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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Imagenes realizadas por Runari Wildy
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El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
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Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
Fuji negó con la mano en el aire, con una sonrisa segura en el rostro. - No te preocupes por ello, mis mensajeros sabrán ubicarte en cualquier momento, son como de un metro de alto, visten armaduras y son bastante simpaticos, son digimon llamados Pawn Chessmon, con la insignia de mi capa en el pecho -explicó Fuji para que la joven pudiese orientarse mejor respecto a quienes eran sus mensajeros. Tras unos segundos de silencio, el peliverde palmeó el aire con la diestra, abriendo un portal con un radio de aproximadamente dos metros hacia la base de los Royal Knight. - Ademas, para mí es tan fácil como esto moverme de ciudad a ciudad, e inclusive desde la base de los Royal Knight, no te asustes si me ves seguido por aquí ahora que se que podré deleitarme con tu presencia, si muestro mi víl rostro por aquí -bromeó el peliverde antes de cerrar el portal nuevamente con un chasquido de dedos.
- De todas formas, es un alivio para mí que hayas aceptado, no hubiese concebido ir con otra persona que no fueses tú... De hecho no asistiría de no haberme topado con la maravilla noticia de volver a verte, ¿que motivo para celebrar tendría entonces?, mi corazón ha sido libertado de unas pesadas cadenas ahora que tengo tu rostro, iluminado por la luz plateada de la luna, frente a mí, y es la única certeza que este caballero necesita -Confesó, mostrando un rubor extraño en él, puesto era intenso mas no estaba avergonzado, estaba orgulloso de las palabras que proclamaba. Tomó nuevamente la diestra de la ajena, pero esta vez no la besó, simplemente la sostuvo con firmeza mas sin apretar de ella, acariciandola con su pulgar.
- Espero no me consideres un atrevido, por que sé que tecnicamente es la primera vez que los vemos pero, citando al himno a la belleza... tu contiens dans ton oeil le couchant et l'aurore, mon cheri -murmuró dejando escapar una risa inocente, como si fuese un niño pequeño, vulnerable pero manteniendo ese porte que lo caracterizaba, mostrando que su corazón si se ablandaba con la persona indicada.
- De todas formas, es un alivio para mí que hayas aceptado, no hubiese concebido ir con otra persona que no fueses tú... De hecho no asistiría de no haberme topado con la maravilla noticia de volver a verte, ¿que motivo para celebrar tendría entonces?, mi corazón ha sido libertado de unas pesadas cadenas ahora que tengo tu rostro, iluminado por la luz plateada de la luna, frente a mí, y es la única certeza que este caballero necesita -Confesó, mostrando un rubor extraño en él, puesto era intenso mas no estaba avergonzado, estaba orgulloso de las palabras que proclamaba. Tomó nuevamente la diestra de la ajena, pero esta vez no la besó, simplemente la sostuvo con firmeza mas sin apretar de ella, acariciandola con su pulgar.
- Espero no me consideres un atrevido, por que sé que tecnicamente es la primera vez que los vemos pero, citando al himno a la belleza... tu contiens dans ton oeil le couchant et l'aurore, mon cheri -murmuró dejando escapar una risa inocente, como si fuese un niño pequeño, vulnerable pero manteniendo ese porte que lo caracterizaba, mostrando que su corazón si se ablandaba con la persona indicada.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
PawnChessmon resonó en su cabeza. Ella conocía a alguien con un PawnChessmon, sí. Pero ¿A quién? Recordó una pequeña gala ¿En el mundo humano? Frente a ella había un chico rubio, tal vez de unos diez años, con ojos desiguales -uno rosado y el otro azul- hablando en los establos con los hermosos caballos. ¿Cuál era su nombre? Lo tenía en la punta de la lengua, pero nada salía. Era un chico especial, porque ternura se desbordó en su cabeza. Asintió a las palabras del hombre con una sonrisa, no tendría por qué preocuparse si dado fue el caso... Pero sus pensamientos fueron cortados al removerse por la presencia de un portal que mostraba la entrada a un edificio magnífico. ¿Era capaz de hacer algo así? ¡Era increíble! Un pequeño "Wow" sonriente salió de sus carnosos labios.
La chica se ruborizó junto al hombre al escuchar sus palabras. Tenía apariencia de ser un gallardo casanova que sabía elegir correctamente las palabras para engatusar a la chica que quisiese, pero su verbo era tan suave y transparente que le era extremadamente dificultoso pensar que sus frases eran una vil táctica de seducción. Tenía la idea de que Monsieur Fuji no se comportaría así con ella, que hasta cierto punto aún la veía como la niña que alguna vez conoció y ahora su corazón latía tan fuertemente que podría ser escuchado como un solo de batería. ¿Algo había cambiado? Se sentía feliz por las palabras, tan feliz que no objetó al notar que su mano era tomada y acariciada con dulzura. Algo dentro le decía que ese hombre no le haría el más mínimo daño.
-Sus palabras son demasiado amables. -Respondió mientras bajaba la cabeza en un intento fallido de ocultar la enorme sonrisa que se pintaba poco a poco en su cara de muñeca. Recordaba el Himno a la Belleza, lo recitó varias veces en... ¿Casa? No podía recaer en dónde había recitado dicho poema, pero sabía cada palabra. La única respuesta correcta que encontraba a tal cumplido era.
-Sors-tu du gouffre noir ou descends-tu des astres, mon monsieur? -Alzó su mirada lentamente sin mover demasiado la cabeza, como un cachorro que acababa de hacer una travesura.
