Buscando comida (libre)

Llevaba vagando en este mundo un tiempo vea tu a saber como demonio ahora estoy en una playa sus aguas turquesas y cristalinas contrastan maravillosamente con la arena blanca, las palmeras altas dando buena sombra, la brisa del mar era deliciosa para la piel. Una gran mejora del pantano en él cual llegue salvo por un insignificante detalle...¡No encuentro nada para comer y me muero de hambre!


Me encuentro sentado bajo la sombra de una frondosa palmera, aun no entiendo como llegue a esta hila y tampoco me quejo, salvo por que morir de inanición, mire por sexta vez él mar, podría cazar peces pero de poco sirve si no tengo idea si ahí peces normales, no Estaña interesado en morir en manos de algún digimon acuático al cazarlo creyendo que era un arenque. Cerré los ojos mi opción actual es aguantar y dormir un poco esperando que baje él sol un poco para explorar mejor él lugar. Cerré Mis ojos y entre en él mundo de los sueños, así conservare energías que pronto necesitare. El viento y él sol luchaban para ver quien me ayudaba y quien me atormenta, buena parodia del cuento del sol y él viento, ojala él viento gane, con aquella idea graciosa y recuerdo de la fabula por fin concilie él sueño.

Él sol de medio día cae por la isla y la marea estaba tranquila en un suave vaivén, casi en una visión paradisíaca y en ella un hombre de pie blanda y cabezo tan azul como él mar domina tranquilo.

Vali seguía investigando lo ancho del Mundo Digital. Volaba, transformado en Lucemon, su Rookie Spirit. No sólo consumía menos energía que Angemon o Lucemon Modo Caído, sino que además le permitía pasar desapercibido en el mundo en el que vivían las criaturas digitales. Quisiera o no, un humano llamaba muchísimo más la atención en aquél lugar. Realmente era un lugar en el que le gustaba estar. Las peleas eran divertidas y siempre podría medir su poder frente a otros seres. Por esas cosas, en el Mundo Humano le hubiesen metido entre rejas. Aunque, ahora que lo pensaba, actualmente era muchísimo más poderoso que el humano medio. Sin embargo, no podría cambiar el mundo siempre que hubiese gente más fuerte que él, como el Caballero Real, miembro del escuadrón de las rosas o como se llamase.

¿Realmente quieres convertir a tu Mundo en alguien bajo el que estar subyugado? Ya lo intentaron otros y fracasaron estrepitosamente. Y lo único por lo que los reconocen a día de hoy es por ser unos asesinos y genocidas- le reprendió Dynasmon, hablando con él a través de la mente que ambos compartían desde el primer instante en el que Vali recogió el Digivice.

Mi principal motivo es por simple y llana justicia. En mi mundo no hay justicia. Si eres alguien que se sale de los estándares del ganado, te repudían, te tratan como a escoria -- se excusó Vali, conteniendo su rabia, mientras le daba explicaciones a su compañero y maestro, cuyo espíritu residía en el Digivice que poseía- Además, yo no voy a matar a nadie que no se lo merezca- soltó tajantemente el muchacho, cuya túnica ondeaba al viento mientras llegaba, volando, a una playa- además, dijiste que te daba igual cómo usase tus poderes siempre que nos enfrentásemos a Ddraig ¿no? No te metas en mi vida privada- dijo, descendiendo, mientras observaba el cristalino mar que arremetía con firmeza contra la costa, llevándose los sedimentos que había en ella y dejando otros.

Sí, puedes hacer lo que quieras. Pero es mi tarea cuidar tu salud mental también- contestó Albion mientras suspiraba y se mantenía unos segundos en silencio, como si quisiera pensar en una respuesta adecuada- Además, estamos conectados, sé todo sobre tu vida. Tu vida no es privada para mí. Y no es algo que quiera, pero ocurre automáticamente- Albion parecía estar disculpándose... Pese a ser demasiado orgulloso para ello a lo que Vali, observando de cerca y dejando humedecer sus pies descalzos, comenzó a contemplar el mar en silencio, para después asentir, aceptando las disculpas del Digimon espiritual que le otorgaba su poder. La brisa marina, comenzó entonces a reconfortar el cuerpo y el espíritu de Vali, quien cerró los ojos mientras el agua golpeaba y limpiaba sus dedos manchados de arena mojada, que se quedaba pegada a sus extremidades inferiores mientras siguiese ahí. La pregunta que le rondaba por la cabeza, mientras repasaba mentalmente la historia de su especie, era: "¿Merecía la pena salvar a los humanos después de todo el dolor que han causado? Aunque sean salvados contra su voluntad".

El ángel Digimon, disfrutaba del sonido que ejercía el movimiento incansable del mar mientras se encontraba absorto en sus pensamientos, desconectando totalmente del mundo que se encontraba a su alrededor... Hasta que pudo escuchar un sonido. No era un sonido desagradable, para nada. Pero era extraño. Los ojos azulados de Lucemon se abrieron y buscaron el origen del misterioso sonido. Se trataba de una voz, una voz masculina. Era una especie de canción en inglés. No muy lejos de él, un chico se encontraba cantando. Sin embargo, éste se dio cuenta, por lo que llamó con un grito al arcángel con aspecto de niño.

