Party four [Alanna/Elith/Fuji]

En su vida había tenido algo tan movido como aquello, dos fantasmas que querían aprisionarla y matar a una pequeña criatura,  ese encuentro había sido brutal  o tal vez una  pesadilla. Seguramente ahora sonaría su alarma y debería despertar a su padre para que fuese a trabajar y así fue,  comenzó a sonar aquella canción tan reconocida por ambos. Se sentó en la cama mientras se quedó por momentos pensativa en cuanto a ese sueño que había tenido recientemente,  pero aún así hubo algo allí que no estaba  bien, creía que aquello era una especie de Deja vú y algo más que noto era que su padre no había cantado, el debería haberlo hecho ¿por qué no lo escuchaba?, tampoco escuchaba su  risa tan particular, sentía que  acercarse a  él sería peligroso y no entendía porque después de todo era su papá aquel quien siempre le cuidaba, esa persona  no le haría daño

“No lo es”, en su mente inmediatamente  se respondió a sí misma como por alto reflejo, señalando que no debía tocarlo o hablarle. Por momentos algo de temor le asaltó, pero luego solo se rio de sí misma por quedar tan perturbada por un tonto sueño- Hey, despierta espartano. No estoy de humor y acabo de tener un sueño extraño en el que unos fantasmas y una llama parlante aparecían- comento la pelirroja mientras se levantaba de su cama para acercarse al otro pelirrojo y despertarlo de aquel pesado sueño que parecía tener, pero apenas le palpo  pensó para sus adentros que aquella había sido una  muy mala idea. Creyó que aquella enorme habitación de improviso se hizo más pequeña  y que algo frio había  atravesado su cuerpo; por su boca salió algo de vaho, como si inesperadamente  hubiese comenzado a hacer frio en ese lugar. Su mano de pronto se vio atrapada por algo que no era algo  humano  y antes de que pudiese soltar alguna especie de ruido por la boca, otra enorme mano aprisiono su cuello comenzando a hacer una fuerte presión sobre el mismo, la chica no podía respirar  ¿por qué su padre estaba haciéndole aquello?- ¿P…apá? – pregunto sintiendo  como el aire comenzaba a faltarle de a poco. A medida que las sabanas fueron moviéndose de aquella cama fue distinguiendo de que se trataba, era ese bakemon que había querido matar a ese pequeño- Pap-á….ayudam-e -  esta vez dijo de manera inconsciente sintiendo como repentinamente aquella cosa le soltaba con temor después de haber visto brillar una luz que salió del bolsillo de la chica.

-¡Hey!, ¡Hey! ¿Estás bien?- lo que parecía una voz de un pequeño niño provoco que aquella chica abriese sus parpados de manera precipitada  y se sentase de manera apresurada. Inevitablemente llevo su mano hasta su cuello como recordando lo que había pasado. – ¡Hey!, ¿humana estas bien?-  escucho de nuevo aquella voz y la adolescente observo a la pequeña bola de fuego que tenía en frente suyo quedando algo impresionada al observar ese pequeño a la luz del sol ¿qué era esa cosa?- Ah….¿qué?....- la joven  comenzó a hacer su cuerpo rápidamente hacia atrás arrastrándose con el trasero pegado a la hierba. Mil veces quiso especular que aquello era un sueño extraño o tal vez  alguien que le estaba jugando una mala broma.

“Seguramente esa cosa es algo hecho con efectos EFX”, pensó para sus adentros mientras tragaba saliva. Quería creer en sus pensamientos, pero esa bola de  fuego era tan real que dudaba que fuesen efectos especiales. Mantuvo su vista fija en esa criatura solo por momentos, hasta que observo hacia otro lado, noto que  estaban  cerca de un lago casi cristalino y había vegetaciones que nunca había visto en Escocia, ¿ a dónde se había metido?.  Se quedó muda por un rato apreciando el  paisaje hasta que  se levantó de su lugar e ignoro todo el paisaje y todo lo que no pudiese parecer del mundo en el que residía- Ah, pero que hora… el viejo se va a preocupar, fue un placer conocerte. Debo volver a mi hotel, eres libre de ir a donde quieras ahora que nadie te molesta- la chica comenzó a caminar hacia una dirección sin saber a dónde se dirigía pero seguramente se cruzaría con alguien de por la zona y podría preguntar, después de todo no  se había ido tan lejos, también podía ver  o probar si podía llamar a su padre. Cuando pensó en hacer eso reviso el bolsillo en el que había dejado su celular anteriormente y saco de él algo que no era su celular, lo cual internamente  la hizo entrar en crisis ya que “aún estaba pagando ese celular”, el viejo la iba a crucificar si sabía que de nuevo había tenido problemas con un celular, si bien ella se encargaba de pagar el aparato, el costeaba las llamadas del mismo- Oh, carajo…. Esto es un chiste- dijo en voz extremadamente baja observando fijamente ese aparato que ni sabía que era y mientras lo observaba, el pequeño digimon se acercó rápidamente a ella notando el Digivice de color borgoña, sus pequeños ojos brillaron y empezó a gritar  de alegría al verlo, la chica no entendió nada.