La chica se ruborizó junto al hombre al escuchar sus palabras. Tenía apariencia de ser un gallardo casanova que sabía elegir correctamente las palabras para engatusar a la chica que quisiese, pero su verbo era tan suave y transparente que le era extremadamente dificultoso pensar que sus frases eran una vil táctica de seducción. Tenía la idea de que Monsieur Fuji no se comportaría así con ella, que hasta cierto punto aún la veía como la niña que alguna vez conoció y ahora su corazón latía tan fuertemente que podría ser escuchado como un solo de batería. ¿Algo había cambiado? Se sentía feliz por las palabras, tan feliz que no objetó al notar que su mano era tomada y acariciada con dulzura. Algo dentro le decía que ese hombre no le haría el más mínimo daño.
-Sus palabras son demasiado amables. -Respondió mientras bajaba la cabeza en un intento fallido de ocultar la enorme sonrisa que se pintaba poco a poco en su cara de muñeca. Recordaba el Himno a la Belleza, lo recitó varias veces en... ¿Casa? No podía recaer en dónde había recitado dicho poema, pero sabía cada palabra. La única respuesta correcta que encontraba a tal cumplido era.
-Sors-tu du gouffre noir ou descends-tu des astres, mon monsieur? -Alzó su mirada lentamente sin mover demasiado la cabeza, como un cachorro que acababa de hacer una travesura.
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
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Elluka Clockworker
Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
La respuesta inesperada de la joven le hizo sentir en su pecho cierta sensación, cierto aluvión de emociones repentinas que lentamente en su interior se encendìa, no, estallaban, era un big bang en su ser. Aun sosteniendo cálidamente la mano de la joven, se acercó unos centimetros a ella; no podía aceptar estar lejos de ella, y cada segundo que pasaba lo hacía sentir que necesitaba estar más cerca, más cerca. - ... Mon cheri -Murmuró con la voz temblorosa, no por miedo, ni por nervios, si no por emoción, por ese torbellino interior que lo atropellaba de repente. Se acercó al rostro de aquella dama, mas precisamente a uno de sus oídos. - Si ton oeil, ton souris, ton pied, m'ouvrent la porte d'un infini que j'aime et n'ai jamais connu? -Susurró suavemente, antes de depositar un beso en la mejilla de la joven al retroceder nuevamente. Su piel, suave y sedosa contra los labios del peliverde produjeron en él un intenso sonrojo que ya habìa dejado de ser un rubor por la intensidad del mismo, sus ojos dorados permanecían inamovibles en su centro sin siquiera parpadear.
- Si cerrase mis ojos ahora, sin soltarte, sin separarme de tu lado... ¿seguirías aquí?, ¿eres un sueño?, ¿eres un deseo? -le preguntó a la ajena, genuinamente inseguro, nunca se había sentido así antes. Por su habitación habian desfilado modelos, nobles, empresarias, todo tipo de mujeres; pero ninguna, en ningun momento, había logrado que ese joven sintiese siquiera una pizca de lo que la simple presencia de Elluka le producía. - Si no eres mas que un deseo... ¿te pertenezco o me perteneces?, tal vez, solo tal vez, no quiera reconocer que tan débil y fuerte me haces sentir con solo mirarme... Tus ojos me desarman, me asesinan y me vuelven a la vida, tu sonrisa es el perdón divino y, entonces, tu indiferencia sería el mas duro de los infiernos; Dante y Virgilio temblarían ante la sola mención de tu ira, mas yo quiero conocerla, quiero saberlo todo de tí.
- Si cerrase mis ojos ahora, sin soltarte, sin separarme de tu lado... ¿seguirías aquí?, ¿eres un sueño?, ¿eres un deseo? -le preguntó a la ajena, genuinamente inseguro, nunca se había sentido así antes. Por su habitación habian desfilado modelos, nobles, empresarias, todo tipo de mujeres; pero ninguna, en ningun momento, había logrado que ese joven sintiese siquiera una pizca de lo que la simple presencia de Elluka le producía. - Si no eres mas que un deseo... ¿te pertenezco o me perteneces?, tal vez, solo tal vez, no quiera reconocer que tan débil y fuerte me haces sentir con solo mirarme... Tus ojos me desarman, me asesinan y me vuelven a la vida, tu sonrisa es el perdón divino y, entonces, tu indiferencia sería el mas duro de los infiernos; Dante y Virgilio temblarían ante la sola mención de tu ira, mas yo quiero conocerla, quiero saberlo todo de tí.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
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Fuji Raikomaru
Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
-Ah... -Un pequeño pero perceptible suspiro se escapó de sus labios. Mucho lejos de su cara de vergüenza intensa, Elluka solo era capaz de ser consciente de los latidos de su corazón. Era como si el dicho órgano tratara de salirse para irse con el hombre, golpeando fuertemente las paredes que lo aprisionaban, creando una melodía tropical que expresaba un arcoiris de emociones. Aún podía sentir los labios del hombre en su mejilla. Aún podía sentir ese beso abstracto que trataba de descifrar ¿Sensualidad o dulzura? ¿Cuál era el tono que mejor describía el gesto? Elluka había recibido palabras llenas de coquetería desde su llegada a la Ciudad Central, pero nada la había hecho sentir tan confundida como el abanico de gestos que el hombre le ofrecía.
