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El descubrimiento de las ruinas del Monasterio Draco, tallado en lo alto de una desolada montaña en el valle de los dragones, ha despertado un gran interés por todo el Digimundo. Principalmente porque según los tallados de la pared exterior dentro de las ruinas se encuentra un obre mágico que contiene en su interior la data y poder del treceavo Royal Kinght, la cual sera dada a quien reclame dicho objeto. Según la historia grabada en los murales, el obre fue dejado allí por el mismo Royal Kinght en caso de que su poder sea necesario para derrotar al mal que se alce en el futuro...por desgracia semejante premio también a llamado la atención de quienes usarían el poder para sus propias metas egoístas. Por lo que esta aventura ahora se a vuelto una carrera por ver quien consigue el gran premio.
6 meses despues de la ultima carrera, un BanchoLeomon reune al viejo equipo de organizacion para dar un nuevo espectaculo, pero en esta carrera, el misterioso patrocinador ha enviado a un "Aspirante a Campeon" con un extraño y unico Digivice. ¿Que es lo que sucedera a lo largo del evento y como funciona este nuevo digivice?.
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Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
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Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Un día más, había salido a dar una vuelta. Habían pasado ya varios días desde que conocí a Max, Ashely, Sigrun, Roku y los demás. Ellos me enseñaron lo que sé ahora mismo sobre los Digimons, los Royal Knights, el Digimundo... Pero tengo la sensación de que aún no conozco todo lo que debería conocer. Sin embargo, creo que ya sé cuál es mi primera meta si es que es verdad eso de que soy una "niña elegida", una Tamer. Esta meta es la de hacerme más fuerte y conmigo, mi amiga bola de pelo Nyaromon. Tuve una mala experiencia el otro día y he podido ver de primera mano que hay ciertos Digimons malvados y muy poderosos, por lo que me decidí que mi compañera y yo nos volveríamos más fuerte. El primer paso es encontrar los famosos Digihuevos del Valor, Amistad y demás, pero, lo cierto es que no sabía por dónde empezar. Estuve toda la mañana pensando, incluso miré varias veces el PC, recordando lo que me dijeron mis nuevos amigos sobre que mi Dispositivo Digital, de marca D-3, podía transportarme hacia el mundo de los Digimons... Sin embargo, no me encontraba aún preparada para visitar aquél extraño mundo. Desesperada, me decidí ir a los Recreativos a echar unas partidas a varios de mis videojuegos favoritos. Era bastante buena, aunque estuviese mal que lo dijera yo. Así, de paso, sacaría a pasear a Nyaromon... Aunque eso la haga quedar como poco más que un perro...
Con un top rosa veraniego y unos pantalones vaqueros cortos de color azul, acompañados de unas sandalias de color blanco, salgo a la calle con Nyaromon pegada a la cabeza. En el brazo derecho llevaba atado un pañuelo de color azul cielo como adorno. Desde que la agarré hace unos días, se niega a que la lleve en brazos... Además de llamarme Vaca Lechera cada dos por tres... Así que la solución que encontró la bola de pelo digital fue ponerse en mi cabeza como si de un gorro se tratase. No es que el amarillo de su cuerpo y el rojo de mi pelo hagan muy buena combinación... Pero bueno, es algo con lo que pasar inadvertidos. Menudo escándalo se montaría si se supiese de la existencia de los Digimons... Sin más dilación, me dispuse a caminar por la calle, después de salir del lujoso hotel que era propiedad de mi madre.
El plan era sencillo. Ir hasta allí, hacia mis recreativos favoritos y jugar un poco para distraerme... Aunque, a decir verdad, los videojuegos también me ayudaban a pensar acerca de mis problemas reales... Aunque no se tratase de un problema en sí lo que tenía entre manos, si que era algo bastante complicado y laborioso. De repente, me había vuelto la entrenadora de un monstruo hecho por datos y tenía que hacerla pelear con otros Digimons. Claro estaba que sólo la haría pelear contra aquellos que fueran malvados y amenazasen tanto mi mundo como el Mundo Digital... Esperemos que hoy no ataque nadie, quiero tener un día tranquilo...
Con un top rosa veraniego y unos pantalones vaqueros cortos de color azul, acompañados de unas sandalias de color blanco, salgo a la calle con Nyaromon pegada a la cabeza. En el brazo derecho llevaba atado un pañuelo de color azul cielo como adorno. Desde que la agarré hace unos días, se niega a que la lleve en brazos... Además de llamarme Vaca Lechera cada dos por tres... Así que la solución que encontró la bola de pelo digital fue ponerse en mi cabeza como si de un gorro se tratase. No es que el amarillo de su cuerpo y el rojo de mi pelo hagan muy buena combinación... Pero bueno, es algo con lo que pasar inadvertidos. Menudo escándalo se montaría si se supiese de la existencia de los Digimons... Sin más dilación, me dispuse a caminar por la calle, después de salir del lujoso hotel que era propiedad de mi madre.
El plan era sencillo. Ir hasta allí, hacia mis recreativos favoritos y jugar un poco para distraerme... Aunque, a decir verdad, los videojuegos también me ayudaban a pensar acerca de mis problemas reales... Aunque no se tratase de un problema en sí lo que tenía entre manos, si que era algo bastante complicado y laborioso. De repente, me había vuelto la entrenadora de un monstruo hecho por datos y tenía que hacerla pelear con otros Digimons. Claro estaba que sólo la haría pelear contra aquellos que fueran malvados y amenazasen tanto mi mundo como el Mundo Digital... Esperemos que hoy no ataque nadie, quiero tener un día tranquilo...
Última edición por Yoko Littner el Lun Mayo 23, 2016 9:45 am, editado 2 veces
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
OFF ROL: Me ha gustado mucho rolear contigo así que, ya que me invitaste, rolearé contigo señorita Littner
ON ROL: Maxwell y Tsukaimon caminaban una vez más por los distritos de Shibuya en una tarde tranquila y soleada. La gente volvía de su trabajo, mientras que Max había vuelto a la rutina del deporte, volviendo a jugar en su club de baloncesto, los Shibuya Basket Club, del que se había vuelto capitán y máximo anotador con anterioridad. En ese preciso momento, volvía a su casa acompañado de su mascota digital y vistiendo la cómoda vestimenta perteneciente a su club.
¿Pensabas en Yoko Littner, la pelirroja del otro día?- dijo Tsukaimon con una risa mientras seguía posado en la cabeza del muchacho de cabellos verdosos.
En parte sí, es una novata aún. No me quiero imaginar si se tiene que enfrentar a un Ogremon, un Snimon o un Tyrannomon, por ejemplo... - dijo Max mientras asentía con su cabeza, sin darse cuenta de las intenciones de su compañero.
No iban por ahí los tiros, pero sí, ahora que lo dices tienes razón- Tsukaimon suspiraba pesadamente, mientras agarraba con una relativa fuerza al pelo de Kenku, para agarrarse mejor- Aunque esperemos que, si corre peligro, su príncipe de brillante armadura vuelva a aparecer...- una nueva risa traviesa salió de la boca de Tsukaimon, burlándose de su Tamer.
Eres tú el primero que quiere ver a Yoko para así poder jugar con tu querida Nyaromon- contraatacó esta vez el Tamer riéndose de su hámster volador de color violeta.
Mientras discutían, se atacaban y reían alegremente, ambos llegaron delante de una tienda con juegos recreativos. Hacía mucho que el muchacho no venía por esa zona, por lo que una media sonrisa se dibujó en su cara.
Oye Tsukaimon, hace mucho que no vengo por aquí y tu nunca has entrado en unas recreativas... ¿Te apetece entrar?[/b]- Max miró de reojo a su amigo digital mientras éste se lo pensaba.
Claro, no estaría mal. Me gusta descubrir cosas nuevas, ya lo sabes- Tsukaimon hizo una sonrisa y movió sus patitas en la cabeza de Max, como si estuviese empujando a su compañero humano a que entrase- ¡Venga venga!
ON ROL: Maxwell y Tsukaimon caminaban una vez más por los distritos de Shibuya en una tarde tranquila y soleada. La gente volvía de su trabajo, mientras que Max había vuelto a la rutina del deporte, volviendo a jugar en su club de baloncesto, los Shibuya Basket Club, del que se había vuelto capitán y máximo anotador con anterioridad. En ese preciso momento, volvía a su casa acompañado de su mascota digital y vistiendo la cómoda vestimenta perteneciente a su club.
¿Pensabas en Yoko Littner, la pelirroja del otro día?- dijo Tsukaimon con una risa mientras seguía posado en la cabeza del muchacho de cabellos verdosos.
En parte sí, es una novata aún. No me quiero imaginar si se tiene que enfrentar a un Ogremon, un Snimon o un Tyrannomon, por ejemplo... - dijo Max mientras asentía con su cabeza, sin darse cuenta de las intenciones de su compañero.
No iban por ahí los tiros, pero sí, ahora que lo dices tienes razón- Tsukaimon suspiraba pesadamente, mientras agarraba con una relativa fuerza al pelo de Kenku, para agarrarse mejor- Aunque esperemos que, si corre peligro, su príncipe de brillante armadura vuelva a aparecer...- una nueva risa traviesa salió de la boca de Tsukaimon, burlándose de su Tamer.
Eres tú el primero que quiere ver a Yoko para así poder jugar con tu querida Nyaromon- contraatacó esta vez el Tamer riéndose de su hámster volador de color violeta.
Mientras discutían, se atacaban y reían alegremente, ambos llegaron delante de una tienda con juegos recreativos. Hacía mucho que el muchacho no venía por esa zona, por lo que una media sonrisa se dibujó en su cara.
Oye Tsukaimon, hace mucho que no vengo por aquí y tu nunca has entrado en unas recreativas... ¿Te apetece entrar?[/b]- Max miró de reojo a su amigo digital mientras éste se lo pensaba.
Claro, no estaría mal. Me gusta descubrir cosas nuevas, ya lo sabes- Tsukaimon hizo una sonrisa y movió sus patitas en la cabeza de Max, como si estuviese empujando a su compañero humano a que entrase- ¡Venga venga!
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Me dirigía desde el hotel de mi madre Cristina encaminada hacia el barrio de Shibuya. Allí se encontraban mis recreativas favoritas. Iba desde que era niña, por lo que esto ya se había vuelto una auténtica rutina cada vez que necesitaba desconectar o pensar... O simplemente sudar y descargar toda mi adrenalina.
Shibuya era el barrio elegido, por lo que tardaría tan sólo en cinco minutos, nada lejos, la verdad. Tras pasar por la famosa estatua de Hachiko, una estatua dedicada a uno de los perros mas fieles de la historia, un perro de raza Akita Inu, por cierto, llegué a la zona domde se encontraban los Recreativos Shibuya, que llevaban abiertos más de 30 años ya y que había contenido una gran variedad de videojuegos en su interior.
Espero que dentro siga estando ese juego de baile que tanto me gusta... No, de hecho, me vuelve loca. Es un juego realmente adictivo y que, compitiendo contra otra persona, lo hace aún más desafiante, competitivo. Mientras llegaba, el corazón me dio un pequeño vuelco. Un muchacho de cabellos verdosos y en forma de punta, acompañado de un hámster volador de color violeta y blanco estaban parados junto a la puerta. Reconocía perfectamente a la pareja: Eran Max y Tsukaimon. ¿Qué demonios hacían aquí?
¡Eh! ¡Max! ¡Tsukaimon!- les dije con una sonrisa de oreja a oreja mientras les saludaba con mi mano derecha, acercándome a ellos
¿Qué hacéis aquí?- preguntó Tsukaimon en esta ocasión mientras se removía contenta encima de mi cabeza, probablemente feliz de ver a su amigo volador
Shibuya era el barrio elegido, por lo que tardaría tan sólo en cinco minutos, nada lejos, la verdad. Tras pasar por la famosa estatua de Hachiko, una estatua dedicada a uno de los perros mas fieles de la historia, un perro de raza Akita Inu, por cierto, llegué a la zona domde se encontraban los Recreativos Shibuya, que llevaban abiertos más de 30 años ya y que había contenido una gran variedad de videojuegos en su interior.
