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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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-Skin hecho por Hardrock de The Captain Knows Best.
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
-Imagenes realizadas por Runari Wildy
y Sigrun Vinter
Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
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Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
Elluka
¿Cómo debí de haber respondido a Julio después de eso? ¿Cuál era la manera correcta de enfrentar las cosas que estaban sucediendo actualmente? "Habrá un funeral en nombre de mi prometida, Louise, la próxima semana." Me fui inmediatamente y dije que lo llamaría luego. Alcancé a escuchar un par de detalles antes de desesperarme y huir. ¿Debería informarle a Fuji de ello? Tenía miedo de darle importancia al asunto al hacerlo. El chico de aquella noche, Scott, también llegó a mi mente. Después de aquél sueño que tuve todo era muy confuso para mi. Me miré al espejo nuevamente y me terminé de poner mis pendientes de perlas.
-¿Irás al evento ese? -Preguntó Aleron en un tono fúnebre, como si de hacerlo estuviese caminando a mi propia muerte. -No quiero que veas cosas que no necesitas ver... -Su voz cortaba me daba pena, la suficiente para suspirar de tristeza y darme la vuelta.
-No, no iré. -Le contesté y regresé al espejo. Tomé un brillo labial y lo puse con cuidado por encima del tenue púrpura con el que había coloreado mis labios.
-¿Entonces por qué estás vestida de negro? -Cuestionó nuevamente mi compañero y lo miré desde su reflejo en mi tocador. Ignoré completamente su expresión de preocupación y decidí mentirle.
-¿No puedo usar negro por un día? Es el color de la elegancia. -Respondí y rocié perfume en mi cuello con dos movimientos.
Yo tampoco tenía mucha idea de porqué mi humor estaba tan decaído ese día. No quería ir, pero al mismo tiempo deseaba estar presente. Cuanto te preguntan qué imaginas para tu funeral, ¿No sería concreto ver con mis ojos el funeral que se suponía ser para mi? Tenía miedo de ver rostros y reconocerlos a todos, verlos sufrir, y aún así había decidido qué hacer.
Julio
No sabía si me arrepentiría de ello algún día, pero aún así lo hice. Supuse que fue la melancolía de día lo que me provocó llevarles la invitación sin más a esos otros dos hombres. No conocía a más personas especiales para Louise en el mundo de los digitales, pero creí que era lo más correcto a hacer. Si ellos no conocían la verdad que yo sabía, era lo menos que podía hacer. No subestimé el intelecto de ambos en ningún momento, lo más seguro es que ellos tendrías sus sospechas al igual que yo.
Salí del vestíbulo de la base de los Royal Knight después de haber entregado el sobre con el sello de la familia De la Valliére. Lo había dejado a nombre anónimo para el santo caballero que solía ser el mentor de mi prometida, y ahora era su cortejante. Mi capa ondeaba junto al paso que daba, como si tratase de reflejar mi seriedad con respecto al asunto.
-Todo listo, vámonos, amigo. -Comandé a mi peón en su forma de Knight Chessmon. Él extendió su mano para después ponerme en su enorme lomo. Suspiré y me recargué contra la espalda de mi gigante centauro. Ya había entregado las dos invitaciones. El camino más largo era hacia la base del mercenario, entonces empezamos por ahí. Si hay algo que me reconozco es que nunca olvido los detalles de importancia, como el dónde vivía mia bambina. No tenía idea de si él aún residía ahí, pero cumplí mi noblesse oblige al dejar la fina invitación.
-Está madurando, mi señor. -Escuché decir a Cheshire mientras cabalgaba de manera calmada de regreso a la estación de Trailmon.
-Es pena ajena. -Repliqué mientras me cruzaba de brazos y cerraba los ojos para poder descansar un rato. Llevaba dos días enteros sin dormir. Mientras más se acercaba el día del fúnebre evento, más me sentía incómodo. No quería creer que Louise estaba muerta, yo mismo había visto a Elluka. Con solo conocerla y ver cómo la intensidad de su mirada había cambiado, yo sabía que había perdido a la chica de mis sueños. El tenerla así era una bendición de los cielos, y lo agradecí a Yggdrassil desde el fondo de mi corazón, pero algo simbólico como el funeral de aquella niña era algo necesario para mi. Un deseo egoísta de mi parte, un mal necesario. Permanecería al lado de Elluka siempre que me lo permitiesen, pero no podía seguir buscando la sonrisa de mi niña en su cara.
Hacía un tiempo atrás ya había comenzado a hacer los trámites del asunto. Pagarle a un detective para que consiguiese pruebas falsas de la muerte de la hija menor de la familia De la Valliére no fue lo más difícil del asunto, el problema fue hacer al duque, padre de Louise, entrar en la aceptación. Al principio pensé que lo hacía por la seguridad de Elluka, viviendo en París podría encontrarse con cualquiera de sus hermanas y armar un probable desastre. Luego me di cuenta que era algo sin sentido, lo estaba haciendo por mi. Lo estaba haciendo por Cattleya y Éléonore, quienes han sufrido desde la desaparición de su hermana menor. Lo estaba haciendo por aquellos amigos que la conocieron alguna vez, para dar un fin a su intriga. Lo estaba haciendo por todos, menos por ella. Le dije del funeral esa vez que salimos a desayunar, tenía la esperanza de que ella me dijiese que era la misma niña, pero no hizo nada. Sentirme de una manera u otra al respecto ya daba igual.
Llegué al lugar tres horas antes de lo solicitado. No me importaba ya si era descortesía, sólo quería estar a solas con aquella blanca e inmaculada piedra memorial que habían acomodado. La despedida se llevaría a cabo en el jardín de la mansión parisina de la familia, en el área más fina de la ciudad. Los lujos que se podía permitir el duque ahora no eran más que recuerdos de una pequeña de rizos rosados y el temperamento más difícil y encantador de todos. Posé mi mano enguantada sobre el mármol y respiré profundamente. Cheshire habría dicho algo cómo "Me voltearé si no quiere que lo vea llorar, mi señor", ero yo lo había ordenado no decir una sola palabra en lo que yo vagaba por la mansión.
-Mon petit Julio. -Era una suave voz reconocible en todos lados. Tomé aire y traté de poner la mejor cara posible a Cattleya, una de las hermanas de Louise. La más gentil, y la más sabia.
-Signorina Catt -Me di la vuelta lentamente. Ahora que analizaba bien las cosas, era muy parecida a Elluka. La misma cara ovalada y carnosos labios que brillaban en rosa. Incluso tenían la misma figura, de no ser porque Elluka perdió sus rizos y ojos rosados, podría jugar que eran gemelas. -No esperaba verla aquí.
-Llevo aquí desde el amanecer. -Su voz era gentil como siempre, pero denotaba un tono sombrío que sólo alguien que la conociese de mucho tiempo podría notar. -Tenía muchas cosas que quería hablar con ella. -Cattleya extendió un puñado de caramelos hacia mi. Tomé uno de esos y miré complacido a la dama de cabellos rosados. -Traje unos cuantos para mantenerme despierta, pero no contaba con verte tan temprano, pequeño.
-Yo también esperaba tener un rato con ella. -Bajé la mirada y abrí el caramelo para después depositarlo en mi boca. Trataba de mantenerme lo más fresco posible, no podía permitirme sentimentalismos si la mismísima Cattleya hacía un esfuerzo por no llorar. -¿Cómo se encuentra la signorina Éléonore? -Cuestioné tratando de evitar preguntas sobre mi.
-Ya sabes cómo es. -Cattleya alejó la mirada y la centró en lo que pude distinguir como una pequeña fuente que hacía juego con la piedra memorial. En otros casos ella hubiera reído suavemente, yo lo sabía. -Es dura, pero creo que está sufriendo incluso más que yo. Oculta su temor bajo piedra.
-¿Quién oculta temores? -Intervino desde la lejanía aquella rubia de la que hablábamos. El mismo porte firme y elegante de Elluka, así como la misma manera de comer a todos con su presencia. -Es un gusto verle de nuevo, monsieur Julio. -Los ojos de Éleonore estaban rojos y tenía unas ojeras que no podían ser de menos de dos días de no dormir. Me sentía mal por no poder decirles que había encontrado a la niña que tanto lloraban.
Las hijas de la familia y yo estuvimos hablando un rato, tratando de no tocar mucho el tema de Louise. Dediqué una reverencia al par de damas y me adentré en la mansión. Mis padres estaban hablando con los señores de la casa, y también parecían estar bastante deprimidos.
-Duquesa, Duque. -Saludé a quienes solían ser mis futuros suegros, besando la mano de la señora delicadamente y posteriormente dando mi diestra al hombro. Louise y Cattleya eran parecidas a su madre, el mismo cabello y ojos rosados; Éléonore era más similar a su padre, igual de rubia y con la misma obsesión por la disciplina.
-Joven Julio, es una pena que nos veamos de nuevo en semejante situación. -Aún si el tono del duque era sombrío, su postura era firme y helada. -Comentó que traería unos invitados, ¿quiénes son? -Y aquella cuestión fue como un puñal de hielo rozando mi nuca. Había olvidado lo que planeé para excusar a dos personas extra.
-Un par de amigos de Louise, de la academia de música. -Improvisé é inmediatamente cambié el tema a algo que no me hiciera hablar más de esos dos. -¿Invitó a mucha gente, señor?
-A los Vinter, viejos amigos nuestros. -Me contestó y dirigió una mirada a su esposa, quién hablaba plácidamente con mi madre.
-D'Uberville y su muchacho vendrán, ¿No es así? -Mi padre irrumpió. Ese nombre me era familiar, pero no podía descifrar de dónde. A los Vinter los conocía de puras anécdotas de Louise, pero nunca en persona. Me preguntaba qué clase de personas me encontraría en el ficticio funeral de mi prometida, porque apostaba no conocerlos a todos.
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
~[Scott]~
Internamente sabia porque me había ganado las heridas que llevaba ahora mismo… es por desquitarme con el Dark Área por decimo séptima vez en un lapso de 2 semanas… ¿Por qué? Porque ese lugar me había quitado a la única persona que realmente ame y merecía en cierto modo mi furia. Fuese como fuese, había terminado de ducharme y de vendarme… normalmente le pediría a BR que lo hiciera pero… no estaba de humor para que nadie me dijera nada; no tenía ganas de escuchar sermones como “ya has probado tu molestia hacia el asunto, ahora ignóralo”… definitivamente no quería escuchar tremenda sarta de estupideces respecto a mis emociones. Yo se que ya he demostrado mi enfado, pero no lo he descargado… el único que no me ha dicho nada y ha continuado siguiéndome con casi tanta o más fidelidad que Labramon ha sido Nova. El entiende mi posición emocional…el ya ha sufrido la pérdida de alguien y con Louise el caso volvió a repetirse… yo se que él y Lune, la compañera de Louise, tenían cierta… “chispa”… y aun si Nova lo niega, se que él quería demasiado a Lune; tanto como para escapar al Dark Área en repetidas ocasiones y vivir semanas buscándola… sin éxito, solo para regresar con una baja esperanza pero fuerte. Sea como sea, tan pronto salí de la enfermería, escuche un llamado de parte de Farah: “Scott~ tienes correspondencia nya~”. Odio cuando Farah usa los teléfonos o cuando habla con un “nya” frecuentemente, pero bueno… al menos me aviso de la correspondencia, cosa que no suele llegarme muy a menudo, la mayoría de las veces porque BR se ocupa de ella o Nova la quema. Me puse una camiseta cualquiera para cubrir los vendajes de mi cuerpo y me dirigí hacia la entrada principal, donde me esperaba Farah con el correo; aunque tan pronto tome la carta que me había llegado ella quiso ponerse sobre mi espalda para espiar… a lo que respondí con un para nada gentil tirón de colas, lo que la forzó a marcharse. Mire la carta por ambos lados y no vi nada escrito salvo mi nombre… seria una carta demasiado específica para ser entregada de ese modo… aunque en mi apareció un sentimiento de furia bastante extraño… creo que sabia quien había escrito la carta y siendo franco, no tenía ganas de abrirla… pero si ese idiota se había tomado las molestias para nada agradables de venir y dejar una carta, lo menos que debería hacer es abrirla, leerla y responderle de una forma MUY agresiva.
Me encamine hacia la cocina de BR para tomar uno de sus cuchillos y usarlo como abrecartas. La pereza de usar mis manos era bastante grande, y el dolor de mis brazos el suficiente para escuchar a mi pereza. Una vez llegue a la cocina le pedi a BR un cuchillo, cosa que ella me lanzo con tanta presicion que casi podría jurar que apuntaba a la carta… lo que no me sorprendería porque el cuchillo prácticamente estaba a un centímetro para hacer el corte necesario. No me demore y abri el sobre rápidamente para retirar el papel de su interior. Leí con gran desinterés la carta, la cual era en realidad una invitación a… ¿el Funeral de Louise…? Por un instante mi desinterés se esfumo y continúe leyendo el papel, ignorando que se trataba del funeral de Louise realmente, porque sé que está viva… al fin y al cabo, llegue a quererla al punto de que si ella muriera de verdad, yo moriría con ella.
La invitación era clara: debía ir al mundo humano, a Francia y de allí al antiguo hogar de Louise. Por un instante sentí una descarga de ira recorrer mi nuca… yo se que si debía ir a esa cara, entonces vería a la familia de Louise… aquellos que la comprometieron de muy pequeña… de quienes huyo… no me gustaba la idea de conocerlos pero… iré. Mi decisión por ir no era otra más que para ver el desastre que se formaría allí… además de que al menos allí podría dedicarle unas palabras a quien fue mi novia… claro, repetiré las mismas palabras o incluso más cuando Elluka luzca lo bastante similar a Louise como para que sea ella quien escuche mis palabras y no la propia Elluka… pero sé que eso quizás jamás ocurra por lo que esta será mi única oportunidad de decir lo que debo antes de… callar en mi tumba.
Le pedí a BR que tomara alguno de los trajes que los MetalMamemons y SkullKnightmons de mi división en los Chaos Empire me habían dado, y que con el hiciera algo “digno de estar frente a Louise para decir au revoir”. Me sentí un poco raro hablando en francés pero bueno, respetaría a Louise en todo sentido, y aprender su idioma (Aunque sea en lo básico) era una de las tantas formas de hacerlo. Sin perder mucho más tiempo, me fui de la cocina y me dirigí a mi habitación… encendí la luz por primera vez en mucho, mucho tiempo y comencé a rebuscar entre todo lo que tenia uno de los libros favoritos de Louise: Alice in Wonderland. En él había dejado una carta para ella hacía tiempo… una carta en la que decía que quería hablarle de algo extremadamente importante. Tome la carta y la mire un instante… analizándola prácticamente mientras a mi mente venían las palabras que había escrito en el papel… junto con un temblor en mi mano.
“Louise, me gustaría que vinieses al elevador fuera de los limites de las habitaciones. Sé que el primer día te dije que no podías ir por ser peligroso, pero hoy ignora esas palabras y ven, debo hablarte de algo demasiado importante y allí será el mejor lugar para ello.
