Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]

por Roku Ginshô Miér Sep 21, 2016 6:55 am

BSO- Mundo de pesadilla:

-De acuerdo, repasemos qué pasa -se decía a sí mismo Roku-. Estaba peleando contra un digimon, cuando me atacó otro. Ergo, ¿esto es una especie de ilusión causada por el ataque? No, no creo, Bakemono no se callaría en dicho caso. Es cargante, pero en ese contexto suele ser útil. Otra opción sería...

Evadiendo ya algunos ataques de aquellos seres, el japonés seguía pensando qué absurdo evento podría haber desencadenado aquella situación, pero poco más pudo indagar, pues comenzó un espectáculo digno de verse. Un estruendo anunció la llegada de "algo", y el crepitar de la tierra comenzó a manifestar un muro natural que separó a ambos grupos, quedando Roku en la cima. Lo más sorprendente, sin embargo, era que estas elevaciones tenían la forma de una mano y, más preocupante aún, la existencia de un Sol encadenado a escasos metros.

"Eres... Débil"-anunciaba una voz-"Por ello, no has podido salvar a la humana, ni defenderte de tus enemigos. Lo que intentas proteger, perece. Patético"
-...-similar a Bakemono, la voz parecía un eco, pero este era más desagradable- Bueno, gracias por tu crítica constructiva, ¿puedo irme ya?
"Ante ti se extienden dos opciones mortal: en el anverso, enemigos a los que erradicar, intrusos. Pero tú no puedes hacerles nada solo. Acepta mi poder y expúlsalos."
-¿Y la otra opción?
"Mi reverso, un pueblo que no te acepta. No desean tu muerte, pero te desprecian. Enfréntalos solo, sin ayuda alguna, y sobrevive por tus medios. ¿Tu decisión?"
-Ciertamente, ya dependo de la fuerza de otros y no quiero ligarme a alguien más, y menos a una voz desconocida. Luego, la última vez que acepté el poder de alguien se originaron una serie de eventos que no me satisficieron -apretando sus puños, recordó la amarga carga de su digivice, y el recuerdo de aquellos a los que falló-. Por último, no estoy libre de faltas, ya me odian muchos, así que si para irme simplemente debo soportar un poco más de desprecio, pues que así sea.
"Jeh, lo que suponía. Débil, inestable, contradictorio, imperfecto... Humano."

Mas no fue tan sencillo, ya que, desapareciendo las cadenas que aprisionaban el cuerpo luminiscente, estas aparecieron aprisionando a Roku, dejando el acero incandescente serias heridas en él. La mano se desplomó sobre el bando de los supuestos "enemigos", cayendo Roku ante el grupo opuesto. Adolorido, y con cargas, comenzó a andar. Aquellos ojos sin vida le juzgaban, pero nadie hacía nada, hasta que uno de esos pequeños se le acercó.

-¿Sí? ¿En qué puedo ayudarte?

Lo que recibió fue un mordisco, pero no dolió. Como una descarga, tuvo un recuerdo súbito, de tan solo unos instantes. Se vio a sí mismo en una ladera, siendo aplastado por una enorme roca. El dolor fue real, pues literalmente, sintió su muerte. Regresó a lo que sería aquella realidad, viendo como el resto de seres famélicos, así como el primero que le había atacado, se relamían, esperando clavar sus colmillos en él.

-¿Pero qué...? ¿Para esto las cadenas?
"Puedes rendirte, aceptar tu destino como mi heraldo... O seguir. Eso solo es el peso de tus pecados."
-Ajam. Bueno, no es la primera vez que me aplasta una roca gigante, así que deberás esforzarte un poco.

Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre] - Página 3 Latest?cb=20130130034253

Mientras esto se producía, una joven tamer seguía atrapada en las pesadillas que se gestaban en el vientre del digimon pantacruélico. Su compañera espiritual trataba de advertirle de la situación, pero su aviso no era del todo cierto. Una presencia, de luz pura, apareció allí, y aunque fuera ignorada por Mirtha, no era ella a quien quería dirigirle sus palabras.

-Oh, me temo que se confunde en dos sentidos. Lo que ocurre aquí SÍ es real, en cuanto a que lo que le suceda aquí será revivido por su cuerpo. Se puede morir perfectamente. Y segundo, de aquí no se sale o, al menos, no del mismo modo que se entra. Y por cierto, aquí todos viven sus miedos, pequeña, y tú no eres una excepción.

La pequeña Lunamon se vio enmudecida, pues todo su mundo se oscureció. Ya no podía hablar con su compañera, ni podía sentir el digivice como sí... Estuviera viva de nuevo. De esta ensoñación la sacaron unos sonidos lastimeros que iban in crescendo. Sí, estaba viva de nuevo, pero eso solo significaba que podía sentir las sensaciones de antaño, como el miedo y, por supuesto, el dolor. Ya notaba que venían a por ellas, y aunque no sabía quienes, podía notar ese sudor frío. No dejaba de ser curioso. La misma sensación de cuando murió, frío, mucho frío. Pero la muerte no llegaba. Aún.

-Y ahora, damisela, creo que va siendo de que sea rescatad... Oh, no, me temo que llego tarde. "Él" me necesita... Bueno, no tengas miedo, ¿sí? Eres una buena chica, saldrás de aquí... Creo -dijo, besando la frente de la traumatizada chica- Eah, eah y esas cosas. Y ahora me voy con un mutis.

Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre] - Página 3 Latest?cb=20141129164933

Desvaneciéndose, dejó a la muchacha sola, habiéndole arrebatado incluso la compañía de aquella voz que tanto le agradaba. Luna ya no estaba. Seguía estando allí, sin nadie más, hasta que algo irrumpió el silencio. Un sonoro rugido, que hizo temblar a Mirtha, como si de un terremoto se tratara.