Espero que dentro siga estando ese juego de baile que tanto me gusta... No, de hecho, me vuelve loca. Es un juego realmente adictivo y que, compitiendo contra otra persona, lo hace aún más desafiante, competitivo. Mientras llegaba, el corazón me dio un pequeño vuelco. Un muchacho de cabellos verdosos y en forma de punta, acompañado de un hámster volador de color violeta y blanco estaban parados junto a la puerta. Reconocía perfectamente a la pareja: Eran Max y Tsukaimon. ¿Qué demonios hacían aquí?
¡Eh! ¡Max! ¡Tsukaimon!- les dije con una sonrisa de oreja a oreja mientras les saludaba con mi mano derecha, acercándome a ellos
¿Qué hacéis aquí?- preguntó Tsukaimon en esta ocasión mientras se removía contenta encima de mi cabeza, probablemente feliz de ver a su amigo volador
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
La pareja de Tamer y su Digimon oscuro estaba a punto de entrar dentro de Recreativos Shibuya, la tienda de recreativos que se encontraba delante de ellos, cuando, de repente, oyeron una voz femenina que les resultaba familiar a ambos. Cuando se giraron para ver hacia la dirección de donde tenía origen esa voz, vieron a la muchacha pelirroja que conocieron hace unos días y a su compañera Digimon de color amarillo y de forma redondeada. Ellas les saludaron y les preguntaron qué hacían allí.
¡Yoko Littner! ¡Vaya! ¡Dichosos los ojos!- dijo Max devolviéndole la sonrisa y el gesto de saludo mientras veía acercarse a la muchacha hasta la tienda de los recreativos.
Por lo que veo, estamos haciendo lo mismo que vosotras planeabais hacer...- sonrió Tsukaimon mientras miraba a sus dos amigas (y discípulas), haciendo una pose de victoria sobreactuada.
Ya vale con esas poses Tsukaimon...- suspiró Max dirigiendo luego una sonrisa hacia la muchacha que conoció el día de su cumpleaños- Vivo en Shibuya desde siempre, asi que normalmente venía aquí de pequeño a jugar a videojuegos... Aunque hace varios años que no vengo... - dijo el muchacho de cabellos verdosos mientras entraba en los recreativos, buscando al dependiente para comprar el tiempo del que podían disponer- pero hoy que he venido de entrenar con mi equipo de baloncesto he decidido jugar por aquí... Juego en los Shibuya Basket Club, no sé si nos conocerás... ¡Podrías venir al siguiente partido que jugaremos! ¡Lo jugamos dentro de dos días! - el muchacho sonrió de nuevo, una sonrisa feliz, mientras señalaba su equipación del equipo a la vez que invitaba a Yoko a que viese su próximo partido de baloncesto- Espera... ¿Eso se consideraría una cita?
Bueno, ¿a qué queréis jugar?-preguntó Tsukaimon mientras miraba a todas las maquinas que tenía a su alrededor y mientras su Tamer se acercaba al mostrador de recepción.
Quiero pagar dos entradas para dos personas de 2 horas cada una, por favor...- Max señaló en la tabla de precios el que incluía las dos horas, mirando luego hacis Yoko- Esta vez invitaré yo
¡Yoko Littner! ¡Vaya! ¡Dichosos los ojos!- dijo Max devolviéndole la sonrisa y el gesto de saludo mientras veía acercarse a la muchacha hasta la tienda de los recreativos.
Por lo que veo, estamos haciendo lo mismo que vosotras planeabais hacer...- sonrió Tsukaimon mientras miraba a sus dos amigas (y discípulas), haciendo una pose de victoria sobreactuada.
Ya vale con esas poses Tsukaimon...- suspiró Max dirigiendo luego una sonrisa hacia la muchacha que conoció el día de su cumpleaños- Vivo en Shibuya desde siempre, asi que normalmente venía aquí de pequeño a jugar a videojuegos... Aunque hace varios años que no vengo... - dijo el muchacho de cabellos verdosos mientras entraba en los recreativos, buscando al dependiente para comprar el tiempo del que podían disponer- pero hoy que he venido de entrenar con mi equipo de baloncesto he decidido jugar por aquí... Juego en los Shibuya Basket Club, no sé si nos conocerás... ¡Podrías venir al siguiente partido que jugaremos! ¡Lo jugamos dentro de dos días! - el muchacho sonrió de nuevo, una sonrisa feliz, mientras señalaba su equipación del equipo a la vez que invitaba a Yoko a que viese su próximo partido de baloncesto- Espera... ¿Eso se consideraría una cita?
Bueno, ¿a qué queréis jugar?-preguntó Tsukaimon mientras miraba a todas las maquinas que tenía a su alrededor y mientras su Tamer se acercaba al mostrador de recepción.
Quiero pagar dos entradas para dos personas de 2 horas cada una, por favor...- Max señaló en la tabla de precios el que incluía las dos horas, mirando luego hacis Yoko- Esta vez invitaré yo
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Así que eres de Shibuya ¿eh?- dije mientras le devolvía la sonrisa a aquél chico que seguía hablandome amistosamente. La verdad es que era bastante majo, eso no se podía negar, y, por lo que puedo deducir, se puede hablar con él de cualquier cosa... Eso me gusta en una persona. Según él, venía aquí, a estos recreativos, desde que era pequeño pero que había pasado mucho tiempo desde la última vez que vino... Acto seguido, me comentó que él jugaba en los Shibuya Basket Club, el club de baloncesto de Shibuya y acto seguido me invitó a que le acompañase a ver el siguiente partido.
¡Claro que iremos! ¡No faltaremos, te lo prometo!- dijo Nyaromon repentinamente. Maldita enana que siempre planea las cosas por si sola...
¡No hagas planes que me incluyan sin antes consultarme, bola de pelo!- dije, dándole un golpe con mi puño derecho en la cabeza despues de agarrarla con la otra mano.
¡Pero si te mueres de ganas de ir, vaca lechera! ¡No me golpees!- dijo Nyaromon lamentandose por el golpe que había recibido, mientras entraban dentro de los recreativos.
Entonces, mientraa transcurría esta acción, Max compró sus entradas y las mías, diciendo que esta vez invitaba él. Jejej, qué mono.
¡Muchas gracias! ¡Te lo compensaré invitandote a comer!- era lo mínimo que podía hacer para compensarle... Además, si comemos en el restaurante que hay en el hotel de mi madre, nos sale gratis, así que salimos todos ganando jujuju.
¿Qué os parece si comenzamos a jugar al Space Invaders?- el Space Invaders era el típico juego de navecitas en el que tenías que matar a un número determinado de marcianitos. Había dos máquinas del mismo juego juntas, por lo que ambos podíamos ponernos en cada una y ver quién consigue más puntos.
¡Claro que iremos! ¡No faltaremos, te lo prometo!- dijo Nyaromon repentinamente. Maldita enana que siempre planea las cosas por si sola...
¡No hagas planes que me incluyan sin antes consultarme, bola de pelo!- dije, dándole un golpe con mi puño derecho en la cabeza despues de agarrarla con la otra mano.
¡Pero si te mueres de ganas de ir, vaca lechera! ¡No me golpees!- dijo Nyaromon lamentandose por el golpe que había recibido, mientras entraban dentro de los recreativos.
Entonces, mientraa transcurría esta acción, Max compró sus entradas y las mías, diciendo que esta vez invitaba él. Jejej, qué mono.
¡Muchas gracias! ¡Te lo compensaré invitandote a comer!- era lo mínimo que podía hacer para compensarle... Además, si comemos en el restaurante que hay en el hotel de mi madre, nos sale gratis, así que salimos todos ganando jujuju.
¿Qué os parece si comenzamos a jugar al Space Invaders?- el Space Invaders era el típico juego de navecitas en el que tenías que matar a un número determinado de marcianitos. Había dos máquinas del mismo juego juntas, por lo que ambos podíamos ponernos en cada una y ver quién consigue más puntos.
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
De pronto atravesé un portal dimensional, estaba harta de ellos siempre aparecían donde menos me lo esperaba. La magia de ese maldito digimon me trajo hasta este horrible lugar lleno de humanos....
Sali de una pantalla de lo que parecía un... una máquina de recreativos averiada? qué diantres era eso? Toda mi vida en el Mundo Digital me había hecho ignorante de los aparatos de los humanos, pero bueno no eran muy diferentes de las máquinas expendedoras de carne que había en algunas zonas del mundo digital.
Había muchas máquinas parecidas en aquel lugar y con humanos cerca, qué hacían? Sería mejor empezar a investigar este lugar a fondo... No me preocupaba lo que pensaban esos humanos de mí, solo era una "chica gótica más" llevaba mi rubio pelo suelto con una diadema roja y negra y un vestido con corsé rojo y negro también con la falda roja. Mis ojos púrpura escudriñaban el lugar y se pararon en una pareja que toqueteaba las máquinas. Me acerqué a ellos para buscar información sobre este extraño lugar. La chica era pelirroja y llevaba un nyaromon e iba acompañada de un chico peliverde con un tsukaimon. "digimons en este lugar? Habrán salido también de las máquinas?"-pensé.
-Hola, me llamo Mirtha... ohh!! Qué clase de digimons son esos???-dije mirando una demo de una máquina que parecían tener como digimons u objetos pixelados, en la máquina ponía "space invaders" pero yo no me paré a leerlo, mis ojos se quedaron alucinados con la pantalla.
Aporreé la máquina intentando entrar con ellos o al menos que salieran.
-Vamos salid a pelear! Os reduciré a cenizas!!-comenté sin percatarme de que los sujetos de seguridad del centro empezaron a mirarme raro.
-Estooo... Mir... creo que así no es como funciona... deja que te expliquen los humanos del lugar como funcionan esas cosas... no vaya a ser que las rompamos...-comentó Luna en mi cabeza.
-Esta bien... al menos espero que den una buena ración de digimeat, tengo algo de hambre...-la contesté yo en mi mente mientras me paraba, recuperaba la calma e intentaba mostrarme más cordial con la gente del lugar.
-Disculpar...me, no había visto nunca unas cosas como estas. Me presento bien, perdon. Soy Mirtha Blacksmith y toda mi vida he estado en el digimundo es la primera vez q vengo en... creo que este es el Mundo Humano...?-les pregunté a la pareja.
- Tamer
- Digi Puntos :162Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Beast SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :RookieIcono :Rango y Unidad :Mirtha Mònique Blacksmith
Rango: Sub-oficial
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: The Unfari Scythe of Indifference
Rango y Unidad Digi Aliado :Meikuu o Meikuu-chan (Meikuumon)
Rango: Soldado
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: Damm Wings of InjusticeInventario :
Mirtha Blacksmith
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Tras comprar las dos entradas, tanto de Yoko como la suya propia, el muchacho de cabelños verdosos agarró las tarjetas digitales que le entregó la señorita de la recepción. Estas tarjetas eran válidas para dos horas, por lo que en cualquier máquina que quisieran jugar, tan sólo tendrían que pasar la tarjeta por el lector de las maquinas y podrían jugar. La atractiva Tamer pelirroja sugirió jugar a los Space Invaders.
¡Claro! ¡No es mala idea! ¡Vamos!- dijo el muchacho del atuendo deportivo mientras se dirigían hacia la maquina de Space Invaders.
Cada uno de los dos Tamers se colocaron en una de las dos maquinas que estaban juntas. El objetivo era matar a todos los marcianitos que pudieran hasta que los matasen, ganando cierta cantidad de puntos en el proceso. Quien ganase mas puntos de los dos, ganaba.
¿Qué te parece si quien pierde, invita a algo en cada juego?- dijo el muchacho, sacándole la lengua divertido a Yoko mientras pasaba su tarjeta por la máquina de los Space Invaders y comenzaba a jugar.
