Una gran reunión con un increíble sabor (Primer tema de Vergil Sparta.)

 

Gato y yo terminamos un asuntillo en Japón y nos disponíamos a coger un trailmon para volver a la base de los Union Saver y reunirnos con Blurr.

-Ohhh me llené de lo lindo en aquel cumpleaños de ese chaval, Ashe. No era mal tipo, podías haberte acercado más a él, ya me entiendes.-me dijo mi compañera con rentintin.

-Gatomon, deja de buscarme novio, quieres? No todas somos como tu, incapaces de no estar detrás de los tíos ni un solo segundo-protesté yo.

-A ver Ashe, Rony no se entera de la misa la media y no vas a estar detrás de un tipo que no te hace caso eternamente. A este paso te quedarás para vestir santos...-seguía ella erre que erre.

-Gato! Ni mi madre está así conmigo asi que deja el temita ya! Vale??-le tiré del moflete riñéndola

-Sss.... sí...-protestó ella.

Mientras entrábamos en la estación Trailmon, ojeé distraídamente mis cartas, tenía ya muchas y algunas aún no las había usado. Gatomon se subió a mi hombro para cotillear.

-Asheee... porque no me dejas usar esa? Nunca la usamos!-dijo ella señalando la de Illusory Walls.

-Porque conociéndote la usarás para colarte en los aseos masculinos... o algo asi... de momento no ha habido ocasión de infiltrarse, quizá con Lady te transforme en sombra o algo así y puedas pasar desapercibida pero... me da miedo usarla...-la fulmino con la mirada.

-Ashe... eres mala... qué poco confías en mi-me dice eso ruborizándose y mirando hacia otro lado.

-Mis motivos tengo, no me apetece estar disculpandote siempre...-le dije

Mi compañera iba a replicar cuando en una pantalla salió un muchacho con un Kapurimon anunciando una parrillada para tamers y acto seguido en mi D-power apareció un mapa localizador del evento.

-Comida? Socializar = acosar??? Ashee vamos!!!-me insistia Gato tirando de mi chaleco emocionada.

-Gato, contrólate por favor! Está bien iremos, suena bien pero... qué diantres es una botana?-le pregunté a mi compañera ajena al significado de esa palabra.

-Humm creo q el pedante de Bakemono dijo algo sobre que era como aperitivo o algo asi en mexicano... -dijo ella haciendo memoria.

-Aaammm okey, llevaremos unos sandwiches, lastima que no nos quedaran caracolas de esas tan ricas que compramos...-comenté mientras cogíamos el trailmon que iba al distrito de Kamogawa en vez del de la base, como decía en el anuncio. Con la resolución de comprar allí los sandwiches pues nuestro tren ya estaba para partir.

Después de tanto tiempo en el Mundo Digital, el muchacho de cabellos grisáceos volvía al Mundo Humano a bordo de un Trailmon de clase Angler. Se trataba de un Trailmon de color azul con un ojo rojo en la parte delantera, unos grandes dientes rectangulares en lo que sería su "boca" y una gran linterna en lo alto de su cabeza, como si de un pez de las profundidades del océano del Mundo Humano se tratase. El Digimon con forma de tren llegó al fin a la estación del Mundo Humano donde debía de parar, en Japón. Allí, se bajó de la estación y pudo observar a un gran número de personas, muchos de ellos chicos y chicas de su misma edad, acompañados por las extrañas criaturas conocidas como Digimons. El muchacho de ojos dorados comprobó si su ropa y sus objetos más preciados se encontraban en su sitio: llevaba una camisa negra con una calavera blanca, unos pantalones vaqueros de color azul y unas deportivas de color rojo. En su cuello también se hallaba un collar que parecía más bien un cinturón. Enganchado al lado del cinturón auténtico, en sus pantalones, se hallaba un pequeño dispositivo negro y azul. Era un Digivice D-3, que permitía a su Digimon transformarse en distintos Digimons más poderosos gracias a los Digihuevos, unos extraños objetos que representaban ciertas características como el Conocimiento o el Valor... Aunque, a decir verdad, Hepokomaru sólamente había oído hablar de ellos, nunca los había visto o encontrado. Pero tenía la esperanza de que ese momento llegase pronto... Ah sí, dentro de uno de sus bolsillos se encontraba su D-Terminal, un aparato blanco que tenía muchas funcionalidades útiles, aunque no lo había usado en demasiadas ocasiones, por el momento.