-Deseo o capricho, no estoy segura de qué soy en este momento para usted. -Murmuró mientras inclinaba la cabeza a la izquierda ligeramente mientras miraba el oro en la cara contraria. Su expresión era serena y pensativa, analizaba la cara del hombre cual partida de ajedrez. La expresión de Fischer después del Match del Siglo, calmada, afilada y con aires de grandeza asegurada, un emperador que no tenía miedo de ningún tipo de combate, un príncipe que veía a todos como una presa y aún así los miraba con bondad, parecería una vulgar cara de desesperación desmesurada comparada a la de la joven del vestido oscuro. -Si no fuese más que un capricho, me molestaría demasiado. -Prosiguió con la misma mirada de fino puñal. -Con un porte de caballero, una apariencia de príncipe y un verbo de bardo, estoy segura que haría a la mismísima Artemisa sonrojar, estoy completamente segura que acostumbra a que todas las damas estén para usted. -Su sonrisa se hizo presente una vez más, suavizando finalmente la cara de la joven. -Y aún así, me quiero arriesgar a exponerme ante usted, porque quiero conocer al dragón que oculta tu postura, el sencillo plebeyo que cubre tu ropaje y escuchar el más bello y honesto de sus poemas. -Extendió la mano hacia el hombro del contrario en un movimiento delicado y preciso. -Regáleme el derecho de conocer esas partes... No, todas las partes de usted, y tenemos trato hecho. -Colocó la segunda mano en el otro hombro ajeno y clavó sus ojos cerúleos en los ajenos, Elluka no quería que huyera. Si era un deseo pasajero o no, poco importaba. Necesitaba asegurarse que no abría duda alguna en las palabras del hombre con cabellos esmeralda. Era mucho más lejos de una petición u oferta, era un comando dulce y sutil.
-Deseo o capricho, no estoy segura de qué soy en este momento para usted. -Murmuró mientras inclinaba la cabeza a la izquierda ligeramente mientras miraba el oro en la cara contraria. Su expresión era serena y pensativa, analizaba la cara del hombre cual partida de ajedrez. La expresión de Fischer después del Match del Siglo, calmada, afilada y con aires de grandeza asegurada, un emperador que no tenía miedo de ningún tipo de combate, un príncipe que veía a todos como una presa y aún así los miraba con bondad, parecería una vulgar cara de desesperación desmesurada comparada a la de la joven del vestido oscuro. -Si no fuese más que un capricho, me molestaría demasiado. -Prosiguió con la misma mirada de fino puñal. -Con un porte de caballero, una apariencia de príncipe y un verbo de bardo, estoy segura que haría a la mismísima Artemisa sonrojar, estoy completamente segura que acostumbra a que todas las damas estén para usted. -Su sonrisa se hizo presente una vez más, suavizando finalmente la cara de la joven. -Y aún así, me quiero arriesgar a exponerme ante usted, porque quiero conocer al dragón que oculta tu postura, el sencillo plebeyo que cubre tu ropaje y escuchar el más bello y honesto de sus poemas. -Extendió la mano hacia el hombro del contrario en un movimiento delicado y preciso. -Regáleme el derecho de conocer esas partes... No, todas las partes de usted, y tenemos trato hecho. -Colocó la segunda mano en el otro hombro ajeno y clavó sus ojos cerúleos en los ajenos, Elluka no quería que huyera. Si era un deseo pasajero o no, poco importaba. Necesitaba asegurarse que no abría duda alguna en las palabras del hombre con cabellos esmeralda. Era mucho más lejos de una petición u oferta, era un comando dulce y sutil.
- Tamer
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Elluka Clockworker
Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
Antes las palabras de la joven, Fuji en medio de ese juego de coqueteo, oculto entre bromas y palabras tan profundas como sinceras, dejó escapar una risa. – O ho… -Esa risa que hacía ya años que nadie lograba sacar de entre sus labios, sus ojos dorados se mantenían inamovibles como una montaña sobre los ajenos. – Tal vez diga que eres solo un capricho para ver tu bello rostro cuando estás demasiado molesta… -espetó antes de pasar el índice zurdo sobre la mejilla de Elluka, en una suave caricia. – Pero no podría mentirte tan descaradamente, no cuando me miras con esos ojos al menos… -El joven conocía esa mirada, era la mirada de una soberana, de una monarca, y como afirmaba en cada momento de esa noche mágica, de su monarca. Era a la única persona a la que le permitiría nombrarlo como plebeyo, era la única que se había ganado ese privilegio enorme cuando respectaba a ese caballero sagrado.
- Si le digo estas palabras a las demás, que buena pregunta… –replicó burlón antes de guiñarle el ojo a la dama frente a sí. - … ¿Serán tan solo palabras vacías?, estoy seguro, cuando nuestros ojos se encuentran no necesitamos palabras… -exclamó con convicción de sus palabras, utilizando un tono dulce aunque sin borrar esa sonrisa ladina que se iluminaba en su totalidad con la luz plateada de los astros.
Al sentir las manos de la joven sobre sus hombros, el peliverde se relajó aún más, ese tacto tan dulce y cercano, la presencia de Elluka frente a él era su cable a tierra, todo problema, preocupación o inconveniente desaparecía en ese momento, y estaba seguro que así se repetiría mientras ella estuviera a su lado. – ¿Quieres conocer cada aspecto de mí?, ¿desde los rincones más oscuros hasta lo más brillantes?, si es así no te lo negaré, es un trato justo –asintió con la cabeza, posando ambas manos alrededor de la cintura de la Union Saver, sosteniéndola con firmeza, aunque sin aprisionarla.
- Si prometes no alejarte de mi lado hasta haber conocido lo mejor, y lo peor de mí… entonces sellaré el contrato, te daré mis votos, y sin importar nada, ni nadie, me mantendré a tu lado en la más duras de las tormentas, cubriéndote con mi capa, hoy y siempre... ¿Me permitirías darte el sol, la luna y cada una de los estrellas con tal de ver tu sonrisa? –Su tono se había tornado solemne, y su mirada llena de decisión, sentía calor en pecho, sentía como sus mejillas ardían. ¿Acaso se estaba confesando?, no pudo pensarlo, todo había sido tan rápido para él, y sin embargo, no conocía a nadie que lo hiciese sentir como esa dama a lo largo de su vida.