Atentamente: el torpe al que gritas casi todos los días, Scott”
Ese día esperaba que ella viniera de la biblioteca pero no fue así. BR me dijo que había salido con Lune y que quizás volverían en la noche… bueno, en ese entonces me dije “en todo caso pondré el libro en su lugar mañana”; y efectivamente lo hice… y así por una semana completa hasta que en mi mente llego el pensamiento: “se fue para dejarme solo… como todos los humanos”. Finalmente abandone la idea y guarde el libro en mi habitación donde deje de encender la luz… poco tiempo tuvo que transcurrir para que comenzara a buscar a Louise por todas partes ante la desesperación de querer decirle lo que quería. Una pequeña lagrima recorrió mi rostro y mi voz se entre corto rápidamente… quería decir las palabras que planeaba dedicarle… quería reorganizar en mi cabeza la idea que había pasado por mi mente aquel día cuando escribí la carta…
Lo-Louise… y-yo… sabes q-que te amo y que p-por eso pedí ser tu novio… pero… ahora… -Me costaba mucho decir aquello… mi corazón quería soltarlo, pero mi mente no- he pe-pensado… y q-quisiera que… en e-el… futuro… p-podríamos… -Estuve a punto de soltar las últimas frases y dejar de torturar a mi mente, pero escuche el sonido de la puerta, haciéndome entrar en un estado de “parálisis”- … adelante… -guarde la carta en el libro y lo deje en mi escritorio, a la par en que BR entraba-
Ya tengo tu traje… hubo que hacer pocos arreglos… lo convine en parte con el traje del baile de hace tiempo… ¿estas… bien? –BR se veía preocupada, aunque claro, es natural en ella- Scott… sabes que ella está viva, no vayas solo porque crees que es lo correcto…
BR… -la mire a los ojos un instante- perdóname pero si no entiendes lo que estoy pasando emocionalmente… cierra la boca, ¿entendido? –No me gustaba hablarle así, pero lo dije… no quiero escuchar sermones hoy- si quiero seguir clavando el cuchillo emocional que tengo clavado, lo hare… de todos modos… algún día se me acabara la sangre…
Está bien… pero… intenta que la herida se profundice lentamente… -BR me miro con tristeza… ella no se deja afectar tanto por las palabras hoy en día pero sé que me pase un poco- como sea… aquí tienes el traje… use mi vieja pintura para hacerlo más… formal –Ella me entrego el traje pero de color negro… bueno, algo más acorde a mi- por favor… no llores hasta estar frente a ella… ¿sí? –Observe a BR unos momentos y no pude hacer otra cosa más que asentir- bien… adiós entonces –Sonrió de forma cálida y se marcho con sus orejas bajas, en señal de que aun estaba deprimida-
Egh… -Suspire y me acerque a la puerta para cerrarla, dejando caer mi cabeza sobre la misma para ver al suelo- … pensar que actuó como un idiota más grande de lo usual solo por una persona… Louise… te has ganado una gran cantidad de premios por lograr cosas en mi que nadie más pudo… -Suspire levemente y me quite la ropa para ponerme el traje- quizás por eso quería aferrarme tanto a ella…
Finalmente paso un rato y termine de ponerme el traje. Aun me dolía el cuerpo de hace poco… pero el dolor era minúsculo comparado con la tortura emocional y psicológica que he pasado últimamente y mucho antes de eso. Me dispuse a irme de la base acompañado por Labramon, quien sería mi medio de transporte y también soporte emocional… pero Nova se unió al viaje por alguna razón. Fue raro que Nova simplemente llegara diciendo que también iría… pero no iba a decirle que no; aunque lo que me llamo la atención en el fue ver un pequeño listón atado a su mano… no se dé que sería pero no iba a preguntar, después de todo, sería cosa suya y no pensaba meterme en su vida como él no se mete en la mía sin respetar ciertos límites. Algo que hice antes de salir fue usar maquillaje para cubrir mi cicatriz… no porque me molestara, si no porque si estaría entre “nobles”, no debería tener imperfecciones de ese calibre en el rostro… al fin y al cabo, si quiero quedarme, debo lucir presentable para decir au revoir a esa pequeña gritona que tanto quiero.
…
Después de un viaje de una hora aproximadamente volando, llegamos a una estación de Trailmons en Francia. En el mundo humano no podría usar mi evolución matrix pero estaba preparado para ello… tenía una “carta roja”, cortesía de algunos científicos del Chaos Empire. Según ellos, es una carta más poderosa que la azul, permitiendo la evolución Matrix en el mundo real, lo que me vendría bien si tuviera problemas reales… los cuales espero no tener hoy. Fuese como fuese, en el camino Nova se separo de nosotros para no alertar a la gente, mientras que Labramon simplemente permaneció a mi lado como un perro fiel mientras nos encaminábamos hacia el lugar del dichoso funeral. Llegue poco más de una hora y media antes… me sobraba tiempo para pasear por el lugar, ver que tenían preparado y después quedarme en la distancia observando… aunque cuando entre al lugar, mi atención fue captada por una especie de estatua en honor a Louise. Me quede apreciándola unos momentos, para después soltar comentarios tales como “El cabello es más rizado”, “tenía menos pliegues en el vestido” “Su nariz era más pequeña”. Me causaba cierta gracia comentar de ese modo una mera estatua… pero bueno, el dolor de ver algo tan similar a Louise solo podía aflojarse con la irónica forma de ser que tengo. Labramon me observo preocupado y después me sonrió con cierta calidez típica de él… si, verme así no debía ser para nada agradable, y actuar así tampoco me gustaba pero… bueno, las emociones podían conmigo ahora.
Venga Labramon… es hora de esperar bajo un árbol como ella solía hacerlo…
¿No le dirás nada…?
Le diré muchas cosas… pero no a una mera estatua… si no a la lapida que “contiene su espíritu”… tú no te preocupes… cuando llegue la hora de hablar… dejare algo y nos iremos –Sonreí con lastima, para alejarme tranquilamente, llevando mis brazos hacia la espalda baja, sujetándolos entre sí para dar cierto “aire de elegancia noble”… si quería estar allí, debería actuar como un noble asqueroso-
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :707Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :DNA Evolution (Super Ultimate)Nivel On Rol de los Digi Aliados :Nova: Mega
BR: MegaIcono :Rango y Unidad :Scott Shadowest Musahrahjy
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: Titans
Labramon
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: TitansRango y Unidad Digi Aliado :Nova (BlackWarGreymon)
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: Titans
BR (Renamon)
Rango: Soldado
División: D-Brigade
Unidad/Sub-division: Shadow LizardInventario :
Scott Desaster
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
Japón.
-No hay nadie en el piso, señor. Lo hemos registrado y solo tenemos esto -decía aquel tipo mostrando lo que parecía ser un saco de dormir y una grabadora-. Supongo que querrá oírla.
-Supones bien. Todos, fuera, ahora -aquel hombre no dudaba, y hasta que no vio aquel cuchitril vacío no quiso escuchar lo que aquel rudimentario aparato contenía-. Veamos qué quieres decirme... No, no puedo, simplemente estás consiguiendo lo que nadie ha logrado en años, y es hacer que tenga miedo...-sacando un cigarro cuyo color azabache denotaba una enorme cantidad de alquitrán, cogió un mechero con la misma mano que portaba la grabadora, y con una habilidad digital asombrosa, prendió uno de sus dedos- A ver si recuerdo cómo se hacía -la carne de la falange, lejos de de carbonizarse, simplemente portaba la llama, que pasaba de dedo a dedo como si fuera un juguete, y tras unos segundos de ocio, se atrevió a encender aquel tabaco procesado-. Bueno, esto esto cosa -alternaba caladas con estas palabras, inspirando fuertemente al final-. Dime qué necesitas esta vez, hermanito.
“No sé si llegarás a oír esto, pues desconozco el control que tienen sobre mí y la vigilancia que me aplican. Probablemente debería explicarte muchas cosas, pero no sabría encontrar las palabras. Han pasado muchas cosas y probablemente el Roku que conocías ya no existe. Todo lo que voy a decirte a partir de ahora es verdad, eres libre de creerme, pero solo te pido, como hermano, que no informes a nuestros padres, ni al Estado, ni a nadie más de mi posición ni de lo que formularé a continuación.
Yo fui el responsable del terremoto de Shibuya.
P-puede que pienses que estoy loco, y sé que es irreal, pero es cierto. ¿Sabes esas historias de fantasía donde una persona se vuelve en monstruo? Existen desde siempre, y a día de hoy se les ha dado miles de enfoques, incluso presentando a la “aberración” como un problema mental que le impulsa a actuar así.
Mi caso es una mezcla de ambos. El día de mi desaparición fui secuestrado, ya que mi clase sufrió una especie de atentado, aún no sé por qué. Me ofrecí a trabajar para aquellos terroristas, y me hicieron “algo”, no sé el qué, pero puedo hacer cosas que te harían titubear.
¿Recuerdas cuando de pequeño decía que veía yokais y me tomaron por loco? Les daba caza, pero desaparecían antes de que pudiera mostrarlos. Como insistir habría hecho que volvierais a encerrarme en el hospital, desistí, pero eran reales. Y ahora mismo mi cuerpo alberga varios.
Si no me crees, en el propio parque, cerca del lago veras una hendidura de gran tamaño. Es el epicentro del seísmo. Observa que esta marca es recta. En un temblor es imposible que algo se fragmente de un modo tan limpio, menos el terreno. Lo hice yo con una espada gigante.
Tras esto, te doy unos segundos por si crees que todo esto es un juego o algo... Solo tienes que apretar un botón...
¿Sigues ahí? Espero que sí, porque ahora viene la parte complicada. Existen más personas vinculadas a unas entidades conocidas como “digimons”, criaturas conformadas de datos que viven en un mundo digital paralelo, y estos se asemejan a los yokais, onis y bakemonos de nuestra cultura. Ellos son usuarios legítimos y por tanto no hay mayor problema.
Pero yo no. No sé cuánto tiempo podré seguir siendo consciente de mis actos. Pero mientras mi cordura perdure quiero decir que os quiero, a todos, y quería simplemente dedicaros unas últimas palabras por mi propia voz, sin trucos.
Si han descubierto mi cuerpo, tienes mi consentimiento para despedirme de la familia, y si no, guarda esta cinta. Es mi confesión y mi despedida.
Ahora hablamos de trabajo, dale la vuelta a la cinta.”
-¿En serio esto funcionaba así? -ligeramente sorprendido, comprobó que la cinta alteraba la grabación según la cara colocada en la grabadora- Ya ni me acordaba, Japón es pionera en tecnología -con su otra mano, y un móvil más moderno buscaba fotografías del suceso para evaluar la prueba presentada-. Justo como la estocada de un sable japonés, hay una ligera curvatura en él por el forjado del filo. Menudo eres Roku, no hacía falta esto. Tu hermano mayor siempre va a confiar en ti, idiota. ¡Ah! -parecía sorprendido por un hallazgo fugaz- ¡mundo digital, por eso usas este fósil! Para que no te pirateen el mensaje. Sigues siendo listo, pequeño. Bueno, veamos qué necesitas.
“A Kenichi Ginshô. Si oyes esto se supone que ya oíste la anterior cara.
Como te he dicho antes, existe un mundo simultáneo al nuestro, y me temo que ahora trabajo para ellos en el otro lado. Y no precisamente en el bando de “los buenos”. He hecho cosas de las que me arrepiento, y seguiré haciéndolas hasta que logre garantizar la seguridad de nuestro mundo.
O eso pensaba al principio, pero tras convivir con estos “monstruos” me he dado cuenta de que son como nosotros. Piensan, sienten, padecen... Y no puedo proteger a un mundo a expensas del otro. Por ello, estoy preparando un modo de salvar ambas realidades. Y para eso necesito tu ayuda.
¿Recuerdas la empresa del abuelo, la que heredó padre y de la que eres copropietario? Necesito que me mandes un cargamento a la siguiente dirección. Los tipos y cantidades te las he dejado inscritas en un documento escondido. Deberás “darle las vueltas a las cosas” para hallarlo.
No sé si este juego de adivinanza te hará gracia debido a la situación, pero pensé que a ambos nos haría bien recordar tiempos mejores. Espero vernos pronto, y si no es así, vive feliz.”
-El sentido del humor que te gastas cuando nunca cambias esa expresión. Y no sé por quién me tomas, hermanito, la respuesta es bien fácil -guardando la grabadora en el interior de su chaqueta, Kenichi cogió el saco desde el interior y lo plegó hacia fuera-. ¿Para qué si no dejar esto aquí? -la acción dejó caer varios papeles que recogió para poder leerlo- Flores y semillas. Es lógico teniendo en cuenta a qué se dedicaba el abuelo, pero para qué las querrá. ¿Y esto? Oh, su testamento, y cartas de despedida para todos...
Considerándolo una falta de respeto, solo abrió la destinada a su persona, y a mitad del escrito comenzó a acariciar la cicatriz que quedó en su rostro el día del accidente. Aunque intentaba resistirse, sus ojos empezaron a empañarse en un débil llanto que le hizo apoyarse en la pared.
-¿Que perdón por la herida? Ese día no pude hacer nada, ¿y me pides perdón a mí? ¿Y de verdad piensas que eres un monstruo? Idiota, para mí siempre serás mi hermano, Roku, siempre...-apagando la colilla resultante del cigarro, respiró pesadamente- Lo creas o no, sé como te sientes -su mano se posaba en su corazón- Todos tenemos un monstruo dentro, Roku. La vida consiste en enfrentarte a él y superarlo, y aunque te cueste, aunque sea difícil, sé que lo conseguirás... Adiós peque, tendrás el encargo sin problemas en el lugar que indicas, y si alguna vez necesitas algo, no dudes en pedírmelo. Somos Ginshô, siempre cumplimos nuestra palabra. Y más que eso, somos hermanos.
Mirando el conducto de ventilación, el hombre salió de la sala portando todo lo que podía recuperarse dada la situación, pero sabía que, aunque su hermano estaba a escasos metros, no podía hacer nada más que apoyarlo, pues recurrir a la fuerza para retenerlo solo empeoraría el caso. Lo que probablemente no sabía es que quien se escondía en aquella posición no era Roku o, al menos, no tal y como él lo conocía. Un pequeño digimon negro, conocido como Dracumon, era el que permitía una comodidad plena en un espacio tan nimio. Generalmente se llamaba a esta forma “Bakemono”, nombre conferido por el propio muchacho, pero esta vez referirse a él de esta manera llevaría a error, pues ya hacía días que no podía comunicarse con el digimon.
Mundo Digital (pasado)
-A ver si lo he entendido. Debo ir a un funeral al que van a asistir importantes entidades del mundo digital pese a que es... En el mundo humano.
-Exacto -decía el Demidevimon-. Yo no sé dónde ver el problema.