Su compañero y amigo Digimon era una especie de lagarto azul que reposaba perezosamente en la cabeza del muchacho de cabello grisáceo. Se llamaba DemiVeemon y era la forma In-Training de su fiel compañero y amigo, Veemon. Ambos habían pasado un año entero de vacaciones en el Mundo Digital, aprendiendo más acerca de ese extraño mundo del que provenían todos los Digimons. Ahí era donde había aprendido todo lo relacionado con los Digihuevos... ¡Salvo dónde se encontraban cada uno de ellos!

Estaría mucho mejor si pudiese encontrarlos, la verdad. Podría depender de distintos tipos de Digimons y digievoluciones según la situación...- pensaba Hepokomaru mientras caminaba entre tanto gentío. Lo cierto es que las muchedumbres no le gustaban nada... Sin embargo, se sentía cómodo cada vez que se encontraba con Digimons a su alrededor, como si perteneciese más al Mundo Digital que al Mundo Humano.

Mientras esos pensamientos llegaban a su mente, un pitido de alerta comenzó a sonar en su D-Terminal. En cuanto lo cogió, pudo observar que había recibido un nuevo mensaje de un usuario desconocido. En él se hacía referencia a una quedada entre Tamers y Digimons. Mientras Hepokomaru leía atentamente el mensaje, DemiVeemon abrió los ojos y se quedó mirando también el mensaje que su Tamer leía.

¿Te apetece ir, DemiVeemon?- preguntó Hepokomaru mientras se arrascaba su mejilla derecha, sin decir nada más. Lo cierto es que tenía un poco de hambre, pero ya tenía planeado ir a comer a un restaurante del Mundo Humano... Aunque quizás esa quedada le saldría más barato.

¡Claro! ¡Todo lo que sea comida gratis yo me apunto! Además, ¡tengo ganas de conocer gente y Digimons nuevos!- dijo DemiVeemon enérgicamente, mientras Hepokomaru asentía y esbozaba una sonrisa traviesa, cogiendo al Digimon azulado en sus brazos para poder lanzarlo al aire instantes después.

¡Pues yo no te pienso llevar en brazos! ¡Camina por tu propio pie!- mientras decía esto, Hepokomaru apuntó con su D-3 a su Digimon, transmitiéndole parte de su energía a su Digimon, permitiendo a éste que digievolucionase en su forma posterior.

¡DemiVeemon digievoluciona en...!- el cuerpo del Digimon azulado comenzó a cambiar, haciéndose más del doble de grande de lo que era antes- ¡Veemon!- lo cierto es que la característica más apreciable que podía observarse a simple vista era que su tamaño había aumentado, aunque se había vuelto bastante más fuerte en comparación. Veemon podía mantener esa forma todo lo que quisiera, pero prefería ser DemiVeemon (incluso Chibomon, la forma anterior a DemiVeemon) por simple vagancia- Jo... ¿Me vas a hacer andar?

Efectivamente- Hepokomaru le sonrió con malicia mientras entraban en el tren que se suponía que les llevaría al lugar de reunión. Dentro del tren pudo ver a una chica con un pañuelo verde o azul en la cabeza que cubría su largo cabello marrón. Vestía de forma sencilla pero cómoda. Junto a ella, se encontraba una Gatomon. Tanto Hepo como Veemon saludaron a ambas por pura cortesía con un "Buenas tardes" y se sentaron en dos de las sillas que había en el vagón de otro de los Trailmon. Esta vez, era uno de tipo Kettle cuya característica más llamativa era que parecía la fusión entre un pato amarillo y un tren.