- ¿Qué rayos?.... ¿qué es esto?, ¡no es gracioso!. Me desagradan los efectos EFX, las malditas bromas televisivas y sobre todo los punks idiotas que se están queriendo pasar de listos tomándome el pelo. Los voy a denunciar- ciertamente  se notaba que la joven “reina” estaba enfurecida y claramente haría callar a esos  tipos tan vulgares, con ella no se bromeaba y si los llegaba encontrar  no les dejaría  pasar todo aquello. Además usaron violencia injustificada contra ella, aquellas marcas que tenía sobre su cuerpo eran la prueba suficiente para demostrarle a la policía de los actos barbáricos de aquellas personas que habían atentado contra ella; lo que no sabía aquella chica era que las heridas que se había hecho en el otro mundo ahora no serían visibles, incluso andaba bien al caminar y anteriormente se había hecho daño en el tobillo incluso.

-No es una broma ¡tú y yo somos compañeros! ¡Soy muy feliz!, Me llamo Petit  Meramon ¿y tú?- pregunto la pequeña cosa con entusiasmo, mientras que la chica respondía inconscientemente ante la pregunta. –Yamato- respondió casi instantáneamente para luego  quedarse en seco al notar aquello- Ah, yo… ¡quiero decir! ¡Devuélveme mi celular!- se quejó  intentando  “parecer” enfurecida ante aquello, pero no pudo enojarse por más que lo intento. No sentía que Petit fuese malo, además sentía que no podía enojarse con él por más que lo intentase.

El pequeño Petit no comprendía bien lo que su colega le estaba pidiendo, pero al parecer la misma parecía un poco desorientada por todo lo que sucedía, ya que creía que él le había sacado algo llamado “celular” él ni sabía que era eso que decía ella pero debía ser importante si lo pedía con tanta insistencia. Él bebe digimon iba a contestar a esa pregunta pero quedo silenciado ante el barullo que comenzó a hacerse en el bosque, tuvo que  solo dar un vistazo para poder entender lo que estaba sucediendo allí y cuando  vio a esas presencias tan inminentes acercarse hasta donde estaban ellos su pequeño cuerpo comenzó a temblar, aquellos digimons eran “esos” y estaban allí, uno de los 3 grupos más importantes él sabía quiénes eran pero la pelirroja no, así que le llamo poderosamente la atención el modo de reaccionar que tuvo él bebe, no pudo ignorar tampoco lo que sucedía en aquel lugar y todo el ruido que había de un momento para otro además de las extrañas criaturas que habían aparecido en un abrir y cerrar de  ojos.


Al enfocar su vista en  las presencias pudo notar que eran algo así como “caballeros”, para la chica  podían ser tranquilamente personas disfrazadas así que ni siquiera   se le movió un pelo, aunque ahora que los veía pensaba que tal vez estaban haciendo algo para una película y estaban usando escenas violentas contra ellas solo para lucrarse entre ellos, no le extrañaría algo como eso en verdad. Aquel mundo era pequeño, corrupto y cruel, lo único que podía hacer era enfrentarse a ellos y presentar cargos por lo que hicieron con su cuerpo, además estaban jugando con su mente era algo que realmente no le agradaba para nada. Se hubiese acercado a ellos para quejarse por ese tipo de maltrato que había recibido pero antes  de poder hacer algo un tipo de cabello verde y ojos color ámbar  se había acercado hasta ella para hacerle unas preguntas extrañas, junto a el estaba una mujer de cabellos oscuros vestida con una especie de "kimono", la cual no paso por desapercibida por la menor .- ¿Ah?....- solo se limitó a responder eso ante las preguntas que le hicieron sentirse un poco perdida, la verdad era que no entendía absolutamente nada de lo que le preguntaba ese hombre.


-Ha…escucha niño bonito de mamá o papá, no sé qué estén haciendo aquí.  Pero abriré una maldita denuncia contra ti y tu grupo de  punks, seguramente eres un maldito inglés en tierras escocesas.-  bueno esa era la mejor forma de insultar a “un escoses”, aunque ese chico no tenía pintas de ser originario del país de las gaitas, parecía más refinado – Cakey…- expreso la chica en  su segunda lengua, para luego acercarse hasta uno de los soldados  e intentar darle un golpecito con la mano para ver de que estaba hecho, pero el Petit no se lo permitió y arriesgadamente lanzo una de sus flamas como ataque y luego gritar como loco mientras iba a rescatar a su tamer.- Corre Yamato ¡ te van a matar!-  advirtió el pequeño digimon quitándose toda esa cobardía de encima  y dirigiéndose hacia su compañera para  empujarla y guiarla hacia un lugar más seguro, al parecer debería cuidarla ella era más débil que él y sentía ese deber de protegerla en ese mundo que era extraño para ella- ¿correr?- pregunto mientras sentía como era empujada, ¿Por qué correría? ¿Debía hacerle caso?, el pequeño Petit parecía asustado ante esa presencia- Ellos son el triple de fuertes que mis hermanos y…quien los comanda  es super super peligroso, ese humano de cabello verde.- explico entre empujones el digimon. Yamato pudo notar el miedo del pequeño y sin dudar más lo agarro y empezó a echarse a correr, como estaba acostumbrada a hacer dicha actividad no le costó hacerlo a toda velocidad para perder de vista a esos tipos. Se suponía que todo aquello era un montaje, entonces ¿porqué corría?. No comprendía que era lo que la motivaba a hacerlo, tal vez el miedo de aquel digimon la había movido hacia un lugar que ni ella misma se esperaba.

