El precio del hurto [Misión Nex]

La noche antes era tranquila, había cierta dificultad, fuerza en ella, al menos así era antes. Recordabas que la noche era aterradora; el sonido de algunos disparos, los gritos de la gente que vagaba y terminaba por un movimiento erróneo en una situación de peligro. Simplemente algo que no pudieras manejar, y aun así tenías que caminar por ella. Evitar problemas, eso nunca fue fácil. A veces era más sencillo encarar un problema, tratarlo de la mejor forma, tratar de ser mejor que otros, o simplemente intentar no caer en un oscuro desenlace.
 
A veces era sencillo, a veces solo requerías de un pequeño movimiento para que los engranajes avanzaran; a veces solo era tomar una manzana. A veces solo era chocar y tratar de llevar algo contigo, lo que sea siempre que no te vean, siempre que ignoren que estuviste allí. Repites tus mismos pasos en esta ciudad, pero no de la misma manera. Hay un aire de seguridad, como una pasiva tranquilidad manifestada como aire que llena tus pulmones con tanto oxígeno que lastima. No puedes estar tranquilo. No puedes mantener contigo mismo una señal de realidad debido a que estás atado a tu propio pasado y eres consciente del peso que traen todas esas acciones contigo. La paz no es normal, la calma no es natural…, este mundo, tu mundo, siempre ha sido seducido por cosas malas aun si no eres parte de ellas.
 
Caminas por la noche, llevas contigo una sudadera negra cubriendo tu rostro. Tus ojos se notan cansados pero no es así, estás bien, tranquilo. Tu cuerpo se siente ligero en su mayoría. Ahora mismo estás haciendo algo nuevo, algo improvisado y a la vez tienes fuerza en tus piernas para correr cuanto puedas de ser necesario. Dudas recurrir a ello, pero no lo apartas de tus pensamientos pese a todo. Estás allí, tus pasos son ligeros, escuchas el movimiento, esperas a aquel sujeto levante su mano para llevarla a su teléfono, hay un instante donde su vista se fija hacia su brazo derecho que lleva el teléfono antes de regresar su vista a donde debería estar, es un solo momento pero es tan leve que eres consciente que puedes hacerlo. Caminas a un lado suyo con un pequeño golpe, dejas que tu cuerpo se guíe por el mismo movimiento del golpe.
 
- Disculpe…
 
Susurraste pero audible, el hombre no le toma mayor importancia. Pasas a su lado y prosigues tu camino. Tomaste el camino que llevabas con las manos en tus bolsillos hasta que aquel extraño y tú se perdieran en la distancia. Había una billetera allí, lo miraste unos momentos, extendiéndolo, tarjetas, efectivo, un pequeño calendario de bolsillo. Tomando el dinero notabas que era lo único utilizable aquí. Estabas bien con esto, estabas satisfecho por unos momentos, lo conseguiste, funcionó. Y ahora…, ahora se había ido. El sentimiento embriagador se calmaba, la angustia que te hacía latir tu corazón se relajaba y aquella mirada de aburrimiento volvía a tu rostro…, realmente has llegado a ello… ¿Acaso hurtar también se ha vuelto algo vacío para ti?
 
¿Este sentimiento también se esfumará? Es aterrador, de algún modo podrías decir que era una de las cosas más espantosas que pudieras considerar. Porque desde que recuerdas, hacer esto, mentir, engañar, tomar lo que no es tuyo, arrebatarlo sin que sepan o usar la fuerza si es alguien más débil. Eso lo podías hacer y te sentías satisfecho contigo mismo. Tu corazón latía con fuerza y se impulsaba severamente a si mismo, era bestial, era una emoción latente tan fuerte que te hacía manifestar aquello que llamaban alegría, y poco a poco este sentimiento se empezaba a esfumar, era frustrante, era demasiado despiadado y tanto así que ya no había algo que valiera en el fondo.
 
¿¡ACASO NO HAY ALGO QUE VALGA LA PENA TOMAR!?
 
Necesitabas sentirlo…, necesitabas y anhelabas esa emoción, esa sensación y ansiedad, el saber que no estás haciendo lo correcto y aun así lo estás haciendo; llegar el momento de ser consciente de que no haces lo correcto y aun así no poder retirarte por estar atado a este vicio, es realmente aterrador.
 
“No sabes lo que es tener que sobrevivir robando”
 
Ese pensamiento vino a tu cabeza unos momentos, ya no lo necesitas, ¡¿Por qué mie*** sigues haciéndolo?! Es tan frustrante el cómo el deseo sigue sin ser satisfecho, no hay algo que te haga latir tu corazón, quieres algo que nadie tenga, quieres tener algo tuyo y que nadie más lo posea. Caminas por la calle aferrándote a tus tesoros, un reloj, una billetera, incluso le quitaste a un estudiante su teléfono sin que el idiota se diera cuenta. No es como en casa, el sentimiento no es el mismo, todo esto se repite, quieres algo único, eres Ezequiel, eres un ladrón, eres un mentiroso, eres un charlatán y un antisocial, un paria, un marginado, un extraño…, estás, estás orgulloso de eso.
 