OFF ROL: Espero que no sea molestia si me uno :p

Una parrillada en uno de los distritos de Japón sonaba bastante interesante. Lo más curioso, era que un tamer organizaba dicho evento social, además parecía ser exclusivo para los humanos elegidos. Esta sería la primera vez en años que volvería a asistir a una parrillada. Y un descanso no sonaba nada mal después de lo que le había pasado en el digimundo.

Le alegraba poder volver a ver a Gaomon de nuevo tras haber su vuelta a casa. Ahora sería la oportunidad para su compañero de conocer el mundo humano con sus propios ojos, porque él estaría más emocionado por conocer el panorama del mundo en que su tamer vivía.

A su llegada a la Digi-Central, Garrod había sido recibido por su compañero digimon con un fuerte abrazo. Este gesto le alegraba mucho, porque se mostraba la evolución que había tenido su canino amigo durante ese lapso de tiempo, y era bueno verlo tan alegre y animado. Era difícil de creer que era el mismo Gaomon receloso de hace algunos meses.

Tardaron un momento en soltarse, y lo que les hizo reaccionar fue el aviso de la llegada del Trailmon que los iba a llevar al distrito Kamogawa. Ambos compañeros corrieron a abordar inmediatamente su transporte antes de que ganara velocidad y partiera.

Ya en el tren, Garrod observaba el mapa que le había llegado por su D-Arc hace algunos días. Era bueno le hecho de que les hubieran hecho llegar un mapa a los invitados, porque en su caso, el no conocía de vista ese distrito de Japón. También aprovechó para sacar su reproductor para entretenerse un poco, en lo que llegaban al lugar de la fiesta.

-Mi primera visita al mundo.-murmuró el pequeño cánido azul mientras observaba por la ventana los objetos pasar.-Aún no puedo creer que tendré la oportunidad de visitar tu casa.-

-Pues créelo, amigo.-comentó Garrod mientras elegía una de las canciones en su reproductor, para amenizar el ambiente.-Y podrás conocer de primera mano algunas de las cosas rutinarias que tendemos a hacer los humanos. Aunque también podrás probar de primera mano mucha comida diferente, incluyendo los platillos de Japón.-

Al mencionar la comida, los estómagos de ambos comenzaron a rugir por el hambre. Los dos se rieron al darse cuenta de ello, pues había sido en total sincronía, y eso le diera más gracia al asunto.

-Por cierto, Gaomon. ¿Tuviste problemas para llegar a esta estación?-inquirió el chico mientras reproducía una de las canciones en inglés que podría animar el ambiente.-Me preocupaba que algo te ocurriese durante el trayecto.-

-Bearmon me acompañó a dejarme en la estación de la DigiCentral. Leomon tuvo que atender un problema en el monte Bancho. Ya sabes, su entrenamiento personal y también actuar como mediador en caso de haber pleitos entre digimons.-comentó Gaomon mientras escuchaba parte de la canción.-Por eso no hubo problema, amigo. Además Bearmon y yo nos hemos comenzado a llevar bien. Por cierto, Leomon te envía saludos.-

-A él no se le parece escapar nada.-dijo Garrod sonriendo a la mención de su mentor.-A veces extraño la compañía y consejos de nuestro mentor. Nos ha enseñado mucho a los dos.-

-Sí, de hecho le debo mucho. Me ha cuidado muy bien cuando no estás.-exclamó el digimon con una mirada solemne.-Es difícil de creerlo por el aspecto tan imponente que tiene. Incluso me dio algo de miedo cuando no quise obedecerlo cuando me recomendó descansar después de la plaza que me dio el Ogremon que servía al ogro bueno.-