La huida no duro demasiado, a pesar de que la pelirroja estaba corriendo a gran velocidad no les costó para nada ser alcanzados por aquella mujer que estaba anteriormente con ese hombre de cabellos verdes, esa velocidad con la que alcanzo a la pelirroja solo provoco que la misma quedase “espantada” ante aquella anomalía, después de todo era una reacción normal para un humano que no conocía a los digimons ni mucho menos al digimundo, ella solo estaba confundida, no sabía cómo había llegado a ese lugar y bueno su actitud muchas veces no le era de ayuda sino al contrario. Siempre tenía ese mal hábito de decir lo primero que pensaba y no arrepentirse de ello, así que obviamente no le pediría disculpas a ese tipo por lo dicho. Además la habían atrapado como si de simple ratón se tratara, eso era un poco irritante pero a pesar de haber sido agarrada por aquella dama, Yamato no había soltado por nada del mundo al Peti de hecho este seguía fijo entre los brazos de su tamer, incluso cuando ese tipo les hablo fue cuando le agarro con más fuerza a su digimon como intentando protegerle de aquellos. La muchacha de cabellos rojos solo pudo observarlos a todos con suma desconfianza, aún no caía del todo en esa situación pero era demasiado consciente de que esa persona y quienes le acompañaban eran peligrosas, debía alejarse de ellos apenas encontrase la oportunidad.

- Awa’n bile yeir heid- escupió la chica en lengua escosesa, aquellas bravas palabras para luego desviar su mirada hacia otro lado. No le veía “malo” ni “sexista” a la palabra “niño bonito”, aunque el resto de las palabras que le había dicho tal vez si habían sido rudas, especialmente aquella que había dicho recientemente y al parecer el pequeño Peti entendió a la perfección, su tamer era una chica demasiado boca sucia o más bien, su lado escoses era un poquitín rudo. Pero era normal que actuara así, especialmente sintiéndose asustada, había pasado por miles de cosas y estaba histérica, además no sabía dónde estaba y lo peor de todo era que aquellas cosas no les dejarían irse de allí, ese lugar no sabía que era ni donde quedaba pero le daba miedo, quería estar con su papá, el debía estar sumamente preocupado por ella y no quería dejarlo solo ni mucho menos asustarlo. – Mi padre dijo que no debía hablar con hombres extraños, bawheid y no es sexista decirle a un hombre que es bonito, si quieres te digo que eres guapo de pies a cabeza- confeso demasiado sincera, a los hombres “guapos” había que decirles que lo eran pero seguido de su adulación lanzo una palabra un poco ofensiva en escoses pero se vio algo entrecortada por culpa de su compañero digimon que la detuvo antes de que siguiera con la oleada de “insultos” hacia ese hombre.

-Solo piérdete, no sé quién ese blackalgo…. Deja de molestarme, odio estas bromas tan pesadas… las detesto, las odio y si tan feliz te hace no levantare cargos contra ti ni tu staff o lo que sean, pero ya para estoy cansada, ni siquiera sé dónde rayos estoy. ¿Por qué molestan a una niña?, ¿qué tiene de divertido?, odio las bromas, odio los malos chistes- ah estaba cada vez peor, sus nervios solo desbordaban y su cuerpo temblaba por culpa de la ansiedad. ¿Qué podía hacer o decir?, solo era honesta no podía hacerse la fuerte en una situación que ni siquiera comprendía o estaba fuera del alcance de sus manos. Estaba completamente histérica y fuera de control, ya ni sabía que cosas decía.

Estabamos en una de las multiples busquedas a las que casi siempre obligaba a ir a mi ahora digimon, aunque en realidad solamente trataba de perder el tiempo un rato, la base del CE a veces se tornaba en extremo aburrida, mas aun cuando commandramon se ponia a dar ordenes a diestra y siniestra, asi que habiamos estado recorriendo esta zona tratando de encontrar algo que hacer, despues de caminar por algunas horas pudimos escuchar algunos sonidos a pocos metros

- Vamos - dije a mi digimon comenzando a trepar de improvisto a uno de los arboles a mi lado y sentandome en una de las ramas desde donde pude observar a una chica pelirroja, mi digimon me acompaño a los pocos segundos quedando al lado mio

- ¿Deberiamos ayudarlos? - me quite mi mochila un momento sacando un par de manzanas que tenia guardadas ahi, le ofreci una a mi digimon, a lo que nego con la cabeza haciendo que volviera a guardarla donde estaba anteriormente, me quede pensativa unos instantes, estaba a punto de ir a ayudarle o por lo menos presentarme, aquel pequeño digimon rojo daba indicios de que o habia quedado debilitado por una buena pelea o se habia encontrado apenas con su tamer, lo cual en cualquier forma lo hacia presa facil en un lugar como este, pero de pronto un grupo de knightmons se hicieron visibles a la distancia - Esto podria ser interesante - sonrei dandole una mordida a la manzana y observando la situacion

Todo lo que habia pasado podia resumirse en simples palabras, el sujeto de verde, o Fuji, - como habia dicho que se llamaba - habia asustado al digimon y la chica con ese escuadron y porte "heroico" que aquellos gigantescos digimons aparentaban junto a él, despues de que le dijera esa clase de palabras para salir huyendo, no pude evitar reirme por lo bajo casi escupiendo el pedazo de manzana que tenia en la boca