Repetiste tus pasos, continuaste, había algo, algo brillante, distraído y cegado por tu propia negatividad, tal vez fue el Sol que iluminaba tu día. Moviendo tu mano tomaste algo, algo diferente a lo normal, no lo viste hasta que fuera tarde, te alejaste con sumo cuidado esperando fuera algo valioso, tomaste diferentes caminos que fuesen necesarios para poder tomar esta ruta lo más pronto posible. Estás aquí, estás allá, finalmente no hay nada más, nadie más, la gente pasa a un lado de la calle, ya no la escuchas, ya no quieres escucharla, solo hay pasos, ningún otro ruido. Y con la mano en tu bolsillo tomas aquello que hurtaste, un brazalete.
 
Su color era fascinante, era ligeramente llamativo, como si hubieras tomado algo de un valor apropiado y satisfactorio, pero seguía sin ser suficiente. Apoyado en cuclillas dejas que tu cuerpo ceda hacia atrás, caes y apoyas tu cabeza en ello, ni siquiera has quitado la capucha de tu cabeza, la sombra que proyecta apenas deja ver tus ojos, sueltas una exhalación, fue un buen sentimiento. Cuando lo viste pensaste hacerlo tuyo, no, querías tomarlo, verlo de cerca, querías robarlo, poseerlo, que te perteneciera a ti y a nadie más, y aquí está, y ahora…, ahora solo no sabes que más hacer con ello.
 

El sentimiento en tu corazón sigue danzando y parece no tener fin, pero no importa cuanta cuerda le des al final este dejará de girar, es una sensación de ahogo satisfactorio, una sensación que levemente se irá apagando y debas repetirlo de nuevo, quieres que este mundo gris tenga un pu** color, lo que sea, ¿Qué se supone que es esto? Ahora mismo desprecias lo hurtado aun queriendo poseerlo una vez más. No sirve de nada, quieres esto porque le pertenece a alguien, pero nadie grita por él, nadie viene a buscarlo, deseas algo y el sentimiento tu propia consciencia lo arrebata y te hace querer lanzarlo con fuerza como si fuera un pedazo de platería barata. Es tan… seco, tu garganta se cortaría si dijeses una palabra, no hay razón para decir alguna, estás cansado de escuchar siempre tu propia voz de todos modos.

Una voz resonó en aquel lugar, una voz profunda y ligeramente aterradora, quizás. Pero en ese lugar no había nada, simplemente estaba el pequeño ladrón junto con su “premio”, ¿acaso seria todo una mera alucinación? Era probable… pero entonces, justo detrás del ladrón apareció aquel hombre a quien le habían robado. Tenía una sonrisa muy leve, pero que expresaba malicia y diversión simultaneas; igual que un niño malcriado que acababa de salirse con la suya sin que nadie lo supiera, observaba al ladrón fijamente mientras que el brazalete brillaba, o al menos, la gema roja que este tenia incrustada.

El sujeto se acercó y con un rápido movimiento de manos, consiguió no solo tomar el brazalete, sino que lo coloco en la muñeca del ladrón. Rio con cierta malicia, levantándose del suelo y apartándose tranquilamente mientras se disponía, como en películas, explicar lo que ocurriría al final si todo seguía su orden exacto.

Bueno ladronzuelo, creo que tu hora ha llegado… robarme fue el último de tus errores, ahora solo queda esperar a que me dé el suficiente apetito para consumir tu alma –rio tranquilo y se dio la vuelta, mientras una extraña sombra aparecía detrás de él, con lo que parecían un sinfín de bocas con colmillos afilados- y no trates de huir, porque ese brazalete que tienes funciona como un localizador… no importa a donde vayas, jamás podrás esconderte de mí, y tampoco creas que podrás quitártelo… una vez se fija, solo yo puedo aflojarlo

Con una sonrisa “victoriosa”, el hombre observo al ladrón, mientras que las bocas de aquella silueta comenzaban a relamerse de forma independiente, riendo algunas, comentando otras… pero todas con el mismo objetivo: atemorizar a la víctima que caería pronto en sus fauces.

Claro que… quizás exista una forma en que no tenga que comerte, en el sentido literal de la palabra –el hombre suspiro con cierta resignación, cruzándose de brazos para observar al ladrón- yo no soy el auténtico hombre al que le robaste, estimado humano… soy solo… ¿Cómo decirlo…? Soy solo una alucinación en tu cabecita mortal e incapaz de comprender las cosas como realmente lo son –Rio con cierta diversión, mientras que una cola salía de su espalda, y con ella apuntaba a un edificio en el centro de la ciudad, muy, muy lejos- el verdadero “yo” está allí… ¿y qué importa? Simple… ¿quieres seguir vivo? Entonces ve allí y devuélveme el brazalete… tienes hasta… las 7 AM de mañana –apoyo su cabeza sobre su nudillo, como si estuviera pensando o mostrando interés falso- si no llegas a tiempo, supongo que tendré que seguir mis planes de comerte, tanto física como espiritualmente

Es un extraño sentimiento, miedo, estaba aquí pero no de la forma que lo recordabas. No era tan agradable como lo recordabas; era demasiado... inusual. Era tan latente que se volvía peligroso aferrarse a el. Sentías tus ojos caer mientras notabas la silueta de un extraño. Escuchaste sus palabras mientras tu atención se fijaba en el brazalete que ahora llevabas en tu muñeca. Ligeramente creíste que solo acabarías diciendo que era algo de mal gusto, tal vez sea cierto, pero no había mucho que decir de todo esto.