"Hueles a Demon Lord... Pero eres humana...Tu presencia es un enigma, incluso para ti."

A este leve discurso le siguió algo más aterrador. Regresando la vista a su yo infantil, que aún sollozaba la pérdida de su madre, pudo apreciar como una sombra empezaba a hablarle.

"Oh, pobre niñita. Abandonada por el destino, obligada a deambular sin amparo alguno... ¿Quieres poder vengarte? Sabes quién tiene la culpa, sabes quién te ha hecho débil. Vamos, acepta mi obsequio... Sabes el precio. Sé mi arma. Renuncia a tu existencia. Solo di la palabra."

En un susurro, la pequeña acompañó con un asentimiento a su débil vocecilla. La oscuridad se arremolinó en su mano, generando un digivice negro, pero era extraño. Su modelo no era el d-scanner que portaba Mirtha. De él surgió una luz, que empezó a materializarse en un ser digital. ¿Luna? No, la luz se volvía negra, y aquel digimon... ¿Gato? Tampoco, pues su pelaje era negro. ¿Qué estaba pasando?

-BlackGatomon... -susurraba la pequeña- Ahora mi vida es tuya. Hazte fuerte, mata a mis enemigos, pero antes... Ya sabes lo que hacer...

Sacando sus garras, el felino se abalanzó riendo sobre la Mirtha adulta, rasgando su piel con aquellos helados filos. La sangre ya manaba, y dolía, pero al menos dejó de estar atrapada en su ensimismamiento.

-Nos has hecho débiles, Mirtha -le decía su yo infantilizado-. Estamos cansadas de eso, y por ello, tu vida acaba aquí. Solo una Mirtha saldrá, y esa será la única que pueda decir con orgullo... Que es fuerte...

Las luchas internas proseguían, del mismo modo que las externas. El mastodóntico SkullBaluchimon seguía en su persecución pese a las molestias que empezaban a surgir. Un humano le protestaba cerca de la cavidad auditiva, y le estaba distrayendo. Eso no le agradaba, pues su presa estaba aprovechando para huir.

"¿Qué es un "Mirtha"? ¿Nos desafías?"-de un bufido comenzó a manar de él un vapor helado que se extendía por los alrededores- "Sea pues, pero antes, debemos demostrar quién manda."

Acercándose al Lobomon, aprisionado por el hielo que había nacido de aquella niebla, abrió sus mandíbulas, y de un sonoro mordisco, lo devoró. Un líquido parduzco salía de este, ensuciando los pulcros huesos del digimon bestia que, habiendo acabado, se aproximó al grupo de tamers.

"Ahora, danos un motivo para que no acabes siendo el postre, humano."

por Yoko Littner Mar Sep 27, 2016 12:27 pm

Ni Max ni Xorem se lo pensaron mucho. Escudándose en que ellos eran Union Savers, se lanzaron de nuevo contra SkullBaluchimon, advirtiéndole de que soltasen a Mirtha. No pasó mucho tiempo hasta que el gigantesco y esquelético ser digital nos miró a todos mientras yo me sujetaba a la cadera de Max y Kate hacía lo propio con la mía. Shurimon nos seguía volando desde atrás.

Ahora, danos un motivo para que no acabes siendo el postre, humano.- Aquél ser acababa de derrotar de un sólo golpe al Digimon con armadura de lobo que batallaba contra el guerrero samurai momentos antes y ahora... ¡Nos amenazaba directamente a nosotros! No sé si habrá sido muy buena idea provocar a este bicho... Pero bueno, aún no he visto a Max perder, así que, quizás podamos hacer algo... Aunque debo dejar de depender de él. Cierto es que ha sido muy amable protegiéndome y ayudándome, como si yo fuese su alumna. Y estoy contenta por ello. No me veo empezando sola como Tamer de Kate, la verdad. Me gusta partir de una base que ya conozco antes de dedicarme a un proyecto... Si es que a esto se le puede llamar proyecto, claro está. Entonces, se me ocurrió intentar hablar con él, razonar con esta bestia. Quiero decir, sabe hablar, por lo que demuestra un indicio de inteligencia, sea del grado que sea.

"¿Daros?" Entonces, ¿sois más de un ser los que formáis a SkullBaluchimon? Dime, quiero saber más de tu mundo. ¿Por qué te has tragado a Mirtha y te has merendado a ese Lobomon? Entiendo que se trataban de tus enemigos, pero ¿por qué no derrotarlos sin más en vez de hacerlos sufrir más de la cuenta? Si les derrotas, pueden hacerse más fuerte y, si vuelves a vencerles, tú también te harás más fuerte, en tu medida... Aunque no niego que fuerza en estos momentos no te falta, precisamente. De hecho, eres el primer Digimon que veo tan aterrador. Simplemente, rezumas poderío por todos los poros de tu pie... Errr, tus huesos.- dije alabando a ese enorme ser, intentando ganarme su confianza, aunque fuese un poco. No es que fuese una especialista psicóloga, pero, ¿quién sabe? A lo mejor daba resultado... Había que intentarlo, antes de pelear contra esa mastodóntica bestia huesuda que, seguramente, sea capaz de vencernos sin pestañear ni un sólo instante.

¿Qué pretendes hacer, Yoko?- me preguntó en un susurro Kate, mientras no apartaba la mirada del esquelético monstruo digital, por si se le ocurría atacar.