-Sería una anécdota interesante para contar en la parrillada a los otros tamer-musitó el chico.-Realmente quiero escuchar esa parte de la historia sobre lo que ocurrió cuando nos separamos, ahora que podemos confiar el uno en el otro. Además tendremos tiempo suficiente para charlar.-

-Eso es cierto amigo. Pero la verdad no me siento tan animado para contárselo a otros, del mismo modo que lo hago contigo.--comentó un poco cabizbajo--Nunca he estado ante una multitud, y aún me cuesta trabajo confiar en desconocidos.-

Garrod se sonrió al oír a Gaomon hablar con tanta sinceridad, admitiendo que le costaría trabajo lidiar con un evento social de tal magnitud. Se parecían en muchas cosas los dos.

-Mira, no soy experto en eso tampoco si te sirve de consuelo. Cuesta trabajo al principio, pero es muy necesario. Con el tiempo aprenderás a hablar con tranquilidad ante los otros. Además yo te voy a acompañar para darte apoyo.-le recalcó Garrod mientras le daba unas palmadas en la espalda para hacerlo sentir tranquilo.

-Te agradecería que me acompañaras. Se ve que se te da hablar con facilidad. Eres muy hablador.-dijo Gaomon soltando una risilla burlona. A la cual Garrod sólo se limitó a reír un poco, puesto que sabía que se lo decían de broma. Y la verdad le agradaba que la plática se hubiese vuelto muy amena. De paso aprovechó para desordenarle el cabello a modo de broma.

El resto del viaje se pusieron a disfrutar de la música de la lista del reproductor. Hasta el mismo Gaomon estaba siguiendo el ritmo de la música con uno de sus pies.

-Suena muy bien esa música. No tenía idea que ustedes fueran capaces de crear algo así.-exclamó su amigo.-Suena muy bien, aunque no comprendo lo que dice la persona que canta.-

-Y aún no has escuchado las piezas más antiguas, ni leído los libros de los humanos. Hay mucha gente talentosa que pasó a la historia por crear estas cosas.-mientras comentaba eso, algo comenzó a cruzar por su mente.-¿Sabes algo? Si llegáramos a toparnos con un digimon de tu misma especie, si te sigo llamando Gaomon nos será díficil identificarte. Creo que va a ser hora de ponerte un buen nombre para evitar que nos confundamos.-

-Ahora que lo mencionas, es cierto. Podremos confundirnos fácilmente.-Ante eso puso cara de mortificación -Espero que no sea algo feo.-

-Para nada. De hecho ya se me ocurrió uno que te podría quedar muy bien.-dijo el chico mientras se colocaba la mano en el mentón para comenzar a pensar. Cuando lo tuvo en mente, abrió los ojos.-Ya sé, te llamarás Razor.-

-Ra... qué?-preguntó el digimon algo extrañado

-Razor. Es el nombre de un personaje de mi serie favorita. Te lo puse porque tu estilo de pelea me recuerda mucho al de ese personaje. El personaje procura luchar con habilidad y técnica. Luego te enseño la serie en casa para que sepas quien es.-comentó el chico felizmente.

-Suena con fuerza el nombre. La verdad que me gusta.-respondió Gaomon con una leve sonrisa

Antes de que pudieran seguir charlando, el Trailmon les anunció su llegada al distrito donde se realizaría la parrillada. Garrod tomó su reproductor para seguir escuchando la música de camino a la lona. Tendrían oportunidad de seguir charlando en el trayecto, y estaban ansiosos por ver cómo se llevarían a cabo los hechos de en el evento social.

 

Después de dar muchas vueltas, dimos con el lugar donde se divisaba una gran carpa de color azul. Yo me paré en seco y me puse a pensar.

-Ocurre algo, Ashe? Este parece ser el lugar que describían...-comentó mi compañera.