Mirabas a la sombra, estabas aterrado. Sentías que era una reacción natural, pero tu mirada es tan cansada que no lo parece; debes ponerte de pie, esta esa... cosa, ni siquiera sabes lo que es, probablemente es solo alguna clase de angel de la guarda que te dice que devuelvas lo robado, por su apariencia es posible, tiene tantos dientes que te recuerda al perro que había cerca de tu casa de pequeño. Tal vez, tal vez... solo deberías escucharle. Decía cosas graciosas, como comerce mi alma y todo eso, parecía el guíon de una película americana o de un episodio viejo de historias de fantasmas; aun así, decía cosas con sentido, como que esa cosa en tu brazo, además de ser de mal gusto, funcionaba como rastreador, no te gusta, no te gusta la idea de tener una correa, ni siquiera te gusta, te enfada, sientas la molesta necesidad de querer quitartelo pero por algo sientes que no puedes, incluso consideras conseguir algo para cortarte la maldita mano pero... no eres suicida. Si hay una solución solo queda ello, solo queda resignarse para deshacerse de esto de todos modos, sea lo que sea, mirabas esa cosa hablando mientras le mirabas, su apariencia era ligeramente fascinante - ¿Eres un ángel? - Dijiste más para ti mismo porque dudabas que fuera real en un principio, la sensatez en tu cabeza te decía a la vez que algo así no podía ser real en primer lugar.

Mirabas esto, con fuerza, con una pesadez y tragando saliva un momento, mirabas esa cosa y la cubrias con la manga de tu sudadera enrollandola para que no fuera visible; miraste el edificio señalado, de algún modo creíste que podría ser notorio en parte. Ahora, bueno, ahora hay algo que no puedes terminar de decidir, el dijo que si querías seguir vivo, diablos si, por supuesto que quieres seguir vivo, por eso has robado desde que tienes memoria, necesitas esto para seguir vivo, aquí y ahora, lo necesitas, demasiado...

- Si lo devuelvo... ¿Realmente viviré...? - No necesitas una respuesta, solo lo dices porque quieres escucharte a ti mismo decir lo que tu propia voz ha intentado callar.

- ¿Sigo vivo, verdad?

Quieres seguir vivo, quieres aferrarte a ello y seguir vivo, no necesitas palabras alentadoras de un sujeto de negro por tu propia imaginación para decirte lo que debes hacer; y desde la calle comienzas a caminar intentando ubicarte en primer lugar, el lugar que señaló, asi asi a línea recta no era, deberías comenzar a caminar al este de esa ubicación para luego comenzar a cruzar la calle, al menos así podrías empezar de manera tranquila, necesitas algo más, si, tal vez. Tienes las manos en los bolsillos mientras caminas, tu mirada sigue cansada, quieres llegar en parte a la meta, nunca has tenido una, de algún modo suena emocionante si lo miras bien. Te preguntas si esa cosa irá a seguirte, no sabes si es real o no pero nunca está de mas hablar y ser respondido por una voz que no sea la tuya propia de todas maneras.

Es aburrido, al final..., esta ciudad y todos sus habitantes.

El hombre rio y se desvaneció en humo, permitiendo al ladrón empezar su pequeño viaje. La cuenta regresiva había comenzado y el ladrón tenía solo unas cuantas horas para llegar a su destino. Un objetivo sencillo, pero considerando las distancias y que literalmente cualquier cosa podría suceder, todo el tiempo era valioso. Había que pensar en las mejores opciones, o al menos, pensar en una forma de ahorrar tiempo, pero sería difícil, ¿Cuánta gente habría en la calle? Más de la que podría calcular una calculadora quizás. Todos hablaban entre ellos o por sus teléfonos, avanzando en todas direcciones mientras los autos avanzaban por las calles como si nada. Una ciudad llena de luz, pero el ladrón quizás no podría disfrutar, por tener que pensar en su vida antes.

En un televisor, exhibido por la ventana de una tienda, se veía un canal de noticias. En él, se veía claramente la hora: 21:00 PM. Según las palabras de ese hombre, alucinación o lo que fuera, el ladrón solo tenía hasta las 7 AM para devolver el brazalete… realmente, una franja de tiempo muy amplia, por lo que no debería haber ningún problema… aunque… de ese lugar, hasta aquel edificio, había mucha distancia… ¿sería realmente el tiempo suficiente? Habría que pensar que si, por lo que avanzar era la única opción.

Al empezar a caminar, volvió a sentirse esa sensación… incomoda. Alguien estaba observando, quizás el mismo sujeto de antes para ver que harías… pero no fue el caso. Era una sombra con forma de bestia, la cual no parecía alterar a nadie… porque nadie más la veía. Así como si de un espectro se tratara, la sombra caminaba entre las personas atravesándolas sin problemas, sin ser vista, sin ser escuchada. Una vez la sombra se percató de la existencia del ladrón, o más bien, alcanzo a verlo, comenzó a acercarse lentamente; igual que un cazador asechando a su presa, esa cosa lucia hambrienta.