-Estáis haciendo negocio de una persona que está muerta...
-”El perro no ladra por discutir, solo sigue órdenes”, es un refrán de no me acuerdo qué país. Ni me interesan tus prejuicios, ni tus métodos. Vas ir, confirmar la asistencia de estas personas y ver qué les conectaba, ¿entendido? O si no...
-¿Si no qué?
-Pues que igual la próxima vez que vayas a un funeral conoces al muerto, no sé si me explico -ante el silencio del muchacho, el monstruo sonrió-. Confirmo entonces que te encargas tú, que bien. Hasta otra.
-Menudo idiota -protestaba Bakemono-. Si no fuera porque solo es el mensajero habría estado bien que me dejaras morderle un poco o que Benkei lo espetara.
-¿Espetar no es escupir?
-Creo que también es empalar algo, pero no me hagas mucho caso... Bueno, y ahora qué.
Encogiéndose de hombros y portando el sobre donde estaban indicadas las órdenes a cumplir, el muchacho comenzó a andar, buscando una cabina que funcionara. En el digimundo había muchas, pero no todas disponían de la utilidad confiada en el aparato. Cuando por fin encontró una, marco un número que sabía de memoria, esperando respuesta.
-Kenichi Ginshô al habla, dígame.
-Soy Roku -antes de que notara como su hermano mayor se sorprendía de sobremanera intentó ir al grano sin éxito-, escucha debo decirte que...
-¡¿Roku?! ¡¿Se puede saber dónde has estado todo este tiempo?! ¡¿Y dónde estás ahora?! ¡Papá y mamá están desesperados buscándote, sin hablar de los demás! ¡¿Sabes cuánto a llorado Nanami?!
-¡¡No desaparecí por gusto!! -intentaba gritarle fuertemente- ¡¡Y ahora cállate y escucha, no tengo mucho tiempo!! No sé si están escuchando esta llamada, pero atento a lo que voy a decirte: “Voy a estar en un sitio donde papá no volvería, pero tú y yo sí”. Confío en ti -se despidió colgando-. Espero que siga siendo bueno con los acertijos.
-¿Pero qué clases de pistas son esas? ¿Qué es esto, “Buscar a Roku”? Si ni siquiera tiene sentido.
-Cuando mi padre era estudiante vivía en una residencia, y se hospedaba en la habitación 16. No volvería porque ya acabó sus estudios, y teniendo en cuenta de Kenichi viene de “uno” en japonés y mi nombre directamente es “seis”, creo que se entiende.
-¡Solo un loco lo entendería! ¡Sois una familia de locos! ¡Y quiero conocerlos! Especialmente a Nanami, ¿qué se supone que es?
-Oh, simplemente es mi...
-¡¡Ey, ey, ey, espera un minuto!! ¡¡¿¿No tienes educación??!!
-¿Pero qué dices, Bakemono?
-....-solo llegaba un fuerte sonido de interferencias ascendentes que, súbitamente, desaparecieron.
-...¿Bakemono?
París (presente)
-Bien, el cargamento a llegado en el avión -indicaba el chico comprobando que todo estuviera preparado-. Vale, puedo ir a la casa y hacer los arreglos mientras preparan el sepelio- ya había cumplimentado los papeles necesarios con una identidad falsa, pues Kenichi solo debía mandar el cargamento a alguien de la empresa y para ello solo necesitaba un carnet que acreditara su presencia en la plantilla-. Perdone, pensaba en voz alta.
Falsificar documentos humanos en el digital era bastante sencillo, aunque era obvio viendo las habilidades sobrenaturales de las que disponían. Todo había sido enviado dentro de un camión, por lo que Roku podría conducirlo. No es que fuera un experto en conducción, sabía lo básico, pero suponía que serviría.
Una vez preparado todo, empezó a conducir rumbo a la mansión donde se realizaría el evento funerario. Mientras pilotaba, no podía evitar fijarse en las heridas de la mano derecha, pues desde ese día cada vez que intentaba usar el dispositivo notaba algo raro en las cadenas de datos que surgían, de otro color, y especialmente al emplear la forma de Bakemono un fuego verdoso recubría su cuerpo, convirtiendo la transformación en algo traumático y doloroso.
Aquellas llamas habían dejado varias quemaduras que debía ocultar bajo un guante. Por suerte, dada la ocasión, la prenda quedaba justificada por el traje que portaba. Pero bajo aquella tela seguían doliendo las cicatrices, y el recuerdo de la ausencia de un amigo.
-Bueno, ya hemos llegado, Bakemono -se dijo a sí mismo, sin respuesta, mientras bajaba del vehículo para informar al servicio de su llegada-. Disculpen, traigo las flores para el funeral de... Louise De la Valliére, de parte de un amigo que no ha querido revelar su identidad.
-No hay nadie en el piso, señor. Lo hemos registrado y solo tenemos esto -decía aquel tipo mostrando lo que parecía ser un saco de dormir y una grabadora-. Supongo que querrá oírla.
-Supones bien. Todos, fuera, ahora -aquel hombre no dudaba, y hasta que no vio aquel cuchitril vacío no quiso escuchar lo que aquel rudimentario aparato contenía-. Veamos qué quieres decirme... No, no puedo, simplemente estás consiguiendo lo que nadie ha logrado en años, y es hacer que tenga miedo...-sacando un cigarro cuyo color azabache denotaba una enorme cantidad de alquitrán, cogió un mechero con la misma mano que portaba la grabadora, y con una habilidad digital asombrosa, prendió uno de sus dedos- A ver si recuerdo cómo se hacía -la carne de la falange, lejos de de carbonizarse, simplemente portaba la llama, que pasaba de dedo a dedo como si fuera un juguete, y tras unos segundos de ocio, se atrevió a encender aquel tabaco procesado-. Bueno, esto esto cosa -alternaba caladas con estas palabras, inspirando fuertemente al final-. Dime qué necesitas esta vez, hermanito.
“No sé si llegarás a oír esto, pues desconozco el control que tienen sobre mí y la vigilancia que me aplican. Probablemente debería explicarte muchas cosas, pero no sabría encontrar las palabras. Han pasado muchas cosas y probablemente el Roku que conocías ya no existe. Todo lo que voy a decirte a partir de ahora es verdad, eres libre de creerme, pero solo te pido, como hermano, que no informes a nuestros padres, ni al Estado, ni a nadie más de mi posición ni de lo que formularé a continuación.
Yo fui el responsable del terremoto de Shibuya.
P-puede que pienses que estoy loco, y sé que es irreal, pero es cierto. ¿Sabes esas historias de fantasía donde una persona se vuelve en monstruo? Existen desde siempre, y a día de hoy se les ha dado miles de enfoques, incluso presentando a la “aberración” como un problema mental que le impulsa a actuar así.
Mi caso es una mezcla de ambos. El día de mi desaparición fui secuestrado, ya que mi clase sufrió una especie de atentado, aún no sé por qué. Me ofrecí a trabajar para aquellos terroristas, y me hicieron “algo”, no sé el qué, pero puedo hacer cosas que te harían titubear.
¿Recuerdas cuando de pequeño decía que veía yokais y me tomaron por loco? Les daba caza, pero desaparecían antes de que pudiera mostrarlos. Como insistir habría hecho que volvierais a encerrarme en el hospital, desistí, pero eran reales. Y ahora mismo mi cuerpo alberga varios.
Si no me crees, en el propio parque, cerca del lago veras una hendidura de gran tamaño. Es el epicentro del seísmo. Observa que esta marca es recta. En un temblor es imposible que algo se fragmente de un modo tan limpio, menos el terreno. Lo hice yo con una espada gigante.
Tras esto, te doy unos segundos por si crees que todo esto es un juego o algo... Solo tienes que apretar un botón...
¿Sigues ahí? Espero que sí, porque ahora viene la parte complicada. Existen más personas vinculadas a unas entidades conocidas como “digimons”, criaturas conformadas de datos que viven en un mundo digital paralelo, y estos se asemejan a los yokais, onis y bakemonos de nuestra cultura. Ellos son usuarios legítimos y por tanto no hay mayor problema.
Pero yo no. No sé cuánto tiempo podré seguir siendo consciente de mis actos. Pero mientras mi cordura perdure quiero decir que os quiero, a todos, y quería simplemente dedicaros unas últimas palabras por mi propia voz, sin trucos.
Si han descubierto mi cuerpo, tienes mi consentimiento para despedirme de la familia, y si no, guarda esta cinta. Es mi confesión y mi despedida.
Ahora hablamos de trabajo, dale la vuelta a la cinta.”
-¿En serio esto funcionaba así? -ligeramente sorprendido, comprobó que la cinta alteraba la grabación según la cara colocada en la grabadora- Ya ni me acordaba, Japón es pionera en tecnología -con su otra mano, y un móvil más moderno buscaba fotografías del suceso para evaluar la prueba presentada-. Justo como la estocada de un sable japonés, hay una ligera curvatura en él por el forjado del filo. Menudo eres Roku, no hacía falta esto. Tu hermano mayor siempre va a confiar en ti, idiota. ¡Ah! -parecía sorprendido por un hallazgo fugaz- ¡mundo digital, por eso usas este fósil! Para que no te pirateen el mensaje. Sigues siendo listo, pequeño. Bueno, veamos qué necesitas.
“A Kenichi Ginshô. Si oyes esto se supone que ya oíste la anterior cara.
Como te he dicho antes, existe un mundo simultáneo al nuestro, y me temo que ahora trabajo para ellos en el otro lado. Y no precisamente en el bando de “los buenos”. He hecho cosas de las que me arrepiento, y seguiré haciéndolas hasta que logre garantizar la seguridad de nuestro mundo.
O eso pensaba al principio, pero tras convivir con estos “monstruos” me he dado cuenta de que son como nosotros. Piensan, sienten, padecen... Y no puedo proteger a un mundo a expensas del otro. Por ello, estoy preparando un modo de salvar ambas realidades. Y para eso necesito tu ayuda.
¿Recuerdas la empresa del abuelo, la que heredó padre y de la que eres copropietario? Necesito que me mandes un cargamento a la siguiente dirección. Los tipos y cantidades te las he dejado inscritas en un documento escondido. Deberás “darle las vueltas a las cosas” para hallarlo.
No sé si este juego de adivinanza te hará gracia debido a la situación, pero pensé que a ambos nos haría bien recordar tiempos mejores. Espero vernos pronto, y si no es así, vive feliz.”
-El sentido del humor que te gastas cuando nunca cambias esa expresión. Y no sé por quién me tomas, hermanito, la respuesta es bien fácil -guardando la grabadora en el interior de su chaqueta, Kenichi cogió el saco desde el interior y lo plegó hacia fuera-. ¿Para qué si no dejar esto aquí? -la acción dejó caer varios papeles que recogió para poder leerlo- Flores y semillas. Es lógico teniendo en cuenta a qué se dedicaba el abuelo, pero para qué las querrá. ¿Y esto? Oh, su testamento, y cartas de despedida para todos...
Considerándolo una falta de respeto, solo abrió la destinada a su persona, y a mitad del escrito comenzó a acariciar la cicatriz que quedó en su rostro el día del accidente. Aunque intentaba resistirse, sus ojos empezaron a empañarse en un débil llanto que le hizo apoyarse en la pared.
-¿Que perdón por la herida? Ese día no pude hacer nada, ¿y me pides perdón a mí? ¿Y de verdad piensas que eres un monstruo? Idiota, para mí siempre serás mi hermano, Roku, siempre...-apagando la colilla resultante del cigarro, respiró pesadamente- Lo creas o no, sé como te sientes -su mano se posaba en su corazón- Todos tenemos un monstruo dentro, Roku. La vida consiste en enfrentarte a él y superarlo, y aunque te cueste, aunque sea difícil, sé que lo conseguirás... Adiós peque, tendrás el encargo sin problemas en el lugar que indicas, y si alguna vez necesitas algo, no dudes en pedírmelo. Somos Ginshô, siempre cumplimos nuestra palabra. Y más que eso, somos hermanos.
Mirando el conducto de ventilación, el hombre salió de la sala portando todo lo que podía recuperarse dada la situación, pero sabía que, aunque su hermano estaba a escasos metros, no podía hacer nada más que apoyarlo, pues recurrir a la fuerza para retenerlo solo empeoraría el caso. Lo que probablemente no sabía es que quien se escondía en aquella posición no era Roku o, al menos, no tal y como él lo conocía. Un pequeño digimon negro, conocido como Dracumon, era el que permitía una comodidad plena en un espacio tan nimio. Generalmente se llamaba a esta forma “Bakemono”, nombre conferido por el propio muchacho, pero esta vez referirse a él de esta manera llevaría a error, pues ya hacía días que no podía comunicarse con el digimon.
Mundo Digital (pasado)
-A ver si lo he entendido. Debo ir a un funeral al que van a asistir importantes entidades del mundo digital pese a que es... En el mundo humano.
-Exacto -decía el Demidevimon-. Yo no sé dónde ver el problema.
-Estáis haciendo negocio de una persona que está muerta...
-”El perro no ladra por discutir, solo sigue órdenes”, es un refrán de no me acuerdo qué país. Ni me interesan tus prejuicios, ni tus métodos. Vas ir, confirmar la asistencia de estas personas y ver qué les conectaba, ¿entendido? O si no...
-¿Si no qué?
-Pues que igual la próxima vez que vayas a un funeral conoces al muerto, no sé si me explico -ante el silencio del muchacho, el monstruo sonrió-. Confirmo entonces que te encargas tú, que bien. Hasta otra.
-Menudo idiota -protestaba Bakemono-. Si no fuera porque solo es el mensajero habría estado bien que me dejaras morderle un poco o que Benkei lo espetara.
-¿Espetar no es escupir?
-Creo que también es empalar algo, pero no me hagas mucho caso... Bueno, y ahora qué.
Encogiéndose de hombros y portando el sobre donde estaban indicadas las órdenes a cumplir, el muchacho comenzó a andar, buscando una cabina que funcionara. En el digimundo había muchas, pero no todas disponían de la utilidad confiada en el aparato. Cuando por fin encontró una, marco un número que sabía de memoria, esperando respuesta.
-Kenichi Ginshô al habla, dígame.
-Soy Roku -antes de que notara como su hermano mayor se sorprendía de sobremanera intentó ir al grano sin éxito-, escucha debo decirte que...
-¡¿Roku?! ¡¿Se puede saber dónde has estado todo este tiempo?! ¡¿Y dónde estás ahora?! ¡Papá y mamá están desesperados buscándote, sin hablar de los demás! ¡¿Sabes cuánto a llorado Nanami?!
-¡¡No desaparecí por gusto!! -intentaba gritarle fuertemente- ¡¡Y ahora cállate y escucha, no tengo mucho tiempo!! No sé si están escuchando esta llamada, pero atento a lo que voy a decirte: “Voy a estar en un sitio donde papá no volvería, pero tú y yo sí”. Confío en ti -se despidió colgando-. Espero que siga siendo bueno con los acertijos.