-No se, Gato. Parece el escenario de una trampa... y si nos han convocado gente mala para hacernos daño o algo asi? Y si quieren reclutar tamers para lavarles el cerebro y que luchen para digimons malvados??-dije yo.

-Ashe... no crees que eso es un pelín paranoico? Además como va a ser una trampa un evento promocionado por un chaval con un digimon bebé?-comentó objetivamente Gatomon.

-Lo se, Gato. Pero pienso que eso de promocionarse tan alegremente a todo tipo de públicos con tan poco nivel puede ser el objetivo perfecto para cualquier malvado que quiera evolucionar a su digimon a formas oscuras o que piensen que por tener poco nivel pueda ser excusa para erradicar a todos los tamers... Debió andarse con ojo-comenté yo en mi paranoia.

-Ashe... creo que sacas un poco las cosas de contexto. De todas formas, si pasase algo nosotras podemos proteger a los invitados, somos poderosas llegamos a nivel Ultimate y somos de los US. No creo que haya nada que temer. -me convenció mi compañera.

-Está bien, Gatomon... Vayamos a hacer amiguitos... trajiste los sandwiches?-le pregunté.

Gatomon me miró con cara de disculpa mientras limpiaba las migas de sus bigotes.

-No me digas que te los comistes?-me sorprendí.

-No era mi intención, la verdad! pero dimos tantas vueltas que me entró mucha gusa y olían tan bien...-se disculpó ella.

-Ay dios... y ahora qué hacemos?-me pregunté yo.

-Bueno huele rico, seguro que comida hay de sobra y si no ya les compraremos algo a los anfitriones.-dijo Gatomon animosa entrando en la carpa correteando a 4 patas.

Leí el cartel de bienvenida y vi muchas mesas con comida, tipo buffet libre y eso. La decoración era exquisita y sentí no venir algo más arreglada para el evento, tenía ropa de campo y mis zapatillas tenían alguna que otra mancha de barro pero... como vine solo para unos dias a Japón y  ya volvía a casa, no tuve mucho que hacer pues no tenía ninguna muda presentable para la ocasión...

-Buff pues si que debe de tener pasta ese tal Vergil para crear un evento así, qué lastima no haber traído mi modelito de aquel baile... hubiera sido ideal para la ocasión. -le dije a mi compañera examinando todos los platos y la decoración exhaustivamente, además de comprobar que eramos las primeras en llegar al evento.

-Ashe hay una tienda de ropa no muy lejos de aquí, puedes ir a comprarte algo adecuado, yo te cubro aquí.-comentó mi compañera.

-Oh! de veras? eres mi salvación, Gato! No tardaré mucho, disculpame ante los demás si llegan, no tardaré.-le dije

-Descuida, pero... traeme algo bonito a mi también! espero que haya macizos por aqui, jeje.-dijo ella.

Yo asentí y al salir vi a un muchacho que daba algo de dinero a un señor, recé para que no me viera con esas pintas y saliendo apresuradamente de su fiesta, aunque solo fuera por unos minutos mientras mi compañera permanecía dentro picoteando algunos platos, despues de ventilarse los sandwiches (su estomago parecia no tener fondo) para después sentarse educadamente a los pies de una de las mesas a esperar a los invitados y disculpar asi a su tamer que pronto regresaría.

El auténtico motivo por el que Hepokomaru había pasado tanto tiempo en el Mundo Digital acompañado de su fiel amigo reptilíneo de color azul era para poder probarse a sí mismo y aumentar sus fuerzas. Veemon al fin había llegado a la etapa de nivel Campeón, Ex-Veemon. Sin embargo, el dúo formado por el muchacho de cabello plateado y el Digimon azulado aún estaban algo picados por un motivo: no encontraban ni uno sólo de los Digihuevos de los que habían oído hablar y que permitían que los Tamers con el Digivice D-3 otorgaran ciertas digievoluciones especiales a sus compañeros digitales. Valor, Amistad, Conocimiento, Amor, Sinceridad, Esperanza... Esas eran algunas de las características que representaban los distintos Digihuevos, aunque había algunos más. Quizás tan sólo fuese una mera leyenda todo aquello, pero querían creer que era cierto. Además, había oído que el nivel de estos Digimons era el nivel Armadura, por lo que era perfectamente viable.