¿Esto es una especie de Vademons y Ebemons?- preguntó Tsukaimon a su Tamer mientras observaba cómo su amigo humano comenzaba a destruir marcianitos con una nave, todo pixelado ya que era un juego bastamte antiguo, pero cuya moda aún no había pasado.
No se trata de ningún tipo de Digimons. A esos enemigos se les llama marcianitos y el objetivo es matarlos a todos para conseguir puntos... ¡Toma eso! ¡Primera ronda superads! - Max gritó de júbilo al acabar con la primera horda de enemigos, ganando cerca de 5000 puntos- ¡Venga Yoko! ¡Que te gano!
Mientras jugaban ambos Tamers con sus Digimons mirando, un extraño ruido provenía de una de las maquinas mas alejadas de la tienda. Cuando fue a echar un vistazo Tsukaimon, principalmente porque Max estaba ocupado, el Digimon vio a una chica rubia aparecer de una maquina recreativa, que contenía un portal hacia el Mundo Digital... Tal y como el que tenía Jijimon en su tienda.
Oye Max... Una chica acaba de aparecer de un portal en una de las maquinas recreativas... Y viene para aquí- dijo Tsukaimon poniendo un tono en el que sólamente pudieran escucharlo Max, Nyaromon y Yoko.
¿Qué? Demonios, parece que atraigo los problemas digitales... - Max suspiró mientras seguía jugando a la consola recreativa.
Tras un corto período de tiempo, a Max le quitaron todas las vidas, ya que se encontraba en un nivel realmente avanzado y era complicado seguir avanzando. Había llegado a los 2 millones de puntos, por lo que estaba bastante satisfecho y más aún teniendo en cuenta que llevaba mucho tiempo sin jugar.
De pronto, la chica que había llegado del portal según la información que le había dado Tsukaimon, había aparecido junto a ellos, preguntándoles a los chicos qué clases de Digimons eran sus acompañantes. Así que si que conocía a los Digimons... La chica tenia su cabello rubio largo y vestía con una moda gótica bastamte bonita y peculiar. Iba vestida con una diadema roja y negra en el pelo, un vestido con corsé rojo y negro y una falda roja. Tenía, además unos ojos púrpura que miraban nerviosa a todos los lados.
Soy un Tsukaimon, Digimon de nivel Rookie y Atributo Virus. Encantado de conocerte- dijo el Digimon mamífero volador mientras sonreía a la nueva. La pareja miraba a la chica golpear la maquina y desafiando a las extrañas formas de vida que había dentro del Space Invaders que había al lado. Les amenazaba con derrotarlos.
Mujer, así no funciona. Mira... - el muchacho pasó la tarjeta por la máquina en la que estaba esa chica para que pudiese jugar- Con estos botones y esta palanca juegas. Tienes que matar a esos marcianitos. Y tranquila, que no son Digimons- el muchacho sonrió mientras el juego se ponía a funcionar. Ella se presentó como Mirtha Blacksmith y dijo que había pasado toda su vida en el Mundo Digital- Yo me llamo Maxwell Miyamoto, pero llamame Max o Maxi. Podemos enseñarte parte del Mundo Humano, si quieres - dijo mientras se señalaba a él, a Tsukaimon y a las dos chicas que estaban con ellos.
OFF ROL: Tened en cuenta que debemos rescatar a mi NPC Nagisa Shiota (si el de Assassination Classroom xD) que está atrapado en una de las recreativas. Para que la historoa vaya por ahí :3
¡Claro! ¡No es mala idea! ¡Vamos!- dijo el muchacho del atuendo deportivo mientras se dirigían hacia la maquina de Space Invaders.
Cada uno de los dos Tamers se colocaron en una de las dos maquinas que estaban juntas. El objetivo era matar a todos los marcianitos que pudieran hasta que los matasen, ganando cierta cantidad de puntos en el proceso. Quien ganase mas puntos de los dos, ganaba.
¿Qué te parece si quien pierde, invita a algo en cada juego?- dijo el muchacho, sacándole la lengua divertido a Yoko mientras pasaba su tarjeta por la máquina de los Space Invaders y comenzaba a jugar.
¿Esto es una especie de Vademons y Ebemons?- preguntó Tsukaimon a su Tamer mientras observaba cómo su amigo humano comenzaba a destruir marcianitos con una nave, todo pixelado ya que era un juego bastamte antiguo, pero cuya moda aún no había pasado.
No se trata de ningún tipo de Digimons. A esos enemigos se les llama marcianitos y el objetivo es matarlos a todos para conseguir puntos... ¡Toma eso! ¡Primera ronda superads! - Max gritó de júbilo al acabar con la primera horda de enemigos, ganando cerca de 5000 puntos- ¡Venga Yoko! ¡Que te gano!
Mientras jugaban ambos Tamers con sus Digimons mirando, un extraño ruido provenía de una de las maquinas mas alejadas de la tienda. Cuando fue a echar un vistazo Tsukaimon, principalmente porque Max estaba ocupado, el Digimon vio a una chica rubia aparecer de una maquina recreativa, que contenía un portal hacia el Mundo Digital... Tal y como el que tenía Jijimon en su tienda.
Oye Max... Una chica acaba de aparecer de un portal en una de las maquinas recreativas... Y viene para aquí- dijo Tsukaimon poniendo un tono en el que sólamente pudieran escucharlo Max, Nyaromon y Yoko.
¿Qué? Demonios, parece que atraigo los problemas digitales... - Max suspiró mientras seguía jugando a la consola recreativa.
Tras un corto período de tiempo, a Max le quitaron todas las vidas, ya que se encontraba en un nivel realmente avanzado y era complicado seguir avanzando. Había llegado a los 2 millones de puntos, por lo que estaba bastante satisfecho y más aún teniendo en cuenta que llevaba mucho tiempo sin jugar.
De pronto, la chica que había llegado del portal según la información que le había dado Tsukaimon, había aparecido junto a ellos, preguntándoles a los chicos qué clases de Digimons eran sus acompañantes. Así que si que conocía a los Digimons... La chica tenia su cabello rubio largo y vestía con una moda gótica bastamte bonita y peculiar. Iba vestida con una diadema roja y negra en el pelo, un vestido con corsé rojo y negro y una falda roja. Tenía, además unos ojos púrpura que miraban nerviosa a todos los lados.
Soy un Tsukaimon, Digimon de nivel Rookie y Atributo Virus. Encantado de conocerte- dijo el Digimon mamífero volador mientras sonreía a la nueva. La pareja miraba a la chica golpear la maquina y desafiando a las extrañas formas de vida que había dentro del Space Invaders que había al lado. Les amenazaba con derrotarlos.
Mujer, así no funciona. Mira... - el muchacho pasó la tarjeta por la máquina en la que estaba esa chica para que pudiese jugar- Con estos botones y esta palanca juegas. Tienes que matar a esos marcianitos. Y tranquila, que no son Digimons- el muchacho sonrió mientras el juego se ponía a funcionar. Ella se presentó como Mirtha Blacksmith y dijo que había pasado toda su vida en el Mundo Digital- Yo me llamo Maxwell Miyamoto, pero llamame Max o Maxi. Podemos enseñarte parte del Mundo Humano, si quieres - dijo mientras se señalaba a él, a Tsukaimon y a las dos chicas que estaban con ellos.
OFF ROL: Tened en cuenta que debemos rescatar a mi NPC Nagisa Shiota (si el de Assassination Classroom xD) que está atrapado en una de las recreativas. Para que la historoa vaya por ahí :3
Última edición por Max ``Kenku´´ el Lun Mayo 02, 2016 3:25 pm, editado 1 vez
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Mientras caminabamos con nuestras tarjetas en las manos hacia las dos máquinas, Max preguntó que si quien perdiese le tocaba invitar al otro, a lo que yo acepté encantada... ¿Quién sabe? Igual me ahorraba el tener que invitarle a comer si le ganaba
¿Sabes qué? Acepto... ¡Pero no me llores si te gano, nene! - dije mientras sonreía viendo que el chico peliverde ya de puso a jugar antes que yo y se burlaba de mí diciendo que me va a ganar- ¡Ya claro! ¡Eso lo veremos!
Tras esas palabras, pasé la tarjeta por el lector de la maquina, como si de un Digivixe D-arc se tratase, al igual que el Digivice que tenía Maxi. Movía con la palanca a mi navecita mientras que con uno de los botones mataba con unas armas laseres a las naves alienigenas y con el otro activaba los Power-Up que conseguía.
Entonces, Tsukaimon, el Digimon de Max, alertó que una chica acababa de llegar a través de un portal digital desde el Mundo Digital.... Espera... ¿¡El Mundo Digital?! ¿¡Qué demonios?! ¿¡Puede haber puertas Digitales también en maquinas recreativas?!
Aquella distracción supuso que perdiera la partida, quedandome con pocos puntos. Al mismo tiempo, vi que Max seguía jugando, haciendo caso omiso a las oalabras de Tsukaimon... Al menos aparentemente.
La chica que había llegado del Mundo Digital, se dirigió hacia nosotros. Se trataba de una chica bastante bonita con el cabello rubio y una ropa propia de los goticos que le quedaba realmente bien. Sus ojos de color purpura me atraian bastante, a decir verdad. Sin embargo, golpeaba repetidamente la consola hasta que Max le enseñó cómo funcionaba y la chica se presentó a sí misma como Mirtha.
Yo soy Yoko Littner y esta es Nyaromon. Encantadas de conocerte - dije presentandome amistosamente ante la muchacha gótica mienteas Nyaromon miraba hacia otro lado
¿Are? ¿Eso qué es?- Nyaromon miró hacia donde señalaba mi D-3 con una luz de color rosa. La luz apuntaba hacia una maquina recreativa en la que ponía: "Silent Hill" en letras rojas y espeluznantes.
¿Qué demonios?- sujeté el D-3 mientras caminaba hacia esa recreativa. Como si una fuerza invisible me obligase, apunté con la pantalla del dispositivo a la pantalla de la maquina y aparecierom unas nuevas letras de color verde: "Puerta Digital abierta". Como si estuviese en trance, di pasos hacia la maquina, siendo abducida por ella junto a Nyaromon... ¿Qué demonios pasa aquí...?
¿Sabes qué? Acepto... ¡Pero no me llores si te gano, nene! - dije mientras sonreía viendo que el chico peliverde ya de puso a jugar antes que yo y se burlaba de mí diciendo que me va a ganar- ¡Ya claro! ¡Eso lo veremos!
Tras esas palabras, pasé la tarjeta por el lector de la maquina, como si de un Digivixe D-arc se tratase, al igual que el Digivice que tenía Maxi. Movía con la palanca a mi navecita mientras que con uno de los botones mataba con unas armas laseres a las naves alienigenas y con el otro activaba los Power-Up que conseguía.
Entonces, Tsukaimon, el Digimon de Max, alertó que una chica acababa de llegar a través de un portal digital desde el Mundo Digital.... Espera... ¿¡El Mundo Digital?! ¿¡Qué demonios?! ¿¡Puede haber puertas Digitales también en maquinas recreativas?!
Aquella distracción supuso que perdiera la partida, quedandome con pocos puntos. Al mismo tiempo, vi que Max seguía jugando, haciendo caso omiso a las oalabras de Tsukaimon... Al menos aparentemente.
La chica que había llegado del Mundo Digital, se dirigió hacia nosotros. Se trataba de una chica bastante bonita con el cabello rubio y una ropa propia de los goticos que le quedaba realmente bien. Sus ojos de color purpura me atraian bastante, a decir verdad. Sin embargo, golpeaba repetidamente la consola hasta que Max le enseñó cómo funcionaba y la chica se presentó a sí misma como Mirtha.