- Si le digo estas palabras a las demás, que buena pregunta… –replicó burlón antes de guiñarle el ojo a la dama frente a sí. - … ¿Serán tan solo palabras vacías?, estoy seguro, cuando nuestros ojos se encuentran no necesitamos palabras… -exclamó con convicción de sus palabras, utilizando un tono dulce aunque sin borrar esa sonrisa ladina que se iluminaba en su totalidad con la luz plateada de los astros.
Al sentir las manos de la joven sobre sus hombros, el peliverde se relajó aún más, ese tacto tan dulce y cercano, la presencia de Elluka frente a él era su cable a tierra, todo problema, preocupación o inconveniente desaparecía en ese momento, y estaba seguro que así se repetiría mientras ella estuviera a su lado. – ¿Quieres conocer cada aspecto de mí?, ¿desde los rincones más oscuros hasta lo más brillantes?, si es así no te lo negaré, es un trato justo –asintió con la cabeza, posando ambas manos alrededor de la cintura de la Union Saver, sosteniéndola con firmeza, aunque sin aprisionarla.
- Si prometes no alejarte de mi lado hasta haber conocido lo mejor, y lo peor de mí… entonces sellaré el contrato, te daré mis votos, y sin importar nada, ni nadie, me mantendré a tu lado en la más duras de las tormentas, cubriéndote con mi capa, hoy y siempre... ¿Me permitirías darte el sol, la luna y cada una de los estrellas con tal de ver tu sonrisa? –Su tono se había tornado solemne, y su mirada llena de decisión, sentía calor en pecho, sentía como sus mejillas ardían. ¿Acaso se estaba confesando?, no pudo pensarlo, todo había sido tan rápido para él, y sin embargo, no conocía a nadie que lo hiciese sentir como esa dama a lo largo de su vida.
- Tamer
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Fuji Raikomaru
Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
La chica objetó ligeramente antes de ser tomada por la cintura. No era que le desagradase el gesto, era todo lo contrario y eso era lo que preocupaba a Elluka. Estaba demasiado encantada con el hombre, aún y cuando no sabía de él más que su rostro y nombre antes de esa noche. Le tomaba por sorpresa la afinidad que tenía con el hombre, lo mucho que se sentía atraída a él. Era como si Fuji supiera qué responder a cada una de sus palabras, como si leyera su mente con un profundo penetrar en su alma, sólo usando esa mirada de espada dorada. Tenía miedo de la facilidad con la que se estaba derritiendo.
-Aceptaré cualquier regalo. -Comenzó a explicar en voz alta su pensamiento. -Siempre y cuando la pequeña llama que ha encendido se extienda hasta no dejarme opción alguna más que llegar a sus brazos, monsieur, ¿Debería confiar en que no permitirá que pase lo contrario? -Llevó una de las manos que se posaba en los hombros ajenos hacia el dije azul del cuello propio. Lo movió un poco en señal de una coquetería impregnada de una esencia de ternura. -Por supuesto que debo confiar, tiene pinta de ser un monarca que no deja ir lo que le interesa. -Se respondió a sí misma con una risa torpe. -Debería ir a casa, mientras más noche se haga los barrios aquí se ponen algo intensos. -Murmuró mientras fruncía los labios y clavaba la mirada hacia la izquierda en un modo infantil. Dejó ir el cuarzo azul que tenía como dije y se acomodó el flequillo en un suave movimiento. No quería irse, pero se sentía tan tentada que mientras más tiempo pasara con el caballero de blanco, menor control tendría sobre sus palabras y acciones ¿Qué había en ese hombre que tenía el efecto de un hechizo como esos que Löwemon describía en las historias que contaba a la luz de la fogata? Desabrochó la capa con la que el hombre la había cubierto. Se puso en puntillas alzando su cuerpo y la prenda fue colocada de nuevo sobre su dueño.
-Le agradezco todo lo que ha hecho por mí y en mí en esta noche. -Comentó mientras abrochaba los dorados cordones de la capa. -A pesar de que aún no recuerdo mucho, me ha hecho sentir que tengo un hogar.
-Aceptaré cualquier regalo. -Comenzó a explicar en voz alta su pensamiento. -Siempre y cuando la pequeña llama que ha encendido se extienda hasta no dejarme opción alguna más que llegar a sus brazos, monsieur, ¿Debería confiar en que no permitirá que pase lo contrario? -Llevó una de las manos que se posaba en los hombros ajenos hacia el dije azul del cuello propio. Lo movió un poco en señal de una coquetería impregnada de una esencia de ternura. -Por supuesto que debo confiar, tiene pinta de ser un monarca que no deja ir lo que le interesa. -Se respondió a sí misma con una risa torpe. -Debería ir a casa, mientras más noche se haga los barrios aquí se ponen algo intensos. -Murmuró mientras fruncía los labios y clavaba la mirada hacia la izquierda en un modo infantil. Dejó ir el cuarzo azul que tenía como dije y se acomodó el flequillo en un suave movimiento. No quería irse, pero se sentía tan tentada que mientras más tiempo pasara con el caballero de blanco, menor control tendría sobre sus palabras y acciones ¿Qué había en ese hombre que tenía el efecto de un hechizo como esos que Löwemon describía en las historias que contaba a la luz de la fogata? Desabrochó la capa con la que el hombre la había cubierto. Se puso en puntillas alzando su cuerpo y la prenda fue colocada de nuevo sobre su dueño.
-Le agradezco todo lo que ha hecho por mí y en mí en esta noche. -Comentó mientras abrochaba los dorados cordones de la capa. -A pesar de que aún no recuerdo mucho, me ha hecho sentir que tengo un hogar.