Yo que tú, huiría –la voz del sujeto resonó, pero nadie pareció escucharla… ¿sería quizás obra de la imaginación del ladrón? Fuera como fuera, sería mejor alejarse de esa criatura-

Alejarse seria sencillo, pero por la gran cantidad de gente, los caminos a tomar se reducían, llegando al punto en que solo había 2 rutas posibles. La primera, era girando hacia el sur, en dirección contraria a la que debería tomar el ladrón para llegar a su objetivo, pero podría entrar en un callejón despejado para tomar distancia con la criatura que lo seguía. La segunda ruta, era seguir por la calle entre todas las personas, quizás para confundir a la criatura, aunque podría arriesgarse a que lo encontrara.

- Claro, dejame con la palabra en la boca; como si no fuera algo nuevo... - Te dices a ti mismo mientras caminabas al solo haber escuchado una risa sin respuesta; realmente si esa cosa es tu consciencia entenderías en parte porque eres un hijo de...

Meh, da igual.

Caminando por aquella calle un piquete llegaba a tu nuca; se volvía ligeramente caliente de algún modo y sentías como si cargaras algo demasiado pesado contigo, como si hicieras fuerza, pero tu cuerpo se encontraba bien; era una sensación similar a la de hace un momento, pero con una pesadez un poco diferente. Realmente sentías que... si no te apurabas, pese a la gran diferencia horaria, acabarías tomando más tiempo de lo usual. Lo mejor sería solo acortar camino; acortarlo lo más pronto posible, y si no fuera a pie, debería ser por otros medios. Tomaste el teléfono de aquel estudiante, tenía clave, era una molestia; lo tiraste sin titubear a ello y decidiste entonces utilizar el tuyo; odias gastar saldo.

Con el teléfono en mano y el número ya marcado, observaste la calle en la que estabas, doblar en línea directa es un problema por la cantidad de gente, además de que ese piquete parecía casi venir de esa dirección; podrías tomar la dirección contraria, pero ca**jo; está más oscuro de lo normal, igual tu ropa es oscura, simplemente es raro. Ahora, miraste la calle, solo miraste para ubicarte y corriste en dirección al norte; en este caso, solicitaste un taxi. Llamaste dando la dirección en la que ibas a estar, estaba alrededor de 2 calles, pasando el callejón, eran las nueve de la noche; el tráfico de la zona podría ser un obstáculo más adelante pero probablemente te pueda acortar un poco de camino. El dinero en tu bolsillo lo tomaste hoy mismo, no es tan pesado el gasto, igualmente no eres el tipo de persona que se da lujos para siempre estar falto de dinero.

La voz hablaba, llamaste mientras avanzabas y esperando el típico, en 5 minutos que siempre acaba siendo entre 10 y 15; te dirigiste hacia la zona sur con el fin de alcanzar un transporte. El metro sería otro medio, pero es demasiado gasto para algo que te dejará rodearlo y no acortará apropiadamente la distancia. El edificio sabías cual era, pero no sabrías su nombre. Solo podrías dar una dirección; igualmente es un problema de circulación si las calles se llenan de transito, pero cuando llegues a esa parte fácilmente podrías bajar porque si hay mucho transito habrá menos personas por la zona. No dirás que es sentido común, solo que generalmente pasa. Demasiadas personas es por un tránsito fluido, no avanzan, se mueven en otra dirección, uno avanza y viceversa; demasiada congestión termina con limitar el transito por estar constantemente pasando los peatones; optarías por el usar el transito hasta que el destino, como buen hijo de la más noble de las geishas acabe arruinando el movimiento. No se, Dios te odia tal vez, como sea, solo te queda avanzar luego de solicitar el taxi, y dirigirte allí igualmente intentando apartarte de esa cosa que parece existir, aun si no tienes idea de lo que es, y en primera...

- Te escuché hace rato, ¿Sigues aquí?

La voz respondió prácticamente cuando se le hablo; igual que un “niño obediente”. Aunque su respuesta comenzó con una onomatopeya que expresaba duda o decepción. “Jum”. Al final, la voz de aquel sujeto posiblemente falso se dignó de hablar de forma clara, aunque esta vez, todo comenzó a ir de forma lenta. Igual que en una película o video al que se le podía poner cámara lenta, todo comenzó a moverse de forma reducida, aunque el tiempo corría del mismo modo que siempre; era una mera ilusión o alteración de la percepción de velocidad.

Sigo aquí, nunca dejare de estar aquí –Aclaro- si no me escuchas, es porque estoy observando como un mero espectador… igual que tu observas a quienes robas antes de actuar, yo observo antes de hablar contigo

Tras esa respuesta, el tiempo regreso a la normalidad, aunque había algo extraño… ¿pero qué? No era del todo claro, era casi algo en el ambiente… ¿Qué seria exactamente? Eso era difícil. Podía ser la cantidad de gente, la temperatura… o el hecho de que esa extraña criatura ahora estaba caminando por el centro de la calle, siendo atravesada por los autos que pasaban sin sufrir ningún daño o reacción posible.

La criatura continuo caminando entre el tráfico, aunque lo más llamativo de esta, no era el que fuera un fantasma entre automóviles… si no que cada vez que llegaba a un semáforo, lo estropeaba causando un embotellamiento.