Yo soy Yoko Littner y esta es Nyaromon. Encantadas de conocerte - dije presentandome amistosamente ante la muchacha gótica mienteas Nyaromon miraba hacia otro lado
¿Are? ¿Eso qué es?- Nyaromon miró hacia donde señalaba mi D-3 con una luz de color rosa. La luz apuntaba hacia una maquina recreativa en la que ponía: "Silent Hill" en letras rojas y espeluznantes.
¿Qué demonios?- sujeté el D-3 mientras caminaba hacia esa recreativa. Como si una fuerza invisible me obligase, apunté con la pantalla del dispositivo a la pantalla de la maquina y aparecierom unas nuevas letras de color verde: "Puerta Digital abierta". Como si estuviese en trance, di pasos hacia la maquina, siendo abducida por ella junto a Nyaromon... ¿Qué demonios pasa aquí...?
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
"-Humm digimon virus..."-pensé pues andaba deseosa de capturar y reducir a data cualquier digimon de ese atributo para hacerme más poderosa y hacer quimeras.
-Emmm... Mir, intenta hacer amigos va? además no creo que en este mundo sea muy normal aniquilar digimon asi tan ricamente...-dijo mi querida conciencia en forma de Lunamon, aguafiestas.
-Un placer-dijo secamente tras presentarse Max y su digimon, obedeciendo a regañadientes a mi compañera, pues yo solia ser una chica solitaria, pero quizá en este mundo necesitaría una cierta ayuda y la gente tiene por costumbre ayudar solo a la gente que le cae bien y son agradables con ellos, meh... socializacion. Max me explicó como funcionaban las máquinas y yo lo escuché atentamente.-Y esa cosa pixelada que no se sabe ni lo que es, pelea por ti? Vaya chorrada... prefiero luchar yo misma y ver cara a cara a mi enemigo no que una estúpida máquinita me lo emule. Yo también soy tamer como vosotros solo que, mis digimon están muertos y me prestan sus poderes.-dije yo alegremente.
Después se presentó una extraña chica con un débil Nyaromon que respondía al nombre de Yoko, tenía algo que me hacía recordar a los gestos provocativos que suele hacer mi Madre para atraer a sus súbditos y que la obedezcan, me dio cierta grima pero no lo demostré y actué con ella igual que con el muchacho, con una cierta cortesía y amabilidad de la que no estaba muy acostumbrada a utilizar.
-Encantada-dije sin más al escuchar su presentación. Luego la chica pelirroja hizo algo extraño con un raro digivice que nunca antes había visto, abrió un portal hacia el Mundo Digital a través de una de las máquinas de juegos.
-Puedes abrir un portal al Digimundo desde cualquier cosa electrónica con eso??!!!-pregunté emocionada ignorando ya mis prejuicios hacia ella, pues nunca había visto un aparatito con esa capacidad y quizá esa cría podría serme útil. Vi que la chica era abducida por la máquina y yo por supuesto no quería quedarme más en ese extraño mundo, me agarré a un pie suyo y también fui tragada por el portal.
- Tamer
- Digi Puntos :162Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Beast SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :RookieIcono :Rango y Unidad :Mirtha Mònique Blacksmith
Rango: Sub-oficial
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: The Unfari Scythe of Indifference
Rango y Unidad Digi Aliado :Meikuu o Meikuu-chan (Meikuumon)
Rango: Soldado
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: Damm Wings of InjusticeInventario :
Mirtha Blacksmith
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Hmmm... ¿Qué...?- un espacio oscuro envolvía todo lo que se presentaba en lo que parecía ser una extraña habitación. Tan sólo había una ventana en una parte estrecha y elevada sobre la cabeza del muchacho. A través de ella, no sólo entraba un pequeño haz de luz, sino que también una espesa niebla.
Vaya vaya... Así que te has despertado...- una voz de ultratumba habló delante de él. El chico se levantó de lo que parecía ser una cama, bastante tosca y dura, por cierto y, escudriñando la vista, intentó acercarse, con algo de temor, hacia el origen de la voz. Según avanzó un par de pasos, pudo apreciar una oscura figura con lo que parecían dos espadas en sus manos. También, entre esa figura, que parecía ser el origen de la voz, y el muchacho había unos durísimos barrotes, separando ambos espacios de la estancia.
¿Quién...? ¿Quién se supone que eres tú...?- preguntó el muchacho que, al iluminarle el poco brillo de luz que se encontraba allí, se pudo apreciar su desaliñado cabello azulado y su uniforme escolar compuesto por una camisa blanca, un chaleco azul, una corbata negra, unos pantalones y unos zapatos, sucios de la misma manera. No se sabía cuánto tiempo llevaba allí metido, pero estaba claro que se había ensuciado un montón.
La pregunta es... ¿Quién eres tú? ¿Por qué tienes un Espíritu Digital?- la nocturna sombra señaló con una de sus espadas hacia el bolsillo derecho del pantalón del chico, haciendo que éste rebuscase en el mismo bolsillo, extrayendo una especie de aparato de color azul- Un Digivice D-Scanner... Eres un maldito Tamer... Un Tamer que ha sido elegido por uno de los Espíritus Digitales, ahora bien, ¿cómo es posible que tú, un mequetrefe del que no se distingue si es un hombre o una mujer, puede portar un Espíritu Digital? Tsk, ¡das vergüenza! ¡Es deshonroso que un ser humano como tú pueda convertirse en un Digimon!- el Digimon amenazó por el cuello con su espada al muchacho a través de los barrotes- ¡Entrégamelo ahora o te lo quitaré de tu maldito cadáver!- el imponente ser que allí habitaba y que, por cierto, rezumaba oscuridad por los cuatro costados, hablaba con una pose y una voz amenazantes.
No entiendo qué es lo que quieres decir... Pero tú eres el que me ha encerrado aquí... ¡No te daré nada!- el chico, que extrañamente se encontraba calmado, se retiró de un salto hacia atrás, mientras sonreía con una mirada orgullosa y desafiante a aquella sombra, aferrando fuertemente el dispositivo en su mano. Tras estas palabras, varias luces rojas se iluminaron por todo el cuerpo de aquella sombra que se encontraba frente a él. Con las luces rojas, el chico pudo ver ciertas características de quien le había aprisionado. Tan sólo pudo observar el cabello rubio largo caer por una extraña armadura... Llena de ojos gigantescos, quienes eran los que estaban iluminándose de un color carmesí. También, al fondo de sus manos había dos espadas de color rojo sangre. Sin embargo, los brillos de los ojos de aquél ser se detuvieron, quien se quedó mirando hacia arriba en silencio.
¡Je! Parece que te libraste de momento, andrógino- la sombra se giró sobre si mismo y se marchó de allí, silenciosamente. Ni siquiera sus pasos se escuchaban.
Si hay algo que odio es que me llamen chica...- el muchacho volvió a sentarse en la cama, aferrándose al dispositivo inconscientemente, comenzando a generarse un brillo y un código de datos apareció en su mano- ¿Qué demonios es esto?
Jojojo... Vaya vaya, menudos humos tienes, Nagisa Shiota... ¡Oh perdona! No me he presentado...- una voz masculina... aunque algo aguda, comenzó a hablar al muchacho...
Es tan sólo un juego muy común entre nosotros Mirtha... No le des más importancia- se rascó Maxwell la mejilla, un poco preocupado, mientras escuchaba las quejas de la extraña muchacha que allí se hallaba. Mientras ambos hablaban sobre las máquinas, Yoko, junto a Nyaromon, se separó del grupo formado por ellas dos, Mirtha, Max y Tsukaimon. Cuando estos dos últimos fueron a buscarla, presenciaron una máquina llamada "Silent Hill", donde Yoko había abierto un portal con su D-3.
Espera, ¿Silent Hill no es...? ¡¿El Pueblo Fantasmaaaa?! ¡No Yoko, no cruces ese portal, maldita sea!- una puerta se había abierto en las recreativas de un famoso videojuego de terror de los 90. Si había un portal digital, seguramente en él habitaban Digimons terroríficos y realmente poderosos. Aún así, sin hacer caso, Yoko, Nyaromon y Mirtha se metieron dentro del portal- ¡Maldita seaaaaa!- sin pensárselo dos veces, el muchacho de cabellos verdosos se metió de lleno en el portal antes de que se cerrase. Estaban siendo absorbidos hacia un extraño mundo... El chico, esperaba que no se tratase de una parte del Mundo Digital sobre Silent Hill... Si no, estarían en peligro muy rápidamente...
Vaya vaya... Así que te has despertado...- una voz de ultratumba habló delante de él. El chico se levantó de lo que parecía ser una cama, bastante tosca y dura, por cierto y, escudriñando la vista, intentó acercarse, con algo de temor, hacia el origen de la voz. Según avanzó un par de pasos, pudo apreciar una oscura figura con lo que parecían dos espadas en sus manos. También, entre esa figura, que parecía ser el origen de la voz, y el muchacho había unos durísimos barrotes, separando ambos espacios de la estancia.
¿Quién...? ¿Quién se supone que eres tú...?- preguntó el muchacho que, al iluminarle el poco brillo de luz que se encontraba allí, se pudo apreciar su desaliñado cabello azulado y su uniforme escolar compuesto por una camisa blanca, un chaleco azul, una corbata negra, unos pantalones y unos zapatos, sucios de la misma manera. No se sabía cuánto tiempo llevaba allí metido, pero estaba claro que se había ensuciado un montón.
La pregunta es... ¿Quién eres tú? ¿Por qué tienes un Espíritu Digital?- la nocturna sombra señaló con una de sus espadas hacia el bolsillo derecho del pantalón del chico, haciendo que éste rebuscase en el mismo bolsillo, extrayendo una especie de aparato de color azul- Un Digivice D-Scanner... Eres un maldito Tamer... Un Tamer que ha sido elegido por uno de los Espíritus Digitales, ahora bien, ¿cómo es posible que tú, un mequetrefe del que no se distingue si es un hombre o una mujer, puede portar un Espíritu Digital? Tsk, ¡das vergüenza! ¡Es deshonroso que un ser humano como tú pueda convertirse en un Digimon!- el Digimon amenazó por el cuello con su espada al muchacho a través de los barrotes- ¡Entrégamelo ahora o te lo quitaré de tu maldito cadáver!- el imponente ser que allí habitaba y que, por cierto, rezumaba oscuridad por los cuatro costados, hablaba con una pose y una voz amenazantes.
No entiendo qué es lo que quieres decir... Pero tú eres el que me ha encerrado aquí... ¡No te daré nada!- el chico, que extrañamente se encontraba calmado, se retiró de un salto hacia atrás, mientras sonreía con una mirada orgullosa y desafiante a aquella sombra, aferrando fuertemente el dispositivo en su mano. Tras estas palabras, varias luces rojas se iluminaron por todo el cuerpo de aquella sombra que se encontraba frente a él. Con las luces rojas, el chico pudo ver ciertas características de quien le había aprisionado. Tan sólo pudo observar el cabello rubio largo caer por una extraña armadura... Llena de ojos gigantescos, quienes eran los que estaban iluminándose de un color carmesí. También, al fondo de sus manos había dos espadas de color rojo sangre. Sin embargo, los brillos de los ojos de aquél ser se detuvieron, quien se quedó mirando hacia arriba en silencio.
¡Je! Parece que te libraste de momento, andrógino- la sombra se giró sobre si mismo y se marchó de allí, silenciosamente. Ni siquiera sus pasos se escuchaban.
Si hay algo que odio es que me llamen chica...- el muchacho volvió a sentarse en la cama, aferrándose al dispositivo inconscientemente, comenzando a generarse un brillo y un código de datos apareció en su mano- ¿Qué demonios es esto?
Jojojo... Vaya vaya, menudos humos tienes, Nagisa Shiota... ¡Oh perdona! No me he presentado...- una voz masculina... aunque algo aguda, comenzó a hablar al muchacho...
