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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
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Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
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Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Sin poder reaccionar a tiempo, de pronto noté cómo Max me agarraba de la cintura. Inesperadamente, esa acción hizo que, en milésimas de segundos, me sonrojase momentáneamente y mi corazón diera un vuelco ante la inesperada sorpresa, antes de que el muchacho peliverde me tirase al suelo, junto a Kate, a quién agarró de la cola firmemente. La razón de ello fue que Mirtha, inesperadamente se transformó en un Digimon que me resultaba familiar, Kazemon, y nos atacó con un tornado. Maxwell acababa de volver a salvarme la vida. Tsukaimon, el Digimon de Max, se encaró contra Kazemon, mientras que su Tamer se levantó del suelo con pesar, dolorido en la muñeca con la que me había sujetado, pues yo había caído sobre ella con el peso de mi cuerpo... Además, pude observar que el ordenador portátil que nos traía hacia el Digimundo se había partido por la mitad, por lo que lo dejé ahí tirado.
Por otra parte, Mirtha se disculpó, alegando que había enloquecido al ver a Kate transformarse en Gatomon, pues la chica que ella odiaba también entrenaba a un Digimon de esa especie. Mientras me levantaba enfadada, mirando con mala cara a Mirtha aún a pesar de sus disculpas, me levanté y me fijé en la muñeca dolorida de Maxi.
La única Tamer que conozco aparte de mí que entrena a una Gatomon es Ashely... ¿Será ella a quién se refiere?- pregunté a Kate mientras mi compañera asentía.
Digo lo mismo, no conocemos a ninguna Tamer más de ninguna Gatomon- Kate se levantó también junto a mí y se puso al lado de Tsukaimon, vigilando a Mirtha.
Entonces pude observar que el muchacho peliverde que acababa de salvarme la vida una vez más se encontraba como ausente... Era la primera vez que lo veía en ese estado. El chico alegre y despreocupado que conocía estaba ahora mismo preocupado gravemente por algo, con cara de estar dolorido y con una gran tristeza, aunque tratase de ocultarlo mirando hacia otro lado.
Max, eh, oye, Maxi...- le dije al chico peliverde acercándome cuidadosamente a él sin recibir ninguna respuesta. En eso, Tsukaimon había vuelto junto a su compañero y, después de decirle: "tienes que dejar de sentirte culpable". Me quedé un rato quieta, pensando. ¿Por qué debería de sentirse culpable? ¿Por salvarme la vida? ¿Por haber roto el PC que nos podía volver a llevar a casa? No entendía ni conocía los motivos por los que mi amigo se encontraba tan ausente pero, aún así, debía de traerlo de vuelta, por lo que me acerqué con dulzura hacia donde se encontraba y le agarré su mano dolorida con una de mis manos mientras que con la otra comenzaba a vendarle la muñeca con mi pañuelo. No es que fuese una gran solución el vendarle la muñeca con el pañuelo de color azul cielo que utilizaba de adorno en mi brazo pero, ¿quién sabe? igual podría funcionar... Tras terminar de vendarselo, seguí agarrada a su mano, acariciándosela con ternura- Es la segunda vez que me salvas, Maxi... Gracias- con una ligera sonrisa miré al trastocado rostro de mi amigo mientras intentaba que volviera a ser el de siempre- No sé qué te habrá pasado... Pero puedes contar conmigo para lo que sea- tras lo cuál, aunque mi cara estuviese realmente ruborizada y roja como un tomate, le dí un rápido beso en la mejilla sonriendo, mientras me alejaba con Kate hasta donde se encontraba Mirtha, que había oído ruidos extraños, no sin antes volver mi rostro hacia donde se encontraba Maxi y, guiñandole un ojo traviesamente le dije- eso de regalo, por salvarme
No te puedes controlar ¿eh?- me dijo Kate riéndose de mi, a la vez que la cogía yo entre mis brazos riendo nerviosamente
Anda, callate...- dicho esto, nos dirigimos hacia el origen de los espeluznantes aullidos, temiendo lo peor que podría pasar... Lo cierto es que tenía miedo, esos gritos se metían en mi subconsciente y alteraban mis nervios peligrosamente... Pero debía permanecer allí, tenía que ayudar a Max, sin importar qué le ocurriese...
Por otra parte, Mirtha se disculpó, alegando que había enloquecido al ver a Kate transformarse en Gatomon, pues la chica que ella odiaba también entrenaba a un Digimon de esa especie. Mientras me levantaba enfadada, mirando con mala cara a Mirtha aún a pesar de sus disculpas, me levanté y me fijé en la muñeca dolorida de Maxi.
La única Tamer que conozco aparte de mí que entrena a una Gatomon es Ashely... ¿Será ella a quién se refiere?- pregunté a Kate mientras mi compañera asentía.
Digo lo mismo, no conocemos a ninguna Tamer más de ninguna Gatomon- Kate se levantó también junto a mí y se puso al lado de Tsukaimon, vigilando a Mirtha.
Entonces pude observar que el muchacho peliverde que acababa de salvarme la vida una vez más se encontraba como ausente... Era la primera vez que lo veía en ese estado. El chico alegre y despreocupado que conocía estaba ahora mismo preocupado gravemente por algo, con cara de estar dolorido y con una gran tristeza, aunque tratase de ocultarlo mirando hacia otro lado.
Max, eh, oye, Maxi...- le dije al chico peliverde acercándome cuidadosamente a él sin recibir ninguna respuesta. En eso, Tsukaimon había vuelto junto a su compañero y, después de decirle: "tienes que dejar de sentirte culpable". Me quedé un rato quieta, pensando. ¿Por qué debería de sentirse culpable? ¿Por salvarme la vida? ¿Por haber roto el PC que nos podía volver a llevar a casa? No entendía ni conocía los motivos por los que mi amigo se encontraba tan ausente pero, aún así, debía de traerlo de vuelta, por lo que me acerqué con dulzura hacia donde se encontraba y le agarré su mano dolorida con una de mis manos mientras que con la otra comenzaba a vendarle la muñeca con mi pañuelo. No es que fuese una gran solución el vendarle la muñeca con el pañuelo de color azul cielo que utilizaba de adorno en mi brazo pero, ¿quién sabe? igual podría funcionar... Tras terminar de vendarselo, seguí agarrada a su mano, acariciándosela con ternura- Es la segunda vez que me salvas, Maxi... Gracias- con una ligera sonrisa miré al trastocado rostro de mi amigo mientras intentaba que volviera a ser el de siempre- No sé qué te habrá pasado... Pero puedes contar conmigo para lo que sea- tras lo cuál, aunque mi cara estuviese realmente ruborizada y roja como un tomate, le dí un rápido beso en la mejilla sonriendo, mientras me alejaba con Kate hasta donde se encontraba Mirtha, que había oído ruidos extraños, no sin antes volver mi rostro hacia donde se encontraba Maxi y, guiñandole un ojo traviesamente le dije- eso de regalo, por salvarme
No te puedes controlar ¿eh?- me dijo Kate riéndose de mi, a la vez que la cogía yo entre mis brazos riendo nerviosamente
Anda, callate...- dicho esto, nos dirigimos hacia el origen de los espeluznantes aullidos, temiendo lo peor que podría pasar... Lo cierto es que tenía miedo, esos gritos se metían en mi subconsciente y alteraban mis nervios peligrosamente... Pero debía permanecer allí, tenía que ayudar a Max, sin importar qué le ocurriese...
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Aunque me disculpé gracias a mi compañera, de no ser por ella hubiera terminado de asesinar a esa digimon gato. Dios como odio a esos irritantes digimon!
-Oh, si! odia, Mirtha! Odia, tu odio es el que me da poder!!-dijo Fluffy en mi cabeza.
-Cállate la boca! No quiero que me vuelvas a hacer vomitar como aquella vez, eres salvaje y asqueroso!-le contesté de la misma forma.
-Pero soy poderoso, es lo que te gusta, ansías mi poder y yo ansío luchar, ya sea contigo o sin ti...-seguía hablando con mis spirits ignorando el empalague que desprendían el peliverde y la pelirroja y tb su apología a mi rival.
-Enemigos....-se metió de pronto en mi mente Luna distrayendome de intentar escuchar lo que decían aquellos que venían conmigo.
Regresé a la realidad y oi como una tropa de... ¿perros? se acercaban hacia nosotros.
-Cuidado!!-grité intentando alejar a los demás del ataque.
Eran Strabimons que gritaban.
-Acabaremos con los malos! Tu heriste a los tuyos, eres malo! te aniquilaremos!!-los strabimons empezaron a rodearme y atacarme con puños y patadas, eran verdaderamente irritantes.
-Molestos, perros!! déjarme en paz!-intenté quitarmelos de encima empujandolos y dándoles patadas no me dejaban si quiera evolucionar.
-Mirtha, esto es malo! si no evolucionamos dañaran seriamente tu cuerpo!!-intentaba evitar sus mordiscos y patadas para tomar mi d-scanner y formular la evolucion pero eran tan molestos que mi rabia no me dejaba reaccionar.
-Sii, dame tu rabia! Soy lo que necesitas, vamos, dejame pelear Mir-chan!!-seguía hablandome mi spirit de gabumon.
-GrrrAHHh!!!-grité de rabia librándome de ellos con una técnica de patadas que había aprendido de Kazemon pero claro, con mi cuerpo humano no tenían la misma efectividad, pero logre mi propósito, tomar mi digivice.
Los Strabimon tb se enfadaron y shinkearon a dobermons que se lanzaron como posesos hacia mi.
-Jep, queréis pelea, os deré una buena pelea!-me rodeé de digicode y grité--¡LUNAMON! Y ¡GABUMON! DOUBLE SPIRIT! EVOLUTION!!!-Grité mientras en mi cuerpo se concentraba el poder del perro infernal.
-¡SANGLOUPMON!-Los perros se abalanzaron sobre mí pero yo no dirigía mis movimientos, era Fluffy intercediendo en mi data cuando en realidad quería evolucionar a Kazemon.
-BLACK MIND!-Las cabezas de algunos chocaron entre si cuando desaparecí delante de ellos fusionandome en las sombras para luego aparecer debajo de ellos y darles dentelladas en su estómago para absorber sus digicores. Luego otros pocos se lanzaron hacia mi pero yo corrí hacia ellos levantando las zarpas y arañando sus cuerpos con mi Sticker Blade.
Intenté no mirar atrás pues en esta etapa era incontrolable y como se me volviera a cruzar aquella gatomon de fijo la mataría en el acto o a cualquiera de mis aliados. Seguí corriendo a través de la calle absorbiendo los digicores de los dobermon y strabimons que se me cruzaban en el camino hasta que me encontré con un musyamon.
-Mmm un digno rival... GROOOARRG!!-me relamí y luego me lancé hacia aquel espadachín preparando mi primer ataque.
- Tamer
- Digi Puntos :162Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Beast SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :RookieIcono :Rango y Unidad :Mirtha Mònique Blacksmith
Rango: Sub-oficial
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: The Unfari Scythe of Indifference
Rango y Unidad Digi Aliado :Meikuu o Meikuu-chan (Meikuumon)
Rango: Soldado
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: Damm Wings of InjusticeInventario :
Mirtha Blacksmith
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
El joven Miyamoto seguía absorto en sus pensamientos, a pesar de las palabras de su compañero digital, llamado Tsukaimon. Seguía culpándose por todo lo que le había pasado a Natsuki, su antigua novia, que había desaparecido y, cuando supo de su existencia, estaba siendo controlada por Summoner, un Tamer sin escrúpulos y capaz de hipnotizar a todo aquél que quisiera para que hiciesen lo que le ordenaba. Bueno, él no tenía esa clase de poderes, sino que los poseía Devimon, su compañero Digimon y némesis de Max y Tsukaimon. Sin embargo, a pesar de que el chico peliverde trataba de ocultarlo, Yoko se dio cuenta de que algo extraño le pasaba, por lo que, acercándose a él con ternura, le vendó la mano que acababa de ser dañada cuando trató de salvar a la chica del ataque de una descontrolada Mirtha. Después de que el pañuelo de color azul cubriera la mano dolorida del joven, éste guardó la carta en su baraja, viendo que Mirtha ya no suponía ningún problema... Al menos por ahora... La acción de Yoko hizo que, aunque fuese un poco, dejase de pensar en sus problemas personales.
Graci....¡¿?!- enmudeció el muchacho antes de poder darle las gracias de una forma adecuada a la atractiva joven pelirroja puesto que acababa de darle un beso en la mejilla, lo cuál hizo que se pusiera tremendamente colorado, haciéndole olvidarse con presteza de sus preocupaciones, al menos momentáneamente- ¿Qué demonios... ha sido... eso?- dijo en voz alta el chico de cabellos verdosos mientras se quedaba estupefacto, notando cómo la sangre circulaba por toda su cara, especialmente en sus mejillas, marcándolas de un color rojo intenso.
Eso de regalo, por salvarme- eran las palabras que había dicho Yoko mientras se sonreía y le guiñaba un ojo al peliverde, lo que hizo que se pusiera aún más colorado... Si es que podía estarlo aún más...
Pues creo que ha sido una declaración de amor en toda regla - dijo el hámster volador de color violeta mientras se regocijaba ante lo que acababa de vislumbrar- Te llueven las chicas chaval
Tengo demasiado reciente lo de Natsuki... Además que tan sólo me he sorprendido por lo que ha hecho Yoko...- el chico peliverde seguía rojo de la vergüenza mientras se acariciaba inconscientemente la mejilla que la chica acababa de besar con dulzura. Había sido un beso corto y no muy intenso, pero le había impactado realmente. Entonces, volvió a sentir ese sentimiento de culpa salvo que, ésta vez y con un efusivo gesto de su cabeza, deshechó esos pensamientos- No, debo de ser fuerte. Natsuki se recuperará. Eso es en lo que debo creer. Y cuando se recupere, iremos a la Zona del Comienzo a buscar a Salamon.- pensaba el muchacho mientras se golpeaba sus mejillas con ambas manos, era una de las manías que tenía para centrarse... salvo que ésta vez le dolió la muñeca que ya se había dañado antes- [i]Pero que tonto soy, ya ni me acordaba de la muñeca...- el chico se rió de lo idiota que había parecido en ese momento, dirigiéndose entonces junto a Mirtha y a Yoko...
Pero en ese preciso momento, una banda de Digimons parecidos a hombres lobo con pantalones provino desde la zona de donde acababan de oír el grito. No sabían qué ocurrían, pero Max, en su afán por conocer las debilidades de los distintos Digimons y pensar una estrategia, analizó a esos Digimons en cuanto pudo presenciar que se trataban de enemigos al comenzar a atacar a Mirtha, Yoko y, muy posiblemente a él.
Strabimon, Digimon Bestia Humanoide de nivel Rookie y Atributo Datos. A pesar de ser Digimons de nivel Infantil, pueden llegar a ser extremadamente peligrosos, puesto que suelen atacar en manadas. Sus ataques característicos son la Garra de Luz y la Patada de Luz- percibió el Digivice D-arc de Max estos datos pertenecientes a los Digimons que comenzaban a atacarles.
Maldita sea, aunque me duela la muñeca...- el muchacho entonces se mordió el labio inferior para acostumbrarse al dolor y que al mover su muñeca, ésta no le produjese tanto dolor, puesto que se dispuso a volver a sacar la carta que sacó antes por si debían defenderse de Mirtha y, tan sólo viendo la imagen de la carta, en la que aparecía una especie de guerrero robótico de color amarillo y negro, con dos espadas láser, pasó la carta rápidamente por el Digivice, mordiendo con fuerza su labio ya que le dolía terriblemente la muñeca... Parecía que el daño era mayor de lo que pensaba en un principio. Sin embargo, eso no le detendría, por peores cosas había pasado- ¡Carta leída! ¡TigerVespamon!- tras terminar de leer su carta con el D-arc bicolor, a Tsukaimon le aparecieron dos estoques o sables de luz en sus pequeñas manos, de un tamaño proporcional a su tamaño, adquiriendo un poderoso ataque que lanzó en cuanto los cinco Strabimons que se dirigían hacia él y hacia Max.