-¿Pero qué clases de pistas son esas? ¿Qué es esto, “Buscar a Roku”? Si ni siquiera tiene sentido.
-Cuando mi padre era estudiante vivía en una residencia, y se hospedaba en la habitación 16. No volvería porque ya acabó sus estudios, y teniendo en cuenta de Kenichi viene de “uno” en japonés y mi nombre directamente es “seis”, creo que se entiende.
-¡Solo un loco lo entendería! ¡Sois una familia de locos! ¡Y quiero conocerlos! Especialmente a Nanami, ¿qué se supone que es?
-Oh, simplemente es mi...
-¡¡Ey, ey, ey, espera un minuto!! ¡¡¿¿No tienes educación??!!
-¿Pero qué dices, Bakemono?
-....-solo llegaba un fuerte sonido de interferencias ascendentes que, súbitamente, desaparecieron.
-...¿Bakemono?
París (presente)
-Bien, el cargamento a llegado en el avión -indicaba el chico comprobando que todo estuviera preparado-. Vale, puedo ir a la casa y hacer los arreglos mientras preparan el sepelio- ya había cumplimentado los papeles necesarios con una identidad falsa, pues Kenichi solo debía mandar el cargamento a alguien de la empresa y para ello solo necesitaba un carnet que acreditara su presencia en la plantilla-. Perdone, pensaba en voz alta.
Falsificar documentos humanos en el digital era bastante sencillo, aunque era obvio viendo las habilidades sobrenaturales de las que disponían. Todo había sido enviado dentro de un camión, por lo que Roku podría conducirlo. No es que fuera un experto en conducción, sabía lo básico, pero suponía que serviría.
Una vez preparado todo, empezó a conducir rumbo a la mansión donde se realizaría el evento funerario. Mientras pilotaba, no podía evitar fijarse en las heridas de la mano derecha, pues desde ese día cada vez que intentaba usar el dispositivo notaba algo raro en las cadenas de datos que surgían, de otro color, y especialmente al emplear la forma de Bakemono un fuego verdoso recubría su cuerpo, convirtiendo la transformación en algo traumático y doloroso.
Aquellas llamas habían dejado varias quemaduras que debía ocultar bajo un guante. Por suerte, dada la ocasión, la prenda quedaba justificada por el traje que portaba. Pero bajo aquella tela seguían doliendo las cicatrices, y el recuerdo de la ausencia de un amigo.
-Bueno, ya hemos llegado, Bakemono -se dijo a sí mismo, sin respuesta, mientras bajaba del vehículo para informar al servicio de su llegada-. Disculpen, traigo las flores para el funeral de... Louise De la Valliére, de parte de un amigo que no ha querido revelar su identidad.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
El día iniciaba de una manera fenomenal, el campo de flores que podía ver Shinji desde el ventanal de su habitación relucía único ante sus ojos, ver todo tipo de flores, desde pequeñas azaleas hasta preciosas orquídeas, la hermosa fuente central del campo bombeaba el agua cada segundo, no podría empezar más especial el día, estaba por preparar su cambio para dar un pequeño paseo por los linderos de la mansión. No esperaba ningún imperfecto cercando ante el día.
-Shinji, nos vamos a París.- Se logró escuchar mientras la puerta estaba siendo ligeramente golpeada.
-Pensé que habíamos dicho que los viajes alrededor del mundo habían terminado, padre.- Replicó en un tono de irritación ante los planes que estaba haciendo.
-No es un viaje de negocios, Shinji.- Poco a poco la puerta iba abriéndose, para mostrar la figura completa de su padre, quién estaba vestido completamente de negro, cosa extraña para el joven castaño. –La familia De la Valliére ha sufrido una perdida, es el funeral de Louise.- Mencionó mientras entraba a la habitación. –Viste tu traje, salimos en 30 minutos.-
Era extraño, recordaba haber escuchado a la familia De la Valliére, sabía que tenía relación con su padre, había visto alguna vez a toda la familia reunida pero no lograba reconocer quién era Louise De la Valliére.
-Estaré listo para entonces.- Se limitó a decir ante su padre.
Mientras se vestía, no podía dejar de pensar en aquél hecho, no era una familia con la que se reuniera los fines de semana a salir a dar un paseo. –No he estado un funeral desde…- No podía ser que ese recuerdo llegara a su mente en ese momento. –Desde el funeral de mi madre.- Terminó la oración con tus cuantas lágrimas cayéndole lentamente sobre sus mejillas, a lo siguió a limpiarse la cara.
-Shinji, ya casi es hora.- Logró escuchar que la voz provenía de la planta baja de la mansión.
-Estoy por bajar, padre.- Dijo Shinji mientras terminaba de dar los últimos toques a su traje negro.
Tras descender, logró visualizar el auto color negro que los transportaría al aeropuerto, en donde los esperaría su pequeño Jet privado, que los llevaría a París.
El viaje terminó sin mucho que se pudiera contar, el silencio que predominaba en los medios de transporte era incomparable, ninguno de los dos se tomó el tiempo de hablar, lo único que se logró escuchar durante el viaje fue cuando el padre de Shinji mencionó la dirección de la mansión.
Estando fuera de la mansión lograron ver que otro invitado había llegado, o eso parecía. –Andando, Shinji.- Ambos salieron del carro sutilmente para encaminarse a la puerta de la mansión.
-Familia D´Uberville-. Dijo a secas el padre de Shinji.
-Buenas tardes.- Se dignó a comentar Shinji. –Hemos sido informados de la lamentable pérdida.-Dijo a los presentes. –Mi nombre es Shinji D’Ubervile.- Replicó con un ligero ademan.
-Shinji, nos vamos a París.- Se logró escuchar mientras la puerta estaba siendo ligeramente golpeada.
-Pensé que habíamos dicho que los viajes alrededor del mundo habían terminado, padre.- Replicó en un tono de irritación ante los planes que estaba haciendo.
-No es un viaje de negocios, Shinji.- Poco a poco la puerta iba abriéndose, para mostrar la figura completa de su padre, quién estaba vestido completamente de negro, cosa extraña para el joven castaño. –La familia De la Valliére ha sufrido una perdida, es el funeral de Louise.- Mencionó mientras entraba a la habitación. –Viste tu traje, salimos en 30 minutos.-
Era extraño, recordaba haber escuchado a la familia De la Valliére, sabía que tenía relación con su padre, había visto alguna vez a toda la familia reunida pero no lograba reconocer quién era Louise De la Valliére.
-Estaré listo para entonces.- Se limitó a decir ante su padre.
Mientras se vestía, no podía dejar de pensar en aquél hecho, no era una familia con la que se reuniera los fines de semana a salir a dar un paseo. –No he estado un funeral desde…- No podía ser que ese recuerdo llegara a su mente en ese momento. –Desde el funeral de mi madre.- Terminó la oración con tus cuantas lágrimas cayéndole lentamente sobre sus mejillas, a lo siguió a limpiarse la cara.
-Shinji, ya casi es hora.- Logró escuchar que la voz provenía de la planta baja de la mansión.
-Estoy por bajar, padre.- Dijo Shinji mientras terminaba de dar los últimos toques a su traje negro.
Tras descender, logró visualizar el auto color negro que los transportaría al aeropuerto, en donde los esperaría su pequeño Jet privado, que los llevaría a París.
El viaje terminó sin mucho que se pudiera contar, el silencio que predominaba en los medios de transporte era incomparable, ninguno de los dos se tomó el tiempo de hablar, lo único que se logró escuchar durante el viaje fue cuando el padre de Shinji mencionó la dirección de la mansión.
Estando fuera de la mansión lograron ver que otro invitado había llegado, o eso parecía. –Andando, Shinji.- Ambos salieron del carro sutilmente para encaminarse a la puerta de la mansión.
-Familia D´Uberville-. Dijo a secas el padre de Shinji.
-Buenas tardes.- Se dignó a comentar Shinji. –Hemos sido informados de la lamentable pérdida.-Dijo a los presentes. –Mi nombre es Shinji D’Ubervile.- Replicó con un ligero ademan.
- Digi Puntos :3
Shinji D'Uberville
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
El día había empezado muy bien, los entrenamientos avanzaron perfectamente, no había papeleo por revisar y ninguna alerta en el Mundo Digital. Nada hacía pensar que aquél día iba a estropearse de aquél modo, hasta que recibió aquella carta.
Un Knightmon llamó a la puerta de la habitación de Sigrun, donde ella leía tranquilamente una novela.
- Adelante.
El digimon entró inclinándose ante su superior. En sus manos llevaba una carta que ofreció a la sublíder. Sigrun dejó el libró sobre el escritorio y tomó la carta.
- Lady Sigrun. Su hermana le envía esto desde el Mundo Humano- dijo el Knightmon.
- Gracias por traerla- le agradeció.
Una vez el digimon se marchó, Sigrun cerró la puerta y abrió el sobre sentándose a los pies de su cama. Dentro había una nota de su hermana Freya y otro sobre. Primero decidió leer la nota, así que dejó el sobre a su lado sin examinarlo demasiado:
“Hermana, esta mañana llegó esa carta a casa. Es para la familia en general, pero parece importante así que no me atreví a abrirla. Mamá está trabajando y ya sabes que a papá no le dan el permiso para venir a Japón hasta dentro de tres meses. Por eso pensé que lo mejor sería enviártela a ti. Kudamon y yo tuvimos suerte de encontrar a un Knightmon de tu clan en la DigiCentral.
Cuídate mucho, hermana.
Freya”
Sonrío al leer la nota de su hermana, hacia poco que Freya también terminó por convertirse en tamer y encontró a su compañero, un Kudamon que encontró perdido en el Mundo Humano. Aunque Freya aún no había tenido ocasión de viajar al Mundo Digital.
Sigrun sujetó el sobre que su hermana le había enviado, tal y como dijo Freya estaba dirigido a su familia. Al darle la vuelta al sobre para ver el remitente tuvo un ligero escalofrío. El remitente era la familia De la Valliére. ¿Por qué mandarían una carta? Ambas familias se conocían desde que Sigrun se hizo amiga de Louise hace años. Eran grandes amigas de la infancia, o al menos así era en principio. La joven sublíder aún recordaba el accidente que le costó la vida a una amiga que tenían en común y la amistad de Louise. Ella siempre culpó a Sigrun de aquella pérdida y nunca se lo perdonó.
Por fin abrió el sobre, pero a medida que leía la carta sentía que el alma se le rompía en mil pedazos. Era una invitación a un funeral en Francia…el funeral de Louise.
- No puede ser… - murmuró mientras la voz le temblaba.
Aquel día que había empezado con tan buen pie se estropeó por completo. La mente de Sigrun trataba de negar que lo que estaba leyendo era real, aquello debía tratarse de una broma o un error. Pero por mucho que tratara de negarlo, sabia en el fondo que aquello estaba pasando.
Los ojos de Sigrun derramaron varias lágrimas que cayeron sobre el papel. La joven habría deseado tener la oportunidad de hacer las paces con Louise, pero por mucho que lo intentó en el pasado, ella se negaba a perdonarla por aquél accidente durante la excursión a caballo. Ahora ella se había ido, se había ido odiándola y eso destrozaba el alma de Sigrun.
Al cabo de unas horas, Sigrun ya se encontraba en París de camino a la mansión De la Valliére. Llevaba un vestido negro que incluía un tocado en el pelo y unos guantes largos. No se había maquillado mucho, porque con las lágrimas se le echaría todo a perder. Aunque ahora estaba un poco más tranquila, tenía los ojos algo enrojecidos por haber llorado hacía poco. Ulforce le había ofrecido acompañarla, aunque sea quedándose todo el tiempo dentro del digivice, pero Sigrun se negó y decidió ir sola. Ya había avisado a sus padres pero ninguno pudo ir al funeral por lo que Sigrun iría en representación de su familia.
Cuando llegó frente a la inmensa casa había un camión en la entrada descargando las flores para el funeral. Ver aquello hizo que los ojos de la sublíder volvieran a humedecerse, por lo que tuvo que realizar un esfuerzo para aguantar las lágrimas.
Tras hablar con un criado que había en la entrada este la llevó hasta el lugar donde se encontraban los padres de Louise. Al llegar los vio hablando con otras dos personas por lo que no quiso interrumpir y fue a hablar con un chico rubio que se encontraba también allí. Sigrun supuso que debía de ser de la familia, así que lo mejor era presentarse.
- Mi más sincero pésame… - le dijo con la voz que le temblaba en algunos momentos- Soy Sigrun Vinter, vengo en representación de mi familia.
Un Knightmon llamó a la puerta de la habitación de Sigrun, donde ella leía tranquilamente una novela.
- Adelante.
El digimon entró inclinándose ante su superior. En sus manos llevaba una carta que ofreció a la sublíder. Sigrun dejó el libró sobre el escritorio y tomó la carta.
- Lady Sigrun. Su hermana le envía esto desde el Mundo Humano- dijo el Knightmon.
- Gracias por traerla- le agradeció.
Una vez el digimon se marchó, Sigrun cerró la puerta y abrió el sobre sentándose a los pies de su cama. Dentro había una nota de su hermana Freya y otro sobre. Primero decidió leer la nota, así que dejó el sobre a su lado sin examinarlo demasiado:
“Hermana, esta mañana llegó esa carta a casa. Es para la familia en general, pero parece importante así que no me atreví a abrirla. Mamá está trabajando y ya sabes que a papá no le dan el permiso para venir a Japón hasta dentro de tres meses. Por eso pensé que lo mejor sería enviártela a ti. Kudamon y yo tuvimos suerte de encontrar a un Knightmon de tu clan en la DigiCentral.
Cuídate mucho, hermana.
Freya”
Sonrío al leer la nota de su hermana, hacia poco que Freya también terminó por convertirse en tamer y encontró a su compañero, un Kudamon que encontró perdido en el Mundo Humano. Aunque Freya aún no había tenido ocasión de viajar al Mundo Digital.
Sigrun sujetó el sobre que su hermana le había enviado, tal y como dijo Freya estaba dirigido a su familia. Al darle la vuelta al sobre para ver el remitente tuvo un ligero escalofrío. El remitente era la familia De la Valliére. ¿Por qué mandarían una carta? Ambas familias se conocían desde que Sigrun se hizo amiga de Louise hace años. Eran grandes amigas de la infancia, o al menos así era en principio. La joven sublíder aún recordaba el accidente que le costó la vida a una amiga que tenían en común y la amistad de Louise. Ella siempre culpó a Sigrun de aquella pérdida y nunca se lo perdonó.
Por fin abrió el sobre, pero a medida que leía la carta sentía que el alma se le rompía en mil pedazos. Era una invitación a un funeral en Francia…el funeral de Louise.
- No puede ser… - murmuró mientras la voz le temblaba.
Aquel día que había empezado con tan buen pie se estropeó por completo. La mente de Sigrun trataba de negar que lo que estaba leyendo era real, aquello debía tratarse de una broma o un error. Pero por mucho que tratara de negarlo, sabia en el fondo que aquello estaba pasando.