- ¿Elith? - comence a toser levemente levantando una mano hacia wizarmon en seña de que no preguntara nada mas, mientras con la otra tapaba mi boca para evitar hacer ruido, apenas pude aclarar mi garganta baje del arbol casi de un salto, esperando a que mi digimon hiciera lo mismo, nos acercamos por uno de los costados, un monton de arbustos y vegetacion nos daba ventaja para escondernos hasta estar a una corta distancia de aquel grupo tan peculiar, saldriamos por el costado derecho de aquella lilithmon, hice otra seña a mi wizarmon al estar a una buena distancia, apunte con uno de mis dedos hacia aquella chica e inmediatamente mi digimon cambio su forma a un baalmon que en automatico transformo uno de sus amuletos en una pequeña navaja, lanzandola justo donde aquella lilithmon mantenia su agarre y corriendo a muy buena velocidad logro posicionarse justo cuando ese pedazo de chaqueta se habia roto, tomando a aquella joven entre sus brazos y retrocediendo un poco mientras yo salia a encarar a Fuji

- ¿No te da vergüenza espantar a una jovencita? - lo observe molesta a pesar de encontrarse tan alto, me detuve a aproximadamente 3 metros de la lilithmon, con baalmon y la chica atras mio - No habia escuchado que los Royal Knight se dedicaran a este tipo de actos tan ruines - ignore lo que sea que aquel chico tuviera que decir y me gire hacia la pelirroja con una sonrisa en la cara - Tranquila - fue todo lo que atine a decir ya que la habia visto temblando de miedo

- Todo esta bien, desafortunadamente este no es un chiste, pero podemos explicartelo todo con calma si nos lo permites - hablo con su suave voz el baalmon hacia la joven, deje eso en sus manos, él era mejor conversando que yo - Ahora te bajare al piso, lamento lo de tu ropa pero considerando tu situacion creo que es mejor asi - la bajo con cuidado sin soltarla del todo  aun cuando ya estaba de pie, por fortuna el corte solo era un pequeño pedazo que incluso podia repararse - Si te sientes mal solo tienes que decirlo - sonrio cerrando sus ojos de manera amable, mientras yo los observaba sin decir palabra

- Soy Elith - le avise sin saber cuando hablar, concentrandome en ignorar a ese peliverde, tire la manzana a un lado y le tendi la mano de manera amigable - Creo que no han enseñado a todos a presentarse ¿como te llamas? - dije haciendo alusion al mal rato que le habian hecho pasar a aquella chica esperando que no le diera algun otro ataque de panico

Había vuelto a perderse, una vez más, esta vez, en el digimundo, no tenía ni idea de como se las arreglaba para acabar siempre en el peor lugar, en el peor momento. Y, para colmo, en una zona que desconocía. A su alrededor solo había prados, muchos prados, nada más, eso era extraño, tampoco había visto aun digimon alguno.

Sacó la cámara, acabaría saliendo de allí, y quería tener fotos para, cuando viera a Sig, preguntarle por el sitio, era bonito, de eso, al menos, no cabía duda. De pronto, algo tembló, y la hizo saltar en el sitio, ese ligero temblor se volvió continuo, y rápido, parecía un masaje a cuatro manos en la espalda, de esos que hacía que temblases, como en los sillone de masaje, que solo vibraban.

Frente a ella, que tenía la cámara en las manos, pasaron un torrente de digimons, eran grandes, parecían plantas, más que otra cosa, y aunque no e movían especialmente rápido, no se las podía llamar lentas, tal vez era por eso por lo que no había visto a más digimons por la zona. e quedó pensativa un segundo, mientras el suelo la hacía altar por los pisotones de los petaldramons. Al final, uno más pequeño en tamaño, se la quedó mirando.

****************

Llevaba como media hora encima de ese digimon, no sabía como había acabado subiendo allí, pero era divertido, parecía amistoso, y se movía más rápido que a pie, siguiendo a ese grupo. Habían pasado hacía poco frente a una especie de hotel, la chica había intentado bajar, pero no había podido, ahora ya estaba lista para tirarse al suelo cuando quisiera, pero tenía que coger fuerza, le daba algo de miedo tirarse, aunque no la pisarían, ya que el digimon sobre el que montaba iba el último, al ser pequeño, era más lento.

Algo alejados, finalmente, logró ver a un pequeño grupo de personas, mejor era eso que nada, así que, cerrando los ojos, se dejó caer por un costado como si de un tobogán se tratase y llegó al cesped de culo. Se levantó sacudiendo la minifalda que tanto odiaba y siempre vestía al llegar al digimundo, y salió corriendo, con sus botas baqueras, hacia el grupo, uno iba montado en un digimon, tenía el pelo verde, otra, tenía un larguísimo pelo negro, parecía seria, y, finalmente, una chica pequeña, de pelo rojo, los dos primeros le sonaban, aunque no podía estar segura de si estaba en lo cierto, sería tener demasiada suerte.