¡Aguijones Sónicos de la Victoria! (Mach Stinger Victory)- una rápida sucesión de estocadas con sus sables láser atravesó y cortó de lado a lado con la velocidad del sonido a cuatro de los Strabimons, haciéndoles desaparecer rápidamente. Aunque Tsukaimon y los Strabimons se encontraban en el mismo nivel, el Atributo de Tsukaimon (que era Virus) era fuerte contra el atributo de esos Strabimons. Para añadir más miga al asunto, las espadas láser provenían de un Digimon de Cuerpo Supremo (Ultimate), lo cuál aumentaba sus probabilidades de éxito- Bien, quedamos tan sólo tú y yo- Tsukaimon hizo desaparecer sus espadas láser rápidamente de sus manos, haciéndolas crujir entre sí, en una posición que pretendía parecer intimidante, a lo que el Strabimon tan sólo se rió salvajemente, digievolucionando en un perro de color negro y marrón, con un collar con pinchos en el cuello.
Dobermon, Digimon Bestia de Atributo Virus y nivel Campeón. Un Digimon feroz que existe sólamente para cazar Digimon del atributo Virus. Sus habilidades son el Ruido Gris y el Rayo Negro- dijo el Digivice en la mano de Max, analizando los datos de la nueva forma digievolucionada de aquél Strabimon.
Maldita sea... Que pesados con digievolucionar...- resopló el muchacho, haciendo rodar sus ojos en sus cuencas oculares, sonriendo desafiantemente- ¡Demuestranos tu pedigrí, chucho!- excitado, el joven de ojos oliva sonrió viendo que entre su baraja había aparecido la carta azul que le permitía digievolucionar a su compañero hasta un nivel superior.
Graci....¡¿?!- enmudeció el muchacho antes de poder darle las gracias de una forma adecuada a la atractiva joven pelirroja puesto que acababa de darle un beso en la mejilla, lo cuál hizo que se pusiera tremendamente colorado, haciéndole olvidarse con presteza de sus preocupaciones, al menos momentáneamente- ¿Qué demonios... ha sido... eso?- dijo en voz alta el chico de cabellos verdosos mientras se quedaba estupefacto, notando cómo la sangre circulaba por toda su cara, especialmente en sus mejillas, marcándolas de un color rojo intenso.
Eso de regalo, por salvarme- eran las palabras que había dicho Yoko mientras se sonreía y le guiñaba un ojo al peliverde, lo que hizo que se pusiera aún más colorado... Si es que podía estarlo aún más...
Pues creo que ha sido una declaración de amor en toda regla - dijo el hámster volador de color violeta mientras se regocijaba ante lo que acababa de vislumbrar- Te llueven las chicas chaval
Tengo demasiado reciente lo de Natsuki... Además que tan sólo me he sorprendido por lo que ha hecho Yoko...- el chico peliverde seguía rojo de la vergüenza mientras se acariciaba inconscientemente la mejilla que la chica acababa de besar con dulzura. Había sido un beso corto y no muy intenso, pero le había impactado realmente. Entonces, volvió a sentir ese sentimiento de culpa salvo que, ésta vez y con un efusivo gesto de su cabeza, deshechó esos pensamientos- No, debo de ser fuerte. Natsuki se recuperará. Eso es en lo que debo creer. Y cuando se recupere, iremos a la Zona del Comienzo a buscar a Salamon.- pensaba el muchacho mientras se golpeaba sus mejillas con ambas manos, era una de las manías que tenía para centrarse... salvo que ésta vez le dolió la muñeca que ya se había dañado antes- [i]Pero que tonto soy, ya ni me acordaba de la muñeca...- el chico se rió de lo idiota que había parecido en ese momento, dirigiéndose entonces junto a Mirtha y a Yoko...
Pero en ese preciso momento, una banda de Digimons parecidos a hombres lobo con pantalones provino desde la zona de donde acababan de oír el grito. No sabían qué ocurrían, pero Max, en su afán por conocer las debilidades de los distintos Digimons y pensar una estrategia, analizó a esos Digimons en cuanto pudo presenciar que se trataban de enemigos al comenzar a atacar a Mirtha, Yoko y, muy posiblemente a él.
Strabimon, Digimon Bestia Humanoide de nivel Rookie y Atributo Datos. A pesar de ser Digimons de nivel Infantil, pueden llegar a ser extremadamente peligrosos, puesto que suelen atacar en manadas. Sus ataques característicos son la Garra de Luz y la Patada de Luz- percibió el Digivice D-arc de Max estos datos pertenecientes a los Digimons que comenzaban a atacarles.
Maldita sea, aunque me duela la muñeca...- el muchacho entonces se mordió el labio inferior para acostumbrarse al dolor y que al mover su muñeca, ésta no le produjese tanto dolor, puesto que se dispuso a volver a sacar la carta que sacó antes por si debían defenderse de Mirtha y, tan sólo viendo la imagen de la carta, en la que aparecía una especie de guerrero robótico de color amarillo y negro, con dos espadas láser, pasó la carta rápidamente por el Digivice, mordiendo con fuerza su labio ya que le dolía terriblemente la muñeca... Parecía que el daño era mayor de lo que pensaba en un principio. Sin embargo, eso no le detendría, por peores cosas había pasado- ¡Carta leída! ¡TigerVespamon!- tras terminar de leer su carta con el D-arc bicolor, a Tsukaimon le aparecieron dos estoques o sables de luz en sus pequeñas manos, de un tamaño proporcional a su tamaño, adquiriendo un poderoso ataque que lanzó en cuanto los cinco Strabimons que se dirigían hacia él y hacia Max.
¡Aguijones Sónicos de la Victoria! (Mach Stinger Victory)- una rápida sucesión de estocadas con sus sables láser atravesó y cortó de lado a lado con la velocidad del sonido a cuatro de los Strabimons, haciéndoles desaparecer rápidamente. Aunque Tsukaimon y los Strabimons se encontraban en el mismo nivel, el Atributo de Tsukaimon (que era Virus) era fuerte contra el atributo de esos Strabimons. Para añadir más miga al asunto, las espadas láser provenían de un Digimon de Cuerpo Supremo (Ultimate), lo cuál aumentaba sus probabilidades de éxito- Bien, quedamos tan sólo tú y yo- Tsukaimon hizo desaparecer sus espadas láser rápidamente de sus manos, haciéndolas crujir entre sí, en una posición que pretendía parecer intimidante, a lo que el Strabimon tan sólo se rió salvajemente, digievolucionando en un perro de color negro y marrón, con un collar con pinchos en el cuello.
Dobermon, Digimon Bestia de Atributo Virus y nivel Campeón. Un Digimon feroz que existe sólamente para cazar Digimon del atributo Virus. Sus habilidades son el Ruido Gris y el Rayo Negro- dijo el Digivice en la mano de Max, analizando los datos de la nueva forma digievolucionada de aquél Strabimon.
Maldita sea... Que pesados con digievolucionar...- resopló el muchacho, haciendo rodar sus ojos en sus cuencas oculares, sonriendo desafiantemente- ¡Demuestranos tu pedigrí, chucho!- excitado, el joven de ojos oliva sonrió viendo que entre su baraja había aparecido la carta azul que le permitía digievolucionar a su compañero hasta un nivel superior.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Percatándose de la atención que comenzaba a despertar el combate, y viendo que dificilmente la opinión pública se pusiera a favor suya, dedicó sus esfuerzos en cómo iba a salir de allí. Repitiendo la estrategia de emplear el dragón de fuego negro para crear un anillo amplio con él como epicentro. De esta forma se garantizaba limitar los movimientos del enemigo. Un par de aquellos digimons intentaron saltar sorteando las llamas, pero al estar suspendidos en el aire quedaban expuestos al filo de Shiratorimaru, recibiendo el frío acero por completo y siendo pasto del fuego. Mientras algunos de los atacantes perecían de esta forma, el líder no atacó, pues algo lo estaba distrayendo.
Sus ojos se fijaron en una chica humana que se aproximaba ahí. De cabellos rojos y acompañada de un digimon que, al igual que él antes, se asemejaba a una bestia, recordó a la humana que lo rechazó. Y arrugando su rostro en una mueca de odio, apuntó con su brazo a la muchacha, iluminándose el cañon. El humo y demás productos del pequeño incendio solo dejaba a Roku ver figuras, pero el llamativo color de pelo, sumado a la iluminación de las llamas convertía a aquel contorno en el blanco del ataque de su enemigo, del cual solo pudo ver cómo alzaba el brazo y un brillo llamativo en su extremidad.
Rápidamente efectuó de nuevo su característico movimiento , pero el dragón esta vez imitaba el movimiento del anterior, expandiendo súbitamente los primeros fuegos y haciendo que las llamas, sumadas a fragmentos de tierra, se proyectaran sobre los ojos del enemigo, y si bien su armadura le protegía de las brasas, los huecos en su casco no evitaron el daño, y si este fue nimio, bastó para hacerle errar el tiro. Prediciendo dónde dispararía por la posición de su brazo, Roku usó la superficie pulida de su espada para reflactar el ataque luminoso, rebotando el ataque de nuevo hacia la cabeza de aquel monstruo, que vio cómo su casco se rompía parcialmente ante la fiereza de su propio ataque.
Le sorprendió que sus secuaces no aprovecharan que él mismo había deshecho su defensa para atacarle, pero oyendo el característico sonido de una espada cortando el viento, se creó una idea de lo que estaba pasando. Los supuestos aliados del digimon más grande no respetaron el plan de su líder intentando aparentar ser “los buenos”, y probablemente atacaran a los que se acercaron, recibiendo una contraofensiva. O lo que era lo mismo, y resumiendo, que eran idiotas.
De todas formas, comenzó a acumular energía oscura en su espalda, por si algún rezagado se le intentaba encaramar por detrás. Un sonido similar a un gruñido, en cambio, acaparó su atención, y girándose hacia este súbito sonido, y una especie de lobo decorado con alas de murciélago intentaba abalanzarse sobre él.
Para anular la ofensiva de esta bestia corrió hacia esta, y aferrando el extremo de su espada con su mano libre la encajó en la boca del animal, obligándole a cerrarla para no acabar cercenado por el filo. Anulada el arma natural del gigantesco can, Roku le pateó el estómago a la vez que oía como su enemigo preparaba de nuevo su arma para dispararle, así que la estrategia fue clara para Roku. Dejó que la inercia de aquel lobo le empujara hacia atrás, y aprovechando el movimiento, dejó que su espalda tocara el suelo, reforzada por su coraza negra. Con este movimiento lanzó a su primer atacante sobre el segundo, pero el ataque no finalizó aquí.
-Kirisute gomen.
Y por tercera vez, el dragón emergió de su espada, volando a ras de suelo y masticando las piernas del digimon de la armadura, más concretamente la zona de la corva, obligaándolo a una genuflexión que evitaría una evasión por parte de aquel monstruo.
-Que disfrutes jugando con el perrito -dijo mientras sacudía su espada para limpiarla de las cenizas de los ataques-. A ver si aprendes así lo duro que es cuidar de alguien y respetas a tu tamer, baka.
Sus ojos se fijaron en una chica humana que se aproximaba ahí. De cabellos rojos y acompañada de un digimon que, al igual que él antes, se asemejaba a una bestia, recordó a la humana que lo rechazó. Y arrugando su rostro en una mueca de odio, apuntó con su brazo a la muchacha, iluminándose el cañon. El humo y demás productos del pequeño incendio solo dejaba a Roku ver figuras, pero el llamativo color de pelo, sumado a la iluminación de las llamas convertía a aquel contorno en el blanco del ataque de su enemigo, del cual solo pudo ver cómo alzaba el brazo y un brillo llamativo en su extremidad.
Rápidamente efectuó de nuevo su característico movimiento , pero el dragón esta vez imitaba el movimiento del anterior, expandiendo súbitamente los primeros fuegos y haciendo que las llamas, sumadas a fragmentos de tierra, se proyectaran sobre los ojos del enemigo, y si bien su armadura le protegía de las brasas, los huecos en su casco no evitaron el daño, y si este fue nimio, bastó para hacerle errar el tiro. Prediciendo dónde dispararía por la posición de su brazo, Roku usó la superficie pulida de su espada para reflactar el ataque luminoso, rebotando el ataque de nuevo hacia la cabeza de aquel monstruo, que vio cómo su casco se rompía parcialmente ante la fiereza de su propio ataque.
Le sorprendió que sus secuaces no aprovecharan que él mismo había deshecho su defensa para atacarle, pero oyendo el característico sonido de una espada cortando el viento, se creó una idea de lo que estaba pasando. Los supuestos aliados del digimon más grande no respetaron el plan de su líder intentando aparentar ser “los buenos”, y probablemente atacaran a los que se acercaron, recibiendo una contraofensiva. O lo que era lo mismo, y resumiendo, que eran idiotas.
De todas formas, comenzó a acumular energía oscura en su espalda, por si algún rezagado se le intentaba encaramar por detrás. Un sonido similar a un gruñido, en cambio, acaparó su atención, y girándose hacia este súbito sonido, y una especie de lobo decorado con alas de murciélago intentaba abalanzarse sobre él.
Para anular la ofensiva de esta bestia corrió hacia esta, y aferrando el extremo de su espada con su mano libre la encajó en la boca del animal, obligándole a cerrarla para no acabar cercenado por el filo. Anulada el arma natural del gigantesco can, Roku le pateó el estómago a la vez que oía como su enemigo preparaba de nuevo su arma para dispararle, así que la estrategia fue clara para Roku. Dejó que la inercia de aquel lobo le empujara hacia atrás, y aprovechando el movimiento, dejó que su espalda tocara el suelo, reforzada por su coraza negra. Con este movimiento lanzó a su primer atacante sobre el segundo, pero el ataque no finalizó aquí.
-Kirisute gomen.
Y por tercera vez, el dragón emergió de su espada, volando a ras de suelo y masticando las piernas del digimon de la armadura, más concretamente la zona de la corva, obligaándolo a una genuflexión que evitaría una evasión por parte de aquel monstruo.
-Que disfrutes jugando con el perrito -dijo mientras sacudía su espada para limpiarla de las cenizas de los ataques-. A ver si aprendes así lo duro que es cuidar de alguien y respetas a tu tamer, baka.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Mientras me alejaba de Max y, junto a Mirtha, me acercaba hacia el origen de aquellos extraños ruidos, una manada de extraños Digimons vino hacia nosotros. Se trataban de una especie de cruce entre un lobo y un adolescente, pues no se podía decir que fuesen realmente altos. A lo lejos parecía vislumbrarse una pelea entre un Musyamon y un Digimon con una armadura de lobo, rubio. Éste último Digimon, nada más verme, cargó uno de sus ataques y me lo intentó disparar sin ningún tipo de remordimiento. El Digimon gritó el nombre del ataque que correespondía a la frase "Bala de Luz". Sin embargo, sin asegurarme de si me lo había disparado o no, yo ya me encontraba huyendo, perseguido por tres de esas bestias. Kate, mientras yo corría por nuestras vidas, se puso sobre mi cabeza, asegurándose de que no me molestaba en la visión y fijó al Digimon central de los que nos perseguían. También pude fijarme que varios Strabimons se dividían para atacar tanto a Mirtha como a Maxi.