Por lo pronto, intentaré que no nos ataque prematuramente... A ver si lo conseguimos...- le devolví el susurro a mi felina amiga mientras mostraba una cara amistosa con el llamado SkullBaluchimon. Aunque si que es cierto que intentaba que no se repitiese el mismo destino con nosotros que con Lobomon o con Mirtha, también tenía cierta curiosidad por aquél Digimon. Sí, era aterrador... Pero la curiosidad me mataba, necesitaba saber más. El mundo de los Digimons, me fascinaba y aterraba a partes iguales.

por Mirtha Blacksmith Miér Nov 09, 2016 11:46 am

Mirtha cerró los ojos fuertemente intentando no ver la siguiente visión mientras buscaba en su mente a Lunamon, sin embargo esta parecía haber enmudecido de pronto. Mirtha sintió mucho frío a su alrededor, intentó buscar en su mente el resto de presencias dependientes de su digivice pero Fluffy parecía también enmudecido, no sabía si era porque ahora no sentía rabia más bien miedo y eso no iba a despertar al espíritu canino con forma de gabumon, o quizá le hubiera pasado lo mismo que a lunamon, que había enmudecido de repente, y claro si no sentía a lunamon mucho menos iba a sentir a kazemon la cual era su evolucion, sólo había una única presencia que aun quería contactar con ella: Taomon. Sin embargo en el momento en que iba a contactar con ella, Mirtha abrió los ojos y una horrible visión le hizo olvidarse de eso muy a pesar de la digimon sacerdotisa.

Mirtha había ignorado la visión de su yo pequeña sin embargo, la aparición de un Blackgatomon saliendo de un digivice negro le sorprendió, pues le pareció el digimon de aquella odiosa joven a la que consideraba su rival, sin embargo algo no cuadraba pues era negro como el azabache y no tenía anillo en su cola, quizá fuera como una subversión de Gatomon, además salía de un digivice negro... no recordaba que fuera de ese color el digivice de aquella joven... espera... una sombra portaba el digivice, ¿su yo infantil? no! era mucho más alto, era un chico, un chico vestido como un rockero, un chico... con los mismos ojos púrpuras que ella! sin embargo no dijo nada solo la contemplaba en silencio, ahí el único que empezó a hablar fue la gatomon negra.

-Así que tú eres la famosa Mirtha, eh?-empezó a decir la blackgatomon. -Me alegro conocerte pues nosotros acabaremos contigo! Muahahahah!!-tras decir eso el chico le siguió en la risa hasta que ambas risas se unieron en una sola risa macabra como sonido ambiente mientras la blackgatomon atacaba sin cesar a Mirtha.

Ya basta!Ya basta!YA BASTA!-empezó una voz a sonar en el interior de Mirtha hasta llegar a hacerse tan audible que hasta Mirtha gritó esas palabras sorprendida de que lo hubiera dicho, como en un sueño cuando gritas en el mismo y a continuación despiertas sin saber si has gritado de verdad o solo en sueños. Las visiones desaparecieron de pronto hasta convertirlo todo en fría negrura.

"Taomon..." "Por qué...?"-preguntó Mirtha en su mente pues estaba sorprendida de que a su spirit bestia no le afectara todo esto.

-"Soy un ser que vive y se esconde en la oscuridad, para mí esta trampa no es mas que mi mundo de diario, por eso no me afecta. Son poderes psíquicos muy potentes pero mi magia es más avanzada por eso no me afectan e intento ayudarte para que no te afecten a ti también. Materialízame y conseguiré sacarte de aquí, te lo prometo Mirtha"-rogó Taomon.

-"Pero si dices que eres tan fuerte y tan insensible a este poder... ¿por qué no has salido antes y me has evitado pasar por todo esto??"-protestó Mirtha enfadada con su spirit.

-"Oye! Mi poder no es tan fuerte como cuando era digimon, vale? y da gracias que puedo ayudarte ahora no? niñata desagradecida..."-masculló Taomon la última frase entre dientes.

-En fin... está bien... ESPÍRITU DIGITAL ANIMAL!! DIGIEVOLUCIÓN!!-Mirtha cogió su digivice y digicode en su mano izquierda para después envolverse en digicode y dar paso a Taomon.

-TAOMON!!-dijo nada más salir de la burbuja de digicode.

-Bueno... ahora produzcamosle algo de ardor de estómago a este bicho...KOFUSATSU!! - Taomon lanzó sus sellos por todas partes del lugar los cuales fueron explotando en varios tiempos. IPPITSU!!-realizó varias pinceladas en el aire que salían disparadas como ondas de energía por todas partes.

-Y ahora el toque final, a ver si con esto nos vomita de una vez o se muere! BONHITSUSEN!!!- Taomon saltó en lo que consideró el centro de la criatura y allí dibujó un sello en el aire del cual salió una poderosa luz blanca que volvió toda la negrura en blancura.

"La luz de luna, mi elemento y mi energía más poderosa..."-dijo Mirtha en la mente de Taomon maravillada por ver toda la negrura transformada en luz, esa luz que le parecía tan cándida, tan reconfortante... : la luz de luna.

por Akira Kurusu Dom Nov 27, 2016 8:24 pm

No le quites el ojo a SkullBaluchimon... No sabemos cómo va a responder... Y mira el pedazo mastodonte huesudo que está hecho...- sugirió Maxwell mientras se acercaba a una de las orejas que poseía Xorem, su compañero digital.

Sí, lo sé...][/b]- fue lo único que dijo Devidramon, algo que era raro... Desde que su cuerpo había cambiado de ser un Soulmon a un Devidramon, fruto de un experimento de Summoner... Xorem se había asalvajado o, al menos, se había vuelto más movido, más nervioso y más rebelde. Seguramente el cambio drástico de un cuerpo a otro por un extraño método... Había causado daños en su comportamiento... Aunque también es cierto que, desde el principio, en su forma de Tsukaimon era bastante más travieso que en su forma de Soulmon. ¿Cada digievolución tenía su propia personalidad acaso? Eran preguntas que le rondaban la cabeza desde entonces.