Mientras Veemon admiraba el paisaje que se podía apreciar desde las ventanas del Trailmon que les llevaría al Distrito Kamogawa, en Japón, Hepo, por otra parte, sacó la pequeña libreta que almacenaba en sus bolsillos y en la que recogía todos los datos de los distintos Digimons que había visto. Por suerte, una de sus habilidades era el dibujo y la pintura que, acompañada con otra de sus habilidades, la descripción. le ayudarían en el que se había convertido su sueño: Ver y combatir contra todos los Digimons que pudiese, mientras recogía todos los datos de éstos y así poder confeccionar una Enciclopedia Digimon. Siempre había sido un estudioso y un investigador de campo o, al menos, siempre había querido investigar las distintas formas de vida de su mundo, desde Animales hasta Plantas. Sin embargo, cuando conoció a los Digimons, supo que quería estudiar a esas extrañas y magníficas criaturas. Mientras pasaba las hojas y el olor a papel inundaba las fosas nasales del muchacho japonés, éste repasaba las notas de los distintos Digimons que había conocido: Agumon, Flymon, Goburimon, Koromon... Antes de que se diesen cuenta, el Trailmon llegó a su destino, anunciándolo con una voz grave pero serena.

Sigues emperrado en saber todo acerca de nosotros ¿eh?- le dijo Veemon tirando de las mangas de la camisa que llevaba puesta Hepokomaru mientras repasaba junto a su Tamer la información de la que disponían.

Por supuesto que sí, Shin- Hepokomaru sonrió, levantando uno de los extremos de sus labios mientras se levantaba junto a Veemon llamado Shin y guardaba la libreta de nuevo en su bolsillo correspondiente. Cuando miró hacia ambos lados, pudo observar que la mayoría de pasajeros, si bien no eran muchos, se habían bajado ya, incluida la chica y su Gatomon.

Bueno creo que aquí no hacemos nada... Let's Go!- Veemon sonrió señalando con su puño la entrada mientras salía enfilado con una sonrisa, demostrando lo excitado e hiper activo que se encontraba.

Demonios... Eres un maldito manojo de nervios- Hepokomaru resopló,previniendo que tendría que disculparse con alguien porque Shin le había empujado, a lo que el chico de ojos dorados salió corriendo detrás de su Digimon compañero- Oh sí, seguramente esa Gatomon haya venido por el mismo motivo que nosotros... Ojalá que no, pero si hubiese alguna pelea, tengo claro que Gatomon irá a la Enciclopedia Digital Hepokomaru...- pensaba Hepokomaru mientras no perdía de vista a su escurridizo amigo, haciendo después una mueca de desagrado- Tengo que encontrar un nombre mejor, de eso estoy seguro... Menudo friki estoy hecho- tras esos pensamientos, lo único que pudo hacer Hepokomaru fue sonreír como un loco. Cualquiera que mirase al chico, porque lo miraban al verlo correr con tanta prisa, pensaría que estaba para encerrarlo en un psiquiatra... Y razón no les faltaba si veían a un dinosaurio azul corriendo hacia una carpa. Aunque bueno... Quizás muchos de los que allí se hallaban fuesen Tamers también... Rezaría para que fuese así. Desde luego uno de los fuertes de Veemon no era pasar desapercibido.