¡Láser de Gato!- rápidamente, los ojos celestes de Kate, mi compañera Gatomon se iluminaron de un color rosa claro, lanzando una ráfaga de láser del mismo color, observando que el Digimon al que había apuntado acababa de recibir el impacto de lleno. El Digimon, quien según oyó decir al Digivice de Max, se llamaba Strabimon, situado en el centro cayó de bruces al suelo, dolorido por el ataque, pero no fue derrotado ni mucho menos. En cuanto tuvo la más mínima oportunidad, se levantó y siguió a sus camaradas en la persecución hacia nosotras, aunque a una velocidad muchísimo menor.
Pero... ¿qué demonios le hemos hecho a esos loboooos?- pregunté de manera retórica mientras, al mirar hacia atrás, veía por el rabillo del ojo que esos feroces monstruos animales sedientos de sangre seguían persiguiéndonos.
Sin embargo, Kate se bajó de mi cabeza y aterrizó con elegancia en el suelo, mirando a los tres lobatos acercarse a ella. A pesar de su pequeño tamaño, podía ganarles en una pelea, por lo que me detuve y me quedé un poco rezagada para que los Strabimons no me atacasen. Mi compañera felina se ajustó los guantes que tenía en sus zarpas y, nada más vio que uno de ellos estaba lo suficientemente cerca, se lanzó hacia él.
¡Golpe de Gato!- un puñetazo fue dirigido hacia el estómago del Strabimon de la izquierda. El golpe fue lo suficientemente fuerte como para derribar al peludo monstruo durante unos segundos. Mientras éste recibía el ataque, el otro Strabimon recibía un golpe en su mejilla derecha con el anillo dorado que poseía Kate en la cola. Mi compañera, estando aún en el aire, se retorció como los gatos saben hacer, y apuntó con una de sus patas hacia el Strabimon que acababa de golpear con el anillo- ¡Patada de Gato!- este nuevo ataque dirigido a la cabeza del tercer Strabimon lo mandó volar lejos, estrellándose con una señal. El Strabimon que había atacado previamente con el ataque Láser de Gato acababa de llegar, por lo que Kate, astuta, realizó su siguiente técnica-¡Ojos de Gato!- varias ondas de color rosa fueron dirigidas hacia el Strabimon que se hallaba más herido, hizo que éste quedase bajo control mental de Kate, quien le ordenó que atacase a su aliado Strabimon que acababa de recibir la patada de Kate
¡¿Pero tú desde cuando eres una artista marcial?!- pregunté anonadada mientras miraba a ese pequeño Digimon dar semejante paliza a nuestros tres perseguidores, mientras la felina esperaba a que el Strabimon que había recibido su puñetazo se levantase
Los videojuegos y la televisión no sirven solo para entretener- una sonrisa divertida se dibujó en el rostro de la gatita Digimon quien, al ver que su enemigo se había vuelto a levantar, volvió a lanzarse contra él- ¡Patada de Gato!- una patada es lo que recibió en esta ocasión el Strabimon, quien volvió a caer al suelo. Kate no perdió el tiempo y, saltando sobre este Digimon, sus ojos comenzaron a iluminarse del destello rosado de antes. Según iba cayendo, la distancia se iba acortando cada vez más y más y, en cuanto estuvo a una distancia relativamente corta, lanzó su ataque- ¡Láser de Gato!- el ataque hizo que el Strabimon se evaporase en forma de datos. Mientras tanto, los otros dos Strabimons seguían peleándose mutuamente. Kate, raudamente, emprendió una carrera y, en cuanto llegaó adonde se encontraban los dos Strabimon, dio un salto para meterse en el medio de ambos y, con un brazo apuntando a uno de ellos y su pierna del lado contrario apuntando al otro, procedió a atacar a ambos enemigos a la vez- ¡Golpe de Gato! ¡Patada de Gato! - ambos ataques, dirigidos a dos enemigos debilitados entre sí, hizo que ambos fuesen derrotados, convirtiéndose igualmente en datos, al igual que el Strabimon anterior
Tengo que dejar de ponerte películas de superhéroes... Das miedo, Kate- le dije yo a mi fiel compañera, que volvía junto a mí, haciendo iluminar sus ojos y volviendo a correr de nuevo, esta vez hacia el Dobermon, el enemigo al que se estaban enfrentando Max y su compañero digimon.
-
Digamos que aprendo rápido... ¡Láser de Gato!- mientras lanzaba ese ataque hacia el Dobermon, el cuál impactó sin causarle heridas graves, pude observar que Mirtha había desaparecido, así como los Strabimons que se habían dirigido hacía ella. En su lugar, un gran lobo corría hacia el guerrero samurai, que se batía en duelo contra el tipo con la armadura de lobo, quien debía ser el líder de los Strabimon y Dobermon.
¡Láser de Gato!- rápidamente, los ojos celestes de Kate, mi compañera Gatomon se iluminaron de un color rosa claro, lanzando una ráfaga de láser del mismo color, observando que el Digimon al que había apuntado acababa de recibir el impacto de lleno. El Digimon, quien según oyó decir al Digivice de Max, se llamaba Strabimon, situado en el centro cayó de bruces al suelo, dolorido por el ataque, pero no fue derrotado ni mucho menos. En cuanto tuvo la más mínima oportunidad, se levantó y siguió a sus camaradas en la persecución hacia nosotras, aunque a una velocidad muchísimo menor.
Pero... ¿qué demonios le hemos hecho a esos loboooos?- pregunté de manera retórica mientras, al mirar hacia atrás, veía por el rabillo del ojo que esos feroces monstruos animales sedientos de sangre seguían persiguiéndonos.
Sin embargo, Kate se bajó de mi cabeza y aterrizó con elegancia en el suelo, mirando a los tres lobatos acercarse a ella. A pesar de su pequeño tamaño, podía ganarles en una pelea, por lo que me detuve y me quedé un poco rezagada para que los Strabimons no me atacasen. Mi compañera felina se ajustó los guantes que tenía en sus zarpas y, nada más vio que uno de ellos estaba lo suficientemente cerca, se lanzó hacia él.
¡Golpe de Gato!- un puñetazo fue dirigido hacia el estómago del Strabimon de la izquierda. El golpe fue lo suficientemente fuerte como para derribar al peludo monstruo durante unos segundos. Mientras éste recibía el ataque, el otro Strabimon recibía un golpe en su mejilla derecha con el anillo dorado que poseía Kate en la cola. Mi compañera, estando aún en el aire, se retorció como los gatos saben hacer, y apuntó con una de sus patas hacia el Strabimon que acababa de golpear con el anillo- ¡Patada de Gato!- este nuevo ataque dirigido a la cabeza del tercer Strabimon lo mandó volar lejos, estrellándose con una señal. El Strabimon que había atacado previamente con el ataque Láser de Gato acababa de llegar, por lo que Kate, astuta, realizó su siguiente técnica-¡Ojos de Gato!- varias ondas de color rosa fueron dirigidas hacia el Strabimon que se hallaba más herido, hizo que éste quedase bajo control mental de Kate, quien le ordenó que atacase a su aliado Strabimon que acababa de recibir la patada de Kate
¡¿Pero tú desde cuando eres una artista marcial?!- pregunté anonadada mientras miraba a ese pequeño Digimon dar semejante paliza a nuestros tres perseguidores, mientras la felina esperaba a que el Strabimon que había recibido su puñetazo se levantase
Los videojuegos y la televisión no sirven solo para entretener- una sonrisa divertida se dibujó en el rostro de la gatita Digimon quien, al ver que su enemigo se había vuelto a levantar, volvió a lanzarse contra él- ¡Patada de Gato!- una patada es lo que recibió en esta ocasión el Strabimon, quien volvió a caer al suelo. Kate no perdió el tiempo y, saltando sobre este Digimon, sus ojos comenzaron a iluminarse del destello rosado de antes. Según iba cayendo, la distancia se iba acortando cada vez más y más y, en cuanto estuvo a una distancia relativamente corta, lanzó su ataque- ¡Láser de Gato!- el ataque hizo que el Strabimon se evaporase en forma de datos. Mientras tanto, los otros dos Strabimons seguían peleándose mutuamente. Kate, raudamente, emprendió una carrera y, en cuanto llegaó adonde se encontraban los dos Strabimon, dio un salto para meterse en el medio de ambos y, con un brazo apuntando a uno de ellos y su pierna del lado contrario apuntando al otro, procedió a atacar a ambos enemigos a la vez- ¡Golpe de Gato! ¡Patada de Gato! - ambos ataques, dirigidos a dos enemigos debilitados entre sí, hizo que ambos fuesen derrotados, convirtiéndose igualmente en datos, al igual que el Strabimon anterior
Tengo que dejar de ponerte películas de superhéroes... Das miedo, Kate- le dije yo a mi fiel compañera, que volvía junto a mí, haciendo iluminar sus ojos y volviendo a correr de nuevo, esta vez hacia el Dobermon, el enemigo al que se estaban enfrentando Max y su compañero digimon.
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Digamos que aprendo rápido... ¡Láser de Gato!- mientras lanzaba ese ataque hacia el Dobermon, el cuál impactó sin causarle heridas graves, pude observar que Mirtha había desaparecido, así como los Strabimons que se habían dirigido hacía ella. En su lugar, un gran lobo corría hacia el guerrero samurai, que se batía en duelo contra el tipo con la armadura de lobo, quien debía ser el líder de los Strabimon y Dobermon.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Sangloupmon corrió como un poseso hacia el samurái que este, previendo el ataque usó su espada como escudo en la boca del digimon lobo. Iba a patearle el estómago pero sus zarpas se nivelaron con la cabeza del samurái y en el mismo instante que su estómago fue pateado las cuchillas de sus garras se dispararon en un extraño "SCHIKER FREID"-Como enunció el can al sentirse inmovilidazo por la boca antes de verse anulado momentaneamente por el patadón en el estómago.
Sangloupmon se vio aturdido y al sentirse débil, pues seguro que ese aturdimiento usaría Musyamon para atacarle y en cuanto levantó su espada, Sangloupmon dijo:
-BLACK MIND!- Y se ocultó de su vista entre las sombras hasta recuperar el aliento.
Tras eso, Sangloupmon permaneció oculto entre las sombras unos instantes estudiando al enemigo, gruñendo amenazadoramente entre ellas para intentar confundir al enemigo del lugar concreto en el que iría a salir y a atacar.
-Eres sagaz y rápido, amigo. Me gustas, veamos de lo que eres capaz...-dicho esto con una voz totalmente gutural y grave, se mantuvo un silencio durante un rato, para confundirte y Sangloupmon salió de entre las sombras pero manteniéndo oculto su cuerpo, escondido entre los edificios sin que pudieras verle aun, hasta que de pronto...
-CURSED TATTOO!!-Los tatuajes que adornan su pelaje se arrastran hacia ti por el suelo, te buscan rápidamente y te atrapan contra una pared. En esto que Sangloupmon sale a la luz delante de ti dispuesto a contraatacar mientras te tiene preso.
-Ahora eres mi presa!! SHARP NEEDLES!!- Sangloupmon erizó su pelaje y lanzó miles de afiladas agujas con el fin de convertir a Musyamon en colador.
Mirtha había sido onubilada por la sed de sangre de Sangloupmon, esa etapa era la más incontrolable para ella y su ira y oscuridad hacían a esa bestia más poderosa, por tanto si ella o cualquier otro de sus spirits decían a Sangloupmon que se detuviera o que hiciera algo, este jamás las escuchaba. Sin embargo, esta vez parecía más calculador, más controlable aunque sólo fuera indirectamente. Mirtha podía hablar a través del can infernal y parecía detenerlo levemente pues ese digimon sólo quería matar y capturar digicores... ¿quizá había conseguido Mirtha empezar a dominarle? ¿ o quizá es que había encontrado un rival digno con el que medirse que le hiciera pensar más y ser más cauto?
- Tamer
- Digi Puntos :162Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Beast SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :RookieIcono :Rango y Unidad :Mirtha Mònique Blacksmith
Rango: Sub-oficial
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: The Unfari Scythe of Indifference
Rango y Unidad Digi Aliado :Meikuu o Meikuu-chan (Meikuumon)
Rango: Soldado
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: Damm Wings of InjusticeInventario :
Mirtha Blacksmith
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Vaya vaya, las novatas no lo hacen nada mal- dijo el muchacho mientras miraba a Yoko y a Kate encargarse de los Strabimons que las perseguían. Dado que no había podido observar completamente el combate del otro día que tuvieron tanto contra DemiDevimon como contra su forma digievolucionada, Vilemon. Aunque si que es cierto que Devidramon se encargó de éste último, perforando el cuerpo del pequeño demonio de lado a lado con el Ataque Punzante de Stingmon.
Parece que han nacido para esto- Tsukaimon sonreía también mientras se encaraba a Dobermon, el Digimon perro que les rugía ferozmente- Bueno, déjame digievolucionar, no podemos defraudar a las chicas ¿no?- dijo Tsukaimon mientras la carta azul del muchacho peliverde aparecía en la baraja y la agarraba con su mano libre asintiendo afirmativamente.
Voy a acabar con la mano destrozada, pero bueno... ¡Carta leída! ¡Carta azul!- tras estas palabras, el chico realizó la lectura de su carta mediante el dispositivo que sostenía en su otra mano, haciendo que su compañero y amigo digital comenzase a cambiar drásticamente.
¡Tsukaimon digievoluciona en...! ¡Debidoramon! (デビドラモン)- dijo el Digimon que había cambiado de una manera tan bestial, pasando de ser un adorable hámster gigante de color morado con alas como orejas que le permitían volar a ser una inmensa gárgola de color negruzco con dos pares de ojos rojos en pleno rostro... Un rostro que podía aterrar a cualquiera.
¿Debidoramon? ¡¿Pero por qué dices tu nombre en japonés, so tarugo?!- preguntó Max mientras suspiraba y miraba al suelo... Cuando llegaba a esa etapa, Devidramon solía comportarse de una forma realmente extraña: se volvía salvaje, algo infantil, rabioso... Tenía un cúmulo de características realmente preocupantes, a decir verdad.
¿Por qué? ¡Para hacerme el chulo, está claro!- Devidramon se reía, jactándose de su "proeza" al decir su propio nombre en japonés, algo curioso puesto que Max era japonés... Sin embargo, solían utilizar el nombre que consideraban más común en el resto del mundo que era Devidramon, en lugar de Debidoramon.
¡¿No os pensáis callar nunca?! ¡Rayo Negro!- de la boca del Dobermon, un rayo láser de color negro fue disparado con fuerza hacia donde se encontraba Devidramon quien, sin tiempo a reaccionar, principalmente porque se encontraba haciendo el tonto, recibió de lleno el ataque... Aunque, afortunadamente, pudo protegerse con sus grandes garras, poniéndolas en cruz.
¡Waaaah! ¡Mira ésto! ¡Menuda quemadura me has dejado, chucho! - decía Devidramon soplándose en sus brazos, como si eso aliviase la quemadura que le había provocado el ataque del Dobermon.
En parte, te lo pereces, por estar haciendo el tonto...- dijo tajantemente Max mientras miraba la acción de su Digimon gárgola. En ese preciso instante, Gatomon le lanzó un ataque láser desde sus ojos, lo cuál hizo que el Digimon girase la cabeza hacia atrás, distrayéndose durante un momento]
¡Venga va! ¡Me toca! ¡Garras Carmesí!- formando una cruz, con sus dos garras superiores de color escarlata, más rojo que la sangre o que el cabello de Yoko, desgarró el cuerpo de aquél Dobermon, deshaciéndose de él. No parecía excesivamente fuerte, pero... ¿dónde se encontraría el Sangloupmon que habían visto anteriormente? Sin dudarlo, el muchacho se subió encima de la espalda de su compañero, quien voló hacia donde se encontraban Kate y Yoko, recogiéndolas y subiéndolas encima de sí mismo, comenzando a volar y dirigiéndose hacia donde se había dirigido el enorme can sombrío, pudiendo ver perfectamente un combate entre el lobo, el Digimon samurai... Y un extraño Digimon con armadura de lobo y equipado con dos sables láser.