¿Ya conseguirás convencer a SkullBaluchimon para que suelte a Mirtha sin pelear? - el chico confiaba en Yoko, pero no en el Digimon que se presentaba ante ellos... Por eso no le quitaba ojo, por si trataba de hacer algo.

Yo no sé cómo me he visto envuelto en este embrollo... Pero no tengo ningún sitio al que ir. Yo solamente buscaba la forma de largarme de aquí. Todo esto es demasiado raro...- Shurimon o, mejor dicho, Nagisa, seguía manteniéndose en el aire girando sus shurikens en el aire.

Yo tengo una ligera sospecha sobre dónde estamos... Puede que se trate del Mundo Digital... O un resquicio del mismo. Que existan Digimons en esta zona lo corrobora. Pero nunca he oído hablar de este pueblo...- mencionó el peliverde mientras se golpeaba con suavidad su mentón con el dedo índice de su mano derecha- De todas formas, quedate con nosotros. También estamos buscando la salida.[/b]

Supongo que no tengo otra opción... además, ese tipo puede aparecer en cualquier momento...- mencionó el ninja volador y, antes de que pudiesen preguntarle por dicho "tipo misterioso", una luz comenzó a iluminar brevemente a SkullBaluchimon.

Oye oye oye, ¿y eso qué eeees?- preguntó Xorem mientras abría totalmente sus cuatro ojos al ver esa tenue luz blanquecina que parecía salir desde el interior de SkullBaluchimon hacia fuera.

¿Lo estará causando Mirtha?- preguntó de manera retórica el peliverde mientras contemplaba dicho fulgor débil. Podría ser que estuviese luchando desde el interior de esa mala bestia y, por ello, siguiera viva. Era una posibilidad, desde luego. Esperarían a ver qué hacis SkullBaluchimon y, luego, actuarían.

por Roku Ginshô Mar Nov 29, 2016 9:12 am

"Humana, los de tu especie soléis tener una máquina que nos identifica. Gastar palabras en una obvie dad que está en tu mano es un sinsentido"dejando que Yoko hablara, se ensimismó en sus pensamientos "¿Que hicimos qué? Ni siquiera conocemos a ese Mirthamon. Mas si es como dices, solo son Betas cayendo ante un Alpha. Así funciona nuestro mundo" tras esto, acercó su morro al grupo para olisquearlo, o más bien hacer el gesto "Ya sabemos todo eso, niña, y entonces, ¿por qué preguntas? Sois un grupo peculiar..."

Dentro de la bestia se originaban varios escenarios, cada uno con su tragedia personal. Roku había sido sepultado, incinerado, ensartado, desollado, y otros variados y dolorosos participios. Pero siempre volvía al mismo punto, independientemente del daño recibido. Sí, era traumático, y sentía como la vida se le escapaba en cada ocasión, y sin embargo, el saber que regresaría hacía la tortura más... Amena. Su forma de verlo era la siguiente: en caso de que alguna de aquellas muertes fuera definitiva, no podría hacer nada, así que poco a poco fue abandonando el pánico y procurando ver qué significaba aquello.

Si fuera una habilidad ilusoria, ¿por qué no acabar el espectáculo en una muerte, sin más, haciéndole creer que ya se había acabado todo? Se le escapaban detalles, y debía aprovechar los instantes entre muerte y muerte para percatarse de lo ocurrido. Los seres se le acercaban, y en el momento en que mantenían contacto, experimentaba una defunción distinta. Luego, el responsable se iba, y otros tantos pugnaban por provocar el mismo efecto.

-¿Son vuestros miedos? ¿Las formas en que moristeis?

La pregunta hizo que todos callaran, abandonando el jaleo de querer atormentarle. Instantes después, varios se abalanzaban, superponiendo miedos, fallecimientos, preocupaciones. No era solo una “muerte” momentánea, podía notar el pánico de cada ánima, una vida acumulada de miedos, y estas, en conjunto, constituían una rapsodia de dolor, ya no solo físico, sino moral, ético, mental.

El segundo acto lo tenemos con el ya olvidado Lobomon, blandiendo sus hojas en un vano intento de escapar. Ningún miedo le asaltaba, pensando cualquier espectador que era un bravo guerrero o alguien con suerte, pero ninguna de aquellas respuestas era correcta.

-¡Que bonito! ¡Un Snoppie que se cree espadachín! ¿Dónde te has dejado a los Mosqueperros, Dartacán?

Los ojos del lobo se dirigieron a la fuente de este insulto, una silueta blanca cuyo único rasgo distintivo era una gran sonrisa. Quiso seccionarlo con sus hojas, pero al momento del impacto estas simplemente desaparecieron.

-Es un mundo curioso, ¿eh? “Enfrentarse a los peores miedos”, simplemente terrorífico -reía- ¡Tranquilo, tú has tenido suerte! La psique es algo fascinante, todas tienen un límite y...
-¡¡Cállate y muere!! -por más que atacaba, la luminiscencia simplemente era engullida por la oscuridad reinante- ¿Pero qué...?
-”El miedo”, simplemente es eso.
-¡¡Yo no te tengo miedo!! -puñetazos y patadas intentaban herir a la figura, que se limitaba a sonreír- ¿Qué demonios eres?
-No tenerme miedo es signo de debilidad. El miedo es evolutivo, una respuesta de tu cuerpo para avisarte de una amenaza. Hay quien se rinde, entrando en indefensión, y quien se prepara. A eso se le llama “crecer”. Como decía antes de que demostraras ser taaaan maleducado, recalcar que en este mundo no solo puedes encontrarte con “tus” miedos. Hay cosas más universales, registros, paranoias, terrores... Cientos de años de puro pánico, encerrados aquí, a mí alcance. Y todo esto dispuesto, solo para demostrarte qué es el miedo. ¿Vas a soltar a la chica? Por favor, di “no”.

