- Te miré y dibujé en mi rosto una gran y amplia sonrisa.

Sano comprobó cómo, rápidamente, la joven peliverde, intentando disimular, se guardó a su Digimon en la mochila y se la colocaba a su espalda. También le preguntaba si quería algo, a lo que el joven moreno con la quemadura en el ojo se encogió de hombros.

Sano: Realmente no quiero nada.

Sano señaló entonces la mochila de la joven con el dedo índice de su mano derecha, a la vez que la joven le sonreía ampliamente.

Sano: No es necesario que escondas a tu Digimon, lo he visto desde arriba del árbol.

Entonces, Seiichiro Sano se llevó la mano al bolsillo donde, segundos antes, había guardado su Digivice, sacándolo y mostrándoselo a la joven Tamer que, ahora que la miraba, le resultaba familiar.

Sano: Yo también estoy relacionado con el Mundo Digital y puedo transformarme en un Digimon... bueno, pude una sola vez, no he vuelto a poder transformarme en Betamon, pero si aún poseo este Digivice, significará algo.

Sano se dio cuenta de que estaba hablando demasiado, por lo que alargó su mano hacia delante sonriendo tratando de presentarse a aquella atractiva joven y estrecharle la mano.

Sano: Por cierto, me llamo Seiichiro Sano, pero prefiero que me llamen Sano, es más corto.