Pero, ¿qué demonios ocurre aquí?- preguntó Maxi en voz alta, para que le escuchasen Xorem (su compañero), Kate y Yoko...
¿Quién eres tú? ¿Dónde estás?- preguntaba el muchacho de cabello azulado, en su celda, mientras miraba a todos lados sin poder vislumbrar a nadie. Sin embargo, la voz provenía de una zona mucho más cercana a la que él creía.
¡Eh guapo! ¡Aquí! ¡En tu mano!- dijo la misma voz afeminada de antes. El muchacho, miró ambas manos suyas y se llevó una gran sorpresa.
Pe... Pe.... Per.... Pero, ¿qué demonios? ¡¿Qué es esta maldita cinta que me rodea la puñetera mano?!- gritó Nagisa aterrado, observando el código de datos que se encontraba rodeando su mano.
Eso es lo que te sacará de aquí, querido. Pero te estoy hablando desde tu dispositivo. Hazme caso si quieres salir de aquí, guapetón... ¿Ves la parte superior del Dispositivo? Tiene como una especie de lector ¿verdad? preguntó de nuevo la voz afeminada, mientras que Nagisa asentía aterrorizado- Bien, pues pasa el código de datos de tu otra mano por esa parte. Ah y repite la frase que te voy a decir: "¡Espíritu Digital Humano! ¡Digievolución!" Por cierto, soy LordKnightmon, el jefe de tus espíritus digitales. Por lo pronto te acompañarán Kotemon y Shurimon contigo... Hazles caso, son buenos muchachos...- dijo la voz masculina pero, a la vez, afeminada, antes de apagarse.
¡Eh espera! ¡LordKnightmon! ¡Oye! ¡No es justo que me digas todo eso y te largues!- sin embargo, no hubo respuesta, por lo que, desesperado, el muchacho hizo lo que esa voz le dijo... No sabía por qué, pero algo le decía que confiara en él, Supongo que de perdidos al río... ¡Espíritu Digital Humano! ¡Digievolución!- repitiendo el proceso que le había contado LordKnightmon, pasó el código de datos en su mano por la parte superior de su dispositivo, comenzando a brillar de un color verde. Sin embargo, el cuerpo del muchacho, o al menos, su conciencia, se trasladó a un bello paraje, con pegasos y grifos volando por el hermoso cielo azul. En la tierra, había un prado enorme, por el que cabalgaban cientos de caballos, ondeando sus crines al viento y, en el fondo, se encontraba un palacio de cristal. Nagisa se encontraba volando y, como atraído por el mismo, el palacio lo llevó hacia su interior. En un instante, se encontraba sentado en un trono de cristal, junto a otros seres. Uno parecía ser un pequeño niño vestido con el traje oficial del Kendo. El otro, parecía ser una especie de ninja, cubierto por un manto de hojas y con shurikens en sus manos y sus piernas. Había más tronos, pero estaban vacíos, no había nadie sentado en ellos.
Bienvenido, Nagisa. Te estuvimos esperando durante mucho tiempo, pero hasta que LordKnightmon no pudo contactar contigo, no nos hiciste caso- mencionó el Digimon ninja mientras rozaba sus manos shurikens entre sí, como si se encontrase afilándolas.
Sabemos lo que piensas. Después de todo, somos parte de tí. ¿Quiénes somos? Yo soy Kotemon, tu Rookie Spirit. Él es Shurimon, tu Human Spirit. Te ayudaremos a salir de la celda y en todos los problemas que tengas. Tan sólo deberás prestarnos tu cuerpo y apoyarnos. Por supuesto serás casi completamente consciente de todas tus acciones. Casi.- decía el chico ataviado como un luchador de kendo, mientras movía sus piececitos juguetonamente en su trono, adaptado a su tamaño.
Como invocaste el Espíritu Humano, seré yo quién te ayude esta vez- el que se hacía llamar Shurimon se levantó de su trono y como estirando su cuello, comenzó a volar, haciendo girar sus shurikens en el aire.
¡Esperad! ¡¿Y el resto de los tronos por qué están vacíos?! ¡¿Y qué es este sitio?!- Nagisa, como era normal, se encontraba totalmente alterado y desorientado, pero Kotemon, mientras Shurimon desaparecía volando de su vista, se quedó explicándole.
Este lugar es tu conciencia. Dentro de ella, para ser exactos. En cuanto al resto de los tronos... Te estropearía la sorpresa, así que tan sólo te diré: "Todo a su tiempo"- tras estas palabras, la conciencia de Nagisa volvió al interior de la celda. Su cuerpo había cambiado al de Shurimon. Se había convertido en el extraño Digimon ninja. Agarrando la estrella gigantesca que poseía en su espalda, y sin saber muy bien lo que hacía, la lanzó contra los barrotes que conformaban su celda.
¡Estrella Doble!- al muchacho, convertido en un Digimon aunque él aún no lo supiese, recogió su estrella que volvía de vuelta y se dispuso a marcharse de la celda que lo mantenía cautivo... Al fin era libre... O eso pensaba
Parece que han nacido para esto- Tsukaimon sonreía también mientras se encaraba a Dobermon, el Digimon perro que les rugía ferozmente- Bueno, déjame digievolucionar, no podemos defraudar a las chicas ¿no?- dijo Tsukaimon mientras la carta azul del muchacho peliverde aparecía en la baraja y la agarraba con su mano libre asintiendo afirmativamente.
Voy a acabar con la mano destrozada, pero bueno... ¡Carta leída! ¡Carta azul!- tras estas palabras, el chico realizó la lectura de su carta mediante el dispositivo que sostenía en su otra mano, haciendo que su compañero y amigo digital comenzase a cambiar drásticamente.
¡Tsukaimon digievoluciona en...! ¡Debidoramon! (デビドラモン)- dijo el Digimon que había cambiado de una manera tan bestial, pasando de ser un adorable hámster gigante de color morado con alas como orejas que le permitían volar a ser una inmensa gárgola de color negruzco con dos pares de ojos rojos en pleno rostro... Un rostro que podía aterrar a cualquiera.
¿Debidoramon? ¡¿Pero por qué dices tu nombre en japonés, so tarugo?!- preguntó Max mientras suspiraba y miraba al suelo... Cuando llegaba a esa etapa, Devidramon solía comportarse de una forma realmente extraña: se volvía salvaje, algo infantil, rabioso... Tenía un cúmulo de características realmente preocupantes, a decir verdad.
¿Por qué? ¡Para hacerme el chulo, está claro!- Devidramon se reía, jactándose de su "proeza" al decir su propio nombre en japonés, algo curioso puesto que Max era japonés... Sin embargo, solían utilizar el nombre que consideraban más común en el resto del mundo que era Devidramon, en lugar de Debidoramon.
¡¿No os pensáis callar nunca?! ¡Rayo Negro!- de la boca del Dobermon, un rayo láser de color negro fue disparado con fuerza hacia donde se encontraba Devidramon quien, sin tiempo a reaccionar, principalmente porque se encontraba haciendo el tonto, recibió de lleno el ataque... Aunque, afortunadamente, pudo protegerse con sus grandes garras, poniéndolas en cruz.
¡Waaaah! ¡Mira ésto! ¡Menuda quemadura me has dejado, chucho! - decía Devidramon soplándose en sus brazos, como si eso aliviase la quemadura que le había provocado el ataque del Dobermon.
En parte, te lo pereces, por estar haciendo el tonto...- dijo tajantemente Max mientras miraba la acción de su Digimon gárgola. En ese preciso instante, Gatomon le lanzó un ataque láser desde sus ojos, lo cuál hizo que el Digimon girase la cabeza hacia atrás, distrayéndose durante un momento]
¡Venga va! ¡Me toca! ¡Garras Carmesí!- formando una cruz, con sus dos garras superiores de color escarlata, más rojo que la sangre o que el cabello de Yoko, desgarró el cuerpo de aquél Dobermon, deshaciéndose de él. No parecía excesivamente fuerte, pero... ¿dónde se encontraría el Sangloupmon que habían visto anteriormente? Sin dudarlo, el muchacho se subió encima de la espalda de su compañero, quien voló hacia donde se encontraban Kate y Yoko, recogiéndolas y subiéndolas encima de sí mismo, comenzando a volar y dirigiéndose hacia donde se había dirigido el enorme can sombrío, pudiendo ver perfectamente un combate entre el lobo, el Digimon samurai... Y un extraño Digimon con armadura de lobo y equipado con dos sables láser.
Pero, ¿qué demonios ocurre aquí?- preguntó Maxi en voz alta, para que le escuchasen Xorem (su compañero), Kate y Yoko...
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¿Quién eres tú? ¿Dónde estás?- preguntaba el muchacho de cabello azulado, en su celda, mientras miraba a todos lados sin poder vislumbrar a nadie. Sin embargo, la voz provenía de una zona mucho más cercana a la que él creía.
¡Eh guapo! ¡Aquí! ¡En tu mano!- dijo la misma voz afeminada de antes. El muchacho, miró ambas manos suyas y se llevó una gran sorpresa.
Pe... Pe.... Per.... Pero, ¿qué demonios? ¡¿Qué es esta maldita cinta que me rodea la puñetera mano?!- gritó Nagisa aterrado, observando el código de datos que se encontraba rodeando su mano.
Eso es lo que te sacará de aquí, querido. Pero te estoy hablando desde tu dispositivo. Hazme caso si quieres salir de aquí, guapetón... ¿Ves la parte superior del Dispositivo? Tiene como una especie de lector ¿verdad? preguntó de nuevo la voz afeminada, mientras que Nagisa asentía aterrorizado- Bien, pues pasa el código de datos de tu otra mano por esa parte. Ah y repite la frase que te voy a decir: "¡Espíritu Digital Humano! ¡Digievolución!" Por cierto, soy LordKnightmon, el jefe de tus espíritus digitales. Por lo pronto te acompañarán Kotemon y Shurimon contigo... Hazles caso, son buenos muchachos...- dijo la voz masculina pero, a la vez, afeminada, antes de apagarse.
¡Eh espera! ¡LordKnightmon! ¡Oye! ¡No es justo que me digas todo eso y te largues!- sin embargo, no hubo respuesta, por lo que, desesperado, el muchacho hizo lo que esa voz le dijo... No sabía por qué, pero algo le decía que confiara en él, Supongo que de perdidos al río... ¡Espíritu Digital Humano! ¡Digievolución!- repitiendo el proceso que le había contado LordKnightmon, pasó el código de datos en su mano por la parte superior de su dispositivo, comenzando a brillar de un color verde. Sin embargo, el cuerpo del muchacho, o al menos, su conciencia, se trasladó a un bello paraje, con pegasos y grifos volando por el hermoso cielo azul. En la tierra, había un prado enorme, por el que cabalgaban cientos de caballos, ondeando sus crines al viento y, en el fondo, se encontraba un palacio de cristal. Nagisa se encontraba volando y, como atraído por el mismo, el palacio lo llevó hacia su interior. En un instante, se encontraba sentado en un trono de cristal, junto a otros seres. Uno parecía ser un pequeño niño vestido con el traje oficial del Kendo. El otro, parecía ser una especie de ninja, cubierto por un manto de hojas y con shurikens en sus manos y sus piernas. Había más tronos, pero estaban vacíos, no había nadie sentado en ellos.
Bienvenido, Nagisa. Te estuvimos esperando durante mucho tiempo, pero hasta que LordKnightmon no pudo contactar contigo, no nos hiciste caso- mencionó el Digimon ninja mientras rozaba sus manos shurikens entre sí, como si se encontrase afilándolas.
Sabemos lo que piensas. Después de todo, somos parte de tí. ¿Quiénes somos? Yo soy Kotemon, tu Rookie Spirit. Él es Shurimon, tu Human Spirit. Te ayudaremos a salir de la celda y en todos los problemas que tengas. Tan sólo deberás prestarnos tu cuerpo y apoyarnos. Por supuesto serás casi completamente consciente de todas tus acciones. Casi.- decía el chico ataviado como un luchador de kendo, mientras movía sus piececitos juguetonamente en su trono, adaptado a su tamaño.
Como invocaste el Espíritu Humano, seré yo quién te ayude esta vez- el que se hacía llamar Shurimon se levantó de su trono y como estirando su cuello, comenzó a volar, haciendo girar sus shurikens en el aire.
¡Esperad! ¡¿Y el resto de los tronos por qué están vacíos?! ¡¿Y qué es este sitio?!- Nagisa, como era normal, se encontraba totalmente alterado y desorientado, pero Kotemon, mientras Shurimon desaparecía volando de su vista, se quedó explicándole.
Este lugar es tu conciencia. Dentro de ella, para ser exactos. En cuanto al resto de los tronos... Te estropearía la sorpresa, así que tan sólo te diré: "Todo a su tiempo"- tras estas palabras, la conciencia de Nagisa volvió al interior de la celda. Su cuerpo había cambiado al de Shurimon. Se había convertido en el extraño Digimon ninja. Agarrando la estrella gigantesca que poseía en su espalda, y sin saber muy bien lo que hacía, la lanzó contra los barrotes que conformaban su celda.
¡Estrella Doble!- al muchacho, convertido en un Digimon aunque él aún no lo supiese, recogió su estrella que volvía de vuelta y se dispuso a marcharse de la celda que lo mantenía cautivo... Al fin era libre... O eso pensaba
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Los apéndices arácnidos que Musyamon disponía en la zona del torso al parecer servían para algo. Si bien la movilidad de estos era prácticamente nula, su grosor y dureza eran similares a las armaduras de cuero más rudimentarias. Aquel lobo le había arañado o algo intentando desgarrar su carne, pero aunque estas patas insectoides sangraban por el ataque, a él no le dolía lo más mínimo. Era curioso, ¿sería que tendrían un sistema circulatorio aparte, o directamente no se conectarían a los nervios? Eso explicaría la imposibilidad de moverlas, pero al no poder quitárselas definitivamente confirmaba que estaban unidas a él.
Mientras cavilaba esto aquel oponente le felicitaba con un tono ronco mientras se desvanecía. Esto podría despertar inseguridad en el samurai, pero de qué servía preocuparse de un enemigo que no veía cuando tenía otros justo enfrente. O eso pensaba, pues el número de digimons perro se había disminuido drásticamente, tanto por los ataques que fueron recibiendo como por ese sentimiento de miedo que despertaba al saberse más débiles.
Roku agradecía esto, pues podía centrarse en la verdadera amenaza, aquel digimon espadachín. Examinando la situación, vio que allí había tamers junto con sus compañeros, manteniendo una lucha contra los digimons. Durante unos segundos, se sintió parte de un grupo, pero la sensación acabó cuando vio cómo estos se alejaban volando.
-Duele sentirse solo, ¿eh? -empezaba a decir Bakemono- Ya sabes que nunca vas a ser un tamer, así que mejor vete olvidando de eso de formar parte de un grupo. Solo me tienes a mí.
-Cállate, Bakemono.
-¿Di justo donde duele? ¿Vas a llorar? Al menos tú tienes algo que ellos no: tienes un “arma”, no un amigo. Así que ya sabes, mata, descontrólate, déjanos sentir esas cosas tan divertidas y felices...
-Deja el papel de loco, no te sale. No es mi estilo el dolor porque sí, ni el tuyo tampoco. Sí, eres un asesino, y un criminal, ¿pero no lo hacías para proteger a los más peques'
-Jejejejeje, sí, pero eso no quita que sea divertido. ¿Tú no disfrutas peleando contra tipos fuertes? Está en lo más profundo de todo ser vivo, el instinto de demostrar a otro que somos más poderosos. Los tamers ya se han alejado, ya no hay civiles. Desquítate. Transforma esas ñoñerías humanas en algo útil... Y aplástalo.