Tras un breve lapso de tiempo, mientras se abrían paso entre la muchedumbre, conformada por Tamers con sus Digimons en brazos imitando ser un peluche y gente de a pie (que miraba a Veemon extrañados) mientras Hepokomaru se abría paso avergonzado, llegaron a un área en el que se hallaba una enorme carpa de un color azul similar a la piel de Shin. Acompañando a la carpa, había un letrero que daba la bienvenida a todos los Tamers que decidiesen ir hacia ese lugar, como Hepokomaru. El chico no veía a Veemon por ningún lado, le había perdido de vista... Pero sabía perfectamente dónde se encontraba: allá donde hubiese comida. Tras entrar en la carpa y ver a un montón de Digimons (entre ellos la Gatomon que había venido con ellos en el tren), vio que Veemon se encontraba atiborrándose de comida: sandwiches, panceta, chorizo, pinchos morunos... Le daba todo igual. Hepokomaru entonces, se puso detrás de su nervioso compañero y le agarró de la cola.

Por lo menos podrías haberme esperado ¿eh?- decía enojado el muchacho del collar mientras sujetaba a Shin por la cola en el aire.

Pedo, ej ke tengo ucha hambre...- el Veemon Shin seguía comiendo a pesar de que su Tamer le agarraba de la cola y estaba situado boca abajo... Aunque más bien devoraba la comida.

No sé que voy a hacer contigo...- un nuevo suspiro provino de la boca de Hepokomaru mientras soltaba a Veemon, éste giraba elegantemente en el aire, y aterrizaba de pie... Dispuesto a seguir comiendo. Hepokomaru, sin más dilación, agarró uno de los pinchos morunos y comenzó a comer también, aunque no con el ansia que dominaba a Veemon.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Gatomon estaba disfrutando de las viandas, le habían encantado unas delicias de gambas que había en un plato cerca de ella. Como no llegaba se subió a una silla que por ahí había y empezó a comer esos ricos aperitivos con sabor a mar que tanto le gustaban. De pronto a su lado vino un chico con un Gaomon y vio que también apuraban los platos.

-Oi, Oi! Cuidadito que este plato es mio!-aferró con fuerza su plato de gambas sin dejar que nadie cogiera de su plato mientras tenía la boca llena. A su tamer no le iba a gustar esa actitud suya pero bueno ahora estaba sola.

Gatomon apuró el plato de gambas y miró de reojo a un chico y su veemon, q antes juraria que era mas pequeño, pues les había parecido verles en el tren. Según recordaba Veemon era la forma rookie de su adorado ulforcín y sintió curiosidad, por lo que se acercó a ellos, llevandole unos canapes al tamer pues su compañero ya parecía algo panzón de tanto comer.

-Buenas, mi nombre es Gatomon, creo que nos hemos visto en el tren. Es una coincidencia q llegaramos a esta misma fiesta no creeis? Mi tamer estará al caer, tuvo que ir a hacer unos recados... estooo....-empezó Gatomon sin poder contenerse la pregunta. -Por un casual... tu compañero, el veemon ese gordito... evoluciona a Ulforcín... digooo... a UlforceVeedramon??-le miró con una sonrisa pícara, ya que no había digimon atractivos por ahi por lo menos queria asegurarse de una víctima de acoso en potencia jejej.

Al poco los anfitriones empezaron a tocar y a cantar una canción cuya melodía le resultaba familiar a Gato.

-Miau? Creo que esa no es la letra de la canción...según la canta mi compañera...-Gatomon dejó su conversación a un lado, se pintó los labios con un poco de ketchup y con unas raspas de pescado que había por allí se peinó su flequillo hacia atrás, se puso una servilleta rosa como pañuelo al cuello y se dirigió al escenario.

-Buena canción muchachos, pero.... creo que oí esa música con otra letra, me permitís? Música por favor...-pidió la gata para entonar ella misma la otra versión que conocía de esa canción.


En si que Gatomon terminó su versión, una bella joven con largo pelo castaño, y que llevaba un bonito vestido palabra de honor hasta las rodillas y con algo de vuelo, verde brillante del mismo color que sus ojos. Entró en la carpa.