- Tamer
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Elluka Clockworker
Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
Al escuchar las últimas palabras de la joven, bajó ligeramente la mirada pensativo, era cierto, tendrian que decirse adios en algún momento, sin embargo en su interior una sensación de melancolía lo inundó, siempre fue una persona que odiaba las despedidas por sobre todas las cosas, y mas aún ahora que sentìa que habia encontrado a esa persona cuya sola presencia le daba paz. - Supongo que tienes razon... Sin embargo, no lo deseo, no acepto el tener que alejarme de tì ni por un segundo... siento que hemos estado tan poco tiempo juntos, ni una eternidad será suficiente para saciar mi deseo de tu compañía -Cuando su capa volvió a caer desde sus hombros, tomó una de las manos de la joven con la suya, y observandola nostalgico, dejó una caricia dulce sobre ella. - Nunca fui muy bueno con las despedidas, supongo que es el primer defecto que conocerás de mi, he estado tan acostumbrado a alejar a todos mí, que ahora que tu has entrado en mi corazòn con la ferocidad de una tormenta... simplemente no tolero que te alejes -Su tono de voz a pesar de ser tan firme como siempre, y su porte mantener tan imponente, dejaba notar en su mirada, y en su rostro, cierta inocencia infantil.
- Si debes retirarte permiteme al menos escoltarte hasta la posada donde resides, de esa manera ademas sabré donde ir a buscarte cuando te extrañe -aclaró el caballero, alejandose de Elluka algunos pasos para poder tener una vista completa de la misma, despues señaló el cielo extendiendo el brazo hacia arriba. - ¡Dioses, sean testigos! Juro ante la luna, la noche, y las estrellas que la llama que he encendido se convertirá en un incendio digno del Ave Fenix, incapaz de ser detenido o apagado por nada ni nadie -Anunció antes de dejar escapar una risa por las palabras poeticas, aunque juguetonas, que había liberado.
- Si debes retirarte permiteme al menos escoltarte hasta la posada donde resides, de esa manera ademas sabré donde ir a buscarte cuando te extrañe -aclaró el caballero, alejandose de Elluka algunos pasos para poder tener una vista completa de la misma, despues señaló el cielo extendiendo el brazo hacia arriba. - ¡Dioses, sean testigos! Juro ante la luna, la noche, y las estrellas que la llama que he encendido se convertirá en un incendio digno del Ave Fenix, incapaz de ser detenido o apagado por nada ni nadie -Anunció antes de dejar escapar una risa por las palabras poeticas, aunque juguetonas, que había liberado.
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Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
Elluka rió ante la proclamación del hombre que la acompañaba. Se sentía halagada, se sentía querida, y se sentía en casa. Su risa reflejaba en una melodía alegre todas sus emociones. Era cálida, parecía incluso que la flama que proclamaba de una manera poética era tan física que buscaba salir en dicha aria que salía de su boca. Un cosquilleo en su estómago provocó que volviera a apoyarse de los hombros del contrario y en un grácil movimiento plantó en la mejilla ajena un beso con los propios labios de durazno. Era un beso suave y sencillo, lento para finalizar. Elluka quería sentir un poco más esa calidez de la piel del hombre, incluso se tomó la libertad de sembrar un beso más cercano a la comisura de sus labios. Se separó y dejó ir los hombros ajenos. Debía detenerse antes de no tener más rienda. ¿Alguna vez dio su primer beso? Esa pregunta pasó por su cabeza. ¿Cómo se sentiría besar a alguien? Con sus ojos recorrió cada parte de la boca ajena. Seguramente esos labios eran igual de cálidos que su mejilla, incluso más. Bajó la mirada mientras se tomaba la mejilla que ardía con la intensidad del sol mañanero. Estaba siendo muy egoísta e irracional. No había duda alguna en que ese hombre tenía el efecto de una poción seductora.
-¿Me odiaría si lo hago extrañarme un poco? ¿Disfrutaría más el verme de nuevo si me voy ahora? -Alzó su visión de nuevo. Los datos a través de sus ojos fluían con la misma intensidad con la que su corazón latía en esa carrera de emociones y prudencia. -Quisiera ver más rostros suyos, y la cara que pondrá al verme de nuevo... ¿Qué tan grandes serán esos ojos dorados? ¿Qué tanto crecerán de la sorpresa? -Sonrió suavemente, con una inclinación hacia su mejilla izquierda. Si bien quería no despegarse del hombre en el momento, debía probarse a sí misma. Debía probar también al hombre. ¿Qué tanto deseaba verla? Incluso si fuese el calor del momento lo que la llevó a dicha situación, ese hombre tenía algo. Tenía algo que Elluka no podía describir con palabras, algo que la orillaba a desear estar entre sus brazos y fundirse en su cuerpo. El querer hacer arder ese sentimiento hasta explotar, inflar ese globo hasta hacerlo reventar, tal vez no era más que un mero capricho... Pero necesitaba hacerlo. Quería ver cada una de las facetas de ese gallardo, quería conocer los límites de ambos. Sin embargo, el deseo era demasiado intenso. Se acercó de nuevo y ladeó la cabeza en una confusión genuina mientras trataba de entender la abstracción que eran esos orbes ámbar de misterio.
-¿Debería irme sin dejar rastro alguno para hacerlo extrañarme hasta explotar y buscarme en desesperación? ¿Debería seguir con usted hasta que llegue el momento de una despedida y el sentimiento florezca como la planta a la que acaban de regar? -Su tono de voz era suave y su ceño se encontraba fruncido, probablemente no se había dado cuenta de que estaba pensando en voz alta. -¿Qué sería más efectivo?