-No, gracias -decía el muchacho dirigiéndose ahora al digimon líder-. Oye, tú, no estoy de humor, así que voy a matarte. Vete preparando, ¿de acuerdo? Y en cuanto a ti -seguía, hablando a la misma persona-. Voy a salvarte, así que no tengas miedo. Tranquila, aunque duela un poco, no te voy a dejar morir.
-Oh, mi pequeño Roku ya habla como todo un psicópata -el digimon hacía como que secaba una lágrima imaginaria que manaba de su casco-. Y encima sigue el ejemplo de su aniki y asesina para proteger a los débiles. Bueno, esta vez tenemos que “cosa de matar” y “cosa de salvar” son el mismo, te falta práctica... Pero va siendo hora de actuar, ¡¿ a que sí, Benkei?! -no obtuvo respuesta- Dice que tengo razón.
-¿Vas a seguir hablando solo o soltando brabuconerías? -el lobo desenvainó dos sables de luz- No pienso seguir disparando para que desvíes mis ataques, pero el poder usar dos armas me da ventaja. Será mejor que te rindas y tendrás una muerte rápida.
-Es verdad, dos espadas son más que una... A ver qué se me ocurre -mientras Roku pensaba alguna estrategia, un recuerdo súbito asaltó su mente, y enseguida pudo sentir que era Benkei quien lo había buscado para esta situación-. Aunque no hables estás de mi lado, ¿eh? Claro, la paradoja de Kojiro. Eternamente agradecido, Benkei. ¡Ey, bestia! ¡¿Conoces la leyenda de Musashi?!
-¿De qué diablos ha..?
El recuerdo venía de una vieja historia, el combate entre Musashi Miyamoto y Kojiro Sasaki. Los estilos de ambos eran la lucha con dos espadas y el empleo de la no-dachi (katana gigante) respectivamente, siendo el vencedor del épico combate Musashi. Desde que lo leyó, Roku empezó a pensar cómo Kojiro habría podido ganar la batalla, nombrando al problema “la paradoja de Kojiro”. Era obvio que las dos espadas conferían una ventaja mayor que la longitud y peso del sable, pero rendirse no era una opción. Finalmente la respuesta la halló, irónicamente, en el movimiento emblemático de Kojiro, que si bien a día de hoy solo se conserva una idea de la técnica y su nombre, muchos han intentado versionarlo. Cuando Roku desarrolló este golpe tenía nueve años.
-燕返し(“el vuelo de una golondrina”)- rápidamente Roku dio un tajo vertical descendente, siendo bloqueado por el primer sable de luz, preparando el segundo para dar una estocada al Musyamon, que aprovechando el choque se colocó en el flanco de la espada con la que resistía su ataque-. Y así inutilizo tu estilo a dos espadas- antes de que reaccionara, el japonés preparó un segundo golpe, siendo esta vez una estocada ascendente que de nuevo fue bloqueada-. Se acabó.
El siguiente “paso” de Roku fue aprovechar su posición para patear el talón del enemigo, haciéndole perder el equilibrio. Una vez en el suelo, preparó el último golpe envainando su hoja, pues de otro modo el ataque causaría daños irreparables. Con un último golpe, esta vez horizontal, clavó su espada en la zona baja del codo, y al estar aún en guardia, los brazos de aquel digimon estaban en la posición idonea, por lo que el golpe reventó los vasos sanguíneos de ambos brazos a la vez que desencajó los codos de manera simultánea, impidiendo cualquier ofensiva. Antes de poder gritar de dolor, Roku hundió la punta de la vaina en el cuello con un golpe seco, procurando interrumpir su respiración.
-El combate ha acabado aquí. No puedes usar tus brazos, no puedes recuperar el aliento. Solo te queda liberarla. Aunque no pueda matarte conozco lo suficiente de tortura para obligarte a la fuerza...
-Eso también la dañará a ella...
-Bueno, mejor un par de huesos rotos que vivir a tu sombra, ¿no?
-Pero antes dime, Musyamon. ¿Qué técnica era esa? Nunca he visto a nadie de tu especie usarla...
-Imitando el vuelo de una golondrina, se alternan golpes descendentes con ascendentes empleando una no-dachi para agotar los brazos del oponente y finalmente acabar con él. Pero esto no sirve con Shiratorimaru, ni con cualquier espada normal. Para suplir esto, desarrollé un paso simultáneo con el golpe, y aprovechando el cambio que se produce entre una guardia alta y una baja ataco con las piernas la postura del enemigo, desestabilizándolo. Se llama “esgrima”, y me temo que en vuestro mundo solo hubo un digimon que intentó crear esto. Pero murió perfeccionando su técnica.
-¿De qué estás hablando?
Pero antes de responder a modo de desahogo de la rabía que sentía al no poder liberar a la tamer atrapada dentro de aquel digimon, Roku sintió una fuerza que lo proyectó contra una pared, impidiéndole cualquier movimiento. Atribuyendo esto a los aliados de aquel oponente, dedicó el trayecto y los primeros segundos de contacto contra la superficie a recubrirse con su “capa negra”, la coraza de densa energía oscura.
A esto, ya pudo ver al responsable del ataque, el lobo de antes, que erizando su cabello comenzó a proyectar agujas a través de una peculiar técnica. Inclinando el cuello con esfuerzo, procuró que el ángulo del casco impidiera a los agudos filos llegar a sus ojos, mientras que el resto se iban clavando en diferentes partes de la espesa armadura fantasma. Portando todavía su espada, y lamentando el resultado, libero al dragón de llamas de su filo, que al no apuntar a su aponente no pudo perseguirlo, pero este no era su blanco. Lanzando la vaina por los aires, la flamígera bestia serpenteaba por la pared, royéndola con sus fauces y reptando en torno a Roku, dibujando un gran círculo. La idea era separar la sección de muro que lo atrapaba del resto de la vivienda para luego dejarse caer hacia atrás. No sabía si esto le liberaría de las ataduras, pero al menos, al colocarse a ras de suelo, dejaría de estar en la línea de tiro de aquel lobo, pues no confiaba de depender únicamente de la defensa que brindaba la coraza.
Mientras cavilaba esto aquel oponente le felicitaba con un tono ronco mientras se desvanecía. Esto podría despertar inseguridad en el samurai, pero de qué servía preocuparse de un enemigo que no veía cuando tenía otros justo enfrente. O eso pensaba, pues el número de digimons perro se había disminuido drásticamente, tanto por los ataques que fueron recibiendo como por ese sentimiento de miedo que despertaba al saberse más débiles.
Roku agradecía esto, pues podía centrarse en la verdadera amenaza, aquel digimon espadachín. Examinando la situación, vio que allí había tamers junto con sus compañeros, manteniendo una lucha contra los digimons. Durante unos segundos, se sintió parte de un grupo, pero la sensación acabó cuando vio cómo estos se alejaban volando.
-Duele sentirse solo, ¿eh? -empezaba a decir Bakemono- Ya sabes que nunca vas a ser un tamer, así que mejor vete olvidando de eso de formar parte de un grupo. Solo me tienes a mí.
-Cállate, Bakemono.
-¿Di justo donde duele? ¿Vas a llorar? Al menos tú tienes algo que ellos no: tienes un “arma”, no un amigo. Así que ya sabes, mata, descontrólate, déjanos sentir esas cosas tan divertidas y felices...
-Deja el papel de loco, no te sale. No es mi estilo el dolor porque sí, ni el tuyo tampoco. Sí, eres un asesino, y un criminal, ¿pero no lo hacías para proteger a los más peques'
-Jejejejeje, sí, pero eso no quita que sea divertido. ¿Tú no disfrutas peleando contra tipos fuertes? Está en lo más profundo de todo ser vivo, el instinto de demostrar a otro que somos más poderosos. Los tamers ya se han alejado, ya no hay civiles. Desquítate. Transforma esas ñoñerías humanas en algo útil... Y aplástalo.
-No, gracias -decía el muchacho dirigiéndose ahora al digimon líder-. Oye, tú, no estoy de humor, así que voy a matarte. Vete preparando, ¿de acuerdo? Y en cuanto a ti -seguía, hablando a la misma persona-. Voy a salvarte, así que no tengas miedo. Tranquila, aunque duela un poco, no te voy a dejar morir.
-Oh, mi pequeño Roku ya habla como todo un psicópata -el digimon hacía como que secaba una lágrima imaginaria que manaba de su casco-. Y encima sigue el ejemplo de su aniki y asesina para proteger a los débiles. Bueno, esta vez tenemos que “cosa de matar” y “cosa de salvar” son el mismo, te falta práctica... Pero va siendo hora de actuar, ¡¿ a que sí, Benkei?! -no obtuvo respuesta- Dice que tengo razón.
-¿Vas a seguir hablando solo o soltando brabuconerías? -el lobo desenvainó dos sables de luz- No pienso seguir disparando para que desvíes mis ataques, pero el poder usar dos armas me da ventaja. Será mejor que te rindas y tendrás una muerte rápida.
-Es verdad, dos espadas son más que una... A ver qué se me ocurre -mientras Roku pensaba alguna estrategia, un recuerdo súbito asaltó su mente, y enseguida pudo sentir que era Benkei quien lo había buscado para esta situación-. Aunque no hables estás de mi lado, ¿eh? Claro, la paradoja de Kojiro. Eternamente agradecido, Benkei. ¡Ey, bestia! ¡¿Conoces la leyenda de Musashi?!
-¿De qué diablos ha..?
El recuerdo venía de una vieja historia, el combate entre Musashi Miyamoto y Kojiro Sasaki. Los estilos de ambos eran la lucha con dos espadas y el empleo de la no-dachi (katana gigante) respectivamente, siendo el vencedor del épico combate Musashi. Desde que lo leyó, Roku empezó a pensar cómo Kojiro habría podido ganar la batalla, nombrando al problema “la paradoja de Kojiro”. Era obvio que las dos espadas conferían una ventaja mayor que la longitud y peso del sable, pero rendirse no era una opción. Finalmente la respuesta la halló, irónicamente, en el movimiento emblemático de Kojiro, que si bien a día de hoy solo se conserva una idea de la técnica y su nombre, muchos han intentado versionarlo. Cuando Roku desarrolló este golpe tenía nueve años.
-燕返し(“el vuelo de una golondrina”)- rápidamente Roku dio un tajo vertical descendente, siendo bloqueado por el primer sable de luz, preparando el segundo para dar una estocada al Musyamon, que aprovechando el choque se colocó en el flanco de la espada con la que resistía su ataque-. Y así inutilizo tu estilo a dos espadas- antes de que reaccionara, el japonés preparó un segundo golpe, siendo esta vez una estocada ascendente que de nuevo fue bloqueada-. Se acabó.
El siguiente “paso” de Roku fue aprovechar su posición para patear el talón del enemigo, haciéndole perder el equilibrio. Una vez en el suelo, preparó el último golpe envainando su hoja, pues de otro modo el ataque causaría daños irreparables. Con un último golpe, esta vez horizontal, clavó su espada en la zona baja del codo, y al estar aún en guardia, los brazos de aquel digimon estaban en la posición idonea, por lo que el golpe reventó los vasos sanguíneos de ambos brazos a la vez que desencajó los codos de manera simultánea, impidiendo cualquier ofensiva. Antes de poder gritar de dolor, Roku hundió la punta de la vaina en el cuello con un golpe seco, procurando interrumpir su respiración.
-El combate ha acabado aquí. No puedes usar tus brazos, no puedes recuperar el aliento. Solo te queda liberarla. Aunque no pueda matarte conozco lo suficiente de tortura para obligarte a la fuerza...
-Eso también la dañará a ella...
-Bueno, mejor un par de huesos rotos que vivir a tu sombra, ¿no?
-Pero antes dime, Musyamon. ¿Qué técnica era esa? Nunca he visto a nadie de tu especie usarla...
-Imitando el vuelo de una golondrina, se alternan golpes descendentes con ascendentes empleando una no-dachi para agotar los brazos del oponente y finalmente acabar con él. Pero esto no sirve con Shiratorimaru, ni con cualquier espada normal. Para suplir esto, desarrollé un paso simultáneo con el golpe, y aprovechando el cambio que se produce entre una guardia alta y una baja ataco con las piernas la postura del enemigo, desestabilizándolo. Se llama “esgrima”, y me temo que en vuestro mundo solo hubo un digimon que intentó crear esto. Pero murió perfeccionando su técnica.
-¿De qué estás hablando?
Pero antes de responder a modo de desahogo de la rabía que sentía al no poder liberar a la tamer atrapada dentro de aquel digimon, Roku sintió una fuerza que lo proyectó contra una pared, impidiéndole cualquier movimiento. Atribuyendo esto a los aliados de aquel oponente, dedicó el trayecto y los primeros segundos de contacto contra la superficie a recubrirse con su “capa negra”, la coraza de densa energía oscura.
A esto, ya pudo ver al responsable del ataque, el lobo de antes, que erizando su cabello comenzó a proyectar agujas a través de una peculiar técnica. Inclinando el cuello con esfuerzo, procuró que el ángulo del casco impidiera a los agudos filos llegar a sus ojos, mientras que el resto se iban clavando en diferentes partes de la espesa armadura fantasma. Portando todavía su espada, y lamentando el resultado, libero al dragón de llamas de su filo, que al no apuntar a su aponente no pudo perseguirlo, pero este no era su blanco. Lanzando la vaina por los aires, la flamígera bestia serpenteaba por la pared, royéndola con sus fauces y reptando en torno a Roku, dibujando un gran círculo. La idea era separar la sección de muro que lo atrapaba del resto de la vivienda para luego dejarse caer hacia atrás. No sabía si esto le liberaría de las ataduras, pero al menos, al colocarse a ras de suelo, dejaría de estar en la línea de tiro de aquel lobo, pues no confiaba de depender únicamente de la defensa que brindaba la coraza.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Gracias a la distracción que realizamos tanto Kate como yo sobre aquél enorme perro negro, Maxi y Devidramon, o Debidoramon como acababa de llamarse, se deshicieron rápidamente. Con esto y gracias a Sangloupmon, la manada formada por los Digimons cánidos fueron derrotados rápidamente, tanto los Strabimons como los Dobermons, quienes eran las formas evolucionadas de los primeros.
Tras esta corta pero intensa pelea, que por cierto, fue la primera pelea que Kate y yo ganábamos, Max y Devidramon nos animaron a que subiesemos a la espalda de éste último, por lo que aceptamos. Mientras, conseguía subirme en ese enorme Digimon por segunda vez en mi vida, la primera vez fue en el día del cumpleaños de, precisamente, el Tamer de aquél Digimon oscuro. El viento ondeaba mi cabello pelirrojo junto al blanco pelaje de mi compañera gatuna, mientras yo me sujetaba firmemente a la espalda de aquél jinete que cabalgaba la espalda del Digimon gargóleo.
Tras encontrarnos sobrevolando durante un rato, pudimos presenciar a un guerrero samurai combatiendo contra un ser que portaba dos sables láser, como si fuera un fanático de la Guerra de las Galaxias, y llevaba puesto una armaduracon matices de lobos en ella. Asimismo, el enorme lobo demoníaco llamado Sangloupmon que vimos anteriormente, se escondía debajo del suelo, como si se estuviese fundiendo con el mismo. El combate entre los dos espadachines continuaba.
Pero, ¿qué demonios pasa aquí?- dijo Max nada más ver a esos Digimons peleándose. A mi también me extrañaba, para ser sincera, porque ¿cuál era el motivo por el que esos Digimons estaban atacándonos?