- ¡¡EEEEY!!-  gritó sacudiendo la mano mientras avanzaba. Cuando estubo más cerca y fue capaz de ver las caras de los presentes, lo confirmó, una era Eltih, la chica que se había encontrado en ese día lluvioso, y, el otro, era Fuji, el primer ministro a quien le había hecho fotos, la última... no la conocía. Tan feliz estaba que, cuando a penas le quedaban uno pocos metros, cayó y salió rodando por el suelo hasta toparse con el digimon grande sobre el que montaba Fuji, quedandose sentada con la cámara entre las manos, se había caido, pero la cámara no la soltaba.- aux... - se quejó abriendo un ojo.- Yey, hola, que alegría veros, me había vuelto a perder.- confesó sacando la lengua, debía ser la persona más torpe despistada y afortunada del mundo. Se levantó del suelo quitandose el polvo de la ropa, dejando colgar a cámara en su cuello- Menos mal que os he encontrado, ya pensaba que no tendría modo de salir de aqui, no se como he llegado a esta zona-  miró hacia arriba y vio a la chica de pelo rojo, alzó la cámara y... "Click", miró la pantalla, asintió satisfecha, con una sonrisa, y extendió la mano.- soy Alanna, encantada.-  se presentó, y, cuando por fin pudo notar que hasta hacía poco había habido un ambiente raro, se dignó a preguntar con la inocencia que la caracterizaba- ¿Pasa algo?

Había pasado de estar allí acorralada  por aquellas criaturas a ser “rescatada” por algo que no sabía que era exactamente, solo pudo observar a ese ser  con detenimiento y  prestarle atención  cuando le platicaba con esa gentileza. No pudo contestarle al Beelzemon  ante lo que dijo pero al parecer eso “no era una broma” e internamente lo sabía pero en su cabeza aún no podía asimilar esa realidad, incluso aquel tipo de cabellos verdes le había dicho “Bienvenida” a ese mundo, la verdad que no sabía  de qué se trataba aquello, pero la nueva presencia  hizo que mantuviese su mirada fija en aquella muchacha de cabellos oscuros la cual parecía no llevarse muy bien con el peli verde o más bien sentía  que no le agradaba . Yamato la siguió observando con bastante detenimiento  especialmente  al cabello de aquella chica, era negro y casi tan largo como el propio;  parecía una muñeca de porcelana,  también era una chica bonita. Ahora que lo pensaba encontrarse con dos personas así de guapas en un lugar era una especie de “logro”, aún así ambos no le daban la suficiente confianza como para que les dijese su nombre, pero bueno ¿quién cedería ante gente así? Uno no sabía que intenciones tenían esos dos, pero algo en sus auras no les agradaba era algo incómodo como si ambos estuviesen caminando por una línea delgada entre la luz y la oscuridad. Lo peor de todo es que ese tipo de intuición se potenciaba con su digimon cerca, podía decirse que aquellos dos estaban  demasiado unidos a pesar de haberse conocido recién.


Intento ignorar la situación, pero no pudo ignorar los nombres de aquellas personas “Fuji  Pierre Raikomaru Roseworth” era el de aquel hombre que lucía poderoso  y en cuanto a la chica, ella se había presentado como “Elith”  los dos tenían nombres demasiado distintos, no parecían del mismo país. Aunque el peli verde tenía algo que coincidía con Yamato y eso era el origen de uno de sus nombres, además el apellido  que era oriental y para ser más exactos de origen japonés. El chico era de  sangre mixta, no había que ser Sherlock Holmes para notarlo y además era  muy alto, tanto como un modelo. En cuanto a la peli negra, parecía ser unos centímetros más baja que la pelirroja,  pero no por mucho. La chica salió de sus pensamientos en cuanto aquel digimon que la había rescatado la bajo al suelo, la verdad era que no le importó mucho lo que le paso a su prenda de ropa ,  en otro momento tal vez se hubiese enfurecido pero no pudo hacerlo;  además enojarse con aquella criatura se sentía igual que enojarse con el Peti,  para la adolescente era imposible enojarse con un digimon- Ah, no te preocupes. Es algo desechable, puedo comprarme otra, gracias- le dijo suave y un poco amable por eso. Era extraño que agradeciera por algo pero había notado esa amabilidad del ajeno  y no sentía nada falso en eso. La muchacha  sintió extraña aquella potenciación de  emociones, era como sentirlas demasiado fuertes  se sentía incomoda y  hubiese seguido sintiéndose de esa forma si no hubiese sido por aquella voz que percibió a lo lejos; una especie de grito como intentando llamar la atención de los presentes,  la joven tamer no pudo  dejar pasar por desapercibida a esa voz que era muy parecida a la de una fina soprano, su tono en cierto modo fue extraño pero reconfortante, como algo dulce que aliviaba el ambiente.

La nueva presencia solo causo un movimiento extraño en el ambiente, no sabría cómo describirla pero algo asi como una pequeña  brisa de viento. No hubiese pensado en contestarle a ninguna de aquellas tres personas y seguramente en ese instante de distracción que tenían todos hubiese pensado en huir de aquellos locos pero aquel flash la hizo sacar de sus ideas y se sintió un poco “salida de foco”, inconscientemente titubeo y  le dijo en seco su nombre a la muchacha que se había presentado como Alanna- Soy Yamato Fujiwara, estaba en Escocia hace 15 minutos atrás ¿esto es una especie de delirio o algo así?, no lo comprendo pero lo creo y a la vez no- confeso con mucha honestidad y casi en seco, sintiéndose algo preocupada por esa manera de sentir las cosas. Había mucha gente allí y lo peor de todo es que los 3 eran demasiado guapos, ¿acaso estaba en una reunión de bishies?- Y ¿por qué son  todos tan guapos? O sea…nunca me encontré a tres personas tan lindas en un mismo lugar-  parecía cada vez una broma de muy mal gusto o tal vez un sueño en el que aparecían “hadas y elfos”, Escocia siempre tenía ese tipo de magia- Ya sé, Hada…- señalo a Elith- Ninfa-  señalo a Alanna y por ultimo a Fuji- Trowe con mezcla de elfo- lo señalo por ultimo en un intento de imaginarse que era cada cosa. Inclusive a los digimons podía etiquetarlos como criaturas míticas pero, sería interminable si comenzaba a hacerlo.  