-¿Me odiaría si lo hago extrañarme un poco? ¿Disfrutaría más el verme de nuevo si me voy ahora? -Alzó su visión de nuevo. Los datos a través de sus ojos fluían con la misma intensidad con la que su corazón latía en esa carrera de emociones y prudencia. -Quisiera ver más rostros suyos, y la cara que pondrá al verme de nuevo... ¿Qué tan grandes serán esos ojos dorados? ¿Qué tanto crecerán de la sorpresa? -Sonrió suavemente, con una inclinación hacia su mejilla izquierda. Si bien quería no despegarse del hombre en el momento, debía probarse a sí misma. Debía probar también al hombre. ¿Qué tanto deseaba verla? Incluso si fuese el calor del momento lo que la llevó a dicha situación, ese hombre tenía algo. Tenía algo que Elluka no podía describir con palabras, algo que la orillaba a desear estar entre sus brazos y fundirse en su cuerpo. El querer hacer arder ese sentimiento hasta explotar, inflar ese globo hasta hacerlo reventar, tal vez no era más que un mero capricho... Pero necesitaba hacerlo. Quería ver cada una de las facetas de ese gallardo, quería conocer los límites de ambos. Sin embargo, el deseo era demasiado intenso. Se acercó de nuevo y ladeó la cabeza en una confusión genuina mientras trataba de entender la abstracción que eran esos orbes ámbar de misterio.
-¿Debería irme sin dejar rastro alguno para hacerlo extrañarme hasta explotar y buscarme en desesperación? ¿Debería seguir con usted hasta que llegue el momento de una despedida y el sentimiento florezca como la planta a la que acaban de regar? -Su tono de voz era suave y su ceño se encontraba fruncido, probablemente no se había dado cuenta de que estaba pensando en voz alta. -¿Qué sería más efectivo?
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
La joven volvió a acercarse a él, y entonces, paz, sintió por primera vez paz en ese caótico mundo, cuando los cálidos labios de esa mujer tocaron su mejilla en un gesto de infinito cariño. Sus ojos se ocultaron por unos segundos debajo de sus parpados, para poder sentir el tacto y la cercanía de Elluka en ese momento. Deseaba que fuese tan extenso como lo era bello, que se convirtiese en un infinito estado de paz. - Lamentablemente no podía odiarte así lo deseaste desde el fondo de mi corrupto corazón... -Le respondió mientras acariciaba su rostro con ternura, y solemnidad en su voz, antes de posar nuevamente su mirada contra la contraria. - La mejor forma de ver todas mis caras no ha de ser alejarte... ¿Por qué no quedarte a mi lado?, cada día podrá ser algo nuevo, cada momento puede ser una eternidad si lo sabemos apreciar… ¿Sentirás acaso en tu interior, lo que estoy sintiendo? –Inquirió curioso, volviendo a posar sus manos alrededor de las cinturas de la ajena.
- Si te vas hasta el fin del mundo, estaré frente a ti, abriéndote camino con mi espada para que no lastimes tus manos… Aunque intentes burlarme, no dejaré que te marches de mi lado... Y aun así, si lo logras y no dejas rastro tras tu partida, no dejaré piedra sin voltear en ambos mundos con tal de volverte a ver –Expresó con firmeza, pasando la zurda por sus cabellos rosados. – Simplemente dame la esperanza de que al volver a verte, tendré tu sonrisa, tendré tu mirada… Tendré de ti cada uno de esos aspectos que te convierten en la única mujer que me ha hecho sentir acompañado, que me ha recordado en tan solo una noche la cantidad de emociones que alguna vez albergue en mi interior –Llevó ambas manos a cada lado del rostro de la joven, tomándola con suavidad aunque mostrando decisión en su mirada. – Es la primera vez en mi vida en la que… escucharé a mi corazón, y callaré mi cerebro, y sinceramente no me importa estar equivocándome –aclaró antes de acercarse al rostro de la ajena, y depositar sobre sus labios un cálido beso de los propios, era la primera vez que su corazón latía tan rápido como el galope de Sleipnir. Sus manos temblaban, y sus parpados aunque sellados, se encontraban tranquilos.
- Si te vas hasta el fin del mundo, estaré frente a ti, abriéndote camino con mi espada para que no lastimes tus manos… Aunque intentes burlarme, no dejaré que te marches de mi lado... Y aun así, si lo logras y no dejas rastro tras tu partida, no dejaré piedra sin voltear en ambos mundos con tal de volverte a ver –Expresó con firmeza, pasando la zurda por sus cabellos rosados. – Simplemente dame la esperanza de que al volver a verte, tendré tu sonrisa, tendré tu mirada… Tendré de ti cada uno de esos aspectos que te convierten en la única mujer que me ha hecho sentir acompañado, que me ha recordado en tan solo una noche la cantidad de emociones que alguna vez albergue en mi interior –Llevó ambas manos a cada lado del rostro de la joven, tomándola con suavidad aunque mostrando decisión en su mirada. – Es la primera vez en mi vida en la que… escucharé a mi corazón, y callaré mi cerebro, y sinceramente no me importa estar equivocándome –aclaró antes de acercarse al rostro de la ajena, y depositar sobre sus labios un cálido beso de los propios, era la primera vez que su corazón latía tan rápido como el galope de Sleipnir. Sus manos temblaban, y sus parpados aunque sellados, se encontraban tranquilos.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
Con sus orbes azules abiertos a más no poder, su cuerpo se tensó por tres segundos perfectos. Fue algo tan repentino que aún trataba de comprender. Sin darse cuenta, su cuerpo se había relajado, sus párpados habían sellado los mares y sus manos rodeaban el cuello ajeno. ¿Estaba soñando? Usaba un vestido precioso como una noche estrellada, había sido rescatada por un príncipe vestido en nieve, y ahora estaba besando al caballero de blancas ropas imperiales que había buscado desde su llegada. Por un momento todo parecía tan irreal que tuvo miedo de despertar de nuevo en ese oscuro lugar. Regresar a sus sentidos fue difícil, pero lo aprovechó para sentir los labios del hombre en toda la extensión de la palabra. Eran un poco más suaves y carnosos de lo que había imaginado, alargados también. Se alejó unos centímetros del rostro de Fuji, tratando fallidamente de ocultar una sonrisa que se pintaba en sus labios. Una risita muda se escapó. No podía ver al hombre a los ojos, sabía que se sentiría con hambre de sus labios de nuevo.