Los ojos de Sigrun derramaron varias lágrimas que cayeron sobre el papel. La joven habría deseado tener la oportunidad de hacer las paces con Louise, pero por mucho que lo intentó en el pasado, ella se negaba a perdonarla por aquél accidente durante la excursión a caballo. Ahora ella se había ido, se había ido odiándola y eso destrozaba el alma de Sigrun.
Al cabo de unas horas, Sigrun ya se encontraba en París de camino a la mansión De la Valliére. Llevaba un vestido negro que incluía un tocado en el pelo y unos guantes largos. No se había maquillado mucho, porque con las lágrimas se le echaría todo a perder. Aunque ahora estaba un poco más tranquila, tenía los ojos algo enrojecidos por haber llorado hacía poco. Ulforce le había ofrecido acompañarla, aunque sea quedándose todo el tiempo dentro del digivice, pero Sigrun se negó y decidió ir sola. Ya había avisado a sus padres pero ninguno pudo ir al funeral por lo que Sigrun iría en representación de su familia.
Cuando llegó frente a la inmensa casa había un camión en la entrada descargando las flores para el funeral. Ver aquello hizo que los ojos de la sublíder volvieran a humedecerse, por lo que tuvo que realizar un esfuerzo para aguantar las lágrimas.
Tras hablar con un criado que había en la entrada este la llevó hasta el lugar donde se encontraban los padres de Louise. Al llegar los vio hablando con otras dos personas por lo que no quiso interrumpir y fue a hablar con un chico rubio que se encontraba también allí. Sigrun supuso que debía de ser de la familia, así que lo mejor era presentarse.
- Mi más sincero pésame… - le dijo con la voz que le temblaba en algunos momentos- Soy Sigrun Vinter, vengo en representación de mi familia.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :642Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Burst Mode/Future ModeNivel On Rol de los Digi Aliados :Draco: Ultimate [BlackMetalGreymon]
Kara: Rookie [Dorumon]Icono :Rango y Unidad :Sigrun Vinter
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)
Ulforce
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)Rango y Unidad Digi Aliado :Draco
Rango: Knight
Unidad: Dragons DestroyersInventario :
Sigrun Vinter
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
- Lel(?):
- Como son muchos personajes on los que puedo interactuar, comenzaré a rolear este tema en tercera persona; la mayor parte de todo esto será basado en los escenarios donde se pose Julio, pero Cattleya, Eleonore y Elluka también tendrán sus oportunidades. Just avisando:o
Salté a Fuki porque creo que está algo ocupado y no quiero insistirle con el post, así que esperé a que pasara una semana del último post (Sig) para poder postear yo y seguir la regla
Una doncella rubia de impactante presencia se acercó a Julio, presentándose como Sigrun Vinter. El italiano la conocía de pura palabrería de Louise, y sabía todo lo que había ocurrido entre ellas. También, durante su estadía en el mundo digital pudo escuchar rumores de la sub-líder de los Royal Knight; una guerrera y su compañero tan veloces como un destello. Al principio tuvo sus sospechas sobre la relación entre ese nombre y el mundo digital, quizás la amiga de la infancia de su niña era la mujer más poderosa del mundo digital. Sin embargo, la voz quebrada con la que habló, esa debilidad tan notable le hizo descartar la opción casi por completo.
-Gracias. -Asintió con un buen temple y tomó la diestra de la joven, inclinándose hacia el frente ligera y firmemente para depositar un formal besoen su mano. -Julio Chesare. -Se presentó viendo a los cerúleos ojos de la chica y recuperó la postura, dejando ir de la mano ajena con delicadeza. Aún y cuando ese gesto propio de los varones solteros supondría ser coqueto, el de Julio parecía meramente protocolo debido a esos ojos sin luz y la ausencia de su siempre pícara sonrisa. -Es una pena que su familia no nos haya podido acompañar.
-Mademoiselle Vinter. -Saludó quién solía ser su suegro con un movimiento de cabeza y señaló a mano abierta a mi familia alrededor. -¿Ya conocía a los Chesare? Son socios nuestros, y Julio por igual era bastante cercano a... -El señor de la casa parecía dudar de sus palabras, como si de soltarlas derrumbaría una frágil torre. Julio conocía bien el sentimiento, pero no pondría en desgracia al hombre que ahora miraba al suelo con remordimiento. El hombre se ajustó la voz y parecía no tener intenciones de terminar la oración
-Guiaré a la signorina Vinter hacia los jardines, la casa es muy grande y podría perderse. -Interrumpió en un intento por mitigar la incomodidad que se había generado en el lugar. Una vez dado el permiso del señor de la casa, Julio tomó paso desde la estancia principal hacia los jardines traseros, no sin antes ofrecer el brazo a la señorita. Dejó pasar unos segundos en silencio antes de hablar, no tenía idea de qué decir sin lastimarse a sí mismo, o qué podría herir a la amiga de la infancia del motivo de reunión. -Mia bambina hablaba mucho de ti. -Estando lejos de sus padres, o sus suegros, Julio se sentía con la libertad de tutear a aquellos que eran cercanos a su edad. -Te estimó mucho. -Prosiguió sin mentir, deteniéndose para obervar un cuadro de la chica que tantos suspiros le había provocado a Julio. Un par de sirvientes llegaron y tomaron la pintura, probablemente para llevarla a la piedra memorial y continuar con los preparativos de la ceremonia. Se sentía mucho más nostálgico que antes, recordar todas aquellas anécdotas que Louise le contaba le provocaban querer hablar y hablar de ella como si aún existiera en alguna parte del mundo. El heterocromo sintió sus ojos pesados y sus sienes doler, sabía que Elluka estaba viva, pero nunca podría ser quién alguna vez fue. Se ajustó la voz y trató de esconder esa humedad que se formaba poco a poco. -Una disculpa, hoy estoy algo emocional. -Incluso decir que era el prometido de aquella niña le provocaba dolor, prefirió omitir el detalle hasta que le preguntasen, y siguió su camino hacia los jardines, divisando a una molesta figura conocida con un porte poco común en su persona. Se sentía alegre de que aquél sombrío asistiese al evento, pero no deseaba hablarle. Para su desgracia, debía darle indicaciones de qué decir y a quién no hablar durante la velada. Se disculpó con Sigrun y le pidió esperarle un momento, para después dirigirse hacia el susodicho sombrío.
-Aunque el primate se vista de seda... -Lo llamó sarcásticamente, pero a un tono de voz nivelado. Si bien, trataba de llevar las cosas por la paz durante el día, el rencor que Julio le tenía a ese muchacho era un tanto más fuerte. Acomodó su flequillo con un ademán y prosiguió. -No tengo porqué hablar contigo en la tarde, pero te voy a pedir tener cuidado con lo que dices aquí. -El rubio sabía que Scott no era tonto y podía deducir las cosas por su cuenta, pero debía asegurarse de que las cosas no se saldrían de control por culpa de su especie de invitado de honor. -Recuerda que yo soy el prometido aquí, el novio. -Se cruzó de brazos y miró de reojo al digimon junto al chico. Parecía un cachorro común y corriente, así que dedujo que no habría problemas mayores. -Si dices lo contrario, sólo mancharás la imagen de mia bambina, y es lo peor que le puedes hacer en esta familia. -Continuó alzando el mentón ligeramente y lo analizó de pies a cabeza. -Fue de buen gusto que optaras por un atuendo más apropiado, pero eso no quita que no debas hablar con los padres de Louise a menos que él te llame, y estaré al pendiente para intervenir. Trata de evitar a Éléonore a todo costo, pero con Cattleya podrás hablar sin problemas. -Julio siguió hablando como si Scott conociese a las hermanas de Louise de toda la vida, pero no debía haber problema si tanto tiempo pasó con ella. Algo debió de haberle mencionado. -Sigrun Vinter, el chico D'Uberville. -Dijo los nombres en voz baja y dedicó una sonrisa a la chica que había dejado esperando. -Ellos no están muy familiarizados con mi compromiso, pero apreciaría que no crearas rumores; eres un amigo de Louise que conoció en la academia de música, ¿entendido? Raikomaru es la única excepción que tienes para hablar... Si es que se molesta en presentarse. -Escupió esas palabras con amargura, como si fuese aún más difícil de tratar que Scott. Si bien, era cierto que la relación entre ambos era aún más tensa que antes, ya no podía decidir cuál de los dos era más molesto. -Tengan cuidado. -Finalizó mirando al digimon que acompañaba al invitado y regresó en búsqueda de la rubia que había estado guiando.
Cattleya, por su parte, se dedicó a abrir el portón que hacía esperar a un camión de entregas, y a los D'Uberville. Aún y cuando su hermana mayor se dedicó a insistirle que dejara a los siervos hacerlo, la pelirrosada insistió en querer estar e constante movimiento. Detrás de ella corría Sana, una Salamon que la dama había adoptado como mascota, y la había hecho pasar por mucho tiempo como una cachorrita de calle; nadie sospechó demasiado debido a que, en efecto, el pasatiempo de la más bella de las hijas De la Valliére era el adoptar animalitos. Cattleya presionó un botón y dejó abrir por todas sus anchas el portón de reja dorada que daba entrada a la mansión. Dedicó una reverencia a los dos finos hombres que también esperaban junto al camión, y tomó a su cachorra en brazos.
-Bienvenidos, mis padres los esperan en la sala principal. -Comentó con su siempre suave y melodiosa voz, y dirigió una mirada expectante al chico que manejaba el camión. -¿Es usted la entrega del banquete? -Trató de adivinar. Cattleya estaba deprimida, y sus ojeras no mentían, pero era muy buena tratando de esconder su malestar frente a las demás personas. Estaba tan concentrada en ello, que no notó a una Elluka vestida en negro escabullirse por un lado del camión. La Union Saver era consciente de su parecido extremo con aquella doncella, así que esperó no encontrarse con muchas personas y esconderse tras la ayuda de su amigo Julio. Incluso venía armada con un elegante abanico de mano para cubrir su rostro de ser necesario.
- Datos importantes:
Locaciones en la mansión:- Establos:
NPCs:
Josephine (Yegua favorita de Louise, es muy dócil pero nunca deben tocarle la melena. Sólo Elluka, Cattleya y Julio son capaces de hacerlo sin molestarla; si alguien sabe cabalgar, también puede tocarla sin problemas [like, que tengan experiencia con caballos(?)])
- Pasillos:
NPCs: Sirvientes y criadas (Se les puede pedir alimento y bebida, así como indicaciones de los lugares)
- Salón principal:
NPCs:
Señor De la Valliére (Padre de Louise, de temperamento fuerte.)
Señora De la Valliére (Estricta, tiene las mismas facciones de Cattleya y Elluka.)
Señores Chesare (Padres de Julio, no hablarán mucho con otros personajes que no sean adultos)
- Exterior:
NPCs:
Éléonore (Hija mayor de la familia, mal temperamento y orgullosa. Es dura y corregirá cualquier falta de respeto)
Cattleya (Tamer sin ninguna experiencia, segunda hija de la familia. Es amable y tierna, tiene un físico demasiado similar a Elluka.)
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
~[Scott]~
Tener que soportar las palabras de Julio eran un dolor peor que el dolor de muelas o que las heridas que aun cubrían mi cuerpo, pero aun cuando deseaba golpearlo o acuchillarlo… no podría, y jamás podría… no porque no pueda o no lo valga, porque matarlo vale la triste pérdida de 2 minutos de vida… pero no lo hice ni haría por una razón: Louise. Sé que este imbécil de poca cosa fue su amigo y por desgracia prometido infligido, pero… Louise le tenía cierto cariño y respeto, y esa la única razón por la que sigue vivo al día de hoy.
… bueno, mejor ser un primate con traje y además uno responsable… que una babosa pegajosa y lenta –Reí ignorando todo el discursito de Julio, ¿Cuándo dije que haría lo que le indique?, pues nunca… y no comenzare hoy- pensar que no lo mate el primer día que lo conocí… estimado imbécil de nombre correspondiendo al séptimo mes del año… me hace replantearme la vida… después recuerdo que usted solo respira al día de hoy porque la joven damisela a la que hoy rendimos honor, me lo pidió… ¿es triste, no…? La realidad… -Dicho eso me aleje tranquilamente, olvidando TODO lo que dijo el idiota menos una cosa…- (¿Sigrun esta aquí…? Luego la saludare… ahora mismo debería atender mis heridas… siento que unas vendas se salieron de lugar y no quiero manchar de sangre este traje… para eso iré al Dark Área luego de esto)
Scott… ¿realmente vas a ignorar lo que te dijo…? –Mire a Labramon un momento, quien me observaba fijamente con cierto temor y enfado… lo comprendo, estoy haciendo algo malo pero… así soy- por lo menos sigue lo de la escuela de música… aunque no sepas tocar ningún instrumento…
Pfs… je… está bien… seguiré esa excusa mínimo –mencione tranquilamente, mientras mis dedos comenzaban a moverse por inercia… la verdad, aprendí algo de música… lo básico, pero aprendí- si quieres puedes alejarte amigo… solo no camines mucho por el césped, no hables ni hagas tus necesidades en público…
¿Y tú a donde iras?
¿A dónde mas puedo? A un baño o algo para apretar mis vendas… y de paso, ver que mi maquillaje no se vaya a correr tan fácilmente… si tengo la necesidad de llorar, todos aquí verán esa herida y automáticamente tendré que ser “yo”… y aunque debería serlo por el “funeral de mi novia”, no lo hare… que esta fachada siga su ritmo… yo solo estoy por el final y por una entrega urgente… poco mas
Una vez dicho eso, Labramon acato mi petición y se alejo con tranquilidad, acomodándose un collar que decía “Jinrou” en el cuello… así sabrían que tiene dueño y si preguntaban por el mismo, podría responder por él. Ciertamente no creo que pase nada malo, el es inteligente y sabe qué hacer, y cuando… si llegara a meterse en problemas, automáticamente correría a buscarme a buscar refugio o a Nova para alterar a la gente y dejarlos como simples chiflados. Fuese como fuese, termine por alejarme del jardín para entrar en la casa y pedirle indicaciones a un sirviente del baño… costo un poco por el hecho de que no me conocían y dudaban de si era invitado o no, pero con solo decir “Okey, díganle al joven de cabello rubio y ojos disparejos que echaron a su invitado y amigo cercano de la damisela a la que rendimos tributo… seguro que les aumentan el sueldo” me guiaron al baño más cercano sin problema alguno.
Entre al baño y me quite toda la parte superior del traje, observando los ventajas de mi cintura, hombros y pecho… no pude evitar decir “Estoy a unas vendas de ser un Mummymon”, y acto seguido apretar un poco todas las vendas. Dolía bastante pero ya estoy algo adaptado al dolor físico… asique no me interesa del todo esto… y aun si me interesara, no me impediría ir de nuevo al Dark Area para saldar cuentas con la misma.