- Xbox Quiero mi logro desbloqueado de ver 3  bishies en el mismo lugar- comento casi fuera de lugar y para si mismo.

como ya tenia planeado ignore por completo las palabras y presentaciones del digimundo que fuji estaba dando, los otros clanes del digimundo poco o nada me interesaban, aun asi encontraba divertido tratar de molestar a alguno de sus integrantes, mas aun si tenian esa clase de actitud, la pelirroja no parecia dispuesta a contestarme, aunque le hablo con confianza a mi baalmon que la habia tratado con mucha amabilidad, no era de extrañarme, mi digialiado era demasiado noble para no confiar en él

baalmon asintio ante sus palabras sin despegarles la vista ni a ella ni a su pequeño digimon, en ese momento un grito se escucho a la distancia, haciendo que ambos giraramos a ver hacia esa direccion, aunque nos encontramos prontamente con una chica cayendo de forma algo comica, su apariencia me parecia familiar

- ¿Alanna? - menciono mi digimon trayendome recuerdos de cuando la habia conocido, me lleve una mano a mi cabeza de forma momentanea tratando de despejar esos pensamientos, un segundo despues la devolvi a su sitio inicial mientras alanna se presentaba -y tomaba fotos como era su costumbre -, siendo respondida por la otra joven que por fin se habia identificado como yamato, la cual explico que venia de otra parte del mundo

- igual que ash - susurro mi baalmon desde detras de yamato logrando que lo mirara por solo un segundo de manera severa, lo estaba haciendo adrede, aunque se limito a verme con su tipica sonrisa antes de volver a oir la voz de la pelirroja

- ¿guapos? - sonrei de forma burlona, si que decia cosas extrañas esa joven, aunque era normal cuando pensaba que todo esto era cosa de algun delirio, me señalo mientras me comparaba con un hada, a mi mente vino una imagen de un videojuego mientras nombraba a los demas, una ninfa y un hibrido, pensandolo bien, sus comparaciones no eran tan erradas con respecto a los otros dos

- jajaja - Baalmon comenzo a reirse con inocencia al escucharle lo ultimo, como si no hubiera podido contener esa risa por mas tiempo

- ¿Que estas diciendo? - le pregunte a yamato llevando mi pulgar e indice derecho al tabique de mi nariz y cerrando los ojos un instante como tratando de entender como podia pensar en eso, admitia que yo al iniciar en el digimundo habia estado asustada al igual que ella, aunque eso era cosa del pasado, suspire antes de cruzarme de brazos y verla a los ojos

- No es ningun videojuego, y Alanna, al aprecer esta chica es nueva en este lugar -

- Gusto en verte de nuevo - agrego baalmon hacia alanna esperando que lo reconociera - soy el pequeño wizarmon - dijo con una pizca de orgullo por haber llegado a su nueva forma

- Pongamoslo de manera simple, estas en un mundo alterno al planeta tierra, y estas criaturas se llaman digimon, ellos son la especie predominante en este mundo, no es un juego, un delirio o un sueño, aunque si gustas probarlo podrias... - una sonrisa nada amigable se asomo a mi cara antes de ser interrumpida

- Nosotros los digimons estamos para proteger a los humanos, o al menos los que han formado un lazo con nosotros, como ese pequeño digimon bebe que tienes en tus brazos, seguramente crecera para defenderte de cualquier amenaza - sonrio viendo al petit meramon - Aunque no todos son asi, por eso debes tener cuidado, por cierto ¿no tienes un dispositivo extraño entre tus pertenencias? - me miro de nuevo pidiendome mostrarlo, suspire antes de sacarlo del bolso escondido de mi falda, un digivice IC color morado con negro pronto estuvo en mi mano

- Quiza no sea como el tuyo, pero mantiene un lazo de energia con tu digimon, haciendolo cambiar de forma con tu ayuda, aunque esta cosa no funciona mas... - deje la explicacion hasta ahi volviendo a guardarlo, no me apetecia recordar eso - ¿Alguna cosa que quieran agregar? - pregunte a los otros dos tratando de aclarar en la mejor medida las dudas de yamato

No acababa de entender lo que estaba pasando, pero, al menos, Elith la había reconocido, y, la chica peliroja, le respondió a su cuanto menos curiosa, entrada, con su nombre, Yamato, bonito nombre, al parecer la chica estaba algo confusa, tal vez, casi tanto como la propia Alanna, que no acababa de entender como había llegado hasta allí ni la suerte que había tenido encontrandolos en un sitio tan grande. Debía de sonreirle un estrella, si no, no lo entendía.

Prestó atención al murmullo de la chica, que, señalando a los allí presentes, enumero una serie de criaturas míticas, Alanna, despistada como estaba, comenzó a buscar al hada, la ninfa y el Drow que había nombrado, pero allí solo reconocíó a Elith, Fuji y a si misma, le costó, pero, finalmente, logró entenderlo, Elith era un hada, era una muy buena comparación,la chica era preciosa, aunque algo seria como para ser una fantasia que se entretenía molestando y haciendo travesuras. Fuji, con su atractivo, bien podría pasar por un elfo, o un drow, o ambos, lo que no entendía es porque la señalaba a ella como ninfa, si sus lecturas no había sido falsas, las ninfas eran traviesas, coquetas, y hermosas, hijas de los elementos, ella, todo sea dicho, se consideraba bastante normal, hasta el punto que, pocas veces, se paraba a pensar en si la verían de un modo u otro, demasiado encerrada en su propia realidad.