¿Otro Tamer?- le dijo a su  compañero espectral que bufaba como si estuviese asintiendo... De tener un cuerpo físico, claro.

Parece que no paras ¿eh? Anda, ve a saludar a tu amiguito- se burló Albion mientras el pequeño ángel se acercaba a él, mientras posaba sus manos tras su espalda y sobrevolaba la playa con sus alabas blancas.

No soy amigo de nadie y mucho menos de este tipo- suspiró Lucemon mientras hablaba mentalmente con su amigo espectral y observaba al chico. Se trataba de un muchacho alto, con la piel blanca y un cabello azulado. También tenía dos ojos rojos profundos, una tonalidad extraña, la verdad- ¿Querías algo?- preguntó el ángel, desde una perspectiva superior, mientras observaba al humano y se mantenía en el aire con sus alas.[/color]

Parecía ser que el chico allí presente tenía un problema en la vista que le impedía mirar hacia la dirección del Sol durante mucho tiempo. Ciertamente, la actitud de Vali mientras permanecía en el estado de Lucemon era por pura rutina. Tenía la creencia que, mientras más se mantuviese en el aire con sus alas, mejor volaría. No había demostrado si esa creencia era cierta o no, pero por si acaso, seguiría realizando este curioso "entrenamiento"... Aunque por esta vez haría una excepción. No sabía si ese chico tenía un Digimon con él o si era capaz de fusionarse con un Espíritu Digital como él hacía... O siquiera si estaba relacionado con los Digimons , aunque, dado que se encontraba en el Mundo Digital, sería extraño que no supiera nada acerca de ellos. Sin embargo, antes de nada, quiso gastarle una pequeña broma al muchacho.

Divine Feat- este ataque permitía a Lucemon crear una espada o una lanza sagrada en sus manos. Un rayo de luz apareció en su mano y creó el segundo tipo de arma, una lanza, con la cual arremetió rápidamente contra el humano, dejando el arma a escasos centímetros del rostro del joven- ¿Sabes lo peligroso que es el Mundo Digital para un chico como tú? ¿Sabes lo fácil que me sería matarte ahora mismo?- la mirada de Lucemon era de un completo psicópata, pero, al ver la cara del muchacho, no pudo evitar empezar a reír, haciendo desaparecer el arma celestial de un golpe, sin hacerle ni un rasguño al muchacho- Tranquilo, hombre, no soy un Digimon violento- mientras seguía riéndose, descendió hasta encontrarse a la altura de los ojos del ser humano que allí se encontraba, sin dejar de sobrevolar- ¿Mejor así? Bueno, bienvenido al Mundo Digital. Supongo que no habrás acabado aquí por pura suerte. ¿Tienes algún dispositivo digital o Digivice?- preguntó sin rodeos el ángel Digimon después de que el humano le preguntase si sabía algún sitio para comer y él asintiese.

Una vez caminado un rato, llegaron a una agrupación de palmeras. Parecía que el chico tenía auténtica hambre. Quizás pudiese comenzar a entablar relaciones con él, por si le servía para futuros... Proyectos. Ya era el segundo Tamer novato que había conocido en menos de una semana, al menos, alguno que fuese más novato que él. Se mostraba amable, por si en algún futuro necesitaba cobrar la deuda que ambos Tamers le deberían... Por lo que no tardó mucho en hacer una señal al recién conocido para que esperase, mientras él sobrevolaba las palmentas y arrancaba un par de cocos de las ramas, para llevárselos al chico.

Espero que no seas quisquilloso con la comida- sonrió mientras sentía el tacto de los pelillos del coco acariciar su piel, mientras extendía ambas frutas tropicales hacia el hambriento ser humano.

Tras alcanzar los cocos y entregarle los alimentos al muchacho después de mirar los Digivices que el Tamer mostró al Digimon ángel.

Efectivamente, eso te acredita como Tamer... Pero, ¿por qué tienes más de uno?- Vali puso su mano delante de su cara, negando su cabeza al ver que el chico ofrecía un coco a lo que negó- No gracias... No tengo hambre ni sed, tomalo tu todo-- sonrió mientras pensaba en volver a su forma humana, negandose luego pues no quería que ese chico supiera que él también era un ser humano tal y como él lo era- ¿Y bien? ¿Ya te has logrado transformar alguna vez? ?Te has enfrentado a alguien? Y... ¿Por qué tienes más de un Digivice? ¿Eres un ladronzuelo?- reía en un susurro dirigiéndose al novato.

Niño, ten cuidado con ese chico, no vaya a ser que te quite el Digivice también- le advirtió mentalmente Dynasmon mientras se burlaba del chico una vez más. Era una de las cosas que le encantaba hacer a Albion: reirse del chico que portaba el contenedor de su espíritu que era el Digivice.

No te preocupes, no pasará nada - negó con la cabeza Vali mientras transmitía sus pensamientos a su amigo y maestro espectral, mientras esperaba la respuesta del chico.