Chico, hay cosas como esas por todos lados, y se sentirán atraídas por el brazalete… y no creo que haga falta decir que estropean todo lo que llega a cruzar por sus caminos –la voz soltó un leve suspiro- esa cosa que te puse tiene varias funciones, claro que no tenía pensado que alguien me la quitaría… jeje, pero está bien, me da la oportunidad de ver qué tal se pueden desenvolver los humanos en distintos problemas, ¿a qué mola?

Claramente la voz solo buscaba molestar, o quizás advertir pero de una forma poco eficiente. Fuese como fuese… habían pocas opciones… ¿seguir a pie o desconfiar de la voz y seguir con el plan de viajar en taxi?

La situación cambia, se adapta, de hecho, se adapta como una perra, sin querer ofender en el fondo. Es como si simplemente lo que pensaras no agrada, tal vez simplemente las cosas no pueden ser tan fáciles; es una respuesta bastante simple en el fondo. Algo macabra porque tal vez el Dios de este mundo es una mente sádica que disfruta arruinar las respuestas simples; o tal vez está solo aburrido, si lo fueras tu también harías algo igual de molesto.

Solo notas el resultado de lo que sea que te estaba siguiendo hasta que, bueno, comienzas a notar que al pasar por un semáforo este se estropea. El embotellamiento fue tan feo que a mitad del camino pudiste ver que no había forma alguna que el taxi llegara. Bien, menos pagarle; odias el destino pero tampoco puedes pegarle en la cara, desgraciadamente...; suspirando por ello escuchaste atento lo que la voz te dijo mientras en parte te fijas más en como sacarle provecho a lo que SI estás viendo porque - Ok, tiene funciones, ¿Me las vas a decir? ¿O es nomas por presumir que tengo algo que no sirve? - Mencionas comienzas a cambiar tu dirección, en este caso atento a lo que sea que sean esas cosas, intentas considerar la distancia y la velocidad estándar que han estado tomando. Al parecer afectan los dispositivos como el semáforo, y más cosas serán según dijo la voz. En este caso, estás tratando de ver si eres capaz de causar un congestionamiento.

Si esa cosa arruina el movimiento de los transportes móviles, será capaz de cerrar calles en las esquinas, te mantienes en movimiento alterando el curso de la dirección en la que estás, intentando aprovechar en parte volver al trayecto original pero dando algunas vueltas que si por ti fuera no las tomarías. Necesitas probar si esas cosas pueden causar un embotellamiento que te permita tomar un paso libre más esencial, si realmente es posible provocarlo afectando los semáforos, ya lo hiciste. Ahora, si creas un accidente de tránsito, mucho mejor; esas cosas siempre mueven a la gente también cuando ocurren.

¿Deberías tener alguna clase de consideración moralista respecto a que podrían perderse vidas o muchos problemas en la sociedad si esto pasa? Nah, si fuera de tu incumbencia habrían autoridades encargadas de ello para impedir que esas cosas, sea lo que sean, persigan a un chico desconocido. Sería tonto y a la vez absurdo, pero si nadie va a hacer nada, no ha de haber demasiado problema.

Además, no conoces a esta gente, ¿Por qué habría de importarte si salen heridos en el proceso? - Esto se está volviendo tardado, pero parecen herramientas útiles esas cosas de algún modo..., ¿No te parece?

La voz rio y simplemente dijo “Funciones que no te servirán de mucho”; lo que tenía cierto sentido… antes había dicho que no pensaba que alguien fuera a robar el brazalete, por lo que las funciones que pudiera tener, estaban pensadas para otro propósito o para ser usadas de una forma específica que no se dignaría a mencionar. Fuese como fuese, la criatura de la calle permaneció en la misma, observando la acera llena de otros humanos que camuflaban ligeramente al poseedor del brazalete; y aun, con su presencia, esa cosa era capaz de hacer enloquecer a los semáforos, causando que nadie pudiera avanzar o retroceder, quedándose así muchos vehículos varados en plena calle. El sonido de las bocinas de los autos comenzaban a inundar esa zona, volviéndose imposible casi pensar, ya que todo el ruido lo impedía.

La voz tuvo que elevar mucho su tono, para poder pasar por encima de las bocinas y lograr que el poseedor del brazalete escuchara; lo que sumado al hecho de que más criaturas parecían aparecer por las paredes, no hacía algo muy confortable para nadie.

Esas cosas no son herramientas, son lo que los humanos llaman “poltergeist” –Hablando cada vez más fuerte- estos se sienten atraídos por el cristal del brazalete, el cual está unido al mismo; originalmente iba a usarse para llevarlos a un lugar donde no molestaran a los humanos, pero como lo tienes tú, no eres más que un bocadillo ambulante… y si, esas cosas pueden comerte si te alcanzan, asique ándate con cuidado

Buen momento para ponerse a dar información tan importante, ¿verdad…? Si… este sujeto simplemente habla para divertirse más que para intentar ayudar; pero al menos, la información tardada que aporta, tiene su utilidad… ¿no?