Antes de poder hablar, el espacio se llenó de instrumentos de tortura, de todas las clases y épocas. Riendo, la entidad empezó a andar, acercándose al digimon, que exigía distancia. El mandato pasó a ruego, y este a súplica. Ya estaba enfrente de él, y con un chasquido, Lobomon se fue. Volvía a ser un Strabimon, débil, indefenso, solo... Había perdido a su tamer. Y había ganado el premio gordo, como aseguraba lo que fuera aquello. El ser cogió una cuchara oxidada, y se fue acercando.

-¿No es maravilloso que los digimons hagáis de todo? Amplificar la recepción del dolor, quedar atrapado en un cuerpo inútil. Y yo solo con mi cucharita. Pero es el momento de que disfrutemos los dos. A ver ese párpado...

Gritó, lloró y pataleó. La tortura había empezado, y daba igual lo terrible que fuera, siempre volvían al mismo principio. Una y otra vez. Cientos, miles de veces. Nunca se detenía ese ciclo de violencia. Y más que el dolor, más que la humillación, dolía la soledad. Su tamer no estaba.

-Emily...

Decía, sin respuesta, por supuesto. Ya la tercera “presa” luchaba por salir, y tanto por las palabras empleadas, como por la intentiva de escapar, el digimon esqueleto no pudo evitar reír. Las corrientes de aire frío que manaban de la oscuridad silbaban por sus huesos, como si exhalara de golpe ante una carcajada desenfrenada. La ausencia de pulmones provocaba esta peculiar muestra de jolgorio. Los espectadores del espectáculo pensarían en una locura transitoria, o en un arrebato de felicidad. Ciertamente, daba igual lo que pensaran.

SkullBaluchimon no tenía órganos, ni tan siquiera nervios. La idea de atacar su “estómago” y de hacerle “vomitar” le resultaba divertida. Literalmente estaba diseñado para resistir cualquier golpe, e incluso el daño letal no provocaría reacción en él. Moriría por la herida de un golpe de semejante magnitud, sí, pero él (más bien ellos) no sentirían nada. Y este ataque no era tan poderoso.

En segundo lugar, le costó entender la idea de “centro”, pues la dimensión que albergabano tenía un epicentro exacto. Más bien, a no ser que el miedo de alguien fuera precisamente estar en medio de algo, dificilmente sería colocado en dicha zona. ¿Pudiendo despertar cualquier miedo, iba a dejar a alguien justo ante su punto débil? De hecho, y por las condiciones de su ser, tenía varios diginúcleos, sí, pero en caso de que estos fueran a ser atacados simplemente cambiarían de lugar.

La verdadera causa de su risa, no obstante, no nacía particularmente de estos detalles, sino del hecho de que desafiaran su fuerza estando en el punto más vulnerable. Aquella dimensión era la fuente de todo el hielo y aire pútrido que SkullBaluchimon generaba. Si alguien se liberaba del temor que anidaba en su alma, aún podía salir perjudicado por estas dos amenazas. Se decantó por el veneno.

Emanando aquel polvo de sus costillas, este penetraba en la dimensión, procurando rodear al digimon demonio. Una suave neblina, una cantidad mínima, pues solo quería una víctima. Granuló la toxina para no hacerla tan evidente como cuando deseaba erradicar la vida de una zona. Usó la habilidad a modo de “seguro”. ¿Soltarla sin ninguna garantía de que detendría las hostilidades? No era letal, solo lo suficiente para que se estuviera quieta.

Tras esto, crujió sus huesos una vez supo de la infección de aquella “Mirtha”. Y tras esto, la soltó junto a un demacrado Lobomon. No tenía más heridas que con las que entró, peroalgo en él estaba “roto”.

-Emily...-decía, una y otra vez.

Off-rol: Lo de usar el veneno es solo para evitar que tras salir, Taomon y SkullBaluchimon se tiren otros tantos turnos pegándose mientras los demás miran:

- Toxic Dust: Libera una onda de humo toxico desde sus huesos hasta cubrir un radio de 30 metros a su alrededor, donde todo digimon que no sea Muerto Viviente sera afectado por la toxina del humo, perdiendo energia lentamente hasta que regrese a Nivel Rookie o se utilice una habilidad curativa en el afectado. El humo toxico dura 2 post.

Como siempre, a los usuarios de digispirit en vez de “rookie” los deja en “humanos”.

por Yoko Littner Vie Dic 02, 2016 3:19 pm

El enorme mastodonte digital se hallaba ante mi, hablabdo con una profunda y grave voz que conseguía ponerme los cabellos de mi cuerpo como escarpias... Todos y cada uno de ellos.

Sin embargo, parecía que la causa que llevaba al enorme esqueleto a atacar a sus enemigos se debía a una demostración de fuerza, saber quien era el más fuerte... Alfas y Betas... ¿Tenía algo que ver con las manadas de lobos y esas cosas? Al menos el jefe de una manada se le denominaba Alfa... Y Sangloupmon y Lobomon tenían un aspecto lupino claramente notorio... Por no hablar de SkullBaluchimon, quien parecía el esqueleto de una bestia pero a lo grande, a lo bestia... Valga la redundancia. Por último, nos llamó "un grupo peculiar"... No sabía si tratar eso como algo bueno o algo malo, la verdad..

Entonces, pude escuchar la conversación entre Max y Shurimon. Charlaban sobre salir de allí, a lo que yo suspiré.