OFF: No tengo mucho más que decir, realmente XD solo que Labra anda por ahí, pueden hablarle si quieren~
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :707Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :DNA Evolution (Super Ultimate)Nivel On Rol de los Digi Aliados :Nova: Mega
BR: MegaIcono :Rango y Unidad :Scott Shadowest Musahrahjy
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: Titans
Labramon
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: TitansRango y Unidad Digi Aliado :Nova (BlackWarGreymon)
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: Titans
BR (Renamon)
Rango: Soldado
División: D-Brigade
Unidad/Sub-division: Shadow LizardInventario :
Scott Desaster
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
JMientras esperaba, Roku se distraía aporreando con los dedos el volante. Aunque al principio era solo un gesto de nerviosismo, poco a poco fue añadiéndole un ritmo, y los golpes sin sentido acabaron convirtiéndose en una melodía. Le servía para matar el tiempo, pero la tonadilla le resultaba familiar, aunque ahora no caía en cuándo la oyó por ultima vez:
-”This is not, the best song in the world, it's only... ¡A tribute!” -Jtras esto recordó que la idea de un tributo le hizo gracia a él, y por eso la cantó por semanas- Cierto, fue cuando empezamos a hablar, el día en que... Te puse nombre... “Bakemono”.
JLlevándose las manos a la cabeza intentó controlar la respiración. No era el momento para perder la calma. El digimon ya no estaba, algo había pasado, pero tenía que haber un “por qué” de esto, y lo encontraría cuando acabara aquel encargo, no antes. Un fallo no estaba permitido. Soltando pausadas bocanadas de aire, templó su ánimo, y sin embargo, poco pudo hacer antes de que otro evento quebrara si intento de tranquilidad.
Este llegó bajo la forma de un fulgor dorado de cientos de rayos de sol refractados en una rubia cabellera. Ante el contraste oscuro que predominaba en el interior del vehículo, aquella visión era impactante, a tal nivel que el propio Roku no podía dar crédito.
-¿Sigrun? ¿Pero qué está haciendo ella aquí?
JCasi por inercia quiso llamarla para preguntar si era ella de verdad, pero luego recapacitó en su necesidad de tener una coartada, de tener que mentir de nuevo, y ciertamente no tenía ánimos para ello. También pensó que quizás fuera alguna alucinación debido al estrés o a algún efecto del digispirit, por lo que acabó aceptando la idea de que aquella sería una muchacha parecida, pero no la propia tamer RK.
Más gente se acercaba a la puerta y, por tanto, al camión, pero el muchacho decidió obviar su presencia intentando centrarse en su “trabajo”. O así sería de no ser por una segunda sorpresa. Elluka fue quien atendía a quienes podían cruzar ya la verja. Esos cabellos rosados característicos nunca pasaban desapercibidos, e incluso le pareció divisar al dichoso Terriermon entre sus brazos.
-¿Es que hoy solo voy a ver tamers? ¿O me estoy volviendo rematadamente loco? -Jde nuevo, se llevó las manos a la cabeza- Ya empiezo a pensar que es otro intento de manipulación del spirit, pero Bakemono no está, a saber qué pasa -Jmientras el chico decía esto, se percató en que otra Elluka pasaba por un lateral-Sí, definitivamente perdí el juicio. O puede ser alguna especie de manipulación para que a todos los vea como gente que ya conozca, si es que eso tiene sentido...
JCuando la primera Elluka le dirigió la palabra, se dio cuenta de la diferente entonación, y viéndola más detenidamente, sus proporciones, así como su peinado o color de ojos, eran distintos a los de la ya conocida “princesita” de los US. Además, el ser que cargaba era más parecido a un perro que... “Lo que fuera” un Terriermon. Eso significaba que no estaba loco, ya era algo.
-¿Eh? No, lo lamento, no trabajo para los responsables del catering -Jdecía, intentando excusarse por haberse quedado unos segundos en silencio-. Pero creo que puedo... Deme un segundo.
JEl chico bajó del camión y abrió la parte trasera, entrando sin problemas de un salto y examinando la ingente cantidad de fardos que albergaban diferentes flores, ignorando otros sacos de raíces y hojas comestibles e incluso de semillas. Fue improvisando un ramo con especies que creía más convenientes para el evento, ya no para quien no estaba, sino para los presentes. Una muestra de cortesía intentando reconfortarles en tan aciaga hora.
Y por ello salió del lugar con un colorido conjunto de flores que, dispuestas en espiral, presentaban una gama de colores y formas ascendentes hasta llegar al epicentro, coronado por la única flor roja dispuesta en el ramo. Dirigiendo su mano a una de las cercanas a la más majestuosa, sustrajo una de color naranja y forma plana, dirigiéndola hacia la anfitriona de la peculiar cabellera.
-Como puede adivinar, soy el encargado de las flores. Esta es una caléndula, “orgullo”, sentimiento que seguro compartía por su pérdida, lamentando servidor obviamente su pérdida -Jcorrespondía a estas palabras llevando su mano al corazón-. Por ello le ofrezco esta flor, no solo porque va acorde a su belleza natural, sino porque sus pétalos pueden calmar irritaciones. No del corazón, pero sí, por ejemplo, de sus cansados ojos -Jseñaló las ojeras de ensombrecían aquellas rosadas joyas-. Colóquelos delicadamente sobre sus párpados y a continuación exprima para que recorran la piel, ayudándose del propio pétalo. Le calmará, pero, ¿necesita mi ayuda? Agradecería también si me dijera dónde puedo dejar mi camión para ir preparando los arreglos florales.
-”This is not, the best song in the world, it's only... ¡A tribute!” -Jtras esto recordó que la idea de un tributo le hizo gracia a él, y por eso la cantó por semanas- Cierto, fue cuando empezamos a hablar, el día en que... Te puse nombre... “Bakemono”.
JLlevándose las manos a la cabeza intentó controlar la respiración. No era el momento para perder la calma. El digimon ya no estaba, algo había pasado, pero tenía que haber un “por qué” de esto, y lo encontraría cuando acabara aquel encargo, no antes. Un fallo no estaba permitido. Soltando pausadas bocanadas de aire, templó su ánimo, y sin embargo, poco pudo hacer antes de que otro evento quebrara si intento de tranquilidad.
Este llegó bajo la forma de un fulgor dorado de cientos de rayos de sol refractados en una rubia cabellera. Ante el contraste oscuro que predominaba en el interior del vehículo, aquella visión era impactante, a tal nivel que el propio Roku no podía dar crédito.
-¿Sigrun? ¿Pero qué está haciendo ella aquí?
JCasi por inercia quiso llamarla para preguntar si era ella de verdad, pero luego recapacitó en su necesidad de tener una coartada, de tener que mentir de nuevo, y ciertamente no tenía ánimos para ello. También pensó que quizás fuera alguna alucinación debido al estrés o a algún efecto del digispirit, por lo que acabó aceptando la idea de que aquella sería una muchacha parecida, pero no la propia tamer RK.
Más gente se acercaba a la puerta y, por tanto, al camión, pero el muchacho decidió obviar su presencia intentando centrarse en su “trabajo”. O así sería de no ser por una segunda sorpresa. Elluka fue quien atendía a quienes podían cruzar ya la verja. Esos cabellos rosados característicos nunca pasaban desapercibidos, e incluso le pareció divisar al dichoso Terriermon entre sus brazos.
-¿Es que hoy solo voy a ver tamers? ¿O me estoy volviendo rematadamente loco? -Jde nuevo, se llevó las manos a la cabeza- Ya empiezo a pensar que es otro intento de manipulación del spirit, pero Bakemono no está, a saber qué pasa -Jmientras el chico decía esto, se percató en que otra Elluka pasaba por un lateral-Sí, definitivamente perdí el juicio. O puede ser alguna especie de manipulación para que a todos los vea como gente que ya conozca, si es que eso tiene sentido...
JCuando la primera Elluka le dirigió la palabra, se dio cuenta de la diferente entonación, y viéndola más detenidamente, sus proporciones, así como su peinado o color de ojos, eran distintos a los de la ya conocida “princesita” de los US. Además, el ser que cargaba era más parecido a un perro que... “Lo que fuera” un Terriermon. Eso significaba que no estaba loco, ya era algo.
-¿Eh? No, lo lamento, no trabajo para los responsables del catering -Jdecía, intentando excusarse por haberse quedado unos segundos en silencio-. Pero creo que puedo... Deme un segundo.
JEl chico bajó del camión y abrió la parte trasera, entrando sin problemas de un salto y examinando la ingente cantidad de fardos que albergaban diferentes flores, ignorando otros sacos de raíces y hojas comestibles e incluso de semillas. Fue improvisando un ramo con especies que creía más convenientes para el evento, ya no para quien no estaba, sino para los presentes. Una muestra de cortesía intentando reconfortarles en tan aciaga hora.
Y por ello salió del lugar con un colorido conjunto de flores que, dispuestas en espiral, presentaban una gama de colores y formas ascendentes hasta llegar al epicentro, coronado por la única flor roja dispuesta en el ramo. Dirigiendo su mano a una de las cercanas a la más majestuosa, sustrajo una de color naranja y forma plana, dirigiéndola hacia la anfitriona de la peculiar cabellera.
-Como puede adivinar, soy el encargado de las flores. Esta es una caléndula, “orgullo”, sentimiento que seguro compartía por su pérdida, lamentando servidor obviamente su pérdida -Jcorrespondía a estas palabras llevando su mano al corazón-. Por ello le ofrezco esta flor, no solo porque va acorde a su belleza natural, sino porque sus pétalos pueden calmar irritaciones. No del corazón, pero sí, por ejemplo, de sus cansados ojos -Jseñaló las ojeras de ensombrecían aquellas rosadas joyas-. Colóquelos delicadamente sobre sus párpados y a continuación exprima para que recorran la piel, ayudándose del propio pétalo. Le calmará, pero, ¿necesita mi ayuda? Agradecería también si me dijera dónde puedo dejar mi camión para ir preparando los arreglos florales.
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
"Con que un funeral, eh..." -Pensé con cierta nostalgia, leyendo la carta que había llegado a mi despacho y ahora poseía en mi diestra, antes de tomar un trago de aquella oscura copa de vino, merlot, que portaba en mi zurda. Me resultaba curioso que ahora mismo se la diese por fallecida si habia desaparecido hace un tiempo, mas aún existiendo Elluka "su otro yo". - Lily, iremos -Exclamé con una sonrisa ladina en mi rostro, iluminada por las ténues lamparas que bordeaban mi habitación. Sería divertido presenciar ese evento, habría un carnaval de lagrimas, y de falsas lagrimas obviamente; como todo evento noble, aunque deduje sería algo mas pequeño y cuidado, privado, sin prensa o banquetes exagerados. Lilithmon por su parte asintió, creando un portal al mundo humano al rasgar el aire con su garra dorada.
Necesitariamos ir al mundo humano obviamente, mas precisamente a mi mansión parisina. No podía crear un portal en medio de la fiesta y aparecerme con las parafernalias de los Royal Knight, junto a una dama demoniaca que flotaba constamente a 30 centimetros del suelo, no sería educado.
Benoit, mi estimado mayordomo, nos recibió con grata alegría cuando abrimos los enormes portones de la mansión. Él, junto con el enorme equipo de doncellas y criados, prepararon tanto mis vestiduras para el evento como un automovil para trasladarme al mismo, un baño caliente con pétalos de rosas para aromatizar el agua y una taza de café con un par de croissants esperandome en la salida del mismo. Hubiese sido absolutamente relajante ese trato de agazajo si no estuviese con visible prisa para no llegar tarde al evento en cuestión.
Esta vez no hubo trajes de enormes volados, colores vistosos, detalles lujosos. Un traje negro, con una corbata simple del mismo color y una camisa negra fueron mi elección. No habia lujo alguno en el luto, era eso, la simplicidad de una despedida; inocente y dólida, sin presunciones o motivo alguno de pavoneo.
Dejando a Lily como custodia de mi mansión, Benoit me condujo en el Rolls-Royce Phantom negro hasta la residencia de la familia De la Valliére. El viaje, lamentablemente, tardó mas de lo esperado debido al embotellamiento en el que nos vimos atascados; en momentos así lamentaba no poder volar por los aires.
Sin embargo, llegamos. Con ese aire de elegancia y malicia que me caracterizaba, bajé del vehiculo cuando Benoit abrió mi puerta. - Gracias por todo, Benoit, espero no tardar demasiado -Dije con una sonrisa dulce al anciano, quien asintió alegre; sin duda era una de las personas mas cercanas a mí desde mi infancia y posiblemente la única persona que podría considerar un familiar.
Caminé hasta las puertas de la mansión, y pude vislumbrar a una doncella caminando cerca de la entrada, a la cual llamé chasqueando los dedos sobre mi cabeza para llamar su atención, risueño para no verme irrespetuoso. - Disculpa encanto, ¿podrías anunciar a los anfitriones la llegada de Fuji Raikomaru?, el tráfico fue un espanto sin duda y me hizo llegar fuera de horario, diles que lo lamento -Dejando escapar una carcajada ahogada tras mi diestra, la doncella practicamente trotó hacia el interior de la mansión para anunciar mi llegada.
Necesitariamos ir al mundo humano obviamente, mas precisamente a mi mansión parisina. No podía crear un portal en medio de la fiesta y aparecerme con las parafernalias de los Royal Knight, junto a una dama demoniaca que flotaba constamente a 30 centimetros del suelo, no sería educado.
Benoit, mi estimado mayordomo, nos recibió con grata alegría cuando abrimos los enormes portones de la mansión. Él, junto con el enorme equipo de doncellas y criados, prepararon tanto mis vestiduras para el evento como un automovil para trasladarme al mismo, un baño caliente con pétalos de rosas para aromatizar el agua y una taza de café con un par de croissants esperandome en la salida del mismo. Hubiese sido absolutamente relajante ese trato de agazajo si no estuviese con visible prisa para no llegar tarde al evento en cuestión.
Esta vez no hubo trajes de enormes volados, colores vistosos, detalles lujosos. Un traje negro, con una corbata simple del mismo color y una camisa negra fueron mi elección. No habia lujo alguno en el luto, era eso, la simplicidad de una despedida; inocente y dólida, sin presunciones o motivo alguno de pavoneo.
Dejando a Lily como custodia de mi mansión, Benoit me condujo en el Rolls-Royce Phantom negro hasta la residencia de la familia De la Valliére. El viaje, lamentablemente, tardó mas de lo esperado debido al embotellamiento en el que nos vimos atascados; en momentos así lamentaba no poder volar por los aires.
Sin embargo, llegamos. Con ese aire de elegancia y malicia que me caracterizaba, bajé del vehiculo cuando Benoit abrió mi puerta. - Gracias por todo, Benoit, espero no tardar demasiado -Dije con una sonrisa dulce al anciano, quien asintió alegre; sin duda era una de las personas mas cercanas a mí desde mi infancia y posiblemente la única persona que podría considerar un familiar.