Funciono. Ok, algo bueno salió del día. Escuchabas el ruido, mira que hasta te costó apagar las voces para que una ya recurrente intentara ser escuchada. Mira que no le gusta que lo dejen con las palabras en la boca. Escuchabas el ruido y lograbas apenas escucharlo a el. Ahora esas cosas tienen un nombre, aunque, bueno... - Si que tengo una imaginación rara..., me pregunto si será por la torta de huevo de comí en el almuerzo. Ya me decía que parecía ver algo negro en el fondo - Te dices aunque si esta esa cosa debería escucharte.

Con el congestionamiento te dirigiste a retomar la ruta actual, habían demasiados coches, buf, demasiado ruido, escuchabas demasiadas veces el mismo sonido del claxon mientras corrías y pasabas entre un pequeño camino entre dos autos. Retomando la ruta, ahora no se veía tan problemático debido al congestionamiento. Aun sigue la parte de que estás imaginando que hay sombras que van a comerte, pero probablemente sea, si no es la torta de huevo, probablemente tienes sueño. Algo raro, te sientes demasiado vivo para decir que estás adormilado, pero vamos, peores cosas ocurren.

Necesitas acortar la distancia perdida, mira que está demasiado lejos. ¿Qué no hay una bici estacionada por ahi? Malditos japoneses y su supertecnología...; tu eras un genio, el mejor y el más rápido en la carreta de burros cuando hacías trabajos por unas monedas, siquiera quisieras uno de esos, mira que este país trae cada día cosas más decepcionantes.

- No lo entiendo, si esa era su función, ¿porque la persona de quien lo tome no parecía preocupada por ellos? Es... raro, ¿No crees? - Le mencionas a tu consciencia alias la voz rara de por ahí - Por cierto, ¿Tienes nombre? Tienes ese tono de voz similar a, no se, un Alfredo, ¿Te llamas Alfredo?

Sería raro, pero te recuerda a ese profesor de secundaria en cosa de tono de voz, no en físico, buf, pero en tono de voz, si, se le acerca; tal vez de ahi lo imaginaste en el fondo. Necesitas alejarte de esas cosas por ahora, lo más que puedas, y la razón es... bueno, ¡HAS ESTADO CORRIENDO DE UN LADO A OTRO! Necesitas recobrar un poco de aire, pero necesitas primero apartarte de esas cosas para recobrar distancia, lo cual es un problema, porque esas cosas aparecen porque si, y solo van de pared en pared sin agotarse o sin confundirse, guiados por no se que cosa en tu mano de todas maneras...

Notas un poco de sudor en tu frente, alzas la capucha dejando ver tu rostro y pasas el brazo por el mismo para limpiarlo, tomas un poco de aire y repites el proceso, necesitas observar mejor de todas maneras, oh, ahi hay una tienda de...; hmm, ahora estás pensando algo estúpido pero posible.

Tu pareces un chico inteligente, si me permites decirlo… asique dime, si el sujeto a quien se lo robaste no se veía preocupado… ¿no crees porque ya conocía las funciones del brazalete o porque quizás tendría un modo para defenderse de esas criaturas que te ven con hambre? –Respondió la voz de forma objetiva por una vez, dando a entender que al menos, existiría algo que pudiera hacerles frente a esas cosas… supuestamente- y me llamo Richard, por favor abstente de llamarme de cualquier otra forma

Otra respuesta directa y bastante clara; evidentemente “Richard” estaba siendo más cooperativo por alguna razón. De cualquier forma, una vez el ladrón se alejó lo suficiente de esa calle, las criaturas desaparecieron; quizás porque su comida se había ido, o porque algo más había llamado su atención… pero no interesaba, el punto es que por ahora, no estaba presentes por ningún sitio, asique había que aprovechar. Pero había un problema… no sabía dónde se encontraba exactamente; correr para alejarse de esas cosas lo dejo en un punto donde solo tenía una tienda frente a sus ojos, una tienda bastante extraña… cuyo cartel decía: “Bar Tecnológico”.

Richard no pudo evitar soltar un comentario, quizás solo para intentar aligerar la situación; o solo para volverla más turbia e incómoda.

Sé que suena tentador chico, pero no bebas; tienes que estar sobrio para caminar por ahí –rio con gracia y después se calmó un poco- ahora en serio… ya ha pasado una hora… eso significa que te queda menos tiempo

¡¿Una hora ya había pasado?! ¡¿Pero cómo…?! No podía ser posible pero… lo era. Fuera de ese bar había un reloj digital que marcaba las 10:00 PM. Efectivamente, había transcurrido apenas una hora… y eso solo significaba que el tiempo se agotaba; quizás demasiado rápido…

- Pero hacer eso significa que posee diferentes funciones, y más que eso; el que no me las reveles significa que no tienes o el conocimiento de ellas, o que no tienes interés que regrese el artefacto... - Mencionaste mientras el nombre del mismo era respondido - Asi que el Richy, al menos no es uno de esos nombres japoneses... - Dijiste de ultimo bajando un poco tu tono.

Tomando un ligero respiro, comenzaste a intentar enfocarte en tu respiración. Necesitarías aprovechar este momento pero también necesitas restaurar un poco tu respiración debido a que si debes repetir el mismo proceso no podrás si te agotas demasiado por el sobresfuerzo.

