Un digimon en Tokio [Prueba de Ginga Hagane]

Había comenzado el día, y como siempre el joven no podía quedarse en casa tranquilo pensando que hacer, por lo que sale de ahí y comienza a ir por la ciudad, el día era muy tranquilo no había mucha gente esta vez, estando algo pensativo pudo ver como más adelante suyo había visto una extraña criatura, parecía ser un perro quien estaba haciendo tanto estruendo pero no le importaba mucho al muchacho, simplemente se concentraba en seguir su camino para continuar, al ver la criatura salir de un callejón, por lo que le da curiosidad. —Que pensara hacer?.— Se pregunta mientras avanza hacía la multitud, donde vio que se había metido, viendo tanta gente no sería fácil encontrarlo.

Al ponerse en marcha para poder encontrarlo, estando dentro pudo verlo, y absolutamente no era un perro tenía otra forma, parecía más un lagarto amarillo con correas rojas en su manos por lo que lo sorpresa al joven mientras intentaba seguir avanzando, al encontrarse solo con la criatura, comenzó a pensar un poco en que hacer con el lagarto, por lo tanto intenta llevarlo con el, por lo que corre hacía el, y lo arrastra hacía un pequeño callejón, donde sabía que no pasaba gente ni había a su alrededor, eso le dio más oportunidades para seguir avanzando sin ser descubierto.

Por lo que avanza hacía una plaza cercana de la ciudad, donde no había nadie hoy, por lo tanto se queda ahí con el digimon que aún no lograba reconocer por lo que dice. —¿Que rayos será esta criatura?— Dice en un tono bajo, se comienza a preguntar si realmente era un lagarto o no, al parecer lo había oído y responde. —Soy Agumon.— Dice su nombre mientras el andaba pensativo aún, el día andaba pasando algo rápido mientras intentaba averiguar de que se era y de donde venía, no podía asegurar que fuera de alguien más.

Ginga no conocía ese nombre, ahora que lo pensaba nunca lo había oído por lo que lo había tomado como un animal extraño, no sabía si respondería la pregunta o no pero dice. De donde vienes?. Pregunta a Agumon para ver si podía al menos tener información acerca de esta criatura, tardo un poco pero al final respondió la pregunta de Ginga. —No sé de donde vengo.— Era rara esa respuesta, claramente no lograba encontrar el problema que había actualmente, por lo que comienza a pensar, y toma una decisión. Bueno... Yo soy Ginga Hagane mucho gusto. Dice presentándose al Digimon que andaba con el quien sabe que harían ahora.

Debía haber una manera de intentar ocultarlo entre la multitud para salir de esa plaza sin que fueran vistos, por lo que intenta ser lo más discreto posible. —Sígueme.— Dice mientras  siguen avanzando, de suerte las personas parecía que se habían ido de la zona de donde estaba antes por lo que aprovecha y comienza a correr con Agumon a su lado, claramente conocía que debía ocultarlo por lo que lo lleva a su casa, parecía que no iban a llegar sin ser descubiertos pero de suerte pudieron, al estar ahí lo llevo a su habitación para asegurarse que todo este bien.

En su mesa donde se ubicaba su computadora, la cual no usaba muy seguido, había un aparato nuevo que no conocía en absoluto, era naranja no sabía si era un celular o algo similar, por lo que comienza a pensar para que servirá esto, dice mientras Agumon estaba sentado en su cama, por lo que se pone a intentar ver para que era el aparato, después de varios intentos colocó un poco en linea hacía Agumon, y al colocar su dedo en la parte de arriba, hizo que de alguna forma su nuevo compañero entrara y dice. —Ginga, Sácame de aquí!!!!.— Gritaba el Digimon mientras estaba dentro.

Por lo que intenta sacarlo haciendo varios intentos, pero parecía no funcionar, al reflejarlo como la primera vez, logro que saliera,  parecía estar muy cansado eso preocupo un poco al pelirrojo, por lo que debía comenzar a pensar de que se trataba claramente tanto cansancio, —¿Acaso había pasado por mucho anteriormente.?— Piensa mientras vio un fuerte brillo de color amarillo que cubría a su compañero, preocupado por lo que le pudiera pasar vio como este comenzó a cambiar su forma al igual que su color, ya no parecía más un lagarto amarillo, ahora era una extraña criatura rosada, no entendía porque había cambiado pero eso se averiguaría después.

—Que te sucedió Agumon?.— Le pregunta a su compañero —No sé que me paso.—  Al haber dado respuestas, parecía que este caso no se entendía mucho, ahora conociendo que con el extraño aparato podía ocultarlo, lo llevaría cargado, lo tenía justamente en sus bolsillos guardado para no dejarlo perder en el momento que lo necesite, ya iba a ser la tarde y no había comido de nada, por lo que va a la cocina y comienza a cocinar algo, claramente también hacía para Agumon, pero no conocía que tipo de cosas comía por lo que aún tenía la duda.

Al estar ahí, tenía cuidado de no quemarme era un novato aún en la cocina, al terminar de cocinar, llevo los dos platos a su habitación, donde sabía que no habría nadie, por lo que le da su plato a su Digimon y comienza a comer, eso le agrado al muchacho, al igual que el que había iniciado.