Oye si tenéis tiempo para hablar... ¿por qué no lo dedicais a comprobar si hay alguien herido o atrapado? Xorem, tu también ayuda, dejemos a SkullBaluchimon hacer lo que quiera... No parece que sea una bestia sin control que destruye todo a su paso...- mencioné ruborizándome al encontrar la mirada de Max, mientras señalaba las casetas semiderruidas, volviendo un vistazo hacia el gran ser digital- Déjanos rescatar a los heridos... ¿Sí? Probablemente sean inocentes, no han hecho nada malo- cuando me disponía a bajarme de Devidramon, vi un pequeño fogonazo, seguido de una risa abundante, proveniente de SkullBaluchimon... ¿Se había vuelto loco? No, probablemente, Mirtha estaba luchando por salir... Aunque el monstruo parecía no sufrir daños.

De hecho, exhaló una niebla que no parecía ser precisamente beneficiosa, por lo que le dije a Xorem que lo esquivase, dándole unos golpes con la mano.

¡Xorem! ¡Esquivaloooo!- le gritó Kate mientras veía que la niebla se nos acercaba. Pudimos apreciar también cómo SkullBaluchimon escupía a Mirtha y al Lobomon hacia fuera de su cuerpo. Sin embargo, parecían distintos... ¿Qué demonios hacía esa neblina?

por Akira Kurusu Mar Ene 17, 2017 12:59 pm

Max y Xorem recibieron una buena bronca de parte de Kate, a lo que el muchaho de cabello verdoso contestó mientras se cruzaba de brazos y se encogía de hombros..

No parece que haya mucha gente a quien ayudar...- dijo Xorem señalando a las casas semiderruidas y a las que aún seguían en pie.

Cierto. Los que no han muerto aplastados por SkuklBaluchimon, ya han huido.- suspiró el Digimon gárgola, después de que su Tamer le hiciese un golpecito en el cuello para que descendiera.

Pero bueno, no nos va a costar un gran trabajo mirar. Nagisa ayúdanos tu también.- el muchacho miró a Shurimon mientras éste asentía.

Tampoco es como si pudiese escapar de aquí...- Shurimon giró sus estrellas ninja comenzando a mirar en las casas, sin encontrar ningún superviviente. Max se bajó de un salto, cuando se encontró en una distancia segura y también comenzó a buscar supervivientes. Sin embargo, cuando Yoko estuvo a punto de bajar del lomo de Xorem, una espesa niebla comenzó a avanzar hacia todas direcciones. Nagisa, abandonando la búsqueda, volvió a volar, alejándose de la zona, siguiendo a Xorem que, recogiendo a Max y sujetando a Kate y a Yoko, voló lo más rápidamente posible que pudo.

¿¡Qué demonios es esa cosa!?- Xorem gritaba sin girar ninguno de sus cuatro ojos hacia la niebla y volando lo más lejos que pudo.

Parece una especie de... ¿Niebla?- preguntó el ninja volador mientras seguía la estela de la negruzca y oscura gárgola.

Eso es lo que parece... ¡Pero no te detengas! No creo que sea buena idea que respiremos ese humo.- dijo el muchacho, nervioso, esperando perder de vista a aquella masa de gas que seguía avanzando.

por Roku Ginshô Mar Ene 17, 2017 6:03 pm

Off: ¿Saben que la niebla tóxica indiqué que no la usaba al máximo de su nivel, cierto? Son una panda de exagerados. En sí fue una nube para infectar a los que estaban en mi interior.

-Solo hemos destrozado una casa -el esqueleto gigante se movía, lentamente-. Y no dimos el primer golpe, solo el último -con un pisotón, se libró de la niebla del lugar, que se confundía con la que él, o ellos, podían liberar-. La cacería acabó, no es necesario que huyáis con el rabo entre las piernas. Podemos soltar a las presas, menos a uno. Él es nuestro.

En el suelo, yacían una humana de vestimenta peculiar y el digimon malherido de antes. Este último se convulsionaba, jadeando, pues la toxina aún recorría su ser. Entre esputos y toses, finalmente emitió un alarido, y quedó revertido a un estado completamente diferente, pues a ojos de los presentes volvió a ser la niña que perseguían las criaturas en un principio. Dormida, inconsciente, sostenía una pelota de carne con ojos cerrados. ¿Un digimon?

Con estas tres presencias, ¿a quién se referiría con “el tercero”? No podrían saberlo, pero en las entrañas de aquel monstruo seguía habiendo un cautivo: Roku, el “dueño” del spirit. Claro que el dominio es muy relativo, ya que ciertamente el cuerpo ahora dependía de una voluntad ajena a la humana. Generalmente, la fuerza de voluntad del humano reprimía cualquier atisbo de los monstruos que le poseían. Entonces, ¿qué fallaba esta vez? ¿Fue la amenaza del oponente? No, eso no supuso molestia alguna. ¿Entonces? ¿Era el lugar?

-Una vez cumplido nuestra parte, suponemos que ya no habrá problema -gruñendo, la bestia notaba que algo iba mal, pues en el pasado Roku los había recluido en el digivice e incluso robado su poder, extrayendo fuerza pura sin que desearan proporcionarla-. Sin embargo, no nos iremos. Pero en esta forma llamamos demasiado la atención... Y por ello es hora de que aparezca el Rey.

Con un sonido similar a una jauría de bestias salvajes, de la oscuridad salían criaturas que recorrían los huesos del digimon, que iba recubriéndose de venas, órganos e incluso piel. Sus colmillos se alargaban, y sus cuencas vacías pasaban a tener glóbulos oculares funcionales. Acabado el espectáculo luminoso, en una forma más menuda, un nuevo digimon se movía entre ellos: DinoTigermon.