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Es tan sólo un juego muy común entre nosotros Mirtha... No le des más importancia- se rascó Maxwell la mejilla, un poco preocupado, mientras escuchaba las quejas de la extraña muchacha que allí se hallaba. Mientras ambos hablaban sobre las máquinas, Yoko, junto a Nyaromon, se separó del grupo formado por ellas dos, Mirtha, Max y Tsukaimon. Cuando estos dos últimos fueron a buscarla, presenciaron una máquina llamada "Silent Hill", donde Yoko había abierto un portal con su D-3.
Espera, ¿Silent Hill no es...? ¡¿El Pueblo Fantasmaaaa?! ¡No Yoko, no cruces ese portal, maldita sea!- una puerta se había abierto en las recreativas de un famoso videojuego de terror de los 90. Si había un portal digital, seguramente en él habitaban Digimons terroríficos y realmente poderosos. Aún así, sin hacer caso, Yoko, Nyaromon y Mirtha se metieron dentro del portal- ¡Maldita seaaaaa!- sin pensárselo dos veces, el muchacho de cabellos verdosos se metió de lleno en el portal antes de que se cerrase. Estaban siendo absorbidos hacia un extraño mundo... El chico, esperaba que no se tratase de una parte del Mundo Digital sobre Silent Hill... Si no, estarían en peligro muy rápidamente...
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
-¿Seguro que es por aquí? -decía Bakemono- Yo creo que nos hemos perdido, deberías preguntar...
-Primero: No nos hemos perdido, estamos buscando a un digimon, segundo: esto es una cueva abandonada, no hay nadie a quien preguntar, tercero: bastante tengo con estar otra vez en el mundo humano sin haber podido mejorar nada mi situación para tus bromas, y cuarto: ¿de verdad crees que es momento o lugar para tus bromas?
-Vale, vale, perdón, es solo que me aburro. Puedo imaginarme que es duro estar por aquí sin poder comunicarte con tu familia y esas cosas de humano. Ya sabes que en los digimons el concepto de “familia” es más parecido al de “manada” que otra cosa, suprimiendo la parte de la consanguinidad. Eso sí, repásame qué ocurre porque de esta misión me acuerdo cero.
-Está bien. Al parecer en el mundo digital había un digimon que se comportaba raro. Vagaba sin rumbo por las ciudades diciendo frases sin sentido y atacando a los que se acercaran, hasta que lo encerraron. Nuestra gente, bueno, ya sabes, el grupo yakuza al que nos adscribimos intentó liberarlo para, ya sabes, que engrosar en las filas, pero asesinó a sus supuestos salvadores y se ha dado a la fuga, pero en el mundo humano.
-Vaya, ¿y algo más?
-Sí, que ha atacado a civiles. Por suerte estamos en Japón de nuevo, y al tener aspecto humanoide pensaban que era parte de alguna publicidad, un cosplay o alguien con chûnibyô.
Mientras decían esto contemplaron una extraña luz en uno de los túneles, y pasando a su forma de Musyamon se acercó hasta la fuente de la luminiscencia. Y allí estaba su presa, andando a un ritmo extravagante, avanzando unos pasos pero retrocediendo otros, dando tumbos y portando una brillante esfera en una mano. Diciend frases aparéntemente al azar, el digimon que le habían identificado como “Lucemon” estaba allí.
-Lo siento por atacar así, pero no hay otra alternativa.
Llamas negras rodearon la hoja del samurai, que liberó a un dragón a través del modo shogun de Shiratorimaru. La bestia incandescente recorrió el espacio volando en círculos, formando un cono que no tenía mayor propósito que abarcar el túnel y disminuir la visivilidad del oponente. Roku esperaba pacientemente al contraataque, preparado para sentenciar el combate en el menor número de movimientos posibles, y ciertamente así fue, pero no podría imaginarse las consecuencias de este asalto.
-Dididididi Vine... Feat- una hoja luminosa disipó parte del dragón, y el chico pudo divisar cómo la esfera de luz se había transformado en una espada con la que estaba partiendo el ataque. Sin pensárselo dos veces agarró el brazo del digimon y lo arrojó contra el suelo. De un solo tajo cercenó las alas del monstruo, que profirió un sutil chillido, y de un segundo golpe lo decapitó.
-Sisisisi... Silencio. Niebla, ¡niebla! Mata, mátame, mata...-decía una y otra vez mientras su voz se iba apagando.
-Descansa en paz y que puedas reencarnarte en una mejor vida.
-¿No debíamos absorber sus datos y llevárselos a esta gente?
-Tienes razón -decía, sacando el digivice-. No ha sido tan difícil como pensábamos.
Pero del cuerpo de aquel digimon empezó a surgir una sustancia negra que recubrió el cuerpo de este, haciendo que se reincorporara. Un conjunto de ojos se manifestó en aquella nueva piel, dirigiendo todos sus pupilas a su asesino.
-¿Debemos asimilar eso? -decía Bakemono- Paso de tenerlo por casa, tío.
-No, no creo que este dispositivo pueda asimilarlo... Pero entonces, ¿qué hacemos?
Antes de poder decir nada, el nuevo monstruo comenzó a gritar, haciendo que aquella cueva empezara a reverberar. El sonido se iba haciendo más y más insoportable, alcanzando tal frecuencia que el oído de Roku solo captaba ya interferencias, como si se superpusieran varias voces. Sus sentidos se empezaron a debilitar, perdiendo el sentido de la dirección y de un modo paulatino, la vista, pues todo comenzaba a volverse negro. Los ojos seguían allí, pero aparecieron más, y más. Las miradas le rodeaban, el sonido iba en aumento, y, de pronto, blancura. Y silencio.
-Estamos muertos, ¿verdad? -decía Bakemono- Esa cosa nos ha matado y esto es el infierno. Sabía que tendría que haber sido más buena persona.
-No digas tonterías. Si eso hubiera sido un ataque suicida no estaríamos hablando, yo ya no estaría pero seguirías atrapado en el digivice. Eso, sumado a que siento frío, indica que estoy vivo.
-Ok, menos mal. Tienes razón, no creo que en el infierno tuvieras que seguir llevando traje. En serio, ¿qué les pasa con eso de vestirte de mafioso?
-Y yo qué sé. Supongo que será su uniforme, o algo así. Avancemos, lo mejor que podemos hacer ahora es explorar este sitio.
Sin un rumbo fijo el chico prosiguió un camino autodidacta unos minutos, hasta que finalmente llegó a aquel sitio. Un pueblo tranquilo, que alternaba edificios rudimentarios de madera y ladrillo con algunos de corte más moderno con gruesas paredes de hormigón se extendía hasta donde su mirada abarcaba. Podía ver viviendas, cafeterías, tiendas varias... Casi parecía un pueblo normal, pero le sorprendió que la población distara mucho de la concepción de “normalidad” que disponía el muchacho, pues todos allí eran digimons.
Paseando unos minutos, apreció que el nivel de aquellos habitantes oscilaba entre el baby y el rookie, y que el digimon más reiterado, el habitante principal, era un pequeño ser rosado con un pan de hamburguesa como sombrero. Estos se apostaban en puestos ambulantes, en las tiendas, conducían los autobuses del lugar... Todo muy normal, muy “humano”. Y sin embargo, el panorama le hacía sentir un escalofrío, y aunque intentaba ignorar aquella niebla esa sensación no se disipaba. No era frío, era incomodidad.
Mientras pensaba qué era aquel lugar, un llanto interrumpió sus pensamientos. Se giró, y un pequeñísimo digimon bebé se encontraba balbuceando que no quería estar solo, que quería que él volviera, que volvieran juntos a casa. Poco más se podía entender de aquel lamento, pero uno de los digimons que gestionaban la ciudad se acercó a él y, dándole una especie de bollo relleno, le tanteó delicadamente la cabeza.
-No va a volver, pero tranquilo. No estás solo. Hay más como tú, y por ello construimos esta ciudad. Te llevaré al orfanato, allí te cuidarán, y aunque no tengas a tu tamer tendrás lo que él no pudo darte: una familia.
-Disculpa -le dijo Roku cuando vio que había dejado de hablar- pero, ¿qué pasa en este sitio? ¿Por qué no hay humanos?
-Oh, ¿un tamer sin su compañero? Parece que esta vez se ha dado la situación contraria...
-No, no se confunda, mi compañero no puede verse, pero nunca me desprendo de él. Pero ahora dígame, ¿qué pasa aquí?
-Ah, claro, si es un recién llegado dudo que pueda saber nuestra historia. Esta ciudad se levantó para cuidar de aquellos digimons que habían sido abandonados por sus familias o clanes, pero con la aparición de los dichosos tamers el número se incrementó drásticamente. Al final, por una bendición de los cielos o una maldición de los avernos, este lugar irradia una especie de frecuencia que atrae a los tamers y los juzga. Les hace ver cómo son de verdad, y, ciertamente, siempre acaban abandonando a su digimon, como si nuestra labor sagrada debiera extenderse hasta el fin de nuestros días... Por suerte, ya estamos acostumbrados, y ahora cuidamos de todos, ¿no es una verdadera utopía?
-Supongo, pero dudo de que exista algo que pueda separarme de mi compañero.
-¿Por? ¿acaso piensas que tu vínculo es irrompible? Cuántos han dicho eso, y cuántos habrán fallado.
-No, no te confundas. No existe nada “irrompible”, es solo que yo no puedo prescindir de él, y es difícil que nos separen, porque él ya está muerto.
-Curioso, un tamer incapaz de asumir que su digimon ha muerto... También encontrarás la paz aquí, no es correcto negar ayuda a quien lo necesita.
-Lo que tú digas, pero yo no soy un tamer. Por cierto, ¿cómo se llama la ciudad?
-Oh, esa es una divertida anécdota. Al principio nos llamamos “Last Hope”, pero algunos empezamos a pensar que eso era deprimente, por lo que entonces comenzamos a llamarnos “Wish”. Luego empezaron a llegar los tamers y, debido a la tranquilidad del lugar, el pueblo recibió el nombre de “Silent Wish”, pero, y debido a una ocurrencia de nuestro líder, finalmente se bautizó la ciudad como...
-¿Va a ir al grano o debemos zurrarle? -decía Bakemono en la mente de Roku- Ya cansa la bromita, “el pueblo se llama tal”, y punto...
- ...Silent Hill.
-... No me fastidies, ¿en serio? ¿y no les denuncian por plagio?
-Digimons que han salido:
-Primero: No nos hemos perdido, estamos buscando a un digimon, segundo: esto es una cueva abandonada, no hay nadie a quien preguntar, tercero: bastante tengo con estar otra vez en el mundo humano sin haber podido mejorar nada mi situación para tus bromas, y cuarto: ¿de verdad crees que es momento o lugar para tus bromas?
-Vale, vale, perdón, es solo que me aburro. Puedo imaginarme que es duro estar por aquí sin poder comunicarte con tu familia y esas cosas de humano. Ya sabes que en los digimons el concepto de “familia” es más parecido al de “manada” que otra cosa, suprimiendo la parte de la consanguinidad. Eso sí, repásame qué ocurre porque de esta misión me acuerdo cero.
-Está bien. Al parecer en el mundo digital había un digimon que se comportaba raro. Vagaba sin rumbo por las ciudades diciendo frases sin sentido y atacando a los que se acercaran, hasta que lo encerraron. Nuestra gente, bueno, ya sabes, el grupo yakuza al que nos adscribimos intentó liberarlo para, ya sabes, que engrosar en las filas, pero asesinó a sus supuestos salvadores y se ha dado a la fuga, pero en el mundo humano.
-Vaya, ¿y algo más?
-Sí, que ha atacado a civiles. Por suerte estamos en Japón de nuevo, y al tener aspecto humanoide pensaban que era parte de alguna publicidad, un cosplay o alguien con chûnibyô.
Mientras decían esto contemplaron una extraña luz en uno de los túneles, y pasando a su forma de Musyamon se acercó hasta la fuente de la luminiscencia. Y allí estaba su presa, andando a un ritmo extravagante, avanzando unos pasos pero retrocediendo otros, dando tumbos y portando una brillante esfera en una mano. Diciend frases aparéntemente al azar, el digimon que le habían identificado como “Lucemon” estaba allí.