Tomas con calma e intentas controlarte un poco, observabas la hora y el hecho de que estuviste una hora corriendo, ¿Realmente fue así? Estás casi seguro que humanamente no podrías hacer eso, o al menos te hubieras agotado más rápido. Si es tu límite estándar, entonces deberías tomarlo como un hecho para calcular en el momento que empieces de nuevo a correr, bueno, tal vez te sirva para medir cual es el límite temporal de ello, no lo sé, es una posibilidad - Hmm... ¿Sería posible...? - Te preguntas tomando el teléfono, ligeramente apoyado en contraparte del bar. Entrarías, pero vamos, no tienes edad para eso, en su lugar intentar revisar algo, calmas tu respiración, y ligeramente observas la cosa en tus manos, arqueas un poco el cuello a la vez para relajar la tensión, intentar sacudir un poco tu cabeza. Estás pensandolo demasiado, si algo parece demasiado complejo, igual puede que sea simple. Esas cosas aparecieron porque si, desaparecieron porque si...; comenzaron a aparecer de la nada y desaparecieron casualmente.

¿Sentido de peligro?

¿Acción posible?

Una acción otorga reacción. La materia no desaparece porque si, se transforma, se traslada, cambia pero no puede solo dejar de existir en un instante, aun siendo generada requiere una función y un paso.

Los semáforos, equipos, maquinas, inutilizar, sobrescribir, no, ¿Sobrecargar? ¿Fuentes de poder? ¿Mecanismos en el aire? ¿Señales? ¿Vibraciones? El teléfono, los aparatos, las señales, como rastrear una señal...

- Oye..., ¿Tienes algo que ver con los poltergeist esos? Más allá de advertirme de ellos, por supuesto... - Acción, reacción, el movimiento de los eventos y el cómo proceden. La señal, se recibe, no es visible, existe, científicamente, ¿Cómo es visible? ¿Son vibraciones visibles? ¿Algo que vibra en la misma frecuencia captaría las señales? No, eso es estúpido, aunque..., semáforo, maquinas..., si, ¿Podría ser?

Tu respiración se compone, deberías comenzar a caminar. El maps del celular, dirección..., de acuerdo, adelante.

Si no tuviera interés en que me regreses lo que es mío, ¿me tomaría las molestias de intentar darte advertencias o de hablarte siquiera? Si no quisiera esa cosa, no hubiera hecho nada en cuanto me la quitaste… te hubiera dejado andar por ahí para que los poltergeist te comieran –Afirmo tranquilamente, sin alterarse demasiado por las “afirmaciones” o teorías del pequeño ladrón- y es “Richard”, no “Richy”, por favor abstente de llamarme de un modo que no sea mi nombre, por favor

Por lo menos Richard era más platicador en ese momento, quizás porque no tenía otra cosa que hacer, y simplemente escuchar cómo le hablaban debía ser molesto. Pero fuera como fuera, al menos estaba dando respuestas un poco más directas y menos “interpretables de forma libre”.

Ahora solo quedaba buscar una nueva ruta. El mapa del teléfono era sencillo; no mostraba los nombres de las calles debido a la lejanía que tenía para conformar figuras geométricas que permitieran comprender la posición actual del ladrón. Aun cuando no sabía cómo se llamaba el edificio o que calles estaban pegadas a él para triangular una posición; tener el mapa le sería útil para, mínimamente, calcular una ruta más o menos directa hacia ese lugar. Mientras tanto, Richard se quedó callado repentinamente, debido a la pregunta que se le hiso… ¿estaría pensando? ¿O querría evitar el tema? Realmente, ambas opciones eran válidas, pero de un instante a otro, apareció de nuevo ese humo extraño, permitiendo ver la silueta del sujeto que te había, prácticamente, obligado a base de amenazas que devolvieras el brazalete. Su apariencia, por lo menos a simple vista, era igual a la de esas criaturas de antes, por lo que cuando alguien caminaba cerca de él, no podía verlo y si intentaban caminar por donde él estaba, podían atravesarlo sin problemas.

Tengo bastante que ver con ellos chico, pero esa relación que existe entre esas criaturas no pensantes y yo, se reduce a poco más que “animales y cuidador”… -lo observo seriamente- ¿alguna vez fuiste al zoológico? ¿O a una prisión? ¿Sabes que hay animales o gente problemática a la que encierran, y que tienen a sus vigilantes…? Bueno, estos poltergeist son como los animales y yo soy el cuidador… están aquí desde antes de que tus abuelos nacieran, y no se irán… a menos que me regreses el brazalete

- Solo digo..., que dadas tus acciones, no tienes el suficiente interés por lo visto... - Le mencionas al Richy que odia su nombre de paso.

Tomando el pequeño mapa, tuviste algo que más o menos te hacía falta, sentido de dirección. Eso al menos era un principio sencillo para poder entender a que ruta deberías dirigirte. Tomando aire y moderando tu respiración continuaste tu paso, estás casi, casi seguro que viste algo familiar pero fue como, aparecer de momento y pasarlo, estabas con tu atención en esa cosa en tu muñeca antes de volver a esconderlo con tus mangas. Intentabas deducir cual era la función así como la utilidad de esa cosa en un inicio.