-¿Y quienes son? -rugía a los tamers con una única y poderosa voz- ¿Y qué es este lugar? Pueden dejar de tener miedo, no atacaré a menos que actúen como esos.

Con su cabeza, apuntaba al equipo yacente.

Mientras, en el interior del mundo de pesadilla, Roku seguia viviendo aquel infierno. Una sucesión constante de muertes, cada vez que una de aquellas criaturas le tocaba. ¿Cuántas veces iban ya? No era un detalle de interés, pero tras tanto dolor, y tan constante, mermaba las fuerzas de cualquiera. En un estado de vigilia, lo último que pudo notar, es que le arrastraban a algún lugar.

Pero, ¿a dónde?

por Yoko Littner Dom Ene 22, 2017 9:10 pm

Huimos rápidamente de la zona. Realmente la humareda tóxica, a pesar de lo que creímos en un principio, no avanzó mucho más, por lo que decidimos volver. En el suelo se encontraban Mirtha y el Digimon espadachín. La primera estaba completamente inconsciente mientras que el segundo parecía retorcerse de dolor. Sin embargo, cuando terminó por "morir", una niña ocupó su lugar. La cría sostenía una masa de carne y pelos en su mano. Ambas se encontraban totalmente inconscientes. Me recordaba al estado de Nyaromon de mi compañera Kate. Las tres figuras, Mirtha y las dos desconocidas estaban profundamente dormidas en un sueño. Me bajé en cuanto pude de Xorem y corrí hacia donde se encontraban, olvidándome por completo de SkullBaluchimon e intenté despertar a las "víctimas". Seguían vivas, estaban solamente dormidas. Kate estaba junto a mi, ayudándome.

¿Qué les ha pasado?- pregunté suspirando al asegurarme de que estaban vivas.

Parece ser que algo dentro de SkullBaluchimon les ha hecho retroceder hasta su forma más básica... ¿Quizás la humareda que vimos antes?- apuntó la felina mientras raspaba su cara con una de sus garras con suavidad, pensando.

Sin embargo, un estruendo escalofriante nos llamó. Del interior del enorme Digimon esquelético, una bruma de criaturas oscurss comenzaron a rodear el cuerpo de SkullBaluchimon, dotánde de órganos, piel y cabello entre otras cosas. En ese preciso instante tenía la apariencia de un Tigre Dientes de Sable. Conocía a ese tipo de bestias antiguas por una película de mi niñez. Por entonces, si me dijeran que algún día vería a uno de verdad... Probablemente les tacharía de locos. El enorme Smilodon se acercó a nosotras y nos preguntó nuestros nombres, avisando que no nos iban a atacar si no era atacado... Eso resultaba un alivio, si decía la verdad.

Me llamo Yoko Littner, soy la Tamer de Kate Littner, mi compañera Gatomon... Hemos acabado en esta zona tras atravesar un misterioso portal... Y no sabemos salir de aquí...- rasqué mi cabeza de color escarlata mientras admiraba a ese gran y majestuoso ser.

Nos encontramos en la misma situación que tú... No sabemos dónde nos encontramos...- mencionó Kate, sentándose en el suelo, descansando mientras miraba hacia el cielo, totalmente relajada... Me uní a ella en su excrutamiento del aire... Y nos fijamos en que no veíamos nada. Ni la luna, ni el sol, ni animales o digimons volando... Nada. Nada salvo una extensa y espesa neblina. Esto era realmente raro... ¿Dónde estabamos exactamente? Entonces, me acordé de algo.

Silent Hill...- ese era el nombre de la maquina recreativa que nos había absorbido en la que nos habíamos perdido. No podíamos salir de allí ya que el ordenador portátil acabó hecho polvo, así que debíamos salir de allí. Mi cara de preocupación era evidente y, en cuanto Kate me miró extrañada, yo le respondí con miedo- Silent Hill es el nombre de un videojuego y un pueblo dentro de ese mismo videojuego. Es un pueblo fantasma en el que inumerables criaturas sedientas de sangre te atacan y tienes que salir de dicho pueblo como puedas... Esta niebla que vemos... Me recuerda a la que hay en ese videojuego. Y si realmente esto es Silent Hill... Tenemos un problema serio...- mencioné mirando también al Digimon que nos miraba y que era la transformación del enorme esqueleto que vimos anteriormente machacar a sus enemigos brutalmente... Aunque no habían muerto, pues los teníamos delante.

por Akira Kurusu Dom Feb 05, 2017 9:08 pm

La niebla tóxica que emitió SkullBaluchimon no pareció ser para tanto. De hecho, sólamente alcanzó unos metros un poco más allá de donde se encontraba el esquelético ser.

Nada más volver al lugar en el que se encontraban anteriormente, Yoko y Kate se bajaron en cuanto vieron seguro hacerlo y corrieron hacia unas figuras. Se trataban de dos personas y un digihuevo. Una de esas personas era, por razones más que obvias, Mirtha.

En cuanto Max, Xorem y Nagisa volvieron y comenzaron a ayudar tanto a Yoko como a Kate, una marea de extrañas formas oscuras rodearon a SkullBaluchimon quien, instantes después, se convirtió en un enorme Smilodon. Max reconoció al instante al Digimon.

Eres DinoTigermon ahora ¿verdad? Mi hermano tiene una carta que potencia a su compañero en la que aparece un Digimon de tu misma especie... Pareces tan terrorífico y feroz como da a entender la carta... Aunque gracias por dejarnos vivir, no te atacaremos, descuida. Estaríamos locos si lo hiciesemos...- Max se apuntó con sus propios dedos en la cabeza, haciendo como si disparase munición y reventándose la cabeza, símbolo de que esa acción sería un suicidio.