-Lo siento por atacar así, pero no hay otra alternativa.
Llamas negras rodearon la hoja del samurai, que liberó a un dragón a través del modo shogun de Shiratorimaru. La bestia incandescente recorrió el espacio volando en círculos, formando un cono que no tenía mayor propósito que abarcar el túnel y disminuir la visivilidad del oponente. Roku esperaba pacientemente al contraataque, preparado para sentenciar el combate en el menor número de movimientos posibles, y ciertamente así fue, pero no podría imaginarse las consecuencias de este asalto.
-Dididididi Vine... Feat- una hoja luminosa disipó parte del dragón, y el chico pudo divisar cómo la esfera de luz se había transformado en una espada con la que estaba partiendo el ataque. Sin pensárselo dos veces agarró el brazo del digimon y lo arrojó contra el suelo. De un solo tajo cercenó las alas del monstruo, que profirió un sutil chillido, y de un segundo golpe lo decapitó.
-Sisisisi... Silencio. Niebla, ¡niebla! Mata, mátame, mata...-decía una y otra vez mientras su voz se iba apagando.
-Descansa en paz y que puedas reencarnarte en una mejor vida.
-¿No debíamos absorber sus datos y llevárselos a esta gente?
-Tienes razón -decía, sacando el digivice-. No ha sido tan difícil como pensábamos.
Pero del cuerpo de aquel digimon empezó a surgir una sustancia negra que recubrió el cuerpo de este, haciendo que se reincorporara. Un conjunto de ojos se manifestó en aquella nueva piel, dirigiendo todos sus pupilas a su asesino.
- Spoiler:
-¿Debemos asimilar eso? -decía Bakemono- Paso de tenerlo por casa, tío.
-No, no creo que este dispositivo pueda asimilarlo... Pero entonces, ¿qué hacemos?
Antes de poder decir nada, el nuevo monstruo comenzó a gritar, haciendo que aquella cueva empezara a reverberar. El sonido se iba haciendo más y más insoportable, alcanzando tal frecuencia que el oído de Roku solo captaba ya interferencias, como si se superpusieran varias voces. Sus sentidos se empezaron a debilitar, perdiendo el sentido de la dirección y de un modo paulatino, la vista, pues todo comenzaba a volverse negro. Los ojos seguían allí, pero aparecieron más, y más. Las miradas le rodeaban, el sonido iba en aumento, y, de pronto, blancura. Y silencio.
- Spoiler:
-Estamos muertos, ¿verdad? -decía Bakemono- Esa cosa nos ha matado y esto es el infierno. Sabía que tendría que haber sido más buena persona.
-No digas tonterías. Si eso hubiera sido un ataque suicida no estaríamos hablando, yo ya no estaría pero seguirías atrapado en el digivice. Eso, sumado a que siento frío, indica que estoy vivo.
-Ok, menos mal. Tienes razón, no creo que en el infierno tuvieras que seguir llevando traje. En serio, ¿qué les pasa con eso de vestirte de mafioso?
-Y yo qué sé. Supongo que será su uniforme, o algo así. Avancemos, lo mejor que podemos hacer ahora es explorar este sitio.
Sin un rumbo fijo el chico prosiguió un camino autodidacta unos minutos, hasta que finalmente llegó a aquel sitio. Un pueblo tranquilo, que alternaba edificios rudimentarios de madera y ladrillo con algunos de corte más moderno con gruesas paredes de hormigón se extendía hasta donde su mirada abarcaba. Podía ver viviendas, cafeterías, tiendas varias... Casi parecía un pueblo normal, pero le sorprendió que la población distara mucho de la concepción de “normalidad” que disponía el muchacho, pues todos allí eran digimons.
Paseando unos minutos, apreció que el nivel de aquellos habitantes oscilaba entre el baby y el rookie, y que el digimon más reiterado, el habitante principal, era un pequeño ser rosado con un pan de hamburguesa como sombrero. Estos se apostaban en puestos ambulantes, en las tiendas, conducían los autobuses del lugar... Todo muy normal, muy “humano”. Y sin embargo, el panorama le hacía sentir un escalofrío, y aunque intentaba ignorar aquella niebla esa sensación no se disipaba. No era frío, era incomodidad.
Mientras pensaba qué era aquel lugar, un llanto interrumpió sus pensamientos. Se giró, y un pequeñísimo digimon bebé se encontraba balbuceando que no quería estar solo, que quería que él volviera, que volvieran juntos a casa. Poco más se podía entender de aquel lamento, pero uno de los digimons que gestionaban la ciudad se acercó a él y, dándole una especie de bollo relleno, le tanteó delicadamente la cabeza.
-No va a volver, pero tranquilo. No estás solo. Hay más como tú, y por ello construimos esta ciudad. Te llevaré al orfanato, allí te cuidarán, y aunque no tengas a tu tamer tendrás lo que él no pudo darte: una familia.
-Disculpa -le dijo Roku cuando vio que había dejado de hablar- pero, ¿qué pasa en este sitio? ¿Por qué no hay humanos?
-Oh, ¿un tamer sin su compañero? Parece que esta vez se ha dado la situación contraria...
-No, no se confunda, mi compañero no puede verse, pero nunca me desprendo de él. Pero ahora dígame, ¿qué pasa aquí?
-Ah, claro, si es un recién llegado dudo que pueda saber nuestra historia. Esta ciudad se levantó para cuidar de aquellos digimons que habían sido abandonados por sus familias o clanes, pero con la aparición de los dichosos tamers el número se incrementó drásticamente. Al final, por una bendición de los cielos o una maldición de los avernos, este lugar irradia una especie de frecuencia que atrae a los tamers y los juzga. Les hace ver cómo son de verdad, y, ciertamente, siempre acaban abandonando a su digimon, como si nuestra labor sagrada debiera extenderse hasta el fin de nuestros días... Por suerte, ya estamos acostumbrados, y ahora cuidamos de todos, ¿no es una verdadera utopía?
-Supongo, pero dudo de que exista algo que pueda separarme de mi compañero.
-¿Por? ¿acaso piensas que tu vínculo es irrompible? Cuántos han dicho eso, y cuántos habrán fallado.
-No, no te confundas. No existe nada “irrompible”, es solo que yo no puedo prescindir de él, y es difícil que nos separen, porque él ya está muerto.
-Curioso, un tamer incapaz de asumir que su digimon ha muerto... También encontrarás la paz aquí, no es correcto negar ayuda a quien lo necesita.
-Lo que tú digas, pero yo no soy un tamer. Por cierto, ¿cómo se llama la ciudad?
-Oh, esa es una divertida anécdota. Al principio nos llamamos “Last Hope”, pero algunos empezamos a pensar que eso era deprimente, por lo que entonces comenzamos a llamarnos “Wish”. Luego empezaron a llegar los tamers y, debido a la tranquilidad del lugar, el pueblo recibió el nombre de “Silent Wish”, pero, y debido a una ocurrencia de nuestro líder, finalmente se bautizó la ciudad como...
-¿Va a ir al grano o debemos zurrarle? -decía Bakemono en la mente de Roku- Ya cansa la bromita, “el pueblo se llama tal”, y punto...
- ...Silent Hill.
-... No me fastidies, ¿en serio? ¿y no les denuncian por plagio?
-Digimons que han salido:
- Lucemon:
- Bebé abandonado:
- Digimons de SH:
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
En cuanto abrí mis ojos, me di cuenta de que no me encontraba en el Mundo Humano. Habíamos ido a parar a otro lugar. Nyaromon, por otro lado, se había convertido en su forma digievolucionada, Gatomon, un Digimon con aspecto de gato blanco con toques de color violeta, guantes con garras afiladas y un anillo dorado en su cola. Lo que nos rodeaba era una espesa niebla, que se extendía hasta el horizonte, dificultando nuestra área de visión. Entonces, miré a Gatomon, que olfateaba el ambiente.
¿Esto es el Digimundo, Gatomon?- le pregunté mientras miraba hacia todos los lados. Había grandes árboles por la zona y pequeñas criaturas caminando de aquí para allá y viceversa. Parecía un pueblo habitado por distintas criaturas que hacían su vida tal y como si fuesen personas: conversaban entre ellos, intercambiaban comida... Pero lo extraño era que ninguno o casi ninguno de ellos parecía realmente contento. Tenían una cara serie o, incluso, triste.
Sí, éste es mi Mundo, fíjate en los habitantes: Sin duda se tratan de Digimons- Gatomon señalaba a todos los Digimons que, cuando se acercaban lo suficiente, se quedaban mirando con desprecio a los Tamers que nos encontrabamos allí: a Mirtha y a Max que habían llegado detrás de mí y, por supuesto, a una servidora... ¿Qué les pasaba a esos monstruitos?
Pero... ¿qué? ¿Por qué tienen esa mirada, Kate?- Kate era el nombre que le había puesto a Gatomon tras haberlo pensado después de la batalla en Shibuya el otro día... Ya había comenzado a entender un poco las batallas digitales, aunque no es que me gustasen en exceso, si soy franca.
Esa es una buena pregunta... Por ejemplo, los Motimon que estamos viendo, esa especie de burbuja estirada con manos, suelen ser muy amistosos- respondió Kate mientras miraba de reojo a Tsukaimon, a Mirtha y a Maxwell, comprobando que se encontraban perfectamente sanos, tras el salto dimensional.
¿Cómo sabes cuál es la personalidad de esos Digimons? Si siempre has vivido en mi videojuego V-Pet- le contesté yo, extrañada, mientras me rascaba mi mejilla derecha con mi uña del dedo índice de la mano derecha. Ahora recuerdo que me las corté ayer... Me encanta el tacto que tienen las uñas recortadas perfectamente... Cualquiera diría que eso es un fetiche extraño...
Eso es lo que tú te crees, Yoko. Cuando se encontraba apagado tu videojuego, yo paseaba por el Mundo Digital. Las zonas que había en tu juego, eran zonas reales del Digimundo. El V-Pet, por lo que puedo deducir, es como una especie de aparato que me daba de comer, me ayudaba a entrenar y me recogía las cacas... Como si fuese una mascota de tu mundo- Kate me miró, entrecerrando sus preciosos ojos azules de felina mientras movía sus bigotes junto a su hocico, como si quisiera bufarme.
Es que el nombre completo de V-Pet es Virtual Pet... En inglés significa Mascota Virtual- le expliqué a mi querida compañera, mientras la cogía en brazos y le acariciaba la cabecita, disculpándome con ellaPerdoname, no sabía que los Digimons existían por ese entonces
Estás perdonada... Bueno, parece ser que no me ahogas tanto cuando soy Gatomon, Vaca Lechera...- me contestó Kate, burlándose nuevamente de mi y de mis pechos, emitiendo luego una risa traviesa.
Y vuelves a ser la de siempre...
¿Esto es el Digimundo, Gatomon?- le pregunté mientras miraba hacia todos los lados. Había grandes árboles por la zona y pequeñas criaturas caminando de aquí para allá y viceversa. Parecía un pueblo habitado por distintas criaturas que hacían su vida tal y como si fuesen personas: conversaban entre ellos, intercambiaban comida... Pero lo extraño era que ninguno o casi ninguno de ellos parecía realmente contento. Tenían una cara serie o, incluso, triste.
Sí, éste es mi Mundo, fíjate en los habitantes: Sin duda se tratan de Digimons- Gatomon señalaba a todos los Digimons que, cuando se acercaban lo suficiente, se quedaban mirando con desprecio a los Tamers que nos encontrabamos allí: a Mirtha y a Max que habían llegado detrás de mí y, por supuesto, a una servidora... ¿Qué les pasaba a esos monstruitos?