Su impresión había sido correcta, la chica iba tan perdida como ella misma, y la explicación de Elith le vino tan bien como a la propia Yamato, la joven de pelo negro parecía saber mucho del digimundo. La fotografa sonrió a la chica cuando se le ofreció la oportunidad de añadir algo más y se dispuso a habñar:

- Tranquila, este sitio es precioso, yo tampoco acabo de creermelo, no llegué hace mucho, y también pensé que estaba soñando, pero... no es el caso, no se muy bien lo que és, pero mientras sea un sitio agradable, a mi me vale, además, parece que hay de todo, a un par de kilómetros, sin ir más lejos, he pasado por delante de una enorme casa de baños, salía un vapor del jardín de atrás, parecía tan agradable.- divagó distrayendose de su proposito inicial de tranquilizar a la chica.

Luego de haber dicho todo eso y al escuchar reírse al digimon que estaba detrás suyo solo se ruborizo de manera notable, como si se hubiese dado cuenta de que había dicho algo extremadamente ridículo. Si bien no era su intención quedar como una boba delante de esas tres personas, lo había hecho aún así el hecho pareció ser algo normal entre los “novatos” que entraban a ese mundo y por eso escucho con atención lo que estaba diciendo la peli negra sobre aquella tierra; era una especie de “mundo alterno”, aunque la verdad era que ese mundo no se parecía nada al humano en el que ella subsistía. Se quedó concentrada escuchando a la muchacha hablar, parecía que la conversación se tornaría un poco más escabrosa pero el Beelzemon interrumpió a su compañera de negros cabellos para seguir aquella explicación de una manera más suave o eso le pareció a la pelirroja, entendiendo a la perfección las funciones de aquellas criaturas que vivían allí- Así que ¿vas a protegerme? ¿Eh?, un debilucho como tú – se escuchó disgustada por momentos, pero luego sonrió sutil mientras observaba al pequeño compañero que cargaba entre sus brazos y comenzó a hacerle un par de caricias. Si bien Yamato tenía una pésima actitud, solía ser en cierto modo amable con aquellos a quienes apreciaba, no podría maltratar a nadie físicamente porque no era para nada ese tipo de persona, es mas era lo contrario a eso – Molesto, molesto, pequeño debilucho, ¿así que pretendes que puedes protegerme pequeño piltrafa?- Yamato le empezó a estirar las mejillas a su compañero solo para molestarlo mientras este se quejaba del trato que le proporcionaba la muchacha, a pesar de ser un pequeño cobarde parecía saber cómo expresar sus sentimientos de enojo sin temor alguno con su tamer.


-¿Así que también hay digimons peligrosos?, lo sé.- contesto de antemano- Si te refieres a esos fantasmas enormes, uno intento ahorcarme, pero las marcas ya no están…- comento como si nada despreocupándose por ese hecho, aún así le gustaría saber en dónde rayos se encontraban esos dos. Recordaba muy bien que aquel agujero los había tragado junto con ellos dos, no podían estar demasiado lejos ¿o sí? ¿qué sucedía si volvían al ataque?, Peti Meramon también lucia preocupado por eso ya que eran capaces de hacerles daño a los dos, se lo había demostrado en aquella casa abandonada el daño que podían hacerle a los dos en un abrir y cerrar de ojos.
- ¿Dispositivo?- cuestiono escuchando al digimon mientras alzaba la mano que sostenía el digivice de color borgoña, no tenía idea para que servía eso pero su I phone 6 ahora era eso y por lo que decía chica aquel aparato los mantenía conectados tanto a su digimon como a ella. No entendía como un simple aparato podía mantenerlos conectados a los dos, pero así era y resultaba ser de ese modo.


Seguida de aquella aclaración escucho a la muchacha rubia que parecía ser bastante amable, del mismo modo que la pelirroja parecía ser nueva en aquel lugar así que parecían estar en “la misma situación”, lo cual hacia que Yamato se sintiese un poco más tranquila- ¿Eh?, ¿casa de baños?- pregunto mientras observaba a esa chica. Yamato nunca en su vida había ido a un lugar como ese, si bien vivía en un país que ese tipo de cosas eran muy populares jamás había podido ir con su familia, una vez sus padres le habían dicho que fuese con ellos y no había sido hace mucho tiempo, pero había querido interrumpir su “luna de miel”, podían hacer viajes familiares a otros lados además. Tal vez ahora era la oportunidad para conocer esos recintos no sabía que era todo aquello pero le gustaba la idea de conocer esas cosas.

- ¿Podemos ir? Y podrían explicarme más sobre las funciones de esta cosa- les mostro su digivice al decir aquello.