Sorprendentemente tuviste una respuesta del Richard. Aunque era difícil de describir apropiadamente, quiero decir..., ahora hay una historia profunda del pasado que suena muy inventada pero que le darás puntos a tu imaginación por intentar hacerla sonar real - Bueno..., si es así estás haciendo un mal trabajo - Dices en referencia a que estaba aquí y no hizo mucho. Se le escaparon los animales..., ¿O lo corrieron? No lo sé, todo puede ser posible supongo.

- Y dime..., ¿Que pasará cuando recuperes el brazalete? ¿Solo volverás a encerrarlos? ¿Merecen estar encerrados siquiera? - Mencionas doblando en una esquina dado que si seguías derecho podrías acabar tardando ligeramente más por la calle, que realmente cuadradas cuadradas no están. Guardaste el teléfono unos momentos luego de comenzar a memorizar la calle. Mirabas al volver a doblar en otra cuadra intentando divisar el edificio unos momentos, una marca, un símbolo, lo que sea para tratar de buscar luego cual es su función o que significa o representa. Ligeramente es agotador, incluso terminaste bajando lo mas que pudieras el cierre de la sudadera. Rayos, ¿Por qué hace calor cuando es de noche? Maldito cardio...

Richard frunció el ceño al escuchar el comentario sobre como hacia su trabajo, pero no se dignó a decir nada; quizás porque sabía que lo hacía mal, o porque no veía el caso a intentar responderle a alguien que lo veía todo como su imaginación. Fuera como fuera, lo siguió de cerca, manteniendo su apariencia de “humo” mientras observaba el lugar. Se percató de que el ladronzuelo empezara a buscar algo en el brazalete, y no pudo evitar sonreír con gracia. Es aquí cuando respondería la última pregunta que se le hiso, o al menos, intentaría responderla.

Jamás han estado encerrados… estos poltergeist no pueden ser encerrados… son libres independientemente de donde se encuentren… no puedo encerrarlos, solo destruirlos o reubicarlos… y no tengo el menor interés en destruir a estas cosas que ya son parte de la naturaleza de este mundo, asique simplemente los llevare lejos por unos siglos… no dudo que regresaran aquí, pero al menos, no causaran más problemas de los que ya causan habitualmente

Luego de esa repuesta, Richard guardo silencio otro rato, hasta que finalmente se desvaneció. Quizás ya no tenía razón para intentar mostrar esa alucinación, y sería más fácil hablar que proyectarse desde otra mente. Pero de cualquier forma; aun había que llegar a ese edificio… quitarse el brazalete y volver a la rutina de siempre; porque definitivamente esos poltergeist comenzaban a resultar como algo sumamente molesto. Aun cuando se los podía considerar animales, el hecho de que el brazalete los atrajera como moscas a la miel, hacía que todo se volviera más difícil.

Tratando de localizar el edificio, alguien más apareció en la escena; una especie de sujeto pelirrojo con chaqueta verde. El sujeto choco con el ladrón y se apartó un poco; tratando de comprender con que o con quien había chocado. Se llevó un ligero alivio al ver que se trataba de chico, pero luego se llevó una ligera duda al pensar en lo que estaría haciendo ese chico a esas horas de la noche.

Oye, pregunta rápida, ¿te diriges a tu casa o estas deambulando por allí? –Realmente fue una pregunta rápida y directa- estas calles no son precisamente seguras a esta hora chico

Escuchaste sus palabras más luego de eso no sabes si escucharía tu respuesta - Oh... entonces tal vez eres un buen tipo.

Tal vez no lo era, tal vez era solo su obligación, pero al menos el trabajo en si no era malo si consideramos que si existe una forma de eliminarlo, se usaría. Bostezaste un poco haciendo que sin darte cuenta terminaras chocando con alguien, le pasaste de largo diciendo una disculpa pero te acabo dirigiendo la palabra luego de eso; ante su pregunta intentaste plantearte tu dirección y confirmaste sin inmutarte.

- A casa...; aunque es un problema ir por allí - dice señalando con la cabeza el lugar por donde viniste - Hay un congestionamiento horrible. Estoy intentando tomar el metro que esta yendo a Asakusa; es algo cansado pero tecnicamente me queda más cerca...

Asakusa está mucho más lejos, pero si consideramos donde tomar el metro, sin duda podría decirse estaba más cerca que de Ginza; así que tiene sentido, tampoco te inmutaste ni dudaste por ello, consideras tu lenguaje corporal demasiado bueno a la hora de ser honesto, y vamos, probablemente luego de esto si acabaras tomando el metro, aunque esperas no dormirte en el mismo. Buf, igual ha de estar congestionado dado el tráfico.

Luego de decir eso te despediste con un - Está bien, si algo malo pasa solo correré hasta llegar a una zona iluminada, no soy tan joven e ingenio... - Dijiste dándole la espalda para luego dar una despedida agitando la mano que no tiene el brazalete mientras vas caminando en la misma dirección esperando dejarle atrás, eso y luego comenzar a correr de nuevo. Al menos no te escuchó hablar solo, y bueno, la calle segura segura, como todo, nada es seguro, ninguna calle, aunque... sin duda son más seguras comparadas con la Ferti, como le decías a esa calle por tu cuidad. En ese lugar ni los policías se acercaban, y eso si era bastante jodido si te pones a pensarlo.