Pero... ¿qué? ¿Por qué tienen esa mirada, Kate?- Kate era el nombre que le había puesto a Gatomon tras haberlo pensado después de la batalla en Shibuya el otro día... Ya había comenzado a entender un poco las batallas digitales, aunque no es que me gustasen en exceso, si soy franca.
Esa es una buena pregunta... Por ejemplo, los Motimon que estamos viendo, esa especie de burbuja estirada con manos, suelen ser muy amistosos- respondió Kate mientras miraba de reojo a Tsukaimon, a Mirtha y a Maxwell, comprobando que se encontraban perfectamente sanos, tras el salto dimensional.
¿Cómo sabes cuál es la personalidad de esos Digimons? Si siempre has vivido en mi videojuego V-Pet- le contesté yo, extrañada, mientras me rascaba mi mejilla derecha con mi uña del dedo índice de la mano derecha. Ahora recuerdo que me las corté ayer... Me encanta el tacto que tienen las uñas recortadas perfectamente... Cualquiera diría que eso es un fetiche extraño...
Eso es lo que tú te crees, Yoko. Cuando se encontraba apagado tu videojuego, yo paseaba por el Mundo Digital. Las zonas que había en tu juego, eran zonas reales del Digimundo. El V-Pet, por lo que puedo deducir, es como una especie de aparato que me daba de comer, me ayudaba a entrenar y me recogía las cacas... Como si fuese una mascota de tu mundo- Kate me miró, entrecerrando sus preciosos ojos azules de felina mientras movía sus bigotes junto a su hocico, como si quisiera bufarme.
Es que el nombre completo de V-Pet es Virtual Pet... En inglés significa Mascota Virtual- le expliqué a mi querida compañera, mientras la cogía en brazos y le acariciaba la cabecita, disculpándome con ellaPerdoname, no sabía que los Digimons existían por ese entonces
Estás perdonada... Bueno, parece ser que no me ahogas tanto cuando soy Gatomon, Vaca Lechera...- me contestó Kate, burlándose nuevamente de mi y de mis pechos, emitiendo luego una risa traviesa.
Y vuelves a ser la de siempre...
- Tamer & Digimon
- Digi Puntos :106Cuentas :Ficha :Relaciones :NPCs :Nivel On Rol :ArmaduraIcono :Rango y Unidad :Yoko Littner
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Kate Littner (Gatomon)
Rango: Soldado
División: Four Holy Best
Unidad/Sub-division: East Blue Dragons
Inventario :
Yoko Littner
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Entré en el lugar seguida de la tal Yoko y su bicho y al poco llegó su, supongo que será, su novio. Santa Lilith... lo que odio sujetar velas...!! Me fijé en el lugar todo era muy silencioso y estaba llena de cutre-digimons, ni aunque absorbiera a todos estos crios insulsos conseguiría mucho poder, que lugar más aburrido... Eché un vistazo a mis acompañantes y para colmo el digimon de Yoko se había transformado en... el digimon de mi maldita rival!!! como guiada por un instinto de odio y maldad evolucioné sin darme cuenta en Kazemon y le lancé uno de mis tornado.
-MUERE MALDITA GATA!!!-grité y luego una voz en mi interior me dijo.
-Estooo... Mirtha, querida. Creo q te precipitaste... piensa un poco... si fuera esa odiosa gata, no estaría la idiota de Ashely con ella en vez de esta provocativa pelirroja?? Te recuerdo que hay muchos digimons de cada tipo en el Digimundo, es decir, hay muchos gatomons-me dijo Lunamon en mi cabeza.
Analicé la situación, además esa gatomon parecía menos poderosa que la q desgraciadamente conocíamos como si estuviera en un nivel más bajo, teniendo en cuenta que evolucionó directamente de nyaromon, lo que sería más un rookie y la de esa niñata de Ashely tenía nivel champion la vio evolucionar de salamon con sus propios ojos.
-Disculpa, creo que me precipité...-acepté mi error y regresé a mi forma humana. -Una chica a la que odio mucho tiene un digimon igual q el tuyo y pensé por un momento q era su digimon...-comenté mientras me asombraba de haber evolucionado a mi human spirit sin siquiera pronunciar la formula de evolución..."¿Me habré hecho más fuerte?"-pensé.
De pronto empecé a oir como unos gritos de ultratumba, gritos de mujer y sonidos varios como de gruñidos o de bestias que parecían provenir de algún lugar al final de la calle.
-¿Qué será eso? ¿Vamos a investigar?-sugerí relamiendome de gusto al pensar que podría encontrarme con un rival más digno de mi que esos digimons que morían de una patada pululando por las calles.
- Tamer
- Digi Puntos :162Cuentas :Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Beast SpiritNivel On Rol de los Digi Aliados :RookieIcono :Rango y Unidad :Mirtha Mònique Blacksmith
Rango: Sub-oficial
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: The Unfari Scythe of Indifference
Rango y Unidad Digi Aliado :Meikuu o Meikuu-chan (Meikuumon)
Rango: Soldado
División: Dark Angels
Unidad/Sub-division: Damm Wings of InjusticeInventario :
Mirtha Blacksmith
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
El muchacho de cabello verdoso en forma de punta llegó junto a Tsukaimon justo después de Mirtha, Yoko y Nyaromon, quien se había convertido en Gatomon. Después de comprobar que la puerta digital se había cerrado del todo, pudo observar que el PC portátil que solía aparecer cuando una puerta digital entre el Mundo Humano y el de los Digimons se abría, se encontraba allí. El muchacho se agachó a por el PC, cogiéndolo entre sus brazos, puesto que si se rompía o desaparecía... Costaría mucho volver a su propio mundo. Estando al lado de Yoko y Gatomon, se percató de que Mirtha, de manera extraña, se transformó en un Digimon con apariencia de hada del tamaño de una humana y, con uno de sus ataques, dirigió un tornado hacia el lugar donde se encontraban Yoko y Gatomon, de espaldas. Por suerte para ellas, Maxwell vio perfectamente el ataque, por lo que, en un intento de salvar a ambas, saltó hacia donde se encontraba la pareja de chicas y, agarrando a Yoko de la cintura con su mano izquierda (donde también agarraba el PC) y a Gatomon de la cola con su mano derecha, los tres cayeron al suelo, desplazándose unos metros y esquivando el ataque de Mirtha quien, por razones desconocidas, había atacado a las dos amigas más recientes del muchacho.
Pero, ¡¿qué demonios haces Mirtha?! ¡¿Estás loca?! ¿¡Por qué les has atacado?!- Tsukaimon, furioso con la muchacha Digimon en la que se había convertido Mirtha, a quien consideraban aliada, se puso en posición defensiva, dispuesto a luchar contra ella.
Mientras tanto, apurándose, Max se levantó con su mano izquierda dolorida. El cuerpo de Yoko había caído encima de la muñeca del chico y ésta había resultado dañada seriamente. Probablemente se la hubiese torcido. Mientras colocaba su mano dolorida hacia abajo, con dificultades, el chico sacó una carta de su baraja y, mirando a aquella imponente hada Digimon, una mirada seria se había colocado en el rostro de Maxwell.
Sin embargo, el Digimon volvió a ser Mirtha, quien se disculpó pues había confundido a la Gatomon de Yoko con otra Gatomon, quien era compañera de una muchacha a la que Mirtha parecía odiar con toda su alma.
¿Se tratará de Gato, la Gatomon de Ashely o...?- mientras pensaba en la pervertida Gatomon de Ashely y de su Tamer, a quienes conoció el mismo día que conoció a Yoko y a los demás... Una triste imagen le vino a la cabeza: Natsuki y su Digimon, quien también era una Gatomon. Con un rostro dolorido más por el recuerdo que por la muñeca dañada, desvió su mirada hacia un lado, intentando esconder sus emociones tanto de Yoko como de Mirtha- Puede que sí sea ella... Después de todo ese tal Summoner pudo haber utilizado a Natsuki para muchos propósitos, como ya hizo en el Coliseo...- aún se sentía culpable del destino que había sufrido Natsuki, pues él era quien la había involucrado en su cruzada contra Devimon y todos los Digimons demonio... Después de desaparecer, Summoner lavó su cerebro y... Ahora mismo se encuentra en una cama de un hospital, siendo cuidada por Jijimon en su tapadera de Señor Fuji... Y su Gatomon había muerto en la batalla...
Bu... Bueno, está bien... ¡Pero procura tener más cuidado la próxima vez!- Tsukaimon, quien se había percatado de lo que, probablemente, estuviese pensando su amigo, resolvió el tema mientras todos escuchaban unos aterradores gritos y Mirtha proponía ir a investigarlos, a lo que Tsukaimon asintió junto con Max. Apoyándose en el hombro de Max, quien seguía quieto en su sitio, comenzó a susurrarle cosas en el oído a su compañero- Max... Tienes que dejar de sentirte culpable por lo que les ha pasado a Natsuki y a Gatomon... La culpa es de Summoner y de Devimon...- intentó animar el Digimon volador a su amigo, mientras le daba toquecitos en el hombro.
...- el chico de cabellos verdosos no dijo nada mientras seguía ahí parado, impotente, sin poder moverse pensando en una y mil formas que podía haber tenido para salvar a su amiga... Con su mano derecha, se sujetó la muñeca izquierda e intentó masajearla levemente para aliviar su dolor... Aunque no era el mayor dolor que sentía en ese preciso instante...
Pero, ¡¿qué demonios haces Mirtha?! ¡¿Estás loca?! ¿¡Por qué les has atacado?!- Tsukaimon, furioso con la muchacha Digimon en la que se había convertido Mirtha, a quien consideraban aliada, se puso en posición defensiva, dispuesto a luchar contra ella.
Mientras tanto, apurándose, Max se levantó con su mano izquierda dolorida. El cuerpo de Yoko había caído encima de la muñeca del chico y ésta había resultado dañada seriamente. Probablemente se la hubiese torcido. Mientras colocaba su mano dolorida hacia abajo, con dificultades, el chico sacó una carta de su baraja y, mirando a aquella imponente hada Digimon, una mirada seria se había colocado en el rostro de Maxwell.
Sin embargo, el Digimon volvió a ser Mirtha, quien se disculpó pues había confundido a la Gatomon de Yoko con otra Gatomon, quien era compañera de una muchacha a la que Mirtha parecía odiar con toda su alma.
¿Se tratará de Gato, la Gatomon de Ashely o...?- mientras pensaba en la pervertida Gatomon de Ashely y de su Tamer, a quienes conoció el mismo día que conoció a Yoko y a los demás... Una triste imagen le vino a la cabeza: Natsuki y su Digimon, quien también era una Gatomon. Con un rostro dolorido más por el recuerdo que por la muñeca dañada, desvió su mirada hacia un lado, intentando esconder sus emociones tanto de Yoko como de Mirtha- Puede que sí sea ella... Después de todo ese tal Summoner pudo haber utilizado a Natsuki para muchos propósitos, como ya hizo en el Coliseo...- aún se sentía culpable del destino que había sufrido Natsuki, pues él era quien la había involucrado en su cruzada contra Devimon y todos los Digimons demonio... Después de desaparecer, Summoner lavó su cerebro y... Ahora mismo se encuentra en una cama de un hospital, siendo cuidada por Jijimon en su tapadera de Señor Fuji... Y su Gatomon había muerto en la batalla...
Bu... Bueno, está bien... ¡Pero procura tener más cuidado la próxima vez!- Tsukaimon, quien se había percatado de lo que, probablemente, estuviese pensando su amigo, resolvió el tema mientras todos escuchaban unos aterradores gritos y Mirtha proponía ir a investigarlos, a lo que Tsukaimon asintió junto con Max. Apoyándose en el hombro de Max, quien seguía quieto en su sitio, comenzó a susurrarle cosas en el oído a su compañero- Max... Tienes que dejar de sentirte culpable por lo que les ha pasado a Natsuki y a Gatomon... La culpa es de Summoner y de Devimon...- intentó animar el Digimon volador a su amigo, mientras le daba toquecitos en el hombro.