- Creo que relajarnos un poco nos vendria bien - menciono baalmon ante la "extraña" idea de alanna, yo solo suspire en consentimiento con su propuesta, no es que me agradara andar saliendo de buenas a primeras con casi completos extraños

- Deberiamos ir avanzando hacia alla, antes de que se haga muy tarde - Baalmon me hizo una indicacion para avanzar por un camino cercano a donde habia aparecido alanna, si mi memoria no me fallaba nosotros tambien habiamos pasado por ese lugar en alguna ocasion, aunque nunca tuvimos el tiempo ni las ganas de detenernos en ese lugar - No se separen - les avise a los demas comenzando a caminar, ya que no contabamos con ningun medio de transporte, mi digimon espero a que las chicas avanzaran asegurandose de mantenerse detras de ellas, era un sobreprotector de lo peor, pero eso me habia salvado ya muchas veces, asi que poco podia reclamarle, caminaba en silencio con mirada despreocupada mientras yo buscaba como explicarle las funciones de su digivice a esa chica

- Tienes suerte, no conozco mucho otros dispositivos, pero siendo el mismo que el mio me es mas facil detallarlo - le sonrei a la chica - Como ya habia mencionado, tu digivice te conecta a tu digimon, o mas bien usa tu energia - me calle unos instantes sin detener el paso - Funcionan con algo llamado digisoul, que son los datos que nuestras emociones causan en nuestro digimon, de alguna "magica" manera parecen hacer reaccionar el alma de nuestros compañeros haciendolos cambiar de forma de manera momentanea - le trate de explicar un poco mas a detalle haciendo signos de comillas con mis manos al decir magica, ya que parecia que todo aqui se regia por meros datos

- Inclusive ustedes estan hechas de datos en este mundo - agrego baalmon - Por lo mismo es importante para nosotros el cuidar a nuestros tamers, debido a que no tienen las mismas ventajas con las que contamos - asenti dandole la razon a mi digimon

- Aunque hay otro tipo de casos, de personas que se transforman en copias de digimons, absorbiendo los datos de sus almas y fusionandose con ellas, la verdad desconozco como funciona, pero no te sorprendas si te encuentras con alguno, son algo relativamente comun en este lugar... volviendo a lo que estabamos, generalmente cuando un humano entra a este mundo le es entregado un dispositivo y un digimon en nuestro caso, siendo sincera aun no se como lo saben, pero esta en sus datos el encontrarnos, la mayoria siente eso, petit meramon probablemente tambien sintio esa punzada o extraño sentimiento de que debia estar contigo ¿o me equivoco? - hice la ultima pregunta viendo de reojo al pequeño digimon, ese tipo de informacion la sabia por vaal y un poco por mis anteriores digimons, habia logrado que me lo dijeran en contadas ocasiones, aunque mi baalmon era mas expresivo en cuanto a eso

- Inclusive algunos digimons no relacionados directamente tambien pueden sentirlo, pero depende mucho de la actitud del humano para con nosotros - vaal solto una pequeña risa desde su lugar - Elith me salvo la vida, por eso me mantengo con ella hasta ahora, no habia conocido a ningun humano con ese interes por otros - suspire fastidiada, ese dato no era relevante y solo desataria preguntas incomodas, aunque baalmon parecia hablar de mi siempre como si fuera una buena persona, me quede en silencio esperando que dieran alguna opinion o pregunta, la verdad dudaba poder explicar todo a detalle, eran demasiados terminos nuevos y cosas que no comprenderian hasta no verlas con sus propios ojos

Alanna, volviendo de su ensimismamiento, asintió ante la propuesta de Yamato, como había dicho llamarse la chica, de ir a la casa de baños, lo cierto es que tenía bastantes ganas de tomar un descanso, últimamente se sentía bastante estresada, y su ánimo, a pesar de no parecerlo, había decaido de modo increible, muchas noches se sorprendía a si misma queriendo llorar, o despertandose sobresaltada en la cama: trabajo; Pierce, su gatita; su madre mandando correos sin sentido, acabar de descubrir la existencia del digimundo, que Sig estuviera metida en todo ese lío, y, sobretodo, esa voz que le ablaba a veces, que le susurraba "buúcame" en sueños.

Era demasiado para su cabeza, sobretodo, teniendo en cuenta que estaba, también, haciendo su proyecto de final de carrera, no podía con todo, se sentía saturada, y a penas conocía a nadie en Japón, Sig se pasaba el día en el digimundo y no tenía a nadie con quien habar y despejarse, al final se dedicaba a dar tumbos de un lado a otro, o bien por la ciudad o bien por el digimundo intentando localizar un buen sitio donde hacer fotos con su propia cámara, no con la de trabajo, y relajarse.

Haciendo caso a Elith, avanzaban hacia la casa de baños, escuchaba como un murmullo hablar a las otras dos chicas, y miró su propio dispositivo, ciertamente, era muy distinto al de las chicas, "transformarme en digimon..." pensó asustada, no parecía algo agradable compartir el cuerpo, la mente y el alma con otra persona. Siguió escuachando, y al oir una frase en particular, una parte de a presión que tenía en el pecho se relajó, aunque ella no encontrase esa voz, la voz la encontraría a ella.

Mientras el digimon seguía hablando y la explicación aumentaba, la casa de baños se empezó a ver no muy lejos.

- Es allí- sonrió señalando el lugar y avanzando unos pasos, hacia el lugar del que salía un cálido humo con aromas frutales.- vamos, seguro que por dentro es increible, desde aquí parece enorme,¿ verdad?- pregunto antes de seguir avanzando, terminando de separarse del lado de las chicas junto a las que había estado andando momentos antes, para casi, empezar a correr- vamos, cuanto antes lleguemos antes probaremos el agua calentita.- dijo haciendoles un gesto para que la siguieran.