-Gatomon! qué diantres estás haciendo?-preguntó ella, mostrándose algo tímida aferrando su bolso de color lila fuertemente y algo ruborizada ante como su compañera llamaba tanto la atención y por ser la unica chica que había en esa carpa junto con su compañera.

-Ashely!-la digimon alegre de reunirse de nuevo con su compañera bajó del escenario y corrió a abrazarla. -No temas, Ashe. Sólo improvisaba un poco la canción que tú me enseñaste mientras te esperaba.-dijo ella.

Ashely le devolvió el abrazo a su compañera digimon y dijo:

-Siento si mi compañera os ha molestado, es un poco loca a veces jeje... me llamo Ashely Shirley un placer conoceros a todos y ella es mi compañera Gatomon. Encantadas!-tras decir eso Gatomon bajó al suelo y las dos hicieron una reverencia a los demás invitados en señal de presentación. -Como mi compañera se comió lo que traíamos de comer, me decidí a traer algo para divertirnos si no es molestia.-Ashely mostró una baraja del juego de Cartas de Digimon en la que entremezcló las cartas que solía usar en sus combates junto a su compañera para que todos se animaran a hacer algunos duelitos con ellas para pasarlo bien después de la comida.

Shin no podía dejar de devorar y devorar los platos que había delante de él. Menos mal que el Tamer que había organizado la quedada había sido previsor y había preparado una gran cantidad de comida... De lo contrario, muchas personas se quedarían sin comer. Sí, era posible que Hepokomari tuviese hambre, pero no disponía del ansia que caracterizaba a su compañero Digimon.

Te pareces al Agumon de Demyx- dijo el chico de cabellos plateados mientras sonreía, acordándose del Tamer con la túnica negra que conoció una vez y junto con el que combatió en las alcantarillas. Era un chico bastante agradable, a decir verdad- ¿Dónde se encontrará ahora...?

Entonces, ocurrieron varias cosas. La primera es que el muchacho que había organizado la quedada, un tal Vergil Sparta, se presentó y se dispuso a cantar una canción bastante famosa. Como si eso hubiese animado a más gente, la Gatomon que habían visto Shin y Hepo con anterioridad se subió a la palestra y se dispuso a cantar otra canción. En ambos eventos, tanto Hepokomaru como Shin, quien tenía la boca ocupada con un pincho moruno y un muslo de pollo en cada caso respectivamente, aplaudieron, alabando la acción de ambos.

Sal a cantar tu también Hepo- animó Shin mientras se metía un trozo de tortilla en la boca con una sonrisa de oreja a oreja.

No gracias, la música y yo no nos llevamos nada bien- el chico de ojos dorados negó con una sonrisa mientras agarraba uno de los sandwiches vegetales y veía que en la carpa aparecía una preciosidad de cabellos marrones con un bellísimo vestido verde y un bolso lila.

¿Había que venir tan elegante? Si lo llego a saber me traigo la pajarita- comentó el pequeño dinosaurio azul que tenía la misma estatura que un niño de primaria en sus últimos cursos.

Lo cierto es que no lo sé... Hagamos como que no nos enteramos ¿vale?- Hepokomaru rió en voz baja mientras, percibiendo la presencia de alguien detrás suyo, se dio la vuelta y pudo vislumbrar a un chico y a un Digimon peludo de color azul- ¡Oh! ¡Muy buenas! ¡Me llamo Hepolomaru y mi compañero se llama Shin y es un Veemom ¿y vosotros?- les preguntó a a pareja mientras observaba detenidamente al Digimon... Si mo estaba equivocado, se trataba de un Gaomon. Una especie interesante, a decir verdad...

¡Mira Hepo! ¡Son cartas!- dijo Shin mientras señalaba haciabla chica del vestido que parecía tener cartas de Digimon, al mismo tiempo que Hepokomaru hacía una reverencia, se disculpaba con la pareja y perseguía a su compañero.