...- el chico de cabellos verdosos no dijo nada mientras seguía ahí parado, impotente, sin poder moverse pensando en una y mil formas que podía haber tenido para salvar a su amiga... Con su mano derecha, se sujetó la muñeca izquierda e intentó masajearla levemente para aliviar su dolor... Aunque no era el mayor dolor que sentía en ese preciso instante...
- Tamer & Digimon
- Prueba de Rol :ADigi Puntos :67Nivel On Rol :UltimateInventario :
Akira Kurusu
Re: Una tarde en los Recreativos... Literalmente... [Libre]
Durante la conversación mantenida con aquel digimon un grito rompió la calma del lugar, seguido de varios sonidos similares a una jauría. Si bien esta situación debería alertar o alarmar a los lugareños, estos apenas se inmutaron. Incluso los bebés permanecieron impasibles, como si nada hubiera ocurrido, y esto despertó una sensación de extrañeza y rabia dentro del chico.
-¿No habéis oído ese grito? ¿Nadie va a hacer nada?
-La ciudad no funciona así, joven. Ella juzga nuestros pecados, y no debemos inmiscuirnos en las decisiones tomadas por este poder superior. ¿Entiendes?
-¡Pero alguien está en peligro! ¡¿Qué es eso de que “la ciudad lo quiere así”?!
-Pues que ha hecho algo malo...-musitaba el digimon baby- Y si has sido malo deberías morir, ¿no? Si así lo quiere la ciudad es lo mejor. Que los malos se mueran, total... Nadie va a echarlos de menos.
Cuando dijo esto Roku no pudo evitar patear fuertemente al digimon, llamando la atención de todos. Cuando el otro digimon intentó reprenderle solo encontró el puño del joven incrustado en su cara. Aunque esto hiciera que todos ya desconfiaran de él le daba igual, y antes de que cualquier otro dijera nada corrió en dirección a aquel ruido.
-¿Por qué? ¿Por qué has hecho eso? No era necesario, la ciudad les habría castigado por imbéciles, ¿no?
-No soporto que nadie diga eso...
-¿El qué?
-Que “nadie echará de menos a los malos”... No lo soporto...
-Ah, ya, perdona. Tranquilo, te entiendo. Duele, pero no somos tan malos. Vamos a salvar a alguien, ¿no? Hora del shinkeo.
-僧兵 の立往生 (”Permanece de pie en la muerte, monje guerrero”), 人間の精神の進化 (“evolución del espíritu humano”): 弁慶¡ (“¡Benkei!”).
Con esta fórmula las corrientes de datos rodearon a Roku, cuya forma pasó a sustituirse por el Musyamon, que aceleró el paso mientras sostenía fuertemente su katana, dispuesto a atacar a cualquier amenaza. Pero lo que vio no podía catalogarse simplemente con esta nomenclatura. Una chica lloriqueando y pidiendo clemencia a un digimon de aspecto animal que seguía golpeándola. Por la forma en que la bestia se refería a la humana malherida, este no era un enemigo. Era su digimon.
-Por favor, déjame en paz.. Estoy cansada de peleas, solo quiero, quiero dejar de meterme en problemas...
-Entonces, ¡¿todos lo que hemos peleado no ha sido para nada?! ¡¿cómo crees que me siento viendo que los otros digimons pelean, evolucionan, se hacen más fuertes?! ¡Respóndeme!
-Lo siento, lo siento...
-No basta con sentirlo...
Al gritar esto clavó su garra en la humana, y tanto de ella como de él empezaron a emanar corrientes de datos, que se sumaron para conformar un nuevo tipo de digimon, el cual comenzó a reír con prepotencia, sintiéndose ahora un ser trascendido. Ante la duda de si la muchacha estaría viva o muerta, la hoja de Roku se incrustó en el casco del digimon, que con gruñido desenfundó dos sables de luz.
-¡Lich Sieger!
Los movimientos de esgrima del digimon no lograban impactar en Roku, el cual sostenía la espada con sus dos manos, desviando los golpes tranquilamente mientras acertaba sus estocadas. Esto posible gracias a la postura de kendo adoptada, la primera kata que solía enseñarse, aquella que permitía defensa y ataque.
-Los cinco arcanos del kendo, postura inicial: 雨 (“lluvia”)
Colocando la espada en una posición media, la punta de esta apuntaba a su enemigo, permitiendo el bloqueo con movimientos laterales y la ofensiva con los “tsukis” (en kendo, estocadas que apuntan al tronco). Poco a poco la batalla se iba decidiendo, pero entonces aquella bestia decidió tomar ventaja.
-Bueno, ya nos hemos divertido, a ver cómo soportas esto -y emitiendo un silbido, empezaron a aparecer rookies que eran como él, emergiendo de los callejones o saltando de los tejados-. Los lobos cazan en manadas, idiota.
Los pequeños digimons comenzaron a golpear a Musyamon, aprovechando su superioridad numérica. Aunque pudiera evadir y bloquear algunos ataques, otros muchos impactaban en él, debilitándolo cada vez más, sintiendo el frío de aquel lugar en sus heridas.
-Vamos, di la frase, sabes que mola -imploraba Bakemono-. Te hace ver como un pro.
-¡Probad el acero del dios dragón! ¡Kirisute gomen!
Un dragón de llamas negras emergió de la hoja, y emitiendo un rugido crepitante comenzó a volar en círculos alrededor de Roku, calcinando a aquellos que quisieron atacarle o fueron demasiado lentos para retirarse. El número reducido de esta forma no fue excesivo, pero al menos evitaba la sensación mortecina de la niebla en los cortes.
-¿Segundo round, perros?
-Pero serás...
Quizás por el ruido o por lo llamativo de la bestia llameante, al lugar empezaron a llegar espectadores, y aunque Roku no podía verlos por el humo de su propia técnica, pero su adversario sonrió, decidiendo aprovecharse de la situación.
-¡Rápido, ayudadme! ¡Este monstruo sediento de sangre ya se ha cobrado varias víctimas, hemos de reducirle para evitar que destroce la ciudad!
Y Roku, mitigando el fuego de su habilidad, no pudo evitar echar una mirada asesina a aquel digimon. Definitivamente acabaría cortándole la cabeza.
-Digimons:
-¿No habéis oído ese grito? ¿Nadie va a hacer nada?
-La ciudad no funciona así, joven. Ella juzga nuestros pecados, y no debemos inmiscuirnos en las decisiones tomadas por este poder superior. ¿Entiendes?
-¡Pero alguien está en peligro! ¡¿Qué es eso de que “la ciudad lo quiere así”?!
-Pues que ha hecho algo malo...-musitaba el digimon baby- Y si has sido malo deberías morir, ¿no? Si así lo quiere la ciudad es lo mejor. Que los malos se mueran, total... Nadie va a echarlos de menos.
Cuando dijo esto Roku no pudo evitar patear fuertemente al digimon, llamando la atención de todos. Cuando el otro digimon intentó reprenderle solo encontró el puño del joven incrustado en su cara. Aunque esto hiciera que todos ya desconfiaran de él le daba igual, y antes de que cualquier otro dijera nada corrió en dirección a aquel ruido.
-¿Por qué? ¿Por qué has hecho eso? No era necesario, la ciudad les habría castigado por imbéciles, ¿no?
-No soporto que nadie diga eso...
-¿El qué?
-Que “nadie echará de menos a los malos”... No lo soporto...
-Ah, ya, perdona. Tranquilo, te entiendo. Duele, pero no somos tan malos. Vamos a salvar a alguien, ¿no? Hora del shinkeo.
-僧兵 の立往生 (”Permanece de pie en la muerte, monje guerrero”), 人間の精神の進化 (“evolución del espíritu humano”): 弁慶¡ (“¡Benkei!”).
Con esta fórmula las corrientes de datos rodearon a Roku, cuya forma pasó a sustituirse por el Musyamon, que aceleró el paso mientras sostenía fuertemente su katana, dispuesto a atacar a cualquier amenaza. Pero lo que vio no podía catalogarse simplemente con esta nomenclatura. Una chica lloriqueando y pidiendo clemencia a un digimon de aspecto animal que seguía golpeándola. Por la forma en que la bestia se refería a la humana malherida, este no era un enemigo. Era su digimon.
-Por favor, déjame en paz.. Estoy cansada de peleas, solo quiero, quiero dejar de meterme en problemas...
-Entonces, ¡¿todos lo que hemos peleado no ha sido para nada?! ¡¿cómo crees que me siento viendo que los otros digimons pelean, evolucionan, se hacen más fuertes?! ¡Respóndeme!
-Lo siento, lo siento...
-No basta con sentirlo...
Al gritar esto clavó su garra en la humana, y tanto de ella como de él empezaron a emanar corrientes de datos, que se sumaron para conformar un nuevo tipo de digimon, el cual comenzó a reír con prepotencia, sintiéndose ahora un ser trascendido. Ante la duda de si la muchacha estaría viva o muerta, la hoja de Roku se incrustó en el casco del digimon, que con gruñido desenfundó dos sables de luz.
-¡Lich Sieger!
Los movimientos de esgrima del digimon no lograban impactar en Roku, el cual sostenía la espada con sus dos manos, desviando los golpes tranquilamente mientras acertaba sus estocadas. Esto posible gracias a la postura de kendo adoptada, la primera kata que solía enseñarse, aquella que permitía defensa y ataque.
-Los cinco arcanos del kendo, postura inicial: 雨 (“lluvia”)
Colocando la espada en una posición media, la punta de esta apuntaba a su enemigo, permitiendo el bloqueo con movimientos laterales y la ofensiva con los “tsukis” (en kendo, estocadas que apuntan al tronco). Poco a poco la batalla se iba decidiendo, pero entonces aquella bestia decidió tomar ventaja.
-Bueno, ya nos hemos divertido, a ver cómo soportas esto -y emitiendo un silbido, empezaron a aparecer rookies que eran como él, emergiendo de los callejones o saltando de los tejados-. Los lobos cazan en manadas, idiota.
Los pequeños digimons comenzaron a golpear a Musyamon, aprovechando su superioridad numérica. Aunque pudiera evadir y bloquear algunos ataques, otros muchos impactaban en él, debilitándolo cada vez más, sintiendo el frío de aquel lugar en sus heridas.
-Vamos, di la frase, sabes que mola -imploraba Bakemono-. Te hace ver como un pro.
-¡Probad el acero del dios dragón! ¡Kirisute gomen!
Un dragón de llamas negras emergió de la hoja, y emitiendo un rugido crepitante comenzó a volar en círculos alrededor de Roku, calcinando a aquellos que quisieron atacarle o fueron demasiado lentos para retirarse. El número reducido de esta forma no fue excesivo, pero al menos evitaba la sensación mortecina de la niebla en los cortes.
-¿Segundo round, perros?
-Pero serás...
Quizás por el ruido o por lo llamativo de la bestia llameante, al lugar empezaron a llegar espectadores, y aunque Roku no podía verlos por el humo de su propia técnica, pero su adversario sonrió, decidiendo aprovecharse de la situación.
-¡Rápido, ayudadme! ¡Este monstruo sediento de sangre ya se ha cobrado varias víctimas, hemos de reducirle para evitar que destroce la ciudad!
Y Roku, mitigando el fuego de su habilidad, no pudo evitar echar una mirada asesina a aquel digimon. Definitivamente acabaría cortándole la cabeza.
-Digimons:
- Spoiler:
- Tamer
- Faltas :Una por cada double.Prueba de Rol :ADigi Puntos :1060Ficha :NPCs :Nivel On Rol :Ancient spiritNivel On Rol de los Digi Aliados :Sven-Hyper SpiritIcono :Rango y Unidad :Roku Ginshô (Adam Odysseum)
Rango: Holy General
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleRango y Unidad Digi Aliado :Sven
Rango: Teniente
División: Four Holy Beast
Unidad/Sub-division: North Shield TurtleInventario :
Roku Ginshô
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