Lo último que quería era ser cazada por unos lobos raros o por espadachines. Estaba claro que Sangloupmon no estaba relacionado con los Strabimons y los Dobermons... ¿Quizás fuese ese Digimon de armadura y fanático de Star Wars el que estuviese detrás de los ataques de los lobeznos? Podría ser... El caso es que el Digimon espadachín de piel azulada y aspecto feroz, logró acabar con el Digimon provisto de armadura... Al menos temporalmente...
El lobo diabólico volvió a salir a la superficie desde el suelo y atacó al Digimon samurai llamado Musyamon. Proyecó su enorme cuerpo hacia un lado, mientras que el Musyamon invocaba, momentos después un dragón desde su espada que le protegió de los pelos que el lobo demoníaco lanzaba como si se tratase de púas, agujas, dagas, cuchillas y demás objetos arrojadizos afilados.
¿Qué dices Maxi? ¿Quieres intervenir en el combate?- le pregunté al chico peliverde, dandome cuenta al instante de que me encontraba abrazada a él, aún a pesar de que Devidramon se había detenido en el aire. De repente, un sentimiento de vergüenza me comenzó a recorrer el cuerpo e hizo que me sonrojara momentáneamente. ¿Desde cuándo soy tan tímida? Si normalmente soy yo la que molesta a los demás con este tema...
Tras esta corta pero intensa pelea, que por cierto, fue la primera pelea que Kate y yo ganábamos, Max y Devidramon nos animaron a que subiesemos a la espalda de éste último, por lo que aceptamos. Mientras, conseguía subirme en ese enorme Digimon por segunda vez en mi vida, la primera vez fue en el día del cumpleaños de, precisamente, el Tamer de aquél Digimon oscuro. El viento ondeaba mi cabello pelirrojo junto al blanco pelaje de mi compañera gatuna, mientras yo me sujetaba firmemente a la espalda de aquél jinete que cabalgaba la espalda del Digimon gargóleo.
Tras encontrarnos sobrevolando durante un rato, pudimos presenciar a un guerrero samurai combatiendo contra un ser que portaba dos sables láser, como si fuera un fanático de la Guerra de las Galaxias, y llevaba puesto una armaduracon matices de lobos en ella. Asimismo, el enorme lobo demoníaco llamado Sangloupmon que vimos anteriormente, se escondía debajo del suelo, como si se estuviese fundiendo con el mismo. El combate entre los dos espadachines continuaba.
Pero, ¿qué demonios pasa aquí?- dijo Max nada más ver a esos Digimons peleándose. A mi también me extrañaba, para ser sincera, porque ¿cuál era el motivo por el que esos Digimons estaban atacándonos?
Lo último que quería era ser cazada por unos lobos raros o por espadachines. Estaba claro que Sangloupmon no estaba relacionado con los Strabimons y los Dobermons... ¿Quizás fuese ese Digimon de armadura y fanático de Star Wars el que estuviese detrás de los ataques de los lobeznos? Podría ser... El caso es que el Digimon espadachín de piel azulada y aspecto feroz, logró acabar con el Digimon provisto de armadura... Al menos temporalmente...
El lobo diabólico volvió a salir a la superficie desde el suelo y atacó al Digimon samurai llamado Musyamon. Proyecó su enorme cuerpo hacia un lado, mientras que el Musyamon invocaba, momentos después un dragón desde su espada que le protegió de los pelos que el lobo demoníaco lanzaba como si se tratase de púas, agujas, dagas, cuchillas y demás objetos arrojadizos afilados.
¿Qué dices Maxi? ¿Quieres intervenir en el combate?- le pregunté al chico peliverde, dandome cuenta al instante de que me encontraba abrazada a él, aún a pesar de que Devidramon se había detenido en el aire. De repente, un sentimiento de vergüenza me comenzó a recorrer el cuerpo e hizo que me sonrojara momentáneamente. ¿Desde cuándo soy tan tímida? Si normalmente soy yo la que molesta a los demás con este tema...
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
-Nunca me ha gustado que me ignoren es un defecto que tengo...-dijo Sangloupmon mientras tenía aprisionado a musyamon con voz gutural donde era incapaz de saber el género del digimon. En ese momento Gabumon y Mirtha se habían hecho uno pues ambos despreciaban a aquellos que les ignoraban. Adoraban ser el centro de atención.
-Uhh... me gustan tus fuegos artificiales, amigo-dijo el lobo al ver el dragón flamígero romper la pared contra el que le tenía aprisionado.-una pena que no sean suficientes para detenerme-Sangloupmon saltó sobre él y en ese momento los tatuajes que le aprisionaban volvieron al cuerpo del lobo infernal muy despacio dandole tiempo a ejecutar su siguiente maniobra: encima de musyamon acercó su cara a la cara del samurai, mientras sus patas delanteras se clavaron en sus manos y en un rapido movimiento mordió la espada y la tiró lejos mientras sus patas traseras aprisionaban las piernas de musyamon.
-Qué harás ahora, amigo? Mientras yo me deleito saboreando tu sangre?-Sangloupmon se relamió pasando su lengua por sus afilados dientes justo antes de proceder a morder su cabeza intentando quitarle el casco para luego cortarle la cabeza o morderla, no se muy bien... para saborear su rica sangre y quizá intentar absorber su digicore, quien sabe... jeje.
No muy lejos de allí....
-Mmmm ¿dónde diantres estoy? que dimensión tan siniestra, me gusta lo siniestro! Kera, kera!-decía una extraña vocecilla entre aguda y cibernética que se reía de una forma extraña.
En una vieja mansión sangrante que parecía abandonada, de una pared salió un extraño digimon que parecía un pulpo cabezón como si viniera a través de un portal.
-Hiuujuju! Parece estar el lugar lleno de bestias sedientas de sangre... un pandemonium? podría ser, Kera, Kera! Será mejor andarse con ojo y ser cauta, Kera, kera!-decía el extraño digimon mientras se agarraba de las tuberías que pasaban por el techo y observaba todo bajo sus pies, pues la casona parecía estar llena de vilemons y devidramons.
Trepó por las cañerías hasta llegar a un conducto de ventilación, rompió la rejilla y se adentró por el.
-Mmmm huele rico! Kera, kera! Oh! comida!-el pulpo cabezón rompió otra rejilla y entró en un viejo despacho que parecía desierto donde sólo había viejos ordenadores, rompió los cables y las cpu y empezó a absorber los datos, parecía que este digimon tenía una extraña dieta, mientras se hartaba de comer se fijó en un espejo donde aparecía su rostro mientras devoraba un ratón de ordenador.
-...dita sea! Al atravesar ese portal, perdí mi adorabilidad y retrocedí de nivel! Kera, Kera! Así Mir-chan no me reconocerá, Kera, kera... en fin... ahora lo que importa es que tengo hambre! Kera, kera!-sin inmutarse mucho más siguió comiendo mientras permanecía oculto allí durante un tiempo....
- Tamer
- Digi Puntos :162Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Beast SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :RookieIcono :Rango y Unidad :Mirtha Mònique Blacksmith
Rango: Sub-oficial
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: The Unfari Scythe of Indifference
Rango y Unidad Digi Aliado :Meikuu o Meikuu-chan (Meikuumon)
Rango: Soldado
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: Damm Wings of InjusticeInventario :
Mirtha Blacksmith
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Demonios... ¿cómo es posible que siendo un ninja pueda volar... Con estos dos pares de shurikens que tengo en mis extremidades...?- se preguntó Nagisa mientras, en su forma de Shurimon, sobrevolaba la zona por la que recientemente había salido de aquella prisión en la que se encontraba escasos minutos antes. Los zarcillos que poseía rematados en esas estrellas ninja parecía que no sólamente le servían para atacar, sino también para desplazarse por el aire.
Ya te dije que te prestaríamos nuestro poder... Kotemon y yo estaremos encantados de ayudarte en tu progreso... Mientras que los demás se vayan uniendo a nosotros, dentro de tu cuerpo- discutía la vo de Shurimon con él. El peculiar ninja, cubierto con un manto de hojas y equipado con las estrellas en sus extremidades y el gran shuriken en su espalda estaba ahí, delante de Nagisa, hablando tranquilamente... Todo esto formaba parte de la imaginacion del muchacho de largo cabello azulado, quien se había unido con el ser digital en un mismo cuerpo. El cuerpo era controlado por el estudiante, mientras que el aspecto y la fuerza pertenecían al Digimon espiritual.
Tras echar un vistazo a su alrededor, mientras sobrevolaba la zona removiendo con fiereza sus shurikens, podía ver que una densa capa de niebls cubría un pueblo grisáceo, sin color y aparentemente sin vida. Obvio que si tenía vida, había seres corriendo de aquí para allá, pero... No se sentía como si estuviese vivo del todo. Los gritos, por así llamarlo, de los seres vivos de allí se sentían apagados, como si no fuesen suyos, como si estuviesen siendo forzados a emitirlos.
Es algo raro... Quiero salir de aquí cuanto antes, Shurimon... Especialmente antes de que nos volvamos a encontrar al Ojitos Saltones ese...- dijo el muchacho, acercándose, después de escudriñar, a lo que parecía ser una pelea entre varios seres. Dos personas y un gato estaban observando, encima de lo que parecía ser una gárgola gigantesca de color negro la pelea que estaba teniendo lugar entre un samurai, un caballero plateado y un enorme lobo. ¿Se estarían divirtiendo viendo ese espectáculo? ¡Qué demonios! ¡Eran humanos! Ese día había sido suficientemente de locos y ver caras parecidas a la suya era reconfortante... Bueno, siempre que no se fusionase con Shurimon o con Kotemon... Sin más dilación, se acercó a la pareja y su... Monstruo... Cuidando que no le atacasen, claro está...
Esto... Buenos... ¿Días? La verdad es que no sé ni qué hora es...- se presentó Nagisa, sorprendiéndose de que la voz que emanaba de su nueva boca era una mezcla de entre su voz, algo aguda para ser un adolescente del género masculino, y la voz de Shurimon, una voz realmenre varonil y grave, aunque relajada... El resultado de ambas voces era mejor del esperado por el peliazul. Nada más fijarse, vio que el samurai ya había derrotado al otro caballero y el combate se centraba en los otros dos monstruos.
Una voz apareció detrás de la pareja de muchachos que aún no habían decidido si ayudar a Musyamon a combatir contra Sangloupmon. Nada mas girarse, vio a una especie de ninja que estaba volando, manteniéndose en el aire... Utilizando lo que parecía ser unas estrellas ninjas de tres puntas, también denominadas shurikens... Simplemente les saludó. Parecía bastante nervioso. Pero bueno, Devidramon y Max dieron gracias de que aquél ser no les atacase, por muy raro que fuese...
Supongo que sí, buenos días... Es normal no saber qué hora es con esta espesa niebla... Parece que estamos en una plato caliente de un gigante y la niebla es el humo... Sería aterrador si fuese así je....- dijo Max sonriendo nerviosamente, sabiendo que se había ido por los cerros de úbeda una vez más... Disculpa, me llamo Maxwell Miyamoto, pero puedes llamarme Max o Maxi y este pequeñín de aquí es Xorem, un Devidramom y mi compañero Digimon... Así como estas dos señoritas de aquí, se llaman Yoko y Kate, una Gatomon y compañera Digimon de la pelirroja- presentó el muchacho peliverde tanto a su compañero digital como a Yoko y Kate y, por supuesto, a sí mismo.
Yo me llamo Nagisa Shiota... Bueno, técnicamente ahora se supone que soy Shurimon... Me he fusionado con un "Espíritu Digital" o algo así... Por cierto, ¿dónde estamos? Esto no parece ser Shibuya ni en su peor día... - se presentó el chico que había cambiado su aspecto mientras el peliverde repetía las palabras "Espiritu Digital ¿eh?"
Dime, ¿conoces el videojuego Silent Hill? Bueno, bienvenido a su versión del Mundo Digital...- dijo Max extendiendo los brazos como dándole la bienvenida... Con un toque irónico en su voz, dando a entender que él tambiérn quería salir de allí- Desde que hemos llegado no nos han dejado de atacar Digimons salvajes
Y si por mi fuese, dejaría que Musyamom y Sangloupmon se matasen entre sí... No me hace ninguna gracia que Mirtha intentase atacar a Yoko, por muy mona que puefa parecer en su forma humana...- sentenció Devidramon, dejando claro la evidencia de que había sido Mirtha quien se había transformado en esa bestia sedienta de sangre, pues era la única que había desaparecido del grupo que se había adentrado en "Silent Hill"... Además de que ya habían descubierto que podía transformarse en Digimons al atacar previamente a Kate y a Yoko.
Sabes que somos miembros de los Union Savees ¿no? Nuestra misión es proteger el orden tanto en el Mundo Humano como en el Mundo Digimon, Xorem- dijo Max suspirando mientras se rascaba la cabeza- Aunque supongo que el Musyamon, al ser un Digimon samurai, tendrá un código de honor o algo así... Intervendremos si la vida de uno de los dos peligra, deteniendo al otro... O a ambos... Pero por lo pronto dejemos que Musyamon arregle sus problemas por si mismo... Además, yo tampoco me fío mucho de Mirtha- dijo el peliverde intentando pensar fríamente, aunque algo le decía que utilizase su carta Chains of Hell para detener a ambos...
Sois una gente un poco rara ¿no?- preguntó Nagisa portando el cuerpo de su compañero Shurimon mientras se sentaba al lado de los otros dos humanos y de la Digimon con aspecto de gato, encima del tal Xorem.
Y lo dice aquella persona que se fusiona con un ninja raro...- dijo Devidramon en un tono infantil y bromista, mientras sonreía con su gran mandíbula hacia un lado.
Ya te dije que te prestaríamos nuestro poder... Kotemon y yo estaremos encantados de ayudarte en tu progreso... Mientras que los demás se vayan uniendo a nosotros, dentro de tu cuerpo- discutía la vo de Shurimon con él. El peculiar ninja, cubierto con un manto de hojas y equipado con las estrellas en sus extremidades y el gran shuriken en su espalda estaba ahí, delante de Nagisa, hablando tranquilamente... Todo esto formaba parte de la imaginacion del muchacho de largo cabello azulado, quien se había unido con el ser digital en un mismo cuerpo. El cuerpo era controlado por el estudiante, mientras que el aspecto y la fuerza pertenecían al Digimon espiritual.
Tras echar un vistazo a su alrededor, mientras sobrevolaba la zona removiendo con fiereza sus shurikens, podía ver que una densa capa de niebls cubría un pueblo grisáceo, sin color y aparentemente sin vida. Obvio que si tenía vida, había seres corriendo de aquí para allá, pero... No se sentía como si estuviese vivo del todo. Los gritos, por así llamarlo, de los seres vivos de allí se sentían apagados, como si no fuesen suyos, como si estuviesen siendo forzados a emitirlos.
Es algo raro... Quiero salir de aquí cuanto antes, Shurimon... Especialmente antes de que nos volvamos a encontrar al Ojitos Saltones ese...- dijo el muchacho, acercándose, después de escudriñar, a lo que parecía ser una pelea entre varios seres. Dos personas y un gato estaban observando, encima de lo que parecía ser una gárgola gigantesca de color negro la pelea que estaba teniendo lugar entre un samurai, un caballero plateado y un enorme lobo. ¿Se estarían divirtiendo viendo ese espectáculo? ¡Qué demonios! ¡Eran humanos! Ese día había sido suficientemente de locos y ver caras parecidas a la suya era reconfortante... Bueno, siempre que no se fusionase con Shurimon o con Kotemon... Sin más dilación, se acercó a la pareja y su... Monstruo... Cuidando que no le atacasen, claro está...