-Eso es una trampa muy vil. -Comentó con una voz aguda y temblorosa, pero que desbordaba sentimientos positivos. Exacto. Era una trampa vil en la que sería ella quien terminaría extrañándolo hasta la desesperación. Un juego de seducciones tan naturales que, más que un incendio provocado por un par de cerillos que eran ellos, Elluka lo hubiese llamado destino. ¿Debería permitirse ese capricho? Desabrochó el sencillo collar de dije circón azul y lo besó, haciendo un contacto visual con los ojos de oro ajenos.
-Miro lejanas mis palabras, porque más que mías son tuyas. -Rió por lo bajo mientras aún sostenía el dije cerca de los propios labios con las yemas de dos de sus dedos. -Será imposible elegir las correctas, puesto tienes ojos profundos donde la noche alea y frescos brazos de flor. Hipnotizas estos claros con tu presencia, con tu danza de suaves avances a mi corazón... Así que sólo diré -Depositó el dije con suavidad en las manos ajenas. Eran grandes y masculinas, suaves pero marcaban un difícil trayecto de vida en su reposo. Miró nuevamente al hombre de cabellos esmeraldas y sonrió con tanta confianza en sí misma que sus ojos se cerraron de nuevo. Aires contratantes de inocencia y picardía rodeaban la expresión de la joven de cabellos de cerezo en su época de florecimiento. -Por un beso, ¿Qué me daría usted por un beso? -Retrocedió un par de pasos y en una conexión de movimientos que se podrían confundir con una danza, su perfecto cuerpo femenino se transformó en uno más conejuno con ayuda del digivice con detalles platinados. Cuerpo blanco con detalles en un color púrpura azulado. Un antifaz de plata cubría unos ojos rosados que serían familiares para todos aquellos que conociesen a la niña Elluka.
Una mirada agradecida se desprendió del rostro del conejo humanoide. Era una mirada diferente a la de la joven humana. Más suave y gentil, a la vez fría y distante, con aires de desconfianza y temor. Un contraste total con la apasionada Elluka.
-Gracias, señor Raikomaru -Sonrió con gentileza, acompañada en una voz tan suave y aguda como un fino cascabel. Elluka nunca había pensado del hombre como "señor Raikomaru". ¿Cuál era la diferencia ahí? Por un momento, la humana sintió que había perdido un poco el control de sí misma. Sacudió la cabeza y la misma picardía inocentona que caracterizaba a la ojiazul regresó a la cara de la digimon.
-Monsieur Fuji, espero saber pronto la respuesta. -Señaló con la mirada el dije que había dejado en las manos ajenas y rió nuevamente. La coneja desapareció de la escena en un enorme salto que finalizó hasta ocultarse en la oscuridad de un techo. Suspiró de una manera soñadora llevándose la mano al medallón lunar que portaba su pecho y saltó de nuevo, cayendo en el suelo de un callejón. Comenzó a caminar hacia la salida del mismo. Sus cálculos eran correctos, había llegado hasta la posada en un par de saltos. Volvió a su forma humana. Elluka tenía una sonrisa complacida. Apoyó su espalda contra la puerta de la entrada y volvió a soltar un suspiro cantarín.
-Fuji Pierre Raikomaru Roseworth. -Lo llamó para sus adentros mientras se tomaba las mejillas tratando de contener la emoción de la noche.
-Eso es una trampa muy vil. -Comentó con una voz aguda y temblorosa, pero que desbordaba sentimientos positivos. Exacto. Era una trampa vil en la que sería ella quien terminaría extrañándolo hasta la desesperación. Un juego de seducciones tan naturales que, más que un incendio provocado por un par de cerillos que eran ellos, Elluka lo hubiese llamado destino. ¿Debería permitirse ese capricho? Desabrochó el sencillo collar de dije circón azul y lo besó, haciendo un contacto visual con los ojos de oro ajenos.
-Miro lejanas mis palabras, porque más que mías son tuyas. -Rió por lo bajo mientras aún sostenía el dije cerca de los propios labios con las yemas de dos de sus dedos. -Será imposible elegir las correctas, puesto tienes ojos profundos donde la noche alea y frescos brazos de flor. Hipnotizas estos claros con tu presencia, con tu danza de suaves avances a mi corazón... Así que sólo diré -Depositó el dije con suavidad en las manos ajenas. Eran grandes y masculinas, suaves pero marcaban un difícil trayecto de vida en su reposo. Miró nuevamente al hombre de cabellos esmeraldas y sonrió con tanta confianza en sí misma que sus ojos se cerraron de nuevo. Aires contratantes de inocencia y picardía rodeaban la expresión de la joven de cabellos de cerezo en su época de florecimiento. -Por un beso, ¿Qué me daría usted por un beso? -Retrocedió un par de pasos y en una conexión de movimientos que se podrían confundir con una danza, su perfecto cuerpo femenino se transformó en uno más conejuno con ayuda del digivice con detalles platinados. Cuerpo blanco con detalles en un color púrpura azulado. Un antifaz de plata cubría unos ojos rosados que serían familiares para todos aquellos que conociesen a la niña Elluka.