Caminé hasta las puertas de la mansión, y pude vislumbrar a una doncella caminando cerca de la entrada, a la cual llamé chasqueando los dedos sobre mi cabeza para llamar su atención, risueño para no verme irrespetuoso. - Disculpa encanto, ¿podrías anunciar a los anfitriones la llegada de Fuji Raikomaru?, el tráfico fue un espanto sin duda y me hizo llegar fuera de horario, diles que lo lamento -Dejando escapar una carcajada ahogada tras mi diestra, la doncella practicamente trotó hacia el interior de la mansión para anunciar mi llegada.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
El entrar en aquella mansión se podían observar diferentes personas, pero sin duda se podía visualizar un color rosado en la cabellera de una de las señoritas, recordó la familia De La Valliére, alguna u otra cena tuvieron juntos Shinji y su padre con aquella familia, pero resultaba completamente difícil recordar quién era la joven Louise. Mientras se acercaba cada vez más a la joven pelirosada que estaba situada en la puerta trato en pensar la figura de la joven a la que se le rendía honor sin éxito alguno.
-Mi padre y yo, Shinji D’Uberville, hemos sido informados de la trágica pérdida de la familia De La Valliére, lamentamos mucho lo que sucedió.- Dijo mientas esperaba algunas palabras de parte de su padre.
-Hemos llegado tan rápido como nos fue posible, como lo digo mi hijo, lamentamos mucho su pérdida.-
Aquella ocasión era como un balde de agua fría para Shinji, no era un recuerdo grato para él, pensar en su madre varios años atrás no era algo que anduviera mencionando a todas las personas. –Hey yo perdí a mi madre hace algunos años.- Dijo para él mismo dentro de sí, era obvio que no podía pensar en aquel mal recuerdo sin ser deprimente.
Shinji se limitó a quedarse en un rincón de la recepción de la mansión mientras veía a lo que serían los invitados, podía ver charlas de diferentes grupos pequeños, conocidos, aparentemente.
-¿Por qué las mejores personas del mundo tienen que desaparecer y los que no merecen vivir siguen vivos hoy en día?- Dijo en voz baja, casi inaudible. –Es injusto el mundo en el que vivimos, las buenas acciones son negadas y las malas acciones son alabadas.-
Al fijar sus ojos en la puerta de la mansión logró observar como llegaba un joven de cabellos morados, muy elegante, llegando a parte de la ocasión, por lo que logró escuchar. Poco a poco aquella área de la gran mansión empezaba a llenarse.
-Pobre chica.- Reflexionó. –Debe ser una pérdida terrible para su familia, sin duda alguna fue una excelente hija y ejemplo a seguir.- Logró decir mientras lograba observar a su padre merodear por ahí. –Apostaría lo que fuera a qué no se acordaría de que tiene un hijo.- Pensó mientras reía internamente. –Shinji, hoy tengo una cita con mi dinero.- No podía creer como algo tan sucio como él dinero podía dar tanta felicidad a la gente.
-Mi padre y yo, Shinji D’Uberville, hemos sido informados de la trágica pérdida de la familia De La Valliére, lamentamos mucho lo que sucedió.- Dijo mientas esperaba algunas palabras de parte de su padre.
-Hemos llegado tan rápido como nos fue posible, como lo digo mi hijo, lamentamos mucho su pérdida.-
Aquella ocasión era como un balde de agua fría para Shinji, no era un recuerdo grato para él, pensar en su madre varios años atrás no era algo que anduviera mencionando a todas las personas. –Hey yo perdí a mi madre hace algunos años.- Dijo para él mismo dentro de sí, era obvio que no podía pensar en aquel mal recuerdo sin ser deprimente.
Shinji se limitó a quedarse en un rincón de la recepción de la mansión mientras veía a lo que serían los invitados, podía ver charlas de diferentes grupos pequeños, conocidos, aparentemente.
-¿Por qué las mejores personas del mundo tienen que desaparecer y los que no merecen vivir siguen vivos hoy en día?- Dijo en voz baja, casi inaudible. –Es injusto el mundo en el que vivimos, las buenas acciones son negadas y las malas acciones son alabadas.-
Al fijar sus ojos en la puerta de la mansión logró observar como llegaba un joven de cabellos morados, muy elegante, llegando a parte de la ocasión, por lo que logró escuchar. Poco a poco aquella área de la gran mansión empezaba a llenarse.
-Pobre chica.- Reflexionó. –Debe ser una pérdida terrible para su familia, sin duda alguna fue una excelente hija y ejemplo a seguir.- Logró decir mientras lograba observar a su padre merodear por ahí. –Apostaría lo que fuera a qué no se acordaría de que tiene un hijo.- Pensó mientras reía internamente. –Shinji, hoy tengo una cita con mi dinero.- No podía creer como algo tan sucio como él dinero podía dar tanta felicidad a la gente.
- Digi Puntos :3
Shinji D'Uberville
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
El chico se presentó con gran educación. Se llamaba Julio Chesare. Sigrun había oído hablar de él hacía tiempo, cuando ella y Louise aún se hablaban. Aunque aquello fue hace demasiado. La sublíder se había quedado unos instantes sumida en sus recuerdos, aquellos recuerdos que atesoraba como si fuesen los más valiosos, cuando otra voz llamó su atención. Esta vez era el padre de Louise.
- Así es. Louise me habló de la familia Chesare- dijo Sigrun mientras reunía fuerzas para tranquilizarse.
Tras eso, Julio se ofreció para llevar a Sigrun hacia los jardines de la mansión. Así que Sigrun tomó el brazo que el chico le ofrecía y le acompañó por los pasillos, aunque llevaba la mirada baja. Julio le dijo que Louise hablaba mucho de ella y que la estimó mucho, y eso le hizo levantar la mirada para observar, incrédula, los ojos del chico.
Después dirigió la mirada al cuadro que se detuvieron a observar. Los recuerdos se agolpaban en la mente de Sigrun, esta vez la mayoría eran buenos recuerdos, aunque también había algunos más dolorosos.
- Cuando ocurrió aquello… tuve la sensación de haber perdido realmente a dos amigas. – contó Sigrun, intentando reunir la suficiente fortaleza como para hablar de ello sin que le temblara la voz o ponerse de nuevo a llorar. Era algo difícil para ella, pero el hecho de poseer un puesto como el de sublíder le ayudó a encontrar la fortaleza que buscaba- He pasado años sin hablar con Louise, y durante todo este tiempo pensé que Louise sólo me guardaba odio y rencor.
Sigrun observó como unos sirvientes se llevaban el cuadro y después como Julio se disculpaba por estar algo emocional.
- No tienes porque disculparte, es natural sentirse así- le dijo.
En ese instante, pudo ver a Scott y se sorprendió por encontrarlo en un lugar como aquél. ¿Conocería también a Louise? Julio fue a hablar con él y ella decidió esperar allí, aunque saludó a Scott desde la distancia inclinando levemente la cabeza, como si estuviese siguiendo algún protocolo.
- ¿Me habrías perdonado alguna vez, Louise?- dijo Sigrun para sí, pero sin percatarse si Julio estaba de regreso o si había alguien más lo suficientemente cerca como para escuchar.
- Así es. Louise me habló de la familia Chesare- dijo Sigrun mientras reunía fuerzas para tranquilizarse.
Tras eso, Julio se ofreció para llevar a Sigrun hacia los jardines de la mansión. Así que Sigrun tomó el brazo que el chico le ofrecía y le acompañó por los pasillos, aunque llevaba la mirada baja. Julio le dijo que Louise hablaba mucho de ella y que la estimó mucho, y eso le hizo levantar la mirada para observar, incrédula, los ojos del chico.
Después dirigió la mirada al cuadro que se detuvieron a observar. Los recuerdos se agolpaban en la mente de Sigrun, esta vez la mayoría eran buenos recuerdos, aunque también había algunos más dolorosos.
- Cuando ocurrió aquello… tuve la sensación de haber perdido realmente a dos amigas. – contó Sigrun, intentando reunir la suficiente fortaleza como para hablar de ello sin que le temblara la voz o ponerse de nuevo a llorar. Era algo difícil para ella, pero el hecho de poseer un puesto como el de sublíder le ayudó a encontrar la fortaleza que buscaba- He pasado años sin hablar con Louise, y durante todo este tiempo pensé que Louise sólo me guardaba odio y rencor.
Sigrun observó como unos sirvientes se llevaban el cuadro y después como Julio se disculpaba por estar algo emocional.
- No tienes porque disculparte, es natural sentirse así- le dijo.
En ese instante, pudo ver a Scott y se sorprendió por encontrarlo en un lugar como aquél. ¿Conocería también a Louise? Julio fue a hablar con él y ella decidió esperar allí, aunque saludó a Scott desde la distancia inclinando levemente la cabeza, como si estuviese siguiendo algún protocolo.
- ¿Me habrías perdonado alguna vez, Louise?- dijo Sigrun para sí, pero sin percatarse si Julio estaba de regreso o si había alguien más lo suficientemente cerca como para escuchar.
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :642Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Burst Mode/Future ModeNivel On Rol de los Digi Aliados :Draco: Ultimate [BlackMetalGreymon]
Kara: Rookie [Dorumon]Icono :Rango y Unidad :Sigrun Vinter
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)
Ulforce
Rango: Hand of the King y Holy Knight
Unidad: Todo el clan (Blue Thunder Dragons)Rango y Unidad Digi Aliado :Draco
Rango: Knight
Unidad: Dragons DestroyersInventario :
Sigrun Vinter
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
El señor de la casa se sobresaltó en cuanto recibió el comunicado de una de las camareras. Fuji Raikomaru, no cualquier empresario, no cualquier político. EL Fuji Raikomaru. ¿Qué hacía en el funeral de su hija? Supuso que se trataba de uno de los invitados de Julio, pero no entendía de dónde lo conocía. ¿Sería tan cercano al político como para que él se compadeciese por su novia? ¿Qué clase de estudios llevaba aquél muchacho? El rubio se dirigió instantáneamente a recibir al primer ministro, acompañado por su esposa.
-Primer Ministro. -Lo saludó, ofreciendo la mano. -Jean Pierre De la Valliére, y mi esposa, Katherine. -Terminó de presentarse, con cierta tensión en sus palabras, de la misma manera en que Elluka se comportaba sintiéndose amenazada. -¿A qué debemos el honor? -Preguntó, y después analizó severamente al muchacho que se paraba no muy lejos de Raikomaru. Definitivamente era el hijo de D’Uberville. -Muchacho... Shinji, ¿cierto? -Lo llamó, invitándolo a acercarse un poco más.
Cattleya, en los exteriores, aceptó con suma gratitud la flor del muchacho con una mano, mientras con la otra sostenía a la Sana que trataba de mantenerse aferrada a su brazo, dejando salir una pequeña lágrima. Adorable, consideraba aquello un gesto digno de reconocimiento.
-Gracias, qué encanto. -Contestó, y sonrió nuevamente al muchacho. -Por aquél lado. -Indicó, girándose hacia la izquierda, señalando con la mirada al jardín donde se estaba acomodando un cuarteto de cuerdas. -Avisaré a mi hermana que han llegado las flores, le enviará ayuda de los criados. -Continuó, llamando a un mayordomo con suaves ademanes. Indicó al hombre que guiara al muchacho hasta su destino pidiendo de favor, y este aceptó gustoso. A diferencia del resto de su familia, Cattleya era suave y honesta, transparente y empática.
Julio escuchó el lamento de Sigrun. Se dispuso a hablar, tomando aire, pero se detuvo al divisar a Elluka, cubriéndose discretamente la cara con un sombrero y un abanico. ¿Qué hacía ella aquí? Julio nunca quiso llegar a aquél punto, él sólo quería saber si cedería en algún punto, si Elluka confesaría ser Louise. No era la clase de confesión que esperaba. Por la manera en que se cubría, sabía que no estaba en casa para anunciar su regreso.
-Louise siempre fue muy temperamental, pero estoy seguro que te perdonó desde hace mucho tiempo. -Comenzó a hablar para llamar la atención de la rubia. Había visto demasiado tiempo al mismo punto, acabaría delatando a la pelirrosada si seguía así. -Era orgullosa, nunca lo diría en voz alta. Si no estuvieses en su corazón, nunca me habría hablado de ti. -Trató de consolar a la mujer, dedicándole una media sonrisa. Louise hablaba de Sigrun con mucha admiración, y cariño. Ella nunca olvidaría a una amiga como ella, mucho menos la perdería. Ese era el pensamiento de Julio. Cuando volvió a alzar la mirada para comprobar la ubicación de Elluka, no se encontraba en ningún lado. -Venga, ánimo, que puedo apostar a que resplandeces cuando sonríes. ¿Quieres comer o beber algo?
El lugar comenzaba a llenarse, y la música comenzó a sonar. Clockworker se escabullía entre los invitados para evitar ser avistada por sus hermanas. Logró ver a lo lejos a Labramon, y tragó saliva. ¡Ese desgraciado! Julio había invitado a Scott. ¿También habría invitado a Fuji? ¿Qué le pasaba? Ella sabía que él no se llevaba bien con ninguno de los dos. ¿Qué clase de acto de compasión era ese? Le costaba creer que estaba madurando.
-Primer Ministro. -Lo saludó, ofreciendo la mano. -Jean Pierre De la Valliére, y mi esposa, Katherine. -Terminó de presentarse, con cierta tensión en sus palabras, de la misma manera en que Elluka se comportaba sintiéndose amenazada. -¿A qué debemos el honor? -Preguntó, y después analizó severamente al muchacho que se paraba no muy lejos de Raikomaru. Definitivamente era el hijo de D’Uberville. -Muchacho... Shinji, ¿cierto? -Lo llamó, invitándolo a acercarse un poco más.
Cattleya, en los exteriores, aceptó con suma gratitud la flor del muchacho con una mano, mientras con la otra sostenía a la Sana que trataba de mantenerse aferrada a su brazo, dejando salir una pequeña lágrima. Adorable, consideraba aquello un gesto digno de reconocimiento.
-Gracias, qué encanto. -Contestó, y sonrió nuevamente al muchacho. -Por aquél lado. -Indicó, girándose hacia la izquierda, señalando con la mirada al jardín donde se estaba acomodando un cuarteto de cuerdas. -Avisaré a mi hermana que han llegado las flores, le enviará ayuda de los criados. -Continuó, llamando a un mayordomo con suaves ademanes. Indicó al hombre que guiara al muchacho hasta su destino pidiendo de favor, y este aceptó gustoso. A diferencia del resto de su familia, Cattleya era suave y honesta, transparente y empática.
Julio escuchó el lamento de Sigrun. Se dispuso a hablar, tomando aire, pero se detuvo al divisar a Elluka, cubriéndose discretamente la cara con un sombrero y un abanico. ¿Qué hacía ella aquí? Julio nunca quiso llegar a aquél punto, él sólo quería saber si cedería en algún punto, si Elluka confesaría ser Louise. No era la clase de confesión que esperaba. Por la manera en que se cubría, sabía que no estaba en casa para anunciar su regreso.