Esto... Buenos... ¿Días? La verdad es que no sé ni qué hora es...- se presentó Nagisa, sorprendiéndose de que la voz que emanaba de su nueva boca era una mezcla de entre su voz, algo aguda para ser un adolescente del género masculino, y la voz de Shurimon, una voz realmenre varonil y grave, aunque relajada... El resultado de ambas voces era mejor del esperado por el peliazul. Nada más fijarse, vio que el samurai ya había derrotado al otro caballero y el combate se centraba en los otros dos monstruos.
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Una voz apareció detrás de la pareja de muchachos que aún no habían decidido si ayudar a Musyamon a combatir contra Sangloupmon. Nada mas girarse, vio a una especie de ninja que estaba volando, manteniéndose en el aire... Utilizando lo que parecía ser unas estrellas ninjas de tres puntas, también denominadas shurikens... Simplemente les saludó. Parecía bastante nervioso. Pero bueno, Devidramon y Max dieron gracias de que aquél ser no les atacase, por muy raro que fuese...
Supongo que sí, buenos días... Es normal no saber qué hora es con esta espesa niebla... Parece que estamos en una plato caliente de un gigante y la niebla es el humo... Sería aterrador si fuese así je....- dijo Max sonriendo nerviosamente, sabiendo que se había ido por los cerros de úbeda una vez más... Disculpa, me llamo Maxwell Miyamoto, pero puedes llamarme Max o Maxi y este pequeñín de aquí es Xorem, un Devidramom y mi compañero Digimon... Así como estas dos señoritas de aquí, se llaman Yoko y Kate, una Gatomon y compañera Digimon de la pelirroja- presentó el muchacho peliverde tanto a su compañero digital como a Yoko y Kate y, por supuesto, a sí mismo.
Yo me llamo Nagisa Shiota... Bueno, técnicamente ahora se supone que soy Shurimon... Me he fusionado con un "Espíritu Digital" o algo así... Por cierto, ¿dónde estamos? Esto no parece ser Shibuya ni en su peor día... - se presentó el chico que había cambiado su aspecto mientras el peliverde repetía las palabras "Espiritu Digital ¿eh?"
Dime, ¿conoces el videojuego Silent Hill? Bueno, bienvenido a su versión del Mundo Digital...- dijo Max extendiendo los brazos como dándole la bienvenida... Con un toque irónico en su voz, dando a entender que él tambiérn quería salir de allí- Desde que hemos llegado no nos han dejado de atacar Digimons salvajes
Y si por mi fuese, dejaría que Musyamom y Sangloupmon se matasen entre sí... No me hace ninguna gracia que Mirtha intentase atacar a Yoko, por muy mona que puefa parecer en su forma humana...- sentenció Devidramon, dejando claro la evidencia de que había sido Mirtha quien se había transformado en esa bestia sedienta de sangre, pues era la única que había desaparecido del grupo que se había adentrado en "Silent Hill"... Además de que ya habían descubierto que podía transformarse en Digimons al atacar previamente a Kate y a Yoko.
Sabes que somos miembros de los Union Savees ¿no? Nuestra misión es proteger el orden tanto en el Mundo Humano como en el Mundo Digimon, Xorem- dijo Max suspirando mientras se rascaba la cabeza- Aunque supongo que el Musyamon, al ser un Digimon samurai, tendrá un código de honor o algo así... Intervendremos si la vida de uno de los dos peligra, deteniendo al otro... O a ambos... Pero por lo pronto dejemos que Musyamon arregle sus problemas por si mismo... Además, yo tampoco me fío mucho de Mirtha- dijo el peliverde intentando pensar fríamente, aunque algo le decía que utilizase su carta Chains of Hell para detener a ambos...
Sois una gente un poco rara ¿no?- preguntó Nagisa portando el cuerpo de su compañero Shurimon mientras se sentaba al lado de los otros dos humanos y de la Digimon con aspecto de gato, encima del tal Xorem.
Y lo dice aquella persona que se fusiona con un ninja raro...- dijo Devidramon en un tono infantil y bromista, mientras sonreía con su gran mandíbula hacia un lado.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Inmovilizado, el samurai intentaba deshacerse de su captor. Le importaba bien poco las heridas abiertas por las cuchillas de las que disponía el can, y viendo lo inservible de su técnica, anuló la capa negra. Tampoco le molestó perder su espada o el casco, su integridad en este punto le era absolutamente vacua e inmerecedora de atención. Simplemente, el hecho de que aquella muchacha siguiera atrapada en el cuerpo digital hacía que en él comenzara a desarrollarse una ira cada vez más animal.
-Roku, es matar o que te maten -decía Bakemono-, así que vamos, usa tu cabecita y piensa algo.
-No puedo -dijo, viendo que sus movimientos estaban sellados-, esta vez no hay nada que hacer...
-Eh, eh, eh... “Un lobo siempre tiene colmillos”, eso dijiste, ¿no? ¡Clávaselos! ¡Déjame beber su sangre!
¿Qué le pasaba a Bakemono? Generalmente amaba las travesuras, pero odiaba la violencia innecesaria. Pero en esa ocasión alentaba el abuso de fuerza bruta. Aquella neblina se infiltraba en sus pulmones, incrementando el eco violento en su cabeza. Convirtiendo aquellos vitores en una macabra polifonía, el Musyamon mordió a su vez el cuello expuesto del lobo.
-Sí, ¡sí! ¡aliméntate como un animal! Un momento, no...-protestaba Bakemono- Así pensaba Jack, y esa etapa se acabó. Ya no soy... Ya no somos así. ¡Roku, en una batalla de desgaste tienes la de perder! ¡Tiene más dientes que tú! -el humano seguía intentando seccionar la yugular- ¡Vamos, piensa algo, se supone que eres listo!
-No, mata. Mata al enemigo. Aliméntate del enemigo. ¡Mata al enemigo! -decían aquellas voces espectrales- ¡Aliméntanos!
-¡Callaos, imbéciles! ¡Él no es como vosotros! ¡Ni yo tampoco! ¡Aguanta Roku! ¡Debe ser la niebla! ¡Fantasmas o algo así! ¡Salid de nuestra cabeza!
“Eso, salid”
Aquella voz era nueva, pero llamarla “voz” era inexacto. “Voces” era el término apropiado. Todas ellas fuertes, poderosas, que opacaron el molesto ruido de los fantasmillas. Bakemono, dentro del mundo-alma donde podía acceder a las memorias de Roku, lo vio. Un imponente ser, blanco como el plenilunio estival, manchado por unas tinieblas tan negras como las profundidades abisales.
“Un clan nunca ataca a una sola presa. Un clan caza a otro clan más débil. Y habéis atacado al clan equivocado. Vuestras voces contra las nuestras. ¡¿Quién tiene el rugido más fuerte?!”
Roku abrió sus mandíbulas para dejar escapar todo el aire que pudo en un sonoro grito. Habría quien pensaría que era una señal de dolor, pero nada más lejos de la realidad. Una advertencia: “estamos aquí”, y el terror comenzó, pues de su interior comenzaron a salir pálidas esencias que comenzaron a fundirse al cuerpo del Musyamon, arrebatándole el color y haciendo que llamas blancas comenzaran a alterar su forma, haciéndole más grande, y aterrador.
“SkullBalluchimon” -susurró la coral de bestias que constituían la voz de aquel ser gargantuesco- “, el clan de los Monocromo ha vuelto.”
Estando con su vientre apuntando al cielo, procuró voltearse aprovechando la potencia de sus patas. Cuando lo hizo, nadie se fijó en un detalle importante, contemplando la envergadura de aquel ser. Una vez en pie, sacudió su cuerpo, y golpeando con su pata el suelo, hizo que el edificio en el cual estaba se viniera abajo, destrozando los cimientos con su golpe (lápida ósea). Sin el techo de los pisos superiores, podía moverse con libertad.
Partículas de datos salían de los cimientos ya deshechos de aquella vivienda, demostrando que el desastre se había cobrado víctimas del lugar, pero poco le importaba al animal, que se limitó a proferir un poderoso grito. La niebla levantada con su primer ataque se arremolinaba en torno al digimon lobo, adquiriendo el aspecto de un lobo gigante de blanco vapor.
-¿Qué se supone que eres tú? Dominas técnicas nunca vistas, atacas sin dudar, y ahora esto, ¿¡qué diablos eres!?
“Somos un clan. Y un clan ¡caza!”
Intentando aplastarlo con el mismo ataque usado hace unos segundos, el digimon se libró de una muerte segura, encaramándose a un tejado cercano. Antes siquiera de poder aferrarse con sus pies, ya que el empleo de las extremidades superiores quedaba imposibilitado por el estado de sus codos, SkullBalluchimon intentó embestirle, haciéndole saltar a otro edificio.
“Tú no eres el Alpha de la manada” -protestaban los sonoros ecos de la bestia- “Pero servirás de aviso. No somos la presa. Somos el cazador.”
Este último mensaje tenía un doble sentido, y hasta un triple, pues si bien la huida era obligada ahora para el espadachín lupino, tanto el can como el propio Roku ya habían sido víctimas de este nuevo digimon. Del primero solo decir que fue un accidente, pues por mera coincidencia, al transformarse quedó encima de la materia oscura del digimon, un portal a un submundo interior donde hacía vivir horribles pesadillas a los desafortunados que osaban tocar dichas partes. Al morder el cuello de Musyamon se encontró con esta desagradable sorpresa, y ahora simplemente se encontraba en un espacio oscuro e infinito.
Roku también andaba por esa parte, pero era distinto. Aquel mundo hueco se asemejaba al que encarcelaba a su enemigo, pero lejos de no haber nadie, quedaba plagado de personas. Todas de aspecto similar, humanoide, y de proporciones no muy lejanas a las de un niño humano. Divididos en dos bandos, unos tenian una figura gaseosa que, con espasmos, parecían interferencias, teniendo cada uno una máscara hecha con pliegues de papel con la que cubrir sus rostros. Sus opuestos, en cambio, eran seres definidos, pálidos, pero un tatuaje adornaba cada uno como señal identificatoria.
Con un grito los primeros, y un rugido los segundos, se lanzaron al combate, estando Roku en medio.
-...¿Y Bakemono?
Off-rol: Quisiera aclarar que Skull aparece solo por haber presentido a varios enemigos, que se ha comido a Mirtha por eso de estar encima de una de las partes donde lanzar "Miedo a la muerte" como verán en la foto y que los edificios se demuelen por estar hechos de miga de galleta y periódicos chinos. Esto último es broma, ya que simplemente los destroza de un modo tan limpio porque el digimon en el dusk ocupa tres casillas cuando un Imperialdramon ocupa una. Esa cantidad de kilos como que lo tienen fácil para demoler cosas.
Off-rol 2: Dentro de la dimensión lúgubre de Skull se puede retener a un pj un mínimo de dos post, y debe revivir sus miedos más profundos -coge palomitas-, a ver qué le da miedo.
Off-rol 3: Skull habla "" para indicar que son varias voces a la vez, y que quedaba mejor para diferenciar eso que --, nada más.
-Roku, es matar o que te maten -decía Bakemono-, así que vamos, usa tu cabecita y piensa algo.
-No puedo -dijo, viendo que sus movimientos estaban sellados-, esta vez no hay nada que hacer...
-Eh, eh, eh... “Un lobo siempre tiene colmillos”, eso dijiste, ¿no? ¡Clávaselos! ¡Déjame beber su sangre!
¿Qué le pasaba a Bakemono? Generalmente amaba las travesuras, pero odiaba la violencia innecesaria. Pero en esa ocasión alentaba el abuso de fuerza bruta. Aquella neblina se infiltraba en sus pulmones, incrementando el eco violento en su cabeza. Convirtiendo aquellos vitores en una macabra polifonía, el Musyamon mordió a su vez el cuello expuesto del lobo.
-Sí, ¡sí! ¡aliméntate como un animal! Un momento, no...-protestaba Bakemono- Así pensaba Jack, y esa etapa se acabó. Ya no soy... Ya no somos así. ¡Roku, en una batalla de desgaste tienes la de perder! ¡Tiene más dientes que tú! -el humano seguía intentando seccionar la yugular- ¡Vamos, piensa algo, se supone que eres listo!
-No, mata. Mata al enemigo. Aliméntate del enemigo. ¡Mata al enemigo! -decían aquellas voces espectrales- ¡Aliméntanos!
-¡Callaos, imbéciles! ¡Él no es como vosotros! ¡Ni yo tampoco! ¡Aguanta Roku! ¡Debe ser la niebla! ¡Fantasmas o algo así! ¡Salid de nuestra cabeza!
“Eso, salid”
Aquella voz era nueva, pero llamarla “voz” era inexacto. “Voces” era el término apropiado. Todas ellas fuertes, poderosas, que opacaron el molesto ruido de los fantasmillas. Bakemono, dentro del mundo-alma donde podía acceder a las memorias de Roku, lo vio. Un imponente ser, blanco como el plenilunio estival, manchado por unas tinieblas tan negras como las profundidades abisales.
“Un clan nunca ataca a una sola presa. Un clan caza a otro clan más débil. Y habéis atacado al clan equivocado. Vuestras voces contra las nuestras. ¡¿Quién tiene el rugido más fuerte?!”
Roku abrió sus mandíbulas para dejar escapar todo el aire que pudo en un sonoro grito. Habría quien pensaría que era una señal de dolor, pero nada más lejos de la realidad. Una advertencia: “estamos aquí”, y el terror comenzó, pues de su interior comenzaron a salir pálidas esencias que comenzaron a fundirse al cuerpo del Musyamon, arrebatándole el color y haciendo que llamas blancas comenzaran a alterar su forma, haciéndole más grande, y aterrador.
“SkullBalluchimon” -susurró la coral de bestias que constituían la voz de aquel ser gargantuesco- “, el clan de los Monocromo ha vuelto.”
Estando con su vientre apuntando al cielo, procuró voltearse aprovechando la potencia de sus patas. Cuando lo hizo, nadie se fijó en un detalle importante, contemplando la envergadura de aquel ser. Una vez en pie, sacudió su cuerpo, y golpeando con su pata el suelo, hizo que el edificio en el cual estaba se viniera abajo, destrozando los cimientos con su golpe (lápida ósea). Sin el techo de los pisos superiores, podía moverse con libertad.
Partículas de datos salían de los cimientos ya deshechos de aquella vivienda, demostrando que el desastre se había cobrado víctimas del lugar, pero poco le importaba al animal, que se limitó a proferir un poderoso grito. La niebla levantada con su primer ataque se arremolinaba en torno al digimon lobo, adquiriendo el aspecto de un lobo gigante de blanco vapor.
-¿Qué se supone que eres tú? Dominas técnicas nunca vistas, atacas sin dudar, y ahora esto, ¿¡qué diablos eres!?
“Somos un clan. Y un clan ¡caza!”
Intentando aplastarlo con el mismo ataque usado hace unos segundos, el digimon se libró de una muerte segura, encaramándose a un tejado cercano. Antes siquiera de poder aferrarse con sus pies, ya que el empleo de las extremidades superiores quedaba imposibilitado por el estado de sus codos, SkullBalluchimon intentó embestirle, haciéndole saltar a otro edificio.
“Tú no eres el Alpha de la manada” -protestaban los sonoros ecos de la bestia- “Pero servirás de aviso. No somos la presa. Somos el cazador.”
Este último mensaje tenía un doble sentido, y hasta un triple, pues si bien la huida era obligada ahora para el espadachín lupino, tanto el can como el propio Roku ya habían sido víctimas de este nuevo digimon. Del primero solo decir que fue un accidente, pues por mera coincidencia, al transformarse quedó encima de la materia oscura del digimon, un portal a un submundo interior donde hacía vivir horribles pesadillas a los desafortunados que osaban tocar dichas partes. Al morder el cuello de Musyamon se encontró con esta desagradable sorpresa, y ahora simplemente se encontraba en un espacio oscuro e infinito.