En absoluto, no soy un policía. Simplemente soy un ángel Digimon curioso que vaga por el Mundo Digital, estudiando a las demás especies de Digimons, así como a los humanos como tu- obviamente era mentira, pero esa estrategia de fingir ser un Digimon estudioso le había servido hasta ahora, así que, por el momento, mantendría su verdadera identidad en secreto mientras se reía con el humano que se encontraba, alimentándose a su lado- vaya... Menudos desalmados por hacerle eso a una pobre niña...- dijo el chico mientras escuchaba la historia que ese chico le contaba sobre cómo había conseguido los Digivices extras. Realmente se encontraba molesto porque unos vándalos hubiesen hecho daño a una pequeña.

Vaya, socio, no sabía que te preocupasen los niños humanos..- mencionó telepáticamente el espectro llamado Albion mientras le hablaba a su joven discípulo directamente a su cerebro.

Son una de las pocas cosas de mi mundo que merecen la pena... Aunque es una lástima. Todos terminan corrompiéndose...- suspiró mentalmente, dando por finalizada su corta conversación mental, volviendo Vali al punto en el que el otro chico seguía conversando con él. Hacía una broma en la que pedía un demonio como abogado, volviendo a la broma anterior en la que tomaba a Vali Lucifer como un ángel Digimon que ejercía de agente de policía.

Nah, lo siento, no estoy de servicio en estos momentos-- continuó con la broma mientras se reía mirando hacia el humano- ¿Sabes dónde está el líder de esos macarras que golpearon a la niña?- había tenido una buena idea: si ayudaba a ese chico, quizás pudiese servirle de ayuda en un futuro...

PD: Espero no incomode mi ingreso ;3

¿De dónde viene tu padre ocurren ese tipo de cosas...?- preguntó el Digimon ángel incrédulo ante lo que sus ojos oían, imaginándose que ese tipo de escenas ocurrían a diario- ¿E incluso matan a las mujeres lapidándolas? Pero chico... ¿de dónde viene tu padre? ¿De un país de salvajes?- comentó el ángel Digimon, indignado, mientras cerraba su puño derecho, lleno de frustración- ¿Ves por qué quiero librar al mundo de este tipo de escoria?- preguntó Vali mentalmente al espectro de Albion, quien atendía con sumo cuidado a la conversación de los dos chicos en silencio.

Tus razones tienes, no lo dudo... Pero, ¿conseguir poder para ello? Chico, por mucho que yo te preste mi poder, no puedo estar en todas partes. Ni aunque Ddraig y yo juntásemos nuestras fuerzas- mencionó Albion mientras su cuerpo espectral actuaba como si se hubiese encogido de hombros-Tienes un gran corazón Vali, pero tus métodos son drásticos... Demasiado drásticos...

La historia de mi especie está escrita. Y puedo afirmar que cuando más ha evolucionado la humanidad ha sido en épocas de terror absoluto. Y si yo no soy la solución, seré el problema al que deberán encontrar remedio. Lo tengo decidido- los pensamientos de Vali se dirigían hacia Albion. Estas eran parte de las consecuencias de su dura infancia, al menos en parte. Había sido maltratado tanto física como psicológicamente, por lo que no aguantaba las injusticias. Sin embargo, era fuerte de carácter y tenía sus objetivos vitales claros. Y usaría cualquier método para conseguirlos, incluso utilizar la fuerza de Albion.

Mientras el chico hablaba sobre el líder del grupo que había agredido a la chica que había mencionado con anterioridad, otra muchacha se presentó ante elllos. Le acompañaba lo que parecía ser una pequeña cría de perro, quien llevaba en el cuello lo que parecía ser un collar sagrado de color dorado. Olvidándose de sus planes, intenciones y pensamientos, el arcángel le dedicó una sonrisa a la chica. Ésta era una muchacha de cabellos castaños que llegaban más abajo de sus hombros. La figura de la muchacha era atractiva, cuya piel morena combinaba a la perfección con el lugar donde se encontraban: una de las playas del Mundo Digital. Aunque medía más que él en su forma Digimon, no creía que fuese más alto que su forma original que era...

Oh, no te preocupes, pequeña. Yo me llamo Vali Lucifer un estudioso de la especie de los Lucemon. Viajo por el Mundo Digital y el Humano aprendiendo de las culturas de distintas sociedades. Se podría decir que soy algo así como un antropólogo... Aunque he de decir que me resulta complicado ocultar mis alas en vuestro mundo- claramente se trataba de una falacia, puesto que cuando visitaba el Mundo Humano adoptaba su forma original, la de un Humano. Sin embargo, hasta ahora había disimulado a la perfección con esa cara que le otorgaba su forma de Lucemon y que parecía estar libre de pecado.

Otra Tamer ¿eh?- se rió brevemente Albion dentro de la mente del chico ahora convertido en un diminuto ser celestial.

Otra Tamer- sonrió para sus adentros el Digimon celestial, mostrando su aspecto inocente a todos los presentes.