Una mirada agradecida se desprendió del rostro del conejo humanoide. Era una mirada diferente a la de la joven humana. Más suave y gentil, a la vez fría y distante, con aires de desconfianza y temor. Un contraste total con la apasionada Elluka.
-Gracias, señor Raikomaru -Sonrió con gentileza, acompañada en una voz tan suave y aguda como un fino cascabel. Elluka nunca había pensado del hombre como "señor Raikomaru". ¿Cuál era la diferencia ahí? Por un momento, la humana sintió que había perdido un poco el control de sí misma. Sacudió la cabeza y la misma picardía inocentona que caracterizaba a la ojiazul regresó a la cara de la digimon.
-Monsieur Fuji, espero saber pronto la respuesta. -Señaló con la mirada el dije que había dejado en las manos ajenas y rió nuevamente. La coneja desapareció de la escena en un enorme salto que finalizó hasta ocultarse en la oscuridad de un techo. Suspiró de una manera soñadora llevándose la mano al medallón lunar que portaba su pecho y saltó de nuevo, cayendo en el suelo de un callejón. Comenzó a caminar hacia la salida del mismo. Sus cálculos eran correctos, había llegado hasta la posada en un par de saltos. Volvió a su forma humana. Elluka tenía una sonrisa complacida. Apoyó su espalda contra la puerta de la entrada y volvió a soltar un suspiro cantarín.
-Fuji Pierre Raikomaru Roseworth. -Lo llamó para sus adentros mientras se tomaba las mejillas tratando de contener la emoción de la noche.
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Re: El corazón sabe cuando está en casa ¿Los recuerdos no? {Priv. Fuji}
Una vez la joven se alejó a corta distancia, Fuji carraspeo aclarando su garganta para intentar fallidamente recuperar la seriedad, imposible ya que una sonrisa de par en par se dibujaba en su rostro. - ¿Trampa?, por supuesto que sí, el fair play jamas fue mi estilo... En la guerra, y el amor, todo está permitido, ¿No es verdad?, esta noche ha tenido ambas cosas en cantidades que me resultan sorprendentes... Aunque es una grata sorpresa, aun para una persona que ha odiado las sorpresas desde que perdió todo lo que amaba por culpa de ellas -Admitió pensativo, recordando tanto a las tragedias que le quitaron a su familia, como a su mejor amigo e inclusive su pierna junto con uno de sus ojos. - Tal vez las sorpresas tambien son capaces de darme algo que amar -murmuró mientras la joven depositaba en sus manos aquel hermoso collar que había adornado su cuello anteriormente. Fuji la observó por unos segundos, intentando organizar sus ideas para buscar la respuesta correcta a la pregunta, despues se dió cuenta de la realidad, la respuesta correcta era aquella que sentía en su interior.
- Daría mi fortuna, mi poder, mi vida por... ¿Un beso?, no, simplemente por un segundo a tu lado daría todo lo que poseo y poseeré -Aclaró con seguridad en su tono de voz, aunque aquellas manos temblorosas se habían calmado cuando la joven las tomó previamente, su mirada aun se mostraba mas brillante que lo acostumbrado y aquel rubor que adornaba sus mejillas pálidas no había desaparecido en ningun momento. Pero la joven no lo escuchó, ella ya se había alejado junto con la noche como un efímero sueño de verano.
Lilithmon emergio desde las sombras, observando a Fuji tan sonriente como su amo. Las mejillas de Lily estaban rojas igual que las contrarias, y una ligera risa escapó de entre sus labios. El ceño de Fuji se frunció, y entonces el joven acercó el objeto que portaba entre sus manos a su boca, y depositó un beso sobre su superficie, sonriendole con dulzura. Al finalizar, colocó alrededor de su cuello el hermoso dije que la joven le había confiado. - Andando Lily, y borra esa sonrisa de tu rostro, n-no hay nada chistoso, ¿entendido?, ¡Nada! -Avergonzado, Fuji comenzó a caminar seguido por la demoniaca silueta que lo acompañaba, refunfuñando en frances. Cuando la vergüenza se esfumó, se pudo percibir un suspiro saliendo de sus labios, el suspiro de un joven enamorado.
- Daría mi fortuna, mi poder, mi vida por... ¿Un beso?, no, simplemente por un segundo a tu lado daría todo lo que poseo y poseeré -Aclaró con seguridad en su tono de voz, aunque aquellas manos temblorosas se habían calmado cuando la joven las tomó previamente, su mirada aun se mostraba mas brillante que lo acostumbrado y aquel rubor que adornaba sus mejillas pálidas no había desaparecido en ningun momento. Pero la joven no lo escuchó, ella ya se había alejado junto con la noche como un efímero sueño de verano.
Lilithmon emergio desde las sombras, observando a Fuji tan sonriente como su amo. Las mejillas de Lily estaban rojas igual que las contrarias, y una ligera risa escapó de entre sus labios. El ceño de Fuji se frunció, y entonces el joven acercó el objeto que portaba entre sus manos a su boca, y depositó un beso sobre su superficie, sonriendole con dulzura. Al finalizar, colocó alrededor de su cuello el hermoso dije que la joven le había confiado. - Andando Lily, y borra esa sonrisa de tu rostro, n-no hay nada chistoso, ¿entendido?, ¡Nada! -Avergonzado, Fuji comenzó a caminar seguido por la demoniaca silueta que lo acompañaba, refunfuñando en frances. Cuando la vergüenza se esfumó, se pudo percibir un suspiro saliendo de sus labios, el suspiro de un joven enamorado.
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Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
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