Roku también andaba por esa parte, pero era distinto. Aquel mundo hueco se asemejaba al que encarcelaba a su enemigo, pero lejos de no haber nadie, quedaba plagado de personas. Todas de aspecto similar, humanoide, y de proporciones no muy lejanas a las de un niño humano. Divididos en dos bandos, unos tenian una figura gaseosa que, con espasmos, parecían interferencias, teniendo cada uno una máscara hecha con pliegues de papel con la que cubrir sus rostros. Sus opuestos, en cambio, eran seres definidos, pálidos, pero un tatuaje adornaba cada uno como señal identificatoria.
Con un grito los primeros, y un rugido los segundos, se lanzaron al combate, estando Roku en medio.
-...¿Y Bakemono?
Off-rol: Quisiera aclarar que Skull aparece solo por haber presentido a varios enemigos, que se ha comido a Mirtha por eso de estar encima de una de las partes donde lanzar "Miedo a la muerte" como verán en la foto y que los edificios se demuelen por estar hechos de miga de galleta y periódicos chinos. Esto último es broma, ya que simplemente los destroza de un modo tan limpio porque el digimon en el dusk ocupa tres casillas cuando un Imperialdramon ocupa una. Esa cantidad de kilos como que lo tienen fácil para demoler cosas.
Off-rol 2: Dentro de la dimensión lúgubre de Skull se puede retener a un pj un mínimo de dos post, y debe revivir sus miedos más profundos -coge palomitas-, a ver qué le da miedo.
Off-rol 3: Skull habla "" para indicar que son varias voces a la vez, y que quedaba mejor para diferenciar eso que --, nada más.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Mientras nos encontrábamos Kate, Max y yo encima del Digimon que era el compañero del peliverde, apareció un extraño Digimon. Se trataba de un monstruo humanoide con forma de ninja, cubierto por un manto de hojas y con pequeños shurikens que componían sus manos y sus pies. Asímismo, poseía un shuriken mucho más grande que portaba en su espalda, quizás lo utilizase como arma, ¿quién sabe?
Lo bueno es que no parecía un enemigo, lo cuál era un alivio, pues ya estaba encontrándome un poco harta de que nos atacasen tantos Digimons... Era algo estresante, no lo voy a negar. Se hacía llamar Nagisa Shiota y, según su testimonio, se había fusionado con un "Espíritu Digital" o algo así... Era algo extraño, no lo puedo negar, pero se nota que aún tenía bastante por aprender. Sin embargo, no dudé en preguntarle mis dudas a mi "maesteo"
¿Qué es un Espíritu Digital, Maxi?- le pregunté mientras colocaba parte de mi cabello pelirrojo por detrás de mi oreja.
Mientras le preguntaba, volví la vista al combate entre Lobomon, Sangloupmon y Musyamon. Un extraño acontecimiento ocurrió. Musyamon se transformó en una especie de perro gigantesco compuesto en su mayor parte por huesos de color azul grisáceo... O gris azulado, dependiendo de cómo se mire... No tardó mucho en devorar al Sangloupmon con uno de sus ataques y destruir edificios, cobrándose la vida de los Digimons que se encontraban allí dentro. Una expresión de horror se dibujó en mi cara... No podía apartar la morada de aquella bestia...
¿Qué.. Es esa... Cosa?- pregunté mientras veía al Lobomon con una expresión aúm más terrorífica que la que estaba dibujada en mi cara.
Supongo ... Que es un Digimon... Probablemente de cuerpo Perfecto... Pero es realmente aterrador- incluso Kate estaba sorprendida, pese a que a ella le costaba asustarse por lo que había podido comprobar por mi propia experiencia...
¿Qué hacemos, Max? Ese monstruo parece incontrolable...- dije mientras contemplaba a aquél esplendido a la vez que terrorífico Digimon.
Lo bueno es que no parecía un enemigo, lo cuál era un alivio, pues ya estaba encontrándome un poco harta de que nos atacasen tantos Digimons... Era algo estresante, no lo voy a negar. Se hacía llamar Nagisa Shiota y, según su testimonio, se había fusionado con un "Espíritu Digital" o algo así... Era algo extraño, no lo puedo negar, pero se nota que aún tenía bastante por aprender. Sin embargo, no dudé en preguntarle mis dudas a mi "maesteo"
¿Qué es un Espíritu Digital, Maxi?- le pregunté mientras colocaba parte de mi cabello pelirrojo por detrás de mi oreja.
Mientras le preguntaba, volví la vista al combate entre Lobomon, Sangloupmon y Musyamon. Un extraño acontecimiento ocurrió. Musyamon se transformó en una especie de perro gigantesco compuesto en su mayor parte por huesos de color azul grisáceo... O gris azulado, dependiendo de cómo se mire... No tardó mucho en devorar al Sangloupmon con uno de sus ataques y destruir edificios, cobrándose la vida de los Digimons que se encontraban allí dentro. Una expresión de horror se dibujó en mi cara... No podía apartar la morada de aquella bestia...
¿Qué.. Es esa... Cosa?- pregunté mientras veía al Lobomon con una expresión aúm más terrorífica que la que estaba dibujada en mi cara.
Supongo ... Que es un Digimon... Probablemente de cuerpo Perfecto... Pero es realmente aterrador- incluso Kate estaba sorprendida, pese a que a ella le costaba asustarse por lo que había podido comprobar por mi propia experiencia...
¿Qué hacemos, Max? Ese monstruo parece incontrolable...- dije mientras contemplaba a aquél esplendido a la vez que terrorífico Digimon.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Sangloupmon retrocedió al ver que su oponente digievolucionaba y por cautela utilizó su Black Mind para ocultarse en la sombra de su oponente, un gran error pues la oscuridad de ese digimon se recondensó atrayendo al digimon cánido hacia ella debido a la sangre maldita que había chupado. Ese hecho confundió al perro infernal y le hizo deshacer su evolución dejando atrás a Mirtha y ocultando su digicode en su digivice. Cuando Mirtha abrió sus ojos se encontró en un vacío oscuro y gélido donde no podía ver la salida, solo había delante de ella fantasmagóricos fuegos fatuos que poco a poco iban extendiendo su luz y poder para recrearle a la joven una aterradora escena:
Ella ya no era la Mirtha que conocemos, era más pequeña... contaría con unos 5 o 6 años. Su largo pelo rubio le llegaba hasta el trasero y parecía sacada de un cuento de Peter Pan, ataviada con una falda de hojas y un top verde a juego, iba descalza. Había tenido lugar una gran fiesta de disfraces con motivo de su cumpleaños, sus padres tenían bastantes posibles y vivían en una mansión dentro de un poblado bosque a las afueras de alguna ciudad. La pequeña decidió ir a jugar al bosque con sus amiguitos pero no sabía lo que allí encontraría. De pronto ella se separó de sus amigos y se adentró en una zona que parecía arrasada por algún tifón o algo así, ella sólo sabía que tenía miedo y la oscuridad se cernía por aquel lugar. Oyó un rugido cercano, miró a su alrededor, no vio nada pero detrás de ella un gran árbol cayó que iba a aplastarla, ella gritó pero cuando se sintió muerta:
-Darkness spear!!!- una lanza negra apareció de la nada y destrozó el árbol antes que cayera sobre ella. Mirtha miró a ver quien la había salvado y vio por unos instantes a una LadyDevimon pero al parpadear su madre estaba con ella en vez de esa digimon.
-Mi amor! estás bien?-le preguntó su madre.
Pero antes de que dijera nada un enorme y terrorifico digimon salió de la tierra y apareció ante ellas.
-LAMPRANTHUS!!!- Las cadenas de aquel demoníaco digimon apresaron a las dos.
-MADRE!!!!-la niña gritó al ver a su madre convulsionarse a su lado viendo como aquel ser la estrujaba más y más, viendo su sufrimiento hasta quedar como un despojo sin vida mientras que la niña, por algun extraño motivo era mantenida viva. Poco después aquel digimon atravesó un portal al mundo digimon cargando con Mirtha, ella estaba en shock tras ver morir a su madre y lo único que recordaba despues es ver la enorme cabeza de aquel digimon rugiendo ante ella en señal de triunfo.
La Mirtha niña y la Mirtha actual gritaron al unísono en la dimensión de SkullBaluchimon. Mirtha se hizo un ovillo, no quería recordar eso, era verdad, era mentira, no sabía lo que era aquella visión, ella estaba en shock y su cuerpo temblaba de pavor al recordar la muerte de su madre y la horrible visión del rostro de aquel digimon.
-Mirtha! Mirtha! me oyes? Escucha, esto no es real, estamos atrapadas, por favor vuelve en ti! Tenemos que salir de aqui!-llamó Lunamon en su cabeza pero la joven seguía en shock.
Mirtha abrió tímidamente los ojos y levantó la cabeza con cautela de entre sus rodillas para ver que los fuegos fatuos volvían a hacer de las suyas, cerró los ojos fuertemente y quiso no ver lo que aquella dimensión le aguardaba, ¿qué terror o visión le depararía esta vez? ¿cómo conseguirá salir de allí?
- Tamer
- Digi Puntos :162Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Beast SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :RookieIcono :Rango y Unidad :Mirtha Mònique Blacksmith
Rango: Sub-oficial
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: The Unfari Scythe of Indifference
Rango y Unidad Digi Aliado :Meikuu o Meikuu-chan (Meikuumon)
Rango: Soldado
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: Damm Wings of InjusticeInventario :
Mirtha Blacksmith
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Un espíritu digital es algo así como el poder reencarnado de un Digimon en distintas estatuillas. Estas estatuillas hacen digievolucionar al portador del D-Scanner, como el que tiene Mirtha, que los adquiera. Hay varios tipos de Espíritus Digitales. El Espíritu Digital Novato, el Espíritu Digital Humano, el Espíritu Digital Animal, 3 Espíritu Digital Hiper y el Espíritu Digital Ancient o Antiguo- dijo el muchacho peliverde, explicando a Yoko lo poco que sabía acerca de los espíritus digitales, tal y como le había enseñado Jijimon, su maestro y un Digimon bastante enamorado del Mundo Humano.
También existen los Espíritus Digitales Dobles- apuntó el enorme Digimon alado mientras observaba cómo la pelea seguía teniendo lugar.
Ah sí. Los Espíritus Digitales dobles son los equivalentes a las DNAs Evolution o las Jogress, pero aplicadas a los Espíritus Digitales. Es una forma de conseguir poder juntando dos o más Digimons o, en este caso, dos o más espíritus Digitales. Por ejemplo, Xorem en su forma de Devidramon y Ryu, el Digimon compañero de mi hermano menor pueden fusionarse y formar un Digimon llamado SkullGreymon...- dijo mientras pudo observar cómo Musyamon se transformaba en un enorme Digimon esquelético, muy similar a SkullGreymon. Si SkullGreymon era un Digimon que parecía un esqueleto de un dragón, ese nuevo Digimon parecía un esqueleto de un tigre gigantesco con alas, o algo por el estilo- Y SkullGreymon es casi tan aterrador como ese monstruo...- decía el muchacho ocultando su sonrisa, mientras agarraba su D-arc y analizaba los datos de ese enorme monstruo.
SkullBaluchimon, Digimon Muerto Viviente de Atributo Virus. Es un portador del famoso Anticuerpo X. Es un Digimon creado a partir de los datos de varios fósiles falsificados. Puede sumir a cualquiera de sus enemigos en sus más temibles pesadillas. Sus ataques son el Hueso de Tumba y el Miedo Mortal- dijo el Digivice analizando los datos de aquella bestia aterradora que se presentaba ante ellos... Y que derrumbaba edificios sin miramientos ni remordimientos.
No conozco a nadie de aquí, salvo a vosotros... Pero ¿no deberíamos intentar calmar a esa cosa?- dijo Shurimon mientras señalaba con uno de sus shurikens al Digimon esquelético que había acabado con el Lobomon y se había "comido" a Sangloupmon. Yoko también había preguntado si deberían hacer algo al respecto.
Bueno, no estoy muy de acuerdo con que Mirtha te atacase antes- suspiró el peliverde rascando si nuca levemente- Pero, ¿qué demonios? Soy un Union Saver. Mi misión es proteger a todos- dijo Max señalando al SkullBaluchimon haciendo que Xorem fuese volando hacia donde había tenido lugar la pelea. Shurimon, por otra parte, fue volando acompañandoles mientras movía con rapidez sus shurikens.
¡Eso es lo que quería escuchar, Maxi!- Xorem sonrió dirigiéndose directamente hacia delante de la cara del enorme Digimon huesudo, preparado para cualquier ataque del ser digital para esquivarlo rápidamente.
¡SkullBaluchimon! ¡¿No crees que te has pasado un poco?!- dijo el muchacho de cabellos y ojos color esmeralda, señalándole con el dedo índice de su mano derecha- ¡Suelta a Mirtha antes de que pase algo malo!
También existen los Espíritus Digitales Dobles- apuntó el enorme Digimon alado mientras observaba cómo la pelea seguía teniendo lugar.
Ah sí. Los Espíritus Digitales dobles son los equivalentes a las DNAs Evolution o las Jogress, pero aplicadas a los Espíritus Digitales. Es una forma de conseguir poder juntando dos o más Digimons o, en este caso, dos o más espíritus Digitales. Por ejemplo, Xorem en su forma de Devidramon y Ryu, el Digimon compañero de mi hermano menor pueden fusionarse y formar un Digimon llamado SkullGreymon...- dijo mientras pudo observar cómo Musyamon se transformaba en un enorme Digimon esquelético, muy similar a SkullGreymon. Si SkullGreymon era un Digimon que parecía un esqueleto de un dragón, ese nuevo Digimon parecía un esqueleto de un tigre gigantesco con alas, o algo por el estilo- Y SkullGreymon es casi tan aterrador como ese monstruo...- decía el muchacho ocultando su sonrisa, mientras agarraba su D-arc y analizaba los datos de ese enorme monstruo.
SkullBaluchimon, Digimon Muerto Viviente de Atributo Virus. Es un portador del famoso Anticuerpo X. Es un Digimon creado a partir de los datos de varios fósiles falsificados. Puede sumir a cualquiera de sus enemigos en sus más temibles pesadillas. Sus ataques son el Hueso de Tumba y el Miedo Mortal- dijo el Digivice analizando los datos de aquella bestia aterradora que se presentaba ante ellos... Y que derrumbaba edificios sin miramientos ni remordimientos.
No conozco a nadie de aquí, salvo a vosotros... Pero ¿no deberíamos intentar calmar a esa cosa?- dijo Shurimon mientras señalaba con uno de sus shurikens al Digimon esquelético que había acabado con el Lobomon y se había "comido" a Sangloupmon. Yoko también había preguntado si deberían hacer algo al respecto.
Bueno, no estoy muy de acuerdo con que Mirtha te atacase antes- suspiró el peliverde rascando si nuca levemente- Pero, ¿qué demonios? Soy un Union Saver. Mi misión es proteger a todos- dijo Max señalando al SkullBaluchimon haciendo que Xorem fuese volando hacia donde había tenido lugar la pelea. Shurimon, por otra parte, fue volando acompañandoles mientras movía con rapidez sus shurikens.
¡Eso es lo que quería escuchar, Maxi!- Xorem sonrió dirigiéndose directamente hacia delante de la cara del enorme Digimon huesudo, preparado para cualquier ataque del ser digital para esquivarlo rápidamente.
¡SkullBaluchimon! ¡¿No crees que te has pasado un poco?!- dijo el muchacho de cabellos y ojos color esmeralda, señalándole con el dedo índice de su mano derecha- ¡Suelta a Mirtha antes de que pase algo malo!
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
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