Animales fantásticos ya encontrados (Libre)

El rostro del hombre se mostró bastante reacio al escuchar “criatura”. Él no tenía la mejor afinidad con los animales ciertamente; de hecho, cuanto más lejos estuvieran los animales de él, más tranquilo se sentía. Recordaba que una vez cuando era niño, jugaba en el parque junto con su madre, y una mujer con un perro apareció. El canino naturalmente se sintió curioso por el infante y quiso jugar, pero el contrario se apartó; y cuanto más se acercaba el perro, más se apartaba el joven Ryu, hasta que finalmente comenzó a apartarlo con un pie. Fuese como fuese, si mantenían a ese animal lejos del rubio de pelo extravagante, todo estaría en orden, ya que no quería añadir problemas con animales a su lista de problemas actuales; suficiente tenía ya con un fantasma venenoso que quería asesinar a una especie de caballero y que para lograrlo revivía recuerdos dolorosos. La excusa que le dio el otro chico de pelo verde era bastante más convincente; por lo que el adulto razono que no venía con la chica, si no, le habría seguido su excusa posiblemente.

Mientras mantengan al animal lejos de mí, no creo que haya ningún tipo de inconveni… ¡Ah! –Al sentir una presión repentina en su cabeza, se arqueo ligeramente hacia atrás, moviendo la cabeza hacia la misma dirección- ¡¿Qué rayos?! ¡Díganme que solo me jalaron del cabello para ver si era natural y no que me salto esa criatura encima!

Realmente el hombre adulto no tenía buenas experiencias con los animales; y sentir que tenía a una criatura “casi extinta” en la cabeza solo le significaban muchos más problemas. Se quedó quieto y escucho las palabras del peliverde sobre que la criatura podría estar intimidada por la chica. Era posible que fuera así, pero le costaba creerlo. Ryu no había visto a la chica claramente, pero sin duda no sonaba tan mala; aunque bueno, él no era nadie para juzgar: literalmente luce como un loco por tener ese estilo de peinado pero es de la gente que menos destaca si no es por apariencia.

Egh… si el animal se siente intimidado… podrían… ofrecerle comida o algo… dejarlo tener su espacio –Ryu seguía paralizado en su sitio, temblando por sentir el peso del “animal” colgando de su cabello- no soy bueno con los animales asique por favor… quítenmelo de encima… lo último que necesito es ser responsable de un posible accidente con una especie en peligro de extinción involucrada…

Al momento de escuchar la voz de una tercera persona, el rubio de cabello extravagante se mostró dudoso. Quiso llegar a preguntar de quien fue aquella voz, pero la chica comenzó a gritar con toda su furia, logrando aturdir ligeramente al rubio, quien se froto los oídos cuando termino de escucharla. Francamente, todo lo que escucho de aquellos gritos le resulto una sinopsis de película moderna, pero sabía que no era así. Conocía a los digimons, y todo aquello sonaba como a algo que harían digimons; y pensar que ahora tendría a uno de los susodichos en su cabello… bueno, Ryu sencillamente comenzó a alterarse más y más por dentro. En ese momento el rubio racionalizo las palabras de su espíritu digital: aquellos dos tenían que ver con digimons, y todo terminaba de cobrar sentido con la “confesión” de la chica. Escucho al otro humano querer arreglar la situación, pero llegados a ese punto ya no había vuelta atrás. Pensó por un momento que quizás sería mejor seguirles el juego, pero que su cabello fuera repentinamente jalado con furia solo consiguió hacerle gritar de dolor por obvias razones.

¡Ah! ¡Para! ¡Quiero que me quiten a esta bestia de encima pero también quiero conservar mi cabello en el proceso! –Rechino los dientes y cuando finalmente sintió que dejaron de jalar, la chica pregunto lo obvio- … Egh… ¿escuchar que…? ¿Tus gritos? Si, los escuche, pero no entendí casi nada… egh… -se froto las sienes- es de mañana, apenas veo, todo es borroso y me duele la cabeza… me falta sangre… discúlpame pero apenas si entendí una palabra de lo que sea que le hayas gritado al otro chico… por favor solo… quítenme a este animal…
(Pudiste confesar lo que acabas de escuchar, pero prefieres callar, ¿alguna razón en particular?) –Hablo el fantasma, observando la situación con gracia-
(Están empeñados en mantener oculto a la bestia que se aferra a mi cabello, ya confesare que se dé la existencia de los digimons, pero cuando no tenga a un “quiensabequemon” colgando de mi cabeza) –Escucho la idea del peliverde y se quedó quito esperando a que funcionara- ¿saben siquiera la dieta de esta cosa? Ese sería un buen punto para comenzar un soborno alimenticio…
(“Twix” dice allí, ¿pero lo querrá el pequeñín?) –Nuevamente el fantasma comento divertido-

En ese momento, el rubio comenzaba a arrepentirse de su decisión de fingir que no escucho nada y hacerse pasar como una persona más. Pero ya era bastante tarde como para redimirse; ahora tendría que ser paciente a que los otros 2 arreglaran ese problema tan grande.

El mero hecho de saber que estaban sobornando a la bola rosada con una barra de chocolate no terminaba de tranquilizar al rubio, el cual seguía rogando que algo ocurriera para poder, de algún modo, salir de esa situación sin tener que ponerse algún tipo de implante o extensión de cabello... pero al final todo salió de una forma… ¿decente? ¿aceptable? No lo sabía con toda seguridad, lo único que tenía claro es que los resultados lo beneficiaban por lo menos a él. El dejar de sentir cualquier clase de presión y peso en su cabello lo alivio, haciendo que exhalara aliviado, aunque el posterior grito y la previa advertencia de la chica le hiso entender lo que había ocurrido. El digimon que antes tenía colgando en su cabello ahora estaba colgando de la muñeca del otro chico, pero ahora usando sus dientes como soporte. Le resulto un tanto gracioso el grito de dolor del contrario; era como si le pareciera bien todo aquello, aunque claramente no lo estaba. Internamente se preguntaba si su espíritu influiría en esa sensación de diversión por el dolor ajeno; pero rápidamente se olvidó de ello al escuchar nuevamente la palabra “digimon”. El Rubio ahora se preguntaba si de verdad querían ocultar la existencia de esas criaturas…

Muy bien… creo que tenemos un nuevo problema y mucho más serio… -se acomodó un poco el cabello- si ya se comió el chocolate no debería tardar mucho en soltarte… y en caso de que no te suelte, siempre existe la posibilidad de buscar el excremento de otro animal y acercarlo a ver si tiene ganas de ensuciarse de ese modo
(Eso es realmente asqueroso, y te habla quien adora todo coctel venenoso) –Añadió el fantasma bastante indiferente ante la situación real-
(¿Se te ocurre algo mejor…?) –Sumido en sus pensamientos, el rubio sintió más gente llegar. Le desagradaba mucho el no ser capaz de ver nada en ese momento, pero no podía ponerse los lentes, el roció matutino no ayudaba a los cristales- … quizás sea mejor comenzar a caminar y alejarnos de este sitio… tener una vista tan mala me ha ayudado ligeramente a desarrollar el oído y no creo que el animal se sienta cómodo con más gente cerca…

Las cosas comenzaban a ir de mal en peor; y si no ocurría nada para ayudarlos… quizás sería el espectro quien tuviera que tomar cartas en el asunto para solucionar los problemas d rubio, aunque eso implicara quitarle unos años de vida.