Yo me llamo Nagisa Shiota y... Bueno, estoy atrapado en este cuerpo de Digimon.. No tengo ni idea de cómo he acabado así-- suspiró mientras se encogía de hombros el Digimon ninja.

Yo soy Xorem Miyamoto y mi compañero, Tamer y brother se llama Maxwell Miyamoto. ¿No leiste los periódicos que informaban sobre el coliseo y el complot de Summoner? ¿Un sujeto que controlaba las mentes de los líderes del Coliseo? ¡Nosotros somos dos de los héroes!- dijo Xorem, el Devidramon, abriendo la boca más de la cuenta... Aún no podía controlar sus instintos en esa forma, con lo que Maxwell miró hacia un lado, en parte apenado, en parte medio perdido en el infinito.

Cállate- tajantemente, el peliverde cortó a su compañero por hablar de algo que no incumbía a los allí presentes, mientras cruzaba sus brazos. El Digimon gárgola se disculpó varias veces, que acabaron con un suspiro de Max, que le sirvió para aceptar las disculpas de su amigo. Momentos después, Yoko habló sobre el lugar donde estaban. La máquina que los había llevado hasta allí se llamaba Silent Hill... Y todo parecía dar a entender que ese pueblo era el mismo pueblo maldito de los videojuegos- Si realmente este pueblo es Silent Hill, debemos poner a esas dos a salvo. Y debemos asegurarnos de que REALMENTE no corran ningún peligro. El pueblo fantasma puede ser muy traicionero...- dijo el chico desanimado, intentando recordar todo lo que pudiese del juego, pues lo había jugado hace muchísimo tiempo y no recordaba todos los detalles.

por Roku Ginshô Dom Feb 19, 2017 7:15 pm

-Debes dejarle el control del cuerpo a Roku, y lo sabes, ¡¡solo eres una bestia salvaje!! -regañaba Bakemono al DinoTigermon- Aunque sepas cazar y sobrevivir, se te escapa el pensamiento abstracto, la planificación. Veamos, qué plan tienes -el fantasma intentaba ver si de verdad había alguno.
-Rastrear al líder de la zona. Vencer al líder de la zona. Reclamar la zona. Ya está.
-...Por favor, trae a Roku, va. Eso es un suicidio, y lo sabes -le imploraba que recapacitara en la situación-, no podemos movernos así. Mira en cinco minutos la que has liado... Esto solo nos va a ocasionar problemas. No podemos pelearnos contra todo el mundo de aquí...
-Entiendo, pero no dejaré que nos gobierne un humano. Deberá demostrarnos valía, y por más que lo defiendas, POR NOSOTROS no ha hecho nada -dejando la conversación interior con el Dracumon, se dirigió a los humanos- Nombres largos y complicados. Verde, Negro, Roja, Blanca y... Hoja. Sí, así os llamaré. Pueden llamarme Alpha, no. DEBEN llamarme Alpha. Y no tengo idea de qué es un videojuego, así que vuelvo a mi plan original.
-Espera, ¡¡espera!! -le gritaba Bakemono- ¡No seas imbécil! Si ni sabes dónde estás debes buscar información, y tras los destrozos, NADIE va a querer decirte nada -el Alpha recapacitaba ante esta idea-, quieras o no, tienes inconsciente a esa chica. Parece que ha estado aquí un tiempo, puede servirnos de fuente de información, y no te cuesta nada portarla, ¿no?

Gruñendo, el digimon bestia mordió la ropa de la yacente, y con una sacudida la dejó sobre su lomo. Acomodándola, trotó un poco para asegurarse de que no caería, y una vez asegurado de esto, comenzó a orinar en la zona. Bakemono se tapaba la cara avergonzado, pero en sí, el DinoTigermon estaba tomando una medida inteligente. Marcaba territorio, avisaba de su poder, y alejaba a la morralla que, aliada al Lobomon, merodeaban el lugar. Era una bestia, pero en este caso, eso no suponía una desventaja.

-¿Ya? Bien, tras vaciar la vejiga... ¿Y Roku?
-Que se gane mi respeto. Hasta entonces, no será nada, ¡¡vamos!!

por Yoko Littner Jue Mayo 04, 2017 12:24 pm

¿Coliseo? ¿De qué hablas, Xorem?- pregunté, interesada. Probablemente fuese alguna de las aventuras que habían tenido los compañeros en el Mundo Digital, antes de conocernos... Sin embargo, Maxwell cortó tajantemente a su compañero, como si no quisiera hablar de ello... Como si no quisiera recordarlo- siento haber preguntado...- suspiré, intentando cambiar de tema... Siendo interrumpida nuevamente por Max. Mencionaba que había que salvar a las dos chicas que habían quedado inconscientes después de haber sucedido el combate que presenciamos previamente. Sin embargo, el enorme dientes de sable intervino. Mencionó que nuestros nombres eran muy largos y nos llamó dándonos nombres relacionados con colores, excepto a Nagisa, a quien llamó Hoja. Alegó o, mejor dicho, ordenó que a él le llámasemos Alpha. Sinceramente, no iba a ser yo quien le llevase la contraria...

Pero bueno... Será posible... Encima que le facilitamos nuestros nombres- mencionó Kate mientras chasqueaba su lengua, molesta por las órdenes del DinoTigermon. Era una Digimon a la que, exceptuandome a mi, no le gustaba recibir órdenes. Es decir, era alguien bastante independiente.

Todos nos quedamos bastante asombrados cuando, después de cargar a la muchacha a la que no conocíamos, el Digimon orinó sobre la zona. Ante esta situación, Kate y yo nos miramos extrañadas, para luego mirar a los allí presentes, incluido Nagisa. ¿Qué demonios estaba haciendo?

por Contenido patrocinado