-Louise siempre fue muy temperamental, pero estoy seguro que te perdonó desde hace mucho tiempo. -Comenzó a hablar para llamar la atención de la rubia. Había visto demasiado tiempo al mismo punto, acabaría delatando a la pelirrosada si seguía así. -Era orgullosa, nunca lo diría en voz alta. Si no estuvieses en su corazón, nunca me habría hablado de ti. -Trató de consolar a la mujer, dedicándole una media sonrisa. Louise hablaba de Sigrun con mucha admiración, y cariño. Ella nunca olvidaría a una amiga como ella, mucho menos la perdería. Ese era el pensamiento de Julio. Cuando volvió a alzar la mirada para comprobar la ubicación de Elluka, no se encontraba en ningún lado. -Venga, ánimo, que puedo apostar a que resplandeces cuando sonríes. ¿Quieres comer o beber algo?
El lugar comenzaba a llenarse, y la música comenzó a sonar. Clockworker se escabullía entre los invitados para evitar ser avistada por sus hermanas. Logró ver a lo lejos a Labramon, y tragó saliva. ¡Ese desgraciado! Julio había invitado a Scott. ¿También habría invitado a Fuji? ¿Qué le pasaba? Ella sabía que él no se llevaba bien con ninguno de los dos. ¿Qué clase de acto de compasión era ese? Le costaba creer que estaba madurando.
- Tamer
- Digi Puntos :532Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :Ancient SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :
Mega
Ultimate
Icono :Rango y Unidad :Elluka Clockworker
Rango: Demi God
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Rango y Unidad Digi Aliado :Aleron
Rango: Oficial
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus Dove
Lion
Rango: Cabo
División: Olimpo Heros
Unidad/Sub-division: Venus DoveInventario :
Elluka Clockworker
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
~[Narrador]~
El diablo seguía luchando consigo mismo para controlar la presión de sus vendajes, observando con desprecio y odio por medio del espejo mientras sentía como su antigua aura podría escapar nuevamente. Aquella cosa había desaparecido hacía mucho tiempo, pero claro, las emociones negativas en grandes cantidades podían hacerla emerger de nuevo. Antes generada por odio, y ahora, se le sumaria la tristeza continua por una misma causa. Pero no podía permitirse que algo así ocurriera... tenía que aguantar hasta el final para ver el desenlace de esa tontería a la que había asistido. El sabia la verdad de todo, pero aun así quería un lugar "físico" donde poder despedirse de su amada... poder dejar aquella nota que pedía verla y que jamás podría leer; así como tampoco podría cumplir lo que quería hacer tras entregar la carta.
Se quejo un poco, emitiendo un gruñido de dolor, había apretado de mas una venda y ahora sus heridas sangraban un poco. No era mucho, para su fortuna; era casi como "sudar" sangre, algo que pararía en poco tiempo, pero claro, no podía permitir que se viera así como así. Lo último que necesitaba es que lo consideraran una persona "gótica" o "emo"; alguien que necesitaba hacerse daño físico para seguir adelante en la vida. Claro, el humano era en parte eso pero... de un modo distinto, menos masoquista quizás; solo muy terco y agresivo. Pero de cualquier forma, respiro profundamente, terminando de ajustar sus vendas para ponerse el traje; aunque incapaz de salir del baño, observando la puerta por la que entro, y por la que estaba por salir, como si fuera un portal a una dimensión desconocida y/o dolorosa. Respiro profundamente y abrió la puerta, saliendo del baño con la misma cara con la que entro, indiferente ante todo aquello, ignorando el dolor interno que sentía con la única misión de esperar al final sin que nada malo ocurriera.
Resoplo un poco y comenzó a deambular por el lugar, ignorando las preguntas de los sirvientes y criados sobre quien era o si se encontraba bien; no le interesaba en lo mas mínimo la preocupación de esas personas... no era algo que fuera tan importante como para prestarles atención. Scott simplemente deambulo por allí como un fantasma, observando cómo llegaba gente, aunque sin molestarse en averiguar quiénes llegaban o porque; era irrelevante e innecesario... una pérdida de tiempo que de un modo u otro, olvidaría, por lo que no molestarse en saber nada era la mejor forma de evitarse olvidar. Pero algo bueno salió de todo aquello: de tanto deambular como un idiota, llego hasta los establos de aquella mansión, casa o lo que fuera para quienes vivieran allí... ya ni siquiera eso le interesaba. No sabía porque era bueno llegar a un lugar como ese hasta que se percato de un animal en su respectivo corral, el cual tenía una placa con su nombre escrito.
Josephine... -murmuro observando a la yegua en su lugar, sin molestarse en acercarse o tratar de mirar más de cerca al animal- asique tu eres de quien tanto me hablo Louise... bueno, he de reconocer algo... eres tal y como ella te describía -comento con cierta ironía, sonriendo con tranquilidad- es una pena que tu dueña no este aquí... seguro me engañaría para que me acerque y trate de tocarte con seguridad, solo para que me muerdas o me des una patada -nuevamente rio ligeramente, intentando no hacerlo demasiado para que sus vendajes se mantuvieran en su lugar- habría sido algo que ella haría seguramente...}
Off: Labra anda por los jardines, si alguien quiere interactuar con el, es libre de hacerlo
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :707Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :DNA Evolution (Super Ultimate)Nivel On Rol de los Digi Aliados :Nova: Mega
BR: MegaIcono :Rango y Unidad :Scott Shadowest Musahrahjy
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: Titans
Labramon
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: TitansRango y Unidad Digi Aliado :Nova (BlackWarGreymon)
Rango: Hades Knight
División: Hades Titans
Unidad/Sub-division: Titans
BR (Renamon)
Rango: Soldado
División: D-Brigade
Unidad/Sub-division: Shadow LizardInventario :
Scott Desaster
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
Pudo pasar sin problema. Ya se había ganado la confianza de una de aquellas mujeres, y nadie sospecharía de un simple florista, ¿verdad? Condujo el camión al punto designado, y el servicio empezó a ayudar con la descarga de la mercancía, en palés recubiertos de plásticos que evitaban que el clima acabara con la lozanía de las flores antes del momento adecuado. Roku las evaluaba, por el olor, el tacto, la vista... Sí, esas flores estaban moribundas, aún tendrían fragancia unas horas, pero poco a poco se irían apagando, hasta que simplemente, desaparecían.
“Pensamientos” negros, “no me olvides” azules, “lotos” rojos... Había otras tantas flores que ocupar, que colocar, pero él solo atendía a esas. Eran sus colores. Y el mensaje oculto en estas tres flores era el mismo. Cómo hacerlo, le sería imposible, mientras viviera. Nunca podría olvidarle, pero al igual que una flor, que una vela, se había extinguido. Y lo echaba de menos, esa simpática e inocente sonrisa.
Jarrones con las más delicadas, pétalos aromáticos tendidos por el suelo, flores colgando de tiras decorando las verjas y los arcos. Daba directrices, informando sobre la posición y cómo colocarlas, de un modo casi automático. No era un experto, ni mucho menos, pero no era estúpido. A mayor altura debían descansar las flores que no se deshicieran, y lo opuesto en las zonas bajas. Repartiendolas, la carga fue cada vez menor, hasta que finalmente, el trabajo se completó o, al menos, ya no era necesaria su presencia. Anduvo sin un rumbo determinado, hasta que pudo verlas.
Los hierros que guiaban las flores, superpuestas a las estructuras del jardín, las obligaban a estar rectas. Él, en cambio, cabizbajo. No podía permitirlo, ¡él no querría verlo así! Se forzó a hacerlo, y era falso, pero necesaria. Estaba sonriendo, como él. Intentó soltar una carcajada, pero no pudo. Pudo notar miradas indiscretas, pero le daba igual.
Ellos habrían perdido a su señora, a su dulce niña.
Pero él había perdido a su Bakemono.
No.
A su amigo.
- Spoiler:
“Pensamientos” negros, “no me olvides” azules, “lotos” rojos... Había otras tantas flores que ocupar, que colocar, pero él solo atendía a esas. Eran sus colores. Y el mensaje oculto en estas tres flores era el mismo. Cómo hacerlo, le sería imposible, mientras viviera. Nunca podría olvidarle, pero al igual que una flor, que una vela, se había extinguido. Y lo echaba de menos, esa simpática e inocente sonrisa.
Jarrones con las más delicadas, pétalos aromáticos tendidos por el suelo, flores colgando de tiras decorando las verjas y los arcos. Daba directrices, informando sobre la posición y cómo colocarlas, de un modo casi automático. No era un experto, ni mucho menos, pero no era estúpido. A mayor altura debían descansar las flores que no se deshicieran, y lo opuesto en las zonas bajas. Repartiendolas, la carga fue cada vez menor, hasta que finalmente, el trabajo se completó o, al menos, ya no era necesaria su presencia. Anduvo sin un rumbo determinado, hasta que pudo verlas.
- Spoiler:
Los hierros que guiaban las flores, superpuestas a las estructuras del jardín, las obligaban a estar rectas. Él, en cambio, cabizbajo. No podía permitirlo, ¡él no querría verlo así! Se forzó a hacerlo, y era falso, pero necesaria. Estaba sonriendo, como él. Intentó soltar una carcajada, pero no pudo. Pudo notar miradas indiscretas, pero le daba igual.
Ellos habrían perdido a su señora, a su dulce niña.
Pero él había perdido a su Bakemono.
No.
A su amigo.
- Spoiler:
Última edición por Roku Ginshô el Miér Feb 08, 2017 6:22 am, editado 1 vez
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Una sfilata di la triste verità {Priv. Scott, Fuji, Sigrun, Shinji, Roku}
Mis ojos hiperactivos se detuvieron de analizar a los invitados por un minuto, para notar la presencia del anfitrión de ese festejo. No era quien lo había orquestado posiblemente, pero sí era quien debía poner la cara ante la cruda y peligrosa alta sociedad, y quien cargaría con los “qué dirán” respecto a la muerte de su hija. Jean Pierre De la Valliére, el padre de mi “alumna”, y en cierta forma una persona que podría ocupar más de un lugar pertinente en mi familia si nos ponemos a analizarlo. Tuve que ocultar mi sonrisa ladina en una máscara de dolo solemne y frialdad total, puesto el ambiente sentido de un funeral debía ser respetado por alguien como yo, que cargaba con las expectativas de los presentes. – Duque De la Valliére, déjeme entregarle antes que nada mi más sentido pésame por lo ocurrido –Dije al estrechar con firmeza la mano del contrario, posando mi zurda de forma que cubriese la diestra ajena en señal de consuelo.
Mi atención de movió por unos momentos a Katherine, cuya mano también tomé con la propia pero solo la sostuve. Seguro, y estable, con una mirada que transmitía dolor en cierta forma e inclusive un gran pesar sentido. Deberían darme un premio por tan sublime actuación.
Mis ojos nuevamente fueron a los del padre de Louise, sonriéndole suavemente para poder responderle. – La pequeña Louise era una virtuosa, dotada con un encanto natural para la ejecución del piano, y mi camarilla financiera suele financiar los estudios en el exterior a artistas que sabemos tendrán vuelo en el mundo profesional… La pérdida de Louise nos ha dejado a todos impactados, pero tenga por seguro que nuestras empresas están a su entera disposición para ayudarlos a recuperarse del duelo, necesiten lo que necesiten –Exclamé realizando una muy ligera referencia, tampoco deseaba ponerme a hablar de negocios mientras “el cadáver seguía tibio”, pero conocía a los de su tipo, y sabía que al corazón de ese tipo de personas se llega por la cuenta bancaria.
En mi bolsillo “Nocturne” de Chopin comenzó a sonar, era mi celular- Si me disculpan mis anfitriones –Me excusé, antes de atravesar los recintos hasta llegar a los jardines. No era una llamada, era la alarma que había programado antes de bajarme del automóvil. Siendo sincero no quería hablar con plebeyos carentes de conocimiento del mundo digital, con sus vistas de la realidad nubladas, sus percepciones cerradas, no tenía deseos de interactuar más de lo necesario.
Encendí un cigarro, y noté un Labramon por los jardines mientras me limitaba a saludar con la cabeza a quienes me reconocían, sin mediar palabras aunque sin ser un maleducado. Sonreí de lado, era una grata sorpresa, pero no me acerqué a hablarle, era la belleza del duelo que debía ser respetada, nunca me sentí del todo comodo en los funerales y no consideraba que hacer sociales fuese adecuado en este tipo de fiestas elitistas.
Mi atención de movió por unos momentos a Katherine, cuya mano también tomé con la propia pero solo la sostuve. Seguro, y estable, con una mirada que transmitía dolor en cierta forma e inclusive un gran pesar sentido. Deberían darme un premio por tan sublime actuación.
Mis ojos nuevamente fueron a los del padre de Louise, sonriéndole suavemente para poder responderle. – La pequeña Louise era una virtuosa, dotada con un encanto natural para la ejecución del piano, y mi camarilla financiera suele financiar los estudios en el exterior a artistas que sabemos tendrán vuelo en el mundo profesional… La pérdida de Louise nos ha dejado a todos impactados, pero tenga por seguro que nuestras empresas están a su entera disposición para ayudarlos a recuperarse del duelo, necesiten lo que necesiten –Exclamé realizando una muy ligera referencia, tampoco deseaba ponerme a hablar de negocios mientras “el cadáver seguía tibio”, pero conocía a los de su tipo, y sabía que al corazón de ese tipo de personas se llega por la cuenta bancaria.
En mi bolsillo “Nocturne” de Chopin comenzó a sonar, era mi celular- Si me disculpan mis anfitriones –Me excusé, antes de atravesar los recintos hasta llegar a los jardines. No era una llamada, era la alarma que había programado antes de bajarme del automóvil. Siendo sincero no quería hablar con plebeyos carentes de conocimiento del mundo digital, con sus vistas de la realidad nubladas, sus percepciones cerradas, no tenía deseos de interactuar más de lo necesario.
Encendí un cigarro, y noté un Labramon por los jardines mientras me limitaba a saludar con la cabeza a quienes me reconocían, sin mediar palabras aunque sin ser un maleducado. Sonreí de lado, era una grata sorpresa, pero no me acerqué a hablarle, era la belleza del duelo que debía ser respetada, nunca me sentí del todo comodo en los funerales y no consideraba que hacer sociales fuese adecuado en este tipo de fiestas elitistas.
- Tamer
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :1145Cuentas :Ficha :Relaciones :Cronologia :NPCs :Nivel On Rol :Ancient Spirit X Evolution.Nivel On Rol de los Digi Aliados :Lily - Super Ultimate.
Dahlia - Super Ultimate.Icono :Rango y Unidad :Fuji Raikomaru
Rango: Holy Knight
Unidad: Deadly RoseRango y Unidad Digi Aliado :Lily (Lilithmon)
Rango: Maestre
División: Deadly Rose
Inventario :
Fuji Raikomaru
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